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Violencia contra la mujer es la que se ejerce por su condición de mujer.

Siendo ésta
«consecuencia de la discriminación que sufre tanto en leyes como en la práctica, y la
persistencia de desigualdades por razones de género».
En esta violencia se presentan numerosas facetas que van desde la discriminación y el
menosprecio hasta la agresión física, sexual, verbal o psicológica y el asesinato,
manifestándose en diversos ámbitos de la vida social , laboral y política, entre los que se
encuentran la propia familia, la escuela, las religiones, el Estado, entre otras.
En 1993, en asamblea general, las Naciones Unidas (ONU) aprobaron la Declaración sobre la
eliminación de la violencia contra la mujer, y en 1999, a propuesta de la República
Dominicana con el apoyo de 60 países más, declararon el 25 de noviembre Día Internacional
de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.
En 2008 el Secretario General de la ONU puso en marcha la campaña «UNidos para poner fin
a la violencia contra las mujeres» apelando al «imperio de la ley» como vehículo para su
erradicación. Uno de sus objetivos fue el de procurar que para 2015 todos los países hubiesen
adoptado leyes específicas contra este tipo de violencia de conformidad con las normas
internacionales en materia de derechos humanos.

Las Naciones Unidas definen la violencia contra la mujer como «todo acto de violencia de
género que resulte o pueda tener como resultado un daño físico, sexual, psicológico o
económico para las mujeres, inclusive las amenazas de tales actos, la coacción o la privación
arbitraria de libertad, tanto si se producen en la vida pública como en la privada”,
reconociéndolo como una pandemia que afecta al 55 % de la población mundial, habiendo
sido hasta un 70 % de las mujeres víctimas de esa violencia en algún momento de su vida. La
violencia contra las mujeres afecta a familias y comunidades de todas las generaciones y
refuerza otros tipos de violencia prevalecientes en la sociedad:

 Un 38 % de los asesinatos de mujeres perpetrados en el mundo son cometidos por su


pareja, siendo el ámbito familiar y de pareja donde se produce el mayor número de casos
de violencia contra la mujer, ya sea esta física, sexual o psicológica. El 50 % de los
asesinatos de mujeres en el mundo son cometidos por un familiar o compañero
sentimental y el 35 % de las mujeres habrían sufrido violencia física o sexual por parte de
su pareja.

 Unos 120 millones de niñas de todo el mundo, más de una de cada 10, han sufrido en
algún momento coito forzado u otro tipo de relaciones sexuales forzadas.

 La trata de personas se convierte en una trampa para mujeres y niñas que son en un
98 % el objeto de la explotación sexual (4,5 millones de personas en el mundo).

 Más de 133 millones de niñas y mujeres han sufrido algún tipo de mutilación genital.
Ser niña sería uno de los factores de riesgo, junto a con pertenecer a una clase desfavorecida
o a una minoría. 700 millones de mujeres que viven actualmente en el mundo fueron casadas
con menos de 15 años, siendo estas más vulnerables a la violencia ejercida por el esposo.
En los conflictos armados la violación sistemática se convierte en un arma de guerra (entre
250 000 y 500 000 mujeres fueron violadas durante el genocidio de 1994 en Ruanday se
calcula que entre 20 000 y 50 000 durante el conflicto de Bosnia a principios de la década de
1990).
Y el femicidio queda patente por cifras comparativas: en el mundo son asesinadas dos
mujeres por cada hombre asesinado.y el porcentaje de mujeres es del 65% de víctimas
aproximadas por la violencia intrafamiliar
Esta violencia contra las mujeres y niñas ejercida por razón de su sexo encontraría su raíz en
las históricas relaciones de poder entre hombre y mujer, en el modelo social patriarcal que ha
propiciado relaciones de dominio de este sobre ella, la desigualdad entre sexos y la
discriminación.7
Habrían sido los movimientos feministas los que desde finales del siglo XIX y principalmente
durante el pasado siglo, el siglo XX, diesen visibilidad a la condición de la mujer, logrando
mediado el siglo XX que la violencia contra las mujeres pasase de considerarse un asunto
privado a un problema social y público. Desde entonces la percepción pública se ha ido
concienciando de las auténticas dimensiones del problema, y organismos internacionales y
nacionales van sumándose y trabajan activamente por erradicarlo, promulgando leyes y
promoviendo campañas de concientización. Al día de hoy no se puede dudar que la violencia
contra la mujer es un problema global que afecta a los derechos humanos más básicos de
más de la mitad de la población mundial y que hay que erradicar.
Habiéndose reconocido que la violencia contra la mujer tiene sus causas en la discriminación
y la desigualdad, combatir esa discriminación y desigualdad, significa al tiempo atajar esa
violencia.

