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LA ORGANIZACIÓN POLÍTICA Y

SINDICAL DE LXS ÚLTIMXS DE LA FILA

Notas sobre los procesos organizativos


de lxs trabajadorxs de la
economía popular en la CTEP

Compiladora / Editora
Daniela Bruno

Autorxs​ ( por orden alfabético )


Daniela Bruno
Mariela Cardozo
Ramiro Coelho
Santiago Fernández Galeano
Constanza Lupi
Verónica Mistrorigo
María Mercedes Palumbo
Florencia Petrillo
2018

La organización política y sindical de lxs últimxs de la fila:


notas sobre los procesos organizativos de lxs
trabajadores de la economía popular en la CTEP
Daniela P. Bruno ... [et al.] ;
compilado por Daniela P. Bruno. - 1a ed . -
Ciudad Autónoma de Buenos Aires :
Universidad de Buenos Aires. Facultad de Ciencias Sociales, 2017.
Libro digital, DXReader

Archivo Digital: descarga y online


ISBN 978-950-29-1714-6
1. Organización Política. 2. Organización Sindical.
I. Bruno, Daniela P. II. Bruno, Daniela P. , comp.
CDD 331.8

1
Este equipo de investigación se manifiesta en contra del uso sexista del lenguaje que excluye e
invisibiliza al género femenino del lenguaje y consecuentemente de la cultura y la historia, en
este caso, de los movimientos populares. Por ello en esta publicación evitamos el uso clásico
del género gramatical que opta por el masculino para referirse a grupos mixtos. Siempre que
pudimos optamos por el uso de sustantivos colectivos, abstractos o formas neutras, y cuando
esto no fue posible decidimos referirnos a los grupos mixtos usando la letra equis (x) para
reemplazar las letras que denotan género en las palabras. El uso de la equis, es útil para hacer
referencia a un amplio universo de expresiones de género más allá del esquema binario que no
contempla a las personas transexuales, transgéneros, intersexuales, travestis u otras por
existir. A la vez, se fundamenta en un criterio de economía en la escritura y facilidad para la
lectura. Cabe señalar que hemos “forzado” intencionalmente el uso de la equis en fragmentos
seleccionados de entrevistas a dirigentes y cartillas de formación aunque nunca esta
“desobediencia lingüística” ha sido obra de la CTEP y sus militantes que, invariablemente,
hacen un uso sexista del lenguaje. En todos los casos la incorporación de la equis fue decisión
nuestra y si se quiere una suerte de provocación para quienes reconocemos como nuestrxs
lectorxs en primera instancia, lxs compañerxs de la CTEP.

2
Índice

Capítulo 1

Acerca de esta publicación y de nuestro derrotero de investigación

Los sentidos que legitiman e incitan a la acción colectiva.


Pedagogía, política y acción colectiva
Los procesos organizativos de lxs trabajadorxs de la economía popular.
Referencias

Capítulo 2

La economía popular, su herramienta gremial y la estrategia de


institucionalización del sector
Daniela Paola Bruno, Ramiro Coelho y María Mercedes Palumbo

Introducción
Las coordenadas teórico-metodológicas de la investigación
A propósito de la innovación organizacional y la institucionalización
La economía popular, su herramienta gremial y la estrategia de
institucionalización del sector
Referencias

Capítulo 3

Economía popular y praxis pedagógica. Apuntes sobre la formación política


en la CTEP.
Daniela Paola Bruno, Verónica Mistrorigo y María Mercedes Palumbo

Introducción
Acerca de la Confederación de Trabajadorxs de la Economía Popular
La historia de la formación en la CTEP
Los objetivos de la formación
El dispositivo-escuela y los espacios-momentos “que también son formativos”
Los aprendizajes de la formación
Recapitulación.
Referencias

3
Capítulo 4

Tras la huella de Francisco. Política y religión en el discurso de la


Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP)
Daniela Bruno

Introducción
Coordenadas teórico metodológicas.
Acerca de la CTEP
Los vínculos entre Misioneros de Francisco y la CTEP
Acción y fuentes doctrinales de Misioneros
La huella de Francisco
El papado y las organizaciones populares. A modo de cierre.
Referencias

Capítulo 5

Las trabajadoras de la economía popular. A propósito de la experiencia de las


mujeres en la CTEP
Daniela Paola Bruno y Constanza Lupi

Introducción
Lxs trabajadorxs de la EP y su herramienta gremial: la CTEP.
Las mujeres y la economía popular.
La perspectiva de las referentes/militantes de la CTE​P.
La trayectoria militante como aprendizaje. El aprendizaje como oportunidad de
reconfiguración identitaria, política e ideológica.
Nuevos aliados y adversarios.
La paridad en la actividad como obstáculo para visibilizar las inequidades de
género.
Las lógicas de construcción política de las mujeres.
El espacio de mujeres de la CTEP. Antecedentes, surgimiento, tensiones y
desafíos.
Recapitulación.
Referencias

4
Capítulo 6

Senderos. La Mutual de Salud de lxs trabajadores de la Economía Popular


Daniela Paola Bruno, Mariela Cardozo

Introducción
Coordenadas teórico-metodológicas
La herramienta gremial de los trabajadores de la economía popular.
Aproximación a la caracterización socio-sanitaria de lxs trabajadorxs de la EP
Afiliadxs Senderos/OSTEP
La Asociación Mutual Senderos y su modelo de atención
Reflexiones finales
Referencias

Capítulo 7

De la estigmatización a la comprensión. La acción colectiva de lxs


trabajadorxs de la economía popular sindicalizados según la prensa gráfica
argentina
Ramiro Coelho, Santiago Fernández Galeano y Florencia Petrillo

Introducción
El papel que juega el análisis discursivo en el proyecto de investigación
Metodología del análisis: El corpus elegido y su utilidad para la CTEP.
Las estrategias discursivas de los medios
Tratamiento de cada hito por cada uno de los medios
El día de lxs trabajadorxs.
A San Cayetano por tierra, techo y trabajo.
Por una Ley de emergencia social y laboral.
Por la aplicación de la ley de emergencia social y hacia un paro nacional
Repertorios de acción colectiva e incidencia en políticas públicas.
Sindicalización y la innovación organizacional.
Algunas consideraciones provisorias:
Referencias

5
Capítulo 1

Acerca de esta publicación y de nuestro


derrotero de investigación

Este libro revisa, actualiza y amplía lo dicho en “Pedagogía, política y acción


colectiva. El caso de la Confederación de Trabajadorxs de la Economía
Popular” una publicación de fines del año 2016 donde compartimos los
resultados preliminares de la investigación “Pedagogía, política y acción
colectiva. La dimensión político pedagógica de los movimientos populares
urbanos en el AMBA. Estudio comparativo de experiencias de matriz político
1
ideológica autonomista y nacional popular” , que se propuso como
continuidad del proyecto “Movimientos populares urbanos y acción cultural.
2
Estudio comparativo de las experiencias en el AMBA” . Seguidamente
recapitulamos de manera breve las investigaciones y publicaciones
precedentes que encuadran y proyectan esta nueva producción del equipo.

Los sentidos que legitiman e incitan a la acción colectiva

En la primera investigación, desarrollada en la programación 2012-2015, el


equipo analizó los procesos de construcción social de sentidos que
legitimaban e incitaban a la acción colectiva en movimientos populares
urbanos de diferente matriz político ideológica con inscripción territorial en el
AMBA, entendiendo que el estudio de esos “procesos enmarcadores” (Snow,

1
Proyecto UBACYT 20020130200171BA de la Programación Científica 2014-2017 en la Categoría Grupos en
Formación.

2
Proyecto UBACYT 20020110200094 BA de la Programación Científica 2012- 2015 en la Categoría Grupos en
Formación.

6
1986) podía aportar a la inteligibilidad de las complejas y dinámicas
reconfiguraciones político-ideológicas de la acción colectiva popular durante
el kirchnerismo.

En el vasto y diverso campo de los movimientos sociales que emergieron en


nuestro país en las dos últimas décadas, nos interesamos particularmente
por el análisis de algunos movimientos populares urbanos que reconocían su
génesis en movimientos de trabajadorxs desocupadxs con fuerte arraigo
territorial en la Ciudad de Buenos Aires y el conurbano bonaerense.

Desde nuestra perspectiva estas eran expresiones organizativas diversas


que las clases subalternas habían ido construyendo en sus confrontaciones
durante la fase capitalista neoliberal, en las que se constataba una
desestructuración de la clase obrera y sus organizaciones históricas,
configurando un sujeto popular que ya no era estrictamente el obrero
industrial sino otro diverso y plural que expresaba y articulaba múltiples
relaciones de explotación y opresión capitalistas.

La investigación propuso un análisis inscripto en la tradición de los estudios


constructivistas de los movimientos sociales (Laraña, 1999), preocupados
por los procesos colectivos de interpretación, atribución y construcción social
del sentido, asumiendo la existencia de una relación dinámica entre estos
procesos, las oportunidades políticas y la dinámica organizacional de los
movimientos sociales; y una necesaria complementariedad entre la teoría de
los movimientos sociales y la teoría de clases para su estudio. A la vez, la
investigación abrevó en la tradición gramsciana y freiriana, los aportes del
marxismo cultural y las pedagogías críticas.

Uno de los objetivos específicos de la investigación consistió en el análisis de


los espacios de formación política de la militancia que, con distintos grados

7
de formalización pedagógica, registrábamos en movimientos populares
urbanos de diferente matriz político ideológica (Svampa, 2010).

Atendiendo sistemáticamente al modo en que las modalidades organizativas


y los contextos políticos-institucionales influyeron en las experiencias de
estos movimientos, la investigación se propuso analizar los discursos en
torno a la formación política de la militancia, puntualizando en los objetivos
de la formación; sus temas/contenidos; la metodología de trabajo y los
dispositivos utilizados; el tipo y perfil del destinatarix; y la intencionalidad
política de la formación; para finalmente intentar comprender cómo allí se
expresaba - y desde allí también se contribuía a - la reconfiguración política,
ideológica e identitaria de estos movimientos.

Particularmente nos interesó el estudio de la formación política en


movimientos populares de matriz autonomista y matriz nacional popular. La
elección de las experiencias de matriz autonomista se fundamentó en la
concepción de estas como ensayos instituyentes de la política y de
participación política popular no integrada al Estado en un contexto de
recomposición de la legitimidad gubernamental y de la dinámica corporativa
en torno a los procesos de movilización social y organización política (las
gestiones kirchneristas) y, al mismo tiempo, de crisis del autonomismo.

Para la elección de las organizaciones de matriz nacional-popular optamos


por aquellas que, no obstante su pública adhesión y activa participación en
la gestión de las políticas sociales del kirchnerismo, pugnaban por una
mayor participación política popular integrada al Estado y cuestionaban
algunas decisiones de gobierno, particularmente las de rumbo económico.
Decidimos circunscribir nuestro análisis a tres experiencias: el Frente
Popular Darío Santillán (FPDS); el Movimiento Popular La Dignidad (MPLD) y
el Movimiento Evita (ME).

8
El propósito de la comparación entre las propuestas de formación no fue
realizar un inventario de similitudes o divergencias entre casos sino ganar en
la comprensión de los casos singulares. En este sentido, el análisis de caso y
el análisis comparativo funcionaron como búsquedas complementarias que
se reforzaron entre sí en tanto los propios vínculos generales sirvieron para
definir las aristas singulares de cada proceso específico. La estrategia para
producir la base empírica combinó: el análisis de documentos -
fundamentalmente textos de apoyo a la formación (cartillas, manuales y
cuadernos) pero también planificaciones, memorias y relatorías de talleres
así como documentos internos del área responsable de la formación - y
entrevistas individuales y grupales a lxs responsables del diseño de la
formación para abordar la construcción intersubjetiva de las expectativas,
creencias, valores y categorizaciones en torno a la formación política.

Los resultados del análisis fueron publicados en nuestra primera publicación


digital titulada ​“​Movimientos populares urbanos y acción cultural. Estudio
comparativo de experiencias en AMBA​”.

Pedagogía, política y acción colectiva


La investigación que iniciamos a mediados de 2014 “Pedagogía, política y
acción colectiva. La dimensión político pedagógica de los movimientos
populares urbanos en el AMBA. Estudio comparativo de experiencias de
matriz político ideológica autonomista y nacional popular” continuó y
profundizó el primer acercamiento del equipo de investigación a las
experiencias de formación en el contexto del proyecto anterior.

El objetivo de la investigación fue comparar y problematizar los esfuerzos


formativos de movimientos populares urbanos de diferente matriz
político-ideológica con inscripción territorial en el AMBA, para dar cuenta de

9
sus modos diferenciados de forjar sentidos compartidos que legitimen e
inciten a la acción colectiva.

Dado que en el último tramo de la anterior investigación se había avanzado


en el análisis comparativo de los casos, se decidió en este segundo proyecto
avanzar con el análisis particular de la Confederación de Trabajadorxs de la
Economía Popular (CTEP), una organización sindical multitendencia en la que
habían convergido el FPDS, el MPLD, el ME y otras organizaciones del campo
popular que veníamos estudiando, y en la que habíamos constatado
procesos de formación política sistemáticos y sostenidos en el tiempo como
resultado de espacios de deliberación y planificación conjunta de las
organizaciones antedichas.

Esta decisión implicó dejar de lado la comparación entre las organizaciones


para dedicarnos al estudio del proceso de convergencia, convivencia y
negociación (y/o disputa) que supuso y supone la creación y consolidación
de esta organización de cuño relativamente reciente y carácter
reivindicativo, para posteriormente proceder sí a la comparación entre la
propuesta formativa de la CTEP y la de las organizaciones que decidieron su
creación.

Los resultados preliminares del estudio fueron divulgados en la publicación


digital “​Pedagogía, política y acción colectiva​”.

Los procesos organizativos de lxs trabajadorxs de la economía


popular

La CTEP constituye desde nuestra perspectiva una experiencia sin


precedentes de organización del sujeto popular en clave de trabajador/a de
la economía popular que anuda en una “identidad bifronte” (Bruno, 2017)
tradiciones de organización que hasta el momento habían corrido por

10
canales paralelos. Se trata de una organización de carácter gremial y
multitendencia, donde conviven organizaciones adscriptas a matrices político
ideológicas diversas, lo que explica una dinámica organizacional atravesada
por tensiones, disputas y proyectos políticos, y herramientas
político-electorales no siempre coincidentes.

Esta organización construye una agenda reivindicativa para un sector que


representa entre el 27 % y 30% de la población económicamente activa
según datos aportados por la propia CTEP, es decir, cerca de 4.3 millones de
trabajadorxs, en cuyo nombre se interpela al Estado y al sistema económico
de manera integral, exigiendo la formulación y aplicación de políticas
sociales tanto como laborales para el sector.

Consideramos que la CTEP constituye un caso excepcional que fundamenta


su estudio de manera profunda y global. En cierta forma esta tercera
publicación es un texto bisagra que expresa nuestra búsqueda actual de
conocimiento global del caso CTEP trascendiendo el estudio de sus
espacios-momentos de formación política, foco de nuestro interés en la
investigación que concluyó a fines de 2017.

En su relativamente corta trayectoria, la CTEP creó en su seno una Escuela


Nacional de Organización Comunitaria y Economía Popular, y una
Diplomatura universitaria para la formación de lxs trabajadorxs del sector
por la que pasaron, según informa la organización, al menos 600 referentes.
También creó una Mutual de Salud denominada “Senderos” para la atención
de lxs afiliados de la CTEP y sus familias, con 12 centros administrativos y
de atención distribuidos en las localidades de mayor concentración
geográfica de sus afiliados (cuyo número se estima en 40 mil personas).
Desde la Secretaría de Producción y comercialización se fomenta la creación
de ferias de la economía popular en las que se comercializan, entre otros,
los productos frutihortícolas de las organizaciones que trabajan la tierra

11
dentro de la CTEP. La Secretaria de Vivienda y Hábitat Popular participa
activamente en la Secretaría Latinoamericana de Vivienda Popular y tuvo
una participación decisiva en la elaboración del Proyecto de Ley Nacional de
Autogestión del Hábitat y del Colectivo de Hábitat Popular en el que
confluyeron organizaciones vinculadas con la temática e interesadas en la
sanción de la ley. Durante 2017 las mujeres del MTE y el MPLD, entre otras
organizaciones, promovieron la creación del Frente de Mujeres de la CTEP y
tuvieron una participación decisiva en la gestación de la Secretaría de
Género y Diversidad de la CTEP. Vemos que la trama organizativa de la CTEP
se vuelve más densa y compleja.

Ninguna de estas construcciones está exenta de las tensiones, disputas y


conflictos esperables en un espacio de convergencia de organizaciones con
trayectorias y filiaciones político ideológicas (e incluso partidarias) distintas,
divergentes y a veces contradictorias. Con esta publicación comenzamos a
abordar esta trama organizativa en toda su diversidad y complejidad.

Para desarrollar dicho análisis partimos de la hipótesis de que, en su proceso


de institucionalización conflictiva, las organizaciones de la economía popular
han ingresado a una nueva etapa de sindicalización, que se orienta a
profundizar e institucionalizar sus dispositivos de seguridad social y el
fortalecimiento de la actividad productiva de ​las ramas que lo integran.
Precisamente sobre este asunto reflexionamos en el siguiente capítulo ​La
economía popular, su herramienta gremial y la estrategia de
institucionalización del sector en el que Coelho, Palumbo y Bruno
caracterizan a la CTEP y su identidad bifronte, y describen sus estrategias
de institucionalización conflictiva e incidencia política, y las alianzas con
otros sectores de la arena sindical. El mencionado trabajo de Coelho,
Palumbo y Bruno establece un diálogo con algunos capítulos de la
publicación antecedente: en ​Apuntes sobre la Confederación de Trabajadorxs
de la Economía Popular. Debates académicos y políticas públicas relativas a

12
la economía popular social y solidaria, Ramiro Coelho presenta un itinerario
histórico y teórico general de la Economía Popular Social y Solidaria
(EP/ESS) como fenómeno social, económico y político en la Argentina y en
América Latina, y en tanto contexto de surgimiento de la Confederación de
Trabajadorxs de la Economía Popular (CTEP); en ​Los y las trabajadorxs/as
de la economía popular en la CTEP Daniela Bruno caracteriza el contexto de
surgimiento de los movimientos de trabajadorxs desocupadxs, los modos de
vinculación de estas organizaciones y movimientos con el Estado Argentino –
en particular durante las gestiones kirchneristas – y describe brevemente los
antecedentes, el escenario y las razones que llevaron a algunas
organizaciones y movimientos populares a la creación de la CTEP. Para una
mejor comprensión de la CTEP, sus antecedentes, surgimiento, derrotero y
estrategias de lucha sugerimos la lectura de todos estos textos en su
conjunto.

Por otro lado, y como ya se ha dicho, este equipo de investigación se


interesó inicialmente por el estudio de los procesos de formación política en
movimientos populares urbanos, particularmente aquellos de matriz nacional
popular y de izquierda independiente (o nueva izquierda o izquierda
autónoma). En el capítulo 3 de esta publicación, titulado ​Economía popular y
praxis pedagógica. Apuntes sobre la formación política en la CTEP,
Mistrorigo, Palumbo y Bruno retoman y amplían el conocimiento
desarrollado por el equipo sobre la praxis pedagógica de la CTEP y en
particular la que se ha dado en el marco de la ENOCEP (Escuela Nacional de
Organización Comunitaria y Economía Popular). Respecto de los escritos
previos de nuestro equipo sobre el tema, la novedad de este trabajo reside
en la recuperación de las voces y perspectivas de los y las destinatarios/as
de la propuesta formativa. Este capítulo entra en diálogo con lo publicado

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precedentemente, específicamente cuatro capítulos de la publicación
precedente:

● La formación como proceso enmarcador. Formación política y


movimiento ​de Daniela Bruno y Verónica Mistrorigo, en la que
fundamentamos la relevancia del estudio de la formación política como
“proceso enmarcador” que mediatiza la relación del movimiento social
y su contexto encuadrando la acción colectiva, y aclaramos algunas
decisiones de estrategia metodológica de la investigación,
particularmente en lo que refiere al análisis discursivo, y
específicamente sobre el discurso político y pedagógico.

● La Secretaría de Formación de la CTEP: génesis, objetivos y


parámetros de eficacia en el que María Mercedes Palumbo caracteriza
la Secretaria de Formación de la CTEP, la Escuela Nacional de
Organización Comunitaria y Economía Popular (ENOCEP) y la
Diplomatura Universitaria de Organización Comunitaria y Economía
Popular, poniendo especial atención a los acuerdos políticos que
encuadran sus lineamientos, los objetivos de la formación desde la
perspectiva de las organizaciones que integran la CTEP y participan de
la Secretaría, y los diferentes modos de valorar la eficacia política de la
formación.

● Un abordaje de los cuadernillos de formación de la ENOCEP-CTEP


desde la perspectiva del análisis y la construcción de mensajes
educativos donde Constanza Lupi y Verónica Mistrorigo analizan los
materiales de formación de la CTEP escritos por Emilio Pérsico y Juan
Grabois, editados por la misma CTEP en el año 2014, recursos
utilizados en el marco de las distintas cohortes de la ENOCEP.

● Y finalmente ​Un análisis de la CTEP desde el discurso de la formación


de la ENOCEP ​de ​Christian Dodaro, Santiago Fernández Galeano,

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Florencia Petrillo y Graciela Quinterno​, quienes estudian el discurso de
la formación de la CTEP a partir del análisis de los cuadernillos
presentados en el apartado anterior aunque deteniéndose
puntualmente, en tres aspectos: a) el diagnóstico de situación que
justifica la acción colectiva de la CTEP; b) las bases ideológicas,
principios y reivindicaciones de la CTEP; y, c) la conformación de una
comunidad de referencia nucleada en un nosotros que expresa un
sujeto político particular y a la vez actores antagonistas.

Volviendo a la publicación que estamos presentando, el Capítulo 4 ​Tras la


huella de Francisco. Política y religión en el discurso de la Confederación de
Trabajadores de la Economía Popular (CTEP) de Daniela Bruno, es una
revisión y ampliación del artículo titulado ​Política y religión en el discurso de
la CTEP en el que la misma autora analiza las huellas del discurso religioso
en el discurso institucional y de formación de la organización sindical y
caracteriza el vínculo entre la agrupación Misioneros de Francisco y la CTEP.

En los capítulos 5, 6 y 7 exploramos procesos organizativos de la CTEP que


hasta el momento no habíamos problematizado metódicamente. En el
capítulo 5 titulado ​Las trabajadoras de la economía popular. A propósito de
la experiencia de las mujeres en la CTEP de Lupi y Bruno​, ​las autoras
reflexionan sobre la participación de las mujeres en las organizaciones
sindicales de la economía popular a partir de la perspectiva de algunas
referentes de organizaciones y movimientos sociales dentro de la
Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP)

En el 6 titulado ​Senderos. La Mutual de Salud de lxs trabajadores de la


Economía Popular de Cardozo y Bruno, se presentan las reflexiones
preliminares del proceso de sistematización en curso de la experiencia de la

15
Asociación Senderos, mutual de salud de lxs trabajadorxs agremiadxs en la
Confederación de Trabajadorxs de la Economía Popular (CTEP) en Argentina.

Finalmente en ​el capítulo 7 ​De la estigmatización a la comprensión La acción


colectiva de lxs trabajadorxs de la economía popular sindicalizados según la
prensa gráfica argentina, Coelho, Fernández Galeano y Petrillo desarrollan
un análisis discursivo en clave socio semiótica, para el estudio de las
estrategias retóricas, temáticas y enunciativas del tratamiento periodístico
de la CTEP como actor sindical y político, y su agenda reivindicativa, según
las ediciones digitales de tres diarios de tirada nacional (Clarín, La Nación y
Página 12)

Queremos agradecer a todxs lxs trabajadorxs de la economía popular y


dirigentxs de la CTEP que accedieron a ser entrevistadxs y nos facilitaron el
acceso a fuentes documentales e informantes clave. Esperamos que este
trabajo contribuya a la sistematización y socialización de la experiencia, y se
constituya en un aporte a la discusión crítica constructiva sobre las
herramientas de organización y lucha de lxs trabajadorxs del sector con lxs
que este equipo de investigación se siente comprometido.

Lxs autorxs

Buenos Aires, Abril 2018.

Referencias
BRUNO, D. P. (2017). La vuelta de los piqueteros. Ponencia presentada en las I
Jornadas de la Carrera de Sociología, Facultad de Humanidad, Universidad Nacional
de Mar del Plata.

LARAÑA, E. (1999). La construcción de los movimientos sociales. Madrid: Alianza.

16
SNOW, D.; ROCHFORD, B.; WORDEN, S. y BENFORD, R. (1986). “Frame alignment
processes, Micromovilization and Movement Participation”. ​American Sociological
Review, 2.

SVAMPA, M. (2010). “Movimientos sociales, matrices socio-políticas y nuevos


escenarios en América Latina”, Working Paper, 1.

17
Capítulo 2

La economía popular, su herramienta gremial y la


estrategia de institucionalización del sector3
Daniela Paola Bruno, Ramiro Coelho y María Mercedes Palumbo

Introducción
Este trabajo fue escrito en el marco de la investigación “Pedagogía, política y
acción colectiva. La dimensión político pedagógica de los movimientos
populares urbanos en el AMBA. Estudio comparativo de experiencias de
matriz político ideológica autonomista y nacional popular” (Proyecto UBACYT
20020130200171BA de la Programación Científica 2014-2017, en la
Categoría Grupos en Formación) cuyo objetivo fue comparar y problematizar
los esfuerzos formativos de movimientos populares urbanos de diferente
matriz político-ideológica con inscripción territorial en el Área Metropolitana
de Buenos Aires, para dar cuenta de sus modos diferenciados de forjar
sentidos compartidos que legitimen e inciten a la acción colectiva, en un
contexto de reconfiguración de las organizaciones del campo popular.

Dentro del vasto y heterogéneo campo popular nos abocamos al análisis de


organizaciones, redes y movimientos de la economía popular (EP). La EP es

3
​Este texto es una adaptación de ​Innovación organizacional e institucionalización conflictiva de las organizaciones
de la Economía Popular. El caso de la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP) publicado
en el Nro. 19 de la Revista Argumentos, publicación del Instituto de Investigaciones Gino Germani, Facultad de
Ciencias Sociales. Universidad de Buenos Aires, Año 2017. ISSN 1666-8979. Disponible en
http://publicaciones.sociales.uba.ar/index.php/argumentos/article/view/2766

18
un fenómeno social, político y económico que, en América Latina, resurgió
como forma de resistencia a la aplicación de políticas socioeconómicas
neoliberales. En la EP confluyen formas organizativas propias de la tradición
cooperativista europea de fines del siglo XIX con formas de economía
comunitaria propias de los pueblos originarios y prácticas de trabajo informal
y cuentapropista, predominantemente urbanas, surgidas como estrategias
de sobrevivencia ante la caída del trabajo asalariado.

En este trabajo nos referiremos específicamente al caso de la Confederación


de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP). La CTEP es una
organización sindical multitendencia y multi-rama, de cuño reciente y
carácter reivindicativo, en la que convergen agrupamientos con inscripciones
político-ideológicas diversas. Jurídicamente se trata de la Asociación Civil de
los Trabajadores de la Economía Popular (ACTEP), inscripta en el Registro de
Organizaciones Sociales de la Economía Popular y Empresas
Autogestionadas creado por el Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad
Social por Resolución 32/2016. No obstante, esta organización se presenta y
conoce públicamente como la CTEP pues fue su propósito la creación de una
Confederación de Trabajadores informales.

En su relativamente corta trayectoria, la CTEP creó en su seno una Escuela


Nacional de Organización Comunitaria y Economía Popular (ENOCEP) para la
formación de lxs trabajadorxs del sector, y una Mutual de Salud
denominada “Senderos” para la atención de lxs afiliadxs de la CTEP y sus
familias. En los días previos a la finalización de su gestión como Ministro de
Trabajo en diciembre de 2015, Carlos Tomada aprobó la personería social de
la Asociación Civil de Trabajadores de la Economía Popular (ACTEP) y creó el
antes mencionado Registro de Organizaciones, estableciendo como
facultades de las inscriptas, entre otras, “promover los servicios asistenciales
de sus representados en el marco de la legislación vigente en la materia”.

19
Con ese argumento la CTEP inicia en el año 2016 los trámites para la
creación de la Obra Social de los Trabajadores de la Economía Popular
(OSTEP).

En este trabajo caracterizamos a la CTEP, la ENOCEP y Senderos como


innovaciones organizacionales gestadas desde el campo popular para
avanzar en la conquista de los derechos humanos básicos de lxs
trabajadorxs de la EP.

Estas innovaciones poseen antecedentes en la respuesta que el sector tuvo


frente a la crisis del trabajo asalariado, el debilitamiento de las estructuras
político-partidarias y sindicales y la “retirada del Estado” que caracterizaron
la profunda crisis social, política y económica de fines del siglo pasado.

Pero los procesos organizativos a los que hacemos referencia en este trabajo
suceden en otro momento histórico en el que las organizaciones de la EP han
ingresado a una nueva etapa de sindicalización. Aquí la estrategia gremial
estructurante es profundizar e institucionalizar los dispositivos de formación
y seguridad social así como fortalecer la actividad productiva de las ramas
que lo integran mediante instituciones, leyes e infraestructura para el sector,
en un contexto de cambio de signo político en la gestión del ejecutivo
nacional y de recomposición neoconservadora.

A continuación presentamos sintéticamente las coordenadas teórico-


metodológicas de la investigación que enmarcan la producción de la base
empírica que sustenta esta discusión. Seguidamente, caracterizamos dos
conceptos claves para nuestra pesquisa que constituyen las claves analíticas
de la CTEP en este trabajo: institucionalización e innovación organizacional.
La siguiente sección rastrea la trayectoria histórica de las organizaciones de
la EP y, en particular, la historia de las organizaciones y movimientos
populares surgidos hacia finales de la década del noventa que decidieron la
creación de la CTEP. Posteriormente se presenta a la CTEP, su contexto de

20
surgimiento y las razones que llevaron a su creación, las organizaciones que
la integran y su particularidad dentro de los actores de la acción colectiva en
Argentina. Además caracterizamos la particular visión de la CTEP sobre la EP
poniéndola en diálogo con otras definiciones de EP, economía social y
solidaria y analizamos las estrategias políticas y repertorios de protesta y
movilización desplegados por la CTEP entre 2014 y 2017. Finalmente, se
dejan planteadas algunas tensiones y disyuntivas que advertimos en estas
formas organizativas, estrategias políticas y repertorios desplegados por la
CTEP, que vinculamos con el carácter bifronte de este actor, y presentamos
algunos interrogantes respecto de su derrotero en el corto y mediano plazo.

Las coordenadas teórico-metodológicas de la investigación

Como mencionamos, el objetivo de la investigación en la que se inscriben las


consideraciones de este trabajo reside en comparar y problematizar los
esfuerzos formativos de movimientos populares urbanos de diferente matriz
político-ideológica en el AMBA. El interés específico por el estudio de la
formación es parte de un problema mayor vinculado con el análisis de los
procesos de construcción social de sentidos que legitiman e incitan a la
acción colectiva en movimientos populares urbanos de diferente matriz
político-ideológica, entendiendo que el estudio de esos “procesos
enmarcadores” (Snow, Rochford, Worden y Benford, 1986) puede aportar a
la inteligibilidad de las complejas y dinámicas reconfiguraciones
político-ideológicas de la acción colectiva. Por lo antedicho este es un análisis
inscripto en la tradición de los estudios constructivistas de los movimientos
sociales (Laraña, 1999), preocupados por los procesos colectivos de
interpretación, atribución y construcción social del sentido, asumiendo la
existencia de una relación dinámica entre estos procesos, las oportunidades
políticas y la dinámica organizacional de los movimientos sociales; y una

21
necesaria complementariedad entre la teoría de los movimientos sociales y
la teoría de clases para su estudio (Bruno y Mistrorigo, 2006; Bruno y
Palumbo, 2016).

Las reflexiones aquí presentadas son el resultado de una estrategia


cualitativa sustentada en la triangulación de dos técnicas: el análisis de
documentos y las entrevistas en profundidad. En cuanto al análisis de
documentos, se recopilaron dos tipos de fuentes secundarias durante el
recorte temporal en estudio (2014-2017). En primer lugar, los materiales de
formación de la CTEP escritos por Emilio Pérsico y Juan Grabois y editados
por la misma CTEP en el año 2014. En segundo lugar, se analizó la Página
web de la CTEP (http://ctepargentina.org/) en tanto contiene información
valiosa concerniente a noticias, documentos escritos y audiovisuales,
presentaciones de la CTEP en clave de “nosotros” y una sección dedicada a
la Mutual Senderos. La actualización periódica de la Página web fundamentó
su utilidad para el estudio de los “procesos enmarcadores” (Snow et. al.,
1986) de la protesta y movilización popular. En igual sentido, se analizó el
contenido de documentación y materiales de comunicación institucional
producidos por la Mutual Senderos.

En cuanto a la técnica de la entrevista en profundidad, se entrevistaron


distintos referentes de las organizaciones que componen a la CTEP. En todos
los casos, los nombres de lxs dirigentes a entrevistar surgieron de los
acuerdos con las organizaciones. Las entrevistas se realizaron entre los años
2015 y 2017.

