Los románticos alemanes curiosamente propusieron una
utopía, una nueva sociedad que fuera
extraordinariamente productiva, creadora, un pueblo de artistas. En cierto modo se desacralizó, pero también vino a ocupar una posición que habían ocupado esperanzas de otro género. Por lo demás, a medida que se ha desarrollado también en la modernidad esta gran liberación del arte, liberación de dependencia de ciertos objetos, de ciertos cultos y vínculos políticos, también se ha comprendido de manera creciente el carácter universal y radical del fenómeno artístico. Esto ha sido visto por los filósofos -por ejemplo Heidegger- o por los antropólogos. El hecho es que conocemos por medio de los estudios antropológicos sociedades supremamente atrasadas como los Nambiquara, que no son capaces de construir chozas, que por la noche arrancan ramas y las ponen del lado en que va a soplar el viento, arman una fogata, y entre las ramas y la fogata duermen sobre el suelo, sin hamacas, sin nada. Sociedades en estadios bastante primitivos y que además son insectívoros, comen grillos y ciertos gusanos; no practican la agricultura. Es decir, con un atraso enorme, pero no conocemos ninguna que lo sea tanto como para que no tenga arte. Los Nambiquara tienen arte, poesía, sobre todo las mujeres son las que tienen poesía. Los Bororo -que son casi tan atrasados como los mismos Nambiquara- tienen dos clases de pintura: la abstracta, que practican las mujeres, y la figurativa que practican los hombres, dos escuelas de pintura que nosotros consideraríamos modernísimas. Lo que ellos practican como pintura abstracta hace parte del tatuaje, el tatuaje se propone en el rostro y en otros sitios del cuerpo una organización de formas y dibujos que son irregulares, pero al mismo tiempo contienen un principio de orden. En cambio, lo que podríamos llamar arte figurativo son represen- taciones en forma casi siempre escultural, y tienen por lo general funciones mágicas: representar a alguien, sea para hacerle conjuros perjudiciales o protectores. Según Levi-Strauss, quien hace el estudio, la pintura abstracta de los Bororo es una utopía social; su sociedad -que funciona muy mal- se organiza en los dibujos de manera que tiene una división matrimonial por clanes, una organización muy perfecta del parentesco, cosa que no les pasa a ellos en la vida; de tal manera que funciona como una representación marcada en su propio cuerpo de lo que para ellos sería un ideal de sociedad, y eso es abstracto, es decir, no representa nada. La universalidad del arte es una cosa que se nos ha hecho cada vez más evidente en nuestras sociedades. Hasta, cierto punto pensamos que los artistas son una parte pequeña, rara, por lo demás no muy cuerda de la sociedad, y además de los artistas están todos los otros, que están en el resto de la división social del trabajo, que no hacen nada con arte.