Desde 1975 se celebra la Conferencia Mundial sobre la Mujer como una forma de incorporar
el tema a la política pública, y en 1993 las Naciones Unidas ratifican la Declaración sobre la
eliminación de la violencia contra la mujer8 en la que se afirma que esta violencia es un grave
atentado contra los derechos humanos de la mujer y de la niña, reconociendo «la urgente
necesidad de una aplicación universal a la mujer de los derechos y principios relativos a la
igualdad, seguridad, libertad, integridad y dignidad de todos los seres humanos»; también
reconociendo el papel desempeñado por las organizaciones en pro de los derechos de la
mujer, organizaciones que facilitaron dar visibilidad al problema.
Siendo la violencia contra la mujer un problema que afecta a los derechos humanos, que
«constituye una manifestación de relaciones de poder históricamente desiguales entre el
hombre y la mujer, que han conducido a la dominación de la mujer y a la discriminación en su
contra por parte del hombre e impedido el adelanto pleno de la mujer, y que la violencia contra
la mujer es uno de los mecanismos sociales fundamentales por los que se fuerza a la mujer a
una situación de subordinación respecto del hombre», ve la necesidad de definirla con claridad
como primer paso para que, principalmente los Estados, asuman sus responsabilidades y
exista «un compromiso de la comunidad internacional para eliminar la violencia contra la
mujer».
La declaración incluye seis artículos en los que se define la violencia contra la mujer y las
formas y ámbitos de esta violencia, al tiempo que enumera los derechos de las mujeres para
alcanzar la igualdad y su pleno desarrollo e insta a los Estados y organizaciones
internacionales a desarrollar estrategias y poner los medios para erradicarla.
En 1999, a propuesta de la República Dominicana con el apoyo de 60 países más, se declaró
el 25 de noviembre Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. La
fecha del 25 de noviembre se eligió para conmemorar a las hermanas Mirabal, tres activistas
políticas que fueron brutalmente asesinadas en 1960 por orden del gobernante
dominicano Rafael Trujillo.9
En Canadá se celebra el Día nacional del recuerdo por las víctimas de la violencia contra la
mujer el 6 de diciembre, en conmemoración de la masacre de la Escuela Politécnica de
Montreal.

«Violencia contra la mujer» es el término que utiliza la ONU para referirse a la violencia
ejercida contra las mujeres por razón de su sexo, la define como: «todo acto de violencia
basado en la pertenencia al sexo femenino que tenga o pueda tener como resultado un daño
o sufrimiento físico, sexual o psicológico para la mujer, así como las amenazas de tales actos,
la coacción o la privación arbitraria de la libertad, tanto si se producen en la vida pública como
en la vida privada».10 Es un término ampliamente utilizado.
Otro término de gran difusión es «violencia de género»l si bien este otro término sería menos
específico, ya que englobaría toda la violencia determinada por el sexo o género, «se
refiere a aquella dirigida contra una persona en razón del género que él o ella tiene, así como
de las expectativas sobre el rol que él o ella deba cumplir en una sociedad o cultura.» Uno y
otro términos suelen emplearse indistintamente.10
El término «violencia de género» surge a mediados del siglo XX desde ámbitos
del feminismo para dar visibilidad a la violencia ejercida contra las mujeres por su condición de
mujer como consecuencia del hecho histórico del patriarcado. Este término tendría el
inconveniente de su posible abstracción si no se contextualiza en las relaciones de poder
entre sexos que penaliza a la mujer y es causa de que, aunque se pueda ser víctima de la
violencia de género independientemente del sexo, son las mujeres y niñas las
mayoritariamente afectadas.

Actualmente la familia patriarcal puede aparecer borrada; en sus orígenes, convirtió a la mujer
en objeto propiedad del hombre, el patriarca. Al patriarca pertenecían los bienes materiales de
la familia y sus miembros. Así, la mujer pasaba de las manos del padre a las manos del
esposo, teniendo ambos plena autoridad sobre ella, pudiendo decidir, incluso, sobre su vida.
La mujer estaba excluida de la sociedad, formaba parte del patrimonio de la familia, relegada a
la función reproductora y a las labores domésticas.
En la Roma clásica, en sus primeros tiempos, es manifiesta la dependencia de la mujer,
debiendo obediencia y sumisión al padre y al marido.
El paterfamilias tenía sobre sus hijos el derecho a vida y muerte; podía venderlos como esclavos en
territorio extranjero, abandonarlos al nacer o entregarlos a manos de los familiares de sus víctimas si
habían cometido algún delito; desposarlos y pactar o disolver sus matrimonios. Pero así como los
varones pasaban a ser paterfamilias cuando moría el padre, y adquirían todas sus atribuciones jurídicas
dentro de su familia, las mujeres, por el contrario, iban a permanecer de por vida subordinadas al poder
masculino, basculando entre el padre, el suegro y el esposo.
Este modelo de familia patriarcal ancestral sufrió durante la República y el Imperio numerosas
modificaciones. El derecho sobre la vida de la mujer fue abolido. A ésta se le seguía
reservando la pena de muerte en determinados supuestos, pero ya no era el marido el que
decidía sobre ello, siendo la comunidad la encargada de juzgarla. En determinados momentos
la mujer llegó a conseguir una cierta emancipación: podía divorciarse en igualdad de
condiciones con el hombre, dejó de mostrarse como la mujer abnegada, sacrificada y sumisa y
en la relación entre esposos se vio matizada la autoridad del marido. Esto ocurría
principalmente en las clases altas y no evitó que la violencia siguiese dándose en el seno del
matrimonio «dirigida a controlar y someter a las mujeres mediante la agresión física o el
asesinato».14
Los avances que pudieron darse durante la República y el Imperio romanos desaparecieron
en el periodo oscuro del medievo. Una sociedad que rendía culto a la violencia, la ejerció
también contra las mujeres y éstas se convirtieron frecuentemente en moneda de cambio para
fraguar alianzas entre familias. «En las clases más bajas, además de cumplir con la función
reproductora, constituían mano de obra para trabajar en el hogar y en el campo».15
En esta historia han jugado un papel importante las religiones, suponiendo una justificación
moral del modelo patriarcal: «Las casadas estén sujetas a sus maridos como al Señor, porque
el marido es cabeza de la mujer, como Cristo es cabeza de la Iglesia y salvador de su cuerpo

