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ISBN: 970-670-157-5
Impreso en México
Del quehacer cotidiano al hacer que trasciende es un texto editado por la Secretaría de Educación de Veracruz del
Gobierno del Estado de Veracruz de Ignacio de la Llave. Toda correspondencia dirigirla al Departamento de Apoyo
Editorial de la Coordinación de Bibliotecas y Centros de Información Documental de la SEV: Av. Araucarias
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EL NI CHO VI TAL DE APRENDI ZAJE.
UNA POSI BI LI DAD AUTÉNTI CA
DE LA EDUCACI ÓN EN EL SI GLO X X I
Fabio Fuentes Navarro
1En la investigación general también participan: América Rasso Calvo (UPV), Ma. del Consuelo Pérez
Rendón (UV), Mónica Rubiette Hakim Krayem (UV), Ma. del Carmen Rivas Castellanos (UV) y Ma. Teresa Moreno
Torres (CEDI).
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2 Ante los modelos lineales, fijos y predeterminados de las ciencias mecanicistas, sucintamente el paradigma
emergente de las ciencias es una propuesta que: a) supera las explicaciones causalistas de las relaciones entre la
naturaleza, el hombre y el universo; b) denuncia el desvanecimiento de la ilusión de la objetividad per se del
mundo físico, y c) anuncia la idea de que para comprender y entender el motivo de la existencia de los seres vivos,
la ciencia, como imperativo ético, debe contribuir al nacimiento de una nueva cultura humana: la planetaria.
3 La biopedagogía es una biociencia cuyo postulado básico afirma que educar implica defender y promover la vida;
es decir, reconoce en uno solo tanto a los procesos vitales de los seres vivos, como a los procesos de aprendizaje
de los mismos, ya que se asume la idea de que estar vivo demanda como requisito estar aprendiendo. Desde esta
perspectiva, los procesos de autoorganización, autorregulación y autocreación de los sistemas vivos —la autopoiesis
de Maturana y Varela (1997, 1984)— también son procesos de aprendizaje que posibilitan la existencia de
los componentes de dichos sistemas. En este sentido vale la expresión de que cualquier ser vivo aprende mientras
vive y vive mientras aprende.
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4 Por planetariedad refiero a un modo de pensamiento que es característico de la era planetaria. Ésta, en tanto
condición de existencia en casi todas las etapas de la evolución humana (Morin, 2002: 57-81), en la actualidad
representa un horizonte de posibilidad más compasivo, más ecológico y más ético para el ser humano y para el
planeta, cuyo andamiaje deriva primordialmente de un modo de pensar que no excluye ni fragmenta la realidad
como constructo, sino que la articula, relaciona y sintetiza, a fin de contribuir al proceso de hominización (la
evolución del hombre en términos biológicos y sociales). La planetariedad, por tanto, resulta una dimensión desde
la cual es posible repensar el estatuto del conocimiento de la ciencia mecanicista; supone también un horizonte
de inteligibilidad para la producción de conocimiento a partir de la articulación, incluso, de los saberes excluidos
por la tradición racionalista-mecanicista.
5 El nicho vital de aprendizaje es una metáfora que construí para simbolizar un espacio de convivencia natural
—en el que se aprende mientras se vive y se vive mientras se aprende— cuyos miembros, en tanto se
autoorganizan, autorregulan y autocrean, provocan la autorregulación y autoorganización del nicho como sistema.
El nicho vital de aprendizaje, más que la comunidad de aprendizaje y que las sociedades aprendientes, alude a
una posibilidad para resignificar a la escuela como un auténtico espacio de convivencia humana, en el que el
proceso vital del otro, la vida, es prioridad para los demás, para él mismo y, principalmente, para el nicho.
6 Por dramaturgia pedagógica me refiero a un modelo recurrente de trabajo escolarizado en el que generalmente
imperan prácticas pedagógicas anacrónicas disfrazadas tras la utilización del discurso educativo de moda. El eje
que vertebra dichas prácticas es la simulación, entendiendo a ésta como una acción que opaca la autenticidad
de las interacciones naturales entre seres humanos (primordialmente entre maestros, estudiantes y directivos), y
que las subvierten —por medio de la supuesta sapiencia magisterial y la presunta ignorancia estudiantil— en
relaciones cuasi teatrales (solemnes y protocolarias) mediadas por los papeles que la escenificación escolar
impone simbólicamente.
7 La memética es un enfoque que sostiene que los memes, en tanto unidades de pensamiento a nivel social,
pueden analogarse con los genes, en tanto unidades hereditarias a nivel biológico. Supone la trasmisión de
la cultura, del lenguaje, de las ideologías por medio de los memes en la trama social cual código genético en la
estructura biológica. Aunque la memética comparte cierta carga significativa con la noción mímesis, en este
proceso investigativo la excluyo, puesto que connota a procesos de “imitación” de lo original —copia de lo
auténtico— dentro de un mismo campo semántico.
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Constantino el Grande (274-337 d. C.) para la reunificación política del cristianismo (Johnson,
2004: 124 y 245).
