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Y LEGISLACIÓN DEL
TURISMO
DERECHO ADMINISTRATIVO Y LEGISLACIÓN DEL TURISMO
El fenómeno del turismo puede ser abordado desde diferentes ópticas. A nosotros nos interesa
desde el punto de vista jurídico, por lo que habrá que tener en cuenta los aspectos sociales y
económicos.
- El derecho administrativo es aquella parte del derecho público que tiene por objeto la
organización, los medios y las formas de la actividad de las Administraciones Públicas y
las consiguientes relaciones jurídicas entre aquellas y otros sujetos.
- Sin perjuicio del Derecho privado que regula las relaciones entre los agentes turísticos y
los clientes o turistas, el turismo es un sector intervenido por la Administración, tanto
desde un punto de vista organizativo como la actividad propiamente dicho.
- La legislación existente es deficitaria y de mala calidad técnica.
- Es obsoleta e incluso inconstitucional.
- Al ser competencia autonómica hay pluralidad de disposiciones.
- Es fragmentaria y parcial.
- Gran parte de la aún vigente corresponde a la Administración del Estado, que desde
1978 no tiene competencias en la materia.
- Es fragmentaria y parcial.
- Gran parte de la aún vigente corresponde a la Administración del Estado, que desde
1978 no tiene competencias en la materia.
- Además, se está tratando de acoger bajo el paraguas turístico todo lo que afecta al
turista.
- Diversos sectores del ordenamiento jurídico administrativo afectan y se ven afectados
por el fenómeno turístico.
Desde los diferentes puntos de vista que puede ser abordado en el fenómeno turístico, el que a
nosotros nos interesa es la perspectiva jurídica. Desde esta perspectiva los puntos de mira son
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La justificación del análisis del turismo desde el punto de vista administrativa quizá pueda
justificarse en la necesidad que tiene este sector de encontrar soluciones que le ayuden a
mantener o incrementar y mejorar el servicio que se presta por los agentes turísticos.
Los problemas son muy diversos, siendo quizá el más importante, el de la deficitaria legislación
administrativa turística, por un lado, inferior a la necesaria y por otro, de pésima calidad técnica.
En otros casos es una legislación pasada de moda cuando no inconstitucional. Otro problema es
que al ser el turismo una competencia básicamente autonómica, existe una variedad de leyes
de ordenación del sector, lo que supone diversidad de legislación y tratamiento no uniforme en
todas ellas.
A los problemas del turismo se les han ido dando respuesta legislativa de forma fragmentada y
parcial, y, además, gran parte de la legislación aún vigente es la dimanante de la Administración
del Estado, cuando desde la entrada en vigor de la Constitución, en una competencia
autonómica. Junto a este problema existe otro: el que supone normativizar cada uno de los
agentes turísticos (establecimientos hoteleros, turismo rural, campamentos de turismo,
albergues, agencias de viaje, etc.).
¿Qué supone todo esto para el consumidor? Que desconoce la calidad del servicio que pueda
esperar y exigir del agente turístico, generando la frustración de no recibir lo que demando en
cada caso.
¿Y para el agente turístico? Pues que toda esta fragmentación y parcialidad en el tratamiento y
ordenación del sector supone la practica imposibilidad de dar cumplimiento a su deber de
diligencia como buen empresario.
¿Y desde la óptica del analista del Derecho Administrativo? La necesidad de ordenar, mejorar y
aclarar la legislación existente, tanto a nivel estatal como autonómico, y la interrelación entre
una y otra.
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La deficiencia legislativa tiene otros problemas añadidos: la reciente tentación de acoger bajo el
paraguas turístico todo lo que afecta al turista y por otro lado está el hecho añadido de que hay
muchos sectores del ordenamiento jurídico-administrativo que afectan y se ven afectados por
el fenómeno turístico (urbanismo, medio ambiente, costas, sanidad, consumo…).
Además de todo lo anterior está el hecho añadido de que hay sectores de ordenamiento jurídico
administrativo que afectan y se ven afectados por el fenómeno turístico (urbanismo, medio
ambiente, costas, montes, sanidad, higiene, consumo, etc.), por lo que habría que depurar las
leyes turísticas excluyendo lo que no sea un servicio turístico estricto.
Cuando hablamos del carácter multidimensional o interdisciplinar del turismo, en realidad nos
estamos refiriendo a una misma realidad vista desde diferentes ópticas. El turismo tiene
múltiples dimensiones en la medida que se trata de una realidad que puede analizarse en su
faceta económica, jurídica o de ocio – multidimensionalidad – y ello conlleva el que, para
cualquier observador interesado en el fenómeno turístico, el turismo sea el objeto de muy
diferentes disciplinas – interdisciplinar – tales como las correspondientes al análisis histórico,
económico o las diferentes ramas del Derecho, privado y público. Nos estamos refiriendo a que
el turismo no es un fenómeno aislado y estático, sino que se relaciona con otros sectores o
actividades y lo hace de una forma integradora, dinámica y evolutiva. En definitiva, el fenómeno
turístico solo puede existir y encuentra su razón de ser vinculado estrechamente con otras
realidades, con otros fenómenos, con otras disciplinas como la medioambiental, la urbanística
o la económica. Y esta vinculación es bidireccional, es decir, el turismo incide directamente en
el urbanismo, en el medioambiente... y en otros fenómenos o realidades, como estos inciden en
el turismo, de forma que la actualización en materia turística tiene necesariamente
consecuencias en los demás sectores pues su vinculación a los mismos es consustancia a
fenómeno turístico y viceversa.
El turismo tiene carácter multidimensional porque puede analizarse desde distintos puntos de
vista, desde distintas dimensiones: desde un punto de vista económico jurídico, de ocio, etc. Y
se caracteriza por ser multidisciplinar/interdisciplinar porque, consecuentemente con su
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A partir de la definición del turismo y de la materia turística como la actividad desarrollada por
los agentes turísticos a los usuarios de esta misma naturaleza, es preciso afirmar que la
intervención administrativa que se articula sobre los agentes turísticos es la única que ha de
merecer el calificativo de actividad administrativa turística, a pesar de que tanto la
Administración de este sector como las Administraciones Públicas articulan a su vez su propia
actividad, teniendo en cuenta múltiples aspectos que inciden de forma principal en otros
sectores, pero que afectan definitivamente a la prestación del servicio turístico. Por ello, la
Administración competente en materia urbanística o en materia industrial, entre otras, incide
directamente en los establecimientos turísticos, en su apertura y en el desarrollo de su actividad
ordinaria, y no por ello, son Administración turística, ni la actividad que despliegan es turística
propiamente dicha.
Ya dentro del Derecho Administrativo del Turismo, en cuanto Derecho aplicable a los diferentes
agentes turísticos, es preciso estudiar una gran variedad de disposiciones normativas:
comunitarias, estatales, autonómicas y locales.
Por ellos es objetivo de este estudio conocer finalmente si existe o uno un fundamento jurídico
que justifique la existencia de un Derecho Administrativo turístico como un sector del
ordenamiento jurídico claramente diferenciado de otros ámbitos o sectores funcionales,
administrativos, sin perjuicio de que estos últimos también incidan sobre ese otro Derecho
administrativo que sería el turístico.
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Por eso la normativa turística es en algunos aspectos parte integrante de la del consumo y por
tanto parte informada por el principio de defensa del consumidor en virtud de la obligación que
se impone al legislador en el art. 51 de la Constitución: “Los poderes públicos garantizaran la
defensa de los consumidores y usuarios, protegiendo, mediante procedimientos eficaces, a
seguridad, la salud y los legítimos intereses económicos de los mismos”.
La Ley de Defensa de los Consumidores en una norma que no agota la defensa del consumidor,
pues se limita a introducir modificaciones al régimen general para los supuestos en los que
aparezca implicado el consumidor, sean de la naturaleza que fuesen. Quiere ello decir que los
derechos y obligaciones del consumidor no se agotan en la legislación genérica como
consumidor sino como comprador, asegurado, usuario de un servicio público o quizás un turista.
El Preámbulo del Texto Refundido de la Ley para la Defensa de Consumidores y Usuarios 1/2007,
separa la materia que incorpora o deja fuera de la refundición: “ se incorpora a la refundición la
regulación sobre viajes combinados, por tratarse de una norma de transposición de directiva
comunitaria que se integra en el acervo comunitario de protección de los consumidores…
Además, se incorpora al texto refundido la regulación sobre la responsabilidad civil por daños
causados por productos defectuosos”. Se incorpora además la regulación sobre contratos
celebrados fuera de los establecimientos mercantiles; la del comercio minorista y la de garantías
en la venta de bienes de consumo. No se incorporan sin embargo otras regulaciones que
constituyen un ordenamiento y se deja fuera la regulación de sectores muy específicos como el
sanitario o el comercio electrónico.
En este sentido puede decirse que existe autonomía de ordenamiento turístico en relación con
el de consumo, puesto que los objetivos de la legislación turística son más amplios y en
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ocasiones difieren de los que son propios de aquel: la estricta defensa de los consumidores t
usuarios turísticos. Ello sin perjuicio, lógicamente, de la integración de unas normas en otras: las
turísticas en las de consumo y las de este en las otras.
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2. Aceptar las normas particulares de las empresas turísticas, siempre y cuando no sean
contrarias a la reglamentación vigente.
3. Satisfacer el precio de los servicios disfrutados.
4. Respetar las instalaciones de las empresas turísticas, especialmente cuando estén
ubicadas en lugares de especial el valor histórico – artístico y/o ecológico.
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3. Derecho a la seguridad.
4. Derecho a que los bienes y servicios turísticos sean acordes con la categoría del
establecimiento.
5. Derecho a recibir los servicios acordados.
6. Derecho a la tranquilidad en el interior del establecimiento, de acuerdo con las
características de este y del entorno en el que se encuentre, sin perjuicio de la normativa
aplicable al referido derecho.
7. Derecho a formular quejas y reclamaciones.
8. Deber de respetar las normas de uso y régimen interior de los establecimientos.
9. Cumplir el régimen de reservas.
10. Respetar el entorno cultural y medioambiental.
11. Abonar el precio al servicio.
12. Observar las normas usuales de convivencia social y respeto.
13. Respetar la dignidad de las personas que trabajan en la actividad turística.
En el ámbito de la Unión Europea, diversa normativa incide también en el ámbito del turismo,
pero teniendo en cuenta que hay casos en que no se trata de legislación específica de este
ámbito sino que es una legislación general, como por ejemplo, en los relativos a los transportes
aéreos, que de una u otra manera inciden en el turista, estableciendo normas comunes sobre
compensación y asistencia a los pasajeros aéreos en caso de denegación de embarque y de
cancelación o gran retraso de los vuelos. Asimismo, establece una lista comunitaria de las
compañías aéreas sujetas a una prohibición de explotación de la Comunidad y a la información
que suelen recibir los pasajeros sobre la identidad de la compañía operadora.
La nueva normativa europea se aplica a los pasajeros que porten de un aeropuerto situado en
el territorio de un Estado miembro y a los que parque del aeropuerto de un tercer país con
desino a otro situado en el territorio de un Estado miembro. Se reconocen una serie de derechos
a los pasajeros con la condición de que dispongan de una reserva confirmada en el vuelo que se
trate, y, excepto en el caso de cancelación, se presenten a facturación a la hora indicada
previamente, o, de no indicarse hora alguna, con una antelación mínima de cuarta y cinco
minutos respecto a la hora de salida anunciada.
Situaciones:
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El Derecho Turístico forma parte del Derecho Administrativo Económico, aunque sus técnicas e
instrumentos jurídicos sean menos maduros en su conjunto. El ordenamiento jurídico turístico
es un ordenamiento joven y es un ordenamiento integrado que se ve afectado por las muy
diversas características de los sectores del ordenamiento que lo componen.
Algunas normas turísticas están en consonancia con el Derecho del consumo, aunque solo se
apliquen a relaciones jurídicas turísticas. Sin embargo, hay otras en las que se parecía un mayor
fundamento turístico más allá de la defensa del consumidor.
Sin embargo todas ellas son normas que directa o indirectamente suponen una actividad
administrativa en un ámbito económico como sin duda es el de turismo, a la vez que implican
una ordenación sobre empresarios que prestan estos servicios, ya que junto a la actividad
promocional o de fomento turístico, que supone en direccionamiento de la política económico
– turística; la administración limita, controla y sanciona a los empresarios para que presten el
servicio de una determinada forma y a su vez ello revierta positivamente en el beneficio
económico del sector.
En este sentido el derecho turístico forma parte del derecho administrativo económico, aunque
sus técnicas e instrumentos sean quizás aún menos maduras en su conjunto. Hay que tener en
cuenta que el Derecho turístico es un derecho joven y, desde la óptica de los sujetos a los que
se aplica, es un ordenamiento integrador que se ve afectado por las muy diversas características
de los sectores del ordenamiento que lo componen.
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La Mancha y Castilla León) tienen leyes turísticas con poca alusión a sectores que afectan al
turismo.
Las previsiones que las leyes urbanísticas y de ordenación territorial del destino turístico de
determinadas construcciones e infraestructuras son igualmente escasas.
Cada Comunidad Autónoma trata de integrar en la ordenación de su territorio todos los aspectos
decisivos para una adecuada actuación administrativa: el ámbito urbanístico, turístico y
medioambiental, junto con los aspectos históricos, artísticos y culturales.
Por eso, todas estas leyes reflejan los principios de coordinación, programación y colaboración.
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- Otras veces, la obtención previa del acto (en el sector medioambiental, artístico o
agrícola) es condición indispensable para la autorización turística (frecuente en la
regularización de agentes cercanos al medio ambiente como los campamentos de
turismo o los alojamientos del turismo rural).
