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Sinfonía nº 1 en do menor de Johannes Brahms

Johannes Brahms (Hamburgo, 7 de mayo de 1833 – Viena, 3 de abril de 1897),


pianista y compositor alemán de música clásica del Romanticismo.

El profundo conocimiento que tenía de la música del pasado y su propio


sentido de la responsabilidad artística, le impidió componer Sinfonías hasta
muy tarde.

En palabras del propio compositor: “¡Nunca compondré una Sinfonía! No tienes


ni idea de lo desesperante que es sentir siempre a tal gigante [Beethoven]
marchar a tu espalda”. Esta frase atestigua la compleja mezcla de admiración
sin límites e intimidación que sentía ante la obra de Beethoven.

La primera sinfonía de Brahms responde al desafío del ejemplo de Beethoven.


Se destaca a menudo que hay una fuerte similitud entre el tema principal de la
novena sinfonía de Beethoven, y que Brahms utilizó el ritmo del motivo del
“destino” del principio de la quinta sinfonía de este compositor.

Estos comentarios confundían a Brahms; ya que los consideraba equivalentes


a acusaciones de plagio, mientras él consideraba su utilización, un acto de
homenaje consciente.

La Sinfonía en do menor, op. 68 empezó a gestarse en 1862, y fue completada


en el otoño de 1876, cuando el compositor contaba con cuarenta y tres años.
Ya en 1862 su círculo íntimo tuvo acceso a una primera versión del movimiento
inicial. Aunque los movimientos centrales fueron quizás compuestos poco
después, la obra permaneció incompleta durante más de diez años.

Estrenada en Karlsruhe, Alemania, el 4 de noviembre de 1876 y dirigida por su


amigo Felix Otto Dessoff. La fecha de su estreno es muy significativa ya que en
el verano de 1876 había sido estrenado el ciclo completo de El Anillo del
Nibelungo de Wagner, obra que debía certificar que después de la Novena de
Beethoven, la Sinfonía evolucionaría hacia la música teatral. Sin embargo el
director Hans von Bülow le puso el sobrenombre de la “Décima Sinfonía”,
primera obra que merecía el nombre de Sinfonía después de las de Beethoven.

Publicada en 1877. Fritz Simrock, amigo y editor de Brahms, no recibió la


partitura hasta que la obra fue interpretada en tres ciudades. El manuscrito del
primer movimiento, parece que se ha perdido, pero el resto de la partitura, en
concreto la parte correspondiente al Andante, el Allegretto y el Finale se
conservan, habiéndose reproducido en edición facsímil por la editorial Dover
Publications.

El lenguaje armónico de Brahms y su tratamiento de la forma musical es


innovador como Wagner. Aunque la manera en que el compositor mira al
pasado y las referencias constantes en su música a las obras de los grandes
compositores (Bach, Beethoven, Schubert, Schumann…) está más cercana a
la mentalidad del siglo XX que la estética wagneriana.
Instrumentación de la Sinfonía: dos flautas, dos oboes, dos clarinetes, dos
fagots, dos contrafagots, cuatro trompas, dos trompetas, tres trombones, dos
timbales y cuerda.

Duración de la Sinfonía: como promedio, entre 45 y 50 minutos.

Estructura formal de la sinfonía: tiene cuatro movimientos.

1. Un poco sostenuto – Allegro(do menor)

2. Andante sostenuto (mi mayor)

3. Un poco Allegretto e grazioso (la bemol mayor)

4. Adagio – Più Andante – Allegro non troppo, ma con brio (do mayor)

Base tonal de la obra. Relación tonal en sucesión de terceras: Do menor- Mi


Mayor- La bemol Mayor (enarmonía con Sol #) – Do Mayor.

PRIMER MOVIMIENTO en do menor: Un poco sostenuto- Allegro

Comienza con una introducción Un poco sostenuto. Sobre un sólido pedal, la


nota do repetida obstinadamente, se superponen varías líneas de gran
expresividad y de relaciones disonantes. En el compás 9 ss. aparece una
segunda idea, que se recordará en el Allegro, y en el compás 21 ss. se
presenta un motivo muy propio de Brahms (una figura arpegiada en terceras y
sextas, sin octavas o quintas), que también será recuperado posteriormente.
En el compás 25 ss. se repite, transportada al tono de sol menor, la música del
inicio de la obra. En el compás 29 ss., sobre la dominante de do menor, el oboe
expone una expresiva melodía que genera un breve pasaje polifónico que
termina en una expectante pausa sobre la dominante.

