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Lágrimas de Inocencia

Había una vez, en un pueblo pequeño del área rural, un niño llamado
Julián, él vivía en una casita muy humilde junto a su hermana Anita, su
mamá Esther, su papá Alberto, su abuelo era parte de su familia, pero se
encontraba lejos Francisco y no podía faltar su amigo incondicional
Rambo que es su mascota.

Julián de ocho años de edad es muy cariñoso con su familia, el siente


que debe proteger a su hermanita y a su madre, cada tarea que su madre
le encomienda la cumple a cabalidad, es muy juguetón, inquieto e
inteligente, es un niño muy alegre según la mirada de las personas, pero
por dentro lleva muchas penas y traumas a causa de algunas situaciones
familiares.

El entorno de su casa es un tanto turbia pues viven en una situación


económica muy mala, no tiene acceso a la educación, sus padres no
fueron a la escuela, su padre era alcohólico y cada que llegaba a casa
causaba problemas a todos.

Sus padres siempre discutían por la falta de dinero y las


irresponsabilidades de su padre, que se gastaba el dinero y no llevaba
un bocado de comida a su hogar.

Anita y Julián estaban en una pequeña escuela del pueblo que su mama
hacia lo posible para darles la educación que a ella sus padres no
pudieron brindarle, como todos los días ellos iban a la escuela con todas
las ganas de ser alguien en la vida superarse, llegar a tener una
profesión, pero para Julián no era nada fácil porque sus compañeros lo
acosaban y le hacían bullying. Se burlaban de el por los harapos que
llevaba puesto, por tener su carita sucia, por tener los cuadernos más
viejos y de hojas recicladas, en fin, la vida de este pequeño niño estaba
llena de conflictos.

Julián no siempre la pasaba mal, llegaba el momento en el que se reunía


con sus mejores amigos Pedro y Tomas, ellos siempre estaban con él en
las buenas y en las malas. Lo defendían cuando otros niños lo
maltrataban.

Pedro es un niño con posibilidades, pero vivía con sus abuelos porque
sus padres estaban en el exterior como migrantes, Tomas era un niño de
clase media, vive con sus padres que son muy trabajadores.

La vida de Julián era muy difícil cada que llegaba a casa dejaba de
sonreír porque ahí estaba su papá quien era el causante de todas sus
angustias. Nadie sabía las cosas por la que pasaba este niño tan dulce
junto a su familia. Siempre que su padre llegaba ebrio a casa estos
pequeños junto a su hermanita se escondían bajo una pequeña cama
que compartían para poder descansar mientras escuchaban los gritos de
sus padres discutiendo para luego ver como su madre era golpeada por
su padre por querer defender a sus pequeños.

Julián tiene una esperanza muy grande en su abuelo Francisco, él vivía


con ellos hasta cuando Julián tuvo 2 años de edad, se fue en busca de
un trabajo estable para poder llevarlos en algún momento a que su familia
tenga un futuro porque él sabe que su hijo es un fracaso como padre, el
suele mandar algún dinero semanal para los gastos de comida,
educación de los pequeños, pero lastimosamente el padre de Julián se
lo llevaba todo para poder gastarlo en sus vicios.
Culminadas las clases Julián regresa a su casa y encuentra a sus padres
discutiendo por la falta de dinero en el hogar, Alberto siempre discute en
su casa con su familia pues aduce que no tiene un buen trabajo y lo que
gana no le alcanza para mantener a su familia, mientras pasan los días
la situación económica empeora y las cosas en la familia de Julián siguen
tensas.

De su parte Esther quien es muy trabajadora, luego de enviar a sus dos


pequeños hijos a la escuela se dedica a cultivar una pequeña propiedad
que sus padres le heredaron, la situación por la que atraviesan la obliga
a sacrificarse por su familia, ya que su esposo malgasta el dinero en el
alcohol y juego de cartas, con lágrimas en los ojos no sabe cómo
enfrentar la situación que su familia atraviesa pues su familia se
encontraba lejos y sus padres que eran su apoyo habían fallecido unos
años atrás.

Mientras pasan estos problemas, en casa hay alguien que parece


observar y entender lo que está pasando, es Rambo un perro fiel y
cariñoso que cuidaba a Julián.