- Turismo sostenible: que se refiere al hecho de que puede mantenerse por sí mismo, sin
ayuda exterior ni merma de los recursos existentes.
- Turismo sustentable: que apunta al hecho de que puede defenderse o sustentarse con
razones que permitan una determinada estrategia.
- Ecoturismo: que hace especial énfasis en los aspectos de protección medioambiental de
la actividad turística.
- Turismo responsable: que acoge la perspectiva de la necesidad de que el turismo se
realice sin merma de los recursos existentes y con especial protección del
medioambiente y del paisaje.
- Turismo alternativo: es el modelo turístico que apunta a una mayor oferta por parte de
los agentes turísticos no tradicionales y más cercanos al medio natural.
El deporte constituye una modalidad más de turismo: el turismo deportivo, que con los años va
alcanzando mayor interés y proporción en el conjunto de la oferta turística. Y es común que, de
forma integrada en el turismo activo o separadamente de ella, las CCAA regulen algunos
elementos turísticos deportivos como las embarcaciones de recreo y deportivas.
Además de ser una tipología turística, el deporte da lugar a un modelo de turismo que, en teoría,
debería ser más acorde con el respeto a las condiciones medioambientales en que tal modelo
se plantea.
En las leyes turísticas, dentro de la tipología “otras actividades de interés turístico”, se incluyen
los deportes de aventura, las estaciones de esquí, los puertos náuticos, los campos de golf.
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Asimismo, en Aragón se refieren a las empresas de turismo activo como aquellas dedicadas a
proporcionar, de forma habitual y profesional, mediante precio, actividades turísticas de recreo
deportivas y de aventura. No serán empresas de turismo activo los clubes y federaciones
deportivas que organicen actividades sólo para sus afiliados.
Aunque es preciso distinguir, a los efectos de su análisis y estudio, las muy diferentes facetas o
dimensiones del turismo -consumo, urbanismo, medioambiental, deportiva- ya que de ello se
derivan competencias y regímenes específicos, todas estas vertientes se integran como una sola
en el servicio turístico que se oferta.
La cultura contribuye al turismo: las personas hacemos turismo motivados en muchas ocasiones
por la cultura del destino turístico de forma específica y, a su vez, somos turistas movidos por
una cultura concreta. Los destinos turísticos culturales se ven afectados por acciones o
intervenciones de lo más variado, pupes es obvio que un yacimiento arqueológico puede
resultar afectado, como un monumento histórico, por la construcción de infraestructuras o
edificios industriales. En este sentido, el destino cultural es de altísima sensibilidad.
Más allá de la expectativa cultural, cualquier destino requiere de un código ético y así lo pone
de manifiesto la Organización Mundial del Turismo que promueve el cumplimiento del Código
Ético Mundial para el turismo con miras a garantizar, en los países miembros, los destinos
turísticos y con miras a que las empresas maximicen los efectos económicos, sociales y culturales
positivos del turismo y, asimismo, sus beneficios, reduciendo al máximo los impactos
ambientales y sociales negativos.
A partir de esta declaración ética para el turismo se puede ver que hay acciones concretas que
exigen responder desde la política turística de los diferentes. Estados a cuestiones como que el
turismo sea un derecho a todos, haciendo accesible el destino tanto a discapacitados, como a
personas con movilidad reducida. Es un hecho además que, más allá de la perspectiva ética, una
mayor profundización en la calidad turística exige dar respuesta al derecho del turismo de un
sector de la población cada vez más numeroso como es el de las personas mayores de edad.
En esta línea, ciudades como Barcelona o Madrid, mediante ordenanzas de ciudadanía, han
tratado recientemente de hacer de sus municipios lugares amables y bellos para los ciudadanos,
pues no cabe la menor duda de que la regulación de como depositar la basura en vía pública, o
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prohibiciones de no tender ropa en los balcones, tienen este objetivo, sin perjuicio de que
tengan también algún otro.
La estética como reclamo principal es asimismo uno de los objetivos de las recientes
regulaciones valenciana, catalana y gallega sobre el paisaje. Se trata de una estética que confluye
en una ética turística concreta en la que cada vez, con más peso, influyen expectativas
intangibles en la demanda de determinados servicios turístico.
Los turistas, más allá de dar cobertura a sus necesidades materiales más esenciales (alojamiento,
alimento) desean y buscan, que lo que reciben en sus momentos de ocio y turismo tengan una
especial calidad. De manera que esa calidad no ha de versar exclusivamente en la satisfacción
de necesidades materiales, sino, progresivamente, y en la medida en que se van produciendo
una mejora también progresiva, de la calidad turística, buscar satisfacer necesidades intangibles,
más espirituales; la necesidad de rodearse de belleza; el anhelo de silencio y la tranquilidad; que
no existan malos olores; bellos paisajes, etc.
En esta dirección se comprende que existan CCAA que pretendan reunir en una norma algo tan
difícilmente aprehensible como la experiencia humana del turista y, no obstante, lo intenten.
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Existe una enorme dificultad para encontrar un concepto. Esta dificultad deviene de la necesidad
de abarcar su multidimensionalidad y su propia evolución histórica (del inicial viaje de placer a
los actuales de trabajo, congresos, de salud, religioso, de sexo).
Para Villar Palasí, más que un fenómeno jurídico es algo sociológico, económico y político. Su
regulación total supone estudiar desde el Derecho Internacional hasta las ordenanzas de
Aduanas. Hay normas conectadas al turismo, las menos y con doble dirección: proteger al turista
y proteger a la industria turística.
La Escuela Berlinesa define al turismo como “un vencimiento del espacio por personas que
afluyen a un sitio donde no poseen un lugar fio de residencia”; definición excesiva pues no todos
los desplazamientos fuera del lugar de residencia son por turismo, y sí se puede hacer turismo
en su lugar de residencia.
Desde la vertiente jurídica sería más oportuno definir el turismo aproximándonos a delimitar el
fenómeno de manera residual o negativa. Sin duda, el turista suele caracterizarse porque se
traslada a otro lugar no siendo este el de su residencia fija, aunque sus motivaciones pueden ser
muy diversas y no exclusivamente de evasión.
El fenómeno turístico también puede definirse a partir de sus diferentes centros de imputación
subjetiva: la del turista y sus motivaciones; la de la empresa, actividad o establecimiento
turístico; y, a partir de la industria privada, la Administración o la economía turística.
En su vertiente normativa, lo turístico requiere que fijemos unos límites claros que permitan
conocer cuáles son los derechos y obligaciones del turista, la empresa y la Administración
turística, sin perjuicio de la amplitud del fenómeno en el terreno objetivo, motivacional, social,
económico o geográfico.
La Ley de 8 de Julio de 1963, sobre competencia en materia turística definía por primera vez el
turismo, señalando en su Exposición de Motivos que “… para ello podía partirse de un criterio
funciona, de un criterio formal o de un criterio material” y señalaba que era preferible este
último, puesto que la existencia misma del fenómeno turístico, permite la tipificación como
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El Decreto 231/1964, de 14 de enero, no hace sino definir caso a caso lo que se entiende, a los
efectos de esta disposición, por “empresa turística privada” y “actividad turística privada” sin
ofrecer una definición del turismo:
Desde 1978, a nivel autonómico algunas leyes tratan de definir el turismo, aunque con
restricciones en cuanto a que ello suponga una limitación competencial. El Preámbulo Ley
7/1995 de Ordenación de Turismo de Canarias se señala que la Ley es especialmente aplicada a
los turistas, a los que denomina usuarios turísticos, puesto que esta expresión es más amplia
que la primera, ya que en el acervo popular por turista se entiende de manera fundamental al
extranjero que visita las islas, siendo así que también los nacionales en general, e incluso los
canarios en particular, son demandantes y receptores de los servicios turísticos.
Sin embargo, la gran mayoría de las leyes de ordenación turística autonómicas se centran en
señalar los objetivos de la propia norma, destacando la importancia económica del fenómeno
turístico y las notas que caracterizan al turista actual sin entrar a definir qué es ser o estar como
turista. Lo que se apunta en todas ellas es a considerarlo tal en virtud de su referencia a la
demanda y recepción del servicio turístico, pasándose a definir a continuación lo que entiende
por un servicio de tal naturaleza.
La ley catalana 13/2002, define varios elementos que son comunes de otro lado a todas las leyes
de ordenación turística autonómicas:
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El convenio de Nueva York de 1954 define como turista a toda persona, sin distinción de
raza, sexo, lengua o religión, que entre en un territorio de un Estado contratante,
distinto de aquel en que tiene su residencia habitual y permanezca en él 24 horas y no
más de 6 meses, en cualquier periodo de 12 meses con fines de turismo, recreo,
deporte, salud, asuntos familiares, estudios, peregrinaciones religiosas o negocios, sin
propósito de inmigración.
En la Conferencia de Naciones Unidas de 1963 se definió como visitante, que no
turística, como la persona que visita un país diferente de aquel en el cual tiene de
ordinario su residencia, con fines distintos del de ejercer una ocupación remunerada en
el mismo país que visita.
En la Declaración de Manila de 1980, turista es la persona que accede al descanso
recreativo y a las vacaciones y a su libertad de viaje, en el marco del tiempo libre y del
ocio. Calificándolo como un derecho fundamental de todo ser humano.
En la misma línea esta la Declaración de la Haya de 1989 que reitero el derecho al
descanso y al disfrute del tiempo libre, la limitación de la duración del trabajo y las
vacaciones pagadas; y señaló como objetivos de la legislación turística el proteger al
turista; proteger al país de los problemas del turismo; y fomentar el turismo.
La Conferencia Internacional de Turismo de Ottawa de 1991 define el turismo como el
conjunto de actividades que realizan las personas durante sus viajes y estancias en
lugares distintos a de su entorno habitual, por un periodo de tiempo consecutivo inferior
a un año con fines de ocio, por negocios y otros motivos.
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En todo caso, las diferentes normas nos ofrecen elementos indicativos para su definición,
aunque exclusivamente a los efectos de la disposición normativa en cuestión y de las
competencias y potestades que en torno al fenómeno turístico se articulan.
El origen es lejano. Los italianos conservan el recuerdo de las ferias de agosto de las antigua
Roma (feriae augusti = feria de agosto, que correspondían a la primera quincena de agosto y es
lo que ahora se conoce como vacaciones.
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En el s. XIX el turismo itinerante derivaría del “viaje del caballero”, usando la diligencia, el
ferrocarril y el automóvil. EL turismo residencial se manifestó en el termalismo, el paisajismo
suizo y las visitas al mar (turismo de veraneantes). Desde 1845, la reina Isabel II tomaba baños
de mar en San Sebastián.
El turismo de masas actual es muy distinto al anterior. Factores que han situado al ciudadano
medio de condiciones de hacer turismo:
- El desarrollo económico de Estado del bienestar dio lugar a una clase media que
dependía de su trabajo, generándose una política social, que fue resultado de
pasar de una sociedad agrícola a una industrial.
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los pases toman la iniciativa económica (la acción turística estatal fue
importante, como en España).
- 1939 – 1945: Segunda Guerra Mundial, en los años 40 se manifiesta una fuerte
impronta individualista para dar respuestas a los nuevos problemas políticos y
económicos, pero su fracaso lleva a adoptar políticas comunes a nivel nacional
e internacional.
En las últimas décadas, el turismo se considera como uno de los sectores estratégicos de la
economía mundial para contribución al crecimiento económico y por la capacidad generadora
de empleo. Según la OIT, el turismo representa el 10% de la mano de obra mundial y 10,9% del
PIB. El crecimiento de gastos e ingresos medios del turismo es del 8,3%. Por número de visitantes
destacan Francia y España. Por ingresos por turismo destacan EEUU, Francia, Italia y España. El
turismo supone el 14,1% del PIB europeo en 2000. El 24,3% de trabajadores europeos en turismo
están es España.
En el nuevo milenio, el Plan Integral de Calidad de Turismo Español (PICTE) es un plan de calidad
que dará coherencia global al turismo.
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La evolución económica del fenómeno turístico se produce en nuestro país de forma casi
idéntica a como se va manifestando en el resto de Europa. En nuestro país se considera que la
fecha de 17 de diciembre de 1863 fue la determinante para el nacimiento del turismo interior,
Isabel II decidió suprimir el pasaporte para viajes por el interior de España.
Más delante de forma paralela a como sucede en el resto de Europa, desaparece el concepto
feudal del veraneo, cuando el turista se integra en las colonias típicas y tradicionales de los
veraneantes, en parte auspiciado por el desarrollo de los diferentes medios de transporte.
Hasta ese momento la Administración pública española presta directamente el servicio turístico
y fomenta que empresas privadas lo presten. Aún no se prevé, sin embargo, una acción
administrativa limitativa o sancionadora sobre la actividad de agentes turísticos privados.
La Comisión Nacional fue sustituida por la denominada Comisaría Regia de Turismo en 1911,
tratando de dar una respuesta más acorde con la complejidad del fenómeno turístico al
coordinar los diversos organismos competentes que fueron surgiendo en toda materia turística,
ya que, al margen de las instituciones administrativa turísticas de alcance general, se fueron
creando organismos sectoriales de incidencia turística que era preciso coordinar: Paradores
Nacionales, Parques Nacionales, Hosterías y Hospederías; Comités Oficiales de Turismo en las
Colonias o las Agencias de Turismo en el extranjero. Sus atribuciones eran más amplias que las
de la Comisión Nacional, aunque todas ellas más en el terreno del fomento que del control o de
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El 25 de abril de 1928 nace el Patronato Nacional de Turismo que sustituiría a la Comisaría Regla
con cuatro objetivos claramente apuntados:
Para el cumplimiento de los objetivos eran competencia del Patronato divulgar el conocimiento
de España, fomentando la publicación de guías, catálogos, anuncios…; provocar y apoyar
cuantas iniciativas tendiesen a mejorar el turismo; estimular el desarrollo de la industria
hotelera; estudiar los medios para implantar Escuelas de Turismo, promover y apoyar la
propaganda del turismo en el extranjero; fundar centros o agencias de turismo en España donde
no existieran y cualquier otra labor que contribuya a afirmar el prestigio de España entre los que
vienen a visitarla, dándoles facilidades para hacerlo, y que, guardando conexión con las
anteriores funciones, no le esté vedado por las leyes generales del Reino o por disposiciones
especiales.
