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Los filósofos de la Edad Antigua principales como Platón, Aristóteles,

Sócrates o Pitágoras centraron las bases del pensamiento filosófico de hoy


en día.

El cinismo y el estoicismo son las principales corrientes y conceptos


filosóficos que marcaron esta época e influyeron en el mundo con saberes
que todavía perduran.

La Edad Antigua en la humanidad fue el comienzo de la vida en ciudades y


con ello el orden político, social y religioso. Los filósofos intentaron analizar
el Universo y descubrir principios que ordenaran los principales temas
sociales como la libertad, el amor, las ciencias, entre otros tópicos.

Hubo un momento histórico donde la humanidad pasó de vivir dispersa o


en pequeños grupos a conformar las primeras civilizaciones, con la
aparición de las ciudades y un modo de vida urbano.
Ese momento histórico, que cambió para siempre la configuración social del
planeta, se conoce como Edad Antigua, que comienza en el año 4.000 a.C y
culmina con el surgimiento del imperio romano en el año 476.

Hay dos cambios centrales que caracterizan esta etapa histórica: la


aparición de la escritura y el sedentarismo, gracias al desarrollo tecnológico
de la agricultura.

La Edad Antigua fue el comienzo de la vida urbana y con ella la aparición


del poder político, la conformación de los estados, el desarrollo social y las
religiones organizadas.

Considerada como un deseo del saber, la filosofía antigua basaba sus


análisis en el origen del Universo (Cosmogonía), los principios ordenadores
y problemas del Cosmos (Cosmología) y el origen de la naturaleza (Física),
pero también en el amor, la libertad, la matemática, la geometría,
astronomía y teología.

Te puede interesar también conocer los filósofos más importantes del


Renacimiento.

Los más importantes filósofos de la Edad


Antigua

Tales de Mileto (625 a.C – 547 a.C, Grecia)


Podría considerarse a Tales como el iniciador de la Escuela de Mileto, una
de las primeras corrientes filosóficas de la Edad Antigua.

Matemático, geómetra, físico y legislador, además de filósofo, sus


principales aportes fueron el desarrollo de la especulación científica, el
pensamiento deductivo y la filosofía griega.

Dos teoremas geométricos de enseñanza en todas las escuelas del mundo


llevan su nombre. Pero fundamentalmente Tales es el primer filósofo
occidental del que se tiene registro en su intento por explicar de manera
racional algunos fenómenos planetarios.

Anaximandro de Mileto (610 a.C – 547 a.C, Grecia)


Junto a su mentor Tales, fue uno de los iniciadores de la Escuela de Mileto
y además de filósofo era geógrafo, disciplina con la cual obtuvo gran
reconocimiento al ser el primero en decir que la Tierra era cilíndrica y
configurar uno de los primeros mapas.

Su principales ideas están asociada al principio de todas las cosas y a lo


ilimitado. Además, fue uno de los primeros filósofos en hablar sobre la
evolución de las especies, al considerar que el agua era el origen de todo.

Anaxímenes de Mileto (590 a.C – 524 a.C, Grecia)


Discípulo de Tales y compañero de Anaximandro, es el tercer eslabón de la
Escuela de Mileto. Su aporte se centra en la concepción del aire como un
elemento central del origen de todo, basándose en un método cuantitativo
de observación sobre la respiración humana.

Parménides de Elea (530 a.C – 470 a.C, Italia)


“Nada en el mundo puede contradecir lo que es necesario desde el punto de
vista del pensamiento”, esa podría decir una de las premisas de su único
poema en el cual analiza el ser y el ente. Con estos conceptos dio inicio a la
escuela eleática.

Zenón de Elea (495 a.C. – 430 a.C, Italia)

Discípulo y continuador del pensamiento de Parménides, su pensamiento


cambió tras un encuentro con Sócrates. Murió queriendo liberar su patria
de Nearco.

Su principales aportes fueron el pensamiento paradójico, y los conceptos


sobre movilidad (con el ejemplo a Aquiles y la tortuga) y la pluralidad.

Meliso de Samos (471 a. C – 431 a. C, Grecia)


Defensor de la tesis de la unidad de lo existente, fue el autor del precepto
de que para llegar a ser algo hay que tener un origen, por lo que considera
que no existía el vacío, justamente porque no llega a ser.

Además, fue uno de los iniciadores de la teoría de que los sentidos sólo
puedan dar opiniones, lo que no permite entender la verdad de las cosas.

Empédocles de Agrigento (495 a.C – 435 a.C, Grecia)


La noción de los cuatro elementos (agua, aire, tierra y fuego) es la
evolución de las ideas de Empédocles sobre la cuatro raíces, unidas por el
amor y separadas por el odio.

Estas raíces constituyen al hombre y están sometidas a dos fuerzas: verdad


y corrupción. Por su originalidad y la conservación de sus escritos,
Empédocles fue uno de los filósofos más discutidos sobre la Edad Antigua.

