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CLAUS ROXIN

Dr. Dr. h. c. mult. Catedrático de Derecho Penal en la Universidad


de Munich

DOGMÁTICA PENAL Y
CRIMINAL

Traductor y editor: Dr. MANUELA. ABANTO VÁSQUEZ


Doctorado en Friburgo (Alemania), Profesor de Derecho Penal
Miembro del Estudio Jurídico Duany & Kresalja

dS
IDEMSA
LTMA-PERU
DOGMÁTICA PENAL Y
POLÍTICA CRIMINAL

1DEMSA
Importaciones y Distribuidora
Editorial Moreno S.A.

Urna lt Jr. Contumazá N° 975 Of. 102


Tclf: (01)427-2128
Tcl/Fax: (01)427-9760

Arequipa: Calle San José 311 Of. 106


Tcl/fax (054) 283366

© Claus Roxín 1998


ADVERTENCIA PARA UNA MEJOR
© Manuel Abanto Vásqucz LECTURA DEL TEXTO TRADUCIDO
por la traducción 1998

Derechos Reservados conforme a ley


Agosto 1998 En lo posible se ha tratado de hacer que el texto de la traduc-
ción se corresponda exactamente con el texto original de la ver-
sión alemana, tanto en su contenido, como también en las técni-
cas utilizadas por el autor y el editor.
Queda terminantemente prohibida la reproducción total
El número de página original aparece entre corchetes e indi-
o parcial de esta obra por cualquier método o forma
electrónica,, incluyendo el sistema de fotocopia, sin cando con una flecha el contenido que le corresponde. Por ejem-
autorización escrita de los editores y el autor plo: [100->] indica que en el artículo original, el texto que viene a
continuación se encuentra en la página número 100 de la revista o
libro de donde proviene.

IMPRESO EN EL PERÚ Además, se coloca entre corchetes algunas aclaraciones


PRINTED IN PERÚ que el traductor ha creído conveniente incluir para evitar
confusiones.
ABREVIATURAS

AG : Juzgado de paz (letrado)


AIFO "Investigación sobre el Sida"
AO Ley tributaria alemana
art (s). artículo (s)
AT parte general
BayOLG Tribunal Superior del Land Baciera
BGH Corte Suprema
BGHSt Sentencias de la Corte Suprema (colección de)
BT parte especial
cap. capítulo
comp. compárese
c. más ref. con más referencias bibliográficas
com. prev. comentario previo a
C. A. Constitución alemana
C.C. Código Civil alemán
C. P. Código penal alemán
C. P. P. Código (Ordenamiento) procesal penal alemán
DAR "Derecho alemán del automóvil"
D. P. Derecho Penal
DTJ Jornadas de Juristas Alemanes
ed. edición
DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL ABREVIATURAS

y penal
edit. : editores
WK Comentarios Vieneses al Código Penal
EMRK Convención Europea de Derechos
(austríaco)
Humanos
y s(s). y siguiente (s)
GA "Archivos de Goldamm" (revista)
ZfRV "Revista de Derecho comparado"
JA "Papeles jurídicos de trabajo" (revista)
ZStW "Revista para la toda las ciencias penales"
)GG Ley Orgánica de Menores "Revista del Derecho de tráfico" (Austria)
JR "Panorama Jurídico" (revista) ZVR
Jura "Formación jurídica" (revista)
Jus : "Instrucción Jurídica" (revista)
JZ "Periódico de los Juristas" (revista)
LC : Libro conmemorativo
LH Libro Homenaje
LK Comentarios de Leipzig al Código Penal
MOR : "Revista Mensual de Derecho alemán"
N. d. T. Nota del Traductor
NJW "Nuevo semanario jurídico" (revista)
NStZ "Nueva Revista de Derecho Penal"
n. m. número de margen
ÓStGB Código penal austríaco
OLG Tribunal Superior del "Land"
P- página (s)
p.e. por ejemplo
P-g- parte general
RG Tribunal (supremo) del Reich
RGSt Sentencias del Tribunal del Reich (colección)
SchwZStr "Revista suiza de Derecho penal"
SK : Comentario Sistemático del Código
Penal
StGB : Strafgesetzbuch (Código penal)
StrV : "Defensor penal"
t. : tomo
V. ver
VRS : "Recopilación del Derecho de tráfico"
Wistra Revista de derecho económico, tributario
PRESENTACIÓN
Presentar un libro del Prof. CLAUS ROXIN constituye todo
un privilegio para cualquier penalista, pero aquí este honor tiene
mayor importancia aún, no solamente por tratarse de un autor
alemán ampliamente conocido en nuestro país y en el extranjero,
sino también porque se me permite hacerlo en esta ocasión, en la
que por primera vez el autor pone al alcance de los lectores pe-
ruanos sus contribuciones más modernas (algunas de ellas toda-
vía no publicadas, pero la gran mayoría ni siquiera traducidas
antes al español).
IM dogmática penal en general, y la peruana en particular,
han venido sufriendo grandes y profundos cambios desde que las
tradicionales teorías causalista yfinalista sentaron sus bases cien-
tíficas a inicios del presente siglo. De una formulación meramen-
te naturalística, que buscaba asimilar al Derecho penal con las
ciencias naturales, se ha ¡legado ahora a reestructurar todos los
principios dogmáticos con base en principios político-criminales
y en investigaciones criminológicas.
En esta evolución el Prof. CLA US ROXIN ha influido decisi-
vamente con sus ideas acerca de la función de la pena, en primer
lugar, y últimamente mediante la reelaboración de las categorías
dogmáticas sobre la base de principios político criminales (ver
•a DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL PRESENTACIÓN •a
un resumen de esta concepción en: "Acerca de la consolidación sus cambios "). Este resultado, que lleva a sustituir el término de
político-criminal..."). Así encontramos que ya desde la tipici- la categoría en el sentido de una "responsabilidad"
dad, los principios preventivos y limitadores de política criminal fVerantwortlichkeit], resulta especialmente plausible al estudiar
entran a tallara través de los criterios de "imputación objetiva" el "estado de necesidad exculpante ", pues esta "causa de discul-
para delimitar el ámbito de actuación del Derecho penal a aque- pa" ante una probada afección de un bien jurídico de igual valor
llo que realmente le interesa: ¡a prevención de acciones que guar- que el rescatado sólo tendría razón de ser debido a una renuncia
dan una relación de riesgo con el bien jurídico (ver: "Observa- de carácter político-criminal a la pena pese a una existente cul-
ciones a la prohibición de regreso " en este libro y más amplia- pabilidad (ver: "El estado de necesidad exculpante... "). Por otro
mente: "Ui imputación objetiva en el Derecho penal", ed. Idemsa, lado, no se puede explicar con propiedad la diferencia entre con-
Lima. 1997, p.89 y ss.). Los criterios de imputación objetiva tie- sumación y las diferentes formas de tentativa si no se toma en
nen, además, trascendencia para delimitar eficazmente las fron- cuenta el ingrediente preventivo que fundamenta la punición de
teras entre autoría y participación. Luego, la autoría sólo puede
esta última aun en casos como en "la tentativa inidónea " en los
consistir en una imputación objetiva a un sujeto que ha tenido
cuales no resulta afectado el bien jurídico (ver: "Acerca del fun-
dominio sobre el hecho ("La delimitación entre autoría y partici-
damento penal de la tentativa ", "La tentativa frustrada " y "La
pación "). Y el partícipe sólo puede ser aquél a quien se le puede
delimitación entre tentativa inidónea y delito putativo"). Se cul-
imputar una contribución peligrosa para el bien jurídico ("Acer-
mina esta recopilación de una mínima parte de la inmensa obra
ca del fundamento penal de la participación "), sea porque ella lo
del autor con uno de sus artículos más recientes, en el cual se
es ex • ante al no tener ninguna "relación de sentido" fuera del
esboza el posible desarrollo del Derecho penal a nivel mundial
contexto delictivo o porque, en el caso de «acciones cotidianas»
sobre la base de tendencias ya existentes ("El desarrollo del De-
usualmente inocuas, existe una "tendencia reconocible hacia el
recho penal en el siguiente siglo"). Para el penalista peruano,
hecho " en el sujeto que ha recibido la ayuda ("¿Qué es la com-
tradicionalmente ocupado en labores rutinarias referidas a la
plicidad? "). El estudio de la segunda categoría del delito conti-
mera aplicación (y mucho menos a la investigación) de un Dere-
núa con una fundamentación dogmática de la distinción entre
cho penal fundamentalmente restringido a los delitos violentos
"causas de justificación " y "causas de exculpación " ( "Las Cau-
resultará quizás una sorpresa comprobar aquí la dirección que
sas de justificación y de exculpación... "), así como con un estu-
dio crítico y minucioso de la usual distinción dogmática entre el la más reciente legislación comparada está tomando. También
«acuerdo», excluyeme de la tipicidad, y el «consentimiento» como aquí la tan invocada «globalización» mundial deja sentir sus efec-
causa de justificación ("Acerca del consentimiento en el Derecho tos y nos demuestra una vez más cuánto nos queda por hacer en
Penal"). Consecuentemente con la idea "fimcionalista " del au- el Derecho penal peruano.
tor, se fundamenta la tercera categoría (tradicionalmente: la cul- En el medio jurídico-penal alemán e hispano es por demás co-
pabilidad) también con contenidos preventivos político-crimina- nocido el estilo del profesor alemán, quien, sin perder la rigurosi-
les, llegando a la conclusión que ella es solamente explicable, dad científica, explica las discusiones dogmáticas más complica-
incluso de lege lata, teniendo en cuenta no sólo la «culpabili- das y expone sus ideas de esa manera pedagógicamente clara que
dad» en sentido estricto, sino una atribución externa derivada de a todos los que alguna vez nos iniciamos en el estudio del difícil
necesidades político-criminales ("El principio de culpabilidad y idioma alemán siempre nos ha fascinado por su sencillez, preci-
WPHM DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL

non v profundidad. Esto, unido al empleo de variados ejemplos,


hoce que la lectura de los aportes resulte no sólo interesante, sino
laminen amena y fructífera para la aplicación práctica. El esfuer-
zo v compromiso personal que el pmfesor ROXIN pone en ello se
ven sin duda recompensados por el hecho de que sus ideas no sola-
mente son accesibles a los especialistas, sino también a los estu-
diantes y. en general, a cualquier público interesado.
Resultan superfinas mayores aclaraciones, el lector queda in-
vitado a disfrutar de una lectura que pone a su alcance los últi-
mos aportes del autor en cuanto a dogmática penal se refiere,
aportes igualmente válidos para una sociedad como la nuestra,
ÍNDICE GENERAL
insertada, sin embargo, dentro de un mundo jurídico-penal que
cada vez conoce menos fronteras políticas (recuérdese la futura
creación de una jurisdicción supranacional para juzgar ciertos ACERCA DE LA CONSOLIDACIÓN POLÍTICO-CRIMINAL DEL
delitos), y menos aún científicas. SISTEMA DE DERECHO PENAL

ACERCA DE LA TEORÍA DEL INJUSTO 25


1.- La libertad valorativa de las concepciones causal y
final en el ámbito del injusto 25
2.- La teoría funcional del injusto como teoría de la
imputación derivada de la tarea del Derecho penal que
es fundamentada por la Política criminal y está abierta
a lo empírico 26
3.- Objeciones 29
- ACERCA DE LA TEORÍA DE LA RESPONSABILIDAD 32
1.- Su deducción de la teoría de los fines de la pena y la
inclusión de la idea de prevención 32
2.- Consecuencias prácticas y su compatibilidad con el
ordenamiento jurídico ; 35
3.- Objeciones 39

OBSERVACIONES A LA "PROHIBICIÓN DE REGRESO"

- LAS TEORÍAS ANTIGUAS 47


.- TEORÍAS RECIENTES 50
1.- El principio de la propia responsabilidad según WELP 51
MTM DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL ÍNDICE GENERAL

2 - El principio de la capacidad de dirección en OTTO 53 3.- La importancia para el derecho de legítima defensa 97
3.- El desnivel de injusto entre el dolo y la imprudencia 4.- La importancia para el tratamiento del error 99
en WEHRLE 5G
V.- INTENTOS POR RELATIVIZAR LA DIFERENCIA ENTRE
III.- LA PROHIBICIÓN DE REGRESO COMO PROBLEMA INJUSTO Y CULPABILIDAD 101
DE LA TEORÍA GENERAL DE LA IMPUTACIÓN 60
1.- La teoría unitaria en el estado de necesidad 101
IV.- INTENTOS DE DETERMINAR EL RIESGO PERMITIDO 2.- La teoría de MAURACH de la responsabilidad por el
EN EL PRIMER ACTOR NO DOLOSO 64 hecho 103
1.- La peligrosidad inmanente en una infracción del cuidado 64 3.- La teoría del espacio libre de Derecho 106
2.- Puntos de referencia concretos para la proximidad de 4.- La teoría de las causas de exclusión del injusto penal 109
un hecho doloso 65 VI.- CAUSAS DE EXCULPACIÓN Y DE EXCLUSIÓN DE LA
3.- La promoción de una persona reconociblemente PENA 115
resuelta a cometer el hecho 66
4.- Acciones primarias, cuyo sentido objetivo solamente VIL- RESUMEN 122
puede servir para la comisión de un delito 67
V.- LA PROMOCIÓN DE LA INCLINACIÓN HACIA EL HECHO
ACERCA DEL CONSENTIMIENTO EN EL DERECHO PENAL
COMO CRITERIO DE IMPUTACIÓN PARA EL PRIMER
ACTUANTE 68 I.- SOBRE EL ESTADO ACTUAL DE LA TEORÍA DEL
1.- La fundamentación del criterio 68 CONSENTIMIENTO 127
2.- Los ofectos prácticos 70 II.- EL CONSENTIMIENTO COMO CAUSA DE EXCLUSIÓN
3.- Tomas do posición en la literatura 75 DEL TIPO 135
4- ¿Exclusión de acciones de la vida cotidiana? 76
5.- ¿Amplia imputación de culpa en los garantes? 79 III.- TIPOS SIN POSIBILIDAD O CON POSIBILIDAD LIMITADA
DE UN CONSENTIMIENTO 152

LAS CAUSAS DE JUSTIFICACIÓN Y DE EXCULPACIÓN Y SU IV.- DECLARACIÓN, OBJETO, MOMENTO Y REVOCACIÓN


DELIMITACIÓN DE OTRAS CAUSAS DE EXCLUSIÓN DE LA PENA DEL CONSENTIMIENTO 162

I.- INTRODUCCIÓN 85 EL PRINCIPIO DE CULPABILIDAD Y SUS CAMBIOS 169


II.- LA IDEA FUNDAMENTAL DE LA DELIMITACIÓN ENTRE
JUSTIFICACIÓN Y EXCULPACIÓN 85
EL ESTADO DE NECESIDAD EXCULPANTE SEGÚN EL ART. 35* C.P.

III.- CUESTIONES CONTROVERTIDAS EN LA EXPLICACIÓN I.- UBICACIÓN SISTEMÁTICA SEGÚN EL CONTENIDO


DE LA JUSTIFICACIÓN Y LA EXCULPACIÓN 90 TELEOLÓGICO DE LA REGULACIÓN 205
1.- El principio de la justificación 90
2.- El principio de la exculpación 91 II.- EL PELIGRO ACTUAL, NO CONJURABLE DE OTRO
MODO 214
IV.- LA IMPORTANCIA PRÁCTICA DE LA DIFERENCIACIÓN
ENTRE ANTIJURICIDAD Y CULPABILIDAD 94 III.- BIENES JURÍDICOS PASIBLES DEL ESTADO DE
NECESIDAD 218
1.- La importancia de la doble vía 94
2.- La importancia para la punibilidad de la participación.... 95 IV.- EL CÍRCULO PRIVILEGIADO DE PERSONAS 224
MSM DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL ÍNDICE GENERAL B T M

V.- EL ACTUAR PARA EVITAR EL PELIGRO 226 4.- Las modalidades del hecho difieren del plan del
VI.- LA DENEGACIÓN DE EXCLUIR LA RESPONSABILIDAD hecho 299
SEGÚN EL ART. 35, PRIMER PÁRRAFO, 2 228 III.- EL PROBLEMA DE LA REPETICIÓN DE LA ACCIÓN DE
1.- Acerca de la ratio de la excepción contraria 228 EJECUCIÓN 302
2.- La relación jurídica especial 231
IV.- RESUMEN 303
3.- El peligro causado por uno mismo 236
4.- Otros casos de tolerancia exigible de soportar peligros 242
5.- La medición de la pena en caso de tolerancia exigible LA DELIMITACIÓN ENTRE TENTATIVA INIDÓNEA Y DELITO
de peligros 245 PUTATIVO
Vil- LA SUPOSICIÓN ERRÓNEA DE UNA SITUACIÓN DE
ESTADO DE NECESIDAD 247 1.- LA IDEA BÁSICA FUNDAMENTAL Y EL CAMPO DE
DELIMITACIÓN PROBLEMÁTICO 317
VIII.- LA PARTICIPACIÓN EN EL HECHO BAJO ESTADO DE
NECESIDAD 252 2.- EL ÁMBITO NO DISCUTIDO 318
a) Errores en los hechos no llevan (casi) nunca a un delito
putativo 318
ACERCA DEL FUNDAMENTO PENAL DE LA TENTATIVA
b) La suposición de tipos no existentes como delito
putativo 319
1.- LA TENTATIVA COMO PUESTA EN PELIGRO CERCANA c) El desconocimiento de causas de justificación y de
AL TIPO O INFRACCIÓN CERCANA AL TIPO DE LA otros obstáculos de punición como delito putativo 320
NORMA, QUE CAUSA UNA CONMOCIÓN JURÍDICA d) La extensión desmesurada de los conceptos típicos
(TEORÍA DE LA UNIFICACIÓN) 258 como delito putativo 321
2.- LAS TEORÍAS OBJETIVAS DE LA TENTATIVA 266 3.- EL ÁMBITO DISCUTIDO: ERRORES QUE PERJUDICAN
3.- LAS TEORÍAS SUBJETIVAS DE LA TENTATIVA 268 A UNO MISMO EN EL CAMPO PREVIO AL TIPO 323
a) La constelación de casos 323
4.- LA TEORÍA DE LA IMPRESIÓN 275
aa) Ajenidad 324
bb) Daños patrimoniales 324
LA TENTATIVA FRUSTRADA ce) Competencia 325
dd) El hecho previo en el delito de encubrimiento personal
I.- EXISTENCIA E IMPORTANCIA DE LA TENTATIVA [Strafvereitelung} '. 325
FRUSTRADA SEGÚN EL C. P. 282 ee) El debor de tributar 326
b) La teoría del efecto fundamentador de la tentativa que
II.- LA DETERMINACIÓN CERCANA DE LA TENTATIVA tiene el error en el campo previo 327
FRUSTRADA Y EL RENDIMIENTO PRÁCTICO DE ESTA c) La teoría de la impunidad de todos los errores
FIGURA JURÍDICA 287 autoinculpantes 330
1.- El cumplimiento del tipo es imposible 288 d) La teoría de la deducción a la inversa 332
2.- La identidad del objeto de la acción no corresponde al e) La acertada solución diferenciadora 338
plan del hecho 289 f) Acerca de la jurisprudencia en el ámbito de los errores
3.- El objeto del hecho no responde a las expectativas en el campo previo 342
del autor 292
K ü DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL ÍNDICE GENERAL WTM

4. La inducción punible presupone una incitación


LA DELIMITACIÓN ENTRE AUTORÍA Y LA PARTICIPACIÓN dirigida a un objetivo 390
SEGÚN EL DERECHO ALEMÁN 5. La complicidad presupone una referencia delictiva de
sentido 393
A.- LA DIVISIÓN TRIPARTITA DE LAS FORMAS DE
III.- EL ATAQUE AL BIEN JURÍDICO Y LA IMPUTACIÓN
PARTICIPACIÓN 347
OBJETIVA 397
B.- LO FUNDAMENTAL PARA LA DELIMITACIÓN ENTRE
AUTORÍA Y PARTICIPACIÓN 351 ¿QUÉ ES LA COMPLICIDAD?
I.- La mezcla de la teoría del dominio del hecho con la
teoría subjetiva 351 I.- LA CAUSALIDAD DE LA COMPLICIDAD 403
II.- La teoría subjetiva en su forma original 352
1.- Nuestra propia opinión 403
III.- La "teoría normativa de la combinación" de la
2.- La fórmula jurisprudencial de la promoción 405
jurisprudencia actual 355
3.- La complicidad como delito de peligro 409
IV.- El dominio del hecho como único elemento de la
4.- La complicidad psíquica 411
autoría en los delitos generales 358
V.- Los límites del critorio del dominio del hecho 362 II.- LA COMPLICIDAD COMO INCREMENTO CAUSAL
/.- En los delitos culposos 362 DEL RIESGO 419
2.- En los delitos de omisión 363
III.- LA COMPLICIDAD COMO INCREMENTO CAUSAL DEL
3.- En los delitos de deber 363
4.- En los delitos de propia mano 364 RIESGO JURÍDICAMENTE DESAPROBADO. ACERCA
DE LA PUNIBILIDAD DE LAS "ACCIONES COTIDIANAS" 426
VI.-Otras teorías delimitadoras 364
/.- La teoría subjetiva en la literatura 364 1.- El aportante conoce la resolución delictiva del autor 427
2.- La teoría de la totalidad 365 2.- El aportante sólo cuenta con una conducta delictiva
3.- La diferenciación según el carácter urgente de la del autor 433
norma de conducta 366
EL DESARROLLO DEL DERECHO PENAL EN EL SIGUIENTE
ACERCA DEL FUNDAMENTO PENAL DE LA PARTICIPACIÓN SIGLO

I.- LO IRREALIZABLE DE INDEPENDIZAR PLENAMENTE I.- CIRCUNSTANCIAS QUE DIFICULTAN UN PRONÓSTICO 437
EL INJUSTO DE LA PARTICIPACIÓN 371
II.- CIRCUNSTANCIAS QUE FACILITAN UN PRONÓSTICO 438
II.- ELEMENTOS INDEPENDIENTES, NO ACCESORIOS
III.- CINCO TESIS 440
DEL INJUSTO DE LA PARTICIPACIÓN 378
1. La participación punible presupone que el bien jurídico IV- EL DERECHO PENAL TODAVÍA EXISTIRÁ DENTRO DE
lesionado por el autor también esté protegido frente al CIEN AÑOS 440
partícipe 380 1.- No será posible una supresión del Derecho penal 440
2. La participación punible presupone que el partícipe 2.- Tampoco es de esperar una reducción de la
tenga por sí mismo el dolo de realizar el tipo 383 criminalidad mediante controles sociales reforzados 443
3. La participación punible presupone que el partícipe V- SOBRE LA EUROPEIZACIÓN Y LA GLOBALIZACIÓN DEL
admita en su dolo también la realización de intenciones DERECHO PENAL 446
relacionadas con el bien jurídico 386
» £ « u^JK^mm i^A rtINAL Y POLIIIUA (JMMINAL

VI.- SE INCREMENTARÁ EL NÚMERO DE DISPOSICIONES


PENALES Y DE LOS ATENTADOS CONTRA ELLAS 448
VIL- PESE A TODO LAS PENAS SERÁN MÁS LEVES 450
VIII.- LA PENA SERÁ COMPLETADA EN EL FUTURO POR
UNA VARIEDAD DE OTRAS REACCIONES A LA
CONDUCTA PUNIBLE 453
1.- Nuevas penas 453
2.- Nuevas medidas de seguridad 454
3.- Sanciones orientadas en la libre voluntad 457
a) El trabajo de servicio a la comunidad 457
b) La reparación civil voluntaria 459
4.- Las sanciones contra entes colectivos 461
IX.- RESUMEN 463

ACERCA DE LA
CONSOLIDACIÓN POLÍTICO-
CRIMINAL DEL SISTEMA
DE DERECHO PENAL*

N. d. T: el título original en alemán del artículo es "Zur kriminalpoütischcn Fundierung


des Strnfrcchlssystems", sobre cuya base aparecerá próximamente un artículo en Alema-
nia en el LH a Kaiser.
La idea de estructurar las categorías sustentadoras del
Derecho penal bajo aspectos político-criminales1 permite
hacer fructíferos para la dogmática penal postulados so-
cio-políticos, así como también hallazgos empíricos y da-
tos criminológicos especiales. Si se procede de esta ma-
nera, el sistema jurídico-penal deja de ser sólo un todo
ordenado conceptualmenté de conocimientos con validez
general, y se abre al desarrollo social, desarrollo con el
cual también tiene que ver la Criminología al explicar y
controlar la delincuencia. Puede ser útil para los lectores
peruanos exponer esto a continuación con más detalle.

I.- ACERCA DE LA TEORÍA DEL INJUSTO


1.- L A LIBERTAD VALORATIVA DE LAS CONCEPCIONES CAUSAL Y FINAL EN EL
ÁMBITO DEL INJUSTO

Como es sabido, en el presente siglo la teoría del injus-


to penal ha sido construida sobre los elementos funda-
mentales y sustentadores de la causalidad y de la finali-
dad, a través de los proyectos sistemáticos de la teoría

Se expone y explica detenidamente en mi monografía "Kriminalpolitik und


Stralrechtssystem ", 24ed.. 1973, así como en mi manual "'Strafrechl AT'. tomo l . 3"ed.,
1997, cap. 7. n marg. 51 -84 y en lugares diversos. Lo dicho allí no debe ser repetido.
wm DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL ACERCA DE LA CONSOLIDACIÓN POLÍTICO-CRIMINAL
JEM
"clásica" (y después neoclásica), así como más tarde (a político-criminal y teleológico ("funcional"), que desde
partir de 1930) de la teoría final de la acción, respectiva- aproximadamente 1970 encuentra un número cada vez
mente, proyectos que aparecieron históricamente el uno mayor de adeptos 3 , trae un cambio casi copernicano. La
tras el otro. Se ha discutido mucho tiempo sobre si la teoría de la imputación objetiva, al interpretar la acción tí-
causalidad, cuando se la ve como elemento sustentador fica como realización de un riesgo no permitido en el mar-
de la realización del tipo, puede ser adecuada para los co del radio de acción del tipo 4 , estructura el injusto des-
delitos de omisión. En la teoría final de la acción, se ha prendiéndose de sus distintas formas fenomenológicas
añadido el problema de si la imprudencia constitutiva del ónticas, recurriendo a la función del Derecho penal e inclu-
tipo puede ser comprendida por el criterio de la finalidad 2 . yendo valoraciones que recién constituyen la acción típica
Los resultados insatisfactorios do estos intentos do in- (el riesgo no pormitido, el radio de acción del tipo).
tegración han contribuido esencialmente a que la discu- Pues el injusto penal no puede ser caracterizado me-
sión entre "causalistas" y "finalistas", que dominaba toda- diante categorías como la de la causalidad o la finalidad. Él
vía durante los primeros 25 años de posguerra, haya aca- no es causalmente necesario o causado de manera final,
llado hoy en día y que ambas concepciones en Alemania como por ejemplo en la omisión. Y también, donde se pre-
tengan apenas pocos adeptos. De la retrospectiva históri- sentan estas estructuras, les falta relación con el Derecho
co-dogmática resaltan menos las diferencias que las simi- penal, de manera que no sirven para caracterizar lo que de
litudes entre ambas teorías: ellas fundamentan el sistema una acción típica es penalmente relevante. Más bien, des-
de Derecho penal en categorías ónticas, libres de valores, de el punto de vista de un sistema funcional de Derecho
inmunizadas desde el principio contra objetivos sociales y penal, el injusto de la imprudencia y de la omisión es el re-
político-criminales. La relación causal (en el sentido de la sultado de una imputación según parámetros jurídicos. Lue-
teoría de la equivalencia) y también su sobredeterminación go, los problemas esbozados tanto de la teoría causal como
final intentan describir leyes estructurales del acontecimien- final de la acción carecen de objeto desde el principio.
to del mundo exterior que antecede a cualquier valoración.
Pero las diferencias de las concepciones sistemáticas
2.- LA TEORÍA FUNCIONAL DEL INJUSTO COMO TEORIA OE LA IMPUTACIÓN trascienden más: cuando se concibe la acción típica como
DERIVADA DE LA TAREA DEL DERECHO PENAL QUE ES FUNDAMENTADA realización de un riesgo no permitido, se deriva el aconte-
POR LA POLÍTICA CRIMINAL Y ESTA ABIERTA A LO EMPÍRICO. cimiento penalmente relevante de la tarea del Derecho pe-
Frente a estas concepciones, el proyecto sistemático nal de evitar los riesgos socio-políticamente intolerables
para el particular y la sociedad. La idea de riesgo va -como

1
Comp. al respecto por citar solamente, c. más ref., ROX1N, "Strafrccht, AT", tomo 1. 3*
Comp. al respecto, discutiendo con la concepción finalista más avanzada y fructífera de ed.. 1997, cap. 7, n marg. 24 y ss.
STRUENSEE(JZI987.p. 53yss.; 1987.p. MI yss.;GA 1987,p.97yss.)últimamen- * Comp. más al respecto en ROXlN,"Strafrecht, AT". tomo l,3*ed., 1997,cap. 11,n. marg.
te ROX1N. LC a Aimin Kaufmann. 1989. p. 237 y ss. (p. 247 y ss.). 39 y ss.
El DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL ACERCA DE LA CONSOLIDACIÓN POLÍTICO-CRIMINAL
JEM
se sabe- más allá de la dogmática penal y toca problemas persona que ignoraba su enfermedad, esto puede decidir-
fundamentales de la sociedad moderna y de su control5.
se sólo bajo una estimación exacta del riesgo de infec-
Su elaboración dogmática posibilita y exige la inclusión de
ción, ayudándose con parámetros fundados socio-políti-
planteamientos político-criminales y empíricos, y conduce
camente relativos a los límites de lo socialmente tolera-
a la dogmática, encerrada por las viejas concepciones sis-
ble7. Así, la política social y los datos de la realidad ingre-
temáticas en su estructura conceptual, hacia una apertura
san en la interpretación de las acciones típicas de manera
a la realidad.
inmediata sobre la base del principio de riesgo, el cual tie-
La discusión que hoy en día está en el centro de una ne un papel sistemático directriz.
discusión penal fundamental sobre si los delitos de peligro Pero un sistema de Derecho penal racional en cuanto a
abstracto son legítimos o no6, no puede decidirse -por es- sus fines se diferencia en el ámbito del injusto de los pro-
coger solamente este ejemplo - en el sentido de una afir- yectos sistemáticos causales y finales no solamente a tra-
mación o negación global, sino solamente investigando, vés de su apertura a lo empírico y político-criminal, sino pre-
analizando y valorando político-criminalmente las puestas cisamente por no reconocer que la acción típica sea exclu-
en peligro para un concreto bien jurídico que parten de sivamente algo dado previamente conforme al ser; ésta es
una conducta determinada. Este procedimiento no rige más bien un producto de valoración legislativa. Sobre si p.
solamente para la valoración política-jurídica de normas e. constituye una acción dolosa de homicidio el que alguien,
ya existentes o para la fundamentación de lege ferenda consciente de las posibles consecuencias, venda drogas a
de exigencias por formular, sino también para el espacio otro, quien conociendo plenamente el riesgo se inyecta con
interpretativo del derecho vigente. Aquí también son exigi- efectos mortales, no puede decidirse con ayuda de catego-
das las ciencias empíricas para la labor dogmática. rías como la causalidad o la finalidad, sino solamente me-
Lo mismo rige para el concepto del riesgo permitido: allí diante la teoría de la imputación objetiva. Según ésta no se
donde éste no está fijado legalmente, el juicio jurídico no presenta una acción de homicidio, porque la imputación es
puede ser dado sin considerar investigaciones empíricas. limitada mediante el principio de la autorresponsabilidad [pro-
Así, cuando se quiere saber si constituyen acciones de pia responsabilidad]8.
lesiones corporales los contactos sexuales que ha tenido
3.- OBJECIONES
un infectado de sida, usando o no un condón, con una
Después de todo esto, difícilmente podrá estarse de
acuerdo con HIRSCH (uno de los últimos defensores com-
* Compárese solamente el muy discutido libro del sociólogo BECK sobre la
"Risikogcscllschal'l" (sociedad deriesgos)(1986), la monografía de KR ATZSCH sobre
" Verhaltcnssteuening und Organisalion im Strafrecht" [Control de conductas y organiza-
ción en el Derecho penal] (1985) y el trabajo de PR1TTWITZ sobre "Strafrecht und 7
Comp. sobre los problemas aquí existentes y sobre las cuestiones discutibles en ROXIN,
Risiko" |Derecho penal y riesgol (1993).
c. más ref.. "Strafrecht, AT". tomo 1. 3"cd.. 1997. cap. 11. n. marg. 108 y ss.
* Comp. al respecto, c. mas ref.. R O X I N , "Strafrecht, AT". tomo 1,3' ed., 1997. cap. 2. n.
" BGHSt 32, 262, con anotaciones de R O X I N . NStZ 1984. p 411. Más sobre todo esto,
inarg. 26 y ss.
R O X I N , "Strafrecht AT". tomo 1. 3* ed.. 1997, cap. 11, n. marg. 91 -104.
DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL ACERCA DE LA CONSOLIDACIÓN POLÍTICO-CRIMINAL HETM

prometidos del finalismo en nuestros días) cuando opina: diente de la imputación objetiva". Pero lo que aquí -con
"que a la reestructuración sistemática ocasionada por camuflaje ontológico- es tenido por "esencia" del delito im-
WELZEL no han seguido nuevas concepciones dogmáti- prudente es (aparte de que lo mismo vale para los delitos
cas de naturaleza fundamental que sean convincentes"9. dolosos13) precisamente la regla central de la imputación,
En los delitos dolosos, este autor contempla los proble- de que el resultado tiene que presentarse como realiza-
mas de la imputación objetiva como cuestiones del dolo 10 . ción del riesgo no permitido que el mandato típico de cui-
Pero cuan poco esto es así lo muestran los casos ya ex- dado debía prevenir14. Con ello se reconoce en el fondo
puestos sobre el Sida y las drogas. Si bien eventualmente que una sistematización de la imprudencia no es posible
a los actores les falta el dolo típico, aun cuando han conta- con ayuda de la finalidad, sino solamente según las reglas
do con un posible resultado de lesiones o muerte (o inclu- de la imputación objetiva.
so han tenido esta intención), ello no radica en la falta de
Otra objeción contra el sistema racional en cuanto a
finalidad de su accionar, sino en que no existe un tipo ob-
sus fines, que trabaja con reglas de imputación, se dirige
jetivo al cual pueda referirse el dolo delictivo. Por ello la
contra la supuesta indeterminación de sus conceptos. "De-
sedes materiae es el tipo objetivo y no el dolo 11 .
trás de aquella teoría se esconde actualmente... fácilmen-
Sobre los delitos imprudentes opina HIRSCH 12 : "Si se te la tendencia, por cierto no propugnada por Roxin, de
contempla... la relación de infracción del deber en los deli- colocar conceptos generales confusos en lugar de la defi-
tos imprudentes de resultado, entonces, se trata ciertamen- nición y sistematización objetivamente precisas"15. Es cierto
te de un punto de vista objetivo, a saber, el contexto de que pueden ser defendidas a veces distintas opiniones allí
condiciones entre la acción querida y contraria al deber de donde tienen que deducirse decisiones valorativas de im-
cuidado y el resultado causado. Pero el modo de la rela- putación a partir de premisas político-criminales y datos
ción entre la acción contraria al deber de cuidado y el re- empíricos; esto es una peculiaridad de toda labor jurídica
sultado resulta ya de la esencia del delito imprudente en el que jamás puede proveer resultados matemáticamente
cual el resultado tiene que descansar precisamente en la seguros. Pero, aparte de ello, tal como muestran las nue-
infracción del correspondiente deber de cuidado. Por ello, vas monografías16, la concepción funcional y racional en
tampoco queda ningún espacio para una teoría indepen- cuanto a sus fines ha llevado a una diferenciación siste-

" HIRSCH. LH a la Facultad de Derecho de Colonia. 1988. p. 399 y ss. (420). " Más al respecto, ROXIN, "Finalilat und objcktive Zurcchnung", LC a Armin Kaufmann,
10 1989, p. 237 y ss., en el marco de una discusión con Armin Kaufmann, "Objcktive
HIRSCH, "Dic EntwicklungdcrStrnfrcchtsdogmatik in der Bundesrcpublik Deutschlond
in grundsátzIicherSicht", en: Hirsch/Wcigend (edil.), "Strafrecht und Kriminalpolitik in ZurechnungbeimVorsatzdelikt?",LHaJcschcck. 1985, tomo 1, primera parte, p. 251 ys.
14
Japan und Dculschland", 1989, p. 65 y ss. <68). Comp.nia^alres|x;cto,ROXIN,"Strafrecht,AT',tonio 1.3'ed., 1997, cap. 11.. n. marg. 72 y ss.
1 " HIRSCH. igual que nota 10, p. 69 y s.
' Comp. ya antes al respecto, tratando otros ejemplos empleados por Hirsch, R O X I N , "Die
Lehre von der ohjcktivcn Zurcchnung", en la edición especial de la Chcngchi Law Revicw '* Así, WOLTER, "Objektive und personale Zurcchnung von Vcrhaltcn, Gcfalir und Verletzung
sobre el simposio taiwanés-alcmán-espaflol, Taipai. 1989, p. 219 y ss. (236 y ss.). in einem funktionalen Straftatsystem", 1981; FRISCH, "Vorsatz und Risiko". 1983; el
" Igual que nota 10, p. 68. mismo autor, "TmbcstandsmáUigcs Vcrhalien und Zurcchnung des Erfolgcs", 1988.
wm DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL ACERCA DE LA CONSOLIDACIÓN POLÍTICO-CRIMINAL wm
mática y a una "precisión" en el ámbito del injusto, tanto "culpabilidad" del autor contemplada como nivel delictivo
doloso como imprudente, que han superado de lejos a to- independiente, pese a que sólo rara vez se defiende una
dos los anteriores esfuerzos en cuanto a productividad y teoría estricta de retribución y que tampoco puede ser to-
capacidad de consenso. mada como base debido a los arts. 46 [medición de la pena],
46a [reparación civil], 47 [privación de la libertad de corta
II.- ACERCA DE LA TEORÍA DE LA RESPONSABILIDAD duración sólo excepcionalmente] C. R, 153 [no persecu-
ción penal de casos de bagatela] C. P. P. de nuestra legis-
1 . - S u DEDUCCIÓN DE LA TEORÍA DE LOS FINES DE LA PENA Y LA INCLU-
lación penal 17 .
SIÓN DE LA IDEA DE PREVENCIÓN
No obstante, cuando se parte de que la culpabilidad es
Así como hay que sistematizar el injusto a partir de las
una condición necesaria para una punición, pero no sufi-
tareas del Derecho penal -la evitación de riesgos social-
ciente, debe adicionarse todavía a la culpabilidad - de quien
mente intolerables- con ayuda de reglas de imputación vin-
comete el injusto pese a la asequibilidad normativa10 - una
culadas a ellas, la responsabilidad, como segunda cate-
necesidad preventiva de punición, tal como ha sido traza-
goría central del sistema del hecho punible, debe fundarse
en la teoría de los fines de la pena. Mientras que mediante
da por el desarrollo jurídico y las modernas teorías de la
la teoría del injusto se responde a la cuestión de cuáles
pena. Si es que estas últimas ejercen una influencia inne-
hechos son objeto de las prohibiciones penales, la catego- gable en el moderno derecho sancionatorio bajo la forma
ría de la responsabilidad tiene que resolver el problema de de que, pese a existir culpabilidad, eventualmente puede
bajo qué presupuestos el autor puede ser hecho penal- archivarse el proceso, prescindirse de una pena o suspen-
mente responsable por un injusto realizado por él. derse condicionalmente su ejecución, entonces es incon-
secuente y sólo explicable por la capacidad de persisten-
El que para ello solamente deba importar la culpabili- cia de doctrinas tradicionales el que sean tan poco o no
dad del autor es el punto de vista de la teoría pura de la sean en absoluto consideradas en la medición de la pena
retribución, según la cual el sentido de la pena radica ex- y en la fundamentación de la punibilidad.
clusivamente en la compensación de la culpabilidad. Con
Para la medición de la pena todavía rige en la jurispru-
tal teoría de la retribución se corresponde el hacer depen-
der la punibilidad del autor que actúa injustamente sólo de
dencia (con el mínimo relajamiento posibilitado por la teo-
su culpabilidad. Por ello, era consecuente que, en la épo-
ría del libre espacio) la expresión: "No puede la pena des-
ca de un Derecho penal puramente retributivo, la "culpabi- ligarse, en cuanto a su contenido, de su determinación
lidad" constituya el único contenido de la categoría del como justa compensación de culpabilidad ni hacia arriba
delito, construida sobre la base del injusto y que funda-
menta la punibilidad individual. Pero es extraño y anacró-
" Comp. más en ROXIN.'^StrafrccIU. A T \ tomo I, .V « L 1997. cap. 3. n. marg. 2-10.44-47.
nico que aún hoy en día nuestra dogmática, siguiendo el
'* Aquí no pueden ser tratados en particular los problemas vinculados al concepto de culpabi-
injusto penal, tenga como objeto de debate solamente la lidad. Detalladamente al respecto, ROXIN.'.Stral'rccht, AT", tomo I. .V ed.. 1997, cap. 19.
n. marg. 1-59.
El DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL ACERCA DE LA CONSOLIDACIÓN POLÍTICO-CRIMINAL
sai
ni hacia abajo" (BGHSt 24,134). De ello es conocido por lo 2.- CONSECUENCIAS PRÁCTICAS Y SU COMPATIBILIDAD CON EL ORDENA-

general el que la pena no deba sobrepasar la medida de la MIENTO JURÍDICO

culpabilidad. Esto se explica a través de la función limita- Frecuentemente he expuesto que también el legislador
dora de pena del principio de culpabilidad, la cual debe ser ve las cosas de esta manera. Los arts. 33, 35 C. P. por
afirmada irrestrictamente como exigencia del Estado de ejemplo son casos de culpabilidad atenuada, no de exclu-
derecho. Pero, ¿cómo puede fundamentarse que la pena sión de la culpabilidad; la impunidad resulta recién de una
no deba quedar por debajo de la medida de culpabilidad? tolerancia del legislador que es posibilitada por la supre-
Si es innegable que en un gran porcentaje de todos los sión de la necesidad de pena tanto desde la prevención
delitos cometidos culpablemente se archiva el procedimien- general como de la prevención especial19.
to según los arts. 153 y ss. del C.P.P., es decir se renuncia
por completo a una pena, no hay un argumento racional Y cuando se dice p. e. en el art. 19 C. P.: "Es inimputable
para que en caso de la imposición de una pena, ésta no quien al momento de cometer el hecho todavía no tiene 14
pueda desligarse de la medida de la culpabilidad, yendo años de edad", es evidente que esto - tomado al pie de la
"hacia abajo", siempre que exigencias preventivo-especia- letra - si bien es muy cierto, no lo es en todos los casos. El
les lo requieran y las necesidades preventivo-generales lo joven de 13 años que rompe los cristales de la ventana de
permitan. Los arts. 46, primer párrafo, numeral 2, 46a, 47 su vecino sabe, por lo general, que no debe hacer esto y
del C. P. señalan claramente este camino trazado teórico- puede también comportarse de tal manera; la punición pa-
penalmente, siendo difícilmente comprensible que sea se- terna no alcanza, luego, a un inculpable. Cuando el legisla-
guido de manera tan vacilante. En todo caso aquí queda dor, no obstante, renuncia a la pena, esto sucede porque la
generalidad no siente que hechos delictuosos de los niños
un fructífero campo de trabajo para la política criminal y la
constituyan una amenaza especial (luego, no existe una
criminología.
necesidad preventivo-general de pena) y porque el intento
Todo esto rige también para la dogmática, es decir, la de querer educar a los niños a través de penas criminales
determinación de aquello que es punible. Si la pena pre- está contraindicado por la prevención especial.
supone la culpabilidad, pero también siempre una necesi-
dad preventiva de punición, la consecuencia necesaria de Si con el aumento de la criminalidad infantil de los últi-
esta posición teórica penal, que no debe ser seriamente mos años se percibe recientemente el clamor para rebajar
discutida, es que también los presupuestos de la punibili- el límite de la mayoría de edad penal a los 12 años, esto
dad deben ser medidos en función de esta premisa. En- no puede naturalmente basarse en una culpabilidad re-
tonces, la categoría delictiva que sigue al injusto tiene que pentinamente descubierta de los que hasta entonces eran
hacer objeto del juicio - naturalmente sin perder la vincula-
ción a la ley -, junto a la culpabilidad, también a la
exigibilidad preventiva de sanción penal y resumir ambos Más al respecto, sobre la loma de posición de la literatura y sobre la discusión con las
elementos bajo el concepto de "responsabilidad". variadas objeciones de ésta, ROXIN, "Slrafrecht, AT". tomo l,.Ved.. 1997. cap. 19. n.
marg. I-9 y cap. 22, n. marg. 7-14.
EZB DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL ACERCA DE LA CONSOLIDACIÓN POUTICO-CRIMINAL •sa
inimputables, sino solamente en la necesidad de una pre- Ocurre algo totalmente similar en la desobediencia civil,
vención más efectiva. Será tarea de la criminología mos- la cual cae dentro del ámbito de protección de los arts. 5 y
trar qué instrumentos de educación y de control social pue- 8 C. A., y que puede ser tratada con tolerancia cuando
den ser aquí aplicados y que, en todo caso, el Derecho aparece bajo formas socialmente soportables21; esto posi-
penal no es medio idóneo para disciplinar y socializar ni- bilitaría soluciones mucho más razonables, desde la ópti-
ños. Esta tarea es ocultada cuando, siguiendo la doctrina ca político-criminal, que lo que p. e. permite la jurispruden-
dominante, se interpreta el art. 19 C. P. de manera exclusi- cia actual sobre los bloqueos provocados por personas
va como suposición irrebatible de la inimputabilidad de los sentadas sobre las vías (BGHSt 41,182). También en este
niños, descuidando así su componente preventivo. Pues campo las investigaciones empíricas y las discusiones po-
según ello una discusión sobre la rebaja del límite de la lítico-criminales pueden aportar soluciones capaces de con-
mayoría de edad penal tendría que conducirse, exclusiva- senso (¡siempre que se les permita siquiera intervenir en
mente y con un resultado previsiblemente diferenciado, bajo la argumentación dogmático-penal!).
el punto de vista de la imputabilidad. Entonces, las cues-
Finalmente, también en la imprudencia mínima puede
tiones decisivas ni siquiera serían percibidas.
fundamentarse una exención de responsabilidad penal ya
Por cierto que la limitación de la responsabilidad tam- desde el Derecho vigente, si se contempla la punibilidad
bién para la conducta culpable mediante el carácter pre- no como consecuencia necesaria de la culpabilidad, sino
ventivamente indispensable de la sanción sólo está permi- cuando se incluye la necesidad de pena - la cual es recién
tida dentro del marco de la ley - y no en el de una evalua- fundamentada a través del carácter indispensable de una
ción del juez sobre la necesidad de pena. Pero las posibi- sanción criminal - dentro de la categoría de la responsabi-
lidades de la interpretación limitadora de pena dentro del lidad. El que sea innecesaria una pena criminal en caso de
marco del Derecho vigente son mayores de lo que frecuen- imprudencia mínima ha sido ampliamente reconocido22: la
temente se supone. Así, p. e. puede liberarse de respon- perturbación de la paz social puede ser conjurada mediante
sabilidad penal a hechos cometidos invocando la libertad una compensación civil; y no se necesita un influjo preven-
de creencias y de conciencia (art. 4 C. A.), a través de una tivo-especial, porque incluso la persona más cuidadosa, si
interpretación conforme a la Constitución dentro de los lí- bien puede evitar un pequeño descuido en cada caso par-
mites (proporcionalmente estrechos) de lo preventivamen- ticular, no puede hacerlo permanentemente (queda fuera
te tolerable. Ya he fundamentado esto con más detalle en de la naturaleza humana una conducta que nunca deja de
otro lugar e intentado también de concretar las necesida-
des preventivas 20 , pero aquí serán necesarias investiga-
ciones empíricas para completar el concepto dogmático.
21
Más detalles en ROXIN. "Strafrechlliche Bemerkungen zum zivilen Ungehorsam", LH a
Schüler-Springorum, 1993. p. 441 y ss.; resumido en ROXIN, "'Strafrecht, AT", tomo 1.
3'ed.. 1997. cap. 22 D. n. marg. 130-133.
ROXIN. Dic Gcwisscnslal ais Slralbefreiungsgrond", LH a Maihofcr. 1988. p. 389 y ss.; 11
Comp. así las ref. en ROXIN. "Strafrecht. AT'. tomo l,3*cd.. 1997. cap. 24. n. marg. 885.
rcsumidocn ROXIN.'Sirafrcchi. AT". tomo I. .V cd., 1997. cap. 22 C. n. marg. 100-133. nota 107.
EEI DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL ACERCA DE LA CONSOLIDACIÓN POUTICO-CRIMINAL
KSI
ser precisa y cuidadosa), de manera que una punición tam- una conducta imprudente queda fuera de las necesidades
poco puede hacer que ello cambie. preventivas del Derecho criminal.
Cuando pese a ello la dogmática apenas ha visto que 3.- OBJECIONES
en la imprudencia se pueda realizar la posibilidad de limi-
Incluso la sinopsis que solamente a grandes rasgos re-
tar la pena hasta llevarla a una medida razonable en lo
produce una concepción de la responsabilidad orientada
socio-político23, ello radica nuevamente en que se supone
en los fines de !a pena puede mostrar que sus efectos
irreflexivamente que la culpabilidad - y la imprudencia mí-
sistemáticos y prácticos no son pocos. A diferencia de la
nima también es culpabilidad - siempre debe implicar una
teoría de la imputación objetiva que está estructurando el
punibilidad. Pero si se reconoce que la culpabilidad míni-
injusto de manera nueva y se ha impuesto ampliamente,
ma misma lleva a la liberación de pena en los delitos dolo-
el complemento de la categoría de la culpabilidad a través
sos según la voluntad del legislador plasmada en los arts.
de consideraciones sobre necesidad de pena todavía se
33, 35 C. P., entonces la suposición de que esto tenga que
ocurrir con más razón está plenamente cubierta por el con- topa siempre con muchos malentendidos y con reservas
texto valorativo del legislador. La causa de exculpación de fundadas en estos. La intención de actuar aquí de manera
la no-exigibilidad [Unzumutbarkeit]*, reconocida por la ju- esclarecedora puede justificar una corta confrontación con
risprudencia y ahora ya reconocida por el derecho con- las voces críticas más representativas.
suetudinario, ofrece precisamente en caso de mandatos HIRSCH24 opina que la concepción sistemática aquí de-
de hacer algo que exigen demasiado de las personas, una fendida fundamentaría la culpabilidad a través de la pre-
posibilidad de clasificación sistemáticamente sólida para vención. "Pero con ello el concepto de culpabilidad no pue-
el Derecho penal. Este ejemplo muestra también con qué de prestar la función delimitadora independiente que se
facilidad las exigencias político-criminales reconocidas exige especialmente también frente a las necesidades de
como generalmente razonables pueden ser prevención, porque en ese caso él mismo está definido
sistemáticamente integradas, si uno se deja envolver por por las ventajas de la prevención". Así como esta deduc-
la concepción aquí combatida. Resulta evidente que tam- ción es correcta, así también es incorrecta su premisa; Pues
bién la criminología tiene un fructífero campo de acción también según la teoría aquí defendida la punibilidad siem-
cuando se trata de la cuestión de cuándo, en particular, pre exige una culpabilidad que, como "actuar injusto pese
a la asequibilidad normativa", es independiente de todas
las necesidades preventivas. La ausencia de una necesi-
dad preventiva de punición solamente puede excluir la res-
" Comp.. sin embargo, las rof. en ROXIN. "Strafrccrtt, A T . tomo I; 3" ed.. 1997. cap. 24, n.
ponsabilidad, no la culpabilidad.
marg. 119.
• N . d . T : también puede ser traducido como "no-tolerabitidad". La idea es que al indivi-
duo colocado bajo un supuesto en que deba sacrificar bienes jurídicos que él porta, para
14
salvar bienes ajenos, no se le c&i££ (o no tiene porqué lükiai) su propio sacrificio. Ver al HIRSCH, ZStW 106 (1994). 757; ya al respecto R O X I N . "Strafrecht, AT". tomo I. 3"
respecto en esle libro "l:.l principio de culpabilidad y sus cambios. cd.,cap. 19, n. marg. 9.
¡ESE DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL ACERCA DE LA CONSOLIDACIÓN POUTICO-CRIMINAL mm
J E S C H E C K " dice sobre "la 'teoría político-criminal' culpabilidad aislado". LENCKNER objeta que "frente a la
de Roxin": "ella pregunta, "si bajo puntos de vista pena- falta de nitidez de los puntos de vista preventivos" esto
les es exigible una sanción contra el autor particular'. sería igualmente dudoso "que el rendimiento de las teo-
La culpabilidad solamente sería una barrera del poder rías de los fines de la pena para las causas de exculpación
punitivo estatal, y materialmente no sería más que un y de disculpa, resumidas en las causas de responsabili-
'actuar injusto pese a la asequibilidad normativa'. Con dad excluida".
todo es primeramente determinante que la pena sea "Falta de nitidez" y "falta de rendimiento" son enton-
merecida; la culpabilidad es, según ello, un presupues- ces las palabras claves de su crítica. Pero las reflexio-
to, no simplemente una limitación de la pena". También nes preventivas, por las que nadie pasa de largo al juz-
aquí hay un malentendido, aun cuando de otro tipo. gar la necesidad de pena de una conducta, no dan una
Pues lo que limita una pena es naturalmente también mayor medida de inseguridad que la que aparece al in-
su presupuesto. Lo digo con toda claridad 26 : "Según la tentar una exacta comprobación de la culpabilidad y de
concepción aquí defendida la pena siempre presupo- su medida. El malestar frente a los libres espacios de
ne culpabilidad, de manera que incluso una gran nece- apreciación, que a pesar de todo existen, se ven ade-
sidad preventiva no puede justificar una sanción penal más decisivamente atenuados por el hecho de que, en
que contradiga el principio de culpabilidad". Entonces, la primer lugar, solamente se trata de desarrollar decisio-
suposición de que yo no reconozca a la culpabilidad como nes valorativas previamente dadas del legislador y que,
presupuesto de la pena no se corresponde con mi teoría. en segundo lugar, las reflexiones preventivas sólo de-
Es diferente el planteamiento de LENCKNER 27 , quien ben legitimar una rebaja de culpabilidad; es decir, no
reproduce de manera totalmente correcta la idea funda- van en contra, sino a favor del ciudadano en las zonas
mental de la concepción aquí propugnada: "Según ello la límite de la necesidad de pena. Además, las expresio-
'culpabilidad' en el sentido de un 'actuar injusto pese a la nes político-criminales, como la de que no es preventi-
asequibilidad normativa' es ... un presupuesto necesario, vamente adecuada una penalización de la imprudencia
pero no suficiente de la 'responsabilidad' penal, porque mínima o de los hechos cometidos por niños, pueden
ésta todavía sería determinada adicionalmente a través de ser verificadas criminológicamente sin problemas y tie-
exigencias preventivas, debiendo resultar de ello también nen capacidad consensual. Y la tarea de transportar los
"una mayor medida de limitación penal ajustada al Estado derechos fundamentales al ámbito de la dogmática pe-
de Derecho... que lo que puede garantizar un principio de nal no es algo que ésta deba rehuir, así como tampoco
lo deben hacer el Derecho procesal penal y otras áreas
jurídicas.

Tampoco puedo admitir que "no rinda" el recurrir a la


;<
Jl-SCIU-CK/WÜIGKNI). "Simlrcchl. A l " ' . .Ved.. I W o . p. 427. teoría de los fines de la pena para responder a la cuestión
'" K O X I N . "Sirulrechl. AT". tomo I. Yed . I W 7 . eap. I1), n. m. 7 de los fundamentos de la punibilidad o impunidad de una
;
' mNCKNI-KenSclK>nke/SclmMlcr."SlGI)".2.Ved.. I W . c o m . p i v v i o a i l . H.n.marg. 117
DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL ACERCA DE LA CONSOLIDACIÓN POUTICO-CRIMINAL |KKla

conducta 28 . Pues, ¿para qué debe servir ésta si no es para LACKNER explica sus objeciones con más detalle de
comprobar que en un caso concreto es adecuada una pena la siguiente manera: "Dichas vinculaciones internas en-
o debe renunciarse a ella? También me parece que el ren- tre culpabilidad y prevención entrañan, bajo el estado
dimiento de la concepción aquí propugnada ya ha sido de- actual de la discusión, recargada con numerosos
mostrado mediante las deducciones arriba expuestas a malentendidos,... el peligro de que el concepto de cul-
manera de un simple bosquejo, las que superan conside- pabilidad enraizado en la idea de libertad (concepto éste
rablemente a las hasta ahora alcanzadas en la discusión. asentado en otro nivel en relación con los objetivos pre-
ventivos) se vea disuelto por encima de sus barreras
Veamos a LACKNER29 como último crítico, quien me inmanentes a través de elementos utilitaristas". Sin em-
concede sin problemas que podría "quedar excluido un re- bargo, este peligro no existe absolutamente cuando se
proche de culpabilidad realmente fundado en la ley (p. e. comprueba la culpabilidad del autor y se pregunta a con-
en el estado de necesidad disculpante conforme al art. 35), tinuación si no puede tolerársele esa culpabilidad con
porque la protección de bienes jurídicos no exige una re-
motivo de puntos de vista político-criminalmente relevan-
acción penal". Pero este autor duda, de todas maneras,
tes extraídos del C. P. o de la Constitución. El que la
de la teoría aquí defendida "porque con ello se vincula un
culpabilidad y la prevención estén a diferentes "niveles"
acortamiento problemático del principio de culpabilidad con
no es una circunstancia que ponga problemas para que
su función limitadora de la pena hacia arriba". Si con ello
sean resumidas en la categoría de la "responsabilidad",
se quiere decir que yo vería la culpabilidad no como presu-
sino por el contrario el presupuesto para la limitación
puesto y fundamento legitimador de la pena, entonces fren-
recíproca, que es la que aquí importa (la punición de la
te a esto rige lo que ya he dicho en relación con
conducta culpable), se ve limitado a través de las exi-
JESCHECK. Sin embargo, si LACKNER quiere expresar
gencias preventivas; pero la punición con motivo de ne-
que toda culpabilidad tendría que ser penada (en caso con-
cesidades preventivas es limitada a través del principio
trario el principio de culpabilidad se vería "recortado"), en-
de culpabilidad. Esto no es una "disolución", sino carac-
tonces esto entraría en contradicción con la tarea del De-
teriza exactamente la función que hoy en día todavía
recho penal como protección subsidiaria de bienes jurídi-
tiene el principio de culpabilidad.
cos y también con sus propias palabras sobre el art. 35.
Si no se quisiera reconocer para nada los "elementos
utilitaristas" como presupuestos de la punibilidad, enton-
" LENCKNKR (igual que nota 27) prueba sus dudas solamente remitiéndose al art. 35 ces esto se debería a una teoría retributiva pura, la cual
[estado de necesidad exculpante], al cual interpreta como una "renuncia a expresar un
reproche de culpabilidad, renuncia legitimada por la continencia de dos causas de atenua- tampoco es querida por LACKNER, pues él enfatiza con
ción de la culpabilidad". Pero ésta no es una interpretación correcta; en esto debo remitir razón que la pena sólo estaría justificada "cuando resulta
a mi exposición en "Strafrccht, A T \ tomo l, 3' cd.. 1997. cap. 22. n. m. 9/10. Pero
incluso si esto fuera correcto, no podría explicarse, sin ayudarse con reflexiones sobre la
ser, al mismo tiempo, un medio necesario para cumplir con
necesidad preventiva de pena, por qué una doble atenuación de culpabilidad lleva a ex- la tarea protectora preventiva del Derecho penal". Precisa-
cluir la punibilidad (en vez de una reducción de |>cna). mente este reconocimiento es el que sirve de base a la
" LACKNER. "StGB". 22' ed.. 1997. com previo art. 13. n. marg. 24. 25.
DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL

categoría de la responsabilidad en un sistema funcional


del Derecho penal.
Luego, la política criminal, la prevención y los fines de
la pena tienen también en la dogmática penal un derecho
argumentativo. Son pautas que posibilitan un punto de
enlace con la criminología.

OBSERVACIONES A LA
«PROHIBICIÓN BE
REGRESO"*

N.d. T.: artículo publicado en el LH a Herbert Tróndle, Berlín 1989, p. 177-200. Título
original en alemán: Bcmerkungen zum RegrcBvcrbot".
[177->]
I.- LAS TEORÍAS ANTIGUAS

La teoría de la prohibición de regreso dice que es impu-


ne la cooperación culposa en una realización dolosa y ple-
namente responsable del tipo: según esta teoría, no res-
ponde penalmente por homicidio culposo quien deja por
ahí un revólver cargado o un cuchillo, con los cuales al-
guien mata dolosamente a otro. Si se me permite dilucidar
la idea de algunas conocidas sentencias, tampoco sería
culpable de un homicidio culposo, bajo una prohibición de
regreso irrestricta, quien hace construir "un departamento
gravemente expuesto al fuego", cuyos ocupantes resultan
después víctimas de un incendio doloso (RGSt. 6 1 , 318).
También sería impune la amante de un hombre casado
que, bajo circunstancias sospechosas, procura veneno a
éste, con el cual mata a su esposa (RGSt. 64, 370) o quien
"a través de expresiones no meditadas sobre lo 'deseable'
que sería un incendio, anima a su interlocutor a cometer el
incendio" (en este sentido la sentencia suiza BGE 105 IV,
p. 330 y ss.) 1 . Esta doctrina tiene una antigua tradición,

La sentencia está impresa en la recicnlc monografía de WEHRLE sobre el tema,


"Fahrlássigc Bcteiligung am Vorsatzdelikt - RcgrcBverbol?", 1986, p. 126 y ss.
d DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL OBSERVACIONES A LA "PROHIBICIÓN DE REGRESO"
El
sin embargo sus fundamentos originarios son hoy en día culposo], 230 [lesiones culposas] C. P. alemán), el legisla-
totalmente obsoletos 2 . dor sanciona penalmente, en delitos puros de resultado, la
causación culposa como tal y no permite reconocer por
Anteriormente era muy defendida la concepción de que
ningún lado que quiera excluir de responsabilidad penal
la relación causal se vería "interrumpida" por la
determinadas causaciones culposas bajo el punto de vista
intermediación de un autor que actúa dolosa y
de la "participación".
culpablemente. Pero ella no puede armonizar con la teoría
de ía equivalencia (ni tampoco con cualquier otro entendi- El tercer argumento proviene de FRANK3, quien tam-
miento de la causalidad), y ya ha sido rechazada por el bién ha acuñado el concepto de "prohibición de regreso".
Tribunal del Reich en las ejecutorias mencionadas (RGSt. Este autor encuentra un "reconocimiento positivo-jurídico"
61, 318; 64,370): una relación de condiciones (así como de la prohibición de regreso en el art. 26 [inducción] C. P.,
cualquier otra relación causal) se da o no se da. Pero cuan- "pues en otro caso el instigador sería simplemente un au-
do se da (porque p. e. recién la conducta descuidada del tor. Pero la peculiaridad de las condiciones previas exclui-
primer actuante ha posibilitado el hecho doloso del segun- das del ámbito causal tiene que enfatizarse incluso en lo
do actuante), entonces, es imposible admitir mentalmente puramente psicológico: ellas sólo pueden desarrollar su
una "interrupción". fuerza causal a través de la mediación de una voluntad
humana, de cuyas decisiones depende el que aquellas
[178->] sean transmitidas, es decir de una circunstancia que se
El segundo argumento tradicional, según el cual se tra- encuentra en aguda oposición con el naturalismo, tal como
taría de una participación impune debido a que el legisla- p. e. se presenta en el tiro efectuado por un jugador de
dor solamente habría querido penar la participación dolo- billar con su taco. En este último caso, la causalidad es
sa como instigación o complicidad, presupone erróneamen- transmitida físicamente; en el primero psicológicamente".
te que en los delitos culposos de resultado sería absoluta- Pero la suposición de que determinados tipos de causalidad
mente posible una diferenciación entre autoría y participa- (aquí: aquélla que es transmitida psíquicamente) ño pue-
ción. Esto es incorrecto, pues los criterios de autoría (sea dan fundamentar una punibilidad se opone tanto a la teo-
que se la vea solamente en el dominio del hecho o en la ría de la equivalencia como a la doctrina de la interrupción
voluntad del autor), al igual que las definiciones legales de de la relación causal. Tampoco FRANK puede sostener
la instigación y de la complicidad (arts. 26, 27 C. P. ale- siquiera su concepción de que una causalidad transmitida
mán), están hechas a la medida de los delitos dolosos y psíquicamente sería siempre impune (sin considerar a la
no pueden ser trasladadas a los hechos culposos. Tal como instigación y eventualmente a la complicidad) al declarar
el propio tenor de la ley evidencia (arts. 222 [homicidio que la teoría de la prohibición de regreso no sería aplica-

Por eso se puede renunciar a una exposición historien mis detallad;»; WEHRLE provee
referencias bibliográficas provenientes de la literatura más antigua; ver nota I. "Das Strafgcsetxbuch fiir das Deutsche Reich", 18* cd., 1931, p. 15 y s.
Kl DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL OBSERVACIONES A LA 'PROHIBICIÓN DE REGRESO"
MM
ble en los autores inimputables o solamente imprudentes. 1.- EL PRINCIPIO DE LA PROPIA RESPONSABILIDAD SEGÚN WELP
Si se piensa que además de estos dos casos existe una
WELP10 opina que ol autor doloso que actúa de mane-
forma de autoría autónoma y en la actualidad expresamente
ra inmediata "bloquearía" al extraño [AuGerstehender] el
reconocida por el legislador, la autoría mediata, la cual es
"acceso" a una responsabilidad por el resultado. La posibi-
intermediada exclusivamente de manera psíquica, enton-
lidad de influencia del partícipe se reduciría "a anteponer
ces ya desde la ley resulta insostenible la tesis de una
motivos, que la elección propia y responsable del autor
incompatibilidad entre autoría y causalidad transmitida psí-
principal muestran como una simple tentación"11. La pro-
quicamente.
pia responsabilidad del autor doloso constituiría un "ámbi-
[179->] to de responsabilidad" que sería "ajeno" para todos los ex-
traños. "Incluso ante la mayor probabilidad de comisión del
II.-TEORÍAS RECIENTES hecho nadie tiene considerar que al actuar su sustrato
Pese a todo, la doctrina de la prohibición de regreso se mental o material podría ser abusado por otro para accio-
aterra tercamente a la vida. Independientemente de que nes criminales. Tal reducción de la libertad individual de
se haya reconocido plenamente la incorrección de las tres actuar no solamente tendría [180->] proporciones incon-
antiguas argumentaciones arriba esbozadas, también en mensurables, sino también sería injusta frente a los partí-
los últimos tiempos se encuentran una y otra vez autores cipes". Entonces, el influjo no doloso en la libertad ajena
que apoyan una prohibición de regreso. Solamente men- sería, bajo cualquier circunstancia imaginable, "adecuado
cionaré a LAMPE 4 , NAUCKE 5 , WELP 6 , OTTO7 y última- socialmente"12.
mente de nuevo WEHRLE 8 . Las objeciones sobre una in- Pero con ello se sobrecarga al principio de la propia
terrupción del nexo causal pueden ser fácilmente tomadas responsabilidad. Cierto es que de este principio se deriva
en cuenta, negando no la causalidad, sino solamente la que quien actúa de manera plenamente responsable no
relación de imputación. Entre los argumentos expuestos puede ser por sí mismo víctima de una imprudencia ajena,
para ello escojamos solamente tres de los más recientes9. lo cual tiene gran trascendencia penal cuando se posibili-
tan "autolesiones" [lesiones a uno mismo] y "autopuestas

4
'TátcrschaftbcifahrlassigcrSlraftar.ZSlW.tomo?!. 1959, p. 579(611 y ss).
' "Líber das RegrcBverbot i m Strafrcchf". ZSlW. «orno 76,1964, p. 409.
* "Vbrangegangencs Tun ais Cmndlagc eincr Handlungsaquivalcnr. dcr Unterlassung". cuya decisión no habría querido modificar el C. P. de 1871. Sin embargo difícilmente
1968. p 274 y ss.. 283 y ss.. 299 y ss. puede deducirse algo de el C P. prusiano de 1851 para el C. P. en su versión actualmente
' Por primera vez en: "Kausaldiagnosc und Erlolgszurechnung im Strafrccht", L H a vigente.
10
Maurach. 1972. p. 9 1 . El autor se ocupa príiuciamcntc de la cuestión sobre si una actuación culposa previa
* Igual que en la ñola I. p. 81 y ss.. y passim (en lugares diversos). puede fundamentar una posición de garante por injerencia en el hecho doloso posterior.
* L A M P E se basa mayormente en argumentos político-criminales y en la impunidad del Sin embargo, después de negar esto, también deduce consecuentemente el rechazo de un
hecho de posibilita! culposamente un suicidio; ambos serán tratados durante el curso de hecho comisivo culposo y con ello admite la prohibición de regreso.
la exposición. N A U C K E (igual que en la nota 5. p. 432 y ss.) se apoya, entre otras cosas, " Ver nota 6, p. 277.
11
en el C. P prusiano de 1851. el cual habría declarado impune la participación culposa, y Ver nota 6. p. 285 y s.
^m DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL OBSERVACIONES A LA "PROHIBICIÓN DE REGRESO
El
en peligro" [el ponerse en peligro a sí mismo]' 3 . Sin em- precisamente tal conducta es extremadamente peligrosa,
bargo, esto no cambia para nada el hecho de que con res- pues las decisiones de la voluntad humana son libres e
pecto a la lesión de terceros puede haber varios responsa- impredecibles. No es comprensible por qué tenga que ser
bles, así sea incluso en la forma escalonada de culpabili- socialmente inadecuado y constituir una injusta "reducción
dad dolosa y culposa. Ciertamente, quien posibilita de la libertad individual de actuación" el que se pretenda
culposamente un hecho doloso (al igual que también el que en tales situaciones el poseedor de un cuchillo se nie-
inductor) no tiene que conculcar la libertad de decisión del gue a proporcionarlo.
actuante inmediato, pero sí puede crear, bajo ciertas cir- Hay que agregar que WELP mismo rompe con su prin-
cunstancias, un considerable peligro para la comisión del cipio para el caso de que el actor no doloso ponga fuera
hecho. Y es esta creación no permitida del peligro la que, de acción a garantes, rescatadores u otras [181 ->] medi-
según los principios generales, desencadena la imputación das de protección 14 . Entonces, cuando A sabe que su
del resultado al tipo objetivo y con ello la responsabilidad coinquilino está amenazado por un asalto, podrá hacerse
culposa. Para que esto no ocurra en los casos de la prohibi- punible cuando abre la puerta por un descuido (o no la
ción de regreso se necesita un fundamento especial. vuelve a cerrar) y facilita así la entrada al autor. Pero cuan-
WELP provee este fundamento remitiéndose a la "ade- do A descuidadamente revela el paradero de su coinquilino
cuación social" de cada promoción no dolosa de hechos al actor ya decidido a cometer el hecho, pero sin haber
dolosos. No obstante, su tesis de que la facilitación no conocido sus intenciones, una punición por culpa fracasa-
dolosa de acciones punibles sería adecuada socialmente ría debido a la prohibición de regreso. El tratamiento dife-
"también en casos de la mayor probabilidad" y "bajo todas renciado estaría justificado por el hecho de que el favore-
las circunstancias imaginables", no deja de ser una afir- cedor descuidado, en el segundo caso, influye en el he-
mación sin prueba alguna, pese al énfasis que pone. Por cho por intermedio de la voluntad libre del actor, mientras
cierto que es correcto que muchas motivaciones y promo- que en el primero no. Pero esta distinción no fundamenta
ciones no dolosas para la realización del hecho son ade- ninguna diferencia en la peligrosidad del primer actuante,
cuadas socialmente (esto será tratado más abajo). Pero y es esto lo que importa para la imputación. Además, no
es insostenible la suposición de que esto tenga que ser modifica ni un ápice la decisión volitiva del autor el que el
así necesariamente. Si A pide un cuchillo con el que quie- extraneus le haya facilitado descuidadamente el hecho pro-
re acuchillar a B, y C se lo alcanza porque éste despreocu- curándole un instrumento o eliminando un obstáculo.
padamente - a fin de desenmascarar a A- confía en que
2. EL PRINCIPIO DE LA CAPACIDAD DE DIRECCIÓN EN OTTO
éste no se atreverá a hacerlo, esto no constituye una com-
plicidad dolosa, sino solamente una culpa consciente. Pero OTTO llega a la prohibición de regreso introduciendo la

,J 14
Comp. alrespectoinfra III. I. Ver nota 6. p. 293 y ss.; al respecto WEHRLE. nota 1, p. 78-80.
•£• DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL OBSERVACIONES A LA "PROHIBICIÓN DE REGRESO* ea¡
"capacidad de dirección" como criterio de imputación: "La decibles, inadecuados, se opongan a una imputación del
capacidad de dirección del actuante originario termina don- resultado 17 , entonces resulta que cursos causales como
de otra persona -libre en sentido jurídico- configura los los ya expuestos a manera de ejemplo de ninguna manera
hechos conscientemente según sus propios planes o ex- quedan fuera de toda experiencia de vida y están por ello
cluye al actuante previo del ámbito de influencia del ries- én el marco de lo "dirigible"18.
go". Con seguridad es aquí correcto que aquél que deja
Así, si se quiere fundamentar la prohibición de regreso
por ahí un revólver cargado o motiva a otro a la comisión
por ausencia de capacidad de dirección, sólo queda la po-
de un delito a través de sus descuidadas palabras, no pue-
sibilidad de interpretar este concepto de tal manera que la
de "dirigir" la conducta del actor doloso en la medida en
capacidad de dirección falte cuando el curso de los acon-
que el accionar de éste se basa en su libre decisión. Pero
tecimientos ya no pueda ser dominado por el primer ac-
el concepto de capacidad de dirección es muy impreciso
tuante después de haber colocado la causa portadora del
como para que sirva de criterio general de imputación 15 . Si
peligro19. Sin embargo, no hay tal capacidad de dirección
se le entiende en el sentido de una evitabilidad del resulta-
en caso de un hecho libre y doloso del segundo actuante.
do 16 , uno tiene que decir que aquél que posibilita la comi-
Pero ella tampoco se presenta cuando se acepta de ma-
sión de un delito doloso mediante su descuido habría po-
nera general una imputación penal y se excluye una prohi-
dido evitar plenamente el resultado mediante una conduc-
bición de regreso, a saber, en caso de una simple impru-
ta cuidadosa. Quien p. e. procura veneno a aquél que
dencia del actor inmediato. El que alguien vaya a disparar
reconociblemente muestra tendencias de querer matar a
dolosa o imprudentemente con el revólver cargado que A
su esposa (RGSt. 64, 370), o quien, [182->] a través de
descuidadamente ha dejado en un lugar accesible al pú-
sus expresiones irreflexivas sobre lo deseable que sería
blico, es en igual medida ingobernable para el propietario
un incendio, motiva a otro a incendiar (BGE 105 IV 330 y
ausente. Efectivamente, una falta de capacidad de direc-
ss.) habría impedido indudablemente el resultado omitien-
ción en este sentido se presenta incluso frecuentemente
do estas acciones. Entonces, tal concepto de la capacidad
cuando entre la primera causa y el resultado no interviene
de dirección no sostiene una prohibición de regreso.
ninguna otra conducta humana: quien deja una resbalosa
Por otro lado, si se entiende el concepto de la "capaci-
dad de dirección" como "capacidad objetiva de consecu-
ción final", de manera tal que los cursos causales impre-
2* ed. 1982, p. 54: "Evitables son los resultados cuya producción o no-producción puede
dirigir el autor a través de su intervención en los cursos causales de los hechos".
" Sobre esto ROXIN. "Gedanken zur Problemntik der Zurechnung im Strafrecht". en
"Slrafrechtliche Grundlagcnprobleme", 1973, p. 123 y ss. (124). (N. d. T.: en español pue-
,s
Por lo demás OTTU pretende penar al primer actuante en caso de una posición de garante de consultarse: "Problemas fundamentales del Derecho Penal", Madrid. 1976, p. 128 y ss.]
frente al bien jurídico lesionado, pese a faltar una capacidad de dirección (comp. "Grenzcn '* Esto es injustamente negado por el Tribunal suizo en el caso arriba expuesto del incendio
der l-ahrlassigkcitshaftung im Strafrcchl", JuS 1974, p. 702 y ss. (706). Puesto que esta motivado \wr expresiones irreflexivas, basándose en la supuesta ausencia de "adecuación";
problemática será tratada con mas detenimiento enrelacióncon la concepción de WEHRLE al respecto acertadamente WEHRLE, v. nota 1, p. 38 y s. Más al respecto infra, V, 2.
(inlra II, 3), se prescinde aquf de una mayor explicación. " La ausencia de capacidad de dominio es también para N AUCKE un punto de vista deci-
'* Como se evidencia en las expresiones mas tardías de OTTO, comp. "Gnindkurs Slrafrcclu". sivo, ver nota 5, p. 428.
wzm DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL OBSERVACIONES A LA "PROHIBICIÓN DE REGRESO- BS^

cascara de plátano sobre la acera carece de toda "capaci- No obstante, a esta argumentación se oponen dos co-
dad de dirección" frente a alguna rotura de pierna de un sas. En primer lugar, el legislador alemán no conoce, por
peatón que venga detrás. lo menos en la relación entre autoría e inducción, nada
parecido a una relación escalonada, sino somete ambas
Luego, no se puede cimentar una prohibición de regreso ' conductas al mismo marco penal. Se trata de distintos ti-
en un criterio de imputación de "capacidad de dirección", pos de injusto, no de diferencias en cuanto a la magnitud
pues según como se entienda este elemento, o bien se pre- de injusto o de culpabilidad, de tal manera que no puede
senta también en la causación de una comisión dolosa de deducirse ninguna conclusión en el sentido de que la falta
un delito, o bien falta también en los casos que indiscutible- de merecimiento de pena de la provocación culposa impli-
mente no están sometidos a la prohibición de regreso. que lo mismo para hechos punibles dolosos. Y, en segun-
do lugar, no pueden trasladarse total o parcialmente a con-
[183->] ductas culposas los motivos que han llevado a diferenciar,
3.- EL DESNIVEL OE INJUSTO ENTRE EL DOLO Y LA IMPRUDENCIA EN en los hechos dolosos, la autoría, la inducción y la compli-
WEHRLE cidad (la presencia o la ausencia del dominio de hecho y la
compensación, determinante para medición de la pena,
WHERLE 20 plantea la cuestión de si "el desnivel de in-
de la ausencia de dominio de hecho a través de la deter-
justo entre imprudencia y dolo, que rebaja la clasificación
minación dolosa al delito en la inducción). Si la complici-
del primer actuante doloso de autor mediato a partícipe,
dad es sancionada con menos pena que la autoría dolosa
[no tendría que] llevar a la impunidad". Él responde afirma-
debido a la falta de dominio del hecho del cómplice, no
tivamente, pues la "valoración que se encuentra detrás de
puede deducirse de ello la falta de merecimiento de pena
la exclusión de la autoría mediata... [obraría] en la impru-
del "cómplice" culposo, pues el dominio del hecho no jue-
dencia". En otras palabras: si la provocación dolosa de
ga de todas maneras ningún papel en las conductas cul-
hechos dolosos no es una autoría dolosa, sino "sólo" par-
posas, de tal manera que estas son sometidas con justicia
ticipación, la provocación culposa de hechos dolosos tam-
al concepto unitario de autor. Cuando WEHRLE.quiere
poco es penada como una autoría culposa, sino debe que-
equiparar a un primer actuante no doloso (incluso en caso
dar impune debido a que los hechos culposos, después
de que fuera "groseramente no solidario" frente al bien ju-
de todo, presentan un reducido merecimiento de pena. Aun
rídico amenazado) solamente en su contenido de injusto
cuando "el primer actuante no doloso... ante la notoriedad
con los arts. 138 [Omisión de denunciar hechos punibles]
del hecho doloso, [fuera] groseramente no solidario frente
y 323c [omisión de auxilio] del C. P.2', no toma en cuenta
al bien jurídico amenazado", esto no fundamentaría una
que los hechos culposos de comisión apenas tienen algo
infracción del deber de cuidado.
en común con auténticas omisiones dolosas y que p. e. el

Ver nota I, p. 83. Ver nota l.p. 85.


