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SHORT Y FISCHER JUEGAN EN INTERNET

Dribbling On Line

Desde hace algunos meses se viene hablando de que Fischer juega en Internet, en
servidores de juego y a altas horas de la noche. Nuestro artículo ¿Dónde está
Bobby Fischer? y Fischer está en Internet de Miguel A. Nepomuceno, son
testimonio. Ahora el GM británico Nigel Short afirma haber jugado contra él, y de
nuevo los rumores se acrecientan. Nuestro colaborador Dribbling On Line nos ha
enviado traducción completa de las palabras de Short. Juzguen ustedes mismos si
se trata de Fischer o no.

LA VERSION DE NIGEL SHORT SOBRE SUS PARTIDAS ONLINE CON


FISCHER.

(Enviado a la lista de correo rec.games.chess.misc. el 9 de setiembre del 2001.)

En 1972 yo era un niño de nueve años apasionado por el ajedrez.


Desgraciadamente, ninguno de mis compañeros de clase compartía mi afición - era
un placer reservado para mi padre, mi tío, un par de amigos de la familia y yo
mismo. Bobby Fischer cambió todo eso. Su encuentro en Reykjavik contra el ruso
Campeón del Mundo Boris Spassky ese verano llevó al ajedrez a las primeras
planas de los periódicos de todo el mundo.

Para el mundo en general fue una lucha simbólica entre ambos superpoderes en el
momento álgido de la Guerra Fría. Por supuesto, no tenía ese significado para mí.
En cambio, era la validación del juego que amaba, prueba de que el ajedrez era
capaz de desembocar legítimamente en fama y fortuna. Desde ese momento - el
momento en que supe que era posible - decidí que me convertiría en jugador
profesional de ajedrez.

La fama de Fischer creció a cotas aún más altas después que venció en el match -
el Americano solitario contra el poderío de todo el establecimiento ajedrecístico
soviético, que, según él, había "amañado el ajedrez mundial". Esa fama fue quizás
aún mayor a causa de su excentricidad. No se presentó a la segunda partida del
encuentro con Spassky porque decidió que no quería jugar frente a las cámaras de
televisión, que poco después acataron su voluntad y no registraron el evento
histórico.

El terror de Fischer a los medios de comunicación modernos fue quizás una de las
razones por las que el recientemente coronado campeón, después de su victoria
sorprendentemente fácil ante el Spassky hasta entonces sólido como una roca,
simplemente desapareció durante veinte años. Ni siquiera se sabía donde estaba,
aunque se sospechara de Hungría, donde, se decía, había encontrado - por primera
vez en su vida - una compañera. Entonces, en 1992, atraído por el cebo de un
fondo en premios de 5 millones de dólares, Fischer emergió súbitamente para jugar
un match revancha de vigésimo aniversario contra Spassky en el entonces estado
paria de Serbia.

Habiendo sido advertido por el gobierno de los Estados Unidos que estaba en
violación del embargo decretado contra Serbia - hecho que no le afectó en lo más
mínimo - Fischer fue rápidamente procesado por un gran jurado federal el día en
que se hizo con el premio de 3,350,000 dólares que le correspondió por ganar el
encuentro. Por supuesto, ganó: Su juego, para asombro de muchos, considerando
su retiro de 20 años de duración, fue por momentos incandescentemente brillante.

Y luego, volvió a desaparecer - y una vez más nadie supo exactamente, ni siquiera
aproximadamente de su paradero. Yo tampoco lo sé. Y sin embargo he estado
hablando con él. Y he estado disputando matches de ajedrez contra él. Por lo
menos estoy el 99% seguro de que así es. Si les estoy pareciendo misterioso,
permítanme explicarme.

Aun cuando no esté disputando torneos oficiales, soy tan desesperadamente adicto
que me gusta jugar o conversar con mis colegas, los Grandes Maestros. Gracias a
la gloria del ciberespacio, una forma agradable de encontrarlos y pasar un buen
rato es el Internet Chess Club o ICC. Allí puedo jugar partidas de tres minutos o
"blitz", como se conocen en el mundo del ajedrez, contra oponentes de cualquier
parte del mundo, o simplemente chatear, si no estoy con ganas de jugar.

