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Recursos Energéticos no Convencionales

UNIVERSIDAD TÉCNICA DE AMBATO

FACULTAD DE INGENIERÍA CIVIL Y MECÁNICA


CARRERA DE INGENIERÍA MECÁNICA

“RECURSOS ENERGÉTICOS NO CONVENCIONALES”

DÉCIMO SEMESTRE
PARALELO: A

ALUMNO:

Pomaquero Gustavo

TEMA:
CAMBIO CLIMÁTICO Y ENERGIAS RENOVABLES

FECHA:
06/04/2018
Recursos Energéticos no Convencionales

CAMBIO CLIMÁTICO Y ENERGIAS


RENOVABLES
Pomaquero Gustavo, Décimo A, Facultad de Ingeniería Civil y Mecánica, Carrera de Ingeniería
Mecánica. Ing. Mg. Jorge Luis Yunapanta

INTRODUCCIÓN

La presente investigación abarca una serie de temas relacionados al cambio climático


y los efectos que ha producido a través del tiempo, debido al abuso de los recursos
hidrocarburiferos, donde la mayor parte de la energía producida por estos se
direcciona industrias manufactureras y de trasporte, lo que originado desde años
remotos la elevación de la temperatura media global del planeta, teniendo así efectos
perjudiciales para varios sectores del planeta, todos estos efectos se traducen en un
cambio climático que ha originado catástrofes como huracanes, deshielos y
variaciones extremas de temperatura, dichos efectos han ido aumentando desde la
explotación petrolera, los esfuerzos de mitigación de los efectos producidos por el
calentamiento global han desembocado en propuestas de las naciones sobre convenios
y reglamentos que dan gran protagonismo al uso de energías renovables para
incorporarlos al sistema energético, y rechazar la dependencia de los recursos no
renovables, que han sido la causa en gran parte de los gases de efecto invernadero que
producen la variación climática en el planeta. Es así, que se desarrolla la temática en
este trabajo sobre las definiciones e importancia de los factores que influyen en el
cambio climático haciendo énfasis en ciertas medidas preventivas para evitar el uso
excesivo de energía y permitir el desarrollo de la tecnología renovable.
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DESARROLLO

1. Desarrollo Sustentable y Cambio Climático

El cambio climático como problema ambiental global se compone de una serie de


transformaciones en el clima que no son naturales y que alteran a todos los
componentes del sistema climático. El cambio climático global es atribuido a las
actividades humanas relacionadas con la quema de combustibles fósiles,
principalmente. La contaminación del aire por diversas fuentes altera la composición
de la atmósfera, incrementando el efecto invernadero, que está asociado al aumento
de gases de efecto invernadero. [1]
Los trabajos realizados hasta finales del siglo XX dan cuenta de cambios en diferentes
variables que caracterizan al clima. Hoy en día no queda duda de que la temperatura
global del planeta está aumentando y de que los regímenes de lluvia están cambiando.
Si bien es cierto que en escalas de tiempo de miles o millones de años las
concentraciones en gases de efecto invernadero cambiaron considerablemente de
manera natural, produciendo sustanciales variaciones de temperatura, estas se
produjeron en muchos millones de años. Incluso los ciclos de las glaciaciones en el
planeta requieren miles de años. Nunca como ahora, cambios drásticos en el clima se
produjeron en escalas tan cortas de tiempo. De mediados del siglo XIX a la fecha, la
actividad humana ha resultado en aumentos globales de la temperatura del orden de
0.6°C ±0.2°C en 2001. [3]
Los cambios en la intensidad de los rayos solares no son los culpables del reciente
calentamiento global y, en todo caso, las variaciones solares en los últimos 20 años
podrían haber contribuido a un enfriamiento de la Tierra, según recoge un informe
hecho público el miércoles 11 de julio 2007 elaborado por un equipo de científicos de
varios países. [2]
Los hallazgos añaden más evidencias de que es la actividad humana, y no causas
naturales, la que ha provocado un aumento de la temperatura mundial, que se espera
que alcance su segundo mayor nivel este año desde que se establecieran los registros
en 1860. [2]
El desarrollo sustentable satisface las necesidades del presente, sin comprometer la
capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades. Se
revisa el significado del desarrollo sustentable como una alternativa para progresar
sin dañar al ambiente, actuar ante la problemática ambiental y promover acuerdos
entre naciones, y sobre todo entre seres humanos, ante la gravedad de la crisis. [1] Es
decir que, en la distribución de los beneficios del desarrollo de los países, se tome en
cuenta a todos los habitantes y se consideren las necesidades de las generaciones
futuras. Además, es necesario vivir y crecer como sociedad, manteniendo la base
natural del desarrollo, y Se debe progresar al tiempo de cuidar los ecosistemas y dejar
posibilidades para que se desarrollen las próximas generaciones.
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El desarrollo sustentable no es un modelo


