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 Orientation Lacanienne III, 4

Jacques-Alain Miller, 2.001-2.002

Responsable: Juana Planells

Clase 1: Le tac de l’a-propos.

....me gustaría más que Le désenchantement de la psychanalyse, como título de mi Curso, este párrafo del Abad Delille
(JAM).... Le désenchantement de la psychanalyse lo dejo para la IPA, que hace esa experiencia bajo el nombre de
fragmentación.

Reflexión que recorre el inicio de este Curso de J. A. Miller en cuya clase aborda las temáticas de: lo singular sin universal y
lo real separado de lo racional y de toda ley; la importancia de la estructura en la falla de causalidad; saber y verdad en
psicoanálisis; formación del analista “no hay formación del analista, hay formaciones del inconsciente”, sin standard: pues
no hay psicoanálisis sin psicoanalistas, sí puede haberlo sin profesores de psicoanálisis; la ortodoxia como reacción
reactiva a la herejía, su fracaso en nombre de la ortopraxia, las marcas infames de la herejía..... y una bonita reflexión sobre
la tesis escandalosa de Tertulien, que explica cuál es la verdadera respuesta de la ortodoxia: “es necesario condenar la
originalidad”. Conexión de la ortodoxia con el Edipo, a lo que responde Lacan no siendo el padre de su enseñanza con su:
“yo soy freudiano”.

Clase 2: Anything goes.

“O bien la libido de los psicoanalistas se desplaza del enfrentamiento entre corrientes, movimientos psicoanalíticos, para
asumir la contradicción en la que está el psicoanálisis en relación a la civilización, o bien, – no diré que el psicoanálisis
desaparecerá, lo diré suavemente – pasará en el movimiento general de la civilización”.

Así acaba la reflexión de J.A. Miller en esta clase, sobre el momento actual del movimiento psicoanalítico: el fin de la
ortodoxia, y su símil; la ortopraxia. Ortodoxia, debida a la hiancia existente entre la práctica y la teoría en la experiencia
analítica, pues Freud dio al mundo un modo de escucha, que hace que se esté mejor, se cure la persona y se satisfaga.
Depende de en qué orden se considere esto, el psicoanálisis ocupará o no, su lugar en el mundo, su responsabilidad en la
civilización.

Interesante la reflexión sobre los puntos de pacto de las ortodoxias, e intentos de repetir el anatema que las configuró; el
Múltiple ipeísta, y el Uno lacaniano. ¿Reunificación de ambos movimientos en el advenir?.

Clase 3: Savoir ne rien savoir.

La pasión de la ignorancia da su sentido a toda la formación analítica. Retomando la disyunción entre teoría y práctica, que
Lacan lleva a, entre verdad y lo real, J. A. Miller hace un desarrollo sobre el concepto de estructura, y sus momentos en la
enseñanza de Lacan, para oponerse al todo vale teórico propuesto por la IPA, donde quieren a Lacan como una referencia
entre otras.

El simbólico, como verdad mentirosa del sentido en lo real, configura el más allá de Freud, que promulga Lacan como
interpretación de la experiencia analítica, saliendo del retorno a Freud que lo ubicó, pues cesa de razonar en términos de
polémica y desviación.

Preferir lo peor al padre: autorizarse a sí mismo, rechazar la investidura superior, dejar la hiancia entre agente y acto,
suspender el saber dando lugar a lo imprevisto, saber hacer con lo real, a través del simbólico articulado al sujeto supuesto
saber en su mentira; todo esto es le désenchantement del psicoanálisis que Lacan ha practicado, que consiste
precisamente en esta operación: una referencia a la estructura como lo que no se aprende de la práctica, una referencia al
matema, como lo que se enseña sin recurrir a ninguna experiencia.

Clase 4: Estructura = mentira.

Clase que se desarrolla a modo de Seminario, acerca de cómo afecta esta reflexión de J. A. Miller al caso clínico. En él
intervienen, Eric Laurent: debate del caso, ortopraxia; reflexiones sobre reunificación del campo analítico; articulación entre
ciencia y orthedoxa; la mentira en RSI; orthedoxa, mentira en epistemología de modelo; causas del malestar del caso
particular y único. Philippe De Georges: construcción del caso por el analizante, want to be, y die dritte Person (narrador
pasante se borra), de la interpretación al acto en clínica bajo transferencia y bajo deseo del analista, donde el observador
forma parte de la experiencia. Pierre Naveau: tesis, el relato de un caso clínico trata de exponer un problema psicoanalítico.
Pierre-Gilles Guéguen: el caso clínico como decir freudiano, Freud-Lacan tras “L’étourdit”.

A destacar del debate. El saber se deposita en el analizante, que es el heredero de la tecnología freudiana. El analista no es
culpable de sus pensamientos, sí lo es, de pensar que se analiza a través del analizante. Aislar el “incidente único”, como
aquel que produce el pase, estando fuera, de la matriz, de la repetición de lo mismo.

Clase 5. Du C’est écrit à Je l’ecris.

Indispensable reflexión sobre el caso clínico, a modo de seminario. Lo que escribe un analista, su testimonio de AE, ¿es un
caso?. ¡Sí! parece la conclusión de la clase, ¡la única forma posible!, siendo la tradicional, continuación del análisis, e
incluso una forma de plantear contratansferencia, a resolver en análisis. El deseo de analista, el relato del caso, el saber de
un análisis, etc, está del lado del analizante, del AE, pues del caso sólo valdrá en el futuro lo poco que sabemos de lo real,
sin que importe la demostración, la dirección de la cura, ni la verdad. Muy serias reflexiones.
Intervienen: Jacques-Alain Miller, amplia su ecuación entre estructura y mentira, referida a la crisis del caso. Marie-Hélène
Brousse, con la lettre en souffrance, ubica al relator como analizante, dando cuenta del deseo del analista. Éric Laurent, nos
informa del debate con la IPA, compartamos nuestra clínica, y de cerca (en Buenos Aires). Nathalie Georges, bonita y corta
intervención sobre entrevistas prelimares.
A destacar del debate: muy simpático el tema del ciego e inútil analista, y relator del caso Freud: Fliess.

Clase 6: Tout faire l’affaire, anything goes.

Reflexiones sobre el momento presente – 1 –, de cinco clases. De imprescindible lectura por su actualidad, en este 2003-
04. Lanza la oferta pública de discusión; preguntas y respuestas del Autre social. ¿Cómo es el psy del siglo veintiuno?.

Primero, sin lógica de clases. El veintiuno es diferente al veinte, que pregonaba la lógica de clases, gozando de la
exclusión, mientras que el veintiuno prefiere la serie, el Uno, no-todo, a verificar, pues es sin predicado. Freud fue el teórico
del veinte, especuló con el significante-amo. Lacan nos introduce en la época de la inconsistencia, dándonos como guía el
concepto de real, que preserva al psicoanálisis del utilitarismo, que lo mata.

Acaba el monopolio de la medicina en el psicoanálisis. Esta se dedica al saber de lo real en el cuerpo, y deja el alma con
sus enredos entre verdad-mentirosa, con, o sin real, a los psy. Comienza la batalla brutal entre el psicoanálisis y las
psicoterapias, entre el imperio de lo impotente y la imposibilidad, en la que se instala Lacan, teórico de lo imposible que
abre el anything goes, tout fait l’affaire.

Clase 7. Sobre el momento presente, JAM, nos recuerda la tensión candente entre el psicoanálisis singular y plural. Freud
instaura el régimen del Uno-todos, en el que Lacan se ubica, fuera del universal freudiano, y desde ahí plantea su retorno a
Freud y a la lógica, que opone al universal.