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los mismos miembros que integraban el Comité y además vocales ciudadanos de nombramiento
por el Jefe de Gobierno.
Se constituyo como una caja especial, lo que significa que se trataba de un órgano administrativo
ordinario insertado en la jerarquía. Con sus fondos incrementaba el riesgo de mayor corrupción
en la gestión de sus caudales al estar sometido a menores controles presupuestarios que los
ordinarios.
Será la autonomía del patronato lo que haga que sea suprimido en 1931, ante la sospecha
generalizada de desvió de fondos para actividades consideradas antirrepublicanas. Se constituyo
en su lugar y durante un corto periodo de siete meses y medio, la que puede considerarse
primera Dirección General del Turismo que seguiría funcionando con los fondos del Seguro
Obligatorio de Viajeros, pero fiscalizada por la Presidencia y con el anuncio del pase de esos
fondos a los Presupuestos Generales del Estado en 1931.
Tras ese breve lapsus de tiempo se restableció el Patrimonio, pasando los servicios
encomendados a la Dirección a la Subsecretaria de la Presidencia del Consejo de Ministros, bajo
la dependencia inmediata de un funcionario con la categoría de Jefe de Administración con el
título de secretario del Patronato Nacional de Turismo. Las nuevas competencias que
desempeñaría el patronato son:
- Información.
- Propaganda general y publicaciones.
- Presa y redacción.
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- Contabilidad y alojamientos.
En este último ámbito se implantaría en 1929 el conocido Libro Oficial de Reclamaciones que
marcaría ya una importante intervención administrativa en torno a la empresa turística, no solo
de fomento, sino de limitación y sanción del sector, encaminándose asía hacia la expresión
normativa del objetivo último de la prestación de un servicio turístico de mayor calidad.
Tras la Guerra Civil, las competencias del Patronato fueron asumidas por el Ministerio de
Gobernación a través de la Dirección General de Turismo, que en 1940 acogería funciones
amplísimas: propaganda y publicaciones, deportes; alojamientos; transporte, comunicaciones y
turismo comercial; oficinas de información; captación y distribución de datos informativos sobre
turismo contabilidad, entre otras.
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existencia y hasta que se disolvió en 1977 fueron regulados con mayor detalle los asuntos
relativos a la información que al turismo propiamente dicho.
Con la posesión del Ministerio de Fraga Iribame se abre una nueva etapa de 1962 a 1969 que
caracterizó desde el punto de vista jurídico turístico por un gran número de normas turísticas.
Se amplio el ámbito turístico al dividirse esta competencia entre dos Direcciones Generales: la
de Promoción del Turismo y la de Empresas y Actividades Turísticas.
En 1962 se crea el Instituto de Estudio Turisticos y en 1963 la Escuela Oficial de Turismo. En esta
época también se mejora la organización interna de los departamentos competentes en materia
turística y se advierte mayor voluntad política por hacer eficaces las innumerables disposiciones
turísticas sectoriales, controlando y sancionando las infracciones cometidas ante lo importante
que para nuestra economía se va manifestando la industria turística.
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Así, se determinaron las competencias estatales sobre la materia turística, se aprobó el Estatuto
Ordenador de las Empresas y Actividades turísticas Privadas; se creó el denominado registro de
Empresas y Actividades turísticas; el Registro de denominaciones Geo-turísticas, se reglamentó
el ejercicio de actividades turístico-informativas privadas…
En esta etapa también se ofrece una ordenación más completa de los diferentes sectores.
De 1970 a 1974 son de destacar las disposiciones relativas a la Agrupación Sindical de Centros
de Formación turística, la fijación de los requisitos mínimos de infraestructura en los
alojamientos, la implantación de sistemas electrónicos de gestión de servicios turísticos, la
regulación de la declaración de Paradores y Albergues colaboradores o la aprobación del
Estatuto de los directores de establecimientos
De 1974 a 1975 Pío Cabanillas, decide coordinar las tareas desempeñadas por ambas Direcciones
Generales turísticas a través de un Comisario Nacional. Pero al ser sustituido por León Herrera
y Esteban en octubre de 1974 esta creo una tercera Dirección General de Servicios.
Desde 1975 a la actualidad los cambios producidos en el seno de la organización turística estatal
son consecuencia en gran parte de la desaparición del antiguo Ministerio de Información y
turismo y de su Dirección General de Servicios.
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DERECHO ADMINISTRATIVO Y LEGISLACIÓN DEL TURISMO
En su art. 6, señala que la Secretaría de Estado de Turismo llevará a cabo cuantas acciones sean
precisas para la definición, desarrollo, coordinación y ejecución de las políticas turísticas del
Estado, sin perjuicio de las competencias de la Comisión Interministerial de Turismo, así como
las relaciones turísticas internacionales, públicas o privadas, y la cooperación turística
internacional, en coordinación con el Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación.
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DERECHO ADMINISTRATIVO Y LEGISLACIÓN DEL TURISMO
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DERECHO ADMINISTRATIVO Y LEGISLACIÓN DEL TURISMO
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DERECHO ADMINISTRATIVO Y LEGISLACIÓN DEL TURISMO
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DERECHO ADMINISTRATIVO Y LEGISLACIÓN DEL TURISMO
En un primer momento el Estado interpreto que no toda la materia turística debía ser
de competencia exclusiva autonómica, por lo que vino a asumir competencias,
básicamente en el terreno promocional exterior.
El problema se fue resolviendo poco a poco más por la vía de los hechos que por vía del Derecho.
Las CCAA empezaron a asistir a ferias internacionales y a realizar viajes de promoción al
extranjero.
En todo caso el establecer las competencias del Estado en materia turística no es fácil, aunque
está claro que:
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DERECHO ADMINISTRATIVO Y LEGISLACIÓN DEL TURISMO
- Coexisten las CCAA con competencia exclusiva en materia turística con Ciudades
Autónomas (Ceuta y Melilla) que al no tener competencia exclusiva en materia
turística se van a regir por la legislación estatal.
Pero sin duda, ha sido el Tribunal Constitucional el que ha desempeñado un papel definitivo a la
hora de determinar los limites competenciales en la materia, pero no lo ha hecho sentando
principios indiscutibles sino más bien estableciendo limites negativos a partir de casos
concretos, como, por ejemplo:
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DERECHO ADMINISTRATIVO Y LEGISLACIÓN DEL TURISMO
Mas allá de las medidas de fomento turístico y de la titularidad de otras competencias que
indirectamente afecten al turismo, el estado carece de competencia turística propia.
Un conflicto de competencia será positivo cuando las dos partes implicadas (en este caso el
estado y CCAA) quieren asumir una determinada competencia; el Tribunal deberá decidir de
quien es competencia.
Un conflicto de competencia será negativo cuando ninguna de las dos partes quiere asumir una
determinada competencia (el Estado dice que una determinada materia es competencia
autonómica y la CCAA dice que es competencia estatal).
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DERECHO ADMINISTRATIVO Y LEGISLACIÓN DEL TURISMO
Del diseño competencial que hace la CE de 1978 respecto a la materia turística se concluye que
la Administración autonómica del turismo será la que asuma las diferentes potestades
administrativas, aunque el Estado se reserva ciertas competencias que, de un modo u otro
inciden sobre el turismo, igual que sucede con la UE, la cual según el Plan PICTE (Plan Integral
de Calidad del Turismo Español 2000-2006), y dado el carácter multidimensional del turismo
decide multitud de cuestiones de gran interés para el sector turístico.
La Unión Europea (UE) ha asumido competencias de tipo subsidiario sobre el turismo. Ya con la
creación de la Comunidad Económica en 1957 y más adelante en el Tratado de la UE firmado en
Maastricht en 1992 y en el Tratado de Ámsterdam de 1997:
Gran parte de las medidas que han ido adoptando por la UE inciden también sobre el turismo
de forma indirecta, en cuanto que el título habilitante ha sido o bien del sector agrario, o del
medioambiente o de la propia ordenación urbanística.
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DERECHO ADMINISTRATIVO Y LEGISLACIÓN DEL TURISMO
sobre el turismo. La resolución del Parlamento Europeo de 29 de noviembre de 2007 “sobre una
nueva política turística en la UE hacia una mayor colaboración en el turismo europeo”, nos pone
de manifiesto los sectores sobre los que puede incidir la legislación comunitaria en el turismo:
en política de visados, estadísticas, armonización de normas de calidad, sistemas de gestión de
calidad, protección de los consumidores, turismo termal, turismo accesible, turismo sostenible
desde el punto de vista social, económico y ambiental, derechos de los pasajeros, promoción de
destinos turísticos europeos, desarrollo del turismo y política de financiación.
Cualquier aproximación al turismo desde la óptica del derecho comunitario ha de tener como
punto de partida la circulación de las personas de los Estados miembros, presupuesto
fundamental para la práctica del turismo transnacional. La libertad de establecimiento y, sobre
todo, la libre prestación de servicios completan la libre circulación y libertad de residencia en el
territorio de la Unión se configuran como derecho de los ciudadanos de la Unión, el turista ha
superado estos posibles escollos, tanto en su condición de viajante como de residente, puesto
que la libertad de circulación le permite desplazarse por cualquier medio, libremente por el
territorio de la Unión -sin fronteras ni aduanas interiores- y el derecho a residir libremente
supone asimismo la posibilidad de establecimiento de residencia en cualquier Estado miembro
diferente del que se es nacional. La UE sigue trabajando en la dirección de influir sobre el sector
turístico y el turista por la vía de incidir y regular de forma más bien dispositiva – este y otros
sectores, y así, con carácter ejemplificativo – ha venido dictando diversas disposiciones de
carácter normativo y no normativo:
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DERECHO ADMINISTRATIVO Y LEGISLACIÓN DEL TURISMO
Por otro lado, la UE por la vía de la aplicación de Fondos Comunitarios, programas e iniciativas,
direcciona la política turística de los estados miembros.
La Ley Reguladora de las Bases de Régimen Local (LRBRL) atribuye a los municipios la posibilidad
de realizar actuaciones en materia de “actividades o instalaciones culturales y deportivas;
ocupación del tiempo libre, y turismo, gozando de autonomía para la gestión de sus intereses.
Está pues en manos de la Administración competente sobre el turismo (las CCAA) la delegación
en los municipios del ejercicio de esta competencia en la medida que afecte a sus intereses
propios, siempre que con ello se mejore la eficacia de la gestión pública y se alcanza una mayor
participación ciudadana.
Sin embargo y frente a lo que constituye el reparto competencial, es claro que la incidencia del
turismo tiene un ámbito territorial que poco tiene que ver con la distribución de competencias
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DERECHO ADMINISTRATIVO Y LEGISLACIÓN DEL TURISMO
que se opera a nivel constitucional, porque es en concretos lugares -municipios- donde opera el
fenómeno turístico. De ahí que las Ordenanzas municipales sean uno de los principales
instrumentos de ordenación del turismo: de la planificación de la política turística,
medioambiente y salubridad municipal y, como no, con el urbanismo.
No obstante, las leyes de las CC.AA pueden establecer regímenes especiales para ciertos
municipios pequeños o de carácter rural o aquellos que reúnan unas ciertas características que
lo hagan aconsejable, como su carácter histórico-artístico, o el predominio en su término de
actividades turísticas, mineras, industriales u otros semejantes.
Esto ha hecho surgir a efectos promocionales y de coordinación la figura del demonio Municipio
turístico, cuya declaración corresponde a las CC.AA., en el ámbito de sus territorios sin que ello
afecte a la atribución de más facultades a los municipios que las determinadas en las propias
leyes de ordenación turística autonómicas, o bien en el marco más general, de la planificación
turística a la que debemos remitirnos para conocer que CC.AA. tienen prevista la figura. Un
ejemplo de lo que se considera municipio turístico está en la Ley Gallega de turismo 14/2008 de
3 de diciembre, cuyo artículo 20 nos refiere a la categoría de Ayuntamientos turísticos, que serán
los que cumplan como mínimo una de las siguientes condiciones:
a) Que el promedio ponderado anual de población turística sea superior al 25% del número
de vecinos y que el número de plazas de alojamiento turístico y de plazas de 2ª
residencia sea superior al 59% del número de vecinos.
b) Que el término municipal incluya un área territorial que tenga la calificación de recurso
de interés turístico.
c) Que acrediten contar, dentro de su territorio, con algún evento o servicio turístico
susceptible de producir una atracción turística que genere una cantidad de visitantes
cinco veces superior a la población.
También existe el denominado municipio turístico sostenible, creado con el fin de integrar al
municipio turístico con las exigencias medioambientales y en este sentido el Programa de
Naciones Unidas para el medio ambiente (PNUMA) adopta la estrategia para el logro de un
turismo sostenible, a nivel local dentro del denominado programa 21 Local. Se trata de
promover, entre los organismos gubernamentales y la industria, el desarrollo de instrumentos
de turismo sostenibles para la gestión de zonas protegidas o de carácter delicado, y el apoyo a
la aplicación de acuerdos ambientales de zonas protegidas o de carácter delicado, y el apoyo a
la aplicación de acuerdos ambientales multilaterales pertinentes para el turismo, iniciativa a la
que se han adherido en nuestro país un buen número de entes locales, con el objetivo de
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DERECHO ADMINISTRATIVO Y LEGISLACIÓN DEL TURISMO
Categorías diferentes al municipio turístico son los municipios de preferente uso turístico o
zonas turísticas saturadas.
