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El otro y el discurso capitalista – Barrionuevo

El Otro.
El lenguaje preexiste al sujeto y está antes de que él nazca y antes de que el niño pueda hablar el
lenguaje le inaugura un lugar en la cultura. Recordemos que el sujeto del psicoanálisis es sujeto
del inconciente y del lenguaje y que este lenguaje le vendrá desde Otro lugar.

La compleja tarea que supone el recambio de los emblemas identificatorios endogámicos por
otros apoyados en la Cultura y el encuentro con un otro sexuado que resignifca aquello que había
caído bajo represión, imponen al joven un reposicionamiento subjetivo, bajo la dialéctica falo-
castración: ¿cómo re-conocerse en este “nuevo” lugar?

En la adolescencia es necesario el desprendimiento o desasimiento del Otro familiar, el Otro de la


tribu urbana, por ejemplo, se manifestará a través de múltiples otros con los cuales el sujeto se
identifica para ser.

El trabajo de duelo consiste, no sólo en la aceptación de la propia castración, sino de la caída de la


omnipotencia parental, sumirá al sujeto en la angustia.

El discurso capitalista, que luego agrega a los originarios cuatro discursos, lo considera
prolongación o derivación del discurso del Amo. En el tiempo del capitalismo tardío se confunden
goce y consumo.

El deseo para Freud es el deseo inconciente, en la neurosis obsesiva su deseo es de dificultad,


deseo prevenido en la fobia o en la histeria deseo de deseo insatisfecho desde el aporte de Lacan.

El Goce está del lado del “más allá”, lleva al sujeto a perder su cuota de libertad, con la marca del
exceso que provee la pulsión de muerte, pudiéndose definirlo como una satisfacción paradójica,
sufriente, que el sujeto neurótico obtiene en el síntoma y tiene la marca de lo ilimitado, de lo que
no cesa.

El adolescente y el Otro: Las marcas de la postmodernidad.

Si nos encontramos en la época de la caída del Nombre-del-Padre, que desde el contexto socio-
cultural e histórico se vehiculiza mediante ciertas afirmaciones del estilo “Muerte de las
ideologías”, parece advertirse que el desfallecimiento o debilitamiento del lazo social intenta
suplirse con un “nuevo” Otro, con características peculiares: el mercado.

La noción de futuro con construcción y consolidación de proyectos (“que hacer?”, “de que
manera?”), se ve empobrecido ante la devaluación de lo simbólico y la preeminencia de lo
imaginario, o en otros términos, la degradación de la palabra a favor del predominio de la imagen
(especularidad), denotan el empobrecimiento del deseo. Algunos adolescentes solo pueden
proyectar a corto plazo, en una búsqueda de realización inmediata.

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