Documente Academic
Documente Profesional
Documente Cultură
PROTOCOLO OPERATIVO
Introducción.
Aspectos históricos
Indicaciones y utilización.
Al evaluarse las dosis más adecuadas deben considerarse diversos factores, entre los
que destacan: el riesgo de diskinesias agudas y tardías, efectos disfóricos, posibilidad de
recaídas graves o suicidio, o alteraciones secundarias a un empeoramiento de menor
intensidad. En relación a esto, debe tenerse presente que en ocasiones, es preferible para
algunas personas el mantenerse con cierto número de síntomas remanentes en vez de
incrementar las dosis, más aún cuando estos incrementos provocan efectos adversos más
severos; pero siempre y cuando el estado del paciente no provoque una seria alteración de su
funcionamiento y/o nuevas hospitalizaciones.
Ante el riesgo de recaída, se recomienda la suplementación con un segundo
antipsicótico por vía oral, el que se suspenderá gradualmente una vez atenuada la crisis.
En primer lugar, es fundamental entender que este policlínico no puede ser sólo un
dispositivo para la administración de un fármaco, sino que se debe ser una instancia de
evaluación integral y seguimiento permanente de un paciente con una enfermedad crónica
severa, el cual intenta participar de una comunidad que se encuentra inmersa en una sociedad
cada vez mas competitiva y exitista, lo que sumado al estigma que estos cuadros acarrean,
dificultan permanentemente el éxito de cualquier tratamiento farmacológico indicado.
Entonces, el momento de la inyección es una ocasión ideal para realizar una interacción
significativa entre el paciente y el sistema de salud que lo acoge, pues la evolución del paciente
es mejor cuando esta estrategia se complementa con otro tipo de intervenciones psicosociales.
Esto es especialmente valioso cuando se realiza en la atención primaria, al ser este el lugar
donde recibe el resto de sus atenciones de salud y cerca de su domicilio, lo cual promueve la
atención integral y la inclusión social de estos pacientes.
Para realizar una evaluación adecuada del proceso de administración de este fármaco,
debe considerarse que no existe un consenso universal respecto a los puntos a destacar, pues
esto depende tanto de las características del fármaco, como de aspectos personales del
paciente. Son estos aspectos los que determinaran la periodicidad de los controles o las
indicaciones de suspensión. De acuerdo a las experiencias locales, se sugiere un mínimo de
tres controles médicos distribuidos equidistantes durante el año, dos de ellos por médico
general en atención primaria y uno por psiquiatra, el que se sugiere se realice también en
atención primaria, en una instancia distinta a la consultoría psiquiátrica. Los meses que no sea
visto por un médico, el control se debiera realizar por enfermera, con al menos nueve controles
al año. El rendimiento sugerido para los controles es de tres por hora (veinte minutos), tiempo
en el que se recomienda realizar las siguientes acciones:
El control médico.
Este debe incluir una evaluación más profunda del estado psicopatológico del paciente,
los efectos adversos de los medicamentos, revisión de exámenes actualizados y la derivación
pertinente a otros programas y especialistas según corresponda. Esto implica realizar un
examen físico general y neurológico completo, centrados en los posibles efectos colaterales de
este fármaco, con sus signos y síntomas asociados. La mayoría de los efectos adversos
aparecen en las primeras semanas de tratamiento, aunque en algunos casos pueden
mantenerse por un tiempo más largo, o tener un inicio tardío.
Dentro de las reacciones adversas de los antipsicóticos clásicos, destacan los efectos:
Glúteo mayor:
Zona dorso-glútea: en el cuadrante supero-externo de la nalga. Se aconseja
que la inyección se suministre con el paciente tumbado boca abajo o de lado, con el
fémur en rotación interna para minimizar las molestias.
Zona ventro-glútea: Zona exterior bajo la cadera. Con acceso a la gran masa
muscular del glúteo medio y menor. A pesar de su relativamente escasa
utilización en adultos, tendría como ventaja el menor riesgo de lesión nerviosa o
vascular, así como la menor capa superficial de tejido graso, lo que facilita su
administración.
- Deltoides:
Cara externa del hombro. Lugar habitualmente elegido por su fácil acceso,
aunque se ha demostrado una mayor tasa de complicaciones con su utilización. No es
un lugar habitual para este tipo de inyección. Algunas ventajas podrían ser la menor
percepción dolorosa y la moderación de la vivencia vergonzosa del paciente.
- Recto femoral del cuadriceps:
Cara antero-mediana del muslo. Puede ser utilizada en forma sencilla por
pacientes que pudieran autoadministrarse esta medicación, aunque esto es altamente
improbable.
Vasto-lateral del cuadriceps: Tercio infero-lateral del muslo. De fácil acceso y
presenta un riesgo menor de lesión nerviosa o vascular.
Además del dolor, las inyecciones repetidas por sí solas, pueden producir
complicaciones locales, más o menos dolorosas, tales como aumentos de volumen,
induraciones o abscesos. En caso de observarse cualquiera de estas anormalidades, pueden
aconsejarse baños calientes, calor local y ejercicios moderados (paseos) para favorecer su
absorción, previa evaluación del profesional responsable del policlínico. Una alternancia regular
del sitio de inyección y su inspección rutinaria, previenen en gran medida las complicaciones
mencionadas.
BIBLIOGRAFIA
Fontaine, K.R.; Heo, M.; Harrigan, E.P.; Shear, C.L.; Lakshminarayanan, M.; Casey, D.E.;
Allison, D.B. Estimating the consequences of anti-psychotic induced weight gain on health and
mortality rate. Psychiatry Research. 2001. Vol: 101 Nro: 3 Págs: 277 – 288