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Poblamiento inicial

Cueva de las Manos, en el río Pinturas (provincia de Santa Cruz), 7300 a. C. Se considera el arte
más antiguo de Sudamérica.

Los primeros seres humanos que arribaron al actual territorio argentino parecen haber llegado
por el extremo sur de la Patagonia provenientes de lo que hoy es Chile. Los restos más
antiguos de la presencia humana se encuentran en Piedra Museo (Santa Cruz) y se remontan al
11000 a. C.. Junto con los yacimientos de Monte Verde (Chile) y Pedra Furada (Brasil)
constituyen, hasta el momento, los sitios de poblamiento más antiguos hallados en
Sudamérica. Estos yacimientos sustentan la teoría del poblamiento temprano de América (pre-
Clovis).

Estos primeros habitantes del territorio argentino se dedicaban a la caza de milodones,1


(mamífero parecido a un gran oso con cabeza de camello, ya extinguido) e hippidions 2
(caballos sudamericanos que desaparecieron hace 8000 años), además de guanacos, y
ñandúes.

Cerca de allí, también es posible ver las pinturas de manos y guanacos estampadas 7300 a. C.
en la Cueva de las Manos (río Pinturas, provincia de Santa Cruz). Se trata de una de las
expresiones artísticas más antiguas de los pueblos sudamericanos y ha sido declarada
Patrimonio Cultural de la Humanidad por la Unesco.

Para el año 9000 a. C. ya había comenzado el poblamiento de la pampa, en tanto que la zona
del Noroeste del país comenzó a ser habitada hacia el 7000 a. C..

Época precolombina

Artículo principal: Historia precolombina de la Argentina

Distribución aproximada de lenguas en el extremo meridional de Sudamérica en tiempos de la


Conquista.

Restos del pucará de Tilcara, perteneciente al imperio incaico.

Planisferio de Cantino (1502), muestra la Línea de Tordesillas con la que se dividió el mundo en
1494. Sería aproximadamente el meridiano 60 en medidas actuales. En su extremo inferior
izquierdo puede verse en blanco la zona (aún ignota por entonces) en la que se encuentra el
actual territorio argentino.
Tastil, en el norte, fue la ciudad precolombina más grande ubicada en el actual territorio
argentino, con una población de 3000 habitantes. En la época precolombina, los pueblos
nativos argentinos se dividieron en tres grandes grupos culturales:

los cazadores y recolectores, que habitaban la Patagonia, la Pampa y el Chaco;

los agricultores andinos, instalados en el Noroeste, Cuyo y las Sierras de Córdoba,


pertenecientes a la gran Civilización andina cuyo exponente más alto fue el imperio incaico;

los agricultores de las llanuras en la Mesopotamia, pertenecientes a la cultura tupí-guaraní.

En los siglos XIV y XV el Imperio incaico conquistó parte de las actuales provincias de Jujuy,
Salta, Catamarca, Tucumán (su extremo oeste), La Rioja, San Juan, el noroeste de Mendoza y
posiblemente el norte de Santiago del Estero,3 incorporando sus territorios al Collasuyo que
era la parte sur del Tahuantinsuyo o regiones del Imperio incaico. Tradicionalmente se atribuye
la conquista al inca Túpac Yupanqui. Varios señoríos de la región, como los omaguacas, los
atacamas, los huarpes, los diaguitas y otros, intentaron resistir pero los incas lograron
dominarlos, trasladando a sus territorios a los mitimaes o colonos deportados de las tribus de
los chichas, que habitaban en lo que es el suroeste del actual territorio boliviano. Otros, como
los sanavirones, los lule-toconoté y los comechingones resistieron exitosamente la invasión
incaica y se mantuvieron como señoríos independientes.

Crearon centros agrícolas y textiles, asentamientos (collcas y tambos), caminos (el "camino del
inca"), fortalezas (pucarás) y santuarios de alta montaña. Algunos de los principales son el
pucará de Tilcara, la tambería del Inca, el pucará de Aconquija, el santuario de Llullaillaco, el
shincal de Londres y las ruinas de Quilmes.

