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Requisitos generales para matrimonios

Para contraer matrimonio en la República Dominicana, los contrayentes deben haber


cumplido una edad mínima reglamentaria (16 para el hombre, 15 para la mujer), estar
legalmente solteros, y deben otorgar su libre consentimiento para la unión. El no
cumplimiento de uno de estos requisitos puede traer como consecuencia la invalidación
del matrimonio por parte de las autoridades dominicanas.

En adición, los extranjeros que desean contraer matrimonio en la República Dominicana


deben presentar los siguientes documentos:

 Pasaporte original y copia de la página de la información biográfica de dicho


pasaporte;
 Copias de los últimos sellos de entrada
 Prueba de la residencia Dominicana (si no es residente de la Republica Dominicana
debe pagar una tarifa adicional y debe presentar su tarjeta de turista)
 Declaración jurada ante un notario público, afirmando su soltería y elegibilidad
para casarse; la declaración jurada luego necesita ser legalizada en las oficinas de
la Procuraduría General de la República. Si la declaración jurada se hace ante un
notario de los EE. UU., esta luego necesita ser legalizada en el Consulado
Dominicano más cercano en los EE. UU. (En el pasado, la Embajada de los EE. UU.
permitía a los ciudadanos estadounidenses hacer esta declaración jurada de
elegibilidad para casarse (carta de soltería) ante un Oficial Consular. La Embajada
ha descontinuado esta práctica hace ya algunos años, debido a que Oficiales Civiles
locales interpretaban este documento como un certificado de que la Embajada
había verificado el contenido de dicha declaración de elegibilidad, cuando el Oficial
Consular únicamente actuaba como testigo de que el individuo en cuestión había
hecho dicha declaración. Los ciudadanos estadounidenses que necesiten llenar
dicho requisito, deben presentarse ante un Notario Público Dominicano – como se
explica arriba.)
 Copia de su certificado de nacimiento y traducción legal del dicho certificado; las
Autoridades Centrales tanto en Estados Unidos como en la República Dominicana
ahora autentican sus propios documentos públicos, como certificados de
nacimiento, defunción o matrimonio, con un certificado de apostille (nombre de la
estampilla de autenticación).
 Si es divorciado, copia del certificado de divorcio y traducción legal de dicho
certificado;
 2 testigos (No familiares).
 En adición, las leyes dominicanas requieren que se haga una publicación del
matrimonio con antelación a la celebración de la ceremonia.

Tarifas

Celebración de matrimonios en la Oficialía Civil:

Ambos, el novio y la novia son extranjeros no residentes en la República Dominicana – RD


$20,000.00

Uno de los dos es extranjero no residente en la República Dominicana – RD $10,000.00


Ambos, el novio y la novia son extranjeros residentes en la República Dominicana – RD
$3,000.00

Celebración de matrimonios fuera de la Oficialía Civil (Si el Oficial Civil se traslada a


cualquier lugar fuera de la Oficialía Civil a celebrar el matrimonio):

Ambos, el novio y la novia son extranjeros no residentes en la República Dominicana – RD


$20,000.00

Uno de los dos es extranjero no residente en la República Dominicana – RD $15,000.00

Ambos, el novio y la novia son extranjeros residentes en la República Dominicana – RD


$10,000.00

Tipos de matrimonios

Los matrimonios en la República Dominicana caen dentro de una de dos categorías:

Matrimonios “Canónicos” son aquellos llevados a cabo por la Iglesia Católica Apostólica
Romana. Seguido a la ceremonia, la Iglesia asume la responsabilidad del registro del
matrimonio con las oficinas gubernamentales correspondientes.

Los matrimonios celebrados en otras denominaciones religiosas diferentes al Catolicismo


Romano son legales y permitidos. Sin embargo, solo la Iglesia Católica Apostólica Romana
tiene la potestad de registrar los matrimonios directamente. En el caso de matrimonios
celebrados en otras denominaciones, ambos contrayentes deben presentarse ante el
Oficial del Registro Civil para legalizar el matrimonio. Los detalles respecto a este
procedimiento se especifican a continuación en la sección “Matrimonios Civiles”.

Matrimonios Civiles

El matrimonio en la República Dominicana es un contrato civil entre un hombre y una


mujer que han accedido libremente a casarse y que están en plena capacidad de
hacerlo. Para contraer matrimonio en la República Dominicana, el hombre y la mujer
deben cumplir con los siguientes requisitos:

Las partes deben expresar su libre consentimiento para la unión;