Una hipótesis es que el funcionamiento biológico del hombre es distinto al de la mujer,


especialmente a la testosterona, y por lo tanto está mayormente predispuesto a la violencia.
Características de un hombre violento.
-Estos hombres suelen representar caricaturas según los mitos culturales de la masculinidad
patriarcal, que le indican lo que “debe” ser un hombre. Por ejemplo, aún cuando no lo acepten,
se manifiestan en formas que tienden a controlar y dominar a cada integrante de la familia a
quienes consideran inferiores, especialmente las mujeres y los niños.
-Tienen dificultades para expresar sus sentimientos y lo que les afecta de cada situación; esto
es para ellos signo de “debilidad”, pues su ideología es que el hombre debe ser fuerte.
-El aislamiento emocional, sus relaciones no tienen ningún grado de intimidad que permita
hablar o expresar físicamente sus sentimientos, especialmente el cariño, en los conflictos
afectivos.17
Para la mayoría de los hombres que ejercen la violencia contra la mujer, en el proceso de su
crianza hubo un ambiente de madre sumisa, abnegada y un padre autoritario, manipulador.
Esto crea el ciclo de la violencia intrafamiliar. Actualmente la violencia contra la mujer es
definida así: Todo acto basado en la pertenencia al sexo femenino que pueda tener como
resultado un daño o sufrimiento físico, sexual y psicológico para la mujer, así como amenazas
de tales actos, la coacción o la privatización arbitraria a la libertad, tanto si se produce en la
vida privada o pública.

La violencia contra las mujeres no es exclusiva de ningún sistema político o económico; se da en todas
las sociedades del mundo y sin distinción de posición económica, raza o cultura. Las estructuras de
poder de la sociedad que la perpetúan se caracterizan por su profundo arraigo y su intransigencia. En
todo el mundo, la violencia o las amenazas de violencia impiden a las mujeres ejercitar sus derechos
humanos y disfrutar de ellos.

