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Universidad Central de Venezuela

Facultad de Ciencias Sociales y Económicas


Escuela de Sociología
Cátedra: “El problema mente-cuerpo en la epistemología de Karl Popper”
Profesor: Carlos Blank Estudiante: Carmen Alicia Pineda
C.I.21.605.348
EL PROBLEMA MENTE-CUERPO EN LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL Y SU
CONJUGACIÓN CON LOS TRES MUNDOS POPPERIANOS:

REVISIÓN A TRAVÉS DE LAS PELÍCULAS GHOST IN THE SHELL (1995-2015)

Ghost in the Shell: Humanos Meta-Técnicos e Inteligencia Artificial Superior

Para esta revisión, tomaré en cuenta las películas Ghost in the Shell: The Rising
(2015) dirigida por Kazuya Nomura y Ghost in the Shell (1995) dirigida por Mamoru
Oshii; en este orden puesto que The Rising (aunque se presenta anacrónicamente) sirve
como pre-cuela de la historia de 1995. En la versión de 2015, se introduce la protagonista
de la historia: la Mayor Motoko Kusanagi, agente especial de la «Sección 9», quién se
encarga de resolver operaciones encubiertas en un Japón de siglo XXI muy acomodado a la
estética ciberpunk.

En este país, que atraviesa un período post guerra, se ha convertido parte del uso
común en los miembros más pudientes de la sociedad, el tratamiento y aplicación de
tecnologías bio-protéticas en sus propios cuerpos. Este tema es tratado por el Prof. Mayz
Vallenilla en su obra Fundamentos de la Meta-Técnica, cuando realiza una crítica sobre
cómo el conocimiento tecno-científico opera en la transmutación de la realidad del hombre
moderno, dotado de una ratio technica consustanciada en un afán de dominio de lo
tangible, que lo ha llevado a una alienación de sí mismo y del mundo, en cuanto responde a
un logos meta-técnico, una racionalidad que concibe al nuevo sujeto como hombre-
máquina, un post-humano.

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El perfeccionamiento de los cuerpos protéticos, en Ghost in the Shell, llega hasta el
punto en que se desarrollan los cibercerebros, modificación en la cual los datos que
componen el registro de codificación de mensajes cognoscitivos y supra-sensoriales
detectados en el cerebro, se conectan a una red cibercerebral que funge como especie de
“consciencia colectiva” y sistema de memoria intelegizable. Esta alteración se realiza
mediante una intervención quirúrgica que garantiza preservar casi intacto el órgano,
exceptuando algunas adiciones cibernéticas que permiten la conexión del sujeto con una
vasta red de información. En el océano de datos que implica esta híper-conexión, el rescate
de la consciencia individual o identidad, se remite a “barreras” conocidas, en este contexto,
como Ghost o el “espíritu”.

Además de las alteraciones, procedimientos y optimización protéticos de los


organismos biológicos, en este mundo, también existen las entidades sintéticas con
cibercerebros virtuales, conocidos como ciborgs. El perfeccionamiento de las Inteligencias
Artificiales y de la tecnología de reemplazo y modificación de los miembros corporales,
crea una difusa línea entre seres vivos y emulaciones, por tanto, es el Ghost, la única
condición capaz de distinguir entre el ser vivo pensante, consciente de sí mismo y una
programación de réplicas. El Ghost, entonces, se manifiesta como un atributo del cerebro
humano que es implícitamente etéreo y lo faculta para generar de forma original:
autoconsciencia, emociones, propiedades de personalidad que crean su individualidad y
todos los aspectos que pueden ser calificados como la mente-alma, el Ghost de un
individuo presenta una característica notable: no es dependiente del cuerpo que le sirve
como recinto y puede incluso ser removido parcial o totalmente del cerebro (ya que es
localizable a través de las mejoras proto-sintéticas) y trasladado a implantes o maquinaria.
Entonces, la relación mente-cuerpo se distancia completamente de los postulados monistas-
materialistas, siendo que el Ghost (mente-alma) supera las barreras del cuerpo físico, no es
un solo elemento y uno no es intrínsecamente dependiente del otro sino que pueden existir
paralelamente.

