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Recurso de casación

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Este aviso fue puesto el 25 de marzo de 2011.

El recurso de casación es un recurso extraordinario que tiene por objeto anular una sentencia
judicial que contiene una incorrecta interpretación o aplicación de la Ley o que ha sido dictada en
un procedimiento que no ha cumplido las solemnidades legales, es decir por un error in iudicando
o bien error in procedendo, respectivamente. Su fallo le corresponde a la Corte Suprema de
Justicia y, habitualmente, al de mayor jerarquía, como el Tribunal Supremo. Sin embargo, en
ocasiones también puede encargarse del recurso un órgano jurisdiccional jerárquicamente
superior o en su caso uno específico.1

Funciones

Sus funciones principales son obtener:

Aplicación correcta de la ley por parte de los diversos tribunales, como garantía de seguridad o
certeza jurídica.

Unificación de la interpretación de las leyes a través de un solo órgano, fijando la jurisprudencia.

Características

Dado que el Derecho procesal es muy variable en cada país y en el tiempo, podemos resumir las
características de la casación en las siguientes:

Es un recurso extraordinario, es decir, la ley la admite excepcionalmente y contra determinadas


resoluciones judiciales.

Sus causas están previamente determinadas. Ellas se pueden agrupar, básicamente, en


infracciones al procedimiento, es decir errores de forma (error in procedendo) e infracción del
Derecho, o sea errores de fondo (error in judicando).

Posee algunas limitaciones a su procedencia, entre otras: la cuantía, sobre todo en casos de
derecho civil y los motivos que se pueden alegar.

Según la doctrina y jurisprudencia podemos encontrar dos variantes en relación a la amplitud de


las facultades de revisión de las cuestiones acaecidas en un caso particular:

En la interpretación más clásica, se le considera un Recurso no constitutivo de instancia, o sea, el


tribunal puede pronunciarse sólo sobre las cuestiones de Derecho. En otras palabras, la revisión es
más limitada, pudiendo basarse sólo en una incorrecta interpretación de la ley por parte de los
órganos inferiores y nunca revisar los hechos de la causa.

En una interpretación más amplia y circunscrita al recurso de casación en materia penal, se ha


entendido que en la casación no sólo pueden revisarse cuestiones de hecho, sino que se deben
revisar estos. No hacerlo implicaría la violación a la garantía de la doble instancia en el proceso
penal, reconocida en diversos tratados internacionales sobre derechos humanos (por ejemplo, el
artículo 8.2.h de la Convención Americana sobre Derechos Humanos y el artículo 14.5 del Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos). Para sostener esta posición se utiliza la teoría
alemana de la Leistungsfähigkeit (o agotamiento de las capacidades de revisión), que sostiene que
un tribunal de casación debe revisar todo lo que le sea posible, quedando solamente excluidas las
cuestiones directamente relacionadas al principio de inmediación.

Antecedentes

Los orígenes de este recurso judicial pueden encontrarse en los Estados italianos, que utilizaron
este mecanismo para imponer sus estatutos locales por sobre el ius commune. El apogeo de este
medio se dio en Francia, donde se utilizó como un mecanismo para uniformar el Derecho a partir
de la ley territorial, llegando a ser característico de su ordenamiento jurídico.

La palabra "casar" proviene del latín casare, que significa abrogar o derogar. Por su parte,
"casación" proviene del término francés cassation, derivado a su vez de casser, que se traduce
como anular, romper o quebrantar.

Derecho Romano

Si bien es cierto que en el primitivo derecho romano, o derecho preclásico, no encontramos


antecedente alguno que podamos vincular de manera directa con la institución de la casación, ya
durante el período clásico, con la adopción del sistema formulario y la división del proceso en dos
fases casi independientes la una de la otra, como lo eran la “fase in iure” por una parte y la “apud
iudicem” por otra, en que el sentenciador va a valorar la prueba rendida por las partes, integrando
así las cuestiones de hecho, “questio facti”, con las de derecho o “questio iuris”, las primeras
entregadas al juez quien conocía de la prueba de los hechos y la segunda al praetor, quien
establecía el derecho. Además, en el romano clásico se distinguen las causas de impugnación de la
sentencia que se dicta, puesto que ésta puede ser nula por contravenir el ius constitucionis, es
decir, por incurrir en error respecto de las normas de derecho objetivo, o bien por infracción al ius
litigatoris, o errores en cuanto a la existencia del derecho subjetivo de las partes litigantes, sin
violar una norma de ley de interés general. Con posterioridad, el Magistrado va perdiendo su
poder, el que se encontraba cada vez más arraigado en las manos del “princeps”, tasándose la
prueba de acuerdo a ciertas normas de valoración obligando al magistrado a dar valor a ciertos
medios de prueba sobre otros e incluso, en el período republicano, se le impusieron vías de
impugnación o recursos jurisccionales que permitirían amplias revisiones a las sentencias del
magistrado, más aún se las entendió un negocio jurídico permitiendo así que fueran anuladas por
adolecer de defectos externos, ya fueran errores de derecho o infracciones procesales, operando
incluso de pleno derecho, es decir, más que anulables se les entendía inexistentes.

El derecho romano, entonces, conoció de sentencias válidas, nulas y recurribles, éstas últimas, ya
fuera por la vía de la “appelatio” o por la vía extraordinaria del “restitutio in integrum” y de la
“supplicatio”, ya en la época justiniana. De entre estos recursos, podemos distinguir el de la
“restitutio in integrum” como un primer esbozo histórico de la casación actual, toda vez que recaía
en una sentencia que, sin ser nula de pleno derecho, era recurrible por la vía de una verdadera
anulación, entendiéndosele entonces como “un recurso de carácter extraordinario concedido por
el pretor con el fin de rescindir los efectos de un acto y restablecer una situación existente
modificada por ese acto” Cabe hacer presente, en cualquier caso, que la “restitutio in integrum”
recae sobre sentencias anulables pero lícitas, siendo, en palabras de Buigues, “la posibilidad de
que las decisiones tomadas por el que sustituye al praeses provinciaea puedan ser objeto de
restitutio in integrum a petición de los defensores de la república si se considera que en algo ha
resultado perjudicado el derecho de la república”, pero no por la intervención de probanzas falsas
u obtenidas con ilicitud, en otras palabras, “un medio eficaz para la defensa de la legalidad”

Derecho Germánico

Los germanos siempre fueron fieles al principio de la validez formal de la sentencia, principio que
consistía en que una vez pronunciada o consentida la sentencia, ganaba una autoridad tal que, por
su sola virtud, quedaban sanados cuantos vicios pudiese contener, cualquiera que fuese su
naturaleza o gravedad.