 Los hombres entre 16 y 18 años de edad, o las mujeres entre 15 y 18 años de edad,
pueden contraer matrimonio con el consentimiento de sus padres. El
consentimiento debe ser por escrito y notariado, a menos que la persona que deba
dar dicho consentimiento lo haga mientras asiste a la ceremonia; y
 Los hombres menores de 16 años y las mujeres menores de 15 años no pueden
casarse, aun con el consentimiento de los padres, pero el Juez puede otorgar una
dispensa por razones atendibles.
 No se puede contraer matrimonio antes de la disolución de un matrimonio
precedente. La mujer divorciada no puede contraer nuevo sino hasta diez (10)
meses después de que el divorcio haya llegado a ser definitivo, a menos que su
nuevo marido sea el mismo de quien se ha divorciado.
 El Oficial del Estado Civil, al momento de la celebración del matrimonio, puede
dispensar a los contrayentes de cualquiera de estos requisitos por razones
atendibles. Dicha dispensa debe hacerse por escrito explicando sus causas y debe
hacerse constar en el certificado y acta de matrimonio.
 El Oficial llevará a cabo la ceremonia en presencia de las partes involucradas, y de
los testigos requeridos. Durante la ceremonia, el Oficial del Estado Civil les
preguntará a los contrayentes, así como a los testigos y demás personas que
autoricen el matrimonio, si se ha celebrado algún contrato entre ellos, y en caso
afirmativo, que indiquen la fecha del mismo y el nombre del Notario ante quien se
efectuó.
 El acta de matrimonio deberá contener los nombres y apellidos de los
contrayentes, su consentimiento, la declaración de que han quedado unidos por
dicho vínculo y la fecha del acto. Este acto será firmado por el funcionario
actuante, por los contrayentes y testigos, y posteriormente se procederá a la
inscripción del matrimonio en los registros del estado civil correspondiente.
 El matrimonio civil se disuelve por el divorcio o por la muerte de uno de los
cónyuges.

Regímenes de propiedad matrimonial

En principio, todo matrimonio de personas domiciliadas en República Dominicana se


presume contraído bajo el régimen de comunidad legal. Por consiguiente, cualquier otro
régimen distinto del de derecho común, deberá ser previamente acordado por las partes y
probarse su elección ante el Oficial del Estado Civil. La ley dominicana dispone una serie
de regímenes matrimoniales y al mismo tiempo les permite a las partes, tanto escoger
entre los regímenes existentes como modificarlos contractualmente antes de celebrar el
matrimonio, e inclusive formular su propio régimen matrimonial con sujeción a los
principios establecidos en la ley. Cuando las partes optan por un régimen diferente al de
comunidad (como el régimen de separación, explicado en la página 4), deben hacerlo
constar por escrito y ser aprobado por oficiales del gobierno dominicano.

Los Regímenes de comunidad

1. Comunidad Legal: Este es el régimen de propiedad más comúnmente utilizado en la


Republica Dominicana. Se caracteriza por la presencia de tres rasgos esenciales:

 La existencia de tres grupos de bienes: — Los bienes comunes, los bienes propios
de la mujer, y los bienes propios del marido.
 Bajo el régimen de “comunidad legal”, todos los bienes muebles y gananciales
mobiliarios, así como los bienes inmuebles adquiridos durante el matrimonio, son
propiedad común.
 El poder del marido sobre la administración de la comunidad, el cual no puede
desconocerse ni restringirse mediante ninguna cláusula ni convenio matrimonial;
y
 La existencia de garantías para la mujer frente al mal manejo de los bienes por
parte del marido, tales como la acción en separación judicial de bienes, el beneficio
de emolumento, la hipoteca legal sobre los inmuebles del marido y por último, la
renuncia a la comunidad.
2. Comunidad Reducida a los gananciales: Bajo este sistema se modifica la composición
de los bienes comunes, excluyendo las deudas respectivas de los cónyuges (actuales y
futuras) y su mobiliario respectivo (presente y futuro).

3. Comunidad Universal: Entran en la comunidad todos los bienes muebles e inmuebles,


presentes y futuros. Los esposos pueden igualmente acordar bajo este régimen que a la
comunidad entrarán solamente sus bienes presentes o sus bienes futuros.

Es posible que los cónyuges declaren que se casan sin ninguna de las comunidades
descritas anteriormente, eligiendo su propio régimen matrimonial. No obstante, hacer
esto no le garantiza a la mujer el derecho de administrar sus bienes ni de percibir los
frutos que estos devenguen. Los bienes se consideran como aportados al marido para
sostener las cargas del matrimonio. Sin embargo, los esposos pueden incluir en su
acuerdo de bienes una cláusula que le autorice a la esposa a recibir parte de sus ingresos
para su sostenimiento y necesidades personales.

Los Regímenes de Separación

En los regímenes de separación no existen bienes comunes, sino bienes propios de cada
uno de los cónyuges sobre los cuales cada uno mantiene la administración, disposición y el
disfrute. No obstante, la mujer no conserva el derecho de disponer sobre sus bienes sin el
consentimiento de su marido, y en su ausencia, sin permiso judicial.

Este régimen requiere como obligación que el esposo contribuya al sostenimiento del
hogar. Más aun, los bienes muebles se encuentran confundidos, haciéndose indispensable
la liquidación de los mismos en caso de disolución del matrimonio.

La mujer responde con sus bienes de las deudas contraídas por ésta antes del matrimonio,
y de las que se originen como suyas durante éste. También de las deudas contraídas por
ella o por el marido (en caso de insolvencia del otro) para el sostenimiento del hogar.

Por su parte, el esposo responde con sus bienes de las deudas contraídas antes o durante
el matrimonio, y de las que se originen como suyas durante este; igualmente de las deudas
contraídas por la mujer como representante de la unión conyugal.

Una variación del régimen de separación es el régimen dotal. En el régimen dotal la mujer,
en lugar de contribuir a las cargas del matrimonio con sus ingresos, entrega sus bienes o
algunos de ellos a su marido, quien tiene la administración y el disfrute de los mismos.

La mujer posee, fuera de los bienes dotales, bienes que no están afectados por las cargas
del hogar, llamados “bienes parafernales”. La mujer mantiene el goce y la administración
de sus bienes parafernales, pero no puede enajenarlos sin la autorización del marido, o en
su defecto un permiso judicial.

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