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Los tres mundos y el Ghost

Karl Popper, en su artículo Epistemología sin sujeto cognoscente, nos introduce en


su teoría epistémica de los Tres Mundos, en ella, Popper nos ejemplifica a través de los
mundos surrealistas que representan lo variopinto de la razón (lógica, psicológica, cultural),
cómo se manifiesta el mundo de la vida y cómo podemos llegar a interactuar y captar sus
elementos en relación a la dicotomía mente-cuerpo del ser humano.

El Mundo 1 de Popper, es el mundo que responde a nuestra razón lógica, el mundo


que se rige de los elementos “reales”, objetivables y controlables, es el mundo de los
objetos físicos. En él, tienen cabida, el universo y todos los organismos vivientes que lo
habitan. Dentro de este mundo, se aprecia un marco evolutivo darwinista, donde se tiene
como resultado final la emergencia del hombre, como sumario de tres componentes: físico,
biótico, y antrópico.

El Mundo 2, se ocupa de la vida de nuestra psiquis, y las experiencias subjetivas, es


el reino de los pensamientos. Se compone de nuestros procesos mentales, sensibilidad,
afecciones y temores; y en él se desarrolla la conciencia del Yo y de la muerte. El Mundo 3,
es un resultado del Mundo 2: Es el mundo de los productos del hombre, en él se encuentran
las obras de arte, la ciencia y tecnología, los sistemas lingüísticos humanos, las teorías
psicológicas y las teorías sobre la muerte, este es el reino de los productos derivados del
mundo 2, es decir, es el mundo que contiene la cultura.

En The Rising, se hace alusión a un “Mundo 3”, como el sitio de reposo perpetuo
después de la “muerte” para los ciborgs. En la cinta, este mundo es descrito de manera vaga
y difusa, cuyo principal atributo es el de ser un mundo que parte de los datos y que supera
la materia (Mundo 1). En términos popperianos, podría decirse que la pertenencia y
vinculación de los ciborgs con este mundo, responde a la virtud de que su composición
física trasciende las barreras del Mundo 1 y Mundo 2. Sus cuerpos protéticos son el
resultado de los avances tecno-científicos derivados de los procesos contenidos en el
Mundo 2 y que en interacción con la transformación de elementos concernientes al Mundo
1, generan este nuevo estado de existencia. Incluso, el Ghost (que pertenece inherentemente
al Mundo 2) tiene cabida en el Mundo 1, ya que éste puede ser manipulable físicamente

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(mediante su extracción e implantación) demostrando la calidad sinérgica de éste, en cuanto
surge una clara interacción entre los tres mundos.

El ciborg, que supera la dualidad materialista, se compone de una ordenación física


real (Mundo 2) pero cuya estructura actual y transformaciones responden a la aplicación de
las teorías científicas (Mundo 3) que surgen del Mundo 2 de sus creadores, más aún, se
presenta la variable de que los propios ciborg poseen un Ghost –mente/alma- (perteneciente
Mundo 2) pero que parte del Mundo 1, de lo físico y aun así, en su Mundo 2, genera
conjuntamente a los procesos mentales, data que puede ser procesada y captada, es decir,
un producto perteneciente al Mundo 3. Esta data interviene y modifica la realidad del
Mundo 1, produciendo más contenido del Mundo 3, un reflejo de cómo estos mundos
interactúan constantemente entre sí y producen influencias y consecuencias uno en otro.