En el compás 38 comienza el Allegro, forma sonata tripartita con tres


secciones: Exposición- Desarrollo- Reexposición.

Exposición: Una compleja sucesión de acordes del viento lleva a la afirmación


de do menor (con una derivación del motivo del compás 21). En el compás 51
ss. se continúa con la variante Allegro de la idea del compás 9, la cual lleva
ahora a una cadencia en do menor en el compás 70. Una nueva elaboración de
algunos de los elementos hasta ahora presentados lleva a una afirmación más
rotuna de la tonalidad principal (compás 89). Comienza entonces la transición
hacia el segundo grupo temático.

El segundo tema no es fácil de determinar:

 En el compás 118 ss. una breve frase de la trompa contestada por el


oboe, en plena confirmación del tono de Mi bemol Mayor, puede ser lo
bastante característica como para iniciar el segundo grupo temático.
 Es quizás más claro en el compás 121 ss.: una combinación de la figura
cromática del compás 38 con el motivo del compás 21.
 Puede pensarse que la intensa melodía del oboe en los compases 130
ss. (en la que Kalbeck, el amigo y biógrafo de Brahms, vio una cita del
Manfred de Schumann) responde más claramente a lo que se espera de
un segundo tema.

Con la polifonía de los instrumentos de viento y la reducción de la frase a un


motivo basado en el salto de cuarta (compás 148 ss.) parece que se llega a la
conclusión de la Exposición, pero de forma inesperada, en el compás 157, con
un cambio a mi bemol menor, las cuerdas introducen una tensa figura rítmica
de carácter cercano a la música en do menor del inicio del Allegro. El dramático
discurso sobre esta idea lleva a la conclusión de la Exposición, en mi bemol
menor, con una versión heroica (compás 177 ss.) de la música de los
compases 148 ss., cuya dulzura se ha transformado en tragedia.

Después de la repetición de la Exposición, en el Desarrollo se presenta


conclusiones de todos los elementos motívicos presentados. Se puede
destacar como en el compás 232 ss. aparece una nueva idea en el tono de Sol
bemol Mayor, con cierto aspecto de versículo de Coral. Su combinación con las
figuras que iniciaba la sección conclusiva de la Exposición (compás 157 ss.)
transforma ésta en algo muy parecido al motivo principal de la Quinta Sinfonía
de Beethoven. Como es habitual en las Sinfonías de Brahms, el Desarrollo
llega a un punto culminante (pedal de dominante en los compases 237 ss.)
mucho más pronto de lo que sucede en obras de Beethoven.

Desde ahí, un lento y poderoso crescendo orquestal lleva al inicio de la


Reexposición, que comienza en el compás 339, en mitad de una secuencia,
con lo que queda enlazada con el final del Desarrollo. La Reexposición sigue el
esquema de la Exposición de forma bastante exacta, con las secciones en Mi
bemol Mayor y mi bemol menor recapituladas en Do Mayor y do menor.

En el compás 462 comienza una Coda inspirada en las que se encuentran al


final de los grandes movimientos sinfónicos de Beethoven. El final del
movimiento está en Do Mayor, pero su carácter discreto (por la dinámica piano
y el tempo más lento) impide que sea una conclusión triunfal (a diferencia de lo
que ocurre al final del primer movimiento de la Cuarta Sinfonía de Schumann).

Descarga: fichero de audio del primer movimiento, dirigido por Leonard


Bernstein, con la Wiener Philharmoniker.

Video del primer movimiento, dirigida por Karajan en 1987, con la Berliner
Philharmoniker:

MOVIMIENTOS CENTRALES: Andante sostenuto- Un poco allegretto e


grazioso

Brahms fue criticado por no dar un peso verdaderamente ‘sinfónico’ a estas


partes de la obra. Ambos movimientos tienen la condición de Intermezzi, y una
relación tonal en sucesió de terceras: el segundo movimiento está en Mi Mayor
y el tercero, en La bermol Mayor. El intervalo mi- la bemol es,
enarmónicamente (lab- sol #) una tercera Mayor.
Segundo movimiento en Mi Mayor: Andante sostenuto

En los compases 5- 6 se recuerda (transportada) la sucesión de acordes con


que comenzaba el Allegro del primer movimiento, lo que es un recurso para
lograr la unidad entre los movimientos. En los compases 27 ss., parece
recordar el movimiento lento de la Cuarta Sinfonía de Beethoven.

