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A continuación te invitamos a revisar los contenidos para la séptima clase. Una vez finalizado, no
olvides participar del foro y responder el control.
1. La relación laboral
2. El contrato de trabajo
3. Jornada de trabajo y remuneraciones
4. Obligaciones previsionales
5. Término de la relación laboral
6. Los sindicatos
En cualquier actividad económica, uno de los aspectos más relevantes que debe considerar una
empresa es la relación con sus trabajadores.
Como es sabido una adecuada gestión en este ámbito es capaz de aumentar la productividad,
hacer más eficiente y más rentable un negocio. Por el contrario, un mala gestión puede traducirse
en contingencias legales que no solamente son costosas, sino que acarrean impactos negativos
tanto para trabajadores como empleadores.
En esta clase, revisaremos los principales aspectos del derecho individual del trabajo, así como
algunos aspectos relevantes del derecho colectivo.
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1. La relación laboral
Sin embargo, no toda forma de trabajo se rige por dicho código. Para ser normadas, deben
presentar dos características básicas: subordinación y dependencia a un empleador.
A pesar de lo señalado, no existe una definición legal de lo que debe entenderse por este
vínculo de subordinación y dependencia, lo que en caso de conflicto deberá ser zanjado por los
tribunales.
Lo anterior nos permite distinguir aquellos casos en que la legislación laboral no se aplica. Dos
ejemplos de ello son:
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En caso de existir una relación laboral, lo primero que el empresario
debe asegurar es que el acuerdo conste por escrito a través de un
contrato de trabajo, firmado dentro de los 15 días siguientes a la
incorporación del trabajador a la compañía, para evitar multas y
precaver eventuales conflictos de interpretación.
2. El contrato de trabajo
Las materias laborales exigen especial atención y cuidado de parte del empresario, ya que, como
señalamos, la legislación laboral tiene como principal finalidad proteger los derechos del
trabajador. Un claro ejemplo de ello es que si existe una relación fundada en un vínculo de
subordinación y dependencia, la ley asume que existe un contrato de trabajo, y si este no consta
por escrito, se presumirá que los términos acordados serán aquellos que señale el trabajador
(artículo 9 del Código del Trabajo). Al empleador sólo le quedará entonces probar lo contrario, lo
que a menudo será una tarea en extremo difícil.
Aún más, cuando en un contrato de trabajo se omite una cláusula necesaria o se conviene una
contraria a la ley, dicha estipulación no tiene validez alguna y es reemplazada por la
correspondiente norma de la legislación laboral. Así, por ejemplo, no es posible acordar con el
trabajador una remuneración inferior al mínimo legal o con una jornada laboral que exceda el
máximo semanal de 45 horas.
En general, existen tres modalidades de contrato de trabajo, sin perjuicio de los contratos
especiales que existen para los trabajadores agrícolas, los que se desempeñan en el mar,
portuarios y los trabajadores de casa particular. Las tres modalidades del contrato de trabajo son:
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b) El contrato a plazo fijo (artículo 159 Nº 4 del Código del Trabajo): se usa cuando hay
una razonable certeza de que a un determinado trabajador se le necesita en la empresa
por un período cierto, teniendo una duración máxima de 1 año (cargos ejecutivos o
profesionales pueden durar dos años), pudiendo renovarse una sola vez. El mayor
problema que puede surgir en estos contratos es su término antes del vencimiento del
período. Los tribunales han sostenido que debe pagarse indemnización al menos por el
período restante, si el cese de funciones es imputable al empleador.
El artículo 21 del Código del Trabajo dispone que la jornada de trabajo es: «El tiempo
durante el cual el trabajador debe prestar efectivamente sus servicios en conformidad al
contrato. Se considerará también jornada de trabajo el tiempo en que el trabajador se
encuentra a disposición del empleador sin realizar labor, por causas que no le sean
imputables».
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3.2. Las remuneraciones
Para estos efectos, el mismo código dispone que constituyen remuneraciones, entre otras,
las siguientes:
Importante
El conjunto de ellas no podrá ser inferior al ingreso mínimo mensual, y
en casos de jornadas parciales de trabajo, a lo que en proporción de
esta resulte.
Asimismo, el Código del Trabajo establece una serie de prestaciones que no constituyen
remuneración, como:
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Estas prestaciones no están afectas al descuento previsional ni de salud que afecta a
alrededor del 20% de las remuneraciones de cada trabajador.
4. Obligaciones previsionales
Las obligaciones previsionales aplican para el trabajador que se vincula a la empresa a través
de un contrato de trabajo. En este sentido, es relevante para el empresario conocer cuál es el
régimen de cotizaciones de seguridad social; a saber, Isapres, Fonasa, AFP, Ley de Accidentes del
Trabajo y Enfermedades Profesionales, cargas familiares y seguros de cesantía.
