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"por lo que toca al beneficio y aumento desta Villa de Madrid, y para que en ella
haya limpieza, ornato y policia que conviene… con mucho provecho y utilidad
que destas cosas resultará para la salud y purificación de los aires que con la
basura, lodo y polvo en invierno y verano, y con los muladares que suelen
corromper y inficcionar… lo qual se escusaría si de una vez se hiciere lo
necesario"4.
La anterior Junta de Ornato y Policía que creara Felipe II y que tuvo a su cargo
la solución de los problemas de la higiene urbana, fue vaciada de contenido de
forma progresiva, para llegar a su desaparición en el año 1608 6, como se ha
dicho, por lo que el asunto, como problema, siguió durante el resto del siglo
XVII. En 1613 la Sala de Gobierno constituye un órgano ejecutivo y judicial
para atender privativamente los asuntos de limpieza urbana, con obligación de
vigilar el cumplimiento de las normas promulgadas, denunciar a los infractores
y punir las faltas cometidas7. Organizado jerárquicamente de menor a mayor
categoría, estaba compuesto por:
5
TOVAR MARTÍN, V., Arquitectura madrileña del siglo XVII, Madrid, 1983, p. 49.
6
Sobre esta Junta: BLASCO ESQUIVIAS, B., ¡Agua va! La higiene urbana en Madrid (1561-
1761), Madrid, Caja Madrid, 1998, pp. 21-38.
7
Archivo de la Villa de Madrid, sección ASA (en adelante ASA), 1-4-23. En los expedientes 1-2-
9 y 1-1-18 existen copias completas, incluyendo las últimas disposiciones sobre los "Alguaciles
y porteros de la pulicia" y sobre la necesidad de aumentar el número de cuarteles de la Villa.
1 Alguaciles de la limpieza, en número de seis, uno por cada cuartel y
encargados de vigilar el aseo del cuartel encomendado
"ninguna persona sea osada de echar, por las ventanas en las calles publicas
agua ni inmundicia ni otra cosa" so pena de castigo corporal, multas e incluso
destierro para el infractor13.
El 28 de junio del año 1590 se emite un extenso informe remitido por la Junta
de Ornato y Policía a Felipe II para informarle de sus actividades y proyectos
urbanísticos más recientes, relativos a la ordenación de las calles principales,
de la Plaza Mayor y de las zonas comerciales de la Villa; a la reconstrucción y
conservación de los lavaderos; al reajuste de las fuentes para evitar su
contaminación; a la limpieza general de la Villa; a la demarcación de límites
urbanos y a la normalización de las rejas en el pañeo de los inmuebles 15. Aquí
se hace referencia, por primera vez, a las ventajas que conllevaría la creación
de una red de canales o alcantarillas de desagüe, por donde los particulares
pudieran verter sus aguas residuales a una cloaca general 16.
14
MARTÍNEZ KLEISER, L., Guía de Madrid para el año 1656, Madrid, 1926, p. 67.
15
El documento original se encuentra en el Instituto Valencia de Don Juan (IVDJ), caja 47, nº
295. ANDRÉS, G. de, "Ordenación urbanística de Madrid dada por Felipe II en 1590", AIEM, XII
(1976), pp. 15-31.
16
16 Los vecinos y moradores de Madrid sólo disponían de dos sistemas para sacar fuera de
su habitación las inmundicias y las aguas fecales: bien mediante su evacuación por las puertas,
ventanas o cualquier otro vano del inmueble o bien mediante la instalación alternativa de
secretas, necesarias o letrinas. Restringido cada vez más el uso de puertas y ventanas, por las
sucesivas normas promulgadas al respecto, podríamos presuponer que se generalizó la
fabricación de vertederos reglamentarios durante el siglo XVI. Sin embargo, estas
instalaciones, que precisaban un hueco específico a ras del suelo dentro del inmueble o en
patios vecinales, no debieron ser habituales en edificios particulares sino sólo en el ámbito de
algunas comunidades religiosas, cuyo propio aislamiento y la congregación de muchos
individuos dificultaba la evacuación de inmundicias fuera de las tapias del recinto y aconsejaba
la adopción de estas medidas higiénicas
En cuanto a la regulación del vertido de inmundicias a la calle, se subraya la
necesidad de lograr que los vecinos y moradores:
"no vacien por las ventanas ningun genero de servicios, sino que lo bajen a
vaciar abajo; esto mientras se provee y da orden en la limpieza general"
"mandando que cada uno hiciese en su casa un sumidero donde echen el agua
y la demás basura y la guarden hasta que la lleven al campo"21
17
ANDRÉS (1976), p. 31.
