Sunteți pe pagina 1din 21

De la prensa literaria al libro: José María Vergara en la formación del hispanismo en

Colombia (1858-1866)
Author(s): Mercedes López Rodríguez
Source: Revista de Crítica Literaria Latinoamericana, Año 41, No. 82 (2015), pp. 53-72
Published by: Centro de Estudios Literarios "Antonio Cornejo Polar"- CELACP
Stable URL: https://www.jstor.org/stable/44475407
Accessed: 26-12-2018 03:13 UTC

JSTOR is a not-for-profit service that helps scholars, researchers, and students discover, use, and build upon a wide
range of content in a trusted digital archive. We use information technology and tools to increase productivity and
facilitate new forms of scholarship. For more information about JSTOR, please contact support@jstor.org.

Your use of the JSTOR archive indicates your acceptance of the Terms & Conditions of Use, available at
https://about.jstor.org/terms

Centro de Estudios Literarios "Antonio Cornejo Polar"- CELACP is collaborating with


JSTOR to digitize, preserve and extend access to Revista de Crítica Literaria
Latinoamericana

This content downloaded from 168.176.5.118 on Wed, 26 Dec 2018 03:13:36 UTC
All use subject to https://about.jstor.org/terms
Revista de Crítica Literaria Latinoamericana
Año XLI, N° 82. Lima-Boston, 2do semestre de 2015, pp. 53-72

De la prensa literaria al libro: José María Vergara


EN LA FORMACIÓN DEL HISPANISMO EN COLOMBIA (1858- 1866)

Mercedes López Rodríguez


University of South Carolina

Resumen

Este artículo examina el papel jugado por los editores conservadores, espe-
cialmente José María Vergara (1831-1872), en la consolidación del campo
literario colombiano en la década de 1860. Su trabajo como editor y compilador
facilitó la conservación de un importante corpus de narrativa breve, que es aún
reconocida como parte del canon del siglo XIX literario colombiano. Esta
labor hizo posible la formación de un campo literario que funcionó con auto-
nomía del ejercicio de la política, al ofrecer espacios de publicación a un
creciente número de escritores colombianos.
Palabras clave : Hispanismo, antologías, revistas literarias, José María Vergara,
costumbrismo, audiencias femeninas.

Abstract
This article examines the role that conservative editors, particularly José María
Vergara (1831-1872), played in the formation of the literary field in Colombia
during the decade of 1 860. His work as editor and publisher facilitated the pre-
servation of an important corpus of short narratives, still recognized as part of
the nineteenth century literary canon of Colombia. The newly created editorial
spaces for the rising number of Colombian writers sought to provide an oppor-
tunity for literary expression void of politics.
Keywords-. Hispanism, anthologies, literary magazines, José María Vergara,
costumbrism, female audiences.

Nación y ficción: en busca de una literatura nacional

En la segunda mitad del siglo XIX colombiano, la formación del


estado-nación estuvo acompañada de un proceso de creación de un
estado-ficción, es decir de un intento de escritores y escritoras por
narrar lo nacional dando cuenta de las diferencias regionales, poli-

This content downloaded from 168.176.5.118 on Wed, 26 Dec 2018 03:13:36 UTC
All use subject to https://about.jstor.org/terms
54 Mercedes López Rodríguez

ticas, étnicas y de clase en la naciente re


XIX, la literatura se hizo cada vez m
espacio de exploración intelectual en el q
raleza de la población colombiana, se a
su diversidad representaba para la for
discutían los modos en que se podían r
enfrentaba en el proceso de formación
tomaron forma a través de cortas piezas
en periódicos: relatos de viajes, artícul
breves relatos de ficción. Buena parte
narrativa decimonónica se publicó orig
trataba de una producción ideológicam
taba las múltiples opciones del espect
prensa política fue el espacio de publi
literaria, ya que los primeros periódicos
suerte y apenas si lograban superar los p
le sucedió al periódico E l Museo, peri
Bogotá entre abril y julio de 1849.
En la transición entre las décadas de
condiciones materiales (la presencia de v
llo de audiencias consumidoras de prensa
en la ciudad) hicieron posible la aparici
nes periódicas específicamente centradas
Escritores tan importantes para la for
biano como Jorge Isaacs y Eugenio Día
tencia de estas nuevas tertulias. Sin em
formación de un canon literario colo
labor de los editores conservadores que
ciones no han sido suficientemente e
marcado énfasis hispanista y con una ag
nada por la preponderancia del costumbr
tura y como marco de descripción e inte
jugaron un importante papel en crear la
funcionó el nuevo campo literario co
producción narrativa colombiana entre 1
mo actuó como la infantería ligera de
basado en una revalorización del pasad

This content downloaded from 168.176.5.118 on Wed, 26 Dec 2018 03:13:36 UTC
All use subject to https://about.jstor.org/terms
De la prensa literaria al libro: José María Vergara 55