Fueron las organizaciones feministas en la segunda mitad del siglo XX las que dieron
visibilidad plena al problema de la violencia contra la mujer. Es curioso que en muchos países
se confeccionasen estadísticas sobre accidentes de tráfico al tiempo que se ignoraba la
incidencia de feminicidios y violaciones, de la misma manera que es curioso que ahora sean
noticia los casos de violencia dentro de la pareja con resultado de muerte pero no lo sean otro
tipo de muertes no accidentales como son los suicidios ni se analicen las causas que los
provocan.[cita requerida] En Francia, un artículo de Janna Hanmer, aparecido en la
revista Questions Feministes, dirigido por Simone de Beauvoir, se preguntaba por qué no se
elaboraban estadísticas sobre la incidencia de la violencia contra la mujer en el seno de la
familia; «encontraba la respuesta, precisamente, en que el fenómeno era considerado como
un problema particular y no un hecho social».20 Iberoamérica y el Caribe han sido «una de las
regiones del mundo que mayor atención ha prestado a la lucha contra la violencia hacia la
mujer», mostrándose especialmente activa en la consolidación de redes sociales,
sensibilizando a los medios de comunicación, adquiriendo compromisos institucionales y
legislando para erradicar un problema que afecta al 50 % de la población mundial limitando y
conculcando sus más elementales derechos humanos.21 En aquellos tiempos costó hacer ver
que las agresiones hacia las mujeres no eran producto de momentos de frustración, tensión o
arrebatos, contingencias de la vida en común; sino que eran consecuencia de los intentos de
mantener la subordinación de la mujer, de la consideración ancestral de la mujer como un
objeto propiedad del hombre; y, por lo tanto, deberían dársele una consideración especial.20
1975-1985 se declaró Decenio de la Mujer. Especial importancia tuvo la celebración del
Tribunal Internacional de Crímenes contra las Mujeres en Bruselas en 1976, siendo la primera
vez que se tipificaron como crímenes diferentes tipos de violencia cometidos contra las
mujeres, creándose la Red Feminista Internacional con programas de apoyo y solidaridad.
Consecuencia de su resonancia, en 1979, la Asamblea de las Naciones Unidas aprobó la
Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación Contra la Mujer y en
1980 se celebró en México la I Conferencia Mundial de la ONU sobre la Mujer, activándose al
año siguiente la Convención para Erradicar la Discriminación contra la Mujer (CEDAW). Estos
acontecimientos impulsaron toda una serie de medidas legislativas y modificaciones de
códigos penales que en los diferentes países se han venido produciendo desde entonces. En
1993 las Naciones Unidas ratificaba la Declaración sobre la Eliminación de la Violencia Contra
la Mujer y en 1995, en Belem do Para (Brasil), se adoptó la Convención Interamericana para
Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia Contra la Mujer.22
Hoy en día numerosos países cuentan con estrategias específicas para combatir la violencia
contra la mujer. Estos países han modificado su legislación incluyendo en ella leyes contra la
violencia hacia la mujer, diseñan planes generales y sectoriales para combatirla y promueven
campañas para interesar a los diferentes ámbitos de la sociedad en este problema. Estas
estrategias han servido a su vez para sensibilizar a Estados y Sociedad ante otras formas de
violencia: contra la infancia, ancianos, minusválidos, colectivos minoritarios, etc.21 No
obstante, la violencia contra la mujer sigue produciéndose en altas tasas. También, habiendo
sido las sociedades occidentales las pioneras en esta lucha, siendo en estas sociedades
donde los movimientos por los derechos de la mujer antes y más se han desarrollado, en otras
muchas sociedades, esta lucha se encuentra sensiblemente retrasada.
La violencia contra la mujer comienza en la infancia y es en la familia donde principalmente se
ejerce esa violencia. La infancia es especialmente vulnerable a la violencia y la niña sufre un
plus añadido por su condición femenina. A la ablación, generalizada en determinadas
comunidades e ineludiblemente ligada al sexo femenino, el comercio sexual que puede
arrancar ya en el seno de la familia con la venta de la niña, o el infanticidio y los abusos
sexuales, más frecuentemente ligados al sexo femenino, se une una más estricta autoridad
paterna, ejercida también por hermanos, y una educación discriminatoria que limita sus
expectativas vitales.
El infanticidio femenino es habitual en determinadas culturas. «En la India la proporción entre
hombres y mujeres es la más desigual del mundo».23 En Pakistán y Bangladésexisten
parecidos desequilibrios y en regiones de China el infanticidio femenino está generalizado.
Una percepción de la mujer devaluada, costumbres discriminatorias, considerar la educación
de las niñas como una carga y los deseos del padre de perpetuar el apellido mediante un
varón serían las causas de estos infanticidios. «En algunas zonas de Pakistán –y también en
el vecino Afganistán- el nacimiento de una niña va acompañado de ritos de duelo».24 En
China, la imposición del «hijo único» en 1978, en un país con una marcada y ancestral
preferencia por la descendencia masculina, multiplicó este tipo de infanticidios.25 En la
actualidad, la posibilidad de detectar el sexo durante el embarazo ha venido a agravar el
problema con abortos selectivos.
Más del 80 % de las violaciones las perpetran miembros de la familia de la víctima, y
mayoritariamente a edades muy tempranas, cuando esta no pasa de ser una niña. Padres,
abuelos, tíos, adultos en los que ella confía pasan a ser sus agresores. Este es un problema
mundial que en muchas ocasiones no trasciende más allá de los límites de la propia familia, la
niña sufre la violencia en silencio, avergonzada y con sentimientos de culpa.26
La venta de niñas sería otra violencia sufrida por la mujer en la infancia y en la familia. Estas
ventas pueden tener diversas finalidades, pero el lucrativo negocio de la prostitución, las
enfermizas inclinaciones sexuales de clientes, unido a la miseria en la que se ven sumidas
muchas familias han extendido el comercio de niñas, menores de diez años en muchos casos,
destinadas a la explotación sexual.26 Podríamos decir que es un problema limitado a
determinados países no occidentales, pero es Occidente desde donde parten los clientes en
un «turismo sexual» que está adquiriendo auge. «El llamado "turismo sexual" es una de las
formas contemporáneas del saqueo al que viven sometidos los países pobres. […] Según la
UNICEF existen en torno a doscientos mil adeptos del turismo sexual» (cuatro de cada diez
turistas que visitan Tailandia lo hacen solos).27
A estas violencias, aún habría que sumar otras muchas de menor carácter que irían desde un
mayor autoritarismo paterno y familiar, a los matrimonios forzosos. La violencia ejercida contra
la mujer, sea cual sea su naturaleza, tiene como marco preferente la familia.