18
ÍÑIGUEZ ALMECH (1950), p. 46.
19
BLASCO ESQUIVIAS (1998), p. 38.
20
ASA, 1-73-30. BLASCO ESQUIVIAS (1998), pp. 57-58. La Junta no consiguió el propósito
perseguido y, durante mucho tiempo, los canalones altos de cocina siguieron utilizándose para
verter las aguas sucias a la calle.
21
ASA, 1-73-30. BLASCO ESQUIVIAS (1998), pp. 57-58. A este respecto habrá que
esperar a las ordenanzas de Juan de Torija (1666) o a las de Ardemans (1717), más
El 13 de julio de 1610, el nuevo organismo encargado de la higiene urbana de
la Villa y Corte, la Sala de Gobierno del Consejo, emitió un Auto que
proporciona nuevas noticias sobre la organización y administración de la policía
y la limpieza urbanas. Se enuncian un total de ocho "reglas de policía",
centradas en la recogida de basuras de las vías. En el tema tocante a vertido
de aguas sucias, mantiene el mismo horario estipulado en 1592, reforzado con
la medida de realizar el vaciado de inmundicias, basuras o aguas de todo tipo
sólo por las puertas de los inmuebles, con exclusión terminante de utilizar para
estos menesteres las ventanas, azoteas o cualquier otro vano alto. El 26 de
mayo de 1612, la Sala de Gobierno del Consejo estableció:
"Que ninguna persona de qualquier calidad que sea no consienta ni de lugar que
ningun criado ni criada de dia ni de noche no eche a ninguna hora ni vacie ningun
genero de ynmundicia ni agua sucia ni limpia por las ventanas ni açoteas de sus
cassas, sino que lo echen y bacien por las puertas principales o falsas dellas en
mitad de la calle y no en otra ninguna parte. Y las ynmundiçias no las puedan
echar ni echen sino fuere en verano, desde primero de abril hasta fin de
septiembre, despues de las once de la noche y en el invierno desde primero de
octubre hasta fin de marzo despues de las diez, so pena de seis mrs., y los dueños
de las cassas y moradores dellas avisen a sus criados y criadas que de aquí en
adelante lo guarden y cumplan porque las dhas penas se han de cobrar de los
amos y se les reserva su derecho a salvo para que del salario de sus criados y
criadas lo puedan cobrar"22
"lo que en ella se trataba fuese al Consejo para que de allí en adelante se
tratase y confiriese en la Sala de Gobierno según y en la forma que en la Junta
de Policía se hacía conforme a lo contenido en las Cédulas que para hazer la
Junta se habían despachado y que el Corregidor desta Villa y el Regidor que
en virtud de la Cédula del año de seiscientos siete la Villa había de nombrar en
cada un año para asistir a la Junta, diesen que tan ahora de los señores de la
Sala de Gobierno el que por S.M. fue nombrado de todas las cosas que se
ofreciere tocantes al ornato, pulizia y limpieza desta villa para que el Señor del
Consejo lo diga en la Sala de Gobierno y en ella se tome la resolución que
contiene."23
Así, la Sala de Gobierno del Consejo Real, por un lado, y la Sala de alcaldes,
por otro, con sus conflictos incluidos, asumieron lo que a la limpieza urbana se
refiere. Recuérdese que el Consejo de Castilla, como miembro de la Junta de
Urbanismo24, que dirigía uno de sus miembros, y como institución estatal
estaba implicado directamente en el regimiento de la Villa. Hasta la creación de
la Junta de Limpieza y Empedrado, en el año 1659, hay un espacio temporal
donde se van acumulando tareas a los nuevos encargados del área sanitaria
urbana de Madrid. Una de sus primeras disposiciones, del año 1606 (4 de
mayo), fue la división territorial urbana de Madrid en seis cuarteles, cada uno
con sus calles, procurando facilitar, precisamente, la limpieza y empedrado 25.