Conquistas española y mapuche. Época colonial (1516-1806)

Artículo principal: Conquista y colonización española de la Argentina

La conquista española de parte del actual territorio argentino se realizó mediante tres
esfuerzos independientes: expediciones desde España hacia el Río de la Plata y el Paraguay,
expediciones organizadas en el Perú para ocupar las tierras del Tucumán, y expediciones de
Chile hacia Cuyo. De allí surgen las tres grandes subdivisiones: Nueva Andalucía (después
dividida en Río de la Plata y Guayrá-Paraguay), Córdoba del Tucumán, y el Corregimiento de
Cuyo. Las primeras dos pertenecieron al Virreinato del Perú, la última a la Capitanía General de
Chile. En 1779 las tres pasaron a formar parte del nuevo Virreinato del Río de la Plata.

En este período se produjo la muerte de la mayor parte de la población indígena en la


catástrofe demográfica en América tras la llegada de los europeos, que llevó a su vez al
Imperio Español a introducir a millones de esclavos secuestrados en el África negra.
Simultáneamente y a pesar de la prohibición impuesta por estatutos de limpieza de sangre, se
produjo un generalizado mestizaje de la población, en el que los hombres españoles
mantuvieron relaciones sexuales —muchas veces forzadas —con decenas y hasta cientos de
mujeres indígenas y negras. Esta situación causó un proceso de aculturación en los sectores no
nacidos en España y de ambigüedad ante el hecho de la conquista. El artista argentino Víctor
Heredia expresa este dilema en su obra Taki ongoy:

Lo que debiéramos averiguar de una vez por todas a esta altura es ¿quiénes somos?, ¿los
conquistadores o los conquistados?

Víctor Heredia4

En el período colonial la mayor parte del actual territorio argentino no pudo ser conquistado
por el Imperio Español, debido a la resistencia opuesta por los pueblos indígenas que
habitaban esos territorios, principalmente en las llanuras chaqueña, pampeana y la Patagonia.

En la pampa y la Patagonia dominaron los pueblos tehuelches hasta que en el siglo XVIII
ingresó un gran contingente mapuche proveniente de la región de Arauco, mapuchizando los
pueblos que habitaban la Patagonia norte y la pampa, región que tomó el nombre de
Puelmapu.

En la llanura chaqueña dominaron los pueblos wichi y kom. En la región de los ríos alto Paraná
y alto Uruguay los jesuitas instalaron misiones indígenas guaraníes organizadas como
repúblicas teocráticas de tipo comunitario, con el fin de proteger a sus miembros de las
prácticas esclavistas de los encomenderos españoles y los bandeirantes portugueses, que llevó
a la Guerra Guaranítica entre 1754 y 1756.

La zona del Río de la Plata fue disputada en el período entre el Imperio Español y el Imperio
Portugués, dentro de confrontación que ambas potencias mantenían a escala global,
generando una fuerte confrontación entre brasileños y rioplatenses que llegó al
enfrentamiento bélico en la Guerra de los Siete Años y luego durante la guerra hispano-
portuguesa de 1776-1777.

Expediciones iniciales al Río de la Plata

Los primeros europeos que llegaron a lo que actualmente es la Argentina, lo hicieron buscando
un paso hacia el continente asiático. Por entonces América era sólo un obstáculo entre España
y las riquezas de Catay y Cipango en Asia. La zona, además, estaba ubicada aproximadamente
sobre la Línea de Tordesillas, la división del mundo que se estableció por tratado entre España
y Portugal y por lo tanto tenía, para ambos países la condición de frontera aún no ocupada.

Aunque existen muchas discusiones sobre la autenticidad de los viajes de Américo Vespucio,
varios historiadores aceptan como un hecho que participó de la primera expedición europea
(portuguesa) en llegar al actual territorio argentino, más específicamente al Río de la Plata en
1502.
En 1516 el navegante español Juan Díaz de Solís visitó lo que actualmente se conoce como
Argentina, navegando el actual Río de la Plata, al que denominó Mar Dulce por su escasa
salinidad. Llegó hasta la actual isla Martín García5 y murió tras navegar un breve trecho del Río
Uruguay. Al regresar la expedición a España una de las carabelas naufragó en Santa Catarina,
quedando abandonados allí 18 náufragos. Uno de ellos Alejo García fue el primero en conocer
la leyenda del Rey Blanco, sobre un país rico en plata, realizando una excursión hasta la región
de Potosí en donde se halla el Cerro Rico, donde se hizo de un enorme tesoro de piezas de
plata. Al volver murió en un combate con los indios payaguás.