Entendimos que la condición de “dirigentes” de muchxs de lxs entrevistadxs


les permitía abordar temas como el vínculo con el Estado (y, en particular,
con algunos ministerios y políticas sectoriales) así como con las centrales
sindicales desde su visión más general de la CTEP. El análisis pormenorizado
de los documentos y las entrevistas en lo que respecta a la política de

22
formación y a la Mutual Senderos fue abordado en Bruno y Mistrorigo
(2006); Bruno y Palumbo (2016); Coelho (2016) y Cardozo (2017).

A propósito de la innovación organizacional y la institucionalización

El ciclo que comienza con el gobierno de Néstor Kirchner – denominado por


algunos autores como posneoliberal (Arditi, 2009; Sader, 2008) – supuso la
articulación de un arco de solidaridades diferentes y la disponibilidad de
nuevos recursos para la organización política (Longa, 2017; Gusmerotti,
2010, 2013). Este nuevo escenario abrió un campo de oportunidades para la
innovación y el desarrollo de las organizaciones de la EP.

El concepto de “innovación organizacional” fue acuñado a mediados del siglo


pasado en el campo de la administración de empresas para referir a
procesos de cambio planificado que introducen un nuevo o
significativamente mejorado producto, proceso, método o práctica en la
organización y sus relaciones (Schumpeter, 1942 y Drucker, 1977).

Las definiciones más recientes enfatizaron en la importancia del


conocimiento organizacional y su gestión como principal motor de la
innovación (OECD, 1997, 2005; Afuach, 1999; Hamel, 2001; Hölzl,
Reinstaller y Windrum, 2007; Lam, 2004; Van de Ven, Polley, Garud y
Venkataraman, 2001; Van de Ven, 2004), comenzando a registrarse un uso
más extendido del concepto en la sociología organizacional (Arraut Camargo,
2008).

La literatura reciente sobre cambio organizacional en este campo ha


centrado su interés en los factores que coadyuvan y las consecuencias
derivadas del cambio organizacional en aspectos tales como la composición,

23
estructura, funciones, límites de la organización, relaciones y redes de la
organización con su entorno (Arraut Camargo, 2008).

En este artículo, retomamos particularmente el concepto de innovación


organizacional de Dinerstein, Contartese y Deledicque (2010) quienes lo
utilizaron para analizar los procesos organizativos de los trabajadores
desocupados en la Argentina. Con este concepto, los autores (2008) dan
cuenta de unas “formas organizacionales sui generis”, “procesos de cambio
organizacional” y acciones colectivas “multidimensionales y creativas”
dirigidas a resolver “improvisadamente o de manera deliberada”, pero
siempre simultánea, “problemáticas ligadas a la supervivencia y
reproducción sociales” que facilitarían “la ampliación del repertorio de acción
colectiva”. Para Dinerstein et. al. (2010), estos procesos de innovación en
las organizaciones de trabajadorxs desocupadxs están emparentados con
otros dos procesos: la creación de “políticas de bienestar desde abajo” y la
“institucionalización conflictiva”, referidos ambos a la recreación de la esfera
pública dentro y más allá de lo estrictamente estatal. Siguiendo esta
consideración, la innovación organizacional apunta a emprendimientos
planificados y organizados, que exceden el corto plazo, que han identificado
necesidades de la población local y se proponen cubrir a una población
definida y amplia, con objetivos y propósitos claros y una utilización racional
de los recursos.

Desde corrientes académicas del campo de la economía social (ES)


(Coraggio, 2007) y economía solidaria (EcoSol) (Laville y Gaiger, 2013;
Singer, 2008) estas actividades asociadas al trabajo reproductivo4
constituyen un factor estratégico a la hora de garantizar la reproducción de

4
El trabajo reproductivo es el conjunto de actividades no remuneradas (trabajo doméstico, cuidado de personas
mayores, cuidado de niños, etc.) destinadas a garantizar condiciones que permitan tanto el reingreso de los
trabajadores a la actividad productiva como las condiciones de existencia de cada unidad doméstica. Durante los
últimos años desde el campo de la economía feminista (Pérez Orozco, 2006; Carrasco, 1999) y la economía social y
solidaria (Coraggio, 2007), el trabajo reproductivo se constituye en una variable estratégica para garantizar las
condiciones de existencia de las unidades domésticas, tanto las constituidas como unidades productivas.

24
las condiciones de existencia de quienes integran estos colectivos
socioeconómicos. Estas formas desmercantilizadas, asociativas y solidarias
de prestación de bienes públicos, basadas en principios de reciprocidad y
redistribución (Polanyi, 1977), referidas por algunxs autorxs como
“extensiones” (Coraggio, 2004) y expresiones de la “solidaridad
democrática” (Laville, 2013), constituyen un salario indirecto para lxs
trabajadorxs.

Los proyectos productivos y cooperativos tocan cuestiones clave del


bienestar público general como tendido de redes de agua potable o
construcción de viviendas, desmalezamiento, reciclaje o defensa del medio
ambiente, reemplazando en muchos casos al municipio o gobierno local, e
influenciando la política pública en diversas formas. El proceso antes descrito
habría aportado decisivamente a la recreación del espacio público más allá
de la lógica de lo estatal, propiciando lo que Dinerstein et. al. (2010)
denominaron una “política de bienestar desde abajo”. En igual sentido,
Natalucci (2011) – retomando a Tapia – define a la “institucionalización”
como un proceso de estabilización de ciertas regularidades y pautas
comunes que también se juega en el terreno de los otros lugares de la
política; esto es, de los lugares no estatales de la política.

Para Dinerstein et. al. (2010), la institucionalización es conflictiva cuando


apunta a “la integración contradictoria de los proyectos alternativos de las
organizaciones en el seno estatal” (2010: 72). El vínculo entre el Estado y
las organizaciones populares está plagado de contradicciones, las que
repercuten y se reproducen no sólo al interior de las organizaciones sino
también al interior del Estado y sus instituciones. La tensión entre la
necesidad de afirmar prácticas colectivas a nivel territorial y comunitario (a
menudo, oponiéndose al Estado) y la “dependencia” con el poder estatal
para llevarlas adelante va a generar una tensión entre heteronomía y

25
autonomía estatal que atravesará y acompañará las experiencias de las
organizaciones del campo popular.

Si la lógica de vinculación que predominó entre las organizaciones y


movimientos de trabajadores desocupados y el Estado hasta la llegada del
kirchnerismo estuvo signada por una dinámica de movilización y negociación
centrada en la ocupación de espacios públicos mediante diversas formas de
protesta por “trabajo digno y genuino”, con el kirchnerismo comienzan a
verificarse procesos de “institucionalización conflictiva”. Las organizaciones
que integran la CTEP, particularmente el Movimiento Evita y el Movimiento
de Trabajadores Excluidos, lo mismo que algunos movimientos actualmente
aliados a la CTEP como Barrios de Pie, fueron parte de ese proceso de
“institucionalización conflictiva” durante el kirchnerismo y, reponen en otro
contexto – el de la recomposición neoconservadora – y con variaciones
algunos de dichos aprendizajes.

La economía popular, su herramienta gremial y la estrategia de


institucionalización del sector

A mediados de los años noventa, las que comenzaron siendo


manifestaciones de protesta espaciadas, localizadas y muchas veces
espontáneas por parte de trabajadorxs del sector público y desocupadxs
contra la injusticia de la restructuración neoliberal, se convirtieron a fines de
esa década en una nueva forma de protesta y movilización.

Lxs desocupadxs adquirieron una visibilidad como no la habían tenido antes


y dieron lugar a un abanico de nuevas organizaciones que, en poco tiempo,
conformaron el heterogéneo universo de las organizaciones de trabajadores

26
desocupados, también conocidas como organizaciones piqueteras (Massetti,
2009; Retamozo, 2006; Svampa y Pereyra, 2003).

El corte de ruta convivió con un trabajo territorial en torno a la creación y


gestión de merenderos, comedores y emprendimientos productivos
autogestivos que resultó menos visible que los piquetes en una coyuntura
que obligaba a la beligerancia (Ferrara, 2003). La invisibilidad de esta
construcción territorial en los barrios populares por parte de los movimientos
de trabajadorxs desocupadxs se verificó en la opinión pública y mediática y
en parte de las investigaciones que se circunscribieron a las acciones de
protesta. A contramano, existe un corpus tributario de la etnografía política
que enriqueció las miradas centradas estrictamente en las acciones de
protesta, poniendo el eje en la gestión cotidiana de estos movimientos
(Ferraudi Curto, 2007; Manzano, 2013; Quirós, 2008; Semán y Ferraudi
Curto, 2013).

A partir de las entrevistas que realizamos podemos sostener que las


unidades productivas articuladas por los movimientos de trabajadorxs
desocupadxs en dicha cotidianeidad – panaderías, carpinterías, huertas –
conformaron la génesis de lo que hoy denominamos economía popular
modelando decisivamente la actual identidad bifronte de la CTEP. Los
movimientos de trabajadorxs desocupadxs desafiaron la noción de
desempleo como exclusión, la equivalencia de trabajo con trabajo
asalariado, y contrapusieron una noción de trabajo ligada a las necesidades
específicas comunitarias y a otro tipo de valores socioeconómicos frente a
aquella que argumenta la generación de ganancia (Dinerstein et. al., 2010).

Los tres períodos del gobierno kirchnerista estarán marcados por el ya citado
proceso de “institucionalización conflictiva” en el marco de la

27
implementación de políticas públicas de promoción de la “economía social”5
orientadas a “incluir” como sujetxs de derecho al núcleo duro de
trabajadorxs de la economía popular (Gusmerotti, 2019; Gusmerotti, 2013 y
Villa, 2013). Tomando como base teórico-política los principios comunes del
campo académico de la ES6, el Estado construyó “mecanismos de subsidios
generalizados” hacia el sector en favor de garantizar su sostenibilidad
socioeconómica (Coraggio, 2013). No obstante, y tal como señala Coelho
(2016), un tercio de la población económicamente activa se mantuvo en el
sector de trabajadorxs no registradxs, sin poder gozar plenamente de sus
derechos económicos y laborales.

El vínculo de las organizaciones y redes de la economía popular con el


Estado y la participación en políticas de promoción de la ES fueron dispares
de acuerdo a las concepciones y posicionamientos asumidos respecto a los
gobiernos kirchneristas. Un conjunto de organizaciones, dentro de las que se
destaca el Movimiento Evita (ME), un actor clave en la posterior
conformación de la CTEP, se integraron a la estructura del Estado como
cuadros técnicos, gestionaron espacios institucionales, incorporaron ciertas

5
El apelativo economía social utilizado por el gobierno kirchnerista toma como referencia conceptualizaciones
elaboradas por Alejandro Rofman y José Luis Coraggio. Esta denominación funcionó como paraguas para una serie
de programas elaborados por el Ministerio de Desarrollo Social centrados en la promoción del trabajo autogestivo y
familiar tales como: el monotributo social, la Ley Nacional de Microcrédito, La ley de Marca Colectiva y el
Programa de Ingreso Social por Trabajo (PRIST) Argentina Trabaja. Lo relevante de estas políticas sociales es el
cambio de orientación de políticas sociales de corte asistencial y focalizado hacia otras centradas en la promoción
del trabajo.

6
Dentro del campo de las perspectivas teóricas latinoamericanas de la economía social y solidaria (ESS), integrada
por la ES, existe un consenso respecto de la necesidad de aplicar racionalidades diferentes a la de la empresa
mercantil, para garantizar la sustentabilidad y sostenibilidad del sistema. El acuerdo parte de una crítica estructural a
la economía del capital y los criterios de eficiencia que aplica, sustentada en el principio de acción racional
medios-fines. Tal crítica es abordada por diferentes autores en el señalamiento de los siguientes rasgos: dar
prevalencia al valor de cambio por sobre el valor de uso (Duchrow y Hinkelammert, 2007), priorizar la rentabilidad
por sobre los beneficios sociales y los efectos ambientales, computando al trabajo como costo de producción y
transfiriendo el costo de la depredación del ambiente al exterior (externalidades) (Gaiger, 2007), reducir la
sostenibilidad de los emprendimientos económicos a una relación de cooperación/competencia entre productores y
entre productores y consumidores, mediada solo por el mercado y expresada en una cuenta de ingresos y egresos
monetarios (Coraggio, 2007). Los rasgos citados constituyen las lógicas que tensionan cotidianamente el desarrollo
de los emprendimientos de la economía popular.

28
reivindicaciones de los movimientos a la agenda política, facilitaron el acceso
de estos a recursos para proyectos enmarcados en políticas públicas
gestionadas por el Ministerio de Desarrollo Social y el Ministerio de Trabajo,
participaron en el diseño de algunas políticas públicas e, inclusive, integraron
listas partidarias (Masseti, 2009; Natalucci, 2010; Perelmiter, 2016;
Schuttenberg, 2011). Otros movimientos fueron de la cercanía inicial al
gobierno nacional al posterior distanciamiento, como fue el caso de Barrios
de Pie. Un tercer grupo hizo el derrotero contrario, pasando de la
exterioridad relativa a la disputa por su inclusión en algunas de las políticas
socio-laborales del kirchnerismo, fundamentalmente al Programa Argentina
Trabaja en el año 2009. Tal como plantea Longa (2017), el impulso de este
Programa que implicaba la conformación de cooperativas, al tiempo que
generó un crecimiento de la base social de los movimientos kirchneristas
provocó movilizaciones, piquetes y acampes de los movimientos de la
izquierda independiente que pugnaban por ingresar al Programa.

La creación de la CTEP como organización sindical tiene relación directa con


este proceso de consolidación de un sector de trabajadorxs que queda
excluido del trabajo asalariado y que se inserta en la economía a través de
relaciones de subordinación a la economía de capital, mediada por políticas
sociales y de promoción de la economía social generadas como forma de
restituir parcialmente derechos laborales perdidos.

La crisis internacional coincidente con la primera gestión de Cristina


Fernández de Kirchner fue interpretada por algunas de las organizaciones
que luego integraron la CTEP como el indicador de “los límites del
desarrollismo con derrame inducido” y la “imposibilidad de alcanzar el pleno
empleo en las sociedades pos-industriales” (​http://ctepargentina.org/​). Para
quienes confluirían en la CTEP el mejoramiento de los indicadores
macroeconómicos, el aumento de la productividad, el desarrollo de la

29
tecnología y el incremento en las inversiones que se registraron durante el
kirchnerismo “no se tradujeron en trabajo formal y dignidad para lxs
trabajadorxs de la economía popular” (​http://ctepargentina.org/​) por lo que
era necesario construir herramientas comunes y específicas para el sector a
partir de una organización gremial.

En el año 2011, el Movimiento de trabajadores Excluidos (MTE), la


cooperativa textil La Alameda, el Movimiento Nacional de Empresas
Recuperadas por los Trabajadores (MNER) y el ME participaron en la
fundación de la CTEP. Más adelante se sumarían el Movimiento Popular la
Dignidad (MPLD), el Movimiento Nacional Campesino Indígena (MNCI), la
Unión de Trabajadores de la Tierra (UTT), la organización social y política
Los Pibes, Patria Grande, Seamos Libres y más recientemente la Garganta
Poderosa. La conformación de un frente tan heterogéneo en lo que a
matrices político-ideológicas (Svampa, 2010) refiere sólo se explica por el
carácter fundamentalmente reivindicativo de la CTEP vinculado a la
restitución de los derechos de los “trabajadorxs sin reconocimiento, sin
capital y sin patrón” (​http://ctepargentina.org/​).

Desde nuestra perspectiva, y a modo de hipótesis interpretativa, el carácter


innovador de la CTEP reside en la organización del sujetx popular en clave
de trabajador/a – y ya no de beneficiario de un plan social – anudando dos
tradiciones que hasta el momento habían corrido por canales paralelos: la
tradición del movimiento sindical encargada de la exclusiva agremiación y
defensa de lxs trabajadorxs formales, y la tradición de los movimientos y
organizaciones sociales/populares que, si bien ya venían organizando al
sujetx popular y habían tenido algunas experiencias acotadas y aisladas de
organización sindical7, no habían coincidido en la formalización de una única

7
Por ejemplo, la Asociación Gremial de Trabajadores Cooperativistas Autogestivos y Precarizados (AGTCAP)
surgida el 16 de marzo de 2011 en las puertas del Ministerio de Trabajo de Nación. Las reivindicaciones
sostenidas fueron: a) fin a la tercerización del empleo público y precarización de las condiciones de trabajo;
b) ninguna remuneración por debajo de la canasta básica familiar y aumento de salarios que paga el Estados

30
organización sindical de la envergadura de la CTEP, ni habían desarrollado
alianzas estratégicas con otros actores de la arena sindical como la CGT y la
CTA.

El proceso de confluencia de organizaciones de matriz nacional-popular y de


izquierda social e independiente en torno a una agenda reivindicativa común
señalaba las limitaciones que habían alcanzado las políticas sociales y
laborales previas para restituir de manera plena los derechos laborales de
lxs trabajadorxs de la EP. Si bien se reconoce una mejora en las condiciones
de existencia de dicho sector, al mismo tiempo, se habría profundizado un
modo de inserción diferenciado de los sectores populares en la economía y la
política nacionales, en el que estos desarrollaron estrategias de reproducción
social que combinaban planes sociales con formas de trabajo asociado y
asalariado informal. Vio y Cabrera (2014) conceptualizan al conjunto de
estas prácticas como la “trama social de la economía popular”.

De acuerdo a los materiales de formación de la CTEP, la EP resulta ser el


sector subalterno de la sociedad en el actual capitalismo global, al cual el
capital ya no le extrae plusvalía, ni llega siquiera a garantizarle las
condiciones mínimas de existencia. Funciona como una especie de
“capitalismo residual” en el que la lógica individualista y mercantil convive
con otras “formas cooperativas de trabajo impulsadas por los movimientos
sociales”, cuyo denominador común es que “los medios de producción están
en manos de los sectores populares” (Cuadernillo 1 CTEP, 2014: 23).
Siguiendo a Tiriba (2004, 2006, 2011) y a Sarria Icaza y Tiriba, la economía

para Obra Pública a través de planes de empleo o contratación de Cooperativas; c) ampliación y


nacionalización de los Planes de Obra Pública; d) subsidios a la producción de Empresas Recuperadas y
Emprendimientos Autogestivos; e) derecho a la salud: obra social con cobertura para el/la trabajador/a y su
familia y seguro por accidentes de trabajo; f) estabilidad laboral y cumplimiento de las leyes que regulan el
trabajo formal: Aguinaldo, vacaciones pagas; extensión de la Asignación Universal a los hijos de los
trabajadores precarizados, de empresas recuperadas y proyectos autogestivos. Estas reivindicaciones
buscaban nuclear a todos los trabajadores de Cooperativas del Programa Argentina Trabaja, Cooperativas de
trabajo existentes y emprendimientos que autogestionaran su trabajo. Para una abordaje más profundo de
esta experiencia, véase: ​https://agtcap.wordpress.com

31
popular se define “como el conjunto de actividades económicas y de
prácticas sociales desarrolladas por los sectores populares, orientadas a
garantizar la satisfacción de sus necesidades básicas, materiales y no
materiales, con la utilización de su propia fuerza de trabajo y de los recursos
disponibles” (Sarria Icaza y Tiriba, 2003: 2). A pesar del extenso debate
académico respecto a la denominación de esta otra economía como social,
solidaria o social y solidaria, el punto de encuentro con otros abordajes como
el de Coraggio (2011, 2016), Razeto (1993) y Singer (2005) reside en situar
la especificidad de esta forma de organización social y económica en la
trascendencia de la lógica de la ganancia y su vinculación con la
reproducción ampliada de la vida.

Sin embargo, y más allá de la coincidencia en la crítica estructural a la lógica


del capitalismo actual, la CTEP ha elaborado una crítica al concepto de ESS.
Según Chena, este concepto refleja una “postura normativa que revela más
el deseo académico y político, que la realidad de la existencia de los sectores
populares” (2017: 43). Más específicamente, la crítica de Chena a la ESS se
basa en: a) el principio de reciprocidad en el que se basa su teoría de los
intercambios “no puede ser analizado al margen de la relaciones entre la
ESS y la economía capitalista tradicional” la cual evidencia fuertes
desigualdades de poder en el orden financiero, político, legal e institucional
y, más aún, podría sostenerse la funcionalidad de la economía informal para
el capitalismo actual; b) el concepto de acción democrática se limita a
pensar la participación entre personas en igualdad de derechos sin
considerar el funcionamiento concreto de la instituciones que organizan los
procesos de decisión respecto de las orientaciones económicas políticas y
sociales; y, c) la ESS no considera a la solidaridad en el marco de contextos

32
organizacionales en el que existen diferencias de poder dadas por
“jerarquías simbólicas”8.

En los días previos a la finalización de su gestión como Ministro de Trabajo


en diciembre del año 2015, Carlos Tomada aprobó la personería social de la
CTEP bajo el número de resolución 1727/15, creando un régimen de
agremiación para los trabajadores de la economía popular que finalmente les
reconoce derecho a sindicalizarse. En marzo de 2016, ya con Triaca como
Ministro de Trabajo de la gestión de la Alianza Cambiemos, se introdujeron
modificaciones a la resolución que, no obstante, no fueron sustantivas.

La CTEP, que abreva en las experiencias de resistencia del campo popular


frente al neoliberalismo y se gesta al calor de las políticas sociales del
kirchnerismo, se constituye hoy como un actor social de identidad bifronte
que ya no lucha por más planes o subsidios, sino que construye una agenda
sindical propia a través del reclamo de paritarias para el sector, en tanto
trabajadorxs organizadxs con derechos laborales no satisfechos. La CTEP
actúa fundamentalmente en los tres cordones del conurbano bonaerense,
aunque cuenta con representación nacional.

Las acciones colectivas de incidencia política desarrolladas por la CTEP, en


especial durante el último año y medio, marcan un punto de inflexión
respecto de los repertorios de protesta y movilización de las organizaciones
que la antecedieron y crearon. El gobierno de la Alianza Cambiemos generó
un giro importante en la política económica que provocó un proceso de
recesión con un impacto directo en la condiciones de vida de los
trabajadores de la EP. La CTEP comienza un proceso acelerado de

8
Asimismo, Chena propone considerar a la EP en un contexto político y económico de mayor escala en el que
deberían estar contemplados: a) la “insuficiencia dinámica” dada por la condición de capitalismo periférico de la
economía Argentina y las economías latinoamericanas; b) la insuficiencia para acumular capital y la desigualdad en
la penetración del progreso técnico debido a la incidencia del “colonialismo interno y capitalismo transnacional”; c)
la funcionalidad de la economía informal para el capitalismo actual; y, d) la mirada liberal de los organismos
internacionales respecto del desarrollo del sector informal a partir del fortalecimiento de “capital social” sin
considerar la necesaria transferencia de recursos del capital a la economía popular (Chena, 2017).

33
articulación y movilización social con la CCC y Barrios de Pie (constituyendo
lo que luego se conoció como el Triunvirato Piquetero) y con las dos
centrales sindicales de trabajadorxs asalariadxs (CGT y CTA). En la
continuidad de su proceso de institucionalización conflictiva que se repone
en este nuevo escenario, la estrategia es múltiple y el Estado es abordado
como “la patronal” a la cual lxs trabajadorxs deben reclamar por sus
derechos laborales.

Por un lado, se tiende a consolidar una incidencia en la agenda legislativa


con el fin de sancionar leyes de promoción del sector que garanticen
respuestas a las demandas paritarias de los trabajadores de la EP en su faz
de sindicato. La sanción de la ley de Emergencia Social y Laboral a fines del
año 2016 constituye un ejemplo de dicha estrategia. Por otro lado, se
articula una incidencia en el ejecutivo nacional – particularmente en las
carteras de Desarrollo Social y Trabajo – a partir de la participación en
canales sostenidos de negociación a los cuales se presentan en su faz de
movimientos sociales/populares. Por tal motivo, la CTEP viene desplegando
una compleja estrategia – posibilitada en parte por su carácter bifronte –
donde se combinan acciones colectivas de movilización y protesta callejera,
vinculaciones con legisladores – porteños y nacionales – y con funcionarios
de ministerios del poder ejecutivo nacional, para avanzar en el reclamo por
sus derechos laborales. Esta compleja estrategia refleja un sentido político
dado por la CTEP a sus acciones colectivas tendientes a lo que Navarro
denomina “institucionalización del sector” (Navarro, 2017: 71).

Teniendo en cuenta el proceso socio-histórico y económico trazado, así como


la concepción económica y política construida por la CTEP respecto de la EP,
desde nuestra perspectiva lo que emerge es una crítica estructural al
capitalismo actual por parte de un nuevo sujeto político trabajador que ha
ido construyendo nuevas lógicas de organización social, económica y

34
política. Al analizar estas nuevas lógicas, advertimos una primera innovación
organizacional al constituir una organización gremial que construye una
agenda reivindicativa y política que contempla al sistema económico de
manera integral e interpela al Estado en la formulación y aplicación de
políticas económicas, sociales y laborales. En sus formas de organización
económica-productiva, lo mismo que en sus formas de intervenir y participar
en la política, reconocemos repertorios de organización, protesta y
movilización que abrevan en la experiencia de los movimientos populares
territoriales surgidos a finales del siglo pasado pero también en la tradición
sindical.

La CTEP aprovecha estratégicamente esta configuración identitaria compleja,


y por momentos contradictoria, para ampliar sus repertorios y márgenes de
acción e incidencia en las políticas públicas. Pero este mismo carácter
bifronte (organización social/organización sindical) provoca ciertas tensiones
y disyuntivas “hacia adentro” que se hacen sentir en los procesos
organizativos de la Escuela Nacional de Organización Comunitaria y
Economía Popular ( ENOCEP ) y de la Mutual de Salud Senderos/OSTEP. A
nuestro juicio, y según el parecer de algunos de sus dirigentes, el futuro de
la CTEP en el corto y mediano plazo estará signado por su capacidad para
contener y encauzar la conflictividad “interna” provocada en parte por la
diversidad de matrices político-ideológicas y proyectos que constituyen la
CTEP, en un escenario de vertiginosa reconfiguración de las organizaciones
del campo popular, insuflada por los cambios de gestión gubernamental y las
coyunturas electorales recientes y próximas.

A ese desafío entendemos que debería sumarse otro vinculado con la unidad
de lxs trabajadorxs, para el que es necesario lidiar con la importante
heterogeneidad que se verifica entre las agendas reivindicativas de las
centrales sindicales y de los trabajadores de la economía popular. La política

35
económica del macrismo, el incremento de la conflictividad social y sindical
y el recrudecimiento de la política de penalización y represión de la protesta9
podrían favorecer una estructura de oportunidades políticas para la unidad
de los trabajadores pero, a la vez, limitar el alcance de las estrategias de
protesta y movilización, y las instancias de negociación para la
institucionalización de la EP que la CTEP viene desarrollando.

Referencias

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Aires: Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires. Recuperado
de ​http://www.isbn.org.ar/cal/laimg/6355/493629.pdf

9
Nos referimos al protocolo anti piquete, el encarcelamiento de Milagro Sala, la represión a los docentes en el
mes de marzo en la plaza de los dos congresos, la represión de la protesta de la coordinadora por la libertad
de Milagro Sala en el mes de julio, la reciente desaparición de Santiago Maldonado, y los allanamientos
violentos a diversas organizaciones de base de la CTEP, entre otros.

36
Bruno, D. P. y Cardozo, M. (2017). “Senderos, la mutual de salud de lxs
trabajadorxs de la economía popular”. Ponencia presentada en las I Jornadas de la
Carrera de Sociología, Facultad de Humanidad, Universidad Nacional de Mar del
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formación política y movimiento. En D. P. Bruno y Palumbo, M. M. (Eds.),
Pedagogía, política y acción colectiva: el caso de la Confederación de Trabajadores
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43
Capítulo 3

Economía popular y praxis pedagógica. Apuntes sobre la


formación política en la CTEP10
Daniela Paola Bruno, Verónica Mistrorigo y María Mercedes Palumbo

Introducción

En este trabajo analizamos los antecedentes, objetivos, dispositivos,


aprendizajes valorados y otros aspectos de la praxis pedagógica de la
Confederación de Trabajadorxs de la Economía Popular (CTEP), una
organización sindical multitendencia de cuño reciente y carácter
reivindicativo en la que convergen distintos agrupamientos del campo
popular donde se constatan instancias de formación política sistemáticas y
sostenidas en el tiempo como resultado de espacios de deliberación y
planificación conjunta. Las consideraciones presentadas en este trabajo se
enmarcan en la investigación “Pedagogía, política y acción colectiva. La
dimensión político pedagógica de los movimientos populares urbanos en el
AMBA. Estudio comparativo de experiencias de matriz político ideológica
11
autonomista y nacional popular” . Atendiendo a las modalidades
organizativas y los contextos políticos-institucionales que influyeron en la

10
Este capítulo es una adaptación de “El discurso pedagógico de la CTEP: la formación política como proceso
enmarcador” ponencia presentada por las autoras en las V Jornadas Internacionales de Problemas
Latinoamericanos: “Los Movimientos sociales frente a la restauración neoliberal: resistencias, oposición y
re-construcción de perspectivas teórico-políticas emancipatorias” Escuela de Historia - Facultad de Filosofía y
Humanidades Universidad Nacional de Córdoba 23 al 25 de Noviembre de 2017.
11
Proyecto UBACYT 20020130200171BA de la Programación Científica 2014-2017 en la Categoría Grupos en
Formación, continuidad del proyecto UBACYT 20020110200094BA “Movimientos populares urbanos y acción
cultural. Estudio comparativo de las experiencias en el AMBA” perteneciente a la Programación Científica 2012-
2015.

44
experiencia de la CTEP y las organizaciones que decidieron su creación, la
investigación se propuso analizar la formación política, puntualizando en sus
objetivos; sus temas/contenidos; la metodología de trabajo y los dispositivos
utilizados; el tipo y perfil del destinatarix; y la intencionalidad política de la
formación; para finalmente intentar comprender cómo allí se expresaba - y
desde allí también se contribuía - al complejo proceso de convergencia,
convivencia y negociación (y/o disputa) que supuso y supone la creación y
consolidación de la CTEP.

La formación se aborda desde la perspectiva conceptual de los “procesos


enmarcadores” (Snow, 1986) interesada por los significados compartidos,
las estructuras simbólicas y los esquemas cognitivos que organizan la
percepción y la dirección de la acción colectiva. Entendemos que lxs
militantes se forman en la compleja experiencia histórica de integrar el
movimiento. No obstante, los espacios-momentos intencionalmente
formativos son un aspecto fundamental en la reproducción cultural de los
movimientos populares. De ello da cuenta la enfática y permanente acción
pedagógica de los movimientos que venimos estudiando, que va decantando
en formas organizativas, dispositivos y textos con fines pedagógicos donde
es deliberadamente significada la práctica cotidiana del movimiento, y en las
que se expresa de manera explícita y privilegiada la intencionalidad de
construcción de subjetividades del movimiento popular. Esa intencionalidad
pedagógica explícita formula un diagnóstico de situación, prescribe una ética
militante, prioriza el desarrollo de ciertas capacidades y valores, jerarquiza
ciertas voces y saberes como legítimas fuentes de conocimiento, y ofrece
unos marcos referenciales para la acción política que, si bien no alcanzan
para explicar los fundamentos efectivos de la acción colectiva, sí pueden
ayudarnos a entender cómo es o debe ser, al menos desde la perspectiva de
lxs dirigentes, referentes o “compañerxs con responsabilidades”, ese sujeto
político o “maquina beligerante” (Maneiro, 2012) y cuáles deben ser las

45
cualidades y los saberes militantes considerados necesarios para la
transformación social en cada coyuntura histórica definida (Bruno, 2016).

Por otra parte, entendemos la formación como ámbito de construcción de


conocimiento socio-histórico, de promoción de relaciones de conocimiento y
de la capacidad de una persona de colocarse en su mundo, en su territorio,
entendiendo que colocarse no es explicarlo sino interpretarlo y reconocerlo.
No se trata de manejar códigos o poseer mayor cantidad de información,
sino de colocarse frente al mundo entendido como el conjunto de relaciones
entre cosas y personas. Esta postura epistémica entiende al conocimiento y
a su construcción como un producto de la realidad socio-histórica a partir de
la cual “el sentido de construir conocimiento, además de la elaboración de
conceptos, supone el rescate del sujeto que los construye” (Zemelman,
2011: 11).

La estrategia metodológica adoptada para la producción de la base empírica


combinó el análisis de documentos y contenidos web de la CTEP junto a
entrevistas en profundidad a referentes de organizaciones vinculados a la
creación e implementación de la política de formación, como así también a
destinatarios de la misma que son referentes territoriales. Esta triangulación
de técnicas metodológicas procuró así una comprensión más compleja del
objeto a estudiar, a partir de la integración de diversas perspectivas y voces,
la búsqueda de consistencia de los datos, la combinación de datos subjetivos
y objetivos, la contextualización de los procesos y la complementación de los
aportes de cada técnica.