Es ahora cuando vemos que se van acumulando actuaciones específicas,
cuando se van concretando, y se van determinando su regularización, en un
proceso que culminará, a mediados del siglo XVII en la concreción de las
funciones desarrolladas anteriormente y su atribución a cargos específicos,
como veremos más adelante.
Un texto sumamente importante para el tema que nos ocupa fue el pregón
general de 14 de marzo de 1613 que emitió la Sala de Alcaldes de Casa y
Corte, con un contenido que regulaba prácticamente todos los aspectos de la
higiene urbana del Madrid de esos años 27. Tal fue su importancia que fue
reeditado posteriormente cada año. El contenido más relevante es el siguiente:
"Otro sí mandan que ninguna persona desta Corte echen, ni consientan echar
de día, ni de noche por las ventanas agua, ni inmundicia, so pena de quatro
años de destierro, y veinte ducados a los amos que lo consintieren y de cien
azotes, y seis años de destierro a los criados, y criadas que lo echaren, y de
pagar los daños que hicieran. Y que ninguna persona eche, ni consienta echar
inmundicias por las puertas hasta diez dadas de la noche, so pena de cada vez
veinte ducados, y dos años de destierro. Y assi mismo que todos los vezinos y
moradores desta Corte, cada uno de ellos tenga bien limpia la pertenenzia de
su casa, y tenga por embargadas todas las fábricas de cantería, albañilería,
enmaderamiento de casas, y otras cualesquiera obras que ocupare la calle. Y
que nadie sea osado echar en ella Piedra, cal, ladrillos, texas, maderos, ni
ninguna suerte de material para obras sin tener licencia para ello del comisario
de la limpieza, no pudiendo la proseguir ni començarse otra alguna sin la dicha
licencia incurriendo en ella el dueño de la obra, y el maestro a cuyo cargo
estuviere, cada uno de ellos en la dicha cantidad. Y assi mismo que todos los
vecinos, y moradores no echen en ella cosa alguna, sino fuere la inmundicia de
los servicios a las horas acostumbradas, y no antes. Y assimismo que todos los
que tuvieren en sus casas tierra que sacar, o hizieren cuevas, sea
concertandose primero con los carreteros que la han de llevar, que desde sus
casas la saquen al carro sin echarla en la calle. Y que nadie sea osado echar
desde las ventanas aguas de ninguna suerte, sino fuere desde la puerta de dia.
Y de noche desde donde pudiesse, avisando primero tres vezes con la seña de
agua va. Y assimismo que no echen en la calle basura, tierra, trapos viejos, ni
retazos, vidrios quebrados, cascotes, cascos de ollas, o tinajas, retaços de
papel, esteras o espuertas viejas, estiercol de cavallos, ni otro animal,
verduras, cascaras de fruta, ni pluma de ave, ni otra alguna de ningun genero
que sea, ni cosa que pueda ensuziar la calle sino es inmundicia de las
servicios, que no se puede escusar, la qual los peones de la limpieza han de
recoger, y recogida en espuertas, o otra cosa, la han de dar a los peones de los
carros de la limpieza, sin pagar por ello cosa alguna. Y assimismo que las
casas que tuvieren muchos moradores, podrán entre ellos concertarse por
semanas, o meses como mejor les pareciere a cumplir con la limpieza, so pena
que en las faltas que en tal pertenencia huviere se executara la pena en el
morador que se quisiere de la tal Casa sin mas averiguacion. Y assimismo que
todos los caxones de las plaças, postes de Piedra, y de las verduleras, tengan
sus pertenencias como las demas, y las basuras que huvieren recogido las
tengan juntas, cada uno a un lado de la pertenenzia, para darlos al carro
quando pasare por ella, y no se entiende por basura los terreros de las obras,
granças, casca de vendimias, estiercol, porque todo esto sus dueños han de
hazer llevar a su costa."