En esta clase, a forma de Seminario se incorpora Eric Laurent, que introduce lo que la IPA ha encontrado como respuesta al
estado de la inconsistencia, la tiercéite (que es una especie de búsqueda de un tercero neutral en su pensamiento y su
práctica, bajo el modelo de Pierce como nos cuenta Éric, pues no contemplan el simbólico). Vamos a asistir a las diversas
formas que ira adoptando la tiercéite, pero en esta clase Eric y J.A. Miller reflexionan sobre lo que implica que coloquen el
control, la supervisión, como tiers. Es decir ninguna ortodoxia, pero, como nos indica JAM, "sí la IPA, con su modelo de
controladores patentados". "La IPA que no hace más de Uno solitario del psicoanálisis. Uno monopolista, tampoco el Dos de
los lacanianos, pero si el soporte de la tiercéite a todos los niveles, a través de los controles ... "formaros como queráis, con
quién queráis, analizaros con quién os parezca, e iniciar una práctica, pero .... deberéis pasar por los gabinetes de
supervisión. La IPA, prepararemos a vuestros supervisores".

Muy interesantes las reflexiones de Eric Laurent, sobre el control visto como una cuestión de transmisión, retomando de "las
conferencias americanas" lo que dice Lacan: "no se porque se le llama una supervisión, pues en realidad es una
superaudición, y muy sorprendente que se pueda entender algo que nos cuenta un practicante, que se pueda tener una
representación del que está en análisis".

Continúa señalando Laurent: "Esto es una nueva dimensión. Lacan reconoce que hay un real en juego en esta experiencia,
que no lo centra sobre lo evidente adquirido sino sobre lo que se constata como sorprendente. En este rasgo el control tiene
sus relaciones con el pase". Frente a la intención de monopolizar el psicoanálisis que tiene la IPA a través de los controles,
Eric nos recuerda lo que señala Lacan en su "Discurso a la EFP "no se trata de controlar un caso, sino de un sujeto
sobrepasado por su acto", no se apunta a rectificar la posición del sujeto que ha sido sobrepasado por su acto, se trata de
volver a el "deseo del analista" que se ha eclipsado.
Interesante también las reflexiones de Éric sobre la confusión que tiene Kernberg al intentar introducir el control, como el
Autre simbólico o el Autre de la buena fe, que provoca auténticas caídas en el superyo, tal y como lo aborda el psicoanálisis,
en su sentido de prohibición o de autorización, pues no se contempla en las tesis de Kernberg, el Autre como Lacan lo
presenta en el Seminario V, el Autre del chiste, el lugar donde lo particular del chiste se acoge a su irreductible novedad (cf:
Presentación de este seminario por J-A. Miller).

Clase 8. Sobre el momento presente, indica J.A. Miller "a partir de los documentos de que disponemos, intentaremos
responder a cómo se práctica el psicoanálisis sin ser lacaniano". En que nos diferenciamos de ellos?. "La práctica lacaniana
del psicoanálisis se define a partir de la enseñanza de Lacan, una enseñanza única, a la cual los lacanianos no tienen nada
que corregir, si repetir y elucidar. Esto no es para nada la forma de los no lacanianos, que no leen un texto sin corregirlo
enseguida, desarrollarlo y refrutarlo, pues tienen otra práctica menos reverencial con los textos y de los testimonios del
psicoanálisis".

Anuncia J.A. Miller lo que es el "desencanto que la IPA esta viviendo en el psicoanálisis": el hundimiento del saber analítico:
no teoría, no ortodoxia, momentos cura y fragmentos teóricos, hundimiento del saber analítico (edipo, libido, sexualidad),
solo queda el método? Dudoso, dirá JAM, pero si que parece que les queda la palabra, ¿cómo escuchar, de que manera?.

Viendo que algunos colegas nombran este Curso de Miller, con el título del desencanto .... que no es su título, se puede
pensar desencanto en nosotros, tras lo que hace la IPA?. En nuestra opinión no.

Interesante los momentos que Kernberg señala como historia del psicoanálisis, que nos aporta JAM; Primer momento: el
momento de Freud, análisis del ello. Segundo momento: Egopsychology, momento Harttman, con la inversión dialéctica
hacia el análisis del yo. Tercer momento: momento Klein, se ocupa más de la investigación en el análisis y de la
investigación del inconsciente precoz. Cuarto momento: momento hic et nunc, aquí y ahora que se ocupa de analizar el
momento presente, las interacciones de los dos sujetos, ¿sus interacciones inconscientes?. Quinto momento: momento de
Winnicott, se introduce el juego. Sexto momento: momento francés, se interesan por los fantasmas originales y la escena
primitiva. No esta citado el nombre de Lacan pero es el lacanismo ipeísta, la versión ipeísta francesa del lacanismo.

Interesante también la exposición de las posturas de B. Michels, Kernberg Daniel Widlöcher (actual presidente de la IPA) y
M. O. Renik, que nos introduce en el debate actual que se esta produciendo en la IPA, ya que si bien Kernberg apuesta por
la integración de todas las tendencias, no sabe como ubicar a los interpersonales, que encabeza Renik. B. Michels
antecesor de la línea interpersonal, Kernberg representante del uso de la contratransferencia, Daniel Widlöcher, cambiando
la contratransferencia por la empatía, M. O. Renik introduciendo the self diclosure, presentan con eso sus diferentes
versiones del tiers, en las que observamos que son todas clínicas.

La clase esta amenizada por viñetas de casos clínicos de los colegas de la IPA; una que presenta Miller, como testimonio
de la rigidez de la egopsychology, dos de Renik que nos comenta Miller, dónde vemos como trabajan los interpersonales
(muy divertidos, los chicos americanos), y una de Kernberg que trae Eric, y en la cuál nos indica aspectos interesantes, de
cómo y porque se quedan bloqueados sin comprender los kleinianos, dice Éric: "cada vez que se rompe en sesión la
comunicación a nivel imaginario, es porque no pueden entender el cuerpo del Autre. Con su "no comprendo", Kernberg a
través del falo, convoca el tiers radical del goce, y aparece el goce femenino en la persona de la mujer del analizante, como
lo que desbloquea el "no comprender", produciéndose una identificación mutua entre analizante y analista, al fantasma de
ser un niño, no a la altura del pene que ellos piensan desea la mujer.

J.A. Miller termina la séance señalándonos que la rigidez de la Egopsychology, produce la reacción del uso de la
contratransferencia, y una vez abierta la puerta a la contratransferencia, se produce la ablación del deseo del Autre, y esta
servido el paso para el análisis interpersonal. Vemos perfectamente los estragos que produce el no conocer la enseñanza
de Lacan.

Clase 9. Sobre el momento presente: Vamos cerniendo, con el magnifico estilo kitkoriano que caracteriza los Cursos de
Miller, vemos avanzar cernir las diferencias entre la práctica lacaniana e ipeísta, pues detrás de la diferencia cuantitativa
sobre la duración y frecuencia de las sesiones, aparece la verdadera diferencia: cualitativa, y es sobre la categoría que lleva
todos los honores de su nobleza freudiana, el uso de la contratransferencia, que Freud nunca autorizó.

Continúa Miller: "Si verdaderamente un debate comenzara y se desarrollara entre ipeístas y lacanianos estaría básicamente
centrado sobre el tema de la contratransferencia, sin poderse desplazar de los términos de contratransferencia sí o no. Todo
comienza para un lado y otro en 1.950, en que se produce la partición de las aguas en el psicoanálisis que esta marcado,
por una parte con el comienzo de la enseñanza de Lacan, y por el otro lado y precedido de un artículo de Heinrich Recker,
de 1.948, con la primera contribución, muy silenciosa de Paula Heimann".

En esta simpática clase, asistimos al bonito caso que presenta Graciela Brodsky, que se incorpora al Seminario y participa
en el Curso. Bonito caso de un kleiniano, "La Rosa de Inglaterra", en el cual dirá JAM vemos un uso moderado de la
contratransferencia y la sugestión.
También incluye un caso que nos presenta JAM, un caso muy divertido de un psicoanalista californiano, que nos ilustra
sobre lo poco que escuchan a los pacientes y como gozan del pensamiento en la sesión, los analistas de la IPA, con la
consiguiente desaparición de la clínica, y de los lugares, ya que el analista y el analizante se convierten en dos
analizantes ... Lo peor es que necesitan por ello cambiar la regla fundamental del análisis, necesitan una que les permita:
"dejar al paciente el goce del blablablabla ,,, "nosotros os podemos garantizar el goce de vuestro blablablabla durante
cincuenta minutos ...... - habrá Sodoma y habrá Gomorra - "el paciente tendrá el goce del blablablabla, y el analista el goce
del pensamiento" (nos comenta Miller).