Singularidad Tecnológica e Inteligencia Artificial Superior

En los últimos años, un avance particularmente rápido en materia del crecimiento de


las tecnologías ha sido exponencial del acelerado progreso de los sistemas de
procesamiento, generación y almacenamiento de información. La extrapolación de la
conducta industrial y social en los sistemas de información, ha llevado a inferir a algunos
expertos, como Vernor Vinge (quién acuño el término de Singularidad) y Ray Kurzweil, la
aproximación a un momento donde será posible crear un sistema tecnológico, autónomo e
híbrido, que iguale la inteligencia humana y que en algún punto, esta superinteligencia
supere las barreras de la inteligencia biológica, este momento se conoce como Singularidad
Tecnológica, y conjetura “un período futuro durante el cual el ritmo del cambio
tecnológico será tan rápido y su impacto tan profundo, que la vida humana será
transformada irreversiblemente” (Kurzweil, 2005).

Al momento de hablar de Inteligencia Artificial Superior, como la presentada en


Ghost in the Shell, es imprescindible identificar qué elemento la diferencia de la simple
emulación de las repuestas humanas a través de la programación, es aquí donde la
Singularidad Tecnológica propone que esta distinción se establecerá en cuanto la imitación
de los procesos de superinteligencia de una máquina se equiparen a la dinámica de la

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estructura intersubjetiva de la consciencia humana, es decir, una réplica de ideas, errores,
distinciones, deliberación, voluntad y emulación de sensaciones hasta ahora solo propias de
la mente humana, e incluso con la contingencia de que la superinteligencia sobrepase las
barreras de ésta. Si bien, podría surgir mediante la programación, una máquina que pueda
adquirir las competencias para cumplir con la mayoría de estos requisitos, todavía
prevalece un problema propio de la mente humana, los qualia. Una mente artificial, podría
gracias a los datos que le son suministrados, llegar a conocer las propiedades de un
elemento de la realidad pero esto no significa que pueda interpretar subjetivamente las
cualidades que representan la composición de este elemento, lo que es una propiedad de la
mente humana. Por ejemplo, una Inteligencia Artificial podría mediante el uso de
información, reconocer las propiedades rítmicas de la composición de la partitura y la
estructura de la orquesta en La Quinta de Mahler pero ¿Cómo podría experimentar la
sensación de melancolía de la obra? ¿Cómo podría la IA traducir en data y generar
objetivamente las sensaciones personales de la “tristeza” o “melancolía” al escuchar la
marcha fúnebre?

David Chalmers (2010), cuestiona la posibilidad de la Singularidad Tecnológica en


cuanto reseña que la complejidad de un cerebro humano y los mecanismos de la mente
sobrepasan a la ciencia y que con cada descubrimiento de la química del cerebro y la
estructura de las neuronas, se reconoce que la complejidad está más allá de pilotos que la
ciencia pueda replicar. La mente humana es producto emergente de la evolución y no fruto
de un diseño. Chalmers, propone que la inteligencia no es únicamente un procesamiento de
información, existen factores críticos en la inteligencia humana que se omiten en los
principales postulados de la Inteligencia Artificial, que son: la comprensión, la prosopopeya
y cultura. La consciencia, la percepción de la existencia de uno mismo, no requiere la
existencia de un conjunto de reglas morales o éticas (pero estas sí tienen asidero en la
consciencia humana), estas son un constructo socio-cultural que difícilmente podrían ser
asimiladas por una inteligencia artificial ya que son intrínsecas a la herencia cultural del
individuo y que adquiere en sociedad, no por medio de programaciones.

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A pesar de esto, Kurzweil, también yuxtapone otra vía alternativa para acceder a la
Singularidad y es a través de la integración de la mente humana con las máquinas a través
de interfaces avanzadas, donde el nexo de la parte biológica con la informática puede
generar la transmutación de las capacidades humanas, originando inteligencias post-
humanas.

En Ghost in the Shell, Kusanagi, tiene contacto con un programa militar


denominado Proyecto 2501 o “Puppet Master”, un programa electrónico íntegramente
artificial, que se apodera del cuerpo de un ciborg para poder manifestarse en el mundo
físico. El Puppet Master, se reconoce a sí mismo como un sujeto pensante, creado a partir
de la información y que desarrolló consciencia de su propia existencia al mismo tiempo que
sensibilidad; inclusive reconociendo que carece de los procesos orgánicos vitales inherentes
a los organismos vivientes.