En 1519 y 1520 Hernando de Magallanes recorrió toda la costa de la actual Argentina durante
la Expedición de Magallanes-Elcano, hasta el estrecho que lleva su nombre al que llegó el 21 de
octubre de 1520.

En 1525 fray García Jofre de Loaísa dirigió una expedición que recorrió la Patagonia e incluso
se establecieron brevemente en el Puerto Santa Cruz para reparar dos naves.

En 1526 Sebastián Gaboto (italiano) tomó contacto en Santa Catarina (Brasil) con los guaraníes
que habían pertenecido a la expedición de Alejo García y decidió ir hacia el Imperio de Plata,
navegando aguas arriba el Río de la Plata conocido entonces como Río de Solís. El 9 de junio de
1527 Gaboto ordenó establecer dos fuertes: uno en el actual territorio uruguayo (San
Salvador) y otro, al que llamó Sancti Spiritus, primer asentamiento europeo en el actual
territorio argentino, en la actual provincia de Santa Fe. Un expedicionario de Gaboto, Francisco
César, llegó posiblemente a Córdoba. Gaboto remontó también el Río Paraná, el Río Paraguay
y el Río Bermejo.

Diego García de Moguer llegó a Sancti Spiritus poco después de Gaboto e intentó imponer su
autoridad. Sin embargo el hambre y las derrotas con los timbúes y charrúas los obligaron a
volver a España, donde difudieron las noticias sobre el Rey Blanco y el Río de la Plata.

Portugueses y españoles aceleraron entonces los planes para tomar posesión de esa región,
que ambos consideraban estaba de su lado de la Línea de Tordesillas.

En 1531 Portugal envió una gran expedición al mando de Martín Alfonso de Souza para tomar
posesión del Río de la Plata y expulsar a los españoles. Llegó hasta la Isla Martín García, que
rebautizó Santa Ana. Se internó por el Río Uruguay y se enteró de que los españoles del fuerte
San Salvador habían sido derrotados. Decidió entonces retirarse al cabo de Santa María (donde
actualmente se encuentra La Paloma, Uruguay). Allí realizó mediciones astronómicas y llegó a
la conclusión de que estaba del lado español de la Línea de Tordesillas, por lo que volvió a
Portugal sin realizar fundación alguna.
Colonización del Río de la Plata (1527-1580)

En la exploración y conquista que Sebastián Caboto hizo del Río de la Plata, el 9 de junio de
1527 construyó un fuerte en la desembocadura del río Carcarañá en el río Paraná, a unos 50
km al norte de la actual ciudad de Rosario, al que dio el nombre de Sancti Spiritus. Este fue el
primer establecimiento español en lo que hoy día es la República Argentina. Cerca de su
ubicación se levantó después el pueblo de Gaboto, en la provincia de Santa Fe, para
conmemorar el hecho.

En una expedición posterior, en febrero de 1528, Diego García de Moguer al mando de una
expedición de tres naves, se detuvo a explorar la zona del Río de la Plata. Navegando en abril
por el Río Paraná, encontró de improviso el fuerte Sancti Spiritus. Sorprendido e indignado,
ordenó al capitán Caro (designado por Sebastián Gaboto), que abandonase el lugar, ya que esa
era conquista que sólo a él le pertenecía por haber sido designado por Castilla para explorar
esas tierras. Pero vencido por los ruegos de Caro y su gente para que fuese en auxilio de
Gaboto, García siguió aguas arriba y entre lo que hoy día son las localidades de Goya y Bella
Vista se encontró con el piloto veneciano, quien le obligó a cooperar en la búsqueda de la
Sierra de la Plata, y juntos exploraron el río Pilcomayo, para seguir después hacia el estrecho.

A todo esto, en Sancti Spiritus, los españoles descuidaron la defensa del fuerte, y en
septiembre de 1529, antes del amanecer, los indígenas tomaron por asalto la fortaleza.
Sebastián Gaboto y Diego García de Moguer se encontraban en ese tiempo en el asentamiento
de San Salvador, preparando hombres y embarcaciones, y no sabían nada de lo que se estaba
desarrollando en Sancti Spiritus, hasta que vieron llegar a Gregorio Caro con los supervivientes,
y la terrible noticia de la destrucción del fuerte. Inmediatamente Gaboto y García se dirigieron
al fuerte intentando rescatar a sus hombres. En los alrededores de Sancti Spiritus hallaron
algunos cadáveres completamente mutilados; los bergantines defondados y hundidos, los
almacenes saqueados e incendiados. Solo dos cañones quedaron como testigos de la primera
fortaleza que se levantó en tierra argentina.