Julián mira y abraza a su perro Rambo y expresa ¡ya no soporto esta


situación al ver que mis padres discuten y mi papá me tratan mal, me
dice que yo no sirva para nada, me siento muy mal quisiera que todo esto
cambie para bien!

Rambo lo mira cómo si tratando de entender, moviendo su cola se acerca


y se refugia entre las piernas del niño.

Inesperadamente Alberto, se acerca donde su hijo Julián y sin motivo


darle motivo lo castiga pues había discutido con su esposa y siempre que
esto pasaba se desquitaba con su pequeño hijo. Julián con lágrimas en
sus ojos y desesperado corre a los brazos de mamá el padre todavía
disgustado se ensaña con la madre la cual defiende a su hijo.

Esther le grita.

- ¡Alberto!, no comprendo el porqué de tu actitud.

- No comprendo por qué te pones siempre así.

Ya al anochecer después de la discusión en su casa cómo es de


costumbre, Alberto se marcha al poblado más cercano a su casa para
encontrarse con sus amigos y beber en la pequeña cantina que tenían
como lugar habitual de reunirse.

A la media noche de aquel día que había sido muy complicado para la
familia de Julián, Alberto totalmente ebrio se dispone a retornar a su casa
y al cruzar la vía principal del poblado un carro que circulaba a exceso de
velocidad y sin frenos se impacta sobre Alberto causándole un grave
accidente.

Los amigos de cantina de Alberto, al observar el accidente se acercan


para ayudar y lo trasladan a una casa de salud que estaba cerca en
donde le brindan los primeros auxilios que ameritaba. De inmediato uno
de sus amigos que le decían el “Ñato”, se traslada hasta la humilde casa
de Alberto para avisar a su familia de lo acontecido.

Producto de este accidente Alberto, queda con una lesión en su pierna


derecha lo que le imposibilitaría por un buen tiempo volver a trabajar, en
su casa recibe los cuidados de su esposa Esther y sus dos hijos Julián y
Anita, gracias al apoyo y cuidado de su familia tras haber transcurrido
dos meses de cuidados, Alberto logra recuperarse y se vuelve a
incorporar al trabajo.
A pesar de lo acontecido, Alberto no cambia sigue en su vida bohemia,
malgastando el dinero de su trabajo bebiendo y disfrutando con sus
amigos que solamente aparecían cuando era de beber.

A medida que pasaba el tiempo las cosas seguían su rutina diaria Julián
sigue teniendo muchos problemas en la escuela con los compañeros de
clase, se burlan de él, lo ven como el raro de la clase, como consecuencia
de los problemas que pasan en la casa Julián muestra mucho
nerviosismo.

En el aula de clase hay un niño llamado Juan que se siente el más fuerte
y dueño de la escuela, se siente protegido por un grupo de amigos que
lo acompaña en sus hazañas de maldad, obliga a todos los niños que le
den lo que él quiera y a no llevarse con los que él cree son los más
débiles, su grupo lo acompaña a todos lados para hacerles la vida
imposible al resto de los niños que frecuentan la escuela.

Anita dice que son “los chicos malos, acosan a Julián le quitan los
alimentos que su madre le envía de refrigerio, lo amenazan para que les
de lo poco que su madre le envía como colación y les haga los deberes.
Un cierto día quisieron integrarlo a un grupo más grande de adolescentes
que frecuentaban la escuela y que vendían drogas, ellos paraban fuera
del plantel y se acercaban en la hora del recreo cerca de las mallas que
rodeaban el plantel para persuadir a los niños a vender o consumir
drogas, Juan era uno de ellos, pero pronto una maestra se percató de lo
que estaba ocurriendo, rápidamente se acercaron para ver que estaba
sucediendo, los adolescentes al ver la presencia de la maestra huyen del
lugar, quedando Juan y Julián.

La maestra les pregunto si algo pasaba a lo que Juan le respondió que


todo estaba bien, la maestra tomo de la mano a Julián y lo llevó al salón
de clases para saber quiénes eran el grupo de adolescentes que
frecuentaban el encerramiento del plantel. Nervioso y amenazado Julián
comento a la maestra que todo estaba bien sin mencionar lo que los
chicos malos le querían obligar a hacer. Julián le cuenta a Tomas y a
Pedro sus mejores amigos las intenciones que tiene Juan y estos alertan
a los docentes para crear advertencias sobre las drogas para que ningún
niño salga perjudicado, más bien hacen participe a la policía del sector
para que dé rondas por los exteriores de la institución y así no darle lugar
a la gente que induce a los niños a vender esas cosas dentro o fuera del
plantel.