terminado, por lo que no se trata de una
receta en la que se deban seguir pasos para
resolver los problemas creados durante
años de sobreexplotación de la naturaleza,
sino más bien, incluye varias ideas que
orientan a los países para cambiar su
forma de desarrollarse, de acuerdo
a sus posibilidades y
necesidades. Para planear esta nueva
forma de desarrollo se toman en cuenta los
ejes de la sustentabilidad:
Sociedad, Economía y Ambiente.
Social: Significa atender necesidades de grupos marginados, crear igualdad de
oportunidades para la salud, la educación y el empleo, entre otras.
Económico: Significa disminuir condiciones de pobreza mediante la distribución
equitativa de los beneficios del crecimiento económico.
Ambiental: Significa que, en la realización de todas las actividades humanas, se
cuiden los recursos naturales, tomando en cuenta su capacidad de regeneración, la
permanencia de ciertos recursos y que se logren manejar los desechos que el ambiente
pueda asimilar o degradar. [1]
El desarrollo sustentable busca el equilibrio entre estas tres partes, pues intenta
enfrentar al mismo tiempo las necesidades de conservación del ambiente con las de
los grupos marginados de la sociedad y las necesidades de crecimiento económico,
pero deben de avanzar todas al mismo tiempo.
En términos de sostenibilidad, desarrollar planes apropiados de planificación
socioeconómica que integren la exposición acumulativa de los archivos a los patrones
climáticos futuros es de importancia crítica para salvaguardar a la sociedad y su
patrimonio. [4]
La relación del desarrollo sustentable con el cambio climático es muy importante dado
que el cambio climático, como problema ambiental global, plantea retos adicionales
en la construcción de un nuevo tipo de desarrollo para las sociedades humanas. Ahora
el desarrollo y el progreso humano deben lograrse bajo condiciones difíciles
relacionadas con el clima. Hay que tomar en cuenta ciertos elementos clave para
avanzar hacia un mundo sustentable, los cuales son la población, la educación y la
comunicación, la producción, y la tecnología. Modificar algunos de estos elementos
puede provocar cambios rápidamente, como en el caso de la tecnología o la
producción, mientras que a la educación le tomará más tiempo verse reflejada en la
sociedad; pero sin duda los cambios serán efectivos y perdurables.
Los elementos más importantes para generar cambios importantes son la producción
y la tecnología en el primero se deberá generar bienes y servicios con el mínimo o
nulo daño al ambiente en los procesos productivos, lo que permitirá reducir la quema
de combustibles fósiles mientras que en el segundo se convendrá buscar nuevas
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formas para elaborar productos y alimentos y desarrollar una cultura de industria


limpia y tecnológicamente eficiente.
2. Calentamiento Global

El termino calentamiento global se refiere al aumento gradual de las temperaturas de


la atmosfera y océanos de la Tierra que se ha detectado en la actualidad, además su
continuo aumento que se proyecta hacia el futuro. Según el Quinto Informe de
Evaluación (AR5) del Panel Intergubernamental
sobre Cambio Climático (IPCC), el sistema
climático se ha estado calentando
inequívocamente, con un aumento de la
temperatura de 0,85 (0,65 a 1,06) ° C durante el
período 1880-2012. Los extremos climáticos
también han variado junto con el clima más cálido
de las últimas décadas; y estos
extremos tienen influencias de gran alcance sobre el medio ambiente y la degradación
del ecosistema y el desarrollo sostenible de la economía y la sociedad, y pueden llevar
a miles de personas a una pobreza extraordinaria. En los últimos años, utilizando los
datos diarios de temperatura y precipitación, el Equipo de Expertos en Detección e
Indicios de Cambio Climático (ETCCDI) presentó un conjunto de índices climáticos
extremos, que se han aplicado ampliamente para facilitar la investigación de los
extremos climáticos a nivel mundial y regionalmente. Se han prestado gran atención
a varios umbrales de calentamiento global para evitar que el sistema climático se vea
perturbado por la interferencia antropogénica; por ejemplo, esto incluye los 2 ° C y
un objetivo más ambicioso de 1.5 ° C. De forma alarmante, el aumento de la
temperatura media mundial proyectado podría superar los 4 ° C en el siglo XXI. En
consecuencia, los cambios en climas extremos asociados con diferentes objetivos de
calentamiento global han sido investigados ampliamente, los estudios anteriores se
centraron únicamente en las tendencias y los patrones espaciales de los cambios
climáticos extremos en un determinado umbral o en diferentes objetivos de
calentamiento global. Entonces, surge una pregunta clave sobre cómo los extremos
climáticos se agrandan con un calentamiento global constante y continuo. [2]
Generalmente, se fija el límite de 2°C de elevación de la temperatura sobre la media
de la era preindustrial. Llegar a este nivel implica serios impactos sobre los
ecosistemas y las personas. Por ejemplo, podría disparar el proceso de fusión de
Groenlandia y el colapso de la selva amazónica. Este nivel probablemente provocaría
un mayor calentamiento puesto que estimularía a los sistemas naturales para que
liberaran de gases de invernadero. Este es el límite adoptado como objetivo por la
ONU y la Unión Europea. [2]
La temperatura está relacionada con la concentración de gases de invernadero. Esta
concentración se expresa en generalmente en CO2-equivalente Esta relación no es
matemática, es decir no se puede afirmar que una determinada concentración suponga
una temperatura media concreta, sino que la relación se expresa en términos de
probabilidad. [2]
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El reciente informe del IPCC recoge que una concentración de 510 partes por millón,
ppm, de CO2eq nos da un 33% de probabilidades de evitar que la temperatura
sobrepase los 2°C. Una concentración de 590 ppm sólo nos daría un 10% de
probabilidades.