Con carácter general se puede decir que en el derecho germano también fue tardía la aparición de
un sistema de recursos propiamente dicho. En un principio se estableció tan sólo la posibilidad de
someter el litigio a la solución del soberano y, poco a poco, de igual forma que ocurrió en Roma,
está función jurisdiccional fue delegada en un cuerpo de funcionarios estructurados
jerárquicamente, momento en el que es posible empezar a hablar del surgimiento de un
verdadero sistema de recursos frente a las resoluciones judiciales. Si pretendemos remontarnos a
este nacimiento, ha de hacerse mención a la Urteilsschelte o desaprobación de la sentencia,
institución a la que en sus comienzos no puede atribuírsele el calificativo de recurso, pero que con
el tiempo sufrió una serie de modificaciones que terminaron por convertirla en tal. La
Urteilsschelte es una institución que surge en los inicios del sistema jurídico germánico. En este la
justicia era impartida por la actuación de dos órganos. Por un lado se encontraba la asamblea de
los jueces, designados por elección, que se encargaban de estudiar el caso y realizar una especie
de dictamen acerca de cual debía ser la solución concreta. Por otro lado estaba la Asamblea de los
hombres libres, ante la que se presentaba la propuesta elaborada por la asamblea de jueces para
su aprobación. En el caso de ser aceptada dicha propuesta, se remitía el asunto al órgano
soberano encargado de emitir la sentencia que resolvía el supuesto litigioso; el Richter.
Las principales transformaciones que con el paso del tiempo fue sufriendo la desaprobación de la
sentencia fueron:

a) Por medio de la lex visigothorum; se interponía contra una resolución ya existente en la realidad
material, permitiendo declarar nula la sentencia en toda ocasión que el juez juzgase mal, ya por
error o dolosamente. b) A través de las normas emanadas del pueblo longobardo; se crea una
solución judicial que perseguía la invalidación de la sentencia injusta y que se entablaba ante el
rey. c) Con la llegada de la monarquía surge un instituto que incluye entre sus notas características
la del reenvió (remisión de la causa al órgano judicial que dictó la resolución impugnada y anulada
para que vuelva a decidir), presente, como luego veremos en la casación; se trata de la reclamatio.
Suponía una muestra del control sobre los jueces que fue atribuida al rey en su calidad de juez
supremo.

Otro aspecto a tener presente es la circunstancia de que frente a la clara distinción que formulo el
derecho entre vicios que afectaban a normas de carácter procesal y aquellos que recaían sobre
normas sustantivas, el derecho de los pueblos germánicos nunca realizó tal separación.

La Urteilsschelte estaba pensada para aquellos casos en los que la resolución padeciese algún tipo
de imperfección, bien por defectos de carácter sustantivo o procesal.,

Derecho Intermedio

Con el tiempo el Imperio Romano fue perdiendo su poder en favor de los pueblos germánicos; sin
embargo, estos últimos respetaron tanto las costumbres de los pueblos que conquistaron como su
cultura y, como no, incluso su derecho. Así, se fue produciendo una curiosa combinación entre el
derecho romano preexistente y el nuevo sistema jurídico que introdujeron los pueblos germánicos
en el antiguo imperio. De esta relación surgieron infinidad de institutos, entre los que sin duda
alguna hay uno que por sus especiales características guarda para nosotros especial interés, nos
referimos a la querella nullitatis, pensada para todos aquellos supuestos de infracciones en la
sentencia que en el derecho romano conllevaban la nulidad de la misma, es decir, los vicios de
procedimiento y los referentes al fondo que afectaban al ius constituciones.

En relación a cuales fueron los motivos específicos de nulidad que abrían la posibilidad de acudir a
la vía de la querella nullitatis, puede reseñarse la descripción que formula Calamandrei, a partir de
las propias fuentes, tanto en relación a los defectos de naturaleza sustantiva como procesal.

Dentro del segundo grupo de infracciones, de mayor interés para nosotros y más amplio,
destacaba en primer lugar la falta de los presupuestos procesales, que podían derivar de la
persona del juez (falta de jurisdicción, incompetencia, etc.), o de las propias partes (falta de
capacidad procesal, inexistencia de mandato en el procurador, etc.)

Una vez se comprobaba que la relación procesal había quedado validamente constituida, la
nulidad podía venir de la omisión cometida sobre algunos de los actos que se consideraban
esenciales para la validez del proceso (substantalia processus), o bien porque no se hubiese
observado el orden con que estos actos debían producirse (ordo iudiciarius)

Finalmente, el último grupo de vicios de carácter procesal que suponían la nulidad de la sentencia,
y en consecuencia su posible impugnación, eran aquellos que incidían directamente sobre el fallo,
incluyéndose aquí desde la falta de solemnitas con la que debía pronunciarse la sentencia, hasta
los supuestos en que el juez que la dictaba hubiese pendido su poder jurisdiccional en el momento
del pronunciamiento o incluso cuando el fallo mismo denotaba un exceso de poder
(incongruencia).

Por tanto, resulta interesante señalar que en el derecho intermedio a través de la querella
nullitatis, no era posible atacar la existencia de cualquier falta de naturaleza procesal, sino que por
el contrario existía un número determinado de infracciones que abrían las puertas a la
impugnación de la sentencia.

Pero la querella nullitatis tampoco se puede decir que constituye un antecedente claro del recurso
de casación actual. No podemos considerarlo como tal, en primer lugar, por no permitir el control
sobre la totalidad de vicios que afectaban a las normas de carácter sustantivo que, sin embargo,
hoy posibilitan la casación.

Por tanto, ninguno de los institutos que fueron surgiendo tanto en el derecho romano como en el
germánico, y finalmente en virtud de la unión de ambos, en lo que fue el derecho intermedio
contenía los elementos necesarios para poder calificarlos como antecedentes directos del actual
recurso de casación, conclusión ésta en la que concuerdan autores patrios (Gómez de la Serna,
Condomines Valls, Jiménez Conde…) y otros de fuera de nuestras fronteras (Calamandrei, Satta,
Sandulli, etc.).

En consecuencia todas las figuras recordadas hasta el momento no constituyen más que los
antecedentes históricos del actual sistema de recursos en sentido general y en consecuencia sólo
lo serían del recurso de casación con un carácter amplio.

Derecho Común
Luego del oscurantismo propio del derecho germánico, en el que la prueba, más que un acto de
esclarecimiento de los hechos, se constituyó en olimpiada de las suertes y destrezas de los
litigantes, principalmente del demandado, en el siglo XIII se racionalizan los procedimientos
judiciales y se considera de la esencia de los mismos el establecimiento de los hechos en que se
basan las pretensiones de las partes, adoptándose un sistema probatorio rígidamente tasado, a fin
de evitar la arbitrariedad de la magistratura, tanto con el objeto de ejercer un control político que
defendiera al legislador de las actuaciones del juez, cuanto para que el tribunal superior pudiese
poner remedio a los defectos procedimentales del juez inferior.

