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Ecuador, su cultura y su gente

La cultura ecuatoriana contemporánea tiene raíces diversas y profundas en una historia tan rica como
multiétnica. Al momento de investigar para este artículo la población de Ecuador se estimaba en 15
223 680 habitantes, con un crecimiento anual de 1,4%. Se trata de una población étnicamente muy
diversa, donde el 65% son mestizos (mezcla de indígenas con caucásicos); el 25%, indígenas; el
10%, caucásicos; el 7%, afro descendientes. (Fuente: CIA World Factbook).

Los distintos grupos humanos que se han establecido en Ecuador desde Europa, África, etc., así
como las muchas nacionalidades indígenas autóctonas del país, todos, han contribuido a lo que hoy
podemos denominar como Cultura ecuatoriana. Desde las ricas y variadas tradiciones culinarias hasta
las costumbres a la hora de celebrar las diversas festividades religiosas, es todo un placer el explorar
la cultura ecuatoriana.

Cultura ecuatoriana
Pueblos amazónicos fronterizos, aldeas pesqueras en la Costa del Pacífico, antiguas haciendas
andinas en la Sierra, mercados indígenas, ciudades coloniales y más, son algunos de los ingredientes
que conforman el amasijo cultural ecuatoriano. Cada uno luchando por conservar su propia identidad
e historia, a la vez que transitan juntos un mismo camino hacia el futuro. Gracias a la naturaleza
diversa del Ecuador, combinada con sus dimensiones compactas, en este país es posible vivir varias
experiencias culturales en un mismo día. Viajando en un bus o en auto unas pocas horas, el visitante
puede conocer varias comunidades con costumbres y etnias predominantes totalmente distintas.

Ecuador es el hogar de diversos grupos indígenas, muchos de los cuales aún conservan sus idiomas
precolombinos. El grupo más numeroso es el de los quichuas andinos, con más de 2 millones de
individuos. Otros grupos andinos menos numerosos son los caranquis, los otavaleños, los cayambis,
los pichinchas, los panzaleos, los chimbuelos, los salasacas, los tungurahuas, los tuguas, los
warankas, los puruhaes, los cañaris, y los saraguros.

La Cuenca Amazónica es tan rica en culturas indígenas como lo es la Sierra. A pesar de las creciente
presiones ejercidas sobre ellos por parte de la industrialización, aun muchas de sus tradiciones
ancestrales se mantienen vivas, como es el caso del chamanismo. Las etnias indígenas de la
Amazonía son: huaoranis, záparos, cofanes, quichuas amazónicos, sionas, secoyas, shuares y
achuares.

Además de estas numerosas y variadas culturas nativas, Ecuador tiene una pujante cultura mestiza y
una considerable cultura afroecuatoriana (medio millón de individuos, aproximadamente),
descendientes de los esclavos africanos, traídos al país en el siglo xvi para trabajar en las
plantaciones cañeras de la Costa y que son famosos culturalmente por su música conocida como
Marimba.

La modernización no le ha robado a las ciudades y pueblos de Ecuador sus distintos sabores


culturales, básicamente porque sus gentes se han preocupado por mantener las tradiciones
ancestrales vivas hasta el día de hoy. Ejemplo de ello son las ciudades de Otavalo, Baños, y Quito.
Otavalo, famoso desde siempre por su población indígena afectuosa y emprendedora que ha
mantenido por siglos vivo el mercado indígena más conocido de las Américas; la ciudad de Baños es
conocida por sus manantiales de aguas termales y su agradable clima, además de por su proverbial
hospitalidad, que recibe y despide a visitantes todo el tiempo; y Quito, el centro político del país, se ha
transformado en una ciudad cosmopolita al tiempo que ha logrado mantener el candor de un pequeño
pueblo.

http://www.ecuadorexplorer.com/es/html/cultura-ecuatoriana.html

Breve resumen introductorio a la historia del Ecuador


La historia de Ecuador es, en muchas formas, cíclica. Se trata de un país que siempre ha estado
luchando contra retos sociales, políticos, económicos y geográficos. Los mismos factores que han
determinado la Historia de Ecuador durante los dos últimos siglos, continúan dominando el panorama
del país a inicios del siglo xxi.

Durante la época precolombina en el territorio hoy conocido como Ecuador coexistieron, por miles de
años, una gran variedad de grupos indígenas, antes de ser colonizados por los incas primero, y
posteriormente por los conquistadores españoles. Aunque ambas conquistas se dieron mediante
brutales invasiones, estos habitantes originarios sufrieron mucho más y por más tiempo bajo el
dominio español que bajo el de los incas.