La actividad humana ha cambiado la composición de esta mezcla de gases que


compone la atmósfera, así la presencia de CO2 ha pasado de 0,028% (lo que es igual
280 partes por millón en volumen, ppmv, en la era preindustrial) a los 383 ppmv
actuales creciendo a un ritmo de 1,9 ppmv por año. [3]
También han aumentado notablemente las concentraciones globales en la atmósfera
de metano y óxido nitroso como resultado de las actividades humanas desde 1750, y
exceden, con mucho, los valores preindustriales determinados por testigos de hielo
que abarcan varios miles de años Los incrementos de las concentraciones de dióxido
de carbono son debidos fundamentalmente a los combustibles fósiles, al uso y cambio
de uso de suelo, mientras que los aumentos en las concentraciones de metano y óxido
nitroso se deben principalmente a la agricultura. (Tomado del último informe del
IPCC, AR4 Grupo de trabajo I) la concentración atmosférica de dióxido de carbono
en 2005 excede, con mucho, el rango natural de los últimos 650.000 años (180 a 300
ppmv) según muestran los testigos de hielo. [3]
La fuente primaria del incremento en la concentración de dióxido de carbono en la
atmósfera desde la era preindustrial es el uso de combustibles fósiles, junto con los
usos del suelo que suponen una contribución significativa pero más pequeña. La
concentración atmosférica global de metano aumentó de un valor preindustrial de 715
ppbv a 1760 en los primeros noventa y es 1774 ppbv en 2005. La concentración
atmosférica de metano en 2005 supera con mucho el rango natural de los últimos
650.000 años (320 a 790 ppbv) según muestran los testigos de hielo.
La concentración de óxido nitroso en la atmósfera ha aumentado desde 270 ppbv
(valor preindustrial) a 319 ppbv en 2005.
El incremento de la concentración de estos gases está colaborando a aumentar el
efecto invernadero producido por la atmósfera y provoca el incremento de la
temperatura media de la Tierra. [2]
Sobre los efectos del calentamiento global se dice que para la formación de un huracán
se necesita que la temperatura de la superficie de mar sea superior a 26.5°C, que exista
un nivel muy alto de humedad, que se enfríe rápidamente al ascender y que soplen
vientos suaves del oeste. El calentamiento global incide claramente en los dos
primeros factores, de ahí que ambos fenómenos estén relacionados. Siguiendo varios
estudios, de los datos disponibles no se puede deducir que la frecuencia de los
huracanes sea una consecuencia del calentamiento global, pero otros estudios sí que
relacionan la fuerza de los mismos con el calentamiento.
No debe ser ajeno al debate de si existe o no correlación entre los huracanes y el
cambio climático la devastación que el huracán Katrina causó en Nueva Orleans.
Asumir esta relación supondría asumir también que las muertes y pérdidas de Nueva
Orleans eran motivadas por las emisiones de su mismo país y responsabilizar de ello
a una administración que se niega a ratificar el Protocolo de Kyoto, y que hasta hace
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unos meses negaba que las emisiones antrópicas de CO2 estuvieran provocando un
calentamiento en la Tierra. [3]
3. Efecto Invernadero
Se denominan gases invernadero o gases de efecto invernadero, GEIs, a los gases
cuya presencia en la atmósfera hace posible el efecto invernadero, Sin este efecto
sería imposible la vida en la Tierra. Las actividades humanas han ido
incrementando la cantidad y proporción de estos gases en la atmósfera. La gran
mayoría de ellos procede de la quema de combustibles fósiles. Dentro del grupo
se incluyen los siguientes: [5]

• Vapor de agua
• Dióxido de carbono, CO2, (
75%)
• Metano, CH4, (18%)
• Óxidos de nitrógeno, NOx, (9%)
• Ozono, O3, y
• Clorofluorocarburos (artificiales)

Ordenados de mayor a menor responsabilidad en la producción de este efecto. Los


tanto por ciento, entre paréntesis, representan su importancia en el forzamiento
radiativo.
Los niveles de gases de efecto invernadero (GEI) han aumentado y descendido
durante la historia de la Tierra, pero han sido bastante constantes durante los
últimos miles de años. Las temperaturas medias globales se han mantenido
bastante constantes también durante este periodo de tiempo hasta hace poco. A
través de la combustión de combustibles fósiles y otras emisiones de GEI, los
humanos están aumentando el efecto invernadero y calentando la Tierra. Los
científicos a menudo utilizan el término “cambio climático” en lugar de
calentamiento global. Esto es porque, dado que la temperatura media de la Tierra
aumenta, los vientos y las corrientes oceánicas mueven el calor alrededor del
globo de modo que pueden enfriar algunas zonas, calentar otras y cambiar la
cantidad de lluvia y de nieve que cae. Como resultado, el clima cambia de manera
diferente en diferentes áreas. [5]
La temperatura media global y las concentraciones de dióxido de carbono (uno de
los principales gases de invernadero) han fluctuado en un ciclo de cientos de miles
de años conforme ha ido variando la posición de la Tierra respecto del sol. Como
resultado, se han producido las diferentes edades de hielo.
Sin embargo, durante miles de años, las emisiones de GEI a la atmósfera se han
compensado por los GEI que se absorben de forma natural. Por lo tanto, las
concentraciones de GEI y la temperatura han sido bastante estables. Esta
estabilidad ha permitido que la civilización humana se haya desarrollado en un
clima consistente.
En ocasiones, otros factores tienen una influencia breve sobre la temperatura
global. Las erupciones volcánicas, por ejemplo, emiten partículas que enfrían
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temporalmente la superficie de la Tierra. No obstante, éstas no tienen un efecto


que dure más de unos cuantos años. Otros ciclos, como El Niño, también se
producen de manera breve y en ciclos predecibles. [5]