46
Acerca de la Confederación de Trabajadorxs de la Economía Popular

Como se ha visto en el capítulo previo la creación de la CTEP como


organización sindical tiene relación directa con este proceso de consolidación
de un sector de trabajadorxs que queda excluido del trabajo asalariado y
que se inserta en la economía a través de relaciones de subordinación a la
economía de capital, mediada por políticas estatales sociales y de promoción
de la economía social generadas como forma de restituir parcialmente
derechos laborales perdidos. Desde nuestra perspectiva, y a modo de
hipótesis interpretativa surgida de los trabajos y reflexiones del proyecto de
investigación en curso, el carácter innovador de la CTEP reside en la
organización del sujeto popular en clave de trabajadorxs – y ya no de
beneficiarixs de un plan social – anudando dos tradiciones que hasta el
momento habían corrido por canales paralelos: la tradición del movimiento
sindical encargada de la exclusiva agremiación y defensa de lxs trabajadorxs
formalxs, y la tradición de los movimientos y organizaciones
sociales/populares que, si bien ya venían organizando al sujeto popular y
habían tenido algunas experiencias acotadas y aisladas de organización
sindical, no habían coincidido en la formalización de una única organización
sindical de la envergadura de la CTEP, ni habían desarrollado alianzas
estratégicas con otros actores de la arena sindical como la CGT y la CTA
(Bruno, Coelho y Palumbo, 2017). Las acciones colectivas de incidencia
política desarrolladas por la CTEP, en especial durante el último año y medio,
marcan un punto de inflexión respecto de los repertorios de organización,
protesta y movilización de las organizaciones que la antecedieron y crearon.
En el contexto del gobierno de la Alianza Cambiemos, que generó un giro
importante en la política económica con un impacto directo en las
condiciones de vida de lxs trabajadorxs de la economía popular, la CTEP
viene desplegando una compleja estrategia – posibilitada en parte por su

47
carácter bifronte – donde se combinan acciones colectivas de movilización y
protesta callejera, acciones de incidencia con legisladores – porteños y de la
nación – y con funcionarios de ministerios del poder ejecutivo nacional así
como procesos de articulación con las dos centrales sindicales de
trabajadorxs asalariadxs, para avanzar en el reclamo por sus derechos
laborales. Esta compleja estrategia refleja un sentido político dado por la
CTEP a sus acciones colectivas tendientes a lo que Navarro denomina
“institucionalización del sector” (Navarro, 2017: 71).

La historia de la formación en la CTEP

La dimensión pedagógica fue cobrando fuerza y visibilidad dentro de la CTEP


desde su génesis en el año 2011. Aunque como veremos más adelante la
Secretaría de Formación de la CTEP y la ENOCEP (Escuela Nacional de
Organización Comunitaria y Economía Popular) fueron creadas en el año
2014, algunxs entrevistadxs reconocen instancias de formación política
relativamente sistemáticas y sostenidas en el tiempo previas a esa
formalización, por iniciativa del MTE y el Movimiento Evita (ME) (dos de las
organizaciones con participación decisiva en la creación de la CTEP), desde
el año 2011. Según lxs entrevistadxs, desde la creación de la CTEP, algunxs
delegadxs/referentes distritales del MTE y el ME en el AMBA son “pedidos”
por la entonces recientemente creada CTEP para formarse en economía
popular, con el compromiso de “replicar” lo aprendido en el territorio, en las
asambleas barriales, en las cooperativas de trabajo, en las reuniones
distritales de sus respectivos movimientos. Una militante del ME, actual
integrante de la mesa provincial (por Buenos Aires) de la CTEP y responsable
de la formación en su distrito (Pilar), relata aquel momento liminar de la
formación en la CTEP:

48
Las primeras (formaciones) eran del Evita. Pero a la vez del MTE se iban
formando desde otro lado. Al inicio eran separados. Hasta que Grabois hace
que sea una sola (…) La idea nace así, de la organización, de formar donde
pudieran concentrarse y organizarse los trabajadores de la economía
popular…. y bueno, cada Distrito cede una cantidad de compañeros a la
formación y eso es de hace más o menos hace 6 años. Yo antes de que nos
mandaran era, éramos delegados de distrito o los que de alguna forma
estábamos dando formación política dentro del distrito, ya veníamos con
experiencia. Por eso fue un proceso y ya cuando Grabois encuentra la
necesidad de unificar las organizaciones ahí es cuando empieza la
diplomatura. Y la diplomatura empieza como arranca el ME y el MTE en sus
inicios, pero ya como diciendo ustedes lo tienen que saber, como haciendo un
repaso un poco más profundo.

Según la misma entrevistada, en el año 2013, lxs delegadxs y referentes de


la CTEP participaron de una formación impartida por el Ministerio de
Desarrollo Social sobre economía social y solidaria. Aunque esta propuesta
es previa a la creación de la ENOCEP y su diplomatura, la entrevistada
entiende que forman parte de una misma iniciativa, aunque reconoce que la
parte impartida por el Ministerio de Desarrollo Social, se habría estructurado
sobre la base de una concepción de economía social y solidaria que no
compartían quienes integraban la CTEP. Más aún, la entrevistada sugiere
que esa diferencia de perspectiva fue la que favoreció, al menos en parte, la
gestación del concepto de economía popular en los términos de la CTEP:

Hice las dos, una del Ministerio de Desarrollo Social, que fue en 2013, que
bueno ellos te inculcan más a la economía solidaria, social-solidaria. Y era
una discusión acá, porque lo solidario, nosotros no podemos ser solidarios
con lo que no hay. Desde ahí nace la discusión de economía popular. En
verdad acá la diplomatura se hizo en tres etapas. Una se hizo en 2013, 14 y

49
el 15. Y lo finalizaron en San Martín de los Andes. Pero la formación del inicio
se hizo acá, después de un período se dio un certificado de delegada de la
CTEP y más adelante se hizo más amplio, con organizaciones como el MTE.
Pero ya para eso teníamos la base, la CTEP ya era conocida, o sea, en el
entorno nuestro, no dentro del Estado pero si en el entorno nuestro ya
dábamos la discusión, ya en los plenarios se discutía y el frente ya tenía
forma.

A partir del año 2014, entra en funcionamiento la Secretaría de Formación donde se


comenzaron a pensar las instancias orgánicas de formación. Y ese mismo año se
crea la ENOCEP. La Secretaría se encuentra conformada por integrantes del MTE, el
ME y Los Pibes así como por integrantes de Patria Grande que colaboran con las
formaciones sin ser parte de la Secretaría. Estas organizaciones son las encargadas
de plantear y debatir las iniciativas de formación que luego se convierten en política
formativa de la CTEP en su conjunto, involucrando a todas las organizaciones y
además a las distintas regionales de la CTEP en el país con ciertos grados de
autonomía. En las entrevistas realizadas, se reconoce la centralidad del MTE – y
puntualmente de Juan Grabois – como promotor y sostenedor de las experiencias
formativas frente a un diagnóstico de déficit de formación en los sectores nucleados
en la CTEP.

Los objetivos de la formación

Los objetivos atribuidos a la formación muestran matices – no


contradictorios – en función de los interlocutores. Para los dirigentes Rafael
Nejamkis del MTE, Atilio Vera del ME y Lito Borello de Los Pibes, la formación
se orienta a la creación de cuadros políticos o dirigentes para la economía
popular con capacidad de movilización que conozcan el proceso
socio-económico en el que están inmersos, las características de la

50
forma-sindicato y los actores con los que tienen que negociar para la
obtención de conquistas y derechos. En palabras de Atilio Vera del ME:

La formación de la CTEP, en parte, tiene que ser que los compañeros, lxs
trabajadorxs tengan conciencia de cuál es el proceso socioeconómico en el
que estamos metidos, de por qué un sindicato, qué es un sindicato de nuevo
tipo, con quién vamos a negociar y con quién no, cómo construirlo. Todas
estas cosas… los compañeros tienen que discutir cuál es la idea que se tiene
del Estado, de la economía popular, todas esas cosas.

Julián Ríos y Atilio Vera del ME enfatizan la dimensión identitaria de la


formación como facilitadora del reconocimiento de los participantes de la
economía popular como trabajadorxs y habilitadora de una mejor
estructuración del sector. En este sentido, la formación tendría una función
clave en la construcción de un sujeto popular identificable y auto-identificado
frente al diagnóstico común a las organizaciones respecto a la falta de
auto-percepción como trabajadorxs y a la ausencia de solidaridad entre
ramas.

Para Cristian Romo del MPLD, la formación de la CTEP constituye un


espacio-momento de intercambio entre las organizaciones que aportan a
consolidar la construcción de la confederación, aun cuando haya coincidencia
parcial con los postulados y contenidos de la formación. Desde el MPLD se
proponen, entonces, no vaciar ni desaprovechar esta línea de formación:

Y la formación, sea cual sea, sea formación en el anarquismo puro y duro o


en el marxismo-leninismo o en el peronismo, todas te dan herramientas para
criticar. Y nos parece que además no está escrito cuál es la formación de la

51
economía popular. Entonces hay que meterse y para meterse hay que
meterle el cuero.

Por lo tanto, los parámetros de eficacia de la política de formación radican en


el armado de una formación orientada en sus objetivos político-pedagógicos
a lo reivindicativo que contribuya a la creación y consolidación de un
sindicato para disputar conquistas puntuales (monotributo social, obra
social, entre otras), en el otorgamiento de recursos destinados a su
sostenimiento material (que incluye viajes de militantes dentro del país) y
en la continuidad y sistematicidad de los espacios formativos creados.

El dispositivo-escuela y los espacios-momentos “que también son


formativos”

La literatura especializada en el área de la dimensión pedagógica de los


movimientos populares sostiene que existe una trama amplia de
espacios-momentos formativos (Michi, 2010; Michi, Di Matteo y Vila, 2012)
articulados en torno a los movimientos; a saber: las “escuelas” con aires de
familia y a la vez presentadas como alternativas a la escuela moderna, los
“talleres” que versan sobre distintas temáticas vinculadas a la construcción
política en los territorios (formaciones en salud, emprendimientos
productivos, medios alternativos de comunicación, género y formación
política) y los espacios-momentos “que también son formativos” que no
remiten a un espacio ni a un sujeto pedagógico específico sino que plantea
la naturaleza pedagógica de la práctica militante y la lucha social en el
cotidiano, aun cuando no haya una intencionalidad formativa explícita. Esta
última forma de lo pedagógico también es referida en cuanto al movimiento
como principio y sujeto educativo (Arroyo, 2003; Caldart, 2000, 2008;
Gohn, 2009), a lo “pedagógico cotidiano” (Guelman, 2011) y a la

52
forma-movimiento (Palumbo, 2016b). Estas tres formas conviven a diario al
interior de las organizaciones y no deben ser pensadas como excluyentes.

Al ser consultados sobre su experiencia de formación en la CTEP, y


específicamente en la ENOCEP, lxs militantes de distintas organizaciones que
habían sido destinatarios refieren, en primer término, a sus aprendizajes en
un sentido amplio, sin circunscribirse a los espacios-momentos
deliberadamente formativos como la “escuela” o el “taller”. La formación
política en este sentido amplio es para lxs militantes la que se da en la
lucha, en las asambleas, en las reuniones de trabajo, en el trabajo cotidiano,
en los territorios y, por supuesto, también en los espacios-momentos
deliberadamente formativos. Esta concepción amplia enfatiza en el carácter
formativo de la “experiencia”, como la entendieron los historiadores
marxistas ingleses, en particular, Edward E. Thompson.

Si desde la perspectiva de estxs militantes la formación política en un


sentido amplio fue la que hizo posible auto-percibirse como trabajador de la
economía popular, a los espacios-momentos intencionalmente formativos se
le asigna un propósito instrumental vinculado con la formación de cuadros
que encaucen la organización y movilización popular. En cuanto al
dispositivo-escuela, se destaca la Escuela Nacional de Organización
Comunitaria y Economía Popular (ENOCEP) creada en el año 2014. Su
objetivo primordial es la formación de cuadros político-sindicales. En ese
marco, se inscribe la Diplomatura de extensión universitaria en Organización
Comunitaria y Economía Popular surgida en acuerdo con la Universidad
Nacional de San Martín. La referencia a la ENOCEP como dispositivo-escuela
responde a su lugar de dictado en el marco de instituciones universitarias
(UNSAM y UTN), a la acreditación de los estudios mediante el otorgamiento
de una titulación y a ciertas características de la metodología vinculadas al
uso de materiales de estudio de tipo-cuadernillo y al trabajo con la
dimensión cognitiva. No obstante, su denominación como escuela – y

53
siguiendo la caracterización que dio inicio al apartado – la presenta con aires
de familia pero también con notas alternativas a la escuela tradicional.

La diplomatura posee una duración aproximada de dos meses. La primera


parte de cursado presencial en la Ciudad de Buenos Aires – denominada
“curso introductorio” – se extiende durante 12 clases y se realiza en la sede
de Posgrado de la UNSAM con una frecuencia de dos veces por semana con
encuentros de tres horas de duración. Asimismo, existen diplomaturas
regionales en otras sedes localizadas en ciudades del interior del país como
Córdoba, Mar del Plata y Rosario que funcionan también a partir de acuerdos
con universidades nacionales. La segunda parte de la diplomatura llamada
“curso intensivo” – dado que comprende ocho horas por día – se desarrolla
durante una semana en la sede nacional de ENOCEP en la ciudad de San
Martín de los Andes y su dictado se encuentra a cargo de Juan Grabois del
MTE. En general, los grupos son de 25-30 personas como máximo,
respondiendo a la capacidad logística existente en la sede de la ENOCEP. El
aula donde transcurre la diplomatura se comparte con la regional de la UTN.
Cabe señalar que la localización geográfica de la sede de la ENOCEP es
particular: por un lado, se encuentra situada en el denominado “Barrio
Intercultural” donde la CTEP articula con la comunidad mapuche Curruhuinca
y la organización Los Vecinos Sin Techo Unidos, esta última integrante de
CTEP; por otro lado, el descentramiento de las grandes ciudades del país es
considerado como un signo de la política federal de la CTEP. Al regreso de
San Martín de los Andes se entrega el diploma en la Universidad de San
Martín.

La Diplomatura se encuentra destinada a integrantes de las unidades


productivas, militantes que no necesariamente trabajan en la economía
popular y sectores universitarios – estudiantes o egresados – a quienes les
interesa la discusión de este sector y de la herramienta de la CTEP. Para lxs
trabajadorxs de la economía popular no existen requisitos de estudios

54
previos. Por lo tanto, la diplomatura es útil tanto para un/a trabajador/a que
no haya terminado sus estudios como para un profesional o estudiante que
milita en organizaciones populares. Algunos entrevistados señalan un
cambio en la composición de los destinatarios: si en el inicio primaban los
militantes universitarios, ahora se observa una afluencia masiva de
militantes propios del sector de la economía popular.

El acuerdo de la UNSAM con la CTEP para el desarrollo de la Diplomatura


consiste en que dicha universidad garantiza la acreditación oficial del título y
financia a los docentes, mientras que la CTEP posee a su cargo garantizar
dos tutores y la elaboración de la totalidad del programa de estudios. En
este marco, surgió la confección de cuatro cuadernillos de formación que
constituyen el material básico de la Diplomatura. Tal como plantea la CTEP
en su página web: “A lo largo del ciclo de estudio se abordan una serie de
contenidos orientados a promover el conocimiento sobre la historia,
actualidad y características de la clase trabajadora argentina y sus luchas”.
Estos contenidos revisten un carácter más conceptual y de introducción a
ciertos conceptos básicos que permiten contextualizar la economía popular y
la CTEP como herramienta de lucha.

Si bien la ENOCEP adopta una forma escolar más clásica de tipo “teórica”
mediada por contenidos conceptuales y cuadernillos, también se incorporan
momentos “prácticos” a la formación donde encontramos un primer cruce
entre escuela y espacios-momentos que también son formativos. Durante el
cursado en la UNSAM, se contemplan visitas a fábricas recuperadas; en la
formación en San Martín de los Andes se trabaja con la comunidad mapuche
y se visitan distintos emprendimientos productivos cooperativos o territorios
en lucha. Para Rafael Nejamkis del MTE, esta formación práctica es
fundamental:

55
Se genera una cosa de unidad y de comprender la situación del otro y la
situación de uno, que es muy fuerte, y es una formación que solo se da así
digamos, que vos no la podés explicar, que solo se da así y después sí
laburamos con el material de CTEP.

La evaluación consiste en un trabajo de investigación donde se describan las


diferencias entre una unidad de la economía popular – cuántos trabajadorxs
tiene, qué produce, cómo lo producen, cuál es su capacidad productiva – con
una unidad productiva de la misma rama perteneciente a la economía de
mercado. Y, en relación a la unidad de la economía popular, se requiere
adicionalmente armar un volante que exprese un reclamo concreto a algún
nivel del Estado (municipal, provincial o nacional). Nuevamente aquí se
observa un esfuerzo de poner en diálogo la teoría con las prácticas
productivas y políticas.

En el año 2015, la Diplomatura abrió un segundo nivel destinado a todos


aquéllos que hubieran finalizado el nivel 1 ante la demanda de un curso que
brindara “conocimientos más técnicos y que no fuera tan político” (Rafael
Nejamkis, MTE). Esta segunda parte está dirigida, entonces, a la transmisión
de herramientas técnicas en materia de gestión y administración que
contribuyan a la creación y protección de las unidades productivas de la
economía popular. Este curso es más corto que el nivel 1, con una duración
de nueve encuentros que se dictan dos veces por semana durante tres horas
en el edificio de la CTEP en el barrio de Constitución. Siguiendo la página
web de CTEP:

Los contenidos básicos que se desarrollan en este nivel son: nociones


generales sobre la administración de cooperativas; sistema de previsión
social y acceso a la salud (Mutual Senderos); nociones generales sobre el
derecho y protección contra la violencia institucional; herramientas para la

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comunicación comunitaria y popular; planes y programas estatales
orientados al fortalecimiento de la Economía popular y social.

Atilio Vera del ME resume los motivos de la creación de este segundo nivel
con una impronta más técnico-administrativa y legal:

Después que vos decís la economía popular es esto, las dificultades de la


organización sindical, la situación de que somos un sector, una clase
trabajadora que no se va a incorporar al sistema formal, qué es el
neoliberalismo, qué es el capitalismo, qué diferencia hay entre la economía
social y la economía popular… cuando vos vas definiendo ese tipo de cosas,
después aparecen los problemas más urgentes que son… muchas de estas
cooperativas tienen vínculos con el Estado, muchas sacan subsidios mediante
proyectos, muchas tienen conflictos con el AFIP. Aparecen toda esta serie de
conflictos y los compañeros plantean esas demandas y bueno hacemos otro
nivel de discusión, ya no abierto.

Luego de cada módulo del nivel 2, se realiza una pequeña actividad práctica
de síntesis de los contenidos abordados. Por ejemplo, al finalizar el módulo
de cooperativas, se pide el armado de un modelo de acta constitutiva de una
cooperativa; mientras el módulo de comunicación se evalúa con la
realización de un volante o gacetilla. Según Rafael Nejamkis del MTE, la
decisión de evaluar al finalizar cada módulo se debe a que el carácter técnico
del tipo de curso demandado genera que los contenidos se tornen un tanto
“aburridos” y “pesados”. A pesar de ello, se reconocen grados menores de
deserción en este nivel en relación al anterior debido a que son militantes
del sector de la economía popular que ya concluyeron la ENOCEP y deciden –
y demandan – profundizar sus conocimientos.

57
Resulta interesante pensar el vínculo entre la formación en sentido amplio –
aquellos que Michi denomina los espacios-momentos que también son
formativos – y los dispositivos escolares al interior de la CTEP. La formación
articulada en torno al territorio fue rescatada por lxs entrevistadxs donde la
práctica militante en el marco de las organizaciones de pertenencia se
presenta como un espacio-momento que también es formativo.

Una entrevistada del ME entiende que más allá de la instancia de evaluación


propia del dispositivo-escuela lo que termina de formar es el territorio en
tanto instancia de puesta en práctica y validación de los saberes y
conocimientos adquiridos:

E: ¿Y había alguna forma de evaluación en el marco de la diplomatura?

S: Lo que se hacía era... tratá de hacer de cuenta que somos parte de la


diplomatura y bueno, tratá de explicarnos este tema. O que hoy ustedes van
a hacer el diagrama, que ya hicimos, para el compañero. Pero a la vez en el
territorio, el territorio era a la vez lo que nos terminaba de formar porque
nosotros teníamos que ir ahí y plantear ahí lo que estábamos viendo. Como
cada distrito nos cede, nosotros al distrito le tenemos que devolver… vos
fuiste para formarte, vos me tenés que traer un delegado de la CTEP, la
discusión darla allá y que los compañeros entiendan qué es la CTEP en
verdad, y que los compañeros entiendan que ellos son trabajadores, cosa que
costó, y dar la pelea desde ahí. Fue un proceso pero acá estamos.

La vuelta al territorio luego de la formación en la CTEP es el momento de


replicar lo aprendido por parte de lxs compañerxs-destinatarixs de la
formación que fueron “cedidxs” para el dispositivo-escuela. Este replicar es
significado como “devolver”, “plantear lo que estábamos aprendiendo”,
“hacer que lo que yo sé lo sepa el otro”, “dar la discusión” en los territorios;
en fin, “traer un delegado de la CTEP” que dinamice este proceso de réplica

58
en las asambleas, reuniones y espacios que configuran los territorios de
inserción de los militantes. Más aun, este proceso es asumido como una
obligación con el colectivo antes que como “opción personal”. Por lo tanto, la
eficacia de la formación se “mide” o se verifica en disponer de argumentos
para “dar la discusión”, “analizar la situación” y “bajar la línea” en el
territorio.

Partiendo desde un balance retrospectivo de la formación (específicamente,


refiere al nivel 1 de la ENOCEP), una compañera del MTE entiende que
podría continuar potenciándose la vinculación entre el “estudio” y el
“territorio”. Aun a pesar de una mirada más crítica, se repite la idea de que
el dispositivo-escuela debe ser “útil” para el territorio y no medirse la
utilidad solo en relación al cúmulo de saberes y conocimientos teóricos
aprendidos. En esta línea puede leerse que la formación “no te daba la
herramienta ​real para volver al territorio”, según la referente del MTE:

La diplomatura tiene un carril que nos hace conocer la historia del


movimiento obrero que está muy bueno, a mí me interesó mucho hacerla
porque me abrió la cabeza desde qué lugar yo bajo a la calle, con lo que eso
significa y ponerle el cuerpo. En alguna parte quedó en el intercambio de
experiencias que no te daba la herramienta real para volver al territorio.

Los espacios momentos formativos en el territorio no solo se encuentran en


el final del dispositivo-escuela como réplica sino también en la génesis del
mismo pues el criterio de selección de lxs compañerxs se establece en
relación a la capacidad para “dar esa formación en el territorio” como
manifiesta una referente del MTE:

59
[Para seleccionar a los destinatarios de la formación] Lo tiran en un ámbito
en donde hay gente con la capacidad de… la capacidad es que tiene que
tener en cuenta que debe dar esa formación en el territorio. Es eso que a lo
mejor se ve, y eso llama la atención. Porque al territorio al que vas, te van a
discutir de lo que está pasando y lo que falta.

Los aprendizajes de la formación

Lxs destinarixs de la formación rescatan como principales aprendizajes: la


autopercepción de si como sujetos de derechos y trabajadores de la EP; la
capacidad de elaborar análisis de situación y generar encuadres de la acción
colectiva; la necesidad de deponer las diferencias político-ideológicas y
disputas electorales de cara a la unidad de lxs trabajadores en la lucha
gremial; y la importancia del diálogo entre los saberes académico y popular.

Podemos pensar junto con Zemelman que: "discutir los problemas de la


educación desde una perspectiva epistemológica implica plantearse la
relación de conocimiento con la realidad en que se ha forjado y de la cual
pretende dar cuenta" (2001: 71), ubicarnos en la relación entre la formación
y la realidad, ya que "en esa posibilidad consiste el proceso de ampliación de
conciencia" (2001: 71).

Desde la mirada de lxs entrevistadxs, y en diálogo con los objetivos


propuestos desde la política de formación arriba revisitados, la formación en
la CTEP se traduce en una experiencia que “despierta” un nuevo “punto de
vista”, el de un sujeto de derechos frente a un Estado responsable, y a la
vez el de un/a trabajador/a aunque distinto al obrero industrial. Según una
militante del ME dentro de la CTEP:

Lo primero que despierta la formación es que hubo derechos que a lo mejor


por pobres, o por vivir en un barrio, en una villa jamás tuvimos en cuenta

60
que eran nuestros. Nunca tuvimos en cuenta que nosotros desde que
tenemos uso de razón, cuando ya tenemos familia ya trabajamos, sino cómo
se explica que nuestros hijos hayan ido al colegio, que nuestros hijos vayan a
la Universidad. Alguien los tuvo que mantener, el Estado no paga los gastos
al cien por ciento, entonces hubo trabajo. Entonces decir que si tus hijos
están cursando el quinto año del secundario, es porque vos hiciste que ese
chico llegue ahí. Te da otra forma, otra visión de ver, otro punto de vista; no
solo el trabajador es el que está dentro de una fábrica, ese es el único
trabajo que se conoce. No. Nosotros también somos trabajadores. Pero a la
vez te abre para vos poder discutir desde tu rol de delegada, darle la
seguridad a tus compañeros que sí, que vamos a poder, que sí vamos a
seguir.

Esta afirmación no sólo refiere a la autopercepción como trabajador/a.


Además pone en cuestión la vigencia del sujeto de la clase obrera industrial
como sujeto capaz de contener en su complejidad y diversidad al sujeto
trabajador actual, y al mismo tiempo prefigura otro sujeto político del
cambio social que estas organizaciones están representando. Asimismo
denuncia la división social del trabajo productivo y reproductivo y la
invisibilización del segundo. Y rompe con la idea de que existe un único tipo
de trabajo socialmente productivo que es el de carácter salarial y mercantil.

Las instancias de formación siempre buscaron como primer objetivo el


reconocimiento de los trabajadores como tales, por fuera de la mirada
obrera clásica. En paralelo y con mayor profundidad en estos últimos años,
se buscó plantear la necesidad de la unidad de la clase trabajadora, sobre
todo frente al cambio de gobierno y las políticas implementadas por la actual
gestión, estableciendo mayores vínculos con las centrales de trabajadores,
principalmente la CGT. Como expresa una militante del Evita:

61
Fue todo un proceso, más allá de lo que nosotros tenemos incorporado desde
la lectura política, ser un poco más amplios y hacer una lectura social mucho
más amplia. Tuvimos que aprender a trabajar desde... levantar la bandera
del trabajador, no importa de qué organización social seas. Y tratar de que
ese compañero salga adelante al igual que nosotros fue un proceso pero lo
logramos, es por eso que la CTEP ahora son 14 organizaciones sociales…era
mejor valorar lo reivindicativo más allá de que cada organización, cada rama
tenga su ideología política. Lo que aprendimos en la CTEP era eso, dar la
pelea y la discusión reivindicativa.

Así como en su momento la relación con el gobierno kirchnerista y la mirada


sobre la ex presidenta Cristina Fernández provocaban debates, rupturas o la
misma imposibilidad de acercamiento a la CTEP por parte de algunas
organizaciones sociales, el vínculo con la CGT también provocó
posicionamientos cruzados; fue también en este caso donde los espacios de
formación permitieron dar la discusión sobre la diferencia entre los
trabajadores, su sindicalización y la dirigencia sindical. Al respecto una
militante del Evita dice:

A medida que se fue dando la formación lo que nos empezaron a plantear y


replantear era conseguir la unidad en la clase, en este caso sería la clase
trabajadora. Era algo opuesto a lo que nosotros en la formación política
estudiábamos, o sea sabíamos que los que estaban al frente de los gremios
muchas veces iban contra medidas que se tomaban hacia los humildes.
Entonces para nosotros desde lo político era como visto el que estaba
atacando a este proceso político. Ahora, en lo sindical había que entender
que el gremio, que los trabajadores no son el enemigo, son parte más allá de
los que dirigen, de los dirigentes.

62
Bajo este marco podemos delinear al saber o conocimiento legítimo como
aquel capaz de legitimar la realidad como anclaje para pensar el mundo con
otros; pensar y actuar alternativas, potenciar al sujeto entendiendo por esto
darle las herramientas, crear las condiciones para que reconozca sus
circunstancias pero ya no como límites de su accionar sino actuando
posibilidades, en tanto prácticas políticas; romper con la mirada hegemónica
que intenta imponer "que la comprensión de lo que sucede (...) sea vivido
como el único modo posible de comprensión y acción del y en el mundo"
(Quintar, 2006: 31). Como sostiene una militante del ME:

Si no sabés de dónde salís, cuál es la pelea que vas a dar no hay sentido.
Todo tiene que tener un inicio para saber a dónde ir. Y el inicio fue saber de
la lucha del trabajador desde sus orígenes. Después fue estudiar los gremios
actuales, los sindicatos actuales…

En este sentido, entendemos que la búsqueda de la formación de la CTEP


tiene entre sus objetivos principales, el reconocimiento o autopercepción de
los trabajadorxs de la economía popular como tales, y por lo tanto, el
proceso de convertir sus experiencias en conciencia y acción (colectiva) es
clave.

Estela Quintar (2004) sostiene que el conocimiento es una producción


simbólica de sentidos y significados, y está compuesto por dos aspectos:
conciencia y relación. La conciencia implica dar cuenta y darse cuenta, es
decir, es acción y por eso el conocimiento así entendido se transforma en un
arma de lucha que refiere a “sujetos concretos haciendo realidad”; y relación
en tanto articulación de tiempo-espacio en el presente, como espacio de lo
posible en términos de proyecto y de producción en la construcción social del
mundo. Ambas dimensiones se apartan de la lógica explicativa del mundo

63
posicionándose en una lógica interpretativa, lo que habilita procesos de
pensamiento complejos y críticos, por ejemplo de análisis de coyuntura en
una reunión o asamblea entre lxs trabajadorxs de una cooperativa que
además de propiciar la autopercepción de lxs participantes como
trabajadorxs de la economía popular ejercita y entrena en la argumentación
y el análisis político paso indispensable para la acción transformadora.

Estos espacios-momentos formativos convocados y organizados desde la


CTEP han anclado deliberadamente en la dimensión reivindicativa antes que
en la política, dado que la confluencia de organizaciones de variadas
matrices político ideológicas tornaba compleja la discusión y el consenso en
clave política. En cambio, la lucha por el reconocimiento como trabajadorxs,
la pelea por sus derechos, ha sido y es un lugar de encuentro, por lo que la
formación se vuelca al aspecto reivindicativo y gremial, en tanto que la
discusión política partidaria queda en el marco de cada organización. Como
nos explicó una militante del Evita:

Fue todo un proceso, más allá de lo que nosotros tenemos incorporado desde
la lectura política, ser un poco más amplios y hacer una lectura social mucho
más amplia. Tuvimos que aprender a trabajar desde... levantar la bandera
del trabajador, no importa de qué organización social seas. Y tratar de que
ese compañero salga adelante al igual que nosotros fue un proceso pero lo
logramos, es por eso que la CTEP ahora son 14 organizaciones sociales…era
mejor valorar lo reivindicativo más allá de que cada organización, cada rama
tenga su ideología política. Lo que aprendimos en la CTEP era eso, dar la
pelea y la discusión reivindicativa.

El aprendizaje entonces se vuelve significativo cuando se ancla en la


experiencia de los sujetos, en su cotidianeidad, y en este sentido lo
importante no es sólo conocer sino ser consciente de la realidad circundante,

64
comprenderla críticamente y que no sea sólo el lugar de las prácticas sino
que se transforme también en objeto de conocimiento, de un conocimiento
riguroso, en definitiva, y al decir de Freire (2000) “un conocimiento que
alcanza la razón de ser de los hechos” (p. 179).

Otro aspecto al que las entrevistadas refirieron fue a la articulación entre los
saberes académicos y cotidianos vinculando los primeros al
dispositivo-escuela anteriormente descripto y los segundos a los
conocimientos derivados de la experiencia (personal, laboral, gremial, entre
otras) y de la formación en espacios-momentos que “también son
formativos” de lxs compañerxs de las organizaciones.

Definimos como compleja pero necesaria a esta relación entre saberes, dado
que la cantidad de información muchas veces referida con terminología
técnica, al decir de lxs entrevistadxs, dificultaba el proceso de aprendizaje.
En este proceso fue clave entonces la participación de muchxs compañerxs
de los territorios devenidos en formadorxs, que facilitaron la trasposición
didáctica (el pasaje del conocimiento científico al conocimiento escolarizado)
y por tanto, la posibilidad de apropiación de esos saberes por parte de lxs
destinatarixs. En palabras de una militante del ME:

[Refiriéndose a una compañera del movimiento que devino formadora…]


tiene la lucha incorporada históricamente. Tiene, como sería… el educador
popular, con sus palabras, no tan técnico. No es por desmerecer, pero los
compañeros que son profesionales y nos han venido a dar la diplomatura
utilizan palabras complejas, en cambio los compañeros que han salido de la
diplomatura es mucha más fácil de entender, porque tienen otro dialecto,
más fácil de llegar.

65
No obstante, con el correr del dispositivo-escuela y en virtud del uso de esos
conocimientos en determinadas situaciones, por ejemplo espacios de
negociación con organismos del Estado, lxs compañerxs fueron logrando
apropiarse de dichos saberes – y valorarlos – ya que como expresa la
entrevistada arriba citada “muchas veces por ignorar algunas cosas nos han
pasado por encima, por ignorar cosas simples” y agrega:

… abrir la puerta costó al principio, después nosotros entendimos. No vamos


a dar una discusión de derecho laboral y vamos a decir no te entendemos,
habla más simple. Ya llegamos a un nivel que tenemos que entender todo, no
solo lo que dicen sino lo que hacen, cómo actúan, desde donde lo plantean.
Porque a veces te pasan la mano y te dicen no te preocupes, ya vas a
encontrar trabajo. ¿Perdón? ya estoy trabajando, no quiero ponerme de
mucama en tu casa. Ahora quiero discutir en base a mi trabajo.