EH DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL OBSERVACIONES A LA "PROHIBICIÓN DE REGRESO"
¡EM
marco penal del art. 138 es exactamente el mismo que el tendría que llevar por lo menos siempre a una posición de
del art. 222 del C. P. garante por injerencia. WEHRLE quiere evitar este resul-
tado explicando que "la construcción de la injerencia" per-
[184->]
manecería "en caso de una prohibición de regreso sin la
Sin embargo, para juzgar la concepción de WEHRLE ni significación que fundamente una posición de garante"25.
siquiera importa decisivamente todo esto, ya que el propio . Pero, a través de esto, las soluciones caen en la arbitrarie-
autor escapa a la prohibición de regreso que él postula, al dad, pues no es más que una fagon de parler e¡ juzgar
quitarle vigencia en caso de una posición de garante del bajo el punto de vista de la injerencia la promoción que se
primer actuante. Así pretende22 hacer responder por un hace al autor doloso a través del hacer accesible el vene-
hecho culposo al garante-protector que se comporta des- no y el revólver o de la construcción de un departamento
cuidadamente, y en general también al garante-vigilante, expuesto al peligro de incendio, o el que se vea en ello
incluso cuando se interpone un tercero que actúa dolosa- una creación y/o una falta de vigilancia de una fuente de
mente. La amante que ha procurado un veneno poco co- peligro -que superen la prohibición de regreso.
rriente en el mercado al marido ya decidido a asesinar de-
Por lo demás, WEHRLE pretende, según mi entender,
bería, entonces, ser penada por homicidio culposo, pues
de entre los casos clásicos de la prohibición de regreso,
no ha cuidado suficientemente la fuente de peligro "vene-
dejar impunes solamente la causación de un incendio
no"23 . "Quien procura a un tercero (el cual anuncia que
mediante un hablar descuidado sobre lo deseable que sería
dará un golpe)" un revólver, infringiendo el deber de cuida-
éste (BGE 105 IV, 330 y ss.) 26 . Pero, puesto que tales for-
do, deberá responder como autor culposo de igual mane-
mas de expresarse son mucho más idóneas para motivar
ra que "el propietario de un inmueble, quien, como garan-
a cometer un incendio doloso que por ejemplo la construc-
te, tiene que responder por que la casa dé seguridad a los
ción de un departamento expuesto al peligro de incendio
bomberos" cuando el departamento sea incendiado dolo-
(RGSt. 61,318), es poco claro que el primer caso deba ser
samente por otro (RGSt. 6 1 , 318) 24 .
impune, mientras que el segundo sea punible. En todo caso,
Esta idea, si es desarrollada consecuentemente, ten- la prohibición de regreso pierde toda nitidez y también,
dría que eliminar completamente la prohibición de regre- ampliamente, su importancia práctica, cuando, en. forma
so. Y es que, dado que una imputación de culpa natural- algo velada, [185->] en parte es priorizada y en parte pos-
mente sólo entra en consideración cuando el primer ac- tergada en relación con las posiciones de garante.
tuante crea un peligro para el bien jurídico, la creación de
este peligro, por constituir un hacer culposo precedente,

" Siguiendo ampliamente a JAKOBS. Sirafrecht, AT. 1983, cap. 24, n. marg. 19.
" Ver nota I. p. 107-108 (especialmente nota 82). " Ver nota I, p. 113.
-" Ver nota I. p. 108-109. 16
Ver nota 1, p. 84-85 (nota 45).
•gil DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL OBSERVACIONES A LA "PROHIBICIÓN DE REGRESO"
wm
III.- LA PROHIBICIÓN DE REGRESO COMO PROBLEMA 1.- La participación "culposa" en suicidios dolosos,
DE LA TEORÍA GENERAL DE LA IMPUTACIÓN autolesiones y autopuestas en peligro no es imputable al
Los intentos de introducir la prohibición de regreso como tipo objetivo, porque no es comprendida por el fin de pro-
regla especial para una exclusión general de la imputa- tección de los arts. 222, 230 StGB30. Esta limitación del fin
ción en los delitos culposos no han sido, entonces, muy de protección no se deriva de una prohibición de regreso
exitosos. Tal criterio no puede ser fundamentado forzosa- de validez general, sino de una decisión valorativa del le-
mente, pero tampoco sus partidarios pueden siquiera sos- gislador, la cual se manifiesta en la impunidad de la partici-
tenerlo de manera ilimitada. Sin embargo, ya las reglas pación en un [186->] suicidio decidido responsablemente
reconocidas por la doctrina general de la imputación esta- por la víctima [N. d. T.: el C. P. alemán no sanciona expre-
blecen que la cooperación no dolosa en hechos dolosos, samente la "instigación o ayuda al suicidio"]. Si la partici-
en la mayoría de los casos, no puede ser imputada al tipo pación dolosa en el suicidio es indiscutiblemente impune,
objetivo y es impune. Cuando Max Emst MAYER27 opina- con más razón deben ser impunes la cooperación culposa
ba, con una frase muy citada28, que la regla de la prohibi- en suicidios, autolesiones y dolosas autopuestas en peli-
ción de regreso se vería "confirmada por la persistente co- gro. Esto ya lo ha expresado acertadamente el BGH para
rrección de las sentencias resultantes de ella", y cuando la el hecho de posibilitar sin dolo un suicidio (en BGHSt. 24,
mayoría de sus partidarios invocan una falta de necesidad 342 y ss.), y también lo ha reconocido fundamentalmente,
de pena29, podría estar fundado esto en un juicio correcto siguiendo en adelante la moderna teoría de la imputación
para la regla general, juicio que sólo ha sido moldeado en después de un espectacular cambio, para la participación
la forma rígida de una prohibición general de regreso, de- en dolosas autopuestas en peligro (BGHSt. 32,262 y ss.)31.
bido a que todavía no había una teoría suficientemente Así, cuando todavía LAMPE32 (y otros autores que ya
elaborada de imputación objetiva. antes de él habían argumentado de manera parecida) opi-
Según la concepción actualmente dominante, la impu- na que, de no haber prohibición de regreso, tendría que
tación al tipo objetivo presupone que en el resultado se penarse por homicidio culposo a aquél que dejara "su re-
realice un peligro no permitido creado por el autor (2) y vólver cargado a la vista por un descuido", con el cual otro
que el impedir un resultado, como el que ha ocurrido, esté
comprendido por el fin de protección del tipo (1). Si se par- cesidad de penar al partícipe culposo cuando el hecho es castigado mediante la punición
te de ello, resultan, en primer lugar, dos cosas para la co- del uutor doloso". Más ref. en WEHRLE, ver nota 1, p. 5.
operación no dolosa en un hecho punible ajeno: '" Comp. más ampliamente ROXIN. "Zum Schutzzwcck dcr Norm bei fahrlfissigcn
Deluden", en LH a Gallas. 1973. p. 241 y ss.
1
' En este contexto no interesan las particularidades; comp. no obstante mis observaciones al BGHSt.
32,262 y ss. en NStZ, 1984. p. 411. Lamentablemente el BGH no lia extraído la consecuencia
11
"Der AllgemcineTeildcsDeuischenStrafrechts". 1915, p. 154. correcta de rechazar la posición de garante para las omisiones subsiguientes y con ello lia vuelto
2
* R c . todavía WELP lo invoco, ver nota 6. p. 286. mientras que N AUCKE. ver nota 5. p. a abandonar parcialmente su correcta comprensión; comp. BGH NStZ 1984,452; NStZ 1985,
421 -422. expone la oración precisamente como ejemplo de las argumentaciones comu- 318 y las "Observaciones" de ROXIN. También tienen razón al adoptar una actitud negativa
nes, pero insuficientes de la doctrina antigua. I)REHER/rRÓNDLE.43,cd.. l986.com.prcv.art. I3.n.m. 19.
N 12
Comp. asi I lellmuth MAYER. "Strafrecht. AT". 1953. p. 138: no existiría "ninguna nc- Ver nota 4, p. 613.
WT5W DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL OBSERVACIONES A LA "PROHIBICIÓN DE REGRESO"
EB
dispara dolosamente, está plenamente justificado el recha- das frecuentemente con el ejercicio de dicha libertad, y,
zo de la punibilidad. Pero este rechazo se deriva de la ya por otro lado, a través de los peligros inevitables resultan-
mencionada idea del fin de protección, el cual únicamente tes de ello, que subyacen en cualquier riesgo permitido.
ha sido inferido de la impunidad de la participación en el
La venta de cuchillos, cerillos, encendedores, combusti-
suicidio y no permite ninguna conclusión sobre la impuni-
ble, hachas y martillos, y la transmisión de tales objetos no
dad general de la cooperación no dolosa en caso de da- sería posible si uno tuviera que adecuarse a hechos punibles
ños dolosos de terceros. Después de todo, de lo expuesto dolosos de los compradores y otros receptores. Ya estos
resulta que la prohibición de regreso da en el blanco por casos muestran lo que rige por lo demás: si uno tuviera que
sus resultados, aunque no por sus fundamentos, para el prescindir de ofrecer oportunidad para la comisión de he-
extraordinariamente importante y múltiplemente variado chos punibles dolosos, una vida social moderna sería tan
grupo de casos de la cooperación en autolesiones dolo- poco posible como si se renunciara a un tráfico vehicular.
sas y responsables.
El que la impunidad se deba al riesgo permitido, cada
2.- Todavía es más importante el entendimiento de que uno de cuyos presupuestos habrá de precisar todavía, no
la mayoría de los casos de causación no dolosa de he- debe mal interpretarse como reconocimiento de una prohi-
chos punibles dolosos, según los principios de la teoría bición de regreso con el ropaje de otra terminología. Esto
general de la imputación bajo el punto de vista del riesgo es mostrado no sólo por los límites del riesgo permitido
permitido, tampoco puede ser imputada al tipo objetivo. que serán expuestos a continuación, sino puede recono-
Un caso de riesgo permitido es el principio de confianza, cerse también sobre todo en que la impunidad de! primer
reconocido generalmente en el tráfico vehicular33. Este prin- actor principalmente no está limitada -como la prohibición
cipio, válido para la conducción de autos bajo el precepto de regreso- a conductas no dolosas. También queda im-
de que nadie tiene por qué contar con infracciones (culpo- pune quien, al vender cuchillos o hachas, actúa con dolus
sas o dolosas) de tráfico de los demás participantes si no eventualis respecto a posibles hechos punibles35. Pues un
tiene indicios especiales, debe trasladarse a otros ámbitos riesgo permitido está permitido independientemente de la
de la vida conforme a lo siguiente: todos deben, por regla actitud del actor con respecto al resultado; también quien
general, [187->] confiar que los demás no cometerán he- no confía puede invocar el principio de confianza.
chos punibles dolosos34. Esta oración puede fundamen-
tarse, por un lado, a través de una ponderación entre la
libertad de acción humana y las ventajas sociales vincula-
yss.;LK-SCHROEDER, l(í,ed..com.art. ló.n.marg. 184; Schdnkc/Schroder/CRAMER.
2.V. I988.art. IS.n.marg. 154;SK-RUDOLPHI(abril !986).com.prcv.art. I.n.marg.
72. Estorigepara todos, sólo que con diferentes restricciones y modificaciones a las cua-
les regresaremos.
" Comp.. c. más reí., detalladamente WEHRLE, ver nota I. p. 52 y ss. Desarrollando más aún " Al respecto especialmente JAKOBS. "Strafrecht. AT', 1983, cap. 24, n. marg. 21. Puede
el todavía poco esclarecido principio de confian/a Hcribcrt SCHUM ANN, "Strafrechtlicltes quedar en suspenso el que esto, como opina JAKOBS, rija sin excepciones, o que, en el
Handlungsunrvcht unddas PrinzipdcrSelbstverantwortungder Andcren". 1986. caso concreto, la responsabilidad dolosa también pueda ir más allá que la responsabilidad
M
Así. siguiendo esta tendencia. STR ATENWERTH. "Slrafrechl. A T . 1981. n. inarg. 1162 culposa, pues aquí sólo se trata de la imputación culposa.
El DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL OBSERVACIONES A LA "PROHIBICIÓN DE REGRESO" W331
IV.- INTENTOS DE DETERMINAR EL RIESGO PERMITIDO ceniceros pesados, para los que el hecho de dejarlos al
EN EL PRIMER ACTOR NO DOLOSO alcance de todos indudablemente tiene que ser visto como
un riesgo permitido, portan "en sí" el peligro de un incendio
Pero a diferencia de la prohibición de regreso, inflexible
y de fracturas al cráneo, si alguien los usa para ello. Pues-
desde su concepción ideal, todo riesgo permitido tiene sus
to que casi todos los objetos pueden ser utilizados en cual-
límites, que al ser infringidos hacen que la mencionada pon-
quier delito doloso, su "facilitación" por si sola no es sufi-
deración recaiga, a favor del bien jurídico puesto en peligro.
ciente para una imputación al tipo objetivo y, por tanto,
La ubicación de estas fronteras es vivamente discutida en-
tampoco para una imputación de imprudencia.
tre los autores que tratan el problema sin implantar una fun-
damental prohibición de regreso, [188->] sino aplicando el 2.- PUNTOS DE REFERENCIA CONCRETOS PARA LA PROXIMIDAD DE UN HE-
punto de vista de la teoría general de la imputación. CHO DOLOSO

1 . - L A PELIGROSIDAD INMANENTE DE UNA INFRACCIÓN DEL CUIDADO Es evidente que el límite del riesgo permitido debe ser
establecido, en correspondencia con el principio de con-
JESCHECK36 opina: "Si una lesión del deber de cuida-
fianza en el tráfico vehicular, allí donde están dados pun-
do ya contiene en sí misma el peligro de la producción de
tos de referencia concretos para la comisión de un hecho
un resultado típico, entonces el aprovechamiento de una
doloso 37 . Después de todo, con ello el alquilar un departa-
situación favorable para la realización de un hecho doloso
mento expuesto al fuego y el dejar por ahí objetos peligro-
está en el marco del riesgo jurídicamente desaprobado".
sos no serían así por así factores que fundamenten la im-
Según esto, el preservar descuidadamente un veneno o el
prudencia.
alquilar un departamento expuesto al fuego harán que el
primer actuante sea responsable por un hecho impruden- El criterio apunta también en la dirección correcta. No
te en caso de un envenenamiento o incendio dolosos obstante, en relación con los delitos dolosos, es demasia-
subsecuentes. Por el contrario, por ejemplo, el dar un arma do vago, a diferencia de lo que ocurre en el tráfico vehicular
de caza, con el cual se comete un asesinato, se mantiene donde el no respeto de las reglas de tráfico es reconocible
en el marco del riesgo permitido. mediante la forma de conducir de los demás. P. e. ¿cons-
tituye un "punto de referencia" el hecho de que en varias
Sin embargo, de esta manera no es posible una clara
ocasiones se haya apuñalado a alguna persona en un
delimitación, pues no es inteligible por qué el veneno y la
determinado barrio, de manera que sólo pueda venderse
casa expuesta al fuego deban portar "en sí mismos" el
cuchillos [189->] a personas conocidas por su especial
peligro de un envenenamiento y el de un incendio respec-
confiabilidad? ¿La adquisición de veneno para ratas es un
tivamente, mientras que el arma no lo deba tener con res-
punto de referencia para un posible y planificado homici-
pecto a un delito de homicidio. Incluso encendedores o
dio por envenenamiento?

"Straírcclu. AT",4'ed. 1988. cap. 54. IV. I. p. 517. " En este sentido RUDOLPHI en SK (Abril de 1996). n. marg.72.com. prev. art. I.
fEM DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL OBSERVACIONES A LA "PROHIBICIÓN DE REGRESO"
wm
¿La excitación do aquél que compra un hacha insinúa alguien todavía no decidido a cometer el hecho, p. e. po-
un posible homicidio planificado, de manera que el vende- niendo a su disposición un arma.
dor podría ser penado eventualmente por homicidio culpo-
so? La respuesta afirmativa a estas preguntas y la imputa- 4.- ACCIONES PRIMARIAS, CUYO SENTIDO OBJETIVO SOLAMENTE PUEDE
ción de cualquier resultado al primer actuante iría siempre SERVIR PARA LA COMISIÓN DE UN DELITO
demasiado lejos, pues todos aquellos indicios son varia- JAKOBS 3 9 y siguiéndolo últimamente también
dos y también pueden ser vistos como inocuos. Pero en- STRATENWERTH40 pretenden aceptar una responsabilidad
tonces no hay ningún motivo para derogar el principio de por imprudencia en aquellas acciones primarias no dolosas
confianza. cuyo único objetivo imaginable radica en la promoción de
un delito. Entonces, se excluiría una responsabilidad del
3.- LA PROMOCIÓN DE UNA PERSONA RECONOCIBLEMENTE RESUELTA A
COMETER EL HECHO
primer actuante cuando su conducta también tiene sentido
sin el subsiguiente hecho doloso del ejecutante41. Según
De la comprensión acerca de la incapacidad de determi- esto, una imputación por imprudencia tendría que resultar
nación de cualquier punto de apoyo se desprenden tam- en la [190->] sentencia RGSt. 64, 370, "cuando el veneno
bién diferentes soluciones que pretenden vincular a presu- sólo puede ser razonablemente utilizado por el amante para
puestos muy estrechos y claramente definidos una imputa- fines delictivos"42 o cuando "la entrega de un arma, según
ción de la cooperación no dolosa a un hecho doloso. las circunstancias, en el caso concreto no puede tener otro
STRATENWERTH38 ha desarrollado la tesis de que "so- sentido que servir para la comisión de un delito, el cual to-
lamente cuando otro está ya resuelto, de manera recono- davía no tiene que estar planificado en todas sus particula-
cible, a cometer el delito" resultaría imprudente posibilitar- ridades (de manera que tampoco es todavía posible un dolo
le o facilitarle la ejecución. Sin embargo, cuando la resolu- de participación suficientemente determinado)"43.
ción a cometer el hecho [Tatentschlossenheit] se presenta Esta solución no es realizable porque difícilmente exis-
abiertamente, la cooperación del tercero, por regla gene- ten acciones cuya finalidad, bajo un juicio objetivo, sola-
ral, se representará como una participación dolosa. Pero mente puede radicar en una promoción del delito, inde-
si ella no se presenta abiertamente, por tratarse de un acon- pendientemente de algunos casos de participación dolo-
tecimiento interno, será difícilmente reconocible y apenas sa44 : "hasta el veneno más letal no tiene objetivos de apli-
podrá delimitarse de la todavía indecisa inclinación hacia
el hecho [Tatgeneigtheit]. Además apenas podrá verse
como riesgo permitido el que se motive irreflexivamente a
w
"RcgreBverbott*:imEríblgsdclikt".ZSlVV.tomo89, 1977. p. I yss.(23).
Strafrechl. AT". 3* ed. 1981. n. marg. 1164.
41
JAKOBS. '•Sual'recht. AT". 1983, cap. 24, n. marg. 15.
4J
JAKOBS, veinota 39. p. 25.
'" •'Strafrechl. AT", 2' cd.. 1976. n. man». ' 162; igualmente WOLTER. "Objektive und 41
STRATENWERTH, ver nota 40.
personale Zurcchnung von Vcrhaltcn, Gcfahr und Verlctzung in einem funktionalcn 44
WEHRLE, ver nota I. p. 74, cuya crítica a esta solución (p. 73-76) es totalmente digna
Straflatsystem". 1981. p. 348 y s.
de aplauso.
El DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL OBSERVACIONES A LA "PROHIBICIÓN DE REGRESO" EH
cación delictuosa". Incluso cuando alguien, en el marco de [191->] del receptor de emplear el arma para cometer un
una discusión por la vía de los hechos pide un arma, su delito doloso, sin embargo, debe bastar la inclinación ha-
dación no tiene necesariamente que perseguir la comisión cia el hecho, que se puede reconocer en la situación dada,
de un delito; ella puede servir también para una legítima para impedir que extraños ejecuten acciones que puedan
defensa o para una simple amenaza. Es más, la entrega conducir a una escalada peligrosa para la vida. Por ello, si
de un instrumento mortal como una guillotina no tiene que ocurre una grave lesión dolosa o un homicidio, es apropiado
servir para un delito, sino también puede servir para fines imputar el resultado al primer actuante como hecho culposo.
de estudio o de exposición. Sin embargo, tal como acertadamente muestra
JAKOBS 45 , para la imputación no es suficiente cualquier
V.- LA PROMOCIÓN DE LA INCLINACIÓN HACIA EL HE- condición puesta por un foráneo ante una reconocible ten-
CHO COMO CRITERIO DE IMPUTACIÓN PARA EL PRI-
dencia hacia el hecho. La ejecución de la amenaza: "si te
MER ACTUANTE
vas, mato a alguien" no puede motivar a condenar por ho-
1.- LA FUNDAMENTACIÓN DEL CRITERIO
micidio culposo a quien se va, así como tampoco es culpa-
ble el juez por este hecho cuando asaltantes insinúan el
Entre resolución hacia el hecho [Tatentschlossenheit] y asesinato de un político en caso de continuar el proceso, y
la propiedad objetiva de vinculación al fin [objektive luego lo realizan. El que tales constelaciones no solamen-
Zweckgebundenheit] radica una característica que posibi- te tengan importancia académica, lo muestran sobre todo
lita una clara delimitación y evita las debilidades de am- los secuestros de aviones de los últimos años. Si los se-
bas: la inclinación reconocible hacia el hecho. Basándose cuestradores matan pasajeros debido a que, pese a la ame-
en la inclinación hacia el hecho el criterio considera, por naza de muerte, se emprende acciones para la liberación
un lado, que una primera acción no puede ser interpretada de los rehenes o se deniega el suministro de combustible
como intolerablemente peligrosa por ella misma, sino so- al avión, entonces los oponentes de los secuestradores no
lamente a partir del contexto reconocible de las intencio- son responsables de un homicidio culposo, aunque era reco-
nes del potencial autor doloso. Por otro lado, este criterio nocible la inclinación de los secuestradores hacia el hecho.
escapa a las dificultades que resultan de la estrechez y de
la incapacidad de determinación de una resolución fija hacia El motivo para el rechazo de una imputación culposa
el hecho. Quien ve a dos hombres envueltos en una riña radica en que la conducta del foráneo en tales casos, se-
sin cuartel, que va a desembocar en daños considerables gún su sentido objetivo, no puede ser juzgado como "pro-
para ambas partes, y alcanza a uno de ellos (que quizás moción" de la inclinación ajena hacia el hecho. El hecho
es amigo suyo) un arma, puede ser que con ello no preste de irse, de que un juez siga un proceso, de oponerse a los
una complicidad dolosa, sino solamente quiera facilitarle
su defensa. Entonces, aunque la finalidad objetiva de su
acción no está dirigida necesariamente a la comisión del
delito y todavía no está dada una "resolución reconocible" " "Strafrecht, AT", 1983. cap. 24, n. marg. 16.
EDI DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL OBSERVACIONES A LA "PROHIBICIÓN DE REGRESO" pSrJW

secuestradores de aviones, no puede siquiera ser punible recibir el veneno, no estaba definitivamente decidido a
cuando un autor doloso condiciona dichas conductas para cometer el hecho, sino todavía luchaba consigo mismo, y
la comisión de un delito. En caso contrario, el Derecho penal que enervaba las sospechas aduciendo que quería usar el
favorecería de manera inaceptable a coaccionadores y veneno para otros fines, aquí era reconocible una inclina-
extorsionistas. Si A exige a B p. e. 100,000 marcos o la ción hacia e! hecho, la cual quizás recién a través de la
renuncia a su carrera y, para el caso de que su exigencia entrega del veneno se convirtió en una decisión definitiva.
no sea cumplida, insinúa la comisión de un asesinato, el En este caso ya no se justificaba confiar en que no se iba
que es requerido no puede ser obligado bajo la amenaza a producir un hecho doloso, de manera que la amante ha
de una pena, a corresponder a tal pretensión; esto signifi- sido condenada por homicidio culposo con toda justicia.
caría la capitulación del ordenamiento jurídico. La exclu-
También resulta difícil justificar la absolución decreta-
sión de estas constelaciones no es, entonces, necesaria,
da por la Corte de Casación suiza (BGE 105 IV 330 y
ni tampoco hace que el principio de imputación pierda cla-
ss.). Aquí, Helene M, la heredera de una granja, cuya
ridad. Y es que puede distinguirse claramente entre una
reconstrucción le había ocasionado elevados costos, ha-
promoción objetiva por el primer actuante y una vincula-
bría expresado frente a dos conocidos que lo mejor sería
ción arbitraria a condiciones por el autor doloso.
que la casa "se viniera abajo calurosamente", es decir
que se incendiara. Beat S. había respondido que eso sería
[192->] para él una pequenez: "cuánto estaría dispuesta a pa-
2 . - LOS EFECTOS PRÁCTICOS gar". Ella mencionó la suma de 5,000 francos y describió
a ambos visitantes "la ubicación de la granja y el camino
Si se ve la "promoción de una tendencia reconocible
que lleva hacia ella", mientras que Úrsula P. manifestó
hacia el hecho" como el criterio decisivo para la imputa-
que ella ya sabía qué se podía hacer con el dinero. Por lo
ción, entonces, después de todo, en algunos de los casos
menos al salir Helene M. le dijo a ambos que no "hablen
jurisprudenciales "clásicos" tendrá que afirmarse una pu-
por hablar". Luego partió hacia Klagenfurt. Unos días des-
nibilidad. En los hechos en los que se basa la sentencia
pués Beat S. y Úrsula P. incendiaron la granja, pues ha-
RGSt. 63, 370, la amante había discutido largo tiempo con
bían llegado a la conclusión de que Helene M. había he-
el marido sobre la propiedad del veneno; ambos también
cho una oferta seria.
ya habían hablado sobre una vinculación matrimonial para
el caso de que la esposa muriera. Por último, la amante, Helene M. se defendió aduciendo que todas sus expre-
en presencia del marido, había "precisamente expresado siones sólo las había hecho "en tono de broma". El Tribu-
que ól no querría habérselas con su mujer". El Tribunal ha nal no pudo probarle un dolo de inducción y la absolvió de
comprobado que para la inculpada "era muy evidente" la la acusación por causación culposa de un incendio (art.
suposición de un envenenamiento planificado, la situación 222 del C. P. suizo) argumentando que si bien habría una
habría "tenido que imponerle]...en gran medida la sospe- relación causal, faltaría "la adecuación; pues el que un
cha expresada". Incluso si se parte de que el marido, al hablar irreflexivo sobre un incendio motive a un interlocu-
•29 DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL OBSERVACIONES A LA "PROHIBICIÓN DE REGRESO"
5E8
tor a cometer un hecho doloso, no es previsible según el más con que el destinatario la va a utilizar para exportarla
curso acostumbrado de los hechos". sin estar autorizado; también se rechaza con justicia un
deber general de informarse. No obstante, el RG opina
Esta fundamentación es claramente incorrecta. Dado
que "la personalidad de S, quien vive en la Alta Silesia de
que para el Tribunal la conducta de Helene M., según su Polonia, y la forma del envío" (a saber, "el cambio propicia-
aspecto exterior, [193->] incluso habría sido suficiente para do por S del lugar de destino final de los envíos, después
una inducción y también había sido comprendida así por del traslado de Katowice a Polonia") debieron haber gene-
los incendiarios, la provocación de una resolución [crimi- rado suspicacias en el proveedor. Por falta de mayores
nal] resulta aquí tan imprevisible como en el caso de una puntos de apoyo en los hechos, resulta dudoso que estas
verdadera inducción. También se desprende de los hechos circunstancias sean suficientes para afirmar una disposi-
que Beat S. y Úrsula P. estaban inclinadas hacia el hecho ción reconocible hacia el hecho. Empero, después de todo
y que Helene M. incluso había reconocido esto. Además, la sentencia se alinea en la tendencia aquí perseguida.
ella había reconocido que la advertencia de que ambos
"no deberían hablar por hablar" tenía un contenido vago46 Por el contrario, no se podrá seguir la más famosa sen-
y no era de ninguna manera apropiada para que la oferta tencia del RG (RGSt. 61, 318) que resulta aquí pertinente,
de dinero y la precisa descripción del camino parezcan una referida al alquiler de un departamento expuesto
simple "broma". Pero si las expresiones son apropiadas peligrosamente al fuego. Ciertamente, puede comportar
para ocasionar un gran peligro para la comisión del hecho, una sanción penal por culpa el hacer accesible tal vivien-
el ordenamiento jurídico no exige demasiado al esperar da, cuyos ocupantes caen después víctimas de un incen-
que estas se omitan o que por lo menos se aclare dio, cuando el incendio se produce casualmente o debido
indubitablemente lo que se quiere decir, cuando el recep- a la falta de cuidado de un tercero. Ello es así porque la
tor de la declaración se da cuenta de su inclinación hacia exposición peligrosa al fuego significa un aumento no per-
el hecho. Luego, debió haberse condenado por causación mitido del peligro, el cual, en tal caso, también se ha reali-
culposa de un incendio. zado con prontitud. Así habrá sucedido también en los he-
chos sobre los cuales decidió el RG, pues las investiga[194-
En la sentencia RGSt. 58, 366 se trató de la causación >]-ciones no ofrecieron "ni el más mínimo soporte" para un
culposa de una exportación no autorizada cometida dolo- incendio doloso. Ha sido sólo el afán por rechazar definiti-
samente por otro. El RG acertadamente observa que cuan- vamente la teoría de la interrupción del nexo causal el que
do se suministra mercancía uno no tiene que contar sin ha motivado al RG a afirmar una punición por culpa del
primer actuante, incluso para el caso totalmente hipotético
Según el diccionario "Duden" de seis tomos, tomo 5, (letras "O" a "SO") 1980, un "ha-
de un incendio doloso.
blar por hablar" ("Scich") es una "expresión rural despreocupada", la cual significa o
bien "orina" ("Harn") o bien "habladuría", "chachara" ("Gercde. Gcschwatz") (p. 2366). Pero, dado que ninguna persona normal comete un in-
En el presente contexto, la expresión querría decir que los dos no deberían hacer tonterías; cendio doloso solamente porque es posible (también es po-
pero esto podría referirse tanto a la comisión del hecho como tal, como también a la forma
concreta de su ejecución.
sible generalmente cuando las casas han sido construidas
El DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL OBSERVACIONES A LA "PROHIBICIÓN DE REGRESO*

siguiendo las autorizaciones policiales relativas a la construc- denan custodiar o que prohiben proporcionar no lleva sin
ción), en dicho delito no se ha realizado el peligro que había más a una responsabilidad culposa por los hechos dolo-
sido creado por la primera causa. P. e. tampoco se le ocurrirá sos que resulten de ello47. Esto rige incluso cuando el le-
a nadie acusar al causante culposo de un accidente de tráfi- gislador no solamente ha tenido en la mira impedir acci-
co de asesinar a la víctima del accidente en estado de in- dentes, sino accesoriamente [195->] también dificultar
consciencia, por el simple hecho de que es más fácil matar a hechos dolosos48. Esto se debe a que la infracción de de-
una persona en estado de inconsciencia que a quien está terminadas disposiciones no fundamenta eo ipso una
dispuesto a defenderse. Luego, puesto que en el caso del responsabilidad culposa por las consecuencias, sino re-
incendio no era reconocible ninguna inclinación hacia el he- cién cuando ello resulta de las reglas generales de impu-
cho, debe excluirse una imputación de imprudencia. tación49 . Pero esto no solamente ocurre cuando existe una
inclinación reconocible hacia el hecho. Si se quisiera deci-
Algo correspondiente vale para los casos muy discuti-
dir de otra manera, la punibilidad culposa podría extender-
dos de la custodia descuidada de objetos que otro utiliza
como medio o instrumento para un hecho doloso. Enton- se arbitraria e ilimitadamente a través de las leyes y dispo-
ces, quien tiene en mente un suicidio y guarda veneno y siciones administrativas que reglamentan la vida diaria.
un revólver en el cajón de su mesa de noche es, según las
3.- TOMAS DE POSICIÓN EN LA LITERATURA
circunstancias, responsable de un accidente resultante,
pero no por el asesinato doloso que alguien comete con En la literatura, hasta donde se puede apreciar, el crite-
ellos. Tampoco tienen que responder el policía o el caza- rio aquí propugnado sólo se encuentra por ahora en
dor que dejan sus armas en el restaurante por el hecho SCHROEDER 50 : "Con todo debe bastar como peligro de
doloso que otro comete con ellas, salvo que exista una
inclinación reconocible al hecho, en cuyo caso responde-
rán como autores culposos. 47
Pero últimamente WEHRLE se pronuncia de nuevo en este sentido; ver nota 1, p. 107 y
ss. Las dificultades que surgen con ello se muestran en la posterior restricción efectuada
La opinión contraria se basa sobre todo en una equipa- por el autor (p. 109): "No cualquiera que da a otro un revólver robado, después de una
cadena de traspasos lesiona... su deber de cuidado, sino solamente aquél que, infringien-
ración injustificada de dolo y culpa en la persona del se- do el deber de cuidado, guarda surevólverlegalmentc adquirido o que lo transfiere a otro
gundo actor. Pero quien crea el riesgo no permitido de la que no tiene licencia para portar armas". Es sencillamente incomprensible que el posee-
dor legítimo delrevólverdebaresponderpenalmente por hechos dolosos que se cometan
comisión de un hecho culposo, no tiene por qué haber
con el arma de manera más grave que quien posee el revólver de manera ilegítima.
causado también con ello el peligro intolerable de un he- ** Comp. al respecto las diferencias explicadas por Schonkc/Schroder/CRAMER,
cho doloso. El riesgo permitido y el principio de confianza "Strafgesetzbuch", 1988, 23* ed., cap. 15, n. marg. 154 con explicaciones de similar
están "relacionados con el tipo": quien tiene que contar proyección, pero, en cuanto al último punto, tendentes a unaresponsabilidadculposa.
** Alrespectodetalladamente UURGSTAJLLER, "Dos Fahrlassigkeitsdclikt im Strafrecht",
con un hecho culposo sí que puede confiar en la ausencia 1974, p. 44 y ss. Igual que aquí también Schonke/SchrOder/LENCKNER,
de una comisión dolosa del delito, en tanto no entre en "Strafgesetzbuch", 1988, 7.3* ed., n. marg. 101, com. previo arts. 13 y ss.: "Es
irrelevante...que el hombre de atrás atente o no contra una prohibición especial, la cual,
juego una inclinación reconocible hacia el hecho. debido a que otros no cumplen con suresponsabilidad,precisamente tiene el sentido de
impedir la conducta desviada del hombre de adelante que lesiona bienes jurídicos".
También la infracción de los preceptos legales que or- w
LK, I0*ed.,art. 16, n. marg. 184 -por cierto, sin otra fundamentación.
WlL\T9i DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL OBSERVACIONES A LA "PROHIBICIÓN DE REGRESO" WSSM

la realización del tipo la inclinación hacia el hecho de otro la promoción ocurra a través de "acciones de la vida cotidia-
y, con ello su reconocibilidad"; habría que agregar sola- na"53 . "El panadero no responde, entonces, debido a una
mente la ulterior restricción de este criterio a través del participación en un homicidio, cuando al vender los paneci-
elemento de la "promoción" en los casos de una vincula- llos sabe que el comprador va a envenenar el producto y
ción arbitraria a condiciones a través del autor doloso. servirlo luego a sus invitados"54. "¿Es que ya no puede uno
dejar de echar llave a la puerta de la casa por las mañanas,
Sin embargo, objetivamente, siguiendo a varios auto-
cuando se calcula que un extraño va a penetrar en la casa
res, debe comprobarse un amplio consenso. Cuando
y matar al vecino del departamento contiguo?"55 Y nueva-
STRATENWERTH 51 , en una tercera variante, quiere res-
mente JAKOBS56: "Alguien de conformidad con la verdad,
tringir su teoría de la imputación culposa a los casos "en
comunica a otro dispuesto a iniciar una acción de salva-
los que la conducta delictiva de otro es tan evidente que
mento que el que se encuentra en peligro de muerte
no sería razonable contar con ella", esto llega al mismo
pertenecería a determinado partido extremista. Debido a esta
resultado que cuando se parte de que (sólo, pero también
noticia, la acción de salvamento no se realiza". También se
siempre) en los casos de reconocible inclinación hacia el
cita frecuentemente un caso creado por mí mismo57: "¿Al
hecho no sería razonable no considerar las posibles con-
cliente de un restaurante, quien en una taberna es testigo
secuencias. Y cuando p. e. HERZBERG52 dice que un ven-
de peleas no le estaría permitido colocar su jarro de cerveza
dedor de cuchillos no tendría por qué [196->] preocuparse
sobre la mesa por existir la posibilidad de que alguien la
por "lo que personas autorresponsables puedan tener en
tome y golpee con ella a otro en la cabeza?".
mente después de comprar un cuchillo", pero que el ven-
dedor no debería invocar este principio "cuando tiene lu- A primera vista tales ejemplos tienen aspecto contun-
gar frente a su negocio una riña y uno de los participantes dente y resulta evidente rechazar una imputación culposa.
entra y quiere comprar un cuchillo", esto guarda corres- Pero después de un segundo vistazo los casos no demues-
pondencia con toda la concepción aquí defendida, pues tran completamente lo que deberían probar. Cuando, si-
sólo en el segundo caso se presenta una inclinación reco- guiendo a JAKOBS58, se atiende a si un primer actuante,
nocible hacia el hecho.

4.- ¿EXCLUSIÓN DE ACCIONES DE LA VIDA COTIOIANA?


M
WEHRLE.notal,p.70.
Diversos autores defienden la concepción de que se ex- M
JAKOBS. "Strafrecht. AT", 1983, cap. 24, n. marg. 17. Jakobs incluso pretende emplear
cluye de plano una imputación culposa -y con ello incluso este principio en la "participación dolosa", el cual naturalmente rige de la misma manera
para una primera causación "culposa". De manera parecida a Jakobs, debido a una con-
en caso de reconocible inclinación hacia el hecho- en tanto cepción independiente de la participación, SCHUMANN, ver nota 33, p. 49 y ss.
M
WEHRLE.vernotal,p.70.
54
"Strafrecht, AT', 1983, cap. 24, n. marg. 17, siguiendo a Armin KAUFMANN ("Dic
Dogmatik der Unterlassungskelikte", 1959, p. 200).
" "Schweizerisches Strafrecht, AT\ tomo I. El hecho punible", 1986, cap. 16, n. marg. 57. " "Taterschaft und Tatherrschaft". 2* ed.. 1967, p. 542, citado p. e. por STRATENWERTH,
" "Dic Untcrlassung im Strafrecht und das Garantenprinzip", 1972, p. 315 sobre e! proble- "Strafrecht. AT", 1981,3'ed.,nmarg. 1163; WEHRLE. ver nota l.p.70.
ma paralelo de la responsabilidad por injerencia. " ZStW. tomo 89,1977, p. 23; comp. con más detalles supra IV, 4.
tUM DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL OBSERVACIONES A LA "PROHIBICIÓN DE REGRESO" WM
ya según su apariencia externa, se orienta en "un mundo pensando que el vecino se salvará de alguna manera, esto
determinado por su planificación delictiva", es por cierto no es menos homicidio culposo que p. e. el hecho de en-
consecuente excluir normalmente [197->] de cualquier cerrar, bajo un descuido grave, al vecino en una casa en
imputación a las acciones adecuadas socialmente. Pero si llamas. Si A de manera creíble asegura que matará a X en
se reconoce que la peligrosidad de una acción, en un au- cuanto le eche mano, y B acto seguido, descuidadamente,
tor doloso que entra en el curso causal, nunca resulta de le menciona el paradero de X, B tendrá que ser penado
ella misma, sino siempre de la disposición reconocible ha- por homicidio culposo en caso de que X sea asesinado; la
cia el hecho del otro (más al respecto supra IV, 4; V, 1) veracidad de la información no cambia el hecho de que ha
aparece otra imagen. posibilitado la muerte de X de igual manera que en otros
casos lo hace p. e. el proporcionar un arma.
Se ve entonces que tales casos son ejemplos
intimidatorios que nunca ocurren en la vida rea!. Pues en La problemática del jarro de cerveza pertenece a un
las acciones cotidianas, que nunca llaman la atención, una contexto algo distinto. Aquí ya al colocar el jarro es reco-
tal inclinación hacia el hecho del autor doloso casi nunca nocible la disposición hacia el hecho de los camorristas.
será reconocible. ¿Cómo podrían reconocer la inclinación Si, pese a ello, no puede verse ningún punto de contacto
hacia el hecho de un autor doloso el vendedor de un pane- para una imputación de culpa, ello radica no en la
cillo, un inquilino que abre la puerta principal de la casa o "cotidianeidad" de tales acciones. El motivo debe buscar-
un mero informante? Entonces, las acciones cotidianas se, más bien, en el hecho de que el colocar un jarro de
normales ya son eliminadas por el criterio de la inclinación cerveza en un restaurante, en el cual hay por todos lados
reconocible hacia el hecho. numerosos jarros, no eleva el peligro para la víctima po-
tencial. Si uno se imagina la situación de que son los últi-
Lo contrario sólo puede suceder cuando el primer cau-
mos clientes los que se ven envueltos en una riña [198->]
sante dispone de un suficiente y concreto conocimiento
y a uno de ellos se le sirve un jarro de cerveza, pese a que
especial. Pero entonces la "acción cotidiana" pierde su
ha anunciado creíblemente que con el jarro quiere golpear
carácter inofensivo y no es adecuada socialmente ni está
el cráneo del otro, entonces, la "cotidianeidad" del servir
cubierta por el principio de confianza. Quien envía al coci-
una cerveza, en la situación concreta, no impide que esta
nero un condimento especialmente picante, pese a que un
acción se vincule a una imputación de culpa.
tercero le ha advertido que éste sólo pretende disimular el
sabor de la sopa envenenada por él, debe ser penado por 5.- ¿AMPLIA IMPUTACIÓN DE CULPA EN LOS GARANTES?
homicidio culposo - e n tanto no se admita incluso el dolo.
No es comprensible por qué el caso deba ser tratado - Ya se ha expuesto (supra II, 3) que WEHRLE pretende,
ceteris paribus- de manera diferente que la entrega del siguiendo a JAKOBS, quitar vigencia a la prohibición de
veneno. Si alguien sabe que quien quiere asesinar a su regreso fundamentalmente aceptada por él. Pero incluso
vecino de departamento está frente a la puerta principal sin esto gana terreno la concepción que considera como
con un revólver cargado y a pesar de ello la deja abierta factor de imputación a la posición de garante. Así,
BflW DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL OBSERVACIONES A LA "PROHIBICIÓN DE REGRESO BU
RUDOLPHI59 opina sin tener que vincularse a determina- ñera general una amplia responsabilidad del garante por
das consecuencias: "Pero para la responsabilidad del cau- hechos dolosos de terceros. Pues el dicho de que uno no
sante mediato también adquiere importancia la cuestión necesita normalmente contar con hechos punibles dolo-
de si éste está obligado, como garante, a evitar el curso de sos, alcanza a todas las personas y con ello también a los
los daños provocado por él de manera inmediata". garantes. Si p. e. los padres permiten que su niño regrese
solo a casa, en !a oscuridad, después de visitar a una com-
Tal desarrollo de la restricción de la responsabilidad des- pañera de estudios, no son [199->] responsables por ho-
de la perspectiva de la dogmática de la omisión es com- micidio culposo cuando el niño en el camino cae víctima
prensible allí donde se quiere evadir las consecuencias de de un asesino. Eventualmente sí son punibles cuando en-
una prohibición de regreso construida demasiado riguro- vían a su hija, sin ningún control y de noche, por un bos-
samente. Cuando p. e. WEHRLE (ver supra) condena por que en el cual desde hace algún tiempo han sido perpetra-
un hecho culposo a aquél que procura al autor doloso un dos muchos delitos sexuales no esclarecidos contra niños.
revólver después que éste ha declarado que "daría un gol- Pero aquí ya hay un caso de inclinación reconocible hacia
pe", esto es correcto por sus resultados. Pero la imputa- el hecho; y la punibilidad ocurriría igualmente cuando los
ción de culpa ya está aquí presente porque se trata de la padres hubieran enviado por el camino a un niño extraño.
promoción de una inclinación reconocible hacia el hecho y
no porque el primer causante haya asumido una posición La posición de garante tiene una importancia autóno-
de garante frente a la víctima debido a la creación de una ma para la responsabilidad del primer causante solamente
fuente de peligro. Ciertamente, esto no rige para el caso en un punto: al existir una posición de garante también se
del alquiler de un departamento expuesto al fuego (RGSt. da la responsabilidad del primer causante incluso si su
61, 318); pero entonces -en contra de WEHRLE- tampo- conducta no "promueve" el hecho, sino cuando, quien se
co puede fundamentarse una punibilidad mediante la cons- inclina reconociblemente hacia el hecho, toma arbitraria-
trucción de una posición de garante. Ya ha sido mostrado mente por pretexto para su hecho doloso determinadas
el hecho de que la elusión de las restricciones a la imputa- acciones del primer causante (comp. sobre esta cuestión
ción mediante posiciones de garante, que pueden cons- supra V, 1). Un bonito ejemplo es proporcionado por BGHSt.
truirse arbitrariamente desde la acción primaria, es idónea 7, 26860: un marido había abandonado a su esposa, pese
para difuminar las fronteras de punibilidad en casos de a que él -porque ella ya lo había intentado antes en una
cooperación no dolosa en hechos dolosos y para exten- situación similar- consideró posible que su mujer se mata-
derlas ampliamente (en exceso). ría y mataría al niño. Así sucedió.

Objetivamente tampoco es correcto que una posición


de garante existente frente a la víctima fundamente de ma- Una constelación similar ya había sido decidida en la RGSt. 64,816 en el sentido de una
punibilidad por culpa. Aquí el inculpado, después que su hija había dado a luz un niño, se
había alejado por una hora de su departamento mientras su hija sola estranguló al recién
nacido. Claro que del fallo del KG no se puede desprender con seguridad si era reconocible
w
SK (Abril 1986). n. marg. 72. com. previo art. I. una inclinación hacia el hecho; si faltara, tendría que fracasar una imputación de culpa.
El DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL

Tendría que excluirse de antemano una punición por ho-


micidio culposo de la mujer por el hecho de que se trataría de
una participación impune en un suicidio doloso (com. arriba
III, 1)61. Pero en relación con el niño existe efectivamente un
homicidio culposo. Si bien la separación del marido de su
mujer no implica la promoción de un infanticidio; ella sólo se
ha convertido en una condición del resultado porque la mu-
jer, arbitrariamente, la ha usado como factor desencadenante
de su hecho doloso. Pero en un caso de este tipo ello no
puede importar porque debe imputarse al marido el simple
no-evitar el resultado (sin cualquier hacer activo) debido a su
posición de garante. Si se sanciona penalmente al padre por
homicidio culposo de su hijo, esto ni siquiera es, en el fondo, LAS CAUSAS DE JUSTIFICACIÓN
una excepción a la regla de que solamente debe imputarse a
la autoría culposa por comisión la promoción de una inclina- Y DE EXCULPACIÓN Y SU
ción reconocible hacia el hecho. Pues el abandonar el hogar
conyugal (es decir, el "hacer positivo") no es en realidad lo
DELIMITACIÓN DE OTRAS
que [200->] fundamenta la punibilidad del marido, sino más CAUSAS DE EXCLUSIÓN DE
bien la circunstancia de que él ha omitido, durante la separa-
ción, llevarse al niño que peligraba o tomar cualquier otra LA PENA* * *
medida de seguridad. En todo caso, esta particularidad váli-
da para garantes merece consideración en la imputación a!
primer causante.

Termino mi contribución sobre un problema científico tan


discutible como prácticamente significativo de la teoría gene-
ral del Derecho penal, expresando mis parabienes por su
70mo. cumpleaños a Herbert Tróndle, el gran comentarista y
meritorio intermediario entre la teoría y la práctica, con un
sentimiento de agradecimiento por un afecto de muchos años. N. d. T.: publicado en la revista alemana JuS 1988. p. 425-433 bajo el título:
"Rcchtfcrtigungs- und Entschuldigungsgründc in Abgrcnzung von sonstigen
StrafausschlicOungsgründcn".
La presente contribución es la versión ligeramente rcelaborada de una ponencia que sus-
*' El BGH. que (odavía desconocía este principio, cuya valide/, recién empezó con la BGI ISl. tenté el 28-05-1985 con motivo del coloquium germano-escandinavo en Friburgo. Mi
24, 342 II .. se basó en que la separación del hogar conyugal no habría sido "antijurídica" artículo completa el informe presentado por KÜPER en el mismo coloquium. el cual
(HGHSt. 7.270) Pero esto no es decisivo. También la venia de un cuchillo al "incunable fuera publicado en JuS 1987, p. 81 y ss- Los artículos que no tengan referencia a ninguna
hacia el hecho" no es en si misma antijurídica, sino lo es recién viendo las consecuencias. ley, provienen del C. P. alemán {nota del autor].
[425->]
I.- INTRODUCCIÓN

Hace varios años trabajaba en mi Instituto de Munich


un becario inglés que estudiaba dogmática penal alema-
na. Después de algún tiempo vino a verme y me formuló
muchas preguntas que me han confirmado lo fructífero que
resulta el trabajo de Derecho comparado también en el
campo de la dogmática. Una de sus preguntas se refirió al
tema de este artículo.
"Comprendo" -opinaba- "...que la diferenciación entre
causas de justificación, de exculpación y de exclusión de la
f^k
pena es muy sutil y casi una obra de arte jurídica. ¿Pero no
se trata quizás de un pasatiempo ingenioso? Es que en úl-
tima instancia lo que importa es sólo la punibilidad, la cual
se deniega por igual cuando se dan todas estas causas.
¿Acaso las consecuencias diferentes vinculadas a estas ca-
tegorías no se deducen más de distinciones conceptuales
en vez de fundamentarse en necesidades objetivas?"
Tales preguntas pueden provocar un shock moderado
en un penalista alemán, para quien estas diferenciaciones
aparecen como algo evidente e inatacable. Hans WELZEL,
uno de nuestros más grandes dogmáticos decía en 1966
WZM DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL CAUSAS DE JUSTIFICACIÓN Y EXCULPACIÓN
WSM
que la obra de su vida estaba completada en lo esencial1: Pero con ello la provocativa pregunta inicial de mi inter-
"Veo en la fragmentación del delito en los tres elementos, locutor inglés no ha sido resuelta. Y es que si se ve con
tipicidad, antijuricidad, culpabilidad, el progreso dogmático más exactitud, no es muy grande en este campo el stock
más importante de las últimas dos o tres épocas humanas". de expresiones sobre las cuales todos estén de acuerdo:
Un sistema jurídico que lleva a cabo esta diferenciación se- éste sólo atañe a la existencia de las categorías como ta-
ría "superior a otro en el cual aquélla no existe". Y Wilfried les y a su mayor y muy abstracta medida de separación.
KÜPER, uno de los mejores conocedores de la materia hasta Pero no sólo sigue siendo discutible, en algunos casos de
hoy en día, recién en 19832 ha incluido dentro de "los más liberación de pena, el que sean vistos como causas de
grandes rendimientos de la dogmática penal" a la diferen- justificación o de exclusión de la culpabilidad o de la pena.
ciación entre antijuricidad y culpabilidad; tras esta diferen- También es discutible la importancia de las categorías en
ciación no "hay ya ninguna vía de regreso". particular y la cuestión de si no hay otros casos importan-
tes de punibilidad excluida que no pueden ser comprendi-
También a mí me parece que es irreversible para el De- dos por ellas. La teoría del espacio libre de Derecho, la
recho alemán por lo menos la aceptación de que las causas teoría de MAURACH y de su discípulo, acerca de la exclu-
de justificación y las de exclusión de la culpabilidad son dos sión de la responsabilidad por el hecho, y la concepción
cosas distintas que deben mantenerse separadas. Después brevemente desarrollada por GÜNTHER de las así llama-
de haber pasado por un largo período de incertidumbre3, el das auténticas causas de exclusión del injusto penal con-
RG se ha decidido definitivamente por esta diferenciación tienen propuestas de solución que vinculan elementos de
desde 19274. El legislador la ha incluido por escrito expre- la justificación, de la exclusión de culpabilidad y de la ex-
samente en la nueva parte general del C. P. vigente desde clusión de pena en forma correspondientemente diferen-
1975, hablando de una exclusión de la antijuricidad en la te, relativizando y difuminando con ello en amplios ámbi-
legítima defensa (art. 32) y en los casos de estado de nece- tos las diferenciaciones originarias. También las deduccio-
sidad del art. 34 y, por el contrario, de un "actuar sin culpabi- nes dogmáticas que se extraen de la diferenciación entre
lidad" en los casos de estado de necesidad del art. 35, en causas de justificación y de exclusión de la culpabilidad -
un error de prohibición invencible (art. 17, primera oración) p. e. el que no se deba [426->] practicar la legítima defen-
y en la falta de imputabilidad (art. 20). La diferenciación for- sa contra acciones justificadas, pero sí contra acciones
maba parte también de las pocas sentencias dogmáticas exculpadas- están siendo en gran parte vivamente discuti-
trascendentales que hoy en día pueden tenerse por indis- das. Si se saca la cuenta de todo esto, no queda mucho
cutibles en la ciencia jurídico-penal alemana. del consenso fundamental. La cuestión de si la diferencia-
ción dogmática entre diferentes categorías de la liberación
penal no crean más dificultades que las que elimina no
' WELZEL. JuS 1966.421 y ss.
parece ser, desde dicha perspectiva, de ninguna manera
!
KÜPER, JZ 1983, p. 88 y ss.. p. 95 y 89 correspondientemente. obsoleta, sino un problema que debe plantearse precisa-
1
La antigua jurisprudencia es bien analizada en Eb. SCHMIDT. ZStW 49 (1929), p. 351 y ss.
mente la ciencia penal alemana.
' RGSt6l.p. 242 y ss.
ES DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL CAUSAS DE JUSTIFICACIÓN Y EXCULPACIÓN EM
A continuación voy a proceder de tal manera que ex- cultades del Ejecutivo dispersas en numerosas leyes, el
pondré y valoraré críticamente el estado actual de la dis- derecho paterno de corrección [sobre los hijos propios], el
cusión en Alemania occidental ahorrándonos el desarrollo consentimiento presunto y la salvaguardia de justos inte-
histórico bastante complicado. Naturalmente, en el espa- reses en las lesiones contra el honor (art. 193).
cio aquí dado ello sólo es posible de manera breve y a » Por el contrario, una causa de exculpación o, como yo
grandes rasgos. En primer lugar expongo la diferenciación prefiero decir, un caso de exclusión de la responsabilidad
entre causas de justificación y de exculpación conjunta- penal presupone en primer lugar, que el autor haya actua-
mente con sus consecuencias jurídicas y las divergencias do antijurídicamente, es decir que no pueda invocar un
y formas intermedias recomendadas en la literatura. Recién interés contrapuesto reconocido por el ordenamiento jurí-
en el último acápite de la contribución me ocuparé de cómo dico. Luego, es tarea de las causas de exculpación pro-
las causas de justificación y de exculpación pueden ser de- porcionar los criterios que, en caso de presentarse, hacen
limitadas de las demás causas de exclusión de la pena. que el derecho niegue la posibilidad o la necesidad políti-
co-criminal de una punición, pese al carácter socialmente
II.- LA IDEA FUNDAMENTAL DE LA DELIMITACIÓN ENTRE erróneo de la acción. Son causas de exculpación p. e. la
JUSTIFICACIÓN Y EXCULPACIÓN inimputabilidad (arts. 19, 20, art. 3 JGG), el error de prohi-
La idea fundamental para la delimitación entre causas bición invencible (art. 17), el estado de necesidad excul-
de justificación y causas de exculpación es sencilla. Una pante (art. 35) y el exceso en la legítima defensa (art. 33).
causa de justificación presupone que dos intereses Entonces, las causas de justificación dicen qué es lo
colisionan entre ellos de tal manera que sólo uno de ellos que el particular debe hacer u omitir en caso de colisión de
puede imponerse. Luego, es tarea de las causas de justifi- intereses. Ellas dan pautas de conducta y trazan la fronte-
cación emprender la regulación socialmente correcta de ra entre derecho e injusto. Las causas de exculpación, por
los intereses en conflicto. Esto sucede así sin excepciones el contrario, no tienen que ver con lo debido, sino con la
cuando se permite la afirmación del interés que el ordena- cuestión de si puede o debe sancionarse penalmente una
miento jurídico valora más a costa de aquél de menor va- conducta socialmente errónea debido a circunstancias
lor; sólo en el caso excepcionalmente raro de que entren especiales del caso. A través de esta diferente tarea de
en colisión dos deberes de acción de igual valor, el orde- ambas categorías se explica también que las causas de
namiento jurídico deja al propio actor la decisión sobre cuál exculpación sean una materia puramente jurídico-penal,
de ambos deberes quiere cumplir. La afección de bienes mientras que las causas de justificación no lo son. Pues
jurídicos de otro o de la generalidad es aceptada por el constituye una cuestión que debe decidirse exclusivamen-
ordenamiento jurídico cuando ocurre siguiendo los pará- te según puntos de vista del Derecho penal el que la parti-
metros de las causas de justificación; esta afección no es cularidad del caso perneta o no una excepción a la punibi-
un injusto. Causas de justificación son p, e. la legítima de- lidad amenazante. Pero la forma cómo deba decidirse so-
fensa, el estado de necesidad justificante (art. 34), las fa- bre una colisión de intereses y delimitar entre el derecho y
KEH DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL CAUSAS DE JUSTIFICACIÓN Y EXCULPACIÓN Wim

el injusto es un problema para cuya solución pueden con- le corresponden. Tal conducta llena tan poco el tipo delic-
tribuir todos los ámbitos del ordenamiento jurídico. tivo como lo hace la disposición del portador del bien jurí-
dico sobre sus bienes jurídicos; por ello esto no es típico
III.- CUESTIONES CONTROVERTIDAS EN LA EXPLICA- desde el principio.
CIÓN DE LA JUSTIFICACIÓN Y LA EXCULPACIÓN
• En el marco de una teoría "monista" de las causas de
La delimitación entre causas de justificación y de excul- justificación", la cual considero por consiguiente correcta,
pación, tal como se acaba de intentar hacer con carácter me aparto de aquellos que exigen para la justificación ne-
general, puede parecer trivial. Sin embargo, ella contiene cesariamente un interés preponderante; la colisión de de-
ya una toma de posición acerca de una serie de puntos beres muestra que según las circunstancias también la sal-
controvertidos que quiero indicar aquí. vaguarda de intereses de igual valor puede llevar a la jus-
tificación. Naturalmente, la ponderación de intereses
1.- EL PRINCIPIO DE LA JUSTIFICACIÓN según el criterio de lo socialmente correcto es un principio
Si veo la tarea de la categoría de la justificación en la meramente regulativo, el cual no dice nada sobre los con-
regulación socialmente correcta del interés y del interés tenidos de lo socialmente correcto. Estos resultan del De-
contrapuesto, es decir que atribuyo todas las causas de recho positivo y, en caso que éste guarde silencio, de los
justificación al principio de la ponderación de intereses, me principios del ordenamiento social que pueden deducirse
distancio de la doctrina pluralista fundamentada por de todo el ordenamiento jurídico 6 .
MEZGER 5 , o mejor dicho, de la teoría dualista. Esta teoría 2.- EL PRINCIPIO DE LA EXCULPACIÓN
sitúa conjuntamente, en las causas de justificación, los
principios del interés preponderante y de la falta de inte- En las causas de exculpación veo el común denomina-
rés, y pretende, con el segundo caso, comprender prefe- dor, en contra de la opinión dominante, no en la falta de
rentemente el consentimiento. Pero yo considero que el culpabilidad, sino en que, por motivos de política criminal,
consentimiento no es una causa de justificación. Pues allí o bien no es posible o bien no es necesaria una punición.
donde alguien consiente eficazmente en que otro inter- Donde falta la culpabilidad, p. e. en caso de una enferme-
venga en sus bienes jurídicos, lo que hay en esta interven- dad mental, es imposibie una punición siempre que se
ción no es una afección al portador del bien jurídico, sino acepte la premisa teórica penal, en la cual también se basa
un apoyo en la realización de su libertad de acción garan- el Tribunal Constitucional 7 , de que la pena presupone la
tizada constitucionalmente (art. 2 C. A.), la cual se expresa culpabilidad. Pero también donde todavía puede afirmar-
precisamente en la disposición de los bienes jurídicos que se una culpabilidad (atenuada), es decir, donde el autor en

» MIíZGER. "Strafrcchi. AT". .Ved. (1949). p. 204 y ss.: de manera similar actualmente.
p. c. LENCKNHR. en Schonkc/Schrodcr, SiGB. 23* ed. (1988). com. previo art. 32. n. " Al respecto. ROX1N. "Kriminalpolitik und Strafreclitssystem", 2* ed. (1973), p. 26 y ss.
marg 7. BLIil. 'Stralrccht. AT". 13" cd. (1983). cap. 361.
' BverfGE 20. 323(331).
JEM DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL CAUSAS DE JUSTIFICACIÓN Y EXCULPACIÓN

una determinada situación todavía es normativamente ase- más, tal como hace una opinión difundida10, entre causas
quible [normativ ansprechbar] y tiene la posibilidad de de- de exclusión de la culpabilidad [SchuldausschlieBungs-
cidir entre diferentes alternativas de [427->] conducta8, el gründe] y causas de disculpa [Entschuldigungsgründe]. Las
legislador prescinde de una punición cuando esto no le causas de exclusión de la culpabilidad son, según ello, la
parece exigible por razones de prevención especial ni por injmputabilidad (art. 20) y el error de prohibición invencible
las de prevención general. Así ocurre según el derecho (art. 17), es decir casos en los cuales falta la culpabilidad
alemán, p. e. en el estado de necesidad exculpante (art. completamente, mientras que en las causas de disculpa p.
35) y en el exceso de legítima defensa (art. 33). Sólo por e. están el estado de necesidad del art. 35 y el exceso en la
necesidades preventivas pueden ser explicadas con natu- legítima defensa del art. 33, en los cuales existe de por sí
ralidad las excepciones hechas a la exculpación en el es- una cierta culpabilidad, pero que se tolera al autor. Cierta-
tado de necesidad (art. 35, primer párrafo, segunda ora- mente, detrás de esto está la comprensión correcta de que
ción) y la limitación de la impunidad a estados emotivos la tradicional categoría denominada "culpabilidad" no tiene
asténicos ("confusión, temor o pánico") en caso de exceso que ver ella sola precisamente con la culpabilidad, dado que
de legítima defensa9. Esta consideración de intereses pre- un hecho puede ser eventualmente disculpado (según mi
ventivos en el marco de la categoría dogmática que deci- opinión, en caso de faltar necesidades penales de preven-
de sobre la liberación de pena se corresponde con la com- ción) aún cuando exista una cierta culpabilidad. No obstan-
prensión teórico-penal de que, si bien la pena siempre pre- te, esto no debería ser tratado de manera distinta en las así
supone la culpabilidad, sin embargo, adicionalmente tam- llamadas causas de exculpación. También la inimputabili-
bién la necesidad preventiva siempre presupone la san- dad tiene zonas normativas marginales, p. e. en las situa-
ción. Luego, la pena puede ser excluida debido a la falta ciones emotivas de alto grado y en las neurosis graves, en
de culpabilidad o de necesidades preventivas de sanción. las cuales no pueden excluirse plenamente las considera-
Por ello a mí me resulta lo más correcto terminológicamente ciones preventivas al aprobarlas o reprobarlas; incluso allí
hablar de causas de exclusión de la responsabilidad (como donde se cree poder afirmar un mínimo de libertad de deci-
concepto superior para la culpabilidad excluida y la falta sión todavía debería ser posible una exculpación en cuanto
de necesidad preventiva); sin embargo, el término "causas esto se pueda defender desde la política criminal. Y tam-
de exculpación" es inofensivo si se le emplea en el mismo bién en el error de prohibición la impunidad no debería de-
sentido y se es consciente de que proporciona dos dife- pender de una inevitabilidad [invencibilidad] absoluta que
rentes causas de exculpación. apenas se da alguna vez, sino de si el autor, tal como acer-
tadamente se dice en el C. P. suizo (art. 20), ha "supuesto
Por el contrario, no considero necesario distinguir ade-