"La limpieza empedrado y riego del quartel de Santa maría remato por seis
años que comenzaron a correr desde treze de julio deste año de mill y seis
cientos y treinta y ocho en diego de Magadan en cinco mill seteszientos y
cinquenta ducados cada año que se le an de pagar por los dos meses de pasar
un año como parece de las posturas remate obligacion y fianza que otorgo ante
mi. Firmado en Madrid a iiij de setienbre de 1638 años. Pedro de Castro."40
"La limpieza y empedrado desta villa no tiene el cobro conveniente antes son
muchas y continuas las quejas que sobre esto me llegan y consistiendo en ella
mucha parte de las salud pública particularmente en este tiempo que tanto
debemos recatarnos del contagio de la peste, y se padece, y reconociendo que
la gravedad de las acusaciones que estan a cargo de los del consejo no les
deja cuidar de esta comisión he resuelto encargarla enteramente al corregidor
como propia de la obligación de su oficio y uno de los capítulos de su
residencia, sin que en ella intervengan más comisarios ni superintendentes,
ejecutárase así dándose por el Consejo los Despachos que fueren menester;
en cuyo cumplimiento ordeno a VS que luego trate de executar esta comision
con el cuidado y vigilancia que requiere y se espera de su zelo, advirtiendo que
qualquiera falta que se reconozca se sentirá en los casos que fuere necesaria
su autoridad para cumplir enteramente con esta obligación."46
Por causa de estos deseos urgentes de renovación, Rizi, que ejerció como
visitador General de la Limpieza hasta el año 1648, fue sustituido por Simón
González, nombrado por los "señores del Consejo de Su Magestad" 47. El
sueldo de este funcionario era de 639.296 reales de vellón cada año. Esto
incluye varios conceptos, además del salario, como son el de ayuda de costa y
la "paxa para su caballo". La ayuda de costa era un concepto que hoy
podríamos calificar como ingresos extraordinarios por labores realizadas,
también extraordinariamente. Por ejemplo, Simón González cobró 86 reales por
ayuda de costa cuando "avisó" a caballo de su próxima visita a "los lugares de
Ballecas, Vicalvaro y Villaverde". Y esta era una de sus ocupaciones
principales: la visita a los diferentes sitios de Madrid. Lo hacía para verificar que
se cumplía, por parte de las personas encargadas, el compromiso de limpieza y
empedrado de las calles. Resulta curioso que en el nombramiento se haga
mención a la buena labor que ejerciera su antecesor, Rizi, ya que podemos
leer, que es nombrado Visitador General de la Limpieza "para que exerca como
Antonio Rizi".
"... todo nace de que no se cuida que los obligados traigan los carros y
cabalgaduras de su obligación y las que traen son tan malas y con tan malas
mulas que es lo mismo que no traerlos, y esto no se debe tolerar sino obligarles
a que tengan carros con mulas de servicio, y que juntamente con ellas anden
los mozos y cabalgaduras menores con sus serones conforme a la
obligación..."49.
Pero mal arreglo podría tener esta situación, si los licitadores a la obligación de
limpieza y empedrado eran escogidos por el remate de la subasta a la baja. De
esta forma, el dinero disponible no era lo suficiente para poder obtener una
calidad óptima en la limpieza urbana y, por extensión, en el mantenimiento de
la higiene. En las condiciones de la subasta, el licitador, como se ha dicho,
podía ofrecer una cantidad para la limpieza, otra para el empedrado y otra para
pagar a los subalternos y carros y mulas. Sin embargo no era eso lo que se
consideraba, sino la suma total. La menor, la que sería menos gravosa al
ayuntamiento, era la considerada, sin reparar en la división de la misma.