En definitiva, este encuentro de saberes ha sido al mismo tiempo el


encuentro entre la universidad y lxs trabajadorxs de la economía popular; si
se quiere, entre pensamiento y acción, entre teoría y práctica. Y en este
cruce, las entrevistadas han destacado el lugar que ocupan los vínculos, las
experiencias subjetivas, el atravesamiento de lxs sujetos como una
dimensión constitutiva del proceso de aprendizaje. Por ello acordamos con
Zemelman (2011) que la experiencia histórica se puede transformar en
pensamiento y el pensamiento no es solo un acto cognitivo sino
fundamentalmente un acto de resistencia cultural:

Es necesario entender la historia como un proceso en que se forma


autoconciencia individual, la cual es parte de un contexto histórico-cultural de
manera que tenga lugar la apropiación de la historia como experiencia
conformadora de la subjetividad personal (Zemelman, 2011: 13)

66
En esa misma línea, Estela Quintar sostiene que la enseñanza es “un proceso
de recuperación de la memoria, de la historia, de la emocionalidad, de los
aspectos económicos, políticos y culturales que se están entrecruzando en
alguien concreto y en una situación concreta” (2005: 118); proceso que
vimos expresado de diferentes maneras, sobre todo relacionado con la
experiencia del viaje a San Martín de los Andes:

Había parte de la diplomatura que tenía que ver con lo corporal, con el
teatro, muchos compañeros no son tan picudos como yo, les cuesta mucho
hablar, y entre todos pensábamos cómo ayudarnos. Quizás ese compañero
en una obra de teatro hablaba mucho más que yo. Los compañeros no
entendían por qué nos hacían hacer trabajo con el cuerpo y cuando volvieron
del viaje volvieron todas flasheadas.

Yo no conocía al sur de la forma que lo hice cuando viajé con las


compañeras, no solamente de la belleza, ni remotamente como trabajadora,
mirá que hace tiempo ya que con mi esfuerzo me merezco vacacionar. Los
compañeros y compañeras, porque no solamente lo hacen las mujeres,
entendimos como un premio el sur.

Tal como señala Señorans, la visita a la ENOCEP en el sur se convierte en


una instancia fundamental del proceso de formación y pone en juego:

un proyecto pedagógico atento a los aspectos emocionales y afectivos como


modo de conocer (…) La formación política no se reducía al contenido
explícito compilado en los materiales que trabajábamos en clase, sino que
también implicaba una educación emocional: acompañar, compartir y
escuchar a los compañeros que padecen una injusticia son todas actitudes
indispensables para el militante popular (…) Así el lenguaje de las emociones

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expresaba y ponía en acto los valores asociados al militante popular (2005:
9).

Recapitulación

La Secretaría de formación de la CTEP funciona sobre la base de una serie


de acuerdos mínimos sobre la situación del sector y el sujeto político
trabajador de la EP. No obstante estos acuerdos, los objetivos atribuidos a la
formación muestran matices – no contradictorios – en función de lxs
dirigentes y sus organizaciones de pertenencia. Para unos la formación
tendría una función clave en la construcción de un sujeto popular
identificable y auto-identificado frente al diagnóstico común a las
organizaciones respecto a la falta de auto-percepción como trabajadorxs y a
la ausencia de solidaridad entre ramas. Para otros la formación debería
orientarse a la creación de cuadros políticos o dirigentes para la economía
popular con una lectura compleja del escenario y capacidad de movilización.
Para algunos constituye una oportunidad de intercambio entre las
organizaciones que aportan a consolidar la construcción de la confederación.

Al ser consultados sobre su experiencia de formación en la CTEP, y


específicamente en la ENOCEP, lxs militantes refieren en primer término a
sus aprendizajes en un sentido amplio, sin circunscribirse a los
espacios-momentos deliberadamente formativos como el “taller” o “la
escuela”. La formación política en este sentido amplio es para lxs militantes
la que se da en la lucha, en las asambleas, en las reuniones de trabajo, en el
trabajo cotidiano y por supuesto, también en los espacios deliberadamente
formativos.

Esta experiencia “despierta” un nuevo “punto de vista”, el de un sujeto de


derechos frente a un Estado responsable, y a la vez el de un/a trabajador/a
aunque distinto pues pone en cuestión la vigencia del sujeto de la clase

68
obrera industrial como sujeto capaz de contener en su complejidad y
diversidad al sujeto trabajador actual, y al mismo tiempo prefigura otro
sujeto político del cambio social que estas organizaciones están
representando. Asimismo denuncia la división social del trabajo productivo y
reproductivo y la invisibilización del segundo. Y rompe con la idea de que
existe un único tipo de trabajo socialmente productivo que es el de carácter
salarial y mercantil.

Si desde la perspectiva de estxs militantes la formación política en un


sentido amplio fue la que hizo posible auto-percibirse como trabajador de la
economía popular, a la formación en el dispositivo-escuela de la ENOCEP se
le asigna un propósito instrumental vinculado con la formación de cuadros
que encaucen la organización y movilización popular donde la eficacia de la
formación se “mide” o se verifica en disponer de argumentos para “dar la
discusión”, “analizar la situación” y “bajar la línea” en el territorio.

Pero más allá del dispositivo en cuestión, lxs destinarixs de la formación


rescatan como principales aprendizajes: la autopercepción de sí como
sujetos de derechos y trabajadores de la EP; la capacidad de elaborar
análisis de situación y generar encuadres de la acción colectiva (bajar línea y
legitimar e incitar a la acción colectiva); la necesidad de deponer las
diferencias político-ideológicas y disputas electorales de cara a la unidad de
lxs trabajadores en la lucha gremial; y la importancia del diálogo entre los
saberes académicos y populares.

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socio-histórica”. Conferencia impartida en el Seminario sobre Problemas de la
historia, Neuquén, Argentina.

ZEMELMAN, H. (1998). “El conocimiento como desafío posible”. México: IPECAL

Fuentes consultadas

Entrevista a Atilio Vera del Movimiento Evita

Entrevista a Cristian Romo del Movimiento Popular La Dignidad

Entrevista a Julián Ríos del Movimiento Evita

Entrevista a Lito Borello de Los Pibes

Entrevista a Rafael Nejamkis del Movimiento de Trabajadorxs Excluidos

Entrevista a Silvana del Movimiento Evita en la CTEP

Entrevista a Jacqueline del MTE en la CTEP

Página web CTEP: ​http://ctepargentina.org/​ ​(consultada el 29/01/2016)

73
Capítulo 4

Tras la huella de Francisco. ​Política y religión en el discurso de


12
la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP)
Daniela Paola Bruno

Introducción

A partir de la gestión presidencial de Néstor Kirchner en el año 2003 el


Estado nacional argentino adopta una serie de políticas económicas que
generaron un mejoramiento de los índices de ocupación en un contexto de
crecimiento económico sostenido. En ese contexto la dinámica de la
conflictividad popular se trasladó significativamente a las organizaciones
sindicales con un ciclo de protestas vinculadas a la negociación salarial y las
condiciones de trabajo, desplazando a los movimientos de trabajadorxs
desocupadxs que habían sido ejes de la movilización social entre fines de los
años noventa e inicios de este siglo. Pero pese al crecimiento económico y a
la creación de empleo, importantes segmentos de la población
económicamente activa persistieron en condiciones de precariedad laboral y
vulnerabilidad social. Durante el kirchnerismo, estos sectores fueron objeto
de políticas sociales y laborales con foco en el desarrollo del trabajo
autogestionado. Este proceso se profundiza especialmente durante las dos

12
Este capítulo retoma y amplia lo desarrollado por la autora en ​Política y religión en el discurso de la CTEP
publicado en ​“​Pedagogía, política y acción colectiva​”; y lo expuesto en la ponencia titulada ​La huella de Francisco.
Pedagogía, política y religión en el discurso de la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular
presentada en el Congreso Alas de Sociología en la Ciudad de Montevideo, Uruguay en diciembre de 2017.

74
administraciones de Cristina Fernández Kirchner entre fines de 2007 y fines
de 2015. Estas experiencias de gestión colectiva significaron un modo de
organización y politización de los movimientos sociales donde se
construyeron prácticas laborales e incipientes procesos de construcción de
demanda en torno de las condiciones en que se realiza el trabajo asociativo,
en el contexto de la economía social/solidaria y popular, que fueron
configurando discursos y dinámicas organizacionales que hicieron eje en la
precarización e informalidad laboral. En 2011, organizaciones y movimientos
sociales inscriptos en diversas matrices políticas e ideológicas crean la
Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP), una
organización sindical multitendencia que se propuso como horizonte político
la restitución de los derechos de los trabajadores sin reconocimiento, sin
capital y sin patrón.

En Argentina se verifica una sedimentación simbólica de largo aliento de


“actores que, oriundos de una sociabilidad religiosa intensa, migran y se
incorporan a procesos de militancias políticas, y viceversa, es decir,
itinerarios biográficos marcados por lo político que transmutan en
identificaciones religiosas adecuando y «traduciendo» sus capitales
simbólicos” (Carbonelli y Giménez Beliveau; 2015)​. ​En este trabajo nos
proponemos dar cuenta del vínculo entre dos de las organizaciones con
mayor peso dentro de la Confederación de Trabajadores de la Economía
Popular (CTEP) - el Movimiento Evita y el Movimiento de Trabajadores
Excluidos - y la organización Misioneros de Francisco, la que inspirada en el
mensaje del primer papa latinoamericano se ha propuesto promover la
religiosidad popular católica en las barriadas populares de la Argentina,
retomando los ejes de la teología de la cultura. Asimismo nos interesa
reconocer las huellas del discurso religioso en el discurso institucional y de la
formación política de la Confederación de Trabajadores de la Economía
Popular y problematizar las tensiones que estas “huellas” generan hacia el

75
interior de la CTEP con otras organizaciones como el Movimiento Popular la
Dignidad, que se reconocen como clasistas, laicas y feministas.

Las consideraciones presentadas en este artículo se enmarcan en los


resultados preliminares de la investigación en curso denominada “Pedagogía,
política y acción colectiva. La dimensión político pedagógica de los
movimientos populares urbanos en el AMBA. Estudio comparativo de
experiencias de matriz político ideológica autonomista y nacional popular”
Proyecto UBACYT 20020130200171BA de la Programación Científica
2014-2017 en la Categoría Grupos en Formación, continuidad del proyecto
UBACYT 20020110200094BA “Movimientos populares urbanos y acción
cultural. Estudio comparativo de las experiencias en el AMBA” perteneciente
a la Programación Científica 2012- 2015. Atendiendo a las modalidades
organizativas y los contextos políticos-institucionales que influyeron en la
experiencia de la CTEP y las organizaciones que decidieron su creación, la
investigación se propone analizar los discursos en torno a la formación,
puntualizando en los objetivos de la formación; sus temas/contenidos; la
metodología de trabajo y los dispositivos utilizados; el tipo y perfil del
destinatarix; y la intencionalidad política de la formación; para finalmente
intentar comprender cómo allí se expresa - y desde allí también se
contribuye - al complejo proceso de convergencia, convivencia y negociación
(y/o disputa) que supuso y supone la creación y consolidación de la CTEP.

Coordenadas teórico metodológicas

El objetivo de la investigación en la que se inscribe este trabajo es el análisis


de los procesos de construcción social de sentidos que legitiman e incitan a
la acción colectiva en movimientos populares urbanos de diferente matriz
político ideológica, entendiendo que el estudio de esos “procesos

76
enmarcadores” (Snow, 1986) puede aportar a la inteligibilidad de las
complejas y dinámicas reconfiguraciones político-ideológicas de la acción
colectiva. Se trata de un análisis inscripto en la tradición de los estudios
constructivistas de los movimientos sociales (Laraña, 1999), preocupados
por los procesos colectivos de interpretación, atribución y construcción social
del sentido, asumiendo la existencia de una relación dinámica entre estos
procesos, las oportunidades políticas y la dinámica organizacional de los
movimientos sociales; y una necesaria complementariedad entre la teoría de
los movimientos sociales y la teoría de clases para su estudio (Bruno y
Palumbo, 2016). En esta investigación, no nos referimos al análisis del
discurso como “análisis de contenido” de las representaciones conscientes y
explícitas que los actores sociales tienen de sus propios comportamientos o
de los comportamientos de los demás. Al menos desde la perspectiva
socio-semiótica, una formación discursiva no es nunca autónoma, y no es
posible analizarla sino es a partir del supuesto de su sobredeterminación por
las condiciones sociales de su producción, integradas por otros discursos
como por el funcionamiento de las estructuras institucionales, políticas y
económicas. Justamente la caracterización de esas condiciones como
“condiciones de producción de sentido” es lo que habilita la comprensión del
orden simbólico como matriz fundamental del comportamiento social, y de
las estructuraciones de lo imaginario como red compleja de representaciones
engendradas en el seno mismo de las prácticas sociales” (Verón y Sigal,
1987: 16). Así, las construcciones discursivas no son un reflejo
superestructural de lo que lxs sujetxs hacen, ni algo que traduce una disputa
en otro plano, sino aquello por lo que, y a través de lo que se lucha. El uso
de la noción de discurso implicó en lo metodológico, comprender el modo en
que las prácticas discursivas contribuían a la formación y reproducción de
ciertas estructuras o bien manifestaban formas y estrategias de resistencia y
transformación. Nuestra tarea consistió en la descripción y evaluación de la

77
red de relaciones materiales y simbólicas que resultaban del vínculo entre
las huellas de los textos y las condiciones interaccionales y sociales de su
producción, siempre bajo el supuesto de que la relación entre las huellas y
las condiciones interaccionales y sociales de producción, no es de
determinación causal sino de coherencia pragmática.

La estrategia metodológica adoptada para la producción de la base empírica


combinó el análisis de artículos periodísticos, documentos y contenidos web
de la CTEP – haciendo énfasis en los cuadernillos de formación de la CTEP –
junto a la realización de entrevistas individuales a referentes de distintas
organizaciones pertenecientes a la CTEP. Esta triangulación de técnicas
metodológicas procuró así una comprensión más completa, a partir de la
integración de diversas perspectivas, la búsqueda de consistencia de los
datos, la combinación de datos subjetivos y objetivos, la contextualización
de los procesos y la complementación de los aportes de cada técnica.

Acerca de la CTEP

Como se ha planteado en los capítulos previos la creación de la CTEP como


organización sindical en el año 2011, mantiene un relación causal con el
proceso de consolidación de un sector de trabajadorxs que queda excluido
del trabajo asalariado y que se inserta en la economía través de relaciones
de subordinación a la economía de capital, mediada por políticas estatal
sociales y de promoción de la economía social de la última década generadas
como forma de restituir parcialmente derechos laborales perdidos. En el
contexto del gobierno de la Alianza Cambiemos la CTEP comienza un proceso
acelerado de articulación y de movilización social, con CCC y Barrios de Pie ,
y con las dos centrales sindicales de trabajadores asalariados (CGT y CTA) y
despliega una compleja estrategia en la que se combinan acciones

78
colectivas de movilización y protesta callejera, acciones de cabildeo con
legisladores – porteños y de la nación – y mesas de diálogo y negociación
con funcionarios de las carteras de Desarrollo Social y Trabajo. En sus
formas de organización económica-productiva, lo mismo que en sus formas
de intervenir y participar en la política, reconocemos repertorios de
organización, protesta y movilización que abrevan en la experiencia de los
movimientos populares territoriales surgidos a finales del siglo pasado pero
también en la tradición sindical. La CTEP aprovecha estratégicamente esta
configuración identitaria compleja, bifronte, por momentos contradictoria,
para ampliar sus repertorios y márgenes de acción e incidencia en las
políticas públicas. Pero este mismo carácter bifronte (organización
social/organización sindical) provoca ciertas tensiones y disyuntivas “hacia
adentro” que se hacen sentir en los procesos organizativos. A nuestro juicio,
y según el parecer de algunos de sus dirigentes, el futuro de la CTEP, en el
corto y mediano plazo, estará signado por su capacidad para contener y
encauzar la conflictividad “interna” provocada en parte por la diversidad de
matrices político ideológicas y proyectos que constituyen la CTEP, en un
escenario de vertiginosa reconfiguración de las organizaciones del campo
popular, insuflada por los cambios de gestión gubernamental y las
coyunturas electorales recientes y próximas. A ese desafío entendemos que
debería sumarse otro vinculado con la unidad de lxs trabajadorxs, para el
que es necesario lidiar con la importante heterogeneidad que se verifica
entre las agendas reivindicativas de las centrales sindicales y de lxs
trabajadorxs de la economía popular. La política económica del macrismo, el
incremento de la conflictividad social y sindical, y el recrudecimiento de la
política de penalización y represión de la protesta podrían favorecer una
estructura de oportunidad política para la unidad de los trabajadorxs pero, a
la vez, limitar el alcance de las estrategias de protesta y movilización, y las

79
instancias de negociación para institucionalización de la EP que la CTEP viene
desarrollando.

Los vínculos entre Misioneros de Francisco y la CTEP

La elección de Jorge Bergoglio como el primer papa latinoamericano en 2013


recreó e intensificó el diálogo entre política y religión que no es nuevo.
Misioneros de Francisco – de aquí en más Misioneros – es un movimiento
surgido luego de la elección de Bergoglio como máxima autoridad de la
iglesia católica en el año 2013. Si bien el surgimiento de Misioneros no se
explica si no es a partir de la figura del papa Francisco, este nacimiento y el
desarrollo posterior del espacio deben ser analizados tomando en cuenta la
importante gravitación que tuvieron algunos dirigentes de la Confederación
de Trabajadorxs de la Economía Popular (CTEP), liderada, entre otras
organizaciones, por el Movimiento Evita (ME) y el Movimiento de
Trabajadorxs Excluidos (MTE). Durante 2014 en algunos medios de
comunicación se publican varias notas periodísticas referidas a Misioneros,
que invariablemente referencian a Emilio Pérsico como su principal
promotor. Concretamente, el diario La Nación publica en agosto de ese año:
“Misioneros de Francisco es un movimiento católico creado por Emilio
Pérsico, el jefe del Movimiento Evita, que se propone levantar una capilla en
cada asentamiento y barrio pobre de la Argentina” (Tomado de
http://www.lanacion.com.ar/...​).
En la misma nota se comenta que el grupo está integrado además por
Enrique Palmeyro, “un ex seminarista que trabajaba con Bergoglio y al que
el Papa designó al frente de la flamante Red Mundial de Escuelas”, y el padre
Eduardo Farrell, párroco de Cuartel V, Moreno. (Tomado de

80
http://www.lanacion.com.ar/1715373-misioneros-de-francisco-capillas-en-la
s-villas-donde-conviven-politica-y-religion​).
No obstante lo antedicho, según una nota publicada en 2014 en La Pulseada
13
– publicación de la obra del padre Cajade – Emilio Pérsico “no quiere que
su imagen de líder político y actual funcionario del gobierno nacional” – en
aquel entonces era Secretario de Agricultura Familiar – “quede asociada al
movimiento”. En la nota Emilio Pérsico asegura que “el Evita no tiene
relación con Misioneros de Francisco” aunque más adelante explica:
“Creíamos que en los barrios faltaba un lugar donde los compañeros vayan a
expresar su fe” y finalmente agrega “A Francisco lo conocí cuando era
Bergoglio. En Santa Marta le planteé que nuestro pueblo debía acercarse a la
fe y debía volver a misionar. Pero no tenía que ser el Estado quien impulsara
eso. Tenía que ser algo amplio y no partidario. Ahí aparece Misioneros de
Francisco” (Tomado de ​www.lapulseada.com.ar...​).
En la nota de La Pulseada se cita a Farrel quien sí manifiesta la influencia
decisiva de Pérsico en la gesta del movimiento: “Esto surge a partir del
encuentro en Roma de un dirigente social con Francisco”, dice, y agrega que
el líder del Evita “toma esa invitación del Papa para comenzar a construir
capillas y abrirlas como centros donde se pueda vivir la fe”. Para el párroco,
estas capillas tendrán sentido en la medida en que haya gente del barrio o el
asentamiento detrás de ellas. “No queremos tener cáscaras vacías”, dice.
(Tomado de ​www.lapulseada.com.ar/...​).
Según ​Giménez Béliveau y Carbonelli el sacerdote de Misioneros, el padre
Farrell, conoció al cardenal Bergoglio como su superior jerárquico y juzgó
como misericordiosas y comprensivas sus intervenciones en momentos
difíciles de la diócesis de Merlo-Moreno –ubicada en el Gran Buenos Aires–

13
Carlos Cajade, cura tercermundista fallecido el 22 de octubre de 2005. Su obra se inició hace más de tres décadas
con el ​Hogar Convivencial, ubicado en las afueras de La Plata, donde niños y adolescentes de entre 8 y 20 años, en
situación de calle, conviven con educadores al que luego fueron sumándose otros emprendimientos sociales y
productivos.

81
en la que es párroco. En lo que respecta a Pérsico la relación habría
comenzado cuando Bergoglio estaba al frente de la diócesis de Buenos Aires.
De hecho, Pérsico fue invitado en 2012 como orador a las Jornadas de la
Pastoral Social organizadas por la Iglesia católica. Según relatan ​Giménez
Béliveau y Carbonelli (2015), cuando Bergoglio se convirtió en Francisco,
Pérsico no solo se alegró, sino que fue a la catedral metropolitana a celebrar
su elección como papa.
Finalmente ​Giménez Béliveau y Carbonelli​ explican que el vínculo entre
Grabois, dirigente del MTE, y Bergoglio se inició cuando éste último era
cardenal y oficiaba misas y misiones en la plaza Constitución, con los
cartoneros del MTE allí reunidos, aunque aclaran que Grabois no sería un
integrante activo de Misioneros.
Juan Grabois fue nombrado en junio de 2016 asesor del Consejo de la
Justicia y la Paz del Vaticano, este nombramiento fundamentó algunos
artículos periodísticos publicados ese año en los que se lo describió como un
“hombre cercano al Papa Francisco”, “hombre de confianza” (Tomado de
http://www.girabsas.com/... ) y “el amigo peronista del papa” (Tomado de
http://www.urgente24.com/...​ ).

Según el Vatican Insider “e​l Papa lo estima y halaga su trabajo con los
excluidos. Fue el verdadero artífice de los dos encuentros mundiales de los
movimientos sociales en los que participó Francisco” (Tomado de
www.lastampa.it​).
Para Carbonelli​ y ​Giménez Béliveau las trayectorias católicas y peronistas
de Pérsico, Farrell y Grabois (el líder del MTE) son las que “expresan el haz
de convergencias que organizan Misioneros, pero no permiten comprender
las razones profundas de su crecimiento” (2015:57). Estas obedecerían a la
capacidad y oportunidad que tuvo el movimiento para interpelar a cierto
sector de la militancia católica y kirchnerista con base territorial: “minorías
activas que se reencontraron con el carisma del máximo dirigente católico y

82
florecieron en el terreno abonado por el trabajo territorial católico y
peronista” (​Giménez Béliveau y Carbonelli​, 2015:58).
En la web institucional de Misioneros se publica que la misión del
movimiento es:

Acompañar la religiosidad y la cultura popular en los barrios humildes


facilitando la creación de capillas/centros comunitarios para cultivar la fe, el
espíritu comunitario y otros valores populares (…) Muchos compañeros y
compañeras que trabajamos en sectores populares entendemos que los
valores que el Papa Francisco promueve, son valores que están en el corazón
del Pueblo. Por eso queremos apoyar la difusión y encarnación de su
mensaje, a través de este movimiento denominado “Misioneros de Francisco
(Tomado de www.misionerosdefrancisco.org/... )

Vale la pena mencionar que en la fotografía que acompaña esta declaración


de objetivos y principios se ubica, en el centro de la escena, escoltando la
imagen de la virgen, el sacerdote Farrell pero además, ubicado en el
extremo derecho, el “Gringo” Castro militante del ME y actual Secretario
General de la CTEP. En el extremo izquierdo una joven luce una remera del
Movimiento Evita.
La fan page de Misioneros vuelve a sugerir el vínculo con el Movimiento
Evita en su foto de portada. Allí vemos a Emilio Pérsico al frente de una
columna barrial que porta una bandera con la frase “ninguna familia sin
vivienda, ningún campesino sin tierra y ningún trabajador sin derechos”.
La frase fue acuñada por Francisco en ocasión del Encuentro Mundial de
Movimientos Populares, celebrado en Roma en 2014 y en Santa Cruz de la
Sierra en Bolivia en 2015 bajo el lema “Tierra, Techo y Trabajo”. En 2016 la
CTEP publicó y distribuyó en papel los discursos de Francisco en ambos
encuentros.

83
Acción y fuentes doctrinales de Misioneros

La acción de Misioneros se organiza en gran parte en torno a la construcción


de capillas. Según ​Giménez Béliveau y Carbonelli​, las capillas representan
una respuesta a lo que es percibido como una doble ausencia: la de la iglesia
y la del Estado que no terminan de gravitar incisivamente en una población
situada (generalmente) por fuera de la estabilidad que supone el mercado
laboral formal. En los términos de este juicio, se fundan capillas para
restablecer (por otros medios) la presencia de la Iglesia y el Estado,
enarbolando el mensaje de Francisco 2015:62).
Misioneros proyecta su tarea entre los sectores populares, con la finalidad
explícita de rescatar, alentar y apuntalar su religiosidad en clave
comunitaria. Estos objetivos se traducen en un repertorio que incluye desde
el trabajo cotidiano orientado a construir comunidades de fe hasta la
presencia del grupo en momentos excepcionales, como peregrinaciones y
festividades, en los que la acción se vuelve búsqueda de una mística
superadora y dadora de sentido de la apuesta colectiva.
En lo que respecta a las fuentes doctrinales en las que abreva Misioneros se
destacan la Teología de la Liberación de Gustavo Gutiérrez, y sobre todo la
Teología del Pueblo de Rafael Tello. Podría decirse, parafraseando a ​Giménez
Béliveau y Carbonelli​ , que lo que caracteriza la praxis de Misioneros es su
anclaje territorial, su énfasis comunitario, su praxis política no partidaria –
aunque muy atravesada por la matriz nacional popular – y una religiosidad
popular distante de la burocracia eclesial sin renegar de contactos
estratégicos con la institución​ (​Giménez Béliveau​ y Carbonelli​, 2015).

84
La huella de Francisco

Las referencias a Francisco y los cruces entre religión y política son


frecuentes en las web institucionales y publicaciones de la CTEP, en especial
durante el 2014. Un ejemplo de ello es la crónica publicada en la página de
la CTEP a propósito de la peregrinación por el “Día de la Inmaculada
Concepción de María” el 8 de diciembre de 2014. La peregrinación comenzó
con un acto en la Sede Nacional de la CTEP, del Barrio de
Constitución. Según consta en la crónica:

Con una enorme bandera blanca de fondo, que llevaba inscrita la frase
“Ninguna familia sin vivienda, ningún campesino sin tierra y ningún
trabajador sin derecho”, las 3T de las que habló el Papa Francisco en el
último encuentro de Movimientos Populares realizado en el Vaticano; Esteban
“Gringo” Castro, Secretario General de la CTEP, expresó: “de esta forma
desarrollamos la religiosidad popular, que no es otra cosa que en lo que cree
la gente, esa es la tarea que tenemos los Misioneros de Francisco, llegar
donde no llega la Iglesia y construir capillas, para poder estar en todo el
territorio nacional (Tomado de ctepargentina.org... )

Durante octubre de 2014 aparecen varias las publicaciones en la web de la


CTEP relativas a la participación de la organización en el Encuentro Mundial
de Movimientos Populares celebrado en Roma. Concretamente el 31 de
octubre de 2014 se informa sobre la conferencia de prensa que ofrecieron en
el Aeropuerto Ezeiza lxs delegadxs argentinos invitadxs por el Papa
Francisco al Vaticano:

Desde ya, todo trabajador, esté o no esté en el sistema formal del trabajo
asalariado, tiene derecho a una remuneración digna, a la seguridad social y
a una cobertura jubilatoria. Aquí hay cartonerxs, recicladores, vendedores

85
ambulantes, costurerxs, artesanxs, pescadores, campesinxs, constructores,
mineros, obrerxs de empresas recuperadas, todo tipo de cooperativistas y
trabajadorxs de oficios populares que están excluidos de los derechos
laborales, que se les niega la posibilidad de sindicalizarse, que no tienen un
ingreso adecuado y estable. Hoy quiero unir mi voz a la suya y acompañarlos
en su lucha”, fueron las palabras de Francisco, el día martes, cuando se
dirigió a los delegados en el marco del “Encuentro Mundial de Movimientos
Populares” que se desarrolló durante tres días en el Vaticano. Hoy, en una
conferencia de prensa en el Aeropuerto “Ministro Pistarini” de Ezeiza, Esteban
“Gringo” Castro, Secretario General de la Confederación de Trabajadorxs de
la Economía Popular (CTEP), expresó: “Francisco, en su discurso, que no
tiene desperdicio, se refirió a la sindicalización de los trabajadorxs de la
economía popular, y ese punto para nosotros es central (Tomado de
http://ctepargentina.org/... )

Según los registros periodísticos los representantes argentinos que fueron


invitados al Vaticano fueron: Sergio Sánchez (Presidente de la Federación
Argentina de Cartoneros y Recicladores), Deolinda del Valle Carrizo
(Movimiento Nacional Campesino Indígena), Diego Sebastián López
(Movimiento de Trabajadorxs Excluidos), Luis Maidana (Movimiento Nacional
de Empresas Recuperadas), Natalia Mabel Molina (Corriente Villera
Independiente) y el “Gringo” Castro, Secretario General de la CTEP.
Es importante destacar que los materiales de formación de la CTEP que
fueron objeto de análisis durante esta investigación fueron publicados a
inicios de 2014, en el contexto de la creación de Misioneros y los
preparativos del Encuentro Mundial de Movimientos Populares en Roma. Si
se tienen en cuenta este contexto y la autoría compartida por Pérsico y
Grabois se explican las no pocas referencias religiosas como la que abre la
colección:

86
En este proceso de trabajo, organización y lucha, si Dios quiere, iremos
sembrando en la conciencia, el corazón y la experiencia de todos nosotros, la
semilla del hombre nuevo, de un nuevo paradigma social para enfrentar al
dios dinero, superar el capitalismo y construir una sociedad de hermanos
libres e iguales (Cuadernillo 1 CTEP: 4)

Estas horribles desigualdades, esta espantosa concentración de la riqueza,


tiene su causa en el pecado original del capitalismo: la idolatría del dinero
(Cuadernillo 1 CTEP, 2014: 6).

La tierra, sus frutos y todos los bienes que existen en el mundo, están allí, o
si se quiere, han sido creados para que los seres humanos los cuidemos,
compartamos y disfrutemos como hermanos” (…) “Para los cristianos, el
Reino de los Cielos es la forma en que el Evangelio llama a ese Estado de
justicia, paz y hermandad que debería reinar entre los hombres después de
la vuelta de Jesús. Esto no quiere decir que debamos quedarnos de brazos
cruzados hasta que eso suceda: Dios nos convoca a empezar a construir el
Reino aquí y ahora. (Cuadernillo 1 CTEP, 2014: 8).

En el cuadernillo que abre esta colección destinada a la formación de los


militantes de la CTEP, es frecuente el uso de la palabra “hermanxs” como
equivalente de “compañerxs” lo mismo que la referencia recurrente a estos
junto a “sus familias”. Es sistemática la omisión a las mujeres, salvo en
aquellos casos en los que se hace referencia a lxs trabajadorxs domésticos y
costurerxs (aludidos en masculino) aunque aclarando que se trata en su
mayoría de mujeres (en ambos casos).

Al cierre de este cuadernillo se anexan fragmentos de “Capitalismo de


exclusión, periferias sociales y movimientos populares” presentada por Juan

87
Grabois en la Jornada “La emergencia de los excluidos” organizada por la
Pontificia Academia de Ciencias en la Ciudad del vaticano en diciembre de
2013.
En el Cuadernillo 2 de la serie, titulado “Nuestra Organización” se aclara que
es la organización popular la que “mejora nuestra existencia espiritual y
materialmente”. En este cuadernillo el/la militante es descripto como un
compañerx que “tomó como opción de vida no dedicarse exclusivamente a
su familia o sus propias ocupaciones”. Esta opción entre otros motivos
posibles podría fundarse “en su fe religiosa o su instinto de solidaridad y
justicia que los llama a entregarse a la lucha por el cambio social”, “la
militancia es una actividad fundada en el amor al prójimo” (Cuadernillo 2
CTEP, 2014: 32).

En la introducción del Capítulo 9 “Algunos principios para guiarnos en


nuestro trabajo militante” en el mismo cuadernillo se aclara “vamos a
robarle algunas ideas a nuestro querido amigo Francisco que pensamos que
pueden ayudar a reflexionar sobre nuestro trabajo militante” (Cuadernillo 2
CTEP, 2014: 35).