La principal novedad de las nuevas leyes turísticas es que empiezan a delimitar las competencias
turísticas de sus diferentes entes locales (comarcas, municipios, etc.), como por ejemplo la Ley
Aragonesa de Turismo 6/2003, la ley de turismo de Castilla y León, la ley de desarrollo y
modernización del turismo de Extremadura o la ley andaluza.
Ya sabemos que la materia turística está configurada como competencia exclusiva autonómica
en virtud de lo dispuesto en el art. 148.1.18 de la CE, a nivel normativo como de ejecución.
Eso supone la atribución a las CC.AA. del conjunto de potestades administrativas en la materia.
Sin duda la norma sancionadora autonómica habrá que atenerse al art.149.1.1. CE, por lo que
no podrá introducir tipos ni prever sanciones que difieran, sin fundamento razonable, de los
que, ya recogidos en la normativa válida para todo el territorio, debiendo atenerse el
procedimiento sancionador al procedimiento administrativo común, que es el de configuración
estatal.
Y por supuesto deberán respetar siempre el principio constitucional de legalidad en virtud del
cual” nadie puede ser condenado o sancionado por acciones u omisiones que en el momento
de producirse no constituyan delito, falta o infracción administrativa, según la legislación vigente
en aquel momento.
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DERECHO ADMINISTRATIVO Y LEGISLACIÓN DEL TURISMO
que se trate, tales disposiciones se acomoden a las garantías constitucionales dispuestas en este
ámbito del derecho sancionador:
Esta cobertura competencial ha hecho que todas las CC.AA. hayan legislado en materia turística,
bien en el ámbito general de ordenación turística, bien en el caso de disciplina y sanción,
respetando el principio de legalidad del art. 25.1 CE, según el cual “nadie puede ser condenado
o sancionado por acciones u omisiones que en el momento de producirse no constituyan delito,
falta o infracción administrativa, según la legislación vigente en aquel momento”.
Por tanto, la competencia estatal en materia de turismo es residual al verse derogadas las
ultimas normas que se aplicaban con carácter supletorio en algunos supuestos y territorios
como Ceuta y Melilla que carecen de ley autonómica aplicable (no son CC.AA., sino ciudades
autónomas).
- Las exigencias derivadas de la ley estatal 17/2009, sobre el libre acceso a las
actividades de servicios y su ejercicio, ha sido la razón de la necesaria
aprobación de sendos reglamentos para que en estos territorios sea una
realidad ese libre acceso para la prestación de los servicios turísticos.
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DERECHO ADMINISTRATIVO Y LEGISLACIÓN DEL TURISMO
Surgen actividades administrativas como consecuencia, básicamente, del interés por suplir la
falta de iniciativa privada en inversión turística:
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DERECHO ADMINISTRATIVO Y LEGISLACIÓN DEL TURISMO
1. Comisión nacional para Fomento del Turismo en 1905, pone el acento en ese interés
administrativo por fomentar el turismo, por su intervención fue poco real por la falta de
medios materiales con los que contó.
2. Comisaria Regia, amplio sus potestades en el terreno del control turístico en su vertiente
patrimonial – artística y extendió sus facultades de fomentar el turismo con el objetivo
de coordinar los diversos organismos competentes en la materia turística.
3. Patronato Nacional de Turismo, incidió con mayor intensidad en el objetivo de fomentar
el turismo, contribuyendo a firmar el prestigio de España entre los turistas que visitaban
nuestro país. De este periodo es la política de intervenir en la edificación de hoteles en
determinados lugares y con determinada calidad y se aprueba un Plan General de
Paradores.
El fomento acoge como uno de sus instrumentos la denominada promoción turística, cuyas
actuaciones suelen recibir un tratamiento normativo separado del que recibe el fomento
genérico en materia turística. La Ley de Ordenación Turística de Madrid, define la promoción
como el conjunto de actividades y medios a través de los cuales la Conserjería competente
“favorece la demanda de servicios turísticos” y “apoya la comercialización de los productos
turísticos regionales en el ámbito nacional e internacional” y define el fomento como la
actividad encaminada a la “potenciación de la oferta turística en la Comunidad de Madrid a
través de medidas concretas tendentes a la mejora de la competitividad, el empleo, la
internalización de las empresas y sus profesionales”.
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DERECHO ADMINISTRATIVO Y LEGISLACIÓN DEL TURISMO
Las leyes de ordenación turística autonómicas tienen como uno de sus objetivos la acción
de promoción y fomento del turismo, así como la actividad turística empresarial.
Las fórmulas que han servido para promocionar o fomentar han sido siempre muy diversas:
premios, concursos, fiestas de promoción y distinciones, ayudas, becas y subvenciones…,
pero el incentivo económico es la fórmula más utilizada, puesto que sin duda es el
procedimiento más eficaz de ayuda al sector y a su vez, supone un direccionamiento y
control de esa actividad económica por los cauces que desea la Administración competente.
Las medidas de fomento pueden proceder de diferentes instancias (Estado, CCAA, Unión
Europea…)
En todo caso, la gestión de esas medidas es competencia de las CC.AA., salvo que su
gestión centralizada (Estado) sea imprescindible para garantizar su efectividad. No
obstante, cabe la gestión indirecta a través de entidades colaboradoras: sociedades
estatales, corporaciones de derecho público, fundaciones o personas jurídicas.
A nivel de competencia estatal, La Secretaría de Estado de turismo, bajo la dirección del Ministro
de Industria, lleva a cabo cuantas acciones son precisas para la definición, desarrollo,
coordinación y ejecución de las políticas turísticas del Estado, sin perjuicio de las competencias
de la Comisión Interministerial de turismo, así como las relaciones turísticas institucionales de
la Administración del Estado con organizaciones internacionales públicas o privadas, y la
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DERECHO ADMINISTRATIVO Y LEGISLACIÓN DEL TURISMO
Las herramientas para la realización por parte del Estado de esa labor de fomento turístico son
muy variadas: planes, convenios de colaboración, subvenciones, autorizaciones para certificar
normalización de empresas o servicios turísticos, etc.
Resultado del necesario acuerdo que en este terreno debía producirse entre la Administración
del Estado y las CC.AA. fue el Plan Marco de Competitividad del Turismo español (Plan FUTURES)
que en 1992 se trazó el objetivo de establecer las estrategias necesarias para la consolidación
del turismo español como sector económico con una gran capacidad competitiva en los
mercados internacionales. De 1999 a 2006 el plan Integral de Calidad del Turismo Español
(PICTE) sustituye al plan Futures como plan de calidad de destinos, productos y servicios
turísticos, con importantes inversiones de los Ministerios de Medio Ambiente y Fomento.
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DERECHO ADMINISTRATIVO Y LEGISLACIÓN DEL TURISMO
En casi todas las leyes de ordenación turísticas de las CC.AA. se concretan medidas de fomento
y promoción turística tales como:
Con un mayor alcance, hay CC.AA. que, como en el caso andaluz, han procedido a ampliar la
perspectiva de su estrategia promocional del turismo, aprobado una Estrategia de Turismo
sostenible como un instrumento que, si bien es de planificación estratégica, contiene la
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DERECHO ADMINISTRATIVO Y LEGISLACIÓN DEL TURISMO
Por otro lado, la organización territorial del fomento acoge formas bien distintas según las
CC.AA. En la C.A. Navarra o en la balear la organización turística cuenta con diversos órganos y
entes:
En el marco comunitario europeo también han sido muy diversas las medidas que directa o
indirectamente han tratado de fomentar el turismo en el ámbito de los Estados miembros, pero
las mismas se atienden al principio de subsidiariedad y suponen acciones muy diversas. El
principio de subsidiariedad supone que la UE sólo intervendrá en la medida en que los objetivos
de la acción pretendida no puedan ser alcanzados de manera suficiente por los Estados
miembros y puedan lograrse mejor en el nivel comunitario.
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DERECHO ADMINISTRATIVO Y LEGISLACIÓN DEL TURISMO
Desde 1990 se han tomado medidas indirectas sobre el turismo incidiendo directamente en
sectores como medio ambiente, cultura (Raphael9, política, empresarial I+D (programa Impact),
realización del mercado interno, transportes, competencia, protección del consumidor,
iniciativas comunitarias (Leader, Regis, Recite), y educación y la formación profesional
(Leonardo, Fortuce).
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DERECHO ADMINISTRATIVO Y LEGISLACIÓN DEL TURISMO
3. El contrafomento turístico.
La oferta turística alojativa es en este punto la piedra de toque de todo el sistema de incentivo
económico turístico. Se asiste actualmente al fomento de nuevas formas alojativas como el
turismo rural por considerarse que el modelo de establecimiento turístico hotelero está agotado
urbanísticamente en algunos ámbitos territoriales. Ello da lugar, lógicamente, al desincentivo en
la creación, mejora o modificación de establecimientos hoteleros entre otros tipos de
alojamientos como pueden ser los campings, apartamentos o viviendas turísticas. Ello genera a
su vez la situación de consolidación y beneficio a los establecimientos ya autorizados que ejercen
en este terreno una actividad turística empresarial sometida a menor competencia en el
mercado de la que tendrían de no articularse estas medidas posteriores de intervención a través
del fomento de otras fórmulas e incluso a través de un contrafomento de fórmulas anteriores.
Esto se pone de manifiesto en varias lees autonómicas como en Cantabria, con la declaración de
“zonas saturadas”, comportando la prohibición de instalar nuevas empresas turísticas de la
actividad que se trate, en cuanto existan las causas que motivaron tal situación la Balear que
exige la autorización turística previa, con anterioridad a la obtención de la correspondiente
licencia municipal de obras; que superen un Plan de modernización permanente que establezca
la Administración en los plazos que se fijen, y si no lo hacen, supone la baja temporal o definitiva.
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DERECHO ADMINISTRATIVO Y LEGISLACIÓN DEL TURISMO
Es a nivel general en el que el contrafomento perjudica más al turismo ya que son las decisiones
políticas y económicas de una determinada región las que van a afectar directamente al turismo,
aunque sean medidas que se tomen en otros ámbitos distintos al ámbito turístico; así las obras
de infraestructuras, hidráulicas, de transporte o energéticas pueden perjudicar seriamente a un
modelo turístico concreto.
Sería conveniente antes de aplicar todas estas medidas equilibrar intereses y dar prioridad a la
que se consideren más importantes con el objetivo de no invertir en aquellos proyectos que se
vayan a ver perjudicados por la implantación de políticas más preferentes.
Por todo esto se hace imprescindible que las medidas de planificación turística se integren e los
demás planes (urbanísticos, medioambientales…)
Dado que el turismo no es un factor ajeno al resto del desarrollo, sino que ha de integrarse en
él y su fomento o paralización ha de responder y enmarcarse en exigencias más globales.
- Por eso, este objetivo a nivel europeo, nacional y autonómico debe enmarcarse
en una estrategia más amplia como es la económica de la Unión Europea
“Europa 20” y con el conjunto de iniciativas emblemáticas europeas que se
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DERECHO ADMINISTRATIVO Y LEGISLACIÓN DEL TURISMO
En esta dirección de dar unidad y mayor globalidad a la política turística en el territorio andaluz
apunta la Estrategia de Turismo Sostenible de Andalucía, que comprende dos iniciativas: la de
turismo sostenible y la de Ciudades turísticas, en cuanto ejes generales de intervención que se
desarrollan mediante los denominados Programas de Turismo sostenible, integrados, a su vez,
por acciones y proyectos coparticipados por promotores locales en ámbitos de intervención
determinados.
Por ello casi todas las CC.AA. prevén en sus leyes de ordenación los instrumentos concretos de
planificación que se desarrollan en otros ámbitos administrativos, aunque los mismos se
integren y deban coordinarse necesariamente con la actividad administrativa turística y por ello
sea precio adaptarlos y relacionarlos con los planes resultado de otras competencias
administrativas como lo son la urbanística o la medioambiental. De hecho, en numerosas leyes
turísticas autonómicas se menciona a estos otros planes exigiendo la declaración en los mismos
de determinados extremos a los efectos turísticos.
Canarias:
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DERECHO ADMINISTRATIVO Y LEGISLACIÓN DEL TURISMO
Castilla y León:
Sus planes estratégicos de turismo de carácter plurianual, tienen, entre otros, los siguientes
objetivos:
País Vasco:
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DERECHO ADMINISTRATIVO Y LEGISLACIÓN DEL TURISMO
básicos suficientes: alojamientos suficientes o suelo apto para la edificación de los mismos en la
extensión adecuada y no ha de existir otro uso incompatible con el turismo cuyo interés público
sea preferente.
También se elabora un Plan Estratégico Comarcal una vez declarada una comarca como turística
y para cada una de ellas, que han de contener:
Murcia:
La comunidad murciana regula la figura del Municipio Turístico, exigiendo que sea oída la
Consejería competente en materia de turismo en la elaboración y modificación de los
instrumentos de planeamiento urbanístico correspondientes a los municipios turísticos.
Asimismo, la Administración regional puede proceder a la declaración temporal de “área
turística saturada” en los términos y efectos que reglamentariamente se determinen.
Galicia:
La ley gallega, sin perjuicio de regular la figura del municipio turístico, prevé Planes de
organización turística que establecen las áreas turísticas en las que se estructura de la
Comunidad, para definir actuaciones de planificación, organización, inversión y promoción y
asimismo con el objetivo de mejorar la oferta turística, la eficiencia del gasto público, la
colaboración interadministrativa y la participación empresarial.