Ahora los humanos han aumentado la cantidad de dióxido de carbono en la


atmósfera más de un tercio desde la revolución industrial. Estos cambios tan
significativos se han producido históricamente en el trascurso de miles de años,
pero ahora se producen en tan solo unas décadas.
El rápido aumento de los gases de invernadero es un problema porque está
cambiando el clima tan rápido que algunos seres vivos no pueden adaptarse.
Igualmente, un clima nuevo y más impredecible impone desafíos únicos para todo
tipo de vida. [6]
Históricamente, el clima de la Tierra ha oscilado entre temperaturas como las que
tenemos en la actualidad y temperaturas tan frías que grandes capas de hielo
cubrían la mayor parte de Norteamérica y Europa. La diferencia entre las
temperaturas globales medias y durante las edades de hielo tan solo es de 9 grados
Fahrenheit y estas oscilaciones se produjeron lentamente, durante el trascurso de
cientos de miles de años.
En la actualidad, con las concentraciones de gases de invernadero aumentando,
las capas de hielo que permanecen en la Tierra (como Groenlandia y la Antártida)
también comienzan a derretirse. Esta agua sobrante podría hacer que aumente
considerablemente el nivel del mar.
Conforme sube el mercurio, el clima puede cambiar de forma inesperada. Además
del aumento del nivel del mar, las condiciones meteorológicas pueden pasar a ser
más extremas. Esto implica tormentas mayores y más intensas, más lluvia seguida
de sequías más prolongadas e intensas (un desafío para los cultivos), cambios en
los ámbitos en los que pueden vivir los animales y pérdida del suministro de agua
que históricamente provenía de los glaciares.
Los científicos ya están observando que algunos de estos cambios ocurren más
rápido de lo que esperaban. Según el Grupo Intergubernamental de Expertos para
el Cambio Climático, once de los doce años más calurosos desde que se tienen
registros se produjeron entre 1995 y 2006.[6]

De hecho, el año 2015 fue el año más cálido desde que existen registros, que
arrancaron en 1880. Así lo corroboró la Administración Nacional Oceánica y
Atmosférica de Estados Unidos (NOAA) y la NASA en su informe anual.
Además, el mes de diciembre de 2015 fue el más cálido de los últimos 136 años.
Durante el pasado año la "temperatura promedio global" de las superficies
terrestre y oceánica estuvo 0,9 grados Celsius por encima del promedio del siglo
XX, alcanzando los 13,9 grados centígrados. Aún más, diez de los doce meses de
2015 registraron temperaturas récord.
La mayor parte del calentamiento global se ha dado en los últimos 35 años,
coincidiendo con el aumento de la emisión de gases de efecto invernadero por
parte del hombre, según ha señalado la NASA.[6]
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4. Causas del Cambio Climático

La evolución del clima a lo largo de periodos más o menos largo de años depende de
los efectos de la suma de los originantes naturales y de los derivados de la actividad
humana, o antropogénicos, y especialmente los denominados gases de efecto
invernadero (en adelante GEI). [7]
El análisis de las causas del cambio climático debe considerar, en primer lugar, los
originantes del cambio climático, con especial referencia a los GEI (Gases Efecto
Invernadero), responsables de una cadena de acontecimientos que van desde la
emisión de los mismos, el aumento de su concentración en la atmósfera con el
consiguiente forzamiento radiativo, y sus consecuencias en forma de respuesta
climática manifestada en cambios así inducidos, tanto en los distintos ecosistemas
naturales y gestionados, como en la propia salud del hombre. La sensibilidad climática
y los retroefectos del clima pueden potenciar o reducir el efecto de determinados
agentes de forzamiento radiativo. A partir de estos datos y, de acuerdo con el modelo
de tratamiento de las incertidumbres, se puede efectuar una atribución de las causas
del cambio climático. [7]
Al margen del efecto invernadero natural, al que nos hemos referido, es evidente que
son las actividades humanas las principales responsables de aumento de la
concentración de atmosférica de los gases efecto invernadero (GEI) entre los que
destacan dióxido de carbono, vapor de agua, metano, óxidos de nitrógeno, y productos
halocarbonados, que aportan flúor, cloro y bromo, además de muchos aerosoles. [7]