Luego del 2014 llamativamente desaparecen las referencias a Francisco y a


Misioneros en la web institucional de la CTEP. Ni siquiera aparecen
menciones a la participación de la CTEP en el Encuentro Mundial de
Movimientos Populares celebrado en Santa cruz de la Sierra en octubre de
2015. Hasta febrero de 2016, donde reaparece una mención puntual a
propósito de la entrevista personal de ​Eduardo “Vasco” Murúa (de la mesa
promotora de la CTEP y presidente del Movimiento Nacional de Empresas
Recuperadas) con Francisco.
No obstante, la referencia a las Tres T de Francisco son evocadas con
frecuencia en las acciones de la Secretaria de Vivienda y Hábitat de la CTEP;

88
la presencia de imágenes religiosas católicas y fotos de Francisco en la sede
de Pedro Echague o de vírgenes en las movilizaciones de la CTEP se ha
vuelto un rasgo distintivo; la movilización de CTEP, CCC y Barrios de Pie con
el apoyo de CTA a Plaza de Mayo desde la Iglesia de San Cayetano el pasado
agosto surgió a propuesta de la CTEP, y por supuesto la sede de Pedro
Echague sigue siendo el punto de reunión de Misioneros, donde se guardan
las imágenes religiosas, el agua bendita, etc.
En la potencia del mensaje de Francisco incide, en primer lugar, el panorama
católico antecedente. La dimisión de Benedicto XVI confirmó el cuadro de la
crisis frente a la cual las acciones de Francisco no solo se configuraron como
respuesta, sino también como superación: “una Iglesia protagonista de la
agenda mundial, que trasciende sus muros comunitarios para interpelar a
líderes mundiales y también a las grandes mayorías” (​Giménez Béliveau y
Carbonelli , 2015:65). En la Argentina quizás este cambio de escala sea el
que mejor explique las sustantivas modificaciones que se registraron en la
opinión de algunos sectores “progresistas” respecto de Bergoglio. Como
señalan ​Giménez Béliveau y Carbonelli: “el mensaje de Francisco adquiere
relevancia por su capacidad para enunciar demandas que resuenan en
proyectos militantes y que lo configuran como un liderazgo aceptable para el
poskirchnerismo” (2015: 66).
No obstante, la potencia del mensaje de Francisco provoca debates hacia el
interior de la CTEP con algunas las organizaciones de matriz político
ideológica de izquierda, e incluso con algunas de las bases del ME y el MTE.
En octubre de 2016 a pocos días de una reunión realizada en la CTEP e​l 17
de Octubre de ese año el Movimiento Popular La Dignidad publica en su fan
page un documento titulado ​“Por una CTEP Clasista, Laica y Feminista”.
Entre otras cuestiones en ese documento el MPLD plantea que:

“Aspiramos a la construcción de un sindicato laico, respetuoso de la


religiosidad y fe del pueblo, que sin dudas pueda levantar los valores

89
vinculados a la solidaridad y el amor a nuestrxs hermanxs que profesan los
diferentes credos pero que se permita cuestionar todos aquellos dogmas que
sean retardatarios para la liberación del pueblo. Nuestra búsqueda es que lxs
trabajadorxs también seamos capaces de distinguir la paja del trigo. Para
vencer un mundo que nos descarta, que nos embrutece, explota y esclaviza
debemos ser capaces de comprender la materialidad de nuestra explotación y
la violencia que sufrimos y desembarazarnos de todo conservadurismo
disfrazado de religión”
(Tomado de www.facebook.com/mpladignidad/... ).

En el mismo documento el MPLD caracteriza a la economía popular como


altamente feminizada y agrega:

Son las mujeres sobre quienes hoy el patriarcado y el capitalismo descargan


lo más crudo de la violencia y el ajuste. Sobre ellas y sus cuerpos recaen, la
violencia el machismo y hay que decirlo con todas las letras, la muerte. Por
eso las compañeras marchan gritando vivas nos queremos, porque vivimos
en un sistema que genera para con nuestras compañeras una violencia que
entre todas y todos debemos transformar y combatir.
(Tomado de www.facebook.com/mpladignidad/... ).

El papado y las organizaciones populares. A modo de cierre

¿Cómo interpela el papado de Francisco a las organizaciones populares de la


CTEP? Es la pregunta que hemos intentado empezar a responder en este
trabajo. Aunque nuestra exploración es aún incipiente si podemos decir que
el papado de Francisco sin duda ha convocado e inspirado a muchxs
referentes de organizaciones del campo popular dentro y fuera de la CTEP,
generando cruces originales entre militantes religiosos y políticos que
coinciden en un horizonte utópico de presencia y permanencia en el
territorio, en la recuperación de las demandas políticas históricas de los

90
sectores populares y en las bases ideológicas de un catolicismo en clave
popular que crítica - aunque no confronta - la acción institucional de la
Iglesia. No obstante, la agenda feminista cobra fuerza en la CTEP y aunque
la creación del Espacio de Mujeres es relativamente reciente y por el
momento se viene consolidando en torno al no radical a la violencia contra
las mujeres (ni una menos) algunas organizaciones de matriz político
ideológica de izquierda ya han puesto sobre la mesa de debate la cuestión
del aborto legal, seguro y gratuito.

Referencias

Fuentes consultadas
“Capillas y política en los barrios más pobres”. En ​La Pulseada (16/11/2014)
Disponible en: ​http://www.lapulseada.com.ar/... (consultado el 16 de octubre de
2016).

“Convocados por la CTEP, los Misioneros de Francisco caminaron a Luján”. En


Página web CTEP (08/12/2014).

Disponible en: ​http://ctepargentina.org/...​ (consultado el 16 de octubre de 2016).

“El Papa representa un rechazo a esa izquierda ilustrada, prejuiciosa de la tradición


católica del pueblo”. En ​La Política Online (20/07/2016).

Disponible en: ​http://www.lapoliticaonline.com/... (consultado el 20 de julio de


2016).

“Grabois, el amigo peronista del Papa (para envidia de Macri)”. En ​Urgente24.com


(07/06/2016).

Disponible en:​ ​http://www.urgente24.com​…​ (consultado el 20 de julio de 2016).

“Grabois: De los movimientos sociales a consultor del Vaticano”. En ​Vatican Insider


(11/06/2016). Disponible en: ​http://www.lastampa.it/... (consultado el 22 de junio
de 2016).

91
“Juan Grabois: Francisco me pidió que levante la voz de los compañeros”. En ​Notas.
Periodismo popular (23/06/2016).

Disponible en:​ ​https://notas.org.ar/...​ (consultado el 20 de julio de 2016).

“Misioneros de Francisco: capillas en las villas donde conviven política y religión”.


En ​La Nación (03/08/2014).

Disponible en: ​http://www.lanacion.com.ar/... (consultado el 16 de octubre de


2016).

“​Multitudinario recibimiento a los delegados argentinos que fueron invitados por


Francisco al Vaticano”. En ​Página web CTEP (31/10/2014). Disponible en:
http://ctepargentina.org/...​ (consultado el 16 de octubre de 2016).

“Quién es Juan Grabois, el hombre del Papa detrás de los cortes de calles”. En
giraBsAs (19/07/2016). Disponible en: ​http://www.girabsas.com/... (consultado el
20 de julio de 2016).

Página web Misioneros de Francisco, sección “Misión”.


http://www.misionerosdefrancisco.org/…​ ​ (consultado el 16 de octubre de 2016).

Referencias bibliográficas

Carbonelli, V. y Giménez Béliveau, M. (2015). “Militantes de Francisco. Religión y


política en tiempos del Papa argentino”. Nueva Sociedad, 260. Disponible en
http://nuso.org/articulo/militantes-de-francisco/

92
Capítulo 5

Las trabajadoras de la economía popular. A propósito de


la experiencia de las mujeres en la CTEP
Daniela Paola Bruno y Constanza Lupi

Introducción

Según indican investigaciones especializadas, la economía popular en


Argentina y en la región latinoamericana es altamente feminizada y esta
característica incide decisivamente en sus modos de organización (Persico y
et al.; 2017). No obstante, esta condición no se traduce en una distribución
equitativa de los puestos de conducción de las organizaciones sindicales del
sector entre los géneros. En este trabajo reflexionamos sobre la
participación de las mujeres en las organizaciones sindicales de la economía
popular a partir de la perspectiva de algunas referentes de organizaciones y
movimientos sociales dentro de la Confederación de Trabajadores de la
Economía Popular (CTEP) Las consideraciones presentadas se enmarcan en
los resultados preliminares de la investigación en curso “Pedagogía, política
y acción colectiva. La dimensión político pedagógica de los movimientos
populares urbanos en el AMBA. Estudio comparativo de experiencias de
matriz político ideológica autonomista y nacional popular” con sede en la
Facultad de Ciencias Sociales de la UBA.

El objetivo de la investigación en la que se inscribe esta reflexión es


comparar y problematizar los esfuerzos formativos de movimientos
populares urbanos de diferente matriz político-ideológica en el AMBA. El

93
interés específico por el estudio de la formación es parte de un interés
mayor vinculado con el análisis de los procesos de construcción social de
sentidos que legitiman e incitan a la acción colectiva en movimientos
populares urbanos de diferente matriz político ideológica, entendiendo que el
estudio de esos “procesos enmarcadores” (Snow, 1986) puede aportar a la
inteligibilidad de las complejas y dinámicas reconfiguraciones
político-ideológicas de la acción colectiva. Se trata de un análisis inscripto en
la tradición de los estudios constructivistas de los movimientos sociales
(Laraña, 1999), preocupados por los procesos colectivos de interpretación,
atribución y construcción social del sentido, asumiendo la existencia de una
relación dinámica entre estos procesos, las oportunidades políticas y la
dinámica organizacional de los movimientos sociales; y una necesaria
complementariedad entre la teoría de los movimientos sociales y la teoría de
clases para su estudio (Bruno y Palumbo, 2016).

Cuando iniciamos esta investigación en el año 2015 tuvimos la oportunidad


de entrevistar a varios referentes de las organizaciones que decidieron
agremiarse en la CTEP. Nuestras conversaciones iniciales tuvieron como
objetivo indagar sobre la caracterización que hacían del sujeto trabajador de
la economía popular y del proceso de conformación de una comunidad de
referencia, sus actores aliados y antagonistas; la caracterización de la
herramienta gremial CTEP; el diagnóstico de situación que justificaba la
acción colectiva de la CTEP; las bases ideológicas, principios y
reivindicaciones de la CTEP; y las tensiones y disputas derivadas de la
convivencia entre organizaciones con trayectorias y matrices político
ideológicas diversas. En paralelo analizamos los objetivos y modalidades de
trabajo de la Secretaría de Formación mediante entrevistas a formadores y
militantes que pasaron por la ENOCEP y a partir del análisis discursivo de los
cuadernos de formación política de la escuela. Nuestros interrogantes nos

94
llevaron a dirigir la búsqueda hacia referentes o dirigentes, que además
representaran la diversidad de organizaciones y matrices políticas
ideológicas presentes en la CTEP. A ellos fuimos llegando por contactos
personales previos o personas previamente entrevistadas en el marco de
investigaciones precedentes. Sin habérnoslo propuesto, todos los referentes
que finalmente entrevistamos resultaron ser varones. En el año 2016,
cuando una parte del equipo de investigación decidió indagar sobre los
modelos de atención de la Mutual de Salud de la CTEP, en el intercambio con
los equipos de salud, tomamos conocimiento de un importante número de
compañeras promotoras de salud en los barrios, referenciadas en el
Movimiento Popular La Dignidad (MPLD), el Movimiento Evita (ME), el
Movimiento de trabajadores Excluidos MTE y Patria Grande que compartían
con los equipos de salud la preocupación por los numerosos casos de
mujeres trabajadoras de la economía popular víctimas de diferentes tipos de
violencia y la escasa utilización de métodos anticonceptivos (alrededor del
45% en relación al 80% de la media nacional). La emergencia de esta
problemática en los intercambios con lxs trabajadorxs de Senderos, los
comentarios acerca de la reciente creación de un espacio de mujeres en la
CTEP y el sesgo de género que había operado en la selección de personas
entrevistadas previamente nos llevaron a procurar la búsqueda deliberada
de las referentes mujeres.

En este trabajo compartimos los resultados de un análisis incipiente y aún en


proceso. Los ejes sobre los que estructuramos las entrevistas se centraron
indagar sobre las trayectorias militantes de estas mujeres; conocer su
ingreso y recorrido en la organización de base y luego en la CTEP, porqué,
cuándo y cómo había decidido sumarse su organización a la CTEP. También
las interrogamos sobre su caracterización de la CTEP como herramienta
gremial, su modo de organización y su agenda de trabajo, y más

95
específicamente, sobre la composición genérica de las áreas y la presencia
de temas vinculados a las mujeres y el género (o los géneros) en la agenda
de trabajo de la de la confederación.

A continuación, apuntamos algunas cuestiones sobre la economía popular


como sector, lxs trabajadorxs de la economía popular y su principal
herramienta gremial actual: la CTEP. Seguidamente referimos brevemente a
la relevancia de las mujeres en el sector de la economía popular desde la
perspectiva de la economía feminista y los estudios sobre reproducción
social y cuidados. Luego, presentamos los aspectos más sobresalientes de
nuestras conversaciones con estas mujeres y finalmente sintetizamos los
hallazgos más relevantes en esta fase exploratoria y delineamos nuevos ejes
analíticos inicialmente no previstos en la investigación en curso.

Lxs trabajadorxs de la EP y su herramienta gremial: la CTEP

La creación de la CTEP como organización sindical, tiene relación directa con


el proceso de consolidación de un sector de trabajadorxs que queda excluido
del trabajo asalariado y que se inserta en la economía a través de relaciones
de subordinación a la economía de capital, mediada por políticas estatales
sociales y de promoción de la economía social generadas como forma de
restituir parcialmente derechos laborales perdidos.
Esta convergencia de organizaciones de matriz nacional popular y de
izquierda social e independiente y con fuerte arraigo territorial, se da en
torno a una agenda reivindicativa común centrada en las limitaciones que
habían alcanzado estas políticas sociales y laborales previas para restituir de
manera plena los derechos laborales de lxs trabajadorxs de la EP. Si bien se
reconoce una mejora en las condiciones de existencia de dicho sector, al
mismo tiempo, se habría profundizado un modo de inserción diferenciado de

96
los sectores populares en la economía y la política nacionales, en el que
estos desarrollaron estrategias de reproducción social que combinaban
planes sociales con formas de trabajo asociado y asalariado informal.
Cabrera y Vio (2014) conceptualizan al conjunto de esta prácticas como la
“trama social de la economía popular”.

Desde nuestra perspectiva, y a modo de hipótesis interpretativa surgida de


los trabajos y reflexiones del proyecto de investigación en curso, el carácter
innovador de la CTEP reside en la organización del sujeto popular en clave
de trabajadorx anudando dos tradiciones que hasta el momento habían
corrido por canales paralelos: la tradición del movimiento sindical encargada
de la exclusiva agremiación y defensa de lxs trabajadorxs formalxs, y la
tradición de los movimientos y organizaciones sociales/populares que, si
bien ya venían organizando al sujeto popular y habían tenido algunas
14
experiencias acotadas y aisladas de organización sindical , no habían
coincidido en la formalización de una única organización sindical de la
envergadura de la CTEP, ni habían desarrollado alianzas estratégicas con
otros actores de la arena sindical como la CGT y la CTA (Bruno, Coelho y
Palumbo, 2017).

14
​Por ejemplo, la Asociación Gremial de Trabajadorxs Cooperativistas Autogestivxs y Precarizadxs (AGTCAP)
surgida el 16 de marzo de 2011 en las puertas del Ministerio de Trabajo de Nación. Las reivindicaciones
sostenidas fueron: a) fin a la tercerización del empleo público y precarización de las condiciones de trabajo; b)
ninguna remuneración por debajo de la canasta básica familiar y aumento de salarios que paga el Estados para
Obra Pública a través de planes de empleo o contratación de Cooperativas; c) ampliación y nacionalización de
los Planes de Obra Pública; d) subsidios a la producción de Empresas Recuperadas y Emprendimientos
Autogestivos; e) derecho a la salud: obra social con cobertura para el/la trabajador/a y su familia y seguro por
accidentes de trabajo; f) estabilidad laboral y cumplimiento de las leyes que regulan el trabajo formal:
Aguinaldo, vacaciones pagas; extensión de la Asignación Universal a los hijxs de lxs trabajadorxs
precarizadxs, de empresas recuperadas y proyectos autogestivos. Estas reivindicaciones buscaban nuclear a
todxs lxs trabajadorxs de Cooperativas del Programa Argentina Trabaja, Cooperativas de trabajo existentes y
emprendimientos que autogestionaran su trabajo. Para una abordaje más profundo de esta experiencia, véase:
https://agtcap.wordpress.com

97
El gobierno de la Alianza Cambiemos generó un giro importante en la política
económica que provocó un proceso de recesión, con un impacto directo en la
condiciones de vida de los trabajadores de la EP. La CTEP comienza un
proceso acelerado de articulación y movilización social CCC y Barrios de Pie
con los que constituyó lo que luego se conoció como el Triunvirato Piquetero
- en un claro paralelismo con el triunvirato de la CGT – y a la vez un proceso
de confluencia con las dos centrales sindicales de trabajadores asalariados
(CGT y CTA). La CTEP viene desplegando una compleja estrategia –
posibilitada en parte por su carácter bifronte – donde se combinan acciones
colectivas de movilización y protesta callejera, vinculaciones con legisladores
– porteños y de la nación – y con funcionarios de ministerios del poder
ejecutivo nacional, para avanzar en el reclamo por sus derechos laborales.
Esta compleja estrategia refleja un sentido político dado por la CTEP a sus
acciones colectivas tendientes a lo que Navarro denomina
“institucionalización del sector” (Navarro, 2017:71).

Las mujeres y la economía popular

Desde la perspectiva de la economía feminista, la economía está informada


por valores asociados a lo masculino y lo femenino que son
instrumentalizados en el capitalismo mediante la división sexual del trabajo,
configurando así una sociedad estratificada en la que las mujeres enfrentan
mayores desigualdades. Esta división genérica del trabajo produce una
jerarquización que condiciona una participación diferencial en la producción y
reproducción social (Carrasco 1998, 2003; Benería, 2005; Ferber y Nelson,
2004; Quiroga Díaz, 2010). La economía popular es una economía altamente
feminizada debido a que la distribución ​generizada del trabajo le impone a
las mujeres pobres mayores dificultades para el desarrollo de tareas
remuneradas, las confina a trabajos en peores condiciones y peor

98
remunerados (precarios). Esto hace que su participación en la población sin
ingresos sea alta, sea menor su ocupación en empleos de calidad, y que su
aporte a la generación de riquezas y bienestar social no sea socialmente
reconocido.

Incluso en el mercado laboral formal, el crecimiento de la oferta laboral


femenina no se ha traducido en una mejora equivalente del lugar que
ocupan dentro del mercado (Informe CEMYT, 2013).

Las realizaciones históricas del vínculo entre producción y reproducción en el


capitalismo han ido variando en el tiempo, y en el capitalismo financiarizado
y globalizador del momento actual se caracteriza por la deslocalización de
los procesos de producción (trasladándolos a regiones de bajos salarios), la
atracción de las mujeres a la fuerza de trabajo remunerada y la promoción
de la desinversión estatal y corporativa en bienestar social (Fraser, 2016).

La externalización del trabajo de los cuidados a familias y comunidades, en


medio de una creciente desigualdad, ha dado como resultado “una
organización dualizada de la reproducción social, mercantilizada para
aquellos que pueden pagarla, privatizada para aquellos que no pueden, todo
ello disimulado por el ideal aún más moderno de la «familia con dos
proveedores»” (Fraser 2016:20). Como se necesitan más horas de trabajo
remunerado para transferir el trabajo de cuidados a otros, el resultado neto
es desplazarlo de las familias más ricas a otras más pobres, y a escala
global, del Norte global al Sur global.

Fraser entiende que esta “crisis de los cuidados” se encuentra en la base de


las luchas por la reproducción social que han explotado en años recientes
como los movimientos comunitarios por la vivienda, la atención sanitaria, la
seguridad alimentaria y una renta básica no condicionada; los derechos de
lxs trabajadorxs domésticos, entre otros.

99
Estas luchas por la reproducción a las que refiere Fraser son las que en
definitiva organizan la agenda reivindicativa de la CTEP y sus secretarías
(Secretaría de Vivienda y Hábitat Popular, Secretaría de Producción,
Comercialización y Seguridad Alimentaria, Secretaría de Salud, entre otras)
por lo que es posible pensar a la CTEP como una herramienta de las
organizaciones del campo popular que pugna por la reorganización masiva
de la relación entre producción y reproducción, y a algunos de sus reclamos
como intentos por revertir el proceso de externalización de los costes de la
reproducción característico del capitalismo actual.

La perspectiva de las referentes/militantes de la CTEP

Acerca de la constitución de la CTEP


Como ya se ha dicho en capítulos previos la creación de la CTEP como
organización sindical, tiene relación directa con el proceso de consolidación
de un sector de trabajadorxs que queda excluido del trabajo asalariado y
que se inserta en la economía a través de relaciones de subordinación a la
economía de capital, mediada por políticas estatal-sociales y de promoción
de la economía social generadas como forma de restituir parcialmente
derechos laborales perdidos.

Cuando entrevistamos a los referentes y militantes varones acerca de aquel


momento fundacional algunos entrevistados lo caracterizaron como una
experiencia de convergencia de organizaciones y movimientos con
trayectorias diferentes pero un diagnóstico compartido sobre la situación de
quienes luego serían identificadxs como trabajadorxs de la economía
popular.

100
Sin entrar en contradicción con este relato, algunas de las mujeres que
entrevistamos rememoran aquel momento de creación de la CTEP como una
serie de conversaciones, impulsadas por la solidaridad con otras
trabajadoras en similares condiciones. Más precisamente, una referente del
MTE, candidata a legisladora porteña por Patria Grande en las últimas PASO,
rememora la constitución de la CTEP:

“La constitución de la CTEP viene luego de esta gran apertura de cabezas de


decir ‘somos trabajadores, yo como trabajadora no tengo los derechos
laborales garantizados como los tiene el resto’ (…) Por eso, en realidad la
CTEP lo que vino a hacer es hacer visible todo lo que ya pasaba, pero que
nosotros no habíamos podido tener la posibilidad en aquel momento de
unificar, porque a nuestros compañeros manteros les pasa lo mismo que nos
pasaba a nosotros, se generan su propio trabajo pero sus derechos laborales
no los tienen y aún más castigados porque el mundo cartonero había podido
lograr una legislación que nos amparara, nosotros al estado de la ciudad le
fuimos a arrebatar un derecho y lo tenemos (…) Entonces las otras
problemáticas del laburo en cuanto a la economía popular no tenían nada de
esto, y nosotros fuimos muy generosos, porque fuimos paridos así también,
digo, yo, por más que no parí el MTE, es eso lo que el MTE me entrego a mí,
y es eso lo que te atrapa, te enamora, y es el camino que me permite hoy
elegir una elección de vida (…) Cuando nosotros empezamos a ir a convocar
a todas las otras ramas de trabajo, no fue difícil. Por eso, cuando se hace la
unidad de la CTEP, nosotras ya teníamos comprendido desde el mundo
cartonero cual es el rol de la mujer dentro de esta gran batalla también,
porque la construcción nuestra fue solidaria, cuando nos fuimos a juntar con
el Movimiento Evita, el Evita venía de otro lugar construyendo economía
popular, no tan fuerte o afianzada desde la columna vertebral como nosotros
desde el trabajo, ellos pudieron cambiar la palabra “planes” a “trabajo”,
entonces eso es lo que viene a ser la CTEP, aclarar no solamente el léxico,
sino los derechos en común que teníamos, porque yo nunca me he
comprendido como una planera, a mí nunca el estado me ha sostenido, y

101
quien dice que uno no tiene que respetar al compañero si no tenés opción, y
el estado lo que te presenta a vos como una “salida transitoria”, es un plan,
quien dice que mi compañero no es trabajador, entonces eso es lo que hizo
(la CTEP), la impronta de todas las organizaciones las tenemos todas, y en
todas las organizaciones la gran mayoría somos mujeres” (Referente, MTE)

Por su parte una referente del Movimiento Nacional Campesino Indígena


(MNCI) al referirse a los pormenores del “ingreso” del MNCI a la CTEP,
también refiere a las solidaridades y construcciones previas entre las
organizaciones populares como condición de posibilidad de la CTEP:

“A nosotros en el 2011 nos asesinan a un compañero que es Cristian


Ferreira. Cuando nos asesinan a Cristian Ferreira, el Movimiento Evita tiene
una actitud con nosotros muy solidaria de acompañamiento en ese momento
que para nosotros fue muy complicado porque estaban involucrados los
dueños terratenientes, bandas armadas que contratan los terratenientes y
que nosotros veníamos denunciando hace bastante, y una actitud muy
cómplice del Estado de Santiago del Estero y no de todo el Estado pero sí
gran parte de los ministros que tenían relación con los empresarios. Y en eso
el Movimiento Evita con nosotros tuvo una actitud muy solidaria y nos ayudó
a hacer la presentación de una ley que nosotros veníamos trabajando con
muchas organizaciones, que después termina llamándose Cristian Ferreira,
que toma como eje central el cese de desalojos hasta tanto se regulariza la
situación de la tierra. A partir de ahí nos invitan a la conformación de la
CTEP, entendiendo la CTEP como la representación gremial de aquella masa
de gente que trabaja la economía popular, que no va a salir a tener trabajo,
digamos, desde lo formal y que su producción, o sea, el estado no la tiene en
cuenta como producción económica. Entonces todo el campesinado mantiene
una economía local, una economía familiar, una economía comunitaria en el
cual no tiene ni derechos, y están totalmente invisibilidades a la hora de

102
políticas de estados. Así es como nosotros llegamos a la CTEP” (Referente,
MNCI)

Finalmente, una referente de la UTT refiere a algunos intentos previos de


agremiación y a la necesidad de generar un marco de alianzas más amplio
como la principal motivación de su espacio para agremiarse en la CTEP:

“Habíamos intentado con otros compañeros una especie de agremiación,


pero fue algo que no se dio, que se llama la AGTCAP Asociación Gremial de
Trabajadores Cooperativistas. (…) Bueno, y nos interesó sobre todo la idea
de trabajar en un marco de alianzas más amplio que bueno, los que, para
decirlo en fácil, con los que uno mejor se lleva, con los amigos, con los que
tiene afinidad ideológica. Nosotros que venimos del Frente (Darío Santillán),
la militancia de la UTT, que ya no estamos dentro del Frente pero armamos
la organización con ese espíritu, con el espíritu de Darío y Maxi, con el
espíritu de lucha, de construcción de base, democracia de base, con toda la
impronta de los movimientos sociales que nacimos al calor del 19 y 20 de
diciembre, y todo eso. Eso son los principios políticos que tenemos. Pero nos
parecía que era necesario juntarnos con otras tradiciones políticas como el
peronismo. Entonces también eso nos atraía de la CTEP, la posibilidad de
confluir con otros, con los que construimos de manera diferente pero que
también nos consideramos parte del campo popular” (Referente, UTT)

La trayectoria militante como aprendizaje. El aprendizaje como


oportunidad de reconfiguración identitaria, política e ideológica

Algunas entrevistadas narran su tránsito por la organización popular – la de


base o referencia y la CTEP - como una experiencia de aprendizaje. Según

103
ellas esta experiencia “despierta” un nuevo “punto de vista”: el de una
persona que se reconoce sujeto de derechos frente a un Estado ausente,
indiferente u opresor, y a la vez el de ser una trabajadora que debe pelear
por ser reconocida como tal - incluso frente a otros trabajadorxs - pues no
se ajusta al modelo de trabajadora asalariada. La referencia a estos
aprendizajes nos permite inferir una concepción amplia de la formación
política, que se da en la lucha, en las asambleas, en las reuniones de
trabajo, en el trabajo cotidiano y por supuesto, también en los espacios
deliberadamente formativos. Esta concepción amplia enfatiza en el carácter
formativo de la “experiencia”, como la entendieron los historiadores
marxistas ingleses, en particular, Edward E. Thompson, que entiende que
“sólo a partir de la experiencia común es que se evidencia la clase
empíricamente reconocible, con pautas que caracterizan sus relaciones, con
particulares formas de ver el mundo, con instituciones o territorios sociales
que les son propios” y “esta es finalmente su única definición (Thompson,
1977 en Maneiro, 2012: 73).
Una referente rememora algunos de estos aprendizajes:

“Tuve todas las intenciones de ser parte del MTE, porque si hay algo que
recuerdo era verlo a un jovencito parado en un mástil, que después me
entero que era de una comisaria enfrente, que era Juan Grabois, pidiendo
que dejaran en libertad a unos cartoneros que estaban presos. Trato de
resumir, pero en ese instante comprendí todo lo que yo valía, todo lo que yo
podía valer como persona, no sé porque fue ese el disparador para darme
cuenta. (…) Entonces ser parte del MTE para mí tiene una particularidad,
porque fue la primera vez que entendí que yo elegía, dentro de todo eso de
“no tener opción, nunca tener opción”, nunca tener la posibilidad de elegir
algo, yo si elegí ser parte del MTE”. (Referente, MTE).

“Nosotros, los referentes, cuando empezábamos a entender que había un


estado y que estaba ausente ese estado, empezábamos a pensar que

104
queríamos para nosotros ese estado, para qué íbamos a ir a golpearle la
puerta, y ahí empezábamos a entender que mis derechos como mamá, como
mujer, como trabajadora, no estaban cumplidos, entonces, empezábamos a
comprender que si mis derechos estaban incumplidos, entonces los de mis
hijos también, y eso fue la multiplicación a los demás también, a los demás
compañeros” (Referente, MTE).

“En aquel momento que no comprendíamos lo que carajo nos estaba


pasando, porque nosotros nos plantábamos desde el lugar del trabajo, yo te
discutía “yo soy una trabajadora”, pero no tenía la conciencia real de una
trabajadora, y ellos fueron llevándonos, en el buen sentido de la palabra,
porque nunca nos arriaron a ningún lado, es esto, la paciencia, la palabra y la
transmisión del saber que ellos sí tenían desde la posibilidad del estudio, nos
hacían entender a nosotros que era verdad que nosotros no robábamos, era
verdad que nosotros trabajábamos, pero también sabíamos que era verdad y
que no nos dábamos cuenta que había un derecho que no sabíamos cómo
defender” (Referente, MTE).

Aprender a valorarse como ser humano, como sujeto de derechos, como


trabajadora, todos estos aprendizajes son evocados como despertares,
entendimientos, revelaciones o tomas de conciencia ubicadas en el contexto
de situaciones lucha y confrontación con el gobierno. Así el relato de la
propia trayectoria militante se estructura sobre la base de algunos “hitos” -
el día que fuimos a reclamar por el jardín maternal, el día que se aprobó la
Ley de basura cero en la legislatura porteña, la primera marcha de San
Cayetano, el día que se aprobó el Proyecto del Registro de Promotoras
Ambientales en la legislatura porteña -.

Esta autopercepción como trabajadora (sin derechos) pone en cuestión la


vigencia del sujeto de la clase obrera industrial como sujeto capaz de
contener en su complejidad y diversidad al sujeto trabajador actual, a la vez

105
que prefigura otro sujeto político del cambio social que estas organizaciones
están proponiendo. Al poner en cuestión la idea de que existe un único tipo
de trabajo socialmente productivo que es el de carácter salarial y mercantil
habilita la denuncia sobre la división social del trabajo productivo y
reproductivo y la invisibilización del segundo. Este énfasis en el valor de las
labores comunitarias y domésticas como trabajo reproductivo, lo
encontramos especialmente en las afirmaciones de algunas militantes del
Movimiento Evita como recurso para tomar distancia de las miradas
estigmatizantes sobre lxs planerxs/subsidiadxs como se verifica en los
dichos de la referente del Movimiento al caracterizar la racionalidad
reproductiva de las cooperativas de la economía popular en su territorio:

“Nunca tuvimos en cuenta que nosotros desde que tenemos uso de razón,
cuando ya tenemos familia ya trabajamos, sino cómo se explica que nuestros
hijos hayan ido al colegio, que nuestros hijos vayan a la Universidad. Alguien
los tuvo que mantener, el Estado no paga los gastos al cien por ciento,
entonces hubo trabajo. Entonces decir que si tus hijos están cursando el
quinto año del secundario, es porque vos hiciste que ese chico llegue ahí. Te
da otra forma, otra visión de ver, otro punto de vista; no solo el trabajador
es el que está dentro de una fábrica, ese es el único trabajo que se conoce.
No. Nosotros también somos trabajadores. Pero a la vez te abre para vos
poder discutir desde tu rol de delegada, darle la seguridad a tus compañeros
que sí, que vamos a poder, que sí vamos a seguir” (Referente, ME).

“Nosotros íbamos al Ministerio de Desarrollo Social y la discusión era: pero


en qué voy a discutir si ustedes compañeros son... porque son compañeros,
compañeros de Kolina, ellos sentados ahí en el Ministerio y nosotros éramos
los negritos del Evita yendo a pedir que levanten a los compañeros que le
daban de baja porque sí. Pero si es un subsidio, te decían, ustedes sabían
que se les iba a cortar. Y ahí la discusión, ¿qué subsidio? tenemos esto, esto,
esto. Nosotros dentro del territorio sabemos que somos trabajadores porque

106
estamos a cargo del territorio completo, barrios completos, eso es lo que
tiene la organización. En cada distrito hay 15, 20, 30 cooperativas, y esas
cooperativas están designadas en cada barrio, y esas cooperativas realizan
actividades, si no son en colegios son en centros de salud, o en sociedades
de fomento, en hogares, y algunos directamente dieron un paso más
adelante y empezaron a producir“ (Referente ME).