La violencia contra la mujer por parte de su pareja o ex-pareja está generalizada en el mundo
dándose en todos los grupos sociales independientemente de su nivel económico, cultural o
cualquier otra consideración. Aún siendo de difícil cuantificación, dado que no todos los casos
trascienden más allá del ámbito de la pareja, se supone que un elevado número de mujeres
sufren o han sufrido este tipo de violencia. Estudios realizados en países por desarrollar
arrojan una cifra de maltrato en torno al 20 %, encontrándose los índices más bajos en países
de Europa, en Estados Unidos, Canadá, Australia y Japón con cifras en torno al 3 %.29
«Es un hecho que en una relación de pareja la interacción entre sus miembros adopta formas
agresivas». En todas las relaciones humanas surgen conflictos y en las relaciones de pareja
también. Las discusiones, incluso discusiones acaloradas, pueden formar parte de la relación
de pareja. En relaciones de pareja conflictivas pueden surgir peleas y llegar a la agresión
física entre ambos. Esto, que podría alcanzar cotas de violencia que serían censurables y
perseguibles, formaría parte de las dificultades a las que se enfrentan las parejas. El maltrato
nada tiene que ver con esto; en el maltrato el agresor siempre es el mismo: «Por definición, el
conflicto es una modalidad relacional que implica reciprocidad y es susceptible de provocar un
cambio. Por el contrario, el maltrato, aunque adopte las mismas formas –agresiones verbales
y físicas-, es unilateral, siempre es la misma persona la que recibe los golpes».30
Las cifras de mujeres víctimas de violencia familiar llevada a cabo por quien sea o haya sido
su pareja señalan que anualmente decenas o cientos de mujeres son asesinadas a manos de
sus parejas en diferentes países del mundo.2
En la pareja el maltrato es mayoritariamente ejercido por él contra ella. Tiene unas causas
específicas: los intentos del hombre por dominar a la mujer, la baja estima que determinados
hombres tienen de las mujeres; causas que conducen a procurar instaurar una relación de
dominio mediante desprecios, amenazas y golpes.
Este tipo de violencia contra la mujer también se da en parejas del mismo sexo (lesbianas), en
las que la víctima es obviamente una mujer. Sin embargo, este tipo de casos violentos no
suelen tener trascendencia en los medios de comunicación.
Los rasgos más visibles del maltrato son las palizas y los asesinatos, son los que trascienden
del ámbito de la pareja; sin embargo, los maltratos de «baja intensidad», los maltratos
psíquicos que mantenidos en el tiempo socavan la autoestima de la mujer, son los que
mayoritariamente se dan.31 Cuando trasciende un caso de maltratos, la mujer puede llevar
años sufriéndolos. Y si los maltratos pueden producirse en cualquier etapa de la historia de la
pareja, es en el momento de la ruptura y tras esta, si se produce, cuando llegan a
exacerbarse. Las causas pueden ser varias, desde trastornos psicológicos a predisposición
socio-cultural, pasando por infidelidades de la pareja o ex-pareja.
Es frecuente tratar el tema de los maltratos como casos individuales: los maltratadores
sufrirían una suerte de trastornos que les conducirían a maltratar a la mujer. Esta sería una
visión del problema que evitaría tratarlo como un problema social.
Según fuentes de la UNODC,44 durante la década 1990-2000, el tráfico de personas con
destino en la prostitución se cobró 33 millones de víctimas (si bien muchas de ellas lo hacían
de forma consciente y voluntaria), tres veces más que el tráfico de esclavos africanos durante
cuatrocientos años, calculado en 11.500.000 personas.
Este, también, es un crimen universal. Las mujeres captadas con engaños o por la fuerza
pueden pertenecer a cualquier país, principalmente países donde la población sufre carencias
económicas o países en guerra, y el destino puede ser su propio país o cualquier otro, en este
caso, principalmente países ricos.
Frecuentemente, los traficantes atraen a sus víctimas a través de falsas agencias
matrimoniales o de empleo, donde les prometen mejores condiciones de vida pero que acaban
por venderlas para hacer trabajos forzados. Estos delitos son una vulneración de los derechos
humanos, atentan contra la vida degradando los derechos a la integridad, la libertad y la
dignidad de las personas a condiciones modernas de esclavitud, violencia, abuso sexual y
tratos crueles e inhumanos.
La explotación sexual convierte a las víctimas en esclavas. Los proxenetas se enriquecen
