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Seis habilidades que lleva tiempo dominar pero cuyos beneficios son para toda

la vida

Consejos para una carrera con más sentido. Image:


REUTERS/Adrees Latif 14 sep 2016

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Juana Ramírez · Alto Nivel 07 jul 2017

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El tiempo, ¿es su amigo o enemigo? ¿Corre tras él como un hámster en la rueda o lo usa para
llevar una vida más equilibrada?

En vísperas del TEDWomen 2016, donde el "tiempo" es el tema central del año, entrevistamos
a varios oradores del TEDxCapeTown anterior, como escritores, abogados y psicólogos, para
saber qué les enseñaron las generaciones pasadas y las más jóvenes acerca del tiempo.
También les consultamos cuáles de las habilidades que tienen actualmente les llevó un tiempo
considerablemente largo adquirir.

Contrario a lo que se podría esperar, sus prioridades no estaban relacionadas con cómo ser
más productivos durante el día sino con desacelerarse, encauzar la amabilidad y ser curiosos,
cualidades que contribuyen a un enfoque más holístico del mundo.

Entonces, ¿cuáles son los principales consejos de estos especialistas para que nuestra carrera
sea más significativa?

1. Dedicar tiempo al cuidado propio

En la actualidad, el éxito de nuestra carrera generalmente está relacionado con la cantidad de


horas que se pueden destinar a alcanzar los objetivos. El autor Malcolm Gladwell popularizó la
idea de que para convertirnos en un experto de primera clase en nuestro campo,
necesitamos 10 000 horas de práctica. Pero, en la persecución de nuestros sueños,
comúnmente descuidamos otras áreas de nuestras vidas.

Kgomotso Mokoena, fundadora de SpreadLuv -una ONG que ofrece orientación vocacional a
jóvenes sudafricanos- sostiene que si bien la orientación práctica es maravillosa, resulta casi
inútil sin guía espiritual, mental y emocional.

Ella considera que debemos prestar más atención al bienestar psicológico y emocional de otras
personas y, que lejos de ser un problema “menor”, es la base de muchos desafíos modernos.
Al aprender a tomar el dolor con seriedad y generar tiempo para el cuidado propio, podemos
sentirnos más saludables y ser más resilientes, tanto en el trabajo como en nuestro hogar.
2. Dejar de apresurarse

Una de las mejores habilidades que podemos aprender de las generaciones pasadas es ser
amables con nosotros mismos. Athambile Masola, una maestra de secundaria, explica que
cuando observa a personas de mayor edad e interactúa con ellas, le viene a la mente que
presionarnos en exceso para alcanzar hitos autoimpuestos es de poca ayuda.

Según la investigación de Pew, las mujeres generalmente se sienten más presionadas que los
hombres y son las madres trabajadoras las más afectadas: el 40 % de ellas informa sentirse
siempre con prisa.

En relación con esto, podemos elegir organizar nuestras vidas de forma que podamos
demostrar cuáles son las cosas que tienen valor. Rethabile Mashale Sonibare, trabajadora
social y fundadora de Thope Foundation, explica que contamos con la misma cantidad de
tiempo en un día y que, por lo tanto, la manera en que decidimos usarlo “determina el nivel de
éxito que tenemos en alcanzar los objetivos”. Sugiere distribuir el tiempo entre el
autodesarrollo, dedicar tiempo a la familia y los amigos, y sumergirse en el trabajo que cumpla
con nuestro propósito.

3. Dar nuestra opinión, expresarnos

Existe una tendencia, particularmente entre las mujeres, de creer que si uno trabaja
arduamente y por bastante tiempo, será lo suficientemente reconocido y recompensado. Genna
Gardini, escritora y educadora, pasó muchos años tratando de ser invisible para “producir en
silencio un trabajo interesante que sorprendiera a las personas”. Sin embargo tras reflexionar,
comprendió que así solo era invisible para sí misma. Es por eso que ella insiste en que: “Si
necesitamos hablar, hablemos”. Tengamos la audacia y el coraje para compartir nuestro trabajo
y nuestras ideas para beneficio de los demás, ya sea a través de la provocación, la crítica o el
elogio.

4. Ser curioso

Los jóvenes del mundo están reconstruyendo los sistemas a los que nos hemos aferrado
durante décadas. Movimientos como la Primavera Árabe, y los más recientes esfuerzos de
descolonización en Sudáfrica, son liderados por generaciones más jóvenes que exigen las
libertades y los derechos que les han prometido. Gardini reflexiona sobre cuánto ha aprendido
de sus estudiantes. Al verlos insistir en la educación y tratar de resolver conceptos difíciles, se
siente fortalecida por estos jóvenes que creen tener todo el derecho de cuestionar sistemas
injustos.

La diseñadora de moda Valerie Amani, por su parte, atribuye su sentido de curiosidad a las
tantas preguntas que le hacen sus sobrinas. Explica: “Cuando era adolescente, consideraba
que eso era sumamente irritante porque no comprendía por qué querían saber tanto. Mirando
hacia atrás, me doy cuenta de la importancia de ser curioso, estar alerta y no solo hacer
preguntas, sino hacer preguntas hasta obtener una respuesta real”.
5. Ser amable y justo

En un mundo donde la discriminación, la injusticia y el dolor son parte de nuestra vida


cotidiana, la demanda de amabilidad es constante. Jos Dirkx, experta en comunicaciones y
difusión, fundadora de Girls and Football SA, considera que encauzar la amabilidad y el poder
es una de las mejores habilidades que se pueden aprender y que hay solo unos cuantos
líderes que pueden hacer ambas cosas.

Al ejercer el poder con amabilidad, fomentamos el respeto y la tolerancia. La psicóloga


clínica Nicky Abdinor sostiene: “Si observamos cualquier buen trabajo en nuestra comunidad,
siempre está relacionado con una historia personal en la que comprendimos una necesidad,
pudimos identificarnos con un problema y nos sentimos lo suficientemente fortalecidos como
para creer que nuestra contribución (sin importar qué tan pequeña fuera) podía hacer una
diferencia”.

6. No tratar el sufrimiento como a un enemigo

Tendemos a creer que hay una forma rápida de reparar la mayoría de las cosas, pero la
artista Jennifer Lovemore-Reed, otra oradora de TEDx, cree que el sufrimiento no es el
enemigo. En su opinión, estar cómodos no es la manera real de vivir y la cultura de la
gratificación instantánea y el materialismo en el que es tan fácil caer, en el hogar y en el
trabajo, pueden hacer que nos desmotivemos y deprimamos.

De manera similar, los errores no son algo que se deban evitar. Mokoena reflexiona sobre
cómo crecemos creyendo que los adultos, y en especial nuestros padres, nunca cometen
errores ni pueden hacer algo mal. Esto nos hace sentir miedo de equivocarnos nosotros
mismos. Debemos tener la valentía de fracasar y para ello necesitamos dominar las habilidades
de la experimentación y la exploración.

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