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Queridos misioneros:

¿Han considerado cómo va su relación con Dios? Este tipo de preguntas introspectivas nos ayuda a
mantenernos enfocados en lo que hemos sido llamados. Nuestro corazón es lo que nos califica ante
Dios. Solamente Él conoce aún nuestros pensamientos y sentimientos más profundos. No podemos
engañarlo a Él. Pablo hablando a los gálatas dijo:

"Porque el que cree ser algo, no siendo nada, a sí mismo se engaña. Así que, cada uno examine su
propia obra, y entonces tendrá motivo de gloriarse sólo respecto de sí mismo, y no respecto de
otro. Porque cada cual llevará su propia carga.... No os engañéis; Dios no puede ser burlado, porque
todo lo que el hombre siembre, eso también segará.... No nos cansemos, pues, de hacer el bien, porque
a su tiempo segaremos, si no desmayamos." (Gálatas 6: 3-9)

Tal vez pueden haber entre ustedes aquellos que harán cosas no correctas y que el presidente no llegará
a enterarse. Puede pensarse de que sea fácil engañar al presidente, pero finalmente quien se engaña es
uno mismo, porque no está siendo leal a ese Dios a quien dice servir. Somos o no somos. No se puede
servir a Dios y a Satanás al mismo tiempo. Por favor, consideren a quién desean servir y demuéstrelo
por hechos y palabras.

Mi responsabilidad como presidente es ayudar a ustedes a que logren el éxito como misioneros,
primero alcanzando una conversión personal con el Salvador. Espero que cada uno demuestre un
esfuerzo sincero por lograr este propósito. Si logran esto, verán que serán bendecidos con abundancia,
no solo para este tiempo como misionero sino para lo que está por venir a cada uno.

Lo más triste que puede ocurrirles es engañarse a sí mismos, es decir, tratar de mantener una placa en
su corazón llevando el nombre del Señor como representantes autorizados y no actuar en conformidad
a ese llamamiento. No debe ser el objetivo el desobedecer las normas y sobrevivir para terminar la
misión, sin que el presidente se dé cuenta. Si eso sucede, por favor, deténgase en aquello que hace a
escondidas y cambie. Alce su mirada y tome en cuenta si hay alguien arriba que le esté
mirando. Luego decida y actúe.

Recuerden a Judas. Ninguno de sus compañeros sabía lo que en su corazón estaba tramando hacer,
solamente Jesús lo sabía, pero permitió que continuara, pues era parte del plan del Señor. Judas se
engañó de esta manera. Habrá ocasiones que nos preguntemos por qué deja el Señor que ciertos
misioneros hagan cosas injustas y no salga a luz para que sean corregidos. Solamente digo que el
Señor lo permite por sus propias razones. Pero también sé que no es casualidad cuando salen a luz
esas obras de tinieblas, ya que es Su voluntad que sean corregidas.

Espero que la comprensión de la vida del Salvador y de su Expiación permita que cada uno de ustedes
mantengan una relación correcta con su Dios y eso les permita actuar sin engaño sino con veracidad.

Con cariño,

Presidente Vallejo
Queridos misioneros:

Estoy agradecido por haber tenido la oportunidad durante esta semana de participar con algunos de ustedes
en lecciones. Ha sido muy bueno el escuchar sus enseñanzas y testimonios, y especialmente, el ver cómo
aman a las personas que enseñan. Admiro mucho su entrega sincera a esta obra. Y más aún, cómo el Señor
lleva su Evangelio a través de ustedes.

De esta experiencia, puedo sugerir algunas cosas que necesitamos mejorar:

1. Esfuércense por estudiar mejor PME, especialmente el capítulo 3. Deben dominar la doctrina, a tal punto
que puedan enseñarla con total sencillez.

2. Usar escrituras que ustedes hayan memorizado. En una conferencia de zona hice un ejercicio, el me ayudó
a ver que solamente un misionero conocía 15 escrituras de memoria, y pocos sabía hasta 5 escrituras. Por
tanto, para ayudar en cuanto al dominio personal de escrituras, basadas en las lecciones que compartan,
desde hoy en adelante y siguiendo las instrucciones de PME, ustedes deberán tener sus propios dominios de
escrituras para cada lección. Deben registrarlas en sus diarios de estudio. Durante las entrevistas, cada uno
de ustedes debe llevar su cuaderno de estudio de las escrituras y se les tomará al azar una escritura de su
lista. Así que, tengan a bien venir preparados. Si se diese el caso de que “olvide” llevar su cuaderno de
estudio a la entrevista, se le tomará una escritura que consta en PME. Empezaremos con la Lección 1 y
progresivamente seguiremos en cada ciclo de entrevistas con las siguientes lecciones.

3. Esfuércense por aplicar lo que aprendan en las conferencias de zona. Estoy agradecido por aquellos
misioneros que obedientemente lo hacen. Solamente quiero indicarles que los temas tratados en las
conferencias tienen como propósito el mejorar sus técnicas y atributos como misionero.

4. Cada vez que planifique y enseñe una lección, pregúntese con su compañero:

a. ¿Qué es lo que mi investigador está llegando a SABER?

b. ¿Qué es lo que mi investigador está SINTIENDO?

c. ¿Qué cosas mi investigador va a HACER?

5. Sean directos al invitar.

Espero que con estas instrucciones podamos ir mejorando y llegar a ser la clase de misioneros que el Señor
espera de ustedes.

Les deseo una maravillosa semana.

Con cariño,

Presidente Vallejo

INGREDIENTES:

 1 ½ pollo trozado
 ¼ de taza de vinagre tinto
 ¼ de taza de sillao
 2 cucharadas de ají panca molido
 2 cucharadas de ajos molidos
 2 cucharadas de ají amarillo
 1 cucharadita de ajinomoto (opcional)
 Jugo de un limón
 Sal y pimienta y comino al gusto

PREPARACIÓN:

1. Sobre una fuente limpia y cómoda, agregar el ají panca molido, el ají amarillo, el ajo molido y ¼ taza de
vinagre blanco. Agregar piscas de sazonador, y mover con una cuchara. Luego agregar el vinagre, sillao y jugo
de limón. Sazonar con sal, pimienta y comino. Todo al gusto y volver a mezclar.

2. Luego agregar las presas de pollo y dejar macerar durante toda la noche para tener mejores resultados. Es
importante hacerle algunos cortes para que el jugo penetre.

3. Empezar a freír las presas en aceite bien caliente hasta que tengan un color dorado rostizado.

4. Servir acompañado de ensalada, papa sancochada, y las cremas de su preferencia (ají, huacatay, rocoto,
etc).

Ingredientes

 7 ají amarillo fresco, sin semillas ni venas


 300 g (10 ½ oz) queso fresco (ricota o feta)
 Aceite
 2/3 taza de leche
 1 cebolla pequeña picada
 1 diente de ajo molido
 Sal
 Pimienta

Cómo preparar la salsa a la huancaína

1. Colocar en la licuadora los ajíes cortados en trozos. Licuar con la leche.


2. Saltar cebolla en aceite hasta que esté cocida, agregar el ajo y mezclar.
3. Echar la cebolla a la licuadora junto con el queso fresco cortado en trozos. Licuar.
4. Agregar aceite hasta obtener una salsa cremosa.

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