Así, se retoma el derecho romano justinianeo y la Escuela de Bolonia diferencia como causales de
anulación de una sentencia, por una parte los “errores in procedendo” y, por la otra, los “errores
in iudicando”, cuya característica común era impedir que la sentencia fuera válida, aun cuando,
según señala Guasch, en algunos Estatutos de ciudades italianas se confundieron con razones de
impugnación por injusticia de la sentencia y no por invalidez de la misma. Los errores “in
procedendo” eran atacables por la vía de la “querella nullitatis” y los “in iudicando”, por la
“querella iniquitatis”, cuyas causales generalmente podían servir tanto de base, para este recurso
de nulidad, como para el clásico recurso de impugnación por agravio, constituido desde Roma
como la “appelatio” o apelación.

Cabe hacer presente que la nomenclatura del derecho moderno antes referida, no guarda relación
directa con los conceptos romano clásicos de “ius constitutionis” e “ius litigatoris”, puesto que la
“querella nullitatis” abarcaba tanto a uno como a otro, sirviendo, en palabras de Chiovenda, “para
garantizar la exacta observancia de la ley por parte del Juez y para impedir realizar obra de
legislador: de manera que la querella en todo caso tuvo en sí un elemento político, asociando la
defensa del individuo (ius litigatoris) a la del interés general (ius constitutionis)”.

Por último, cabe hacer presente que fue el derecho canónico el que estableció que todo error “in
iudicando”, ya fuera de hecho o de derecho, constituía causal de invalidación del fallo cuando
fuera notorius, manifestus, expressus, como el “error contra ius thesi clarum” o contra ley
expresa, y la contradicción entre lo fallado y el hecho probado o notorio.

Derecho Francés

La casación surge con motivo de la revolución francesa aunque algunos autores establecen el
origen en el llamado conseils des parties. El origen de la casación es político, la revolución
Francesa supone la división del estado en 3 poderes distintos, a la asamblea le incumbe legislar, al
poder judicial aplicar esas normas sin desvirtuarlas, por lo que cualquier sentencia que
contradijese la ley no era válida, en virtud al principio de plenitud de la codificación (todo está
regulado)
Montesquieu: el juez no es más que la boca por la que se aplican las palabras de la ley

Para que los jueces no vulneren las normas que la Asamblea dicta se crea el tribunal de casación,
que no pertenece a la asamblea ni al poder judicial, se crea al margen de los 3 poderes, como el TC
en el caso español. Este tribunal de casación tiene carácter político y simplemente se dedicaba a
una función negativa, anular las sentencias que contravinieran el ordenamiento jurídico. La
casación surge con una función nomofiláctica , de preservar el cumplimiento de las normas tal y
como han salido de la asamblea. Este tribunal no resolvía el fondo del asunto, sino que esto lo
hacía el tribunal enjuiciado (el tribunal de instancia). El acudir al tribunal de casación se entiende
en interés de preservar la ley, por eso estaba legitimado ir al recurso el Ministerio Fiscal, por lo
que la forma de controlar que los tribunales no contravengan las normas son el refere obligatorie
y el refere voluntarie (cuando el juez no sabía cual era la norma aplicable al caso, suspenderá el
proceso y se dirigirá a la asamblea para resolver el asunto). Este último sistema se suprime con el
código napoleónico de 1804. El refere obligatorie se llevaba a cabo ante el tribunal de casación
que podía anular la sentencia por contravenir la ley y remitía las actuaciones a otro tribunal
distinto que volvía a dictar sentencia y si el tribunal de casación denegaba la sentencia dictada por
el nuevo tribunal se volvían a remitir las actuaciones a otro órgano enjuiciador distinto y si el
tribunal de casación desestimaba ya ésta sentencia se remitían las actuaciones a la asamblea que
dictaba un decreto legislativo. En el refere voluntarie era el propio tribunal que estaba conociendo
del asunto el que remitía las actuaciones al tribunal de casación.

En 1837 se suprime el refere obligatorie y se obliga al a que una vez anulada la sentencia por el
tribunal de casación , el tribunal al que se le remiten las actuaciones se ajustará a lo dispuesto por
las matrices del tribunal de casación, aquí el tribunal se convierte en jurisdiccional y deja de tener
carácter político. Esto hace que el recurso de casación no sea un ius constitucionalis(en interés de
la ley) y pase a ser un recurso en interés de parte. Lo que busca éste recurso ahora es uniformizar
la jurisprudencia de los tribunales inferiores y por supuesto crear jurisprudencia, la función
nomofiláctica ya no es tan clave.

Derecho Español

En España la casación llega en el siglo XIX, donde se regula por primera vez es en la ley de 1855 de
enjuiciamiento civil, aquí la casación ya no tiene un carácter político y se ajusta a la cúspide de la
pirámide del poder judicial, ya que resuelve el TS.

La casación se concibe como un recurso en interés de parte, aunque el Ministerio Fiscal pude
interponer el recurso en interés de ley en casos excepcionales. De todas formas la casación en
España reviste unas características, se conciben 2 tipos de recursos de casación; por
quebrantamiento de forma y por infracción de ley o doctrina. Los vicios para interponer el recurso
de casación por infracción de ley eran vicios en el momento de dictar la sentencia. Al lado del
recurso de casación por infracción de ley, estaba el recurso de casación por infracción de forma,
por vicios en el procedimiento o en el proceso.

En España, cuando se estimaba un recurso por infracción de ley no había reenvío se dictaban 2
sentencias por separado; una que anulaba la sentencia recurrida en la que el TS se comportaba
como un tribunal de casación y otra en la que el TS dictaba una sentencia para resolver el fondo y
que resolvía como un tribunal de instancia, esto no creaba jurisprudencia.

Esta en la ley de 1855 pasa a ley de 1881, el recurso de casación por quebrantamiento de forma
implica que el TS se comporte como un tribunal de casación, aquí el TS se comporta como un
tribunal de casación, aquí el TS no resuelve el fondo y pasa a resolver el fondo la audiencia
provincial. En 1984 se produce la reforma más importante de la LEC de 1881 y el legislador
suprime los dos tipos de recursos, ahora hay un procedimiento único, pero sin embargo late
todavía el por infracción de ley y por quebrantamiento de forma, ahora se anula la sentencia
recurrida y en la sentencia se resuelve totalmente el recurso incluso sobre el fondo, esto por
supuesto que también crea jurisprudencia. Siempre se pudo interponer por la misma parte los dos
recursos, pero se resolvía el recurso por quebrantamiento de forma y si se desestimaba este, se
resolvía el recurso por infracción de ley.