Clase 10. Sobre el momento presente: Singularidad y pluralidad. Introduce el Curso J.A. Miller: "Mis reflexiones nos han
llevado a poner en primer plano el término y el concepto de contratransferencia, término no cerrado para M. Widlöcher
(actual presidente de la IPA, no kleiniano si de la línea del coopensamiento que se introduce en esta clase), término del cual
damos una acepción amplia. ¿Qué es la contratransferencia?. Vemos que en momento en el que Lacan publicó sus Écrits
en 1966, era un término corriente que Lacan define en una nota - nota 2 de la página 339 - "se trata de la transferencia por
parte del analista".

"La contratransferencia no es lo que aparece contra la transferencia, no es lo que esta en oposición a la transferencia. Ese
término designa al analista como el lugar de una transferencia que viene a responder a la transferencia del paciente, al
analista como dando una respuesta de transferencia. Pero la transferencia de la que se trata en la contratransferencia es
esencialmente una transferencia emocional, pulsional.

"El término de contratransferencia lo encontramos en Freud, en su texto de 1910, aquél al que se refirió Graciela Brodsky la
última vez, ese texto que se titula "Perspectivas de futuro de la terapéutica analítica", y que fue expuesto en la apertura del
Congreso de Nuremberg, el segundo congreso del la Asociación Internacional, y de hecho el primero donde esta Asociación
fué oficial, ya que en el precedente todavía era informal".

"Ahora bien, lo que actualmente nos lleva a tener que considerar la contratransferencia como parte de la historia del
psicoanálisis, desde que Freud la considerada 1910 como un fenómeno a superar, lo que actualmente nos lleva a tener que
considerarla, es debido a que se produce una dinámica extraordinaria sobre la contratransferencia que llegó incluso al
entorno en el que trabajo Lacan. Para Freud, el psicoanálisis, cuando lo dio al mundo, era un desciframiento del
inconsciente, un desciframiento de las formaciones del inconsciente. El analizante, en la experiencia analítica, produce el
material, es decir, el significante que es opaco a causa de la represión y la función del analista la del intérprete, de
descifrador. El analista y el analizante están del mismo lado en relación al inconsciente".

Así se introduce la contratransferencia, para la cual tanto Freud como Melaine Klein recomendaban el análisis del analista.
Pero a esta idea de la contratransferencia clásica, se añade la contratransferencia como la respuesta global del analista,
que mucho más grave, porque considera que todo lo que el analista "siente emocionalmente" es la respuesta a lo que le
pasa al paciente. Esto produjo una destrucción de la teoría y la técnica psicoanalítica, y aunque triunfara como respuesta a
la rigidez de la egopsychology, (que no se quedo quieta como veremos luego), aunque triunfara contra la rigidez de la ego,
su éxito y su implantación fue debido al culto a la "vivencia". Cómo los kleinianos no quieren saber nada del significante ni
de Lacan, la única posibilidad que se les ocurre de ir más allá de los dichos del analizante, es poner su respuesta emocional
como interpretación.

Esta tesitura es realmente alarmante, pues se perfila, no ya sólo la perdida de la regla fundamental, sino la pérdida del
inconsciente del analizante, al cual responde la emoción global del analista. Lacan y su retorno a Freud y a la lógica
ignorados, pero las guerras púnicas entre los kleinianos y la egopsychology, no permanece sin respuesta por parte de los
de la ego, y plantean la empatía y el coopensamiento frente a la contratransferencia. Lacan sigue ignorado.

Sobre esta panorámica mundial, Éric se incorpora al Seminario para darnos una idea de lo que es el coopensamiento, la
reacción más cruda de la egopsy contra el kleinismo: "El mental". Si la contratransferencia es la emoción, la egopsy
reacciona con "el mental", el coopensamiento que no es lo mismo que la respuesta emocional. Con Lacan, del lado del
analista hay un "yo no pienso", desde el kleinismo hay "me emociono", y desde la egopsycholy "como analista pienso" y
"pienso igual que el analizante", por lo que puedo terminar sus pensamientos. Ale!. unos con la libido y otros con el
pensamiento, hacia lo que el lenguaje no puede abordar. La introducción del análisis interpersonal, esta servida, y hasta
parece un descanso entre tanto embrollo, entre tanto trabajo para sepultar la obra de Freud.

Nuestro magnifico "significante" sustituido por "lo mental". El inconsciente hecho unos zorros!, en su lugar cosas muy raras,
la contratransferencia, la empatía, el coopensamiento, la interacción, y el discurso analítico a su andadura solitaria. Al
menos Lacan nos hablo del inconsciente como "debilidad mental", (que no prepotencia mental como lo considera la línea de
Widlöcher), del inconsciente como defensa contra lo real, del inconsciente como discurso del amo, del inconsciente
interprete, del inconsciente sujeto, el inconsciente repetición ..... del inconsciente freudiano y el nuestro. Vemos que Lacan
sabía a qué concepto fundamental apuntaban.

Clases 11, 12 y 13. Prosigue el Curso a modo de Seminario, en el que intervienen, en la clase 11, J.A. Miller y Philippe
LaSagna, que introducirá la corriente intersubjetiva americana; en la clase 12, J.A. Miller y Éric Laurent, que comentará la
línea del copensamiento en la IPA; y en la clase 13, J.A. Miller comenta el desafío californiano a la ortodoxia ipeísta, y Éric
Laurent que nos presenta el momento presente francés en la IPA. Las tres séances están amenizadas por viñetas clínicas,
que ilustran sobre la intensa pelea que está viviendo la IPA.

Esta escansión del Curso, continúa con el tema de "reflexiones sobre el momento presente", centrada en la corriente
ipeísta, que utiliza la contratransferencia; porque - nos dirá JAM - y es la llave para construir la lógica histórica; porque la
enseñanza de Lacan es un rechazo del uso de la misma; y porque contesta a la pregunta ¿qué es ser lacaniano?.

A destacar la referencia cronológica que nos trae JAM, al comienzo de la séance 12, centrada en cinco momentos claves:
1.949 Paula Heimann "A propósito de la contratransferencia"; 1.956 Margaret Little "La respuesta total del analista a las
necesidades de su paciente"; 1.960 Annie Reich "Algunas notas suplementarias sobre la contratransferencia"; 1.965 Otto
Kernberg "Contratransferencia". 1.980 presente: Escuela intersubjetiva californiana. M. Ogden "Sobre la estructura
dialéctica de la experiencia analítica" (88), "El sujeto del psicoanálisis" "constituido dialécticamente y descentrado" (92) y
Owen Renik "Jugar con las cartas sobre la mesa" (99).

La ortodoxia clásica de la Egopsychology, tiene dos salidas, la contratransferencia y Lacan. De lo que se trata cuando se
impone el uso de la contratransferencia en la cura, es de poner en primer plano la relación y cuestionar, hasta la negación,
el concepto y el estatuto del inconsciente, que desaparece. Surge como una reacción a la ortodoxia, a la neutralidad clásica,
que se adapta a estos nuevos tiempos, con la introducción de la empatía (la comprensión, el insight), en lugar de la
emoción de la Respuesta total, kleiniana. A través de la empatía se infiltra la neutralidad clásica, con el uso el
copensamiento, el coafecto, con la identificación proyectiva, lo que supone una práctica igual a la del uso de la Respuesta
total, pero al revés. Todo esto borra del psicoanálisis el inconsciente, la interpretación, la transferencia, la repetición, la
pulsión ..... toda la conceptualidad freudiana.