lengua castellana como vehículo de producción de una verdadera


literatura nacional.
Este artículo intenta reconsiderar el costumbrismo no solamente
como un producto ideológico de una época, sino como el escenario
mismo en que fue posible la construcción de una ideología conser-
vadora e hispanista que impregnó el naciente campo literario colom-
biano. Además de la esfera de la escritura, es necesario considerar el
trabajo de los editores y compiladores como el espacio en donde se
situó este giro hispanista que habría de caracterizar la producción
cultural nacional aún desde antes del ascenso al poder político del
conservadurismo.
Los trabajos académicos de Malcom Deas, Del poder y la gramática^
y de Frédéric Martínez, El nadonalista cosmopolita, , dan cuenta de los
vínculos ideológicos entre la formación de un estado conservador y
las políticas de formación de un campo literario hispanista y católico
en Colombia, especialmente si se examinan las conexiones entre el
ejercicio de la carrera política y el conocimiento de la filología a fi-
nales del siglo XIX. En estos trabajos se hace evidente la existencia
de una voluntad política de la élite por construirse una identidad
basada en el ejercicio de valores como la pureza de la lengua, el
estudio de las tradiciones metropolitanas y la traducción al medio
local de saberes europeos. En efecto, a partir de 1886 las élites co-
lombianas intentaron refundar el estado nación en un proceso
político conocido como Ea Regeneradón (1886-1900). Este proyecto,
políticamente centralista e ideológicamente hispanista, tuvo entre
sus principales protagonistas a renombrados filólogos y escritores
como Miguel Antonio Caro.
La senda abierta por estos trabajos sobre el periodo final del
siglo XIX, permite plantearse otras preguntas acerca del momento
político inmediatamente anterior. ¿Cómo llegó el hispanismo a
convertirse en la ideología nacional colombiana a finales de ese
siglo? ¿Qué pasó en el periodo anterior? La historiografía oficial ve
al hispanismo centralista de la Regeneración, y a la figura de su ideó-
logo Caro, como una respuesta frente a los excesos del periodo an-
terior, intensamente liberal. Pero antes de emprender lecturas meca-
nicistas sobre el proceso de formación ideológica colombiano, es
necesario entender que el hispanismo, el más acabado producto de
una política neo-imperial española, tiene complejas relaciones ge-

This content downloaded from 168.176.5.118 on Wed, 26 Dec 2018 03:13:36 UTC
All use subject to https://about.jstor.org/terms
56 Mercedes López Rodríguez

nealógicas en ambos lados del Adántic


hispanismo en Colombia y su presen
nacional no sólo se explica a través de la
señeras como Caro o Rafael Núñez. Más
mo se produjo una conservatización de
y cómo se inició este proceso?
En la Colombia de mediados del s
político del liberalismo y del radicalis
editor José María Vergara y Vergara pen
rrollo de una literatura nacional en la jo
apelar al rescate del pasado colonial y al
como las herramientas de solidificación de una literatura nacional
(Acosta 53; Rodríguez Arenas 157). Vergara, al igual que sucesivas
generaciones de autores conservadores, consideraba que las novelas
extranjeras, hasta entonces muy populares entre los lectores colom-
bianos, ponían en riesgo las costumbres de las señoritas y el carácter
nacional de la literatura producida en el país (Rodríguez Arenas 111;
Martínez 192). Para Vergara, la narrativa costumbrista ofrecía un
excelente antídoto, precisamente por centrarse en las experiencias
locales y en la descripción moralizante acerca de las costumbres
nacionales (Rodríguez Arenas 221). Justamente por esta razón,
Vergara diseñó un programa editorial en el cual hispanismo y
costumbrismo funcionaron como sinónimos, y cuyo fin último
habría de ser la consolidación de una literatura nacional y mora-
lizante. Como consecuencia de esta empresa intelectual, Vergara
cumplió un papel fundacional del campo literario al convertirse en
el organizador de un canon "costumbrista" nacional de marcada
tendencia hispanista que aglutinó bajo un solo rótulo ideológico, el
del hispanismo, múltiples formas narrativas e intereses intelectuales
que probablemente desbordaban los límites mismos del costum-
brismo. Vergara empleó el hispanismo como un vehículo de autori-
zación de su propio discurso, ya que le permitía decidir qué litera-
tura y qué escritores eran verdaderamente nacionales. Al mismo
tiempo, el costumbrismo hispanista le permitió crear un lugar de
enunciación de la autonomía del campo literario frente al político ya
que constituyó un lugar de disidencia frente al liberalismo político
entonces en el poder. Más aún, el hispanismo le permitió a Vergara
elaborar las reglas a través de las cuales juzgar la calidad literaria de

This content downloaded from 168.176.5.118 on Wed, 26 Dec 2018 03:13:36 UTC
All use subject to https://about.jstor.org/terms
De la prensa literaria al libro: José María Vergara 57

sus contemporáneos, editando, cambiando o silenciando los dis-


cursos que se situaban por fuera de las lógicas hispanistas que él
mismo defendía.
Es necesario examinar el papel desempeñado por Vergara en el
paso desde el relato publicado en la prensa hacia la recopilación y
re-publicación de estos textos en forma de libros. Examinemos
cómo la producción de nuevos libros estuvo atravesada por un pro-
ceso de selección y consolidación de textos, con base en los criterios
ideológicos sostenidos por un grupo de editores que encontraron en
el hispanismo el vehículo para crear una literatura que respondiera a
la vez a dos necesidades en buena medida contradictorias: que se
tratara de una literatura nacional, y que a la vez permitiera la forma-
ción de un campo literario autónomo del ejercicio de la política.
Vergara fue uno de los fundadores de la tertulia literaria El
Mosaico que durante los años de 1858 a 1872 agrupó a una variedad
de escritores colombianos de diferentes tendencias políticas en un
intento por construir un espacio de discusión que superara las dife-
rencias partidistas que hasta entonces alimentaban el ejercicio de la
escritura pública a través de la prensa (Gordillo Restrepo 210).
Como fruto de esta intención surgió el periódico literario El Mosaico ,
y la imprenta asociada con él. A pesar de que sus objetivos eran los
de crear y mantener una arena de discusión literaria autónoma del
ejercicio de la política partidista, la figura de Vergara en El Mosaico y
su labor como editorialista, compilador y prologuista tuvo como
resultado la conformación de un canon literario marcado por el
peso ideológico de sus posiciones hispanistas, conservadoras y cató-
licas. El peso ideológico de Vergara influyó de tal manera sobre el
naciente canon colombiano, que aún hasta finales del siglo XX,
críticos e historiadores de la literatura colombiana continuaban clasi-
ficando la producción literaria decimonónica como marcadamente
conservadora. Las preferencias ideológicas y estéticas de Vergara
marcaron un derrotero en la política editorial durante su periodo de
mayor actividad a lo largo de la década de 1860. Su preferencia por
una literatura que hiciera énfasis en el costumbrismo, creó una
forma de entender y clasificar la narrativa breve colombiana del
siglo XIX.
En este fenómeno de reclasificación ideológica, jugó un papel
crucial la publicación de Museo de Cuadros de Costumbres , el equi-