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DERECHO ADMINISTRATIVO Y LEGISLACIÓN DEL TURISMO
Asimismo, se prevén los Territorios de preferente actuación turística, para cuya declaración es
preciso aprobar un plan de Actuación Integral.
Valencia:
Regula la figura del municipio turístico y los denominados espacios turísticos, que son las áreas
delimitadas de territorio cuyas estructuras y actividades turísticas gozan de tal homogeneidad
que permiten la ejecución de una política turística común y uniforme para toda el área. La
homogeneidad ha de referirse tanto al modelo territorial y urbanístico como a los recursos
naturales, patrimoniales y culturales, a las infraestructuras, a la gestión ambiental, etc.
Extremadura:
Cantabria:
Dedica un capítulo denominado “el espacio físico” a la ordenación del planteamiento turístico.
Establece zonas de preferente uso turístico y zonas turísticas saturadas a partir de unos
requisitos mínimos de infraestructura y la declaración del principio medioambiental. También
recoge el instrumento de la comarca y el municipio turístico.
Se prevé la figura de los Planes integrales de aprovechamiento de los recursos turísticos que
pueden ejecutadas por el Gobierno de la Comunidad o a través de otras entidades públicas o
privadas. Siendo la consejería de turismo la coordinadora de todas las acciones.
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DERECHO ADMINISTRATIVO Y LEGISLACIÓN DEL TURISMO
Madrid:
El gobierno de la Comunidad puede declarar determinadas zonas como áreas especiales, que
pueden ser o bien: áreas de preferente uso turístico o áreas turísticas saturadas.
Baleares:
Se prevén los planes de intervención en ámbitos turísticos (PIAT) cuyo objeto es el de regular el
planteamiento, la ejecución y la gestión de los sistemas generales de las infraestructuras, los
equipamientos, los servicios y las actividades de explotación de recursos en el ámbito de la
ordenación turística, los planes territoriales insulares (PTI) que pueden establecer la densidad
global máxima de población, delimitar zonas y ámbitos turísticos y de protección, etc.
Cataluña:
Navarra:
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DERECHO ADMINISTRATIVO Y LEGISLACIÓN DEL TURISMO
Aragón:
Asimismo, es esta legislación se prevén las denominadas zonas turísticas saturadas que con
llevan las limitaciones de las actividades turísticas que se determinen.
Hubo un tiempo en que la Administración Pública asumió la titularidad de prestación del servicio
turístico para atender, sobre todo, a la demanda del turista extranjero. Sin embargo, el
crecimiento del sector y la rentabilidad económica que actualmente ofrece este sector y la
rentabilidad económica que actualmente ofrece este sector, no ha evolucionado en el sentido
de exigir de la Administración Pública la prestación de más servicios turísticos de titularidad
pública: servicios que, en todo caso, tales prestaciones públicas: servicios que, en todo caso,
como tales prestaciones públicas, no han sido declaradas nunca. Por ello, la actividad de
prestación que acometió la administración siempre ha sido más bien de carácter impropio y se
ha venido ejerciendo mediante la gestión directa del servicio.
De otro lado, el turismo se ve afectado, como fenómeno social, pero también en su propia
ordenación, por la prestación de otros servicios públicos que inciden sobre el como los relativos
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DERECHO ADMINISTRATIVO Y LEGISLACIÓN DEL TURISMO
Por el contrario, la relación administrativa de prestación tiene quizá como único aspecto
relevante el derecho del particular a ser admitido al disfrute del servicio, derecho que es
incuestionable si reúne condiciones legalmente establecidas, aunque es obvio que puede verse
afectado por la circunstancia de que la capacidad de servicio no sea suficiente para atender la
demanda de prestaciones. La garantía jurídica de esta relación se ubica, en consecuencia, en los
recursos administrativos y en el proceso jurisdiccional contencioso-administrativo.
Con el Parador Nacional de Gredos en 1926 se inauguró la Red de alojamientos estatales que
solventaban la deficiencia alojativa turística hasta la actualidad en la que dicha Red se constituye
en Sociedad estatal con el objetivo de la gestión y explotación de la red de establecimientos e
instalaciones turísticas del Estado, la realización de rutas turísticas y la de cualesquiera otras
actividades relacionadas con los objetivos que el Instituto de Turismo de España (TURESPAÑA)
pueda asignarle.
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DERECHO ADMINISTRATIVO Y LEGISLACIÓN DEL TURISMO
Aunque las oficinas de información turística no ofrecen un servicio turístico propiamente dicho,
lo complementan dando la información sobre los servicios turísticos necesaria para la prestación
de un servicio turístico de calidad al consumidor. En este sentido, la prestación informativa
turística constituye una verdadera actividad prestacional cuyo resultado deriva además de la
previa coordinación entre las diferentes Administraciones públicas implicadas.
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DERECHO ADMINISTRATIVO Y LEGISLACIÓN DEL TURISMO
- Oficinas de turismo: que son las que, con carácter público o privado,
habitualmente prestan un servicio turístico consistente en facilitar al usuario
orientación, asistencia e información:
o Las oficinas de Turismo se clasifican en I, II y III según su ubicación y
cumplimiento de requisitos relativos al personal, locales, horario o
medios de tratamiento de la información.
o Para ser oficina de turismo en Castilla la Mancha hay que realizar
una solicitud administrativa y adjuntar toda una serie de
documentación, valorada la cual, por la inspección turística, se
autoriza por el Director General competente, inscribiéndose de
oficio en el Registro Correspondiente.
- Los puntos de información turística que son los establecimientos que dependen
de una oficina de turismo y que con, carácter temporal garantizan un servicio
de información turística homogéneo, facilitan a los usuarios orientación,
asistencia e información turística o bien sobre zonas o recursos turísticos
concretos.
- La red de oficinas de Turismo que es el sistema integrado por oficinas de
turismo, públicas o privadas, de libre adscripción, mediante el cual se garantiza
un servicio de información turística homogénea, así como la calidad necesaria
para potenciar la imagen turística de la región.
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DERECHO ADMINISTRATIVO Y LEGISLACIÓN DEL TURISMO
Las oficinas de turismo para ser inscritas deben presentar ante la Oficina de Gestión Empresarial
(OGE) una declaración responsable de la persona solicitante de que dispone en acuerdo o
decisión de creación de la oficina, adoptado por el titular y de que cumple las condiciones
establecidas en el de Decreto. Los elementos definitorios de las Oficinas de Turismo según estas
normas son:
Bajo otra perspectiva se trata también de garantizar la unidad de mercado que permita asegurar
la libre circulación de bienes y servicios por todo el territorio nacional.
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DERECHO ADMINISTRATIVO Y LEGISLACIÓN DEL TURISMO
La licencia única atendiendo a la legislación de origen, no es obstáculo para que en ese origen
exista una licencia o régimen de declaración responsable especifico que será el que cada
Comunidad Autónoma determina. En realidad, con ello se trata de eliminar en la practica el coste
de tener que someterse hasta a 17 regulaciones distintas para operar en España.
Dentro de ese control, además, la propia regulación reglamentaria ya supone en sí misma una
ordenación del sector y, en definitiva, un control sobre la actividad que no puede ejercerse de
cualquier forma por parte de los profesionales turísticos, sino conforme a las normas aprobadas
para cada agente y actividad.
De otro lado, a partir de esta reglamentación y técnicas de control que han de superar
los agentes y profesionales turísticos para poder realizar su actividad, la Administración
se reserva el derecho de un control posterior, consistente en la inspección del
cumplimiento de todos los requisitos.
En las empresas y actividades turísticas es común que, de forma conjunta con los controles
específicamente turísticos, se exijan otro tipo de controles o intervenciones administrativas no
típicamente turísticas, como son las de consumo, o más concretos como los de higiene, sanidad,
salubridad o seguridad. Por ello, las leyes autonómicas de ordenación turística suelen señalar
que, sin perjuicio del cumplimiento de la legislación general e incluso del sector, se han de
cumplir unos determinados requisitos administrativos turísticos.
Por vía comunitaria de regulación del sector servicios en el mercado interior fue aprobada la
Directiva 2006/123, de 12 de diciembre, que dio lugar a la ley estatal 17/2009, de 23 de
noviembre, sobre el libre acceso a las actividades de servicios y su ejercicio, según la cual se
modifica el mecanismo de intervención limitativa de la Administración sobre el sector servicios
en general y el turismo en particular. A partir de esta ley, cada CA ha procedido a esa misma
liberalización en la prestación de servicios en general, y, en particular, en el sector turístico,
modificando las leyes de ordenación turística al respecto.
El principio del que parte la ley es la libertad de establecimiento para el ejercicio de una actividad
de servicios, es más limitaciones que las establecidas en esta ley. De ese modo no se podrá
imponer a los prestadores un régimen de autorización, salvo excepcionalmente cuando
concurran una serie de condiciones previstas, tales como:
60
DERECHO ADMINISTRATIVO Y LEGISLACIÓN DEL TURISMO
b) Necesidad que el régimen de autorización esté justificado por una razón imperiosa de
interés general.
c) Proporcionalidad: que dicho régimen sea el instrumento más adecuado para garantizar
la consecución del objetivo que se persigue porque no existen otras medidas menos
restrictivas que permitan obtener el mismo resultado, en particular cuando un control
y posteriori se produjese demasiado tarde para ser realmente eficaz. Así, en ningún
caso, el acceso de una actividad de servicios o su ejercicio se sujetarán a un régimen de
autorización cuando sea suficiente una comunicación o una declaración responsable del
prestador mediante la que se manifieste, en su caso, el cumplimiento de los requisitos
exigidos y se facilite la información necesaria a la autoridad competente para el control
de la actividad.
De otro lado se consideran, entre otras “razones imperiosas de interés general” en virtud de las
cuales puede continuar la limitación autorizatoria, las relativas a salud pública, seguridad y salud
de los consumidores; protección del medio ambiente y del entorno urbano; conservación del
patrimonio histórico y artístico nacional y los objetivos de la política social y cultural.
En qué medida el objeto de la actividad turística pueda ser considerada de esta naturaleza
dependerá de cada C.A.
Los nuevos mecanismos de control hacen recaer sobre el prestador la responsabilidad del
cumplimiento de las exigencias previstas en la ordenación autonómica, pues en ningún caso la
nueva reguladora deroga las exigencias de fondo, como el mecanismo que garantiza su
cumplimiento.
Dependerá de los territorios que posición adoptar al respecto, pero es obvio que de lo que antes
se responsabiliza la Administración tras el examen que precedía a la concesión de autorización,
ahora se responsabiliza el prestador, a través de la llamada “Declaración responsable”, según la
cual se cumplen todas las exigencias de la normativa turística, ya que la Declaración Responsable
es el documento suscrito por la persona titular de una actividad empresarial o profesional en el
que declara, bajo su responsabilidad, que cumple con los requisitos establecidos en la normativa
vigente, que dispone de documentación que así lo acredita y que se compromete a mantener
su cumplimiento durante la vigencia de la actividad.
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DERECHO ADMINISTRATIVO Y LEGISLACIÓN DEL TURISMO
El nuevo sistema limitador bascula sobre el prestador y solo a posteriori, tras la inspección, será
cuando la Administración intervenga de forma más coercitiva. Inicialmente la acción de la
Administración prescrita por esta ley es meramente receptora y depositaria de información, sin
responsabilidad alguna derivada de la concesión de autorización.
La ley también la libre prestación de servicios para prestadores de otro estado miembro y
propone sistemas de simplificación procedimental y de calidad de prestación de servicios, ante
cuyo incumplimiento no se establece una política sancionadora concreta mas allá de la Ley
General para la Defensa de los Consumidores y Usuarios.
Hasta la ley 17/2009, de 23 de noviembre, sobre el libre acceso a las actividades de servicios y
su ejercicio, dentro de los controles turísticos genéricos sobre la empresa turística se encontraba
la denominada autorización de funcionamiento, que es el acto administrativo de limitación
originario al que se debía someter cualquier empresa turística para iniciar sus actividades. Sin
esta intervención de control administrativo no podían dar comienzo las actividades turísticas.
Obtenida de la Administración turística competente, la empresa, en la práctica totalidad de las
legislaciones autonómicas, quedaba automáticamente inscrita en el Registro autonómico de
Empresas y Actividades Turísticas.
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DERECHO ADMINISTRATIVO Y LEGISLACIÓN DEL TURISMO
efectos más intensos que los de mera prueba, pues la inscripción es un requisito para
que ciertas empresas reciban ayudas o subvenciones en material turística.
Las empresas que cesan en su actividad turística y que están inscritas, deben notificarlo
a la Administración, quien ha de revocar las autorizaciones otorgadas cuando hay un
incumplimiento del deber de comunicación, procediendo a continuación a la
cancelación de la inscripción.
De otro lado, además de comprobar los extremos exigidos para clasificar a la empresa y/o
establecimiento turístico, la administración ha de comprobar otros muchos aspectos en virtud
de las obligaciones impuestas genera o específicamente a cada empresa.
En este sentido cada ley autonómica puede prever legal o reglamentariamente autorizaciones,
prohibiciones o mandatos específicos en relación con cada modalidad de empresa,
establecimiento o actividad turística.
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DERECHO ADMINISTRATIVO Y LEGISLACIÓN DEL TURISMO
del suelo para ser destinado a nuevos desarrollos, a sus dotaciones, a infraestructuras y
servicios.
El inicio y ejercicio posterior de la actividad alojativa ha de cumplirse bajo el principio de
unidad de explotación, entendiéndose por tal la exigencia de sometimiento a una única
titularidad empresarial de la actividad de explotación turística alojativa en cada
establecimiento o conjunto unitario de construcciones, edificio o parte homogénea del
mismo, que corresponda a algunas de las modalidades alojativas previstas.
