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La era de los pioneros - La Escuela de Brighton -

Romás Gubern
La escuela de Brighton

La aportación británica al cine nació de Robert William Paul después de que


construyese en 1894 una imitación del kinetoscopio de Edison, que no estaba patentado
en Inglaterra. Pero eso no acabó allí. En Brighton, playa de moda en esos tiempos por
su clima idóneo, varios fotógrafos profesionales se iniciaban en la fotografía animada a
través del gran Friese-Greene. Allí, con el tiempo construyeron sus propios equipos y sus
nombres han pasado a la historia formando la «Escuela de Brighton». Entre ellos
destacan George Albert Smith y James Williamson.

Smith no tardó en descubrir nuevas posibilidades de su aparato óptico y


comenzó a aplicar al nuevo invento el trucaje fotográfico de
la sobreimpresión. Paralelamente, esta experiencia también estaba siendo llevada a
cabo por Méliés y sin conocimiento alguno del otro, lo aplicó y lo patentó de un modo
natural hacia el cine fantástico, poblado por espectros y fantasmas.

Smith también es el pionero en introducir primeros planos en la acción, un


recurso que utilizó por vez primera en Grandma's reading glass (1900). Además de eso
fue quién inventó por primera vez el sistema de cine cromático el Kinemacolor, en 1902.
A Visit to the Seaside (1908) primera película grabada en Kinemacolor.

James Williamson, por su parte, impresionó también con sus escenas


documentales al aire libre, como la competición de regatas de Henley (1899), donde la
cámara ya no era el ojo inmóvil de Méliés, sino un ojo nervioso donde en algún plano
muestra a los espectadores en travelling. Si el cine es, ante todo, movimiento, no hay
duda de que estamos asistiendo a su auténtico nacimiento.

Como cualquier documentalista de la época, Williamson aborda principalmente


la actualidad y en 1900 realiza una pieza verdaderamente importante: Attack on a
chínese mission station, donde se narra un episodio de la guerra de los boxers que
supone un progreso narrativo en el cine, al mostrar primero a las víctimas y luego a las
tropas salvadoras.

Esa alternancia dramática de escenarios pronto sería patrimonio universal de


todo el cine de aventuras y de los westerns que van a nacer muy pronto en suelo
americano. The Great Train Robbery (1903) por Porter, primera película de acción
estadounidense y la primera del género western.

Con la introducción de otro elemento característico del cine por parte de


Williamson, la persecución, y con ese montaje intencional de escenas que se aleja de la
sintaxis teatral de Méliés, damos paso a un nuevo realismo cinematográfico que
culminará en Griffith. Estamos, ante todo, presenciando el nacimiento de una auténtica
narrativa cinematográfica.

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