Durante su historia colonial, como parte de los Virreinatos de Perú y de Nueva Granada, los
habitantes de estas tierras tuvieron que conocer no sólo un grupo de nuevas enfermedades para las
que no estaban preparados ni cultural ni inmunológicamente, sino también esclavitud e inequidad. El
declive económico de España, unido al ascenso de los nuevos ideales de la Ilustración y la
consecuente expansión del movimiento independentista por toda Latinoamérica, al que el país no dejó
de sumarse, consiguieron que tras cruentas luchas, este se independizara de España el 24 de mayo
de 1822. Durante los primeros años de independencia, Ecuador formó parte de la República de la
Gran Colombia de Simón Bolívar, territorio que comprendía también las actuales naciones de
Venezuela y Colombia. Esta asociación no duró mucho. El establecimiento de Ecuador como
república dio paso a un período de fuerte influencia de la Iglesia Católica. Eloy Alfaro y sus seguidores
lucharon entonces por muchas reformas seculares durante la Revolución Liberal.

En los tiempos de la Gran Depresión, Ecuador experimentó una marcada inestabilidad política que
culminó en una guerra con el Perú en los umbrales de la II Guerra Mundial. El período de post Guerra
de Ecuador se caracterizó por el incremento de la desigualdad y la inestabilidad.

Desde entonces, la historia contemporánea del Ecuador se ha caracterizado por una profunda
inestabilidad y dependencia absoluta de las fluctuaciones en los precios del petróleo y en los
mercados financieros internacionales, así como en su deuda externa.

Examinando el curso de la Historia de Ecuador, cuatro temas fundamentales emergen:

 Primero. La mayor parte de la riqueza del país está en las manos de una pequeña minoría.
Una reducida clase media lucha por sobrevivir y más de la mitad de la población se
encuentra en el límite o por debajo del límite de pobreza. Esta alta inequidad económica,
así como la estructura social que la sustenta pueden ser rastreadas hasta la era colonial,
con su conocida discriminación racial, sus patrones de propiedad y sus expresiones de
dominio cultural eurocéntrico.
 Segundo. El estilo agrícola de las empresas de la Costa, con Guayaquil a la cabeza,
orientado hacia las exportaciones a gran escala, continúa compitiendo con las pequeñas
granjas y negocios de la Sierra, representados por Quito. Esta persistente rivalidad entre
las regiones a menudo determina el resultado de asuntos de importancia nacional y
frecuentemente obstaculiza la labor del Gobierno.
 Tercero. Debido a la dependencia de productos como el petróleo, la economía ecuatoriana
padece de constantes altibajos caracterizados por períodos de alza y de depresión que se
alternan, lo cual dificulta un verdadero y significativo cambio económico, político o social.
 Cuarto. El sistema político del país carece de instituciones fuertes y estables. Desde su
independencia de España en 1822, ha habido más de 90 cambios de poder. En promedio,
cada dos años un nuevo gobierno civil o militar ha tomado el poder. Por tanto, las
instituciones gubernamentales no han tenido oportunidad de madurar y no han sido
incapaces de arreglar los constantes problemas que una y otra vez emergen en Ecuador.
La falta de un sistema político estable es causa y efecto a la vez de la disparatada
estructura clasista del país, de su regionalismo y de su inestable economía.