En la LEC del año 2000 se crea el recurso extraordinario por infracción procesal y el recurso de
casación. Como el tema es muy novedoso, la exposición de motivos en el apartado 14 trata de
justificar del porque de la existencia de los dos recursos. El recurso por infracción procesal es el
recurso por quebrantamiento de forma y el recurso de casación es el antiguo recurso de casación
por infracción de la ley. El recurso por infracción procesal se atribuye a las salas de lo civil y de lo
penal de los TSJ, en determinados casos, esto no estaba previsto en la LOPJ y por eso hay un
régimen transitorio muy importante en la LEC (DF16º) . Este régimen transitorio es el aplicable
toda vez que desde la entrada en vigor de la LEC, no se ha reformado la LOPJ para atribuir a los TSJ
la competencia para conocer del recurso extraordinario por infracción procesal. Ello se debe a que
para atribuir a las salas de lo civil y Penal de los TSJ el conocimiento de los recursos extraordinarios
por infracción procesal es necesario establecer una especifica norma de competencia funcional. El
problema estriba en que, cuando en 1985 se aprobó la LOPJ, el legislador decidió al regular la
composición y atribuciones de los órganos jurisdiccionales en el título IV del libro I (arts 53 y ss)
incorporar a dicha ley la competencia objetiva y funcional de los diversos tribunales ordinarios. En
el caso de las salas de lo civil y penal de los TSJ, en el artículo 73.1 y 2 LOPJ, se contiene su
competencia. Lógicamente, al no existir el recurso extraordinario por infracción procesal en el
momento de aprobación de la LOPJ, ninguna referencia se contiene en dicho artículo a la
competencia para conocer del mismo. Tampoco hay ninguna referencia a que los TSJ puedan, en
general, conocer de recursos extraordinarios. Por el contrario el artículo 56 LOPJ, al establecer la
competencia de la sala primera del TS, dice, en su apartado 1º que conocerá “de los recursos de
casación, revisión y otros extraordinarios en materia civil que establezca la ley". Así pues,
resultaba obvio durante la elaboración de la LEC que para la atribuir a los TSJ el conocimiento de
los recursos extraordinarios por infracción procesal era necesario modificar la LOPJ, ya que, con
esta en la mano, solo la sala primera del TS puede conocer de otros recursos extraordinarios. La
cuestión era si la LEC, siendo una ley ordinaria, podía directamente modificar o derogar artículos
de una ley orgánica. A este respecto no parece discutible que las normas de competencia objetiva
y funcional contenidas en la LOPJ no son propiamente materia orgánica. Solo en un sentido muy
amplio podría decirse que tales normas regulan la constitución de los tribunales, que, según el
artículo 122 de la CE debe contenerse en la LOPJ. Se trata más bien, de normas que, o bien hay
que estimar que el legislador de 1985 incorporó indebidamente a la LOPJ, o bien, en el mejor de
los casos, que se trata de lo que el TC ha denominado materias conexas, es decir, materias que
aunque no constituyen propiamente reserva de ley orgánica, el legislador puede regular a través
de una ley de éste tipo por la estrecha vinculación que guardan con las que estrictamente sí que
son materia orgánica. En el caso de las normas de jurisdicción y competencia, el TC sí ha tenido
oportunidad de sentar jurisprudencia en el sentido de que las normas que regulan la extensión y
límites de la jurisdicción si deben estar contenidas en la LOPJ; sin embargo, no existe ninguna
pronunciamiento del TC que diga lo mismo respecto de las normas de competencia objetiva y
funcional. Tampoco se deduce claramente de la jurisprudencia constitucional si el legislador puede
o no derogar o modificar a través de una ley ordinaria preceptos contenidos en una ley orgánica
que regulan materias no orgánicas.

Sea como fuere, en la práctica legislativa lo que se ha venido haciendo en estos casos es
incorporar la nueva regulación en una ley ordinaria pero derogar antes o coetáneamente,
mediante ley orgánica los preceptos contenidos en la ley. Como ya se ha mencionado el proyecto
de LEC se acompaña un pequeño proyecto de reforma de la LOPJ que derogaba en unos casos o
daba nueva redacción en otros a ciertos preceptos de dicha ley. Entre ellos se encontraba el
artículo 73.1, al que se le añadía un apartado c) por el que se atribuía a las salas de lo civil y penal
de los TSJ el conocimiento “del recurso extraordinario por infracción procesal que establezca la ley
contra sentencias dictadas por las audiencias provinciales con sede en la comunidad autónoma”.
Sin embargo, el proyecto de reforma de la LOPJ no fue aprobado en la votación final de conjunto,
por el congreso de los diputados. Ello obligó a introducir en el senado las previsiones necesarias
para el caso de que, a la entrada en vigor de la LEC, no se hubiese reformado la LOPJ y, en
consecuencia, los TSJ no pudiesen asumir el conocimiento de los recursos extraordinarios por
infracción procesal.

Diferencias entre casación y apelación

Existen importantes diferencias entre un recurso de casación y una apelación, dada su naturaleza y
la excepcionalidad de presentar un recurso ante el órgano jurisdiccional de mayor importancia
jerárquica.

Mientras que en la apelación se puede revisar el Derecho y los hechos del juicio, siendo
constitutiva de instancia, en la casación sólo se hace referencia al derecho y no constituye
instancia. Sin embargo, en los ordenamientos en que se tiene en cuenta el agotamiento de la
capacidad de revisión de los tribunales de casación, la diferencia entre ambos recursos queda
supeditada a las resoluciones judiciales que se pretende revisar o anular, según el caso.

Resumiendo en orden podemos encontrar, por regla general, las siguientes diferencias:

La apelación es un recurso judicial ordinario; en cambio, el de casación es extraordinario.

La casación no es instancia, en consecuencia no se pueden revisar los hechos, ni mucho menos


abrirse a o agregarse pruebas; por el contrario, la apelación sí constituye instancia.

La casación tiende a proceder en el solo interés de la ley, pudiendo incluso declararse de oficio; no
así la apelación que se reduce a los intereses de las partes.

La casación es, en muchas legislaciones, fuente de jurisprudencia obligatoria; en cambio, los fallos
en apelación no suelen formarla.