Esther siempre aconsejaba a sus hijos Julián y Anita que jamás debían
involucrarse en cosas malas que puedan perjudicar a su integridad que
se alejen de las personas que estén tratando de vender o inducirlos a
situaciones que estén catalogadas como peligrosas. Esther había visto
en el pueblo chicos que se estaban perdiendo en el vicio de las drogas y
jamás permitiría que a sus hijos les hagan daño.

Julián en su mente se propuso revelarse contra Juan, quería decirle que


no venda ni consumiría nada de eso, pero al verlo siempre tenía mucho
miedo.

Solo tenía el apoyo de sus amigos que lo apoyaban en todo momento


para que no decaiga y se hunda en la depresión. Jugaban, cantaban y lo
hacían sonreír y así se olvidaba por un momento de sus problemas. Ellos
lo impulsaban a salir adelante pese a las dificultades que tenía a diario
en su casa y en la escuela.

Julián tenía una inteligencia increíble, era creativo resolvía los temas
escolares con mucha facilidad, esto era aprovechado por sus
compañeros para seguir acosándolo y así exigirle que les ayudase a
realizar las tareas sin su consentimiento, el niño vivía nervioso y asustado
por las amenazas que recibía todos los días de sus compañeros, tenía
una vida pésima, no tenía paz ni en su hogar, ni en la escuela, no sabía
a quién acudir, no se atrevía a delatarlos porque temía que sus versiones
no sean creíbles.

Un cierto día Carmen maestra de la escuela mira a Julián que está sólo,
triste y con una mirada perdida, se acerca a él y le pregunta ¿por qué
estas triste? ¡Cuéntame, en mi puedes confiar!, cualquier cosa que haya
o esté afectándote no dudes en comunicarme yo estoy para ayudarte!,
pero Julián no le cuenta nada, porque sabe que aquella maestra es muy
mala detesta a los niños como Julián, no hará nada para ayudarlo, más
bien tratara de aparentar que todo va bien para que nadie se entere de
lo que le sucede, pues es muy amiga de su padre y lo que él le cuente,
se lo hará saber y su padre lo maltratara aún más.

Julián enfrenta muchos conflictos en la escuela a causa de Carmen


maestra muy apática y sin motivación hacia los estudiantes, odia a Julián
por ser un niño con problemas ya que por el bullying que sufre no actúa
en la clase.

Julián solo confía en sus amigos Pedro y Tomas, pero no se atreve a


comentar lo que sucede por miedo a represalias. Los problemas en su
hogar con una familia disfuncional no permiten que haya la suficiente
comunicación para poder tratar este tema tan delicado que lo mantiene
en la profunda tristeza, el quisiera abrazar a sus padres y poderles contar
todo lo que sucede, para que ellos lo ayuden a salir de esa terrible
soledad en la que se encuentra.

Transcurrieron los años y Julián se encontraba desolado, triste y sin


ganas de continuar, los problemas que pasaban en casa y en la escuela
los tenía que enfrentar solo, Anita su hermana menor quien no
comprendía lo que sucedía a su hermano sin embargo lo abrazaba y le
decía que cuando ella sea grande protegerá el planeta y lo librara de
todos los malos, en su mente inocente siempre repetía que no
comprendía el porqué de la actitud de sus padres, la actitud de su
maestra Carmen, eran varias preguntas que normalmente el mismo se
respondía sin tener un apoyo familiar a quien contar, Pedro y Tomás se
habían convertido en sus mejores amigos y eran los hermanos que nunca
tuvo, pero a ellos los veía en el aula de clase, sin embargo le hacía falta
un apoyo familiar alguien más cercano que estuviera con él.

Una tarde Julián se encontraba sentado al filo de su cama con las manos
en sus mejillas, por su cara rodaban lágrimas de dolor, tristeza y angustia.
Julián recordaba todos los maltratos y discriminaciones que le hacían en
su escuela, por otro lado, estaban sus padres quienes se maltrataban
física y verbalmente por problemas económicos, su padre quien tenía
problemas con el alcohol era causas para volver a preguntarse ¿Por qué
yo tengo que pasar por esta situación?, ¿Por qué a mí?