La respuesta de Lacan es diferente. Devuelve a la experiencia analítica, su fundamento en la palabra. Con la


intersubjetividad, desdoblada (imaginaria y simbólica); restituye la función de la palabra en el campo del lenguaje y la
función de la estructura, con sus leyes, sus imposibles y su real. Introduce el concepto de discurso, para definir el
inconsciente: "el inconsciente está estructurado como un lenguaje. Con esto Lacan se desmarca de la ortodoxia, recicla el
cientifismo freudiano a través de la palabra, el lenguaje y el discurso, y recicla la metapsicología freudiana dándole a la
intersubjetividad una estructura disimétrica.

A destacar la ampliación que aporta JAM, en la clase 13, a la introducción de Philippe LaSagna sobre la corriente
intersubjetivista; M. Ogden y O. Renik, teóricos del tiers y de la pareja analítica respectivamente, construyendo un Autre
imaginario a ----- a'; a // a'. Representantes del desafío a la ortodoxia ipeísta, son lectores discretos de Lacan, del cual
retoman el intersubjetivismo pero lo confunden con la reciprocidad.

Como dice JAM, nosotros los lacanianos, nos reímos..... incluso demasiado, nos reímos y sufrimos, cuando tenemos que
leer autores que no son Lacan.

¿Cómo pensar, esta desatención de Lacan, por parte de la IPA?. Planteamos en el seminario de investigación, la hipótesis
de que al psicoanálisis no le es posible su desarrollo hasta el cambio de paradigma, cambio de paradigma al que estamos
asistiendo, como señaló Hebe Tizio, retomando las reflexiones de J.A. Miller.

Clase 14. Comienza la clase con una introducción y descripción del trabajo de dos analistas kleinianos, M.Roussillon y
Marion Milner.

J.A.Miller, comenta que no están en la vía intersubjetiva "el kleinismo prefiere señalar la posición del analista sobre el objeto
más que sobre un sujeto del inconsciente". Mientras que sobre la linea intersubjetiva dirá "se trata del esfuerzo para que el
analista sea igual al paciente, un esfuerzo de coincidencia, y conseguir derribar todas las barreras que impiden la mismidad,
la convergencia y la coincidencia".

Siguiendo con los intersubjetivistas, Eric Laurent continua con Owen Renik y su modelo empresarial que consiste en
"objetivo deseado/objetivo alcanzado". Su meta es un tratamiento con beneficio terapéutico, un tratamiento que le permita al
paciente hacer la experiencia de los cambios de vida deseados. Thomas Ogden es el Autre de Renik en la corriente
intersubjetiva. Hace una lectura de Winnicott subrayando la "igualdad democrática" que este defiende:"Hay un solo mundo
para todos. El sujeto es supuestamente igual en todos los casos".

J.A. Miller señala que "esto sería menos sorprendente si estuviéramos leyendo un texto de psicoterapeutas, o de
psicólogos. Pero se trata del primer artículo del siglo XXI, en la revista más importante de psicoanálisis, la Psychoanalytic
Quarterly. Revista donde también aparece el artículo de Renik donde sostiene la eficacia rápida del psicoanálisis, de valor
fundamentalmente terapéutico. Una sola sesión puede tener efectos, puede cambiar la vida. Y así, vemos practicantes que
practican algo que llaman psicoanálisis, donde se unen la ignorancia completa de la historia del psicoanálisis, de la
metapsicología y de la sintomatología.
En la interactividad democrática americana, parece que es suficiente negociar sobre todo, para evacuar lo real en juego. La
evaporización del inconsciente, objetivado por los métodos científicos les ha llevado a una evaporización de lo real. El
sueño de un real enteramente racional, hegeliano-cartesiano, ha sido sustituido por el sueño posmoderno de un real
contractualizable, en el cual comprobaríamos la armonía por la satisfacción que nos da. Esta corriente de opinión, ha
encontrado su mejor traducción en el psicoanálisis por la corriente intersubjetiva.

Sin embargo, la garantía que debemos, que podemos dar al sujeto que se dirige a nosotros, es justamente que no
evaporamos lo real, que lo real permanecerá como el verdadero tiers. Estas lecturas nos incitan a un retorno a Lacan.

Lo que vemos florecer después de algunos años es a los EE.UU. bajo esta corriente interpersonal, interactiva e
intersubjetiva. En el mismo número de esta revista Psychoanalytic Quarterly, hay un gran panorama realizado por Kernberg,
quien reconoce por primera vez a esta corriente intersubjetiva, la dignidad de ser la alternativa a la corriente mayoritaria
americana. Es una corriente radical. Esta corriente es la consecuencia lógica del viraje acontecido a principios de los años
50 -la contratransferencia no es un término en voga en la corriente intersubjetiva, pero aparece como eslabón previo-.

En esta corriente se da un paso, ya que se insta al psicoanalista a considerar al analizante como otro sujeto. Donde el
sujeto, es sujeto con inconsciente, y en tanto que sujeto de su inconsciente, el psicoanalista está implicado en la
experiencia a partir de los años 50, a partir de P. Heimann. Es por esto que la contratransferencia ha sido concebida como
la via de acceso privilegidada al inconsciente del paciente, donde no es el sueño sino la contratransferencia la via real de
acceso al inconsciente.

Al mismo tiempo que aparece la contratransferencia, Lacan comienza su enseñanza y encuentra otra via de acceso. Los
analistas, menos Lacan, han encontrado en la contratransferencia el testimonio, la prueba, la verificación de lo que se
comunica en la experiencia analítica. En esta perspectiva entre 1951 y 2001 no ha cambiado nada, dirá J.A.Miller; la
comunicación que se efectúa es del orden de lo afectivo. El psicoanalista se impregna de la atmósfera de la experiencia, y
es ante todo calificado por una pasividad, una receptividad esencial, que le lleva a una coincidencia con el inconsciente del
paciente.

Si retornamos a Lacan sobre esta base, para Lacan siempre se interpone alguna cosa entre el analista y el paciente, que
interfiere a la comunicación afectiva. Lo que se interpone, y que le aparece sin duda como un muro, es el discurso, lo que
se dice, la función de lo que se dice. Ese es el elemento que se encuentra sustraído, borrado, en el psicoanálisis de la
contratransferencia, porque aquí la experiencia es ante todo el medio del afecto que se comunica..

Es justo en 1951 cuando coinciden dos artículos, uno de Paula Heimann, A propósito de la contratransferencia, donde la
define como la nueva brújula de la experiencia analítica y que va a ir cuajando durante medio siglo; y otro de Lacan,
Intervención sobre la transferencia, texto sobre el caso Dora. Es en este momento donde coinciden estos dos artículos,
donde dirá J.A.Miller que se ve la partición de las aguas.

El artículo de Lacan no es simplemente una intervención sobre la transferencia, es una intervención sobre la transferencia y
la contratransferencia. Y en este momento Lacan pone en juego simultáneamente el tema de la contratransferencia y el de
la intersubjetividad. Ya que, aquí, Lacan define la experiencia analítica como desarrollándose enteramente en la relación de
sujeto a sujeto. Pero Lacan no aloja para nada la contratransferencia en la intersubjetividad. Lacan considera la
contratransferencia como previamente constituida en el analista. La contratransferencia es el nombre de la insuficiencia del
analista para dar la interpretación conveniente, la que permitiría a la dialéctica continuar.

Lacan bloquea completamente la via de la contratransferencia como brújula de la experiencia, ya que dice que la
contratransferencia de Freud está previamente constituida y es la transferencia de Dora lo que responde a la
contratransferencia de Freud. La tesis de Lacan se enfrenta a lo que se desarrollará a continuación en el psicoanálisis. Su
intervención sobre la transferencia, se podría decir que es una intervención contra la transferencia. No es contra la
contratransferencia, es contra la transferencia. Lacan conduce la transferencia al título de repetición. Cuando hay
transferencia, el sujeto repite y reproduce la constitución de su partenaire-symptôme.