Los cambios en la corteza terrestre, fundamentalmente relacionados con las


actividades agrícolas, ganaderas y de la explotación de las selvas y los cambios en las
radiaciones solares amplifican los impactos en el sistema climático. Todos ellos,
además de ser los principales factores originantes del cambio climático, condicionan
la absorción, la dispersión y las emisiones de radiaciones de la atmósfera y la corteza
terrestre, y como consecuencia de todo ello se produce una alteración de los balances
energéticos de todo el sistema climático. Está demostrado que el desarrollo
socioeconómico, en su más amplio sentido, la evolución demográfica, las pautas de
producción y consumo, los adelantos tecnológicos y otros factores, son los principales
responsables de las emisiones de GEI y aerosoles a la atmósfera y sus concentraciones
en la misma y consecuentemente originantes del cambio climático. Este se manifiesta
en forma de aumento de la temperatura global, de cambios en las precipitaciones, de
elevación del nivel del mar y de la mayor incidencia de acontecimientos climáticos
extremos y todo ello condiciona los correspondientes impactos en recursos hídricos,
ecosistemas, asentamientos urbanos, seguridad alimentaria y en la salud humana. A
partir de ahí se establece ya un círculo vicioso, puesto que todos estos impactos, a su
vez, van a incidir sobre el desarrollo socioeconómico. Lo más relevante es que ante
tal situación, solo caben dos tipos de acciones, las de las de mitigación cuyo fin es
reducir las emisiones que reducirían el cambio climático y sus correspondientes
impactos, o las de adaptación a los cambios, cuando no puedan evitarse los impactos,
minimizando así la vulnerabilidad. [8]
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La medición de la influencia de la emisión de Gases Efecto Invernadero (GEI) en el


calentamiento de la atmósfera se realiza por medio del denominado forzamiento
radiativo (no radiactivo), como indicador de la influencia de un determinado factor en
el balance energético de la entrada/salida de energía en el sistema tierra-atmósfera. El
calentamiento de la tierra, de los mares y la atmósfera no tiene otro origen más que la
diferencia entre la energía que entra en la atmósfera y en el sistema tierra – océano, y
la que sale de ellos. En general se utiliza como patrón el forzamiento radiativo por
anhídrido carbónico, expresado en watios por metro cuadrado. Al utilizar como
referencia el forzamiento radiativo por carbónico, es necesario conocer que la emisión
de carbónico equivalente es la cantidad de emisión de CO2 que ocasionaría el mismo
forzamiento radiativo integrado a lo largo del tiempo que una cantidad emitida de GEI
de larga permanencia o mezcla de ellos. Esa medición debe hacerse en un horizonte
temporal dado que, de acuerdo con el Convenio Marco de la ONU para el cambio
climático, se establece en 100 años. [8]
De igual forma hay que tener presente que la concentración de carbónico equivalente,
es la concentración de CO2 que ocasionaría el mismo forzamiento radiativo que una
mezcla dada de este gas y otros agentes de forzamiento.
La concentración atmosférica de GEI (gases efecto invernadero) se han incrementado
de forma notable desde la era industrial (1750), se ha acelerado de forma preocupante
a partir de 1970 y hasta el año 2004, alcanzando una tasa en este último periodo del
70%.
El dióxido de carbono es el GEI más importante, y el mayor contribuyente al
calentamiento atmosférico. Su emisión se ha incrementado entre 1970 y 2004 en un
80%, pasando de 21 a 30 Gt (Gigatoneladas), representando el 77% de todas las
emisiones de GEI. Lo más preocupante es que mientras en el periodo 1970-1994 las
emisiones de CO2-equivalente se incrementaron a un ritmo de 0,43 gigatoneladas por
año, en la década 1995-2004 ese incremento alcanzo las 0,92 gigatoneladas anuales.
Desde la era preindustrial, la concentración atmosférica de dióxido de carbono pasó
de 280 a 379 p.p.m. y la de metano que, desde la era industrial hasta 1990, creció
exageradamente, pasando de 715 a 1732 p.p.m., enlenteciéndose luego su
crecimiento, hasta situarse en el año 2005 en 1.774 p.p.m. Entre dióxido de carbono
y metano excedieron en el año 2005 los intervalos de valores de los últimos 650.000
años, y estos dos, junto con los óxidos de nitrógeno exceden en la actualidad, con
mucho, los valores preindustriales. El efecto neto de las actividades humanas desde
1750 ha sido un incremento de la temperatura con un forzamiento radiativo neto de
1,6 W/metro cuadrado.
Las emisiones mundiales anuales de GEI antropógenos han pasado de 24
Gigatoneladas de carbónico equivalente al año en 1970 a 49 en el año 2004, lo que
supone un incremento superior al 100%, siendo el CO2 el que representa la mayor
proporción. [8]
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5. Impactos del Cambio Climático

Pérdida de bosques, selvas y otros ecosistemas naturales. La deforestación se


relaciona principalmente con el cambio de uso del suelo que se hace para contar con
más áreas de cultivo, para la ganadería extensiva, o bien, para establecer pueblos y
ciudades. La deforestación, que ya por sí sola representa un problema, trae consigo
otro proceso no menos importante como la pérdida de suelo, mejor conocido como
erosión.
Disminución de la riqueza o desaparición de paisajes y ecosistemas terrestres o
marinos, además de poblaciones de plantas y animales, lo que se conoce como pérdida
de la biodiversidad.
Daño a los recursos hídricos, ocasionado por la contaminación y la sobreexplotación
de ríos, lagos y acuíferos; así como por el inadecuado manejo y cuidado del agua. Esta
condición también es conocida como crisis del agua.
Pérdida de suelo fértil, relacionada con prácticas agropecuarias inadecuadas que
ocasionan contaminación y degradación de las tierras.
Contaminación del aire que ha ocasionado cambios en la composición de la
atmósfera y está relacionada con el calentamiento del planeta.
Cada uno de estos fenómenos de deterioro ambiental tiene impactos sobre los sistemas
naturales y sobre las actividades humanas. La crisis ambiental se forma, no sólo por
los efectos que tiene cada uno de los procesos que la componen, sino, además, por la
acción combinada y acumulada de todos ellos sobre el entorno natural y social. [1]