En La era de las máquinas espirituales, Kurzweil (1999) propone la idea de que los
seres humanos pueden “descargar” su mente a un nuevo recipiente digital o intentar la
fusión con máquinas en forma de tecno-cuerpos. En la cinta, el Puppet Master le propone a
Kusanagi la unión de sus consciencias (ella posee su Ghost y por tanto, se le considera
socialmente como humana) y de esa forma compartir su forma corpórea dando nacimiento
a un nuevo ser viviente y una nueva consciencia, un proceso análogo a la reproducción de
los códigos genéticos humanos a partir de la procreación. En este contexto, se cumple la
Singularidad Tecnológica, la unión de la mente humana (el Ghost) con la inteligencia
artificial, concibe un nuevo tipo de superinteligencia y consciencia presentando las
alteraciones de la relación entre cuerpo y tecnología que remiten a un modelo post-
humanista.

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¿Es posible entonces la Singularidad?

Según Kurzweil, la Singularidad es una consecuencia del desarrollo de las nuevas


tecnologías y el acelerado avance de las ciencias, como respuesta imbricada al devenir
natural de la evolución, la cultura y la economía que siguen crecimientos exponenciales
más que aritméticos. El debate sobre la Inteligencia Artificial se presenta así, entre la
posición de quienes defienden la posibilidad de la Singularidad y quienes la rechazan, sin
obviar la fracción de quienes temen un surgimiento de Inteligencia Artificial Superior. La
motivación del desarrollo de inteligencias que puedan emular la mente humana e incluso,
llegar a fusionarse con ella, tiene subterfugio en el anhelo de la perpetuidad, manifiesta
inclusive por los precursores de la idea de singularidad, como Kurzweil, quien prevé que
los humanos podrían llegar a ser existencias inmortales de software, que trasciendan las
limitaciones propias de las entidades biológicas.

Podemos agregar, que los postulados de la Inteligencia Artificial Superior poseen


características cuasi-humanas a raíz de su programación y las intenciones para las vías de
su adelanto y perfeccionamiento, tales como: el aprendizaje, el razonamiento, la auto-
corrección, el perfeccionamiento implícito, y el conocimiento modular del mundo. Así,
podemos hablar no sólo de un objetivo, sino de una amplia posibilidad de ellos,
dependiendo del punto de vista o utilidad que pueda encontrarse a la superinteligencia.

En relación a la posibilidad de que las máquinas puedan llegar a emular los procesos
cognoscitivos humanos, el artículo de Tononi, La Teoría de la Información Integrada, se
propone la idea de explicar que la consciencia, o experiencia consciente tiene un flujo de
información sobre su propia vivencia, que la vivencia se compone en las partes
informativas de una experiencia y que la generación de esta data es algo que responde
exclusivamente al mundo de las matemáticas y la lógica, no viene de un reino subjetivo y
variante, por lo cual en teoría, una máquina podría reproducir los procesos mentales
inherentes a la experiencia, mediante la descodificación de los datos relativos. Tononi,
asevera que una entidad consciente es un sistema integrado de información que responde a
una recopilación de estados, es decir, la experiencia subjetiva de los procesos mentales, se
objetiva en relación con la cantidad de información que el sistema de inteligencia, en
cuestión, puede generar y traducir.

