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Universidad de Manizales

Facultad de Ciencias Sociales y Humanas


Maestría en Educación desde la Diversidad
Seminario Modernidad Sistémico-Compleja

Docente: Arles Fredy Serna

Reflexión realizada por: Alejandra Molina Pérez

Santiago de Cali, abril 7 de 2012


La formación inicial de maestros ha sido objeto de investigación en diferentes

estudios a nivel de Latinoamérica. En la actualidad Colombiana el MEN (Ministerio de

Educación Nacional) atiende el fortalecimiento del Programa de Formación

Complementaria en las Escuelas Normales Superiores como primera instancia para

la formación de los futuros maestros y maestras, en principios pedagógicos como: la

educabilidad, la enseñabilidad, la pedagogía y los contextos, éstos referidos a la

concepción integral de la persona, diseño y desarrollo de propuestas curriculares,

la reflexión del quehacer diario del maestro y los tejidos de relaciones en espacio

y tiempos determinados, respectivamente. Por esto es evidente la necesidad de

contemplar la formación ciudadana como posibilidad de darle sentido a dichos

principios, en un momento histórico donde se requiere una mirada amplia que le

permita a la nueva generación de docentes el reconocimiento del ser humano como

una unidad compleja.

Es aquí cuando llega el interrogante sobre la manera como la nueva

generación de docentes debe formarse en ciudadanía, para que a su vez puedan

hacerlo como parte de su misión de educar, y de vida. Pues de acuerdo con la

propuesta educativa, se espera que los niños y niñas logren desarrollar

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competencias cognitivas, comunicativas, emocionales e integradoras; que les

permitan actuar en la vida diaria tanto personal como pública. Las estrategias para

lograrlo se han realizado desde la educación cívica, la ética, los valores, la moral, la

democracia, la justicia, la práctica política, la psicología, la sociología, la competencia

discursiva e inclusive la administración pedagógica.

Sin embargo es necesario comprender que formar para la formación de

ciudadanos implica abordar e integrar las diferentes dimensiones que como seres

humanos nos constituyen; ya que una de las ideas centrales en la educación actual

es formar teniendo en cuenta los contextos, tejer redes de relaciones entre los

conocimientos; para que educarse tenga verdadero sentido y se logre conciencia

sobre la complejidad de lo humano. Es por esto que el reconocimiento de la

condición humana brinda la posibilidad de formar en ciudadanía.

Este escrito tiene entonces como propósito mostrar la importancia de integrar

en la formación inicial de maestros los siete saberes que se requieren, pues son

parte del saber científico para situar la condición humana, que abren caminos

posibles para la educación del futuro.

En la educación actual es imprescindible que la nueva generación de

maestros comprenda que el conocimiento como construcción humana, explica una

realidad, pero no es el tejido de verdades absolutas, que parte del valor del mismo

son el error y la ilusión. Pues lo que hoy cobra valor es el reconocimiento de la

construcción de conocimiento en medio de la incertidumbre sin dejar de lado la

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certeza en ciertos casos, “tejido de humanidad en construcción, lleno de

incertidumbres en medio de archipiélagos de certeza”.

Uno de los paradigmas que con más fuerza se toma la formación de inicial de

docentes es la búsqueda de verdades inamovibles, de racionalizaciones; ya que se

ha considerado que parte del trabajo del maestro es tener certezas y seguridades,

para tener el control y finalmente reproducir los esquemas bajo los cuales recibió su

formación básica y media o superior.

Por esto la necesidad de abordar en la formación ciudadana de las nuevas

generaciones de maestros, la reflexión sobre el reconocimiento de las ideas como

“cuerpos vivientes” que por ser creaciones humanas son susceptibles también de

conocerse y manejarse, gracias a la racionalidad, la cual conoce los limites de la

lógica. Por esto se puede y debe tomar distancia objetiva de las ideas que intentan

“poseernos”, y por otro lado permitir la entrada de ideas que permitan la crítica,

autocrítica, apertura y complejidad; a partir del conocimiento de las características

que rodean el conocimiento humano, y de esa manera afrontar también el riesgo y el

error, especialmente como ciudadanos.

Se habla entonces de un ciudadano del mundo debido al impacto de la

globalización en la cultura de cada país, a la multiculturalidad y a la pluriculturalidad,

que también viene influenciando y dando pie a que se generen nuevas políticas que

permitan su reconocimiento y manejo. Sin embargo, es necesario considerar que si

la propuesta de formación ciudadana es una política pública a desarrollar; la manera

como el maestro o maestra logre a su vez comprenderla desde su formación

pedagógica, su propia concepción de educar, sus vivencias como ciudadano o

ciudadana, desde su historia de vida; determina en gran parte que los niños y niñas
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atiendan tanto el saber disciplinar como lo social, lo emocional, los valores y en

general lo humano, como parte fundamental en su formación ciudadana; para que

sepan responder a las necesidades y situaciones de su contexto. Es entonces

cuando el maestro o maestra desde su formación inicial necesita comprender que el

conocimiento escolar en la actualidad debe considerar sin falta el contexto, lo global,

lo multidimensional y lo complejo; en términos de detenerse a abordarlos como los

aspectos fundamentales para establecer relaciones y conexiones con las realidades

propias, y tengan así un sentido real para quien forma y para quien está formando.

Esto se traduce en la posibilidad de trabajar con currículos integrados, los cuales se

desarrollen a través de proyectos que reflejen conocimiento en contexto en donde lo

global se refleje en lo particular y en donde se aborden las dimensiones del ser

humano como un “Complexus”

Tradicionalmente en la educación se han desarticulado las dimensiones que

constituyen al ser humano como son la: física, biológica, psíquica, cultural, social e

histórica; con pretensiones de ser estudiadas con mayor precisión y acierto. Es así

como también desde la formación de maestros se ha presentado el conocimiento

separado a través de la disciplinas, desconociendo que la naturaleza humana es una

unidad compleja que necesita ser abordada en conjunto para que tenga verdadero

sentido; es decir se debe construir un saber real y consciente sobre la condición

humana como fundamento para ser un ciudadano consciente de su compromiso

consigo mismo y con la sociedad de la cual es parte.