This content downloaded from 168.176.5.118 on Wed, 26 Dec 2018 03:13:36 UTC
All use subject to https://about.jstor.org/terms
58 Mercedes López Rodríguez

valente colombiano de las series de publ


intentaban presentar un panorama del
imágenes que representaran los tipos y
tantes de la nación, tan en boga por enton
panoamericana, y que fue concebido com
tradición creada por los editores de Los es
mismos (1843), Los cubanos pintados por ell
canos pintados por ellos mismos (1854). La
blicación podría continuarse hacia at
Français peints par eux-mêmes . Encyclopédie M
1842, o incluso más atrás, para incluir l
cida en Londres entre 1838 y 1842 Heads of t
English . En ambos casos se trataba de un
dibujos y es probable que a ello se deba
imagen y texto que caracteriza al género.
Cuentos, narraciones de viaje, descrip
bían sido originalmente escritas para se
fueron compiladas y republicadas en la co
Costumbres editada por Vergara en 1866 y
sores mencionados, no incluía ilustracio
Ana María Agudelo ha llamado la atenci
una variada narrativa breve hacia media
ciente a diferentes géneros de escritura (
producción breve fue compilada en l
Vergara, presentada a los lectores como
forjando un marco de interpretación del
escapar.
Al considerar el conjunto de autores que
difícil decidir la orientación política de ca
toman en cuenta los cambios en la pos
entre los que destaca el famoso caso de Jo
tual liberal radical a comienzos de la d
hasta convertirse en un conservador a comienzos de 1860. Entre la
gran variedad de autores que incluye el Museo encontramos a M. M.
Madiedo, José Manuel Marroquín, José Manuel Groot, J. David
Guarín, José Caicedo Rojas, Hermógenes Saravia, Vicente Lom-
bana, Manuel Pombo, Crisóstomo Osorio y Eugenio Díaz. Gran
parte de sus textos fueron originalmente publicados en periódicos

This content downloaded from 168.176.5.118 on Wed, 26 Dec 2018 03:13:36 UTC
All use subject to https://about.jstor.org/terms
De la prensa literaria al libro: José María Vergara 59

de orientaciones políticas diversas. Es más prudente entonces acep-


tar provisionalmente que la vinculación entre conservadurismo his-
panófilo y costumbrismo es producto del trabajo de edición, compi-
lación e impresión de intelectuales como Vergara y José Joaquín
Borda, estos sí con un claro proyecto conservador.
De esta manera el canon de la literatura decimonónica pasa por
el filtro de Vergara, controvertido autor de prólogos y primer crítico
en publicar una Historia de la Hteratura en Nueva Granada. Es él quien
decide el mérito literario de un autor, su valor para la literatura
nacional, y si vale la pena ser publicado. Es él quien en la Editorial
El Mosaico publica y prologa en 1861 los Cuadros de la vida privada de
algunos granadinos copiados al natural para la instrucción y curiosos de Josefa
Acevedo de Gómez, para entonces recientemente fallecida. En el
prólogo que dedica a este texto afirma de ella: "Para escribir no
tenía sino talento, le faltaba educación literaria, tiempo i ocasiones"
(II). Sin duda, una crítica con sabor agridulce, que a la vez reconoce
y demerita el crédito literario de los autores. Algo semejante se en-
cuentra en la crítica que hizo del escritor Eugenio Díaz, convertido
por Vergara en icono del costumbrismo conservador. En su estudio
reciente Eugenio Díav^ Castro: realismo y soáalismo en Manuela. Novela
Bogotana, la crítica literaria Flor María Rodríguez Arenas muestra a
un Eugenio Díaz mucho más liberal e incluso con claras tendencias
hacia el socialismo francés. Su trabajo compara los textos de Euge-
nio Díaz tal como aparecieron originalmente en la prensa con las
versiones posteriores comentadas, editadas y publicadas a instancias
de Vergara, mostrando los cambios ideológicos que el editor intro-
dujo en el texto.
El auge y difusión de una literatura costumbrista conquistó pú-
blicos y audiencias, preparando la opinión pública, como vere-mos
especialmente la femenina, para aceptar la idea de que lo verda-
deramente nacional sólo podía ser expresado a través de una ideo-
logía conservadora, basada en el catolicismo y en el culto a la lengua
española. Durante los años del Olimpo Radical Liberal (1861-1886)
esta ideología ocuparía un lugar de disidencia política, pero a través
de su difusión en la imprenta, fue ganando terreno hasta convertirse
en hegemónica entre las audiencias letradas de las ciudades. Este
fenómeno de conquista de las audiencias a través de la edición de
publicaciones "nacionales" merece ser estudiada en detalle.

This content downloaded from 168.176.5.118 on Wed, 26 Dec 2018 03:13:36 UTC
All use subject to https://about.jstor.org/terms
60 Mercedes López Rodríguez

El proceso de formación de un pensam


también con el de formación de un co
difusión exclusivamente a través de la p
periódicas confería a la escritura un cará
go la continuidad de las empresas liter
novelas por entregas dependía de múlt
plo, la continuidad del periódico, el
número, o la distribución por parte de a
cación de estos textos a través de otros m
literatura nacional se podía convertir en
publicación de novelas como Manue
aparecido originalmente por entregas en
ciones como Cuadros de la vida privada d
de Cuadros de Costumbres (1866) de Verga
descripáones locales de Colombia (1878
importante en la formación de un camp
Además de formar un corpus físico d
estas compilaciones, sus títulos y prólog
vincularlos con un tipo de escritura co
procedimiento, estos textos fueron pr
experiencia natural de sus autores, com
de la experiencia real en el texto, sin má
gos y las introducciones de intelectuales
este sentido, el costumbrismo como lo
también como un marco de interpretació
que las élites letradas se aproximaron a l
y las poblaciones, mientras trataban de
colombiana del siglo XIX. En el surgimie
tura confluyen agendas políticas e ideoló
den verse oscurecidas si simplemente l
bristas". El texto costumbrista pretendió
nal, el otro de clase, el otro étnico.
La vitalidad y el largo aliento de est
costumbrista son evidentes si se piensa e
imaginarios sociales capaces de vertir
registro visual y escrito del siglo XIX y
XX. Sin embargo, muchas de las descr
como costumbristas, fueron en realida