En este texto tenemos la aparición en Lacan del modo permanente según el cual él elabora la experiencia analítica, como el
lugar de un conflicto entre inercia y dinámica. La transferencia como elemento que saca a flote la inercia repetitiva. Lacan
hace de la transferencia el bloqueo de la dialéctica: "la transferencia no es nada de real en el sujeto" ( Ecrits, pág.225), y
utiliza en la proposición del pase, en 1967, el mismo término al referirse al SSS: "El sujeto supuesto saber no es real".

Cuando la contratransferencia comienza su carrera en el psicoanálisis, Lacan define el psicoanálisis como "una práctica que
se funda sobre la intersubjetividad". Una intersubjetividad muy diferente a la que aparece como referente de la corriente
intersubjetiva americana, puesto que es una intersubjetividad desdoblada. Para ellos una intersubjetividad recíproca y una
intersubjetividad imaginaria y para nosotros una intersubjetividad dialéctica y una intersubjetividad simbólica.

J.A.Miller finaliza la clase diciendo que en la próxima comenzará formulando cúal es nuestro aparato para estructurar la
experiencia analítica, el cual es mucho más complejo y al que habrá que defender.
Clase 15. Pliable medium es la palabra de Marion Milner para calificar su posición en la cura: poner su ser a disposición del
paciente. Para J.A.Miller, esta cuestión va a motivar la investigación del seminario de este año.

La dinámica de la diferenciación que conoció el psicoanálisis desde la muerte de Freud y más precisamente desde hace 50
años, tiende a reincluir a Lacan dentro del movimiento psicoanalítico mayoritario. Pero sobre todo, esta dinámica obligará a
los lacanianos a redefinir los principios de su práctica en el seno de este conjunto caótico, en dispersión, al que todavía se
le llama movimiento psicoanalítico. Y redefinir los principios de la práctica lacaniana no es simple. La enseñanza de Lacan
está en transformación. Hay diferentes cosechas, el lacaniano de 1953 no es el de 1958 ni el del 64, 67,.. y esto se traduce
en el reagrupamiento de los psicoanalistas a través de diferentes escisiones, dificultades, malestares, que son huellas,
marcas de estas transformaciones.

Lo que contrasta con estas transformaciones es la permanencia de un vocabulario. Y a falta de algo mejor, quedará la
duración de la sesión y la autorización de hacerla variable o corta. J.A.Miller establece un ternario utilizando los símbolos de
Lacan, R - S - I:

Paula Heimann
Jacques Lacan
Heinz Hartman

Sitúa a P.Heimann en I, donde se estructura la experiencia analítica en la relación dual a------a', "una comprensión
emocional" que consiste en un traslado de afectos del paciente al analista.

En R sitúa a H.Hartman, el oráculo de la Egopsychology donde ubica la R de realidad, la palabra clave . Estructura la
experiencia dándole como misión al analista representar el principio de realidad. La finalidad de la cura es conseguir la
sustitución del principio del placer por el principio de realidad.

En respuesta a estas posturas, J.A.Miller desarrolla una serie de principios lacanianos:

- 1º principio. La comprensión emocional y los afectos hay que tomarlos como engaños imaginarios.
- 2º principio. La negación de la esfera no conflictiva del yo y la negación de su función de síntesis y adaptación.
- 3º principio. La transferencia no es la puesta en acto de una ilusión, sino la puesta en acto de la realidad sexual del
inconsciente.
- 4º principio. Oponer el registro de la mutación al registro de la constancia. Saber conjugar ambos registros.
- 5º principio. El S barrado es la sigla del registro de la mutación, y el pequeño a, que como objeto tiene valor de constante.
- 6º principio. El principio de la experiencia introduce primero al sujeto como indeterminado, sin predicados.
- 7º principio. El analista localiza su posición sobre y como el determinante. El analista puede operar desde el lugar del
Autre o desde el lugar de objeto pequeño a.

Cómo ordenar estos dos principios?. J.A.Miller propone, si la experiencia obedece a esta lógica, es decir, si en efecto lo que
emerge primero es la determinación significante y si esta determinación, se reduce progresivamente a su residuo de objeto
pequeño a. Son dos estilos muy diferentes, asignar la determinación del sujeto al simbólico o asignarla al goce.

Clase 16. Última clase dedicada a nuestros colegas ipeístas y su forma de analizar. J.A. Miller y Éric Laurent siguen con el
tema del uso de la contratransferencia. Éric Laurent presenta dos autores; Thierry Bokanowski, miembro actual del comité
de la dirección del Instituto Psicoanalítico de París, y un enseñante del mismo, y Marcia Cavell, filósofa y mujer de
Davidson, del cual comparte las ideas, y que a pesar de la simpatía por los intersubjetivistas de la Costa Oeste, permanece
fiel al proyecto Harmnatiano.

Thierry Bokanowski, tiene una idea del la transferencia/contratransferencia ferencziana, postferencziana, de seducción
constante y traumatizante. La contratransferencia toma con él, colores eróticos muy particulares. Va a presentar la
contratransferencia especialmente embarazada cuando se enreda con el objeto fálico que se presenta como candidato
natural de tiers. En su libro Bokanowski define la contratransferencia como un funcionamiento psíquico inmediatamente
accesible, como una dificultad a elaborar, y que no puede servir de instrumento en la cura más que después de un trabajo
intenso, y agotador. A lo largo de los capítulos de su libro; "La clínica cotidiana", "Lo sexual y el trabajo clínico en la cura",
"El analista con fin, y el análisis sin fin", y "El rechazo de lo femenino", nos comenta Éric, como el autor sitúa la
contratransferencia, poniendo en primer plano los "fantasmas homosexuales", entre comillas, que atraviesan el análisis, así
como los de "rechazo de lo femenino" a partir de una bisexualidad psíquica que complica la escucha contratransferencial.
Es una originalidad del autor situar la bisexualidad imaginaria como lo que esta en primer plano.

Este uso de la contratransferencia en la cura, teniendo en primer plano la bisexualidad, dirá Miller, nos es desconocido
completamente a nosotros que por el uso del matema, Sujeto barrado pequeño a, estamos habituados a otra cosa, mientras
que en esta experiencia en la sesión no hay dos personas, sino cuatro.
Continua Éric con la exposición del caso clínico del que trata el libro; Julien, que prefiere un analista ortodoxo. J. A. Miller
señala las contribuciones de varios autores de la IPA, de lo pernicioso de estar expuestos a las producciones del analizante
todo el tiempo standard. El caso Julien, lo retoman en el Curso, para indicar dos cuestiones; primera como es el uso de la
contratransferencia en los que contemplan como tiers la bisexualidad, y cuál es la diferencia con nosotros. El nudo del
análisis de Julien será la construcción de la metáfora paterna, la llamada al padre, que si es desatendida en su infancia,
tampoco la oye el analista, que se queda suspendido en una interpretación imaginaria deteniendo el significante que daría
acceso a un cambio de posición subjetiva de Julien, "lame-culo". Un caso muy florido, que permite ver las diferencias entre
nuestra clínica y la ipeísta.

La última parte de la clase la dedica Éric al comentario sobre Marcia Cavell: "En el número de 1.988 de l'IJP - International
Journal - que presenta la corriente intersubjetiva, hay dos artículos de ella que dialoga sobre esta corriente. Por una parte
ella simpatiza con el movimiento intersubjetivo, que le parece muy a la par con la evolución del pensamiento en general y
del movimiento filosófico americano en particular. Ella se adhiere a la sensibilidad filosófica americana después de Quine,
(pragmática sin ser relativista, post-moderna), la sensibilidad de Putman, o de Davidson (que es su marido), del cual podría
no compartir las ideas, pero las comparte". J-A Miller en una entrevista con ella que aparece en l'Ane número 39, en 1.989
en ocasión de la primera visita "oficial", entre comillas de Davidson, que viene para dar un ciclo de conferencias, nos indica
que es ella, quién "ha introducido la intersubjetividad en la filosofía analítica".