Regulación por países

Argentina

En este país, a nivel federal, el sistema de casación existe sólo en materia penal, y él tramita ante
la Cámara Federal de Casación Penal. A raíz del fallo "Casal" de la Corte Suprema de Justicia de la
Nación, es un recurso amplio conforme al ordenamiento internacional de derechos humanos
pudiendo plantearse cuestiones de hechos y no únicamente cuestiones de derechos como
sostiene la jurisprudencia de la Cámara Federal de Casación Penal previa al fallo.

Sin embargo, desde la década de 1860 existe, en el ordenamiento jurídico nacional, el Recurso
extraordinario federal, que es la vía por excelencia para llegar a los estrados de la Corte Suprema
de Justicia federal, en causa referida a cualquier materia, mediante la cual aquélla establece la
interpretación que cabe darle a disposiciones constitucionales. Nunca procede de oficio, sino por
medio de instancia de parte, conforme a las prescripciones de la Ley Nacional № 48 y su
reglamentación (Acordada 4/2007 de la Corte Suprema de Justicia). Constituye una especie del
género casación, en tanto versa sobre cuestiones de derecho, y -dentro de éstas- sobre cuestiones
jurídicas federales.

Esta última es la nota que distingue el citado recurso con los de inaplicabilidad de ley o de nulidad
establecidos en las provincias a fin de proteger la supremacía de sus propias Constituciones,
también de carácter extraordinario, que sólo parcialmente contienen una cuestión de derecho
federal (conforme al fallo "Juan Luis Strada vs. Ocupantes", emitido por la Corte Suprema de la
Nación).
En tiempos recientes (abril de 2013) se está debatiendo en el Congreso Nacional, una serie de
proyectos de ley enviados por el Poder Ejecutivo, entre los que se cuenta uno que prevé la
creación de tres nuevas cámaras de casación (en lo Civil y Comercial, otra en lo Contencioso y
Administrativo, y otra Previsional y Laboral).

España

En España el recurso de casación es el último recurso que se puede presentar para reclamar una
nueva revisión del enjuiciamiento a un nivel superior (tribunal supremo o audiencia nacional), es
decir, el recurso de casación se interpone ante el Tribunal Supremo, que se pronuncia sobre la
corrección o incorrección de una sentencia emitida por un órgano jurisdiccional inferior. Está
regulado por la Ley de Enjuiciamiento Civil (artículo 477).

Son recurribles en casación, las sentencias dictadas en segunda instancia por las audiencias
provinciales, y las sentencias dictadas por la Sala de lo Civil y Penal del TSJ (artículo 847 LECRIM)

Se considera que un recurso presenta interés casacional cuando la sentencia recurrida se oponga a
doctrina jurisprudencial del Tribunal Supremo o resuelva puntos y cuestiones sobre los que exista
jurisprudencia contradictoria de las Audiencias Provinciales o aplique normas que no lleven más
de cinco años en vigor, siempre que, en este último caso, no existiese doctrina jurisprudencial del
Tribunal Supremo relativa a normas anteriores de igual o similar contenido.

Esquema aclarativo: Vamos al juzgado de primera instancia de orden civil (nivel provincial, 1ª
instancia ), y si el fallo no nos es positivo, podemos recurrir con un recurso de apelación ante la
sala de lo civil en la audiencia provincial (es decir, subimos un nivel, 2ª instancia), si aun así, nos
sigue siendo negativo, podemos recurrir una vez más con el recurso de casación ante el Tribunal
Supremo.

El sistema descentralizado a través de las Comunidades Autónomas que existe en España hace que
existan ciertas particularidades en el recurso de casación. Cada Comunidad Autónoma tiene un
Tribunal Superior de Justicia, que es el máximo órgano jurisdiccional en su territorio.

Los recursos que se interponen ante dicho órgano son también recursos de casación, y
normalmente excluyen la posibilidad de que el Tribunal Supremo los revise. Las materias sobre las
que conocen estos órganos son muy variadas, y pueden venir definidas por la cuantía, por la
materia o por el ámbito territorial sobre el que versa un caso concreto.
Existen sin embargo recursos extraordinarios denominados recursos de unificación de doctrina,
que se interponen ante el Tribunal Supremo en aras de una mayor seguridad jurídica y para dotar
de unidad al Poder Judicial de España. Estos recursos no afectan a nivel de sentencias ya dictadas,
pero vinculan a los Tribunales Superiores de Justicia de todas las Comunidades Autónomas para
aplicar la interpretación de la Ley en el sentido que marque el Tribunal Supremo en sentencias
posteriores.El 22 de julio entra en vigor la profunda reforma del recurso de casación contencioso
administrativo, introducida por la disposición final tercera de la LO 7/2015, de 21 de julio, por la
que se modifica la Ley Orgánica 6/1985, de 1 de julio, del Poder Judicial. Esta importante
modificación, por un lado, amplía el ámbito de resoluciones recurribles en casación pero, por otro,
deja al criterio del Tribunal Supremo la apreciación de la existencia del interés casacional
requerido para su admisión a trámite.

Estas son, en resumen, las principales novedades incorporadas por esta reforma:

La reforma procesal de 2016 La nueva regulación del recurso de casación, de aplicación a partir del
22 de julio, articula un único recurso cuya finalidad es sentar o unificar doctrina jurisprudencial.

Hasta ahora, el carácter extraordinario del recurso se traducía en una doble limitación de
admisibilidad:

- Acotamiento objetivo: estableciendo un número cerrado de (tipo) resoluciones judiciales


accesibles a la casación y criterios objetivos, esto es, la cuantía (600.000 euros), y

- Acotamiento subjetivo: estableciendo unos motivos tasados que daban lugar a la casación

Las principales características del mismo son:

1. Ampliación del ámbito objetivo de sentencias recurribles en casación

En primer lugar, se abre el abanico de sentencias recurribles, de manera que en principio podrán
acceder a casación con independencia de su cuantía (artículo 86 LJCA):

- Todas las sentencias dictadas tanto en única instancia como en apelación por las Salas de lo
contencioso de la Audiencia Nacional y los Tribunales Superiores de Justicia.
- y también las sentencias no apelables de los juzgados de lo contencioso (o dictadas en única
instancia), en aquellos supuestos que contengan doctrina que se repute gravemente dañosa para
los intereses generales y sean susceptibles de extensión de efectos, es decir, en los que haya una
reiteración de actuaciones administrativas iguales a la enjuiciada.

Se exceptúan, como hasta ahora, las resoluciones recaídas en procesos relativos al derecho de
reunión y los contencioso-electorales, y también se excluyen las sentencias dictadas en única
instancia por el TS.

2. Desaparecen los motivos tasados de casación

Por otra parte, desaparecen los concretos motivos casacionales del actual artículo 88 de la Ley de
la Jurisdicción, de manera que el nuevo recurso de casación podrá interponerse contra cualquier
infracción del ordenamiento jurídico estatal o europeo, tanto procesal como sustantiva, o de la
jurisprudencia.