Por lo tanto es necesario comprender que la relación en constante movimiento

entre las triadas planteadas por Morin (1999) cerebro-espíritu-cultura, razón- afecto-

impulso e individuo-sociedad-especie; unidos a la unidualidad biología y cultura; las


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cuales son claves para comprender la condición humana y en ese camino reconocer

lo que implica la formación ciudadana.

Así el trabajo en las diferentes disciplinas escolares se puede lograr desde el

contexto de la condición humana, pues éste permite reconocer la integración de

conocimientos sobre lo que significa ser “humano”; la conciencia de sí mismo y al

mismo tiempo desde la diferencia, reconocer la identidad común desde la cual hay

que aprender a valorar la diversidad.

En el camino de la formación de ciudadanos del nuevo milenio es necesario

pensar y proponer soluciones que con acierto atiendan las situaciones y problemas

del momento histórico. Se requiere como lo expresa Morín (1999) tener un amplio

conocimiento sobre la condición humana y la condición del mundo humano.

Por esto es necesario que la nueva generación de docentes contemple el

conocimiento de la historia del planeta, su evolución y lo que depara el futuro. Que se

reconozca en los proyectos escolares el contexto y en ellos la necesidad de una

conciencia antropológica para comprender la unidad y diversidad humana que va

más allá del género, la raza, la lengua, la cultura y las sociedades. La necesidad de

una conciencia ecológica que pone al ser humano al mismo nivel de los demás seres

vivientes como posibilidad de cohabitar, coexistir y convivir con las demás especies.

La necesidad de una conciencia cívica terrenal que permita convivir

responsablemente con la propia especie. La necesidad de una conciencia espiritual

para que el ser humano logre comprenderse a si mismo y a los demás.

En general que la nueva generación de maestros sea consciente que formarse y

formar ciudadanos remite a la idea constituirse más allá de lo local, regional,

nacional; significa formarse como ciudadano del mundo, comenzando por el propio
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contexto. Es decir que la consciencia de ciudadanía se construya en el entorno

inmediato pero que tenga los elementos suficientes para trascienda las fronteras y

permita entender que la especie humana, al ser parte del planeta deben

comprometerse y responsabilizarse de todo y de todos, para cambiar el rumbo

destructivo que parece inminente.

En el intento de que la nueva generación de docentes comprenda que

formarse como ciudadano es un propósito que va desde el contexto inmediato y

trascienda al global; es necesaria la orientación clara de que la incertidumbre es

parte de la gran aventura humana y por esto es inevitable. Por tal razón no debe

considerarse una amenaza ante la cual quedar impotentes; si no por el contrario,

verla como una oportunidad para modificar la realidad, ya que es una construcción

humana. Esto a través de la toma de decisiones, la consciencia sobre el riesgo y la

propuesta de estrategias que lleven a la comprensión de las acciones sociales, lo

que esto genera y por ende tener un conocimiento más amplio de la condición de lo

humano.

En la formación de ciudadanía, la comprensión frente a lo humano es

fundamental, ya que necesariamente deben asumirse las dos comprensiones

planteadas por Morín (199) como son la intelectual u objetiva, a partir de la cual la

explicación de lo que significa ser ciudadano y los propósitos que conlleva, permite

entender la ciudadanía como un acto de conciencia. Pero la comprensión humana

intersubjetiva es la que finalmente va más allá de lo explicativo y se ubica en el plano

del sujeto- sujeto. Donde la comprensión hacia el otro lleva a una comunicación

donde debe tener lugar la consideración como humanos, y por esto entender que el

“otro” es una parte de uno mismo con quien hay identificación y que al mismo tiempo
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permite el reconocerse a sí mismo. Por lo tanto la comprensión sobre la necesidad

de comunicarse de manera abierta, ética y con tolerancia permite una mayor

comprensión de lo que significa ser ciudadano.

Finalmente la ética del género humano es la que permite en mayor medida la

formación en ciudadanía, ya que la conciencia sobre la triple realidad que menciona

Morín (1999)de que el ser humano es a la vez individuo, sociedad y especie; hace

que desde la educación se apueste porque el individuo sea más un sujeto, para que

tenga conciencia de su pertenencia a la especie humana y a partir de su autonomía,

de lo que hace y por qué lo hace, establezca relaciones democráticas y logre la

regulación social. Y de esta manera comprenda que la patria no sólo es el territorio

donde se encuentra, si no que lo es el planeta.

La condición humana es entonces el contexto propicio para formar en

ciudadanía a la nueva generación de maestros, ya que permite desde las diferentes

disciplinas y dimensiones comprender la posibilidad de integrar el conocimiento,

construir relaciones y hacer consciencia sobre la unión entre la “unidad y la

diversidad de todo lo que es humano”. Permite que sean conscientes que formarse

como formadores de ciudadanos conlleva una gran responsabilidad, pues se trata de

llevar la educación de la niñez al plano de la complejidad y eso significa romper los

paradigmas desde los cuales también ellos fueron formados en la educación básica.

Pero que también que vale la pena apostar a transformaciones personales y sociales

a partir de acciones pedagógicas que trasciendan la propuesta educativa de la

formación ciudadana en el país, pues se trata es de formar ciudadanos terrestres que

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logren ver en la complejidad humana su oportunidad de habitar, transformar el

planeta con nuevas propuestas y ver la unidad en el todo y el todo en la unidad.

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