Nuevos aliados y adversarios

El proceso de reconfiguración identitaria, política e ideológica va


acompañada de una actualización del diagnóstico de situación. En el
momento que estamos analizando, prácticamente todas las organizaciones
tenían filiaciones político partidarias definidas y divergentes, con
herramientas electorales diferentes. El ingreso a la CTEP en tanto
organización sindical supuso para estas organizaciones deponer lo político
anteponiendo el carácter estrictamente reivindicativo. Según una de
nuestras entrevistadas éste fue uno de los desafíos mayores de “aprender a
levantar la bandera de la economía popular”:

“Tuvimos que aprender a trabajar desde... levantar la bandera del


trabajador, no importa de qué organización social seas. Y tratar de que ese
compañero salga adelante al igual que nosotros fue un proceso pero lo
logramos, es por eso que la CTEP ahora son 14 organizaciones sociales, y si
no me equivoco, casi todas son de la izquierda. Al inicio nos costaba
entender, nosotros siendo aliados o parte del kirchnerismo, nosotros no
íbamos a dejar que la toquen a Cristina, pero a la vez entendíamos que si
nosotros no llegábamos a representar a ese sector del otro lado, no íbamos a
hacer nada más que un grupete que intenta hablar del trabajador del barrio.
Entendiendo que es necesario ampliar la visión llegamos a este punto”
(Referente ME)

107
“A medida que se fue dando la formación lo que nos empezaron a plantear y
replantear era conseguir la unidad en la clase, en este caso sería la clase
trabajadora.” Era algo opuesto a lo que nosotros en la formación política
estudiábamos, o sea sabíamos que los que estaban al frente de los gremios
muchas veces iban contra medidas que se tomaban hacia los humildes. (…)
Ahora, en los sindical había que entender que el gremio, que lo trabajadores
no son el enemigo, son parte más allá de los que dirigen, de los dirigentes.
Teníamos que entender el todo. Que ellos eran igual que nosotros, por más
de que hemos tenido muchas discusiones en los barrios. Ellos son
trabajadores como nosotros, a diferencia que ellos están bajo patrón y con
muchos derechos laborales, a diferencia de nosotros que recién estábamos
iniciando” (Referente ME).

“Y el Gringo (Castro) siempre llamando a la unidad, que necesitamos ser


más, necesitamos juntarnos -nos decía en ese momento- con la CGT. Pero la
CGT no nos va a querer, le decíamos, si no piensan que somos trabajadores.
Pero cómo saben, si todavía no se dio la discusión. Y lo tirábamos y la CGT o
parte de la CGT decían son subsidiados. Y salían en la tele diciendo los
subsidiados, se llevan sin hacer nada y nosotros los laburadores les pedimos
un tanto por ciento y el gobierno no nos da. Fue un proceso, no costó un
tiempo entender que era necesario llamar a la unidad, era necesario sumar a
otras fuerzas políticas y ahora todo eso cómo lo volcamos al territorio”
(Referente (ME).

La paridad en la actividad como obstáculo para visibilizar las


inequidades de género

Al ser consultadas sobre el reparto de tareas en sus espacios de trabajo las


vendedoras ambulantes o “manteras”, las productoras frutihortícolas y las
recicladoras de RSU coincidieron en plantear que varones y mujeres trabajan
a la par:

108
“La UTT es la agricultura familiar, o sea que están el hombre y la mujer. Pero
este último tiempo por distintas cuestiones que tuvimos que hacer o por el
propio laburo de género que estamos haciendo, me di cuenta que hay
muchas mujeres solas. El laburo hortícola es un laburo pesado, no es un
laburo así, viste, es un laburo pesado, pesado. Entonces yo pensé que no. Y
en este último tiempo me di cuenta que sí, que hay muchas mujeres solas,
muchas mujeres solas que trabajan en un laburo re pesado, que es un laburo
de 12 horas por día, y que han salido adelante, que han salido adelante que
tienen hijos con escolaridad, que están yendo a la universidad, viste. La
verdad que es admirable lo de las compañeras, las productoras hortícolas. No
sé qué más decir” (Referente de la UTT)

“Porque nunca nosotras, o las compañeras, se pensaron llevando adelante


una acción en frente de un compañero varón, por el propio, por la propia
conformación que tienen nuestros movimientos, como nos veíamos, o se
veían pares, porque nos seguimos viendo pares, ¿Dónde iba a salir la
discusión de entenderte en las desigualdades?” (Referente del MTE)

Esta paridad en la tarea es lo que explicaría desde la perspectiva de algunas


entrevistadas cierta indiferenciación inevitable con los varones, en palabras
de una referente del MTE: “es que la mujer cartonera no se puede despegar
de esta cosa masculina tan fácil porque levantamos 300 kilos como cualquier
compañero”. Esto fundamentaría una estrategia de empoderamiento de las
mujeres – al menos las de esa rama – que se iniciaría en el “elegirse como
mujer cartonera” (…) “en el entender que yo tengo lolas y el otro no tiene
lolas” (…) que al decir de las militantes “no fue un proceso fácil para las
compañeras pero esta fue la primera discusión que tuvimos”. Este “elegirse
mujer”, al menos en el relato de la referente del MTE, se vincula con el
rescate de características atribuidas socialmente a ese género: coqueta,
sensible, luchadora. Pero además a ciertos roles ligados a la reproducción y

109
más específicamente a la educación. A propósito del Proyecto de Promotoras
Ambientales en CABA la referente del MTE comenta:

“Y fue volver a las raíces, pura y exclusivamente volver a las raíces, porque
cuando nosotras no teníamos nada, no le habíamos podido sacar al estado,
íbamos nosotros golpeábamos la puerta al vecino y nos entregaba el
material, así nos empezó a conocer la ciudad de Buenos Aires, entonces
volviendo a los orígenes, es que nos entendíamos que nosotros podíamos
realizar otro rol dentro del mundo cartonero y sumar muchísimo más, pero
atendiendo a esa mujer que somos, y nace el proyecto de promotora
ambiental, es una cuestión de género, desde otro lugar y va a salir desde el
cuerpo de la promotora ambiental, nosotras nos vamos a hacer cargo de
enseñar, es simple? Si es muy simple, no es tan difícil de explicar, si es difícil
de dejar esa enseñanza en ese hogar, porque como la lucha es cultural,
nosotras la entendimos también. (…) Siempre las mujeres, cuando nos
empezamos a observar, teníamos la impronta que tiene toda mujer, somos
más combativas, vamos primero, es muy probable que no pensemos y que
nos vayamos más adelante, no somos tan pensantes, porque el mundo
cartonero y la mujer cartonera le ha tocado un rol que a otras mujeres de
otros sectores no les ha tocado, han tenido otra posibilidad, a nosotras nos
tocó ser jefa de hogar, entonces todas las decisiones de un hogar siempre
pasaron por nosotras, entonces te da la agilidad de esto” (Referente, MTE).

Esta idea de “ir para adelante” impulsada por la necesidad de proveer


sustento económico al grupo familiar aparece en las conversaciones con
otras entrevistadas, en este caso del MNCI:

“Las compañeras en su gran mayoría son las que terminan sosteniendo la


economía del hogar. (…) Vos en cualquier chacra o cualquier quinta que
vayas quizás hay hombres trabajando pero quienes sostienen la olla, la
comercialización, hasta producciones más elaboradas son las mujeres. La
producción de salsas, la mayoría son mujeres, la ida a las ferias en los

110
pueblos, son las mujeres. Es un rol que está muy ligado al sostenimiento de
la familia” (referente del MNCI)

Las lógicas de construcción política de las mujeres

Todas las entrevistadas coincidieron en señalar que las mujeres ponen en


juego otras formas de construcción política, distintas de las de los varones,
debido a su iniciativa, claridad, sensibilidad y solidaridad:

“Y no sé, creo que por ser mujer eso le aporta otra sensibilidad, otro
acercamiento con las compañeras que mayormente siempre protagonizan en
las organizaciones. En el caso de la UTT hay muchísimos varones, pero la
impronta de las mujeres no hay con que darle, siempre tiene más iniciativa,
más claridad, viste. Por ahí eso, que se yo, el hecho de ser mujer me permite
un acercamiento de otra manera, más desde el lugar de los sentimientos”
(Referente, UTT).

Nuevamente, lo distintivo de la construcción política de las mujeres se


vincula con el rescate de características atribuidas socialmente a ese género.

El espacio de mujeres de la CTEP. Antecedentes, surgimiento,


tensiones y desafíos

Las referentes entrevistadas coinciden en caracterizar a la CTEP como un


espacio de predominancia masculina en los lugares de poder. Algunas
referentes vinculan esta situación con el “machismo” que caracteriza al
mundo sindical y a algunas de las tradiciones políticas de las organizaciones
fundacionales y de mayor peso dentro de la CTEP.

111
“La CTEP es muy machista, está monopolizada por los varones. Y bueno que
se yo, forma parte del mundo en el que vivimos, no estamos exentas. Pero la
CTEP tiene un componente más machista que otras estructuras. Por ahí debe
ser lo mismo que pasa en todas las estructuras sindicales, me parece.

(…) También es la cuota peronista que tiene. (…) son espacios que las
mujeres nos sentimos medio, viste… De hecho hay bromas al respecto de
que hay pocas mujeres en la reunión. O sea, es un tema, todos se dan
cuenta” (Mujer referente de la UTT)

Una referente del MTE refiere a esta misma cuestión a propósito del proceso
de escritura del estatuto de la CTEP:

“Entonces pregunto por la secretaría de la mujer, y este buen hombre que


sabía un montón, me dice “no, pero relájese compañera, no hace falta que la
secretaría de la mujer este acá en el estatuto, te voy a ahorrar problemas,
porque todo lo que quieran discutir entre ustedes lo pueden canalizar en la
secretaría de adultos, mayores y niñez” y no-se-que (…) yo le dije, ¿Sabes
qué? Estas re contra equivocado, porque si esto lo vamos a conformar, yo no
me siento representada, entonces no me des una explicación tan de niño,
porque de ultima te voy a decir algo que aprendí hace muchos años, no
pensés por nosotras, de última pensá con nosotras” (Referente, MTE).

A partir de este reconocimiento y en el contexto más general de proliferación


de los espacios de mujeres y movilización social para la erradicación de la
violencia de género y los feminicidios; la secretaría de la mujer de la CTEP
comenzó a gestarse en el transcurso de este año. Se realizaron algunas
reuniones, en las que diferencias de perspectiva sobre la situación y roles de
las mujeres y el feminismo dentro de las organizaciones se hizo evidente y

112
generó algunas tensiones en el espacio. Estas diferencias según las
entrevistadas no tienen que ver con francas oposiciones o diferencias de
diagnóstico sino con los tiempos de las mujeres y las organizaciones y con la
preexistencia en la agenda de la reunión de temas tales como la equidad de
género, la violencia de género, el aborto:

“Nosotras lo que estamos haciendo de a poco es esto, reconocernos como las


mujeres que somos, poder empezar a hablar (…) empezar cada una a decir
las dolencias que tiene esa mujer, y nos queremos ocupar de eso primero
antes de ir a hacer la revolución, que todavía no todas comprendemos que es
la revolución, no entendemos que es el patriarcado, son palabras muy
nuevas, hace 4 o 5 años que están cercanas a nosotras. El empoderamiento,
son palabras muy fuertes. No estamos dejando nada librado al azar, todo nos
asombra, pero tenemos la precaución de esto, nos resguarda la construcción
solidaria, que no nos lastimen más de lo que ya nos lastimó la vida, sino ir
pensando por nosotras mismas. ¿Vos querés que yo sea feliz? ¿Cómo puedo
ser feliz si no me respetas? Vos no podés venir a decirme que tengo que
hacer” (Referente, MTE).

“empezamos a juntarnos más con las compañeras, a entender, respetando


los tiempos de los demás (…) Por sobre todas las cosas nosotros tuvimos
tiempo para que no se quedaran con la idea de que estábamos
“aparateando”, que si o si Juan y Pérsico querían cerrar esto, esto es base,
base, la CTEP, la concepción de la CTEP, es base, base (…) nos dieron los
tiempos para terminar de comprenderla, y terminar de comprenderla
significa no solamente la firma de las organizaciones que la comprendemos,
sino ese armado barrial, quien sostiene la economía popular es mi par, no es
un militante que no ha aparecido en las problemáticas nuestras” (Referente,
MTE)

De los relatos de las referentes es posible inferir los debates que cada
organización viene realizando y cuáles debates del movimiento de mujeres y

113
de la tradición feminista se fueron incorporando y cuáles aún no. Es
importante, tener presente que dentro de los espacios de género del MP La
Dignidad, UTT, el movimiento Evita, y La Poderosa existe un importante
camino recorrido y una línea de trabajo sobre el derecho de las mujeres a
abortar, hecho que se observa en la participación de estas organizaciones en
las actividades de la Campaña Nacional por el derecho al aborto libre, legal y
gratuito. Indudablemente el tema del aborto es objeto de debate y
posiciones divergentes:

“Tenemos afinidad política con La Dignidad y tenemos nuestra propia mirada


de la CTEP. De hecho hemos construido un documento acerca de, más como
una provocación, de generar un debate de una ctep democrática, laica y
feminista. Como incitando al debate y demostrando la pluralidad, digamos,
15
de lo que es la CTEP” (Referente, UTT)

“Cada organización participa con las compañeras que elija del armado de la
secretaría y nos vamos juntando. Nosotras mismas le vamos dando la
impronta y la regularidad. No hay nada que diga que eso no está o que no lo
podemos llevar a cabo. De hecho en un Confederal la íbamos a declarar, que
queríamos que la Secretaría de la Mujer fuera una realidad, y por motivos de
diferencias con otras organizaciones pisaron el acelerador las compañeras,
viste que cuando te reunís acordamos o no, una de las cosas nos aceptaron
que nos pusieron felices, no porque estuviera nada malo sino que a nosotras
la discusión del aborto la mujer cartonera no la ha dado, la queremos dar,
entendemos que hay pañuelo verde levantado que no lo comprendemos, y
nos gustaría ser parte de si terminamos levantando el pañuelo verde o no,
que sea una elección nuestra” (Referente, MTE)

“Estamos en pleno proceso porque hay cosas que nos atraviesan a todas,
que muchas entienden, y otras nos atraviesan pero no entendemos ni las
podemos comprender, que son esta gran lucha de feministas que ya hay, y

15
​El documento puede leerse ​https://www.facebook.com/mpladignidad/posts/2130813057142913:0

114
que cada orga tiene su impronta, y como la mujer cartonera es muy
decidida, que no venga nadie a pensar por nosotras, piensen con nosotras,
se metieron en temas que nosotros los veíamos muy lejanos, la Ley de
Aborto, “cuan feminista soy o no lo soy”, se acercó esta diversidad. Hace 4
años que a nosotros se nos abrió la cabeza y estamos en este mambo de
entender, yo tengo una cabeza re loca, soy muy abierta, porque a mí me ha
atravesado toda la vida, he tenido un tío gay, o sea para mi es natural, pero
hay compañeras que no, y lo más fuerte es la Ley de Aborto, tipo “para,
¿Cómo es la cosa?”. Y por sobre todas las cosas, esta militancia nueva que
hay, porque las organizaciones, al ser parte de la CTEP, cada una trae su
propia impronta, y su propia lucha, nosotros paramos la pelota y dijimos “no,
para, si nosotras vamos a discutir la secretaría de la mujer, fijémonos que
nos unifica”, y en eso estamos” (Referente, MTE).

Aunque existieron diferencias en perspectivas y en tiempos, en los relatos se


rescata la lógica horizontal y plural de construcción. Por lo tanto, esta
incipiente secretaria tiene esa particularidad que la distingue de otras en las
que predomina la perspectiva de algunas organizaciones. Esta Secretaría
está compuesta por compañeras de diferentes espacios y tiene encuentros
de discusión frecuentes.

“fuimos a todos los sectores, nos juntamos, y empezó a haber esta cosa de
más potencialidad a mirarnos como mujeres y los derechos de las mujeres,
que siempre se nos ponía opaco el camino, porque siempre nos salía la
impronta de la urgencia, y aprendimos entre todos que una cosa es la
urgencia y otra cosa es los espontáneo” (Referente, MTE)

“Este año se hizo una asamblea de mujeres de la CTEP muy importante en el


obelisco. Fue una actividad muy grosa, éramos cientos de mujeres. Habló
una compañera por rama y se hizo la demanda de la instalación de la
Secretaría de Género en la CTEP. Y todo eso se construyó de una manera

115
totalmente distinta a todo el resto de la CTEP. Con un protagonismo masivo
de muchísimas compañeras de todas las organizaciones. Cero disputa, mucha
generosidad, es como que es mejor. Digamos, de todas las entidades de la
CTEP, de todas las secretarías e iniciativas que hay en la CTEP, la iniciativa
que está incentivando la Secretaría de la Mujer se pare de otra manera, de
otra manera totalmente distinta a otros tipos de iniciativas o secretarías que
tienen otras lógicas. Por ahí más verticalistas, más de la tradición política de
mesa chica. Nada, es lo que hay. Yo sin criticar, digamos, forma parte de, yo
creo que nosotros cuando nos metimos en el desafío de construir la CTEP un
poco era eso, metámonos también con las distintas tradiciones políticas que
tenemos en la cultura argentina, ¿no? Porque sino uno, claro, se queda en lo
más impoluto, lo más ideal, pero eso no es un reflejo de la política y de la
realidad nacional. Entonces a mi me parece un acierto, sigo pensando que es
un acierto. Pero bueno, me parece re loco eso, que justo en la Secretaría de
Género se da con una tendencia y una lógica política totalmente distinta a
toda la otra que nada, que perdura una lógica más verticalista, más
centralista, viste” (Referente, UTT)

Este espacio en proceso de conformación centra sus debates en los asuntos


que tienen en común las mujeres de la economía popular: ser mujer, ser
trabajadora, ser humilde y estar sometida a diferentes situaciones de
violencia. Los encuentros y espacios de debate posibilitaron a algunas
compañeras identificarse y reconocerse dentro de este mundo en un clima
de sororidad (Lagarde, 2015):

“ahora nos unifica ser trabajadoras, ser mujeres, ahora lo que nos unifica y
nos une es darnos cuenta de que hay una violencia machista que es extrema,
es ser solidaria (…) nos unifica parar la pelota y darnos cuenta de que Ni Una
Menos nos toca a nosotras también, que si nos ponemos a pensar en
nosotras, el Ni Una Menos le pasa a todas, si nos ponemos a hablar de
porcentajes el mayor porcentaje es el de las mujeres humildes, nos tocan a
nosotras, entonces es la apertura de cabeza de a poco con algo que siempre

116
paso, que no nos vamos a echar la culpa de porque no nos despertamos
antes, pero si nos estamos despertando en esta construcción, en esta unión.
No solamente que nos atraviesa el laburo, sino empezar a ver todas las
problemáticas de las mujeres que tenemos y nos atraviesan, la mujer
cartonera no se reconoce como una mujer golpeada, y sin embargo lo es,
pero tuvimos nosotras en este proceso que juntarnos con otras
organizaciones de afuera para verlo” (Referente, MTE).

Recapitulación

En el relato de las referentes entrevistadas los procesos de organización del


sector, y específicamente la gestación de la CTEP, son caracterizados como
experiencias que se apoyan en solidaridades y construcciones previas entre
las organizaciones populares en las que la sororidad entre las mujeres es un
aspecto condicionante sino determinante.

Algunas entrevistadas relatan su tránsito por la organización popular – la de


base o referencia y la CTEP - como una experiencia de aprendizaje que
“despierta” un nuevo “punto de vista”: el de una mujer que se reconoce
sujeto de derechos frente a un Estado ausente, indiferente u opresor, y a la
vez el de una trabajadora que no obstante esta condición debe pelear por
ser reconocida como tal - incluso frente a otros trabajadorxs - pues no se
ajusta al modelo de trabajadora asalariada.

La puesta en cuestión de un único tipo de trabajo socialmente productivo de


carácter salarial y mercantil habilita la problematización de la división social
del trabajo productivo y reproductivo, y la invisibilización del segundo. No
obstante, esta puesta en valor del trabajo reproductivo no se registró en
todas las mujeres con las que conversamos, sino especialmente en algunas

117
militantes de cooperativas con fines reproductivos en sus territorios de
referencia.

El reparto de las tareas entre varones y mujeres en sus espacios de trabajo


fue referido por las entrevistadas de algunas ramas – particularmente la de
la rama cartonera y la de producción frutihortícola - como “a la par”, sin
distinción de género, lo que desde la perspectiva de alguna entrevistada
explicaría la “masculinización” de algunas de sus compañeras. Esta
masculinización asociada a la paridad en la tarea es considerada luego como
obstáculo para que las compañeras adviertan situaciones de inequidad y
violencia de género. Lo anterior podría explicar que algunos procesos de
empoderamiento de las mujeres consistan inicialmente en cierta
“feminización” consistente en el refuerzo de algunos atributos y rasgos
“típicamente” femeninos, y la gradual especialización de las mujeres en
algunas tareas reproductivas dentro de su organización de base y sindical
(CTEP), particularmente lo referente a la educación/formación. No obstante
lo antedicho, algunas entrevistadas de la rama vinculada a la producción
frutihortícolas entienden que las mujeres son quienes toman a su cargo las
actividades que agregan mayor valor ligadas a la preparación de conservas y
comercialización de productos.

Finalmente y en lo que respecta a la construcción de la “Secretaria” o como


lo denominan algunas “el espacio de mujeres” en la CTEP, todas las
entrevistadas entienden que este proceso se caracteriza por su construcción
horizontal y plural, lo que la distingue de otras Secretarías con lógicas
opuestas, en las que además se registra un machismo que se hace
ostensible en una dirigencia eminentemente masculina a pesar de la
predominancia de las mujeres en el sector. La “Secretaría” se prefigura
como un espacio de sororidad, horizontal y plural en el que convergen

118
mujeres con trayectorias y vínculos previos con el feminismo y las luchas de
género muy disímiles. Si bien existe un acuerdo respecto de la necesidad de
erradicar la violencia machista y los femicidios en el contexto de “ni una
menos”, no existe un acuerdo sobre sus alcances siendo el aborto un tópico
especialmente polémico.

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123
Capítulo 6

Senderos. La Mutual de Salud de lxs trabajadores de la


Economía Popular16

Daniela Paola Bruno y Mariela Cardozo

Introducción

Este artículo presenta reflexiones preliminares del proceso de


sistematización en curso de la experiencia de la Asociación Senderos, mutual
de salud de lxs trabajadorxs agremiadxs en la Confederación de
Trabajadorxs de la Economía Popular (CTEP) en Argentina. Dicha
confederación se encuentra inscripta como Asociación Civil de los
Trabajadorxs de la Economía Popular (ACTEP) en el Registro de
Organizaciones Sociales de la Economía Popular y Empresas
Autogestionadas del Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social
(creado por resolución 32/2016). Cabe destacar que la sistematización surge
a partir del interés de lxs integrantes de Senderos por reflexionar sobre su
práctica y compartir la experiencia que vienen desarrollando en vistas a la
generación de alianzas con otros actores. También surge del interés de las
autoras por indagar y comprender una experiencia novedosa de gestión de
la salud protagonizada por una confluencia de organizaciones populares que,
más allá de sus diferencias políticas e ideológicas, coinciden en el objetivo de
organizar sindicalmente a lxs trabajadorxs de la economía popular.

16
Esta es una adaptación y actualización del trabajo de las autoras “Salud y Trabajo. La experiencia de la Mutual
senderos de la CTEP” presentado en el Congreso Alas de Sociología celebrado en la Ciudad de Montevideo,
Uruguay en diciembre de 2017.

124
El análisis de esta experiencia encuentra sus fundamentos en que, según
estimaciones del Ministerio de Trabajo y de centros de investigación como el
CISBA (Centro de Investigaciones Socioeconómicas de Buenos Aires)
dependiente del Banco de la Provincia de Buenos Aires y el IDAES (Instituto
de Altos Estudios Sociales) dependiente de la Universidad Nacional de San
Martín) lxs trabajadorxs de la economía popular representan entre el 27% y
30% de la población económicamente activa, es decir, cerca de 4.3 millones
de trabajadorxs (ACTEP, 2016). A su vez, estxs trabajadorxs constituyen
una población específica en lo que refiere a necesidades prestacionales y
accesibilidad a los servicios de atención a la salud. En este sentido, cobra
relevancia la prestación integral que ofrece Senderos, que tiene una cartilla
médica completa, 13 centros administrativos y de atención distribuidos en
las localidades de mayor concentración geográfica de sus afiliadxs, cuyo
número se estima en 41 mil.
La experiencia de Senderos se presenta como novedosa, puesto que es una
experiencia de gestión privada con aporte Estatal proveniente del
monotributo social. Asimismo, se destacan las particularidades de su modelo
de atención que prioriza el primer nivel mediante la creación de centros
propios con médicxs generalistas en los que se brinda atención primaria y
ambulatoria a sus afiliadxs y poblaciones sin cobertura. Por último, la
posible aprobación de la Obra Social de los Trabajadores de la Economía
Popular (OSTEP), cuyo trámite inició la CTEP en el segundo trimestre de
2016, en los términos y condiciones previstas en el sistema de obras
sociales nacionales y en el sistema nacional del seguro de salud, implicaría
un crecimiento exponencial del número de afiliados y fondos, llevando a una
necesaria reorganización de los modelos de gestión, atención y
financiamiento actuales, lo que vuelve necesaria y oportuna una reflexión
sobre los aciertos, errores y aprendizajes que emergen de la experiencia.

125
Coordenadas teórico-metodológicas

Para el desarrollo de la sistematización nos posicionamos desde la propuesta


metodológica de la investigación crítica de Torres Carrillo (2014: 73) que
“asume la investigación como una práctica colectiva de producción de
conocimiento, articulada a procesos organizativos y movimientos sociales,
que se propone comprender y fortalecer su capacidad de resistencia y
generación de alternativas al capitalismo, así como contribuir a la producción
de subjetividades y a la transformación de realidades y sujetos desde una
perspectiva crítica y emancipadora”. En este artículo nos abocamos a
recuperar la experiencia de Senderos, poniendo el foco en su modelo de
atención. Para pensar y analizar los modelos de atención, asumimos la
definición de Menéndez que comprende “no sólo a las actividades de tipo
biomédico, sino a todas aquellas que tienen que ver con la atención de los
padecimientos en términos intencionales, es decir que buscan prevenir, dar
tratamiento, controlar, aliviar y/o curar un padecimiento determinado”(
2003, 186) . Sin embargo, para este primer acercamiento a la experiencia
nos hemos basado sobre todo en los aportes de Tobar (2000) en lo que
refiere a los modos de dividir y organizar el trabajo sanitario.

En el campo de la investigación e intervención sobre salud y trabajo nos


alejamos de las miradas de higiene y seguridad para acercarnos a la mirada
de salud laboral que se interroga por las transformaciones de la
reproducción del capital en el mundo postfordista (Neffa, 1995). Desde esta
perspectiva la noción de salud se acerca a la planteada por la medicina social
y la salud colectiva donde se la concibe como la capacidad colectiva de
dirigir los propios procesos vitales: el trabajo, las formas de consumo, de
organización, de cultura, en suma, y todas las formas de reproducirse en
sociedad (Noriega 1993) en términos de mayor calidad de vida.

126
En lo que respecta a la noción de trabajo nos interesa situarnos desde la
perspectiva de la economía social y solidaria donde el trabajo es concebido
como una capacidad colectiva de producción y reproducción social, principio
organizador de la vida social y de la apropiación de la riqueza que se
produce socialmente. Lxs trabajadorxs, desde esta perspectiva, no son
propietarixs de un recurso que organiza el capital sino sujetxs de la
producción en pugna por su autonomía desde el interior del capitalismo
(Coraggio, 2007).

Las reflexiones aquí presentadas son el resultado de una estrategia


cualitativa sustentada en la triangulación de dos técnicas: el análisis de
documentos y las entrevistas en profundidad. Los ejes de indagación desde
los que partimos en la sistematización y que estructuran el análisis fueron
acordados oportunamente con lxs directivxs de la mutual. Toda la
información relevada en esta etapa surge de entrevistas a directivxs,
referentes y trabajadorxs de Senderos, y médicxs a cargo de la atención en
los consultorios de la mutual17, y del análisis de contenido de documentación
y materiales de comunicación institucional producidos por Senderos y CTEP18
. Todas las entrevistas a lxs integrantes de la Mutual Senderos fueron
realizadas por las autoras entre septiembre y diciembre de 2016, con el
consentimiento de lxs entrevistadxs para que la información obtenida se
utilice a los fines de este estudio.

17
Dichas entrevistas fueron realizadas en la sede de Senderos ubicada en Ciudad Autónoma de Buenos Aires. En
esta primera etapa se entrevistó al gerente general de la mutual; al subgerente; al gerente médico; al coordinador
médico y a la coordinadora médica territorial. Lxs dos últimxs son médicxs generalistas jóvenes, que han finalizado
la residencia recientemente, y realizan además de las tareas de coordinación, tareas de atención y promoción de la
salud en los consultorios de la mutual ubicados en Constitución y Lanús.

18
Se contemplaron las páginas web de Senderos y CTEP, la cartilla de presentación de la mutual que se entrega a
sus afiliadxs o posibles afiliadxs, el documento de constitución de la Asociación Civil (ACTEP) y la presentación
del pedido de aprobación de la Obra Social (OSTEP) a la Superintendencia de Servicios de Salud.

127
La herramienta gremial de los trabajadores de la economía popular

Como se señaló en el capítulo 2, el giro en la política económica iniciado


durante el gobierno de la Alianza Cambiemos provocó un proceso acelerado
de recesión, con un impacto directo en la condiciones de vida de los
trabajadores de la EP. En este contexto, la CTEP comienza un proceso
acelerado de articulación con otros movimientos (CCC y Barrios de Pie) y
centrales sindicales de trabajadores asalariados (CGT y CTA), desplegando
una compleja estrategia en la que se combinan acciones colectivas de
movilización y protesta callejera, acciones de cabildeo con legisladores –
porteños y de la nación – y mesas de diálogo y negociación con funcionarios
de los ministerios de Desarrollo Social y Trabajo.
Tal como se señala en capítulos previos, en las formas de organización
económica-productiva y de intervenir y participar en la política de la CTEP,
se reconocen repertorios de organización, protesta y movilización que
abrevan en la experiencia de los movimientos populares territoriales
surgidos a finales del siglo pasado y en la tradición sindical. Es esta
configuración identitaria compleja, bifronte, por momentos contradictoria, la
que permite a la CTEP ampliar sus repertorios y márgenes de acción en el
desarrollo de las políticas públicas.
Asimismo, este mismo carácter bifronte (organización social/organización
sindical) provoca ciertas tensiones y conflictos “hacia adentro” que se hacen
sentir en los procesos organizativos, entre ellos, en la experiencia de la
Mutual Senderos. A nuestro juicio, y según el parecer de algunos de sus
dirigentes, el futuro de la CTEP, en el corto y mediano plazo, estará signado
por su capacidad para contener y encauzar la conflictividad “interna”
provocada en parte por la diversidad de matrices político ideológicas y
proyectos que constituyen la CTEP, en un escenario de vertiginosa
reconfiguración de las organizaciones del campo popular, signada por los

128
cambios de gestión gubernamental y las coyunturas electorales recientes y
próximas. Estas tensiones internas devenidas del encuentro de las diferentes
matrices ideológicas de las organizaciones que la componen, han marcado
también el proceso de definición del modelo de atención de la salud
implementando desde la mutual Senderos, y las decisiones sobre el rumbo
futuro que podría tomar la mutual en caso de concretarse la aprobación de
la Obra Social.

Aproximación a la caracterización socio-sanitaria de lxs trabajadorxs


de la EP Afiliadxs Senderos/OSTEP

Lxs trabajadorxs agremiadxs en la CTEP son mayoritariamente campesinxs


(muchos de ellxs huerterxs o productorxs frutihortícolas del AMBA),
cartonerxs, vendedorxs ambulantes, feriantes, motoquerxs, trabajadorxs
domésticxs y del cuidado, costurerxs, limpiavidrios y “trapitos”, y
trabajadorxs de cooperativas dedicadas a tareas de mejoramiento barrial
(cordón cuneta, zanjeo y desagües) o cuidado del hábitat (limpieza de
arroyos, recolección de residuos). Estas actividades se caracterizan por su
escaso capital constante, es decir, muy pocas máquinas o infraestructura, la
utilización de tecnología obsoleta, la baja productividad, el uso intensivo del
cuerpo y la fuerza física, la informalidad en el intercambio (las transacciones
sin registro) y largas jornadas laborales en condiciones muy precarias de
trabajo que configuran un sujeto con necesidades prestacionales específicas.