Descarga: fichero de audio del segundo movimiento, dirigido por Leonard


Bernstein, con la Wiener Philharmoniker.

Video del segundo movimiento, dirigida por Karajan en 1987, con la Berliner
Philharmoniker:

Tercer movimiento en La bemol Mayor: Un poco Allegretto e grazioso

Ocupa el lugar de un Scherzo, pero su carácter es muy lejano a un movimiento


de este tipo. En la frase inicial del clarinete se manifiesta una mezcla única, que
en Brahms se encuentra de lírica expresividad y de racionalidad extrema: el
consecuente (compases 6- 10) es la inversión exacta del antecedente
(compases 1- 5).

Descarga: fichero de audio del tercer movimiento, dirigido por Leonard


Bernstein, con la Wiener Philharmoniker.

Video del tercer movimiento, dirigida por Karajan en 1987, con la Berliner
Philharmoniker:

CUARTO MOVIMIENTO en Do Mayor: Adagio- Allegro non troppo ma con brio

El fran Finale alude al movimiento correspondiente de la Novena Sinfonía de


Beethoven. Se dice que Brahms pensó en completar su Sinfonía con un Finale
coral, pero se decidió por uno puramente instrumental.

Comienza con una extensa introducción, con múltiples secciones que preparan
al Allegro en Do Mayor. Las tentativas iniciales llevan, en el compás 30, a la
primera enunciación melódica: un tema en Do Mayor en la trompa, que Brahms
había anotado en 1868 en una carta postal desde Suiza para Clara Schumann
con las palabras “En lo alto de la montaña, en lo profundo del valle, te saludo
mil veces”.

Aunque la relación entre Robert Schumann y Brahms duró hasta el fin de los
días de Schumann, el vínculo más destacable fue el que tuvo con la esposa de
éste, Clara Schumann, una pianista reconocida en aquellos momentos,
compositora también y con la que estableció una larga y profunda amistad que
tuvo rasgos de amor platónico. Brahms solía presentarle a Clara sus obras
antes de estrenarlas; muchas veces Clara Schumann fue la encargada de
estrenar algunas de las obras pianísticas de Johannes. Nunca se llegó a
aclarar la relación entre ambos a pesar de producirse un distanciamiento del
que no se conocen los motivos.

Después de que la flauta repita la melodía del ‘tema alpino’, como idea
contrastante aparece un Coral de los trombones (compás 47 ss.). La repetición
variada del ‘tema alpino’ es seguida por el inicio del Allegro non troppo, ma con
brio (compás 61 ss.).

Se trata de una inmensa forma de sonata. En la Exposición, el parecido del


tema del Allegro con el tema de la “Oda a la Alegría de Beethoven” es lo
bastante grande como para creer que Brahms era consciente de él, a pesar de
sus malhumoradas respuestas a quien se lo hiciera notar. El movimiento de
Brahms tiene sin embargo una estructura muy distinta a la de Beethoven.

En el compás 98 comienza una elaboración del motivo principal del tema que
representa también el inicio del puente de transición. En el compás 114 ss.
reaparece el ‘tema alpino’ tras el cual se presenta el segundo tema, en Sol
Mayor (compás 118 ss.). Su desarrollo sobre un ostinato de los bajos conduce
a la tonalidad de mi menor (compás 142 ss.), en la que tendrá lugar la sección
conclusiva.

La organización de la Exposición en tres tonalidades es muy normal en


Schubert y se da en numerosas estructuras de forma de sonata de
compositores románticos.

Tras el complejo grupo conclusivo, en lugar de seguirse con el Desarrollo, se


llega a la Reexposición del primer tema (compás 186 ss.). Y es entonces
(aproximadamente desde el compás 201) cuando comienza el gran Desarrollo
central.

Con una extraordinaria elaboración se llega en el compás 285 a un punto


culminante con una nueva cita del ‘tema alpino’. De la casi total extenuación en
que se sume la música surge, con un efecto sublime, la Reexposición del
segundo tema, en Do Mayor (compás 301 ss.). Y a partir del compás 326 se
reexpone, en do menor, el grupo conclusivo.

El movimiento acaba en un Do Mayor radiante y en un triunfo sin dudas, en una


stretta final durante la cual se cita todavía (compás 407 ss.) el Coral de la
introducción.

Aunque Brahms pueda aparecer como el adalid de la música absoluta,


elementos como el ‘tema alpino’, el Coral, y las citas y alusiones a Beethoven y
a Schumann demuestran la existencia secreta de algo parecido a un
‘programa’.

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