El 24 de agosto de 1534, Diego García de Moguer, viaja de nuevo en la carabela Concepción


hacia el río de la Plata, pasa por la isla de Santiago de Cabo Verde, luego al Brasil, donde
desciende el estuario de los ríos Uruguay y Paraná y funda el primer asentamiento de la ciudad
de Santa María del Buen Aire.

En 1536 Pedro de Mendoza fundó el Puerto de Santa María del Buen Ayre. Sin embargo, el
asentamiento fracasó debido a las hambrunas y los enfrentamientos con las tribus indígenas.
Algunos de los habitantes de la población, privados de alimentos y sitiados por los indígenas
locales, se vieron llevados al canibalismo. La ciudad fue abandonada, y sus pobladores se
establecieron en Asunción, que se constituyó en centro de operaciones español en la región.
Mapa del Paraguay o Provincia del Río de la Plata, alrededor de 1600

Para el año 1573, no existían poblaciones hechas por europeos a lo largo del río Paraná,
territorio al que cronistas como Martín del Barco Centenera, llamaban el «Argentino Reyno».
Es así que Juan de Garay, partiendo de la ciudad de Asunción, acompañado por los mancebos
de la tierra y los planos de la ciudad, fundan Santa Fe en los márgenes de este gran río, como
nudo de comunicaciones entre la salida del Río de la Plata y el Paraguay, con el Tucumán y
Cuyo, el Alto Perú y Chile. Resulta así que esta ciudad histórica, se transforma en la primera
planificada en el territorio, sobre la base de los ideales arquitectónicos renacentistas. Mientras
que en Europa, este modelo no se pudo llevar a cabo, América en general y Santa Fe en
particular, son evidencias concretas de este nuevo proceso de urbanización planificado en
cuadrículas, con un orden preestablecido a diferencia de las anteriores poblaciones. Elementos
que hoy pueden verse claramente en el Parque Arqueológico de Santa Fe la Vieja en Cayastá.6

En este Argentino Reyno, sólo Santa Fe existió por varios años y es allí en donde viven los
primeros pobladores a quienes se llamó argentinos. Martín del Barco Centenera da cuenta de
ello en su poema histórico "La Argentina", publicado en 1602.7

En 1580, saliendo desde Santa Fe, Juan de Garay refundó la Ciudad de la Trinidad y Puerto de
Santa María de los Buenos Ayres, que con el tiempo sería conocida simplemente como Buenos
Aires. Esta ciudad formaba parte de la Gobernación de la Nueva Andalucía, dentro del
Virreinato del Perú, con sede en Lima.

En el siglo XVII se establecieron las misiones jesuíticas guaraníes. Fueron pueblos misionales
fundados por la "Compañía de Jesús" entre los guaraníes y pueblos afines, que tenían como fin
evangelizar a los indios de las actuales provincias de Misiones y Corrientes, en Argentina, y de
importantes territorios actualmente en el Paraguay. Cumplieron exitosamente su tarea hasta
que en el año 1768, el rey español Carlos III ordenó expulsar a los jesuitas.

Colonización del Tucumán (1549-1593)

En 1549, el capitán Juan Núñez de Prado fue premiado por el Virrey del Perú. Pocos años antes
los dominios españoles en los territorios incas habían sufrido una grave crisis. Tras las
denuncias de Fray Bartolomé de las Casas, el Emperador Carlos V dictó nuevas leyes que daban
grandes derechos a los indios: se prohibía el esclavizarlos, torturarlos, convertirlos
forzosamente al cristianismo, y enajenar sus tierras. También se prohibía la transmisión de
encomiendas por herencia. Esto generó la Gran Rebelión de Encomenderos, en la que a duras
penas el gobierno real pudo imponer los nuevos derechos para los indios. Por su destacada
labor, Juan Núñez de Prado recibió la autorización para ocupar y gobernar las tierras del
Tucumán.
Al año siguiente (1550) Juan Núñez de Prado y sus compañeros fundaron la ciudad de El Barco.
Esto generó una protesta por parte de Francisco de Aguirre, que reclamaba todo el Tucumán
como parte de la Capitanía de Chile: en 1553 De Aguirre logró su cometido, y trasladó a los
pobladores fundando la ciudad de Santiago del Estero del Nuevo Maestrazgo. Según los
estudios de Narciso Binayán Carmona, tres siglos más tarde la totalidad de los criollos en el
Norte de la Argentina sería descendiente de alguno entre los 103 miembros de la expedición
de Núñez de Prado.