This content downloaded from 168.176.5.118 on Wed, 26 Dec 2018 03:13:36 UTC
All use subject to https://about.jstor.org/terms
De la prensa literaria al libro: José María Vergara 61

como cuentos, relatos cortos de viajes o ensayos breves para ser


publicados en la prensa. Como se dijo atrás, su conversión formal al
costumbrismo e ideológica al hispanismo ocurrió de la mano de
editores y publicistas como Vergara. Desde ese punto de partida,
¿qué fue entonces el costumbrismo colombiano?, ¿cómo nos en-
frentamos metodológicamente con él?, ¿cómo definimos sus límites
formales?

Costumbrismo y educación sentimental

La palabra costumbrismo se emplea extensamente en la crítica


cultural y literaria para referirse tanto a un periodo de escritura que
abarca desde el final de la independencia hasta finales del siglo XIX,
como a un tipo de escritura menos preocupado por la forma que
por la representación verídica de la vida social local (Ramos 19;
Curcio Altamar 127). Con el costumbrismo, se asocia el énfasis en
las descripciones de lugares y personas y el descuido en el desarrollo
de la acción en pos del profuso retrato de lo local. En algunos
casos, se usa de forma despectiva para señalar los problemas especí-
ficos de un tipo de narrativa, menos elaborada formalmente de lo
que un lector del siglo XX esperaría. Por ejemplo, cuando el crítico
colombiano Oscar Gerardo Ramos señala las características costum-
bristas de la novela Manuela de Díaz, comenta: "Los cuadros de
costumbres se insertan a entrepaso, el prurito por el alegato social,
la ingenuidad en esotra 'siĄ relación, la simpleza de la trama" (19).
El mismo crítico al referirse a María , la novela icono del roman-
ticismo latinoamericano, menciona la tensión entre romanticismo y
costumbrismo: "Lo costumbrista en Isaacs ayudó a atemperar lo
romántico y lo romántico lo costumbrista, de donde surgieron un
costumbrismo asordinado y un romanticismo atildado. Por esa in-
teracción mutua, lo romántico elevó lo costumbrista y lo costum-
brista aplomó lo romántico" (33). Las dos citas de Ramos muestran
una lectura ubicada en el siglo XX, que asocia el costumbrismo con
los defectos formales, y con el apego a lo local. Desde este punto de
vista, los críticos posteriores del costumbrismo han tendido a verlo
como un defecto formal que puede ser superado por un más
abstracto y complejo romanticismo. En este sentido, el uso del

This content downloaded from 168.176.5.118 on Wed, 26 Dec 2018 03:13:36 UTC
All use subject to https://about.jstor.org/terms
62 Mercedes López Rodríguez

apelativo "costumbrista" permite no


escritura, sino que además implica una c
Esa caracterización del costumbrismo como una escritura casi
natural, carente de arte y artificios, inocente, permitió a Vergara
posicionaria como un antídoto ideológico contra el liberalismo fran-
cés que amenazaba a la literatura nacional colombiana. En relatos
como Las tres taņas, Vergara presenta una versión de la vida social en
que el hispanismo se encuentra en la base de la identidad nacional,
mientras sufre los embates de la influencia extranjera, en este caso
representada como una lucha entre el chocolate bogotano, colonial
y delicioso, enfrentado a los amargos y extranjerizantes cafés y tés.
Pero a diferencia de su popularidad durante el siglo XIX, los
lectores posteriores del siglo XX percibieron el costumbrismo como
un defecto de la obra de los escritores del siglo anterior. En su Evo-
lución de la novela colombiana , Antonio Curcio Altamar señala dos pun-
tos de vista dominantes sobre el costumbrismo colombiano: su pro-
liferación como género favorito de los escritores del XIX, y su vin-
culación con un "temperamento más conservador" (127). Lo
considera "infantería ligera de la literatura", "literatura de campa-
nario" que describe: "escenas de tipos y aldeas descritas en estilo
castizo, desenfadado, e inofensivamente zumbón, [que] no alcanza-
ron a rebasar la línea de lo blando y lo pueril" (128).
Mi intención es mostrar que este temperamento más conserva-
dor del costumbrismo proviene de un ejercicio consciente de los
editores y compiladores, especialmente de Vergara. Publicados co-
mo piezas sueltas en la prensa, los artículos gozaban de cierto carác-
ter más democrático. Sin embargo al convertirse en libros, debieron
conformarse dentro de la agenda conservadora, hispanista y católica
a través de la cual Vergara intentaba formar un campo literario en
Colombia.
En The Ideology of Costumbrismo, su trabajo clásico sobre el tema en
España, Susan Kirkpatrick argumenta que el costumbrismo surgió
gracias a la consolidación de la burguesía en la sociedad española.
De manera semejante, podríamos proponer que en la Colombia del
siglo XIX, la difusión y el éxito del costumbrismo fue posible por la
consolidación en el poder simbólico y económico de un sector de
élite, blanco, letrado y urbano, vinculado con una agenda ideológica
conservadora, que poseía los medios y el capital simbólico y cultural

