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este último con el color blanco. El violeta, a su vez, puede obtenerse por la combinación
de un color frío (el azul) y un color cálido (el rojo).
Así mismo, el lila se puede obtener por la combinación del color violeta con el color
blanco, razón por la cual se considera como uno de los muchos tipos de violeta que
existen. Otros derivados de violeta son por ejemplo el morado, el púrpura o el burdeos.
Cada uno varía conforme la intensidad del propio violeta.
Por su parte, el violeta es considerado uno de los colores primarios por el Sistema RGB
(Red, Green, Blue), que es el análisis cromático desarrollado por Isaac Newton
mediante la descomposición de la luz solar. Esta descomposición se obtenía por medio
de un prisma de vidrio con varias longitudes de onda, que lograba un círculo cromático
con los colores violeta, índigo, azul, verde, amarillo, naranja y rojo.
Para el sistema RGB, la luz blanca puede ser recreada mediante la suma de tres luces de
colores: verde, azul-violeta y rojo-naranja. Dichas luces son las que no pueden
obtenerse por la combinación de otras, por lo que se consideran los colores primarios.
Este sistema es el que se ha utilizado para analizar las propiedades lumínicas, no
pigmentarias, de cada color.
En el retina del ojo humano, el violeta y el lila se perciben por la excitación simultánea
de los conos azules y los conos rojos, ubicados en la fóvea (al centro de la mácula lútea
del ojo). Estos conos actúan como receptores tricromáticos a través del nervio óptico,
que se encarga de comunicar los mensajes cromáticos al cerebro.
A través de una longitud de onda de entre 380 y 420 nm (que se despliega ante la
exposición con el estímulo cromático), se generan las luces de color azul y rojo, que
finalmente nos permiten percibir el violeta, así como sus distintas tonalidades.
Por ejemplo, para la psicología del color, los colores fríos, como el azul, son por
excelencia los que transmiten sensaciones de tranquilidad, mientras que los colores
calientes, como el rojo, son los que generan excitación. A sí mismo, como ha propuesto
Eva Heller (2004) cada color puede cambiar su significado según cómo se mezcla con
otros colores.
En este sentido, la misma autora propone que el color lila ha sido relacionado en la
cultura occidental con una imagen ambigua sobre la cosmética, la vanidad y la
madurez de las mujeres. En otras tonalidades, el color violeta puede relacionarse con
lo frívolo y a la vez con la originalidad.
Así mismo, al encontrarse en una de las tonalidades más bajas del violeta, el color lila
se ha asociado con la tranquilidad, la dulzura, la calidez, la mesura y el poco
impacto. No suele relacionarse con conductas negativas, por el contrario, se asocia a la
sensibilidad, la empatía, la amabilidad, el equilibrio y la madurez.
Todo lo anterior ha servido para emplear los colores de manera estratégica según las
sensaciones y emociones que quieren provocar. Esto ha impactado distintas esferas, que
van desde la psicoterapia hasta la arquitectura y el márketing. Por ejemplo, fue el color
representativo de la extravagancia del art nouveau.
En el mismo sentido, una de las primeras clasificaciones del color según sus
significados sociales fue realizada por Goethe, quien relacionaba el color violeta, a nivel
moral, con lo inútil o lo rentable. A nivel intelectual lo relacionaba con la fantasía y lo
irreal. En cuanto a estatus social lo identifica con los artistas, y a nivel de tradiciones
culturales con la espiritualidad, la magia y la teología.
De hecho, para la iglesia, el violeta y sus distintas tonalidades han simbolizado el amor
y la verdad, aunque en tensión constante con la pasión y el sufrimiento. De hecho son
los colores asociados a épocas representativas como la cuaresma y el advenimiento, que
se celebran antes de la pascua y antes de navidad respectivamente. En las mismas
fechas, estos colores son utilizados en los hábitos de los obispos.
Por otro lado, en América del sur el color morado se relacionaba con alegría, porque
se encontraba en abundancia en distintas flores y cosechas a lo largo del año.
Finalmente, en épocas recientes, el color violeta ha estado asociado con los
movimientos feministas en distintas partes del mundo.
Referencias bibliográficas:
Heller, E. (2004). Psicología del color. Cómo actúan los colores sobre los
sentimientos y la razón. Editorial Gustavo Gili: España.
Llorente, C. (2018). Análisis comparativo de la simbología cromática en
publicidad. Nike en China y España. Vivat Academica. Revista de
Comunicación, 142: 51-78.
Parodi Gastañeta, F. (2002). La cromosemiótica. El significado del color en la
comunicación visual. Recuperado 17 de septiembre de 2018. Disponible en
http://200.62.146.19/bibvirtualdata/publicaciones/comunicacion/n3_2002/a07.pd
f.