Esa misma tarde su abuelo paterno Francisco a quien no lo veía desde


hace años, llego de visita, fue ahí donde su abuelo vio la escena
conmovedora en la que se encontraba su nieto, lo abrazo muy fuerte y
con lágrimas en sus ojos le susurró al oído ¡todo va a estar bien hijo!, sin
saber por lo que Julián estaba pasando, Francisco toma de la mano a
Julián y salen a caminar en el campo y llegan hasta la orilla del río que
se encontraba a pocos metros de la casa. El Abuelo muy tiernamente
pregunto ¿Julián hijo por qué estabas llorando?, ¿Por qué tus padres no
están contigo?, No comprendo el porqué de tu actitud a tan temprana
edad, Julián rompe en llanto y empieza a contarle lo que ha estado
sucediendo durante los últimos años.

Julián se siente apoyado y siente que aún quedaba amor para él, que
alguien de sus seres queridos se preocupa y está pendiente de su
desarrollo, Francisco le dice que le hubiera gustado; protegerlo, darle
cariño, comprensión y jugar siempre con él, pero por cuestiones de viajes
y mejorar su salud él tuvo que alejarse de la casa y que allá cuando tenía
la misma edad de su nieto también sufrió de igual forma.
Francisco al enterarse por todo lo que había pasado Julián, dijo ¡esto
tiene que acabar ya!, Julián le respondió, Abuelo… ¿Cómo lo vamos a
hacer? Francisco le dijo tranquilo hijo ahora tienes quien vea por ti, yo me
encargare de protegerte, espero que tus padres en mi tiempo de
ausencia hayan aprendido que si traen hijos al mundo es para cuidarlos.

Julián se sentía tranquilo al saber que ahora tenía alguien en quien


confiar, tras largas horas de conversación y haber jugado en la orilla del
río regresaron a casa, Alberto su padre ya había llegado de sus trabajos
en el campo y se sentía furioso al no encontrar a su hijo, esto ocasionó
una fuerte discusión con su esposa Esther ocasionando fuertes gritos,
insultos y agresiones, Alberto aprovechaba el más mínimo detalle para
causar problemas a su esposa, en ese preciso momento cuando sucedía
aquello Julián y Francisco llegan a casa, escuchan y observan todo,
corroborando lo que su nieto le había contado.

Julián le dice a su abuelo ¡Siempre discuten así!, su abuelo con un grito


de justicia les dice ¡ya basta de discutir! no se dan cuenta que están
destruyendo a sus hijos y sufren por causa de todo esto, Alberto y Esther
se sorprenden al ver a Francisco quien los había encontrado en esa
situación incómoda, ellos siempre le tuvieron gran aprecio y respeto.
Esther la madre de Julián al ver a su hijo en brazos de su abuelo, rompe
en llanto y se abalanza sobre él buscando protección con lágrimas en los
ojos y expresa que Alberto no trata de cambiar y jamás mira el bienestar
de su familia, los vicios del alcohol lo tienen mal y es causante de los
malos momentos que les ha tocado vivir, Francisco le dice. Alberto no
comprendo por qué te pones así, por qué actúas de esta manera, acaso
no amas a tu mujer a tu único hijo que es la luz de tus ojos, que está
creciendo en un lugar donde no le están dando felicidad que él se
merece.

Francisco los aconseja que deben buscar ayuda profesional para que su
hogar se estabilice y puedan ser felices como familia, ya que estos
problemas estaban causando mucho daño, en el pueblo donde vivían los
vecinos rumoraban y siempre estaban pendientes de lo que sucedía en
la casa de Julián, pero nunca se atrevían a intervenir o brindar una
palabra de consejo que ayude a solventar el problema.

Alberto agachaba la cabeza mientras Francisco aconsejaba y le daba


lecciones de vida para que empiece hacer un mejor padre, esa noche fue
especial para Julián, porque sus padres habían hecho un compromiso de
llevar una vida sin maltratos, Esther estaba contenta y decidió preparar
los alimentos más ricos que tenía a su alcance, como una familia por
primera vez en años se volvieron a sentar en la mesa para disfrutar del
festín que se tenía preparado.