Otro cambio importante fue, a principios de los años 60 del siglo XVII, la
separación de las obligaciones. Al menos desde 1662 la obligación de limpiar y
la de empedrar aparece diferenciada en la documentación revisada. Con ello
se pretendió agilizar y acelerar el empedrado de Madrid. La falta de
documentación sobre los motivos exactos nos impiden certificar este cambio,
aunque no el reflexionar sobre ellos y suponer que los fines fueron los dichos:
agilización y acortamiento de tiempo de ejecución. Lo cierto es que cada
obligado de los cinco carros volantes estuvo funcionando, al menos durante
más de dos décadas. Parece ser que los plazos de esta obligación eran
ligeramente distintos a los de la limpieza. El maestro empedrador, que así era
llamado, se obligaba durante cinco años:
"Hácese cargo a Blas López, maestro empedrador a cuyo cargo está por
obligación el empedrado del cuartel de la Merced por tiempo de cinco años que
empezaron a correr en 1º de este mes de marzo y cumplirán en fin de febrero
de 1678 de cuatro mil reales que se le libran por los mismos que se le han de
prestar y anticipar conforme a su obligación al principio de cada uno de los
cinco años para hacer prevención de herramientas, pertrechos y demás cosas
necesarias, los cuales se le han de bajar en las seis primeras mesadas de cada
uno de dichos años y estos son por este de 1673, por libranza de Madrid de 30
de marzo de 1673."55
Por cierto, que Blas López hubo de hacerse cargo el mismo año del inicio de su
"obligación" de gastos extraordinarios, como el de los reparos que sufrió la
Calle de la Merced en el año 1673 56. Pero, como se ha dicho, el empedrado,
unido o no a la tarea de limpieza, empezó a principios del siglo XVII. Por
ejemplo, en el año 1628 se empedraron las calles de San Buenaventura, San
Mateo, la Plaza de San Salvador y Las Maravillas 57. Dos años antes ya estaban
empedradas las Cuesta de la Vega, la Casa de La Cruzada y se preparaban
para ello los alrededores de la torre de San Salvador 58 . En 1623 se
empedraron el puente de Toledo y los alrededores con ocasión de celebrar las
fiestas de San Isidro59 y un año después en 1624, estaba empedrada la Plaza
de Palacio60, aunque sus zaguanes, junto a los del Buen Retiro, no se
terminasen hasta 163461; y en 1618 ya estaba empedrada la calle del Espíritu
Santo62.
específicas. Torija, J. de, Ordenanzas de la villa de Madrid, y policia de ella, para todos los
que tuviessen, ó administrassen casas, huertas, jardines, tahonas, molinos y todo género
de possesiones, y para lo que han de observar los alarifes, y maestros de obras, Madrid,
1666. Ardemans, T. de, Ordenanzas de Madrid y otras diferentes que se practican en las
ciudades de Toledo y Sevilla, con algunas advertencias a los alarifes y particulares,
Madrid, 1717.
22
ASA, 1-4-23 (artículo 12 de las Providencias del Consejo de 1612. LÓPEZ SALABERRY, J.,
Discurso de recepción en la Real Academia de Bellas Artes, Madrid, 1904, pp. 43-48.
23
ASA, 1-4-23. BLASCO ESQUIVIAS, B., 1998, 44
24
Gómez Iglesias, A., "La transformación de Madrid durante el reinado de Felipe II y la creación
de las primeras Juntas de Urbanismo, Villa de Madrid, 22-23 (1961), p. 35; ÍÑIGUEZ ALMECH,
F., (1950), pp. 41-42.
25
ASA, 1-1-68. Cf.. BLASCO ESQUIVIAS, B., 1998, 45. Más tarde llegaría a haber hasta 14
"quarteles".
26
ASA 1-1-63
27
27 Pregón general mandado guardar por los señores de la sala de Alcaldes de Casa, y Corte
de su Magestad pparael buen gobierno della, publicado en esta Villa de Madrid, Madrid, Cosme
Delgado, 1613, BN, VE 213-39.