En pos de avanzar hacia la caracterización de lxs afiliadxs a la mutual


Senderos/OSTEP, resulta relevante el trabajo de Natalia Scocco (2016)
donde presenta datos de una encuesta socio sanitaria implementada en
operativos de afiliación de Senderos/OSTEP, que se realizó desde el Centro
de Investigaciones socioeconómicas de Buenos Aires (CISBA) dependiente

129
del Banco Provincia de Buenos Aires y el Instituto de Altos Estudios Sociales
(IDAES) de la Universidad de San Martín.
Este relevamiento, que se basa en 1276 casos, nos permite tener una
primera caracterización socioeconómica y socio-sanitaria de lxs afiliadxs,
aunque no profundiza en las patologías prevalentes por ramas ni discrimina
por sexo/género.
Entre los datos obtenidos, señala que en relación a las variables
sociodemográficas, la mayoría de lxs afiliadxs son mujeres y solteras, y
abarcan mayoritariamente la franja etaria de los 31 a los 49 años. Allí se
observa que el porcentaje que no sabe leer y escribir (3,9% del total), es
mayor a la media general.
En relación a las variables socio sanitarias, la autora recupera de la encuesta
información sobre hábitos de vida como la actividad física y el consumo de
sustancias. Al indagar en los niveles de actividad física, señala que casi el
80% de lxs encuestadxs no hace actividad deportiva. En relación al consumo
habitual de sustancias psicoactivas, más del 40% declara no consumir
alcohol, tabaco, ni otra sustancia. De los que responden afirmativamente, el
25% consume tabaco y el 4,3 alcohol.
La encuesta también indaga en la asistencia a controles de salud de rutina
durante el último año y el 42% responde que no ha asistido. En relación a
las enfermedades crónicas no transmisibles, gran parte de lxs entrevistadxs
expresaron desconocer su situación, y de los que respondieron
afirmativamente, el 9,3% padece o ha padecido hipertensión, el 4,8% asma,
el 3,3% diabetes, el 1,8% chagas y el 1,6% enfermedades cardíacas.
El 45% de lxs entrevistadxs menciona que utiliza (el/ella o su pareja) algún
método anticonceptivo. La autora compara estos datos con la encuesta
nacional sobre sexualidad y salud reproductiva en la que el 80% utiliza
métodos anticonceptivos. Sobre controles preventivos ginecológicos, casi la
mitad de las encuestadas (48,1%) señala que se ha realizado un PAP en el

130
último año, y el 45% de las mujeres mayores de 50 años se ha realizado
una mamografía. Esta situación es observada por el coordinador médico de
Senderos/OSTEP quien destaca la gran cantidad de mujeres que llega a los
consultorios, sin haberse realizado nunca un PAP.

Es interesante destacar que en este trabajo en el que se presentan datos del


relevamiento realizado en los operativos de afiliación a Senderos/OSTEP
(Scocco, 2016), no se avanza en una caracterización de los perfiles de
cargas laborales (y daños asociados) de lxs trabajadores de la economía
popular, según ramas o tipos de trabajo, ni en un análisis que contemple
una distinción por sexo/género, salvo en lo que refiere a salud sexual y
reproductiva. Sería pertinente ahondar en este sentido en pos de una mayor
comprensión de las particularidades de estxs trabajadorxs en relación a las
patologías propias de las ramas de actividades específicas y de una
distinción por sexo/género.

La Asociación Mutual Senderos y su modelo de atención

La mutual de salud Senderos nace en el año 2013 a partir de algunas


experiencias de trabajo previas con obras sociales que prestaban servicios
de salud a los trabajadorxs de la economía popular a través de convenios
específicos. El fin principal de Senderos es ​“brindar atención en salud de
forma integral y digna para todxs lxs trabajadorxs de la economía popular”
(Cartilla de Senderos). Según directivxs de Senderos, la mutual viene a
cubrir una vacancia y se constituye en una experiencia original por diversos
motivos:

Una experiencia que en algún sentido no digo que es inédita pero es bastante
original, que por un lado tiene la pretensión de brindar un servicio de salud a
un sector bastante desprotegido, abandonado cómo son los trabajadores de

131
la economía popular, que en general no hay una política de salud hacia ellos
y eventualmente son parte de la política pública sobre salud, y van al hospital
público. Desde hace cuatro o cinco años la CTEP tiene una política para ellos
que, quizás más pausadamente que lo que a uno le gustaría o involucrando a
todavía a un sector numéricamente bastante limitado, está trabajando para
dar esos servicios a través de un formato sui generis que diría que tiene
bastante que ver con lo que es el sistema de obras sociales. Aunque nosotros
no seamos estrictamente una obra social; pero trabajamos en ese marco,
pero al mismo tiempo con una visión distinta y en algunos puntos hasta diría
conflictiva con la visión de las obras sociales más tradicionales tanto por la
población a la que nos dirigimos, con la que trabajamos, como por la
característica de las organizaciones que la conforman. Ese es uno de los
elementos destacables para mí, pienso que sí, es la primera vez que hay un
intento importante y bastante exitoso y perdurable en el tiempo; que hay un
intento de brindar un servicio para este sector. (Subgerente General
Senderos, 2016)

Un elemento clave para comprender el surgimiento y consolidación de


Senderos es la implementación del monotributo social, que está
principalmente destinado a quienes tienen una actividad económica
independiente o realizan una única actividad económica; impulsan proyectos
productivos de hasta tres integrantes; y/o forman parte de una cooperativa
de trabajo con un mínimo de seis asociadxs19. Todxs lxs trabajadorxs
inscriptos en el Monotributo Social realizan obligatoriamente aportes hacia
una obra social que por lo general no eligen ni utilizan porque desconocen
que son titulares de ese derecho, y también porque en muchos casos las

19
El Monotributo social es un programa es implementado desde el Ministerio de Desarrollo Social, y es compatible
con la Asignación Universal por Hijo/a, la Asignación por embarazo para la protección Social y las pensiones no
contributivas a madres de 7 o más hijxs,El Monotributo está compuesto por tres componentes: impositivo,
previsional y obra social. En el Monotributo Social está subsidiado el 100% del pago del componente impositivo y
del previsional, y el 50 % de la obra social. El otro 50 % de la obra social es lo que paga mensualmente el/la
Monotributista Social (Monotributo Social. Administración Federal de Ingresos Públicos.
http://www.afip.gov.ar/institucional/...​.​)

132
cuestiones burócraticas que atraviesan el modo de funcionamiento de las
obras sociales en general desalientan su uso.
La población de la economía popular “es muy particular tanto en sus
necesidades prestacionales como en sus requerimientos geográficos de
acceso al servicio” (ACTEP: 8). Esta especificidad sumada a los trámites de
acceso al servicio tales como copagos, chequeras o autorizaciones,
habituales en las obras sociales que les son asignadas por el monotributo
social, se constituyen en efectivas barreras que terminan expulsando a
estxs trabajadorxs de las obras sociales. Si bien cuentan con el sistema
público de salud muchas veces no lo utilizan debido a las largas horas de
espera, lo que implica perder el día de trabajo y el pago recibido por ello,
pero además porque “muchas instituciones públicas de atención de salud no
los priorizan o directamente no los atienden derivándolos a hacer los
reclamos pertinentes (que pocxs realizan) tanto a su obra social como a la
superintendencia de Servicios de Salud” (ACTEP: 10).

Al ser una mutual, para recibir los aportes del monotributo social
correspondientes a obras sociales, Senderos establece convenios con
algunas obras sociales, en la actualidad fundamentalmente con la Obra
Social del Personal Ladrillero (OSPL).

Bueno, es la manera que se encontró de que los aportes para esa gente
puedan llegar. Entonces nosotros afiliamos la gente a Ladrilleros… Nosotros
tenemos un convenio con Ladrilleros por el cual a determinado sector de sus
afiliados nosotros le damos el servicio, no Ladrilleros. (Subgerente General
Senderos, 2016)

En algunos casos, desde Senderos se acompaña la inscripción al monotributo


y a la mutual. Pero en los casos en que el/la trabajador/a ya tiene
monotributo y ha optado por otra obra social sin que por ello haya mediado

133
su voluntad, se realiza un acompañamiento para que puedan realizar el
cambio si lo desea.

La afiliación de las obras sociales es un poco perversa, digamos, cuando uno


tiene monotributo, paga el monotributo, el monotributo social se paga parte
y parte. El aporte va a alguna obra social, y el aportante no hace la opción,
eso se sortea y va a parar a cualquier obra social, y nadie te llama por
teléfono y te dice, tenés tal obra social. Para nosotros es todo un trabajo
contactarse con cada uno de los compañeros de las cooperativas que están
afiliados, para decirles: “si vos estás afiliado a tal, te tenés que pasar a esta
obra social para hacer los aportes y que nosotros podamos empezar la
atención acá.” (Coordinador médico Senderos, 2016)

La primera sede de la mutual fue la del barrio de Constitución en Ciudad


Autónoma de Buenos Aires, en la que al principio se contaba sólo con
médicxs generalistas y pocos días de atención. La sede de constitución,
donde funciona la sede central de la Confederación, es un edificio que fue
ocupado hace más de 15 años por organizaciones que conforman la CTEP y
funciona como un espacio compartido en el que se desarrollan actividades
productivas, de salud, se hacen reuniones, capacitaciones, entre otras
actividades. En dicha sede central se cuenta con médicxs generalistas,
psicólogxs, odontólogxs, psiquiatra para casos puntuales, consultorio de
nutrición y enfermería; además funcionan allí las oficinas de administración
general.
En relación a la estructura general de Senderos, si bien no hay un
organigrama rígido y las funciones de gestión se entremezclan en la
práctica, la mutual cuenta con algunas áreas definidas para llevar a cabo el
trabajo cotidiano. Cada área: administrativa, prestacional/médica,
informática, afiliaciones tiene un/a responsable especifico. Siendo el área
prestacional/medica la que cuenta con mayor densidad.

134
Desde 2016 se ha logrado concretar en Senderos la implementación de un
padrón informatizado que permite conocer la situación en relación a la
afiliación y establecer contacto, en caso de necesitarlo, con información más
precisa. También permite tener un seguimiento y caracterización de lxs
usuarios y sus grupos familiares. Contar con este tipo de información
permite a la mutual elaborar estadísticas en relación a lxs usuarixs, las
ramas de actividad, las problemáticas de salud prevalentes, etc.

Hay un archivo madre que se llama Sofía que es una base de datos con toda
la información de cada uno, con domicilio, teléfono, a qué organización
laboralmente pertenecen, a qué organización política si la hay y todo eso;
estado en relación a la afiliación, si está en trámite, si está activo, si es
titular, adherente, si son familiares. ¿y además eso que permite? Por un lado,
ir verificando, asegurándonos que la gente que afiliamos, esté afiliada, o sea
que se mantenga, que no se pierda. Al final del desarrollo desde que vos
hiciste la primera afiliación, pueden pasar varios meses hasta que se
convierte en un afiliado activo. Las bajas, porque ocurre la baja, sí, porque el
tipo dejó de ser monotributista o porque eligió otra obra social, se murió…O
sea tenés un padrón actualizado que te permite hacer y decirle a los
prestadores a quién tienen que atender y a quién no. (Subgerente General
Senderos, 2016)

La mutual de salud de lxs trabajadorxs de la economía popular,


Senderos/OSTEP, cuenta con un ​“plan de salud familiar y comunitario
basado en la atención y prevención de enfermedades, en la atención y
educación para la salud”. (Cartilla de Presentación de Senderos)​. Esto está
en línea con la concepción de la salud que atraviesa las prácticas de la
mutual, que la entiende como una construcción con implicaciones sociales,
económicas y políticas, y sobre todo como un derecho.
Un elemento central para caracterizar a Senderos sin dudas es su modelo de
atención, basado en una atención integral de lxs afiliadxs y sus grupos

135
familiares. En los centros de atención primaria de la salud propios, cuentan
con médicxs generalistas preparadxs para realizar las distintas prácticas de
atención del primer nivel. Estxs profesionales atienden a adultxs, niñxs y
realizan lo que denominan “salud de la mujer” (prácticas ginecológicas
sencillas y controles de embarazo), evitando la derivación indiscriminada a
distintxs especialistas. En las delegaciones también se cuenta con otrxs
profesionales (odontólogxs, psicólogxs, pediatras, etc.), pero esto se adecúa
a los requerimientos y especificidades de los distintos territorios donde éstas
se encuentran ubicadas.
Desde el perfil de el/la médicx generalista que se fomenta no se reniega del
resto de las especialidades, puesto que se reconoce que hay prácticas que el
médicx generalista no puede realizar. Pero se apunta a que lxs generalistas
puedan cubrir la mayor parte de las prácticas médicas correspondientes a un
primer nivel de atención, derivando a especialistas en caso de ser necesario.
El modelo de Senderos, según los entrevistadxs, se asienta en una atención
integral y personalizada, apuntando a establecer un diálogo cercano con lxs
afiliadxs que concurren a las delegaciones, y a que sea el/la mismx médicx
el que realice el seguimiento del grupo familiar a lo largo del tiempo. Esto
permite realizar un acompañamiento y seguimiento de lxs afiliadxs y tener
un vínculo más cercano, y de mayor confianza, contemplando las
características mencionadas previamente en relación al escaso contacto con
las lógicas de funcionamiento de las obras sociales.
Lo que refiere al segundo y tercer nivel de atención se realiza a través de
convenios con distintas clínicas y/o sanatorios. Pero como ya se señaló, el
modo de trabajo de Senderos/OSTEP tiene un fuerte anclaje en la atención
primaria de la salud. Por ello, se apunta a que el ingreso de lxs afiliados sea
a través de los centros propios en los que se lxs orienta sobre los pasos a
seguir y se lxs acompaña durante todo el proceso de atención, derivándolos
en caso de ser necesario.

136
O sea que el primer camino sea ese, no que abran la cartilla y busquen
clínica tal, la que me queda más cerca de casa; y a partir de ese primer
contacto, bueno, empezamos a direccionar y sí necesitamos algún
especialista, bueno, ahí sí ir a tal clínica, les explicamos donde es el lugar de
la guardia, digamos, qué cosa es para guardia, qué cosa es para acá.
(Coordinador médico Senderos, 2016)

Nuestra idea es que los afiliados y aquellos que están por afiliarse y que
todavía no tienen el carnet porque tienen alguna traba en el medio, ya
tengan un primer acceso y es un acceso de mínima amigable; digamos,
mejorar todo el acceso que tienen la mayoría de las obras sociales a partir de
nosotros controlar eso, con la disposición de tener en todos los centros
médicos, médicos generalistas y en lo posible odontólogos, que son los más
importantes. (Coordinador médico Senderos, 2016)

En los centros propios, si bien se brinda atención a todxs aquellxs afiliadxs a


la mutual, se atiende también a quienes se acercan a los consultorios sin ser
afiliadxs, pero que llegan a partir de la recomendación de referentes de
organizaciones asentadas en los barrios donde se encuentran los
consultorios de la mutual.
El modo de trabajo en los centros propios es a través de turnos
programados pero también se da respuesta a la demanda espontánea.

En general para todos, ya se maneja con turnos. Siempre tratamos de que la


persona que viene, en General, el que viene por demanda, viene viajando,
entonces, decirle que se vuelva a su casa en Florencio Varela para venir de
nuevo otro día no tiene mucho sentido.
Eso depende del centro, digamos, en Rodríguez va una médica generalista
una vez por semana, y con eso es suficiente por ahora. Después, en los
centros más grandes como sería acá o en Lanús, está el consultorio del
médico generalista o médica generalista y atiende de 9 a 5 de la tarde con

137
turno programado y demandas, hay un sistema mixto. Inicialmente era sólo
demanda, porque la gente no lo conocía, hasta que hubo tanta demanda y
empezamos a dar turnos y ahora estamos en un esquema mixto y hasta
teniendo que empezar a controlar un poco la demanda porque sino que nos
queman los médicos. (Coordinador médico Senderos, 2016)

Para simplificar los procedimientos administrativos, la atención es


totalmente gratuita, no se cobra ningún tipo de co-seguro por la atención ni
por las prácticas médicas. Del mismo modo, si bien se contempla que los
medicamentos para los afiliadxs se obtienen con un 40% de descuento, en
los casos en los que los afiliadxs no puedan acceder a ellos aún con el
descuento, se les entregan de manera gratuita.
En este sentido, uno de los principios rectores de la mutual según
manifiestan lxs entrevistadxs, es priorizar las características de lxs
trabajadorxs de la economía popular, a partir del reconocimiento de sus
prácticas laborales y cotidianas. Los centros propios tratan de instalarse en
lugares donde haya un núcleo importante de trabajadorxs, puesto que se ha
comprobado que si los centros no están cerca de sus lugares de trabajo, la
concurrencia es muy escasa. Se contemplan, tanto en la definición del
diagnóstico como del tratamiento a seguir, distintos factores que inciden en
las condiciones de salud, como por ejemplo la vivienda, el tipo y condiciones
de trabajo, el ambiente, la alimentación, etc.
En pos de lograr unificar estos criterios y miradas en lo que refiere a la
atención de la salud, se realiza una coordinación general de las sedes
propias, que consiste en realizar un acompañamiento del trabajo que
realizan lxs profesionales en los consultorios. Como aún son pocos lxs
profesionales que trabajan en las sedes, se tiene un contacto cercano y
directo a través de correo electrónico o teléfono.

138
La prevención de enfermedades y la promoción de la salud se trabajan
desde campañas específicas en los espacios de cooperativas y/o en la sede
central - operativos de vacunación o charlas sobre alguna problemática de
salud puntual, a pedido de alguna cooperativa o grupo de trabajo-, pero
también desde los consultorios cuando lxs afiliadxs van a atenderse por
alguna dolencia puntal.
Sin embargo, debido a las características de la población con la que se
trabaja y a las múltiples urgencias que emergen en el cotidiano, se hace
difícil brindarle un espacio prioritario a la planificación de acciones de
prevención y promoción a mediano y largo plazo, aunque se reconoce como
una prioridad y, lxs coordinadorxs médicxs territoriales aseguran estar
avanzando en ello.
En algunas sedes se trabaja con promotoras de salud de las organizaciones
que componen la CTEP, apuntando a que ellas propicien y/o refuercen el
vínculo de la mutual con lxs trabajadorxs de la economía popular. Desde la
coordinación se están realizando instancias de formación de las promotoras
de las organizaciones integrantes, y a la vez se está contemplando su
integración de manera más orgánica al trabajo de los centros propios.

Reflexiones finales

Dado que la sistematización aún está en curso no es posible adelantar


conclusiones pero si compartir algunas reflexiones que guiarán nuestras
indagaciones futuras. Si bien Senderos se proyecta como una organización
de la seguridad social, sus coordinadorxs y equipo médico mantienen una
posición crítica respecto de las lógicas de organización tradicionales en el
sistema de obras sociales sindicales. Esto se vincula, como hemos dicho, con
que sus modelos de atención, gestión y financiamiento se referencian en las
experiencias de autogestión y prácticas en torno a la salud que han

139
desarrollado algunos de los movimientos populares que integran la CTEP.
Esas experiencias previas suponen además posicionamientos disímiles
respecto de cuál es el mejor camino para atender la salud de lxs
trabajadorxs de la EP. Es decir, si ésta debe dirigirse prioritariamente a la
conformación de la OSTEP y/o a la conformación y fortalecimiento de una
red de promotorxs de salud de las organizaciones que integran la CTEP en
pos de promover la organización popular para presionar sobre el sistema
público de salud o en el desarrollo de estrategias específicas de acuerdo a
las necesidades prestacionales de sus afiliados.
Como señalamos anteriormente, el ingreso de lxs afiliadxs a las consultas se
propone a través de los consultorios propios, atendidos principalmente por
médicxs generalistas. Esta decisión se basa en ponderar el tiempo de la
consulta que permite un acompañamiento y seguimiento tanto de lxs
pacientes como del grupo familiar y, a su vez, evitar las trabas burocráticas.
A esto se suma que las delegaciones se ubican en lugares cercanos a los
domicilios y/o lugares de trabajo de lxs afiliadxs, facilitando su acceso. Estas
decisiones están más vinculadas con estrategias para incrementar la
accesibilidad y mejorar la calidad de la atención que con un modelo de
atención innovador, pues en definitiva se continúa terciarizando prácticas
asociadas al segundo y tercer nivel de atención en clínicas, sanatorios y
laboratorios privados, y también, se sigue privilegiando lo asistencial por
sobre las acciones de prevención y promoción de la salud. En este sentido,
nos preguntamos ¿Cuáles son los elementos innovadores de la propuesta de
Senderos? ¿Cómo lidiará efectivamente la CTEP con el proceso de
institucionalización de la OSTEP y la protección social de lxs trabajadorxs del
sector evitando replicar los modelos de gestión, atención y financiamiento de
las de las obras sociales sindicales que tienden a ser expulsivas de los
trabajadorxs de la economía popular? Y yendo más allá y en clave de
prevención de la salud de lxs trabajadorxs ¿Cómo se limita o auto limita la

140
posibilidad de daños a la salud en el trabajo autogestivo y reproductivo?
¿Cuál sería la instancia organizadora del proceso de trabajo a la que le
cabría esta responsabilidad? ¿A través de qué figuras institucionales podría
ponerse en práctica?

Referencias

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Solicitud Inscripción ante el Registro Nacional de Obras Sociales de la Obra Social
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Menéndez, E. (2003.) “Modelos de atención de los padecimientos: de exclusiones


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141
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Popular. Los desafíos del trabajo sin patrón. Buenos Aires: Colihue.

142
Capítulo 7

De la estigmatización a la comprensión. La acción colectiva


de lxs trabajadorxs de la economía popular sindicalizados
según la prensa gráfica argentina20.
Ramiro Coelho, Santiago Fernández Galeano y Florencia Petrillo

Introducción

A partir de la restauración neoliberal en la Argentina, la Confederación de


Trabajadorxs de la Economía Popular (CTEP) comenzó un proceso de
movilización en el que ha desplegado un repertorio diverso de acciones
colectivas con el objetivo de visibilizar la situación de “quienes se han
inventado su propio trabajo” y reclamar políticas públicas que den respuesta
a la agenda de lxs trabajadorxs de la economía popular (EP). Dichas
acciones colectivas se han desarrollado en confluencia, tanto con la
Confederación General de Trabajo (CGT) como con las dos facciones de la
Central de Trabajadorxs Argentinos (CTA) en una suerte de “unión en la
lucha”, en defensa del trabajo. Este proceso de movilización ha tenido una
importante cobertura por parte de los medios gráficos de alcance nacional.

En el presente capítulo nos proponemos desarrollar un análisis discursivo


desde una perspectiva socio semiótica, de las estrategias de tratamiento de
dicho proceso según las ediciones digitales de tres diarios de tirada nacional

20
​Este capítulo es una adaptación de “La acción colectiva de lxs trabajadorxs de economía popular (EP)
sindicalizadxs según la prensa gráfica nacional argentina” ponencia presentada por lxs autorxs en las V Jornadas
Internacionales de Problemas Latinoamericanos: “Los Movimientos sociales frente a la restauración neoliberal:
resistencias, oposición y re-construcción de perspectivas teórico-políticas emancipatorias” Escuela de Historia -
Facultad de Filosofía y Humanidades Universidad Nacional de Córdoba 23 al 25 de Noviembre de 2017.

143
(Clarín, La Nación y Página 12). Este análisis resulta relevante para conocer
las estrategias retóricas, temáticas y enunciativas de estas empresas, en
tanto actores políticos y económicos, al presentar y representar la agenda
reivindicativa de la EP en general, y la CTEP en particular como actor sindical
y político.

El corpus de noticias seleccionado abarca el período comprendido entre


octubre de 2015 y mayo de 2017. Dicha selección contiene noticias, crónicas
y entrevistas que abordan una serie de hitos que consideramos
fundamentales para poder comprender el rol que cumple la Central en la
configuración de un nuevo actor sindical y político en el seno de la disputa
entre capital y trabajo, en el marco de un proceso de restauración de
21
políticas socioeconómicas neoliberales. .

A lo largo de estos párrafos mostraremos los resultados de la primera etapa


de este análisis, que ha consistido en detectar los recursos retóricos,
temáticos y enunciativos utilizados por cada medio en la elaboración de las
noticias, crónicas y entrevistas publicadas en sus portales respecto de: la
participación de la CTEP en la masiva movilización del 29 de abril del 2016,
en tanto hito de confluencia con los otros sectores del movimiento obrero
organizado, la marcha del 7 de agosto de San Cayetano a Plaza de Mayo por
Tierra, Techo y Trabajo, como hito de consolidación de su institucionalización
como referente de los movimientos sociales, el proceso de cabildeo y
posterior sanción de la Ley de Emergencia Social, las diversas protestas
posteriores a la sanción de la mencionada Ley con la intención de presionar

21
Por políticas neoliberales nos referimos al cambio reciente operado en el modelo de las políticas socioeconómicas,
en cuanto a la creciente transferencia de recursos del sector público al sector de capital concentrado, por un lado, y
por el otro una serie de políticas sociales, focalizadas y compensatorias como contracara del mismo proceso.
Creemos que existe una diferencia en cuanto al período anterior que comprende los años de gobierno de Néstor
Kirchner y Cristina Fernández, donde se pusieron en marcha una serie de políticas públicas tendientes a una
reparación parcial de derechos.

144
para que la misma sea ejecutada y, por último, la participación en el paro
general del 2 de mayo del 2017.
En dicho análisis procuraremos detectar los rasgos retóricos, temáticos y
enunciativos de sus estrategias discursivas al tratar los repertorios de lucha
de estas organizaciones (Bruno, 2016), el proceso de sindicalización
(Coelho, 2017) y el fenómeno de institucionalización conflictiva (Bruno,
2017) de estos colectivos sociales.
En una segunda etapa, de la cual aquí sólo haremos una breve mención, nos
adentraremos en los procesos de circulación ascendente y descendente de
estos hitos en las redes sociales.
Consideramos oportuno adentrarnos a futuro en estos repertorios, dado que
la emergencia de las TIC nos plantea nuevos modos de circulación de los
discursos y de construcción de agenda a través del uso de internet y, en
particular, de las redes sociales. Según una variedad de autores (Zunino,
2015; Aruguete,2015; Verón, 1997) la agenda setting (McCombs & Shaw,
1972) entendida como la capacidad de enfatizar en los asuntos que luego se
convierten en importantes para la opinión pública, se encuentra en un
proceso de cambio, gracias a la emergencia de las redes sociales (Facebook,
twitter, instagram, etc.). Desde la perspectiva de Carlón et all, la presencia
de estos “nuevos sistemas” caracteriza a esta sociedad hipermediatizada
(Verón, 1997) en una “nueva fase de mediatización” dada por la posibilidad
de que todos puedan publicar lo que desean, a través de “medios
personales” en la redes sociales, la cuales se relacionan de una particular
manera con los medios masivos tradicionales, que configuran una nueva
forma de circulación y desarrollo de los discursos sociales que está
generando un “cambio Comunicacional” (Carlón et all, 2016: 7). Esta nueva
forma de circulación discursiva será tenida en cuenta en una segunda etapa
de análisis, ya que consideraremos la circulación de estas noticias, a partir
de analizar los rebotes que cada una tendrá en dichas redes (circulación

145
descendente y luego circulación horizontal) y las posibles vueltas al circuito
de los medios masivos (circulación ascendente). Esto nos permitirá analizar
“los cambios de sentido que a lo largo de la circulación se fueron
produciendo” (op. cit.: 6).

El papel que juega el análisis discursivo en el proyecto de


investigación

La dimensión político pedagógica de los movimientos populares urbanos en


el AMBA., recorre un itinerario analítico que parte de “los procesos de
construcción social de sentidos que legitimaban e incitaban a la acción
colectiva” en movimientos populares urbanos de diferente matriz político
ideológica con inscripción territorial en el AMBA (Bruno, 2016), que se
reconocían de origen piquetero. El estudio comparativo de esos “procesos
enmarcadores” (Snow, 1986) podía aportar a la inteligibilidad de las
complejas y dinámicas reconfiguraciones político-ideológicas de la acción
colectiva durante el kirchnerismo. En este segundo proyecto, se abandonó la
metodología comparativa y se optó por estudiar el proceso de convergencia,
convivencia y negociación (y/o disputa) que supuso y supone la creación y
consolidación de esta organización de cuño reciente y carácter reivindicativo,
para posteriormente proceder sí a la comparación entre la propuesta
formativa de la CTEP y la de las organizaciones que decidieron su creación.
El acelerado proceso de sindicalización e institucionalización de la CTEP
requirió ampliar el eje de análisis hacia el Programa de Formación y al
proceso de “institucionalización conflictiva” en el que actualmente se
encuentra (Bruno et all: 2017, 96).

La incorporación de una metodología de análisis del discurso tiene como


principal objetivo reconocer las estrategias implementadas por los medios en

146
el tratamiento de las acciones colectivas realizadas por lxs trabajadorxs de la
economía popular, que hacen directamente a su proceso de
institucionalización conflictiva. Las noticias que integran el corpus refieren a
acciones de movilización e incidencia política en un momento en el que las
organizaciones que componen estos colectivos han ingresado a una nueva
etapa, de sindicalización, en la que su principal herramienta gremial se ha
sido la creación de instituciones, infraestructura y leyes para el sector
(Bruno et all, 2017: 90). Las huellas discursivas (Verón, 1987), que dan
cuenta de la vinculación a estos medios gráficos empresariales con sus
intereses políticos, económicos y culturales, mantienen una relación directa
con los modos en que se visibiliza al sector y a sus herramientas de
organización y formas de protesta.

Metodología del análisis: El corpus elegido y su utilidad para la CTEP

El corpus construido cuenta con un total de trescientos cuarenta y siete


notas, de las cuales cuarenta y siete corresponden a la edición digital de
Clarín, ciento cincuenta a La Nación y ciento cuarenta a Página 12.

El análisis socio semiótico que nos proponemos toma en consideración las


condiciones sociales de producción de los discursos de los medios, en tanto
los consideramos actores políticos, económicos y culturales, en el marco de
una sociedad hipermediatizada. De los diversos discursos, prestaremos
especial atención a las estrategias retóricas, temáticas y enunciativas para
presentar y representar las temáticas abordadas y a los actores
participantes como: el medio, los movimientos populares, el gobierno, los
partidos políticos, lxs empresarixs, etc. en los conflictos y acciones colectivas
diversas, desarrolladas durante el periodo correspondiente al corpus
delimitado. Las estrategias retóricas refieren al tipo de lenguaje utilizado en

147
la nota (coloquial, técnico, científico, pedagógico); aquellos apelativos
utilizados para nombrar a los diferentes actores individuales y colectivos;
adjetivos y adjetivaciones a partir del uso metafórico del sustantivo; clichés
y modismos, u otros elementos discursivos que dan cuenta de la
subjetividad del actor emisor/medio y que relacionan al emisor con su
condición de actor social y económico. Las estrategias temáticas se
manifiestan en la sección o suplemento elegido para la publicación de las
notas, lo que establece la vinculación del discurso con diversos campos del
conocimiento tales como las políticas sociales, el trabajo y lo sindical, etc.
Las marcas en dicha elección temática, relacionan al emisor con su
condición de actor social y económico. Lo enunciativo se manifiesta en la
página y cantidad de espacio que ocupa en la edición on line, sección o
suplemento, y el papel que juega el título, el uso de fotografía e infografía
en presentar al tema y a lxs actores sociales involucrados. A través de estos
recursos analizamos cómo median los intereses de estos medios
empresariales en la generación en la trama discursiva construida al tratar los
repertorios de protesta utilizados por la CTEP durante este período y su
proceso de sindicalización e institucionalización conflictiva. Dicho análisis,
consideramos que es estratégico para la CTEP, debido a que permite
reconocer las lógicas a través de las cuales estos poderosos actores políticos
económicos y culturales construyen la visibilidad pública de este colectivo y
sus acciones e inciden en la agenda política.

Las estrategias discursivas de los medios. El nuevo escenario en el


que se inserta la CTEP

La asunción de Mauricio Macri como Presidente de la Nación el 10 de


diciembre de 2015, generó las condiciones para que confluyan en la acción
colectiva, diversas formas de organización de los trabajadorxs, que durante

148
el período del kirchnerismo se habían fragmentado. Desde el comienzo de la
gestión del PRO, las cúpulas de mayor jerarquía de las organizaciones del
movimiento obrero han mostrado diversos gestos de unidad y, en ese
camino, se ha logrado la unificación de la CGT, a través de la creación de un
22
triunvirato de tres secretarios generales , y un acercamiento entre la CTA
de los Trabajadorxs y la CTA Autónoma. La CTEP, desde su creación en 2011
ha venido aumentando de manera sostenida su composición, pudiendo
aglutinar en su seno una diversidad de formas organizativas y orientaciones
político ideológicas, detrás de una agenda reivindicativa que ha contribuido a
su proceso de sindicalización y a su política de alianza con otros sectores de
trabajadorxs de la EP como la Corriente Clasista y Combativa (CCC) y el
Movimiento Barrios de Pie (MBDP). Por lo tanto podemos señalar una
tendencia a la unificación en la lucha de los trabajadorxs formales e
informales, pero un proceso aún inconcluso en la unificación orgánica de lxs
principales afectados por las políticas económicas y laborales del Gobierno
Nacional.

La participación en la marcha del 29 de abril de 2016 marcó el punto de


convergencia de la emergente CTEP con las centrales sindicales de
trabajadorxs asalariadxs anteriormente mencionadas. Por primera vez esta
organización de la economía popular participó como adherente y con un alto
perfil en un acto de esas características. Cabe recordar que la concentración
fue convocada primeramente por las tres CGT y luego se sumaron ambas
CTA y la CTEP.