Los españoles buscaron consolidar el dominio en la región fundando ciudades en puntos clave:

En 1558 Juan Pérez de Zurita fundó Londres de la Nueva Inglaterra, en la actual Provincia de
Catamarca. Londres fue destruida en 1560 durante la primera guerra Calchaquí, pero más
tarde fue re-fundada. Ese alzamiento indígena logró mantener a los españoles fuera de
algunos territorios y causó que el Tucumán pasara de la jurisdicción chilena a la peruana.

En 1561 Juan Pérez de Zurita fundó la ciudad de Nieva, luego re-fundada como San Salvador de
Jujuy.

El sobrino de Aguirre, Diego de Villarroel fundó en 1565 la ciudad de San Miguel de Tucumán.

Jerónimo Luis de Cabrera fundó en 1573 la ciudad de Córdoba de la Nueva Andalucía

En 1582, Hernando de Lerma fundó la Ciudad de Salta.

Juan Ramírez de Velasco, al frente de la Gobernación del Tucumán, fundó la ciudad de Todos
los Santos de la nueva Rioja en 1591, refundó la ciudad de Londres en 1592, y fundó San
Salvador de Jujuy en 1593.

Colonización del Cuyo (1560-1594)

La Crónica de Fray Reginaldo de Lizárraga contrapone la conquista de Chile con la menos


gloriosa (según él) colonización de Cuyo. La colonización no resultó dificultosa y fue
completamente pacífica, ya que una embajada Huarpe cruzó los Andes para solicitar a los
españoles les enviaran sacerdotes y arquitectos que les enseñaran a construir ciudades. En
1561 los españoles fundaron Mendoza del Nuevo Valle de La Rioja, seguida por San Juan de la
Frontera en 1562 y San Luis de la Punta de los Venados en 1594.

Influencia jesuítica hasta su primera expulsión (1585-1767)

Vista de la Manzana Jesuítica en el siglo XVIII. Dichos edificios aún se conservan. En la esquina
se observa la iglesia de la Compañía de Jesús. A continuación se destacan la antigua sede de la
Universidad (actual museo y biblioteca mayor) y el Colegio Monserrat.

Reducciones jesuíticas.
Aunque ya en 1512 la Monarquía Hispánica acometió las reformas necesarias para regular su
trato de forma oficial y abolir la esclavitud indígena 8 mediante las Leyes de Burgos, se ha
atribuido a la bula del papa Pablo III Sublimis Deus de 1537, que declaró a los indígenas
hombres con todos los efectos y capacidades de cristianos,9 el efecto de diferenciar en
América, la colonización española, portuguesa y francesa, con la anglosajona, donde el
mestizaje fue excepcional:10 la conquista católica habría buscado incorporar a los indígenas a
su civilización y su Iglesia, aun a costa de la anulación de su identidad cultural.

En 1585 los jesuitas llegan a Santiago del Estero, en 1587 llegan a Córdoba, en 1588 llegan los
jesuitas que luego fundaran las Misiones jesuíticas guaraníes y en el mismo año llegan al Río
Salado para evangelizar a los pampas.

Desde su llegada, los jesuitas erigieron a Córdoba como el centro de la Provincia Jesuítica del
Paraguay, en el Virreinato del Perú. Para ello necesitaban un lugar donde asentarse y así iniciar
la enseñanza superior. Fue así que 1599, y luego de manifestarle dicha necesidad al cabildo, se
les entregaron las tierras que hoy se conocen como la Manzana Jesuítica.11

En 1613 con apoyo del Obispo Trejo, fue fundada la Universidad jesuítica de Córdoba, la más
antigua del país y una de las primeras de América. Ese año también se crea la Librería Grande
(hoy Biblioteca Mayor), que según registros llegó a contar con más de cinco mil volúmenes.