Nivel mundial

• Emisiones anuales de contaminantes como el bióxido de carbono (CO2)


cuadriplicadas desde 1950. Máximas concentraciones atmosféricas de CO2 desde
hace 160,000 años.
• Deforestación anual de 13 millones de hectáreas (97% en los trópicos).
• En la última década desaparecieron sistemas forestales completos en al menos 25
países y en otros 29 países disminuyeron en un 90%.
• Se pierden cada año 7.8 millones de hectáreas de bosques por el cultivo de
subsistencia en laderas y por pérdidas del rendimiento en tierras degradadas.
• 20% de la población sin acceso a agua de buena calidad para beber y 50% carece
de sistema de saneamiento hidráulico.
• La degradación del suelo afecta al 84% de las tierras de cultivo del mundo,
aproximadamente 1,900 millones de hectáreas de tierras degradadas.
• Extinción de especies sin precedente, pérdida cercana a 17,500 especies cada año,
entre 1,000 y 10,000 veces mayor que antes de la intervención humana. [1]
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Región de América Latina y el Caribe

• Entre 1990 y 2005 la región perdió casi 64 millones de hectáreas,


aproximadamente un 7%, de su superficie forestal.
• Pérdida forestal de 4.7 millones de hectáreas por año en el periodo 2000- 2005,
con una tasa de deforestación del 0.5% anual, lo que equivale a un tercio de la
deforestación mundial. Todos los países de América del Sur registraron una
pérdida neta en la superficie forestal en el periodo, excepto Chile y Uruguay.
• En términos porcentuales, América Central tiene una de las mayores tasas de
desaparición forestal del mundo, más del 1% anual en el período 2000-2005.
• Altas tasas de deforestación en la década de los años noventa en Argentina,
México y Brasil.
• En la Amazonía brasileña aumentó 32% la tala de árboles durante los años
noventa. Los índices de deforestación se duplicaron entre 2000-2005.
• En Bolivia se deforestan 300,000 hectáreas cada año.
• La pérdida de hielo del manto de la Antártica Occidental aumentó 60% en el
decenio 1997-2006. La pérdida en la Península Antártica aumentó 140%.
• La región contiene una cuarta parte de las zonas áridas y desérticas del mundo, de
las que 250 millones de hectáreas están afectadas por desertificación.
• En América del Sur 68.2 millones de hectáreas están afectadas por pérdida de
nutrientes del suelo.
• El 86% de aguas residuales llega sin tratar a ríos y mares. En el Caribe la cifra es
de 90%. [1]

Efectos Probables en Ecuador

• Temperaturas fluctuantes, incluyendo extremo calor en invierno;


• Pérdida de producción agrícola y forestal debido a los cambios en los parámetros
climáticos;
• Incremento de riesgo de inundaciones en las zonas costeras bajas, incluyendo el
Golfo de Guayaquil y Jambelí;
• Incremento en el impacto a los caminos, puentes, edificios e infraestructura en
general debido al cambio de las condiciones climáticas;
• Más aislamiento de las comunidades alejadas en épocas de fuertes precipitaciones;
• Riesgo de colapsar la distribución del agua y evacuación de las aguas en zonas
costeras, incluso llegar a desabastecimiento del agua y sequías severas;
• Riesgo de contaminación en el agua debido al incremento de bacterias,
organismos vivos, tormentas o inundaciones intempestivas, por pérdida de fuentes
de agua, otros;
• Pérdida de biodiversidad sensible a los cambios de temperatura;
• Daño y pérdida del hábitat de la vida salvaje. [8 [1]]
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6. Mitigación del Cambio Climático


Con el fin de evitar las repercusiones más graves del cambio climático, los países
firmantes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio
Climático (CMNUCC) acordaron limitar el aumento de la temperatura media
mundial con respecto a la época preindustrial a menos de 2 °C. Para lograr este
objetivo, será necesario que las emisiones mundiales de gases de efecto
invernadero alcancen su nivel máximo lo antes posible y que empiecen a reducirse
a partir de ese punto. Las emisiones globales deberían reducirse en un 50 % con
respecto a los niveles de 1990 de aquí al año 2050, y alcanzar la «neutralidad de
carbono» antes de final de siglo. La Unión Europea apoya el objetivo de la
CMNUCC y, para 2050, tiene intención de haber reducido sus emisiones de gases
de efecto invernadero entre un 80 y un 95 % con respecto a los niveles de 1990.
Estos altos niveles de reducción de las emisiones tienen en cuenta la menor
reducción necesaria aplicable a los países en desarrollo.
Realmente el Plan Global es reducir las emisiones de Gases de Efecto
Invernadero, que se traducen en una serie de iniciativas y acciones que la
comunidad puede realizar en Ecuador, así tenemos:
La mayoría de las emisiones desde las casas provienen de los combustibles fósiles
usados para generar electricidad y calor y/o frío. Usando energía más
eficientemente en casa se reducen nuestras emisiones y la planilla mensual de luz
probablemente en un 30%.
• Cambiarse a focos ahorradores de luz (de focos incandescentes a fluorescentes)
que usan 60% menos energía que uno regular;
• Cambiar el termostato de los aires condicionados o calentadores en 2 grados;
• Cambiar los filtros de aire de los aires condicionados;
• Escoger artefactos eléctricos, en el momento de comprarlos, que sean eficientes
energéticamente. Buscar por el sello que indica;
• Usar menos agua caliente, se necesita mucha energía para calentarla, y prender el
calentador sólo 20 minutos;
• Secar la ropa al sol o en una secadora a gas;
• Apagar los aparatos electrónicos cuando no se estén usando (TV, computadora,
DVD, equipo de sonido);
• Desconectar los aparatos electrónicos de los enchufes, hay muchos que, aunque
se apaguen siguen consumiendo energía como los cargadores de celulares, los
secadores de pelo, y hasta Televisores;
• Reciclar en casa papeles, vidrio, fundas plásticas;
• Comprar productos de papelería reciclados, ahorras hasta un 70% de energía en
hacerlos y previenes la deforestación;
Recursos Energéticos no Convencionales