Esto demuestra que la posición de Marcia Cavell, es contraria a la posición austera de un inconsciente cerrado sobre sí
mismo, tal y como la egopsychology y después la self-spychology lo promueven. Sin embargo, ella mantiene, los elementos
esenciales de la egopsychology y del proyecto hartmaniano tal y como nos lo contaba la semana pasada Jacques-Alain
Miller. Su palabra más usada, es la de la necesidad de un "mundo real, compartido, exterior". Estas palabras de "mundo
compartido" tienen numerosos puntos en común con la realidad de Heinz Hartmann.

Con estos dos comentarios sobre el uso de la contratransferencia en los distintos autores de la IPA, termina esta parte del
Curso dedicada a la reflexión de lo que supuso y aún supone el empleo de la contratransferencia en la cura, es decir la
desaparición del concepto de inconsciente, pulsión ..... y podemos pensar todos los conceptos fundamentales freudianos.

Por qué, no se le dio su lugar a Lacan?. Qué retiene a los analizantes en este tipo de práctica que impone las condiciones
de goce?. Seguimos debatiendo en el Seminario de Investigación, pensando que no es posible Lacan hasta el cambio de
paradigma, tema que planteara J.A. Miller a partir de la séance próxima, bajo la introducción de lo que llama "Intuiciones
milanesas".

Clase 17: El psicoanálisis en la época de la globalización.

Comienza una nueva e interesantisíma escansión en el Curso. En esta clase J.A. Miller, a través de sus intuiciones
milanesas, nos introduce en el cambio de paradigma mundial, y en el legado que nos dejo Lacan para la existencia del
psicoanálisis en el siglo XXI, siglo con otro paradigma. Desarrolla todo esto J.A. Miller a través de: dos frases, ocho
reflexiones, dos épocas y tres tiempos en la enseñanza y en la cura en Lacan, que proporcionan el desplazamiento del
antiguo al nuevo paradigma.

Dos frases de Lacan: "Je ne dis memê pas "la politique, c'est l'inconscient" mais tout simplement "l'inconscient, c'est la
politique" - ("yo no digo que "la política, es el inconsciente" sino simplemente "el inconsciente, es la política"). Y "il n'y a pas
de rapport sexual", "il n'y a que la jouissance". Estas dos frases enmarcan el psicoanálisis en época actual.

Ocho reflexiones: Primera reflexión: la política, es el inconsciente. Segunda reflexión: "l'inconscient, c'est la politique" (el
inconsciente es la política). Tercera reflexión: "l'inconscient est politique" (el inconsciente es político, el inconsciente es
política). Cuarta reflexión: la Ciudad no existe. El psicoanálisis en la Ciudad!. Quinta reflexión: Freud y la Reina Victoria.
Sexta reflexión: Lacan y la reina jouissance. Séptima reflexión: la cura analítica en la época de la globalización. Octava
reflexión: rebajamiento del psicoanálisis.

Dos épocas: La disciplinar, y la del impero, limitadas por la caída del muro de Berlín que no gusto a todo el mundo.Tres
tiempos en la enseñanza y en la cura analítica en Lacan.

En la enseñanza:

Primera Fase. Es la de la formalización del psicoanálisis en la época disciplinaria. Primero, por la formalización del concepto
del inconsciente, del Edipo, de la castración y de la represión por los conceptos del Nombre del Padre y de la metáfora, y de
la formalización por los conceptos de deseo y metonimia. Es esto lo que fue el Lacan clásico, el hueso duro del lacanismo.
Es Freud formalizado.

Segunda Fase. Quizás se puede clasificar hoy en día como de transición, subversión de Freud por Lacan. Una subversión
de la función disciplinaria central, la del Nombre del Padre, pluralizada por Lacan y la represión que desplaza Lacan de la
prohibición paternal al lenguaje. Subversión del concepto de deseo ligado a lo prohibido. Lacan desplaza el concepto de
deseo por el de goce, poniendo el acento, mucho más que sobre la falta, sobre lo que colma la falta, que es la función de su
objeto a.

Tercera Fase. Lo que llamamos su última enseñanza - lo llamamos última enseñanza por que no llegamos a darle a las
cosas su lugar -, en la que el término esencial es el del goce en tanto que este no tiene contrario. El significante se vuelve
operador de goce, la oposición placer/goce declina, tiende a disolverse, el placer llega a ser un cierto régimen del goce. La
pulsión ocupa el primer plano, la pulsión no esta intrínsecamente articulada a la defensa, "le sujet est hereux", el sujeto esta
siempre al nivel de pulsión. El concepto de pulsión, es el de una función que se satisface siempre. La única cuestión es que
la pulsión se satisface. La pulsión se satisface directamente, indirectamente, de manera económica, dolorosa, placentera,
etc..., axiomáticamente la pulsión se satisface siempre.

Esto corresponde a una salida de la época disciplinaria organizada, a partir de lo prohibido y de la transgresión. Después de
esto, es cuestión de posición. Ya no hay fuera. No se sueña más con lo externo (no hay más fuera). La época esta ocupada
por esto. Se evoca el pensamiento único. No hay mas pensamiento único. O la globalización. Muchas zonas escapan a la
globalización. Pero lo que esta puesto en juego es el sentimiento, la representación que ya no es más exterior, y
corresponde, en esta etapa de Lacan, a que, no hay más que los asuntos de posicionamiento, de recorrido.

En la cura:

Primer tiempo: La cura analítica esta concebida como un tratamiento y se trata de diferenciarlo de un tratamiento médico.
La cura está prescrita a un ideal de madurez y a una norma de la personalidad, y el mismo Lacan debió hablar de la
conclusión de la personalidad o de la realización efectiva del Edipo y de la castración.

Segundo tiempo: tiempo de transición entre los paradigmas: la desmedicalización conseguida en la cura, la cura, pudo
concebirse como experiencia y no más como un tratamiento. La palabra experiencia tiene toda su importancia, como el
lugar dónde pasan las cosas. La cura proporciona un sujeto nuevo, y esto se cristaliza con una noción del pase pensado
bajo el modo transgresivo del atravesamiento del fantasma.

Tercer tiempo: el propio del régimen de la globalización, en este punto al final de los "Autres Écrits" no niega el pase, sino
que lo restituye como un relato, narración acertada que satisface a un auditorio, como procedimiento, como un espectáculo.
El pase se contempla con el axioma de satisfacción de la pulsión, el síntoma deja de tener su contrario en la cura, y pasa a
ser la forma de goce del sujeto. En este marco se inscribe el famoso "no hay relación sexual", porque esta formula señala el
borramiento definitivo de la norma que gobernaba secretamente hasta entonces el psicoanálisis, que era precisamente la
norma de relación sexual. No se sale de lo que retenía el psicoanálisis en la época disciplinaria con la formula "no hay
relación sexual". Y es necesario completar "il n'y a que la jouissance".

Termina la séance con una pregunta a desarrollar en las próximas reuniones ¿Cómo sacar al psicoanálisis de la attention
givers, donde la economía americana intenta ubicarlo?.

Añadiremos una serie de hipótesis planteadas en el Seminario de Investigación. Lacan nos ha dado los instrumentos para la
entrada del psicoanálisis en el cambio de paradigma, para la entrada del mundo en el régimen del no-todo y el abandono
del Uno, del Padre, de la ley su prohibición, y entre los legados más importantes que nos dio, consideramos el del "tiempo
lógico", "la escansión" como lo que ocupara a la lógica de la cura, en el mundo con un nuevo paradigma.

El segundo de sus legados, importantisímo son sus "seis paradigmas del goce aislados por J. A. Miller, en 1.999, de los
cuales, investigamos en este sentido; el primero y el segundo corresponden a la primera época de la enseñanza y la cura
en Lacan, ubicados perfectamente en la época totalitaria, el tercero y el cuarto, paradigmas que resuelven la identificación,
precisamente por otra identificación, y en los que vemos su lugar de transicción, en que es más importante lo que se pone
en el lugar de la falta que la falta, paradigmas de la transgresión ubicado en la última época totalitaria, disciplinar. Y por
último el quinto y sexto paradigmas del goce, paradigmas de la era global.