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III. AFIRMACIÓN, NEGACIÓN Y NEGACIÓN DE LA NEGACIÓN Aquí debemos hacer una distinción entre lo
que se llama la contradicción verbal -que significa que cuando a uno le dicen “sí”, responde “no”-; y la
contradicción que acabamos de ver y que se llama la contradicción dialéctica, es decir, contradicción en
los hechos, en las cosas. Cuando hablamos de la contradicción que existe en el seno de la sociedad
capitalista, esto no quiere significar que unos digan sí y otros no en lo que respecta a ciertas teorías;
significa que hay una contradicción en los hechos, que hay fuerzas reales que se combaten: primero una
fuerza que tiende a afirmarse, la clase burguesa que tiende a mantenerse; luego una segunda clase
social 46 Engels, Anti-Dühring. que tiende a la negación de la clase burguesa, el proletariado. Por lo
tanto, la contradicción está en los hechos, porque la burguesía no puede existir sin crear su contrario, el
proletariado. Como dice Marx ante todo, la burguesía produce a sus propios sepultureros.47 Para
impedido, sería necesario que la burguesía renunciara a ser ella misma, lo que sería abusrdo. Por
consiguiente, afirmándose crea su propia negación. Tomemos el ejemplo de un huevo que una gallina
pone e incuba: comprobamos que en el huevo se encuentra el germen que, a cierta temperatura y en
ciertas condiciones, se desarrolla. Al desarrollarse, este germen dará un pollito: así, ese germen ya es la
negación del huevo. Vemos entonces que en el huevo hay dos fuerzas: la que tiende a que continúe
siendo huevo y la que tiende a que se convierta en pollito. El huevo está, pues, en desacuerdo consigo
mismo y todas las cosas están en desacuerdo con sí mismas. Esto puede parecer difícil de comprender,
porque estamos habituados al modo de razonamiento metafísico, y por eso debemos hacer un esfuerzó
para habituarnos nuevamente a ver las cosas en su realidad. Una cosa comienza por ser una afirmación
que surge de la negación. El pollito es una afirmación surgida de la negación del huevo. Esta es una fase
del proceso. Pero la gallina será, a su vez la transformación del pollito y, en el seno de esta
transformación, habrá una contradicción entre las fuerzas que luchan para que el pollito se convierta en
gallina y las fuerzas que luchan para que el pollito siga siendo pollito. Por lo tanto, la gallina será la
negación del pollito, que a su vez procedía de la negación del huevo. La gallina será, pues, la negación de
la negación. Y ésta es la marcha general de las fases de la dialéctica. 1. Afirmación: también se dice Tesis.
2. Negación, o Antítesis. 3. Negación de la negación, o Síntesis. Estas tres palabras resumen el desarrollo
dialéctico. Se las emplea para representar el encadenamiento de las fases, para indicar que cada fase es
la destrucción de la fase precedente. La destrucción es una negación. El pollito es la negación del huevo,
puesto que al nacer destruye el huevo. Del mismo modo, la espiga de trigo es la negación del grano de
trigo. El grano sembrado en la tierra germinará; esta germinación es la negación del grano de trigo, que
dará la planta, y esta planta florecerá a su vez y dará una espiga; ésta será la negación de la planta o la
negación de la negación. Por consiguiente, vemos que la negación de la que habla la dialéctica es una
manera resumida de hablar de la destrucción. Hay negación de lo que desaparece, de lo que es
destruído. 1. El feudalismo ha sido la negación de la época esclavista. 2. El capitalismo es la negaci6n del
feudalismo. 3. El socialismo será la negación del capitalismo. Del mismo modo que para la contradicción,
en que hemos establecido una distinción entre contradicción verbal y contradicción lógica, debemos
comprender bien lo que es la negación verbal, que dice “no”, y la negación dialéctica, que quiere decir
“destrucción”. Pero si la negación quiere decir destrucción, no se trata de cualquier destrucción, sino de
una destrucción dialéctica. Así, cuando aplastamos una pulga no muere por destrucción interna, por
negación dialéctica. Su destrucción no es el resultado de fases autodinámicascambio puramente
mecánico. La destrucción es una negación sólo si es un producto de la afirmación, si proviene de ella. Así,
como el huevo incubado era la afirmación de lo que es el huevo, engendra su negación: se convierte en
pollito, y éste simboliza la destrucción, o negación del huevo, al abrirse paso y destruír la cáscara. En el
pollito vemos dos fuerzas adversas: “pollito” y “gallina”; en el curso de este desarrollo del proceso, la
gallina pondrá huevos, de donde nueva negación de la negación. De esos huevos arrancará entonces un
nuevo encadenamiento de procesos. Con respecto al trigo, vemos también una afirmación, luego una
negación y una negación de la negación. Daremos como otro ejemplo el de la filosofía materialista. Al
principio, encontramos un materialismo primitivo, espontáneo, que por ser ignorante, crea su propia
negación: el idealismo. Pero el idealismo que niega el antiguo materialismo será negado por el
materialismo moderno o dialéctico, porque la filosofía se desarrolla y provoca, con las ciencias, la
destrucción del idealismo. Por lo tanto, también aquí tenemos afirmación, negación y negación de la
negación. Comprobamos también este ciclo en la evolución de la sociedad. Tenemos al comienzo de la
historia la existencia de una sociedad de comunismo primitivo, sociedad sin clases, basada en la
propiedad común de la tierra. Pero esta forma de sociedad se convierte en una traba para el desarrollo
de la producción y, por ese mismo motivo, crea su propia negación: la sociedad con clases, basada en la
propiedad privada y en la explotación del hombre por el hombre. Pero también esta sociedad lleva en sí
su propia negación, porque un desarrollo superior de los medios de producción acarrea la necesidad de
negar la división de la sociedad en clases, de negar la propiedad privada, y volvemos así al punto de
partida: la necesidad de la sociedad comunista, pero en otro plano; al principio, teníamos una falta de
productos; ahora, tenemos una capacidad de producción muy elevada. Destaquemos a este respecto
que, en todos los ejemplos que hemos dado, volvemos al punto de partida, pero en otro plano
(desarrollo en espiral), un plano más elevado. Vemos, pues, que la contradicción es una gran ley de la
dialéctica. Que la evolución es una lucha de fuerzas antagónicas. Que no sólo las cosas se transforman
unas en otras, sino también que toda cosa se transforma en su contrario. Que las cosas no están de
acuerdo consigo mismas porque hay en ellas lucha entre fuerzas opuestas, porque hay en ellas una
contradicción interna. Observación. Debemos prestar mucha atención a lo siguiente: la afirmación, la
negación, la negación de la negación, no son sino expresiones resumidas de los momentos de la
evolución dialéctica, y no se trata de andar buscando por doquiera estas tres fases. Porque no siempre
las encontraremos todas, sino que a veces sólo será la primera o la segunda, por no haber terminado
aún la evolución. Por lo tanto no hay que querer ver mecánicamente en todas las cosas esos cambios en
la misma forma. Recordemos sobre todo que la contradicción es la gran ley de la dialéctica. Esto es lo
esegcial.; es el resultado de un

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