Revisemos ahora los costos con cargo al trabajador y los costos sociales asociados al empleador:
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4.1. Obligaciones previsionales de cargo del trabajador
Las obligaciones previsionales sustentadas con los dineros propios del trabajador en
general son retenidas y pagadas del sueldo mensual a la institución respectiva por el
empleador y corresponden a:
c) Cotización para trabajos pesados (artículo 17 bis del DL 3.500): esta cotización
corresponde a aquellos empleos cuya realización acelera el desgaste físico,
intelectual o psíquico, provocando envejecimiento precoz. En estos casos la
cotización es compartida entre el empleador y el trabajador, y corresponde de 1%
a 2% de la remuneración imponible.
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4.2. Costos sociales de cargo del empleador
Dentro de las obligaciones previsionales que son de cargo y cuenta del empresario,
tenemos entonces:
El vínculo existente entre el empleador y el trabajador puede finalizar por distintas razones y en
muchas ocasiones es materia de controversia, por lo que ejecutivos y empresarios deben
conocer con claridad cuáles son las formas de poner término a la relación laboral, las
causales que la ley establece y las consecuencias derivadas de aquello.
De acuerdo al artículo 159 del Código del Trabajo, el contrato laboral puede terminar en los
siguientes casos:
b) Renuncia del trabajador: Debe dar aviso a su empleador con 30 días de anticipación
a lo menos.
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gerentes, ejecutivos o personas que tengan un título profesional o técnico otorgado por
una institución de educación superior del Estado o reconocida por este, la duración del
contrato de plazo fijo no puede exceder de dos años. Si el trabajador continúa
prestando servicios después de expirado el plazo y con su conocimiento, el contrato
pasa a ser de duración indefinido. El mismo efecto produce la segunda renovación de
un contrato de plazo fijo.
b) Negociaciones que ejecute el trabajador dentro del giro del negocio y que hubieran
sido prohibidas por escrito en el respectivo contrato.
c) Ausencia del trabajador a sus labores sin causa justificada durante dos días seguidos,
dos lunes en el mes o un total de tres días durante igual período de tiempo. Del mismo
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modo, constituye causal de despido la falta injustificada, o sin aviso previo de parte del
trabajador que tuviere a su cargo una actividad, faena o máquina cuyo abandono o
paralización signifique una perturbación grave en la marcha de la obra.
d) Abandono del trabajo por parte del trabajador, entendiéndose por tal:
Referente a las siete causales indicadas, es posible que un empresario haya detectado
alguna respecto de un trabajador, sin embargo, la dificultad de probar el incumplimiento o
la falta hace que el ejecutivo frecuentemente despida al trabajador por necesidades de la
empresa, causal que trataremos más adelante.
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Si el tribunal considera que la causal de despido ha sido injustificada,
dará lugar al pago de indemnizaciones por años de servicios y, de
acuerdo al artículo 168 del Código del Trabajo, estas tendrán un
recargo de un 30%, 50% u 80% según la causal impugnada,
pudiendo alcanzar hasta un 100% si no ha habido motivo plausible
para despedir.
El artículo 161 del Código del Trabajo menciona algunas, tales como las derivadas de la
racionalización o modernización de los servicios, por ejemplo:
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En la práctica, además de los casos señalados, esta causal es invocada por empresarios a
la hora de despedir a un trabajador y no tener que justificar dicho despido por razones
profesionales, técnicas, de incompatibilidad de conductas dentro de la organización, entre
otras.
Preciso es establecer que esta causal no puede ser aplicada respecto a trabajadores que
gocen de licencia por enfermedad común, accidente del trabajo o enfermedad profesional.
c) Los de exclusiva confianza del empleador: Los que ocupen cargos o empleos
de exclusiva confianza del empleador. La regla común es que sea el gerente
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general, debiendo analizarse caso a caso por la Dirección del Trabajo,
independiente de que en el contrato se señale que tiene el carácter de exclusiva
confianza.
El aviso de despido debe ser con 30 días de anticipación, o bien, puede ser
reemplazado por un mes de remuneración, cuestión que sucede a menudo en este
vínculo laboral en que la confianza entre las partes es clave, y una vez perdida no parece
conveniente que el trabajador continúe desempeñando sus funciones.