Se mantiene, eso sí, la necesidad de que se invoque cuestiones de derecho y no de hecho, y que se
trate de infracciones de Derecho estatal o comunitario, que hayan sido invocadas, relevantes y
determinantes del fallo recurrido.

En caso de vulneración del derecho autonómico, seguirá siendo competente el propio TSJ de la
Comunidad Autónoma.

3. Exigencia de "interés casacional objetivo para la formación de jurisprudencia"(art. 88 LJCA)

Para que el recurso sea admitido a trámite la Sala de lo Contencioso-administrativo del Tribunal
Supremo tendrá que estimar que el recurso presenta interés casacional objetivo para la formación
de jurisprudencia, lo que deberá motivar en el auto de admisión.

El artículo 88 de la Ley de la Jurisdicción enumera una serie de supuestos indicativos de la


existencia de este interés casacional, pero estos no actúan automáticamente sino que precisan
que el recurrente los justifique en su escrito.
Dentro del amplio margen que tiene la Sala para apreciar la concurrencia de este interés
casacional, podemos distinguir, como señala José Ramón Rodríguez Carbajo, tres supuestos:

1- Un caso de "admisión reglada", que se refiere al supuesto en que la resolución impugnada se


aparte deliberadamente de la jurisprudencia existente al considerarla errónea (art. 88.3 b).

2- Otro supuesto de "admisión cuasi reglada", en el caso de que la sentencia recurrida declare nula
una disposición de carácter general, salvo que la Sala estime que esto carece manifiestamente de
transcendencia suficiente (art. 88.3 c).

3- y otros supuestos de "admisión discrecional" entre los que encontramos:

- aquellos en los que existe una presunción de concurrencia de interés casacional. Por ejemplo,
cuando la resolución hubiese aplicado normas sobre las que no exista jurisprudencia (art. 88.3 a, d
y e).

- y por último, aquellos otros supuestos en los que no existe esa presunción (art. 88.2 LJCA) y en
los que la inadmisión se efectuará por simple providencia, sin mayor motivación.

4. La importancia del escrito de preparación

En este nuevo recurso de casación, el escrito de preparación cobra una importancia decisiva. Las
diferencias más importantes respecto del actual son (art. 89 LJCA):

- Por un lado, se amplía de diez a treinta días el plazo para su presentación.

- Pero por otro se exige un mayor formalismo: la ley recoge los requisitos y manifestaciones que
forzosamente debe contener.

- Especialmente, es necesario justificar los supuestos que permitan apreciar el interés casacional
objetivo y la conveniencia de que la Sala se pronuncie.
- El control sobre el cumplimiento de estos requisitos pasa del Letrado de la Administración de
Justicia al juez de instancia, que decide mediante auto motivado.

5.-Extensión máxima de los escritos presentados por medios telemáticos

En cuanto al escrito de interposición del recurso, la Sala de Gobierno del Tribunal Supremo ha
aprobado recientemente unas normas que establecen su extensión máxima, formato y estructura.

Estas normas, que se aplican también al escrito de oposición al recurso, limitan a "50.000
caracteres con espacio" -el equivalente a 25 folios- la extensión de estos escritos.

En cuanto al formato,se deberá utilizar como fuente “Times New Roman” con un tamaño de 12
puntos en el texto y de 10 puntos en las notas de pie de página o en la transcripción literal de
preceptos o párrafos de sentencias que se incorporen.

Estas normas, aprobadas por unanimidad el pasado 20 de abril, se justifican con motivo de “la
notable ampliación de las resoluciones judiciales que tendrán acceso al recurso de casación, en los
términos señalados en el art. 86 de la LJCA” tras la reforma introducida en la misma por la LO
7/2015, de 21 de julio, de modificación de la LOPJ, y en el “previsible aumento del número de
recursos que se presentarán por esta vía a la Sala Tercera del Tribunal Supremo”, que exigirán “un
notable esfuerzo por su parte y la imprescindible colaboración de los profesionales que acudan a
este tribunal".

Por ello, tras dicha reforma, el art. 87 LJCA, faculta al alto tribunal determinar "la extensión
máxima y otras condiciones extrínsecas, incluidas las relativas a su presentación por medios
telemáticos, de los escritos de interposición y de oposición a los recursos de casación".

6. La sentencia fijará doctrina jurisprudencial

De acuerdo con el principal objetivo de la nueva casación contenciosa, la sentencia que resuelva el
recurso fijará la interpretación de las normas estatales o europeas sobre las que, en el auto de
admisión a trámite, se consideró necesario el pronunciamiento del Tribunal Supremo (art. 93
LJCA).

7. Se suprimen los recursos de casación en interés de ley y para unificación de doctrina


La LO 7/2015 suprime los arts. 96 a 101 LJCA y, con ellos, estas dos modalidades de recursos
extraordinarios que coexistían con la "casación ordinaria". El nuevo modelo integra los elementos
fundamentales de estos otros dos, esto es, su objetivo es interpretar las nuevas normas jurídicas y
establecer criterios unificadores de doctrina, como instrumento por excelencia para asegurar la
uniformidad en la aplicación judicial del derecho.

Normas de derecho transitorio El mismo día de entrada en vigor de esta reforma, la Sala de
Admisión de la Sala Tercera del TS ha hecho pública las normas transitorias que aplicará a la
admisión del recurso para las sentencias inicialmente afectadas por el mismo.

Chile

En Chile se habla de "recurso de casación" sólo en materias civiles, pues dentro de la legislación
procesal penal existe el recurso de nulidad.

Existen dos clases de recursos de casación, en la forma y en el fondo. El Art. 764 del Código de
Procedimiento Civil (CPC) señala que: "El recurso de casación se concede para invalidar una
sentencia en los casos expresamente señalados por la ley". Esta disposición resulta aplicable a
ambos recursos, el de casación en la forma y en el fondo.

El recurso de casación se concede, como lo señala el Art. 764 del CPC, para invalidar una sentencia
en los casos expresamente señalados por la ley, lo que deja de manifiesto que ya no se concede
para obtener la impugnación de una resolución judicial, como ocurriría con el recurso de
apelación, sino que solamente para obtener su invalidación o anulación.

Casación en la forma o procedimental

Esta especie de casación es un recurso extraordinario destinado a permitir a la parte agraviada por
una resolución judicial, a solicitar y obtener que el tribunal superior respectivo, la invalide o anule,
por haber sido dictada por el tribunal inferior con omisión de ciertos requisitos procesales
establecidos para ella por la ley o por formar parte integrante de un proceso viciado, o por
haberse incurrido en determinadas irregularidades en su ritualidad.