En 1624 fue fundada la Universidad jesuítica de Chuquisaca que desde su creación, tuvo una
notable influencia en toda la región de Sudamérica.

En 1609 se funda la primera de las misiones jesuíticas guaraníes. Las treinta misiones llegaron
a ser, en el siglo XVIII, un verdadero emporio comercial, un "estado dentro del estado" como lo
denominaban sus detractores, que se estableció como un sistema de organización económica
y social distinto al de las colonias que las rodeaban. Su autonomía y la adaptación de la
organización social comunitaria de los guaraníes a un nuevo contexto permitió al sistema
subsistir y progresar. Las misiones eran pueblos indígenas, administrados por los mismos
guaraníes (bajo la mirada paternalista de los misioneros), donde la tierra se dividía en dos: la
tupá mbaé (propiedad de Dios), comunitaria, y la avá mbaé (propiedad del hombre), para la
explotación familiar. El excedente era comercializado por todas las colonias circundantes (el
Plata, Tucumán, el Brasil y hasta el Alto Perú y España) y les proporcionaba medios a los
jesuitas para expandir las misiones y mantener sus colegios y universidades (como los que
tenían en Córdoba, centro regional de la Compañía de Jesús).

Los principales productos comercializados por las misiones eran la yerba mate, el tabaco, el
cuero y las fibras textiles. Sin embargo, las misiones debieron soportar un fuerte asedio de los
bandeirantes, partidas de portugueses que se internaban en la selva para "cazar indios" con el
objeto de venderlos como esclavos en su base de San Pablo, que irónicamente nació como
reducción jesuita). Las Misiones jugaron un papel clave en la defensa del Paraguay y el Río de
la Plata de la expansión portuguesa. Justamente, después de la batalla de Mbororé, en 1641
(que duró 10 días), en la que un ejército de guaraníes al mando de los jesuitas (muchos de los
cuales habían sido antes soldados) derrotó a una bandeira (un ejército lusobrasileño de
bandeirantes) , que se les permitió por primera vez a los indígenas utilizar armas de fuego (si
bien sólo las de menor calibre). Estos ejércitos misioneros fueron de gran utilidad durante los
enfrentamientos entre España y Portugal en el Río de la Plata.

No solo a trabajar, rezar y pelear les enseñaron los jesuitas, sino también música y otras artes
(de las que aún se pueden admirar se destacan las "barrocas" arquitecturas exornadas con
relieves barrocos resaltados en las piedras sillares o tallados en los rojos ladrillos de tipo
romano. Es así que, luego de la expulsión de los jesuitas, muchos guaraníes se trasladaron a las
ciudades coloniales, como Corrientes, Asunción o Buenos Aires, donde se destacaron como
compositores y maestros de música, plateros y pintores.

Los primeros Jesuitas llegan a Buenos Aires durante el gobierno de Hernandarias en 1608 y
fundan el Colegio de San Ignacio y en 1675 fundan el Real Colegio de San Carlos.12 En 1654 el
Cabildo de Buenos Aires encomendó a los jesuitas atender la educación juvenil de la ciudad.

Los sacerdotes de la Compañía de Jesús, se instalaron al sur del Río Salado entre los años 1740
y 1753, con el fin de establecer una población permanente en la frontera del estado colonial.
Su intención fue la de hacer sedentarios e instruir a los indígenas en la doctrina cristiana. La
primera reducción, fue la "Reducción de Nuestra Señora en el Misterio de su Concepción de los
Pampas", fundada en año 1740 en la margen sur del Río Salado, por los padres Manuel
Quevedo y Matías Strobel. La segunda fue la "Reducción de Nuestra Señora del Pilar de
Puelches", fundada en el año 1746 cercana a la margen de la actual Laguna de los Padres, por
los misioneros Joseph Cardiel y Tomás Falkner. Finalmente, la "Misión de los Desamparados de
Tehuelches o de Patagones", fue fundada en el año 1749 a cuatro leguas al sur de la anterior,
por el padre Lorenzo Balda. Allí lograron evangelizar a un gran número de indios pampas.
Strobel medió entre las autoridades de Buenos Aires y los pampas para establecer la paz entre
ellos. Falkner y su colega jesuita Florián Paucke recogieron una gran información acerca de las
costumbres y usos de los indios pampas y guaraníes que plasmaron en libros y exquisitos
dibujos que dieron origen a la etnografía en el actual territorio argentino.