Desde luego, y como se señaló precedentemente, los empresarios deberán tener claridad
que estas causales no pueden ser invocadas si el trabajador está con licencia
médica, por ejemplo, por accidentes de trabajo o enfermedad profesional. Tampoco en el
caso de invalidez total o parcial, mientras pueda seguir prestando servicios.
a) Término del contrato de trabajo: Si el contrato termina por vencimiento del plazo del
contrato, conclusión del trabajo o servicio que dio origen al contrato o caso fortuito, o
fuerza mayor, o por cualquiera de las causales asociadas al “término del contrato de
trabajo”, el empleador debe:
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b) Necesidades de la empresa: Si la causal invocada es necesidades de la empresa, el
empleador deberá dar aviso al trabajador y enviar copia a la Inspección a lo menos con
30 días de anticipación. Como explicamos previamente, no se requiere esta
anticipación cuando el empleador le paga al trabajador una indemnización en dinero
que reemplace el aviso previo, equivalente a la última remuneración mensual
devengada.
La situación recién descrita, denominada comúnmente «nulidad del despido», es junto con
el llamado «despido injustificado» el origen de gran parte de las demandas presentadas
por trabajadores en contra de sus empleadores. Por consiguiente, la recomendación es
que al momento de despedir a un trabajador poner especial atención en haber
cancelado las cotizaciones previsionales del mismo y comunicar dicho hecho
oportunamente.
5.6. Indemnizaciones
Cuando se pone fin a la relación laboral, en algunos casos el trabajador tiene derecho a
una suma de dinero a título de indemnización. Recordemos que si el despido se debe a
alguna de las causas analizadas en el botón «Sin derecho a indemnización», el trabajador
no tiene derecho a indemnización.
b) Indemnización legal: A falta de acuerdo, la ley dispone que la indemnización debe ser
equivalente a 30 días de la última remuneración mensual devengada por cada año de
servicio y fracción superior a seis meses. En este sentido, el monto de la
indemnización es equivalente a un mes de remuneración por años de servicio, con un
tope máximo de 11 años (330 días) si el trabajador está contratado a partir del 14 de
agosto de 1981, y sin tope, si lo está desde antes de esa fecha.
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c) Indemnización sustitutiva: No obstante la indemnización legal, las partes pueden, a
contar del séptimo año de relación laboral, sustituir la indemnización legal por una
indemnización a todo evento. Es decir, que se pague una suma de dinero cualquiera
sea la causa del término del contrato, siempre y cuando se refiera al lapso posterior a
los primeros seis años y hasta el término del undécimo año de relación laboral. A esto
se le llama pacto de indemnización sustitutiva, el cual debe constar por escrito y no
puede ser inferior al 4,11% de las remuneraciones mensuales de naturaleza imponible
que devengue el trabajador a partir de la fecha del acuerdo, porcentaje que tiene como
límite una remuneración de 90 UF.
Esta figura se encuentra regulada en el artículo 171 del Código del Trabajo, que dispone
que el trabajador podrá poner término al contrato de trabajo y recurrir al juzgado respectivo
dentro del plazo de 60 días hábiles contados desde la terminación del contrato para que
ordene el pago de las indemnizaciones que procedan.
En estos casos, si el tribunal rechaza el reclamo del trabajador, se entiende que el contrato
ha terminado por su renuncia.
5.8. Finiquito
Dentro de las formalidades que debe cumplir el empleador está el finiquito, que es un acto
jurídico por el cual se pone término a la relación laboral. Para que ambas partes
acuerden el finiquito es necesario que el empresario haya pagado todas las obligaciones
laborales y sociales que se adeudan.
El artículo 63 bis del Código del Trabajo, al referirse a las remuneraciones, dispone en lo
pertinente: «En caso de término del contrato de trabajo, el empleador estará obligado a
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pagar todas las remuneraciones que se adeudaren al trabajador en un solo acto al
momento de extender el finiquito. Sin perjuicio de ello, las partes podrán acordar el
fraccionamiento del pago de las remuneraciones adeudadas».
El finiquito debe ser ratificado ante un inspector del trabajo, el que para estos efectos
oficia de ministro de fe. También pueden actuar como ministros de fe un notario público –
que en la práctica es lo más usual–, el oficial de registro civil de la comuna o el secretario
municipal de la misma comuna.
De acuerdo a lo dispuesto por el artículo 177 del Código del Trabajo, en esta actuación el
ministro de fe deberá requerir al empleador que acredite, mediante certificados de los
organismos competentes o con las copias de las respectivas colillas de pago, que se ha
dado cumplimiento íntegro al pago de las cotizaciones previsionales que corresponden.
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6. Los sindicatos
La naturaleza del ser humano lo lleva a agruparse para la consecución de objetivos comunes con
otros individuos, lo que no escapa a sus reivindicaciones de naturaleza laboral y de protección
social, de forma que diferentes legislaciones han asegurado constitucionalmente el derecho
fundamental a asociarse con estos fines. Nuestra Constitución, en el numeral 15 del artículo 19,
asegura a todas las personas el derecho a asociarse sin permiso previo, y dentro de esas
múltiples formas asociativas se encuentra la figura de los sindicatos.
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