El año pasado estaba conversando, en mi ciberlugar favorito, con el Gran Maestro


griego Ioannis Papaioannou cuando me contó, muy excitado, una historia harto
improbable sobre haber estado jugando al blitz contra Bobby Fischer en el Internet
Chess Club. No pude evitar reirme, un poco como lo hubiera hecho si mi amigo
hubiera pretendido haber visto al monstruo del Lago Ness. La idea de que Fischer
milagrosamente hubiera desafiado a un jugador griego relativamente oscuro a unas
cuantas docenas de partidas amistosas, sin cobrar por añadidura, no era creíble.
Sin embargo, hubo algo en la seriedad de Ioannis que plantó una semilla pequeña
de credulidad en mi mente. Después de todo, en el Internet el notoriamente
escurridizo Fischer podría jugar al ajedrez y permanecer invisible, indetectable.

No pensé más en ello hasta unas pocas semanas más tarde, cuando entré una
noche en el ICC. Me abordó una persona que dijo ser un intermediario que me
preguntó si estaba dispuesto a jugar contra un guest, que, me aseguró, era un
fortísimo jugador que deseaba preservar el anonimato. En ese momento el jugador
de marras estaba fuera cenando, pero ¿quizá podríamos estipular una hora de
común acuerdo para más tarde? Utilizaría una palabra clave, de forma que yo
pudiera estar seguro de que se trataba del hombre indicado.

Pensé que este "intermediario" era un fraude o un bromista (en Internet abundan)
pero, con la remota esperanza de encontrarme al monstruo del Lago Ness del
ajedrez, asentí. La hora convenida para el desafío llegó . . . y pasó. Seguí por allí
un poco más de una hora, pero no hubo señas de vida de Fischer, ni por cierto de
ningún otro desafiante.

Me olvidé del incidente hasta unos meses más tarde. Acababa de regresar de la
Olimpíada de Estambul en octubre pasado y entré perezosamente en ICC por la
noche. De repente me abordó un guest utilizando la palabra clave convenida. Mi
corazón dio un vuelco. ¿Podría ser Bobby Fischer? Antes de comenzar me
sorprendió pidiéndome que saliera de Internet y volviera a entrar como guest. El
pedido tenía un doble propósito: el primero que ambos permaneciéramos
anónimos. Cuando entro en el ICC con mi nombre verdadero hay un aviso
automático de mi llegada a los presentes. De esa forma quien quiera presenciar mis
partidas (habitualmente lo hacen docenas y a veces hasta cientos de personas)
está alertado. Pero el segundo punto, tan significativo como el primero, es que las
partidas no quedarían registradas en el sistema, como lo son automáticamente
cuando entro como el Gran Maestro N.D.Short. Hice lo que me pidió y comenzaron
las partidas. El límite de tiempo fue de tres minutos por partida para cada jugador.
Mi oponente invisible comenzó con algunas jugadas altamente irregulares, hasta
absurdas - moviendo todos sus peones adelante una casilla. Eran jugadas que
ningún Gran Maestro jamás jugaría. De inmediato me sentí víctima de una broma
de mal gusto. Pero entonces me percaté de otra cosa. Desde una deliberadamente
poco prometedora posición emergieron jugadas extraordinariamente poderosas. En
esta primer partida fui totalmente aplastado. Me tomé más precauciones en la
segunda partida, pero con el mismo resultado. Sus aperturas fueron aún más
audaces - 1. . .f6 seguido de 2 . . .Rf7 y de 3 . . .Re6, exponiendo su propio Rey a
un asalto inmediato - fue uno de los gambitos extraños y sin precedentes. Era
como si deliberadamente intentara ponerse en desventaja. Sin embargo, me ganó
otra vez.

Después de ocho partidas y ocho derrotas me disculpé por mi pobre actuación y me


fui. Antes le sugerí que volviéramos a jugar la noche siguiente cuando estuviera
menos exhausto. Al otro día nos encontramos según lo acordado. Estaba menos
cansado y jugué mejor, hasta logré ganar un par de partidas, pero no obstante mi
resultado final fue otra vez decididamente negativo. Mi oponente movía con rapidez
asombrosa. Su mecanografía era también muy veloz, porque chateamos sin cesar
durante nuestras partidas. A menudo, cuando yo estaba corto de tiempo, añadía
segundos a mi reloj para poder ganarme por la posición, y no por tiempo. De los
centenares de mis adversarios en ICC - incluyendo algunos de los mejores Grandes
Maestros del mundo - ninguno jamás había adoptado actitudes semejantes. Era
amable, gracioso, y obviamente estadounidense, a deducir de su lenguaje y patrón
de conversación. También estaba evidentemente muy familiarizado de manera un
tanto cotilla con las figuras más importantes del mundo del ajedrez en la década de
los 60 - el período de mayor actividad de Fischer.