This content downloaded from 168.176.5.118 on Wed, 26 Dec 2018 03:13:36 UTC
All use subject to https://about.jstor.org/terms
De la prensa literaria al libro: José María Vergara 63

para editar textos, e imprimir libros. Uno de los más famosos


escritores del siglo XIX colombiano, José María Samper, fue a su
vez un activo político, conservador en su madurez, y uno de los más
prósperos empresarios agrícolas en el Magdalena Medio. El mismo
describe su viraje político hacia el conservadurismo, así como la
suerte de sus empresas intelectuales y económicas en su autobio-
grafía Historia de un alma publicada en Bogotá en 1881. Esta acumu-
lación de capital simbólico y económico se traduciría con el tiempo
en un dominio conservador sobre la esfera política nacional, fenó-
meno que persistiría durante todo el final del siglo XIX y las tres
primeras décadas del siglo XX.
Caracterizado bajo estas nuevas luces, el costumbrismo resulta
un fenómeno muy complejo, que sin embargo ha recibido general-
mente un tratamiento simple. La genealogía del costumbrismo se ha
caracterizado como una transición sencilla: de los cuadros de cos-
tumbres ingleses, luego franceses y finalmente españoles a su imita-
ción latinoamericana (Swanson 13). Debido a cierto énfasis evolu-
cionista de parte de la crítica, el costumbrismo se entiende entonces
como un primer intento de escritura republicana, frecuentemente
asociado con la ingenuidad o la falta de recursos formales, o un
fantasma literario del pasado que a veces se asoma en la narrativa
posterior de otros géneros como el romanticismo y el realismo.
Una nueva generación de críticos literarios ha empezado a leer la
escritura costumbrista dentro de las coordenadas del proceso de
formación de la nación en Latinoamérica, como un proyecto atrave-
sado por las discusiones ideológicas sobre la nación y sus poblacio-
nes. Dentro de esta nueva aproximación crítica, Bladimir Ruiz pro-
pone una lectura del costumbrismo orientada menos por sus valores
artísticos y más por sus funciones políticas como: "instrumento al
servicio de ciertos grupos, con intenciones político-sociales" (79).
Esta nueva lectura enriquece mucho la comprensión del costum-
brismo, y nos ayuda a poner en entredicho esa "naturalidad" que se
le había atribuido hasta ahora, para hacer evidentes sus conexiones
con la formación de un hispanismo conservador que fue hegemó-
nico en la opinión pública colombiana. Aunque este género de escri-
tura se vincula con la agenda nacional, esta conexión estrecha entre
costumbrismo y formación de un proyecto nacional hispanista fun-
ciona como un dispositivo de naturalización del costumbrismo. Se

This content downloaded from 168.176.5.118 on Wed, 26 Dec 2018 03:13:36 UTC
All use subject to https://about.jstor.org/terms
64 Mercedes López Rodríguez

produce entonces una identificación e


dores) y el relato ideológico sobre ella. S
entre el relato ideológico por un lado y
el otro (Diaz Seijas 66; Ruiz 81). En est
adquiere un matiz casi etnográfico, como
"objetivo" de las poblaciones nacionale
un lenguaje más cotidiano al lector que e
Mi propia lectura parte de esta recon
mo no solamente como un producto id
como el escenario mismo en que la co
conservadora fue posible. Más aún, el
forma de aproximarse a la descripción d
marco de interpretación que privilegia lo
la población, generó un efecto profun
de escritores y lectores. Difundió entre
sentación sobre los otros, los subaltern
rencias entre la élite y los demás grup
como menos letrados, menos blancos,
fenómeno ha sido analizado por el histor
su libro El naáonalismo cosmopolita que
vivida por las élites colombianas de
inferiores por sus contrapartes europeas
posicionarse como superiores en su pro
dose de las mayorías subalternas (291-2
Nación y diferenda, el antropólogo Julio
intelectuales colombianos del siglo XIX
de los grupos subalternos, "el pueblo"
costumbrista (35-37). En este sentido, m
el costumbrismo fue un marco interpre
social, las jerarquías, las diferencias entr
las mujeres en la sociedad.
El proyecto intelectual de El Mosaico in
ratura nacional, pero a pesar de su decla
encima de las divisiones políticas, sus mi
claramente alineados en un campo ideoló
como ha sido notado también en los tr
Gordillo Restrepo, Gilberto Loaiza y
ejemplo, Borda fue autor de la Historia d

This content downloaded from 168.176.5.118 on Wed, 26 Dec 2018 03:13:36 UTC
All use subject to https://about.jstor.org/terms
De la prensa literaria al libro: José María Vergara 65

Nueva Granada (1872), mientras que Vergara describió su Historia de


la Hteratura de la Nueva Granada (1867) como "un largo himno
cantado a la Iglesia" (XXII). Esta adscripción ideológica al catolicis-
mo, significaba también una toma de posición en el más enconado
debate literario entre los letrados colombianos: el papel de la novela
en la vida social. La proliferación del género narrativo desde
mediados del siglo XIX había generado al menos tres posiciones: un
grupo de editores y publicistas liberales veían en la novela un
"prodigioso adelanto" (Felipe Pérez citado por Agudelo Ochoa 43).
Otros, como por ejemplo los redactores del periódico literario El
Museo mencionado al comienzo de este artículo, veían en este géne-
ro narrativo un peligro para la corrupción de las costumbres, espe-
cialmente de las mujeres (Agudelo Ochoa 41-44; Acosta Peñalosa
89-105). En este grupo, las novelas más satanizadas eran las fran-
cesas, y especialmente autores como George Sand parecían generar
terror entre los buenos católicos que advertían a los padres de fa-
milia sobre sus riesgos. Vergara manifestó su posición en este deba-
te, criticando a la intelectual Pía Rigán por expresar su admiración
estética por Sand1. Desde las páginas de El Mosaico en 1871 sen-
tenciaba que "una inocente y honrada madre de familia" como ella
no conocía a cabalidad la obra de Sand, "esta infame mujer", por-
que si las conociera las hubiera tirado por la ventana. Y para no
parecer un pedante intelectual, Vergara reconocía que tenía "mucho
menos penetración" que doña Pía, pero confiaba en las virtudes de
su propio sexo para entender mejor la literatura: "tengo la malicia
propia de mi sexo y las comprendo bajo este aspecto, mejor que
usted" (El Mosaico 17).
La actitud de Vergara con respecto a la novela no era novedosa,
pues ya desde finales de la década de 1850, dos temas habían
ocupado la imaginación y la pluma de los escritores: por una parte
se discutía incesantemente sobre la capacidad de la literatura para
influir en la sociedad y en la formación de una literatura nacional.
Por otra, en estos círculos intelectuales tomaba vigor la idea de que
la prensa literaria debería dirigirse específicamente hacia las mujeres,

1 Pía Rigán era el seudónimo de Agripina Samper de Ancízar. El debate en-


tre ella y Vergara se dio, por supuesto, en la prensa, y está reseñado en Acosta
Peñalosa (111).

