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Filipenses 2:18
Así también ustedes, alégrense y compartan su alegría conmigo.
Recientemente me he encontrado con personas que no veía hacia unos años, con
algunos más de 7 y con otro hasta 23, y en todos los casos me han dicho “¡Oye, te
ves muy bien!”, “No te pasan los años”, etc…
En el versículo inicial el apóstol Pablo les solicita a los filipenses que se alegren y
que compartan con él su alegría, como parte de sus directrices para que den
testimonio.
Dios nos da a nosotros para que nos nutramos, pero también para que
compartamos con los que nos rodean, es decir con la familia de sangre, con la
familia espiritual, con las amistades, con los vecinos, con los que nos reunimos a
hacer gimnasia, con los que nos encontramos en el bus, en el taxi, en el MIO, etc…
Juan 15:10-12
10
Si obedecen mis mandamientos, permanecerán en mi amor, así
como yo he obedecido los mandamientos de mi Padre y
permanezco en su amor. 11 Les he dicho esto para que tengan mi
alegría y así su alegría sea completa. 12 Y éste es mi
mandamiento: que se amen los unos a los otros, como yo los he
amado.
Juan 15:11
11
Les he dicho esto para que tengan mi alegría y así su alegría
sea completa.
La pista para hallar la clave para tener la alegría de Jesús está en las
cuatro primeras palabras “Les he dicho esto”, y esto nos lleva al
versículo anterior.
Juan 15:10
10
Si obedecen mis mandamientos, permanecerán en mi amor, así
como yo he obedecido los mandamientos de mi Padre y
permanezco en su amor.
Juan 15:12
12
Y éste es mi mandamiento: que se amen los unos a los otros,
como yo los he amado.
Salmos 19:7-8
7
La *ley del SEÑOR es perfecta:
infunde nuevo *aliento.
El mandato del SEÑOR es digno de confianza:
da sabiduría al *sencillo.
8
Los preceptos del SEÑOR son rectos:
traen alegría al *corazón.
El mandamiento del SEÑOR es claro:
da luz a los ojos.
En estos dos versículos además de hallar los cuatro nutrientes (nuevo
aliento, sabiduría, alegría y luz) también encontramos cuatro aspectos
para catalogar la Palabra de Dios: La ley del SEÑOR, El mandato del
SEÑOR, Los preceptos del SEÑOR y el mandamiento del SEÑOR.
Necesitamos de Su Luz
Con todo lo anterior podemos ver a los demás como Dios los ve.