En el caso de empresas de intermediación turística, hay que demostrar la existencia de
requisitos relativos a la forma mercantil, fianzas, capital mínimo o seguro de
responsabilidad civil.
Cuando se trata de actividades turísticas que requieren de conocimientos específicos y que solo
pueden ser llevadas a cabo por quienes posean la debida cualificación o titulación académica,
su ejercicio requerirá del correspondiente acto administrativo de limitación originaria. Esto es
diferente a la competencia estatal de ordenación de las profesiones tal y como apunta el Art.
149.1.30 de la CE.
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DERECHO ADMINISTRATIVO Y LEGISLACIÓN DEL TURISMO
De otro lado, la habilitación de estos guías supone el control administrativo del sector
sobre el que ejercen su actividad estos profesionales, que es el de la información
turística.
Las normas autonómicas prevén cuantos guías debe haber por grupo, el número
máximo de idiomas en que un guía puede prestar sus servicios a un grupo de viajeros,
con las consiguientes infracciones en las que, de no cumplirse esta normativa, pueden
incurrir las agencias de viajes o entidades organizadoras, que son las que han de
contratar sus servicios, sin perjuicio de las suyas propias.
De otro lado, a ciertas empresas turísticas, se les suele exigir, cuando tienen determinados años
de antigüedad o han sufrido un deterioro que así lo aconseje, que pongan en práctica un
programa de mantenimiento que debe ser aprobado por la Administración Turística
competente.
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DERECHO ADMINISTRATIVO Y LEGISLACIÓN DEL TURISMO
La inspección administrativa se caracteriza por una serie de notas que habrán de ser tenidas en
cuenta en cada una de las actividades de inspección llevadas a cabo por la administración pública
respecto al control de sectores específicos de ordenamiento:
3. Elemento normativo o prescriptivo que faculta al inspector con una serie de poderes
para obtener información.
Es una actividad material, interna o de trámite, a los efectos de su no recurribilidad; sus actos
no son recurribles separadamente del acto decisorio, salvo en los casos que sea imposible la
continuación del procedimiento, produzcan indefensión o perjuicio irreparable a derechos e
intereses legítimos en que cabría recurso de alzada o de reposición según el art. 107 Ley
30/1992.
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DERECHO ADMINISTRATIVO Y LEGISLACIÓN DEL TURISMO
La inspección turística deriva de la necesidad del control administrativo que ha de ejercerse para
comprobar el cumplimiento por parte de las empresas turísticas de la ordenación pública del
turismo.
Este objetivo plantea la necesidad de coordinar los servicios que llevan a cabo esta
misión y precisamente, la falta de coordinación pone de manifiesto, con frecuencia, la
escasez de medios materiales y humanos de que disponen las administraciones para
realizar de forma adecuada.
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DERECHO ADMINISTRATIVO Y LEGISLACIÓN DEL TURISMO
Prácticamente todas las leyes de ordenación turística autonómica dedican artículos para
regular las relaciones interadministrativas y la coordinación interdepartamental a los
efectos de evitar contrafomentos turísticos e intentar la mayor eficacia en las directrices
y políticas turísticas.
4. El inspector de turismo.
Las diferentes CC.AA. han regulado sus servicios de inspección atribuyendo a diferentes órganos
sus funciones, destacándose con carácter general toda una serie de características, entre ellas,
la de su carácter de “autoridad” o “agente de la autoridad”.
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DERECHO ADMINISTRATIVO Y LEGISLACIÓN DEL TURISMO
Parece que el objetivo de las normas caracterizando a los inspectores de turismo como
“autoridad” o “agente de la autoridad” , consiste en habilitar legalmente a los
inspectores para emplear la fuerza con carácter previo a la resolución en la que ha de
concluir el procedimiento sancionador, cuando aprecien una situación de urgencia y
consideren que el empleo de la fuerza es el medio oportuno, congruente y
proporcionado ante la situación de peligro inminente que valoren a través de la
inspección.
Los inspectores pueden solicitar además el apoyo necesario de cualquier otra autoridad,
así como de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado y de las policías locales e
incluso de los guardas de conservación de la naturaleza. En la práctica lo hacen para que
estas otras autoridades aprecien el peligro inminente que exige el empleo de la fuerza
y muy frecuentemente que son las mismas fuerzas y cuerpos de seguridad los que
promueven la inspección.
Pero ¿Cuál es el bien jurídico protegido que justifica esa habitación a los inspectores de
turismo? En el ámbito genérico del consumo, es la salud, en el especifico del turismo
puede ser muy diverso: salud, seguridad, protección del medio ambiente….
En todo caso, la apreciación por parte del inspector de turismo de esa urgencia o peligro
inminente en que se incurre por la empresa turística resulta ciertamente complicada de
llevar a cabo pues ha de apreciar esa urgencia atendiendo a la gran diversidad de normas
que se ven implicadas, tales como son las de consumo, incendios, seguridad,
medioambiente, higiene o salubridad.
De otro lado hay que tener en cuenta cuales son los límites de esa fuerza, ya que puede
interferir en el acceso a determinados establecimientos de turismo, a la inviolabilidad
de domicilio, interpretada como “ámbito de privacidad de los individuos y aun de las
personas jurídicas”.
Aunque algunas leyes autonómicas exigen que el personal titular del servicio de la inspección
tenga naturaleza funcionarial, no en todas ellas se explicita que hayan de gozar de dicha
condición, refiriéndose en ocasiones la legislación a la expresión genérica de “personal de
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DERECHO ADMINISTRATIVO Y LEGISLACIÓN DEL TURISMO
Otras leyes son más concretas y especifican incluso el procedimiento para obtener la condición
de funcionario cualificado de la administración de inspección turística como en Extremadura o
el País Vasco.
En Galicia la Ley de ordenación incluso determina la escala de inspección turística dentro del
cuerpo superior de la administración de la Junta de gestión del grupo A, escale de inspección
turística.
En alguna otra comunidad, como Murcia, es posible que esas funciones las desempeñen
“entidades colaboradoras de la Administración”.
o La agencia es una entidad de derecho público con personalidad jurídica propia sujeta al
ordenamiento privado. Su personal se rige por el derecho laboral o privado que le sea
de aplicación, estableciéndose que el personal funcionario que venía desempeñando
servicios en la entidad pase ahora a depender orgánicamente de la consejería de
presidencia y funcionalmente de la presidencia ejecutiva de la Agencia Valenciana de
turismo.
o Por lo tanto, las tareas de inspección en esta comunidad se llevan a cabo por sujetos
cuya vinculación a dicha administración es laboral y no funcionarial, diluyéndose la
naturaleza de función pública en que consiste la inspección como ejercicio de autoridad
en muchos casos y como tarea de control de la gestión económica financiera o
presupuestaria en los términos en que se califican de públicas las funciones reservadas
exclusivamente a funcionarios en el art.92.2 Ley de Bases de Régimen Local.
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DERECHO ADMINISTRATIVO Y LEGISLACIÓN DEL TURISMO
En alguna ley económica se apunta que los inspectores gozan de plena independencia
en su desarrollo mientras se hallen en el ejercicio de sus funciones (Asturias, Islas
Baleares, Galicia).
Sin embargo, esta es una afirmación un tanto vacía pues dependen orgánica
funcionalmente del órgano administrativo en el que se integra.
Tienen derecho a:
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DERECHO ADMINISTRATIVO Y LEGISLACIÓN DEL TURISMO
Pero no existe en ninguna ley autónoma el reflejo de lo que debería constituir el deber esencial
del inspector y de los servicios de inspección turística: el deber de inspeccionar conforme a un
determinado Plan con objeto de ajustar las actuaciones turísticas a la legalidad, comprobando
con criterios predeterminados, materiales y temporales, la actuación turística.
Cada ley autonómica nos dice quién o quiénes son los sujetos obligados a la inspección. La
mayoría considera que la ley se aplica a los sujetos obligados a soportar la inspección y, si de
esta se deduce la infracción de algún precepto turístico, se asimilar el sujeto obligado a
inspección a sujeto activo de la infracción.
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DERECHO ADMINISTRATIVO Y LEGISLACIÓN DEL TURISMO
Murcia amplía los sujetos a las disposiciones de la ley a las empresas y establecimientos
turísticos que presten sus servicios en la Región de Murcia: los guías de turismo, los
usuarios turísticos, la administración de la comunidad autónoma y las entidades locales
de la región y los organismos autónomos y entidades de derecho público.
De otro lado, se suele calificar como sujetos responsables a los titulares de esas
empresas y actividades turísticas cuyos establecimientos radiquen en la CA
correspondiente, aunque residan fuera de la misma, y asimismo son responsables los
que sin ser titulares infrinjan la legislación, especialmente al desarrollar funciones
propias de la misma sin contar la correspondiente autorización o habilitación
administrativa (como los que practican acampada contraviniendo lo establecido).
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DERECHO ADMINISTRATIVO Y LEGISLACIÓN DEL TURISMO
Informar a los clientes sobre los precios a satisfacer si el servicio resulta contratado, y,
en todo caso, los precios máximos comunicados a la administración turística.
Entregar al cliente factura detallada justificante o ticket del importe de los servicios
prestados, cumpliendo la normativa de facturación.
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DERECHO ADMINISTRATIVO Y LEGISLACIÓN DEL TURISMO
Aceptar las normas particulares de las empresas turísticas, siempre que no sean
contrarias a la legislación vigente.
Satisfacer el precio de los servicios disfrutados.
Respetar las instalaciones de las empresas turísticas especialmente cuando se ubiquen
en lugares de especial valor histórico-artístico y/o ecológico.
En otras leyes autonómicas se recogen incluso los derechos de las empresas turísticas y sus
clientes.
Son derechos de los usuarios turísticos, sin perjuicio de los previstos en la Ley de Consumidores
y Usuarios.:
Ni todas las leyes autónomas recogen estas obligaciones genéricas, ni que las recogen se refieren
a todas ellas.
En consecuencia, ante la ausencia de regulación autonómica, habrá que acudir a las previsiones
procedimentales de la Ley 30/1992, o a las leyes de procedimiento que, en desarrollo de aquella
hayan aprobado las diferentes comunidades autónomas.
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DERECHO ADMINISTRATIVO Y LEGISLACIÓN DEL TURISMO
Los conflictos surgen derivados de la necesaria apreciación por parte del servicio de inspección
sobre la existencia o no de estos criterios en la decisión de iniciación.
o Por orden del jefe del Servicio de Inspección cuando es un desarrollo de los plantes de
actuación.
o Por iniciativa del citado servicio, cuando es sin sujeción a plan alguno.
o Por resolución de los órganos superiores de la Consejería competente en materia
turística que tengan conferidas atribuciones referidas a la inspección.
o Por orden superior del consejero competente en la materia, o del propio gobierno.
o Por petición de informes.
o Por iniciativa de los propios funcionarios inspectores.
Más que un procedimiento de inspección las comunidades recogen toda una serie de mandatos
genéricos dirigidos a inspectores y empresas turísticas, tales como el que la inspección se han
de llevar a cabo en el lugar donde se presente o desarrolle la actividad; el que las actividades
inspectoras, no han de prologarse más allá del tiempo indispensable para el estricto
cumplimiento de la función y que las personas ante las que se practique la inspección han de
prestar su colaboración, permitiendo el libre acceso a las instalaciones o proporcionando
documentos, integrado todo en los derechos y obligaciones de inspectores e inspeccionados.
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DERECHO ADMINISTRATIVO Y LEGISLACIÓN DEL TURISMO
Asimismo, lo serán las leyes de procedimiento que, en desarrollo de aquella hayan aprobado las
diferentes CC.AA.
Sólo unas cuantas CA prestan atención a este instrumento que constituye, la clave del control
administrativo en que consiste la inspección, que son los planes de inspección turística. Algunas
de estas comunidades son la gallega, la andaluza o la canaria.
En algunas de las normas reguladoras del servicio de inspección turística se apuntan objetivos
quizá exclusivamente voluntaristas en la labor del inspector más propios de un consultar
omnipotente que de un simple inspector.
Esta ruptura entre la realidad y la norma genera efectos indeseables sobre todo en el terreno
sancionador.
Son el resultado de la inspección y se les droga veracidad salvo prueba en contrario. Son
documentos que extienden los inspectores en los que se recoge el resultado de la acción
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DERECHO ADMINISTRATIVO Y LEGISLACIÓN DEL TURISMO
inspectora. Son documentos públicos; tienen valor probatorio y acreditan la veracidad de los
hechos apreciados por el inspector y de los que se deduzcan de ellos.
Deben contener ciertos requisitos, formales (lugar, fecha, hora identificación del
establecimiento, personas, presuntamente responsables, así como de las personas en cuya
presencia se realiza la inspección, hechos, diligencia de notificación al interesado con los
requisitos del art. 58 de la Ley 30/92.
1. Conformidad.
2. Constancia de hechos.
3. Obstrucción.
4. Infracción (en esta se deben hacer constar los preceptos legales que han sido
infringidos).
Se definen como los documentos que extienden los inspectores de turismo, en los que se recoge
el resultado de la función inspectora de vigilancia y comprobación de la normativa turística.
Son documentos públicos; tienen valor probatorio y acreditan la veracidad de los hechos
apreciados por el inspector y de los que se deduzcan de ellos, salvo prueba en contrario, y de
los acreditados por medios de prueba consignados en la propia acta, como los documentos o
declaraciones incorporados a la misma.
Las actas no solo pueden constatar la existencia de hechos con objeto de apreciar el
cumplimiento o incumplimiento de las normas turísticas, sino también comprobar la certeza de
hechos denunciados o de hechos controvertidos en el expediente sancionador.