This content downloaded from 168.176.5.118 on Wed, 26 Dec 2018 03:13:36 UTC
All use subject to https://about.jstor.org/terms
66 Mercedes López Rodríguez

convirtiéndolas en las difusoras y re


nacional. En este proceso, dos publicac
tacado: La Biblioteca de Señoritas , funda
fundado a finales de diciembre del mismo año.
En los primeros días de enero de 1858 La Biblioteca vio la luz en
Bogotá. Especializada en literatura y con la intención de promover
"el adelanto de nuestra literatura propia", lo verdaderamente nove-
doso de la publicación es que se definió como un periódico literario
orientado al público femenino, especialmente a las jóvenes. En el
editorial del primer número, los redactores reconocían que la
literatura nacional empezaba a avanzar y confiaban en que las muje-
res jóvenes serían las depositarias y custodias del proyecto:
I ciertamente una obra como la Biblioteca de Señoritas, consagrada ente-
ramente a las bellas letras i a las bellas artes, a esparcir en toda nuestra
República los conocimientos necesarios a toda educación elegante, no
puede encomendarse mas que a las señoras como las más interesadas en el
progreso moral de la sociedad (2).

En este editorial, un asunto estético como el culto de las artes se


convierte en materia política al invocar conceptos como la "Repú-
blica" o "el progreso moral de la sociedad". El surgimiento de una
literatura nacional, un asunto de interés público y apremiante en el
proceso de construcción de la nación, se deja en manos del público
femenino. Las élites ilustradas encomiendan en esta nueva publica-
ción literaria la tarea de esparcir una "educación elegante", término
que muy probablemente se refiere a una educación europea. Se trata
entonces de la reproducción simbólica de la propia élite y de los
valores europeos que le sirven de justificación para situarse por en-
cima de los demás sectores nacionales. En este sentido, lo que busca
La Biblioteca es afincar un proyecto fundado en el conocimiento de
las "bellas artes" como un dispositivo de distinción y exclusión de
las élites letradas.
En La Biblioteca la construcción de una literatura nacional recae

en las mujeres, que se encargarán de la tarea en la privacidad de sus


hogares. Pero ¿qué es lo que se les encomendaba? ¿La crítica? ¿La
escritura? Difícilmente. A pesar de que La Biblioteca contó con cola-
boradoras como Soledad Acosta de Samper quien bajo el seudó-
nimo de "Andina" enviaba desde París sus reportes sobre moda y
espectáculos y recomendaba qué novelas leer, la gran mayoría de los

This content downloaded from 168.176.5.118 on Wed, 26 Dec 2018 03:13:36 UTC
All use subject to https://about.jstor.org/terms
De la prensa literaria al libro: José María Vergara 67

colaboradores del periódico eran hombres pertenecientes a la élite


blanca. Se reservaba así a las mujeres un papel más pasivo como
consumidoras y difusoras domésticas de la producción intelectual
masculina. En otras palabras, la construcción de una literatura
nacional continuaba en manos masculinas, pero requería de la difu-
sión femenina en el hogar. Las mujeres servirían también como
intermediarias entre el conocimiento de la cultura europea y su
difusión entre los miembros más jóvenes del hogar. En la misma
editorial, los redactores evocaban "los placeres domésticos", la tran-
quilidad del hogar como el lugar desde el cual se accedería a la
poesía, la moda, la historia, las vidas de los guerreros. Im biblioteca se
pensaba a sí misma como una enciclopedia universal, que sintetiza-
ría el conocimiento necesario para que la élite neogranadina se posi-
cionara en el contexto de las élites europeas. A pesar de la editorial
invitaba tanto a la ciudadana como a la campesina a encontrar en Im
biblioteca a una "compañera instruida y agradable para las noches del
hogar", la idea de una familia lectora reunida en la noche del sábado
en torno a la lectura de la prensa, resultaba más afín con un tipo de
vida burguesa solamente disponible para las élites citadinas de la
Nueva Granada que podían pagar por tal estilo de vida.

La paz del hogar y las lectoras hogareñas

Este cambio en la audiencia de las publicaciones literarias mate-


rializaba en la realidad un proceso de conservatización del acto
mismo de leer, cuyos fundamentos se hallaban en los recientes e-
ventos políticos vividos en la república. En diciembre de 1854, una
fuerza conjunta de liberales y conservadores pertenecientes a la élite
había logrado retomar el control de la ciudad de Bogotá. Por nueve
meses y desde abril pasado, la capital había estado en manos de un
gobierno liberal, militarista y popular, apoyado por los artesanos de
la ciudad que se habían rebelado debido a las políticas económicas
de los liberales gólgotas, miembros de la élite que veían con buenos
ojos el librecambismo y la importación de bienes europeos con
bajas tasas de impuestos. Este hecho político había desencadenado
la división del partido liberal en un ala de élite, los gólgotas, y otra
más militar y con un fuerte apoyo artesano, los draconianos. Como
consecuencia de la derrota militar de los segundos, un gran número

