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El código civil en los art. 1439 a 1443 clasifica a los contratos. A esta clasificación
legal tiene que agregarse otras clasificaciones elaboradas por la doctrina.
1- En el art. 1439 el CC clasifica a los contratos en unilaterales y bilaterales.
En esta clasificación, el legislador atiende al número de partes que resultan
obligadas al generarse el contrato y no al número de partes que se necesita para
que el contrato se genere (para generarse requiere a lo menos de 2 partes, porque
el contrato es un acto jurídico bilateral).
Tampoco se atiende al número de obligaciones que el contrato engendra, sino al
número de partes que al momento de la formación del contrato quedan obligadas.
Son ejemplos de contratos unilaterales: el depósito, el mutuo, el comodato, la
prenda, la donación sin cargas y la fianza.
Ejemplos de contratos bilaterales: la compraventa (en que una de las partes se
obliga a dar una cosa y la otra a pagarla en dinero), el arrendamiento, la permuta,
la sociedad.
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suceder que en el transcurso de la ejecución del contrato haya hecho gastos de
conservación de la cosa prestada y, en tal caso surge para el comodante la
obligación de reembolsarle esos gastos.
Estos contratos que al nacer imponen obligaciones para una sola de las partes y
que en el transcurso del mismo hacen surgir obligaciones para la otra parte, se
llaman contratos sinalagmáticos o bilaterales imperfectos.
Sin embargo, esta terminología no nos parece apropiada, pues da la idea de
estaríamos en presencia de contratos bilaterales y esto no es así.
Un contrato quedará marcado como uni o bilateral al momento de su formación o
nacimiento. Por lo tanto si un contrato es unilateral, éste no perderá dicha
calificación si por causas sobrevivientes llega a quedar obligada la parte que
inicialmente no lo estaba. Pues, la nueva obligación no deriva del contrato, sino de
la ley. Esta ha sido la postura que ha adoptado la corte suprema, la cual ha
señalado que estos contratos no tienen cabida en el sistema jurídico chileno.
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2- El art. 1440 clasifica los contratos en gratuitos y onerosos:
Para calificar a un contrato de gratuito u oneroso debe atenderse a un criterio
económico, es decir, a si el contrato resulta útil o provechoso para uno solo de
los contratantes o para ambos.
Así, son contratos oneroso: La compraventa, la permuta, el arrendamiento, el
mandato cuando es remunerado y el mutuo con interese,
Son contratos gratuitos: la donación, el comodato, el depósito, el mandato cuando
es gratuito y el mutuo sin intereses.
Si bien es cierto algunos autores señalan que los contratos bilaterales son
siempre onerosos, esto no es tan exacto pues existen algunos casos de contratos
bilaterales gratuitos como el mandato no remunerado y la donación con cargas.
El mandato por ser un contrato de confianza normalmente recae en un familiar o
amigo íntimo del mandante. Cuando no se remunera al mandatario, el contrato es
gratuito y solo cede en beneficio del mandante. Sin embargo, incluso en este caso
el contrato es bilateral, ya que siempre impone al mandatario la obligación de
hacerse cargo de los negocios cuya gestión se le encomienda y al mandante la
obligación de proporcionar a la contraparte lo necesario para que ejecute su
cometido.
La donación irrevocable o entre vivos en que se impone al donatario una carga o
un modo en beneficio de un tercero, es un contrato bilateral, ya que genera
obligaciones para el donante y para el donatario, pero además es gratuito pues no
genera utilidad económica al donante sino solo al donatario y al tercero
beneficiario del modo.
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Otro ejemplo lo constituye el contrato de depósito cuando se faculta al depositario
para usar la cosa en su provecho y el contrato de comodato celebrado en pro de
ambas partes art. 2179.
El profesor Ramón Meza Barros ilustra esto último de la siguiente manera: se
refiere al préstamo de un perro de caza con obligación del comodatario de
amaestrarlo.
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celebrado el deudor con un tercero, ya que solo le basta probar la mala fe del
deudor.
En cambio, si lo que pretende revocar es un contrato oneroso además de la mala
fe del deudor deberá probar la mala fe del tercero adquirente. Art 2468.
Otros profesores como don Rubén Celis han señalado que el CC fue muy sabio al
no decir en dicho art. Prestaciones equivalentes, y emplear en vez de eso la
expresión “se mira como equivalente”. Es así como no resulta necesario que
realmente sean iguales, basta que las partes las miren como equivalentes.
En el contrato conmutativo, el beneficio que cada parte persigue se mira como
equivalente al gravamen que soporta; las partes pueden apreciar de inmediato la
ventaja o la pérdida que el contrato les acarrea.
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- Otra crítica que ha hecho la doctrina dice relación con la omisión en que incurre
el legislador respecto de las obligaciones de no hacer, pues no existe ningún
motivo para excluirlas de la categoría de contrato conmutativo.
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siniestro no solo cuanto tiene que pagar la aseguradora sino que también si nace
la obligación de indemnizar.
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El contrato accesorio no puede subsistir sin una obligación principal, pero puede
existir sin ella. Se puede concebir perfectamente al contrato accesorio sin que
exista aún la obligación principal, pero es inconcebible que sobreviva a la extinción
de la obligación principal.
La caución puede constituirse para garantizar una obligación futura y en tal caso
existirá la obligación accesoria antes que la principal.
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Contratos solemnes: Son aquellos que además del consentimiento, requieren por
disposición de la ley de la observancia de ciertas formalidades, de tal modo que si
no se da cumplimento a esas formalidades, el contrato no produce ningún efecto
civil. Lo que sucede es que en estos contratos no se producen los efectos que le
son inherentes mientras el consentimiento no se preste por las partes en la forma
que la ley prescribe, porque la ley entiende que si no se da cumplimiento a las
solemnidades, el consentimiento no se produce. Las solemnidades pueden ser de
distinta índole:
- instrumento público o privado.
- escrituración.
- presencia de un funcionario.
Hay que tener presente que no todas las formas externas son solemnidades, lo
son solamente aquellas que la ley prescribe en consideración a la naturaleza
misma del acto o contrato, es decir, a aquellas solemnidades objetivas
denominadas también ad solemnitatem.
Si la formalidad se exige en atendiendo al estado o calidad de las partes, no es
una solemnidad propiamente tal, sino una formalidad habilitante o de protección a
ciertas personas. Por eso, no siempre que estamos en presencia de una
formalidad el contrato será solemne, porque las formalidades pueden ser de
distinta naturaleza.
a) solemnidades propiamente tales.
b) formalidades habilitantes.
c) formalidades por vía de prueba.
d) formalidades por vía de publicidad.
Son contratos solemnes el de matrimonio, la adopción, la hipoteca art 2409, la
compraventa de bienes raíces art 1801.
La que le da el carácter de solemne a un contrato es la ley. Pero las partes
también pueden darle este carácter a un contrato que legalmente no lo es. //
Contrato de compraventa de bienes muebles.
Pero no es lo mismo un contrato solemne por disposición de la ley que uno
solemne por acuerdo de las partes, porque si es la ley la que lo establece y se
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omiten las solemnidades, el contrato va a ser nulo absolutamente; en cambio, si el
contrato es solemne por la sola voluntad de las partes, dicho contrato va a poder
producir efectos aún cuando la solemnidad no se cumpla en la forma convenida.
Art. 1802.
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- En el depósito: que la persona cuide la especie depositada.
- En la prenda: que la especie sirva de garantía a la obligación respectiva.
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