• Planta un árbol, absorben una tonelada de CO2 de por vida y la sombra de los
árboles puede reducir el consumo de aire acondicionado;
• Cambiar, si se puede, a energías limpias como fotovoltaica, a gas, eólica, etc.;
• Adicionalmente, desde que la agricultura es responsable de cerca de un quinto de
las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero, podemos reducir nuestras
emisiones simplemente fijándonos en lo que comemos:
• Alimentos con menos envolturas;
• Productos orgánicos;
• Comprar productos locales o tener un huerto. Los productos agrícolas que se
consumen en casa se transportan desde muy lejos, si hay la opción de comprar la
producción de locales, hacerlo;
• Comprar productos frescos y no congelados. Los productos congelados requieren
de mucha energía;
• Comer menos carne. Metano es el segundo importante gas de efecto invernadero
y las vacas son las más grandes Fuentes de emisión de metano. Su dieta de pasto
y sus múltiples estómagos causan que produzcan metano, que exhalan en cada
respiro.
• La tercera parte de nuestras emisiones provienen del uso de nuestros carros,
camiones, etc. Aquí algunas sugerencias:

• Utilizar el transporte público, caminar, hacer “pull” entre varios compañeros de la


universidad, oficinas, madres de familia y otros para utilizar un carro;
• Llevar nuestro vehículo a sus mantenimientos en los talleres;
• Chequear el aire de las llantas, que si están con la presión correcta evitan el
desgaste de éstas, por tanto su producción y reemplazo, así como el consumo de
combustible;
• Si vas a comprar un carro, escoge en el que ofrezca más eficiencia en el uso de
combustible, y si es posible el uso de combustibles más limpios (biocombustible,
etanol);
• Tratar de realizar menos uso del vehículo, utilizando medios de telecomunicación;
Por supuesto, que a estas medidas es necesario complementar el trabajo personal
de “predicarlas” con nuestros amigos, colegas e inclusive nuestros gobernantes
locales y nacionales; conservar nuestros bosques; y cambiarnos a energías limpias.
[9]
Recursos Energéticos no Convencionales

7. Rol de las Energías Renovables

Cualquiera que sea la solución al problema no-cooperativo del cambio climático, las
energías renovables han de jugar un papel fundamental. De hecho, estas tecnologías
pueden permitir la reducción a gran escala de las emisiones de GEI si se convierten
en alternativas económica y técnicamente viables a las fuentes energéticas fósiles
convencionales. Ello permitiría solucionar uno de los fenómenos que limitan los
avances en este campo puesto que la corrección del cambio climático dejaría de verse
como una amenaza al estilo de vida actual o a las posibilidades de crecimiento
económico. Por ello, la innovación y el avance tecnológico son fundamentales para el
éxito de las estrategias contra el cambio climático, lo que ha llevado a muchos
gobiernos a actuar en este sentido mediante políticas que promuevan el avance
tecnológico de estas alternativas y su implantación y despliegue en la práctica. [10]

Un futuro sostenible implica reforzar el ahorro energético y apoyar las tecnologías


energéticas con bajas o nulas emisiones de CO2, sobre todo las renovables (RE). Para
evaluar el papel que pueden jugar las renovables en reducir las emisiones de GEI hay
que analizar cómo cambia el mix energético dentro de los escenarios descritos,
partiendo de la situación actual. Así, según datos del informe especial del IPCC (2011)
sobre fuentes de energías renovables y mitigación del cambio climático (SRREN), en
2008 la energía renovable representó globalmente el 12,9% de la energía primaria. La
mayor aportación la realizó la biomasa (10,2%) con un 60% de utilización de biomasa
tradicional para calefacción y para cocinar en países en desarrollo, y un menor papel
de la energía hidráulica (2,3%). Adicionalmente, en 2008 las energías renovables
contribuyeron un 12.9% en la generación eléctrica. [10]

Todos los escenarios futuros analizados asumen un mayor papel de las energías
renovables en los sistemas energéticos. La Figura continuación ilustra la importancia
de diferentes medidas de reducción de emisiones (en Mt CO2) y las diferencias entre
diferentes regiones del escenario del IPTS (2009). El área gris recoge las emisiones
en el escenario de reducción del IPTS, y el conjunto de las áreas coloreadas las
emisiones según tendencia. En consecuencia, cada una de las áreas refleja la
contribución de diferentes esfuerzos adicionales de ahorro de emisiones (con respecto
a la evolución tendencial) en el escenario de reducción. [10]
Recursos Energéticos no Convencionales