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De acuerdo con el materialismo, la mente puede ser explicada a través de los medios
físicos, lo que posibilita la idea de la creación de mentes artificiales pero según el dualismo,
la mente no tiene un estado físico, es decir, está compuesta por propiedades no físicas y por
ende no se puede explicar en términos estrictamente físicos. Es por esto, que la calificación
de cualidades que pueden enmarcar un proceso de información con la condición de
“inteligencia” o “consciencia” responde a factores altamente subjetivos (aun cuando se
enmarquen en una lógica objetiva). Uno de los métodos más conocidos en el mundo de la
ciencia para corroborar estos elementos, es el Test de Turing, desarrollado en 1950, en el
cual según los criterios establecidos por Alan Turing, matemático inglés, se enfrenta a un
juez (o con varios jueces humanos) con dos entidades a las cuales realiza una serie de
preguntas, una de las entidades es humana y otra es artificial. Si el juez no logra diferir a
qué tipo de entidad corresponden las respuestas recibidas, es decir, si se trata de un ente
artificial o biológico, entonces la máquina ha aprobado el test. Este test se basa en que si
algo parece inteligente y se verifica, éste se hará más inteligente cada vez; si la máquina
logra persuadir a los jueces humanos, el resultado será reconocer que es posible creer que
es un ente inteligente y pensante, pues tiene la capacidad de suplantar a humanos mediante
comportamiento lingüístico.

En respuesta a estos planteamientos, Chalmers, acota el siguiente supuesto: de ser


viable la creación de una Inteligencia Artificial equiparable a los procesos psicológicos del
hombre, esta será posible en el período de un siglo y si, en efecto, esta inteligencia se ha
tornado una realidad, entonces también se puede presumir que de existir una IA comparable
a la humana, en cuestión de décadas se podrá ver una IA de nivel superior y
consecuentemente, si esta IAS también se ha hecho posible, en aquel tiempo será posible la
superinteligencia que sobrepase por mucho a la humana, creando una brecha entre la
distancia de inteligencia de entes orgánicos y artificiales.

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Sobre el problema Mente-Cuerpo

El problema mente-cuerpo, se remite a la paradoja sobre cómo la mente puede surgir


en un cuerpo o de dónde surge. Las preguntas que conforman este problema van desde
¿cómo pueden brotar pensamientos y sentimientos a partir de la materia orgánica del
cerebro? y ¿cómo entender el problema de la estrecha relación entre estados fisiológicos y
ciertos estados de consciencia? hasta ¿cómo explicar la emergencia del Yo y su relación
con el cuerpo? Es decir, se trata, por un lado, del habitual problema mente-cuerpo, y, por
otro del problema de la relación entre el cuerpo y el Yo.

Pero la mente humana es una realidad ontológica disímil del cuerpo. Es consciencia,
res cogitans, y por ello se trasciende a sí misma y se ampara de la razón para discernir los
elementos que componen sus propias condiciones. Por esto, mente y cuerpo, como
substancias distintivas, establecen una real interdependencia entre ambas y la mente
(consciencia), es substancia intrínsecamente humana.

“Realmente, no creo que tengamos éxito en la tarea de crear vida


artificialmente; pero después de haber llegado a la Luna y haber hecho aterrizar una o
dos veces naves espaciales en Marte, me doy cuenta de que mi descreimiento significa
muy poco. Sin embargo, las computadoras son totalmente distintas a los cerebros, cuya
función no es primariamente la de computar, sino la de guiar y equilibrar un
organismo, ayudándolo a mantenerse vivo. Por esta razón, el primer paso de la
naturaleza hacia una mente inteligente fue la creación de la vida, y pienso que si
creásemos artificialmente una mente inteligente, tendríamos que seguir la misma
senda.” (Popper, 1985)

Popper no hace una distinción entre estados conscientes en particular y estados


mentales en general, en efecto, reúne a los mismos en el Mundo 2, como parte de los
procesos cognoscitivos inherentes a la mente humana, que pueden ser o no ser compartidos
al Mundo 3.

En Ghost in the Shell, se presenta también el problema mente-cuerpo ya que la


Mayor Kusanagi, a diferencia de muchos de sus colegas, no fue modificada
contingentemente con adiciones protéticas sino que íntegramente su entidad corpórea fue
reemplazada con componentes artificiales, convirtiéndola en un ciborg, cuyo único bastión
de humanidad se encumbra en conservar el Ghost dentro de su cibercerebro, que posee

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neuronas humanas en su cubierta de titanio. Hasta ahora, en lo que se ha expuesto aquí,
todo pareciera indicar que la presencia del Ghost (mente-alma) fuese tan sólo la
representación de la programación de datos, más aún, Kusanagi, se cuestiona el orden
óntico de éste y por tanto, en el no reconocimiento de su propia humanidad (puesto que la
composición de su cuerpo la asimila como máquina) termina realizando esta pregunta: ¿Y si
un cerebro cibernético pudiera generar su propio espíritu?