Aristóteles (384 a.C – 322 a.C, Grecia)

Discípulo de Platón, fue uno de los tres grandes maestro de la filosofía


occidental y debe su reconocimiento a su rigor metodológico y a un vasto
campo de análisis e influencias.

Podría decirse que es el configurador del pensamiento europeo teológico,


que sirvió como organizador de la sociedad. Empirista, metafísico y crítico,
es el iniciador de la lógica, por sus teorías sobre los silogismos, y la ética.

Platón (427 a.C – 347 a.C, Grecia)


Otro de los grandes maestros, es el eslabón entre Sócrates (su maestro) y
Aristóteles (su discípulo), es el fundador de la Academia, la gran institución
filosófica de la antigüedad. Platón es una de las figuras más importantes
del pensamiento filosófico moderno.

A diferencia de sus contemporáneos, no escribía en forma de poema sino


que lo hacía con formato de diálogo. Su trabajo son 22 obras, que se
conservan hasta hoy.

Podría dividirse su filosofía en dos análisis: el conocimiento, con sus


estudios sobre la naturaleza del conocimiento; y la moral, a la que le
atribuía un rol fundamental en la vida y la felicidad humana.

Sócrates (470 a.C – 399 a.C, Grecia)


¿Será el gran maestro de la filosofía universal? La respuesta es una
discusión que perdurará siempre, de hecho se divide el pensamiento
filosófico en presocrático y postsocrático.

Es uno de los grandes maestros y es el que inició toda una manera de


pensamiento que continuaron Platón y Aristóteles en la Edad Antigua.

Fue condenado a muerte por despreciar a los dioses y murió envenenado


con cicuta. No dejó ninguna obra escrita por lo que sus saberes se
desprenden del relato de sus continuadores.

El argumento inductivo, el pensamiento sobre la moral y la definición


general, son sus grandes aportes. Su método principal era el diálogo con
cualquier ser humano en lugares públicos.

Pitágoras (569 a.C – 475 a.C, Grecia)

Considerado el primer matemático de la historia, fundó toda una escuela de


pensamiento (de orientación religiosa) que lleva su nombre y ha influido a
filósofos hasta la actualidad.
Sus conceptos fueron centrales para el desarrollo de la matemática, la
filosofía racional y la música, donde sus ideas sobre la armonización aún se
mantiene vigentes.

Pero también influyó en la cosmovisión y astronomía. Siempre será


recordado por el Teorema de Pitágoras, que reza: “En todo triángulo
rectángulo el cuadrado de la hipotenusa es igual a la suma de los
cuadrados de los catetos”.

Hípaso de Metaponto (500 a.C – sin datos, Grecia)

Uno de los filósofos pitagóricos, la historia de Hípaso es una tragedia. Fue


lanzado fuera del barco en que cruzaba el Mediterráneo con sus
compañeros por contradecir la teoría de los números naturales.

Su demostración de que la diagonal de un cuadrado de lado era un número


irracional, fue también su condena de muerte.

Euclides de Mégara (435 a.C – 365 a.C, Grecia)

También fue discípulo de Sócrates y la eleástica, fue el fundador de la


Escuela megárica, centrada en la idea de Dios como ser supremo.

Sus principales aportes fueron sobre la dialéctica, la manera de reinar y los


argumentos engañosos.

Protágoras de Abdera (485 a.C – 411 a.C, Grecia)

Viajero y experto en retórica, Protágoras es uno de los sofistas, doctrina


que se basaba en la enseñanza de la sabiduría.
Se considera a este filósofo como el primero en recibir dádivas por impartir
conocimiento. Su premisa central fue: “El hombre es la medida de todas las
cosas”.

Leucipo (sin datos, Grecia)

Su figura es centro de innumerables discusiones, sobre todo por la falta de


datos fehacientes sobre su vida lo que pone en duda su existencia y se lo
nombra como una invención de Demócrito.

Pero de todas maneras se lo considera el fundador del atomismo, teoría


que sostiene que la realidad está formada por partículas infinitas,
indefinibles y variadas.

Demócrito (460 a.C – 370 a.C, Grecia)

Conocido como “el filósofo que ríe”, Demócrito era definido con un carácter
extravagante, que se le atribuye a su estudio con magos. Negaba la
existencia de Dios y creía en la autocreación de la materia.

Se destacó por sus aportes a la geometría y la astronomía, además de su


colaboración con el nacimiento del atomismo.

Aristógenes de Tarento (354 a.C – 300 a.C, Grecia)

Además de ser filósofo y uno de los fundadores de la Escuela peripatética,


se destacó como músico, función en la cual se le conceden propiedades
curativas.