' Acerca de esta comprensión de la culpabilidad, comp. más detalladamente m» artículo en


el ZStW 96 (1984). p. 641 y ss. Comp. por mencionar a algunos, LENCKNER (supra, nota 5), com. previo art. 32, n.
* Comp. al respecto y mas detalladamente. ROXIN. en: LH a Henkel, 1974. p. 171 yss. Y marg. I08 yss.; más ref.bib. HIRSCH.cn LK. 10* cd., com. previo art. 32, n. mnrg. 182,
especialmente sobre el art. 33, ct mismo autor, en LH a SchaíTslein, 1975, p. 105 y ss. quien coincide con el parecer aquí defendido.
ESI DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL CAUSAS DE JUSTIFICACIÓN Y EXCULPACIÓN K33I

por motivos suficientes" que "estaría legitimado para el he- que un sistema penal de doble vía sea realmente necesa-
cho". Tales "motivos suficientes" ya se dan cuando el autor rio o no; su tratamiento queda fuera de mi tema.
ha satisfecho las exigencias normales de fidelidad del ciu-
dadano al Derecho y, por ello, no ofrece ningún motivo para 2.- LA IMPORTANCIA PARA LA PUNISILIDAD DE LA PARTICIPACIÓN

sanciones criminales. Si uno persiste en que las causas de La participación en una conducta justificada tiene que
exclusión de la culpabilidad no ofrecen ningún espacio para ser siempre impune pues, cuando el hecho mismo está
renunciar con tolerancia a la pena, se refuerza un rigor pu- permitido y cumple con las exigencias jurídicas impuestas
nitivo que es errado por política criminal, puesto que contra- a la conducta, cualquier otra contribución con este hecho
dice el parecer principalmente aceptado por todos de que si tiene que estar sometida a la misma valoración. Por el con-
bien la culpabilidad es una condición necesaria, no es toda- trario, la participación en una acción inculpable, que el de-
vía una condición suficiente para la pena estatal. recho alemán posibilita fundamentalmente a través del prin-
cipio de la accesoriedad limitada (arts. 26,27, 29), no debe
IV.- LA SIGNIFICACIÓN PRÁCTICA DE LA DIFERENCIA- ser de ninguna manera impune. Más bien, lo es solamente
CIÓN ENTRE ANTIJURICIDAD Y CULPABILIDAD cuando los fundamentos que llevan a la liberación de pena
en el autor también se presentan en el partícipe o cuando
No importa cómo se piense sobre los detalles recién es- otros argumentos adicionales condicionan su punibilidad.
bozados brevemente en la interpretación de justificación y
exculpación. Estos detalles no impiden el consenso sobre la Por cierto que RUDOLPHI 11 , en una monografía nota-
diferencia objetiva consistente en que se libere de pena a ble, pretende que la participación en un hecho disculpado
una conducta penalmente típica debido a que está permitida por estado de necesidad sea fundamentalmente impune;
y aceptada socialmente o que, en caso de una conducta no es decir no reconoce, en tal medida, una diferencia entre
permitida y socialmente errada solamente se prescinda de justificación y exculpación. Él opina que cuando el legisla-
una sanción penal porque el autor ha actuado sin culpabili- dor con la exculpación, de manera general, extrae a deter-
dad o no es preventivamente indispensable una represión. minados hechos punibles de sus conminaciones penales y
Por cierto que sólo existe una necesidad para esta diferen- quita con ello a la norma la fuerza motivadora, tampoco
ciación cuando puede extraerse de ella diferentes consecuen- podría "prohibir con pena al subdito del Derecho qué pro-
cias jurídicas. Y, como se sabe, esto también ocurre aquí. mueva o motive hechos en estado de necesidad situados
Sólo quiero enumerar las consecuencias más importantes: en los limites de la participación"12. Pero este argumento,
del cual nos ocuparemos más tarde, no convence. Y es que
1.- LA IMPORTANCIA DE LA DOBLE VÍA

La pena se vincula a la culpabilidad, la medida de segu-


" RUDOLPHI. en: SK-StGB,4*cd.(l985).art. 35. n. marg. 21 ;el mismo autor. ZStW 78
ridad al injusto de la conducta del autor. Entonces, un sis- (1966). p. 67 y ss.; igualmente desde la perspectiva de otras concepciones que todavía se
tema dual exige necesariamente la diferenciación entre jus- van a exponer. MAURACH/ZIPF. 'Strafrcchl. AT". tomo 1.6' cd. (1983). art. 33. n.
marg. 40; GIMBERNAT. en LH a Welzel. 1974. p. 485 y ss.. 493 y s.
tificación y exculpación. Por cierto que es otra cuestión el
" RUDOLPHI. ZStW. 78 (1966). p. 67 y ss.. 98.
ES DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL CAUSAS DE JUSTIFICACIÓN Y EXCULPACIÓN WSM
el legislador, cuando exculpa un hecho en estado de nece- berá penar por complicidad psíquica a un tercero no parti-
sidad, se aferra plenamente al mandato normativo y con cipante, quien sólo explica al autor que en caso de comi-
ello a su voluntad motivadora frente al autor del estado de sión del hecho antijurídico estaría exculpado, pues la in-
necesidad; en consecuencia, el legislador desaprueba el formación sobre los preceptos jurídicos aquí y en cualquier
hecho bajo un estado de necesidad, aun cuando éste igual- parte tiene que permanecer también impune, aun cuando
mente se llega a producir. El que prescinda de una punición contribuye a la comisión de hechos antijurídicos. Y, en ter-
no solamente se basa en los motivos de política criminal cer lugar, tendrá que otorgarse una considerable atenua-
que he expuesto. De ello resulta necesariamente que el le- ción de pena al partícipe en un estado de necesidad ex-
gislador sigue teniendo motivos para dar énfasis a su inten- culpado y en el exceso de legítima defensa, porque co-
ción motivadora mediante la imposición de una sanción en opera en un hecho en el cual el injusto ya está reducido;
aquellos casos en los que estas razones de política criminal los autores en estado de necesidad, al igual que los de un
no se dan en un tercero, el cual no se encuentra para nada exceso no solamente afectan, sino también preservan bie-
en una situación de estado de necesidad. ¡Hay que poner- nes jurídicos.
se en el caso paralelo del exceso de legítima defensa (art.
33)! Cuando el atacado, que podría defenderse del atacan- 3.- LA IMPORTANCIA PARA EL DERECHO DE LEGÍTIMA DEFENSA

te sin dañarlo, "por confusión, temor o pánico" lo mata; en- Es igualmente discutible y dudosa la importancia prác-
tonces esto es lamentable, pero hay buenas razones para tica de la diferenciación entre justificación y exculpación
dejarlo de todas maneras impune, tal como lo hace el legis- en la legítima defensa. Por cierto que los catedráticos ale-
lador, pues como ciudadano fiel al Derecho ha caído, sin manes suelen explicar mayormente en sus clases para
estar preparado, en una situación excepcional que él no principiantes el sentido y la necesidad de esta diferencia-
podía afrontar. Sin embargo, no se comprende por qué la ción diciendo que en las acciones exculpadas estaría per-
tolerancia que se le reconoce deba ser otorgada también a mitida la legítima defensa, pero no en las acciones justifi-
un tercero que no estaba atacado y que colabora en este cadas. Sin embargo, precisamente este ejemplo ilustrativo
homicidio sin estar bajo confusión, temor o pánico. se ha vuelto en gran medida cuestionable, porque una parte
[428->] considerable de la ciencia alemana exige una conducta
culpable para admitir un derecho a legítima defensa e in-
Sin embargo, debe admitirse que la importancia prácti- cluso, en parte, una culpabilidad cualificada (como el dolo
ca del problema no es grande. Pues, en primer lugar, en la del atacante o su accionar conociendo plenamente el in-
mayoría de los casos, en los cuales alguien colabora en justo)14 . Para ello se hace valer el hecho de que la legítima
una acción exculpada, no hay participación desde el prin-
cipio, sino autoría mediata13. En segundo lugar, no se de-
14
P.e. exigen conducta culpable KKAUSE.en:LHaBruns, 1978. p. 71 y ss..83ys.;HAAS,
" Comp. en cada caso particular. ROXIN.cn: LK, IO*cd., 1985, art. 25, n. marg.44y ss.; "NotwehrundNothilfe". 1978.p. 356;HRUSCHKA.en:LHaDrehcr, 1977.p. 189yss..
comp. previo art. 26. n. marg. 20. 202; el misino autor. "Strafrecht nach logisch-analytischcr Methode", 1983, p. 139 y ss.
MM DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL CAUSAS DE JUSTIFICACIÓN Y EXCULPACIÓN

defensa no solamente sirve para proteger al atacado, sino los cuales nuestra dogmática ha elaborado reglas
también para ratificar el Derecho en contra de sus infracto- diferenciadoras y satisfactorias en los últimos 20 años15.
res; pero no sería necesaria tal "preservación del Dere- Entonces, hay que seguir con que las causas de justifi-
cho" cuando el atacante hubiera actuado sin culpabilidad cación excluyen una legítima defensa y las causas de ex-
y, por ello, no hubiera sido alcanzable en absoluto por el culpación la permiten. Incluso si se quisiera seguir la opi-
mandato de la norma. nión de que a los atacantes inculpables no les estaría per-
No comparto este parecer. Pues, en primer lugar, ya se mitida una legítima defensa, en este campo todavía no se
ha mostrado que", al presentarse una causa de justifica- volvería irrelevante la diferenciación entre causas de justi-
ción, el exculpado también puede ser perfectamente moti- ficación y de exculpación. Pues también aquellos que de-
vado por la norma en la mayor parte de los casos. Cuando niegan un derecho de legítima defensa contra ataques
el legislador es tolerante y renuncia a una sanción penal, inculpables por lo general no quieren dejar sin protección
esto tampoco significa, de ninguna manera, que quiere qui- al atacado, sino lo remiten al estado de necesidad justifi-
tar a la víctima del exculpado el derecho a la legítima de- cante del art. 34, con cuya ayuda fundamentan derechos
fensa. Y, en segundo lugar, el derecho de legítima defensa de defensa similares a los que otorga un derecho de legí-
no sirve para penar al atacante, en cuyo caso, sin embar- tima defensa restringido a lo ético-social. Pero estos dere-
go, no podría ser aplicado contra atacantes inculpables; chos de defensa no están a disposición contra un atacan-
solamente debe hacer visible en un ataque quién tiene te justificado, cuyo ataque debe soportarse por regla gene-
derecho y quién comete un injusto, y esto es incluso posi- ral. Luego, la diferenciación entre justificación y exculpa-
ble, sin problemas, cuando el atacante actúa sin culpabili- ción también sigue siendo importante para el otorgamiento
dad. Es una cuestión diferente que la legítima defensa deba de facultades de defensa en casos en los que se deniega
ser practicada, frente a atacantes inculpables, de la forma su importancia para el derecho de legítima defensa.
más cuidadosa evitando en lo posible las lesiones; pero
4 . - I_A IMPORTANCIA PARA EL TRATAMIENTO DEL ERROR
ésta no es una cuestión de denegación del derecho de
legítima defensa, sino de sus límites ético-sociales, para Finalmente, también es importante para la teoría del error
una separación entre causas de justificación y de exculpa-
ción. El error sobre los presupuestos objetivos de una cau-
sa de justificación no regulada legalmente en la República
Federal de Alemania, según la doctrina dominante y la ju-
Discuten ya la existencia de un "ataque" al faltar la culpabilidad p. c. OTTO, en: LH a
Wiirlcmbcrgcr. I977.p. I29yss.. I41;el mismo autor. "Gnindkurs. Strafrccht. AT. 2'ed.. risprudencia, excluye el dolo o por lo menos la punición
1982. p. 94; MARXEN. "Die'souulethischen'Grcnzcn der Notwehr. 1979. p. 62; de nume- por un hecho doloso. Por el contrario, la suposición erró-
ra similar también SUPPERT. "Studien zur Notwehr und 'nolwchrahnlichen Lago'", 197.1.
p. 321 y ss.; JAKOBS. "Strafrccht. AT". 1983. cap. 12. n. marg. 19. Exigen incluso algo nea de los presupuestos de una causa de justificación no
más que la culpabilidad -de manera diferente- para que se desencadene la legítima defensa.
SAMSON.cn: SK-StGB.4'cd. (I985).art. 32. n. marg. 15; H. MAYER. "Strafrccht. AT.
1967. p. 98; SCHMIDHÁUSER. "Strafrccht, Studicnbuch". 2'cd. (198-1). cap. 6. n marg.
65; BERTEL. ZStW 84 (1972). p. 1 y ss.. 11. nota 41. " Comp. más detalles en ROX1N. ZStW 93 (1981). p. 68 y ss.
cu DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL CAUSAS DE JUSTIFICACIÓN Y EXCULPACIÓN •[!!•

tiene este efecto. Para el caso más importante en la prác- tadas razonablemente, tanto en lo objetivo como desde el
tica, de que alguien suponga falsamente encontrarse en punto de vista de política jurídica. Por cierto que ellas son
una situación de necesidad exculpante, esto está regula- más o menos controvertidas, así que la discusión sobre la
do en el art. 35, segundo párrafo, de tal forma que sólo se importancia práctica de la diferenciación, en amplios cam-
excluye la culpabilidad en caso de un error inevitable; en pos, sigue todavía en acción.
los demás casos se impone una pena por dolo atenuada.
V.- INTENTOS POR RELATIVIZAR LA DIFERENCIA ENTRE
Por supuesto que también en este caso tampoco es
INJUSTO Y CULPABILIDAD
evidente el tratamiento diferente que se dó al problema
del error en las causas de justificación y en el estado de Ahora dedico mi atención a numerosas concepciones
necesidad exculpante. El BGH había compartido el pare- que en la literatura actual de Alemania occidental atacan
cer, antes de la vigencia de la nueva parte general, de que la diferenciación entre causas de justificación y de excul-
la suposición errónea de una situación de estado de nece- pación, pero no por sus consecuencias jurídicas, sino ya
sidad exculpante excluiría el dolo (BGHSt 5, 371 y ss.), de desde los presupuestos, y si bien no lo hacen de manera
manera que en tal medida las causas de justificación y de general, sí se refieren a uno u otro ámbito o tratan de re-
exculpación serían tratadas de igual manera. No obstante, emplazar la diferenciación con otras soluciones.
considero que es justa la regulación diferenciadora de las
consecuencias jurídicas de la ley vigente. Pues, quien su- 1.- LA TEORIA UNITARIA EN EL ESTADO DE NECESIDAD
pone una situación de justificación quiere hacer algo que
En la literatura alemana, el único autor que, en el im-
también coincide con el Derecho en caso de una aprecia-
portante campo parcial de la teoría del estado de necesi-
ción objetiva; esto merece en todo caso una pena por im-
dad, últimamente [429->] ha reprobado de manera com-
prudencia. Por el contrario, quien supone una situación de
pleta la diferenciación entre justificación y exculpación, es
exculpación, sabe que actúa antijurídicamente y hace esto
el penalista español GIMBERNAT16. Para él, cualquier es-
también dolosamente. Luego, ha tenido suficientes moti-
tado de necesidad liberador de pena es una causa de jus-
vos para apartarse de su conducta. Cuando supone erró-
tificación, incluso el del art. 35 que según el legislador ale-
nea y culpablemente una situación de estado de necesi-
mán sería exculpante. Para la fundamentación, este autor
dad, esto no es motivo para liberarlo sin más de una pena
se sirve de la idea, en principio acertada y también varias
por dolo, debido a que incluso un estado de necesidad
veces destacada por mí, de que en la situación de estado
realmente existente, tal como hemos visto, sólo tiene efec-
de necesidad del art. 35, al afirmar la antijuricidad, no falta
tos liberadores de pena en función de necesidades pre-
una culpabilidad del autor, puesto que éste, pese a la si-
ventivas.

En resumen resulta que las distintas consecuencias ju-


rídicas que pueden deducirse de la diferenciación entre
causas de justificación y de exculpación están fundamen- 16
GIMBERNAT (supra, nota 11). p. 485 y ss.
E2I DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL CAUSAS DE JUSTIFICACIÓN Y EXCULPACIÓN gTTTl

tuación de peligro (en tanto no se dé un caso del art. 20) GIMBERNAT, perfectamente lógico desde su premisa, ado-
todavía es asequible normativamente y también podría lece, entonces, de una falta de elaboración de la idea de
omitir el hecho de estado de necesidad. De esta compro- que la culpabilidad, si bien es una condición necesaria tam-
bación, GIMBERNAT deduce que el legislador evidente- bién bajo aspectos de dogmática penal, no es, sin embar-
mente no querría impedir la acción del autor y por ello la go, todavía una condición necesaria de la sanción penal.
permitiría, pues aún cuando hubiera podido motivar al au-
tor a un accionar fiel al Derecho, no lo hace y renuncia 2.- LA TEORIA DE MAURACH DE LA RESPONSABILIDAD POR EL HECHO

intencionalmente a una sanción penal. La teoría fundamentada por MAURACH de la "respon-


sabilidad por el hecho"18 inserta entre la antijuricidad y la
KÜPER17 ha sometido esta deducción a una minuciosa
culpabilidad la "responsabilidad por el hecho" como cate-
contracrítica. Por ello sólo quiero indicar brevemente dón-
goría sistemática adicional, propia. Consecuentemente
de, desde mi punto vista, radica el error de la argumenta-
conoce, junto a las causas de justificación y de exculpa-
ción de GIMBERNAT: en la asunción no verificada del pa-
ción, causas especiales de exclusión de la responsabili-
recer tradicional de que una conducta típica y antijurídica
dad por el hecho, entre las cuales son mencionadas como
ya sería en principio punible al presentarse la culpabilidad.
las más importantes el estado de necesidad del art. 35 y el
Si se siguiera la opinión de que en el así llamado estado
exceso en legítima defensa del art. 33. En estos casos no
de necesidad exculpante se renuncia a la pena, pese a la
se efectuaría una "disculpa al autor individual" sino se libe-
todavía existente (aunque atenuada) culpabilidad, en tan-
raría de responsabilidad "a alguien por una situación de-
to lo permitan las necesidades preventivas, entonces la
terminada". El actuar sería "aquí ciertamente incorrecto (el
conclusión de GIMBERNAT se desploma. Y es que cuan-
injusto de la acción existe), pero -frente a la naturaleza
do el legislador se aparta de la punición de una conducta,
humana universal- dispensable de manera general, no sólo
pese a que podría intentar, no sin perspectivas de éxito,
disculpable de manera individual" 19 . Las consecuencias
impedirla mediante la pena, entonces esto no tiene que
prácticas del reconocimiento de tales "causas de exclu-
deberse a que considera justificada esta conducta. Más
sión de la responsabilidad" deben concernir sobre todo a
bien, puede mantener su mandato normativo plenamente,
dos cuestiones: en primer lugar, deberían descartarse
declarar la infracción contra éste como antijurídica y, pese
medidas de seguridad en caso de falta de responsabilidad
a todo, liberar de pena al autor porque le parece que una
por el hecho, incluso cuando el autor todavía es
sanción no es conveniente ni por prevención especial ni
adicionalmente inimputable; y, en segundo lugar, la partici-
por prevención general. Precisamente esto ocurre en el
pación debería ser impune en caso de faltar responsabili-
estado de necesidad exculpante. El curso mental de
dad del autor por el hecho.

'* MAURACH, "Schuld und Vcranlwortung", 1948. Actualmente, de manera detallada.


KÜPER, JZ 1983. p. 88 y ss.; GIMBERNAT replica en la introducción del libro de Cuer- MAURACH/ZIPF (supra, nota 11), caps. 31 y ss.
da Rie/.u. "La colisión de deberes en Derecho penal", 1984, p. 13 y ss. " MAURACH/ZIPF (supra, ñola 11). cap. 31, n. marg. 3.
CAUSAS DE JUSTIFICACIÓN Y EXCULPACIÓN
FTÍEI DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL

Sobre la base de lo ya expuesto se puede ver fácilmen- Tampoco convencen los resultados prácticos a los cua-
te que esta teoría parte de una observación correcta: en les arriba la teoría de la responsabilidad por el hecho con
efecto, en el llamado estado de necesidad exculpante, así motivo de su clasificación sistemática situada entre la
como en el exceso en legítima defensa, la liberación de antijuricidad y la culpabilidad. Ya se ha expuesto (IV 2) que,
pena no se basa en consideraciones individuales de cul- correctamente, la participación en un hecho de estado de
pabilidad, sino en la consideración de que un actuar no necesidad no justificado sino solamente liberado de pena
necesita una punición debido a tales situaciones excep- en virtud del art. 35, debe ser considerada igualmente pu-
cionales. Luego, no se trata de una exclusión de la culpa- nible que aquella participación en un exceso de legítima
bilidad, sino de la exclusión de la responsabilidad penal. defensa. Tampoco se entiende la suposición de que en los
Hasta en la elección de las palabras se muestra aquí la casos de los arts. 35, 33 nunca debería entrar en conside-
cercanía a la concepción por mí defendida. ración una medida de seguridad. Ciertamente, por lo ge-
neral un hecho cometido por un enfermo mental bajo los
Pero, al igual que GIMBERNAT, los defensores de la presupuestos del art. 35 no será un indicio para su peligro-
teoría de la responsabilidad por el hecho, sacan de una sidad, de manera que por este motivo se descarta una
concepción correcta deducciones con las que no puedo medida de seguridad conforme al art. 63. Pero cuando las
estar de acuerdo. Y es que la responsabilidad por el hecho circunstancias concomitantes de un homicidio cubierto de
no es, como dice ZIPF20, un "nivel previo a la culpabilidad", por sí mediante el art. 35 muestran que el enfermo mental
de forma que al excluírsele -de manera similar que en la -p. e. porque estaba bajo un delirio homicida- es peligroso
exclusión de la antijuricidad- no podría plantearse más la para la colectividad, es perfectamente apropiado imponer
cuestión de la culpabilidad, sino la antijuricidad y la culpa- una medida de seguridad. Con más razón rige esto cuan-
bilidad deben afirmarse plenamente en los casos del art. do alguien, precisamente a consecuencia de una enfer-
35 y en el exceso en legítima defensa; la pena no tiene medad mental, tiende a cometer excesos de legítima de-
lugar, tal como se ha enfatizado repetidamente, solamen- fensa por confusión, temor o susto, los cuales son peligro-
te por el hecho de que no hay razones de prevención que sos para la vida22.
la exijan necesariamente. Entonces, el estado de necesi-
dad exculpante y el exceso en legítima defensa, en el sis- Después de todo esto, no hay motivo alguno.para so-
tema del Derecho penal, no se sitúan delante delante sino meter los casos de estado de necesidad justificante y el
detrás de la culpabilidad. Pues estos casos están más cer- exceso de legítima defensa a una categoría de causas de
canos de la punibilidad, no más lejanos que los casos de liberación de pena, situada entre las causas de justifica-
inimputabilidad y de error de prohibición invencible21. ción y las causas de exculpación, autónomas y provistas
de consecuencias jurídicas propias.
10
Ver MAURACH/ZIPF(supra. notn 11), cap. 32. n. matg. I.
11
También HIRSCH (supra, nota 10), com. previo, art. 32, n. marg. 174. habla de que la
teoría de la responsabilidad por el hecho pondría al revés "la jerarquía de niveles de " Así JESCHECK. "Lehrbuch". 3* ed (1978). cap. 39, V, 2. p. 348. y siguiéndolo, HIRSCH
valoración". (supra. nota 10). com. previo an V., n. marg. 174.
WfiTM DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL CAUSAS DE JUSTIFICACIÓN Y EXCULPACIÓN MT\7ñ

3.- LA TEORIA DEL ESPACIO LIBRE DE DERECHO re permitir ni prohibir, lo que tiene por efecto que un impedi-
También la teoría del espacio libre de Derecho crea ca- mento violento del aborto por un enemigo de los abortos es
sos de liberación de pena, situados entre la justificación y tan punible como una eventual resistencia del médico.
la exculpación. Esta teoría ha sido defendida desde hace En este lugar sólo puedo manifestarme muy brevemen-
tiempo por algunos renombrados autores, pero últimamente te sobre la amplia problemática del espacio libre de dere-
con especial énfasis sobre todo por Arthur KAUFMANN23. cho, aunque sí tomando una posición clara en relación con
La teoría supone que en determinados casos de colisión nuestro tema. Yo opino que según la teoría del Derecho
difícilmente resolubles, especialmente allí donde se enfren- debe reconocerse un espacio libre de Derecho previo a
tan vida contra vida, el legislador [430->] "retira sus nor- los tipos penales; p. e. nada se opone, siguiendo una opi-
mas"24 , "renuncia a una valoración" y deja que el particular nión muy difundida27, a que no se considere al suicidio ni
autorresponsable decida cómo quiere comportarse. Su permitido ni prohibido, sino se le asigne al espacio libre de
accionar no estará ni justificado (lo que significaría una Derecho y se deriven de ello consecuencias jurídicas para
valoración aprobatoria) ni solamente exculpado (lo que im- el caso de un rescate contra la voluntad del afectado. Pero
plicaría una desaprobación jurídica) sino "no prohibido". cuando una conducta -como el aborto o la muerte de una
KAUFMANN ilustra esto especialmente con el ejemplo del persona- ha sido declarada por la ley como típica, ya no es
aborto impune cubierto por una indicación legal (art. 218a), posible una retirada al espacio libre de derecho. Pues si la
el cual no estaría ni justificado ni exculpado (y por lo tanto violación de un bien jurídico -p.e. de la vida en formación-
sería antijurídico), sino no estaría ni siquiera valorado por declarada punible por sí misma, es declarada impune en
el ordenamiento jurídico. El Derecho endosaría al propio determinados casos excepcionales, entonces se abando-
participante la determinación y respetaría su decisión "como na la protección de este bien jurídico. En esto se oculta
fuera que ésta se produzca"25. En las consecuencias prác- necesariamente una valoración28, pues el legislador debe
ticas, esto se refleja en que KAUFMANN26 juzga como juzgar estas interrupciones del embarazo, si es que no los
impune la participación en una acción no prohibida y quie- considera necesitados de pena, de manera distinta que a
re utilizar correspondientemente la regla del error de tipo aquellos que sanciona penalmente.
en el error sobre los presupuestos de una acción no prohibi-
da, de manera que en tal medida el aborto por indicaciones También en las consecuencias jurídicas, que son vincu-
se equipara a una causa de justificación. Pero en la legítima ladas al supuesto carácter no prohibido, el Derecho penal
defensa se da una variación que KAUFMANN tampoco quie- no puede evadir una valoración. Pues, ó bien uno se alinea

" Arthur KAUFMANN. en: LH a Maurach. 1972. p. 327 y ss., donde también hay rcf. " Fjiérgicamente. GALLAS, "BcitrSgc zur Verbrechenslehre". 1968, p. 180 y ss.
sobre la literatura antigua. " Cump. la crítica de LENCKNER que concuerda con lo expuesto en lo esencial, "Der
,4
KAUFMANN (supra. nota 23). p. 336. rechlfertigende Notstand". 1965, p. 15-3l;HIRSCH,en:LHaBockclmann. 1978. p. 89
" ídem (supra. nota 23). p. 341. y ss.; YAMANAKA, Kansai University Review of Law and Politics, Marzo 1984, N°5.
!
* ídem (supra. nota 23). p. 342. p. 67* y ss.
DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL CAUSAS DE JUSTIFICACIÓN Y EXCULPACIÓN ma
con las causas de justificación (como lo hace KAUFMANN dico"31 de este tipo contradice la tarea ordenadora del
para la participación y el error y como resulta también evi- Derecho; tampoco puede satisfacer que la solución al con-
dente en la legítima defensa), porque un ataque no prohi- flicto sea simplemente dejada a los puños más fuertes.
bido no presenta después de todo la antijuricidad exigida Renuncio a explicar la problemática del espacio libre de
para el derecho de defensa en el art. 32; en este caso la Derecho adicionalmente con el ejemplo de los casos más
liberación de pena vinculada al ser no prohibido objetiva- difíciles, en los cuales la vida humana sólo puede ser sal-
mente ya no se diferencia en nada de una causa de justi- vada a costa de otra vida humana32. Con el espacio libre
ficación. O bien se otorga, tal como lo han hecho distintos de Derecho se llega aquí también a las mismas aporías
partidarios del espacio libre de Derecho29, al opositor del que en el aborto.
aborto un derecho de ayuda necesaria a favor del embrión
argumentando "que se trata, después de todo, de una in- 4.- LA TEORÍA DE LAS CAUSAS DE EXCLUSIÓN DEL INJUSTO PENAL
tervención en un bien jurídico ajeno para la cual no existe El intento más reciente de insertar una tercera catego-
ninguna autorización"30. En ese caso se ha definido en ría de causas de liberación de pena entre la justificación y
realidad como causa de exculpación la intervención libera- la exculpación ha sido emprendido por GÜNTHER en su
da de pena bajo la terminología extraña del carácter prohi- libro extraordinariamente incitante sobre "La antijuricidad
bido, pues la legítima defensa sirve para la afirmación del penal y la exclusión de injusto penal"33. Este autor introdu-
Derecho contra el injusto, es decir, implica la valoración ce la categoría de las llamadas causas auténticas de ex-
negativa del ataque (en nuestro ejemplo: del aborto). clusión del injusto penal, destinadas no a excluir la
Del dilema de que no hay una tercera categoría sustan- antijuricidad, es decir que no deben provocar una aproba-
cial de liberación de pena entre la justificación y la excul- ción jurídica, ni tampoco eliminar recién la culpabilidad y la
pación, puede uno salirse solamente, en la línea de responsabilidad, sino eliminar ya el "injusto merecedor de
KAUFMANN, considerando también que la defensa frente pena". Para decirlo con las propias palabras de
a un ataque no está ni permitida ni prohibida, sino acepta- GÜNTHER34:
da, al igual que una eventual resistencia del atacante, sin "Para la exclusión del injusto penal ya es suficiente que
comentar todas las consecuencias jurídicas. Pero esto sig- falte el grado de elevación del injusto indiciado por el tipo
nificaría que p. e., en el caso del aborto, estaría permitido penal, el contenido de merecimiento de pena. La nega-
que sus partidarios y enemigos se enfrenten abiertamente ción de la "antijuricidad" significa la renuncia por el Dere-
en la clínica con graves lesiones para ambas partes o in-
cluso puedan eventualmente matarse unos a otros, sin que
esto tenga consecuencias jurídicas. Tolerar un "caos jurí-
Jl
HIRSCH (supra, nota 28). p. 103.
" La cuestión de la justificación ha sido tratada ejemplarmente por KÜPER en su monogra-
fía "Grund- und Grenzfragcn der rechtfcrtigendcn Pflichtenkollision im Strafrecht", 1979.
w
Últimamente PHILIPPS. ARSpH 52 (1966). p. 195 y ss.. 205. " GÜNTHER. •\Slrafrechiswidrigkeit und StrafunrechtsausschluB", 1983.
" KAUFMANN (supra. nota 23). p. 342. M
ídem (supra. nota 33), p. 394 y s.
MXT\fí DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL CAUSAS DE JUSTIFICACIÓN Y EXCULPACIÓN BTH

cho penal a la desaprobación especialmente masiva fren- La concepción tiene cierta similitud con la teoría del es-
te a la realización de un tipo penal, pero ello no significa pacio libre de Derecho, sobre todo en el campo del estado
simple y llanamente renunciar a la desaprobación jurídica de necesidad. Pero esta teoría va mucho más allá al clasi-
de la conducta". ficar gran parte de las liberaciones de pena, que tradicio-
Tales auténticas causas de exclusión del injusto penal nalmente se entienden como justificación o disculpa, den-
serían p. e. la salvaguarda de legítimos intereses (art. 193), tro de las causas de exclusión del injusto penal, reducien-
la indicación en el aborto (art. 218a), el consentimiento do considerablemente con ello la importancia de las cate-
presunto, el Derecho de corrección y las así llamadas si- gorías tradicionales.
tuaciones parecidas al estado de necesidad, entre las cua- Lamentablemente no es posible aquí, en este espacio
les cuentan determinados casos de colisión de deberes, tan reducido, apreciar adecuadamente el voluminoso libro
de estado de necesidad bajo coacción, de la infracción de de GÜNTHER, rico en ideas. Tendría que probarse cada
las fronteras justificantes de la legítima defensa y del esta- causa de exclusión del injusto penal en sí misma para ver
do de necesidad. si, bajo puntos de vista teleológicos, su tratamiento es pre-
La participación en una acción cubierta por una causa ferible a aquél como causa de justificación o de exclusión
auténtica de exclusión del injusto penal sería impune; el de la culpabilidad. Esto lo he intentado en otro lugar para
error sobre los presupuestos objetivos de tal liberación de las constelaciones especialmente numerosas y difíciles de
pena debería ser tratado como un error de tipo, es decir, la situación parecida al estado de necesidad; debo remitir-
excluyendo el dolo35. En tal medida las causas auténticas me a lo allí dicho37. El resultado que obtuve es que las
de exclusión del injusto penal se equiparan a las causas soluciones alcanzables con el instrumental dogmático tra-
de justificación. Por el contrario, las conductas que caen dicional, que llevan en parte a la justificación, en parte a la
bajo una causa auténtica de exclusión del injusto penal exculpación y también en parte a la punibilidad, son más
pueden suponer un ataque antijurídico en el sentido del adecuadas que el compromiso uniformizado a que condu-
art. 32, que habilita a la legítima defensa36. Debería pro- ce la suposición de causas auténticas de exclusión del in-
barse de caso en caso [431->] si la víctima tiene que so- justo penal. Aquí me limito a escoger otro caso, el del dere-
portar o no la lesión amenazante de sus bienes jurídicos. cho de corrección del maestro; quiero tratar de desarrollar
Donde sólo falta el merecimiento de pena de la interven- con ayuda de este ejemplo, algunas ideas sobre la catego-
ción se otorgará mayormente un derecho de legítima de- ría de las causas auténticas de exclusión del injusto penal.
fensa, de manera que la exclusión del injusto penal, en GÜNTHER opina que un profesor que castiga corporal-
este punto, es tratada como una causa de disculpa. mente a un alumno menor de 14 años "con motivos funda-
mentados, moderadamente y siguiendo fines educativos",

M
ídem (supra, ñola 33). p. 390 y s.. 386 y s.
••* ídem (supra, nota 33). p. 380 y ss. " ROXIN, LH aOehler, \W5, p. I8I y ss.
na DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL CAUSAS DE JUSTIFICACIÓN Y EXCULPACIÓN Mf¥M

no debería ser penado por delito de lesiones (arts. 223, Luego, el legislador, si quiere sancionar penalmente las
340)38, aun cuando un castigo esté prohibido por el orde- lesiones corporales efectuadas por maestros, tendría en-
namiento de la escuela. Si bien la prohibición reglamenta- tonces no sólo que excluir expresamente cualquier justifi-
ria escolar excluiría la juridicidad general y con ello una cación, sino incluso que agregar al tipo penal de los arts.
aprobación jurídica, no obstante ello estaría orientado por 223, 340 la observación: "Esta disposición rige sin restric-
objetivos pedagógicos y no por objetivos de política crimi- ciones también para los maestros". No puedo considerar
nal. Estos últimos no exigirían una punibilidad del maes- que esto sea correcto, pues los tipos siempre rigen para
tro, quien por ello se vería apoyado por una causa de ex- cualquiera, en tanto no contengan restricciones expresas.
clusión del injusto penal.
Por cierto que también será un atentado contra el art. 2,
Ésta es una idea discutible y apreciable por su orienta- segundo y tercer párrafos de la C. A., según los cuales
ción en los fines del Derecho penal. Sin embargo, me pare- puede intervenirse en la integridad corporal "solamente con
ce dudosa, pues opino que el legislador al colocar los tipos motivo de una ley", si se creara praeter legem tal posibili-
decide sobre si una afección a bienes jurídicos debe ser dad de intervención con ayuda de una causa de exclusión
impedida o no en lo principal por amenazas penales. La del injusto penal. No me parece convincente el argumento
cuestión de si las lesiones corporales son o no punibles ya en contra que dice que aquí no se crea ningún derecho de
ha sido aclarada afirmativamente mediante los arts. 223, intervención, sino solamente se niega el merecimiento de
340 y no está sometida a ninguna valoración adicional de pena, porque el legislador constituyente sabía que la inte-
política criminal por parte del juez. Si bien en determinadas gridad corporal es protegida por otra disposición penal y
situaciones señaladas legalmente hay lesiones justificadas no quería ver eliminada precisamente esta protección pe-
o exculpadas, se destrozaría cualquier seguridad jurídica y nal sin una delegación de poderes por ley expresa.
difícilmente podría armonizarse con el principio de determi-
nación legal, si la jurisprudencia también pudiera afirmar o La problemática de la construcción se muestra también
negar, según su propia política criminal, causas de exclu- en el derecho de legítima defensa. GÜNTHER pretende
sión del injusto penal en caso de ausencia de hechos conceder un derecho de legítima defensa al alumno, que
justificantes o disculpantes. GÜNTHER opina: es moderadamente castigado por el maestro por un moti-
vo justificado, basándose en que solamente estaría ex-
"Tampoco las prohibiciones de castigo del reglamento es- cluido un injusto penal aunque no se produzca una justifi-
colar, aun cuando tengan forma de ley, pueden reemplazar cación39 . Pero dado que el alumno ha provocado el ata-
la necesaria manifestación de voluntad político-criminal del que, su legítima defensa debe ser limitada. Éste sólo debe
legislador penal, dado que aquellas solamente persiguen poder practicar una "defensa de protección", "es decir, es-
fines de política escolar y no fines de política criminal." capar al ataque huyendo, pero no oponerse corporalmen-

u
Sobre esto y lo que sigue, v. supra nota 33. p. 357 y s.
'* ídem (supra, nota 33), p. 384.
gfgl DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL CAUSAS DE JUSTIFICACIÓN Y EXCULPACIÓN na
te". Aparte de que es dudoso que se pueda hablar de pro- clusión del injusto penal, pero, por otro lado, se alienta a
vocación culpable en un alumno inculpable, GÜNTHER no que la víctima recurra a la autoayuda al otorgarle la legíti-
dice qué debe suceder cuando el alumno, como sucede ma defensa y al hacer que el Derecho penal retroceda. No
mayormente en aulas cerradas, no puede huir. En este creo que esto sirva para la paz social. Por ello, indepen-
caso, el alumno tendría que poder devolver los golpes, dientemente del respeto que provocan las tendencias
según las reglas de la legítima defensa provocada. limitadoras de la punibilidad, que se encuentran detrás de
GÜNTHER incluso pretende aprobar nuevamente una cau- la concepción de GÜNTHER, me parece que no es conve-
sa de exclusión del injusto penal al alumno que podía huir, niente agregar una nueva categoría de causas de exclu-
pero que a pesar de ello golpea al maestro; esta causa sión del injusto penal entre las causas de justificación y de
estaría disponible para los casos de infracción de los lími- exculpación. En lo que se refiere a la ubicación de las cau-
tes ético-sociales de la legítima defensa40. Pero esto sola- sas de liberación de pena, que han sido vistas hasta ahora
mente puede significar que en las aulas de clases pueden como causas de justificación (como el consentimiento pre-
ocurrir peleas entre maestros y alumnos e incluso cosas sunto o el aborto por indicaciones legales), estas pueden
peores (hasta llegar al homicidio), sin que el Derecho pe- quedarse indudablemente en la justificación si se es cons-
nal haga frente a esto. No soy capaz de comprender que ciente de que la justificación no expresa necesariamente la
la razón político-criminal tenga que apoyar estas conse- aprobación, sino solamente la legalidad de una conducta.
cuencias, que trasladan el espacio libre de Derecho a lo
cotidiano, limitado después de todo a situaciones extre- VI.- CAUSAS DE EXCULPACIÓN Y DE EXCLUSIÓN DE LA
mas, a lo cotidiano. PENA
Lo que aquí ha sido mostrado en un ejemplo, rige para
Para terminar quiero tratar, correspondientemente con
otras causas de exclusión del injusto penal, pero sólo
mi listado de temas, las demás "causas de exclusión de la
limitadamente. Sin embargo, de manera general se podrá
pena", entre las cuales deben contarse, junto con las cau-
decir: donde aquí se crean liberaciones de pena para ca-
sas personales y objetivas de [432->] exclusión de la pena
sos de ausencia de causas de justificación u otros casos
en el sentido estricto de la palabra, también las así llama-
que van más allá de sus límites, se está reemplazando la
das causas de levantamiento de la pena y la falta de con-
determinación legal de la pena por la determinación del
diciones objetivas de punibilidad. Estas causas de exclu-
juez o de la doctrina. Y de manera general rige también
sión de la pena constituyen un amplio y descuidado cam-
que se fomenta la traslación violenta de conflictos cuando,
po, cuyo cultivo exacto exige todavía muchas monografías.
por un lado se reduce el umbral de inhibición frente a las
Me tendré que limitar y renunciar desde el principio a un
realizaciones típicas y antijurídicas al crear causas de ex-
análisis de numerosas y particulares liberaciones de pena,
cuya pertenencia a la categoría de las causas de exclu-
sión de la pena es por lo general ampliamente discutible.
Idem (supra, nota 33), p. 384. nota 20. Tampoco puedo tratar la difícil cuestión de cómo deben
CAUSAS DE JUSTIFICACIÓN Y EXCULPACIÓN WEB
EES DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL

y deben ser recién entendidas como negación definitiva


delimitarse las causas jurídico-materiales de exclusión de
del merecimiento de pena del curso de los hechos". Pero,
pena de los presupuestos procesales41, pues mi tema sólo
dado que por lo menos las causas de exculpación se ba-
atañe a la separación en el campo de las causas de justi-
san en la falta de merecimiento de pena, queda sin res-
ficación y de exculpación, pero no a la cuestión ulterior de
puesta la cuestión de cuál es la diferencia de la negación
la diferenciación entre el Derecho material y el procesal.
del merecimiento de pena en uno y otro caso. Por el con-
Hasta ahora no ha sido encontrado un criterio de conte- trario, JESCHECK dice45:
nido que podría designar lo objetivamente común de to-
"El merecimiento de pena del hecho, en los casos en
das las causas de exclusión de la pena. Sólo existe con-
senso en que se trata de liberaciones de pena de carácter los cuales entran en consideración tales circunstancias,
jurídico-material que están más allá del tipo, la antijuricidad debe afirmarse de por sí, pero el injusto y la culpabilidad
y la culpabilidad. Así p. e. LENCKNER42 no puede propor- no son aquí lo determinante. Más bien, las especiales ex-
cionar ningún criterio unitario, y también HIRSCH opina43: cepciones personales tienen por consecuencia que se ex-
cluya desde el principio la necesidad de pena para el he-
"A diferencia de los casos de exclusión de la culpabili- cho o se la suprima posteriormente". Las causas para la
dad, las causas de exclusión de la pena no pueden ex- exclusión de la necesidad de pena, para JESCHECK, son
traerse de principios dogmáticos generales, sino sólo de la "en parte de naturaleza extrapenal", en parte constituyen
ley, ya que la cuestión de en qué medida el ordenamiento "puntos de vista específicamente penales"; entonces, el
jurídico permite excepcionalmente que no se dé la punibi- principio de necesidad de pena tampoco descansa sobre
lidad de una conducta típica, antijurídica y culpable, atañe un principio dogmático unitario.
a una pura decisión valorativa legal".
No obstante, me parece que en la anotación de
Allí donde, no obstante, se buscan puntos de vista uni- JESCHECK radica un enfoque para la solución del proble-
tarios que sirvan de guía para las "demás causas de exclu- ma. Así, la investigación monográfica que BLOY presentó
sión de la pena", estos se mueven de manera todavía no en 1976 sobre "La importancia dogmática de las causas
esclarecida entre los conceptos de "merecimiento de pena" de exclusión de la pena y de levantamiento de la pena"46
y "necesidad de pena". Para SCHMIDHÁUSER44, las por confirma lo que JESCHECK insinúa y lo que yo también ya
él llamadas causas de exclusión del hecho penal se sepa- había expuesto alguna vez hace más de 15 años47: cuan-
ran de las causas de justificación y de exculpación por el do de entre el variopinto (por falta de claridad teórica) cú-
hecho de que presuponen el hecho antijurídico y culpable

41
Comp. al respecto Hilde KAUFMANN. "Slrafanspruch. Strafklagcrcchf. 1968; VOLK. 4
» JESCHECK (supra. nota 22). cap. 52,1, p. 446.
"ProzcBvorususctzungcn im Strafrecht". 1978. ** BLOY, "Dic dogmatische Bedeutung der StrafausschlieBungs- und
41
LENCKNER (supra. nota 5). com. previo art. 32. n. marg. 128 y ss.
Strafaufhebungsgrilndc", 1976.
*' HIRSCH (supra. nota 10). com. previo art. 32, n. marg. 213. 47
44 ROXIN (suprn. nota 6), p. 33.
SCHMIDHÁUSER (supra, nota 14), cap. 9, n. marg. 12.
EEI DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL CAUSAS DE JUSTIFICACIÓN Y EXCULPACIÓN

mulo de liberaciones de pena, designadas como causas Entonces, son ponderaciones sobre los fines de la pena
de exclusión de la pena, se descarta a aquellas que tienen los que conducen a la impunidad en estos casos.
que ser interpretadas como restricciones del tipo, causas
Por el contrario, en el segundo grupo la liberación de
de justificación u obstáculos procesales, queda un núcleo
pena no se basa en reflexiones de política criminal, sino
remanente de dos distintos grupos de casos, objetivamente
en ponderaciones extrapenales de intereses. Cuando p.
distintos, en los cuales se realiza el injusto culpable, pero a
e. los Parlamentarios gozan de inmunidad parlamentaria,
los cuales, por otras razones, se les niega la punibilidad.
según el art. 36, de modo que no pueden ser penados por
Al primer grupo pertenecen casos como los de los arts. injurias ni difamación bajo los presupuestos allí nombra-
173, tercer párrafo, 258, sexto párrafo, y también p. e. el dos, esto no puede justificarse penalmente de ninguna
desistimiento voluntario de la tentativa. Según el art. 173, manera, sino es un tratamiento desigual; los Parlamenta-
tercer párrafo, no se pena el incesto entre descendientes rios no dan ningún ejemplo a la población cuando se insul-
y entre hermanos cuando el autor al momento del hecho tan en el Parlamento en una forma que cualquier otra per-
todavía no tenía 18 años de edad; el art. 258, sexto pá- sona tendría que contar con una pena. La liberación de
rrafo, permite la impunidad del encubrimiento pena tiene un motivo exclusivamente de Derecho público:
[Strafvereitelung] a favor de parientes; también el desisti- la libertad de expresión de los Parlamentarios y la
miento voluntario de la tentativa libera, como se sabe, de funcionabilidad de los órganos legislativos no deben ser
pena. Los casos se asemejan en que presuponen una afectadas por la inundación de procesos por injurias que,
conducta injusta que el autor de por sí hubiera podido y en caso contrario, serían forzadas por motivos políticos.
debido impedir. Pero el legislador renuncia a la pena, por- Los intereses penales se subordinan a este objetivo de
que le parece que ésta es preventivamente inadecuada Derecho público. También se trata de una ponderación
o innecesaria. La punición de menores por incesto oca- extrapenal de intereses cuando el art. 104a hace depen-
sionaría mucho más daño que ventajas desde la pers- der la punición de delitos contra Estados extranjeros de la
pectiva preventivo-especial. El encubrimiento a favor de existencia de relaciones diplomáticas y de la garantía de
un pariente es un caso que se acerca al estado de nece- reciprocidad. Son motivos de política exterior los que lle-
sidad exculpante del art. 35 y en el que la liberación de van a que aquí una conducta punible de por sí quede even-
pena se basa en que se quiere ahorrar al autor el conflic- tualmente impune. Igualmente también motivos de política
to de lealtad y de conciencia que traería consigo la obli- familiar (como en el antiguo hurto entre esposos, art. 247,
gación de dejar a su suerte a sus parientes. La tentativa segundo párrafo en su antigua versión) u otros puntos de
es impune en caso de desistimiento voluntario, pues el vista derivados de intereses superiores de otros ámbitos
autor ha regresado a la legalidad por su propia voluntad del Derecho, pueden llevar a la liberación de pena.
y sin haber lesionado ningún bien jurídico; y por eso no
existe ningún motivo suficiente para la sanción desde la Mi tesis que resulta sin problemas de lo anteriormente
perspectiva preventivo-especial o preventivo-general. expuesto, es la siguiente: sólo los casos del segundo grupo
deben ser reconocidos como causas de exclusión de !a pena
CAUSAS DE JUSTIFICACIÓN Y EXCULPACIÓN WF71
BEH DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL

y condiciones objetivas de punibilidad. Por el contrario, los te como aquél que comete delitos contra Estados extran-
ejemplos del primer grupo son casos de exclusión de res- jeros suponiendo sin razón que no podría ser penado por
ponsabilidad o, expresado de manera menos exacta: cau- ellos debido a la falta de relaciones diplomáticas. Tales
sas de exculpación. Pues situaciones como las de los arts. especulaciones no merecen ninguna protección.
173, tercer párrafo, 258, sexto párrafo o del [433->] desisti- 1
Por el contrario, no es punible así como así la participa-
miento voluntario de la tentativa se asemejan al estado de ción en una conducta que es impune debido a una causa
necesidad del art. 35 o al exceso de legítima defensa (art. de exclusión de la pena o a la falta de una condición obje-
33) en que, pese a una cierta culpabilidad, se renuncia a tiva de la punibilidad, a diferencia de lo que pasa en las
una sanción porque consideraciones sobre los fines de la causas de exculpación y en contra de la opinión totalmen-
pena de tipo diferente en cada caso la hacen aparecer in- te dominante. Más bien, esta conducta es impune en la
necesaria. No hay ningún motivo para remitir a otra catego- medida en que también valen para el partícipe las ponde-
ría del delito hechos que se asemejan en el punto decisivo a raciones de intereses extrapenales, que llevan a la libera-
las exculpaciones reconocidas desde hace tiempo. También ción de pena del autor. Así es por regla general: con justi-
las consecuencias jurídicas deben ser las mismas que en cia indica JAKOBS48 que tampoco debería ser penado el
las demás causas de exclusión de la responsabilidad, es asesor del Parlamentario, autor del discurso injurioso que
decir la participación de los extraños sigue siendo punible y este último da en el Parlamento, pues con ello se vería
los casos de error deben ser tratados empleando afectada de manera mediata la libertad de expresión del
analógicamente el art. 35, segundo párrafo. Entonces, quien propio Parlamentario, el cual no puede hablar sin su ase-
cree erróneamente que la persona cuya sanción penal está sor. Por ello, JAKOBS busca construir la inmunidad como
frustrando es un pariente, recibe una atenuación de pena e causa de exclusión del tipo. Pero con ello se desconoce
incluso es impune en caso de que el error sea invencible. que un atentado al honor sigue siendo un atentado al ho-
Luego, quedan como causas de exclusión de la pena y nor, donde sea que se produzca, y que no es en nada
como condiciones objetivas de punibilidad solamente aque- correcta la suposición de que en una causa de exclusión
llos casos en los cuales la liberación de pena depende de de la pena la participación sería siempre punible, lo cual
ponderaciones de intereses de tipo extrapenal. La reduc- sólo se debe a que se entremezcla erróneamente estas
ción de estos casos a un grupo especial de liberaciones liberaciones de pena con casos de exculpación. Así, p. e.
de pena, ubicado independientemente junto a las causas también debe ser punible quien participa sólo como insti-
de justificación y de exculpación, se legitima también debi- gador o cómplice en un hecho punible contra un Estado
do a que tienen que ser vinculados a efectos jurídicos to- extranjero, con el cual no existen relaciones diplomáticas
talmente distintos. El error tiene que ser aquí totalmente o no se garantiza la reciprocidad.
irrelevante, pues no concierne a ningún punto de vista jurí-
dicamente relevante. El Parlamentario que injuria grave-
mente a otros porque cree erróneamente encontrarse en
41
una Comisión parlamentaria, es tan responsable penalmen- JAKOBS (supra. nota 14). cap. 10. n. mar-g. 16.
•EEI DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL CAUSAS DE JUSTIFICACIÓN Y EXCULPACIÓN IfFKl

Si se limitan, como consiguientemente aparece apro- Una conducta está justificada cuando la colisión de dos
piado, las causas de exclusión de la pena a casos de pon- bienes jurídicos se soluciona de manera legal, permitien-
deración de intereses extrapenales, se muestra que esta do la intervención. Una conducta es disculpada cuando la
categoría del delito no puede ser comprendida con los con- intervención en un bien jurídico ajeno no es legal, sino pro-
ceptos de "merecimiento de pena" y "necesidad de pena". hibida, pero pese a ello el legislador no hace responsable
Ambos conceptos tienen su lugar en la teoría de la res- 'al autor porque o bien falta la culpabilidad o bien falta una
ponsabilidad: es razonable decir que sólo la conducta cul- necesidad preventiva de punición. Finalmente, una causa
pable es merecedora de pena y que esta conducta de exclusión de la pena interviene cuando una conducta
merecedora de pena necesita una pena al añadirse nece- no está ni justificada ni disculpada, pero se oponen a una
sidades preventivas de punición49. De esta manera, caen punición razones de orden extrapenal. He tratado de mos-
dentro del grupo de falta de necesidad de pena los casos trar con algunos ejemplos que esta diferenciación debe
de liberación de pena motivados por política criminal que, conducir también a resultados jurídicos diferentemente fun-
si bien son vistos por muchos como causas de exclusión damentados en lo teleológico.
de la pena, yo los he ordenado dentro de la exclusión de
responsabilidad.

Las causas de exclusión de la pena, tal como aquí se


expone, están más bien creadas de tal manera que el
merecimiento de pena y la necesidad de pena deben ser
afirmados, sacrificando, sin embargo, la necesidad de pena
en aras de intereses extrapenales.

Vil.- RESUMEN

Mis resultados finales son que si bien la diferenciación


entre causas de justificación, de exculpación y otras cau-
sas de exclusión de la pena está expuesta a diversas ob-
jeciones, es siempre fructífera después de algunas aclara-
ciones. Ella debería ser mantenida y no difuminada a tra-
vés de equiparaciones simplificantes y nuevas formas in-
termedias.

Comp. al respecto BLOY (supra, nota 46). p. 242 y ss.


ACERCA DEL
1
CONSENTIMIENTO EN EL
DERECHO PENAL*

N. d. T. el artículo fue publicado bajo el título original: "Übcr dic Einwilligung im Strafrecht",
en "Estudos em Hoincnagcm ao Prof. Doutor Eduardo Correia", tomo III. Coimbra. 1984.
p. 396-434.)
[3->]

1.- SOBRE EL ESTADO ACTUAL DE LA TEORÍA DEL CON-


SENTIMIENTO

La opinión actualmente dominante en la República Fe-


deral Alemana distingue, siguiendo a GEERDS 1 , entre
acuerdo [Einverstándnis] y consentimiento [Einwilligung]2.
Según esta doctrina, el acuerdo tiene el efecto excluyente
del tipo. Esto entra en consideración en aquellos tipos en
los cuales la acción típica presupone ya conceptualmente
un actuar contra o sin la voluntad del lesionado (invito
laeso). Aquí pertenecen, sobre todo, los delitos de coac-
ción: cuando alguien está de acuerdo con la exigencia de
otro no se da una coacción justificada, sino no hay coac-
ción (art. 240)3; cuando una mujer consiente en el acto

1
"Einwilligung und Einverstándnis des Vcrtctzten", tesis doctoral, Kiel, 19S3; "Einwilligung
und Einverstándnis des Verletzten im Strafrecht", GA 1954, p. 262 y ss.
1
Comp. p. c. BLEI, "Strafrecht, AT \ 18» cd.. cap. 371; BOCKELMANN. "Strafrecht, AT\
3aed.. cap. 15. C. I; GEPPERT, ZStW 83,1971, p. 968; JESCHECK, "Strafrecht, AT', 3*
ed., cap. 34; SAMSON en SK(4* cd.), n. marg. 36 y ss., com. previo art. 32; además, los
autores mencionados en la nota 4. También lajurisprudencia admite parcialmente un acuer-
do excluyente del tipo (así BGHSt 23,3 para el art. 236), parcialmente un consentimiento
justificante (BGHSt 17,360 para el art. 223; BGHSt 23,3 y 4 para el art. 185).
' Los artículos sin mención de ninguna ley provienen del C. P. alemán.
1FÜ DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL ACERCA DEL CONSENTIMIENTO EN EL D. PENAL
EE21
sexual, la conducta del hombre no puede ser típica de una acción (art. 2 C.A.)4. Otros autores dicen que la justifica-
violación (art. 177), etc. Pero la ley provee también otros [5->]-ción se debe a que el desvalor de la lesión del bien
numerosos ejemplos: cuando la entrada de un visitante es jurídico sería ponderado con una libertad de disposición
bienvenida por el titular de la casa, ya no existe e! "irrum- del particular, teniendo el efecto de que ante un mayor
pir" [Eindringen] que presupone el tipo de violación [4->] valor de la libertad de disposición, el consentimiento sería
de domicilio (art. 123); cuando alguien asiente que otro se efectivo5.
lleve una cosa de su esfera de dominio, no existe una "sus-
De la diferenciación entre acuerdo y consentimiento se
tracción" en el sentido del art. 242, porque no está dada la
deducen seis diferencias esenciales para el tratamiento prác-
necesaria "ruptura" de la custodia ajena; quien rapta a una
tico de los casos que se presenten; estas diferencias se
mujer de acuerdo con la voluntad de ésta o quien usa un
deberán derivar en parte de la contraposición entre la natu-
auto ajeno contando con el permiso del propietario, no
raleza más bien "táctica" del acuerdo en relación con el ca-
puede completar los tipos de los arts. 237, 248b, porque
rácter "jurídico" del consentimiento (1.4), en parte de la cla-
estos tipos exigen un actuar en contra de la voluntad del
sificación sistemática divergente de ambas figuras (4,6).
afectado. Todos estos casos tienen en común que el acuer-
do excluye desde el principio la lesión del bien jurídico pro- 1.- En el acuerdo debe importar únicamente la voluntad
tegido; la libertad de ejercer la voluntad, el derecho de casa, interna de quien está de acuerdo, aun cuando esta volun-
la custodia, etc, no son lesionados cuando el afectado está tad no se haya manifestado hacia afuera; en el consenti-
de acuerdo con la acción del autor. miento, por el contrario, por lo menos se exige que éste
sea reconocible en el mundo exterior a través de palabras
Por el contrario, el consentimiento en sentido estricto,
o acciones6. En el "caso del ladrón", en el cual el propieta-
cuando es dado por el portador del correspondiente bien
rio está internamente de acuerdo con la sustracción de
jurídico, solamente debe tener efecto justificante, pero no
excluir la realización del tipo. Los ejemplos principales pro- sus cosas para después poder probar la culpabilidad del
vienen de los tipos de daños y lesiones. Cuando el propie-
tario permite a otro dañar sus cosas o destruirlas, el con-
4
sentimiento, según la doctrina dominante, no cambia para BICHLME1ER, JZ, 1980, p. 53 y ss.; DREHER/TRÓNDLE. StGB. 42*cd., n. marg. 3b.
com. previo art. 32; GEERDS, GA 1954. p. 263; c! mismo autor. ZStW 72,1960. p. 42;
nada el hecho de que la cosa y una propiedad ajena han HIRSCH en LK (10" cd). n. man». 104, com. previo ort. 32 (con modificaciones);
sido lesionadas de manera típica. Según esta opinión, el LACKNER, "SlGir. 16" cd., 5 com. previo ort. 32; LENCKNER en Schonkc7Schroder,
"SlGB", 22'ed.. n. mnrg. 33, com. previo art. 32; WELZEL. "Das Deutsche Strafrecht".
consentimiento solamente excluye la antijuricidad, lo cual 11' cd.. 1969, p. 95; WESSELS. "Strafrecht. AT". 16" ed., cap. 9,1,2; en este sentido
es fundamentado mayormente con que en el consentimien- también BGHSt 17.360.
to radicaría una renuncia a la protección del Derecho, re- ' Así primeramente NOLL. "Übcrgesctzliche Rcchtfcrtigungsgrilnde, im besondercn die
Einwilligung des Verletzlen*', 1955. p. 74 y ss.; el mismo autor, ZStW 77, 1965. p. 15;
nuncia que tendría fuerza justificante como efecto del de- siguiéndolo. ESER. "Strafrecht I". 3' ed.. caso 8, n. marg. 7a; GEPPERT. ZStW 83.
recho individual de autodeterminación, sea por derecho 1971. p. 952 y s s ; JESCIIECK."Lehrbuch". 3'ed.. cap. 34.11. 3; también hay indicios
en HIRSCH. en LK (10" cd.).n. marg. 104.com. previo urt. 32.
consuetudinario o con base en la libertad constitucional de * GEERDS, GA 1954, p. 266; HIRSCH en LK (10* cd.).n. marg. 102, 109.com. previo
art. 32; WESSELS. "Strafrecht. AT' (16* ed.), cap. 9,1, 1.
IEQ DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL ACERCA DEL CONSENTIMIENTO EN EL D. PENAL nana
ladrón y hacerlo arrestar, sólo habría una tentativa inidó- sentimiento en una lesión (durante una riña) ya no es efec-
nea de hurto por ausencia del quebrantamiento de la cus- tivo cuando el que consiente estaba "bebido" (BGHSt 4,90).
todia7 . Por el contrario, debe admitirse un delito consuma- 3.- La falta de voluntad (error, engaño y coerción) de-
do de daños cuando el propietario consiente, de una ma- ben ser irrelevantes en el acuerdo, pero hacen que un con-
nera no reconocible hacia fuera, que el otro destruya sus sentimiento sea ineficaz9. Cuando p. e. alguien motiva al
cosas porque él [6->] calcula la posibilidad de obtener algo propietario [7->] a permitir el ingreso a su departamento
nuevo y mejor gracias al seguro. Sobre nuestro punto de mediante astutas maniobras de engaño, no comete una
vista comp. IV. violación de domicilio (art. 123). Tampoco una coacción
2.- El acuerdo debe presuponer para su eficacia sola- mediante el autor deberá hacer ineficaz un acuerdo (en la
mente la voluntad "natural" de la víctima, aun cuando a medida en que, en caso del art. 177, no se trate precisa-
ésta le falte la capacidad de comprensión debido a su ju- mente de la amenaza que es requisito para completar el
ventud o a un mal psíquico. En el consentimiento, por el tipo). En el consentimiento, por el contrario, se considera
contrario, se hace como presupuesto de su eficacia que el que la carencia de voluntad es relevante. En esto se basa
afectado "poseía la fuerza de juicio necesaria y la sereni- sobre todo la amplia jurisprudencia acerca de la obligación
dad para reconocer la magnitud de su declaración y pon- médica de aclarar previamente [árztliche Aufklárungspflicht]
derar sensatamente los pro y contra"8. Entonces, cuando en caso de intervenciones curativas. La intervención mó-
el autor motiva a un niño incapaz de comprender, a "rega- dica es juzgada por la jurisprudencia como una lesión cor-
larle" su monedero, no se presenta un hurto por falta de poral típica, pero justificada por el consentimiento del pa-
quebrantamiento de la custodia (pero sí una apropiación ciente. Pero el consentimiento, según jurisprudencia con-
ilícita o una estafa). Si alguien secuestra a una enferma tinuada, sólo es efectivo cuando se da libre de errores a
mental bajo la voluntad natural de ésta, el tipo del art. 237 consecuencia de una explicación médica; si ello falta, el
(secuestro contra la voluntad de la secuestrada) no se ha médico será penado por lesiones corporales. Algo similar
completado, mientras que la injuria que efectivamente se ocurre con la coerción: p, e. quien consigue el consentimiento
presenta es tenida por punible, porque en tal medida el para daños en la propiedad mediante la amenaza de una
consentimiento de la víctima no debe justificarse debido a denuncia penal, será siempre punible según el art. 303.
la falta de capacidad de comprensión de la víctima (BGHSt 4.- El art. 226a establece para las lesiones, en las cua-
23, 3 y s.). Igualmente se considera también que el con- les según la doctrina dominante el consentimiento tiene
como mucho una fuerza justificante, que el hecho es
antijurídico pese al consentimiento, cuando "atenta contra
1
BayOLG. NJW 1979, p. 729; por sus resultados también BGHSt 4. 199 y s . pero allí la
falta de quebrantamiento de la custodia no se deduce del acuerdo, sino de que el "hurta-
do" conserva la posibilidad de coger la cosa y con ello la custodia.
• BGHSt 4.90, siguiendo a RGSt 77.20; BGHSt 5.362; 8.357 y s.; 12. 383; 23.4; BGH. • GEERDS. GA 1954, p. 268 y s.; BOCKELMANN. "Strafrccht. AT". 3* ed.. cap. 15. C.
NJW 1978. 1206; GEERDS. GA 1954. p. 263, 265. Esta es la doctrina plenamente 1. b. bb; 2. b. bb; WELZEL. "Das Deutsche Strafrccht". 11" cd.. 1969. p. 95; WESSELS,
mayontana. "Strafrccht. AT". 16", cap. 9,1. I; 2. d.
•ESI DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL ACERCA DEL CONSENTIMIENTO EN EL D. PENAL Ea
las buenas costumbres". Si se ve en ello -lo cual, sin em- emplear las reglas de la tentativa de manera correspondien-
bargo, sólo hace una parte de la doctrina dominante10- una te12 y llega así al mismo resultado que cuando hay desco-
idea jurídica general, esto en todo caso sólo debe regir nocimiento del acuerdo, sin embargo, esto exige una cons-
para los casos de consentimiento, pero no para el acuer- trucción adicional que no es necesaria en caso de acuerdo.
do. Cuando alguien permite la entrada de otro a su depar-
tamento con fines delictivos, esta entrada podrá ser llama- 6.- Algo parecido ocurre en la suposición errónea de
da contraria a las buenas costumbres, pero no es una viola- una aprobación no existente. Cuando ésta atañe al acuer-
ción de domicilio (art. 123). También en las acciones sexua- do, excluye sin más el dolo: quien cree tener el permiso
les según los arts. 177, 178, el acuerdo interno [8->] de la del propietario o custodio de la casa, no tiene el dolo de
víctima a menudo no excluye el atentado del hecho contra "irrumpir" (art. 123) o "sustraer" (art. 242). Quien, por el
las buenas costumbres, pero seguramente sí la realización contrario, en las lesiones o [9->] los daños (arts. 223, 303)
del tipo. Sobre nuestra propia opinión al respecto comp. III. supone erróneamente un consentimiento de la víctima, se
equivoca, según la doctrina dominante, sobre los presu-
5.- Finalmente se puede deducir de la distinta clasifica- puestos objetivos de una causa de justificación. En Ale-
ción sistemática entre acuerdo y consentimiento, solucio- mania constituye un problema muy discutido que no pue-
nes divergentes para el caso de que no sea conocida por de ser tratado aquí, sobre si este error no regulado expre-
el autor una aprobación realmente existente del portador samente en la ley excluye el dolo o la pena por dolo em-
del bien jurídico. En los casos de acuerdo entra aquí en pleando directa o analógicamente el art. 16 [error de tipo],
consideración solamente una tentativa porque el tipo obje- o simplemente fundamenta un error de prohibición que, en
tivo no ha sido completado; el dolo delictivo del autor se caso de su evitabilidad, deja subsistente la pena por dolo
dirige, entonces, contra un objeto inidóneo. Por el contra- de conformidad con el art. 17. En todo caso, este proble-
rio, cuando el autor, en delitos de daños o lesiones, no ma sólo se presenta en el consentimiento entendido aquí
sabe nada acerca del consentimiento de la víctima, se pue- como causa de justificación y no en el acuerdo.
de llegar a admitir un hecho punible consumado porque
desde este punto de vista se ha dado un resultado y tam- En la más reciente discusión, esta concepción tan clara
bién un dolo delictivo del autor dirigido a la producción de y "tajante" en sus diferenciaciones sistemática y objetiva
este resultado'1. Si bien la mayoría de los autores que consi- se ha visto expuesta al fuego cruzado de la crítica desde
dera el consentimiento como causa de justificación quiere dos lados. Una opinión que está ganando terreno niega la
diferencia sistemática entre el acuerdo y el consentimien-
to, y concede efecto excluyente de la tipicidad a cada apro-
GEERDS. G A 1954. p. 268; B AUM ANN/WEÜER. "Strafrecht. AT \ 9" «I., cap. 21. II. 4. c;
bación efectiva del portador del bien jurídico13. Si se acep-
H. MAYEK. "Strafrecht. AT'. 1953. p. 167; WELZEL. "Das Deutsche Slrafrocht". I Iaed..
1969. p. 97
En este sentido también GEERDS. GA 1954, p. 267; BLEI. "Strafrecht. AT'. 18' ed., 12
cap. 37. II. 2; DREHER/TRONDLE. "StGB". 42" ed., art. 16. n. marg. 28; WELZEL, Comp. solamente a JESCHECK. "Lchrbuch". 3" ed.. cap. 34, V, c. más ref.; también parte
"Das Deutsche Strafrecht". I l'cd.. 1969. p. 97. de la aplicabilidad del marco penal de la tentativa el art. 38. N° 4 del C. P. portugués.
1
' En este sentido, sobre todo, las monografías de ZIPF, "Einwilligung und Risikoübernahme
ACERCA DEL CONSENTIMIENTO EN EL D. PENAL
HE1 DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL

ta esto, desaparecen primeramente las diferencias prácti- cíente para un consentimiento 'excluyente del dolo'... así
cas entre acuerdo y consentimiento que se basaban en como tampoco, en un consentimiento 'justificante' tienen
premisas sistemáticas divergentes (supra 5 y 6). Si bien siempre que cumplirse las exigencias estrictas que han
las diferenciaciones restantes (1-4) no son excluidas por desarrollado la jurisprudencia y la doctrina". Todos estos
la aceptación de un efecto excluyente de la tipicidad, sí ataques a la división dual estricta de la doctrina tradicional
son relativizadas, pues es difícil de comprender por qué están justificados en lo esencial. Esto deberá ser desarro-
una aprobación excluyente del tipo en igual medida deba llado a continuación tratando paso por paso los distintos
estar vinculada en su eficacia a presupuestos contrapues- campos problemáticos.
tos. La segunda posición de la [10->] reciente crítica duda
también, desde el principio, de la división dualista estricta [11->]
en los presupuestos de eficacia (1-4). Si bien esta crítica II.- EL CONSENTIMIENTO COMO CAUSA DE EXCLUSIÓN
mantiene la diferenciación entre acuerdo excluyente del DEL TIPO16
tipo y consentimiento justificante, así como las consecuen-
cias sistemáticas que se derivan inmediatamente de ello 1.- El motivo decisivo para admitir que cualquier con-
(5-6), no obstante, opina que por lo menos para el acuer- sentimiento efectivo excluiría el tipo radica en la teoría li-
do no puede decirse nada con carácter general sobre sus beral del bien jurídico referida al individuo. Si los bienes
presupuestos de eficacia, sino que esto tendría que ser jurídicos deben servir para el libre desarrollo del particular,
diferentemente juzgado según la estructura especial del no puede existir una lesión del bien jurídico cuando una
tipo correspondiente14. En parte se renuncia a la formula- acción se basa en una disposición del portador del bien
ción de criterios de validez general para el consentimien- jurídico que no afecta su libre desarrollo, sino por el con-
to15 : "el acuerdo simplemente táctico no es siempre sufi- trario constituye su expresión. Así, p. e. la propiedad no es
un producto ideal de tipo cuasi cosificado cuya lesión (art.
303) podría ser justificada mediante el consentimiento. Más
im Strafrecht", 1970, y de KIENTZY, "Dcr Mangcl am Tatbestand infolge Einwilligung bien, en el caso de la propiedad de bienes, es sólo una
des Rcchtsgutstrtigcrs", 1970. Además, p. e.: ESER. "Strnfrechl I", caso 8. n. marg. 2;
HORN en SK, 3* cd.. art. 226a, n. marg. 2; Annin KAUFMANN. LH a Welzel. p. 397,
noia9;KÜHNE.JZ 1979,p.24l y ss.MAURACH/ZlPF. "Strafrecht. AT'.cap. I7H!.
B. ROXIN. "Krinúnalpolilik und Strafrcchtssystcm". 1970,1973 (2'ed.), p. 25. nota 57;
el mismo autor. ZStW 84.1972. p. 1001 y s ; el mismo autor, ZStW 85.1973. p. lOOys.;
el mismo autor, LH o Wclzcl, p. 449; RUDOLPHI, ZStW 86. 1974, p. 87 y s.; SAX, JZ de voluntad; ver, "Willensmiingel bei der Einwilligung", 1970. También están en contra
1076. p. 9; SCHMIDHÁUSER. "Strafrecht. AT", 2a ed.. cap. 8. n. marg. 123 y ss,; el de un tratamiento diferenciado del consentimiento y del acuerdo BAUMANN/WEBER,
mismo autor, "Studienbuch. AT', 2* ed., cap. 5, n. marg. 106 y ss. Antes también H1RSCH, "Strafrecht, AT', 9* ed.. cap. 21 11.4, 3. nota 139.
16
ZStW 74.1962. p. 104. De manera oscilante. STRATENWERTH. "Strafrecht. AT'. 3' Cuando el art. 38, N° 1 del C. R portugués dice que el consentimiento excluiría la antijuricidad,
cd.. n. marg. 365 y ss. según mi opinión, esto no se opone al parecer aquí defendido, según el cual el consentimien-
14 to excluye ya la tipicidad. Pues el legislador no ha decidido sobre la cuestión sistemática,
Así. sobre todo. JESCHECK. -Strafrecht, AT'. cap. 34,1.2. a; LENCKNER en Schünke/
Schródcr, "SiGBM. 22 a cd.. n. marg. 32. com. previo art. 32; HIRSCH en LK. 10"cd.. n. sino sólo ha querido expresar bajo cuáles presupuestos una conducta es legal en caso de
marg. 100, com. previo art. 32. consentimiento del portador del bien jurídico. Cuando, tal como yo postulo, ya está exclui-
" STRATENWERTH. "Strafrecht. AT". n. marg. 369. ARZT deja abierta la cuestión y do el tipo, con más razón lo está la antijuricidad. de numera que también la admisión de una
renuncia a la diferenciación entre acuerdo y consentimiento en el tratamiento de la falta exclusión del tipo todavía es compatible con el tenor del C. R portugués.
WEM DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL ACERCA DEL CONSENTIMIENTO EN EL D. PENAL

designación genérica para la potestad que tiene el porta- mediata de la libertad de acción garantizada constitucio-
dor del bien jurídico de servirse de la cosa que le pertene- nalmente en el art. 2, primer párrafo de la C. A., cuya prác-
ce en la medida del libre desarrollo de su personalidad, tica a través de quien consiente hace imposible la lesión
pudiendo "proceder... a su arbitrio" con ella (art. 903 C. C ) . simultánea de un bien jurídico que le corresponda, y con
Cuando el propietario, decidiendo libremente consiente en ello también hace imposible que se complete un tipo pe-
el daño o la destrucción de su cosa o incluso así lo pide, nal 18 . Los partidarios de la concepción de la justificación
no hay en ello una lesión a su posición de propietario, sino objetan que los bienes jurídicos "ya no (serían) el cuerpo,
una cooperación en su libre y responsable ejercicio. la libertad de movimiento, etc sino la voluntad de pre-
servar estos valores", mientras correctamente "el cuerpo,
La opinión contraria confunde el objeto del hecho
la libertad de movimiento, el honor, la propiedad y otros
[Tatobjekt] y el bien jurídico: si bien se ha dado un daño a
bienes jurídicos del particular" ya estarían gozando "sólo
la cosa concreta (al objeto del hecho), no obstante, este
para sí" la protección del ordenamiento jurídico19. Pero con
daño no es un ataque a la propiedad, [12->] sino un apoyo
ello se separa lo inseparable. La propiedad sólo puede
a su ejercicio. Lo mismo rige para las lesiones corporales
[13->] ser ejercida a través de la voluntad del propietario;
(art. 223). Ciertamente, aquí hay límites para la potestad
sin relación con ésta es sólo una representación sin senti-
individual de disposición (art. 226a); cuando se sobrepasa
do. La libertad de movimiento presupone la voluntad (por
estos límites, el consentimiento no tiene fuerza excluyente
lo menos latente) de quien se quiere desplazar; e incluso
del tipo ni justificante. Pero donde el consentimiento tiene
el cuerpo es objeto de protección no como una acumula-
efectos ilimitados, la personalidad se desarrolla también
ción de carne y huesos, sino solamente vinculado con el
en el tratamiento que éste atribuye a su cuerpo. El pelu-
espíritu que vive en él y que lo domina. Esto es formulado
quero, el pedicuro y también el cirujano plástico no afec-
tan la libertad del cliente en el trato de su cuerpo, sino le certeramente por RUDOLPHI 20 : "El bien jurídico y la po-
ayudan a autoexpresarse corporalmente. Si bien empren- testad de disposición sobre el bien jurídico no solamente
den una intervención en la sustancia del objeto del hecho representan una unidad, sino el objeto de disposición y la
(del cuerpo real) protegido en el art. 223, no afectan la potestad de disposición son el mismo bien jurídico protegi-
integridad de la esfera corporal ajena y con ello tampoco do en el tipo en su carácter de relación entre ellos". La
el bien jurídico cuya lesión presupone el tipo 17 .