Clase 18. En esta clase, J. A. Miller amplia con el concepto de estructura el "inconsciente político". La estructura no es una
descripción ordenada, ni un modelo teórico, sino que se produce en la realidad determinando sus efectos: verdad, goce y
sujeto. La estructura opera en la experiencia como "la máquina original que pone al sujeto en escena". La máquina que
opera en lo social, es hoy en día la del no-todo, y el inconsciente político lo que está en el lugar de la "ausencia de relación
sexual", creando el vínculo social. Vínculo social, incluye el "ser rechazado" que Lacan propone para invitar a interrogarnos
sobre estos significantes, que adquieren suma importancia en la época de la globalización como único válido ante no
someterse a la demanda del Autre.

J.A. Miller continúa con sus reflexiones milanesas de la clase anterior: 8)- el rebajamiento del psicoanálisis. 9)- bulles de
certitud (burbujas de certeza). 10)- el psicoanálisis en la época de la globalización. A destacar en estos puntos:

Desde la perspectiva americana, el economista político R. Reich destaca dos sectores en la economía en la época de la
globalización: 1)- el mercado de la atención artificial (oferta y demanda de la atención "que me atiendan"). 2)- los creadores,
más cualificados y a los que nunca podrán acceder los primeros. A los psicoanalistas los incluye en los primeros en
compañía de las psicoterapias, baby-sisters bajo el concepto "attention givers". Esta posición del psicoanálisis lo descalifica,
rebaja y lo retira de la proximidad a la medicina que ha ocupado.

Procedencia de la máquina actual social. Es aquí donde Miller analiza el concepto de la máquina original de la civilización
actual. La época de la globalización deja de vivir bajo el reino del padre, es lo que Lacan plantea en su escrito L'etourdit,
como la estructura del no-todo en respuesta al anti-Edipo que Deleuze y Gauttari habían intentado captar.

La estructura del no-todo, sin límites, sin prohibiciones, sin "hacer barrera" requiere una nueva clínica, que introduce Lacan
con el nudo, a través del cual entre RSI plantea, posibilita arreglos y enganches siempre que se relacionen entre sí los tres
registros, y desaloja la discontinuidad de las estructuras clásicas; neurosis, perversión, psicosis. El todo acaba, el no-todo
se coloca en el lugar de la organización social, no-todo asociado a la sexualidad femenina y por tanto pone en primer plano
la subida de los valores femeninos en la sociedad, con lo que esto genera de nostalgia hacia el significante-amo más
exacerbada en la medida en que aparece desligado del resto, pues en el no-todo social el significante no llega en bloques
organizados. Los significantes aparecen como fragmentos discontinuos, como se observa en los mass media de la
comunicación, y que produce en el sujeto un repliegue de zonas limitadas de certeza. El efecto otaku es un resultado de
este proceso, y J.A. Miller plantea que algo del psicoanálisis se conceptúa como una respuesta otaku.

Es el fin de la época del nombre del padre y su clínica para dar paso, no a la clínica de predominio materno, sino a la clínica
del nudo, propia de la sexualidad femenina. Miller repasa los diferentes momentos clínicos lacanianos: La clínica de la
identificación. La clínica del fantasma. La clínica del síntoma, donde lo sustancial es el goce "solo hay goce"en detrimento
del sentido y la verdad.

Para finalizar, plantea que los psicoanalistas en la globalización se descubren a partir del pase. El pase desconecta el ser
un analista y la práctica analítica. Para no disolverse el analista en la práctica atencional, ha de preservar el hueso, una
definición del analista independiente de la práctica analista. Nos propone pensar en este contexto la formación del analista,
fuera de toda problemática del ideal y de la forma.

Clase 19: Interpretar el inconsciente político.

En esta clase Éric realiza una inesperada intervención sobre la interpretación del inconsciente político. "L'inconscient, c'est
la politique" anuncia la cuestión de la interpretación en política. La experiencia política como la fórmula Marcel Gauchet y
Jacques-Alain Miller, conlleva una división irreductible, como experiencia de una división trágica sin remedio. El
psicoanálisis es la experiencia de la barra sobre el sujeto, y sobre el Autre. Si el psicoanálisis olvida esta primera división,
cae en la psicoterapia y en el triunfo desastroso de la misma: abdicación de la autonomía, depresión y regresión. Éric
analiza el inconsciente político, a propósito de las intervenciones de Lacan en Vicennes, que Éric va a situar sobre un
fenómeno más contemporáneo. ¿Avergonzar es tarea del psicoanalista?, o ¿es sólo la tarea del moralista?.

Avergonzar, es la misión de la sátira.

1)- Le Neveu de Rameau. Un effort de poésie. Lacan retoma esta figura, eminentemente satírica, la gran figura que para
Hegel encarnó la culminación y el impasse moral de los Lumières, le Neveu de Rameau: "en vuestra tentativa moral de
gozar sin trabas, os precede esta gran figura"; Le Neveu de Rameau gran figura de la literatura francesa. Triunfa tarde, no
en vida de Diderot.

Le Neveu de Rameau fue una verdadera contingencia, un acontecimiento imprevisto, que Diderot escribió y guardo en un
cajón, .... alguien lo encuentra, se lo da a Schiller, le dice que es de Diderot, que nunca lo publicó en 1.804, treinta y cinco
años después de la muerte de Diderot, Schiller se lo pasa a Goethe, que lo traduce inmediatamente, y no es hasta 1.891
que tenemos una retraducción francesa de la traducción alemana de Goethe. Lacan, muestra con esta contingencia que las
cosas como esas, no firmadas, no publicadas, dejadas en el fondo de un cajón, no por ello dejan de hacer su efecto.

La conversación con le Neveu, en la primavera de 1.761, tiene un aire extremadamente improvisado. Pero esto no es así en
absoluto. Es uno de los textos que Diderot ha trabajado más largamente. Lo revisó varias veces. Es un trabajo de ir limando
hasta dar el sentimiento de ligereza. Es el enorme trabajo lo que lo hace ligero. Se lee admirablemente, es un "effort de
poésie".

Le Neveu de Rameau es un monstruo, puesto que es un ser inmoral. Inmoral o amoral, alguien que plantea de una manera
decidida la cuestión de la moralidad. El problema moral se presenta como un diálogo. Los dos personajes que discuten son:
Lui et Moi. Vemos en Lui, rasgos de Moi, y en Moi rasgos de Lui. El tono de le Neveu es una interpretación desde la
conciencia vil, desde la conciencia del sirviente, es la descripción del amor a sí mismo, hecha por un siervo. El siervo dice lo
mismo que el noble, pero sin honor: "sólo se ama uno a sí mismo, y hay que ser lo más bribón posible, ya que es la única
manera de manifestar esta verdad al mundo".
Le Neveu de Rameau es una sátira, y una sátira, nos dice Jacques-Alain Miller, es justamente lo que se hace cuando no se
puede hacer ninguna otra cosa, cuando nada más se puede hacer.......

2)- Édit de Carcalla de Debray. Todos americanos. Règis Debray en su Édit de Caracalla dedicado a avergonzarnos,
despliega desde todos los ángulos, lo ridículo del provincialismo de nuestros países europeos que se ocupan de sus
asuntos interiores y hacen de todo para desatender los grandes asuntos del mundo. Después de la caída del muro en
1.989, nada de lo que pasa en Europa tiene importancia para el mundo. ¿La guerra mundial vendrá, por otro lado?.

La guerra en la era del no-todo. Interesante conversación entre J.A. Miller y Éric Laurent sobre la imposibilidad de la guerra
entre Estados en la época de la globalización, la nostalgia del amigo/enemigo vista en el poder que se otorga al terrorista, el
fin de Europa como potencia mundial, y el fracaso del proyecto social demócrata.