Llegó la hora de dormir sus padres como nunca volvieron a descansar


juntos, Anita volvió a dormir tranquila pues sentía que su hermano ya no
lloraría cerca de su cama por las noches, Julián se va a los brazos de su
abuelo, el con una manta lo arropa para que no sienta el frío de la noche,
salieron al patio Francisco le dice, Julián mira al cielo hay muchas
estrellas, siempre que veas una de ella será un sueño, una meta que
tienes que alcanzar, recuerda que no hay límites en la vida el cielo es el
límite. Julián muy contento manifestó gracias Dios porque aún hay gente
buena en el mundo que me ama y quiere lo mejor para mi familia.

El siguiente día había llegado y era hora de caminar hasta la escuela sin
nombre, Julián mostraba su cara de tristeza sabía que ahí también existía
un problema, Francisco mientras se afeitaba su bigote observaba como
su nieto no quería ir a la escuela, alzo un poco la voz para que lo
escuchara y pronunció “cada estrella que viste anoche es un sueño por
cumplir”, ahora es tiempo de caminar a la escuela y demostrarles a todos
quien es el nuevo Julián.

Después de un delicioso desayuno que había preparado Esther,


emprendieron el camino para ir a la escuela, en el trayecto llenos de
alegría se unieron Pedro y Tomás quienes con su inocencia siempre le
decían a Julián que no se rinda que él sería el mejor, Anita la hermana
menor de Julián un poco distraída y normal en su edad decía ¡¡¡Sí los
buenos han llegado para salvar el planeta!!!, al llegar a la escuela los
niños que siempre le hacían bullying se sintieron sorprendidos al ver la
nueva alegría en el rostro de Julián y caminaba con mucha seguridad de
la mano de su abuelo, hermana y amigos.

La maestra Carmen todavía terminándose de peinar, escucha la voz de


Julián que venía desde el patio “todos las niñas y niños merecemos ser
felices”, sorprendida se acerca a la ventana y grita ¡Julián al salón de
clase!, la maestra baja y trata de regañar a Julián, su abuelo que estaba
cerca de la escena le dice a la maestra que no debería actuar de esa
manera, la maestra reflexiona de lo que estaba pasando en la escuela y
arrepentida promete no volver a tener este tipo de actuación con los niños
de la escuela.

Ese mismo día en la formación la maestra Carmen, dio un mensaje a sus


estudiantes, que la escuela sin nombre debería ser un centro educativo
sin violencia, que el compañerismo y la amistad debe prevalecer siempre.

Anita en una esquina de la formación gritaba “ganamos los buenos”,


“abajo los malos”, Francisco desde una esquina miraba con alegría como
la actitud de los niños y de la maestra habían cambiado para bien de
todos, Julián mostraba alegría de estar estudiando y tener la seguridad
de cada mañana levantarse y poder ir feliz a su centro de estudios, tenía
muchas estrellas en el cielo que eran sus sueños y tenía que prepararse
para alcanzarlos.

Pasaron los días y Alberto empezaba asistir a un centro de ayuda para


personas con problemas de alcohol y se sentía renovado con una mejor
visión de vida para él y su familia, muy pronto aprendió liderazgo gracias
a las clases que le impartieron en la escuela para padres que asistía.
Esther se sentía segura y feliz al ver que sus hijos estaban creciendo con
felicidad, Julián y Anita empezaron a destacarse en la escuela por sus
calificaciones y habilidades para el baile y canto. Alberto tenía una buena
noticia para anunciar a su familia había conseguido un mejor trabajo y las
condiciones de vida de toda su familia empezarían a cambiar. Francisco
sentía que su misión había terminado y mientras recogía sus cosas para
regresar Alberto y Esther le pidieron que se quede a vivir con ellos, era
un ejemplo de vida y un apoyo incondicional para sus hijos. Francisco
decidió quedarse junto a su familia y disfrutar de sus nietos.

Pasaron los años Julián culminó sus estudios de primaria y había sido
elegido el mejor estudiante de la clase, en su discurso de graduación
agradecía a su abuelo por el amor incondicional y el apoyo que les brindo
a su familia en el momento oportuno.

Y así pasaban los días en la casa de Julián, no había muchos lujos, pero
sí una gran familia en la que crecer y vivir felices.

Fin...

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