Con ello, el efecto excluyente del tipo que tiene el con- '» Comp. al respecto también MAURACH/ZIPF. "Strafrccht. AT", I6*ed.,cap. 17, III. B,
2. También AMELUNG juzga el consentimiento como "parte esencial de la libertad ge-
sentimiento no resulta recién del derecho consuetudinario neral de acción...la cual, según la jurisprudencia del B VerfG, está garantizada por el art.
o de la adecuación social de la acción que se apoya en él 2. primer párrafo de la Constitución alemana"; pero de ello no deduce ninguna exclusión
(por más que ambos deban afirmarse), sino de forma in- del tipo. Ver "Die Einwilligung in die Beeintrachtigung cines Grundrechtsgutcs". 1981.
p.29.
'* HIRSCHenLK, 10" cd.n. marg.98.com. previo art. 32; plenamente de manera correspon-
diente. JESCHECK. "Lehrbuch", 3* cd.. cap. 34. i. 3; similar. AMELUNG. "Die
Einwilligung.. ". p. 26 y s.
" Comp. también SCHMIDHÁUSER, "Strafrccht. Al"*. 2'cd., cap 8. n marg. 123 y w
ZStW 86. 1974. p. 87.
ffEEl DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL ACERCA DEL CONSENTIMIENTO EN EL D. PENAL
•EX
lesión del bien jurídico no se agota, entonces, en el actuar pendientemente. Allí donde la coacción, como en las le-
contra la voluntad del portador del bien jurídico, sin embar- siones corporales, está vinculada de manera típica a la
go, éste es uno de sus presupuestos. Con justicia dice realización del tipo, según la opinión unánime ella se con-
STRATENWERTH21 que la voluntad del afectado sería "no sume; esto solamente es posible bajo el presupuesto que el
solamente significativa para la protección del Derecho", sino art. 223 proteja paralelamente la afección de la voluntad23.
pertenecería "también al objeto protegido".
, AMELUNG24 pretende refutar la tesis de que la libertad
22
LENCKNER rompe con esta unidad natural de la vo- de disposición del portador del bien jurídico sería parte
luntad y de su objeto de referencia cuando dice: "el art. esencial del bien jurídico mismo, mencionando a personas
303 [delito de daños] da seguridad al propietario no en el a quienes les falta la facultad de disposición, como p. e. en
ejercicio de sus potestades provenientes del art. 903 del los "niños pequeños", y los cuales, no obstante, no gozan
C. C , sino asegura la existencia no disminuida de la cosa menos protección a través de los tipos penales pertinen-
concreta como presupuesto necesario para estas potesta- tes que las personas responsables. Pero, dado que en ta-
des". Pero la propiedad consiste precisamente en las "po- les casos el tutor ejerce una representación en cuanto a la
testades del art. 903 C.C.M y no en la "existencia de la cosa voluntad, es decir p. e. el consentimiento de los padres
concreta" (jtampoco representada independientemente rige como si fuera el del niño dentro de los límites jurídica-
como voluntad del propietario!), sino la propiedad es el bien mente trazados, no falta de ninguna manera una afección
jurídico protegido. LENCKNER emplea además [14->] el de la voluntad imputable al portador del bien jurídico; tal
argumento de la punibilidad independiente de la coacción construcción no es "extremadamente artificial" como opina
en contra de la suposición de que no solamente formaría AMELUNG, sino que corresponde a las necesidades jurí-
parte de la lesión del bien jurídico el daño a una cosa aje- dicas y prácticas. Y cuando, excepcionalmente y en un
na, sino también el actuar en contra de la voluntad del momento determinado, no existe un tutor (AMELUNG: "El
portador del bien jurídico. Quien obliga al propietario "a autor mata a los padres y abusa después [15->] del niño
destruir su bien, es punible por daños y coacción, no -como de cuatro años de edad"), no obstante, sólo puede estar
se tendría que admitir consecuentemente en caso contra- suspendido temporalmente el ejercicio de la potestad de
rio- solamente según el art. 303". Sin embargo, esto se disposición, pero no puede discutirse su lesión sustancial.
basa en que si bien un daño sin consentimiento del pro- Esta lesión solamente se excluye en caso de un consenti-
pietario es una afección de la voluntad, todavía no es por miento efectivo, el cual falta aquí. Lo correspondiente regi-
lo general una coacción en el sentido de la ley (art. 240), ría también en la lesión de enfermos mentales, personas
de manera que su presencia tiene que expresarse inde- en estado de inconsciencia, etc. Aun cuando la potestad

" ZStW68. I956.p.43. " Comp. STRATENWERTH. ZSlW. (orno 68. I956, p. 43.
" LENCKNER en Schónkc/Schródcr. "StGB". 22'ed., com. previo 32, n. marg. 34. J
* "Die Einwilügung...", p. 26 y s., con observaciones, p. 31.
Eü DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL ACERCA DEL CONSENTIMIENTO EN EL D. PENAL

de disposición sobre la propiedad es ejercida temporal- "pese al consentimiento... penalmente significativo y no in-
mente por otro (el albacea testamentario, el síndico de diferente desde el principio", esto en todo caso no es cier-
quiebras), esto no cambia el que esta potestad es lesiona- to para aquellas acciones que son provechosas y desea-
da en los delitos según los arts. 242, 303; igualmente falta das por éste. Más bien en ellas se trata de procesos plena-
una lesión a la propiedad cuando el que tiene facultad de mente normales de la vida cotidiana sin importancia
disposición da su aprobación con efectos jurídicos. indiciadora del injusto; tales casos constituyen la mayoría
en el consentimiento27 porque el portador del bien jurídico,
2.- Si se traducen en categorías dogmáticas estas con-
al prestar su consentimiento, se deja guiar mayormente
sideraciones fundamentales sobre la libertad constitucio-
por su beneficio.
nal de acción, la función del Derecho penal y la teoría de
bienes jurídicos, resulta que, en un consentimiento efecti- Sin embargo, hay constelaciones en las cuales se po-
vo, desaparece el desvalor del resultado25 y con ól des- dría contemplar que un daño o una intervención corporal,
aparecen el desvalor de la acción y el tipo del delito. Esto pese al consentimiento, irían en contra del verdadero bien-
es indiscutible cuando la acción ejecutada con el consen- estar del portador del bien jurídico. En estos casos, se po-
timiento y mayormente por deseo del portador del bien ju- dría por lo menos considerar un desvalor del resultado y
rídico es útil para éste e incluso es por lo demás social- afirmar con él el tipo delictivo, de manera que el consenti-
mente usual bajo cualquier aspecto. Quien tala un árbol miento tendría efectos excluyentes del tipo o justificantes
por encargo del propietario o arroja material inflamable en según la concreta situación28. Naturalmente, en muchos
el horno, quien aplica una inyección al paciente para pre- casos de consentimiento desventajoso fracasa ya su efi-
venir infecciones o le corta la barba a un cliente, no realiza cacia debido a las carencias de voluntad o al límite del art.
un resultado típico justificado por el consentimiento, sino 226a ("buenas costumbres", comp. también art. 38, núme-
falta, desde el principio, cualquier desvalor del resultado. ro 2 del C. P. portugués), de manera que entonces ya no
Pero cuando la voluntad del actor no está dirigida a la eje- se plantea la cuestión de la exclusión del tipo o de la
cución de un desvalor del resultado, también se carece de antijuricidad. Si se prescinde de estos hechos, quedan su-
un desvalor de la intención. Es claro que una conducta cesos como los siguientes: alguien ingresa en una comu-
totalmente neutral al Derecho y adecuada socialmente no nidad religiosa radical y permite a sus asociados destruir
realiza el tipo del delito y [16->] por ello no puede ser típi- sus objetos de lujo a fin de no caer en la tentación de ape-
ca. Cuando JESCHECK26 opina que cada suceso sería garse [17->] a bienes terrenales. O alguien posee una va-
liosa imagen femenina hecha por un maestro; su amante,

15
Este punto de vista también es enfatizado por ZIPF de manera especial; comp. M AUR ACH/
ZIPF. "Strafrcchl. A T . 6'cd.. cap. 17III. B. I.
w " Es de otra opinión STR ATENWERTH, "Strafrcchl, AT", 3* ed., n. marg. 367. según el
"Lchrbuch", 3' ed., cap. 34,1,3. Este mismo autor opina más tarde al respecto, con una
cuál las intervenciones que "atañen a un substrato material, porreglageneral, resultan ser
cierta contradicción (cap. 34 V). que el desvalor del resultado sería "levantado" mediante
desventajosas pura el afectado".
el consentimiento; sin embargo éste no es "levantado" posteriormente, sino ni siquiera
" Comp. STR ATENWERTH. "Strafrccht, AT*. 3' e d . n. marg. 369.
llega a aparecer debido a la aprobación previa.
ffEEl DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL ACERCA DEL CONSENTIMIENTO EN EL D. PENAL na
que está celosa de la mujer retratada, hace depender su ante una inevitable situación de conflicto es [18->] confor-
aceptación a la propuesta de matrimonio de que se le per- me al derecho el sacrificio de uno de los intereses que el
mita destruir la odiada imagen; él consiente en ello. O tam- ordenamiento jurídico considera de menor valor, siempre
bién: alguien permite que le hagan cicatrices en pruebas que este sacrificio sea necesario para la preservación del
de valor o permite tatuajes visibles. Pese a que tales he- interés mayor. Pero en el consentimiento no se trata ni de
chos ya no se mueven dentro del ámbito de lo general- un conflicto de intereses entre el actor y quien consiente,
mente común, se tendrá también que rechazar aquí un ni tampoco de la necesidad del hecho. Este carácter es-
desvalor del resultado y la realización del tipo delictivo de tructural diferente del consentimiento ya ha motivado a
los tipos en cuestión. Si se quisiera afirmar este desvalor y MEZGER29 a desarrollar un sistema dualista de causas de
basar la admisión de una lesión típica del bien jurídico no justificación; según este sistema, la justificación, en la ma-
de la voluntad real, sino del "bienestar verdadero", el orde- yoría de los casos, seguiría el principio del interés prepon-
namiento jurídico se arrogaría una soberanía sobre lo ra- derante mientras que la justificación lo haría con el princi-
zonable que no le corresponde y que también llevaría a pio de la falta de interés: "Una justificación según el princi-
dificultades de delimitación insuperables. En todos los ejem- pio de la falta de interés ocurre mediante el retiro, en el
plos, la conducta del portador del bien jurídico significa un caso particular, de la voluntad que en el tipo ha sido pen-
poco de autorrealización responsable en la comunicación sada como lesionada". Pero precisamente esta fundamen-
con o bajo la asistencia de otros, sin importar cómo un taron muestra que en la realidad no se trata de un proble-
tercero ajeno juzgue esto. En ningún lugar la afección del ma de justificación, sino de uno del tipo. Pues no es posi-
objeto del hecho constituye una intrusión en esferas jurídi- ble pensar que en un consentimiento efectivo se lesiona
cas ajenas, tal como lo presupone el tipo delictivo; sola- una voluntad que después "se retira" debido al consenti-
mente el que consiente puede decidir lo que sirve para su miento, sino la voluntad no puede ser imaginada desde el
verdadero bienestar. Así, en los ejemplos arriba menciona- principio como lesionada, y con ello, según las premisas
dos del delito de daños es perfectamente posible que el de MEZGER, tampoco puede imaginarse que el tipo se
propietario considere que la disposición tomada por él so- haya completado.
bre su propiedad sea la decisión más afortunada de su vida.
Sin embargo, una opinión difundida, fundamentada por
3.- Pero habla a favor de la fuerza excluyente del tipo NOLL (comp. nota 5), intenta probar una ponderación de
de consentimiento no solamente la teoría del tipo, sino tam-
bién la circunstancia de que el consentimiento significaría
un cuerpo extraño en el sistema de las causas de justifica-
rio; sin embargo, esto lleva a confusiones con el término "Strafbedürfnis". también utili-
ción. Todas las causas de justificación se basan en el prin- zado en dogmática penal en cuanto a la "necesidad" (político-criminal) de pena. Lo mejor
cipio de la ponderación de intereses y en la necesidad*: sería que para el primer término se encontrarn, en armonía con el concepto que designa,
otra traducción, como p. c. "carácter indispensable" c "indispensable", según el caso o
incluso "necesidad racional" (como en la legítima defensa). Aquí se respeta la traducción
tradicional de "necesidad"..
19
* N. d. T.: se suele traducir "Erfordcrlichkcil" por "necesidad" y "crforderlich" por necesa- "Strafrechl". 2* y 3" cd.. 1932/1949, p. 204 y ss.
EEEI DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL ACERCA DEL CONSENTIMIENTO EN EL D. PENAL na
intereses también en el consentimiento; se ponderaría la ción magnetofónica (art. 201), la apertura de una carta (art.
libertad individual "frente al interés general de preservar 202), la divulgación de un secreto (art. 203)? Esto es juz-
los bienes jurídicos"30. Pero con ello no se toca el punto de gado de manera distinta en todos estos casos31. Si se aven-
vista esencial. Si bien el legislador no permite en absoluto tura una bipartición, se tendrá que admitir un acuerdo. Así,
un consentimiento efectivo en el homicidio (art. 216), y en si la injuria (art. 185) es una violación de la pretensión indi-
las lesiones corporales (art. 226a) sólo lo hace con restric- vidual de respeto [individueller Achtungsanspruch] que
ciones, aquí se trata de una restricción general de la po- cada uno tiene frente a sus conciudadanos, no puede existir
testad de disposición emprendida por el legislador, mien- una injuria en caso de un consentimiento, porque una [20-
tras que en las causas de justificación se trata de la [19->] >] pretensión de respeto no puede ser lesionada en tanto
necesidad de la intervención en la situación concreta de no haya sido reclamada en absoluto. Si se ve una injuria
conflicto. Allí donde es posible un consentimiento efectivo en el envío no solicitado de escritos con contenido sexual,
ya no se emprende precisamente una ponderación a la en todo caso no puede ser nunca injuriante su envío a
medida de la situación individual; más bien -¡piénsese en solicitud32; y si se juzga como injuria a las acciones sexua-
los ejemplos arriba mencionados!- se afirma la libre volun- les que ocurren en contra de la voluntad del destinatario,
tad del portador del bien jurídico sin que exista una contra- no puede pues hablarse de ello si se da un acuerdo33. En
dicción de intereses y sin que la necesidad o incluso tam- caso de un secuestro se podría decir que un "encierro" de
poco sólo la razonabilidad del consentimiento deban ser acuerdo con la voluntad del afectado sólo estaría justifica-
todavía probados o ponderados en contra del valor del do porque el asentimiento no elimina el encierro. Pero, dado
objeto concreto del hecho. Si Max Brod, siguiendo el con- que el art. 239 sólo menciona el encerrar como ejemplo de
sentimiento y el deseo de Franz Kafka, hubiera quemado que a la víctima le es "robado el uso de su libertad perso-
los manuscritos de éste, esto no hubiera sido reprobable nal", también tiene que admitirse aquí una exclusión del
penalmente; sin embargo no pueden existir dudas de que tipo efectuada por el acuerdo porque el afectado, al dar su
el interés general en la preservación de los textos era ma- aprobación, no es "robado" en su libertad 34 . Cuando al-
yor que la voluntad del poeta ante una ponderación con-
creta del caso particular.

4.- Finalmente se tendrá que contemplar también al con- Jl


Comp.p.c. ARZT."WillcnsmüngclbeidcrEinwilligung",p. II yss.,c. másref.;a favor de
sentimiento como excluyente del tipo de manera general un mero consentimiento en !a mayoría de los casos, GEERDS. ZStW 72,1960. p. 48 y ss.;
a favor de un acuerdo en cusí todos los casos comentados por ellos, SCHÓNKE/SCHRÓDER,
porque no es posible una delimitación clara entre los ca- '•StGir.22*cd.
sos de consentimiento y los del acuerdo. ¿Constituye un " El BGII, porcl contrarío, admite una injuria justificada por el consentimiento; ver UGHSt,
tomo 11. p. 67.72
caso de acuerdo o un consentimiento la aprobación de " El OLG de Stuttgart opina en tal caso que "cualquier acción que toque el honor de otro
una injuria (art. 185), un secuestro (art. 239), una graba- (perdería) su antijurícidnd, y con ello el carácter de una injuria, cuando el afectado estaba
de acuerdo con ella"; ver NJW 1962, p. 62. Pero si ni siquiera se presenta una injuria,
esto tiene que excluir el tipo.
M
Así, la doctrina dominante; pero a favor de una simple exclusión de la ontijurícidad p. e.
w GEERDS, trabajo doctoral, p. 36 y s.
JESCHECK. "Lchrbuch". .V cd.. cap. 34II.. 3.
mi DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL ACERCA DEL CONSENTIMIENTO EN EL D. PENAL
WM
guien consiente que sus expresiones sean grabadas en permite a su sobrino "desmontar partes de su vehículo, a
una grabadora difícilmente puede considerarse que se ha fin de que éste pueda familiarizarse con los posibles tra-
completado el tipo del art. 201 porque no es lesionada la bajos de reparación que posiblemente le ocurran en un
"confiabilidad de la palabra", la cual quiere proteger el tipo, viaje de investigación" 39 . Aparte de que no hay motivos
según el título oficial bajo el que se encuentra35. Si alguien convincentes para un tratamiento diferenciado de ambos
abre una carta con el consentimiento del destinatario, se casos, se plantea la pregunta de por qué en el segundo
podrá considerar que el tipo del art. 202 ya ha sido com- ejemplo no deba presentarse un cambio parcial de la de-
pletado porque según su tenor presupone un autor para terminación del fin, la cual tendría que llevar igualmente a
quien no estaba [21->] dirigido el conocimiento de la car- excluir el tipo. Además, no solamente en el ejemplo 1, sino
ta36 . Y cuando alguien, en virtud de una desvinculación de en cualquier caso de consentimiento en la destrucción de
su deber de callar, transmite el secreto a otro, esto no es un bien tendría que afirmarse un cambio de la determina-
una "violación" justificada de un secreto privado, sino este ción del fin a través del propietario; el consentimiento jus-
secreto no ha sido ni siquiera "violado" en tanto el afecta- tificaría en caso de un daño y excluiría el tipo en caso de
do permite y desea que sea revelado37. [22->] una destrucción, lo cual sí que es un resultado bas-
tante absurdo.
Luego, incluso si uno quisiera tomar como punto de par-
tida la teoría de la bipartición, apenas quedan casos en los En caso de lesiones corporales, la doctrina dominante -
cuales un consentimiento podría tener solamente fuerza a diferencia de la jurisprudencia- siempre ha considerado
justificante. Aun en los ejemplos clásicos de los arts. 303, como atípicas las afecciones beneficiosas a la sustancia
223 y ss. apenas puede sostenerse tal suposición. Así, p. corporal (es decir, las intervenciones curativas necesarias
e. JESCHECK escribe 38 : "Naturalmente también hay ca- médicamente y ejecutadas según la lex artis), independien-
sos en los cuales el consentimiento repercute inmediata- temente de la voluntad del paciente, negando en tales ca-
mente en el tipo. Quien permite que se corte con sierra un sos un "daño a !a salud" en el sentido del art. 223. Es una
ropero viejo para hacer leña con él, está cambiando el fin cuestión de interpretación del art. 223 el que esto sea acer-
para el cual ha sido destinado, de manera que se excluye tado o no, lo cual no puede ser examinado aquí con más
desde el principio el delito de daños (art. 303)". Por el con- detalle. Sin embargo, cuando se considera que el consen-
trario, sólo deberá existir una justificación cuando el tío timiento excluye el tipo, el problema se relativiza esencial-
mente en la medida en que ya es atípica una intervención
curativa bajo la aprobación del paciente debido al consen-
timiento. Con ello (a diferencia de la jurisprudencia) se toma
" La doctrina dominante pretende admitir una simple justificación; pero igual que aquf. en cuenta el deseo de los médicos de no ser colocados,
LENCKNER en Schonke/Schroder. "StGB". 22'ed. art. 201, n. marg. I3.c. más reí".
* Esta es la doctrina dominante; comp. LENCKNER en Schonke/Schrüder, "StGB", 22*
e d , art. 202. n. marg. 12.
" Así también p. c.. OLG Colonia, NJW 1962.686 y LENCKNER en Schonke/Schroder.
"StGB". 22* ed.. art. 203. n. marg. 22.
"Lehrbuch". 3', cap. 341.1. c.
" "Lehrbuch". V ed.. cap. 341,3.
mi DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL ACERCA DEL CONSENTIMIENTO EN EL D. PENAL

bajo el punto de vista del tipo, al mismo nivel que un "nava- razones masoquistas, se deje castigar y obtiene de ello
jero". Sobre si se configura el tipo del art. 223 en caso de sensaciones corporales placenteras (sobre el art. 226a
una intervención curativa sin autorización del paciente, es comp. III), no se entiende por qué deba ser lesionado el
una cuestión que queda fuera de la teoría del consenti- bien jurídico tutelado en el art. 223.
miento. No obstante, en tanto el C. P. no contenga un tipo • Luego, un análisis más cercano muestra que en los su-
sobre el tratamiento curativo sin autorización, como se pre- puestos casos de consentimiento justificante apenas si se
veía en el Proyecto de 1962 (art. 162), existe una necesi- puede independizar el bien jurídico de la libre decisión de
dad político-criminal irrefutable para considerar protegido su portador; y esto incluso según las premisas de la teoría
conjuntamente, a travos del art. 223, también el derecho de la bipartición. También por este motivo debería aban-
de autodeterminación sobre la propia integridad corporal; donarse la diferenciación sistemática entre acuerdo y con-
luego, en caso de no existir un consentimiento debe sentimiento.
sancionarse por lesiones corporales. La teoría aquí defen-
dida posibilita este resultado razonable sin caer en las exa- 5.- Un último argumento a favor de la fuerza solamente
geraciones de las opiniones en conflicto, las que, indepen- justificante del consentimiento se obtiene del tenor del art.
dientemente de la autorización del paciente en una inter- 226a, según el cual, en caso de una lesión corporal con
vención curativa, consideran que el tipo de las lesiones consentimiento del lesionado, el autor "sólo actúa
corporales o bien siempre (así procede la jurisprudencia), antijurídicamente cuando el hecho atenta contra las buenas
o bien nunca (así, la doctrina dominante) se completa. Pero costumbres, pese al consentimiento"41. Pero no es acerta-
también debe regir exactamente lo mismo para aquellas da la deducción de que según ello un consentimiento efec-
intervenciones que no persiguen fines curativos, p. e. ope- tivo solamente excluiría la antijuricidad y no el tipo. [24->]
raciones cosméticas. Aquí los autores que consideran Pues un hecho "antijurídico" según el art. 11, primer párrafo,
atípica la intervención curativa [23->] pero que sólo otor- N8 5 es "sólo aquél que realiza el tipo de una ley penal".
gan fuerza justificante al consentimiento, pretenden ver Entonces, se debe leer el art. 226a de tal manera que una
completado sin excepciones el tipo de lesiones porque el lesión corporal con consentimiento del lesionado solamen-
paciente soporta "temporalmente una afección más o me- te es típica y antijurídica cuando, pese al consentimiento,
nos amplia a su integridad corporal"40. jPero esto es exac- atenta contra las buenas costumbres. En esta frase se en-
tamente lo mismo en una operación aconsejada cuentra una expresión sobre si una lesión corporal empren-
médicamente! No obstante, por su resultado final, la ciru- dida con un consentimiento efectivo es típica o no lo es42.
gía plástica de belleza puede ser tan útil para el bienestar
psíquico-corporal como una intervención curativa en senti-
do estricto. Incluso en el caso extremo de alguien que, por
41
LENCKNER en Schónke/Schróder, "StGB", 22* cd., com. previo art. 32, n. marg. 34;
DREHER/1RÓNDLE. "StGB". 42' ed.. com. previo art. 32, n. maig. 3b; DREHER, LH
a Heinitz, p. 220. La misma exigencia contiene también el art. 38, N° I del C. P. portu-
gués (sinrestriccionesa la lesión coq>oral). Comp. al respecto también la nota 16.
41
JESCHECK. Lchibuch". 3' cd.. cap. 34 I. 1. o. Igualmente, por susresultados,MAURACH/ZIPF, tomo I, parte 1.6*ed..cap. 171II.B.7.
6.- Únicamente constituye una aparente excepción a la en su departamento para evitar que abran la puerta violen-
fuerza excluyente del tipo de consentimiento cuando sólo tamente, pese a ello, los policías completan el tipo de la
puede verse como lesión justificada a la castración autori- violación de domicilio (art. 123). Pues el permiso ha sido
zada por el delincuente sexual. Pues un consentimiento obligado y no constituye una libre disposición del portador
"atenuador de la intervención"43 que se otorga para esca- del bien jurídico; la justificación de los policías no se basa
par a un mal todavía mayor (el internamiento en una clínica) en el "acuerdo", sino en una disposición de registro según el
no debería ser considerado como voluntario y efectivo se- art. 105 C.RP. Luego, la existencia de "consentimientos"
gún los principios generales44; más bien existe una presión >atenuadores de la intervención y su falta de importancia para
coactiva que excluye una decisión autónoma. La justifica- completar el tipo no proporciona un argumento para dife-
ción de dichas medidas, que son ahora posibles según la renciar entre acuerdo y consentimiento.
ley sobre castraciones, no se basa solamente y no en pri-
7.- Aunque, según esto, el consentimiento y el acuerdo
mera línea en el "consentimiento" del enfermo, sino en una
impiden por igual que el tipo se complete, esto no significa
serie de presupuestos similares a los de la intervención cu-
que todos los casos de autorización tengan que ser trata-
rativa y al estado de necesidad, a los cuales debe añadirse
dos según las mismas reglas bajo cualquier aspecto. Pero
la autorización del sexualmente anormal, la que no es sufi-
las eventuales diferencias no pueden, en todo caso, ser
ciente por sí sola (arts. 2, 3 Ley sobre castraciones). Cuan-
deducidas de premisas sistemáticas, y tampoco de una
do el art. 3, segundo párrafo de la ley sobre castraciones
"naturaleza" divergente del consentimiento y del acuerdo,
considera necesario decir que el consentimiento del afecta-
naturaleza que les sirve de base y que se supone estaría
do "no (sería) efectivo porque éste está internado en un
dada previamente. Puesto que siempre se trata de proble-
establecimiento en el momento del consentimiento", y cuan-
mas del tipo, pueden resultar diferentes presupuestos de
do el art. 3, tercer párrafo de la ley sobre castraciones tam-
eficacia solamente de la estructura de cada uno de los
bién renuncia a la completa capacidad de comprensión del
tipos. En cambio, la separación entre acuerdo y consenti-
afectado, [25->] se ve claramente que, pese a la terminolo-
miento es secundaria y depende ampliamente de los pre-
gía de la ley, no se trata de un consentimiento real, sino de
supuestos idiomáticos, a saber de si el Idioma alemán co-
un sustituto del consentimiento que debe incluirse en la pon-
noce un término que permita expresar la intervención en
deración sobre la exclusión de la antijuricidad. También hay
contra de la voluntad del portador del bien jurídico ya en la
fenómenos similares de un cuasi-acuerdo. Cuando p. e. al-
formulación de la acción típica ("irrumpir", "coaccionar^ etc.)
guien permite el ingreso de policías de registro domiciliario
o por lo menos en la emblemática [26->] caracterización
del tipo delictivo ("violación" de la confiabilidad de la pala-
bra, de un secreto, etc.)45. Por ello renunciamos a tratar de
** El término proviene de AMELUNG, "Die Einwilligung...", p. 105 y ss.
44
Así también BGHSt 4,118. a favor de la castración de delincuentes sexuales en la época
Nazi, quienes sólo podían escapar a su internamiento en un campo de concentración gra- 4
cias a su consentimiento. De manera diferente, BGHSt 19,201, para el período de pos- ' Comp.ROXIN,"OffcncTatbcstandeundRechtspflichtrrKírkmale",p. 129ys.;KENTZY.
guerra antes de la dación de la ley sobre castraciones. "Der Mangel am Straftatbestand...", p. 40 y ss.; KÜHNE, JZ 1979, p. 242.
ffEEl DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL ACERCA DEL CONSENTIMIENTO EN EL D. PENAL
isa
manera separada el acuerdo y el consentimiento en el de- túa como representante del estado, quien es protegido me-
sarrollo que sigue a continuación. diante esta disposición.
El principio, entendible por sí solo, de que el particular
III.- TIPOS SIN POSIBILIDAD O CON POSIBILIDAD LIMI- no puede consentir eficazmente en la lesión de bienes ju-
TADA DE UN CONSENTIMIENTO46 rídicos de la colectividad genera dificultades en su aplica-
1.- Se excluye desde el principio un consentimiento en ción cuando el bien jurídico tutelado es discutible o cuan-
los bienes jurídicos cuya lesión se dirige contra la colectivi- do un tipo protege tanto bienes jurídicos de la colectividad
dad. Aun cuando una persona individual es afectada por como del particular. Dado que estos problemas no con-
el hecho de manera inmediata, ella no puede consentir en ciernen primariamente a la teoría del consentimiento sino
la lesión porque el bien jurídico no está a su disposición. El al bien jurídico de cada uno de los tipos, y con ello a la
falso juramento tramado entre dos partes de un proceso parte especial, no pueden ser expuestos aquí con detalle,
(art. 154) es, entonces, punible pese a la aprobación de la sino solamente presentados mediante ejemplos. Uno de
otra parte porque la administración de justicia como el bien los tipos más controvertidos en este sentido es el art. 164
jurídico protegido en los delitos de declaración (falsa sospecha) [denuncia mendaz]. Si se ve el bien jurí-
[Aussagedelikte] es afectado de una u otra manera. Tam- dico tutelado solamente en la administración de justicia al
bién en una falsificación documental (art. 267) el "perjudi- interior del Estado, la cual debe ser protegida contra in-
cado" no puede consentir porque el bien jurídico protegido vestigaciones erradas contra determinadas personas (teo-
es la pureza del tráfico probatorio y no el interés individual ría de la administración de justicia)48, el consentimiento del
del afectado. De igual manera, en la falsificación del esta- sospechoso carece totalmente de importancia; éste eleva
do civil (art. 169) y en la bigamia (art. 171) son protegidos más bien el contenido de injusto del hecho al reforzar la
intereses de la colectividad (esto es, el status jurídico fami- confusión de la autoridad. Es igualmente irrelevante el con-
liar para el público y el ordenamiento estatal del matrimo- sentimiento cuando, siguiendo a la jurisprudencia49 y a la
nio), de manera que no tiene importancia la aprobación de doctrina50 dominante, si bien se ve, mediante el art. 164,
la "víctima" de la falsificación del estado civil ni la del pri- protegido también al particular (al lado de la administra-
mer cónyuge. El principio tampoco se ve relativizado por el ción de justicia) contra una persecución injustificada de la
hecho de que la protección constitucional [27->] puede autoridad, sin embargo, se coloca a ambos bienes jurídi-
permitir acciones que serían peligros para el Estado sin cos en una relación de alternancia, de manera que el tipo
dicha autorización47; pues en tal medida la autoridad ac-

4
También el C. P. portugués permite un consentimiento en el art. 38. N° 1 solamente "cuando * Así últimamente de nuevo LANGER. "Dic falschc Verdáchtigung", 1973. p. 64;
alcanza a intereses jurídicos de libre disposición". La regla del consentimiento no dice cuán- RUDOLPHIenSK(3*ed.).art. I64,n. marg. I; por sus tendencias también MAURACH/
do ocurre esto. SCHROEDER, segundo tomo, segunda parte (6* ed.), cap. 97,1.
4
Comp. JESCHECK. "Lchrbuch", 3* ed.. cap. 34 III. 4; HIRSCH en LK (líT ed.). n. * Comp. solamente BGHSt 5.66 y -de manera especialmente clara- BGH. JR 1965,306.
w
marg. US, com. previo art. 32. LENCKNERenSch6nkc/Schróder,"StGB".22'ed.,art. 164, n. marg. I.2,c. más reí.
BTgl DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL ACERCA DEL CONSENTIMIENTO EN EL D. PENAL ffEEl
ya se completa cuando alguno de ellos es lesionado (teo- portador del bien jurídico protegido y éste está bajo su dis-
ría de la alternancia). Entonces, el consentimiento deja in- posición" (BGHSt 23, 264). Pero aquí merece las prefe-
tacta la lesión de la administración de justicia y con ello la rencias una concepción cumulativa del bien jurídico, se-
punibilidad; su único [28->] efecto es el de anular la potes- gún la cual no es suficiente la puesta en peligro genérica
tad del lesionado de hacer dar publicidad a la condena de la seguridad del tráfico en el caso del art. 315c53; pues
(art. 165) que solamente sirve a sus intereses (BGHSt 5, este tipo exige expresamente junto a la forma de conducir
69). Por el contrario, un cumplimiento del tipo excluye el peligrosa, una [29->] concreta puesta en peligro individual.
consentimiento cuando se considera que ambos bienes Si ésta se encuentra cubierta mediante el consentimiento54,
jurídicos son cumulativos (teoría de la acumulación)51, de ya no resulta suficiente para completar el tipo la abstracta
manera que sólo la lesión simultánea de ambos corres- puesta en peligro restante; ella es reprimida mediante la
ponde al tipo delictivo. Con más razón se despliega plena- pena del art. 316 en caso de un autor incapaz de conducir.
mente el consentimiento cuando se considera como bien
2.- Pero tampoco el consentimiento del portador del bien
jurídico tutelado solamente al interés del particular en su
jurídico excluye el cumplimiento del tipo en todos los ca-
protección contra una persecución injustificada (teoría del
sos. Esto rige en primer lugar para los tipos que presupo-
bien individual)52.
nen una cooperación de la víctima y sirven para su protec-
En la práctica es muy importante la discusión sobre el ción. Así, en los delitos que comprenden acciones de abu-
bien jurídico en el art. 315c (peligro en el tráfico rodado). so sexual (arts. 174-176, 179, similares también los arts.
Aquí p. e. se trata de la cuestión de si un acompañante 180,180a), un consentimiento de la víctima es irrelevante
puede consentir eficazmente cuando se sienta en el co- porque el legislador, por la vía de una presunción irrefuta-
che de un conductor ebrio y resulta lesionado a continua- ble, le priva desde el principio la capacidad para decidir
ción en un accidente (art. 315c, primer párrafo, NQ 1a). El libre y responsablemente. Lo mismo rige para el tipo de la
BGH considera irrelevante el consentimiento porque el art. usura (art. 302a), en el cual la situación de coerción, la
315c no solamente protegería el cuerpo y la vida del parti- inexperiencia, la debilidad de juicio y de voluntad del re-
cipante individual en el tráfico, sino tendría por finalidad ceptor han motivado al legislador a declarar la ineficacia
sobre todo la seguridad en el tráfico rodado y con ello la del consentimiento ya mediante la introducción del tipo.
seguridad de la colectividad (BGHSt 23, 261, 263). El ex- En muchos casos de los delitos contra la administración
puesto al peligro Mno [podría] disponer sobre el bien jurídi-
co de la seguridad del tráfico. Su consentimiento solamen-
te tiene fundamental importancia allí donde él es el único
M
Así también por sus resultados la doctrina mayorítaría en la literatura; comp. p. e.
CRAMER en Schónkc/Schroder, "StGB", 22" ed., art. 315c, n. marg. 33; DREHER/
TRÜNDLE. "StGB", 42* ed., art. 315c, n. marg. 17; ambos c. más ref.
54
" FRANK."S(GB". 18'cd.art. l64,notal. Lo cual fracasa ante el art. 226a en caso de resultado de muerte y también es frecuente-
" Así. últimamente, otra vez HIRSCH. "Zur Rcchisitatur der falschcn Verdfichtigung", LC mente dudoso por lo general. Es mejor tratar como problema general de imputación a la
a Schrtkler. p. 307 y ss.; SCHMIDHÁUSER, "GrundriB. B.T.". cap. 6. n. marg. 6 "puesta en peligro ajena y consentida por el tercero" sin recurrir al consentimiento.
ESI DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL ACERCA DEL CONSENTIMIENTO EN EL D. PENAL ESI
pública tampoco es posible, desde el principio, un consen- ocasionar daños irreparables, de manera que la víctima
timiento del portador del bien jurídico. Así, p. e. un funcio- también tiene que ser protegida de sí misma; y la constitu-
nario público también es punible por persecución de ino- ción de tabúes frente a cualquier muerte ajena no justifica-
centes (art. 344) o por una ejecución de pena no prevista da por una legítima defensa refuerza el respeto a la vida
penalmente (art. 345), cuando la víctima (p. e. por motivos humana y sirve con ello para la protección absoluta de este
políticos o para encubrir a otro o para ocultar un hecho bien jurídico del máximo valor.
punible más grave) está de acuerdo con ello. Pues estas
El tipo de lesiones corporales presenta los problemas
disposiciones no protegen solamente al perseguido, sino
más difíciles. La ley parte del derecho a la libre disposición
de igual manera al Estado de Derecho en el proceso pe-
sobre el propio cuerpo, pero hace una excepción en el art.
nal, el cual también sufre daños cuando la víctima de tal
226a para el caso de que el hecho atente contra las bue-
proceder consiente. Sin embargo, no se puede estatuir el
nas costumbres pese al consentimiento. Desde el punto
principio general, tal como muchas veces se hace, de que
de vista constitucional, tal restricción de la potestad de dis-
en los delitos contra la administración pública [30->] sería
posición es posible porque la libertad general de acción
absolutamente irrelevante el consentimiento55. Así, no hay
según el art. 2 C. A., sobre la cual descansa la eficacia del
dudas contra la suposición de que está excluido el tipo del
consentimiento, sólo está garantizada hasta el límite de
art. 340 (lesiones corporales en la administración pública),
los derechos de los demás, del ordenamiento constitucio-
cuando un soldado solicita donar sangre al médico de cam-
nal y de las buenas costumbres. Sin embargo, no debe
po [Stabarzt], y éste emprende la intervención. Esto rige
deducirse de esto una carta blanca para restringir la po-
incluso cuando con ello el médico de campo atenta contra
testad de disposición con motivos puramente [31->] mora-
una disposición del servicio. La posibilidad de un consen-
les. Entonces se tendrá que entender a la "ley de las bue-
timiento en los delitos contra la administración pública de-
nas costumbres" tomada como referencia en el art. 2, pri-
pende, entonces, de un análisis de cada uno de los tipos
mer párrafo, de la C. A., que con ello solamente se quiere
particulares.
referir a principios éticos fundamentales, cuya lesión cau-
Es totalmente ineficaz el consentimiento en un bien ju- sa daños sociales. Además, por razones de proporcionali-
rídico individual de la vida humana. Aquí, del art. 216 [muer- dad, el Derecho penal es solamente el máximo medio de
te a petición de la víctima] resulta que el consentimiento reacción estatal; luego, éste no tiene que trazar fronteras
en la propia muerte no permite que desaparezca la punibi- por todas partes, cuando la garantía constitucional ya no
lidad del hecho, sino que a lo sumo la atenúa. Para ello alcanza. Esto se puede reconocer ya por el hecho de que
hay buenos motivos. Un consentimiento apresurado o in- la limitación de la disposición del art. 226a no se vincula al
fluenciado por defectos psíquicos no reconocidos puede atentado del consentimiento contra las buenas costumbres,
sino en ese caso también deja impune a las lesiones cor-
porales, siempre que el hecho mismo no atente contra las
" Al respecto, dando los fundamentos, AMELUNG, "Dic Zulüssigkeit der Einwilligung buenas costumbres. Finalmente, también el principio de
bei den Amtsdclikten". LH a Dünncbicr. p. 487 y ss.
IfEEl DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL ACERCA DEL CONSENTIMIENTO EN EL D. PENAL EB
determinación (art. 103, segundo párrafo, C. A.) prohibe ticas privadas falta la relación con el daño social, y, en se-
recurrir de manera inmediata a juicios morales carentes de gundo lugar, tampoco es visible una desaprobación del le-
bienes jurídicos56, pues en nuestra sociedad pluralista ya gislador contra dichas conductas. Antes bien contradiría los
no debe alcanzarse un consenso garantizador de la segu- objetivos que subyacen en la reforma del Derecho penal
ridad jurídica a través de los principios de la moral privada. sexual mediante la 4B ley de reforma penal de 23-11-1973,
el que mediante una punición por lesiones se evada la limi-
Después de todo esto, el "carácter atentatorio contra
tación de la punibilidad a los delitos "contra la autodetermi-
las buenas costumbres" del hecho solamente puede ad-
nación sexual"58. También es efectivo el consentimiento en
mitirse cuando su desaprobación legal resulta claramente
la provocación de cicatrices durante una prueba universita-
visible a partir del ordenamiento jurídico y cuando el hecho
ria de valor (BGHSt 4, 24), el consentimiento en una esteri-
acarrea la afección de bienes jurídicos afección que no
lización (BGHSt 20,81 )59 y en la extirpación de órganos con
está a disposición del portador del bien jurídico. Esto ocu-
fines de transplante. Además las operaciones cosméticas
rre, en primer lugar, en el consentimiento de lesiones que
bajo un consentimiento son impunes, incluso cuando no son
hacen peligrar la vida, tal como puede suceder en las riñas
objetivamente razonables y ni siquiera [33->] tienen efectos
(BGHSt 4, 88); pues del art. 216 resulta que también tiene
embellecedores. También los cambios de sexo están per-
que ser inválido un consentimiento eventual en la propia
mitidos cuando existe un consentimiento correspondiente60.
muerte. Además sigue siendo punible por lesiones corpora-
les quien mutila a otro bajo el consentimiento de éste, para En la literatura se defienden frecuentemente diversas
escapar al servicio militar o para obtener injustificadamente opiniones61. HORN62 considera que sólo son punibles
el beneficio de un seguro o una pensión. Aquí, debido [32-
>] a los arts. 109, 263, queda fuera de toda duda la des-
aprobación legislativa, así como tampoco están a disposi- " Renuncio a la excepción de la punibilidad de estos casos, tal como había yo sostenido
ción del afectado corporalmente los bienes jurídicos prote- antes de la promulgación de la 4* Ley de reforma penal en la nota 56 de la mencionada
monografía.
gidos en estas disposiciones. Por motivos correspondien- 59
El BGH ha llegado a la impunidad argumentando que después de la derogación del art.
tes, debe admitirse una lesión corporal, eventualmente pu- 226b que regulaba la esterilización durante la ¿poca hitleriana, ya no existe una disposición
penal. Este argumento ha sido unánimemente rechazado en la literatura (comp. solamente
nible de manera autónoma, en caso de un aborto por un ROXIN, en Boletín médico de Baja Sajonia, 1965, número 6), porque los arts. 223,225
charlatán, pese al consentimiento de la gestante. comprenderían por sí mismos el caso. Pero la punibilidad fracasa debido a que no es contra-
ría a las buenas costumbres una esterilización emprendida con el consentimiento del pacien-
Por el contrario es eficaz el consentimiento en las lesio- 40
te (comp. ROXIN. JuS 1964. p. 371 y ss. = "Grundlagenprobleme", p. 184 y ss).

nes sado-masoquistas57. Pues en primer lugar, en tales prác- Por el contrario, según el BGMZ 57,63 y ss., aquí sólo debe negarse el carácter atentatorio
contra las buenas costumbres en casos excepcionales. La cuestión también ha sido dejada
sin responder por el B VerfG para operaciones que no son terapéuticamente necesarias;
vcrNJW 1979. p 595
*' De manera similar que aquí. STRKEen Schonke/Schroder, "StGB". 22" ed.. art. 226a. n.
* Comp. al respecto ROXIN. JuS 1964. p. 371 y ss. (= "Strafrechtliche
marg. 6, para quien debe limitarse la punibilidad a los casos "en los cuales no se puede
Gnindlagcnproblcmc". p. 184 y ss.).
57 dudar razonablemente de pautas valorativas de validez general, las cuales conducen a un
El RG veía precisamente aquí un caso principal de consentimiento ineficaz según el art.
claro juicio sobre el carácter contrarío a las buenas costumbres".
226a; comp. ref. en HIRSCH en LK (10" ed). art. 226a. n. marg. 8.
*} SK (3* ed.). art. 226a. n. marg. 9.
EEH DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL ACERCA DEL CONSENTIMIENTO EN EL D. PENAL EH
aquellas lesiones corporales consentidas "que son empren- subjetivo. SCHMIDHÁUSER66 quiere penar como lesiones
didas con fines de preparación, ejecución, ocultamiento o corporales a las "intervenciones de carácter indigno a la
simulación de un hecho punible"; esto se corresponde con persona" también en caso de un consentimiento del lesio-
la opinión aquí defendida, pero con la salvedad que las nado. Sin embargo, en contra de ello habla (aparte de la
lesiones corporales peligrosas para la vida bajo el consen- falta de concreción del criterio) el hecho de que la digni-
timiento de la víctima, por lo visto deben ser permitidas. A dad humana debe asegurar la libertad de decisión autóno-
la inversa, una opinión que se está imponiendo63 se cen- ma del individuo y no es, por ello, un instrumento idóneo
tra exclusivamente en la gravedad de la intervención y sólo para restringir la libertad de acción.
quiere penar las lesiones corporales "considerables" o "gra-
ves" (¡art. 224!), pese al consentimiento. Pero esta teoría Lo que importa es el atentado del hecho contra las bue-
debe hacer una excepción en los transplantes de órganos, nas costumbres, no el consentimiento (BGHSt 4, 88, 91;
lo cual relativiza la concepción, y consecuentemente ten- RGSt74, 91, 95; RG, DR 1943, 579, Ne 12). Luego, cuan-
dría que permitir la punibilidad en la esterilización realiza- do alguien se somete a una donación de sangre para usar
da por el médico a pedido del paciente, y con más razón los honorarios en una bribonada, esto puede atentar con-
aún en caso de cambios de sexo64. El tenor legal también tra las buenas costumbres; pero la extracción de sangre
permite apenas equiparar la infracción de las buenas cos- no lo es, porque su finalidad es socialmente provechosa y
tumbres con la gravedad de la intervención. al médico no le importa nada el empleo de los honorarios.
SCHROEDER65 pretende negar la eficacia del consenti- Siguiendo la doctrina ahora completamente dominan-
miento "cuando ocurre una considerable lesión corporal, te, el campo de aplicación del art. 226a debe restringirse a
especialmente un daño en la sustancia, sin [34->] una fi- las lesiones corporales y no debe extenderse a otros ti-
nalidad comprensible". Pero el concepto de falta de com- pos67 . El tenor y el lugar sistemático del precepto no dan
prensión tiene poca fuerza enunciativa y extiende dema- puntos de apoyo para un empleo analógico del art. 226a a
siado la punibilidad. Pues no todo lo que ocurre sin un otros casos de consentimiento; esto atentaría contra el art.
motivo comprensible tiene que atentar por ello contra las 103, segundo párrafo de la C. A. por constituir una amplia-
buenas costumbres - especialmente cuando el afectado ción de la punibilidad. La idea jurídica del art. 216, él cual
mismo lo desea, es decir, cuando tiene un sólido motivo hace aparecer punible el hecho en caso de lesiones peli-
grosas para la vida pese a un consentimiento, tampoco
encaja desde el principio en otros delitos. Y para los de-
M
ARZT, "Willensmángcl bci dcr Einwilligung". p. 36 y ss.; HIRSCH. LK (10* cd.). art.
más casos no existe ninguna necesidad político-criminal
226, n. mnrg. 9; JESCHECK. "Lehrbuch", .V cd.. cnp. 34. 2. STRATENWERTH.
•Strafrecht. AT". 3" cd.. n. marg. 376.
M
JESCHECK ("Ijchibuch". 3'cd.. III. 3. b) y HIRSCH (en LK. 10* cd.. art. 226a. n. marg.
41) abogan por la impunidad de la esterilización requerida, mientras que ** "Strafrecht, AT". 2* ed., cap. 8. n. marg. 131;de manera correspondiente "Studienbuch,
STRATENWERTH ("Strafrecht. AT". 3" ed.. n. marg. 376) exige "motivos defendibles" AT', 2* ed., cap. 5. n. marg. 120.
47
para ello, con lo cual se abandona igualmente el punto de partida. Por el contrario, el art. 38, N° l del C P. portugués ha emprendido tal expansión a partir
M
M AURACH/SCHROEDER. segundo tomo, primera parte. 6a cd.. cap. 8111, A, 2. de la ley.
WM DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL ACERCA DEL CONSENTIMIENTO EN EL D. PENAL ESI
de emplear la Idea jurídica [35->] del art. 226a en otros ble), sino por el contrario de la práctica de una libertad
tipos, pues esta idea ya es problemática en las lesiones. general de acción en el sentido del art. 2, primer párrafo
Cuando alguien se hace amputar un dedo para procurarse de la C. A. (comp. supra II y s.) que no está sometida a las
fraudulentamente una pensión por invalidez, una punibili- reglas del Derecho Civil; [36->] muy aparte de que no pue-
dad del autor por complicidad en el art. 263 comprendería , dan ser objeto de negocios jurídicos bienes jurídicos de
suficientemente el contenido de injusto del hecho, sin que carácter personalísimo.
sea necesaria una punición por lesiones corporales. Frente
Naturalmente, esto no excluye, sobre todo en los obje-
a esto, no existe ningún motivo para trasladar esta regula-
tos patrimoniales, la eventual celebración misma de un con-
ción a otros casos y p. e. penar también por delito de daños,
trato vinculante sobre el permiso para la intervención aje-
además de por complicidad en una estafa, a aquél que de-
na; p. e. el propietario se obliga a permitir al vecino a talar
muele el auto del propietario a pedido de éste, a fin de que
un árbol. Si bien en esto hay un consentimiento, de mane-
pueda obtener uno nuevo de la Compañía de Seguros.
ra que la tala acordada del árbol no es un delito de daños,
el contrato, en sus presupuestos y efectos, va considera-
IV.- DECLARACIÓN, OBJETO, MOMENTO Y REVOCA- blemente más allá de lo que resultaría de un simple con-
CIÓN DEL CONSENTIMIENTO sentimiento.
Un consentimiento en sentido jurídico presupone que Por otro lado, también debe rechazarse la teoría de la
haya sido expresado hacia fuera en alguna manera (la lla- orientación de la voluntad70, opuesta diametralmente a la
mada teoría intermedia)68. Por el contrario, la teoría de la teoría del negocio jurídico. Para ella el consentimiento con-
declaración de voluntad (mejor: teoría del negocio jurídi- siste en "el proceso puramente psicológico de renuncia a
co)69, fundamentada por ZITELMANN y ahora por lo gene- la voluntad protectora del Derecho. Por ello es suficiente
ral abandonada, concibe el consentimiento como un ne- la aprobación interna, sin que ella necesite hacerse cono-
gocio jurídico de Derecho privado, mediante el cual se otor- cer hacia fuera"71. Pues si bien en el consentimiento se
garía al actor un derecho de intervención revocable. Sin expresa la voluntad interna del portador del bien jurídico,
embargo, en el consentimiento no se trata de una vincula- una idea que no se destaca no constituye expresión de la
ción del portador del bien jurídico (así sea incluso revoca- voluntad y no es apropiada para vincular consecuencias
jurídicas debido a que no puede sefe>mprobada.
Sin embargo, según la teoría intermedia, la cual des-
*• Así, la actual teoría plenamente dominante; comp. solamente BAUMANN/WEBER,
"Strafrccht. AT". 9* cd.. cap. 2! II. 4. b; HIRSCH en LK (KTed.). n. marg. 109, coin.
previo art. 32; JESCHECK, "Lehrbuch". 3' cd.. cap. 34IV, 2; LENCKNER en Schonkc/
Schroder. "StGB". 22* ed.. n. marg. 43. com. previo art. 32; SAMSON en SK (4'cd), n. 70
Esta teoría es representada modernamente por MEZGER, "Strafrccht". tomo 2.3" parte.
inarg. 42. com. previo art. 32. También puede interpretarse el art. 38. N° 2 del C. P. 1932/49, p. 209; NOLL. "ÜbergeseUlichc Rechtfertigungsgründe...", p. 134;
portugués en el sentido de esta teoría. SCHMIDHÁUSER. "Strafrccht. AT', 2* ed.. cap. 8, n. marg. 145.
71
" ZITELMANN. AcP 99. 1906. p. 51 y ss. Sobre iodo FRANK se había aunado a esta Así el KG. JR 1954,429. el cual se manifiesta expresamente a favor de la teoría de la
teoría en las ediciones 11* y 14* de su comentario. dirección de la voluntad.
EBI DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL ACERCA DEL CONSENTIMIENTO EN EL D. PENAL
na
pues de todo se acerca más a la teoría de la orientación que una simple tolerancia y que un simple dejar pasar"
de la voluntad que a la teoría del negocio jurídico72, el con- (RGSt 68, 307).
sentimiento no tiene que ser expreso. Es suficiente un con- Sin embargo, en la jurisprudencia y la literatura se de-
sentimiento a través de una acción que lo sugiere; quien fiende mayoritariamente la teoría de la orientación de la
[37->] p. e. se mete en una pendencia amigable, consiente 'voluntad para los casos del acuerdo (comp. supra I, a)74;
implícitamente en las lesiones corporales leves vinculadas luego, debe ser suficiente la "aprobación interna"75, [38->]
con ello. La jurisprudencia emplea la idea del consentimien- sin que sea necesario un dar a conocer. No obstante, no
to implícito especialmente en casos de compañeros de via- se ve la forma de fundamentar este tratamiento diferencia-
jes en automóviles, cuando "ello está unido a un riesgo ele- do. Pues los argumentos que hablan en contra de la teoría
vado debido a las circunstancias especiales, el acompañante de la orientación de la voluntad rigen de igual forma para
reconoce esto y a pesar de todo se decide a participar"73. el acuerdo y el consentimiento. El ejemplo siempre traído
Además, el consentimiento no necesita -ni siquiera de a colación del "caso del ladrón" (supra I, 1) no demuestra
manera implícita- ser declarado frente al actor o ser aun- de ninguna manera que la simple idea del propietario pue-
que sea reconocido por éste. Cuando el propietario orde- da excluir la realización del tipo de hurto (art. 242). Cuan-
na a sus empleados a no intervenir en contra de la produc- do la Policía extiende billetes preparados para poder apre-
ción de daños, se da un consentimiento efectivo, aun cuan- sar de esta manera a un ladrón buscado (así los hechos
do el autor no sepa nada de ello. Sin embargo, en tal caso en BayOLG, NJW 1979, p. 729), ciertamente el autor cogi-
sólo se excluye el tipo objetivo, de manera que el autor do en la trampa sólo es culpable de un hurto tentado. ¡Pero
sigue siendo punible por tentativa inidónea. Además, sólo la maniobra de preparación y extensión permite que la vo-
se puede ver un consentimiento en la no-intervención allí luntad de la Policía, de que el ladrón tome en su custodia el
donde aquél se basa en una libre decisión del titular del billete, se vuelva claramente reconocible hacia fuera! Cier-
bien jurídico. Cuando alguien solamente permite una inter- tamente sólo constituye una tentativa (impune) de violación
vención en sus bienes jurídicos porque considera que es de domicilio cuando el propietario, con ayuda de un colabo-
inútil tomar medidas o teme al atacante, no hay un con- rador de la Policía, atrae a delincuentes a su departamento
sentimiento eficaz. Entonces, si bien el consentimiento es para poder detenerlos allí mediante el oficial ya preparado
solamente "expresión de la coincidencia de la propia e in- para ello. Pero aquí no falta de ninguna manera la comuni-
terna toma de posición con el otro", no obstante es "más cación de la voluntad, tal como exige la teoría intermedia.

11
Por ello, la denominación que B AUM ANN hace de la teoría intermedia como "teoría
atenuada (abgeschwiicht] de la orientación de la voluntad" ("Strafrecht, AT', cap. 21,11, 74
4, b) es todavía más pertinente que la denominación empleada frecuentemente (comp. Comp. aparte de los autores mencionados en la nota 6, además a JESCHECK, "Lehrbuch",
HIRSCH en LK, 10" ed., n. marg. 109, com. previo art. 32) de la "teoría limitada de la 3* ed.. cap. 34,1. 2 (para los "casos del ladrón"), LENCKNER en Schónke/Schróder,
declaración de voluntad". "StGB", 22* ed., n. marg. 32, com. previo art. 32 (para una parte de los casos); SAMSON,
SK, 4' ed., n. marg. 37, com. previo art. 32.
" OLG Oldenburg. NJW 1966. p. 2132,2133; además, BayOLG. NJW 1968. p. 665. OLG n
Schlcswig. SchIHA 1959. p. 154; OLG Ccllc, NJW 1964. p. 736; MDR 1969. p. 69. BayOLG. NJW 1979, p. 729.
WSfíi DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL ACERCA DEL CONSENTIMIENTO EN EL D. PENAL nsi
Por el contrario, cuando realmente sólo existe una apro- tendrá que exigir que se dé a conocer hacia fuera. Una
bación puramente interna, en los casos del acuerdo el au- autorización posterior (p. e. el hurtado regala la cosa al
tor debe ser también penado por un hecho consumado (p. autor después de descubrir el hecho) no influye en la rea-
e. el propietario piensa: a mí me vendría bien que mi auto lización del tipo. Pues, en caso contrario, el perjudicado
viejo sea hurtado del garaje convenientemente cerrado, a podría decidir sobre la pretensión punitiva estatal, lo cual
fin de que el Seguro me financie uno nuevo). Incluso en la contradice al principio de persecución pública
violación (art. 177) sólo podrá verse excluido el tipo cuan- [Offizialprinzip] (el principio de la intervención de oficio).
do sea reconocible hacia fuera, de alguna manera, alguna Claro que, en los delitos de persecución a instancia de
"aprobación interna" de la mujer. Esto no tleno que ocurrir porto ol perjudicado puedo liberar al autor de la persecu-
modianto palabras, pero debo oxtraerso do la reacción do ción penal cuando renuncia a presentar la denuncia pe-
la víctima. Si so quisiora ronunciar a cualquier "dar a cono- nul; tambión on los delitos do porsocuclón pública, en la
cer" y centrarse únicamente en los "pensamientos más in- medida en que es posible un archivamiento (arts. 153 y ss.
ternos" [39->] de la mujer, eventualmente contradictorios C. P. P.) muchas veces una aprobación posterior de la víc-
de su conducta externa, se perdería cualquier seguridad tima no deja de tener influencia en la decisión de las auto-
jurídica y se abriría un campo demasiado amplio para ilimi- ridades de persecución penal. Si se otorga un consenti-
tados errores de tipo del autor. miento después de comenzado, pero antes de consuma-
do el hecho (p. e. la víctima de una tentativa de violación
El objeto del consentimiento no es solamente la acción consiente, después del empleo de violencia, voluntaria-
del autor, sino también el resultado, pues éste es una par- mente en el acto sexual), [40->] entonces hay tentativa
te esencial del tipo. El que el consentimiento se tenga que de la cual no es posible un desistimiento liberador de pena
referir al resultado es bastante evidente en los delitos do- a causa de la imposibilidad de consumar el hecho; sin em-
losos. Por el contrario, en los delitos culposos es discutible bargo, en tales casos, raramente habrá una denuncia penal.
si es que no podría haber un consentimiento en acciones y
riesgos, sin consentir simultáneamente en el resultado. Pero Con esto termino mi contribución. Ella está dedicada al
aquí también puede referirse un consentimiento solamen- derecho alemán, pero deberá servir al mismo tiempo para
te al resultado que constituye el tipo. la interpretación del Derecho portugués, el cual -a diferen-
cia del C. P. alemán- ha regulado expresamente el con-
El consentimiento tiene que ser dado antes del hecho sentimiento en el art. 38 de su obra legislativa de 1982*.
(BGHSt 17, 359) y es revocable libremente76 en tanto no No obstante, esta regulación está en una relación estre-
exista una vinculación contractual en el caso particular. cha con la interpretación defendida en la ciencia y jurispru-
Aquí, para la revocación no sólo deberá considerarse sufi- dencia alemanas, de manera que los problemas son igua-
ciente el cambio de voluntad puramente interno, sino se

* N. d. T.: Obviamente, por las mismas razones, también es válida la contribución para la
74
En csic sentido también el art. 38. N° 2 del C. P. portugués. interpretación del artículo 20, numeral 10 del C. P. peruano.
El DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL

les para ambos ordenamientos jurídicos. Esto es cierta-


mente una bonita prueba de la intensa cooperación cientí-
fica que desde hace décadas tiene lugar entre nuestros
países en el campo del Derecho Penal. jPor ello este estu-
dio se dedica, por su 70mo. cumpleaños, a Eduardo
Correia, uno de los más importantes doctrinarios en este
campo del Derecho penal y uno de los grandes interme-
diarios entre los ordenamientos jurídicos, agradeciéndole,
honrándole y deseándole mis mayores parabienes!

EL PRINCIPIO DE
CULPABILIDAD Y SUS
CAMBIOS*

* N. d. T.: publicado en el LH a Aithur Kaufmann, Heidelberg, 1993, p. 519 a 535. bajo el


título: "Das Schuldprinzip im Wandel".
[519]
T

El principio de culpabilidad forma parte de uno de los


temas centrales del trabajo científico durante la vida de
Arthur KAUFMANN. Ya su tesis doctoral sobre "Das
UnrechtsbewuBtsein in der Schuldlehre des Strafrechts"
["La conciencia del injusto en la teoría de la culpabilidad
del Derecho penal"] (1949) precisa las exigencias de este
principio en el campo de la teoría del error, teoría en aque-
llos tiempos muy poco clara, tanto legal como científica-
mente. Su trabajo para acceder a la cátedra, "Das
Schuldprinzip" ["El principio de culpabilidad"](1961, 1976,
segunda edición) constituye la primera amplia Jnvestiga-
ción de Derecho penal y de filosofía del Derecho"1 sobre
la problemática, y desde entonces el autor se ha confron-
tado en numerosas monografías2 con las diferentes discu-

Según el subtítulo del libio.