Enfrentado con Teofrasto, era un fiel seguidor de las ideas de Aristóteles y


basaba su pensamiento en un método empírico. Sus principales aportes
fueron en la teoría musical.
Teofrasto (371 a.C – 287 a.C, Griego)

Su nombre era Tirtamo pero se lo conoce por su apodo, fue designado


como director del Liceo tras la muerte de Aristóteles, lo que le valió el
enojo de Aristógenes.

Se destacó por su divulgación científica, su pasión por la botánica y su


explicación sobre el carácter y los tipos morales. También era parte de la
Escuela peripatética.

Estratón de Lámpsaco (340 a.C – 268 a.C, Grecia)

Miembro de la escuela peripatética, sucedió a Teofrasto en el Liceo y se


destacó por su ingenio particular, que lo llevó a demostrar que el aire
estaba formado por partículas materiales, uno de los avances más
importantes de su época.

Eudemo de Rodas (370 a.C – 300 a.C, Grecia)

Fue uno de los grandes alumnos de Aristóteles y el primer historiador


científico de la historia. Fue miembro de la escuela peripatética y su más
destacado aporte a la filosofía fue la sistematización de las ideas de su
maestro.

Epicuro de Samos (341 a.C – 270 a. C, Grecia)

Gran estudioso del hedonismo racional y el atomismo, este filósofo fue el


creador de su propia escuela que influyó en toda una generación de
pensadores posteriores.

Sus ideas sobre la búsqueda del placer, motivadas por la prudencia, y el


azar, lo destacaron. Dejó un enorme legado de obras, que podría dividirse
en tres etapas: la Gnoseología (distinción de lo verdadero y lo falso), el
estudio de la naturaleza a través de la física, y la Ética.
Polemón (sin datos – 315 a. C, Grecia)

Dueño de un carácter severo y agresivo, su gran aporte fue la influencia


sobre un grupo de discípulos que tomaron otro enfoque filosófico y dieron
vida a la escuela del estoicismo.

“El objeto de la filosofía debe ser ejercitar al hombre en cosas y actos, no


en especulaciones dialécticas”, fue uno de sus frases célebres.

Zenón de Citio (333 a.C – 264 a. C, Chipre)

Fue el iniciador del estoicismo, corriente filosófica que irrumpió con su


teoría de que el hombre puede alcanzar la libertad y la tranquilidad
rechazando las comodidades materiales.

Antístenes (444 a. C – 365 a.C, Grecia)

Este filósofo fue pupilo de Sócrates y se ganó su lugar entre los genios de
Edad Antigua por ser el fundador de la escuela cínica, que basó su
experiencia en la observación del comportamiento de los perros. Rechazaba
la ciencia, las normas y convenciones.

Diógenes de Sinope (412 a.C – 323 a.C, Grieco)

El otro genio de la escuela cínica, destacaba las virtudes de


los perros por lo que de allí se desprende la figura retórica
de Diógenes y los perros. Despreciaba los usos sociales,
los placeres mundanos y definió el amor como el negocio
de los ociosos.

Arístipo (435 a.C – 350 a.C, Grecia)


Otro discípulo de Sócrates, fue el fundador de la Escuela cirenaica, conocido
como Hedonismo, que se destacó por asociar el placer con la felicidad, y
ésta como la finalidad de la vida, combinaba con la libertad espiritual.

Teodoro, el Ateo (340 a.C – 250 a.C, Grecia)

Filósofo de la Escuela cirenaica, afirmaba que todo el mundo era su patria


como manera de oponerse a los nacionalismos, de destacó por su ateísmo
y la negación de la existencia de los dioses griegos.

Buda (563 a.C – 483 a.C, Sakia, hoy India)

Siddharta Gautama, más conocido como Buda, cuya significado es “el


iluminado”, fue un sabio oriental que dio origen al pensamiento, la filosofía
y la religión budista, la cuarta más importante del mundo.

A diferencia del pensamiento occidental, el budismo no esta organizado de


manera vertical y se basa en tres preceptos: insustancialidad,
impermanencia y sufrimiento.

El interés de esta filosofía se basa en la renuncia a los lujos materiales y en


la búsqueda del sentido espiritual de la existencia, basado principalmente
en la meditación. El punto cumbre era el Nirvana.

Plotino (204 – 270, Egipto)

Seguidor y continuador de las ideas de Platón, Plotino fue el creador de la


escuela denominada platonismo. Su concepto de lo Uno, como fuente de la
creación indivisible del todo, fue lo que más tarde lo lleva a formular la
teoría de la inmortalidad del alma.

Porfirio (232 – 304, Grecia)


Discípulo de Plotino y gran divulgador de sus obras, gozó del
reconocimiento y el afecto de sus contemporáneos por su especulación
metafísica.

Se lo considera un nexo entre dos etapas evolutivas del pensamiento


platónico y se destaca su originalidad, valentía intelectual y su importancia
en la filosofía cristiana.

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