Se puede observar que todos los escenarios cuentan con una combinación de
renovables, eficiencia energética, captura y almacenamiento de carbono (CCS), y
energía nuclear.
Por eso la participación y coste de las energías renovables dependen fuertemente del
comportamiento de las demás tecnologías disponibles con bajas emisiones de GEI (
y viceversa).
La prospectiva energética mundial asume un importante aumento de las energías
renovables instaladas: desde 1.489 Mtep en el escenario de nuevas políticas a 2.098
Mtep para el escenario en el año 2035. Respecto a su distribución geográfica, China
encabeza la producción eólica y fotovoltaica en todos los escenarios, siendo a la vez
el principal suministrador de estos equipos. También hay grandes expectativas para el
desarrollo de la energía solar en Oriente Medio y Norte de África. Por su parte, la hoja
de ruta europea (EC, 2011) prevé una participación de renovables de por lo menos
55% de la energía final consumida en el año 2050. [10]

En general los escenarios del SRREN indican que el crecimiento de las energías
renovables será generalizado en todo el mundo, aunque la distribución precisa del
despliegue entre las regiones varía sustancialmente según las hipótesis adoptadas.
Además, en la mayoría de los casos el despliegue total es mayor en el largo plazo en
el grupo de los países no-Anexo I que en el grupo de los países del Anexo I de la
Convención Marco de la ONU.
Es obvio que, para adaptarse a un aumento tan importante del papel de las renovables,
especialmente en el sector eléctrico, los sistemas energéticos deberán evolucionar
considerablemente. A largo plazo los esfuerzos de integración podrían incluir la
inversión en infraestructuras, modificación de marcos institucionales y planificación
y capacidad de previsión del crecimiento de estas fuentes de energía. El desarrollo de
los vehículos eléctricos, el aumento de la refrigeración y calefacción eléctrica, la
flexibilidad en la demanda (contadores inteligentes), el almacenamiento de la energía,
entre otros fenómenos, pueden asociarse a esta tendencia.
También es posible que el cambio climático en sí afecte a la efectividad y eficiencia
de las tecnologías renovables. Puesto que las fuentes renovables dependen en gran
medida de las condiciones naturales en las que se desarrollan, se espera que el cambio
climático tenga un impacto en el tamaño y distribución geográfica de su potencial
productivo. El cambio climático puede influir así en la bioenergía (impacto sobre la
producción de biomasa) y sobre la energía solar (por posibles variaciones y cambios
en la distribución de la nubosidad). Para la energía hidroeléctrica se espera que los
impactos sean ligeramente positivos al aumentar globalmente las precipitaciones,
aunque puede haber importantes efectos negativos locales o regionales. Para la eólica
tampoco se pronostica un gran impacto, aunque sí algunos cambios en la distribución
de los recursos eólicos. Finalmente, en la geotérmica y marina no se prevén cambios
significativos. [10]
Recursos Energéticos no Convencionales

CONCLUSIÓN

El impacto que ha tenido el abuso de las fuentes no renovables son indiscutibles hoy
en día, dada la evidencia, no cabe más que incorporar y desarrollar los recursos
renovables para evitar la evolución de los efectos originados por los gases de efecto
invernadero, además hay que tomar acciones a nuestro alcance evitando el uso
excesivo de energía y transporte dado que el daño al planeta se sigue acrecentando día
a día. La investigación y desarrollo de las tecnologías es fundamental hoy en día desde
el punto de vista ingenieril dado que tenemos las herramientas para construir los
sistemas energéticos renovables, lo cual es una tarea que demanda tiempo y esfuerzo,
por tanto, se deberá actuar de inmediato a favor de conservar nuestros recursos
naturales

REFERENCIAS

[1] «Sostenibilidad para Todos,» 7 Mayo 2014. [En línea].


Available: https://labandeira.eu/publicacions/wp06-2012.pdf. [Último acceso: 6 Abril
2018].
[2] B. Á. M. H. Rosalva Landa, Cambio Climático y Desarrollo Sustentable, México:
FLACSO México, 2010.
[3] J. Larios, Calentamiento Global al Límite, Córdova: INET, 2008.
[4] J. Martínez, Cambio Climático una Visión desde México, México: INE, 2004.
[5] T. Mazurczyk, «Science Direct,» 30 Marzo 2018. [En línea].
Available: https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S2212096318300135.
[Último acceso: 5 Abril 2018].
[6] J. W. Akitt, «Science Direct,» 30 Junio 2017. [En línea].
Available: https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S1386142517305292.
[Último acceso: 5 Abril 2018].
[7] «National Geographic,» 2 Mayo 2015. [En línea]. Available:
http://www.nationalgeographic.es/medio-ambiente/que-es-el-calentamiento-global.
[Último acceso: 5 Abril 2018].
[8] J. Useros, Cambio Climatico Causas y Efectos, Academia Valladolid, 2012.
[9] «Cambio Climatico.org,» 12 Enero 2016. [En línea]. Available:
http://www.ekoenergy.org/es/extras/background-information/climate-change/. [Último
acceso: 6 Abril 2018].
[10] X. Lavandeira, Energias Renovables y Cambio Climatico, Forenergy, 2012.

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