Solamente mencionaré:
a) "Dogmatische und kriminalpolitische Aspekte des Schuldgedankens im Strafrccht",
JZ, 1967, p. 553 y ss. (= "Das Schuldprinzip", 2* ed., p. 263 y ss. = "Strafrccht zwischen
Gestern und Morgen", 1983, p. 9 y ss.)
b) "Schuldprinzip und VerhaltnismaBigkeitsgrundsatz". LH a Richard Lange, 1976, p.
27 y ss. (= "Strafrecht zwischen Gestem und Morgen", 1983, p. 69 y ss.).
c) "Schuld und Pr&vention", LH ¡v Wassermann, 1985, p. 889 y ss.
EES DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL EL PRINCIPIO DE CULPABILIDAD Y SUS CAMBIOS EEQj
siones actuales sobre el principio de culpabilidad. Arthur te" contra su abandono5: "Pues lo que se sacrifica con la
KAUFMANN siempre ha sido, desde el principio, un con- idea de la culpabilidad es nada menos que la liberalidad del
vencido partidario del principio de culpabilidad y aun lo si- Derecho penal". Por otro lado, los opositores quieren borrar
gue siendo hoy en día. Pero el tenor de sus tomas de po- el concepto de culpabilidad del Derecho penal6. Acogiendo
sición -y, como se mostrará más adelante, también su en- la antigua crítica al Derecho penal y recurriendo a posicio-
tendimiento de contenido sobre el principio de culpabili- nes modernas de la Criminología, la Sociología y la teoría
dad- han sufrido sustanciales modificaciones con el trans- del Derecho estos autores argumentan que la libertad de
curso de las décadas. En el prefacio a su trabajo para ac- voluntad como presupuesto de la culpabilidad no puede ser
ceder a la cátedra, KAUFMANN opinaba que el principio probada empíricamente ni tampoco comprobada en lo fo-
de culpabilidad sería "tolerado más o menos como algo rense, y que la "culpabilidad" sería un concepto sin claridad
evidente que no debe discutirse más", de modo que lo que semántica, cargado emocionalmente, recargado por las tra-
a él le importaba era también, en lo esencial, problematizar diciones filosóficas y teológicas, así como por los prejuicios
lo aparentemente aceptado de manera general (p. e. me- teóricos cotidianos. Su función dominante en el Derecho
diante la tesis de que sería imposible una pura realización penal impediría la asimilación jurídica de descubrimientos
del principio de culpabilidad). Por el contrario, un artículo criminológicos y postulados de política criminal. Por ello, la
escrito 25 años más tarde3, autodenominado "fuera de su culpabilidad tendría que ser reemplazada por criterios de
tiempo" (en el sentido de Nietzsche) comienza con: "En estos imputación más racionales, más apropiados y más exactos.
momentos, el Derecho penal de la culpabilidad se encuentra
[520->] en una crisis. Exteriormente esto se documenta con Desde hace ya tiempo he tratado de servir de interme-
una serie de monografías que se manifiestan críticamente e diario en esta discusión7 y con ello he ganado, en parte
incluso con postura adversa al principio de culpabilidad".
Luego, más que nunca, el principio de culpabilidad se 5
Igual que en nota 2, d), p. 230.
* Solamente mencionaré aquí a los dos autores de las más recientes exposiciones
encuentra en discusión. Arthur KAUFMANN lo denomina
monográficas sobre el tema, sobre las cuales el propio Arthur Kaufmann todavía no se ha
una "de las piedras angulares sobre las que descansa nues- manifestado, y a las que -por motivos de espacio-se tendrá que limitar mi confrontación
tro Derecho penal"4 y últimamente previene "insistentemen- con los que se oponen al principio de culpabilidad: SCHEFFLER, "Kríminologische Krítik
des Schuldstrafrechts", 1985 (en adelante: Krítik); el mismo autor, "Grundlcgung cines
kriminologisch orientierten Strafrcchtssystcms", 1987 (en adelante: Grundlcgung);
BAURMANN, "Zweckrationalitát und Strafrecht", 1987 (en adelante: ZweckrationalitSl).
7
Comp. solamente:
d) "Unzeitgem&Oe Bcirnchtungcn zum Schuzldgrundsatz im Strafrecht", Jura 1986, p.
a) "Sinn und Grcnzen staatlicher Strafe", JuS 1996. p. 377 y ss.
225 y ss.
b) "Kriminalpolitik und Strafrechtssystcm", 1970.2" cd., 1973.
Los artículos se superponen y contienen parcialmente partes que se corresponden mutua-
c) "Kriminalpolitische Übcrlcgungen zum Schuldprinzip", MSchrKrim 1973, p. 316 y ss.
mente o que dicen lo mismo, pero cada uno de ellos también traen a colación nuevos o
d) "Schuld und Vcrantwortlichkcit ais strafrechtlichc Systentkategoríen", LH a Henkel,
diferentes aspectos del tema.
1974, p. 171 yss.
' Igual que en nota 2, d). p. 225.
4 e) "Zur jüngsten Diskussion über Schuld, Pravcntion und Verantwortlichkeit im
"Das Schuldprinzip", prólogo a la primera edición, p. 7. De manera muy parecida en el
Strafrecht". LH a Bockelmann, 1979, p. 279 y ss.
prólogo a la segunda edición, p. 7: el principio no habríu "perdido nada de su...importancia
0 "Zur Problematik des Schuldstrafrechts", ZStW 96 (1984), p. 641 y ss.
fundamental para el Derecho penal".
g) "Was bleibt von der Schuld im Strafrecht Ubrig?". SchwZStr 104 (1987). p. 356 y ss.
BE9 DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL EL PRINCIPIO DE CULPABILIDAD Y SUS CAMBIOS
EES
crítica y en parte aprobación. El objetivo de esta contribu- Pero esta necesaria modestia no nos impide reconocer
ción es continuar la conversación con mi amigo Arthur la aprobación recíproca de la libertad como regla de juego
KAUFMANN sobre nuestro tema común, pero simultánea- social, como imposición normativa y principio jurídico de
mente también difundir entre los opositores categóricos al regulación. Si se puede comprobar que una persona era
principio de culpabilidad, la comprensión de que sus objeti- alcanzable en la situación concreta por el llamado de la
vos en gran parte justificados, no exigen, es más, ni siquie- norma ("asequible normativamente"), y era receptible a la
ra evidencian una renuncia al principio de culpabilidad. posibilidad normal de ser determinado por motivos -lo cual
puede, en principio, ser investigado empíricamente- parti-
[521->]
mos de que éste, al tomar una decisión contra el Derecho,
II ha actuado culpablemente.
Entonces, la suposición de libertad, en la medida en
La versión del principio de culpabilidad que defiendo
que sobrepasa nuestro saber empírico, es una imputación,
desde la época del Proyecto alternativo de parte general
pero que no ocurre arbitrariamente. Pues, por un lado, ella
(1966) -con algunos desplazamientos de acentuación en
tiene un sustrato real (la asequibilidad normativa en el
cuestiones particulares- debe tomar en cuenta las objecio-
momento del hecho) y, por otro lado, todo el ordenamiento
nes de sus opositores y preservar sin recortes aquellos
jurídico se basa en la conciencia de libertad de la persona
logros en aras de los cuales se argumenta tan apasiona-
como un hecho sicológico-social que no puede ser eludi-
damente. A manera de tesis, la concepción puede ser re-
do. El Derecho penal tampoco puede desprenderse de esto
sumida como sigue:
si quiere ser aceptado socialmente y motivar al seguimien-
1.- La teoría penal de la culpabilidad debe ser indepen- to de la norma. Todo deber-ser pierde su sentido cuando
diente de la realidad empírica de la libertad de voluntad, no se reconoce al destinatario "normal" de la norma el po-
pues ésta no puede ser probada. Y si ella lo fuera, en todo der necesario para seguirla y no se le hace responsable
caso, durante el posterior juicio oral ya no podría verificar- por su mal uso.
se con métodos psicológicos o psiquiátricos un "poder ac-
2.- Luego, en el sentido del Derecho penal, actúa
tuar de diferente manera" en el momento del hecho. Dado
culpablemente quien se comporta típica y antijurídicamente,
que este dato es indiscutible y tampoco puede eliminarse
pese a que en el momento del hecho era normativamente
mediante "reconocimientos" hacia la libertad y la culpabili-
asequible (lo cual no sucede p. e. en los estados de ex-
dad, el Derecho penal se ve en la imperiosa necesidad de
cepción del art. 20 o en caso de un error de prohibición
dejar de lado la existencia real y la posibilidad de prueba
invencible). Dicho concepto de culpabilidad es claro, so-
de la libertad de voluntad. Esto no implica una indiferencia
brio y aplicable en la práctica forense. Se contenta con las
digna de reproche. Lo que pasa es que no existe ninguna
comprobaciones que son indispensables para una impu-
otra posibilidad, pues las fronteras del saber humano es-
tación individual en el Derecho penal. No puede ser alcan-
capan a las posibilidades jurídicas disponibles.
zado por el reproche de vaguedad semántica y de sobre-
IBI DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL EL PRINCIPIO DE CULPABILIDAD Y SUS CAMBIOS gETl
carga metafísica. Naturalmente, cada uno es libre de vin- la culpabilidad o ser reemplazada por otras sanciones (p.
cularlo con ideas filosóficas o teológicas sobre la culpabili- e. la reparación civil) en tanto exigencias preventivas lo
dad, pero tal elevación metafísica no influye en el aprove- evidencien o por lo menos lo permitan. Para esto debe
chamiento penal de este concepto. atenderse a necesidades mínimas de prevención general:
luego, la pena, aun cuando esté por debajo de la medida
[522->]
'de culpabilidad, debe ser todavía aceptada socialmente
3.- La existencia de culpabilidad en el sentido señalado como suficiente y debe poder restablecer la paz jurídica.
es un presupuesto de punibilidad (y "fundamenta" a ésta Si lo hace, tendrá que ser, por lo demás, determinada se-
en este sentido), pero no legitima ninguna retribución. El gún exigencias de prevención especial, pero sin que con
pensamiento kantiano de que la idea de justicia exigiría esto su duración llegue a sobrepasar la medida corres-
una compensación de culpabilidad desvinculada de los fi- pondiente a la culpabilidad. También dogmáticamente se
nes y de que la "esencia" o el "sentido" de la pena radica- puede aprovechar la permisión de quedar por debajo de la
ría con ello en la retribución, es de naturaleza irracional y culpabilidad, p. e. liberando de pena a la imprudencia mí-
no es compatible ni con un concepto de culpabilidad libre nima o a la culpabilidad mínima en el error de prohibición,
de metafísica, ni tampoco en absoluto con el Derecho pe- en la medida en que lo permitan exigencias preventivas y
nal de un moderno estado democrático. Pues éste no pue- la ley admita esta interpretación.
de tener otra tarea que preservar una pacífica vida común
y seguras bases de existencia a sus ciudadanos. 6.- Tal concepción es puramente preventiva en los ob-
jetivos, pero en el marco de lo socialmente posible -es de-
4.- Del rechazo a la retribución se deriva que los objeti- cir, de lo tolerable desde la prevención general- asegura la
vos del Derecho penal son de naturaleza puramente pre- libertad individual en el mayor grado imaginable: no debe
ventiva: éste debe impedir para el futuro acciones insopor- penarse sin culpabilidad y no se debe penar más allá de la
tables, dañosas socialmente, influyendo en el autor y en la medida de la culpabilidad, pero tampoco debe penarse sin
colectividad. Si además hacemos depender la pena, se- necesidad de prevención especial o general. La culpabili-
gún su motivo y medida, de la culpabilidad del autor, esto dad y la prevención se limitan recíprocamente: sólo puede
solamente sirve para limitar el poder estatal de interven- buscarse prevención a través de la pena bajo el presu-
ción en la persecusión de fines penales preventivos. En puesto y la medida de la culpabilidad, pero también la cul-
aras de la libertad del individuo no queremos penar al ¡no- pabilidad justifica la pena solamente en el marco de lo pre-
cente, y también al culpable solamente lo queremos penar ventivamente exigible.
en la medida de su culpabilidad. Entonces, la culpabilidad
nunca exige una pena; solamente su ausencia excluye la III
pena y su magnitud determina la frontera máxima de la pena.
5.- Si la culpabilidad es necesaria para la pena, pero no Si uno se pregunta en qué medida la idea de Arthur
la exige, la pena puede quedar por debajo de la medida de KAUFMANN sobre el principio de culpabilidad puede ar-
EE1 DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL EL PRINCIPIO DE CULPABILIDAD Y SUS CAMBIOS UEE
monizar con la concepción previamente esbozada, deben que una asequibilidad normativa del inculpado, existente
distinguirse su concepción antigua y su concepción nueva. en el momento de los hechos.
KAUFMANN choca continuamente con mi tesis -que,
[523->] por lo demás, se corresponde con la opinión dominante-
1.- Ya en el "Schuldprinzip"8 KAUFMANN parte de -y de que el Derecho penal tendría que y podría dejar incólu-
persevera en ello hasta ahora- una libertad de voluntad me la realidad empírica de la libertad de voluntad y la cul-
que para él, siguiendo a Nicolai Hartmann, consiste en una pabilidad. Dado que la culpabilidad en el Derecho penal
libertad para la sobredeterminación del curso causal, que sólo tendría la tarea de colocar un límite impuesto por el
no proviene "de una estructura causal del mundo". Esta Estado de Derecho a la persecusión de fines preventivos,
libertad "no podría ser comprobada de manera obligatoria" es decir que solamente tendría efectos favorables al autor,
porque sería idéntica "con la aptitud humana para la no tendría necesidad de ninguna prueba al igual que otras
autorealización espiritual". A la indicación de una "insegu- imposiciones normativas que garantizan la libertad.
ridad de nuestra cognocibilidad" le opone el "riesgo aven- KAUFMANN opina críticamente al respecto9: "Con esta ar-
turado [Wagnis] de la decisión". gumentación se podría, por último, dejar en el limbo a to-
dos los elementos del delito, no solamente a la culpabili-
Me parece que entre mis formulaciones tímidas y la con-
dad. Aparte de ello, es ciertamente sólo la culpabilidad, la
cepción de KAUFMANN no existe una diferencia irrepara-
cual existe y puede ser comprobada, quien es capaz de
ble. Ambos partimos -por regla general- de la libertad y de
delimitar la punibilidad".
la culpabilidad sin discutir su posibilidad empírica de prue-
ba. Según mi entender, no podemos saber ciertamente si Creo que aquí hay malentendidos. La libertad y la cul-
el "acto de libertad moral", como KAUFMANN entiende la pabilidad, en tanto escapan a la comprobación empírica
sobredeterminación del acontecer causal, "no proviene de por estar más allá de la "determinabilidad normal a través
la estructura causal del mundo" o que por su parte esté de motivos", si bien son atribuidas normativamente, sin
sometido a una determinación psíquica. Pero la cuestión embargo siguen siendo tomadas como base. Visto penal-
no es -jurídicamente formulado- relevante para la decisión. mente, no es el elemento del delito de la culpabilidad el
El que uno haga suya en un "riesgo de decisión" la presun- que queda en el limbo, sino la realidad de las ciencias na-
ción de libertad por motivos ético-filosóficos o el que se la turales o aunque sea la posibilidad de comprobación de la
tome como hipótesis político-criminal y final de regulación, libertad de voluntad. Pero esto no lo puede cambiar nadie,
no implica ninguna diferencia para la aplicación práctica. tampoco un "riesgo de la decisión". Por lo demás, también
Ninguna concepción de la culpabilidad, sea como se la el juicio de antijuricidad es una atribución normativa, sin
fundamente, puede investigar en la práctica forense más que por ello su aprovechamiento jurídico [524->] tenga que

• P 279-282. * Últimamente en Jura 1986. p. 22R y s.


ser ilegítimo. Y frente a la objeción de que solamente po- persona"; recién a través de la pena obtendría de nuevo
dría "delimitar la punibilidad... una culpabilidad, que existe "la plena propiedad de su dignidad personal"13.
y que puede ser comprobada", hay que indicar que aquí
Por cierto que ésta constituye aquella posición idealista
nuevamente se deja sin separar suficientemente la dimen-
que hoy en día apenas es compartida por alguien y cuya
sión jurídica de la empírica. Los principios de proporciona-
reprobación ha llevado a tantos críticos a rechazar de pla-
lidad y de igualdad, la dignidad humana, numerosos dere-
no el Derecho penal de la culpabilidad. También mi con-
chos personalísimos y la reserva de intervención estable-
cepción de la culpabilidad se ha desarrollado contradiciendo
cen variados límites a las medidas estatales. Pero la exis-
' esta concepción metafísica-ética del Derecho penal de la
tencia y la capacidad de comprobación de todos estos lí-
culpabilidad que niega su autonomía y la recarga con pro-
mites permanecen en la esfera normativa, sin alterar su
blemas filosóficos y teológicos que están más allá de la
vinculación a hechos objetivos. Para el efecto delimitante
competencia del jurista. El Derecho penal debe proteger el
de intervención del principio de culpabilidad tampoco se
ordenamiento social de la paz y los fundamentos vitales
necesita más posibilidades de comprobación.
de la sociedad dentro de las fronteras designadas por el
2.- Por cierto que la oposición de KAUFMANN a tal con- principio de culpabilidad. La realización de valores éticos
cepto "jurídico" de culpabilidad tiene su motivo profundo no es tarea estatal ni tampoco podría ser prestada por el
en que quiere hacer valer la culpabilidad sólo como fenó- Estado. Con su culpabilidad ética el autor debe confron-
meno moral. Para él existe10 la "culpabilidad jurídica sola- tarse ante el forum de su propia conciencia; el Derecho
mente como culpabilidad moral...En el fondo no hay nin- penitenciario puede incluso darle las posibilidades para ello
guna culpabilidad especial religiosa, ética, jurídica y políti- en el mejor de los casos. Las reglas del proceso penal, en
ca que ...puedan separarse entre ellas... Lo que se desig- todo caso, no son apropiadas para comprender y sopesar
na como culpabilidad jurídica es, o bien un fenómeno mo- la culpabilidad ética. Para la declaración penal de culpabi-
ral, o ninguna culpabilidad -pero entonces tampoco es una lidad no se necesita más que el Juez compruebe que el
causa posible para la intervención punitiva". De ello se vuel- autor es imputable y ha realizado el injusto penal sin cau-
ve a derivar pues "la naturaleza moral de la pena"11: "En el sas legales de exculpación.
padecimiento por la culpabilidad radica la justificación mo-
[525->]
ral para la pena"; esto significaría "una capitis deminutio
moral"12. El autor, a través de su culpabilidad, "habría he- ¿Pero acaso Arthur KAUFMANN se aterra a su concep-
cho caducar en parte su pretensión de ser respetado como to universal de culpabilidad moral con las implicaciones
arriba explicadas para el ámbito del Derecho penal? Lo
cierto es que él todavía rechaza la idea de una "culpabili-

10
Das Schuldprinzip, p. 197 y s.
1
' Das Schuldprinzip. p. 201.
" Das Schuldprinzip, p. 205. " Das Schuldprinzip, p. 201.
WM DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL EL PRINCIPIO DE CULPABILIDAD Y SUS CAMBIOS E3J
dad jurídica" pura14. Pero seguramente no se le interpreta tiendo yo, también puede cumplir esta tarea, ya que no
incorrectamente cuando se destaca que Kaufmann deriva renuncia a hacer responsable al autor por su conducta y
el principio de culpabilidad cada vez más de la finalidad dado que la necesidad de sanciones punitivas puede tam-
penal de resocialización (en vez de la ética). 25 años des- bién ser entendida sin mayores reservas morales a partir
pués de "Schuldprinzip" escribe16: "El principio de culpabi- de las condiciones de existencia de la sociedad. La prédi-
lidad remite al principio de responsabilidad. A su vez, la ca moral, en todo caso, tampoco es un medio recomenda-
idea de resocialización se funda en el principio de respon- ble desde la perspectiva de la pedagogía criminal. Pero,
sabilidad. Las personas que no son responsables pueden independientemente de diferencias en la acentuación en
ser vigiladas, quizás puedan ser curadas o adiestradas, particular, KAUFMANN y yo nos encontramos muy cerca-
pero no resocializadas". nos en la importancia que atribuimos a la resocialización.
En todo caso, KAUFMANN da un gran paso hacia un De-
Esto es problemático en la medida en que difícilmente recho penal preventivo mediante la estrecha vinculación
puede denegarse el objetivo (re-)socializante a la "mejo- entre culpabilidad y resocialización.
ría" [Besserung] en el sentido de las medidas de seguri-
dad. Pero es seguramente correcto que la rezocialización 3.- Este acercamiento todavía se vuelve más claro cuan-
es, en lo central, educación para la autorresponsabilidad y do se observan las consecuencias que resultan de un con-
exige la cooperación del delincuente. Sobre si la cepto de la culpabilidad más orientado en los fines de la
resocialización presupone además una asunción pena para el principio de la retribución. KAUFMANN había
autorresponsable de la culpabilidad por el condenado, tal entendido originariamente la pena como "sufrimiento por la
como KAUFMANN lo exige16, es para mí dudoso. También culpabilidad" (es decir como retribución compensadora)17 y
puede ser que el autor -y eventualmente incluso con ra- exigido consecuentemente que la culpabilidad tenga que
zón- atribuya su fracaso ante las exigencias de la socie- experimentar pena incluso cuando no fuera preventivamente
dad, a los déficit de socialización no debidos a él y, a pesar necesaria o siquiera dañina. Proclamó la "doble faceta del
de todo, procure superarlos con éxito. Pero, en todo caso, principio de la culpabilidad", la cual exige "que no solamen-
constituye un importante elemento de resocialización la te la pena debe corresponderse con la culpabilidad, [526->]
comprensión de que resulta necesario responder por las sino la culpabilidad también hace necesaria la pena"18. Uno
acciones punibles y tener que asumir en el futuro también "...debería cuidarse de querer justificar la pena mediante su
la responsabilidad por una vida libre de pena. Sin embar- finalidad resocializadora"19. "Los fines preventivos de la
go, un concepto penal de la culpabilidad, tal como lo de- pena... pueden... merecer ser perseguidos, sin embargo,

14
Comp. solamente nota 2. a. "Das Schuldprinzip". 2" cd., p. 267 dentro de y enrelacióncon " "Das Schuklprinzip", p. 201.
la nota 58. '* "Das Schuldprinzip", p. 201; en la p. 208 se enfatiza nuevamente que lo que importaría
" Jura 1986. p. 231. "decisivamente" es esta "doble faceta".
" Nota 2. a, "Das Schudprinzip". 2* ed.. p. 272. '* "Das Schuldprinzip", p. 206.
na DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL EL PRINCIPIO DE CULPABILIDAD Y SUS CAMBIOS
WM
no constituyen lo esencial de la pena por culpabilidad, pues Esto se corresponde (con reservas por las desviacio-
la pena también tiene que darse cuando los fines mencio- nes mencionadas bajo el punto 2) ampliamente con la con-
nados no pueden ser alcanzados con seguridad". Y, toda- cepción también defendida por mí. En la medida en que el
vía más fuerte: "El culpable merece la pena incluso cuando Derecho penal de la culpabilidad es criticado como metafí-
ella resulta no tener una finalidad político-criminal". En la sico, represivo y enemigo de lo empírico, la crítica justifica-
"forma de la retribución justa... la pena sirve al mismo tiem- da siempre alcanzará solamente a la retribución y no a la
po para la expiación del delincuente..."20. El principio de permanencia en una culpabilidad cuyo contenido solamente
culpabilidad con su doble faceta es "un principio del mundo sirve para la legitimación de un Derecho penal
moral, una lex naturalis, y por ello tiene absoluta vigencia"21. resocializador.
Pero ya en 1967 KAUFMANN, orientándose fuertemente 4.- De ello resulta que la nueva concepción de
en la prevención especial, vuelve a desistir de esta doble KAUFMANN es una teoría preventiva que se aparta am-
faceta del principio de culpabilidad y con ello de la defensa pliamente de su concepción originaria de la pena.
de una pena retributiva a imponer independientemente de KAUFMANN dice ahora23 "que únicamente en aras de la
su necesidad político-criminal o de su dañosidad22. Ahora culpabilidad está justificado realizar, mediante penas, la
destaca él mismo que "la idea de retribución, desde la pers- protección de bienes jurídicos necesaria para la comuni-
pectiva político-criminal, no ha caído en desgracia porque dad, pero esto también sólo mediante tales penas cuya
sí", y se pregunta si "la asociación: pena por culpabilidad = ejecución esté dirigida primariamente a la resocialización
pena retributiva [estaría] en el fondo realmente fundada". del autor". Aquí se trata, entonces, de la protección de bie-
Su respuesta es ahora un claro "no". El castigo no significa nes jurídicos mediante la prevención especial y ya no de
(o no significa más) para él retribución, sino "que el culpa- otorgar validez absoluta a una "lex naturalis".
ble confronta su culpabilidad, la asume
[527->]
autorresponsablemente y así se libera nuevamente del re-
proche de haber fracasado". Ahora resulta que el castigo Por cierto que, "en los delitos más graves",
sería "no una retribución, sino muy por el contrario" no exis- KAUFMANN24 quiere seguir penando también "cuando esto
tiría una correspondencia entre culpabilidad y retribución. resulta inútil, quizás incluso irracional, desde la ¡dea de
"No se puede 'retribuir' de ninguna manera la culpabilidad". prevención", de manera que en tales casos para él nueva-
La culpabilidad tiene ahora para KAUFMANN, además de mente "el sentido de la retribución de la pena...se abre
la delimitación de pena, solamente la función de posibilitar paso". Esto me parece contradictorio e innecesario en vis-
castigo y resocialización. ta de la anteriormente anunciada renuncia a la retribución,
pues las exigencias de la prevención general integradora

10
"Das Schuldprin/.ip", p. 206.
" "Das Schuldprin7.ip". p. 208. " Igual que en ñola 2, a, "Das Schuldprinzip", 2* cd., p. 276.
11 14
Igual que en nota 2. a. "Das Schuldprin/.ip", 2* ed.. p. 271 y s. Igual que en 2, a. "Das Schuldprinzip", 2'ed., p. 275 y s.
El DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL EL PRINCIPIO DE CULPABILIDAD Y SUS CAMBIOS
EEÜ
cubren plenamente la punición de dichos delitos (p. e. crí- Así como es infinitamente saludable desprenderse de
menes violentos del nacional-socialismo)25. KAUFMANN la retribución como principio para la medición de la pena,
mismo dice: "Si no se respondiera a los delitos graves con así también me parece atacable la fundamentacion de
la correspondiente pena, esto tendría que corromper la ac- KAUFMANN. Veo en ella un doble peligro, pues si la cul-
titud interna de las personas decentes". Esto es ciertamente pabilidad solamente exige tanta pena como "sea necesa-
correcto, pero precisamente por ello la punición no es "in- ria para el castigo y la expiación", esto puede entenderse
útil" o "irracional" para la Política criminal, sino necesaria. como que por lo general ya no es apropiada una pena tan
Tales rudimentos de la antigua concepción retribucionista pronto como el autor "asume autorresponsablemente" su
no pueden, sin embargo, cambiar en nada que en total se culpabilidad y la "expía" de esa manera. Pero esto no sería
juzgue que la nueva teoría de KAUFMANN es una teoría aceptable porque el reconocimiento de culpa, el arrepenti-
relativa de la pena y ya no una absoluta. miento y la voluntad de mejorar no significan aún en abso-
luto una (re-)socialización dado el caso de personas
Si se renuncia a la doble faceta del principio de culpabi- inescrupulosas, tal como los delincuentes lo son frecuen-
lidad, de tal manera que, entonces, la culpabilidad ya no temente. Además, las exigencias mínimas de prevención
exige necesariamente una correspondiente pena, esto tie- general tampoco pueden ser dejadas totalmente de lado
ne la consecuencia de que también están permitidas las en caso de autores "dispuestos al castigo". Luego, por
penas por debajo de la culpabilidad o las demás sancio- motivos preventivos, a menudo tendría que irse más allá
nes leves. También KAUFMANN opina sobre esto de la de tal "pena de culpabilidad", la cual perdería con ello su
siguiente manera26: "Visto desde la culpabilidad, no puede fuerza limitadora de la intervención. Por cierto que resulta
ser necesaria una pena que vaya más allá de lo que es más probable que KAUF- [528->]MANN quiera decir que
necesario para el castigo y la expiación". Se refiere expre- la culpabilidad justificaría la pena que el autor "necesita"
samente a BRAUNECK27: "Lo que 'merece' el autor por su para una verdadera resocialización. Pero también en caso
culpabilidad en el hecho, no puede ser de ninguna mane- de tal equiparación de la pena de culpabilidad con la pena
ra determinado sin considerar aquello que 'necesita'"28. necesaria para la resocialización, el principio de culpabili-
Luego, la pena debe ser medida siguiendo necesidades dad perdería la función limitadora de intervenciones pre-
de prevención especial y puede, en cualquier caso, que- ventivo-especiales y, con ello, una parte esencial de su
dar por debajo de la medida de una pena retributiva en efecto protector propio de un Estado de Derecho.
cuanto esto sea deseable según la prevención especial.
El motivo para estos desacuerdos me parece que radi-
ca en que KAUFMANN no considera a la culpabilidad so-
lamente, ni tampoco siquiera en primera línea, como me-
" En el LH a Wasscrmann (ver nota 2, c) KAUFMANN misino habla en este contexto de la dio para limitar la pena, sino también quiere deducir de
idea de la "prevención general positiva" (p. 895).
'* Igual que en nota 2. a, "Das Schuldprinzip", 2* ed., p. 275. Casi textualmente también en LH ella el contenido de la pena. Esto es posible y necesario
a Wasserman (igual que en nota 2. c,). p. 895. y en Jura 1986 (igual que en nota 2. d), p. 229. desde la base del Derecho penal retributivo clásico, pero
" Igual que nota 2. a. "Das Schuldprinzip", 2* cd., p. 275.
» MSchrKrim 1958. p. 14.1. apenas puede ser compatible con una teoría preventiva.
U.L. • IMI i v ^ n ivy w u V^\_/I_I r v u i u n - T - u . / i J U U v^rMViuiwj
MlásM
Sin importar esto, puedo, no obstante, comprobar que exis- bien en él se encuentra la doble limitación de la pena pre-
te coincidencia con KAUFMANN en el punto decisivo de ventiva a través de la medida de la culpabilidad y de la
que la pena, en todo caso, no tiene que determinarse ne- pena de culpabilidad mediante lo preventivamente nece-
cesariamente según la medida de la retribución compen- sario y preceptuado en lo objetivo, por cierto, sin que ello
sadora de la culpabilidad, sino que puede ser atenuada sea expresamente destacado.
según necesidades de prevención especial. Cuando
KAUFMANN dice29: "Por ello debería renunciarse a la pena IV
privativa de libertad en la medida de lo posible en favor de
aquellas penas que prometen mayor éxito resocializador", Resulta entonces que, si bien entre la teoría de la
esto merece aplauso sin discusiones. culpabililidad y de la pena de KAUFMANN y mi propia con-
cepción existen algunas diferencias de fundamentación,
6.- Finalmente, también la idea desarrollada por mí so-
las cuales han llevado con razón a controversias teóricas,
bre la limitación recíproca entre la culpabilidad y la preven-
no obstante, en las cuestiones centrales y sobre todo en
ción encuentra varios puntos de apoyo en la nueva con-
los resultados prácticos existe amplia coincidencia: ambos
cepción de KAUFMANN. Pese a la dificultad anteriormen-
defendemos un -como quisiera llamarlo- [529->] Derecho
te expuesta (punto 5), en la delimitación de la medida pe-
penal preventivo de la culpabilidad, el cual ha abjurado de
nal de la culpabilidad y de la resocialización KAUFMANN
la retribución, configurando el contenido de la pena de
quiere utilizar la culpabilidad para limitar el poder estatal
manera preventiva (sobre todo de manera resocializadora)
de intervención30: "La culpabilidad tiene que limitar la me-
y limitándola mediante el principio de culpabilidad en cuanto
dida de la pena... Es una debilidad incurable de un Dere-
a su motivo y a su magnitud. Además se podrá decir que el
cho penal no orientado en la idea de culpabilidad, que no
cambio que ha experimentado la comprensión del principio
pueda proporcionar ningún principio de medida para la
de culpabilidad de KAUFMANN con el correr de las déca-
pena...". Él pretende extraer este principio-parámetro co-
das -sobre todo la transición de la doble faceta hacia la uni-
rrespondiente a la culpabilidad "de la jurisprudencia de los
lateralidad del principio de culpabilidad- se corresponde con
tribunales penales comunicada recíprocamente entre és-
un desarrollo que va desde el Derecho penal de la culpabi-
tos". A través de ello se podrían reconocer "límites supe-
lidad clásico y retributivo hacia uno moderno y preventivo,
riores suficientemente claros... que de ninguna manera
tal como se puede observar de manera general.
deben ser transgredidos". Pero, dado que KAUFMANN,
en lo demás, pretende medir la pena según principios pre- No obstante, una y otra vez aparecen autores que quie-
ventivos y quedarse por ello debajo del nivel superior, tam- ren derogar totalmente el principio de culpabilidad. Quie-
ra una breve confrontación con los dos intentos más re-
cientes de este tipo mostrar si un Derecho penal de la
culpabilidad, tal como aquí he esbozado, puede resistir a
" Igual que nota 2. d. Jura 1986, p. 231. la crítica.
M
Igual que nota 2. d. Jura 1986. p. 232.
KEZB DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL EL PRINCIPIO DE CULPABILIDAD Y SUS CAMBIOS EEH
V davía defendido por alguien, de manera que sería intere-
sante saber cómo SCHEFFLER hace frente a las nuevas
Uwe SCHEFFLER, en su "Kriminologische Kritik des formas de un Derecho penal de la culpabilidad.
Schuldstrafrechts" (1985)31 y en su "Grundlegung eines 2.- En el segundo tomo de su "Grundlegung" opina so-
kriminologisch orientierten Strasfrechtssystems" (19S7)32 re- , bre mi teoría -para poner solamente a ella como ejemplo34 -
procha todo tipo de Derecho penal de la culpabilidad, desde que resultaría "completamente inútil" para un sistema de
el punto de partida de la Criminología. Derecho penal orientado criminológicamente35. Él habría
1.- El sistema de Derecho penal tendría "con el princi- [530->] tratado de probar esto en su "Kriminologische Kritik".
pio de culpabilidad su fundamento en un paradigma que Pero si se hojea allí36 se encontrará que él admite que
aún hoy en día... regula... el proceso de punición...según según mi concepción "los conocimientos criminológicos,
el postulado del indeterminismo proveniente de la filosofía en la medida en que estos atañen a la prevención espe-
idealista y según el principio de retribución"33. Este para- cial, también [podrían ser] considerados fuera de la simple
digma impediría el aprovechamiento de descubrimientos compensación de la culpabilidad", aun cuando sólo hasta
criminológicos, especialmente de aquellos de la etiología, el límite de la medida de la culpabilidad. Pero él observa
de la psiquiatría forense, de la investigación penal, una insuficiencia: "Si un autor es encontrado culpable se-
sancionatoria y penitenciaria. gún los criterios de ROXIN, entonces se cierra el camino
hacia la imposición de medidas en vez de penas. En estos
Esta crítica alcanza ciertamente al Derecho penal clási- casos, los puntos de vista preventivos pueden ser deter-
co de la retribución que el autor toma aquí por base. Una minantes, además de para la fijación de la magnitud de la
pena que solamente retribuye en aras de una idea no pue- pena, sólo para determinar las consecuencias jurídicas
de tomar en consideración a lo empírico; los conocimien- según los arts. 47 y ss." (¡lo cual ya es bastante!). "Aún
tos criminológicos tienen que quedar fuera de considera- subsistiría la divergencia entre el juicio de culpabilidad, que
ción al escogerse y medirse la sanción, así como al confi- contempla al autor como capaz de responsabilidad, y los
gurarse la ejecución de la pena. Por cierto que este descu- esfuerzos por influir terapéuticamente en el autor".
brimiento no es nuevo; precisamente él ha contribuido esen-
cialmente a que en la más moderna versión del Derecho SCHEFFLER pretende, entonces, prescindir completa-
penal de la culpabilidad se renuncie al "idealismo", al "in- mente del criterio de la imputabilidad y centrarse en un
determinismo" y a la "retribución". Un Derecho penal de la "principio objetivo del ser responsable"37, según el cual
culpabilidad, tal como SCHEFFLER toma como base para
el resumen de su "Kriminologische Kritik", apenas si es to- M
SCHEFFLER crítica con las mismas palabras la concepción de M AIHOFER, muy pareci-
da a la mía, y reprueba sobre todo la concepción de la culpabilidad de J AKOBS que aquí no
va a discutirse.
" Recensión de MÜLLER-D1ETZ. GA 1986. p. 189 y ss. " "Grundlegung", p. 105.
u
Recensión de KUNZ. G A 1988. p. 430 y s. ** "Kriminologische Kritik", p. 135.
" "Kritik". p. 192. " "Grundlegung", p. 138.
MM DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL EL PRINCIPIO DE CULPABILIDAD Y SUS CAMBIOS
WM
cualquier infracción de la ley provoca "medidas de seguri- Precisamente el Derecho penal de la resocialización en
dad". Obviamente él opina que de esta manera pueden Norteamérica y Escandinavia ha caído en descrédito por-
incluirse más conocimientos criminológicos durante la im- que allí se tendía a tratar al autor como a una persona
posición de sanciones. Pero -prescindiendo por ahora del incapaz y a someterla a una terapia obligatoria que, con
problema del límite máximo de la sanción- esto no es cier- razón, [531->] fue criticada como infamante y antiliberal38.
to. Pues si bien los conocimientos criminológicos pueden La justificada oposición contra un Derecho penal de trata-
ser introducidos en el sistema de consecuencias jurídicas miento como el de este tipo ha promovido en estos países
sólo a través de sanciones orientadas preventivamente, la tendencia -equivocada, por cierto- a regresar a un Dere-
sin embargo, si se sigue la concepción aquí defendida, la cho penal retribucionista "neoclásico". Ya en 1966, el pro-
pena está tan orientada a la prevención como las medidas yecto alternativo39 ha destacado que en la ejecución pe-
de seguridad. SCHEFFLER mismo enfatiza que en la "fija- nal tendría que "accederse (al condenado) tomando en
ción del máximo de pena" y en la "determinación de las cuenta su autorresponsabilidad", y Arthur KAUFMANN, tal
consecuencias jurídicas" serán determinantes los puntos como ya se expuso, ha destacado siempre con mucho
de vista preventivos, incluso para un Derecho penal de la énfasis la relación existente entre la resocialización y la
culpabilidad del tipo aquí defendido. responsabilidad. Con ello, él ya se había adelantado a los
Así, su crítica se reduce a la "divergencia" afirmada por críticos del Derecho penal de la culpabilidad en cuanto a
él entre el "juicio de la culpabilidad" y los "esfuerzos por un entendimiento decisivo.
influir terapéuticamente en el autor". Pero aquí él se equi- 3.- Para la medición de la pena SCHEFFLER quiere
voca completamente. Si, como SCHEFFLER evidentemen- centrarse en la proporcionalidad en lugar de en el límite
te quiere, se hace depender la influencia terapéutica de máximo de la culpabilidad40. Él defiende y modifica la po-
que el autor sea tratado como incapaz de responsabilidad, sición de ELLSCHEID/HASSEMER 41 , que Arthur
en los autores motivables normativamente se deja pasar KAUFMANN ha criticado repetida y, según mi parecer, con-
la única oportunidad real de terapia social resocializadora: vincentemente 42 . Para la medición de la sanción,
a saber, acceder al condenado, a quien se quiere educar SCHEFFLER quiere partir "de los tres principios de idonei-
para una vida sin hechos punibles, como a una persona dad, exigibilidad [Erforderlichkeit] y razonabilidad
responsable y trabajar cooperando con él en la supera- [Angemessenheit]"43. En esto la razonabilidad asume la
ción de sus déficit de socialización. Bajo puntos de vista
criminológicos y preventivo-especiales, que tanto le impor-
tan a SCHEFFLER, es precisamente necesario conservar " Comp. sobro este desarrollo, con detalladas referencias, ROXIN, "Zur ncueren Entwicklung
der Kriminalpolitik", LHaGagnér, 1991. p. 341 yss. (345 y ss).
una categoría de la imputabilidad (y con ello de la culpabi- w
"Altemativ-Entwurfcines Strafgcsctzbuehcs, AlIgcmeinerTeil". 1966.2'ed., 1969, orí.
lidad), porque no se debe tratar igual que a enfermos men- 40
37. segundo párrafo, primera oración.
"Grundlegung". p. 79 y ss.
tales a personas normativamente asequibles, si se les quie- 41
"Strafc ohnc Vorwurt", en Civitas IX (1979), p. 27 y ss.
re integrar socialmente. 41
IX- la manera mas detallada en la monografía mencionada en la nota 2, b.
41
"Grundlegung", p. 81.
•EB DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL ACERCA DEL CONSENTIMIENTO EN EL D. PENAL
WM
verdadera tarea delimitadora: "Una sanción es en todo caso él quiere encontrar la medida sancionadora ponderando
irrazonablemente elevada cuando sobrepasa la necesidad los intereses del autor y los de la sociedad. Pero esto si-
preventivo-general y con ello la necesidad de pena de la gue siendo vago y sacrifica eventualmente la libertad indi-
población, aun cuando todavía pueda ser idónea y exigi- vidual frente a una "necesidad de pena" social que yo tam-
ble"44. Para ello rechaza la prevención general negativa poco considero que sea legitimable político-criminalmen-
por ser "completamente inútil... para un sistema de Dere- te, y cuya indeterminación supera considerablemente la
cho penal orientado criminológicamente"45 y toma partido del principio de culpabilidad.
por la prevención integracionista.
Además, es de observar que al considerar la preven-
¿Pero qué significa esto? Cuando empleé, seguramen- ción general en la medición de la pena, la diferencia entre
te por primera vez en la discusión científica46, el concepto la capacidad de culpabilidad y la incapacidad de culpabili-
de "prevención integradora", que ahora está en boca de dad, que aparentemente había sido eliminada, vuelve a
todos, he destacado expresamente la "congruencia" de la ser introducida. Y es que SCHEFFLER no querrá segura-
pena por culpabilidad "con las exigencias de una preven- mente considerar aspectos de prevención general en la
ción integradora motivada político-criminalmente", y he duración de las medidas de seguridad a imponerse contra
enfatizado: "Conservar el principio de culpabilidad signifi- enfermos mentales (?!)
ca una decisión de principio para la prevención integradora
4.- SCHEFFLER se pronuncia además a favor de la re-
y sólo tolera una prevención intimidante dentro de sus fron-
paración civil como sanción penal y también quiere hacer
teras" 47 . Por sus resultados, SCHEFFLER desemboca
dogmáticamente fructífera su concepción criminológica,
exactamente en esta solución: "Fundamentalmente sería
pretendiendo p. e. dejar impunes las infracciones mínimas
razonable cualquier sanción que -en tanto idónea y exigi-
en caso de imprudencia y de error de prohibición, así como
ble- se corresponda con la necesidad de pena de la socie-
tomando en cuenta en general la menor necesidad de
dad, necesidad entendida como preventiva e
pena49. Todos estos son objetivos dignos de ser bien reci-
¡ntegracionista"48.
bidos, pero pueden ser fundamentados de igual manera
[532->] con ayuda de un Derecho penal preventivo de la culpabili-
dad que, motivado desde la política criminal, permita si-
Por cierto que él quiere ir todavía más allá de esta me-
tuarse por debajo de la culpabilidad. Así, desde hace tiem-
dida en el caso particular, a saber cuando "la necesidad de
po he presentado propuestas correspondientes para la im-
pena (es mayor que) el límite de lo razonable"; en ese caso
prudencia y el error de prohibición, a las cuales también
SCHEFFLER se refiere; y la idea de configurar la repara-
44
"Grundlegung". p. 90. ción civil como una tercera vía en nuestro Derecho
45
"Grundlegung", p. 92.
** SCHEFFLER mismo ("Grundlegung". p. 92) remite a la cita bibliográfica en el LH a
Bockclmann. 1979, p. 306.
47
Las citas en: LH a Bockclmann. 1979. p. 308.306.
" Sobre esto y lo que sigue: "Grundlegung". p. 139. 49
"Grundlegung", p. 110 y ss.
•El DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL ACERCA DEL CONSENTIMIENTO EN EL D. PENAL
WM
sancionatorio, ha sido trabajada de una manera muy riguro- dad y opina algo "vacilante"51 que la teoría de la imputa-
sa en el "Proyecto alternativo de la reparación civil" (1992), ción objetiva podría "allanar... el peligro de una responsa-
elaborado conjuntamente por mí. En todo caso tampoco pue- bilidad penal por el resultado". Ciertamente esto es verda-
de verse en tal medida cómo es que una renuncia al Derecho dero, pero así no se dice que la tarea de la imputación es
penal de la culpabilidad debería llevar más lejos que la con- precisamente separar los resultados por los cuales la per-
1
cepción de un Derecho penal preventivo de la culpabilidad. sona es responsable, de aquellos que ésta no puede evi-
tar. Entonces, la teoría de la imputación objetiva constitu-
5.- Finalmente se plantea la cuestión de cómo quiere
ye una de las expresiones más importantes del principio
uno arreglárselas sin el efecto limitador de pena del princi-
de culpabilidad, y quien la reconoce está aceptando obje-
pio de culpabilidad en la fundamentación de la pena. Con
tivamente este principio.
razón ha destacado Arthur KAUFMANN50 que el principio
de proporcionalidad puede en todo caso asumir la función 6.- Luego, se ve que la crítica criminológica de
del principio de culpabilidad en la limitación del máximo de SCHEFFLER al Derecho penal de la culpabilidad lleva, en
sanción (y, tal como hemos visto, esto solamente es así si lo esencial, a los mismos resultados que un Derecho pe-
se lo interpreta, en lo esencial, de una manera correspon- nal preventivo de la culpabilidad. Además, precisamente
diente con el principio de culpabilidad). Pero, ¿cómo debe bajo aspectos criminológicos, orientados en el autor, no
excluirse la responsabilidad por el resultado, la casualidad, merecen aprobación las desviaciones, cuyo alcance no se
de la imputación penal, si ya no importa más la culpabili- puede avisorar claramente (comp. así V, 2 y 3). Pero en
dad? ¿Cómo debe excluirse la responsabilidad por un suma la concepción de SCHEFFLER, que irrumpe de ma-
versan in re ¡Ilícita (responsabilidad que puede justificarse nera tan radical, se mantiene en el marco de una teoría
plenamente bajo puntos de vista preventivos) si no es con preventiva de la pena, limitada por el principio de culpabi-
ayuda del principio de culpabilidad? ¿Cómo debe funda- lidad, que puede acoger perfectamente los conocimientos
mentarse el principio de coincidencia, es decir la exigencia criminológicos en la medida en que esto también sea per-
de que el ser culpable del autor tenga que darse en el mo- mitido por el espacio de libertad que le corresponde a un
mento del hecho (comp. art. 20 C. P.) y no deba derivarse autor penal. En cualquier caso, no se puede hablar de un
de hechos previos, a diferencia del principio de culpabilidad cambio de paradigma.
fundamentado en la función de Estado de Derecho?

[533->]
vi
De este catálogo de cuestiones (que no se agotan) BAURMANN52, en el curso de sus esfuerzos por reem-
SCHEFFLER trata solamente el problema de la casuali-
" "Grundlcgung", p. 77
" "Zweckrationalitát und Strafrecht", 1987. Ya antes el mismo autor: "Schuldlose
Dogmatik?". en: Lüdersscn/Sack, "Abweichcndes Verhalten", tomo IV, 1980, p. 196-
10
Igual que en nota 2. b, en "Strafrecht zwichen Gcstern und Morgen", p. 73 y s. 265; "Folgenorienticrung und subjektive Verantwortlichkeit", 1981.
ÜES1 DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL ACERCA DEL CONSENTIMIENTO EN EL D. PENAL ETCT

plazar el Derecho penal de la culpabilidad mediante un esto, el máximo de pena debe ser determinado por la pro-
"Derecho de medidas de seguridad referidas al hecho", no porcionalidad, la que por su parte se guía en la medida de
invoca a la Criminología, sino a la "indeterminación semán- la dañosidad social, mientras que la capacidad de culpabi-
tica del concepto de culpabilidad"53. Ahora bien, es cierto lidad es reemplazada por el criterio de la motivabilidad (en
que los principios más elevados del Derecho, debido a su el sentido de una asequibilidad normativa).
necesaria abstracción para contenidos de diversa natura- , Pero con ello, la desviación frente a la teoría aquí de-
leza, son abiertos y necesitan una concreción jurídica. Esto fendida resulta ser meramente terminológica. Pues, los
rige para la culpabilidad de manera exactamente igual que partidarios del principio de culpabilidad no discuten el que
para la libertad", "la dignidad humana" o la "igualdad". Así la medida de la culpabilidad sea determinada en lo esen-
pues, también ha sido mi intención descargar al concepto cial por la magnitud del injusto (es decir, la medida de
de culpabilidad de sus variados elementos filosóficos y dañosidad social). Cuando BAURMANN continúa esforzán-
teológicos, indeterminados y ambiguos en su marco glo- dose en probar55 que el hecho doloso sería, debido a su
bal, a fin de darle utilidad penal, así como un contenido mayor "intensidad amenazadora", más dañoso socialmen-
jurídicamente claro, delimitador de la intervención (comp. te que el hecho imprudente, mientras que el autor imputa-
II). BAURMANN mismo considera posible un sistema pe- ble atenuadamente, en realidad, sería socialmente dañino
nal de la culpabilidad bajo el presupuesto de "una fijación de manera atenuada, ciertamente se puede discutir mu-
autónoma que dé a un concepto de la culpabilidad, neutral cho sobre esas suposiciones; la identidad de los resulta-
para la política jurídica, ¡ndiferenciado y semánticamente dos con aquellos otros deducidos del principio de culpabi-
indeterminado, un contenido capaz de ser interpretado y lidad no se discute. El concepto de dañosidad social es,
de ser jurídicamente relevante". para emplear el propio argumento de BAURMANN, tan in-
Pero finalmente BAURMANN quiere renunciar comple- determinado semánticamente que puede ser interpretado
tamente al concepto de culpabilidad, aunque conservan- también en el sentido del principio de culpabilidad. ¿Pero,
do de todas maneras su función protectora54: "Esta fun- qué es lo que se ganaría con este cambio de nombre -por
ción protectora puede, [534->] por el contrario, ser cumpli- lo demás dificultoso y no del todo convincente?
da efectivamente por los criterios de la 'dañosidad social' y
Algo parecido sucede con el reemplazo de la capaci-
de la 'motivatibilidad' en el marco de un Derecho de las
dad de culpabilidad mediante la "motivabilidad". Ante la
medidas [de seguridad] referidas al hecho; estos criterios
objeción de que eventualmente podría motivarse también
no están vinculados a conceptos metafísicos y
a enfermos mentales y niños, BAURMANN responde56 que
semánticamente vacíos de contenido, y por ello son idó-
tendría que cumplirse con el presupuesto de "que la per-
neos para el trabajo y la concreción dogmática". Según

51
"Zwcckrationalitat", p. 261 y s. " "Zwcckrationalitat", p. 278-280.295.
u * "Zwcckrationalitat", p. 296.
"ZweckrationaJilaf. p. 306.
ni DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL ACERCA DEL CONSENTIMIENTO EN EL D. PENAL
HH
sona en cuestión sea motivable en el marco de las relacio-
nes interpersonales". Pero estas "relaciones
VII
interpersonales" pueden ser entendidas sólo en el sentido Y con ello llego al resumen: la larga y enconada disputa
de una aprobación recíproca de libertad y responsabilidad entre los partidarios y contrarios de un Derecho penal de
y, por ello, solamente constituyen una reescritura de la la culpabilidad puede ser dejada de lado a través de un
capacidad de culpabilidad. Y cuando BAURMANN57, en acuerdo resumido en un Derecho penal preventivo de la
los casos del art. 21 [culpabilidad atenuada] C. R, indica culpabilidad. Tal derecho pena por motivos exclusivamen-
como causa de atenuación de la pena que el autor sería te preventivos, renuncia a la retribución, también deja real-
motivado por factores "que, por lo menos parcialmente, no mente sin respuesta la pregunta incontestable de la reali-
son imputables a él y que por tanto no puede ser hecho dad empírica de la libertad de voluntad, permite que por
responsable por ellos", entonces es difícil entender que motivos preventivo-especiales la pena quede por debajo
con estas palabras no se debe describir una culpabilidad de la culpabilidad hasta los límites de las necesidades pre-
atenuada, sino una dañosidad social atenuada. En su más ventivo-generales mínimas, pero preserva en toda su mag-
reciente publicación sobre el tema58, BAURMANN retorna, nitud las funciones limitadoras de la pena del principio de
conservando también el contenido de su concepción, a la culpabilidad. También Arthur KAUFMANN, el amigo y au-
utilización del principio de culpabilidad. Puede quedar pen- tor de monografías sobre el principio de culpabilidad, a
diente de respuesta el que esto ocurra por motivos quien se dedica este trabajo deseándole afectuosos salu-
didácticos o porque el autor considera terminológicamente dos por su 70mo. cumpleaños, puede ser tomado en cuenta
preferible invocar al principio de culpabilidad. En todo caso para las tesis centrales de esta teoría. Por cierto que que-
se nota que la concepción de BAURMANN, en lo objetivo, dan puntos de diferencia. Y está bien que esto ocurra, pues
[535->] no discrepa en ningún punto esencial con la con- un problema como el de la culpabilidad en el Derecho pe-
cepción aquí defendida59. Este autor defiende un Derecho nal nunca podrá ser archivado como si estuviera resuelto
penal preventivo, fundamentado agudamente, libre de re- definitivamente, sino que tendrá que seguir siendo medi-
tribución y racional, que preserva todos los límites de inter- tado una y otra vez.
vención del principio de culpabilidad.

" "Zwcckrationalital". p. 290


u
"Strafc im Rechtsstaat", en: Baunnann/Klicmt, "Dic modeme Gcscllschaft im Rcchtsstaat";
1990, p. 109-159.
" Tal como se podría demostrar también a través de las numerosas y expresas referencias y
concordancia* tomadas en el libro de BAURMANN.
EL ESTAD© DE NECESIDAD
EXCULPANTE SEGÚN EL
AKT. 3 5 C. P . *

* N. d. T.: artículo publicado en dos partes en el JA 1990, p. 97-103 y 137-143, bajo el


título: "Derentschuldigende Notstand nach § 35 StGB".
[97->]
I.- UBICACIÓN SISTEMÁTICA SEGÚN EL CONTENIDO TE-
LEOLÓGICO DE LA REGULACIÓN

El estado de necesidad del art. 35, como claramente


indica su tenor (párrafo primero, primera oración: "actúa
sin culpabilidad"), ha sido concebido por el legislador como
causa de exclusión de la culpabilidad. Con ello, la nueva
parte general sigue la teoría diferenciadora en el tratamiento
de los casos de estado de necesidad, la cual comenzó a
imponerse en la ciencia alemana alrededor de 1930 1 . El
estado de necesidad del art. 34 que descansa sobre una
ponderación de intereses (y de manera correspondiente
los casos de estado de necesidad de los arts. 228,904 del
C. C.) justifican, mientras que la situación del art. 35 sola-
mente exculpa.
Esta diferenciación es, en principio, digna de aplauso,
pues mientras que en el estado de necesidad justificante
el actor ayuda a que se imponga un interés claramente
preponderante, siendo valorada su intervención como so-

Más detalles sobre la teoría diferenciadora en KÜPER, "Grundsatzfragen der


'Differenzierung' zwischen Rechtfertigung und Entschuldigung", JuS 1987, p. 81 y ss.
FfiTÜ DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL ESTADO DE NECESIDAD EXCULPANTE SEGÚN ART. 35 C.P
F7TT1
cialmente provechosa y legal, la situación en el art. 35 es nal. Y es que el art. 35 solamente tiene importancia prácti-
totalmente distinta. Esta disposición presupone que la cues- ca cuando el amenazado todavía era normativamente ase-
tión jerárquicamente superior de la justificación de la con- quible [normativ ansprechbar] y éste pudo haber actuado
ducta del autor niega expresamente que el proceder del de otra manera, de modo que existía una culpabilidad (aun-
autor sea reprochado y declarado socialmente dañino2. que considerablemente disminuida); en caso contrario regi-
Así, quien sólo se puede salvar de un grave peligro contra ' ría de todos modos el art. 20 [incapacidad de culpabilidad
su integridad matando a un tercero, hace algo que no debe por alteraciones psíquicas] y no se necesitaría del art. 35. El
ocurrir según los parámetros del ordenamiento jurídico. En- motivo de la liberación penal no radica, pues, en la falta de
tonces, cuando a pesar de ello el art. 35 libera de pena al culpabilidad, sino en la carencia de una necesidad preven-
autor, esto no se basa en la falta de desaprobación del tiva de punición (comp. al respecto el texto que sigue). Por
hecho por el ordenamiento jurídico, sino en que su con- ello, el término "culpabilidad" del art. 35 [98->J debe enten-
ducta no es juzgada como necesitada de pena pese a la derse en el sentido de que comprende toda la responsabili-
desaprobación legal. dad jurídico-penal en el sentido más amplio de la palabra.
La diferencia objetiva expuesta también sostiene las con- Naturalmente, la teoría diferenciadora no ha podido nun-
secuencias jurídicas divergentes, las que se vinculan al ca acallar plenamente a los partidarios de la concepción
ordenamiento sistemático. Mientras que en el estado de de que todos los casos de estado de necesidad deberían
necesidad justificante no es permitida una legítima defen- ser vistos unitariamente como causas de justificación. To-
sa, la participación está amparada por una justificación y davía en la posguerra WELZEL4 había evaluado el actual
el error sobre presupuestos objetivos posibilita a lo sumo art. 35 (entonces art. 54) como causa de justificación: "En
una punición por culpa; contra la práctica de un estado de los casos, en los cuales entra en colisión la propia
necesidad meramente exculpante existe un derecho de le- existencia...con bienes jurídicos de igual o mayor jerarquía
gítima defensa, un error sobre los presupuestos objetivos que otros...de la cual aquélla sólo puede ser salvada a
del art. 35 deja vigente el dolo (infra Vil) y es punible la costa de estos, el acto de la autopreservación no está des-
participación en el hecho de estado de necesidad (infra VIII) 3 . aprobado". GIMBERNAT ha provisto posteriormente en
1974 5 una fundamentación dogmática para esta tesis:
Sin embargo, el uso idiomático de la ley es inexacto en puesto que también en el estado de necesidad del art. 35
la medida en que el art. 35 no excluye la culpabilidad en el
el autor sería todavía normativamente asequible [normativ
sentido estricto de la palabra, sino la responsabilidad pe-
ansprechbar] y, como consecuencia de ello, podría en prin-

' Luego no debe dejarse sin contestar la cuestión sobre la existencia del art. 34 argumentan-
4
do que. en todo caso el art. 35 intervendría. El BGH ha desconocido esto, NJW 1979. p. "Das deutsche Strafrecht", primera edición, 1947, p. 49 y s., segunda ed., 1949, p. 50 y
2053/54. s.; por sus resultados igualmente MA1HOFER, "Der Unrechtsvorwurf'. LH a Rittlcr,
1957. p. 162.
' Por cierto que es discutible el carácter diferenciado de las consecuencias jurídicas; comp.
' El estado de necesidad: un problema de antijuricidad, LH a Welzel, 1974, p. 485 y ss.
infra VIH.
EÜJ DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL ESTADO DE NECESIDAD EXCULPANTE SEGÚN ART. 35 C.P
EHH
cipio ser motivado por una conminación penal para que especial, una punición contra el infractor de la norma se-
omita la intervención en bienes jurídicos ajenos, el legisla- ría inapropiada desde el punto de vista de la Política cri-
dor podría renunciar a este medio solamente cuando no minal. Entonces, pese a la culpabilidad (disminuida) se
quisiera en absoluto motivar al autor de una manera distin- practica tolerancia y se excluye la responsabilidad penal.
ta. Pero esto significaría una justificación del hecho de es- Esto no significa una justificación, así como p. e. tampo-
tado de necesidad6: "El estado de necesidad es una cau- co están justificados la tentativa de lesiones simples (art.
sa de justificación porque aquí el Derecho penal no renun- 223) o los daños culposos por el hecho de que el legisla-
cia a la pena debido a que ella carezca de sentido para dor no los ha sometido a una pena.
luchar contra el hecho realizado bajo necesidad, sino por- La doctrina totalmente dominante también aprueba la
que no quiere en absoluto luchar contra tal conducta". decisión del legislador a favor de una causa de exclusión
Aun cuando se prescinda de la decisión positivo-jurídi- de la culpabilidad (en el más amplio sentido de la palabra).
ca del legislador alemán para la teoría diferenciadora, esto Por cierto que la ratio de la exculpación es discutible. La
no debe ser seguido. Sin embargo, es plenamente acerta- concepción antigua no atribuía de ningún modo la libera-
da la premisa de GIMBERNAT, de que el art. 35 no podría ción de pena a la falta de necesidad de punición preventi-
excluir completamente la culpabilidad, entendida en el sen- va, siguiendo la opinión aquí propugnada, sino a la reduc-
tido de una capacidad para conducirse conforme a la nor- ción de la capacidad para comportarse de conformidad con
ma. Pero este autor pasa por alto7 que la renuncia penal la norma. Se daría "una anormal afección de la libre deter-
en tal caso no tiene que basarse necesariamente en una minación de la voluntad causada por circunstancias exter-
justificación, sino también puede tener sus causas en el nas especiales", las cuales no permitirían que aparezca
hecho de que el legislador no considera indispensable la exigible "una conducta ajustada a la norma considerando
punición de la conducta desaprobada por él. Eso es lo que el instinto de conservación" (RGSt 66, 225); "una presión
aquí ocurre: puesto que, si bien en los casos del art. 35, espiritual extraordinaria" haría que la lesión a la norma sea
primer párrafo, primera oración, no es imposible un efecto disculpable (RGSt 66, 398). Incluso los materiales de tra-
motivador ni tampoco debido a las circunstancias extraor- bajo para un nuevo art. 35 invocan a la "sobrepresión que
dinarias debe esperarse que éste sea frecuente ante una influye en la motivación"8.
conminación penal, dado que, además, apenas existe una No obstante, este punto de vista no puede explicar por
necesidad preventivo-general para intimidar a otros debi- si solo la exención de pena. En primer lugar, no queda
do a lo raro de estas situaciones, y dado que los autores claro por qué la restricción de la libertad de decisión exclu-
de tales hechos tampoco necesitan un influjo preventivo- ye la pena en vez de rebajarla solamente, tal como ocurre

* Como en la nota 5. p. 496.


' KÜPER proporciona una detallada discusión crítica con GIMBERNAT, "Dcr * Informe de la Comisión especial para la reforma del Derecho penal. Bundestags-
entschuldigcnde Notstand.ein Rechtfcrtigungsgrund?". JZ 1983. p. 88 y ss. Dnicksacnc V/4095. p. 16.
WTÍM DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL ESTADO DE NECESIDAD EXCULPANTE SEGÚN ART. 35 C.P EH
en las causas de disminución de la culpabilidad. En se- suficiente para explicar el art. 35. Ciertamente puede acla-
gundo lugar, esta concepción no deja entrever por qué el rar los casos de falta de exculpación (art. 35, primer párra-
art. 35, primer párrafo, segunda oración, hace una serie fo, segunda oración) como una constelación de injusto ele-
de excepciones a la exención de pena, pese a que la pre- vado por otros motivos y por ello merecedores de pena,
sión espiritual que abruma al autor en estos casos es la mientras que el art. 35, segundo párrafo, desde esta pers-
misma9. En tercer lugar, desde este punto de vista sigue pectiva, encuentra su explicación en que en los casos de
siendo incomprensible por qué el art. 35, segundo párrafo error no se preserva ningún bien jurídico. Pero entonces es
exculpa el error solamente en caso de su inevitabilidad, incoherente que, según el art. 35, primer párrafo, primera
pues la presión psíquica es la misma, dando lo mismo que oración, también se exculpe el intento frustrado de rescate,
la situación de necesidad realmente haya existido o que el en el cual tampoco se produce el valor del resultado.
autor suponga su existencia bajo un error evitable o inevi- [99->]
table. También es apenas entendible psicológicamente por
qué existe la limitación a los bienes jurídicos "vida, cuerpo, Debe dudarse por completo de si la disminución de in-
libertad"; una puesta en peligro de la existencia económi- justo sea un punto de vista central para la exención de
ca puede generar la misma presión espiritual, sin que pue- pena según el art. 35. Pues la cantidad del injusto realiza-
da exculpar10. do no depende solamente de qué es lo que el autor pre-
serva, sino de cuan grande es el adicional de bienes jurídi-
Hoy en día predomina la concepción de que la libera- cos que lesiona13. Quien expone a la muerte a numerosas
ción de pena en el caso del art. 35 se basa en una doble personas para salvar su vida, es siempre punible, pese a
disminución de la culpabilidad11. La culpabilidad del autor que el injusto que queda después de descontar el "valor
se vería disminuida en primer lugar por la presión espiri- de resultado" y la culpa que le corresponde alcanzan un
tual y, en segundo lugar por el hecho de que el autor en quantum mucho mayor que el de un homicidio común y
estado de necesidad no lesionaría solamente un bien jurí- corriente. También la circunstancia de que la mera dismi-
dico, sino preservaría también otro. La doble disminución nución de injusto no es considerada para nada en el C. P.,
llevaría a la impunidad12. Pero tampoco esta doctrina es habla en contra de la suposición de que la liberación de
pena del art. 35 es deducida por el legislador en una mitad
a partir de la disminución de injusto: quien salva a una
* Comp. ya antes ROXIN, "Kriminalpolitik und Strafrechtssystem". 2'cd., 1973, p. 33 y
s.; el mismo autor. "'Schuld' und 'Verantwortlichkeit' ais strafrechtliche
Systemkatcgorien", LH aHenkcl, 1974. p. 182 y ss.
10
De acuerdo con todo esto sobre todo J AKOBS. "Strafrccht AT\ 1983, cap. 20. n. marg.
provoziertem Angriff", JuS 1969, p. 462; KÜPER, "Noch einmal: Rechtfertigender
1; TIMPE, "Strafmilderungen des AUgemeinen Tcils des StGB und das
Notstand. Pflichtcnkollision und Ubcrgesctzlichc Entschuldigung", JuS 1971. p. 477. En
Doppclverwcrtungsverbot", 1983, p. 277 y s.; el mismo autor. "Grundfiille zum
los manuales y comentarios: WELZEL, "Das Deutsche Strafrccht", 1969, 11', cd., p.
entschuldigcnden Notstand und zum NolwchrcxzeG". JuS 1984, p. 860.
178 y s.; Schonke/Schroeder/Lcnckncr, "StGB", 23". ed., 1988. com. previo art. 32. n.
" Al respecto detalladamente TIMPE. como en nota 10. "Strafmilderungen".... p. 284 y ss.
11 marg. 111; SK (4*. cd.)-RUDOLPHI (Nov. 1983). art. 35. n. marg. 2. 3; JESCHECK.
Armin KAUFMANN. "Die Dogmatik der Untcrlassungsdclikte". 1959. p. 156 y ss.;
"Lehrbuch, AT". 4'. ed., 1988, cap. 43,111,2, b.
RUDOLPH1, "Ist die Teilnahme an einer Notstandstat i. S. der §§ 52.53 Abs. 3 und 54
" Acertadamente, JAKOBS. "Strafrecht. AT", 1983. cap. 30. n. marg. 3.
StGB strafbar?", ZStW, tomo 78,1966, p. 81 y ss.; el mismo autor, "NotwehrexzcB nach
EEI DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL ESTADO DE NECESIDAD EXCULPANTE SEGÚN ART. 35 C.P
BPTEU
persona cercana a costa de otro, permanece plenamente de responsabilidad, puntualizando que ellos, en correspon-
punible, pese a que la disminición de injusto, si tuviera efec- dencia con el concepto funcional de culpabilidad de Jakobs,
tos de exculpación, haría esperar por lo menos una causa explican la regulación del art. 35 sólo a partir de la falta o
de atenuación de la culpabilidad'4. existencia de necesidades preventivo-generales, y reprue-
La fundamentación aquí propugnada de la exclusión de . ban la falta de una necesidad de influjo preventivo-espe-
responsabilidad, a partir de la teoría de los fines de la pena, cial como fundamento para la liberación de pena. TIMPE17
evita las fricciones de las otras teorías. Ella puede deducir opina que también quien necesita de resocialización dis-
sin problemas de la falta de una necesidad penal preven- frutaría de la exculpación cuando actúa con motivo del art.
tivo general o especial, la exclusión de pena según el art. 35, así como al revés es penado en los casos del art. 35,
35, primer párrafo, primera oración, mientras que los ca- primer párrafo, segunda oración, pese a la falta de una
ses restantes de punibilidad (art. 35, primer párrafo, se- necesidad de resocialización. Pero estos argumentos en-
gunda oración; art. 35, segundo párrafo; limitación a la vida, tienden mal la teoría de los fines de la pena: cuando al-
el cuerpo y la libertad) están condicionados por necesida- guien actúa en la situación del art. 35, su hecho no eviden-
des de prevención general: el deber del Estado de prote- cia ninguna necesidad de resocialización; así, una tenden-
ger bienes jurídicos no permite que las personas encarga- cia delictual existente, independiente de esto, por sí sola
das de conjurar peligros puedan evadir impunemente sus es tan poco capaz de legitimar una necesidad de punición
deberes (art. 35, primer párrafo, segunda oración); el man- como tampoco una peligrosidad de quien todavía no se ha
tenimiento del ordenamiento pacífico prohibe que también vuelto punible. Y ciertamente las excepciones al principio
puedan invocar así como así el art. 35 aquellas personas del art. 35, primer párrafo, primera oración, no pueden ex-
culpables por sí mismas de un peligro (art. 35, primer pá- plicarse como preventivo-especiales, sino como
rrafo, segunda oración) o que erróneamente supongan su preponderantemente preventivo-generales. No obstante,
existencia (art. 35, segundo párrafo). El que el peligro de esto se corresponde solamente con el principio general de
pérdidas económicas no pueda tener efecto liberador de los fines de la pena, en cuanto a que en caso de existir
pena se explica por el hecho de que en caso contrario la culpabilidad, eventualmente sólo necesidades de preven-
autoayuda podría desplazar al desarrollo jurídico ordena- ción general pueden hacer necesaria una punición. Pero
do y conducir a la sociedad al caos. nada de esto cambia el hecho que el autor del art. 35 ten-
ga que ser juzgado como una persona fiel al Derecho bajo
También JAKOBS15 y su discípulo TIMPE16 recurren a circunstancias normales, que no necesita influjos preven-
la teoría de los fines de la pena para explicar la exclusión tivo-especiales y que, por ello, puede quedar exenta de
pena en la medida en que esto sea tolerable por la pre-
vención general.
14
JAKOBS. "Strafrccht, AT". 1983. cap. 20, n. marg. 3.
11
"Strafrccht, A T \ 1983, cap. 20. n. marg. 4.
'* Igual que en la nota 10, "Slraímildcrungen". p 296 y s.; "Grandfallc", 1984, p. 862 y s. " Igual que en la nota 10. "Strafmilderungen", p. 296 y s.; "Grundfalle". 1984, p. 862.
EH DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL ESTADO DE NECESIDAD EXCULPANTE SEGÚN ART.35 C.P
E3
II.-EL PELIGRO ACTUAL, NO CONJURABLE DE OTRO nientes de personas son la mayoría. Los hay desde el ho-
MODO micidio de un tercero obligado por amenazas de asesinato
(RGSt 64, 30), pasando por la causación de una falsa de-
El legislador vincula la exclusión de responsabilidad a claración en juicio mediante una amenaza de muerte
un "peligro actual, no conjurable de otro modo". Este mis- (BGHSt 5, 371) o un grave maltrato (RGSt 66, 98) y la
mo presupuesto también lo tiene el estado de necesidad . falsa declaración por temor a la venganza de opositores
justificante del art. 34. Dado que no existen motivos para políticos (RGSt 66, 222) hasta la muerte del tirano de la
una interpretación diferenciadora, estos conceptos no pue- familia que continuamente infería graves maltratos a sus
den ser interpretados de la misma manera para ambos pre- parientes (RGSt 60, 318; BGH, NJW 1966, 1823; NStZ
ceptos. En especial tampoco se necesitará que el grado 1984,21). Pero también peligros para las cosas (RGSt 59,
del peligro amenazante, es decir la probabilidad de que se 69: la amenaza de derrumbe de una casa en estado de
produzca una lesión al cuerpo, la vida o la libertad, sea demolición) o las fuerzas naturales (RG, JW 1933, 700: la
mayor que en caso del art. 34. Cuando p. e. sólo se puede inundación; RGSt 72,246: explosión de grisú en una mina)
temer un resultado mortal con un 10 % de probabilidad, no podrían convertirse en motivo de hechos antijurídicos y ex-
hay sin embargo un peligro para la vida en el sentido del cluir la responsabilidad penal.
art. 35; el que alguien sea impune cuando mata a un terce-
ro para evitar este peligro, no es una cuestión del peligro Precisamente en el estado de necesidad excluyente de
para la vida, sino de la tolerabilidad según el art. 35, primer responsabilidad corresponde una importancia especial al
párrafo, segunda oración. Por el contrario, ya la presencia hecho de que la actualidad del peligro comprende perío-
de un "peligro** presupone que es de esperar una cierta dos de tiempo considerablemente mayores que la actuali-
intensidad de la afección al bien jurídico; una amenazante dad del ataque en el art. 32. Esto rige sobre todo para los
lesión corporal o privación de la libertad mínimas (sin im- así llamados peligros duraderos, en los cuales un estado
portar la probabilidad) no pueden de ninguna manera cons- de peligro amenazante [100->] se puede transformar en
tituir todavía un "peligro para la vida" o un "peligro para la cualquier momento en un daño, sin que pueda decirse exac-
libertad" en el sentido del art. 35, primer párrafo, primera tamente cuando ocurrirá esto. Tal peligro duradero puede
oración. Ambos puntos de vista no han sido hasta ahora ser un peligro amenazante que proviene de cosas como la
suficientemente separados ni por la jurisprudencia ni por casa en estado ruinoso, la cual puede derrumbarse en
la literatura. Es indiferente si el peligro proviene de perso- cualquier momento o incluso recién meses después (RGSt
nas, fuerzas naturales o cosas. El nuevo art. 35 no ha 59, 69); pero también constituye un peligro duradero el ti-
recepcionado la regulación del C. P. de 1871, el cual en el rano de la familia, quien de momento está tranquilo, pero
art. 52 oponía el estado de necesidad coercitivo prove- que en cualquier momento puede pasar a cometer nuevos
niente de personas a los demás casos de estado de nece- maltratos (RGSt 60, 318; BGH, NJW 1966, 1823; NStZ
sidad del art. 54, sino ha resumido todas las fuentes de 1984, 21), el coaccionante que amenaza al testigo con un
peligro en un precepto. En la práctica, los peligros prove- peligro para su vida y su cuerpo en caso de que declare de
na DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL ESTADO DE NECESIDAD EXCULFANTE SEGÚN ART. 35 C.P
nn
conformidad con la verdad, pero de quien no se sabe exac- do ininterrumpidamente; el llamado a la Policía contra el
tamente cuándo hará efectiva la amenaza (RGSt 66, 98; padre de familia abusivo frecuentemente ha demostrado
BGHSt 5, 371) y el intruso que invade y siempre regresa al ser inefectivo (RGSt 60, 318); y el abandono de una casa
domicilio ajeno, pero cuya aparición nocturna no puede a menudo no es deseable por motivos familiares (BGH,
ser determinada con seguridad (BGH, NJW 1979, 2053). NJW 1966, 1823; NStZ 1984, 21).
Igualmente, un peligro puede ser ya actual cuando, si bien
Es una cuestión de tolerabilidad* (y por lo tanto, algo que
su realización todavía se hace esperar, tiene que actuarse
juega un papel ya en el art. 35, primer párrafo, primera ora-
en el momento actual si no se quiere que sea demasiado
ción, y no recién en el art. 35, primer párrafo, segunda ora-
tarde para una defensa; este grupo de casos se superpo-
ción), la medida en que debe intentarse vías de escape para
ne frecuentemente con aquellos del peligro duradero.
peligros que sólo pueden ser eliminados con cierta posibili-
Una exclusión de responsabilidad no entra en conside- dad o parcialmente. El que es coaccionado por un poder
ración cuando el peligro era evitable de otra manera18. Esto extraño, con los medios del art. 35, a privar de la libertad a
ocurre primeramente cuando existía una posibilidad de eli- otro, no es exculpado si no intenta, por lo menos, posibilitar
minar el peligro de una manera conforme a la ley. Quien, una fuga de la víctima dando la simple apariencia de obe-
mediante una queja o apelando ante el encargado del ser- decer (BGH, NJW 1952,111). Sigue siendo punible el que
vicio, puede escapar a un peligro no permitido para su in- ejecuta ciegamente órdenes de asesinato del régimen nazi,
tegridad corporal en el Ejército, no puede invocar el art. 35 si no evalúa la posibilidad de evadir estas órdenes. "Mien-
cuando, en vez de ello, comete una deserción (BayOLG, tras más grave... es el hecho punible que se quiere obtener
GA 1973, 208). Si alguien puede, solicitando protección mediante la coacción, más cuidadosa deberá ser la evalua-
judicial, escapar a las amenazas de aquél que lo quiere ción" (BGHSt 18, 312). Por otro lado, el BGH no ve ninguna
obligar a declarar falsamente, su responsabilidad no se posibilidad alternativa de evitación para la esposa del alco-
encuentra excluida por el art. 35 cuando declara falsamente hólico tirano de la familia en él divorcio o el internamiento en
de todas maneras (RGSt 66, 98; BGHSt 5, 371). Tampoco un sanatorio, pues no es exigible a ella "soportar el trata-
cae dentro del art. 35 el homicidio del tirano de la familia, miento inhumano del marido hasta que estas medidas ten-
cuando los maltratos que se esperan hubieran podido ser gan éxito" (BGH, NJW 1966, 1823, 1825).
evitados abandonando la casa o solicitando ayuda policial
(OGHSt 1, 369). Por cierto que no deben ser admitidas La jurisprudencia también considera como posibilidad al-
alegremente las posibilidades alternativas de evitación. Así, ternativa de evitación a la tolerancia de perjuicios jurídicos.
raramente es posible una protección efectiva fuera del Tri- Así, un testigo amenazado con un peligro para su vida o su
bunal del testigo amenazado, porque no puede ser vigila- cuerpo en caso de declarar la verdad, debe poder negarse