Casación en el fondo o jurisprudencial


Esta clase de casación es un recurso extraordinario destinado a invalidar, a petición de la parte
agraviada, determinadas resoluciones judiciales por haber sido dictadas con infracción a la ley y
siempre que dicha infracción haya influido en lo dispositivo del fallo.

El recurso de casación en el fondo, entonces, está destinado a invalidar, a petición de la parte


agraviada, determinadas resoluciones judiciales por haber sido dictadas con infracción a la ley
sustantiva, tales como el Código Civil, de Comercio, etc., y siempre que dicha infracción haya
influido en lo dispositivo de la sentencia.

Características comunes a ambos recursos

Se trata de un recurso extraordinario; se requiere la concurrencia de determinados motivos


denominados "causales" para su interposición. No basta cualquier agravio cometido en contra de
la parte que recurre.

Es un recurso por vía de reforma; es conocido por el tribunal superior a aquel que pronunció la
resolución que se impugna, según lo señala el Art. 771 del CPC, en relación al Art. 63 del Código
Orgánico de Tribunales (COT) que trata del conocimiento del recurso por las cortes de apelaciones
y al Art. 98 N°2 del COT que trata del conocimiento del recurso por la Corte Suprema.

Es un recurso de derecho estricto, pues no sólo basta para que prospere que se trate de ciertas y
determinadas resoluciones y causales, sino que también es necesario el cumplimiento de ciertas
condiciones determinadas en la ley.

No constituye instancia, pues la competencia del tribunal superior para conocer del recurso queda
limitada exclusivamente a la o las causales invocadas y no a todos los puntos de hecho y de
derecho involucrados en el asunto controvertido. (A diferencia del recurso de apelación).

Principales diferencias

El conocimiento de la casación en el fondo es de exclusiva competencia de la Corte Suprema, a


diferencia de la casación en la forma, cuyo conocimiento compete a las cortes de apelaciones
respectivas o a la Corte Suprema.

La casación en el fondo se refiere a infracción de normas sustantivas, de fondo o materiales; en


cambio la casación en la forma dice relación con vicios de normas adjetivas, formales o de
procedimiento.

La casación en el fondo procede solamente contra sentencias inapelables de Cortes de


Apelaciones o tribunales arbitrales de derecho de segunda instancia. La casación en la forma
procede, además, contra sentencias emanadas de jueces de letras y otros de primera instancia.
Algunas causales de la casación en la forma, como la incompetencia o falta de trámites esenciales,
requieren haber sido alegadas antes durante el juicio para que sea admisible el recurso (art. 769
CPC). En casación en el fondo no existe tal requisito.

El Salvador

En la legislación interna de El Salvador, la Constitución de 1883 introdujo por primera vez el


recurso de casación, por lo cual, la primera Ley de Casación fue aprobada mediante Decreto
Legislativo del 14 de diciembre de 1883, publicado en el Diario Oficial Nº 298, Tomo Nº 15, del 23
de diciembre de 1883. Sin embargo, el recurso de casación fue eliminado tres años después por la
Constitución de 1886. Así pues, el recurso de casación solo reaparecería por disposición de la
Constitución de 1950, bajo cuyo mandato se aprueba una nueva Ley de Casación mediante
Decreto Legislativo Nº 1135, del 31 de agosto de 1953, publicado en el Diario Oficial Nº 161, Tomo
Nº 160, del 4 de septiembre de 1953, y que regulaba de manera especial y novedosa tal institución
procesal; ya que estaba conformada por únicamente 48 artículos, con los que se revestía de
especial naturaleza. Actualmente el recurso de casación está regulado por el Código Procesal Civil
y Mercantil, aprobado mediante Decreto Legislativo Nº 712, del 18 de septiembre de 2008,
publicado en el Diario Oficial Nº 224, Tomo Nº 381, del 27 de noviembre de 2008. Sus
caracterísiticas son las siguinetes:

Efectivamente es un recurso extraordinario. Se limita a las materias del Derecho civil, mercantil,
laboral y de familia, exceptuado el Derecho penal, ya que éste solo sería una especie sui generis
del mismo, ya que se regularía por reglas muy distintas de las de aquel.

No constituye instancia, no admite la presentación de prueba, y busca la uniformidad de


interpretación y aplicación de la ley vigente, constituyendo jurisprudencia en sus fallos.

Es de conocimiento del más alto tribunal en la materia, es decir la Sala de lo Civil de la Corte
Suprema de Justicia o CSJ (En Derecho penal, le corresponde a la Sala de lo Penal de la CSJ).

Conlleva a que el tribunal ad quem que conoce tenga jurisdicción positiva, que a diferencia de la
jurisdicción negativa (que solo anula la sentencia recurrida ordenándole al inferior pronunciar
nuevamente lo que conforme a derecho corresponde), por lo que la misma Sala de lo Civil anula el
fallo recurrido y pronuncia su propia sentencia, que es firme.

Se le considera como una especie de recurso con doble sentido, tanto de orden público como de
interés privado. Esto es ya que inclusive el Ministerio Público en el solo interés de la ley.

A diferencia de los demás recursos legales, es el que más solemnidades o formalidades exige, que
de no ser cumplidas a cabalidad o coherencia, da derecho al tribunal ad quem para rechazarlo.

Perú

En Perú, el Recurso de Casación se encuentra regulado solamente en el procedimiento civil. El


Código Procesal Civil vigente desde 1992 establece las siguientes características:
Es excepcional. Solo procede en los siguientes casos: inaplicación de una norma de derecho
material; interpretación defectuosa de una norma de derecho material; y violación del principio
del debido proceso.

Solo permite una revisión de derecho, no se admite la revisión de cuestiones de hecho que
requieran de actividad probatoria.

Le corresponde a la Corte Suprema de Justicia calificar su procedencia y pronunciarse sobre el


fondo del recurso. Las resoluciones que la Corte Suprema expida en casación son vinculantes para
los órganos jurisdiccionales inferiores, excepto aquellas que declaran improcedente el recurso sin
pronunciamiento de fondo.

Nicaragua

En nicaragua la casación está regulado por el Código Procesal penal de la República de nicaragua,
en las artículos 386 al 401. De los requisitos

Impugnabilidad. Las partes podrán recurrir de casación contra las sentencias dictadas por las Salas
de lo Penal de los Tribunales de Apelación en las causas por delitos graves, excepto las que
confirmen sentencias absolutorias de primera instancia.