“Hay ingredientes innumerables que conforman la mente y el cuerpo humanos


al igual que todos los componentes que me conforman como individuo, con mi propia
personalidad. Claro que tengo voz y un rostro para distinguirme de los demás pero mis
pensamientos y recuerdos son sólo míos y tengo plena consciencia de mi propio
destino. Cada una de éstas, son sólo una pequeña parte. Recabo información para
utilizarla a mi propio modo, todo esto se combina para crear una mezcla que me forma
a mí y que origina mi consciencia. Me siento confinada; sólo libre de expandirme
dentro de mis propios límites.” (Ghost in the Shell, 1995, monólogo de Kusanagi)

Kusanagi, pues, posee un cerebro cibernético que cumple con emular sensorios
psíquicos y regular un flujo de información de tal modo, que está capacitado para originar
pensamientos, sentimientos y temores, equivalente al órgano biológico, expresando
emociones que se reconocen como correlato de las reacciones humanas. Su cuerpo
protético, es entonces, el único factor que la hace cuestionar su proximidad a la humanidad
y la verosimilitud de su consciencia. Durante las dos cintas, Ghost in the Shell y Ghost in
the Shell: The Rising, el personaje de Kusanagi no solo se realiza estos cuestionamientos
sobre su Yo, sino que experimenta una serie de experiencias objetivas que median entre su
subjetividad y la realidad, estableciendo un equivalente a la continuidad del código
genético humano a través de la reproducción, que culmina en la consumación de una nueva
identidad, con cuerpo y mente nuevos, resolviendo el problema que sostenía con la
dualidad corpórea, se llama así misma “recién nacida” y constituye referente de un nuevo
tipo de consciencia, trascendente a la humana, la Singularidad Tecnológica, pero aún en
interacción con los tres mundos.

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Bibliografía

 Beorlegui, C. (2007). Filosofía de la mente: Visión panorámica y situación actual.


Realidad: Revista de Ciencias Sociales y Humanidades, (111), 121-160.
 Chalmers, D. (2010). The singularity: A philosophical analysis. Journal of
Consciousness Studies, 17(9-10), 7-65.
 Eccles, J. C., & Popper, K. (1985). El yo y su cerebro. Barcelona: Labor.
 Girón, C. F. C. La singularidad tecnológica: el debate acerca de su posibilidad.
 González, Rodrigo. (2007). EL TEST DE TURING: DOS MITOS, UN DOGMA.
Revista de filosofía, 63, 37-53. Recuperado en 03 de mayo de 2016, de
http://www.scielo.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0718-
43602007000100003&lng=es&tlng=es. 10.4067/S0718-43602007000100003.
 Kurzweil, R. (1999). The age of spiritual machines: When computers exceed human
intelligence. Penguin.
 Kurzweil, R. (2005). The singularity is near: When humans transcend biology.
Penguin.
 Popper, K. (1974). Epistemología sin sujeto cognoscente. Conocimiento objetivo,
108.
 Vallota, A., Jiménez, D., Torres, E. & Vicci, A. (2011). Reflexiones sobre la meta-
técnica. Homenaje a Ernesto Mayz Vallenilla. Editorial Horizonte.

Recursos audiovisuales

 Oshii, M. (director). (1995) Ghost in the shell [cinta cinematográfica]. Japón:


Production I.G
 Nomura, K. (director). (2015) Ghost in the shell: The Rising [cinta
cinematográfica]. Japón: Production I.G

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Anexos

Ghost in the Shell (1995)

Ghost in the Shell: The Rising (2015)

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