" Detalladamente al respecto. LENCKNER. "Das Merkmal der "Nicht-anders- * N. d. T: también puede traducirse el término alemán "Zumutbarkeit" como "tolerancia
Abwcndbarkeif dcr Gefahr in den §§ 34.35 StGB", LM a Lackner. 1987. p. 95 y ss. exigible".
EH3 DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL ESTADO DE NECESIDAD EXCUIMNTE SEGÚN ART. 35 C.P

al testimonio o al juramento en vez de declarar falsamente, "goza de un rango igualmente elevado que el cuerpo o la
aun cuando se exponga con ello a las sanciones del art. 70 vida"19. Por el contrario, se ha rechazado expresamente
(RGSt 66, 222, 227). Quien recibe en el Ejército la orden una extensión a otros bienes jurídicos como honor y pro-
antijurídica de portar un uniforme que le causa irritación a la piedad; esta extensión "tendría como consecuencia que la
piel y una insoportable picazón, debe soportar una sanción no exigibilidad de la conducta conforme a la norma...sería
por desobediencia a una orden, en vez de recurrir a la de- reconocida en amplios ámbitos como causa de exclusión
serción invocando el art. 35 (BayOLG, GA 1973,208). Pero de la culpabilidad, lo cual sería apropiado para cuestionar
esto no debería ser exigible. Pues si el art. 35 quiere extraer la seriedad de la conminación penal". Esto confirma la teo-
al autor de la discriminación mediante un juicio penal de ría de los fines de la pena empleada con fines explicativos:
culpabilidad, también debería ahorrársele el reproche de ser son fundamentos de prevención general los que han moti-
un omiso culpable a declarar, prestar juramento o cumplir vado al legislador a prescindir de una liberación de pena en
órdenes; y si no debiera tener ninguna sanción penal, tam- caso de acciones de protección de otros bienes jurídicos.
poco debería exponérsele a sanciones del Derecho discipli-
nario y reglamentario que no son de ninguna manera leves. De esto se deriva además que debe excluirse por lo
En caso contrario, el Estado estaría en quitando gran parte menos en los delitos dolosos un empleo analógico del art.
con una mano la facilidad que da con la otra. 35 para otros bienes jurídicos "cercanos a la personali-
dad"20; la extensión del art. 35 al [101->] peligro para obje-
Naturalmente, quien sólo puede evitar el peligro intervi- tos irremplazables (p. e. manuscritos de un intelectual)21
niendo en los derechos de terceros debe escoger el me- no tiene ningún asidero legal. Todo esto también sería pro-
nos lesivo entre los diferentes medios. Quien se salva a sí blemático por política jurídica: quien permite la muerte en
mismo de un peligro para su vida mediante la muerte de las llamas de un sirviente para salvar sus animales de crian-
un tercero, sigue siendo punible cuando hubiera sido sufi- za 22 , o quien arriesga un grave envenenamiento de su
ciente la simple lesión del otro. El causante de un acciden- esposa para preservar apuntes de Hegel sobre Filosofía
te que es amenazado con un peligro para su cuerpo, pue- del Derecho23, no debe quedar libre de pena, si no se quiere
de salir del ámbito del peligro invocando el art. 35, pero no relativizar la protecciói \ de la vida humana de manera con-
más de lo necesario. Si desaparece hasta no más ver, será tradictoria con la representación valoraliva de la ley. Del
punible según el art. 142 (BayOLG, DAR 1956, 15). mismo modo se comete fraude de ley con el art. 35 cuan-
do se admite una disculpa supraiegal para liberar de pena
III.- BIENES JURÍDICOS SUSCEPTIBLES DEL ESTADO DE
NECESIDAD
19
Sobreestoy lo que sigue: Bundcstngs-Drucksache I V/650,p. 161.
Sólo son susceptibles la vida, el cuerpo y la libertad. La 10
Pero de esta manera STR ATENWERTH. "Strafrccht. AT". 3ra. cd.. 1981. n. marg. 606.
"libertad", al principio no privilegiada por el Derecho, ha 11
La doctrina dominante sigue una concepción igual a la aquí expuesta.
Pero en este sentido T1MPE, igual que nota 10,"Grundfálle", 1984, p. 863 y s.
sido añadida en 1975 en la parte general siguiendo el " JAKOBS. "Strafrccht. AT". 1983. cap. 20, n. marg. 9..
modelo del Proyecto de 1962, porque este bien jurídico 11
TIMPE, como en nota 10, "Grundrálle". 1984. p. 863.
ESTADO DE NECESIDAD EXCULPANTE SEGÚN ART. 35 C.P BSTWjj
JESM DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL

a los hechos punibles cometidos para evitar dificultades la jurisprudencia son mínimos, sobre todo, los maltratos que
económicas 2 4 . Ciertamente, de lege ferenda debería ser no causan "un daño a la integridad corporal, aun cuando
posible una reducción de pena en tales casos 2 5 . sea pasajero" (así al principio RGSt 29, 78 en un caso del
art. 255). No es suficiente, entonces, la amenaza de sim-
En el bien jurídico vida es discutible si también la vida
ples golpes. Esto se fundamenta con el uso idiómatico, el
en desarrollo puede ser privilegiada por el art. 35. En con-
cual no permite en tales casos hablar de un "peligro para el
tra de la doctrina preponderante 2 6 , esto debe ser nega-
cuerpo y la vida" (RGSt 29, 78) o de un "estado de necesi-
d o 2 7 . Dado que los bienes jurídicos "cuerpo" y "libertad"
dad" (RGSt 66, 399). El BGH ha ratificado esta jurispruden-
solamente pueden referirse a personas, al igual que en las
cia (DAR 1981, 226). Por el contrario, se tendrá que afirmar
demás referencias legales conjuntas de vida y cuerpo, tam-
un peligro para el cuerpo en caso de la amenaza de pérdida
bién con el art. 35 sólo se quiere decir la vida real y exis-
de un dedo o en caso de una inminente fractura de un bra-
tente, a falta de puntos de referencia en contra, sobre todo
zo. El que esto pueda disculpar la muerte de otra persona
porque la protección legal todavía relativamente débil de
es una cuestión de tolerabilidad (art. 35, primer párrafo, se-
la vida en desarrollo habla en contra de una equiparación.
gunda oración). Los ataques a la libertad sexual no funda-
Además, un embrión no puede ser un "pariente" o una "per-
mentan así como así un peligro para el cuerpo 2 9 , sino sólo
sona cercana" en el sentido del art. 35. Tampoco existe
en el caso de que amenacen traer consigo lesiones corpo-
una necesidad político-criminal para tal extensión del art.
rales por encima del umbral de los simples maltratos; pero
35, pues en caso de ataques humanos al embrión intervie-
estos ataques pueden ser vistos como peligro para la liber-
ne la ayuda necesaria [Nothilfe] (art. 32), y en caso de cual-
tad en el sentido del art. 35 (comp. infra en la nota 35).
quier otro peligro al que puede exponerse a la embaraza-
da, ella misma puede invocar el art. 35, tal como lo puede No constituyen ningún peligro para el cuerpo en el sen-
hacer en favor de ella una persona cercana. tido del art. 35 los "peligros de cualquiera" 3 0 , a los cuales
está expuesta de la misma manera toda la población (o la
No hay discusión respecto a que no existe ningún peli-
mayoría de ella). Esto es válido para situaciones de
gro para el cuerpo que fundamente un estado de necesi-
hambruna en tiempos de guerra y posguerra al igual que
dad, cuando la afección amenazante es mínima 2 8 . Según
para situaciones insoportables para la salud que resultan
de la carencia de espacios habitables y de calefacción.
u
Por el contrario puede invocarse nuevamente el art. 35
Sin embargo, así decidió OLG Hamm. NJW 1976.721.
11
STREE. en: Roxin/Stree/Zipf/Jung. "Einführung in das ncue Strafrecht", 2*. ed. 1975, p.
57; JAKOBS. "Strafrecht. AT". 1983, cap. 20, n. marg. 9 considera que estas atenuacio-
nes ya son posibles de lege lata.
14
Schónke/Schodcr/LENCKNER, "SlGB", 23 ed., 1988, art. 35. n. marg. 5; SK (4* cd.)- sin embargo, tales casos con ayuda de la cláusula de tolerabilidad del art. 35, primer
RUDOLPH! (Nov. 1983). art. 35. n. marg. 5; JAKOBS. "Strafrecht. AT", 1983, cap. 20. párrafo, segunda oración.
w
n. marg. 8. Pero en este sentido JESCHECK, •'Lehrbuch" (4* ed.), 1988, cap. 44, I, 1; JAKOBS.
" Convincentemente. LK(10ed.)-HIRSCH. art. 35, n. marg. 12. "Strafrecht. AT". 1983. cap. 20. n. marg. 8; Schónkc/Schroder/LENCKNER, "StGB".
n
H1RSCH. LK (10* ed.), art. 35. n. marg. 16. pretende afirmar siempre un peligro para la 23" ed., 1988, art. 35, n. marg. 6.
40
integridad corporal cuando la lesión amenazante cae dentro del art. 223, neutralizando, Von WEBER. "Vom Diebstahl in rechter Hungersnol". MDR 1947, p. 78.
DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL
WSM ESTADO DE NECESIDAD EXCULPANTE SEGÚN ART. 36 C.P WfXñ

cuando las molestias, en el caso individual, superan am- to penal fundamentan una situación de estado de necesi-
pliamente la medida general y son inminentes daños irre- dad (BGH, ROW 1958,33).
parables inmediatos. Esto también lo ha reconocido la ju-
risprudencia: "Cuando los preceptos económicos no pue- El bien jurídico susceptible de estado de necesidad, la
den detener el hambre en el caso concreto, no se puede "libertad", admitido como novedad en 1975 en la parte ge-
punir a los consumidores que en un auténtico estado de neral designa en primera línea a la libertad espacial de
necesidad tratan de preservar su vida infringiendo las dis- movimiento en el sentido del art. 239. Además se tendrá
posiciones de la Economía"31. Así también se fundamenta que admitir la libertad de autoderminación sexual en el sen-
un estado de necesidad cuando hay carencia de espacios tido de los arts. 177,17835. Esto tiene importancia autóno-
habitables en el "caso no precisamente frecuente...de que ma cuando su amenaza ya no fundamenta un peligro para
la situación existente signifique casi un peligro inmediato el cuerpo. La inclusión de estos casos se justifica por el
para el cuerpo o la vida de los habitantes"32. hecho de que ellos, según la naturaleza y gravedad del
peligro amenazante se ubican todavía más cerca del peli-
Estos principios rigen, tal como lo muestra el párrafo gro para la vida y el cuerpo que la privación de libertad
anterior, también frente a disposiciones de la autoridad. común. Por el contrario, no podrá verse a la libertad gene-
No constituyen ningún estado de necesidad las situacio- ral de realización de la voluntad [Willensbetátigungsfreiheit]
nes insoportables para la salud que resultan, en la medida como bien jurídico pasible del estado de necesidad. En-
admitida legalmente, de la regulación económica de víve- tonces, quien interviene en los bienes jurídicos de un ex-
res y espacios habitables, pero también de privaciones de traño para defenderse de una coacción no está disculpa-
la libertad por las autoridades (arrestos, prisión)33. Pero si do por el art. 35. Con más razón rige esto para afecciones
los efectos van más allá, puede muy bien darse un estado del libre desarrollo de la personalidad, las cuales ni siquie-
de necesidad34. Así, ya el RGSt 41, 214 había considera- ra tienen carácter de coacción. Quien ya no sale de su
do posible una exculpación en un caso en el que una ma- departamento por las noches por temor al regreso de un
dre había raptado a su hijo del lugar de custodia legal por- intruso voyeurista [102->] no está disculpado del art. 35
que era de temer que éste podría perecer o sufrir daños (en contra del BGH NJW 1979, 2053 y s.), en caso de que
graves allí. Igualmente, los maltratos en un establecimien- deje fuera de combate al visitante inopinado mediante un
disparo preventivo por considerarlo un "peligro duradero"36.
En otro caso, el círculo de los bienes jurídicos privilegia-
dos por el art. 35 se extendería ilimitadamente en contra
" OLG Kicl. SJZ 1947.674 y s., con comentarios de von WEBER. quien correctamente de la clara intención del legislador, pues la mayoría de los
traza la frontero allí "donde el peligro duradero dado con la desnutrición puede convertir-
se en un peligro actual para el cuerpo o la vida".
» OLG Ncustadt. NJW 1951.852.
" Comp OLG Kicl, SJZ 1947,647 para la regulación económica de víveres, OLG Neustadt,
NJW 1951.852. para la regulación económica del espacio habitable. RGSt 54.338 (341) " Acertadamente. HlRSCH,LK(10*cd). art. 35, n.marg. 15.
M
para la privación de la libertad. Acerca de la posibilidad de un estado de necesidad justificante en el coso concreto, con
M
Ver las sentencias mencionadas en el párrafo anterior. mas detalles. ROX1N.LH a Jescheck. 1985. p. 457 y ss. (481 y ss).
EEH DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL ESTADO DE NECESIDAD EXCULPANTE SEGÚN ART. 35 C.P
ESI
ataques a bienes jurídicos individuales afecta de alguna 1962 por el hecho de que "la situación de presión psicoló-
manera la libertad de acción de la víctima 37 . gica" que proporcionaría "el fundamento interno para la
exculpación" surgiría "mayormente" sólo en vista a las per-
Correspondientemente con lo expuesto acerca del peli-
sonas enumeradas en la ley. Pero ésta es una fundamen-
gro para el cuerpo, las privaciones de libertad mínimas, es
taron inexacta. Y es que es indiscutible que en los parien-
decir los encierros por poco tiempo y no peligrosos, no son 1
tes no importa si estos efectivamente están cercanos al
abarcados por el art. 35. Según esto, quien durante la visi-
autor, mientras que, por otro lado, el peligro que amenaza a
ta a un castillo es encerrado de broma en la cámara del
una persona amada no cercana al autor (p. e. la mujer que
duque, no es exculpado cuando consigue salir destrozan-
se ama en secreto) puede producir una mayor presión psi-
do la valiosa puerta; más bien tiene que esperar a que el
cológica, sin exculpar el hecho cometido bajo estado de ne-
guardián del castillo lo libere en la siguiente visita guiada.
cesidad. En realidad, la regulación legal se explica por que
Tampoco fundamenta un estado de necesidad una priva-
sólo en el círculo de personas enumerado el hecho realiza-
ción de libertad efectuada jurídicamente por la autoridad
do bajo estado de necesidad desaprobado por sí mismo,
(detención, reclusión, ejecución de una pena privativa de
encuentra tanta comprensión en la colectividad que se pue-
libertad, etc.); es distinto el caso de medidas estatales ar-
de sustentar desde el punto de vista preventivo-general la
bitrarias y violentas contrarias a un estado de Derecho.
tolerancia del legislador. Luego, la teoría de los fines de la
pena, empleada para fundamentar la regulación del estado
IV.- EL CÍRCULO PRIVILEGIADO DE PERSONAS de necesidad, también convalida su validez en este caso.
El autor solamente es liberado de pena cuando el peli- El carácter de "pariente" resulta del art. 11, primer pá-
gro le amenaza a él mismo, a un pariente o a alguna otra rrafo, número 1. Como "persona cercana" se considera,
persona cercana a él. Las "personas cercanas", que no debido a la vinculación legal con el concepto de pariente,
habían sido contempladas en el Derecho anterior, han lle- sólo a aquellas personas con las cuales el autor tiene una
gado a la parte general de 1975 a través del Proyecto de relación perdurable, parecida a la de los parientes. Esta
1962. La expresión acoplada a los "parientes" de "otra per- relación se da sobre todo en las comunidades de vida pa-
sona cercana a él" ilustraría "que con esto se comprende a recidas al matrimonio, pero también debe reconocérsela
personas que p. e. viven en una comunidad hogareña con en otras personas que son admitidas con carácter durade-
el autor bajo estado de necesidad o que están vinculadas ro en la propia casa. Si falta una comunidad habitacional,
a él de manera similar que lo están los parientes" 38 . La se podrá afirmar una "relación cercana" en caso de rela-
restricción del privilegio de la legítima defensa a un estre- ciones sexuales permanentes o de estrecho contacto per-
cho círculo de personas es explicada en el Proyecto de sonal con parientes fuera del círculo mencionado en el art.
11, primer párrafo, número 1 (p. e. tíos, tías, sobrinos, so-
brinas). También una relación de padrinazgo puede fun-
17
HlRSCH.LK(10'cd.).art.35.n.marg. !4.
damentar una relación cercana cuando la actividad del pa-
'" Sobrucsu>yloquesigue:Bundestags-DrucksacheIV/650. p. 161. drino se asemeja a los cuidados de un pariente, más allá
WXM DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL ESTADO DE NECESIDAD EXCULPANTE SEGÚN ART. 35 C.P Eü
de las atenciones convencionales. Por el contrario, cama- que p. e. en el estado de necesidad justificante pueden
radas deportivos o de partidos políticos, vecinos, colegas evidenciar una limitación al conocimiento de la situación
de trabajo, etc., con quienes se acostumbra un trato social justificante objetiva, así como una renuncia a la fuerza
de simpatía, no son personas cercanas. Pues tales con- motivadora de la voluntad de rescate. Y es que aquí el
tactos se limitan a determinados ámbitos de vida y no pue- autor -a diferencia de una situación de justificación- ha
den ser situados al mismo nivel que la relación de paren- hecho algo de todas maneras objetivamente reprobable;
tesco. De allí que tampoco sean personas cercanas al pro- al responder la pregunta de si éste puede a pesar de todo
fesor sus alumnos. La relación también debe ser mutua; la ser liberado de pena, sus motivos (como p. e. también en
diva del cine que es amada por un joven más que cual- la medición de la pena) muy bien pueden ser considera-
quier otra persona, pero que no sabe nada sobre esto o dos. Quien comete acciones amenazadas con pena, no
por lo menos no corresponde a este amor, no es una per- para evitar el peligro, sino por impulso criminal, precisa una
sona cercana a él. Por otro lado, cuando deba afirmarse sanción, tanto por motivos de prevención especial como
una "relación cercana" (p. e. en la relación con la "compa- general. Entonces, la ratio de la regulación del estado de
ñera para toda la vida"), entonces no importa, al igual que necesidad exige el motivo de rescate como presupuesto
tampoco en el caso de parientes, que en el caso concreto de la exculpación.
el peligro para la persona cercana haya colocado o no al
autor en una situación especial de coerción psíquica. Por el contrario, JAKOBS40, "en contra del tenor" de la
ley y en contra de toda la opinión dominante, pretende
V.- EL ACTUAR PARA EVITAR EL PELIGRO "exigir...para la exculpación solamente el conocimiento de
la necesidad y del efecto de evitación, pero no el actuar
El texto legal exige que el autor haya actuado "para evitar para la evitación". En caso contrario, la imputación del he-
el peligro...". Tiene que haber sido motivado, entonces, por cho dependería "de algo interior no expresado exteriormen-
una voluntad de rescate, de manera que todavía no exculpa te"; esto contradiiría el principio de Derecho penal del he-
el simple conocimiento del peligro existente. Quien como cho. Sin embargo, un autor que [103->] ejecuta órdenes
convencido miembro del partido p. e. ha ejecutado accio- con ánimo de disposición y celo, no es penado por su ac-
nes delictuosas por órdenes del régimen nacional-socia- titud interna, sino por sus hechos. A él solamente se le
lista no es impune por el hecho de que hubiera tenido que deniega la tolerancia que se le hubiera dado si hubiera
contar con un peligro para su cuerpo o su vida en caso de actuado temiendo por él mismo o por sus prójimos, en vez
negarse a hacerlo39. En la exclusión de responsabilidad de haberlo hecho por motivos criminales. Pero el que una
se plantean, de manera diferente los problemas que pue- motivación comprensible pueda liberar es un fenómeno
den surgir en los elementos subjetivos de la justificación y usual. Tampoco sucede que de esta manera, como opina

OGHSl I. 313; BGHSt 3.276. "Strafrecht, AT". 1983. cap 20. n. marg. 11.
ESTADO DE NECESIDAD EXCULPANTE SEGÚN ART. 35 C.P KEEB
121 DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL

JAKOBS, "a través del análisis de la motivación se despla- ventivo-generales. Estas tienen la mayor fuerza en las "re-
ce la carga de la prueba en contra del autor"; pues siempre laciones jurídicas especiales" a las cuales p. e. están so-
se tendrá que ir a su favor cuando exista aunque sea la metidos los policías o bomberos. La protección de bienes
posibilidad de que haya actuado para evitar el resultado. jurídicos sufriría un daño inmediato si tales portadores de
un oficio [Berufstráger] pudieran impunemente evadir sus
Por cierto que no se precisa que el motivo de rescate
deberes amparándose en el miedo a los peligros; por ello
tenga su origen en impulsos nobles, así como que tampo-
aquí tampoco se prevé ninguna posibilidad de atenuación.
co constituya el objetivo final del autor. Es igualmente im-
Por el contrario, en la causación por uno mismo, la dene-
pune quien salva a su pariente bajo los presupuestos del
gación de la liberación de pena es una concesión a la con-
art. 35, no por cariño, sino sólo porque no quiere aparen-
ciencia jurídica de la generalidad; ésta no comprendería
tar ser un cobarde o porque espera que el rescatado lo
que alguien pueda salir librado impunemente cuando in-
nombre su heredero 41 .
terviene fuertemente en bienes jurídicos de terceros para
escapar a peligros creados por su propia culpa (que no
[SEGUNDA PARTE]
están, por ello, cubiertos por el art. 34). Sin embargo, puesto
[137->] que urge menos prevenir las posibles conmociones de la
conciencia jurídica que impedir el daño manifiesto que sur-
VI.- LA DENEGACIÓN DE EXCLUIR LA RESPONSABILI- giría de la denegación a los portadores de oficios
DAD SEGÚN EL ART. 35, PRIMER PÁRRAFO, 2 [Berufstráger] destinados a conjurar peligros, por lo menos
1.- ACERCA DE LA RATIO DE LA EXCEPCIÓN CONTRARIA se ha admitido aquí una atenuación facultativa de pena.
Ésta rige también para los casos comprendidos por ambos
El art. 35, primer párrafo, segunda oración deniega la grupos de ejemplos que igualmente encuentran su explica-
exclusión de responsabilidad cuando se imputa al autor ción en la consideración de la conciencia jurídica general.
que deba tolerar el peligro. La posibilidad de denegación
tiene la forma de una cláusula general ilustrada mediante Por el contrario, en los casos del art. 35, primer párrafo,
dos ejemplos: la causación por uno mismo de un peligro y segunda oración, fracasa completamente la explicación del
los deberes "en una relación jurídica especial". Las excep- estado de necesidad como una restricción de la libre de-
ciones provienen de tomar en cuenta a la colectividad y terminación de la voluntad (comp. ya supra I). Si bien en la
todas son, en tal medida, por igual de carácter preventivo- fundamentación de la Comisión especial42 se dice "que
general. Pero ellas se diferencian entre sí en la tendencia también aquí la sobrepresión que influye en las motivacio-
y en el grado de las reservas que existen por razones pre- nes puede ser casi tan grande como en los casos de esta-
do de necesidad auténticos" y que por ello se prevería una

41
Comp. sobro estos casos p. e. B AUM ANN/WEBIiR. "Strafrecht. AT". 9' cd.. 1985. cap.
29, II. 2, a; SCHMIDHÁUSER, 'Studicnbuch". 2'al.. 1984. cap. 8. n. marg. 20. Sobre esto y lo que sigue: Bundcstagsdrucksache V/4095, p. 16.
ESTADO DE NECESIDAD EXCULPANTE SEGÚN ART. 35 C.P B%TÜ
IEI DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL

posibilidad de atenuar la pena; no obstante, falta cualquier art. 35 a travos de una confluencia de atenuación de la
fundamentación sobre por qué, en el peligro causado por culpabilidad y del injusto (comp. supra I), interpreta el art.
uno mismo, la presión psíquica que abruma al autor deba 35, primer párrafo, segunda oración, en el sentido que "el
ser menor; si se tratara de ella, aquí tendría que otorgarse injusto atenuado por sí mismo...vuelve a ser desbalanceado
liberación de pena. Y cuando la exclusión en las "relacio- por el injusto que subyace en la lesión de un deber espe-
nes jurídicas especiales" atribuye la exclusión de cualquier cial de portar un peligro", de manera que entonces sólo se
posibilidad de atenuación -laceriadamente!- al "deber de presenta "la situación especial de presión psíquica" que
protección frente a la generalidad" que corresponde a los no alcanza por sí sola para la exculpación 4 5 . Prescindien-
autores, se muestra muy claramente la consideración de do de las dudas en contra de la importancia de la disminu-
la protección de bienes jurídicos como motivo portador de ción del injusto (comp. supra I), sin embargo, a través de la
la regulación; esto no cambia en nada por la indicación de construcción por sí misma correcta de un especial "deber
que podría tomarse en cuenta el incremento de la presión de portar el peligro" no debe ocultarse su fundamento, el
de motivación "en el marco de la medición de la pena". cual recién proporciona la verdadera explicación: única-
mente son las ya nombradas consideraciones preventivo-
Tampoco se puede, a través de la actio libera in causa generales, las que han llevado a imponer al autor un de-
(a.l.i.c.) armonizar la punibilidad en los casos de peligros ber especial de portar peligros en casos determinados.
causado por uno mismo con el principio tradicional de la
imputación de culpabilidad43. Pues, en primer lugar, no 2.- LA RELACIÓN JURÍDICA ESPECIAL
está excluida la asequibilidad normativa del autor bajo El autor bajo estado de necesidad permanece plena-
estado de necesidad -a diferencia de los casos de la mente punible cuando "tenía que soportar el peligro en vista
a.l.i.c- en la comisión del hecho, de manera que ya por a una relación jurídica especial". Sin embargo, esto no ha
este motivo es imposible recurrir al hecho previo del au- sido explicado con más detalle en el art. 35, primer párra-
tor; y en segundo lugar, si fueran aplicables los principios fo, segunda oración 4 6 . Como ejemplos, la Comisión espe-
de la a.l.i.c, en la causación imprudente del peligro que cial 47 menciona a "soldados, funcionarios vigilantes de la
aquí está plenamente en primer piano, tampoco debería frontera federal y bomberos, especialmente"; el proyecto
estar permitida ni siquiera una punición por imprudencia
al [138->] autor bajo estado de necesidad. Pero esto
contradiría claramente la ley44. 4%
SK (4 ed.)-RUDOLPHl (Nov. 1983). art. 35. n. marg. 11; igualmente. LK (10* ed.)-
La difundida teoría que explica la liberación de pena del HIRSCH, art. 35. n. marg. 47; en favor de las "relaciones jurídicas especiales" también
Schonke/Schríklcr/LENCKNER. "StGB". 23"ed.. 1988. art. 35. n. marg. 19.
4
* Acerca de la falta de concreción de esta variante del art. 35. primer párrafo, segunda
oración, ver BERNSMANN, "Zum líandcln von Hoheitstragem aus der Sicht des
41
No obsiante. en este sencido. SchOnkc/SchrOder/LENCKNER. "StGB". 23" ed.. 1988, 'cntschukligcndcn Notstandes'". LH a Blau, 1985, p. 23 y ss. (p. 38 y ss.). Él opina: "En
realidad debería ser imposible proporcionar una demarcación siquiera medianamente clara
art. 35, n. marg. 20. del concepto 'relación jurídica especial' (veridem, p. 141).
M
Una crítica similar en LH (lo* ed.)-HIRSCH,art. 35. n. marg. 47; SK (4'ed.)-RUDOLPHl 47
Bundcstags-ürucksachc V/4095. p. 16.
(Nov. 1983). art. 35. n. marg. II.
Ea DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL ESTADO DE NECESIDAD EXCULPANTE SEGÚN ART. 35 C.P
EES
de 1962 había mencionado también a marineros, funcio- determinada recién a través de la dependencia jurídica.
narios policiales y guías montañistas48. En algunos casos, Luego, cuando prevarica por miedo ante la amenazas de
tales deberes de portar el peligro están fijados incluso le- una de las partes, está sometido al marco penal no ate-
galmente (arts. 6, 29 segundo párrafo y ss. de la Ley penal nuado del art. 336. También p. e. el salvavidas de la pisci-
militar; arts. 106, 109 Ley de marinos); según estas, inclu- na tiene una relación jurídica especial, pues aún cuando
so los que prestan servicio civil [sustitutorio] se encuentran los usuarios tengan que pagar entrada para entrar dentro
en una relación jurídica especial (art. 25, tercer párrafo de de su vigilancia, él está obligado frente al anónimo "cual-
la ley del servicio civil). Aquí también están los quiera" sin tener que ver a la persona. Por el contrario, no
"pronosticadores del tiempo" en la montaña (RGSt 72,246). pertenece aquí el guía montañista (¡a diferencia del vigi-
Es discutible si se tiene que tratar de obligaciones especia- lante de las montañas!) mencionado en el proyecto de
les frente la generalidad49 o si también son simplemente 1962, cuando labora para turistas individuales debido a un
suficientes personas individuales frente a deberes de pro- contrato individual. Si bien rigen para él también deberes
tección existentes (relación padres-hijo, niñeras, guías pri- especiales de protección, al igual que para otras personas
vados de montañas). La concepción más estrecha merece tutoras o los miembros de una comunidad de peligros (ex-
aprobación. Pues la Comisión especial ha fundamentado la pediciones, tripulación en botes; pero ellos se enmarcan
denegación de cualquier atenuación de pena precisamente dentro de la cláusula general del art. 35, primer párrafo,
en que "las personas pertinentes (han asumido) un deber segunda oración (comp. infra VI, 4) y por ello pueden reci-
especial de protección frente a la generalidad"50. bir una atenuación de la pena.
Con ello no se exige que los deberes de protección ten- Es reconocido que el elevado deber de portar peligros
gan que basarse en el Derecho público; también el médico sólo rige para peligros específicos de la profesión51. Enton-
o el personal del hospital tienen un deber de protección ces, Un médico víctima de un naufragio no tiene p. e. que
frente a la colectividad y no deben evadir el servicio a la dar preferencia a otros pasajeros durante el rescate52. Así,
salud del pueblo indicando que existen peligros de conta- según la jurisprudencia del BGH (NJW 1964, 731), si bien
gio. Además no se opone a una relación jurídica especial un funcionario policial de ejecución penal tiene que, "según
el que, en el caso concreto, ella sea transmitida recién las circunstancias, arriesgar su vida cuando toma parte en
mediante un acto jurídico especial. Así, el Juez tiene, fren- la detención de un delincuente armado o en la sofocación
te a la generalidad, un deber más elevado de portar peli- de un motín", puede invocar el art. 35 cuando es coacciona-
gros, aún cuando éste entre en contacto con una cosa do por un poder estatal criminal (¡el régimen nazil) para que
cometa delitos y que, en caso de negarse a hacerlo, podía
** Bundcstags-Drucksuchc IV/650, p. 161.
4V
A favor de ello. SK(4' ed.)-RUD0LPHl (Nov. 1983). art. 35. n. marg. !2; Schonke/ 51
Comp.. por mencionar solo algunos. SK(4' ed.)-RUDOLPHI (Nov. 1983), art. 35. n.
Schroder/LENCKNER. "StGB". 23* cd.. 1988. art. 35. n. marg. 22. En contra. LKllO*
marg. 13; LK( 10* cd.)-HIRSCH, art. 35. n. marg. 55; Schónke/Schroder/LENCKNER.
cd.)-HIRSCH, art. 35. n. marg. 53; BERNSMANN, igual que en la nota 46. p. 40.
art. 35, n. marg. 23.
* Bundcstags-Drucksachc V/4095, p. 16. 51
TIMPE. igual que no(a 10. "Grundfallc". 1985. p. 35.
ESTADO DE NECESIDAD EXCULPANTE SEGÚN ART. 36 C.P Bj§|
Bffl DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL

correr el "grave peligro" de "sufrir él mismo la muerte". Por de deberes de protección frente a la colectividad, esta cons-
cierto que, en caso de peligros específicos de la profesión, telación también entra dentro del ámbito de la cláusula
tampoco podrá exigirse que el obligado a la protección acep- general de tolerabilidad; esto tiene al mismo tiempo la ven-
te la muerte segura o probabilísima; el Derecho promueve taja de que por lo menos se pueda garantizar al autor una
la tolerancia de peligros, pero no el autosacrificio conscien- atenuación de pena.
te de la vida. Esta restricción deberá armonizar sin mayores Aquél que se encuentra en una relación jurídica espe-
problemas con el tenor del art. 35, primer párrafo, segunda cial tiene que soportar el peligro aún en el caso de que no
oración, porque siempre tiene que añadirse a la "relación lo amenace a él sino a un pariente o persona cercana54.
jurídica especial" la exigibilidad de tolerar el peligro.
[139->]
También cuentan plenamente entre las relaciones jurí-
dicas especiales los deberes legales de tolerancia, como Pues el bien común sufriría daños si p. e. las personas
el deber de soportar intervenciones corporales (p. e. se- empleadas para proteger a la colectividad en casos de ca-
gún los arts. 81a C.P.P., art. 17, sexto párrafo, tercera ora- tástrofes dejaran pasar su deber impunemente y pudie-
ción de la Ley de soldados, art. 17, segundo párrafo, Ley ran, en cambio, ocuparse de sus parientes y otras perso-
de enfermedades sexuales) o a soportar privaciones de la nas cercanas. En el caso inverso (p. e. la mujer del capitán
libertad (p. e. según los arts. 127,112 C.P.P. o al momento rescata a su marido a costa de los pasajeros), siguiendo la
de cumplir penas privativas de libertad). Pero aquí será doctrina dominante, debe denegarse igualmente la invo-
mejor excluir ya un estado de necesidad en sentido del art. cación al estado de necesidad, pese a que parece decir lo
35, primer párrafo, primera oración: los derechos coerciti- contrario el tenor de la ley centrada en el autor bajo estado
vos del Estado no fundamentan desde el principio una car- de necesidad que se encuentra en una relación especial
ga desproporcionada como lo presupone el art. 35, primer de violencia. Pero, la cláusula general de tolerabilidad per-
párrafo, primera oración. Pero el art. 35, primer párrafo, mite también imponer a la persona cercana la tolerancia
segunda oración sólo es pertinente en caso de un deber del peligro. La capacidad funcional de los mecanismos es-
de asumir peligros desproporcionados. Algo distinto rige tablecidos para proteger a la colectividad exige que no so-
solamente cuando un inocente ha sido condenado, con lamente sea el obligado a portar el peligro quien cumpla
calidad de cosa juzgada, a una pena privativa de libertad, con su deber, sino también que las personas cercanas a él
pues el ordenamiento jurídico no quiere tal intervención. tomen en cuenta la especial tarea de éste. Naturalmente
Entonces, aquí se presenta un estado de necesidad, el que a los situados fuera de la relación jurídica especial se
cual por cierto, en una comunidad bajo un Estado de De- les podrá favorecer con la posibilidad de atenuar la pena,
recho, sólo debe ser eliminado por la vía de la revisión y
debe ser tolerado en lo demás 53 . Puesto que no se trata

M
11
lis la doctrina dominante; otra concepción en Schónke/Schrüdcr/LENCKNER, "StGH", Es la doctrina dominante; otra concepción en SK(4* cd.)-RUD0LPHI (Nov. 1983). ort. 35, n.
2.V cd.. 1988. art. 35. n. marg. 26. marg 14.
Ea DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL ESTADO DE NECESIDAD EXCULPANTE SEGÚN ART. 35 C.P IEB3I

la cual está prevista para los casos de la regla de Entonces, para la exclusión del privilegio de estado de
tolerabilidad55. necesidad no debe exigirse más que una causación del
peligro. Esto no contradice el tenor de la ley, porque éste
3.- EL PELIGRO CAUSADO POR UNO MISMO
no se centra solamente en la causación, sino en si puede
El autor tampoco puede invocar el art. 35 cuando le es exigirse al autor, en contra de su voluntad, que soporte el
exigible que deba soportar el peligro porque "él mismo lo peligro. Luego, todo desemboca en los presupuestos de la
ha causado". La regulación del estado de necesidad vi- "tolerabilidad" [o "exigibilidad"]. Una opinión muy difundida
gente antes de 1975 había hablado de un estado de nece- admite una supresión del privilegio del estado de necesi-
sidad "no culpable" ["unverschuldef ]. El texto modificado dad en caso de una realización de la situación de coac-
de la nueva ley debía aclarar, según la fundamentación de ción58 objetivamente contraria al deber; algunos autores
la Comisión Especial56, que para excluir la pena "no sólo exigen una causación subjetivamente contraria al deber o
es suficiente la causación culpable". Pero con ello se crean culpable de las situaciones de estado de necesidad59; otros
más imprecisiones que las que se eliminan. Pues la simple establecen diferencias60 o se centran en el caso particu-
causación del peligro no puede ser suficiente para dene- lar61 o en la "competencia del autor para el motivo de la
gar la exclusión de la responsabilidad57. Cuando p. e. al- situación de estado de necesidad"62.
guien, por una declaración verdadera ante el Tribunal se
Por consiguiente, el estado de la discusión es confuso,
expone al peligro de ser asesinado por los cómplices del
especialmente porque se carece de sentencias
autor, y cediendo a las amenazas correspondientes decla-
esclarecedoras sobre el nuevo Derecho63. Entre la juris-
ra falsamente, no se le puede vetar que invoque eventual-
prudencia del Derecho anterior se debe mencionar las de
mente el art. 35, pues no debe sancionarse penalmente el
RGSt 54, 338; 72, 19; BGH, ROW 1958, 33. Las senten-
cumplimiento de un deber estatal del ciudadano quitándo-
cias del RG consideran que el autor es culpable de un es-
le el privilegio del estado de necesidad. Esto rige aun en el
tado de necesidad cuando éste, debido a un hecho puni-
caso de que alguien corra peligros mediante una denun-
ble anterior, debe contar con que se le denuncie, y para
cia, mediante el impulso de un proceso o incluso mediante
palabras atrevidas; atentaría contra el principio de igual-
dad que se trate peor que a un autor bajo estado de nece-
" LK (I O1 cd.)-HIRSCH. art. 35. n. marg. 49 y s.; SK(4'ed.)-RUDOLPHI. Nov. 1983, art.
sidad a aquél que cae en un estado de necesidad por ha- 35. n. marg. 15 y s.; MAURACH/ZIPF, "Slrafrccht. AT". 7'ed.. 1987. cap. 34, n .marg.
cer valer sus derechos ciudadanos. w
5; WESSELS. "Strafrccht. AT*. 18'ed., 1988. cap. 10. Vil. 1.
Schonkc/Schrodcr/LENCKNER. "StGB". 23* ed. 1988, art. 35. n. marg. 20; JESCHECK,
"Lchrbuch. AT", 4' cd.. 1988. cap. 44, III. 2. a.
40
BLEI. "Strafrccht. AT*. 18'ed. I983.cap.6l II, l, a.
•' DREHER/TRÓNDLE,"StGB,,,44*cd.. 1988, art. 35. n. marg. 11.
" Otra concepción en Schónke/Schjróder/LENCKNER. "StGB", 23' cd., 1988, art. 35. n. M
TIMPE.comoennota 10,"Grundfálle", 1985,p. 36;JAKOBS,"Strafrecht.AT', 1983,
marg. 29. cap. 20, n. marg. 16.
* Bundestags-Druchsache V/4095. p. 16. *' Tampoco trac esta aclaración la sentencia del OLG Oldenburg, NJW 1988.3217, laque
" Aparentemente siguen otra opinión BAUMANNAVEBER. "Slrafrccht. AT". 9"cd.. cap. 29 si bien acepta que la instancia renuncie a evaluar la exigibilidad en caso de una simple
II. 2. b. causación, no dice nada sobre los criterios y el resultado de tal evaluación.
BKE1 DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL ESTADO DE NECESIDAD EXCULPANTE SEGÚN ART 35 C.P
Ea
evitarlo vuelve a cometer un delito. Sin embargo, no podrá siempre que la reconocible puesta en peligro de sí mismo
en absoluto calificarse a un amenazante proceso penal como o de otros no supere el beneficio desde el principio.
estado de necesidad en el sentido del art. 35 (comp. supra Naturalmente, siempre se tiene que atender a que el he-
VI, 2). Conceptos como "contrario al deber", "antijurídico", cho bajo estado de necesidad no es punible así como así
"culpable" que aun hoy en día son mayoritariamente em- cuando el autor se había expuesto al peligro sin un motivo
pleados, son poco apropiados para superar el problema, suficiente. Adicionalmente, la aparición de la situación de
pues no se encuentra prohibido el ponerse a sí mismo en estado de necesidad debe haber sido previsible. Ya el RGSt
peligro. Por ello se recomienda describir los presupuestos 36,340 65 ha dicho acerca de la exigencia de "tener la culpa"
bajo los cuales se deba excluir la invocación a un estado de [Verschulden]*, establecida por el Derecho anterior, que la
necesidad, renunciando a estos términos de la siguiente responsabilidad en el estado de necesidad, que excluiría la
manera: el autor sigue siendo responsable de su conducta impunidad, no sería idéntica con la del peligro "en la medida
cuando sin un motivo suficiente se ha expuesto a un peligro en que el primer concepto no solamente incluye en sí mis-
que pudo llevar de manera previsible a una situación de mo la producción del peligro, sino también la circunstancia
estado de necesidad. La evitación de tales peligros no es de que la salvación de esta situación sólo sería posible in-
un deber, sino una potestad en caso de cuya violación el terviniendo en derechos ajenos". Esto significa en la prácti-
autor pierde el privilegio del estado de necesidad64. ca: cuando alguien emprende una peligrosa expedición en
Juzgando la cuestión de cuándo alguien se ha expues- un velero, [140->] dejando imprudentemente su chaleco
to a un peligro sin un motivo suficiente, se tendrá que dis- salvavidas en casa, y, al naufragar en una tormenta, se sal-
tinguir entre peligros humanos y naturales. Si alguien es va quitándole el chaleco salvavidas a su acompañante, ha-
puesto en peligro por personas, su privilegio de estado de ciendo que este perezca en las olas, es punible según el
necesidad permanece incólume todo el tiempo que se haya art. 212, pues era previsible no sólo el peligro, sino también
comportado de manera adecuada socialmente (comp. los la necesidad de salvarse a costa de otro. Sin embargo, si el
ejemplos VI, 3 al principio). Quien, por el contrario injuria a autor ha llevado consigo un chaleco salvavidas, probado
otro de manera imputable o lo perjudica de alguna otra meticulosamente, y si después éste resulta ser
manera, tiene que responder por sí mismo por los peligros imprevisiblemente inútil, se da ceteris paríbus una exclusión
que surjan previsiblemente de allí y no puede liberarse im- de la responsabilidad66, pues el autor no puede ser hecho
punemente de ellos a costa de otros. Cuando alguien se responsable por su situación de necesidad. Por supuesto
expone a peligros de la naturaleza tiene un motivo sufi- que, visto con exactitud, interesa la no-previsibilidad de la
ciente en la medida en que quiera ayudar a otros o buscar
un provecho social (como en los viajes de investigación),
•' Igualmente RGSt 72,249; BGH, ROW 1958.34. Ésta es la doctrina totalmente dominante.
* N. d. T.: el término "Verschulden" significa "culpa" en el sentido amplio coloquial; no
debe ser confundido con el término jurídico "culpa" equivalente a "imprudencia". Las
64 comillas en "tener la culpa" han sido aquí añadidas para resaltar esto.
Concordando ampliamente. HRUSCHKA. "Strafrecht nach logisch-analytischer
Mcthode". 1983. p. 281 y s. •* Comp. SK(4'ed.)-RUDOLPHl(Nov. 1983). art. 35,n.marg. 16.
ESTADO DE NECESIDAD EXCULPANTE SEGÚN ART. 35 C.P
EEQ DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL gglM
situación de estado de necesidad y no la acción de estado también la fundamentación de la Comisión Especial opina
de necesidad: aún cuando el autor de nuestro ejemplo, que que "sólo debe atenderse a la conducta del autor bajo es-
ha dejado su chaleco salvavidas en casa, no pudo prever tado de necesidad" 68 . Pero el resultado de que el padre
que su acompañante llevara consigo uno, sigue siendo pu- tenga que ser penado no es muy plausible, pues cuando
nible cuando quitándoselo provoca su muerte67. un padre es culpable por sí mismo del peligro que amena-
za a su familia se sentirá tanto más fuertemente obligado -
Además hay que pensar que aun cuando el autor ha rea-
> así sea a costa de terceros a rescatarla. Y también la opi-
lizado una situación de estado de necesidad sin motivo su-
nión pública mostrará comprensión por tal motivación, de
ficiente y previsiblemente, en los casos más sencillos pue-
manera que la atención a la conciencia jurídica general no
de incluso producirse una justificación según el art. 34. Quien
exige ninguna punición: "nada resulta más evidente que
en una expedición de escalamiento de montañas se ve en
ayudar al pariente a quien uno mismo, lesionando su de-
una situación de emergencia a causa de su equipo total-
ber, ha colocado en un peligro para su vida"69. Por ello debe
mente insuficiente y, como era de esperarse desde el princi-
admitirse por regla general que no debe exigirse al autor
pio, sólo puede salvarse del congelamiento invadiendo una
que soporte el peligro pese a que él ha causado la situación
cabana privada, está de todos modos justificado frente a
de estado de necesidad; esto todavía puede ser perfecta-
una violación de domicilio debido a los intereses esencial-
mente armonizado con el tenor de la ley gracias a que se
mente preponderantes, pues el criterio de causación del art.
puede recurrir a la cláusula general de "tolerabilidad"70.
35, primer párrafo, segunda oración, no es trasladable al
art. 34. Luego, una punición del hecho de estado de necesi- En el caso inverso de que sea el rescatado y no el autor
dad debido a una "propia causación" del peligro sólo entra a bajo estado de necesidad quien ha causado el peligro (la
tallar en caso de graves afecciones de bienes jurídicos. mujer se pone "por su culpa" en una situación de necesi-
dad, su marido la rescata lesionando a un tercero) se ten-
También en caso de un peligro causado por uno mismo
drá igualmente que admitir por regla general una exclu-
se plantea la cuestión de cómo hay que decidir cuando la
sión de responsabilidad71. Está en favor de ello no sola-
persona que causa el peligro y la persona salvada no son
mente el tenor de la ley (el autor bajo estado de necesidad
idénticas (sobre el problema correspondiente en las rela-
ciones jurídicas especiales comp. VI, 2, in fine). ¿Es impu-
ne cuando culpablemente coloca a su familia en una situa-
ción de estado de necesidad y sólo puede salvarla dañan- Bundcstags-Drucksache V/4095. p. 16; así también Schonke/Schróder/LENCKNER,
do a terceros? El texto de la ley parece centrarse en una "StGB,,,23,cd., 1988, art. 35. n. marg. 20a, MAURACH/ZIPF, ••.Strafrecht, AT'. tomo 1.
7*ed.. 1987. cap. 34. n. marg. 6; JAKOBS, "Strafrecht, AT'. 1983. cap. 17, n. marg. 75.
causación a través del autor bajo estado de necesidad, y JESCHECK, •'Strafrecht, AT". 4* ed.. cap. 44. III. 2, a.
Así también la opinión mayoritaria: comp., por mencionar sólo algunos autores,
JESCHECK, ••Lehrbuch", 4'ed.. 1988. cap. 44.111, 2. a; HIRSCH. en LK. 10* ed.. art.
35, n. marg. 51; RUDOLPHI. en SK. 4'ed. (Nov. 1983). art. 35. n. marg. 17;
SCHMIDHÁUSER. •'Stud¡enbuch,\ 2* ed.. 1984. cap. 8. n. marg. 25.
41
En tul medida es acertada la crítica de JAKOBS al criterio de la previsibilidad de la Muy enfático; otra concepción tiene sobre todo HIRSCH, en LK, 10* ed., art. 35, n. marg.
doctrina dominante; "Strafrecht, AT", 1983, cap. 20, n. marg. 17. 65; RUDOLPHI. en SK. 4' ed. (Nov. 1983). art. 35. n. marg. 17.
na DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL ESTADO DE NECESIDAD EXCULPANTE SEGÚN ART. 35 C.P
MM
no ha "causado" el peligro), sino también la circunstancia propia vida; también el causante del peligro puede invocar
de que el rescatante de su mujer (o de cualquier otra per- todavía el art. 35 (sobre todo en relación con personas cerca-
sona cercana a él) merece tolerancia, dando lo mismo cómo nas a él), bajo ciertas circunstancias. Estos casos, en los cua-
ésta se haya puesto en su situación. No convence el argu- les la cláusula de tolerabilidad tiene efectos restrictivos de la
mento en contra, en el sentido de que el rescatante no punibilidad, ya han sido expuestos arriba. Pero,
podría exigir una tolerancia que se le habría denegado al accesoriamente, la cláusula de tolerabilidad también tiene una
rescatado en caso de que él mismo hubiera actuado bajo función extensiva de la punibilidad al exigir que se soporte el
estado de necesidad. Y es que la conciencia jurídica ge- peligro, según las circunstancias, también fuera de las rela-
neral admite una liberación de pena más ampliamente en ciones jurídicas especiales y de la causación del peligro. En
caso de un actuar altruista que en uno egoísta. Luego, en este contexto se precisa destacar especialmente dos grupos
el peligro causado por uno mismo ocurre exactamente lo de casos: las posiciones de garante y la proporcionalidad ex-
contrario que en el de las relaciones jurídicas especiales: tema del daño ocasionado.
mientras que en estas el rescate de personas cercanas a
Se tendrá que afirmar un elevado deber de portar peli-
costa de terceros es igualmente punible que la salvación
gros también en relaciones que fundamenten una posi-
del obligado a soportar peligros a través de personas cerca-
ción de garante en el marco de los delitos de omisión. Es-
nas (comp. VI, 2, in fine), aquí el rescate de personas cerca-
tos caen dentro de las "relaciones jurídicas especiales" del
nas a través del causante del peligro, por regla general, es
art. 35, primer párrafo, segunda oración, en la medida en
igualmente impune que el del causante del peligro a través
que se trate de deberes frente a la colectividad (comp. VI,
de personas cercanas. Entonces, la causación del peligro
2, al principio). Pero además, se tendrá que exigir también
impide una tolerancia frente al autor bajo estado de necesi-
p. e. a un marido que en caso de peligros que amenazan a
dad en menor medida que lo hace la vinculación mediante
la familia (bombas, incendios, naufragios, accidentes auto-
una relación jurídica especial; esto es coherente con el he-
movilísticos) no abandone a su esposa y a sus hijos, sino
cho de que se pueda conceder una atenuación al causante
los ayude arriesgando que él mismo se ponga en peligro.
punible del propio peligro, la cual se deniega plenamente a
Si él no hace esto, puede ciertamente contar con un mar-
aquellos que están en una relación jurídica especial.
co penal atenuado, pero no con una liberación de pena, a
diferencia de lo que sucedería si descuidara [141->] sus
4.- O T R O S CASOS DE TOLERANCIA EXIGIBLE DE SOPORTAR PELIGROS
deberes en contra de la colectividad. Lo mismo rige tam-
Los deberes de portar peligros con base en una relación bién para las demás posiciones de garante como la comu-
jurídica especial y en la causación del peligro son solamente nidad de peligros en expediciones y escalamientos de
ejemplos. Lo decisivo es si al autor "se le pudo exigir soportar montaña, o para las relaciones de vigilancia y tutoría (guías
el peligro". En primer lugar, la cláusula de tolerabilidad posibi- de montañas, maestros). Igualmente, bajo este punto de
lita correcciones en el campo de las relaciones jurídicas es- vista debe aceptarse un mayor deber de portar peligros en
peciales y de la causación del peligro: Tampoco se puede los grupos de resistencia política en Estados totalitarios
exigir al soldado, policía y bombero el sacrificio seguro de su (comp. OLG Freiburg, HESt, 200; OGHSt 3, 130): luego,
W^-^ílll^M

un miembro no puede invocar así como así el art. 35 cuan- También el grado del peligro amenazante puede llevar a
do escapa a un peligro traicionando a sus camaradas. Por una proporcionalidad externa en una acción bajo estado
el contrario, aquí no pertenece de manera inmediata la de necesidad. Esto es especialmente importante en los
posición de garante por un hecho previo (ingerencia), sino casos de peligros para la vida, en los que, en un estadio
en el campo de la propia causación (supra VI, 3). agudo, se exculpa cualquier acción necesaria para el sal-
vamento. Pero también cuando la probabilidad de perder
También es de aceptar un deber de portar el peligro en la propia vida sólo sea de 10%, esto ya es un peligro para
caso de proporcionalidad externa del daño ocasionado. la vida (comp. supra II, al principio) cuya evitación puede
Esto no significa que el daño evitado tenga que ser mayor disculpar la lesión de otro. No obstante, no puede liberar-
que el daño causado; tales constelaciones se enmarcan se de pena a un autor bajo estado de necesidad cuando
mayormente ya en el art. 34. P. e. "también la muerte de para evitar un peligro proporcionalmente muy lejano, se
otro realizada para evitar un simple estado de necesidad hace responsable por la muerte segura de un tercero. Aquí
en el cuerpo (puede) ser disculpable" (RGSt 66, 400). Del sigue siendo exigible el soportar el peligro relativamente
mismo modo, cuando no puede salvarse la propia vida de reducido.
otra manera, también puede exculparse la muerte de mu-
chas e incluso de numerosas personas (BGH, NJW 1964, 5.- L A MEDICIÓN DE LA PENA EN CASO DE TOLERANCIA EXIGIBLE DE PELIGROS
730). Pero queda fuera de toda proporción y no merece
Cuando alguien ha actuado con motivo de una situa-
tolerancia alguna cuando alguien elimina la vida de ino-
ción de estado de necesidad según el art. 35, primer pá-
centes o les ocasiona un grave daño permanente para
rrafo, primera oración, pero la tolerancia del peligro le era
evitar lesiones corporales reparables.
exigible, la pena puede ser atenuada según el art. 49, pri-
Por cierto que al clasificar la proporcionalidad externa mer párrafo. Esto solamente deja de regir cuando el autor
debe hacerse distinciones. Los simples maltratos sin da- tenía que soportar el peligro considerando una relación
ños para la salud o la integridad corporal no causan desde jurídica especial. Esta diferenciación está justificada bajo
el principio ningún estado de necesidad para el cuerpo, y puntos de vista de prevención general (comp. supra, VI,
por lo tanto no deben excluirse recién a través del art. 35, 1)72. Sin embargo, muchas veces se ha defendido la opi-
primer párrafo, segunda oración (comp. supra lll). Por el nión de que la exclusión de una atenuación del marco pe-
contrario, la amenaza de rotura de un brazo o una grave nal en el caso de "relaciones jurídicas especiales" sería
contusión fundamentan un estado de necesidad para el difícilmente compatible con el principio de culpabilidad73.
cuerpo, de manera que se excluye la responsabilidad pe-
nal cuando alguien sólo puede escapar a estos peligros
causando dichos daños a otro. Pero cuando para evitar 'J lis tic o(ro parecer JAKOBS."Strarrccht.AT", 1983,cap. 20.n. marg. 19.
estos perjuicios se mata a otro o se le provoca una paráli- 71
STREE. en: Roxin/Slrcc/Zipf/Jung, "Einfühning ¡ndas neucs Strafrccht", 2'cd.. 1975.
p 75; JESCHECK. "Lerubuch", 4' ed., 1988, cap. 44. IV. 2; SchOnke/Schróder/
sis parcial, esto ya no es tolerable; una liberación de pena L.ENCKNER. "SlGH". 23* ed. 1988. art. 35. n. marg. 37; RUDOLPHI. en SK, 4" ed.
sería aquí imposible por motivos preventivo-generales. (Nov. 1983). art. 35. n. marg 18a.
WRM DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL ESTADO DE NECESIDAD EXCULPANTE SEGÚN ART. 35 C.P
oa
Estos temores, por lo general, no están fundados porque Vil.- LA SUPOSICIÓN ERRÓNEA DE UNA SITUACIÓN DE
la menor culpabilidad del obligado a portar el peligro pue- ESTADO DE NECESIDAD
de ser tenida en cuenta dentro del marco penal normal.
Los arts. 212, 213, 223, 223a, que por lo general son los El legislador ha creado una regulación especial para el
afectados, posibilitan penas tan leves que no debe espe- error sobre los presupuestos objetivos del art. 35: este error,
rarse una medida penal exageradamente elevada. Sólo si es invencible, excluye la responsabilidad penal según el
existiría un atentado contra el principio de culpabilidad en art. 35, segundo párrafo, y, en lo demás lleva a una obliga-
caso de un hecho en estado de necesidad que atente con- toria atenuación del marco penal según el art. 49, primer
tra el art. 211 [asesinato], porque el marco penal absoluto párrafo. Por cierto que hubiera sido mejor otra regulación
no permite atender a la culpabilidad disminuida. Por cierto para una interpretación psicológica del privilegio de esta-
que raramente ocurrirá que el autor bajo un estado de ne- do de necesidad, tal como todavía se puede ver en la fun-
cesidad complete el tipo del art. 211; si ello llega a suceder damentación de la ley (comp. supra I). Puesto que la pre-
se tendrá que emprender una reducción extralegal de la sión psíquica bajo la cual está el autor en caso de un esta-
pena empleando los principios del BGHSt 30, 105. do de necesidad solamente imaginado es la misma que
ante uno verdadero, la solución que se hubiera ofrecido
La atenuación facultativa de la pena que se otorga en era equiparar el error a la verdadera situación de estado
los demás casos de tolerabilidad, debe extenderse más de necesidad75. No obstante, esto no hubiera sido apro-
allá de los casos del art. 35, primer párrafo, segunda ora- piado (y muestra la insuficiencia de una explicación psico-
ción, a aquellas constelaciones en las cuales juegue un lógica del art. 35). Pues ya un estado de necesidad exis-
papel la tolerabilidad (comp. supra II) 74 . Luego, quien que- tente de hecho no excluye la culpabilidad del autor, sino
da libre de pena sólo por el hecho de que no le era exigible solamente conduce a que el legislador, por falta de una
emplear un medio menos grave, puede recibir una pena necesidad preventiva de punición, [142->] no lo haga res-
atenuada empleando analógicamente el art. 35, primer pá- ponsable por su hecho. Estas necesidades preventivas no
rrafo, segunda oración. se modifican cuando el estado de necesidad sólo existe
en la mente del autor. No sería compatible con la tarea de
Si se dan los presupuestos de una atenuación de pena
una efectiva protección penal de bienes jurídicos que que-
según el art. 49, primer párrafo, debe procederse, por re-
den impunes hechos delictuosos dolosos y antijurídicos,
gla general, a la atenuación. Sólo puede prescindirse de
esto cuando la atenuación de la culpabilidad es mínima, que no resultan de ninguna situación objetiva de coerción,
tal como puede ocurrir cuando existe una desproporción
crasa entre el daño ocasionado y el evitado.
15
En este sentido el art. 23 del Proyecto alternativo, 2 versión, 1969. En la fundamentación
se dice (ver idem, p. 61): "El llamado estado de necesidad putativo de exculpación es un
auténtico estado de necesidad; allí se trata no de un problema de error, sino de uno sobre
la tolerabilidad". Por ello, si bien debería ser después de todo posible, que el carácter
culpable del error tenga efectos sobre la exigibilidad, todavía no quedaba claro cómo
Schónke/Schróder/LENCKNER. "StGB", 23* ed.. 1988. art. 35. n. marg. 13a. debería suceder esto.
BU DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL ESTADO DE NECESIDAD EXCLUÍANTE SEGÚN ART. 35 C.P
MSM
solamente por el hecho de una representación errónea y necesidad realmente existente no modifica nada en el ca-
evitable del autor. Más bien, la responsabilidad solamente rácter doloso del hecho (sino sólo excluye, según el caso,
puede excluirse cuando el autor ha examinado con tanto la responsabilidad), su suposición errónea no puede natu-
cuidado la situación, que nadie puede extraer un reproche ralmente tener ninguna influencia en el dolo.
de su error. Por lo demás, su situación de motivación ya El error sobre los presupuestos objetivos de una causa
será suficientemente tomada en cuenta mediante una ate- de exculpación (error de exculpación) no es, entonces, un
nuación de la pena. Luego, la regulación legal es digna de caso auténtico de estado de necesidad, sino una catego-
aplauso. ría de error independiente al lado del error de tipo y de
La jurisprudencia anterior a la entrada en vigor de la justificación, así como del error de prohibición. Especial-
nueva parte general había defendido una tercera solución, mente no debe confundirse al error de exculpación con el
divergente tanto del art. 35, segundo párrafo, como de la error de prohibición. Quien se deja llevar a un hecho puni-
equiparación del estado de necesidad con su suposición ble a través de una amenaza fingida de asesinato, sabe
errónea. Según el BGHSt 5, 371 (374), siguiendo al RG, perfectamente que actúa antijurídicamente y se equivoca
debería darse un falso juramento culposo (art. 163) cuan- solamente sobre los hechos exculpantes. También las con-
do el autor había prestado una declaración falsa bajo jura- secuencias jurídicas del error de exculpación se diferen-
mento, suponiendo bajo un error vencible, que no podía cian de las de otros tipos de error. Por cierto que ellas se
escapar de otra manera a un peligro para su cuerpo y su asemejan a aquellas del error de prohibición. Pero mien-
vida. El BGHSt 18,311 y s. había confirmado esta jurispru- tras que según el art. 35, segundo párrafo, la atenuación
dencia para los homicidios bajo un supuesto estado de de pena es obligatoria en caso de un error de exculpación
necesidad por orden superior, pero solamente había con- vencible, esta atenuación sólo es facultativa en el caso
siderado posible una punición según el art. 222 (en vez de correspondiente del error de prohibición (art. 17). La diver-
los arts. 211, 212) cuando el autor por lo menos había eva- gencia se fundamenta en que los casos de hostilidad al
luado otras escapatorias. La concepción que subyace a Derecho [Rechtsfeindschaft], que llevan a denegar la ate-
ambos fallos, en el sentido de que la suposición errónea nuación de pena en el error de prohibición, no tienen un
de circunstancias exculpantes siempre o por lo menos des- paralelo en el error de exculpación.
pués de una evaluación (aunque insuficiente) excluiría el Pese a la autonomía del error de exculpación frente a
dolo76, no solamente se ve sometida a casi las mismas los demás tipos de error, puede presentarse conjuntamen-
objeciones político-criminales que la solución de la equi- te con ellos. En esto tiene importancia práctica solamente
paración (comp. el párrafo anterior), sino también es la convergencia del error de exculpación y el de prohibi-
dogmáticamente insostenible. Pues cuando un estado de ción. Pues no será raro que un autor que se equivoca so-
bre las circunstancias exculpantes crea que su conducta
ya está permitida. En tal caso, ambos errores tienen que
,A
Todavía el art. 20 del Proveció de 1962 preveía tal regulación.
ser evaluados aisladamente. Cuando p. e. alguien, duran-
wm DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL ESTADO DE NECESIDAD EXCULFANTE SEGÚN ART. 35 C.P B&l
te el período hitleriano, realiza un tipo penal obedeciendo desconoce circunstancias que fundamentan un deber ele-
una orden y creyendo erróneamente que si se hubiera ne- vado de portar el peligro según el art. 35, primer párrafo,
gado a hacerlo hubiera sido fusilado, pero creyendo tam- segunda oración (p. e. su propia responsabilidad por la si-
bién que su acción estaba permitida bajo las circunstan- tuación de estado de necesidad). También actúa bajo los
cias de entonces, se ha encontrado al mismo tiempo en un presupuestos del art. 35, segundo párrafo, quien, en un
error de prohibición y en un error de exculpación. Si el error hecho de estado de necesidad a consecuencia de una con-
de prohibición era invencible, el autor deberá ser liberado fusión, cree erróneamente que el rescatado sería un pa-
de pena según el art. 17, primera oración, aun cuando el riente suyo.
error de exculpación pudo ser evitado. A la inversa, si el La ley no ha regulado el caso de aquél obligado a por-
error de exculpación era invencible, la responsabilidad del tar un peligro según el art. 35, primer párrafo, segunda
autor según el art. 35, segundo párrafo queda excluida, aun oración, que cae en un error sobre los presupuestos del
cuando el error de prohibición no merece una disculpa. Si art. 35, primer párrafo, primera oración; p. e. alguien que
ambos errores eran vencibles, el autor sigue siendo puni- ha causado por si mismo el peligro no reconoce que toda-
ble, pero se considerará una doble reducción del marco vía hay otras posibilidades de conjurarlo, o un policía que
penal. Si el error de prohibición se basaba en una hostilidad se cree erróneamente amenazado y se salva a costa de
al Derecho (lo cual es posible en delitos violentos cometi- un tercero. Tampoco un error invencible puede aquí ex-
dos en el periodo nazi), siempre se podrá todavía atenuar la cluir la responsabilidad; pues cuando ni siquiera desapa-
pena según el art. 35, segundo párrafo; ciertamente, en ese rece la responsabilidad penal cuando existen los hechos
caso, deberá evaluarse con un cuidado especial si el autor supuestos, con más razón no puede tener este efecto la
ha actuado "para evitar un peligro" (comp. supra V). representación de tales hechos por más invencible que sea.
El caso más craso de error de exculpación es aquél en el Sin embargo, la suposición inevitable de una situación se-
cual el autor sólo se imagina que un peligro lo está amena- gún el art. 35, primer párrafo, número 1 debería ser equi-
zando. Tales constelaciones ocurren con la mayor frecuen- parada a su existencia real. En este caso, si bien el policía
cia cuando alguien erróneamente se cree amenazado (p. no gozaría de la atenuación penal facultativa según el art.
e., por los compinches de un delincuente) y comete un deli- 35, primer párrafo, número dos, sí lo haría el "propio cau-
to (p. e. falso juramento) para conjurar el peligro; aquí tam- sante". Por el contrario, si el error era vencible, no puede
bién pertenece el estado de necesidad, supuesto errónea- darse una reducción del marco penal77; pues si no, el error
mente, derivado de una orden durante regímenes dictato- vencible se equipararía a la verdadera existencia de la si-
riales. Pero también existe un error de exculpación cuando tuación de estado de necesidad, lo cual contradiría el telos
el autor que se encuentra realmente en una situación de de la regulación legal del error.
necesidad no reconoce que el peligro es evitable de otra
manera (RGSt 64, 32; OLG Hamm, NJW 1958, 271; VRS
35, 1968, 3242) o no es actual (BGHSt 5, 374), o cuando 77
HIRSCH, LK (10* ed), art. 35. n. marg. 77; otra opinión en Schonke/Schroder/
LENCKNER, "StGB". 23'ed., 1988, art. 35. n. marg. 44.
[143->] ne un hecho principal antijurídico para la punición de la
No se presenta un caso del art. 35, segundo párrafo, participación, no presupone uno culpable (arts. 26,27,29).
cuando el autor se equivoca sobre los límites del art. 35, También la misma doctrina sobre el estado de necesidad
primer párrafo, primera oración: él cree p. e. que un hecho habla en contra de una impunidad del partícipe, pues el
antijurídico también sería disculpado en caso de un peli- hecho de estado de necesidad es desaprobado por el le-
gro todavía no actual o cuando se descuida emplear un gislador y debe ser impedido por la norma. Si se practica
medio menos grave. Tal error es, como se sabe, irrelevan- tolerancia con el autor atendiendo a su situación apurada
te, pues en realidad el autor, en tales casos, supone una y se renuncia a la pena, entonces, para un tercero que no
causa de exculpación que no existe. Si se quisiera tomar se encuentra en esta situación no se ha dado precisamen-
en cuenta este error, se haría depender los límites de la te la circunstancia que fundamenta la exclusión de la res-
exculpación de las representaciones del autor; esto no es ponsabilidad. Si se permitiera la impunidad, entonces se
posible. También la creencia basada en reflexiones jurídi- estaría evadiendo la decisión del legislador quien ha libe-
cas erróneas, de que el soportar un peligro no sería exigi- rado de pena la ayuda prestada bajo un estado de necesi-
ble, no puede liberar al autor, pues éste también aquí está dad solamente para los parientes y personas cercanas. Lo
yendo por su propia cuenta más allá de las fronteras de la mismo rige para el coactor. Cuando de entre dos coautores
exculpación. sólo uno actúa bajo los presupuestos del estado de nece-
sidad excluyente de la responsabilidad (p. e. porque el otro
VIH.- LA PARTICIPACIÓN EN EL HECHO BAJO ESTADO tiene un deber elevado de portar el peligro según el art.
DE NECESIDAD 35, primer párrafo, segunda oración), el otro seguirá sien-
do punible. Por cierto que a la punibilidad del partícipe en
La participación en un hecho bajo estado de necesidad el estado de necesidad solamente le corresponde una mí-
exculpado según el art. 35 es punible en lo fundamental, nima importancia práctica, pues cuando el tercero extraño
salvo cuando se produce a través de un pariente o de una ha creado o aprovechado la situación de estado de nece-
persona cercana. Si bien a veces se defiende una opinión sidad con la finalidad de dañar a un tercero, existe una
divergente que se apoya en la suposición de que el legis- autoría mediata. Cuando p. e. el tercero extraño hace de-
lador habría renunciado aquí de manera general a "obligar pender la salvación de un peligro para la vida de que el
la observancia de su norma utilizando a la pena como rescatado cometa antes un delito (p. e. matar a un cama-
medio"78. Pero no solamente se opone a la impunidad el rada que corre la misma suerte), el primero no es inductor,
principio de la accesoriedad limitada que si bien presupo- sino autor mediato, pues domina el hecho al servirse de
un intermediario del hecho no responsable. Así, para la
participación sólo quedan los casos de cooperación
" RUÜOLPHI. SK. 4' cd. (Nov. 1983). art. 35. n. mar?. 21; el misino autor: "Isl dic promotora o de apoyo, la cual no reduce más el campo de
Bctciligung an ciner Notstandstat i. S. der §§ 52. 53. Abs. 3 und 54 StGB strafbar?", acción (limitado) del autor bajo estado de necesidad para
ZStW 78. 1966. p. 66; MAURACH/ZIPF. "Strafrccht, AT 1". 1987, cap. 33. n. marg.
40; MAURACH/GÓSSEL, "Strafrccht. AT 2". 7' ed.. 1989. cap. 53. n. marg. 95 y s. tomar decisiones. Pero en tal medida también debe pen-
g£H DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL

sarse que la simple mención de la situación jurídica no pue-


de ser punible. Quien p. e. explica a alguien incurso en
una necesidad, que su responsabilidad penal estaría ex-
cluida bajo los presupuestos del art. 35, no puede volver-
se punible cuando el que ha recibido la aclaración correcta
comete a continuación un hecho de estado de necesidad.
Finalmente también en los casos relativamente raros de la
participación punible debe pensarse que para la medición
de la pena tiene que contarse a favor del partícipe la pre-
servación del bien jurídico reductora del injusto, la cual ha
sido causada por él junto con la lesión del bien jurídico.