Algunas comunidades imponen ciertos requisitos formales de las actas como la identificación
del inspector y del establecimiento o actividad, del responsable, la fecha, lugar y hora en la que
se formaliza el acta, personas responsables, personas en cuya presencia se realiza la inspección;
los hechos expuestos, etc., así como la diligencia de notificación al interesado conteniendo los
requisitos del art. 58 de la Ley 3/1992, haciendo constar, en su caso, el rechazo de la notificación
a los efectos del art. 59.3 de la misma ley.
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DERECHO ADMINISTRATIVO Y LEGISLACIÓN DEL TURISMO
Las diferentes CC.AA. prevén un procedimiento de formalización de las actas, que en última
instancia resulta ser el único procedimiento de inspección previsto en la normativa autonómica.
o Son firmadas por el inspector y la diligencia de notificación debe ser firmada por la
persona ante quien se formalice, aunque si se niega a firmar ha de hacerse constar por
el inspector, haciéndose entrega de la copia del acta.
o Una vez firmada el acta, el inspector la remite al órgano competente para iniciar el
procedimiento sancionador o al instructor correspondiente, si ya se hubiese iniciado
este, en el plazo máximo de 15 días.
Aragón permite que el representante del establecimiento alegue lo que estime conveniente, sin
perjuicio de la actuación de la inspección de turismo.
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DERECHO ADMINISTRATIVO Y LEGISLACIÓN DEL TURISMO
Las empresas turísticas están obligadas a solicitarlas por sus titulares o representantes
en el momento de su constitución, así como en los supuestos de pérdida, deterioro o
cuando se agoten.
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DERECHO ADMINISTRATIVO Y LEGISLACIÓN DEL TURISMO
C) Visitas.
Es el cauce para permitir a los inspectores, en cualquier momento, entrar en los
establecimientos, por sí o por orden superior.
D) Informes.
A veces constituye el único resultado de la inspección.
Pueden los inspectores emitirlo de oficio, a petición de los instructores de
procedimientos sancionadores, o por orden superior, con objeto de valor la adecuación
a la normativa de aplicación de las circunstancias de hecho de una determinada empresa
turística.
En ocasiones son preceptivos, como en el caso de que se emitan para la concesión de
autorizaciones turísticas o con carácter previo a cualquier modificación de las mismas.
También son preceptivos los que se emiten en relación con los asientos del Registro
general de empresas, actividades y establecimientos turísticos.
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DERECHO ADMINISTRATIVO Y LEGISLACIÓN DEL TURISMO
E) Citaciones.
Su objeto es personar a los titulares de las empresas turísticas, representantes o su
personal, en los lugares que se indiquen por la inspección a los efectos del desarrollo de
su labor.
Puede hacerse también mediante el acta de inspección, haciendo constar lugar, fecha,
hora y objeto de comparecencia.
F) Requerimientos:
Su objeto es que los interesados presenten o remitan a la inspección documentos o
ejecuten determinadas actuaciones.
Pueden efectuarse por cualquier medio que permita tener constancia de su realización,
incluso mediante las actas de inspección.
En todo caso estos medios no son numerus clausus, ya que cualquier otro que sirva para
lograr una investigación legal y que se considere oportuno ser utilizado para el
desarrollo de la labor inspectora.
Funciones.
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DERECHO ADMINISTRATIVO Y LEGISLACIÓN DEL TURISMO
Medios o instrumentos:
Levantamiento de actas.
Visitas de comprobación.
Emisión de informes.
Citaciones y requerimientos.
Práctica de notificaciones.
Acceso, comprobación y examen de las instalaciones, documentos, libros.
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DERECHO ADMINISTRATIVO Y LEGISLACIÓN DEL TURISMO
Pero los requisitos cuyo cumplimiento ha de comprobar la inspección no son únicamente los de
naturaleza sectorial en virtud de la modalidad de empresa o actividad turística de que se trate,
ya que con carácter genérico las leyes autonómicas acostumbran a enumerar toda una serie de
derecho-deberes de las empresas y usuarios turísticos que la inspección puede y debe fiscalizar.
El acta de inspección deja constancia de datos y hechos, pero además en la medida que se
acompañe de un informe, supone, la emisión de un juicio.
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DERECHO ADMINISTRATIVO Y LEGISLACIÓN DEL TURISMO
Desde el mismo momento en que las normas reflejan prohibiciones y mandatos específicos
surge la potestad sancionadora implícita que permite a la administración controlar su
cumplimiento, pues de lo contrario en la práctica es inoperante la expresión de tales mandatos.
La administración comienza a sancionar a las empresas turísticas cuando dicta normas que
recogen mandatos y obligaciones que, en ocasiones, son incumplidas por los agentes turísticos.
Toda reglamentación del sector turístico parte de la premisa de que la administración tiene
potestad sancionadora para obligar a las empresas turísticas a cumplir con sus obligaciones.
Las disposiciones más interesantes, por ser más controladoras del sector (aunque sin previsión
de sanción), se encuentran en el sector turístico hotelero y de restauración cuando se
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DERECHO ADMINISTRATIVO Y LEGISLACIÓN DEL TURISMO
Pero destacan sobre todo la ley 48/1963, de 8 de julio, sobre competencia en materia de
turismo, y en particular el decreto 231/1965 de 14 de enero, por el que se aprobó el Estatuto
ordenador de las empresas y actividades turísticas, las dos normas que marcaron el tránsito a la
actual ordenación de las responsabilidades y sanciones en materia turística.
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DERECHO ADMINISTRATIVO Y LEGISLACIÓN DEL TURISMO
Esta previsión es la razón por la cual las CC.AA. han regulado el ejercicio de la potestad
sancionadora derivada de su competencia sobre la ordenación y disciplina turística mediante la
promulgación de un especifico texto legal.
Estas leyes, a veces son las que lleva a cabo la ordenación turística del territorio y, en otras
ocasiones, únicamente ordenan las infracciones y sanciones turísticas.
Lo que no es posible es un reglamento como única norma reguladora porque ello equivaldría a
una degradación de la reserva de ley formulada por la constitución.
No existe reserva legal para el procedimiento sancionador, de tal forma que, con cierta
frecuencia, las CC.AA. ordenan mediante reglamentos los aspectos puramente organizativos de
su potestad sancionadora.
Todas las comunidades han otorgado cobertura legal a sus respectivas competencias en materia
de disciplina y sanción turística en sus respectivos territorios, sin perjuicio del importante
desarrollo reglamentario que, con posteridad, se han hecho.
Todas las leyes de las CC.AA. recogen en su articulado legal a sus respectivas competencias en
materia de disciplina y sanción turística en sus respectivos territorios, sin perjuicio del
importante desarrollo reglamentario que, con posteridad, se ha hecho.
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DERECHO ADMINISTRATIVO Y LEGISLACIÓN DEL TURISMO
Todas las leyes de las CC.AA. recogen en su articulado la materia de disciplina y de sanción
turística, sin perjuicio de la existencia y concurrencia de otras competencias estatales y
autonómicas que se interrelacionan o indirectamente con la materia turística.
La aplicación de una determinada sanción a una concreta infracción tiene que ser
proporcionada.
El art. 131 de la ley 30/1992 recoge el principio de proporcionalidad, según el cual “en la
determinación normativa del régimen sancionador, así como en la imposición de sanciones por
las administraciones públicas se deberá guardar la debida adecuación entre la gravedad del
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DERECHO ADMINISTRATIVO Y LEGISLACIÓN DEL TURISMO
En este sentido el art. 2 del Real Decreto 1398/1993, de 4 de agosto, por el que se aprueba el
reglamento de procedimiento para el ejercicio de la potestad sancionadora, recoge de forma
expresa la posibilidad de esta tipificación indirecta, al señalar que:
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DERECHO ADMINISTRATIVO Y LEGISLACIÓN DEL TURISMO
Estas infracciones se clasifican, genéricamente, en leves, graves y muy graves, con sujeción a los
criterios que se establecen en ellas, atendiendo a la descripción de las conductas ilegales.
En la doctrina administrativa hay autores que clasifican las infracciones turísticas según el
criterio de la materia sobre la que versa la infracción. Sin embargo, en algunos casos la división
no es clara, ya que cada una de estas lees sigue un sistema diferente.
El enemigo natural más frecuente del principio de legalidad es la “norma en blanco” en sentido
estricto, que tiene lugar cuando la propia ley sancionadora se remite en cuanto a la tipicidad de
la infracción, a una norma con rango inferior a la Ley. El problema de las denominadas leyes
penales en blanco ha sido abordado y resuelto tanto por la jurisprudencia de nuestro tribunal
supremo, como por el tribunal constitucional, el cual ha reconocido la posibilidad de que las
leyes contengan remisiones a normas reglamentarias, especificando, que el artículo 25.1 de la
constitución determina que la potestad sancionadora de la Administración ha de tener su
cobertura en una norma de rango legal, pero no excluye que esa norma contengan remisiones
a normas reglamentarias, siempre que en aquella queden suficientemente determinados los
elementos de la conducta antijuridica y la naturaleza y límites de las sanciones a imponer.
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DERECHO ADMINISTRATIVO Y LEGISLACIÓN DEL TURISMO
Ejemplos de esta tipificación indirecta nos lo ofrecen todas las leyes autonómicas, siendo
ejemplar la comunidad de Aragón donde se tipifican las infracciones leves, graves y muy graves,
respectivamente, recogiéndose, entre otras, como infracciones las de:
Además, las remisiones se producen no sólo a normas de naturaleza turística sino a otras que
no tienen tal naturaleza.
Esto agrava más el problema de la seguridad jurídica ya que finalmente desconocemos las
normas que son aplicables. Si el problema ya es importante para el operador turístico en lo que
concierne a la normativa turística, aún lo es mayor para conocer esas otras normas de medio
ambiente, de seguridad, de incendios o sanitarias.
Por ello, la divulgación detallada de toda esta normativa, y no sólo su publicación, se convierte
en una exigencia elemental a la administración pública para que los sujetos turísticos obligados
a su cumplimiento verdaderamente puedan ser considerados culpables de incurrir en infracción
en cuanto que, teniendo un conocimiento de la norma, conscientemente la incumplen.
Lo común es que las empresas turísticas incurrían en infracciones por el mero hecho de
desconocer las obligaciones no sólo las calificadas como turísticas por la legislación de esta
naturaleza, sino también las derivadas de la norma, conscientemente la incumplen.
Lo común es que las empresas turísticas incurran en infracciones por el mero hecho de
desconocer las obligaciones no sólo las calificadas como turísticas por la legislación de esta
naturaleza, sino también las derivadas de otros sectores del ordenamiento.
Por esto, en alguna legislación autonómica, como la de la Rioja, se establece el deber de los
inspectores de ofrecer asesoramiento a los proveedores de servicios turísticos para un mejor
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DERECHO ADMINISTRATIVO Y LEGISLACIÓN DEL TURISMO
cumplimiento de las obligaciones, así como de las prescripciones técnicas en los proyectos de
establecimiento.
En algunas CC.AA. como Castilla y León se prevé la facultad de que el inspector pueda conceder
un plazo para subsanar la deficiencia o infracción, siempre que sea leve, que haya comprobado
como consecuencia del ejercicio de la inspección. Transcurrido el plazo para subsanarlo sin
hacerlo, se inicia el expediente sancionador. No obstante, no puede concederse plazo alguno a
los establecimientos para los que se hubiera acordado otro plazo de subsanación de deficiencias
en el año inmediatamente anterior.
La tipificación por remisión no ofrecería mayores problemas si se dejaran claras cuáles son las
normas aplicables a las que el operador turístico pudiera acudir para conocer sus obligaciones
como elemento objetivo de una determinada infracción, sin embargo, el legislador autonómico
incumple esta exigencia de forma abierta y reiterada.
El contenido constitucional del principio de legalidad, que se expresa en las exigencias de lex
certa, praevia, scripta et stricta, comporta, en primer lugar, un mandato frente al legislador, el
de taxatividad, según el cual han de configurarse las leyes sancionadoras llevando a cabo el
“máximo esfuerzo posible” para garantizar la seguridad jurídica, es decir, para que los
ciudadanos puedan conocer de antemano el ámbito de lo prohibido y prever, así las
consecuencias de sus acciones.
Otro problema que presenta la exigencia de tipificación en las infracciones turísticas son los
términos que emplea el legislador en la definición de la conducta objeto de infracción; términos
que, con bastante frecuencia amplían el margen de apreciación administrativa.
En este sentido las normas autonómicas suelen utilizar conceptos jurídicos que son
indeterminados como “deficiencias”, “incorrecta presentación”, “modificaciones sustanciales”,
“alteración de las circunstancias básicas”, “perjuicio al usuario”, “daño notorio”, “perjuicio
grave”, etc.
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DERECHO ADMINISTRATIVO Y LEGISLACIÓN DEL TURISMO
Las exposiciones de motivos de las leyes autonómicas de ordenación turística son las de dar un
tratamiento unitario y sistemático al turismo, dar una respuesta al principio de reserva de ley
en el Derecho Administrativo Sancionador, ofrecer un marco suficiente para el mejor desarrollo
de la actividad de las empresas y sujetos turísticos y ofrecer una adecuada protección de los
consumidores y usuarios turísticos.
En la Ley Valenciana son más imprecisos los intereses, señalándose que el sector turístico
Valenciano debe seguir evolucionando de forma correcta tratando de consolidar sus destinos
tradicionales y propiciando el desarrollo dinámico y diversificando de nuevos productos
turísticos acordes con la preservación y conservación de los recursos naturales y del medio
ambiente y de las exigencias de la demanda, que hoy en día requieren especialmente la
protección del espacio natural y cultural.