Rivera, M. A. (2001). Percepción y significado del color en diferentes grupos
sociales. Revista Imagen, 53: 74-83.
LEAN https://psicologiaymente.com/psicologia/que-significa-color-lila
El color lila es una de las tonalidades de violeta, que se genera por la combinación de
este último con el color blanco. El violeta, a su vez, puede obtenerse por la combinación
de un color frío (el azul) y un color cálido (el rojo).
Así mismo, el lila se puede obtener por la combinación del color violeta con el color
blanco, razón por la cual se considera como uno de los muchos tipos de violeta que
existen. Otros derivados de violeta son por ejemplo el morado, el púrpura o el burdeos.
Cada uno varía conforme la intensidad del propio violeta.
Por su parte, el violeta es considerado uno de los colores primarios por el Sistema RGB
(Red, Green, Blue), que es el análisis cromático desarrollado por Isaac Newton
mediante la descomposición de la luz solar. Esta descomposición se obtenía por medio
de un prisma de vidrio con varias longitudes de onda, que lograba un círculo cromático
con los colores violeta, índigo, azul, verde, amarillo, naranja y rojo.
Para el sistema RGB, la luz blanca puede ser recreada mediante la suma de tres luces de
colores: verde, azul-violeta y rojo-naranja. Dichas luces son las que no pueden
obtenerse por la combinación de otras, por lo que se consideran los colores primarios.
Este sistema es el que se ha utilizado para analizar las propiedades lumínicas, no
pigmentarias, de cada color.
En el retina del ojo humano, el violeta y el lila se perciben por la excitación simultánea
de los conos azules y los conos rojos, ubicados en la fóvea (al centro de la mácula lútea
del ojo). Estos conos actúan como receptores tricromáticos a través del nervio óptico,
que se encarga de comunicar los mensajes cromáticos al cerebro.
A través de una longitud de onda de entre 380 y 420 nm (que se despliega ante la
exposición con el estímulo cromático), se generan las luces de color azul y rojo, que
finalmente nos permiten percibir el violeta, así como sus distintas tonalidades.
En este sentido, la misma autora propone que el color lila ha sido relacionado en la
cultura occidental con una imagen ambigua sobre la cosmética, la vanidad y la
madurez de las mujeres. En otras tonalidades, el color violeta puede relacionarse con
lo frívolo y a la vez con la originalidad.
Así mismo, al encontrarse en una de las tonalidades más bajas del violeta, el color lila
se ha asociado con la tranquilidad, la dulzura, la calidez, la mesura y el poco
impacto. No suele relacionarse con conductas negativas, por el contrario, se asocia a la
sensibilidad, la empatía, la amabilidad, el equilibrio y la madurez.
Todo lo anterior ha servido para emplear los colores de manera estratégica según las
sensaciones y emociones que quieren provocar. Esto ha impactado distintas esferas, que
van desde la psicoterapia hasta la arquitectura y el márketing. Por ejemplo, fue el color
representativo de la extravagancia del art nouveau.
En el mismo sentido, una de las primeras clasificaciones del color según sus
significados sociales fue realizada por Goethe, quien relacionaba el color violeta, a nivel
moral, con lo inútil o lo rentable. A nivel intelectual lo relacionaba con la fantasía y lo
irreal. En cuanto a estatus social lo identifica con los artistas, y a nivel de tradiciones
culturales con la espiritualidad, la magia y la teología.
De hecho, para la iglesia, el violeta y sus distintas tonalidades han simbolizado el amor
y la verdad, aunque en tensión constante con la pasión y el sufrimiento. De hecho son
los colores asociados a épocas representativas como la cuaresma y el advenimiento, que
se celebran antes de la pascua y antes de navidad respectivamente. En las mismas
fechas, estos colores son utilizados en los hábitos de los obispos.
Por otro lado, en América del sur el color morado se relacionaba con alegría, porque
se encontraba en abundancia en distintas flores y cosechas a lo largo del año.
Finalmente, en épocas recientes, el color violeta ha estado asociado con los
movimientos feministas en distintas partes del mundo.
Referencias bibliográficas:
Heller, E. (2004). Psicología del color. Cómo actúan los colores sobre los
sentimientos y la razón. Editorial Gustavo Gili: España.
Llorente, C. (2018). Análisis comparativo de la simbología cromática en
publicidad. Nike en China y España. Vivat Academica. Revista de
Comunicación, 142: 51-78.
Parodi Gastañeta, F. (2002). La cromosemiótica. El significado del color en la
comunicación visual. Recuperado 17 de septiembre de 2018. Disponible en
http://200.62.146.19/bibvirtualdata/publicaciones/comunicacion/n3_2002/a07.pd
f.
Rivera, M. A. (2001). Percepción y significado del color en diferentes grupos
sociales. Revista Imagen, 53: 74-83.