Motivos de forma. El recurso de casación podrá interponerse con fundamento en los siguientes
motivos por quebrantamiento de las formas esenciales: 1. Inobservancia de las normas procesales
establecidas bajo pena de invalidez, inadmisibilidad o caducidad, si el interesado ha reclamado
oportunamente su saneamiento. No es necesario el reclamo previo de saneamiento cuando se
trate de defectos absolutos o de los producidos después de clausurado el Juicio; 2. Falta de
producción de una prueba decisiva, oportunamente ofrecida por alguna de las partes; 3. Cuando
se trate de sentencia en juicio sin jurado, falta de valoración de una prueba decisiva,
oportunamente ofrecida por alguna de las partes; 4. Si se trata de sentencia en juicio sin jurado,
ausencia de la motivación o quebrantamiento en ella del criterio racional; 5. Ilegitimidad de la
decisión por fundarse en prueba inexistente, ilícita o no incorporada legalmente al Juicio o por
haber habido suplantación del contenido de la prueba oral, comprobable con su grabación, y, 6. El
haber dictado sentencia un juez, o concurrido a emitir el veredicto un miembro del jurado en su
caso, cuya recusación, hecha en tiempo y forma y fundada en causa legal, haya sido
injustificadamente rechazada.

Motivos de fondo. El recurso de casación podrá interponerse con fundamento en los siguientes
motivos por infracción de ley: 1. Violación en la sentencia de las garantías establecidas en la
Constitución Política o en tratados y convenios internacionales suscritos y ratificados por la
República, y, 2. Inobservancia o errónea aplicación de la ley penal sustantiva o de otra norma
jurídica que deba ser observada en la aplicación de la ley penal en la sentencia.
Recurso único. Cuando la impugnación de la sentencia se funde en motivos de forma y de fondo,
todos ellos deberán ser incorporados en un único recurso.

Del procedimiento

Interposición. El recurso de casación será interpuesto por escrito ante la Sala Penal del Tribunal de
Apelación que conoció y resolvió el recurso de apelación, en el plazo de diez días, a contar desde
su notificación. El escrito deberá citar concretamente las disposiciones legales que se consideren
violadas o erróneamente aplicadas y expresar con claridad la pretensión. Deberá indicarse por
separado cada motivo con sus fundamentos. Fuera de esta oportunidad no podrá aducirse otro
motivo. Se deberá acompañar copia para cada una de las otras partes. El recurso será tramitado
en un expediente y resuelto en una sola sentencia.

Ofrecimiento de prueba. Cuando el recurso se fundamente en un defecto de procedimiento o se


discuta la forma en que fue llevado a cabo un acto, en contraposición a lo señalado en las
actuaciones, en el acta o registros del Juicio o en la sentencia, en el mismo escrito de interposición
se ofrecerá prueba destinada a demostrar el vicio. Artículo 392.- Inadmisibilidad. Cuando la Sala
Penal del Tribunal de Apelaciones estime que el recurso no es admisible, así lo declarará
fundadamente. El recurso de casación será declarado inadmisible cuando: 1. Presente defectos
formales que impidan conocer con precisión el motivo del reclamo; 2. Contra la resolución no
quepa este medio de impugnación; 3. Se haya formulado fuera de plazo, y, 4. La parte no esté
legitimada. Si la razón de la inadmisibilidad obedece a defectos formales que sean subsanables, el
tribunal los especificará y concederá un plazo de cinco días al interesado para su corrección. La
omisión o el error en las citas de artículos de la Ley no será motivo de inadmisibilidad del recurso,
si de la argumentación del recurrente se entiende con claridad a qué disposiciones legales se
refiere. Si transcurre el plazo citado sin que se haya saneado el recurso o habiendo contestado
persista algún defecto, el tribunal declarará su inadmisibilidad por resolución fundada, quedando
firme la resolución impugnada. Los defectos formales en la exposición de alguno de los motivos
del recurso no impedirá la admisibilidad de éste en cuanto a los otros motivos.

Contestación. Admitido el recurso, se mandará a oír a la parte recurrida por un plazo de diez días
dentro del cual deberá mediante escrito presentar su contestación; no obstante, si la parte
recurrente solicita la realización de audiencia pública o si la parte recurrida la estima necesaria,
ésta podrá limitar su respuesta a reservarse el derecho de contestar los agravios directamente en
la audiencia pública. Una vez recibida la contestación, la Sala remitirá las actuaciones a la Sala de
lo Penal de la Corte Suprema de Justicia, para su resolución.
Notificaciones. La Sala de lo Penal de la Corte Suprema notificará sus decisiones en las direcciones
dentro del asiento del tribunal, que las partes indiquen en el recurso, con al menos tres días de
antelación a la realización de la audiencia.

Plazo para resolver. Recibido y radicado el recurso en la Sala de lo Penal, se procederá a dictar
sentencia en el plazo máximo de treinta días siempre que no se requiera convocar a audiencia
oral.

Audiencia oral. Si al interponer el recurso o al contestarlo, alguna de las partes ha solicitado la


celebración de audiencia oral o deba recibirse prueba oral para la demostración del vicio señalado
en el recurso, la Sala fijará fecha para su realización dentro de los quince días siguientes a la
recepción del recurso a trámite.

La audiencia se celebrará en el día y hora fijados, con asistencia de los miembros de la Sala y de las
partes que concurran. La palabra será concedida primero al abogado del recurrente y luego a las
demás partes. Si es necesaria, la prueba se practicará en la forma dispuesta en este Código.
Clausurada la audiencia o no celebrada por inasistencia de las partes, la Sala pasará a deliberar y
dictará sentencia, fundadamente, en el plazo máximo de treinta días.

De la decisión

Inobservancia o errónea aplicación de la ley sustantiva. Si la resolución impugnada ha inobservado


o aplicado erróneamente la ley sustantiva, el tribunal de casación, sobre la base de los hechos
esenciales fijados por la sentencia del juez, la casará y dictará a continuación otra de acuerdo con
la ley aplicable. No obstante, aun tratándose de una alegación sustantiva, podrá proceder
conforme al artículo siguiente, cuando la sentencia no contenga una adecuada relación de hechos
probados.

Invalidación total o parcial. Cuando haya que declarar con lugar el recurso por un motivo distinto
de la violación de la ley sustantiva, el tribunal de casación invalidará la sentencia impugnada y, si
no es posible dictar una nueva sentencia ajustada a derecho, procederá a anular también el Juicio
en que ella se haya basado o los actos cumplidos de modo irregular y remitirá el proceso al juez
que dictó la resolución recurrida para que lleve a cabo la sustanciación que determine el tribunal
de casación. Cuando no anule todas las disposiciones de la resolución, el tribunal de casación
establecerá qué parte de ella queda firme por no depender ni estar esencialmente conexa con la
parte anulada.

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