This content downloaded from 168.176.5.118 on Wed, 26 Dec 2018 03:13:36 UTC
All use subject to https://about.jstor.org/terms
68 Mercedes López Rodríguez

de artesanos bogotanos, instruidos y pol


terrado de por vida y enviado hacia la
bar Rodríguez 298).
Al intentar restringir a sus audienc
hogares burgueses de la élite letrada, s
lares, como aquellos que habían hecho
1854, participaran activamente del proce
las publicaciones. Si bien la prensa de un
liberales que buscaban extenderse entr
ciones posteriores a 1854 estaban más
valores burgueses como el orden social
hogar. La prensa femenina ocuparía en
en este proyecto tal como se refleja en
los futuros periódicos: El Hogar, La V
o El Iris (Bermúdez 27). El cambio en e
periódicas y su intento de concentrar
hace parte de este proceso de restringir
genes de la ciudad letrada, evitando la
gentes y potencialmente desestabilizador
Poco a poco se fue consolidando entr
la prensa especializada en la literatura te
que se encargaría de diseminarla en l
contraste, mientras la prensa política
público y eminentemente masculino, c
teriores investigaciones (Loaiza, boletín
en el acto de leer se extendía hacia hijos,
cualquier caso, la lectura ocurriría en el
el peligroso espacio de lo público.
A pesar del éxito intelectual de la emp
muy buena suerte como proyecto eco
Sus números no se vendían individualmente sino como una subs-
cripción anual, que sin embargo podía pagarse en fracciones. Varias
veces tuvo que suspenderse, y a partir del número veinticinco, se
redujo el precio de la subscripción. Tal vez por estas razones, los
redactores empezaron a mirar con buenos ojos la propuesta hecha
por El Mosaico , un nuevo periódico literario, fundado entre otros
por Vergara a finales del año 1858, que ofrecía a La Biblioteca hacer
sus distribuciones de manera conjunta, de modo que se pudieran

This content downloaded from 168.176.5.118 on Wed, 26 Dec 2018 03:13:36 UTC
All use subject to https://about.jstor.org/terms
De la prensa literaria al libro: José María Vergara 69

ahorrar los gastos de envío. Los lectores se informaron del proceso


de unificación a través de las mismas publicaciones, que se encarga-
ron de presentarlas como un matrimonio, que incluyó las formali-
dades del cortejo y el galanteo.
Profundizando aún más el uso de alegorías de género para
describir el papel de la prensa literaria, las negociaciones entre los
dos periódicos se publicitaron literalmente como un coqueteo entre
una señorita y un señor: La biblioteca publicaba versos desdeñando
los avances de El Mosaico. En respuesta, éste contestaba con nuevos
galanteos como éstos, publicados en el número 25 de El Mosaico ,
que dedicaba sus versos galantes a la femenina La biblioteca*.
En fin lograra quizás
Si acaso en esto no peca
Que la linda Biblioteca
Le de un ósculo de Paz

Versos, que La biblioteca respondía en su número 62:


Sale El Mosaico robusto,
Mui peinado i limpiecito
La cuenta de eso un besito
Pide de paz ¡no es mal gusto!

Este juego de roles de género buscaba socializar un deber ser de


lo femenino y de lo masculino en la sociedad, en el cual una publi-
cación dirigida hacia las mujeres termina subordinándose ante una
publicación representada como masculina, robusta, peinada y lim-
pia. Sin duda, se trataba de una escenificación de valores enteramen-
te burgueses, que llamaba tanto a La biblioteca, , como a las señoritas
lectoras a comportarse como podría esperarse de una buena señori-
ta bogotana, si quiere conseguir un esposo tan de buen gusto como
El Mosaico , si nos fijamos en el verso final. En efecto, La biblioteca
subordinó su propio proyecto editorial al de El Mosaico y a partir de
octubre de 1859, ésta se unió a aquel, y circularon juntos, al menos
hasta la desaparición de La biblioteca unos meses más tarde. Pero a
pesar de que se trataba de dos periódicos literarios que compartían
intereses y colaboradores, el masculino El Mosaico dirigido por un
grupo de intelectuales conservadores, encarnaba un proyecto
literario propio, que llegaría con los años a convertirse en el lugar de
enunciación del costumbrismo como un género narrativo y como

This content downloaded from 168.176.5.118 on Wed, 26 Dec 2018 03:13:36 UTC
All use subject to https://about.jstor.org/terms
70 Mercedes López Rodríguez

un marco ideológico afiliado al proye


hispanófilo, cuya figura más visible fue
En la práctica, la absorción de La biblio
dió la difusión de autores que hasta e
popularidad entre el público como Eug
número de La biblioteca dedicaba una
positiva: "el célebre literato Eujenio Sue,
damas por sus brillantes novelas" (5). E
los novelistas franceses resulta impens
de intelectuales como Vergara, cuyas
mos mencionado.
Las claras diferencias entre las líneas editoriales de la más liberal
biblioteca, , y el más conservador Mosaico, son evidentes al comparar-
las: en el número 12, La biblioteca se pregunta por la habilidad de los
escritores locales para producir una novela nacional, cuando
"Nuestra madre patria misma [España] no ha sobresalido más que
por sus líricos". Más aún: "las primeras obras que han caído en
nuestras manos no han sido otras que las de los malos líricos espa-
ñoles" (93). El editorialista es Felipe Pérez autor de las novelas
Huayna Capac (1856) y Los Pigarros (1857), que intentaban explorar la
historia americana "bajo la forma deslumbrante y popular de la
novela" (94).
Este proyecto, recibió sus críticas en la editorial del primer
número de El Mosaico, en el cual Vergara critica al editorialista de La
biblioteca por su falta de interés en escribir sobre temas "puramente
granadinos" (8). Vergara preferiría que Pérez narrara asuntos nacio-
nales: "nuestros pueblos campesinos con sus creencias i sus bailes,
sus costumbres i sus aventuras" (8). Vergara ve su trabajo como
editorialista como una forma de incluir aquello que no existe en la
narrativa nacional: las costumbres locales. Es en el pasado colonial
donde se encuentran los temas de la narrativa que debería ocupar a
autores como Pérez: "I quien escribe con esa fecundidad, cuan fácil
hallaría la tarea de traducir a su rico castellano los consejos
atrapados al pié de los vireyes [sic'" (8).
El trabajo ideológico de Vergara atraviesa diferentes esferas en la
formación del campo literario colombiano. En Vergara, la creación
de un campo literario autónomo que siga sus propias reglas y no las
de la política, justifica sus juicios sobre el trabajo de Felipe Pérez,