La Expulsión de los jesuitas del Imperio Español de 1767 hizo que 2.630 jesuitas tuvieran que
dejar Iberoamérica lo que significó un terrible golpe a nivel educativo ya que la inmensa
mayoría de las instituciones educativas del territorio estaban a cargo de ellos como
profesores.13

Véase también: Universidades españolas en el Siglo de Oro

Véase también: Reducciones jesuíticas


Descubrimiento y toma de posesión de la Antártida

Mapamundi de Abraham Ortelius (1570), donde aparece la Terra Australis Incognita, este
mapa como en el de Martin Waldseemüller es uno de los primeros que representa al "Nuevo
Mundo" (América) separado de la Terra Incognita por el estrecho de Magallanes aunque el
marino al servicio de España llamado Fernando de Magallanes en realidad lo que había
descubierto era el estrecho interoceánico que hoy lleva su apellido, en cuanto a la real
separación entre América y la Antártida, la misma fue descubierta en 1526 por el español
Francisco de Hoces y por este motivo los expertos en geografía denominan al área oceánica en
cuestión: Mar de Hoces.

El navegante español Gabriel de Castilla zarpó de Valparaíso en marzo de 1603 al mando de


tres naves en una expedición encomendada por su primo hermano, el virrey del Perú Luis de
Velasco y Castilla, para reprimir las incursiones de corsarios neerlandeses en los mares al sur.
Al parecer esa expedición alcanzó los 64° de latitud sur. No se han hallado aún en archivos
españoles documentos que confirmen la latitud alcanzada y si realizaron avistamientos de
tierras, sin embargo, el relato del marinero holandés Laurenz Claesz (en un testimonio sin
fecha, pero probablemente posterior a 1607), documenta la latitud y la época. Claesz declara
que él:

ha navegado bajo el Almirante don Gabriel de Castilla con tres barcos a lo largo de las costas
de Chile hacia Valparaiso, i desde allí hacia el estrecho [de Magallanes], en el año de 1604; i
estuvo en marzo en los 64 grados i allí tuvieron mucha nieve. En el siguiente mes de abril
regresaron de nuevo a las costas de Chile.

El 30 de abril de 1606 Pedro Fernández de Quirós tomó posesión de todas las tierras del sur
hasta el Polo para la corona de España en la isla Espíritu Santo en Vanuatu, a la que llamó
Austrialia del Espíritu Santo pensando que era parte de la Terra Australis Incognita.14

Otra suposición es que en el siglo XVIII la península Antártica y los archipiélagos de las Antillas
del Sur fueron frecuentemente visitados por cazadores de focas españoles e
hispanoamericanos, quienes habrían ocultado los territorios en cuestión para evitar la
competencia (en especial de los británicos). La presencia de estos cazadores estaría
atestiguada por el encuentro de posibles restos de sus refugios en las costas orientales de la
península Antártica.

Artículo principal: Antártida Argentina

Consolidación española (1600-1720)

Mapa de las ciudades españolas fundadas en la Argentina y el Paraguay hasta el año 1600.
Al comienzos del siglo XVII las ciudades fundadas por los españoles no eran más que pequeñas
atalayas de civilización europea esparcidas en un territorio muy vasto, y durante esos cien
años fueron aumentando su influencia a través de encomiendas de la formación de estancias y
de la fundación de ciudades, que iban alejándose progresivamente del Camino Real. Si bien
eran comunes las refriegas fronterizas, no hubo grandes conquistas como en el siglo anterior:
más bien se consolidó el dominio de los territorios ya conquistados.

En 1599 los Jesuitas se instalaron en Córdoba, y en 1613 fundaron una universidad en esa
ciudad. Al mismo tiempo fueron fundando asentamientos entre los indios guaraníes y
guaycurúes. Las Misiones Jesuíticas estaban subordinadas a la Corona Española. Como
cualquier otra ciudad española tenían un cabildo, un corregidor, alcaldes de primero y segundo
voto, escribano, y todas las demás instituciones de la civilización española: la diferencia era
que el corregidor y el resto de las autoridades eran casi siempre caciques.

Un ejemplo de consolidación administrativa y territorial fue el establecimiento del


Marquesado de Yavi en 1707: su capital estaba en la ciudad

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