Sin embargo, tenía dudas. ¿Cómo sabía que no se trataba de un impostor utilizando
un ordenador? Era remotamente posible que un programa de ordenador
extraordinariamente potente jugara ajedrez rápido con esa fuerza. Pues bien, no
puedo estar 100% seguro, pero su juego simplemente no se parecía al de ningún
programa que conozca. Y además, los ordenadores no cometen errores adrede.

Quise probar a mi antagonista un poco más, así que me inventé unas cuantas
preguntas capciosas a medida que jugábamos, Por ejemplo, le pregunté: "¿Conoces
a Armando Acevedo?" El señor Acevedo es un oscuro jugador mejicano que no está
ni cerca de la fuerza de un Gran Maestro. La respuesta de mi oponente fue
instantánea, aunque críptica: "Siegen 1970". Pues si examinan el libro del torneo
de la Olimpíada de Siegen comprobarán que Bobby Fischer se enfrentó a un tal
Armando Acevedo en una de las rondas preliminares. Obviamente me estaba
enviando un mensaje. En ningún momento le pregunté a mi oponente: "¿Estoy
jugando contra Bobby Fischer? Sin embargo, le pregunté quien era el jugador de
rápidas más fuerte que había enfrentado. Su respuesta fue: "Si fuera el que tú
piensas que soy te diría que Mikhail Tal". Tal, el brillante ex-Campeón Mundial de
ajedrez, le propinó a Fischer una serie de derrotas contundentes cuando ambos se
enfrentaron en la década de los 50.

Describí mis experiencias al hombre que conoce a Fischer tan bien como cualquier
otro - Boris Spassky, su antiguo rival - cuando lo encontré en Zurich este año. Boris
consideró que era muy probable que me hubiera encontrado con el escurridizo
genio. Cuando le dije que, al contrario de lo que se piensa, no parecía estar loco ni
mucho menos, Boris contestó: "Por supuesto no lo está".

Jugué con el hombre que creo que es Bobby Fischer en dos oportunidades más - un
total de 50 partidas, la última de ellas en mayo, no acercándome ni remotamente a
puntuar el 50%. Por comparación, puntué el 50% (seis puntos de doce partidas) la
última vez que me enfrenté a Kasparov en ajedrez rápido, en Francia en 1995.
Fischer es en mi opinión, por lo tanto, un jugador de rápidas mucho más fuerte que
Kasparov, lo que resulta increíble cuando uno toma en cuenta que a los 58 años es
virtualmente un caso geriátrico en terminos del juego profesional moderno. Hay
que tener en cuenta que Fischer fue un prodigio de precocidad - fue campeón de los
Estados Unidos a los 14 años - o sea que es un genio que puede trascender la
biología normal.

Iba a mantener esta historia en secreto, pero es evidente que la actividad de


Fischer en ICC de a poco se empieza a conocer. (El Gran Maestro Inglés Jim
Plaskett me dijo que él también ha jugado contra Fischer en el ICC. Jim también
comprobó que su oponente jugaba aperturas extraordinariamente débiles para
emparejar las cosas. Por desgracia, Jim, al igual que yo, fue aplastado como un
escarabajo). Sería sólo cuestión de tiempo antes de que otra persona publicara algo
al respecto.

He descubierto tres o cuatro personas que cuentan una historia similar, aunque la
fiabilidad de la evidencia de alguna gente está condicionada por el hecho de que, de
acuerdo con los administradores de ICC, hay en ICC por lo menos tres impostores
intentando impersonar a Fischer: dos aficionados manipulando programas de
ordenador y un Gran Maestro.

Sería maravilloso poder publicar una de mis partidas contra Fischer. Para mí son lo
que una sinfonía inédita de Mozart sería para un amante de la música.
Desgraciadamente no tengo registro de ninguna de ellas y, aunque lo tuviera, sería
una falta de etiqueta publicarlas. Fischer sin duda se pondría furioso al verlas.
Desgraciadamente, ya puedo haber estropeado mis posibilidades de volver a jugar
contra él al hacer estas modestas revelaciones. Espero que no. Fue un honor y el
más grande de los placeres pasar unas pocas horas con Robert James Fischer - aún
cuando de hecho nunca nos hayamos estrechado la mano.

FIN DE TRADUCCIÓN

Yo soy bastante desconfiado, pero de que hay alguien en el ICC que hace las cosas
que describe Short (si es Short) doy fe,

porque hace unos meses yo jugué en ICC contra uno como ese. Con las blancas me
hizo 1. f3, 2. c3, y después salió a
pasear con el rey por el centro del tablero, una tomadura de pelo pocas veces vista.
Me daba conversación y me añadió tiempo, como el del relato. De que jugaba
mucho mejor que yo no tengo dudas. de ahí a que fuera Fischer. . . Vaya uno a
saber.

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