manteniendo a las víctimas en condiciones infrahumanas, atemorizadas y amenazadas,
obligadas a ejercer la prostitución en condiciones de explotación.
El principal objetivo de esta actividad se focaliza a las personas más desprotegidas como las
mujeres, los niños y las niñas, los refugiados además de aquellos que solicitan asilo. Entre los
factores que generan estas actividades se encuentran la falta de una distribución equitativa de
recursos, la pobreza, el hambre, el desempleo, el analfabetismo, la discriminación contra la
mujer, la violencia basada en el género, las políticas de migración restrictivas, las crisis
humanitarias y los desplazamientos por conflictos políticos y armados
Desde el feminismo se ve como medio para combatir este tráfico el combatir la prostitución,
acabar con el comercio sexual que, consideran, degrada a la mujer, pese a que muchas lo
practican de forma voluntaria. El debate sobre la prostitución está abierto, existiendo grupos,
entre ellos grupos de mujeres dedicadas a la prostitución, que consideran esta elección un
derecho, y organizaciones feministas dispuestas a erradicarla.
México es el tercer país de Hispanoamérica que presenta las cifras más altas en lo que
respecta a la trata, el tráfico y la explotación sexual de personas. De acuerdo a cifras del
INEGI, EN MÉXICO 3.6 millones de personas utilizadas para explotación sexual, el 31 % son
menores de edad —con edades entre 5 y 17 años— y 70 % personas emigrantes e indígenas
obligados a realizar trabajos peligrosos para su seguridad, salud y moral en condiciones de
trata.
El “Diagnóstico de las Condiciones de vulnerabilidad que propician la Trata de Personas en
México”, en México, la trata de personas es el segundo negocio ilícito más redituable para la
delincuencia organizada, sólo por debajo del narcotráfico y por encima del tráfico de armas
(CNDH-CEIDAS).
Se requiere atacar este problema global de manera integral, y que el Estado Mexicano
contribuya estableciendo una política de “tolerancia cero” a la explotación infantil; así como
políticas de detección, prevención, atención integral y sanción a los delitos de explotación
sexual y el tráfico de mujeres, niñas y niños.
Feminicidio o femicidio es un crimen de odio: el asesinato de una mujer por el hecho de ser
mujer. El concepto define un acto de máxima gravedad, en un contexto cultural e institucional
de discriminación y violencia de género[cita requerida], que suele ser acompañado por un conjunto
de acciones de extrema violencia y contenido deshumanizante,
como torturas, mutilaciones, quemaduras, ensañamiento y violencia sexual, contra las mujeres
y niñas víctimas del mismo. Diana Russell, promotora inicial del concepto, lo definió como «el
asesinato de mujeres por hombres motivados por el odio, desprecio, placer o sentido de
posesión hacia las mujeres». Varios países lo han incluido como delito en sus legislaciones
penales, con variaciones en el tipo penal. El feminicidio, representa el extremo de
un continuum de terror anti-femenino que incluye una amplia variedad de abusos verbales
como físicos, tales como violación, tortura, esclavitud sexual (particularmente por prostitución)
abuso sexual infantil incestuoso o extra-familiar, golpizas físicas y emocionales.
El feminicidio o femicidio es el homicidio de mujeres motivado por su condición de mujer.50 Se
trata de un término más específico que el de homicidio y serviría para dar visibilidad a las
motivaciones últimas de una mayoría de los homicidios de mujeres: la misoginia y el
machismo; siendo «la forma más extrema de violencia contra la mujer».51
El feminicidio es el crimen contra las mujeres por razones de género. Es un acto que no responde a una
coyuntura ni actores específicos, pues se desarrolla tanto en tiempos de paz como en tiempos de
conflicto armado y las mujeres víctimas no poseen un perfil único de rango de edad ni de condición
socioeconómica. Sin embargo, existe mayor incidencia de la violencia en mujeres en edad reproductiva.
Los autores de los crímenes tampoco responden a una especificidad ya que estos actos pueden ser
realizados por personas con quienes la víctima mantiene un vínculo afectivo, amical o social, como por
ejemplo familiares, parejas, enamorados, novios, convivientes, cónyuges, exconvivientes, excónyuges o
amigos. También es realizado por personas conocidas, como vecinos, compañeros de trabajo y de
estudio; de igual forma que por desconocidos para la víctima. Asimismo, puede ser perpetrado de
manera individual o colectiva, e incluso por mafias organizadas.
Flora Tristán