Vergüenza, culpabilidad, excusa o perdón. ¿Es de la misma vergüenza de la que se trata, en la intención de Debray, que en
la interpretación política de Lacan? ¿Añade el analista algo, cuando avergüenza (fait honte)? La vergüenza es un afecto
eminentemente psicoanalítico, de la serie de la culpabilidad. Una de las brújulas de la acción psicoanalítica, que Lacan
retoma de Freud, es el no desculpabilizar jamás. Cuando el sujeto dice que es culpable, tiene excelentes razones para
serlo, y siempre tiene razón: el sujeto tiene siempre razón de ser culpable. Simplemente que no sabe por qué. Y
contrariamente a las psicoterapias, el psicoanálisis, reconoce y admite esa culpabilidad. En este sentido, avergonzar se
inscribe en una voluntad de cristalizar esta culpabilidad. Lacan opone desculpabilizar a desangustiar. Nunca hay que
desculpabilizar, siempre hay que desangustiar.

A partir de la caída del Muro de Berlín, asistimos al lenguaje moral. Una invasión de demandas, de excusas, de
arrepentimientos, de perdones, de repeticiones, etc., todos términos sacados del vocabulario moral. El síntoma de "tener
vergüenza", ha llegado a ser un síntoma mundial, como lo señalan un cierto número de políticos. Este vocabulario moral
que nos ha inundado, es un síntoma, en un síntoma que aparece en el lugar del cese y caída de lo elaborado por los
discursos políticos para estar juntos. Tradición, Progreso, Revolución, no son ninguna de las figuras que permiten
clásicamente dar cuenta del devenir de la respuesta a la pregunta: adónde vamos y porqué, que resiste a la Revocación. La
Tradición es insoportable, el Progreso imperceptible, y la Revolución improbable.

Anticipándose sobre la fase moral del vocabulario político, Hanna Arendt pone el perdón y la promesa en el centro de su
reflexión sobre "The human condition", publicado en 1.958. Hace del perdón y la promesa formas fundamentales de vínculo,
que acompañan en la dimensión del lenguaje, la acción humana. Jacques Derrida, retoma la cuestión en su Seminario en la
Escuela de Altos estudios entre 1.996 y 1.999 consagrado a la "Demanda de perdón". Después del 99, lo dedica a otras
cosas, a la "Pena de muerte". Derrida hace del perdón, lo que él aísla como una nueva religiosidad. Derrida nota que la
demanda de perdón se hace en un lenguaje abrahámico - este que los católicos llaman del Antiguo Testamento - y sobre la
tierra entera.

Oriente y Occidente. La oposición entre Oriente y Occidente es fuerte sobre este punto. ¿Es que hay una sobreposición,
como ocurre con el discurso de la ciencia, hay una imposición del discurso abrahámico en el Oriente? ¿Es verdaderamente
un lenguaje abrahámico? Derrida interroga este punto poniendo la lógica del perdón más allá de la demanda de perdón,
más allá de su dirección, de a quién vaya dirigida.

Esto nos lleva a la elección por Lacan del término vergüenza. La vergüenza es un término que toca la tradición occidental y
oriental. Y no está seguramente elegido por casualidad, sobre el de culpabilidad. La antropología ha opuesto las sociedades
de culpabilidad y las sociedades de vergüenza. Las sociedades en las que el sentimiento de culpabilidad está interiorizado,
serían aquellas en las que se pide al sujeto que reconozca: "soy culpable". Estas se oponen a las sociedades de vergüenza,
en las que no se le pide al sujeto que se declare culpable, si que se excuse, momento en que se efectúa la pérdida de algo
esencial para el sujeto: la pérdida de un lugar. El lugar es crucial en lo que podemos mejor llamar, la sociedad de la
educación que la sociedad de la vergüenza. La retórica de la interioridad no se busca. No se busca sondear los corazones,
para saber si el sujeto es culpable o no, lo único que vale es "me excuso". Esto es algo Oriental, algo que proviene de
Oriente y se ha adaptado en Occidente, pues en la retórica del perdón Occidente impone, toma prestado cada vez más las
referencias a la "excusa" de Oriente.

Interpretación del inconsciente político. Es a partir de la incompletud que sitúa Lacan toda la interpretación del inconsciente
político. El avergonzar de Lacan no supone el perdón. El avergonzar de Lacan abre el "míralos gozar" con lo que se anuncia
el régimen de fascinación por los realitys shows. Sobre esto introduce Eric las reflexiones sobre la melancolía y la depresión
freudianas que completa Lacan con el haineamoration, no reverso entre ambos, sino relevo pulsional, siendo primario el
odio.

Esto señala el impasse de la solución por los Derechos Humanos, pues el "amar al prójimo como a sí mismo" conlleva el
odio sobre sí mismo, odio del que testimonian los HB (Human Bomb), los asesinos suicidas, que con su forma de gozar
denuncian el fracaso de los gobiernos de centro que excluyen lo imposible. Termina Éric lanzando una pregunta: "¿es
posible avergonzar al asesino suicida, diciéndole: mira como gozas?".

Clase 20: Mirarlos gozar, para gozar.


Jacques-Alain Miller, hace un recorrido por conceptos tales como la vergüenza, culpabilidad, el pudor en relación con la
mirada del Autre para localizar una nueva relación entre el sujeto y el goce. La mirada del Autre no avergüenza a nadie ya.
Lacan en Vincennes cuando dice: "Mirarlos gozar" hace una tentativa para reanimar la mirada que avergüenza. En
"L'envers de la psychanalyse" Lacan dice "ya no hay vergüenza" y es este Seminario de Lacan en el que se apoya Miller
durante toda la clase. La televisión muestra que la vergüenza está muerta, el éxito de los programas actuales reality shows
consiste en saber que se mira gozar para gozar. También se refiere en la clase a la relación directa de esta realidad con la
caída de conceptos asociados al Nombre del Padre: honor, heroicidad, honestidad, burguesía, aristocracia.

Las preguntas para el Psicoanálisis ¿Qué será del Psicoanálisis cuando no haya vergüenza?, ¿Es el Psicoanálisis para
todos?. Son algunas de las reflexiones a las que nos incita esta clase.

Clase 21. La demanda de perdón.

Éric Laurent nos acerca a un malestar en la ética muy contemporáneo, y que se diagnostica como el olvido de la dialéctica
de la vergüenza y del honor. La exigencia de la demanda de perdón, aparece como una demanda de olvido, del olvido de la
desaparición de la vergüenza. Hoy en día se pide al sujeto de la civilización no tener más vergüenza de su goce pero sí de
su deseo y de sus significantes amos a los que está ligado. Lacan en "La ética del psicoanálisis" dirá: "la única cosa de la
que se puede ser culpable, al menos en la perspectiva psicoanalítica, es de haber cedido sobre su deseo".

La distinción entre la vida ordinaria y la instancia que le es transcendente, se lleva a cabo por los nuevos avances de las
ciencias de la vida que, contribuyen poderosamente a renovar lo ordinario de la vida en cuestión. Las biotécnicas nos
permiten ya desordenar las cosas, mezclando la realización actual y los fantasmas. Se puede situar su acción en: el control
de los humores y la personalidad, la prolongación de la vida, y la mejora genética. Pero la ciencia es fútil, pues ella, que
ayuda poderosamente a fragmentar los cuerpos, no dice cómo gozar de los objetos que produce. El psicoanálisis presenta
una forma de gozar de alguna cosa no transcendente, que está en el interior mismo del sujeto. El psicoanálisis en su
discurso es un síntoma, es como una forma de gozar del inconsciente.

Y el honor que conviene, sin duda, al discurso psicoanalítico y a la ética del analizante, es este: Descifra tu inconsciente,
haz tu inconsciente legible, y, para eso, tú tienes necesidad de un significante-amo que no es el de los tiempos antiguos,
que es el de hoy

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