10 Por cristianismo primitivo me refiero a las prácticas cristianas —caracterizadas básicamente por el ejercicio de
la sinceridad, el comportamiento austero y la búsqueda del conocimiento verdadero— efectuadas por grupos
cristianos (iglesias primitivas), primordialmente del siglo I al V, que no estaban influenciadas por el poder del
Estado (romano), por una jerarquía sacerdotal-clerical y por las abstracciones de la filosofía escolástica.
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11Este paradigma, señala Morin (1999), “determina una doble visión del mundo [...] un desdoblamiento del
mismo mundo: por un lado, un mundo de objetos sometidos a observaciones, experimentaciones, manipulaciones;
por el otro, un mundo de sujetos planteándose problemas de existencia, de comunicación, de conciencia, de
destino. Así, al mismo tiempo, un paradigma puede dilucidar y cegar, revelar y ocultar” (p. 9). Capra lo refiere
así: “El giro hacia una nueva visión del mundo y un nuevo modo de pensamiento va de la mano con un cambio
profundo de valores [...] En cuanto al pensamiento, podemos observar un cambio de lo racional a lo intuitivo, del
análisis a la síntesis, del reduccionismo al holismo, del pensamiento lineal al pensamiento no lineal [...] En el
terreno del sistema de valores, observamos el correspondiente cambio de la expansión a la conservación, de la
cantidad a la calidad, de la competición a la cooperación, de la dominación y el control a la no-violencia” (1990: 30).
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12 En la metáfora del reloj se establecen cuatro dominios de comparaciones. En el primer dominio se compara al
Dios-Creador con un relojero, como el Gran Relojero que no “crearía un universo desordenado con números
irracionales”; idea que —según él— se inició en el siglo XIV con Nicole Orense y que perduró dos siglos más.
En el segundo dominio se equipara al Cosmos con la maquinaria de un reloj, al cielo como una rueda o ruedas del
reloj, en la que el firmamento está en movimiento continuo y no como una “cosa fija”; esta idea inició en el siglo
XIV y fue extendida por el astrónomo y filósofo alemán J. Kepler hasta el XVIII. En el tercer dominio se analoga
el funcionamiento de los organismos vivos, al Cuerpo, con el reloj: el tic-tac es el pulso del corazón, el ajuste de
la maquinaria supone el descanso del cuerpo cuando duerme y el término de la vida útil del instrumento implica la
muerte; el fundamento de esta idea radica en la filosofía dualista-mecanicista del filósofo y matemático francés
R. Descartes. En el cuarto se compara al Estado con el reloj, propiamente las directrices y políticas de regulación
y autoridad del Gobernante en un país (o del Príncipe en un reino) con la guía, control y precisión que proporciona
el mecanismo del reloj; esta idea tiene sus raíces en las teorías mecanicistas y naturalistas del filósofo, pensador
y político inglés Thomas Hobbes (Assmann, 2002: 193-194).
13 Estas estrategias de mercado son casi invisibles e imperceptibles para el consumidor contemporáneo. En su
Homo videns (2006), G. Sartori da cuenta de cómo la sociedad, además de que está “dirigida” por la
televisión, no “ve” más allá de aquello que los dueños y empleadores de los medios electrónicos de comunicación
desean que vea. H. Zemelman (2005) llama a este fenómeno mediático homogeneización de la gente, y advierte
que con éste “se pretende que todos piensen lo mismo e igual, que todos alberguen las mismas expectativas, que
todos tengan el mismo mundo de necesidades y, por consiguiente, las mismas exigencias de satisfactores” (p. 3).
14 La interdependencia es un principio de la física cuántica que concibe que los sucesos y las cosas están
íntimamente relacionados en el tiempo y el espacio (Zohar, 1996; Briggs y Peat, 1999). Capra (1998) advierte
que todos los miembros de un ecosistema están interconectados en una vasta y complicada red de relaciones que
conforman la trama de la vida, y que el ser humano forma parte de dichas relaciones.
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15 Por ser humano auténtico me refiero a aquel que, aun reconociendo sus esfuerzos por sustraerse de las lógicas
envolventes de los discursos dogmáticos, racionalistas y pro consumistas, advierte conscientemente —a la vez—
que la elaboración de su pensamiento, la manifestación de sus emociones y la realización de sus hábitos
cotidianos están implicados profundamente por las mismas. De otro modo, es aquel ser humano que desde su
ámbito de acción se esfuerza por resignificar una realidad alternativa y propositiva más allá de la hegemonía
cultural de los “valores” occidentales (estatus, dinero, poder, sexo e imagen) promovidos por el marketing global,
la cientificidad racionalista y la tradición judeocristiana.
16 Durante mi trayectoria como maestro en diferentes niveles educativos (básico y superior), he identificado
relaciones directivas, impositivas y anti democráticas que se constituyen a partir de las enunciaciones que se
elaboran in situ, particularmente en dos direcciones: a) del estudiante al maestro y b) del maestro al estudiante.