El término feminicidio se está extendiendo, principalmente, en Hispanoamérica y el Caribe,


siendo la españolización de feminicide acuñado por Diana Russel y Jill Radford en su
texto Feminicide. The politics of women killing, de 1992.52
Flora Tristán, haciéndose eco de movimientos feministas, considera que la aceptación y
extensión del término feminicidio permitiría evidenciar mejor la magnitud de este tipo de
violencia contra la mujer, sería un tipo de homicidio específico en el que concurren causas
históricas y que actualmente supone un grave problema social.
Los datos recogidos por el Centro de Mujeres de Perú (CMP) referidos a los años 2003, 2004
y 2005 revelaron que más del 64 % de las víctimas de feminicidio mantenían una relación
afectiva con el agresor; y únicamente el 12 % de estos agresores eran desconocidos para el
entorno de la víctima.
Desde los años noventa muchos países han venido incorporado a su legislación leyes para
combatir la violencia contra la mujer. Estas leyes persiguen garantizar el enjuiciamiento y
castigo de aquellos que la ejercen, empoderar y dar apoyo a las víctimas y prevenirla.3
En 1994 fue adoptada la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la
Violencia contra la Mujer conocida también como la Convención Belem do Pará, que propone
por primera vez el desarrollo de mecanismos de protección y defensa de los derechos de las
mujeres como fundamentales para luchar contra el fenómeno de la violencia contra su
integridad física, sexual y psicológica, tanto en el ámbito público como en el privado y su
reivindicación dentro de la sociedad. Define la violencia contra la mujer, establece el derecho
de las mujeres a vivir una vida libre de violencia y la destaca como una violación de los
derechos humanos y de las libertades fundamentales.
En 2008 el Departamento de Asuntos Económicos y Sociales/División para el Adelanto de la
Mujer ONU publicó el Manual de legislación sobre la violencia contra la mujer con el fin de
servir de apoyo a las iniciativas de legislación contra esta violencia en el contexto de la
campaña de la ONU.3

Argentina[editar]
Artículo principal: Violencia de género en Argentina

El 1 de abril de 2009 fue promulgada la Ley de protección integral para prevenir, sancionar y
erradicar la violencia contra las mujeres en los ámbitos en que desarrollen sus relaciones
interpersonales es la Ley 26.485.53

Bolivia[editar]
El 9 de marzo de 2013 se sancionó la "Ley integral para garantizar a las mujeres una vida libre
de violencia".54

Ecuador[editar]
Artículos principales: Violencia de género en Ecuador y Femicidio en Ecuador.

Ecuador incluyó el feminicidio en el Código Penal en 2014.55 En agosto de 2017 fue


presentada Ley Orgánica para la Prevención y Erradicación de la Violencia contra la mujer,
que fue aprobada el 26 de noviembre de 2017.56
En Guayaquil, la asambleísta por el Partido Social Cristiano, Dallyana Passailaigue, también
promotora de la Ley Orgánica para la Prevención y Erradicación de la Violencia de Género
contra las Mujeres, presentó al Concejo Municipal liderado por el alcalde Jaime Nebot un plan
estratégico de ayuda a las mujeres denominada Amiga, Ya No Estás Sola, que cuenta con
una línea telefónica de asistencia a cargo de la Corporación de Seguridad Ciudadana de
Guayaquil, una oficina de ayuda y asesoría jurídica gratuita disponible desde mayo de 2018,57
y capacitaciones para aportar a la reducción de cifras de casos de femicidio, así como a
viabilizar las denuncias que puedan existir por parte de afectadas por la violencia de género
contra la mujer, y también una casa de acogida para protección de las víctimas de violencia.
Passailaigue así mismo es coordinadora de la campaña.58

España[editar]
Artículo principal: Ley Orgánica de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género
El 28 de diciembre de 2004 se aprobó la Ley Orgánica de Medidas de protección Integral
contra la Violencia de Género.59

Jordania[editar]
Jordania aprobó en 2008 la primera ley de protección contra la Violencia Doméstica de la
región. Establece pautas para procedimientos en casos de violencia doméstica para médicos y
policías, incluye sanciones y órdenes de protección pero se queda en el ámbito del hogar y
pone el énfasis en la reconciliación por encima de la protección de los derechos de las
mujeres.60

Marruecos[editar]
El 12 de septiembre de 2018 entró en vigor una ley que penaliza con prisión de hasta 6 meses
o una multa de 2.000 a 10.000 dírhams (de 58 a 1.000 dólares) el matrimonio forzoso, el
acoso en lugares públicos de palabra, acto o mediante señal de carácter sexual, así como el
acoso telefónico o electrónico. El castigo se duplica si el autor del delito es un colega de
trabajo, un funcionario o un agente de seguridad. La pena se endurece también en función de
si el delincuente es miembro de la familia de la víctima o su tutor, o si la víctima es menor de
edad. La ley no criminaliza las violaciones dentro del matrimonio ni define de manera precisa
la violencia de género ni doméstica.61

México[editar]
Artículo principal: Violencia de género en México

Desde 2007 en el país fue promulgada la Ley General de Acceso a las Mujeres a una Vida
Libre de Violencia, la cual castiga a la violencia feminicida y la califica como la más extrema
posible y cuenta con el instrumento legal llamado Alerta de violencia de género, un conjunto
de acciones oficiales para evitar feminicidios en estados donde estos crímenes ocurren de
manera sistemática y cotidiana.