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DERECHO ADMINISTRATIVO Y LEGISLACIÓN DEL TURISMO
En otras leyes autonómicas, realizar esta búsqueda del interés resulta complicado (dado su
carácter generalista) al pretender reunir entre sus infracciones las genéricas de cualquier
empresa con las específicas de las empresas y actividades turísticas, quizá con la prestación de
asegurar la competencia sancionadora bajo el exclusivo calificativo de turístico del agente que
comete la infracción como en el caso de las infracciones relativas a las deficiencias en las
dependencias de los trabajadores, o las relativas a la seguridad e higiene, salubridad de los
locales, o el de facturación conceptos no incluidos en los servicios efectuados.
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DERECHO ADMINISTRATIVO Y LEGISLACIÓN DEL TURISMO
Es doctrina reiterada del Tribunal Constitucional que “del derecho a la legalidad de la sanción
administrativa consagrado en el art. 25.1 CE. No sólo se deriva la exigencia de reserva de ley en
este ámbito sino también la garantía de orden material que se traduce en la imperiosa necesidad
de predeterminación normativa, con suficiente grado de certeza y precisión, de las conductas
ilícitas y de sus correspondientes sanciones”.
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DERECHO ADMINISTRATIVO Y LEGISLACIÓN DEL TURISMO
Las actuales leyes autonómicas responden con mayor rigor al mandato de la tipificación, puesto
que enumeran las sanciones y establecen las correspondencias con las infracciones según su
orden de gravedad.
La clasificación de las sanciones no varía excesivamente de una a otra CC.AA. Estas sanciones
son normalmente las de:
Apercibimiento.
Multa.
Suspensión del ejercicio de las actividades turísticas.
Clausura definitiva o temporal del establecimiento.
Pérdida de los derechos a los beneficios financieros, fiscales o de otra índole otorgados
por la CC.AA.
Revocación del título de autorización.
La CA de Castilla y León recoge esta modalidad “por la comisión de las infracciones graves o muy
graves tipificadas en esta Ley podrán imponerse las siguientes sanciones accesorias. En caso de
infracciones graves:
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DERECHO ADMINISTRATIVO Y LEGISLACIÓN DEL TURISMO
La falta de concreción y tipificación constituye, sin embargo, el mayor problema de este tipo de
sanciones ya que, aunque normalmente se establece su correlación con especificas infracciones,
se ofrecen por lo general, en su, aplicación como una posibilidad abierta y genérica, siendo
discreción del órgano sancionador su aplicación.
Diferentes de las sanciones accesorias o adicionales son las que se denominan “falsas sanciones”
o “medidas provisionales”. Plantean el problema de que como no se califican como sanciones
en algunas leyes autonómicas, no se les exige, en principio, las mismas garantías que las
propiamente tales (legalidad, tipicidad…), aunque de hecho constituyen un claro gravamen para
el infractor. Se trataría de menos actos administrativos de limitación emanados normalmente
de la inspección.
La ley 4/1999 de modificación de la Ley 30/1992, introduce modificaciones que suponen para la
administración límites para la adopción de estas medidas provisionales. Señala en su art. 72 una
serie de exigencias para su adopción, tales como las que:
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DERECHO ADMINISTRATIVO Y LEGISLACIÓN DEL TURISMO
5. Las medidas provisionales podrán ser alzadas o modificadas durante la tramitación del
procedimiento, de oficio o instancia de parte, en virtud de circunstancias sobrevenidas
o que no pudieron ser tenidas en cuenta en el momento de su adopción. En todo, se
extinguirán con la eficacia de la resolución administrativa que ponga fin al
procedimiento correspondiente.
El Real Decreto 1398/1993, por el que se aprobó el Reglamento del procedimiento para el
ejercicio de la potestad sancionadora, dispone en su art. 15 la exigencia de que tales medidas se
adopten “por razones de urgencia inaplazable” y que estuvieran expresamente previstas,
ajustándose en la intensidad, proporcionalidad y necesidad a los objetivos que se pretendan
garantizar en cada supuesto concreto.
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DERECHO ADMINISTRATIVO Y LEGISLACIÓN DEL TURISMO
Las multas coercitivas no son sanciones sino medios de ejecución de los actos administrativos
como el apremio, la ejecución subsidiaria o la compulsión sobre las personas, por lo que en tal
sentido no le son de aplicación los principios y límites de derecho administrativo, sancionador.
Las leyes autonómicas se refieren incluso a la competencia para solicitar esa devolución que,
como es obvio, corresponde únicamente al reclamante.
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Normalmente la sanción se gradúa en tres niveles: grado mínimo, medio o máximo, de tal
manera que, según como se califiquen las infracciones en leves, graves o muy graves, se
atribuyen unas sanciones y dentro de ellas unos márgenes. Por ejemplo, la sanción de multa
hasta 100.000 euros se situará en su grado mínimo entre los 0,01 y los 40.000: en su grado medio
entre los 40.001 y los 70.000, y en su grado máximo entre los 70.001 y las 100.000.
Son circunstancias concurrentes en los hechos o en el autor que permiten aumentar o disminuir
la responsabilidad, y, por lo tanto, la sanción.
En algunos supuestos, y por influencia del derecho penal, las leyes autonómicas lo que
establecen no son propiamente criterios de graduación de las sanciones, sino determinadas
circunstancias agravantes y atenuantes para concretar la sanción, en base a:
La falta de intencionalidad.
El resarcimiento de los perjuicios ocasionados con anterioridad al cuerdo de iniciación
del expediente sancionador.
La subsanación de las deficiencias causantes de la infracción, durante la tramitación del
expediente sancionador y la ausencia del beneficio económico derivado de la infracción.
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También alguna ley señala que la concurrencia de más de una de las circunstancias agravantes
o atenuantes puede determinar la imposición de sanciones correspondientes a infracciones de
carácter superior o inferior respectivamente, lo que anual el sentido de la tipificación y
graduación de las infracciones y sanciones porque, calificado un determinado hecho como
infracción grave y atribuyéndosele la correspondiente sanción de multa en virtud del margen
pecuniario que permite la graduación prevista, la concurrencia de más de una circunstancia
atenuante puede conducir a que se atribuya una sanción propia de una infracción leve, y dentro
de está en su grado mínimo, y no de una infracción grave.
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El origen del principio de proporcionalidad están el Derecho Penal, y significa que la pena será
proporcional al delito, y, en el ámbito administrativo, que la sanción guardará proporcionalidad
y será congruente con la infracción cometida, o como señala el TC “impone la debida relación
entre el ilícito cometido y la sanción impuesta”.
El límite de la proporcionalidad de las sanciones está previsto en el art. 131 Ley 30/92, como un
mecanismo para evitar sanciones que excedan en más o menos a la gravedad de las infracciones
cometidas.
Por ello, la sanción administrativa nunca pueda implicar ni directa ni indirectamente, privación
de libertad y, además la comisión de la infracción tipificada nunca ha de resultar más beneficiosa
para el infractor que el cumplimiento de las normas infringidas.
En todo caso, los criterios de intencionalidad, reiteración, perjuicio causado y la reincidencia han
de ser tenidos en cuenta a los efectos de guardar la debida adecuación entre la gravedad del
hecho constitutivo de la infracción y la sanción a aplicar.
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Las leyes autonómicas de disciplina turística, directa o indirectamente, a través de los criterios
de graduación de las sanciones, tratan de cumplimentada aplicación a este principio.
Casi todas las leyes autonómicas hacen mención a esta especial circunstancia consistente en la
desaparición de efectos de infracciones o sanciones, aunque la mayoría solo contempla el
supuesto de la prescripción de la sanción y no de la infracción turística.
En las leyes autonómicas se suele distinguir entre los supuestos de prescripción y los de
caducidad del procedimiento sancionador transcurrido un tiempo determinado desde que se
inicia sin haberse practicado la notificación de dicho inicio al imputado. La consecuencia en este
caso es el archivo de las actuaciones (caducidad inicial del procedimiento).
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los del usuario turístico, los de las empresas y actividades turísticas, y los intereses generales
representados por la administración pública. Consecuencia de ello es que la publicación de las
sanciones se ha considerado una sanción y no como mecanismo de información necesario y
complementario de la actividad sancionadora.
o Por ello se suele prever que, pasado el plazo en que se concreta esta
reincidencia, el registro de la sanción se cancela.
o No se explicitan otras modalidades de eficacia registral en relación con la
generalidad de los ciudadanos interesados o de los usuarios turísticos.
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Además, en materia turística existe un gran número de infracciones de tipo formal cuyo tipo
consiste en incumplir un mandato con independencia de que el incumplimiento genere o no la
lesión de un determinado bien o derecho. De tal forma que no suele haber tipos de riesgo
concreto porque la norma delimita de antemano el riesgo prohibido del permitido. El riesgo
permitido está predeterminado en una norma y no depende de la acción realizada concreta,
sino de las circunstancias previas que rodean la puesta en marcha de tal actividad.
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En definitiva, con ello la exigencia de culpa pierde casi toda su virtualidad porque se reduce a
exigir que haya podido evitarse un determinado resultado y en la práctica no se haya evitado.
Tal es así que normalmente se consideran sujetos responsables a las personas físicas o jurídicas
titulares de una autorización administrativa para la prestación de servicios turísticos por actos
realizados directamente, pero también por actos realizados por personas de ellos dependientes:
asimismo son responsables las personas físicas o jurídicas que, no disponiendo de autorización
ni habilitación profesional obligatorias, presten servicios turísticos o realicen servicios de
información turística y, finalmente, son responsables las administraciones públicas
directamente, de manera centralizada o descentralizada, presten servicios o actividades
turísticas (art. 58 Ley murciana).
En algunas leyes (como la de Madrid) se presume, salvo prueba en contrario, que es titular
aquella persona o personas a cuyo nombre figura la licencia o autorización.
Respecto a las responsabilidades por actos de los dependientes de la empresa, algunas leyes
apuntan que la responsabilidad administrativa se exigirá a las citadas personas físicas o jurídicas
sin perjuicio de que estás puedan deducir las acciones que resulten procedentes contra las
personas a las que sean materialmente imputables las infracciones cometidas.
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El art. 133 de la Ley 30/1992 recoge la regla de que no pueden sancionarse los hechos que hayan
sido sancionados ya penal o administrativamente, en los casos en los que se aprecie identidad
de sujeto, hecho y fundamento -regla non bis in ídem- y en el mismo sentido se pronuncia el
art.5 del Reglamento del ejercicio de la potestad sancionadora que además se pronuncia
respecto del ejercicio de la potestad sancionadora por parte de los órganos de la Unión Europea.
Casi todas las leyes autonómicas sobre la materia apuntan a la posible confluencia en el mismo
hecho de delito penal e infracción administrativa, por lo que establecen la regla de ponerlo en
conocimiento de la jurisdicción competente y de abstención de la administración de continuar
con el procedimiento sancionador mientras la autoridad judicial no dicte resolución firme.
Si dos leyes tipifican y sancionan una misma acción se ha de acudir al principio de especialidad,
en virtud del cual la ley especial prevalece sobre la ley general.
Esta circunstancia es muy común en las infracciones turísticas que suelen recoger los elementos
de la infracción general de consumo pero además añaden la circunstancia de que se cometan
por o en empresas, actividades o establecimientos turísticos (por ejemplo la prestación de
servicios con deficiencias, especialmente en materia de seguridad e incendios, constituye una
infracción turística muy grave cuando entraña grave riesgo para los usuarios. Sin duda, las
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normas que regulan las exigencias en materia de seguridad e incendios prevén esta infracción
de forma genérica, pero cuando la comisión se produce por la empresa turística habrá que
aplicarse la ley de disciplina turística en virtud de su especialidad.
El problema surge derivado de que los órganos competentes para la instrucción de los dos
expedientes sancionadores (el turismo y el derivado de la seguridad industrial) normalmente
van a ser distintos, y en la práctica, se suelen tramitar de forma paralela:
Las leyes autonómicas sectoriales son las que atribuyen a determinados órganos administrativos
autonómicos la competencia en materia sancionadora turística (en este caso la de la Comunidad
de Madrid):
Algunas leyes descienden aún más en la definición competencial atribuyendo a los órganos
correspondientes de las comarcas la aplicación de la sanciones y medidas accesorias por la
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Uno de los elementos que justifican el especial fundamento de la disciplina turística radica
precisamente en la delimitación del sujeto de derechos y obligaciones.
Ya se ha indicado cuáles eran esos sujetos a los efectos del ejercicio de la potestad
administrativa de inspección y a los efectos del ejercicio de la potestad administrativa
sancionadora. Tales sujetos suelen coincidir: las empresas, establecimientos y
actividades turísticas.
Sin embargo, el número de sujetos a los que finalmente puede aplicárseles una sanción
es más amplio. Y pueden ser dos tipos:
Los sujetos con los que la empresa turística puede contraer servicios que no sean obligatorios,
ni legal, ni contractualmente y que lleven a cabo el elemento objetivo del tipo de la infracción,
no son sujetos, ni autores, ni responsables de la infracción turística. Es una empresa de
publicidad que elabora una campaña engañosa. La infracción no se comete porque falta el
elemento subjetivo del tipo turístico, sin perjuicio de que la empresa de publicidad pueda ser
sancionada por otra vía.
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En materia turística, la única técnica legislativa adecuada por parte de las CC..AA
como administraciones territoriales competentes en la promoción y ordenación del
turismo es la de remitirse en sus leyes el procedimiento sancionador común y
general para todas las administraciones públicas, contenido en la Ley 30/1992 y en
su reglamento de desarrollo de 4 de agosto de 1993, sobre el procedimiento para el
ejercicio de la potestad sancionadora.
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