En las primeras la verticalidad se manifiesta por enunciados como los siguientes: “Buen día maestro, ¿me permite
pasar?”; “El maestro nos encargó leer todo el capítulo 5 del libro”; “No escuché mi nombre y el maestro me puso
falta aun sabiendo que yo estaba”; “Saqué 7 en Cálculo y el maestro no me permitió revisar mi examen”, etcétera.
Y en las segundas se manifiesta por declaraciones como: “Saquen su libreta, voy a dictarles”; “En mi clase no
hablaremos de política ni de religión”; “Lo que me interesa son sus calificaciones, no lo que sientan ni piensen”;
“Yo vengo a enseñarles y ustedes a aprender”, entre otras.
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18Basta con un ejemplo: en México los maestros de educación básica de las escuelas oficiales no son libres de
elegir al director de la misma, éste llega al cargo por diversos mecanismos (escalafón, designación, etcétera), pero
no por procesos de participación colegiada que aseguren los principios de autoorganización, autorregulación e
interdependencia de las relaciones en el sistema de la escuela.
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• maestro/alumno
• enseñanza/aprendizaje
• conocimiento/ignorancia
• aprobación/reprobación
• mandato/obediencia
• mente/cuerpo
19 Lo concibo como aquellas formas de inteligibilidad de la realidad que derivan fundamentalmente en términos
de oposiciones cual código binario (0/1), y que se expresan: verdadero/falso, sí/no, encendido/apagado,
inclusión/exclusión, etcétera.
20 Una noción equivalente a autenticidad, en el idioma español, es originalidad; ambas comparten a la verdad
como uno de los significados que se les atribuyen. En esta indagación, y en razón de lo que quiero argumentar,
prefiero utilizar no-autenticidad en lugar de “no verdad” para referirme a la antítesis de autenticidad, pues como
bien se preguntan Briggs y Peat, “¿Qué queremos decir cuando hablamos de ‘verdad’? en una cultura de
relativismo posmoderno, la palabra ‘verdad’ ha sido sobrecargada con desafortunadas asociaciones, que
resulta muy difícil utilizarla en su sentido auténtico” (1999: 27).
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21Estas características constituyen los principios rectores de una biopedagogía improntada por la autenticidad.
También posibilitan la iluminación de un marco epistémico para la elaboración de propuestas educativas y
pedagógicas orientadas al desarrollo evolutivo del ser humano aprendiente para el siglo XXI.
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22 El efecto mariposa es un concepto elaborado por E. Lorenz, investigador del Massachusetts Institute
of Technology (MIT), para explicar cómo una alteración pequeña y no prevista en algún sistema climático
determinado puede generar modificaciones sustantivas y a escalas mayores en otro sistema aparentemente
inconexo al primero. Los físicos teóricos Briggs y Peat, a partir de la tesis de Lorenz, aportan el concepto de
influencia sutil, y señalan que es “lo que cada uno de nosotros afirma, para bien o para mal, por nuestro modo
de ser. Cuando somos negativos o deshonestos, esto ejerce una sutil influencia sobre los demás, al margen de
cualquier impacto directo que pudiera tener nuestra conducta. Nuestro ser y nuestra actitud conforman el clima
en el que otros viven, la atmósfera que respiran. Si nosotros somos genuinamente felices, positivos, reflexivos,
colaboradores y honestos, eso influye sutilmente en aquellos que nos rodean” (1999: 56).
23 Los tres elementos semánticos que lo componen son, en primer lugar, recupero la noción de nicho desde la
perspectiva ecológica, en la que un nicho ecológico es una serie de condiciones o rasgos ambientales (temperatura,
vegetación, aporte de comida, etcétera) en las que una especie puede sobrevivir y reproducirse; el mantenimiento
y conservación de dichas condiciones (de los nichos ecológicos) determina la existencia o extinción de las
especies. En segundo lugar, el término vital desde un enfoque de uso generalizado, particularmente en las tres
acepciones que especifica el Diccionario de la Real Academia Española (2006), en la que vital hace referencia
a la vida, a algo de suma importancia o trascendencia y algo o alguien que tiene gran energía o impulso para vivir.
En último lugar, aprendizaje como un vocablo que especifica el sentido, propósito y uso de la metáfora.
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24Prieto denuncia con severidad que en una pedagogía de la transmisión “el docente está condenado a demostrar
que sabe. No tiene otra alternativa. No puede dudar, equivocarse, desconocer tal o cual libro, titubear, ceder algún
concepto. Discurso omnisapiente el suyo, ¿qué otro camino le queda? Entonces, la tarea es terrible: se trata de
exhibir siempre un saber, y de exhibirse siempre como conocedor, por no decir como sabio” (1992: 78).
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25 Briggs y Peat comentan que el caos “tiene mucho más que ver con lo que no podemos saber que con la certeza
y los hechos propiamente. Tiene que ver con el dejarse ir, con la aceptación de los límites y con la celebración
de la magia y el misterio” (1999: 10).
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