Perú[editar]
Artículo principal: Feminicidios en Perú

En Perú en 2015 se aprobó la Ley N°. 30364 Ley para prevenir, sancionar y erradicar la
violencia contra las mujeres y los integrantes del grupo familiar 62
Recientemente se ha incorporado con un delito en el Código Penal Peruano, el delito de
acoso, el cual también contribuye a la lucha no solo de la violencia contra la mujer, sino contra
los niños y personas en general.
Según la publicación de RPP; Perú es el séptimo país en América Latina donde
suceden más feminicidios. Las mujeres violentadas presentan síntomas de estrés
postraumático, depresión y apatía. Si bien el incremento de la violencia contra la mujer
impacta al país, no se puede caer en el error de afirmar que todos los causantes de agresión
tienen necesariamente algún problema de salud mental.63
Muchas de estas personas que cometen el acto de denigrar,excluir, dañar a la mujer, no
considerarla como parte de la sociedad por el simple hecho de verla como débil u otros
motivos; pueden ser personas muy cuerdas y sanas, con facultades de poder reconocer que la
mujer no debe de ser violentada, pero con ideas retrógradas y machistas que solo impulsan a
que los niveles de feminicidio en el país aumenten cada vez más.
Una de las principales causas en el Perú por las cuales sucede todo esto es por el Machismo,
idea que rige en un gran porcentaje de la sociedad peruana. Entre muchas otras causas
también se encuentran los celos de pareja que impulsan a que muchas mujeres sean
violentadas, agredidas e incluso asesinadas por motivos que ni explicación tienen. El acto de
quitar la vida a una mujer en el Perú cada vez aumenta; sin embargo hay muchas
organizaciones, empresas y gran cantidad de la población peruana que día a día lucha contra
ello.
Con respecto a todo este tema muchas mujeres optaron por iniciar una marcha llamada Ni una
menos que también es un movimiento que promueve la no violencia contra la mujer haciendo
prevalecer sus derechos por igual, asimismo este movimiento se ha promovido a otros países
tales sean Uruguay, Bolivia , Colombia y Venezuela.
Ya es hora de acabar con este problema no únicamente nacional, sino mundial y prevenir que
esto llegue a su consecuencia más grave que viene a ser el feminicidio. Teniendo en cuenta
todo ello con relación al Perú, niñas, adolescentes y adultas ya toman otro tipo de decisiones
en cuanto a no permitir que ello continúe.

Túnez[editar]
El 26 de julio de 2017 el Parlamento de Túnez aprobó por unanimidad una Ley para la
eliminación de la violencia contra las mujeres que incluye la prevención, protección y se hace
cargo de las mujeres expuestas a todas las formas de violencia física, moral, sexual,
económica y política, en particular las más vulnerables. También modifica algunas
disposiciones del código penal que favorecían la impunidad de los agresores, entre ellas la
enmienda del artículo 227 bis por lo que un violador no podrá escapar a la justicia por el
simple hecho de casarse con la menor que violó, la retirada de la denuncia por la víctima no
supone el cese de las diligencias judiciales ni tampoco el de la ejecución de la pena. La ley
amplía la edad del consentimiento posible de un acto sexual que pasa de 13 a 16 años. La
noción de violación no se reduce a los actos cometidos contra las personas de sexo femenino
sino que se amplía a personas de sexo masculino. También prevé la creación de un cuerpo
especial de la policía constituido y formado en materia de violencias sexistas que registre y
comunique las denuncias de las víctimas al ministerio público obligatoriamente.6465

Uruguay[editar]
El 17 de noviembre de 2017 el Senado aprobó por unanimidad el proyecto de ley para
"garantizar a las mujeres una vida libre de violencia basada en género". El texto llevaba siendo
estudiado por la Comisión de Población y Desarrollo del Senado desde el 11 de abril de 2016.
En diciembre de 2017 estaba pendiente de pasar a la Cámara de Representantes para ser
aprobada definitivamente. La ley crea organismos para atender la violencia de género, amplía
las garantías y medidas de protección para las denunciantes . También modificará el Código
Penal para, entre otros puntos, incluir el delito de abuso sexual, y eliminar el artículo que
permite que los jueces eximan de culpa a un homicida que le quita la vida a su pareja al
encontrarla "in fraganti" siendo infiel.66

Venezuela[editar]
En septiembre de 1998 se aprobó en la Ley Sobre la Violencia contra la Mujer y la Familia67
ley que quedó derogada con la aprobación de la Ley Orgánica sobre el derecho de las
mujeres a una vida libre de violencia publicada en la Gaceta Oficial Nº 38.668 Extraordinario,
del 23 de abril de 2007 y reformada mediante Gaceta Oficial Nº 40.548, de fecha 25 de
noviembre de 2014, para incluir el delito de femicidio y de inducción o ayuda al suicidio.68

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