28
BLASCO ESQUIVIAS, B. 1998, p. 48. El informe se encuentra en ASA, 1-13-84.
29
Archivo de San Ginés (en adelante ASG), legajo 13, 1650, 25.
30
ASG, 13, 1648, 40.
31
ASG, 1, 1623, 184
32
ASG, 8, 1692, 31
33
ASG, 10 (1720-1722), 70-145. Atocha fue previamente calzada en el año 1680 (ASG, 10, 75),
como el jardín del duque de Lerma, que fue empedrado en 1684 (ASG, 10, 73)
34
Sobre esta cuestión: TOVAR MARTÍN, V., 1983, p. 51-52.
35
ASA 1-4-251.
36
ASA 1-14-6.
37
BN ms. 18205-11, BN VE 1328-11
38
BN VE 1328-11
39
ASA, 1-4-25
40
ASG, 22, 1638, 98.
41
En el año 1636 se publicaban unas insistentes Condiciones con que se han de obligar a la
limpieza, empedrado, y riego de las calles y plazas de esta Corte, y calzadas; y a enarenar y
desarenar a sus tiempos para las fiestas las plazas y calles aquí contenidas. Todo por seis
años que han de comenzar a correr desde 13 de julio de 1636, (ASA, 1-4-25).
42
Ver los legajos 8 a 12 del Archivo de San Ginés.
43
Archivo General de Palacio (AGP), 10 (1690-1699), f.1.
44
ASG, 22 (Sisas ordinarias desde el año de 1630 hasta el de 1648 y uno por ciento para
fuentes hasta el año de 1640), 1641, 106-106v.
45
ASG, 12-1617-51: "Rogativas a la Virgen de Atocha por el agua".
46
ASA, 1-14-6.
47
ASG, 13, 1648, 5.
48
ASA, ms. 194, 195, 196, 197, 198 199 y 200. Van desde 1659 hasta 1766.
49
Cf.: BLASCO ESQUIVIAS, B., 81 y ASA 1-6-20.
Juan 1100 22,1630/36,244
González d/año
Cabezo
Santa Cruz Marcos De 6164 22,1630/36, 188
Sabugal m/dia
Juan 6164 22,1630/36, 188
Henriquez m/dia
Carpi
Juan 1100 22,1630/1636,249
González d/año
Cabezo
Santo Juan 6369.5 22,1630/36,198
Domingo Henriquez m/dia
Carpi
Antonio Ruiz 1200 22,1630/1636,240
de la Peña d/año
Santa Diego De 6608 22,1630/36,198
María Magadan m/dia
Simón 1050 22,1630/1636,256
González d/año
San Miguel Francisco 5788 22,1630/36,216
Delgado m/dia
Simón 1050 22,1630/36,256
González d/año
San Pedro 5822 22,1630/36,226
Hermenegil Gutierrez de m/dia
do España
Pedro 1200 22,1630/36,244
Cuéllar d/año
Plaza Francisco 1489 22,1630/36,233
Mayor Causols m/dia
50
ASG, 22 (1630-1636), 171.
51
ASG, 13 (1650), 50.
52
En el año 1617, Madrid contaba con 133.195 habitantes y en 1645 con 392.175. BONET
CORREA, A., "La arquitectura y el urbanismo", en MENÉNDEZ PIDAL, R. (dir), Historia de
España, Madrid, 1986, t. XXIV, p. 579.
53
BLASCO ESQUIVIAS, B., 101.
54
ASG, 15.
55
ASG, 15, 259.
56
ASG, 8, 1673, 81.
57
ASG, 12-1628-114-117.
58
ASG, 12-1627-114-115.
59
ASG, 1623, 12- 36 y 37 respectivamente.
60
ASG, 12-1624-57
61
ASG, 22-1633-1635, 43.
62
ASG, 12, -1618-170.
Juan 1100 22,1630/36,249
González d/año
Cabezo
Alonso 13,1648, 23
Serrano
Francisco de la Torre le
sustituye en junio de 1648,
cobrando 2000 reales