ACERCA DEL FUNDAMENTO


PENAL DE LA TENTATIVA*

* N. d. T.: artículo publicado bajo el título original en alemán "Übcr den Strafgrund des
Versuchs", en el LH a Nishihara, Japón (de próxima aparición). No es posible indicar aún el
número de las páginas.
Ningún participante olvidará el Coloquio de Derecho
Penal germano-japonés, realizado en Septiembre de 1988
en la Universidad de Colonia, y en el cual Hamo Nishihara,
el ilustre homenajeado ahora, tuvo a su cargo el discurso
de apertura1. Un tema central de las discusiones dogmáti-
co-penales de estas jornadas fue la cuestión de si el Dere-
cho penal debería orientarse más en criterios objetivos que
en criterios subjetivos. Mientras que la ciencia alemana pre-
fiere mayoritariamente concepciones subjetivas, en el Ja-
pón predominan más bien las tendencias objetivas. La pro-
blemática se vuelve especialmente clara en el fundamen-
to penal de la tentativa, el cual fue tratado con detalle por
tres ponencias2 durante las jornadas, y que también jugó
un papel muy importante en el intercambio de opiniones.
Esto me ha motivado a tratar nuevamente el tema sobre la
base de la situación jurídica y la perspectiva alemanas.
Ciertamente, en ello se muestra también que debería me-
recer más atención que la que actualmente tiene en el

1
NISHIIIARA, "Dic Rezeptiondesdcutschen Strafrcchts durch Japan in historischer Sicht",
publicado en Hirsch/Wcigcnd (edil), "Strafrccht und Kriminalpolitik in Japan und
Deuischland". 1989. p. 13-17.
1
En el libro mencionado en la nota I: Ryuichi HIRANO, "Deutsche Strafrcchtsdogmatik aus
japanischer Sicht" (p. 81 -89); Yoshikatsu NA KA. "Der Strafgrund des Versuchs" (p. 93-
100); Thoinas WE1GEND, "Die Entwicklung der deutschen Versuchslehre" (p. 113-128).
gEEl DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL PENAL DE LA TENTATIVA WRM

Derecho alemán una orientación más objetiva^ tal como norma cercana al tipo que causa una conmoción [o impre-
resalta en la cienciaTy'praxis japonesas. sión! jurídica, la cual caracteriza a la tentativa iñidónea^ No
Entiéndase, pues, este pequeño intento como la conti- obstante puedo justificarse "la preeminencia del principio
nuación de las conversaciones que tan fructíferamente de la puesta en peligro de la tentativa idónea a través de
comenzaron en Colonia hace diez años. . cuatro fundamentos, sin que por ello el merecimiento de
pena -por cierto mínimo- de la tentativa inidónea tenga
El fundamento de la tentativa atañe a la cuestión de por que ser cuestionado en lo fundamental.
qué el legislador sanciona penalmente la tentativa en la
medida prevista. La respuesta a ello es importante porque En primer lugar, l& circunstancia de que la pena para la
algunos problemas de la teoría de la tentativa ofrecen ayuda tentativa puede ser menor que para la consumación (art.
para la interpretación y porque proveen la base para cual- 23, segundo párrafo)3 habla a favor de que la tentativa se
quier juicio político-jurídico sobre su punibilidad. A conti- basa en la idea de la puesta en peligro. Pues, el que la
nuación se esbozará primeramente una concepción per- puesta en peligro sea algo menor en relación con la lesión,
sonal y, seguidamente, se profundizará confrontando ésta es una idea que por lo demás también atraviesa nuestro
con las concepciones divergentes más importantes. Derecho penal; por ejemplo al penarse de manera más
^benigna a los delitos dolosos de peligro en relación con los
1.- LA TENTATIVA COMO PUESTA EN PELIGRO CERCA- correspondientes delitos de lesiones o con la amplia impu-
NA AL^IPffb;iME^ACdlpN CERCANA AL TIPO DE LA ( nidad de las puestas en peligro culposas. Si, por el contra-
NORMA, QUE-CAUSÁIÜÑA CONMOCIÓN JURÍDICA rio, para el interés punitivo estuviera en primer plano la
(TEORÍA DE LA UNIFICACIÓN)^ I idea de la "infracción de la norma", sefría'consecuente que ;
i la tentativa y la consumación tengan la misma sanción
La formulación del título a la manera de frase puede, ; penal. PüéTco^réspecto» a la voluntad delictiva no hay'
expresarse en una oración como sigue: él fundamentó^. diferencias entre !a consumación y la tentativa.
péñáltié"la tentativa radica en la necesidad preventivo^¿
qéheral o preventivó^espéciar de sancionar penalmente, f En segundo lugar,r para la importancia preponderante
la cuaí^por/églá^ genefal se derivará de la puesta en peligro :|, de la idea de la puesta en peligro en la punición de la ten-
dolosa* rarcáWaJ tiptí^ !^erp excepcipnalmente también a f. tativa puede hacerse valer el que las acciones que apun-
partir de una infracción* normativa queconmociona al Dere- tan a la realización del tipo, pero que no son especialmen-
cho y que se manifiesta en una acción cercana al tipo. te peligrosas, no deben ser tener una pena menor o no
debeñlener ninguna pena, tal como lo muestran la tenta-
La peculiaridad de esta concepción radica en que atri- tiva por una grave incomprensión [grob unverstándige]* y
buye el fundamento penal de la tentativa a dos raíces dis-
tintas. Primeramente se basa en la puesta en peligro cer-
cana, ai tipo, la cual se encuentra en la tentativa idónea, ' Todas lareferenciasa artículos serefierenal C. P. alemán.
pero subsidiariamente incluye también la infracción de la * N. d. T.: el art. 23, tercer párrafo del C. P. alemán, conoce un tipo de tentativa que atenúa
la sanción penal o puede llevar a eximir de ella: la tentativa por "grave incompren-
DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL
ACERCA DEL FUNDAMENTO PENAL DE LA TENTATIVA EH
nea puede armonizar sin más con los fundamentos dog-
la tentativa irreal [o supersticiosa], igualmente impune se- máticos y de Estado de Derecho de nuestro Derecho pe-
gún el Derecho alemán. Por el contrario, también aquí exis- nal, mientras que la tentativa inidónea, como particulari-
ten actos de ejecución delictiva, según la representación dad dogmática, precisa de una justificación adicional. El
del autor; si en este componente subjetivo (en la infracción Derecho criminal alemán es un Derecho penal del tipo. La
de la norma) radicara el fundamento esencial de la tentati- tentativa idónea se mantiene dentro del marco que de allí
va, sería desatinado retirar tan ampliamente la punibilidad. se deriva pues ella constituye una cuasi-realización del tipo,
4 En tercer lugar, sólo puede explicarse también la puni-
y un hecho penal de puesta en peligro sui generis, pareci-
ción de los actos preparatorios, tal como se encuentra en do a un delito de peligro concreto4, por lo que cuenta entre
varios lugares de la ley, porque el legislador la considera las reconocidas formas delictivas. Esto concuerda con el
especialmente peligrosa pese a su amplia lejanía del re-, hecho de que la tentativa idónea es un nivel previo a la
súltadot Ctíáñdó15b>Uwés punible la cóhcértación paxa delin- * consumación, de la misma manera que lo es la puesta en
quir (art?60^egundo párrafo!jLdtó peligro. Todos estos presupuestos faltan en la tentativa
inidónea, la cuál no sólo es irrelevante para el tipo sino
" criminal de un autor solitario qué sWrrtahifiesta en los masi-
también inofensiva y no lleva a ningún sitio. Igualmente,
"'vdl#áBl6É^répárátóf¡0Sí esto se debe a la puesta en peligro ^
sólo la tentativa idónea encaja dentro de la teoría de la
especialmente peligrosa, la cual, según la opinión del legis-
imputación objetiva, constitutiva del tipo5: la tentativa idó-
lador parte de la obligación contraída, de la vinculación
nea consiste en la creación de un peligro no permitido,
volitiva. Ambas conductas no se diferencian en lo referente
cuya realización caracteriza a la consumación. Pero preci-
* a la voluntad delictiva y a la cercanía al hecho, de manera
samente en la tentativa inidónea no existe ningún riesgo.
que no puede explicarse el tratamiento legal diferenciado
que surge de allí. Pero si en la punición de los actos prepa- Por otro lado, la tentativa inidónea tiene tantos pareci-
ratorios pasa a primer plano claramente la ¡dea de la puesta dos con la tentativa idónea, que se puede justificar incluir^
en peligro, sería una contradicción valorativa hacer que rija la primera, en principio, en la punibilidad de la-S<egunda_
algo distinto en la fundamentación penal de la tentativa. como úñéfforma deficitaria de la tentativa. En prirner íugar.
En cuarto lugar, sólo la punibilidad de la tentativa idó- La tentativa inidónea se equipara a ta idónea bajo el punto
de vista de la necesidad preventivo-especial de pena: el
autor de la tentativa idónea al igual que de la inidónea, al
sión". Para la doctrina alemana, esta icnlativu es diferente de la "tentativa inidónea", entrar en el estadio de los actos de ejecución (aun cuando
punible en lo fundamental, o que la "tentativa irreal" que siempre es impune. Con la
tentativa inidónea se diferencia en que constituye solamente una parte de aquélla, en los
casos en que hubo error grave en el sujeto activo sobre la plena idoneidad de su acción
para llegar a la consumación, especialmente en cuanto a errores de un ciudadano con
conocimientos promedio sobre la relación causal; p. c. cuando cree que el azúcar tiene * No existe una identidad, pues en un delito de peligro concreto el resultado sólo queda sin
facultades venenosas. Con la tentativa irreal existe la diferencia de que ésta siempre producirse por una casualidad, mientras que en la tentativa idónea la frustración puede
presupone la creencia en supersticiones, es decir en fuerzas sobrehumanas, distintas de las deberse a acciones de defensa previstas en el plan.
conocidas según las leyes de la naturaleza. Ver al respecto ESER en. Schónkc/Schroedcr, ' Así también WEIGEN D. ver nota 2.1989. p. 127.
"Strafgcsctzbuch", Munich, 1997, p. 359 y s., n. marg. 12 y ss.
DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL ACERCA DEL FUNDAMENTO PENAL DE LA TENTATIVA
BEES1
esta entrada sólo ocurra en su imaginación) muestra que tiva idónea y la inidónea. La tentativa inidónea es un delito
es capaz y tiene la voluntad de cometer el delito (reserván- de perturbación dé la paz sin una real puesta en peligró.
Por cierto que la vida común pacífica entre ciudadanos
es considerablemente menos perturbada por una tentati-,
. VQ. [nidónea que por una iBóñea"," tal como debiera resultar
claro aí través¡ cfé7as~~dÓTvariantes del ejemplo de la bom-
ba. Por ello se plantea la cuestión de cómo podría justifi-
f¡S&8¡j6 qüC<fflia£.d e í tipo-yconíellp^en.serStido* carse que la tentativa idónea y la inidónea -independien-
objetivo y bajo,puntos ae J/isfa preve^tivo-generales^ anrw temente del art. 23, tercer párrafo- estén bajo el mismo
sjipDsJae tentativa no son equiparables. Hhes mientras marco penal. Esto puede explicarse por el hecho de que la
que la tentativa idónea toca la esfera del tipo y desafía, u pabilidad, quéfjl.pf^érllínea sirve de orientación para
debido a la puesta en peligro que radica en ella, una reac- I* JienaTisTá'misma en el autor de ía tentativa inidónea
ción del ordenamiento jurídico; en la tentativa inidónea, un como en él de la idónea y qué, en muchos casos, tampoco
peligro cercano al tipo sólo existe en la representación del se diferencian las necesidades de pena preventivo-espe-
autor. Si esto significara que la tentativa inidónea fuera ' cíales.'Ef menor peso objetivo de la tentativa inidónea puede
objetivamente Una nulidad, su punición difícilmente podría hacerse valer para atenuar la pena al considerar las con-
secuencias del hecho (art. 46, segundo párrafo).

^^§Sltf^^gpM^EMM^lr.c):agyLta Por otro lado, la atribución aquí realizada de la tentativa


o-
inidónea a los dos elementos (la peligrosidad subjetiva del
IP autor y la impresión objetiva de la conmoción jurídica) ex-
tativa inidónea funda ^ÜWdecfdd Mpéftúr-:
plica sin problemas ta^rtTerióTpunición de la tentativa por
báüióti "d¡riá^zplM?§Tléntimiento de seguridad jurídk'
una grave incomprensión y la plena impunidad de la tenta-
en? frgSfógM esto, una -im-.
tiva irreal. Pues el efecto perturbador de la paz de una
presión de conmoción jurídica"^Cuando alguien p. e. lan-
tentativa por grayjMnj^ojnpiéi^
za una bomba, la cual no pudo estallar a consecuencia de
menor .que en las acciones de tentativa" (incluso inidónea).
un error de construcción desconocido por el autor -aun-
que, por su planificación y^ü ejecución, deben ser toma-
que reconocible-, esto provocará inquietud en la colectivi-
das seriamente en cuenta.^ Una tentativa por grave incom-
dad y frecuentemente la exigencia de una intervención San-
prensión provoca más hilaridad que preocupación; por eso
donadora del Estado. Ciéftámóritéfesta inquietud y la ne-
puede tratársele con más benignidad o incluso eximirla to-
cesidad de sanción son esencialmente menores que si la
talmente de sanción. La tentativa supersticiosa, finalmen-
bomba hubiera realmente estallado y solamente por un
te, en la cüaí el autor se sirve de fuerzas irreales (como la
milagro no hubiera lesionado a nadie-fcPrecisamente aquí
magia), provoca sólo movimientos negativos con la cabe-
radica la diferencia, respecto al daño social, entre la tenta-
za y dudas sobre la salud mental del autor Por ello, dado
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ACERCA DEL FUNDAMENTO PENAL DE LA TENTATIVA
WM
EZI
que sus efectos sociales son irrelevantes, puede quedar tipo y que causa conmoción al Derecho-, esto debe agu-
zar la comprensión de que no es tan evidente la punibili-
totalmente impune.
dad de la tentativa inidónea (o de todas sus formas de
La concepción aquí desarrollada es una teoría unifica- aparición), tal como por lo general se supone en Alema-
dora, en la cual se vinculan elementos de la teoría "objeti- nia7 . Todavía alrededor de 1930 casi la totalidad de la cien-
va" de la peligrosidad, elementos de la "teoría (subjetiva) cia alemana veía en la puesta en peligro el único motivo
del autor" y de la "teoría de la impresión". Ella explica la de punición de la tentativa; e incluso actualmente en el
tentativa idónea con la nueva teoría de la peligrosidad Derecho extranjero (p. e. en Austria, Italia, Holanda, Esta-
(comp. 2) y fundamenta la punibilidad de la tentativa inidó- dos Unidos, Japón) la tentativa inidónea es, en muchos
nea, en sentido subjetivo, con ayuda de la teoría del autor casos, impune8^EI que la ciencia alemana hoy en día sólo
(comp. 3), y en sentido objetivo, mediante la teoría de la rara vez plantee problemas para el merecimiento de pena
impresión (comp. 4). Luego, esta teoría no puede de la tentativa inidónea guarda relación, según la historia
clasificarse preponderantemente en una concepción sub- dogmática, con el reconocimiento del injusto personal im-
jetiva u objetiva, sino lleva a una síntesis entre los numero- puesto por la teoría final de la acción: puesto que a la ten-
sos elementos subjetivos y objetivos de la tentativa. La tativa inidónea se le atribuye el mismo desvalor de la ac-
exposición alberga con ello una teoría que ya había sido ción que a la tentativa idónea, no se pone en duda su me-
desarrollada en una manera muy similar (pero por cierto recimiento de pena. Pero con ello se pasa por alto que a la
de manera mucho más breve) por KOHLRAUSCH/LANGE. tentativa también le debe corresponder un desvalor espe-
Según ellos6: 'Teoría de la unificación. La tentativa punible cífíaf de^re^süiráclór(peligrosidad o perturbación de la paz,
se da cuando la acción era peligrosa para el bien jurídico *éí cua(^sTbíenTÍó_é^.VCau.sente en la tentativa inidónea, es
atacado o cuando muestra al autor como peligroso atacan- considerablemente menor.
te del bien jurídico". Entonces, también aquí se separan cla-
ramente las dos raíces de la tentativa punible: la peligrosi- Por eso, además de los mencionados buenos motivos
dad objetiva del hecho y la peligrosidad subjetiva del autor. para la punibilidad de la tentativa inidónea, hay también
Tampoco se soslaya el lado objetivo de la tentativa inidónea apreciables argumentos en contra. Uno podría preguntar-
cuando se dice: "Adicionalmente hay que considerar de se si realmente necesita punición una tentativa totalmente
manera preventivo-general la impresión hacia afuera". inidónea, y por ello inocua, ¡n concreto, cuando queda im-
pune un autor con un proyecto delictivo idóneo y altamen-
Cuando aquí se deduce la tentativa de dos raíces -pri- te peligroso que fracasa faltándole muy poco para alcan-
mariamente de la puesta en peligro cercana al tipo y, zar la frontera de la tentativa. También puede dudarse de
subsidiariamente de la infracción de la norma cercana al
7
En este sentido también DICKE, Jus, 1968. p. 157 y ss.; RUDOLPH1, LH a Maurach.
1972, p. 51 (70 y ss); WEIGEND, ver nota 2.1989. p. 128.
' Comp. JESCHECK/WE1GEND. "Strafrccht. A T (5* ed). cap. 49 IX; y especialmente
KOHLRAUSCH/LANGE. StGB, 1959 (42' ed.). com. previo art. 43. tercer párrafo,
sobre el Derecho japonés, NAKA, ver nota 2,1989, p. 93 y ss.
núm. 3.
EJ DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL ACERCA DEL FUNDAMENTO PENAL DE LA TENTATIVA

la necesidad de sanción penal por el hecho de que las que antes habían determinado la discusión, ya no necesi-
tentativas inidóneas que no son cometidas de forma típi- tan ser tratadas con profundidad, pues carecen de impor-
camente delictiva (el decidido a envenenar vierte sin que- tancia debido aJa^oujTibilio^a^deJa tentativa inidónea.
rer azúcar en el cafó), apenas podrían ser descubiertos y La designación de estas teorías como "objetivas" lleva
por ello, generalmente, permanecen impunes por este a confusión. Pues cualquier teoría "objetiva" tiene que in-
motivo. Luego, el que se sancione penalmente la tentativa cluir en sí elementos subjetivos: el dolo y el plan del hecho
inidónea, no se deriva sin más de ürTsoío motivo penal de también sonimportantes¡para determinar la tentativa en
la tentativa, válido para todos los casos, sino necesita una ^cualquier teoría objetiva. Por eso, hubiera sido mejor ha-
decisión especial del legislador que amplíe.y complete el blar déTébTTas depuesta en peligro o, en todo caso, de
fundamento penal de la tentativa idónea. La decisión que teorías m^oritariamente'objetivas. Sin embargo, para no
ha tomado el legislador aíemán es, por cierto, defendible, dificultar ja comprensión, también se empleará aquí la ter-
pero de ninguna manera obligatoria minología tradicional.

2.- LAS TEORÍAS OBJETIVAS DE LA TENTATIVA Deberá tenerse como una verdadera forma de teoría
^ objetiva a la (nueva) teoría de la peligrosidad10, la cual
Las teorías objetivas que, tal como se ha expuesto y en /«considera como idónea a la tentativa peligrosa, determi-
contra de la actual concepción mayoritaria en Alemania, nando el peligro igual como ya antes lo había hecho la
mencionan correctamente el fundamento penal de la ten- i teoría de la adecuación y como lo hace ahora la teoría de
tativa para él caso normal de la tentativa idónea, predomi- \ i la imputación objetiva. Según ella, una tentativa es peli-
naban antes en Alemania. Por cierto que el C. P. de 1871 grosa (y con ello, idónea) cuando un observador promedio
también había dejada abierta expresamente la punibilidad razonable, el cual está provisto además con cualquier co-
jte la tentativa inidónea9. Hoy en día, estas teorías ya no nocimiento especial del autor, tuvo que haber considerado
son apropiadas para explicar plenamente la punibilidad de ex-ante que el resultado era seriamente posible. Esto pue-
la tentativa, debido a la indudable punibilidad de la tentati- de ilustrarse imaginando los comentarios sobre los hechos
va inidónea en el Derecho vigente. Pero aun así ellas de- de nuestro espectador hipotético acabado de describir. En
ben ser todavía explicadas debido a su importancia para la tentativa idónea éste gritaría al autor: "Déjalo"; en la ini-
la tentativa idónea. No obstante la explicación puede ser / dónea: "Oye tonto"11.
realizada de manera breve, pues ya han sido ponderadas
El primero que defendió la teoría de la peligrosidad en
las ventajas de estas teorías en el marco de nuestra pro-
esta forma fue Von LISZT12; después fue von HIPPEL quien
pia concepción, y las parcialmente complicadas cuestio-
nes de la delimitación entre tentativa idónea e inidónea,
10
La denominación proviene de von HIPPEL, "Strafrecht H". 1939. p. 425.
" Von HIPPEL. "Strafrecht H'\ 1930. p. 428.
v
Comp. alrespectoRGSt. 1.439 (41!); von H1PPEL. "Strafrecht ir*. 1939. p. 416. c. más ref. " En todas las ediciones de su "Manual", la última en 1919 (21V22'ed.). p. 200. La poste-
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ACERCA DEL FUNDAMENTO PENAL DE LA TENTATIVA

la perfeccionó brillantemente13. Esta teoría es preferible a sin esforzarse por realizar una fundamentación indepen-
otras expresiones de la teoría objetiva pues armoniza con diente16. Frecuentemente se afirma que desde 1975 esta
el concepto de peligro de lajteoría de la imputácíórí objeti-_ teoría constituye la base del Derecho vigente. Así, la Co-
^ya y, con ello, se integra sin rupturas eri Tos fundamentos misión especial para la reforma penal habla de "la teoría
dogmáticos de la teoría del tipo. Una dé lásSebijidades de subjetiva de la tentativa reconocida expresamente en el
esta teoría objetiva de la tentativa, al iguafque de todas nuevo C. P."17. Por otro lado, también en la literatura ella
las que solamente se basan en la idoneidad de la acción no deja de tener adeptos18.
del autor, radica en que el concepto de peligrosidad no
constituye un parámetro para la delimitación entre tentati- La fundamentación de la teoría subjetiva se apoya so-
va y acto preparatorio impune: también los actos prepara- bre todo en dos argumentos, contenidos ya antes en una
torios ya constituyen un peligro que se incrementa conti- sentencia de la Cámara penal unificada del Tribunal del
nuamente hasta llegar al resultado. Es mejor para la deli- Reich (RGSt. 1,439). En primer lugarrel RG opina que Mno
mitación basarse en un peligro concreto14. No obstante, podría haber dudas de que en la tentativa la voluntad cri-
no toda tentativa idónea constituye un peligro concreto tal minal es aquél fenómeno contra el cual se dirige la ley
como hoy se entiende este concepto15. Por ello, sería mejor penaLjí "diferencia del"resultado antijurídjeo manifestado
hablar de un peligro cercano al tipo, y con ello, de un peli- en ja consumación y provenientedé ja. voluntadI criminal.
gro sui generis. PrÓ'piamerite'dfcho, cualquier referencia a la consumación
como opuesto de la tentativa tendría que quedar fuera de
consideración, y no debería exigirse nada más que el pen-
3.- LAS TEORÍAS SUBJETIVAS DE LA TENTATIVA
samiento criminal se haya manifestado en acciones exter-
X nas" (idem, p. 441 y s.).
». ..Según la teoría subjetiva, propugnada por la jurispru-
dencia, el fundamento,penal dé la tentativa radica en la Junto a este énfasis en la voluntad criminal, aparece
puesta en acción de la voluntad hostil al Derecho como un.Sjéguñc^ la idpa de que no
[Betátigung des rechtsfeindlichen Willens] a través del au- podría diferenciarse entre tentativas peligrosas y no peli-
tor. Esta concepción ha sido defendida desde antiguo por grosas, porque en cada tentativa faltaría la causalidad para
el Tribunal del Reich, y asumida por el Tribunal Supremo el resultado. Puesto que no podría distinguirse entre las
diferentes formas de causalidad y de no-causalidad, cual-

ñor reelaboración de Eb. Schmidt (1927.25* ed., p. 302 y ss.) la transformó en la teoría
de la "ausencia de tipo". Von HIPPEL comenta esto: "Con ello se ha separado del Manual
de von Lis/t una de sus partes más brillantes" ("Strafrecht H", 1930, nota 4). '• RGSt. 1,439; 1,451; 8. 198; 17.158.24. 382; 38.423; 42.92; 47. 189; 49.20; 50.35;
Von HIPPEL. "Strafrecht II", 1930. cap. 30; otros seguidores de esta doctrina ver en op. 58. 303; 60. 138; BGHSt. 11, 324 (327).
17
cit. P. 427. nota 1. Comp. al respecto también en el discípulo de von Hippel, Hans En esc sentido BAUMANN/WEBER. "Strafrecht AT* (9* ed.), cap. 32,1.2c; crítica y
HENCKEL. "DcrGefahrbcgriff im Strafrecht". 1930. p. 37 y ss. acertadamente MEYER 2StW 87 (1975), p. 603.
11
Comp. por mencionar sólo la literatura reciente. BAUMANN/WEBER, "Strafrecht AT*.
Von HIPPEL. "Strafrecht II", 1930. p. 425 y ss.
(9*ed.). cap. 32,1,2.c; DREHER/TRÓNDLE(48*ed.). cap. 22. n. marg. 24; LANCKNER
Sobre la explicación de la diferencia comp. supra nota 4.
(21* ed.), cap. 22, n. marg. 11.
jEcm
DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL ACERCA DEL FUNDAMENTO PENAL DE LA TENTATIVA
EDI
quier tentativa resultaría no peligrosa. "Ya que, si la ac- _dad de la tentativa en la jurisprudencia del RG 20 , el cual ha
ción, en el caso concreto, no ha lesionado el bien jurídico, iratado de ser corregido por el legislador de la nueva Parte
General a través de la fórmula conceptual del art. 22. Ya
esto demuestra rotundamente que no podía lesionarlo en
í esta circunstancia muestra lo errado que es el que la Co-
el caso concreto; y si no estaba en condiciones para ello,
' (misión especial hable de un reconocimiento legal de la teo-
entonces la acción no ha puesto objetivamente en peligro
I ría subjetiva. Por el contrario, la normal impunidad de los
al bien jurídico...".
' actos preparatorios resulta sin más de su escasa peligrosi-
i^Estos*fundamentos no son convincentes1?, e incluso dad (comp. ya supra 1).
tampoco cuando, siguiendo el derecho vigente, se parte
de la punibilidad fundamental de la tentativa inidónea. En - * Finalmente, tampoco convence que la tentativa deba
lo que concierne primeramente a la voluntad criminal puesta ser algo totalmente opuesto a la consumación (RGSt 1,
en actividad como fundamento de la punibilidad de la ten- 441) al considerar que en aquélla el fundamento penal sea
tativa se objeta tres cos£& En primer lugar, esta suposi- Ja voluntad^ mieptras que ei^éstejojsea ©' resultado. Pues
ción no puede explicar por qué la tentativa sólo en una cori elfo se desconoce que la tentativaiT'por'régla'general,'
parte de los casos (y aún entonces por regla general) es constituye un estadio dejránsitq y previo a la consuma-,
ción y, con elio una afección reai del bien jurídico, aunque
penada de manera más benigna que la consumación, por
sólo en forma _de _ujna_ puesta eni'peligre^.'. Cá~suposición de
qué en la tentativa por una grave incomprensión (según el
una reíáción de^posición separa a la tentativa del tipo y
art. 23, tercer párrafo) la pena se reduce aún más e inclu-
rompe el sistema del Derecho penal en dos partes separa-
so puede prescindirse de ella, y por qué la tentativa su-
das. Esto no se corresponde con los fundamentos dogmá-
. persticiosa es totalmente impune, pues en todos estos
ticos de nuestro Derecho penal (comp. supra 1).
I casos se da por igual una actividad de la voluntad hostil al
í derecho, de manera que las diferencias de punibilidad sólo El segundo argumento del RG, de que la no-produc-
I pueden ser explicadas por graduaciones de la peligrosi- ' ción del resultado siempre probaría la no-peligrosidad de
dad (comp. supra 1). la acción del autor, de tal manera que no podría diferen-
..fcjfc En segundo lugar, la teoría subjetiva tampoco puede ciarse por este motivo entre acciones peligrosas y no peli-
; | aclarar por qué los actos preparatorios son fundamental- grosas del autor, ha sido hoy en día claramente desvirtua-
! mente impunes; pues también en ellos se manifiesta una do y es apenas defendido21. Este argumento se basa en
voluntad hostil al derecho. La teoría subjetiva también ha
llevado, pues, a un dudoso adelantamiento de la punibili-
* \- .
20
Una impresionante recopilación de esta jurisprudencia en MAURACH/GÓSSEL,
"Strafrecht, AT" (7' ed.), cap. 40, n. marg. 29 y ss., en donde se enfatiza acertadamente
19
Comp. acerca de la crítica de la teoría subjetiva de la tentativa, entre otros, von HIPPEL, "que el extremo subjetivismo violenta la ley" (n. marg. 37).
11
"Strafrecht 11". 1930, p. 421 y ss.; SPENDEL, NJW 1965. p. 1881;DlCKEJuS 1968. Se exceptúa a B AUM ANN/WEBER. "Strafrecht, AT' (9* ed.). cap. 32,1,2. c: toda ten-
p. 157; WEIGEND,comoenlanota2.1989. p. 123 y ss.;JAK0BS "Strafrecht AT"(2' tativa mostraría "a través de su no-consumación, que era inidónea para madurar en un
hecho delictivo consumado".
cd.), cap. 25, n. marg. 17.
üa DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL ACERCA DEL FUNDAMENTO PENAL DE LA TENTATIVA BwP

la teoría de la equivalencia de von Buri y en la conclusión es "la voluntad maligna comprobada una vez y, según toda
^naturalística equivocada de que no habría más diferencias probabilidad, duradera*.ll'Bliirtodavía puede procrear
que las causales, en la cual también se basa la similarmente miles de nuevas acciones peligrosas. También t^\Ñ<(ÍE
errónea teoría subjetiva de la participación. Pero natural- (comp. sobre este autor supra 1)25 considera que existe
mente puede diferencja/se entre a c ^ una tentativa punible cuando la acción muestra "al autor
\\ ' sas y no peligrosas, tal como desde hace tiempo lojhacen como un atacante peligroso" del bien jurídico. También la
la teoría de la adecuación y la teoría deja imputación obje- concepción de ÉOCKÉLMANN26, "de que la tentativa re-
tiva También el legislador emplea eí concepto de peligro cién puede existir donde el dolo delictivo ha pasado la prue-
j en distintos contextos, si bien no siempre con el mismo ba de fuego de la situación crítica" puede emplearse para
! contenido (comp. solamente los arts. 34, 35, 223a, 315a, la teoría del autor.
! b y c), lo cual no sería posible si no existiera algo así. Ya Esta concepción reconoce acertadamente el componen-
von HIPPEL22 ha juzgado sarcástica, pero acertadamen- te preventivo-especial de la punición de la tentativa (comp.
• te: "Según von Buri y el Tribunal del Reich, todos nuestros supra 1). Ella también puede explicar mejor que la teoría
participantes en la guerra que regresaron a casa no estu- puramente subjetiva, basada en la "voluntad", la impuni-
\ -, vieron expuestos a ningún peligro. Si bien ellos decían que dad de los meros actos preparatorios y la menor punición
• sí..., esto era un... error. jSólo estuvieron en peligro los de la tentativa por grave incomprensión. Pues recién se
x i que cayeron! Puesto que el curso causal es objetivamente muestra que alguien es capaz de cometer un delito, que
.' | necesario, jquien quedó vivo, tampoco estuvo en peligro!" es un "atacante peligroso", cuando sobrepasa el umbral
Entonces, la teoría subjetiva no es sostenible en su for- de la tentativa sobre la base de su representación. Tam-
ma conocida hasta ahora y contradice el Derecho vigente. bién es evidente la mínima peligrosidad del autor bajo una
Dos modernas variantes de la teoría subjetiva formulan mejor grave incomprensión.
sus aspectos acertados, pero tampoco son apropiadas para Pero esta teoría del autor, si se pretende que sólo ella
servir como el único fundamento penal de la tentativa. pueda fundamentar la punición de la tentativa, se ve ex-
Una "rama de la teoría subjetivista de la tentativa"23, puesta a la objeción de que en uR;, Derecho penal del he-
nunca perfeccionada, pero digna de atención, sigue una cho no es suficiente para la punición sólo una peligrosi-
"orientación preventivo-especial en la peligrosidad del au- dad, por más elevada que sea. También es conocido que
tor" (teoría del autor). Esta concepción se remite a E..vorv no siempre existe una necesidad de punición preventivo-
—I^LISZT24, para el cual J*}íjff6íamento pena! de la tentativa especial, ni siquiera en los delitos consumados; en las tenta-

15
KOHLRAUSCH/LANGE. "StGB" (42'cd.). 1959.com. previo, art.43,tercer párrafo,
» Von H1FPEL. "Strafrccht II". 1930. p. 422. número 3. Sin embargo, allí se evita basarse unilateralmcnte en la teoría del autor a favor
" Sobre esto y lo que sigue, WEIGEND, como en nota 2,1989, p. 118. de la teoría de la unificación, también aquí representada (comp. ya supra 1).
26
» E. v. LISZT. ZSlW 25 (1905). p. 24. 27. 36. BOCKELMANN. JZ 1954. p. 473.
E2I DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL ACERCA DEL FUNDAMENTO PENAL DE LA TENTATIVA BEB3I

tivas inidóneas esto será todavía más frecuente. Luego, para nal de la actitud interna. Las graduaciones de punibilidad
legitimar la punición de la tentativa se tiene que recurrir siem- entre consumación, tentativa y tentativa por grave incom-
pre también a la puesta en peligro objetiva o por lo menos a prensión ya no pueden ser explicadas si todas estas con-
la perturbación de la paz desencadenada por el autor. ductas contienen el mismo "ataque perfecto a la validez
También podrá verse a la concepción He ¿A^OBS27 de la norma".
como una variante de la teoría subjetiva, puesto que, se- -*> También sería consecuencia de esta concepción la pu-
gún ella, "el fundarnentb.penal c[%la tentativa (consiste én). nición de los actos preparatorios como "quebrantamiento
la expresión de un qüébrahfeiíftiéñto^de la normal Tal que-.* expresivo de la norma". Si bien JAKOBS quiere evitar esto
brantamiento de la norma"faltaría eñ íaxtéhtativá supersti- exigiendo un quebrantamiento de la norma "cercano al
ciosa: "Una norma realmente existente no será quebranta- tipo"30, esta restricción por sí misma correcta no puede ser
da cuando el autor, al formar su,dolo,*especialmente al fundamentada a partir de su concepto teórico31. ¿Por qué
escoger sus medios, parte de una configuración del mun- el quebrantamiento de la norma debe estar "cercano al
do comunicativamente no relevante". tipo" si para el injusto no importa en absoluto la lesión de
Esta teoría explica bastante bien la punibilidad de la bienes protegidos en los tipos? Se tiene que concordar
tentativa inidónea al hacer valer, acudiendo a la "expresivi- con el resumen efectuado por WEIGEND32: "Si el injusto
dad", también su lado objetivo. Ella también evita la estric- merecedor de pena radica en la activa oposición contra el
ta separación entre consumación orientada al resultado y valor social protegido penalmente, entonces no sólo se
¡ tentativa portadora de la voluntad, lajsual es el punto de carece de criterios capaces de ser fundamentados teóri-
! partida de la teoría subjetiva y de la jurisprudencia; pues camente para una delimitación entre tentativa y actos pre-
j ve en la tentativa y en la consumación por igual "un ataque paratorios, sino incluso de una explicación para el hecho
í perfecto a la validez de la norma"28. Pero esta teoría prue- de que los actos preparatorios 'inequívocos* sean siquiera
ba demasiado: cuando no existe ya ninguna diferencia entre exceptuados de la punibilidad".
hecho consumado y tentativa inidónea en relación con el
injusto, esto se vuelve precisamente en el prototipo del 4.- LA TEORÍA DE LA IMPRESIÓN
ft injusto.. ALverJAKOBS <en, el delito "no^|i^riajTiente la
producción de lesiones a bienes", sino "la lesión a la vali- Una teoría, defendida antes aisladamente33 y ahora con
. dez de la norma"29, se aparta de los fundamentos objeti-
vos del Derecho penal del hecho a favor de una
j subjétivización, la cual se aproxima mucho al Derecho pe- » JAKOBS. "Strafrecht. AT" (2* ed.), cap. 25, n. marg. 21
" Así también WEIGEND, como en la nota 2,1989. p. 125, nota 64.
" WEIGEND, como en la nota 2,1989, p. 125.
i
" Acerca del desarrollo histórico ampliamente ZACZYK, "Das Unrecht der versuchten
17 Tat", 1989, p. 21 y ss. Anteriores defensores de esta teoría son, entre otros, BÜNGER,
JAKOBS, "Strafrecht. AT" (2* ed.). cap. 25. n. marg. 21.
u ZStW 6 (1886). p. 291 y ss.. 361; HORN. ZStW 20(1900). p. 309 y ss., 357; von BAR.
JAKOBS,"Strafrecht.AT"(2*ed).cap.25.n.marg. 17.
"Gesetz und Schuld im Strafrecht II", 1907, p. 490 y s., 527 y ss.; von GEMMINGEN,
" JAKOBS."Strafrecht.AT*(2*ed).cap.25.n.marg. 15.
"Die Rechtswidrígkeitdes Versuchs", 1932.
ACERCA DEL FUNDAMENTO PENAL DE LA TENTATIVA
E31 DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL

nes que conmocionan al Derecho" serían en la realidad


más frecuencia y con diversas acentuaciones34, basa el
demasiado cambiantes e indeterminadas como para po-
fundamento penal de la tentativa en la impresión de con-
der explicar algo con ellas. Pues no pueden importar las
moción jurídica que ocasiona la conducta del autor. Aun
impresiones de observadores reales, los cuales no tienen
cuando no se produce el resultado, la conducta del autor
por qué estar presentes en el hecho. Lo decisivo tiene que
fundamenta una perturbación de la paz social que exige
una sanción. Ésta teoría mantiene un término medio entre ser si la acción del autor es apropiada para ocasionar una
lo subjetivo y lo objetivo, entre injusto de la voluntad y la iippresión c^conntájiló^ un observador prome-
puesta en peligro, tomando como motivación para la puni- dio imaginario que_conoce todos los hechos externos" é
ción no solamente la voluntad criminal puesta en acción, internos. Entonces, se trata de un juicio de valor. Pero in-
sino también la impresión que causa en la colectividad, cluso bajo esta base todavía persisten las dudas.
pero sin exigir una puesta en peligro, la cual sólo se pre- En primer lugar, al igual que en la teoría del "quebranta-
senta en la tentativa idónea. Ella también explica bastante miento expresivo de la norma" -teoría cercana a la de la
bien la diferencia de punibilidad entre consumación, tenta- impresión- es criticable que esta concepción encaje en to-
tiva común, tentativa por grave incomprensión y tentativa das las formas de aparición de la conducta delictiva, inclu-
supersticiosa: la impresión que conmociona jurídicamen- yendo a la consumación. Es decir que, en realidad, no con-
te, y con ello la necesidad de pena, disminuye cada vez tiene nada específico para la tentativa, y sin embargo atri-
\ más en el orden descrito. Igualmente se puede decir que buye todas las acciones punibles a un punto de vista que
los actos preparatorios quedan plenamente impunes por- está precisamente elaborado para la tentativa inidónea (y
que todavía no ocasionan una impresión que conmocione cuyo lado "objetivo" efectivamente explica de manera co-
jurídicamente, o que esa impresión es todavía tan pasaje- rrecta, comp. supra 1).
'• ra que no exige una punibilidad. A continuación, sólo de manera muy imprecisa puede
i
Aunque esta teoría es hoy en día casi dominante, ha delimitarse la tentativa de los actos preparatorios recurrien-
experimentado decididas objeciones en nuevas publica- do a la "impresión de conmoción jurídica". Y es que también
ciones35 . No es acertada la objeción de que "las impresio- las medidas preparatorias ya decididas son apropiadas para
I desestabilizar el sentimiento general de seguridad jurídica.
M
Si bien la impresión de conmoción jurídica es cada vez más
Comp. entre muchos oíros GRÜNWALD. LH a Wclzel. 1974. p. 712; LK (10* ed.)-
VOGLER en com. previo ait. 22. n. marg. 52; M AUR ACH/GÓSSEL, "Strafrccht AT".
persistente conforme se acerque a la consumación, la fron-
tomo 2 (7" ed.). cap. 40. n. marg. 40 y ss.; J. MEYER. ZStW 87 (1975). p. 604; tera entre la impunidad y la punibilidad no se puede extraer
PAPAGEORGIOU. "Wo liegt dic Grcnze zwischcn Vorbcrcitungshondlung und NfcrsuchT', del criterio de la impresión, sino de un punto de vista sobre
1988. p. 200 y ss.; ROXIN, JuS 1979. p. 1; ESER en Schónke/Schrttder(25'ed.). com.
previo art. 22. n. marg. 22; RUDOLPHI en SK (6* ed). com. previo art. 22. n. marg. 13
y ss.; SCHÜNEMANN. GA 1986. p. 311; WESSELS. "Strafrccht AT' (26*ed.), n. marg.
594; WOLTER. "Objcktive und persónate Zurcchhung von Verhalten. Gefahr und
Vcrletzung in einem funktionalen Straftatsystem". 1981. p. 79 (pero con justicia sólo el mismo autor, "Strafrecht, AT", cap. 15, n. marg. 40 y ss.; WEIGEND, como en la nota
para el caso excepcional de la tentativa inidónea). 2.1989. p. 121 y ss.; ZACZYK. como en la nota 33.1989. p. 21 y ss.
M
Así p. c. en JAKOBS. "Strafrccht. AT*. cap. 20. n. marg. 20; KÜHL. JuS. 1980. p. 507;
ggTÜ DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL

la cercanía al tipo orientado en los fundamentos de Estado


Ide Derecho de nuestro Derecho penal.
! Finalmente, el criterio de la impresión aparentemente
unitario tampoco cambia nada el que la impresión de con-
moción jurídica que fundamenta la punibilidad de la tenta-
tiva sea derivada en parte de la objetiva puesta en peligro,
y también en parte solamente de la perturbación dé~\apaz
ocasionada por el quebrantamiento de la norma. Luego*
esta doble vía, de hecho inevitable para la fundamenta-
ción de la tentativa, tampoco puede ser realmente supera-
da mediante el compromiso expresado en la fórmula de la
teoría de la impresión.

I A TENTATIVA
FRUSTRADA* * *
Al mismo tiempo, una contribución acerca del problema
de la repetición de la acción ejecutiva

* Cuando no se da información sobre la ley, se trata del C. P. alemán (Nota del autor].
*• N. d. T.: artículo publicado, bajo el título original en alemán: "Dcr fehlgeschlagene
Versuch", en la revista Jurístische Schulung (JS), 1981. p. 1 -9.
[1->]
En el Derecho penal, el fenómeno de la "tentativa frus-
trada" forma parte de las figuras jurídicas todavía insegu-
ras de la parte general. Es discutible si el concepto de la
tentativa frustrada, no mencionado expresamente por el
C. P.f justifica en absoluto su existencia como categoría
independiente1; tampoco existe consenso sobre cuáles he-
chos deban ser designados con este concepto2 y qué fun-
ción pueda corresponderé junto a la regulación legal del
desistimiento. Por otro lado, el concepto, por cuyo recono-
cimiento SCHMIDHÁUSER3 fue el primero en pronunciar-
se con especial énfasis hace alrededor de diez años, se
ha impuesto entretanto ampliamente en manuales y co-

En contra: GOSSEL. ZStW 87 (1975), p. 3 y ss.; MAURACH/GOSSEL. "Strofrecht.


AT", tomo I, parte 2. cap.. 5* ed. (1978). p. 47: "Una figura jurídica independiente de una
tentativa frustrada...no es necesaria"; LACKNER. "StGB". 12* ed. (1978). art. 24, se-
gundo comentario: la tentativa frustrada "no (constituiría) ninguna categoría indepen-
diente".
Compárese el listado de definiciones heterogéneas de GÓSSEL, ZSt W 87 (1975), p. 3 y
ss.; BOTTKE, "Strafrechtswissenschaftliche Methodik und Systematik bei der Lehre vom
strafbefreidenden und strafmildernden Tátervcrhalten", 1979, p. 352 y ss.
"Strafrecht AT', 1970, p. 501 y ss.; 2" ed. (1975), p. 627 y ss. Además ROXIN. en LH a
Heinitz, 1972, p. 251 (253 y s.). Antes, especialmente OTTO, GA 1967, p. 144 y ss.;
HRUSCHKA, JZ 1969. p. 495 y ss.
Ka DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL
LA TENTATIVA FRUSTRADA
E¡a
mentarlos4. También en la jurisprudencia se utiliza el tér- una tentativa que no puede ser proseguida y, por ello, tam-
mino no pocas veces5. Este estado controvertido de la dis- poco puede renunciarse a ella. Puesto que el art. 24 pre-
cusión justifica examinar otra vez de cerca el contenido y supone la posibilidad de tales tentativas, esta disposición
el rendimiento del concepto. Al mismo tiempo debe verifi- reconoce implícitamente la tentativa frustrada como una
carse si la constelación de la "repetición del acto de ejecu- categoría independiente6.
ción" -un delincuente abandona ulteriores esfuerzos pro- 2.- Sobre esta base también puede delimitarse positi-
metedores para la consumación después de una acción eje- vamente la tentativa frustrada. Ella se da cuando el autor
cutiva infructuosa-, que es especialmente importante por sus reconoce o por lo menos supone que su objetivo se ha
efectos prácticos, puede ser llevada a una solución recu- vuelto inalcanzable en el marco del hecho concreto. La
rriendo a la construcción de una tentativa frustrada. tentativa frustrada se diferencia de la tentativa inidónea, la
que no puede llevar al resultado por motivos objetivos,
I.- EXISTENCIA E IMPORTANCIA DE LA TENTATIVA FRUS- sobre todo porque se centra en la apreciación subjetiva
TRADA SEGÚN EL C. P. del autor. Se puede renunciar todavía a una tentativa frus-
trada, con efectos de impunidad, en tanto no se conozca
1.- La cuestión inicial de si el C. P. conoce una tentativa su inidoneidad (comp. art. 24, primer párrafo, segunda ora-
inidónea deberá ser respondida afirmativamente. Según ción: a través de un esfuerzo espontáneo y serio); luego,
el art. 24, primer párrafo, primera oración, queda libre de en tanto pueda renunciarse a la tentativa, ésta no se ha
pena por tentativa, entre otros, aquél que "renuncia es- frustrado. En sentido contrario, una tentativa frustrada no
pontáneamente a la ulterior ejecución del hecho". Ambas tiene que ser inidónea; cuando p. e. la última bala de que
formas de desistimiento, el espontáneo y el no-espontá- dispone el asesino yerra a su víctima sólo por un pelo, se
neo se caracterizan, entonces, por el hecho de que el au- trata ciertamente de una tentativa idónea, pero frustrada.
tor "renuncia" a la tentativa. Pero, según el sentido Esta tentativa incluso puede seguir siendo objetivamente
idiomático de la palabra sólo se puede renunciar a una idónea cuando sólo el autor considera inalcanzable el ob-
tentativa cuando todavía podía ser continuada. El asaltan- jetivo; si éste ha considerado que tiene una pistola carga-
te que es puesto en inconsciencia por su "víctima" no ha da, y un tercero presente le dice que la pistola está des-
"renunciado" a su tentativa, sino ha fracasado. Su tentati- cargada, ante lo cual el tirador resignado baja el arma, la
va se ha frustrado. Según esto, una tentativa frustrada es tentativa se ha frustrado. Dado que el actor no ve ninguna
otra alternativa, el bajar su arma no constituye ninguna

Comp. así JESCHECK, "Strafrecht. A T . 3' cd. (1978). p. 439 y s.; ESER en: SchOnke/
Schroder. "StGB". 20* cd. (1980), art. 24, n. marg. 18 y ss.; RUDOLPHI, en: "SK-StGB".
2* ed. (1977). art. 24, n. marg. 8 y ss.; WESSELS. "Strafrechl, AT*. 9* cd. (1979), p. 125. * GÓSSEL. ZStW 87 (1979), p. 33. quien quiere renunciar al concepto de tentativa frus-
Luego las dos monografías importantes: ULSENHEIMER, "Fragcn des RUcktrítts vom trada, sin embargo admite que puede haber tentativas en las cuales no hay lugar para un
Versuch", 1978, p. 138 y ss.; BOTTKE (supro. nota 2). Por cierto que en algunos Ma- desistimiento espontáneo o no espontáneo, porque es imposible un "renunciar". Constitu-
nuales (Baumann, Stratenwerth) aún hoy en día no se trata la tentativa frustrada. ye solamente una cuestión terminológica el que se niegue o no la denominación de "frus-
trada" a tal tentativa en la que no cabe la renuncia.
Pe. BGHStlO. 131.20.279ys.
DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL
E21 LA TENTATIVA FRUSTRADA
E¡3¡
"renuncia" [2->] a su resolución para cometer el hecho. ñámente apropiado recompensar este retorno con la im-
Por cierto que las tentativas inidóneas se presentan fre- punidad, tal como también lo prevé expresamente ahora
cuentemente como frustradas cuando el actor reconoce la la nueva parte general en el art. 24, párrafo 1, segunda
inidoneidad (p. e. que la pistola está realmente descarga- oración, bajo el presupuesto de la espontaneidad.
da) y por eso se ve impedido de continuar con su tentativa.
Luego, resumiendo puede decirse: las tentativas frustra- 4.- De todo lo dicho resulta patente que la ley no sólo
das son frecuentemente inidóneas, pero una tentativa frus- traza la existencia de la tentativa frustrada, sino también
trada no tiene que ser inidónea, como tampoco una tenta- su marco de contenido. Cuando se deduce un argumento
tiva inidónea tiene que ser una frustrada. en contra de la "aprovechabilidad" de este concepto por el
hecho de que casi todos los autores "designan con ello
3.- La limitación de la tentativa frustrada a la supresión diferentes hechos y tampoco la jurisprudencia emplea uni-
de las "bases subjetivas del negocio"7 no sólo resulta del tariamente este concepto"8, esto no radica en su falta de
sentido literal del concepto "renunciar", vinculado con las claridad intrínseca, sino en que la anterior literatura enten-
ideas del actor. Ella se deriva sobre todo de la finalidad día algo distinto bajo la tentativa frustrada y estos antiguos
que tiene la separación dual previamente dada en la ley significados todavía dejan sentir sus efectos.
entre frustración y desistimiento. La tentativa frustrada es
aquélla en la cual se ha decidido de antemano que no en- El antiguo derecho italiano y el francés entendían bajo
tra en consideración un desistimiento y con ello tampoco "delitto frustrato" y "dólit manqué" una tentativa acabada,
una posible liberación de la pena. Pues dondequiera que en la cual el resultado no se producía debido a un aconte-
se pretenda ver la ratio del privilegio legal de la tentativa: cimiento casual posterior a la terminación de la acción del
siempre constituye un requisito para decidir sobre la es- autor9. Esto es seguramente una posible determinación
pontaneidad o no-espontaneidad el que el autor se haya conceptual, pero no tiene ninguna función en los funda-
decidido a retornar durante el camino hacia el objetivo. Allí mentos de la ley vigente, de tal manera que actualmente
donde no ha retornado, sino fracasado, es decir, donde no no puede tomarse como referencia. Así, cuando
se ha resuelto en absoluto (espontánea o no espontánea- BOCKELMANN dice10: "Se excluye el desistimiento de la
mente) a abandonar la ulterior ejecución del hecho, sino tentativa frustrada (dólit manqué). Frustrada es toda tenta-
solamente se ha conformado con lo invariable, no existe el tiva cuando es seguro que el resultado no se va a produ-
más mínimo motivo para dejarlo impune. Pero esto rige cir", esta extensión del concepto a todos aquellos casos
precisamente sólo para lo subjetivamente inalcanzable del de tentativa (incluso de las inacabadas) es seguramente
objetivo. Allí donde alguien no conoce la inidoneidad de su correcta; pero en la versión objetiva, que sigue el significa-
tentativa y renuncia a ulteriores esfuerzos, puede ser ple-

• MAURACH/GÓSSEL (supra. nota I). p. 47.


• Más al respecto GÓSSEL. ZStW 87 (1975). p. 8 y ss.
10
' BOTTKE (supra. nota 2). p. 367. "Strafrecht, AT". 3' cd. (1979). p. 211.
LA TENTATIVA FRUSTRADA
fgg DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL

do conceptual originario, se pasa por alto que, según el manuales y comentarios 13 : que se trate de un caso en el
cual el autor reconoce o cree que su plan ha fracasado y,
derecho vigente, no se puede en absoluto desistir de la
por lo tanto, no puede ya alcanzar el objetivo buscado.
tentativa inidónea, de manera que consecuentemente una
Resumiendo en una frase, una tentativa se ha frustrado
tentativa no tiene que ser necesariamente frustrada si es
cuando el autor dice: "no puedo llegar al objetivo, aun si lo
seguro -objetivamente- que el resultado no se producirá.
quisiera". Esta fórmula famosa llamada fórmula de Frank,
WELZEL 1 1 , quien parte igualmente de un concepto objeti-
inventada por su autor originariamente para delimitar el
vo de frustración, evita la discrepancia al decir que el autor
desistimiento no espontáneo 14 , caracteriza en realidad la
podría "también desistirse espontáneamente de un delito
tentativa frustrada 15 .
frustrado, esto es cuando no sabe que ya está frustrado";
pero con ello sacrifica la independencia de la tentativa frus-
trada en relación con los casos de desistimiento y hace así II.-LA DETERMINACIÓN CERCANA DE LA TENTATIVA
que el concepto sea superfluo. El BGH va incluso más le- FRUSTRADA Y EL RENDIMIENTO PRÁCTICO DE ESTA
FIGURA JURÍDICA
jos cuando ocasionalmente equipara sencillamente la ten-
tativa frustrada y el desistimiento no espontáneo. Así ocu- La caracterización realizada hasta ahora de la tentativa
rre en la BGHSt 20, 279 y s., un caso en el cual el autor frustrada todavía no contiene un concepto capaz de ser
desiste de una violación porque la joven atacada "tenía su fácilmente subsumible, sino solamente una pauta para la
regla". Mientras que la sumida de la sentencia ve en ello interpretación. Pues el punto controvertido, que tiene la
un desistimiento no espontáneo, en la fundamentación se mayor importancia práctica, radica en la cuestión de cuá-
dice que se trataría de un "caso de tentativa frustrada, dólit les puedan ser los presupuestos para decir que el objetivo
manqué" 1 2 . Tal amontonamiento de conceptos es repro- (ya) no era alcanzable para el autor. El concepto "objetivo"
bable, porque el valor del terminus "tentativa frustrada" con- necesita, entonces, una delimitación concreta, la cual no
siste precisamente en dar un nombre a una categoría in- puede darse sin un análisis de los grupos de casos perti-
dependiente de tentativas presupuestas por la ley, en las nentes. En una investigación de esta índole sobre las cons-
cuales un desistimiento (espontáneo o no espontaneo) no telaciones típicas de los hechos, que se efectuará a conti-
posible en absoluto. nuación, se destacará también claramente si y en qué
medida el concepto de tentativa frustrada puede traer ven-
5.- La tentativa frustrada puede entonces tener validez
como una categoría independiente, exigida por la ley, sólo
cuando existe un acuerdo sobre el uso del lenguaje, el
cual también se está imponiendo cada vez más en los " Con mucha claridad p. e. en JESCHECK. SCHMIDHÁUSER. RUDOLPHI. WESSELS
(supra, nota 4).
14
FRANK. "StGB", 18" ed.( 193 D.art. 46, segundo párrafo.
" Así ya antes ROXIN (supra, nota 3). p. 254; igualmente ESER. "Studienkurs II", 2* ed.
" "Strafrecht". I r ed. (1969), segundo tomo. p. 198 (invocando al RGSt 68. 82); pero (1976), caso 32, n. marg. 49; JESCHECK (supra, nota 4), p. 440. observación 26;
también MEZGER/BLEI. "Strafrecht. AT". 17' ed. (1977). p. 216. ULSENHEIMER (supra, nota 4), p. 320, con múltiples referencias bibliográficas para la
11
Para una mayor valoración del caso comp. infra II3, in fine. valoración, en la literatura, de la fórmula de Frank.
DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL
LA TENTATIVA FRUSTRADA gnu
E29
que, en ausencia de una "renuncia" a la ejecución, no se
tajas prácticas y cognoscitivas en los ámbitos problemáti-
presenta ningún desistimiento. Pero el resultado es el mis-
cos individuales de la aplicación jurídica.
mo: dado que debido a la claridad de los casos a nadie se
1.- EL CUMPLIMIENTO DEL TIPO ES IMPOSIBLE
le ocurrirá admitir un desistimiento espontáneo, la funda-
Hechos de este tipo constituyen las situaciones más sen- mentación incorrecta es inofensiva.
cillas y "clásicas" de la tentativa frustrada. Con la "imposi- 2.- LA IDENTIDAD DEL OBJETO DE LA ACCIÓN NO CORRESPONDE AL PLAN
bilidad" del cumplimiento del tipo se quiere decir siempre DEL HECHO
que para el autor resulta fuera de toda consideración la
consumación del delito como continuación inmediata de Aquí tiene cabida el grupo de confusiones y errores que
los esfuerzos de ejecución realizados hasta entonces. El no excluyen la posibilidad de realizar el tipo, si bien frus-
que todavía pueda realizarse el plan cuando se dé poste- tran el plan del hecho. Cuando A, que quiere matar a B de
un disparo, se acerca a la víctima desde atrás, y en último
riormente la debida oportunidad, no excluye naturalmente
momento comprueba que está frente a otra persona y de-
la frustración de la tentativa concreta. Los motivos para la
cepcionado guarda otra vez la pistola, la tentativa se ha
frustración pueden ser muy distintos: el autor mismo se
frustrado. Si bien el autor podría todavía completar el tipo
vuelve incapaz de realizar la ejecución (el asesino que ha
disparando a la "falsa" víctima, el desistimiento no consis-
llegado al estadio de la tentativa sufre un ataque cardía-
te en renunciar a la realización de un tipo -por más que
co); la víctima no está presente, se escapa o [3->] demues-
esta inexacta suposición, por lo general, esté extendida y
tra ser superior (el asaltado derriba de un disparo al asal-
sea suficiente-, sino en la renuncia al "hecho", según el
tante); incluso motivos puramente jurídicos pueden causar claro y correcto tenor del art. 24, párrafo primero. Pero este
una frustración (la mujer que el autor quiere violar, se en- hecho y el plan dirigido a su ejecución están constituidos a
trega espontáneamente; el art. 177 no es aplicable, por- través de la identidad de la víctima, en tanto al autor le
que falta una coacción para el acto sexual)16. interese la persona concreta18. Entonces, se puede decir:
Sin embargo, el valor cognoscitivo que aporta la deno- el hecho es en todo caso inejecutable cuando para el au-
minación como "tentativa frustrada" es, precisamente para tor resulta imposible la realización del tipo que tenía a la
este grupo básico de nuestra figura jurídica, limitado. Pues, vista (grupo de casos 1); el hecho también ha fracasado
si, siguiendo la fórmula de Frank (supra I, 5), se habla en cuando, si bien el autor todavía contempla la posibilidad
tales casos de un desistimiento no espontáneo -como ocu- de completar el tipo, considera que el objeto del hecho,
rría mayormente antes17 y como aún hoy en día ocurre a \ sobre el cual se yergue y cae el plan, ya no es alcanzable
menudo-, entonces esto es terminológicamente falso, por- \ (grupo de casos 2).

" Acerca del concepto del plan del hecho comp. ya detalladamente ROXIN, en LH a
'• Más ejemplos en ULSENHEIMER (supra. nota 4). p. 319 y s. (328 y ss). Würtenberger. 1977,p. 109yss.
» EsoccialmenteclarocnSCHRODER.MDR I956.p.321 yss.
BU DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL LA TENTATIVA FRUSTRADA
En
Esto también tiene validez cuando el objeto del hecho En este ejemplo se ve claramente que el reconocimien-
es una cosa. Según los hechos, en los que se basó la to de una tentativa frustrada no solamente trae consigo
sentencia RGSt 39.37 19 , el autor quería hurtar una pelota una corrección conceptual y una mejora terminológica, sino
roja de un jardín ajeno. Cuando hubo ingresado en el jar- también hace ganar claridad jurídica. Pues cuando en nues-
dín y tomado el balón, reconoció que se trataba de una tro caso se empieza a admitir un desistimiento, no se tiene
bola de madera, la arrojó decepcionado y abandonó el jar- que llegar a aceptar necesariamente, siguiendo al RG, la
dín. Puesto que el RG asevera expresamente (idem, p. espontaneidad y con ello la impunidad. Pero, frente a lo
39, 40) que el autor "no (quería tener) cualquier cosa aje- discutible de los criterios decisivos sobre espontaneidad y
na, sino precisamente... el supuesto balón de goma, es no-espontaneidad, el resultado es en todo caso incierto20,
decir, un determinado objeto corporal", su plan del hecho mientras que la figura jurídica de la tentativa frustrada po-
se había, entonces, frustrado, pues éste se basaba en la sibilita una solución clara y convincente. Sin embargo debe
presencia de un balón de goma. El autor debió haber sido tenerse presente con claridad que tampoco esta solución
condenado por tentativa de hurto, sin que hubiera tenido puede ser deducida así como así de un concepto previa-
que pasarse a discutir sobre la espontaneidad o no-es- mente elaborado de frustración, sino que se basa en una
pontaneidad de su desistimiento, el cual ya no era posible. valoración. Pero el reconocimiento de la tentativa frustra-
da tiene la ventaja extraordinaria para la aplicación jurídi-
Por el contrario, el RG ha aceptado un desistimiento
ca de que puede conseguirse fácilmente un consenso so-
espontáneo. El autor habría "sido impedido" de continuar
bre una valoración en el sentido de la punibilidad de estos
su acción "no a través de una circunstancia externa inde-
casos, independientemente de las teorías rivales sobre la
pendiente de su voluntad", sino habría sido motivado a espontaneidad o no-espontaneidad de un desistimiento.
detenerse por "un proceso puramente interior, espiritual, a Si se quisiera otorgar la absolución a un autor sólo por el
saber, una reflexión solamente desencadenada por el des- hecho de que ha fracasado con su tentativa, esto estaría
cubrimiento de los verdaderos hechos" (idem, p. 40). Cier- en contradicción con la punibilidad fundamental tanto de
tamente es correcto que no hubo una circunstancia exter- la tentativa idónea como de la inidónea; por ello, es plena-
na que impidió al autor tomar consigo el balón de madera mente claro que el legislador quiera que se sancione pe-
y que un desistimiento basado en reflexiones "puramente nalmente la tentativa frustrada. Por el contrario, es eviden-
internas" forma parte de los casos típicos de espontanei- te que una decisión sobre la punibilidad o la impunidad
dad. Pero el juicio demuestra que tales consideraciones será más difícil de tomar cuando el autor haya abandona-
pueden llevar a extravíos cuando ni siquiera existe un de- do la ejecución ulterior de su plan, pese a que todavía po-
sistimiento.

No es posible aquí una confrontación más profunda con el problema de la espontaneidad;


esto tendrá que ser dejado a un artículo posterior. Para una concepción propia se remite
por el momento a mi trabajo mencionado en la nota 3 y al trabajo de BOTTKE, muy
cercano a mi concepción (supra, nota 2).
i» Al respecto, detallada y correctamente y bien ESER (supra, nota IS). caso 35.
LA TENTATIVA FRUSTRADA
DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL
WM
mente la obtención del monto de alrededor 300 marcos
día alcanzar su objetivo. Aquí, cuando las circunstancias
alemanes. Una suma menor no tenía para el autor "ningún
cambian y p. e. es mayor el riesgo de ser atrapado pese a
sentido"; luego, su plan había fracasado, aun cuando hu-
las existentes posibilidades de ejecución, son necesarias
biera podido llevarse un menor monto sin problemas. El
difíciles consideraciones sobre las cuales el legislador sólo
BGH llega a aceptar un desistimiento no espontáneo con
puede dar una vaga indicación con la "espontaneidad" del
una fundamentación igual en lo esencial. Se podría consi-
desistimiento, por lo que ellas tienen que ocasionar, con
derar esto como inofensivo y como una pedantería
cierta obligatoriedad, una gran variedad de teorías. No ne-
terminológica el persistir en la clasificación dentro de la
cesitamos recargarnos con esto en los casos de la tentati-
categoría de la tentativa frustrada, donde no cabe el de-
va frustrada; el traslado a la tentativa frustrada de cual-
sistimiento, si no fuera porque aquí la concepción del de-
quier criterio desarrollado para evaluar la espontaneidad
sistimiento posibilitara con la misma facilidad la fundamen-
puede incluso llevar fácilmente a resultados equivocados,
tación del resultado contrario. Así, si uno parte de que el
tal como lo muestra el caso del balón de goma.
autor habría "renunciado" a la ulterior ejecución - y esto no
sólo es presupuesto de cualquier desistimiento de la ten-
3.- E L OBJETO DEL HECHO NO RESPONDE A LAS EXPECTATIVAS DEL AUTOR
tativa inacabada según el art. 24, primer párrafo, de la ley
Una constelación muy frecuente es aquélla en la que el actual, sino también lo era según el art. 46, número 1 del
autor de un delito contra el patrimonio (mayormente un antiguo C. R-, difícilmente puede evitarse reconocer que
caso de rapiña o un hurto) encuentra un botín menor al el autor ha renunciado espontáneamente a la obtención
que había supuesto; si se retira a continuación con las de los 20 a 30 marcos (renuncia que sólo estaba en su
manos vacías, frecuentemente no es nada fácil juzgar si poder), de manera que tendría que admitirse la impunidad
se da una tentativa frustrada, un desistimiento no espon- bajo este punto de vista. Por cierto que BAUMANN/ARZTV
táneo o uno espontáneo. El leading-case de la jurispru- WEBER22 opinan que "el no encontrar una parte de la suma
dencia más reciente es el de la sentencia BGHSt 4, 56: el de dinero esperada" habría influido tan fuertemente en el
inculpado necesitaba para una carrera de representante autor "que no pudo ya escoger libremente entre sustraer o
por él pretendida un capital inicial de "unos 300 marcos dejar la suma encontrada". Pero aquí se escoge una fun-
alemanes", pero no poseía nada. A fin de obtener el dine- damentación visiblemente incorrecta, a fin de salvar el re-
ro necesitado, asaltó al tabernero, sin embargo sólo en- sultado correcto, así como la renuncia exigida por el desis-
contró en la caja 20 a 30 marcos y huyó, sin tomar nada. timiento. El autor no es punible por el hecho de que una
"influencia espiritual" haya afectado la libertad de su reso-
[4->]
lución de dejar en su lugar lo encontrado, sino porque su
Correctamente, aquí debe afirmarse una tentativa frus- plan había fracasado, dando igual si él tomó o no tomó el
trada21 , pues según el plan del hecho importa decisiva-

11 " "Straírecht.slal!eundLosungcn",4*ed.(1976).p. 130.


Igualmente JESCHECK. RUDOLPHI, SCHM1DHÁUSER. BOTTKE(supra. nota 3,4).
BU DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL LA TENTATIVA FRUSTRADA wvm
dinero23. El BGH tampoco ha escogido pues esta funda- También aquí se evita la inseguridad en los resultados,
mentación, sino ha invocado solamente la "insuficiencia causada por concepciones fundamentadoras cambiantes
de lo encontrado para los fines del autor" (idem, p. 59). Por y, en lo teórico, nunca libres de objeciones, siempre que
más correcto que esto sea, el Tribunal ha renunciado im- se reconozca que la solución debe buscarse en el campo
plícitamente con ello al presupuesto legal del desistimien- de la tentativa frustrada y no en el del desistimiento. No
to: la "renuncia" a continuar con actos de ejecución. obstante, la evaluación de la tentativa frustrada exige, en
este grupo de casos, ponderaciones mucho más difíciles
Luego, con ayuda del desistimiento no espontáneo sólo que las constelaciones proporcionalmente no problemáti-
se puede llegar al resultado correcto cuando se deforma cas, tratadas bajo el acápite II, 1. Y es que una frustración
la espontaneidad empleada por lo general en la jurispru- no puede ser simplemente admitida por el hecho de que lo
dencia o el concepto de desistimiento. De allí que no sor- encontrado estaba por debajo de los deseos del autor25.
prenda que los tribunales hayan adoptado siempre una Más bien importa si el plan del hecho estaba fijado a una
postura oscilante en la decisión de tales casos24. En la determinada cantidad del botín. En la sentencia BGHSt 4,
RGSt 24, 222 se admitió un desistimiento espontáneo des- 56 esto había ocurrido debido a la finalidad perseguida
pués que el autor hubiera dejado las cosas encontradas por el autor con el dinero, de manera que resulta clara la
en la caja abierta violentamente por él, al no ver nada dig- presencia de una frustración. Pero cuando un ladrón hurta
; no de hurtar. Igualmente, la RGSt 55, 66 afirmó un desisti- con la finalidad general de enriquecerse esperando una
miento espontáneo porque el autor, quien había supuesto caja llena, pero la deja al encontrar una suma
un mayor lote de mercancía clandestina, había dejado in- sustancialmente menor, entonces esto no es una frustra-
; tactos los pequeños paquetes de víveres, cuyo hurto le ción, sino un desistimiento espontáneo. Porque quien no
I pareció que no valía la pena. Por otro lado, la RGSt 70,1 hurta en virtud de una suma determinada y no posee nin-
I no ha aprobado el desistimiento espontáneo a un asaltan- gún punto de apoyo para el volumen del botín que deba
te callejero, que quería robar dinero a una joven, pero que encontrar, sólo puede tener un plan no específico del he-
la dejó irse sin tomar el dinero encontrado al comprobarse cho. Si encuentra menos, esto es una decepción, pero to-
que lo único que esta tenía era de 20 a 30 peniques. davía no una frustración. Bajo este punto de vista, los he-
chos del fallo del RG arriba expuestos debieron haber sido
analizados con más detenimiento. Sin embargo, la circuns-
tancia de que el autor despreció un botín fácilmente alcan-
" Por cierto que si el autor hubiera tomado los 20 a 30 marcos, no habría sido penado por zable, constituye un indicio de que otra magnitud era
una tentativa y una consumación de hurto, sino sólo por un hurto consumado. Pero esto
no radica en que no se dé el fracaso de la continuación del plan (sin embargo, en este condicio slne qua non del plan del hecho, de modo que lo
sentido BOCKELMANN, "Strafrechtliche Untersuchungen". 19S7, p. 176, observación más probable es suponer que, en todos los hechos descri-
26), sino en que la jurisprudencia acepta una modificación de la planificación de los
hechos en el marco del mismo tipo en caso de tomar lo encontrado. Comp. también tos, se habría tratado de casos de frustración.
BOTTKE (supra, nota 2). p. 367 y s ) .
24
Comp. acerca de las sentencias que se mencionan a continuación, la descripción de los hechos
en BAUMANN/ARZI7WEBER (supra. nota 22). p. 128 y ss. y BOTTKE(supra. nota2), p.
" Pero en este sentido BGHSt 13,156: "Quien desiste de la tentativa de un hurto porque
367 y ss.
DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL LA TENTATIVA FRUSTRADA
WSñ
La circunstancia de que a veces sólo con una cierta inse- primero una cámara fotográfica y un [5->] abrigo, pero
guridad puede responderse, sin analizar exactamente los después renunció a llevárselos, porque temía que la venta
hechos y el plan de los hechos, la cuestión de si existe una fuera dificultosa, así como otras consecuencias desagra-
frustración, no debe hacer concluir que esta figura jurídi- dables. Aquí se da una frustración cuando el dinero y las
ca, dado que con respecto a los resultados ofrecería la cosas de valor, según el plan del hecho, no estaban en
misma inseguridad que la construcción de la espontanei- una relación de "o bien esto - o bien aquello", sino el hurto
dad, solamente trasladaría la problemática, sin llevar a de dinero era un elemento esencial del plan del hecho.
mejores soluciones. Porque en la fundamentación Puesto que el BGH verifica que para el autor habría sido
jurisprudencial sobre el desistimiento, los diferentes resul- importante "sobre todo el dinero en efectivo", el rechazo
tados se basan en las aporías conceptuales descritas y en de un desistimiento espontáneo resulta al final acertado.
la variedad de las concepciones teóricas divergentes, mien- Sin embargo, la fundamentación del fallo resulta muy im-
tras que los totalmente diferentes problemas de delimita- precisa debido a la premisa demasiado amplia de que cual-
ción al determinar la tentativa frustrada radican en el he- quier abandono del botín que esté por debajo de las ex-
cho mismo, es decir en las dificultades previas para inves- pectativas del autor llevaría a un desistimiento no espon-
tigar con exactitud el plan del hecho. táneo (es decir: una frustración. Por el contrario, es plena-
mente acertado por su resultado el "caso de la ventana de
Son más fáciles de juzgar los casos en los cuales lo gasa" (RGSt 45, 6), en el cual los autores, durante el curso
encontrado está por debajo de aquellas expectativas del de la sustracción debido a su torpeza, dañaron tanto los
autor, que no son cuantitativas, sino que se refieren al tipo objetos del hurto (la ventana y un alambrado) que perdie-
y a la propiedad. Aquí se puede partir de la pauta, según la ron su valor o se hicieron inútiles para sus propios fines.
cual una tentativa se ha frustrado "...cuando el autor, al Dado que ellos ya no podían emplear los objetos según su
tener sólo un propósito indeterminado de sustracción, no plan del hecho, el plan había fracasado.
encuentra nada o, cuando tiene un dolo dirigido a la sus-
tracción de determinadas cosas u objetos de determinado Por último, la posibilidad de que el objeto de la acción
tipo, no encuentra cosas de este tipo"26. La BGHSt 13, quede por debajo de las expectativas del autor no sola-
156 trata un caso especial: el autor había querido hurtar mente está dada en bienes reales, sino también cuando
"sobre todo dinero en efectivo, pero también otros objetos las personas se convierten en víctimas de acciones delicti-
de utilidad". No encontró dinero y, en vista de ello, tomó vas. Empero, esto entra mayormente en consideración sólo
en los casos en los cuales el autor no conoce previamente
a la persona atacada por él. Además, rara vez es posible
encuentra menos de lo esperado, no se desiste espontáneamente". De esta manera global
no puede admitirse ni la frustración ni el desistimiento no espontáneo. Quien encuentra
una frustración, porque los "objetos" humanos, a diferen-
algo menos de lo que había esperado, pero todavía puede emplear lo encontrado para sus cia de los bienes reales, no pueden ser clasificados
Tines, con toda seguridad no ha fracasado y todavía tiene la posibilidad de un desistimien- cuantitativamente y tampoco son tan diferentes por su tipo
to espontáneo.
16
Así la BGHSt 4.57, siguiendo la jurisprudencia antigua, pero bajo el punto de vista de la y propiedad como para que se pueda juzgar sin más a una
no-espontancidad del desistimiento. desviación de la representación del autor como fracaso
FX%1 DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL LA TENTATIVA FRUSTRADA
E21
del plan del hecho. Cuando p. e. alguien abraza a una nible para tal efecto" (idem, p. 280). Esto debe ser aproba-
mujer extraña desde atrás, para besarla violentamente do, pues aún cuando el autor, al decidirse a cometer el
(coacción), pero, después lo piensa mejor y se aparta de hecho, pueda no haber reflexionado sobre el estado de la
la ejecución, pues le parece que la mujer no es suficiente- mujer, había partido, tal como muestra su reacción, de la
mente bonita o joven, no se podrá ver esto como una ten- "disponibilidad" de ésta como presupuesto (implícito, so-
tativa frustrada. Y es que cuando el autor no conocía a la breentendido y capaz de concreción suficiente) de su plan;
mujer, no podía tener una representación concreta de que como faltó esto, el objetivo -acto sexual con una mujer
-fuera de excepciones- determinadas expectativas podían "disponible" para ello- era inalcanzable y el plan había fra-
ser tomadas como un elemento constitutivo de un plan. El casado28 . Si por el contrario se quisiera aceptar un desisti-
plan podía orientarse normalmente sólo en besar a una miento y apoyar la "renuncia" a la ejecución en que el au-
mujer extraña de una apariencia no conocida con exacti- tor, visto de manera puramente física, estaba todavía en
tud. Este plan no ha fracasado, de modo que eventual- condiciones de ejecutar el acto sexual -lo cual es afirma-
mente existe un desistimiento espontáneo. Naturalmente do expresamente por el BGH- sería muy difícil tomar una
es distinto cuando el autor quiere besar a una chica deter- decisión sobre la espontaneidad o no-espontaneidad de
minada, pero no lo hace al reconocer que se ha topado este desistimiento. También este ejemplo muestra, enton-
con la chica equivocada. Pero entonces se trata de un caso ces, cuál es la ganancia cognoscitiva que trae consigo el 44__
de confusión (supra II 2), el cual ya por este motivo debe reconocimiento de la tentativa frustrada y su diferencia-
colocarse en la categoría de la tentativa frustrada. ción con el desistimiento.