This content downloaded from 168.176.5.118 on Wed, 26 Dec 2018 03:13:36 UTC
All use subject to https://about.jstor.org/terms
De la prensa literaria al libro: José María Vergara 71

Josefa Acevedo de Gómez y Eugenio Díaz. Justifica a la vez su


censura sobre las lecturas que hacen mujeres intelectuales como Pía
Rigán. Salta a la vista que el problema de formar un canon literario
nacional está relacionado con formar una colección de libros que
acentúen y difundan un conjunto específico de valores asociados
con la vida doméstica, en la cual el género femenino juega un papel
específico como audiencia. En un doble proceso de vinculación
entre escritura y feminidad, la literatura nacional que Vergara impul-
sa está construida a partir de piezas narrativas breves, orientadas
hacia la moralización de las costumbres nacionales. Un tipo de escri-
tura que pueda ser consumida en la intimidad de la vida doméstica.
Pero lo que resulta más relevante en el análisis de su trabajo como
editor, fue su capacidad de enlazar el hispanismo con el costum-
brismo y hacerlos la base del conservadurismo. Es allí donde crea
un vehículo ideológico que llega a la intimidad de los hogares, equi-
parando lo nacional con lo hispánico y lo moral con lo conser-
vador. Esta ligazón habría de permitir el surgimiento de una opinión
pública conservadora que sería la base del posterior movimiento
político conocido como Im Regeneraron.

Bibliografía citada

Acevedo de Gómez, Josefa. Cuadros de la vida privada de algunos granadinos


al natural para instrucáón i divertimento de los curiosos; obra postum
Imprenta El Mosaico, 1861.
Acosta Peñalosa, Carmen. Lectura y nadón: novela por entregas en Colom
1880. Bogotá: Universidad Nacional de Colombia, 2009.
Agudelo Ochoa, Ana María. "El prodigioso adelanto de las letras. Em
de la narrativa breve en Colombia a mediados del siglo XIX
Observariones históricas de la literatura Colombiana. Elementos para la dis
Laverde Ospina y A. M. Agudelo Ochoa, eds. Medellín: La C
Literaria, 2010. 41-70.
Arias, Julio. Nadón y diferenda en el siglo XIX colombiano: orden nadonal,
taxonomías pobladonales. Bogotá: Universidad de los Andes, 2005.
Bermúdez, Suzy. El bello sexo. Mujer y familia durante el Olimpo Radica
Ediciones ECOE, 1993.
Curcio Altamar, Antonio. Evoludón de la novela colombiana. Bogotá: Insti
y Cuervo, 1975.
Deas, M. Del poder y la gramática y otros ensayos sobre historia, política y litera
bianas. Bogotá: Taurus, 2006.

This content downloaded from 168.176.5.118 on Wed, 26 Dec 2018 03:13:36 UTC
All use subject to https://about.jstor.org/terms
72 Mercedes López Rodríguez

Diaz Seijas, P. La antigua y la moderna literatu


Armitano, 1966
Gordillo Restrepo, Andrés. "El Mosaico (1858
cultura en la segunda mitad del siglo XIX". E
siglo XIX. Cultura, biopolítica y modernida
Biblioteca de América, 2004. 201-250.
Kirkpatrick, Susan. "The Ideology of Costumb
(1978): 28-44
Loaiza, G. "La búsqueda de autonomía del cam
1858-1872". Poletin Cultural y Bibliográfico 67 (2005):
www.banrepcultural.org/blaavirtual/publicacionesbanrep/boletin/boletin6
7/bolOa.htm
Martínez, Frederick. LI naáonalista cosmopolita. La referenda europea en la construction
nacional de Colombia, 1845-1900. Bogotá: Banco de la República, Instituto
Francés de Investigaciones Andinas, 2001.
Posada Carbó, E. ¿Libertad, libertinaje o tiranía? La prensa bajo el Olimpo
Radical en Colombia, 1863- 1885. En El radicalismo colombiano del siglo XIX.
Bogotá: Universidad Nacional de Colombia, 2006. 147-166
Ramos, Oscar Gerardo. De Manuela a Macondo. Bogotá: Coloritura, 1972.
Rodríguez Arenas, Flor María. Eugenio Díaz ^asiro: realismo y socialismo en
Manuela, Novela bogotana. Doral: Stockcero, 2011.
Ruiz, Bladimir. "La ciudad letrada y la creación de la cultura nacional.
Costumbrismo, prensa y nación". Chasqui 33 (2004): 75-89
Swanson, P. Latin American Fiction. A Short Introduction. Maiden: Blackwell Pu-
blishing, 2005.
Vergara y Vergara, José María. Historia de la Literatura en la Nueva Granada
[1870]. Bogotá: Biblioteca Banco Popular, 1974.
Vergara y Vergara, José María, ed. Museo de Cuadros de Costumbres. Bogotá:
Editorial El Mosaico, 1866. También en edición digital en Biblioteca Virtual
del Banco de la República www.banrepcultural.org/blaavirtual/
literatura/ cosi/indice.htm
Samper, José María. Historia de una alma [1881]. Bogotá: Editorial Universidad
del Rosario, 2009.
Von der Walde, Erna. "El cuadro de costumbres y el proyecto hispano-
católico de unificación nacional". Arbor. Ciencia, pensamiento y cultura CLXXX
724 (marzo- abril 2007): 243-253.

This content downloaded from 168.176.5.118 on Wed, 26 Dec 2018 03:13:36 UTC
All use subject to https://about.jstor.org/terms

S-ar putea să vă placă și