22
Cabe señalar que al momento de crearse el corpus de análisis de la presente investigación, la estructura cegetista
había logrado la unidad mencionada. Hoy en día, si bien esa representatividad está en cuestión, las acciones
colectivas mantiene dicha “unidad en la acción” a través de la iniciativas de gremios de diferentes corrientes
internas, representaciones regionales y comisiones internas.

149
Este acto será el punto de partida de un proceso de creciente visibilización
de este actor social en los medios, en el marco de una creciente unificación
de todos los sectores sindicales en sus acciones colectivas.

Tratamiento de cada hito por cada uno de los medios

El día de lxs trabajadorxs

El tratamiento de la movilización del 29 de abril del 2016 por el día del


trabajador/a fue dispar entre los medios. La Nación elaboró durante el 29 y
el 30 de ese mes diez noticias referidas al tema desde la visión de diferentes
actores sindicales y políticos, en las que se omite mención alguna a las
multitudinarias columnas con las que participaron la CTEP, el MBDP y la
CCC. La noticia está centrada en el acto y caracteriza a la movilización como
“una masiva demostración de fuerza del sindicalismo”, haciendo solo
mención a las centrales de trabajadorxs asalariadxs. La crónica muestra una
23
foto de los líderes de las cuatro centrales en el palco del acto cantando el
himno nacional. La información se centra en el nivel de confrontación
planteado por cada líder en su discurso y las posibilidades de un paro
nacional, en caso de que el presidente Mauricio Macri vetara la ley anti
despidos, votada en el Congreso Nacional. Ese mismo día, complementa la
edición on line una noticia referida a que “​Los gremios del transporte
"garantizan el funcionamiento" de colectivos, trenes y subte​s”. Al día
siguiente se publican siete notas más. En la edición impresa se publica una
crónica del acto y otra centrada en la no participación de Luis Barrionuevo,
la cual es complementada con otra en la edición on line, que anuncia que
almorzaría al día siguiente con el presidente, “junto a delegados
gastronómicos”. En las cinco notas restantes de la edición on line de ese día,

23
Recordamos que en ese momento la CGT aún no había concretado su unificación y las dos CTA no han logrado
concretarlo de manera formal hasta el momento.

150
el medio publica noticias en las que reproducen declaraciones del Intendente
de Resistencia Jorge Capitanich” sobre “la angustia de los trabajadorxs que
han quedado desocupados” y la “preocupación” de los trabajadorxs
ocupados por perderlo, la referencia a la vuelta de Aníbal Fernández “a un
acto del sindicalismo”, el “reclamo de los partidos de Izquierda de un paro
general” y, nuevamente, Luis Barrionuevo aseverando que “no hay
posibilidad de ningún paro general”. En todas las noticias, entrevistas y
crónicas publicadas el medio mantiene un lenguaje predominantemente
técnico, sin utilizar adjetivos o apelativos y recurriendo al entrecomillado a la
hora de reproducir declaraciones, evitando términos que denoten
subjetividad. Las imágenes mostradas oscilan entre la del actor sindical o
político citado y las multitudes que participaron del acto.

La omisión se repite en el caso de Clarín a lo largo de las cuatro notas que


publica sobre el hecho. Sin embargo, en la crónica del acto, aparece una foto
que muestra a la columna de la CTEP en el centro de la escena.
Posteriormente aparece una nota de opinión firmada por Julio Blanck quien,
bajo el título “Enorme acto: quien quiera oír que oiga”, analiza que la
“Inflación, la suba de tarifas, el recorte del gasto público y la pérdida de
empleos forman parte del paquete que afecta de lleno a los sectores
populares, desde el trabajador sindicalizado hasta los millones de
compatriotas que subsisten gracias a la ayuda social.” Menciona a la CTEP
como una “organización incipiente pero vigorosa” y a los movimientos
sociales de una manera genérica. Las estrategias discursivas mantienen el
lenguaje técnico y evitan adjetivos y apelativos que den cuenta de
subjetividad, inclusive en la nota en la que se analiza la presencia del
kirchnerismo y el Partido Justicialista (PJ) en la marcha.

Contrariamente, en Página 12 la CTEP aparece como acompañante de la


movilización, e incluso, como si la marcha hubiera sido su presentación en

151
sociedad. En la nota principal del diario del día después del acontecimiento,
Nicolás Lantos marca la centralidad de la CGT como actor convocante, pero
destaca la presencia de la CTEP, al decir que "la convocatoria excedía
largamente el ámbito sindical, y hubo aportes importantes de sectores del
PJ, organizaciones kirchneristas y hasta partidos que forman parte del Frente
de Izquierda y los Trabajadorxs. También señala que “fue la presentación en
sociedad de la Central de Trabajadorxs de la Economía Popular, una
iniciativa del Movimiento Evita para representar a trabajadorxs informales y
de cooperativas.” En ese mismo sentido, la columna de opinión de Mario
Wainfeld destaca dicha centralidad, incorporando también la premisa por la
cual la CTEP decidió movilizarse en aquella oportunidad. “Todas las
vertientes del peronismo, las centrales autónomas, expresiones de la
izquierda... La CTEP, que aspira a representar a la enorme cantidad de
informales, también cubre varias cuadras. ”

Se observa la presencia de títulos que evidencian la estrategia enunciativa


del medio, al enfatizar en el rol de las centrales obreras como defensoras del
empleo y la magnitud de la convocatoria de la CTEP como aspirante a ser la
representante de “lxs informales”.

A San Cayetano por tierra, techo y trabajo

En la marcha del 7 de agosto de San Cayetano a Plaza de Mayo, por Tierra,


Techo y Trabajo, entendemos que se consolida la instalación de la CTEP
como referente de los movimientos sociales. Dichas coberturas tuvieron
como elemento relevante en su enunciación la serie de noticias y entrevistas
realizadas durante los días previos, a partir de la carta que el Papa Francisco
había enviado al Jefe del Episcopado Monseñor Arancedo, donde se

152
problematiza sobre el aumento de la desocupación y la importancia del
trabajo como estructurador social.

En lo referido al tratamiento mediático del pronunciamiento del Papa, La


Nación publica en su edición impresa una noticia firmada por Elisabetta
Piqué, en la que resalta desde el título que “El Papa alertó por los índices
"significativamente altos" del desempleo en la Argentina”. La noticia es
encarada utilizando la estrategia retórica de reproducción de las
declaraciones del papa y la Casa Rosada al respecto, intentando generar un
criterio de objetividad. La CTEP aparece en el cierre de la nota, luego de la
mención al saludo del pontífice en vísperas de la festividad de San Cayetano
y aludiendo a la movilización prevista para ese día, el diario reproduce la
declaración de la Iglesia que dice: "La Iglesia no organiza la protesta. Pero
no podemos negarnos a que la gente se pronuncie".

Clarín publica la noticia bajo el título “El Papa advierte que el desempleo en
Argentina es "significativamente alto".” La estrategia retórica en este caso
incorpora un ingrediente pedagógico que intenta enmarcar el sentido de la
declaraciones del pontífice al encabezar la nota diciendo: “En momentos de
una mejora en el clima de la relación entre el Papa y el Gobierno…”
Posteriormente la estrategia se profundiza en el mismo sentido al aclarar
que “fuentes cercanas al pontífice consideraron que el señalamiento no debe
reducirse a un cuestionamiento al actual gobierno, ya que no dijo que los
índices “son” altos, sino que “siguen siendo” altos.”

Apelando a la misma estrategia, pero en un sentido contrario, Página 12


publica una nota escrita por Laura Valdés que, respecto de la desocupación,
señala que se “advirtió que “los índices de desocupación son
significativamente altos”.

153
La distinta mención que cada medio hizo sobre la misma carta anticipa el
modo cómo se desarrolla luego el tratamiento mediático de la marcha de
San Cayetano.

La Nación, sin mencionar al gobierno aunque dando continuidad metonímica


a las declaraciones del Papa, un día antes de la marcha publica una columna
de opinión escrita por Juan Grabois, dirigente de la CTEP conocido por su
relación con Francisco. En dicha columna el referente del Movimiento de
Trabajadorxs Excluidos (MTE), bajo el título “Tierra, techo, trabajo” escribe
una nota de claro discurso pedagógico, a través de la cual fundamenta las
razones de la marcha.

En paralelo, complementa el relato sobre la marcha, entrevistando a Gildo


Onorato (CTEP), junto con Daniel Menéndez, de MBDP y Eduardo Belliboni,
del Polo Obrero, quienes aparecen en una foto en plano americano. La
noticia se mantiene en la estrategia discursiva del medio y se encuadra
temáticamente en la relación con el Gobierno al señalar el anuncio de que
“las organizaciones sociales anticipan tiempos de conflicto”. De esta manera
el medio refuerza su estrategia de generar un efecto de objetividad y
equilibrio al otorgarles espacio a lxs protagonistas para que elaboren su
propio discurso.

Respecto de la cobertura de la marcha, La Nación publicó cuatro notas


temáticamente disímiles pero manteniendo las mismas estrategias retóricas
y enunciativas que en la manifestación por el día de trabajo, mientras que
en la crónica enuncia la relación conflictiva con el Gobierno a través del título
“Organizaciones sociales y gremios marcharon contra el Gobierno a Plaza de
Mayo y exigieron un "comité de crisis"”, en los siguientes días señalan a
través de dos títulos sobre la “Queja de los fieles por la invasión de la
política” y finalmente, en un tono más analítico, “Las organizaciones
sociales, lejos de Cristina y cerca del Papa”, apelativo utilizado por el

154
editorialista Carlos Pagni, que desplaza en este caso al término “piquetero” y
que refuerza desde el punto de vista enunciativo y retórico un análisis
tendiente a “levantar como bandera la imagen del Papa Francisco” y señalar
el “clientelismo” al que el Gobierno de Néstor y Cristina Kirchner habían
sometido a los movimientos sociales.

En el caso de Página 12, se utiliza el género entrevista para enunciar el


sentido de la marcha, siendo el entrevistado el dirigente del Movimiento
Evita Gildo Onorato, Secretario de Políticas Sociales de la CTEP. En este caso
se apela a un discurso que oscila entre lo pedagógico e informativo, a través
del cual explica que: “la estrategia es "(...) poner en la agenda la situación
de deterioro de los sectores más humildes de la clase trabajadora. “Hoy ya
no estamos peleando sólo por el trabajo con derechos, sino que volvimos a
pelear contra el hambre: estamos abriendo comedores y merenderos. En
cuanto a la cobertura de la marcha, el diario focaliza en el contexto en el
cual se desarrolla la marcha: las notas principales de ese mismo día apuntan
a mostrar los índices de caída del empleo y la situación laboral. Acompaña la
marcha elaborando una crónica en el mismo día, y luego la amplía al día
siguiente, con otra crónica y cinco subnotas relacionadas: para la misma
utiliza un discurso informativo que ilustra la variedad de sectores que buscan
oponerse a las políticas oficiales, estrategia retórica que evidencia la clara
oposición del medio a la política económica del macrismo.

Finalmente observamos como Clarín, por su parte, omite mencionar a la


CTEP, suplantándola por el apelativo “movimientos sociales” y, por
momentos, “gente” bajo el título “En San Cayetano se estira la fila, con “más
gente y menos plata”. Posteriormente refuerza su estrategia enunciativa
mencionando en el título de la siguiente nota el “fuerte mensaje de la Iglesia
contra la desocupación” y finalmente pone en su lugar al “PJ y
organizaciones kirchneristas”.

155
Por una Ley de emergencia social y laboral

En cuanto al proceso de cabildeo, movilización y posterior sanción de la Ley


de Emergencia Social, cabe mencionar que la CTEP, durante los meses
previos, participó de una multiplicidad de protestas que oscilaron entre el
clásico piquete y olla popular para denunciar la situación social, en
articulación con el MBDP y la CCC, y la participación articulada con la CGT y
la CTA en la Marcha Federal.

La Nación desarrolla numerosas coberturas del repertorio de acciones


colectivas que abarcan, desde piquetes y ollas populares en “reclamo por
medidas”… a la participación en la Marcha Federal, el proceso de articulación
con la CGT y el largo proceso de negociación con el Estado Nacional y los
legisladores nacionales para sancionar la Ley de Emergencia Social. La
secuencia comienza con una columna de análisis escrita por ​Marcelo Silva de
Sousa​. En un tono informativo y neutro hace un análisis de cómo están
configurados los movimientos sociales que vienen llevando adelante
protestas. La CTEP es mencionada como la más numerosa. El autor evita
términos y frases subjetivantes y utiliza las declaraciones de otros
dirigentes. “En los últimos meses ha sido claro el acuerdo con esa
organización. Este gobierno replica el modelo de cooptación política del
kirchnerismo”, La cita de Eduardo Belliboni, referente del Polo Obrero es
utilizada como un recurso enunciativo para encuadrar la relación
Estado-CTEP. Posteriormente, señala “la buena sintonía” de algunos
dirigentes “piqueteros”, como el caso de Emilio Pérsico, con la Ministra
Stanley. La secuencia de notas continúa con las referidas a la participación
en la Marcha Federal organizada por la CTA. La primera es una crónica
titulada “Un corte y un acampe en Puerto Madero anticipó la Marcha Federal
que concluye hoy”. Escrita el mismo día de la marcha, la crónica, utiliza las

156
mismas estrategias discursivas desarrolladas por el medio hasta el
momento. La CTEP es mencionada como una de las organizaciones
participantes de la marcha federal, la cual es calificada como “procesión”. El
paralelismo construido por el diario de la familia Mitre entre la marcha
Federal de 2016 y la de 1994 se hace más enfático al incorporar al piquete
como parte de los repertorios utilizados en dicha acción colectiva, mientras
que la confluencia entre docentes, trabajadorxs estatales, “piqueteros” y
demás trabajadorxs refuerza la construcción de la metáfora Piquete. En
tercer término, el diario publica tres noticias que dan cuenta del intenso
proceso de negociaciones llevado a cabo por la CTEP durante este período
previo a la sanción de la Ley de emergencia social. La primera es una noticia
cuyo copete señala “se tensa la cuerda entre la ​nueva CGT y el gobierno de
Mauricio Macri​”. Mantiene el lenguaje informativo y el entrecomillado. La
reunión es caracterizada como una reunión con los “flamantes líderes de la
CGT” quienes “serán anfitriones de las organizaciones sociales que más
piquetes y protestas sociales motorizaron contra la Casa Rosada en los
últimos meses”. Posteriormente, bajo el subtítulo "En nuestro comité central
confederal del 23 de septiembre podría decidirse un paro" se reproduce una
entrevista a Schmid. El cierre de la nota es encabezado con el subtítulo
“Barrios de Pie vuelve a instalar ollas populares”, informándose en el mismo
tono acerca de las ollas populares realizadas por la organización. Las dos
siguientes son crónicas que relatan cortes y ollas populares en reclamo por
medidas que solucionen la “emergencia social”. Dicho relato se interrumpe
cuando la protesta involucra a los productores hortícolas de la Unión de
Trabajadorxs de la Tierra (UTT) y del Movimiento Nacional Campesino
Indígena (MNCI). La cobertura del llamado “Verdurazo” relata una crónica de
la entrega de veinte mil kilos de verdura en Plaza de Mayo, informando
sobre la situación de los productores pero soslayando la pertenencia de
ambas organizaciones a la CTEP. Estrategia enunciativa que pareciera

157
separar la acción del “piquetero”, asociada al desocupado, con la del
“productor”. Hacia finales de septiembre el medio retoma el relato de las
negociaciones, a través de la cobertura de varios encuentros de la dirigencia
de la CTEP con organizaciones sindicales, la Iglesia, y legisladores
opositores. En dichas noticias se mantienen las estrategias discursivas de las
notas anteriores. Sin embargo, a medida que avanzan los encuentros, el
apelativo “triunvirato piquetero” se hace más recurrente, al referirse a la
alianza entre la CTEP, el MBDP y la CCC a la hora de llevar acciones de
cabildeo y protesta en torno a la Ley de Emergencia social.

En el caso del Diario Clarín, la estrategia enunciativa que encuadra a la CTEP


con el “piqueterismo”, el “clientelismo” y el “Kirchnerismo” se afianza. Las
cinco noticias que desarrolla el diario en su edición on line se centran en las
negociaciones con el gobierno y la alianza con la CGT y la oposición. Sin
embargo, al llegar a la cobertura de las sesiones de votación en la Cámara
de Diputados y de Senadores, “la ausencia de los K”, y el “acuerdo con el
gobierno en torno a la ley de emergencia social” ponen en crisis el relato,
quedando sólo información contradictoria respecto del proceso de
negociación e incidencia de la CTEP en torno a la sanción de la ley y
apelativos estigmatizantes asociados al clientelismo y el piqueterismo.

Por su parte, la cobertura desarrollada por el diario Página 12 hace una


vinculación directa entre el impacto que tuvo la marcha de San Cayetano, y
el impulso de los siguientes meses en el desarrollo de las negociaciones
necesarias para llegar, el 7 de diciembre de 2016 a la media sanción de la
Ley por parte de lxs diputadxs, y una semana más tarde la media sanción
por parte de lxs senadorxs. El diario hace mención del vínculo directo entre
la CTEP y la Ley de Emergencia desde el 25 de agosto, en donde se hace
referencia a una reunión para reclamar por dicha ley, en la cual se enuncia

158
otra vez una de las reivindicaciones elementales de la CTEP: el salario social
complementario que permita alcanzar el salario mínimo vital y móvil.

Una variedad de notas acompañan el tratamiento que este diario hace del
cabildeo y posterior sanción, que incluye extensas noticias en las partes
24
principales del diario, entrevistas a algunos de lxs referentes de la Central ,
notas de opinión que marcan la línea editorial del diario, entre otras. Incluso
sin mencionar a la central, hay una referencia directa a lxs sectores que la
CTEP pretende representar.

Es relevante señalar que no hay títulos estigmatizantes a lo largo de todo el


recorrido, sino que oscilan entre descripciones relativamente objetivas, al
reponer parte del discurso informativo que pone el énfasis en las políticas
del macrismo como la causa del deterioro social. Por otra parte, en la
presentación del proyecto de Ley es la CTEP quien aparece como la
25
impulsora del mismo y, a lo largo de todo su tratamiento, el medio, al igual
que La Nación, pretende referenciar a ésta, junto con la CCC y Barrios de Pie
como parte de “Triunvirato”, en vínculo directo con el triunvirato de la CGT.
Es importante remarcar que, a lo largo de las notas pueden observarse
varias de las reivindicaciones gremiales que forman parte de los principios y
bases ideológicas que supieron dar forma a la CTEP: “El texto promueve la
creación de un millón de nuevos empleos por parte del Ministerio de
Desarrollo Social. Para lo inmediato, dispone además que la Asignación

24
En la edición del domingo 28 de agosto le realizan una entrevista a Lucila de Ponti, diputada por el Movimiento
Evita: https://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-307963-2016-08-28.html, donde menciona el proyecto de ley.
En la nota se la menciona como militante de la CTEP.

25
Según el medio “la iniciativa salió de las tres organizaciones que el 8 de agosto convocaron a la marcha de San
Cayetano: la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP), la Corriente Clasista y Combativa y
Barrios de Pie. A través de varios diputados, desde principios de año ya habían ingresado proyectos similares que
quedaron a medio camino. Tras la movilización a la Plaza de Mayo, las organizaciones se dieron el trabajo de
intensificar su campaña; con el respaldo de la CGT, de las dos CTA y de la Pastoral Social de la iglesia, tuvieron
reuniones con legisladores del FpV, el Peronismo para la Victoria, el Frente Renovador, el Frente Progresista y el
socialismo. También hablaron informalmente con el Bloque Justicialista”, en
https://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-309521-2016-09-16.html

159
Universal por Hijo y la Asignación por Embarazo tengan un aumento del 15
por ciento para compensar la inflación. Y propone que se fije un salario
social complementario para lxs trabajadorxs informales, lxs más vulnerables
frente a la recesión”.

La estrategia desplegada consiste, según las crónicas del diario, en combinar


por un lado movilizaciones y negociaciones en un marco de acercamiento a
la CGT; y a la apertura de una mesa de diálogo con el gobierno central. Esto
último denota otra de las consecuencias que trajo consigo la Marcha de San
Cayetano: creemos que la CTEP, así como la CCC y Barrios de Pie, se
posicionaron como actores insoslayables en las negociaciones tendientes a
sostener el esquema de “protección social heredado del kirchnerismo”. El
diario hace varias referencias a este rol preponderante, y al acercamiento
con el Ministerio de Desarrollo Social.

La ley obtiene una media sanción por parte de lxs diputadxs el 7 de


diciembre del 2016, con 227 votos a favor, 4 abstenciones (FIT), y un voto
en contra. Desde Página 12 se hizo hincapié en la nota de ese día en el
hecho de que este proyecto “fue arrancado por las organizaciones sociales a
través de la movilización”, además de enfatizar el “marco institucional” que
la ley habilitaría, de concretarse la media sanción de senadorxs.

Una semana más tarde se concreta la media sanción por parte de lxs
senadorxs, y allí la nota del diario pone a la CTEP como impulsora del
proyecto, respaldado por la CGT.

Por la aplicación de la ley de emergencia social y hacia un paro nacional

Tanto las diversas protestas posteriores a la sanción de la mencionada Ley


de Emergencia Social como la participación en el paro general del 2 de mayo
del 2017 son tratados discursivamente por La Nación de la misma manera

160
que lo ha hecho en los hitos anteriores. El apelativo “triunvirato piquetero”
se mantiene, al mismo tiempo que se mantienen las estrategias discursivas
de entrecomillado de declaraciones de dirigentes y el uso de un leguaje que
oscila entre lo técnico, lo informativo y lo pedagógico. Las veinte notas que
involucran este hito, mezclan desde el punto de vista temático, el reclamo
particular del “triunvirato piquetero” o, a veces, los “movimientos sociales”
por la aplicación de la ley de emergencia social y el proceso de debate entre
los sindicatos que integran la CGT y la CTA en torno al paro general del 2 de
mayo, dentro del cual la CTEP se torna una organización participante.

También Clarín da continuidad a su estrategia discursiva en el tratamiento


de este hito. El uso de recursos retóricos y enunciativos estigmatizantes se
afianza a partir de la combinación del apelativo piquetero con el uso de la
palabra piquete, al hacer mención a las ollas populares organizadas en
reclamo por la aplicación de la Ley de Emergencia Social. En cuanto la
articulación con la CGT en el largo proceso que llevó al paro nacional del 2
de mayo la estrategia se mantiene.

La mencionada continuidad también se visualiza en Página 12. Sin embargo,


desde el punto de vista temático, el medio enriquece la agenda de los
“trabajadorxs de la economía popular” o “trabajadorxs informales”, términos
que se van haciendo más recurrentes nota tras nota. El diario incorpora en
su ediciones online e impresas una dimensión más analítica de la acciones
de protesta, al adentrarse en la realidad de este sector, a partir de la
investigación, respecto de la situación de lxs trabajadorxs hortícolas, el rol
de las mujeres en el “trabajo informal” y demás cuestiones que hacen un
discurso que oscila entre lo técnico, lo informativo y lo pedagógico.

Los repertorios de acción colectiva, la sindicalización y la innovación


organizacional de la CTEP en las estrategias discursivas de los tres diarios.

161
A lo largo de las noticias, crónicas y entrevistas analizadas en los tres
medios, se observa un seguimiento creciente y detallado de las acciones de
protesta, negociación y cabildeo desarrolladas por la CTEP durante el período
que abarca el corpus elegido. Sin embargo, las estrategias discursivas
elaboradas por cada medio muestran particularidades.

Repertorios de acción colectiva e incidencia en políticas públicas

En el caso de La Nación se evidencian títulos y bajadas tendientes a reponer


el discurso estigmatizante sobre la protesta callejera (el piquete). Sin
embargo, hay un desarrollo muy detallado de la información en torno a
reuniones técnicas con funcionarios, entrevistas a dirigentes y análisis de las
continuidades y cambios de las políticas sociales que van desde lo más
técnico orientado a problematizar la situación social, las políticas sociales
que implementan las organizaciones de la CTEP en sus territorios y el
impacto de dichas políticas en el presupuesto nacional.

Clarín, por su lado, apela a una estigmatización más directa en torno al


piquete como acción de protesta. Su estrategia busca construir un
contradestinatario (Verón, E., 1987a: 17-18, 1987b, 1995) asociado al
Partido Justicialista y fundamentalmente, al kirchnerismo, como reproductor
de dichas relaciones clientelares heredadas y como el colectivo que está
fogueando las protestas. Creemos que el hecho de que la CTEP no sea
llamada por su nombre en casi ninguno de los hitos antes mencionados
valida esta afirmación. Ni en la cobertura del día del/a trabajador/a, ni en la
marcha de San Cayetano Plaza de Mayo se encuentra nombrada, muy por el
contrario, se suplanta su nombre por el de “gente”, “organizaciones
kirchneristas” o piqueterxs. En el mismo sentido, en las columnas de
opinión, ese recurso retórico se pone en tensión con datos y comentarios
que hablan de una situación social compleja, lo cual resalta una distancia

162
crítica con el gobierno que deja un halo de expectativa respecto de qué va a
hacer al respecto el nuevo gobierno.

En el caso de Página 12, el tratamiento de los repertorios de protesta se


realiza apelando a estrategias discursivas que enfatizan la grave situación
socioeconómica de lxs trabajadorxs y, en segundo lugar, a un análisis de la
CTEP como colectivo social y gremial, incorporando un discurso técnico y
pedagógico que intenta entender y explicar el fenómeno emergente de la
CTEP y la economía popular en general.

Sindicalización y la innovación organizacional

En el caso de La Nación, no aparece ninguno de los temas en ninguna


mención. A medida que avanza el proceso de reclamo de la CTEP por la ley
de emergencia social los apelativos “triunvirato piquetero”, “piqueteros”,
“piquetes”, etc. va desplazando a “movimientos sociales”. Se enfatiza con
bastante recurrencia en la alianza con la CGT, incorporando información y
reproduciendo declaraciones de Schmid que los incluye con una agenda
propia dentro de los reclamos de la totalidad de lxs trabajadorxs. Es
relevante ver la distancia entre los títulos más tendientes a la
estigmatización (abunda la palabra piquetero) y la información desarrollada
en el cuerpo de la nota, más neutra y técnica. La posible creación de la
OSTEP (Ver Capítulo 6 de este libro) es presentada como un intercambio
(“toma y daca”) de favores entre gremios de la CGT y la CTEP que posibilitan
su implementación.

En el caso de Clarín las estrategias discursivas ponen siempre el eje en la


asociación con el kirchnerismo y la oposición política. Por lo tanto, en la
mayoría de las noticias, crónicas y entrevistas desarrolladas, el proceso de
institucionalización conflictiva sólo es problematizado como parte de una

163
cuestión social mal atendida por el gobierno anterior a través de vínculos
clientelares, la cual es heredada por el actual gobierno. La única mención a
la sindicalización es hecha bajo el título “El regalo del Gobierno K a Macri”, al
referir al reconocimiento sindical de último momento concedido a este
colectivo por parte de Carlos Tomada.

Por su parte, Página 12, utiliza un discurso técnico y pedagógico que intenta
explicar esta nueva organización gremial, su composición y los desafíos a los
que se enfrenta. Las coberturas de las acciones colectivas, por su lado,
señalan tanto el deterioro de la situación de lxs trabajadorxs como la intensa
movilización. Pero al mismo tiempo, las columnas de opinión buscan reponer
un discurso técnico y pedagógico que intenta explicar este nuevo fenómeno,
recurriendo en muchos casos a reponer desde aquellas notas una gran
cantidad de las premisas que la CTEP enarbola en sus propios cuadernillos
de formación.

Algunas consideraciones provisorias

Luego de este primer análisis podemos reconocer con claridad la utilización


de estrategia retóricas, temáticas y enunciativas diferentes en cada medio.
Tanto en la forma de tratar los repertorios de la acción colectiva, como de
dar cuenta del proceso de sindicalización e institucionalización conflictiva de
la CTEP. Hasta este punto hemos podido reconocer que mientras Clarín
apunta a la estigmatización de este colectivo, construyendo una metáfora
asociada al “piqueterismo” y el “clientelismo”, en alusión directa con el
kirchnerismo, al mismo tiempo abona a la construcción de un perfil de lector
profundamente contrarix a estos dos sectores y por ende al sindicalismo en
general. El recorrido de sus notas –notoriamente pocas en comparación a los

164
otros dos medios- pretende en algún sentido pasar por alto la singularidad
de la CTEP.

Por su parte, creemos que La Nación construye un sentido estigmatizante


mucho más moderado, poniendo en juego una línea de análisis más
compleja, remitiéndose al lenguaje técnico/científico y uso de las
declaraciones entrecomilladas de lxs dirigentes, intentando construir un
sentido de objetividad, que se apoya en datos concretos y pretende mostrar
información, y no necesariamente opinión. La búsqueda de la información lo
diferencia de Clarín en el sentido que, si bien notamos disparidad entre
titulares por momentos estigmatizantes y notas ricas en contenido, se
construye al lector como prodestinatario que puede comprender la
progresiva importancia de actores novedosos como la CTEP, sin la necesidad
de compartir la misma mirada. Un lector interesadx por la información
pretendidamente objetiva.

En contraposición a ambos medios, Página 12 parece construir un discurso


técnico, analítico y pedagógico con el marcado fin de, comprender junto a
lxs lectorxs este nuevo fenómeno social y sindical y sentar una clara posición
contraria al gobierno. Construye en este sentido un perfil de lector pro
destinatario, que puede tener empatía con la CTEP como representante de
lxs informales e identificarse con su lucha..

A partir de este análisis, podemos encontrar, provisoriamente, un punto


común en las estrategias discursivas de los tres medios: dado el nivel de
fragmentación de lxs lectorxs, los públicos hacen al discurso de cada uno.
Creemos que es por tales causas, que es posible encontrar estrategias tan
diferentes unas de otras.

Sin embargo existen aspectos importantes a señalar, al momento de


considerar analíticamente la institucionalización conflictiva y el proceso de
sindicalización de los colectivos que integran la CTEP. La estrategia

165
estigmatizante construida alrededor de las palabras “piqueterx”,
“clientelismo” y “kirchnerismo”, clausura toda posibilidad de elaborar una
valoración positiva de algún tipo de institucionalización. De manera
recurrente en el caso de Clarín y a través de ciertos titulares y análisis de
editorialistas por parte de La Nación, la metáfora del “piqueterx/planerx”,
subsidiado por el Estado a través de “planes” destituye a estxs trabajadorxs
organizadxs de la legitimidad relacionada con su condición de ciudadanxs y,
por lo tanto, de todo derecho, inclusive el de la protesta. Es a partir de ese
punto de partida que su condición de trabajador/a también es borrada y, en
todo caso, restituida de manera solo parcial a ser nombrado bajo el genérico
y académico término “movimientos sociales”, que le aporta cierto sentido
objetivante, y propone al prodestinatario lector un discurso técnico científico,
pero previamente desarticulado del término “derecho”, el cual no es
mencionado por ninguno de los tres medios. Sin embargo la valoración es
diametralmente opuesta cuando la noticia involucra al mismo sujeto bajo el
apelativo “productor”. Tales son los casos de las crónicas referidas a los
26
“verdurazos”, cuando los mismos huerterxs y campesinxs sindicalizadxs
ofrecen verduras gratis a la población como medida de protesta. Es en esos
casos cuando se borra el apelativo piquetero, las palabras plan y
clientelismo, dando lugar a un universo discursivo asociado a quien trabaja
con el sudor de su frente y produce algo necesario y útil para la sociedad,
acompañado con anécdotas que apelan a un lenguaje emotivo. El pro
destinatario construido por Página 12, es instruido bajo un discurso
predominantemente pedagógico, en donde la dimensión técnica analítica
busca conocer, comprender y analizar este nuevo colectivo social. Apelativos
como “movimientos sociales”, “trabajadorxs informales” “organizaciones
sociales”, “trabajadorxs de la economía popular” se articulan en una trama

26
​Nos referimos a lxs trabajorxs huerterxs y campesinxs agrupados en la Unión de Trabajadores de la Tierra (UTT)
y en el Movimiento Campesino Indígena (MNCI). Ambos integrantes de la CTEP.

166
que busca comprender y explicar el fenómeno, partiendo de una valoración
positiva de la tradición piquetera de estos colectivos.

Finalmente, cabe considerar como un elemento relevante en los tres casos


una tendencia marcada a las estrategias discursivas estigmatizantes o
apologéticas en los titulares, epígrafes y uso de imágenes. Rasgo retórico
que marca una adecuación a los hábitos de lectura de sus lectorxs, tendiente
sólo a lectura de titulares. En tales casos, es posible ver información en los
cuerpos de las noticias que, muchas veces, marcan cierta tensión con la
información del título.

Dados los resultados iniciales de este análisis de medios, resulta necesario


salir de lxs lectorxs fidelizados por cada uno y entrar en el análisis de las
tramas discursivas construidas a través de los rebotes de los discursos de
los grandes medios empresariales en la redes sociales, cómo fenómenos
descendente y analizar los fenómenos que logran ingresar en los grandes
medios en un proceso ascendente (Carlón, 2016). De esta manera podremos
dar cuenta como la CTEP es construida como sujeto social económico y
político en todos los medios audiovisuales del siglo XXI.

Referencias

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