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Exposición texto Leslie Bethell “Brasil y América Latina

Sebastián Cuevas Torres

I
Desde la publicación de Phelan sobre Panlatinismo, el saber convencional ha indicado
que América Latina fue desde sus orígenes un concepto francés. El cual fue usado por
intelectuales de esta nacionalidad para justificar la invasión francesa en México.
Existía en ese entonces una afinidad cultural con los pueblos latinos dado que ello era
motivado por una inspiración cultural.
Chevalier tras los pasos de Tocqueville había visitado México y Cuba, pasando luego a
ser miembro del College de France.
El caso de argentina es una situación aislada dado que parte de sus intelectuales –los
llamados del 37’- veían a la civilización europea como una encarnación en el entorno
hispanoamericano. Denunciaban también que en Hispanoamérica predominaba la
barbarie, tales viles sujetos cavernícolas según la perspectiva europea. Se pensaba por
una parte que bajo la influencia de ideas inglesas la argentina tendría un potencial
dentro del mundo americano latino.
Ninguno de los intelectuales hispanoamericanos usó la expresión América Latina y sus
homólogos franceses y españoles pensaban que esta incluía al Brasil.
Los escritores e intelectuales brasileños eran conscientes de que Brasil compartía con la
América Española un origen común, ligado a lo católico y cuestiones culturales de
influencia. Brasil había obtenido su independencia de manera relativamente pacífica
yaciendo bajo una monarquía por largo tiempo. El Brasil de ese entonces monárquico
era políticamente estable y civilizado en contraste con los demás países
latinoamericanos en donde predominaba la búsqueda de identidad cultural y política.
Se debe destacar que los brasileños pensaban en aquel mundo que se extendía más allá
de sus propias fronteras, no miraban hacia la Hispanoamérica como lugar para ejercerse.
Brasil para sus autores e intelectuales era un país aislado que no compartía una relación
ni de proximidad, cultural ni política con las demás naciones hispanoamericanas. No
estaba presente en su ser ese signo de lucha y sangre desbordado por los demás países
hispanoamericanos. También por lo político y su forma monárquica era mirado como
amigo de los imperialismos. Los republicanos consideraban que debía estar menos
aislado políticamente tanto de la América española como de EEUU. Buscando una
forma de construir redes.
II
Algunos políticos gringos habían elaborado la noción de hemisferio occidental la cual
consistía en una región independiente de Europa y que era republicana.
Por contrapartida los políticos hispanoamericanos como el caso de Simón Bolívar
pensaban en la elaboración de una política común latinoamericana frente al enemigo
europeo. Aquella política buscaba mantener a raya a los gringos. Es así como Bolívar
invita a los representantes de todos los pueblos y gobiernos de americanos -exceptuando
a EEUU, Haití y Brasil- a un congreso a celebrarse en Panamá para arreglar según él
nuestros asunto americanos.
Bolívar pensaba de Brasil que su cultura e historia eran extrañas. Su economía y
sociedad se basaban en el tráfico de esclavos, lo cual para la época debido a todo
proceso de resocioculturalización era repudiado. Brasil aún formaba parte de la Europa
que Bolívar despreciaba y tanto temía. Era parte de esa Europa que se denominaba
imperio.
El congreso planteado por Bolívar fue un rotundo fracaso. No todos los países enviaron
delegados y sólo Colombia ratificó el Tratado de Alianza.
Diversos intentos de crear una confederación americana para resistir la expansión tanto
gringa como la francesa y española fueron un fracaso.
Se sospechaba que la Brasil imperial habría hecho que esto no funcionara.
Pero debemos recordar que los gobiernos del segundo reinado brasileño no se
identificaron con ningún proyecto latinoamericanicista. Brasil con su acceso a la extensa
costa atlántica, ya se había consolidado en el mundo atlántico como potencial comercial.
Estableció sus principales vínculos económicos y políticos con Gran Bretaña, tuvo
fuertes lazos culturales con Francia y en menor medida con Portugal. La Brasil de ese
entonces no se sentía amenazado por los gringos y su relación con los países de
América del Sur fue limitada.

III
EEUU emergió como un poder regional debido a su intervención en varios países. Se
incluye también el cambio de doctrina a la de Roosevelt. Se atestigua la hegemonía
estadounidense en México, América Central y el Caribe. Promovían así la idea del
panamericanismo con real énfasis en la geografía y la historia compartidas entre sí,
como también las ideas comunes en torno a los republicanismos, la libertad y la
democracia. Buscaron así la idea de institucionalizar la noción de hemisferio occidental
como unidad separada de Europa.
El objetivo era promover el comercio y la inversión de los EEUU en toda la región
americana. Los gobiernos hispanoamericanos vieron esto y reaccionaron en general con
suspicacia y desconfianza ante este nuevo interés estadounidense en el hemisferio.
Condenaban con firmeza la guerra con España y ese establecimiento de un protectorado
de los EEUU en cuba. Temían que el panamericanismo no fuera más que un arma con la
cual afirmar la hegemonía económica y política de los EEUU para explotar aun más la
región. Brasil fue un entusiasta partidario del panamericanismo ganándose así el odio de
sus pares latinoamericanos.
Sus gobernadores no tenían mayores intereses con las demás naciones salvo resolver
situaciones mediante las negociaciones para cuestión económicas y que en algunos
casos terminaron con guerra por el Rio de la Plata con Argentina.
Brasil prefería subrayar sus buenas relaciones con Europa y EEUU. Dicha relación fue
en crescendo.
Había dos grandes potencias en la región por su vasto territorio y extensión de tierra,
ellos eran EEUU y Brasil. Con vastos recursos naturales y democracias estables. Brasil
reconocía los grandes cambios geopolíticos que tenían lugar en el mundo de los albores
del siglo XX. La hegemonía global estadounidense reemplazaría a la de Gran Bretaña y
en mayor medida a la de Europa por lo cual fortalecer los lazos con los gringos
beneficiaría los intereses de Brasil.

