Grandes Pensadores
JEAN-J ACQUES
ROUSSEAU
Oiscurso soBRe
Las clencias y Las artes
AIBA
Oiscurso SOBRE
EL oRIGEN OE
La dEsIGUALOAd
entre Los hompBres
ADEA
El contrato socialContenido
laernopuoctoy
Discurso sabre las ciencias y las artes
Discurso sobre el origen de la desigualdad entre |
El contrato social
Cronoroata
Brauiocearla
9
53
175
gor
309dadanos; el unir alas fan
trimonios; ysobre todo el corregir, gracias ala persuasiva dulzura de
‘vuestras leceiones ya las gracias modestas de vuestra conversacién,
os desvios que nuestros jévenes aprenden en otros paises de donde,
dos de las mujeres perdidas, no traen
in hacia no sé qué pretendidas grandezas, frivolas
indemnizaciones a la esclavitud
dadoras de las costumbres y suaves lzos de la pag, y continuad ha-
ciendo valer en cualquier ocasién los derechos del coraz6n y de la
naturaleza en beneficio del deber y de la virtud,
Me enorgullezco de no ser desmentdo por los acontecimien-
tos, habiendo fundado en tales garantis a esperanza de a felicidad,
comin delos ciudadanos y dea gloria dela repiblica. Confieso que,
con todas estas ventajas, no brillaré ésta con a luminosidad con la
que se deslumnbran la mayor parte de los ojos; un pueril y funesto
amor hacia esto es el mis mortal de los enemigos de la
ertad. Que la juventud disoluta vaya a buscar a ott si
res files ylargos arrepentimientos.
‘otros lugares a grandeza de los pala
belleza de las eomitivas, el soberbio mobi
buen gusto admiren
bra no se
culo
admiradores del resto,
‘Magnificos, muy honorables y soberanos sefiores, dignaros
recibir todos, con la misma bondad, los respetuosos test
interés que me tomo hacia vuestra prosperidad comin.
desgraciado como para ser culpable de algiin arrebat
esta viva efusi6n de mi corazén, os sup!
indiscreto en
1o perdonéis como tierno
afecto de un verdadero patriota y como celo ardiente y
imo de
64,
Osc
re que no considera
chosos a todos.
uno
lade veros
simo servidor y conciudadano.
Chambéry, a 12 de junio de 1754
Teaw-Jacques ROUSSEAU
PREFACIO,
El conocimiento humano més dtl y el menos avanzado de todos me
parece ser el del hombre [1] y me atrevo a decir que sélo la inscrip-
cién del templo de Delfos contenfa un precepto més importante y
‘mis dificil que todos los libros de los moralistas. Por lo tanto, con-
sidero el tema de este Discurso como uno de los problemas mas in-
‘eresantes que pueda proponer a filosofi,y, desgraciadamente para
‘nosotros, como uno de los mas espinosos que puedan resolver los
1ésofos. Porque, Zedmo conocer la fuente de la desigualdad entre los
‘hombres si no se empieza por conocerlos a ellos mismos? ZY cémo
Hevard el hombre a cabo el verse tal como lo ha formado la natura-
leza, después de todos los cambios que ha debido de producir en su
‘constitucién original la sucesion de los tiempos, y el desentrafiar lo
aque le viene de su propio fondo y lo que le han afiadido o cambiado
ensuestado as cireunstancias y el progreso? De igual for~
‘ma que la estatua de Glauco, ala que el tiempo, el mar y las tem-
pestades habian desfigurado tanto que parecia menos un dios que
una fiera 1a humana, alterada en el seno de la so-
ciedad por mil eausas reprodueidas sin cesar, pot la adquisicién de
ios y de errores, por los cambios acaecidos
delas pax
de
Wvaje, ast el
asi decielo ha cambiado de apariencia hasta el
siones,
68,