IV
Intelectuales hispanoamericanos de los periodos de 1880 y de la segunda guerra
mundial fueron hostiles a los EEUU a su imperialismo y su panamericanismo. Su
catalizador más obvio de estos periodos sería cuba.
Esta idea de las dos Américas -gringa y de América Latina- traducido en la disputa del
utilitarismo y materialismo anglosajón se comparaba desfavorablemente con el
humanismo y el idealismo latino.

V
Los principales intelectuales brasileños de la primera república tuvieron actitudes
distintas a los gringos y al panamericanismo. Quienes eran predominantemente hostiles
vieron alguna ventaja en la solidaridad y la colaboración con los vecinos
hispanoamericanos del Brasil.
La mayoría de la América española se ponía bajo una luz abrumadoramente negativa
donde pocos mostraban su interés en ella y sus países.
Eduardo Prado condena la conquista y exploración económica de la América española
por parte de EEUU. También despreciaba las repúblicas hispanoamericanas por ser
partidario de lo monárquico. El panamericanismo opinaba que la fraternidad americana
era una mentira.
Con escritos de Oliveira se opuso al panamericanismo porque lo veía como un intento
de latinizar el monroísmo y promover la hegemonía hemisférica además de lo que él
denominaba Rooseveltismo.
Otra compilación de escritos revela una visión negativa de América latina afirmándose
que Brasil e Hispanoamérica eran naciones separadas.
En correspondencia con Rio Branco -el ministro de relaciones exteriores- con diversos
intelectuales y amigos brasileños siendo este embajador en Washington, se mostraba
como un gran admirador de EEUU y partidario del panamericanismo. Para Nabuco el
libro de Prado era un libro que lastimaba mucho dado que introduce un espíritu de
desconfianza en los EEUU dado que el único aliado posible de Brasil serían los gringos.
Había dos caminos que podía seguir el Brasil ya sea el americano y el otro que no sabía
si llamarlo latinoamericano.
Nabuco considera natural y beneficiosa la trascendencia de los gringos en el continente
americano visión que provocó la ruptura de su amistad con Oliveira, dado que este no se
mostraba muy entusiasta con la América española que con la excepción de Chile veía a
la región liderada por la anarquía y caudillismos.
Bombim ofreció una voz discordante dado que criticaba el panamericanismo porque
para él no era sino una dominación norteamericana. Criticaba la visión negativa de
América Latina dado que solía ser retratada como bárbara y retrasada para poder
facilitar su dominación y explotación.
Bomfin defendía la idea de fraternidad y solidaridad entre Brasil y América Latina
basada en una homogeneidad de sentimientos. Posteriormente se habría decepcionado
de ella dado que no era más que una designación geográfica en cuyo seno se erigían
diferencias históricas.
Brasileños se interesan por la búsqueda de su propia identidad nacional en el periodo de
entreguerras.
VII
Varios años luego de la segunda guerra mundial se produjo un intercambio entre
intelectuales, artistas hispanoamericanos y brasileños. Los primeros pensaban que con
América Latina en la mira estaban dispuestos a incorporar a la cultura brasileña, su obra
de forma marginal o sin mucha convicción.
Leopoldo Zea había escrito sobre América Latina pero sin hacer mucha justicia de
Brasil en sus escritos. En este periodo hubo bastante producción literaria sobre el
estudio de América Latina y un análisis de los periodos predecesores. Aún así muchos
intelectuales brasileños seguían pensando que la América latina sólo comprendía a la
América española y que el Brasil no formaba parte de ella. Que ellos no eran
esencialmente americanos.

VIII
Hoy en día la relación entre Brasil y América Latina tiene un nuevo giro. Con el fin de
la guerra fría y los cambios en la política e intensificación del proceso de globalización,
incluyendo cambios económicos dados en el propio Brasil su influencia ha crecido.
Ha desempeñado un importante papel en las relaciones del norte con el sur y del sur con
el mismo sur. Comienza a ser un actor clave en debates sobre amplia serie de cuestiones
globales. Es considerado como una potencia global emergente. Ha habido avance de la
relaciones entre Brasil y otros estados de la región en cuanto al trabajo en conjunto. Ha
apoyado a la OEA y se ha resistido a la agenda estadounidense sobre integración
económica del hemisferio occidental.
Ha impulsado una política de vinculación tanto económica como política con vecinos
del sur, donde dicha política se ha visto reorganizada por Lula con la integración
económica.

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