La sentencia BGHSt 20, 279 y s. forma parte de los 4.- LAS MODALIDADES DEL HECHO DIFIEREN DEL PLAN DEL HECHO
raros casos en ios cuales se presenta una frustración sin
Hechos de este tipo son muy frecuentes, pero no son
que haya confusión de personas en el objeto humano de
ejemplos de tentativa frustrada. Así, el autor está renun-
ataque, pues la víctima no corresponde a las expectativas
ciando cuando al sentirse observado durante un robo con
del autor: el autor había asaltado a una muchacha con el
fractura se retira seguidamente, pese a que para él todavía
fin de violarla, pero se retiró al comprobar que "portaba
era ejecutable el hecho, quizás para no ser después atra-
una compresa higiénica" y que "tenía sus días [de regla]".
pado. Se tiene que esclarecer, luego, si esto ocurrió espon-
Aquí también el BGH ha hablado por una vez expresa-
tánea o no-espontáneamente; pero no se presenta ninguna
mente de una tentativa frustrada27: "al inculpado le pare-
frustración, pues el objetivo -el hurto planificado- era alcan-
ció que la asaltada, debido a su estado, no era apropiada
zable. Podría objetarse a esto que el autor habría tenido el
' para el acto sexual buscado por él -con una mujer dispo-
plan de hurtar sin ser observado; si esto no hubiera sido

El cual, no obstante, al mismo tiempo constituiría un desistimiento no espontáneo; comp. " Por la tentativa frustrada también BOTTKE (supra. nota 2), p. 368. observación 44;
11
ULSENHEIMER (supra, nota 4), p. 323.
sobre este uso del lenguaje supra 1,4.
BfiTil DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL LA TENTATIVA FRUSTRADA KltlM

posible, el plan habría fracasado, es decir, la tentativa se objetivo mismo. El que esto no pueda ser correcto, es de-
habría frustrado. El error de esta argumentación radica en mostrable a través de la ley. Pues si ULSENHEIMER tu-
que, si bien las modalidades de !a ejecución constituyen viera razón, prácticamente cualquier caso de desistimiento
circunstancias concomitantes en el camino hacia el objeti- no espontáneo sería una tentativa frustrada, porque la no-
vo, y como tales, parte fundamental del plan, sin embargo, espontaneidad del desistimiento siempre se basa en que
no son el objetivo, cuya imposibilidad de alcanzar pueda determinadas modalidades del acontecer se han modifica-
fundamentar sólo para el autor la frustración de su tentati- do y al autor le parece aconsejable apartarse de su plan.
va. Esto es correctamente formulado por Pero, dado que la ley evidentemente parte de la existencia
SCHMIDHÁUSER , cuando (en un contexto algo distinto)30
29
de desistimientos no espontáneos, no es sostenible una con-
dice que en la tentativa frustrada importaría "el plan del he- cepción que interpreta sus casos como si fueran casos de
cho del autor solamente en la medida en que este plan de- frustración. Así como es erróneo considerar la tentativa frus-
signa el objetivo que el autor quería alcanzar". Por el contra- trada como un desistimiento (mayormente) no espontáneo,
rio, ULSENHEIMER31 ha defendido la concepción de que también lo es el procedimiento contrario, que consiste en
un cambio de las modalidades del hecho, persistiendo la transformar un desistimiento no espontáneo en una frustra-
posibilidad de alcanzar el objetivo, también podría llevar a ción. ULSENHEIMER mismo se da cuenta de este peligro33
la frustración de la tentativa: "Pues la forma de la realiza- e intenta evadirlo clasificando solamente determinados ca-
ción del delito, los medios de la acción, el lugar y el momen- sos de "imposibilidad modal" dentro de la [6->] tentativa frus-
to de los hechos pueden ser para el plan del autor tan im- trada. Esto sólo quiere hacerlo allí "donde el autor ha parti-
portantes, y estar por ello fijados de manera tan exacta como do de un plan detallado, en el cual los detalles tienen espe-
el objeto del hecho hacia el cual iba dirigido el ataque... La cial importancia para la producción del resultado, de modo
diferencia... consiste solamente en que, en un caso, lo que que la consumación típica "se yergue y cae" con la apari-
el autor reconoció como imposible era aquello que él que- ción o no de las circunstancias esperadas, es decir donde el
ría, y en el otro caso, por el contrario, se refería al cómo de autor se ha vinculado a sí mismo conscientemente". Por el
la ejecución; sin embargo, la motivación para no continuar contrario, los "presupuestos de un hecho punible, por lo
actuando fue la misma: él vio que ya no había oportunidad general plenamente sobreentendidos", así como "las expec-
de aproximarse a su objetivo continuando su concepto so- tativas irreflexivas, las representaciones generales y las es-
bre el hecho, de manera que no puede hablarse de un 're- peranzas" no serían parte esencial del plan del hecho; es
nunciar' "^. Entonces, aquí, bajo el término "concepto de la decir, en caso de no darse, no fundamentarían una frustra-
acción", se equiparan medios y vías hacia el objetivo con el ción34 .

" ídem (supra, nota 4). p. 324 y ss. Debería prevenirse de no "extender desmesuradamente
el campo de la tentativa frustrada" (p. 324).
v
\<JeiM$uyc*noU4Vjv J22>*. u
ídem (nota 4). p. 325 y s.
ea DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL LA TENTATIVA FRUSTRADA Ea
Estas diferenciaciones no son, sin embargo, evidentes "Flachmann"), pero no pudo conseguir el resultado porque
ni realizables teórica o prácticamente. No son evidentes, el espacio reducido dentro del auto no permitía golpes su-
porque precisamente los presupuestos sobreentendidos ficientemente fuertes. Por eso la estranguló hasta que que-
de la comisión del hecho forman parte de los elementos dó inconsciente. Pero luego se arrepintió y desistió total-
más necesarios del plan del hecho. No son realizables en mente de matarla. Estos hechos se presentan a menudo
la práctica, porque, como el mismo ULSENHEIMER ob- también de la siguiente forma: el autor no cambia de me-
serva, la delimitación entre frustración y renuncia, según dios de ataque, sino solamente renuncia a servirse del
tales criterios "se hace extremadamente difícil y depende mismo medio hasta que se produzca el resultado. Ello ocu-
en gran medida de la toma de posición del autor". Final- rrió p. e. en el caso de la "tenaza para tubos" (BGHSt 22,
mente, ni siquiera son teóricamente realizables, pues tam- 176): el inculpado quería matar a su hijastra golpeándola
bién en los casos del desistimiento no espontáneo el he- en la cabeza con una tenaza para tubos. Él suponía que el
cho "se yergue y cae" con la modificación de las modalida- golpe mataría inmediatamente a la hijastra. Sin embargo,
des de ejecución (en caso contrario el autor no se desisti- ella sólo quedó aturdida. El inculpado se dio cuenta de
ría). Luego, debemos quedarnos con que las desviacio- ello, pero desistió de dar más golpes, con los que hubiera
nes de la realidad del plan del autor sólo hacen imposible podido alcanzar su objetivo. La jurisprudencia proporciona
la consecución del objetivo y fundamentan una tentativa más casos aún 3 5 , pero ambas sentencias mencionadas
frustrada cuando tienen que ver con el objeto del hecho y muestran de manera suficientemente clara la estructura
no solamente con las circunstancias concomitantes de la de estos casos. En todos los hechos de este tipo el proble-
ejecución. ma radica en si se admite una tentativa acabada y frustra-
da con el primer acto de ejecución, de la cual ya no es
posible un desistimiento, o si, puesto que el hecho todavía
III.- EL PROBLEMA DE LA REPETICIÓN DE LA ACCIÓN
DE EJECUCIÓN puede ser proseguido exitosamente, se considera una ten-
tativa inacabada, no frustrada, de la cual el autor puede
1.- Con ello nos acercamos a una constelación espe- desistirse con la simple interrupción, eventualmente de
cialmente frecuente en la práctica y discutidísima en la ju- manera espontánea y, con ello, absolutoria.
risprudencia y literatura: los casos en los cuales el autor
2.- La jurisprudencia se ha centrado desde el principio
con sus actos de ejecución no alcanza en un primer mo-
en el plan del autor. Así, en la sentencia Flachmann se
mento su objetivo, pero se aparta de ulteriores esfuerzos
prometedores para consumar el hecho. En la posguerra,
el punto de partida de la discusión fue el así llamado caso
i Flachmann (BGHSt 10, 129): el autor quería matar a su " Así, BGHSt 14,75; 22,330; 23.359. Comp. también sobre esta constelación los casos
45,46,47 en ROXIN, "Entscheidungssommlungfllrjunge Juristen. Strafrecht, AT", 1973.
antigua novia porque había roto su compromiso con él. Más referencias sobre numerosas sentencias (incluso de la jurisprudencia antigua) en
Para ello, cuando estaban en su auto, le dio un golpe en la OTTO, GA 1967. p. 144 y ss.; BOTTKE (supra, nota 2). p. 371 y s. (407 y ss.);
ULSENHEIMER (supra. nota 4), p. 131 y ss. con datos exhaustivos provenientes tam-
cabeza con una botella casi llena de 3/8 de litro (llamada bién de la literatura.
BETiTB DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL LA TENTATIVA FRUSTRADA
isa
dice que existiría una tentativa acabada frustrada "cuando para ambos casos- debe admitirse una tentativa inacabada
el autor hubiera querido realizar su voluntad homicida origi- y evaluar una "interrupción" sin coacciones externas como
nalmente sólo con un medio determinado. Aquí el plan ho- un desistimiento espontáneo. El BGH se sirve con ello de
micida, desde el principio conscientemente limitado en cuan- la figura jurídica de la tentativa frustrada precisamente en
to al medio, se habría cerrado con el empleo de este medio. el único grupo de casos, en el cual ella no juega ningún
La resolución tomada, debido a la frustración -inesperada- papel (comp. supra II 4) 36 . De manera correcta, según los
de continuar el homicidio con otro medio al principio recha- principios ya arriba expuestos, no debería admitirse nunca
zado, tendría que ser valorada como una nueva e indepen- una tentativa frustrada37 en tanto el autor, según su repre-
diente tentativa de homicidio". Por el contrario se daría una sentación, todavía pueda alcanzar el objetivo (en nuestros
única tentativa inacabada, y con ello capaz de ser desistida, ejemplos: la muerte de la víctima) mediante una modifica-
cuando el autor desde el principio había calculado el cam- ción o una continuación de las acciones ejecutadas hasta
bio eventualmente necesario del medio para cometer el he- entonces de manera temporal o espacialmente inmediata
cho, o cuando, si bien no pensaba en ello, "no obstante, en relación con los hechos ya ocurridos. Esta posibilidad
desde el principio no le importaba el tipo de medio homici- de alcanzar el objetivo se había dado en nuestros ejem-
da" (todas las citas son de la BGHSt 10, 131). De manera plos. Luego, la renuncia a una continuación ulterior del he-
correspondiente, la sentencia "tenaza para tubos" enfatiza cho era un desistimiento, independientemente de cómo el
que habría que "partir fundamentalmente de las represen- autor originariamente se hubiera representado las modali-
taciones que sobre el curso de los hechos tenía el autor al dades del homicidio; dado que nada hubiera impedido a
comienzo de su ejecución" (BGHSt 22,177). Según ello im- los actuantes a [7->] consumar el delito, este desistimien-
portaría, entonces, si el autor quería matar a la víctima con
to también fue, según todas las teorías, espontáneo.
un golpe o si le era indiferente el número de golpes e inclu-
so quizás había incluido desde el principio en sus conside- 4.- Otros motivos prácticos, político-criminales y dog-
raciones la necesidad de varios golpes. máticos, además de los argumentos deducidos del análi-
sis de la "tentativa frustrada", hablan en contra de querer
3.- Esta es una solución que por sus resultados ante centrarse en el plan del hecho. Estos motivos sólo pueden
una "imposibilidad modal" desemboca en admitir una ten- ser tratados aquí de manera muy resumida.
tativa frustrada, si el tipo y la forma de ejecución del hecho
constituyó una parte esencial del plan del hecho. Enton-
ces, cuando en nuestros ejemplos el autor ha querido matar ** Si bien la jurisprudencia no habla mayormente de una tentativa frustrada, sino de una
con una "Flachmann" o con un único golpe de una tenaza tentativa "acabada" (aunque en la BGHSt 10.131 se emplea dos veces el término "frus-
tración"), la admisión de una tentativa acabada se basa en la premisa de que se habría
para tubos, la tentativa se habrá frustrado pese a conti- frustrado un acto parcial aislado, interpretado como "hecho".
nuar existiendo hic et nunc posibilidades homicidas; por el " GÓSSEL. ZStW 87 (1975). p. 3 y ss.. también critica la tentativa frustrada, entre otras
contrario, si la modalidad de la ejecución no forma parte cosos, porque no quiere reconocer su admisión en casos en los que se repite la acción de
ejecución. Y tiene plena razón con ello, pero condena a justos por pecadores cuando a
del plan -como resulta evidente según la opinión del BGH continuación quiere renunciar totalmente al concepto de tentativa frustrada, la cual es tan
útil en lo demás.
in DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL LA TENTATIVA FRUSTRADA
ma
En primer lugar, según esta solución, la absolución o inacabada incluso cuando el autor, después de su primera
condena del autor dependen de la postura que éste adop- acción infructuosa, crea poder llegar al objetivo continuan-
te, lo cual es imposible de verificar. Quien esté bien aseso- do sus esfuerzos. Pero no debe juzgarse ora así, ora asá,
rado, siempre afirmará que a él le daban igual los medios; sino unitariamente la calidad de acabada o inacabada de
en este caso tendrá asegurada la absolución. Pero será una tentativa. Lo correcto es no centrarse en el comienzo
condenado quien torpemente admite que habría querido del hecho, sino siempre en el punto temporal de la no-
llegar al objetivo con un medio determinado o con un solo continuación38; pues cuando, tal como se ha expuesto, la
acto de ejecución. Esto es muy insatisfactorio. tentativa no se ha frustrado, tampoco puede ser acabada
en tanto el autor crea poder alcanzar todavía su objetivo
En segundo lugar, la diferenciación tampoco tiene nin-
continuando su accionar.
gún auténtico sentido político-criminal, independientemen-
te de que se pueda comprobar o no la representación del 5.- Debe quedar claro que tampoco se presenta una
autor. Pues no es comprensible por qué aquél que había tentativa frustrada cuando el autor, que cree en la posibili-
creído irreflexivamente primero llegar al objetivo con un dad actual de alcanzar todavía su objetivo, no continúa
medio menos apropiado o con un solo acto de ejecución, sus esfuerzos solamente porque la consumación se ha
debería ser tratado peor que quien ha calculado desde el vuelto muy difícil o muy arriesgada. El ejemplo favorito en
principio una eventualmente necesaria modificación de la la cátedra es aquél en el cual el asesino, que quiere matar
ejecución o no había pensado para nada en el medio para a alguien con un veneno no detectable, al ver que la vícti-
la realización del hecho ni en el número de actos ejecutivos. ma no toma el té envenenado, renuncia a otros medios
homicidas todavía disponibles (p. e. un arma de fuego que
En tercer lugar, la solución del plan del hecho conduce
tenía en la mano), pues le parece que el riesgo de ser
también a absurdos dogmáticos. Pues el que una tentati-
descubierto y apresado es muy elevado. En casos de este
va sea "acabada" o no, es decir, si el autor hizo o no según
tipo algunos autores, que por lo general siguen la línea
su opinión todo lo necesario para la producción del resul-
aquí defendida, se pasan a la solución del plan del hecho
tado, es evaluado por esta concepción, según cual sea el
y admiten una tentativa frustrada39. En realidad, también
plan del hecho, desde una perspectiva totalmente diferen-
aquí existe un desistimiento, porque el autor creyó poder
te. Si el plan del hecho estaba dirigido a un medio determi-
alcanzar todavía su objetivo en relación inmediata con su
nado o a un solo acto de ejecución, para la tentativa aca-
primer acto ejecutivo; jsólo que este desistimiento es no
bada será fundamental que el autor, al principio del hecho,
espontáneo, pues el autor razonablemente no pudo correr
crea haber efectuado todo lo necesario; su tentativa no se
volverá inacabada sólo por que el autor, después de em-
prender el primer acto del hecho, comprenda que todavía
tiene que hacer algo más para producir el resultado. Por el " En este sentido, acertadamente, también GÓSSEL, ZStW 87 (1975), p. 28 y ss.
contrario, si al autor le eran indiferentes el medio o el nú- * JESCHECK (supra, nota 4). p. 439; RUDOLPHl, en: SK-StGB. art. 24. n. marg. 14;
ESER, en: Schflnke/SchrtkJer, art. 24, n. marg. 19; BOTTKE (supra, n. marg. 2). p. 370.
mero de los actos ejecutivos, la tentativa será todavía pero comp. también p. 371 y s.
KÜE1 DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL LA TENTATIVA FRUSTRADA
EEEI
el riesgo de ser descubierto! Por lo demás, puesto que el quier acto parcial que el autor, antes de su ejecución, hubie-
caso donde la ejecución del hecho hubiera sido demasia- ra considerado siquiera posiblemente apropiado para pro-
do peligrosa para el autor es visto correctamente como el ducir el resultado fundamenta una tentativa acabada y, cuan-
ejemplo clásico de un desistimiento no espontáneo, no do no se produce el resultado, una tentativa frustrada. En
existe ningún motivo para admitir aquí algo diferente. Si en consecuencia, tanto en el caso "Flachmann" como en el de
vez de ello se recurre a la construcción de la frustración, la "tenaza para tubos" se presentaría una tentativa punible
esto se debe a que en la discusión predomina casi exclusi- sin posibilidades de desistimiento, aun cuando los autores
vamente la alternativa "frustración o desistimiento espon- hubieran incorporado desde el principio en su plan la proba-
táneo". Sin embargo, también aquí hay naturalmente un bilidad de varios actos ejecutivos o no hubieran pensado
desistimiento no espontáneo. Si se considera esto, se de- para nada en la cantidad de actos individuales necesarios.
muestra que también en los casos de una repetición de la Si bien esta solución evita los desatinos de la concep-
acción ejecutiva una imposibilidad "modal" que no concier- ción de la jurisprudencia, al no atender al plan del hecho,
ne al objeto del hecho, nunca puede implicar la frustración atenta contra la ley y no puede convencer por sus funda-
de una tentativa. mentos político-criminales. O sea, según la ley el autor
6.- Por último debe ser tratada una teoría que si bien consigue liberarse de la pena cuando renuncia espontá-
comparte la crítica a la solución del plan del hecho, en todos neamente a la ejecución del "hecho". Pues bien, cuando
los casos de repetición de la acción ejecutiva admite una los diferentes actos de ejecución (golpe y estrangulamien-
tentativa acabada, frustrada de manera autónoma, y con to en el caso "Flachmann", diferentes golpes en el caso de
ello tam&ién una punibilidad del autor, en contraposición la "tenaza para tubos") conforman una unidad natural de
diametral con la concepción aquí defendida. Ésta es la lla- acción y con ello un único hecho homicida, no es permitido
mada teoría de la acción individual40, según la cual cual- evadir la posibilidad otorgada legalmente (desistirse de este
"hecho"), dividiendo arbitrariamente el hecho unitario en
actos parciales independientes, de los cuales ya no es
40
Esta teoría fue muy defendida en la época del RG (también en la jurisprudencia), pero posible desistirse. Si bien los defensores de la teoría del
ahora sólo tiene pocos, aunque decididos, adeptos. Sus principales defensores son acto individual objetan que la teoría de la tentativa no es-
B AUMANN. "Strafrccht. A.T.". 8* ed. (1977). p. 515 y s.; BURKHADT, "Der Rücktritt
ais Rechtsfolgebestimmung". 1975; CEILEN, JZ 1972, p. 335 y ss.; y su discípulo taría vinculada a lo que la teoría del concurso entiende por
ULSENHEIMER (supra, nota 4). p. 207 y ss. Ya antes, en este sentido, GUTMANN, un "hecho", esto debe ser refutado porque el punto de
"Die Freiwilligkeit des RUcktritts vom Versuch und bei der tatigen Rcuc", 1963. p. 92 y
ss. También ESER (supra. nota 15), caso 33, n. marg. 30-41. defiende la teoría del acto
apoyo normativo es el mismo: según el art. 24 uno debe
individual, pero posiblemente la ha abandonado, pues en Schónkc/Schródcr (ort. 24, n. [8->] poder desistirse precisamente de una conducta que
marg. 18 y ss.) defiende en principio la doctrina seguida aquí, sin mencionar siquiera la
en caso de su consumación sería contemplada como un
teoría de la acción individual. Acerca de la teoría de la acción individual comp. amplia-
mente BOTTKE (supra. nota 2), p. 407 y ss., esp. p. 449 y ss.; ademas: J AKOBS, "Die solo hecho; esta finalidad se frustra cuando de un aconte-
Bedeutung des Versuchsstadiums für die Voraussetzungen cines strafbefreidenden cer unitario de la acción se hacen arbitrariamente varios
RUcktritts". BGH. NJW 1980, p. 195 = JuS 1980. p. 714; WALTER, "Der Rücktritt
vom Versuch ais Ausdruck des Bewahrungsgedankens im zurcchncnden Strafrccht", 1980. "hechos" mediante una parcelación.
p. 111 y ss.
EH DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL LA TENTATIVA FRUSTRADA un
Además, motivos de Política criminal tampoco abonan a El segundo argumento más importante de la teoría del
favor de la teoría del acto individual. Uno de sus argumen- acto individual radica en que, en la repetición de los actos
tos principales es que solamente ella podría impedir que "el de ejecución, el autor ya habría soltado el curso de los
autor que planifica meticulosamente y actúa hechos; su mérito no sería el que todavía no se haya pro-
peligrosamente... sea privilegiado injustificadamente"41; ducido el resultado después del primer acto parcial, y por
quien calculando astutamente se encargara de que estén ello este autor no debería conseguir liberación de pena al
disponibles otras posibilidades para consumar el hecho, en apartarse espontáneamente de la consumación todavía
caso de que el acto de ejecución no tenga éxito, podría, posible del hecho. Pero también esta consideración no
según la opinión contraria, conseguir librarse de la pena acierta al punto de vista valorativo legalmente determinan-
mediante un no-aprovechamiento de estas posibilidades, te. Y es que el legislador no rehusa el desistimiento espon-
mientras que aquél que no ha tomado tales precauciones táneo solamente porque el resultado hubiera podido pro-
habría fracasado definitivamente con su plan y ya no podría ducirse mediante un curso algo distinto. Así ocurre en
librarse mediante un desistimiento. Sólo la teoría del acto muchos casos de la tentativa acabada, y sin embargo el
individual estaría en condiciones de impedir esta injusticia y art. 24, primer párrafo, primera oración, garantiza la impu-
de penar en ambos casos por igual a título de tentativa. nidad cuando el autor se encarga, por lo menos posterior-
Pero lo que aquí se reprocha a la opinión contraria es per- mente, de que el resultado no se produzca. Usando como
fectamente natural: no sólo en la repetición de los actos de ejemplo nuestros casos demostrativos: cuando el autor
ejecución, sino siempre y en todo lugar el autor que planifi- golpea con la botella o con la tenaza para tubos de mane-
ca meticulosamente tiene más tiempo y con más frecuencia ra tan fuerte que existe el peligro de que la víctima muera
una oportunidad de desistir que aquél que ha fracasado de- a causa de esto, y por un milagro no muere inmediatamen-
finitivamente al principio42. Si se quiso evitar esto, debió ha- te, según el art. 24, primer párrafo, indudablemente existe
berse eliminado completamente el desistimiento espontá- un desistimiento de tentativa espontánea de homicidio en
neo. Dado que esto no entra en consideración, resulta In- tanto sólo el autor puede ahora llamar a un módico o impe-
consecuente y errado no querer sacar esta evidente conse- dir espontáneamente de cualquier otra manera la produc-
cuencia de cualquier regulación del desistimiento sólo para ción del resultado. ¿Por qué entonces debe excluirse un
las acciones ejecutivas de varios actos. desistimiento espontáneo si el autor al ejecutar su dolo
homicida desde el principio se dedica a su obra de manera
tan titubeante que renuncia inmediatamente después del
41
47
BAUMANN,(supra.nota40),p.515ys. primer golpe, y si la lesión leve tampoco exige ninguna
En Col medida, la situación es totalmente distinta que la que provoca la objeción válida
contra la teoría del plan del hecho de la jurisprudencia, en el sentido de que trata mejor al
ayuda médica o ningún esfuerzo adicional para conjurar
autor meticuloso que al irreflexivo (comp. supra III4, bajo "en segundo lugar"). Pues en el los peligros? Lo decisivo para el otorgamiento del privile-
caso comparativo allí tratado, tanto para el autor meticuloso como para el irreflexivo toda- gio del desistimiento es en ambos casos que el actor no
vía es posible consumar el hecho, después del fracaso de la primera acción ejecutiva, de
manera que para ambos, por igual, una interrupción es digna de ser reconocida y no merece proporcione la energía criminal para consumar el delito,
un tratamiento diferente. Entonces, aquí falta precisamente la cualidad diferenciadora de la pese a que le sería posible hacerlo sin dificultades espe-
situación objetiva queradicaen la naturaleza de los hechos.
EuED DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL LA TENTATIVA FRUSTRADA na
cíales permitiendo o continuando los hechos. El "regreso a tampoco conocer, por suerte, la teoría del acto individual44.
la fidelidad al Derecho" que subyace en esto es premiado Pero el absurdo teleológico de una solución no es elimina-
por el legislador con la impunidad43, y en este punto coin- do por el hecho de que el daño práctico es reducido, pues
ciden totalmente ambos casos paralelos. Sería incompren- sólo muy pocos la conocen (además, tampoco pueden ad-
sible que precisamente aquél que ha golpeado de manera mitirse siquiera algunos muertos como víctimas de la teoría
menos peligrosa deba echar a perder con ello su posibili- del acto individual). No se trata de que las regulaciones jurí-
dad de desistimiento, mientras que el que golpeó con peli- dicas, cuyo conocimiento [público] debe naturalmente im-
gro para la vida todavía la tenga. portar al legislador, sean apropiadas para motivar al particu-
lar a cometer resultados delictivos, sino de que lo detengan.
Todavía entra a tallar un tercer punto de vista. Cuando
alguien, después del primer golpe dirigido con dolo de matar
o después de los primeros golpes se detiene y reflexiona h IV.- RESUMEN
sobre lo preferible que sería abandonar el plan homicida, Pueden resumirse nuestros resultados de la siguiente
desde la perspectiva de la teoría del acto individual, esta manera:
persona se tendría que decir a sí misma que si prescinde
de otros actos ejecutivos, debido a la denuncia de su vícti- 1.- No es posible un desistimiento de una tentativa frus-
ma le espera con seguridad una pena privativa de libertad trada. Luego, cuando se evalúa la espontaneidad o no-
de muchos años por tentativa de asesinato u homicidio. espontaneidad de un desistimiento siempre tiene que ha-
Por el contrario, puede esperar salir librado sin ser descu- berse esclarecido previamente que la tentativa no se haya
bierto ni penado si, siguiendo su plan originario, mata a la ' frustr&do.
víctima. Pero no es convincente una teoría, que tiene por 2.- Una tentativa frustrada se presenta cuando el autor
consecuencia que el matar a la víctima "pague más" que reconoce o por lo menos supone que no puede o ya no
su salvación, mientras que según la concepción aquí de- puede alcanzar su objetivo en el marco del hecho concreto.
fendida aquél que renuncia espontáneamente a la consu-
mación posible para él, en todo caso no puede ser penado 3.- El objetivo se ha vuelto inalcanzable para el autor
por una tentativa de homicidio, y con ello tiene una posi- cuando parte de que, en relación temporal o espacial in-
ción mejor que el autor de un homicidio consumado, quien mediata con la tentativa realizada hasta entonces,
por lo menos tiene que contar con que lo descubran y san- a) el tipo (ya) no puede ser completado, o
cionen penalmente. Uno pude objetar que los delincuen- b) el objeto del hecho que se tenía en la mira no está
tes no suelen reflexionar de manera tan complicada ni disponible para que pueda echarle mano, o

44
Según ESER (supra, nota 15). caso 33, n. marg. 41, "debe preguntarse si y en qué medida
41 el autor sabe siquiera de las finezas del privilegio al desistimiento como para dejarse
Por causa de la tentativa de homicidio; naturalmente todavía es punible una lesión corpo-
motivar por ellas".
ral consumada.
WTM DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL

c) el objeto del hecho, según su cantidad, tipo o propie-


dad, no se corresponde con el plan del hecho.
4.- Por el contrario una tentativa no se ha frustrado cuan-
do si bien la acción típica frente al objeto del hecho, según
opinión del autor, todavía puede ser ejecutada, no obstan-
te, las modalidades de la comisión del hecho se han modi-
ficado en contra del plan del hecho. Si el autor en tales
casos se aparta de ulteriores acciones, entonces existe un
desistimiento espontáneo o no espontáneo, pero no una
tentativa frustrada.
5.- Especialmente no se da una tentativa frustrada cuan-
do el autor, después de una primera acción de ejecución -
así sea [9->] contraria ai plan- carente de éxito (o de mu-
chas acciones de este tipo), renuncia a la consumación
LA DELIMITACIÓN ENTRE
del delito a través de otros actos ejecutivos usando el mis- TENTATIVA TNIDÓNEA Y
mo u otro medio del hecho, pese a que le pareció hic et
nunc que esta consumación era posible. Más bien se trata DELITO PUTATIVO*
siempre del desistimiento de una tentativa inacabada, y
debe verificarse según las reglas generales si este desisti-
miento es espontáneo o no espontáneo.

• N. d. T.: el título original en alemán es: "Die Abgrenzung von untauglichetn Versuch und
Wahndelikt". El artículo fue publicado en el JZ. 19%. p. 981 al 987.
\ [981->]
La frontera entre la tentativa inidónea (básicamente pu-
nible) y el (impune) delito putativo hasta ahora no ha sido
definida de manera clara en algunos campos, pese a que
la delimitación, p. e. en el Derecho penal tributario, es de
>
una importancia extraordinaria. La contribución expone
resumidamente el problema y llega a una nueva solución
diferenciadora.
i
1.- LA IDEA BÁSICA FUNDAMENTAL Y EL CAMPO DE DE-
i LIMITACIÓN PROBLEMÁTICO
A
La delirnjtación.entre tentativa inidónea y delito putativo
es sencilla en sujiúcleo^gomete„una tentativa inidónea
quien con su acción parte erróneamente de circunstancias
Jjue, si se presentaran, ampielarían el tipo. Por el cohtra-
ríoT'qtiféhTábtá^rre^^ér^'Vdaslas cifflffiSrícia^
externas, pero equivocaaamehte supofie que su .conducta*
i 5.:
atdhtá contfá Una"prohibición penal, comete un delito pu-
tativo impune. Entonces, auiéh durante el crepúsculo tier *
ne erróneamente por una persona al tronco del árbol con-
tra el cual dispara, comete una tentativa de homicidio. Quien. ,
por, el contrario, en un bosque de su propiedad, dispara
contra el tronco 3é un árbóf que ha reconocido como tal,%
DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL DELIMITACIÓN ENTRE TENTATIVA INIDÓNEAY DEUTO PUTATIVO KTCT

creyendo que esto es punible, comete un delito putativo. hechos, por regla general, sólo puede fundamentar una
I B m p f f l m ^ ^ i t a Q ^ i l t i ^ f e l & t t á l é l principio "nullum tentativa inidónea y no un delito putativo. Entonces, cuan-
IPKflIiiíUlÉge" 1 *(art. 103, segundo párrafo de la Consti- do un catedrático distraído cree erróneamente haber reci-
tución): donde no hay un tipo penal, son, imposibles por bido un elevado honorario por su informe pericial, y no lo
igual una consumación ,y una tentativa, La actüudJnterna^ declara al fisco, esto es una tentativa punible de un fraude
del autor," noétil al Derecho,, no.tpuede .por, si sola .funda-, tributario (art. 370, segundo párrafo, Ley tributaria). La cues-
mentar una punibilidad. tión de si se presenta un delito putativo sólo puede surgir
cuando el actor se encuentra en un error de Derecho so-
Pese a la naturalidad de esta idea fundamental, sin em-
bre algo que lo inculparía, p. e. cuando guarda silencio
bargo, la diferenciación entre tentativa inidónea y delito
ante el fisco sobre un ingreso monetario, que él cree erró-
putativo es muy difícil en un campo límite, y hasta ahora
neamente tener que declarar tributariamente. Existe una
no ha sido esclarecida de manera terminante. P. e. ¿co-
excepción (discutida) a esta regla de que los errores en los
mete una tentativa de falso testimonio quien presta un ju-
hechos no pueden fundamentar un delito putativo: la su-
ramento ante el Fiscal, por el hecho de haber supuesto
posición errónea de un deber por el status (comp. infra en
erróneamente un elemento típico ("la oficina competente
3 d). Quien, entonces, toma a un documento falsificado
para la toma de juramentos")? ¿O practica un delito putati-
por un documento de designación de funcionario público
vo impune porque consideró erróneamente que una con-
y, a continuación comete un supuesto delito contra la Ad-
ducta no sancionada penalmente (jurar ante un Fiscal no
ministración pública, practica un delito putativo impune,
competente para la toma de un juramento) era punible?
aunque su error se encuentre en un campo táctico.
Tales cuestiones han sido respondidas en la literatura y
jurisprudencia de manera diferente hasta hoy (más al res- B) LA SUPOSICIÓN DE TIPOS NO EXISTENTES COMO DELITO PUTATIVO
pecto infra 3). Pero pese a estas vaguedades, en amplios
ámbitos hay consenso sobre la delimitación; es más, el Aquí pertenecen casos como la comisión de un adulte-
consenso es tal que, en parte, ni siquiera hay sentencias rio, el intercambio de parejas, los actos homosexuales o
sobre ello. Aquí comenzaremos con las constelaciones los "abusos deshonestos" en animales, en los que el autor
(más o menos) no discutidas. cree que tales conductas son punibles. Estos errores son
posibles porque esas acciones realmente [982->] estaban
amenazadas con pena hasta mucho después de la pos-
2.- EL ÁMBITO NO DISCUTIDO
guerra2 . Naturalmente, las representaciones jurídicamen-
A) ERRORES EN LOS HECHOS NO LLEVAN (CASI) NUNCA A UN DELITO PUTATIVO te erróneas no pueden hacer que el "autor" sea punible
porque para su conducta no está disponible ninguna dis-
Cuando el autor se representa los hechos que comple-
posición penal. Lo correspondiente rige cuando alguien cree
tarían un tipo, su hacer dirigido a la realización de estos

Comp. HERZBERC. JuS 1980, p. 469. Comp. ROXIN. "Strafrecht. AT", tomo 1.2' ed.. 1994, cap. 2, n. marg. 3.
KEfil DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL DELIMITACIÓN ENTRETENTAWAINIDÓNEAY DELITO PUTATIVO BCTi

que es punible algo que nunca lo fue durante la vigencia del D) L A EXTENSIÓN DESMESURADA DE LOS CONCEPTOS TÍPICOS COMO DE-

C. R: el hurto de uso (fuera del art. 248b), los esfuerzos de LITO PUTATIVO

un delincuente para frustrar su propia punición, la fuga de la En caso de una extensión desmesurada de los elemen-
prisión o el uso clandestino de un teléfono ajeno. tos típicos, es decir, cuando el autor define erróneamente
.un elemento en contra suya, no es tan indiscutible la pre-
c) E L DESCONOCIMIENTO DE CAUSAS DE JUSTIFICACIÓN Y DE OTROS OBS-
sencia de un delito putativo, si bien hoy en día esta solu-
TÁCULOS DE PUNICIÓN COMO DELITO PUTATIVO
ción goza de amplio reconocimiento. En la jurisprudencia
Cuando alguien defiende su propiedad contra un ladrón el problema se ha vuelto actual sobre todo en el tipo de la
en fuga disparándole, dentro del marco de la necesidad falsificación documental. En el caso BGHSt 13, 235, el in-
racional [Erforderlichkeit], en la pierna, está amparado por culpado había hecho imprimir vales, cuyos cupones suel-
la legítima defensa (art. 32) 3 . Si el autor considera esto tos debían servir para adquirir cigarrillos en las cantinas de
punible por opinar que sólo podía defenderse con un arma las fuerzas armadas extranjeras [que en ese entonces ocu-
de fuego contra ataques corporales, así y todo tampoco paban territorio alemán]. Pero las tarjetas y los cupones
comete una tentativa de lesiones (art. 223a), sino un delito no tenían consignado el nombre del otorgante ni tenían
putativo. Igualmente es impune quien arresta a otro bajo el carácter probatorio, no obstante lo cual, el inculpado ha-
presupuesto de la detención provisional (art. 127 C. P. P.) bía pensado que tenían la calidad de documentos. El BGH
considerando que esto es una secuestro punible (art. 239), declaró al respecto (idem, p. 240 y s.):
porque cree que sólo los órganos de persecución penal
están facultados para detener. Lo mismo ocurre cuando "Si él creyó... que los cupones sueltos eran documentos,
se desconoce las causas de justificación: quien bajo los pese a faltar el otorgante y el carácter probatorio en el sen-
presupuestos del art. 35 [estado de necesidad exculpan- tido del art. 267 C. P., habría prestado ayuda a un hecho
te] comete un hecho antijurídico, sigue siendo impune así que consideró punible, debido a una errónea valoración ju-
crea él que es punible. Ello no es distinto en las causas de rídica (error de subsunción), es decir a un delito putativo".
exclusión de la punibilidad (o condiciones objetivas de pu- Bajo estas circunstancias su propia conducta sería tam-
nibilidad): el Parlamentario que injuria a alguien en el bién "un delito putativo y por ello impune". El fallo no que-
Bundestag, comete un delito putativo en virtud del art. 36 dó en ese entonces sin contradecir*, y tampoco el BGH
[disposición penal que excluye la punibilidad de las expre- sostuvo siempre esa opinión. Todavía el BGHSt 7, 53 (58)
siones de Parlamentarios], aun cuando él juzge su con- había opinado en un caso similar que podría existir una
ducta como punible (por cierto que también sería impune tentativa de falsificación documental si los inculpados "con-
una tentativa). sideraron como documentos los cupones de víveres de la

* A favor de una falsificación de documentos. FOTH.JR 1965, p. 370; TRAUB.JuS 1967.


' Comp. ROXIN, "Strafrecht. AT", tomo 1, 2*cd., 1994, cap. 15. n. marg. 46. p. 115.
E3 DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL DELIMITACIÓN ENTRETENTAWA1N1DÓNEAY DEUTO PUTATIVO 1»A»

zona de ocupación soviética, sin que lo fueran". Pero sólo mente en la ley, sino que deben ser inferidos recién del
es correcto aceptar un delito putativo en forma de un "error contexto de la disposición.
de subsunción al revés": lo que se representaron los incul- Así se reconoce que, según el art. 142 [alejamiento no
pados, viendo las cosas objetivamente, no fundamenta una permitido del lugar de un accidente], no surge un deber de
falsificación documental. Por ello falta un dolo correspon- esperar cuando alguien sufre "daños exclusivamente para
diente al tipo objetivo. Debe quedar impune aquél que ve sí" mediante un accidente de tráfico por él ocasionado
como una falsificación documental lo que no lo es sobre la (BGHSt 8, 263); pues la ratio del art. 142 radica en la se-
base del contenido de su representación. guridad de pretensiones de reparación de terceros. Ahora
Esto rige para interpretaciones exageradas de todos los bien, cuando alguien, que es el único que sufre daños,
elementos típicos, y no sólo de los normativos, que están cree que tiene el deber de esperar, extiende
en primer plano, sino también de los preponderantemente exageradamente el "elemento típico no escrito" del "deber
descriptivos5. Quien p. e. toma por una "persona" en el pasivo de comprobación" (BGHSt 8, 265) y no comete una
sentido de los arts. 211 y ss. a alguien que sigue conecta- tentativa de fuga del lugar del accidente, sino un delito
do a un aparato de respiración después de su muerte ce- putativo (BGHSt 8, 268) fl . La circunstancia de que hoy en
rebral, reconocida por el actor, y cree cometer un homici- día es impune la tentativa de huida del lugar del accidente,
dio desconectando el aparato que mantiene la circulación no aminora la importancia científica de la diferenciación.
sanguínea, ha practicado en realidad un delito putativo.
Lo correspondiente rige para la extensión exagerada
Cuando se parte de la opinión dominante, para la cual la
de deberes de garante en los delitos impropios de omi-
vida se acaba con la muerte cerebral, el autor ha practica-
do su acción sobre un muerto. Al juzgar al muerto como sión. "El autor de la omisión que -erróneamente- supone
una "persona" extiende exageradamente este concepto y tener un deber de garante, pese a que los hechos -reco-
se encuentra en un impune error de subsunción al revés. nocidos por él- no proporcionan este deber", practica sola-
Lo que sería reconocido como impune mediante una co- mente un delito putativo, según el parecer correcto de la
rrecta definición del concepto "persona" no puede conver- Sala plena de Derecho Penal (BGHSt 16, 155, 160).
tirse en punible mediante una falsa definición.
3.- EL ÁMBITO DISCUTIDO: ERRORES QUE PERJUDICAN
El dicho de que las interpretaciones exageradas de ele- A UNO MISMO EN EL CAMPO PREVIO AL TIPO
mentos típicos llevan a un delito putativo rige para todos A) LA CONSTELACIÓN DE CASOS
los elementos, así que no se necesita más ejemplos. Sola- Los casos hasta ahora no esclarecidos definitivamente,
mente obsérvese aún que ella rige también para aquellos en los cuales la jurisprudencia todavía no encontrado una
elementos del tipo que no están mencionados expresa-

* ENG1SCH todavía en 1972 dudaba sobre esto (LH a Hetnitz. 1972, p. 191 y ss., 201 y
' Comp. al respecto ROXIN, "Strafrecht. AT". 2" ed., 1994, cap. 10. n. m'arg. 57 y ss. s.). Por el contrario, acertadamente, HERZBERG, JuS 1980, p. 470.
wm DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL DELIMITACIÓN ENTRETENTAWAINIDÓNEAY DELITO PUTATIVO

línea clara, se refieren a errores de derecho inculpantes verdadero y mayor precio de venta, cuando en realidad es-
en el campo previo al tipo. Lo que se quiere decir con ello tos se orientan únicamente por el precio de venta legaliza-
será ilustrado con cinco constelaciones de casos especial- do. Entonces, a falta de un daño no existe una estafa con-
mente importantes. sumada. Con ello se plantea la cuestión de si debe admitir-
se una tentativa inidónea de estafa o un delito putativo. El
aa) Ajenidad
autor define el concepto del daño patrimonial de manera
Supóngase que alguien vende una cosa que ya ha ven-
totalmente correcta. Pero él se equivoca en cuanto a los
dido antes, pero que todavía no ha transferido debido a
presupuestos jurídicos de los Derechos que hacen surgir tal
una mayor oferta de un segundo comprador, ¡a quien se
daño. Aquí el autor llega a suponer su punibilidad mediante
entrega finalmente la posesión! Al hacer esto, la persona
una equivocada opinión jurídica en el campo previo a! tipo.
supone haber cometido una apropiación ilícita [983->] por-
que tiene la errónea concepción jurídica de que la propie- ce) Competencia
dad ya habría sido traspasada con el primer contrato de Un error de este tipo muy frecuente en la jurisprudencia
venta a la primera parte contractual. Aquí se descarta una consiste en el error sobre la competencia en el art. 154
apropiación ilícita consumada pues la cosa no era "ajena" [falso juramento]. Alguien proporciona, bajo juramento, una
al tiempo de la segunda venta, sino todavía estaba en pro- información falsa ante una autoridad no competente, pero
piedad del autor. Pero éste ha creído que era ajena des- creyendo que ella lo era. ¿Tentativa o delito putativo? Tam-
pués de reflexiones jurídicas equivocadas. ¿Es esto en- bién aquí el autor no se equivoca sobre el concepto de
tonces la tentativa inidónea de una apropiación ilícita o un competencia, pues sabe que con ello se quiere decir un
delito putativo? El autor no ha definido el concepto "ajeno" lugar autorizado de manera general y en el caso concreto
de manera equivocada ni exagerada. Él sabía que una cosa para la toma de juramentos. Su error, por cuyo motivo se
es ajena cuando está en propiedad o en copropiedad de cree punible, se refiere a las normas extrapenales reparti-
otro. Solamente se ha equivocado sobre los presupuestos doras de competencias, mediante las cuales se distribuye
jurídicos de la transferencia de la propiedad. Se equivoca a una oficina la potestad de tomar juramentos. Con ello
sobre las reglas jurídicas en el campo previo al tipo. tenemos ante nosotros otra vez un error jurídico inculpante
bb) Daños patrimoniales en el campo previo.
También en la estafa pueden ocurrir errores similares. dd) El hecho previo en el delito de encubrimiento personal
P. e. alguien que, en una certificación notarial de un con- [Strafvereitelung]
trato de venta sobre un inmueble, proporciona un menor Muchas veces (y sin unidad de criterios, comp. infra f)
precio para ahorrar derechos7. Al hacer eso parte erró- se ha decidido también el caso en el cual el autor de un
neamente de que los derechos del Notario se miden por el supuesto delito de encubrimiento personal (art. 258), debi-
do a un juicio jurídico equivocado, supone un "hecho
antijurídico previo". Así ocurre cuando alguien conociendo
7
las circunstancias externas, considera como acción puni-
Más o menos así sucedió en el caso BayOLG NJW 1955. p. 1567 y s.
«aa DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL DELIMITACIÓN ENTRETENTATIVAINIDONEAY DELITO PUTATIVO KECM

ble al hecho previo, cuya sanción quiere eludir, mientras B) LA TEORIA DEL EFECTO FUNDAMENTADOR DE LA TENTATIVA QUE TIENE
EL ERROR EN EL CAMPO PREVIO
que en realidad se trata sólo de una contravención. Tam-
bién aquí el autor define acertadamente el "hecho Fue BLEI10 quien en primer lugar defendió la concep-
antijurídico" en el sentido del art. 258 como "aquél que rea- ción de que una tentativa siempre se da cuando el autor
liza e! tipo de una ley penal" (art. 11, primer párrafo, NQ 5). "está sometido a un error de Derecho en el campo previo
Pero se equivoca sobre sus presupuestos (a saber, sobre si del tipo, a consecuencia del cual creía haber realizado el
el acontecer del hecho previo, conocido por él, es un hecho elemento típico, el que visto por sí mismo había sido en-
punible o no). La suposición de la punibilidad descansa en- tendido de manera correcta". Esta concepción ha sido
tonces sobre un error inculpante en el campo previo. ampliada por HERZBERG 11 quien la ha convertido en una
ee) El deber de tributar teoría todavía muy influyente hoy en día. En elementos
Como último caso veamos la suposición errónea de un como el de la "ajenidad" (arts. 242, 246) o el "hecho
deber tributario. Debido a la cantidad y a la confusión de antijurídico" (art. 258) se trataría de "conceptos de remi-
deberes fiscales, los errores jurídicos inculpantes, en este sión"12. Se estaría remitiendo a las reglas sobre la transfe-
campo, son posibles con especial facilidad8, aun cuando rencia de propiedad y a todos los demás tipos penales:
difíciles de probar (por lo que la importancia práctica del "En la medida en que el error en contra del autor se
problema no se sale de los límites). Sea mencionado aquí refiera al campo de remisión, al campo jurídico previo, este
solamente el caso sencillo9 de quien hereda algunos mi- error fundamenta el dolo y una tentativa inidónea. Por el
les de marcos de su esposa y cree erróneamente que debe contrario, se debe admitir un delito putativo cuando la com-
afectar tributariamente esta suma, de manera que, ante el prensión jurídica del autor está en contradicción con la de-
requerimiento del Fisco responde conscientemente de cisión fundamental tomada [por el legislador] con la colo-
manera falsa, en cuanto a que sólo tendría deudas. ¿Es cación del elemento".
esto una tentativa de fraude tributario o un delito putativo?
El autor no se equivoca sobre el concepto de la reducción Entonces, quien quiere apropiarse de una cosa ajena o
del impuesto o del hecho tributariamente relevante, en el frustrar la punición de un delito, se rebela contra la "deci-
sentido del art. 370 AO, sino sobre los presupuestos jurídi- sión fundamental" del legislador y merece la pena por ten-
cos de la aparición de la pretensión fiscal, es decir sobre tativa, incluso cuando, por lo demás, se equivoca jurídica-
una circunstancia anterior al tipo del fraude fiscal. mente en contra de él mismo. Por el contrario, cuando al-
guien cree que la segunda venta de una cosa propia (re-
conociendo además que le pertenece) o las contravencio-

10
Al final de una sene de artículos dedicados al delito putativo en JA 1973, p. 237.321,
389.459.529.601 (604); siguiéndolo. HERDEGEN, LH al BGH. 1975. p. 206.
1
Comp. así los ejemplos prácticos en REIB.Wistra 1986. p. 193 y s. " HERZBERG. JuS 1980. p. 472 y ss.
11
* Ejemplo de BURKHARD. Wistra 1982. p. 180. Sobre esto y lo que sigue. HERZBERG. JuS 1980. p. 473.
DELIMITACIÓN ENTRETENTAWAINIDÓNEAY DEUTO PUTATIVO
KSR1 DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL

nes, reconocidas como tales por él, son "hechos O piénsese en el caso de alguien que comete un su-
antijurídicos" en el sentido del art. 258, se equivoca sobre puesto perjurio ante la Policía, la cual es totalmente in-
la "decisión fundamental" del legislador de impedir sola- competente para tomar juramento14: según la teoría del
mente la apropiación de cosas ajenas y la frustración de campo previo, aquí hay una tentativa inidónea de confor-
una punición, y su hecho permanece impune como delito midad con el art. 154. Esto no es comprensible, pues el
putativo. Los elementos que pertenecen al campo previo legislador no ha tenido ningún interés en "poner bajo pro-
del ámbito de remisión pueden ser reconocidos, según esta tección penal la toma de juramento mediante policías de
teoría, por el hecho de que las modificaciones jurídicas en tráfico; por el contrario les ha prohibido el derecho a ello"15.
el ámbito de la remisión no tocan el tipo. Las modificacio- También HERZBERG siente lo errado del resultado y quie-
nes de las reglas sobre la la transferencia de la propiedad, re ayudarse con el art. 23, tercer párrafo ("grave incompren-
sobre la punibilidad de hechos previos o el carácter de de- sión"). Pero a los profanos en Derecho, quienes descono-
ber tributario no tienen influencia en el sentido de los co- cen totalmente las cuestiones sobre competencia, debido a
rrespondientes tipos penales, incluso si se modifica su al- su desconocimiento difícilmente puede reprochárseles una
cance. Si se sigue esta "teoría del campo previo", en todos grave incomprensión. Con más razón rige esto para las obli-
los cinco casos del principio existe una tentativa punible. gaciones tributarias, las cuales incluso para los expertos
apenas pueden distinguirse. jEn tales casos, lo incompren-
En contra de esta -muy atendible- teoría uno puede sible no es el profano, sino su punición!
levantar dos objeciones. En primer lugar, ella lleva a una
enorme ampliación de la punibilidad, no siempre plausible Un segundo argumento en contra16 consiste en que a
desde la perspectiva político-criminal. Ya la sentencia RGSt menudo es sólo una cuestión de técnica legal el que algo
65, 165 (p. 172) ha observado en cuanto al error sobre el esté regulado en el "campo previo o en el tipo mismo. Así,
deber tributario13: el legislador podría p. e. penalizar solamente el encubri-
miento que tienda a la frustración de determinadas y parti-
[984->]
cularmente graves penas y mencionar los hechos punibles
"Frente a la confusión de los deberes... impuestos en afectados en el art. 258. Quien cree que los esfuerzos de
las leyes tributarias, traería consecuencias insostenibles si frustración de una conducta no mencionada allí serían
se permitiera que... fuera hecho responsable cualquiera punibles según el art. 258, extendería exageradamente el
que bajo un desconocimiento jurídico cause la impresión tipo penal y sería impune sin ninguna discusión. ¿Por qué
de que su conducta, que no tiene efectos penales al no actualmente debería ser penado alguien que en su acción
existir la supuesta pretensión tributaria, tendría por conse-
cuencia la disminución de una pretensión tributaria."
" Más detalles, ROXIN. "Ofiene Tatbesiande und Rechtspnichtmericmalc", Y cd.. 1970, p.
11 164 y ss.. de acuerdo con él. BUKHARDT. JZ 1981, p. 685.
En el mismo sentido, desde la perspectiva actual, p. e. BURKHARDT, JZ1981, p. 687 y
" ROXIN (nota 14). p. 165.
s.; HEIDINGSFELDER."DerumgekehiteSubsumüonsirrtum", 1991,p.90;RElB. Wistra
'• Al respecto BURKHARDT, JZ 1981, p. 687.
1986, p. 193 y ss.
Iffiil DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL DEUMITACIÓNENTRETENTATIVAINIDÓNEAYDEUTOPUTAT1VO ^X\M

de frustración considera, bajo un error de Derecho, una una extensión exagerada del ámbito de protección penal".
contravención como un hecho punible? Igualmente podría Sería erróneo decir que cuando alguien se apropia de una
pensarse que todos los lugares competentes para la toma cosa que tiene por ajena a consecuencia de reflexiones
de juramentos habrían sido mencionados en el tipo; si sólo jurídicas equivocadas no se estaría equivocando sobre el
son pocos, tal procedimiento es incluso razonable, pues concepto de "ajenidad", sino sólo sobre las normas de trans-
procura una mayor claridad. En este caso, sería un delito ' ferencia de la propiedad en el campo previo a este ele-
putativo la suposición de que un juramento ante una ofici- mento. Y es que esta persona en realidad entendería bajo
na allí mencionada sería un falso juramento, porque la re- ajenidad algo distinto que el legislador cuando con motivo
presentación del autor no se dirige hacia algo que comple- de reflexiones jurídicas equivocadas llega a afirmar este
ta el tipo. Pero la mera técnica legal difícilmente puede elemento. Esto hace que BURKHARDT concluya que la
determinar el alcance del tipo. amplitud (la extensión) conceptual de los elementos jurídi-
co-normativos del tipo dependería siempre de las normas
c) LA TEORÍA DE LA IMPUNIDAD DE TODOS LOS ERRORES AUTOINCULPANTES jurídicas que los constituyen. "Por ello, un error sobre es-
Siguiendo un antiguo trabajo de KRIEGSMANN17 y pro- tas normas jurídicas concierne eo ipso a la extensión de
fundizando en lo básico la fundamentación, BURKHARDT18 los elementos normativos del tipo y con ello también al
ha desarrollado la teoría contraria, según la cual todos los campo de aplicación del tipo penal respectivo"21.
errores en el campo previo también llevan al delito putati-
Esta es una concepción seductora22 que lleva también
vo19 : "Un error de Derecho al revés -sea cual sea su pro-
a resultados plausibles en la mayoría de los casos, al per-
cedencia- no actúa fundamentando la tentativa, sino lleva
mitir p. e. que sólo las imaginarias pretensiones tributarias,
a un delito putativo impune". Entonces, quien se apropia
competencias y hechos punibles (supra a, ce - a, ee) se
de una cosa, considerada como ajena debido a una equi-
mantengan al margen del ámbito de la punibilidad de los
vocada interpretación jurídica (comp. el ejemplo de arriba,
delitos tributarios, de falso juramento y contra la adminis-
a, aa), sólo comete un delito putativo, el cual, según esta
tración de justicia. Pero con todo, debe dudarse de la vali-
teoría, también se presenta en todas las constelaciones
dez general de la tesis, en el sentido que cualquier error
nombradas arriba.
inculpante de Derecho descanse sobre una extensión exa-
Esta concepción se funda sobre todo en la tesis20 de gerada del tipo penal supuesto por el autor. Así, en el ejem-
que "cualquier error de significado al revés, basado en un plo de la estafa, dado arriba bajo el acápite a, bb, (el pre-
desconocimiento de normas jurídicas, está vinculado con cio de la propiedad declarado falsamente como menor), el

" KRIEGSMANN, "Wahnvcrbrechen und untauglichcr Versuch". 1904. 11


BURKHARDT, JZ 1981. p. 686.
" BURKHARDT.JZI98I,p.681;clmismoautor.Wistral982,p. 178. " Siguiendo a BURKHARDT. JAKOBS. "Strafrecht. AT. 2* ed.. 1991, cap. 25. n. marg.
" BURKHARDT, JZ 1981, p. 681. 42; 0TT0, "Strafrechl. AT. 4» cd. 1992. cap. 18. IV. 4; el misino autor. JZl 984. p. 143
K
Sobre esto y lo que sigue, BURKHARDT, JZ 1981. p. 685. y ss. (144); SCHLÜCHTER. Wistra 1985. p. 46 y ss.. 94 y ss. (95).
KEE1 DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL DELIMITACIÓN ENTRETENTATIVAINIDÓNEAY DELITO PUTATIVO B&EII

autor pretende perjudicar al Notario y también lo haría si la que dispara erróneamente toma a la persona por un es-
pretensión de honorarios de éste llegara al nivel sobre el pantapájaros) excluye el dolo, el error al revés (el espanta-
cual se basa el autor. Su error no se refiere a la compren- pájaros es visto como una persona) fundamenta el dolo y
sión del concepto "daño patrimonial" (dado que supone lleva a una tentativa inidónea. Por otro lado, quien consi-
correctamente que la reducción de una pretensión sería dera que el furtum usus [hurto de uso] es punible de ma-
un daño), sino en el Derecho referente a los honorarios de ' ñera general, está bajo un error de prohibición al revés (lo
los Notarios. Es poco convincente que esta materia forme cual no es totalmente cierto, pues el error de prohibición y
parte del tipo de la estafa; por ello, también es preferible el error sobre la punibilidad son dos cosas distintas24): así
desde el punto de vista político-criminal la suposición de como el error de prohibición (p. e. la suposición de que el
que, pese al error en este campo, existiría un dolo de da- uso de bicicletas ajenas no estaría prohibido, pese al art.
ñar y con ello una tentativa de estafa. Entonces, en contra 248 b) no libera sin más, el error de prohibición al revés no
de BURKHARDT debe admitirse que también hay errores podría (p. e. creer que el [985->] "préstamo forzoso" de
de Derecho en contra de uno mismo [autoinculpantes], aparatos de jardinería ajenos sería punible) inculpar y ten-
neutrales al ámbito de las normas y que llevan a la punibi- dría que llevar al delito putativo. (Ya a primera vista esta
lidad por tentativa. conclusión tampoco es totalmente cierta porque el error
de prohibición por regla general después de todo lleva a la
D) LA TEORIA DE LA DEDUCCIÓN A LA INVERSA
atenuación de pena y en caso de su inevitabilidad también
Una teoría que se está imponiendo en la jurisprudencia lleva a la exclusión de pena, mientras que el delito putativo
y literatura23 pese a toda crítica, delimita el delito putativo es simple y llanamente impune).
de la tentativa inidónea con ayuda de la "deducción a la
La deducción a la inversa ya ha jugado un papel en la
inversa": la tentativa inidónea sería un error de tipo al re-
jurisprudencia del RG25 y también ha sido repetidamente
vés, el delito putativo un error de prohibición al revés. En-
adoptada por el BGH. En la BGHSt 15, 345 se trataba del
tonces, quien p. e. cree que un espantapájaros es una
caso de que un inculpado, en un proceso de juramento
persona y con dolo de matar le dispara, se equivoca sobre
declarativo, había dado un dato falso sobre una circuns-
una circunstancia del hecho. Así, tal como el desconoci-
tancia que no estaba contemplada dentro del deber de in-
miento de una circunstancia del hecho realmente dada (el
formar o declarar bajo juramento, suponiendo el sujeto
haber cometido un delito de falso juramento. El BGH vio
en ello (en contra de la BGHSt 2, 74, 76) un delito putativo
" DREHER/TRONDLE, "StGB", 47* ed.. 1991, cap. 25. n. marg. 9; FOTH, JR 1965, p.
y declaró que la diferenciación entre error de tipo y error
370; JESCHECK/WEIGEND, "Lehrbuch, A T , 5* cd., 1996. cap. 50, II. 1; M AIWALD,
"Unrcchtskenntnis und Vorsatz im Stcuerstrafrccht", 1984, p. 29; NIERWETBERG, Jura
1985. p. 241; PUPPE, LH a Lackner. 1987, p. 202; RUDOLPHI.en SK (6' ed.) art. 22, n.
marg. 30; ESER en: SchOnke/SchrOder. "StGB", 24' ed.. 1991, art. 22. n. marg. 69;
34
TRAUB, NJW 1960, p. 349; el mismo autor, JuS 1967, p. 115; VOGLER en LK (10* Comp. ROXIN. "Strafrecht, AT", 2'cd., 1994. cap. 21. n. marg. 13.
ed.). art. 22. n. marg. 143; WESSELS, "Strafrecht. A.T.". 26' ed., 1996. n. marg. 621. " RGSt 42.94; 66 126.72. 112.
•an DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL DEUMITACIÓN ENTRETENTAWAINIDONEAY DEUTO PUTATIVO

de prohibición sería "esencial también para la cuestión de mentó idóneo para la delimitación entre tentativa y delito
si existe una tentativa inidónea o un delito putativo. Una putativo. Sólo es correcta en el. sentido trivial de que la
tentativa inidónea se da cuando el autor supone errónea- tentativa inidónea exige un dolo dirigido a la realización de
mente un elemento no existente del tipo, mientras que es las circunstancias de los hechos, el cual no existe en el
un delito putativo la errónea suposición del carácter prohi- error de prohibición, mientras que el error de tipo deja sub-
bido del hacer, es decir la suposición errónea de que la sistente el dolo de tipo, el cual falta en el delito putativo.
conducta del autor caería bajo la norma penal. Entonces, Pero de esto no resulta que el error de tipo al revés (es
si el autor cree erróneamente que la información dada por decir, la suposición errónea de la circunstancia cuyo des-
él no cae dentro del juramento, mientras que esto es jurídi- conocimiento excluye el dolo) fundamente necesariamen-
camente así, se está equivocando sobre la amplitud de la te la punibilidad o aunque sea una tentativa26.
norma, es decir, se encuentra en un error de prohibición. Esto ya rige incluso para el caso aparentemente claro
Él no se equivoca sobre un elemento del tipo, sino sobre del error sobre los hechos en los elementos del tipo. Si
que su conducta cae dentro de la prohibición legal. Por este error excluye el dolo según el art. 16, de ello no se
ello debe verse como delito putativo a la suposición erró- deduce de ninguna manera, según leyes lógicas, que el
nea del autor de que una declaración falsa prestada por él error al revés, es decir, la suposición errónea de la presen-
bajo juramento estaría enmarcada dentro del deber de decir cia de circunstancias de un tipo, tenga que llevar necesa-
la verdad". riamente a la tentativa. Esto es, quien dispara a un espan-
También el auto de la Sala grande sobre el error en los tapájaros con la intención de matar a una persona comete
delitos impropios de omisión (BGHSt 16,155, comp. supra una tentativa mediante este error de tipo al revés solamente
2, d, in fine) opera con la deducción a la inversa. El BGH cuando el legislador ha penado tal conducta como una ten-
basa su sentencia, según la cual sería un error de prohibi- tativa inidónea -jy esto no se sobreentiende de ninguna
ción el desconocimiento del deber de garante en caso de maneral Ni siquiera puede uno decir que la lógica obliga-
conocimiento de las circunstancias fundamentadoras de ría en tal caso a admitir una tentativa, y que ai legislador
este deber, en los resultados intolerables que tendría para sólo le correspondería penarlo o dejarlo impune. Y es que
la teoría de la tentativa la suposición de que un deber de cuando se contempla el fundamento penal de la tentativa
garante tendría que ser abarcado por el dolo: en la peligrosidad de la conducta del autor, una conducta
inidónea para causar el resultado típico, desde el princi-
"El autor de una omisión que -erróneamente- supone
pio, no es ninguna tentativa en sentido jurídico debido a la
un deber de garante, pese a que los hechos -por él cono-
cidos- no arrojan este deber, si se sigue la opinión contra- falta de fundamento penal. Luego, lo que es una tentativa
ria, tiene que ser penado por una tentativa de delito impro- es decidido por puntos de vista teleológicos, no lógicos.
pio de omisión. En realidad, este caso tiene que ser juzga-
do como un delito putativo impune."
Hay una amplia literatura sobre los aspectos lógicos, aspectos de teoría del Derecho y aspec-
No obstante, la deducción a la inversa no es un instru- tos jurídicos de la conclusión en sentido inverso; aquí se mencionan sólo los posiciones más
DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL DELIMITACIÓN ENTRETENTAWAINIDÓNEAY DEUTO PUTATIVO
£EÜ
Con más razón, en el error de derecho al revés, la de- son posibles con mucha facilidad, debido a la confusión
ducción a la inversa no puede contribuir con nada para de la legislación tributaria, e incluso son más disculpables
delimitar entre tentativa y delito putativo. Así es p. e. apro- que el desconocimiento de una pretensión verdaderamen-
piado ver como error de tipo en el sentido del art. 370 AO te existente. ¡Si estos últimos llevan a la impunidad, con
[defraudación tributaria] la suposición de que no se debe más razón debe liberar una valoración errónea de la situa-
ningún impuesto, basada en un desconocimiento del De- ción jurídica que hace suponer equivocadamente preten-
recho27, pues tal "autor" tampoco comprende como profa- siones fiscales que no existen en lo absoluto291
no el "sentido social" del fraude fiscal cometido por él obje- El desacierto teleológico de la deducción a la inversa,
tivamente. Pero de esto no se deriva todavía que tenga para la cual basta, en la tentativa, el puro error jurídico
que darse un fraude fiscal tentado y punible cuando al- autoinculpante sin considerar los demás conocimientos exi-
guien supone, debido a reflexiones jurídicas erróneas, que gibles para el dolo, se vuelve especialmente claro también
existe una inexistente pretensión fiscal y omite su declara- gracias a la sentencia ya mencionada de la Sala Grande
ción28 . Pues cuando el desconocimiento del deber tributa- sobre el error acerca de un deber de garante en los delitos
rio excluye el dolo, la suposición de su existencia sólo es impropios de omisión (BGHSt 16,155). La Sala opina que
una condición necesaria, pero no también una condición cuando se contempla al deber de evitar el resultado [986-
suficiente sin más para la afirmación del dolo. Más bien >] -tal como lo había hecho la antigua jurisprudencia-, de
hay argumentos teleológicos que hablan a favor de exigir manera que su desconocimiento actuaría excluyendo el
para un dolo fundamentador de la tentativa, junto con la dolo, se tendría que admitir una tentativa (en lugar de un
suposición de un deber tributario, también la representa- delito putativo, como sería lo correcto) en caso de que,
ción errónea de los hechos, cuya existencia fundamenta- basado en reflexiones jurídicas erróneas, se suponga un
ría realmente una culpabilidad fiscal. Pues, si la confusión deber de evitar el resultado que en realidad no existe. jPero
de las leyes tributarias libera al ciudadano que actúa des- eso no puede ser posible ¡ Aun cuando el desconocimiento
conociendo un deber fiscal, no tiene sentido que la suposi- de un deber de evitar el resultado se viera como un error
ción errónea de deberes fiscales, basada en la misma con- de tipo, la construcción del error autoinculpante de dere-
fusión, sea vista como inculpadora. Tales errores también cho sobre tipos de omisión no existentes no podría funda-
mentar ninguna tentativa debido ya al principio nullum cri-
men sine lege. También en este caso la deducción a la
recientes e importantes: SPENDEL, ZStW 69 (1957). p. 441; el mismo autor, NJW 1965.
p. 188; BAUMANN. NJW 1962, p. 16; SAX, JZ1967, p. 261; ENGISCH, LH a Heinitz,
inversa no diría otra cosa más que debe admitirse un de-
1972. p. 185; HERZBERG. JuS 1980. p. 478 y ss.; BURKHARDT, JZ 1981, p. 684; ber de evitar el resultado, a fin de afirmar la tentativa; de
PUPPE. LH a Lackner, p. 199; SCHÜNEMANN. GA 1986, p. 313, nota 96. Con más ello no resulta que se precise del autor que éste suponga
detalle y ref. bibliográficas, HEIDINGSFELDER (como en la nota 13), p. 95-112.
17
Comp.ROXlN,"Strafrecht,AT",2*ed., 1994,cap. 12,n.marg.91. otros hechos más ni cuáles podrían ser estos.
M
Pero en este sentido, pese a que ambos declaran que el resultado es insatisfactorío,
RUDOLPHI en SK(6*ed.), art. 22, n. marg. 3 2 \ 32b; SAMSON, "Irrtumsprobleme im
Steuerstrafrecht", en: Kohlmann (edit.), "Strafverfolgung und Strafverteidigung im w
Steuerstrafrecht", 1983. p. 112. Sobre el estado actual de la discusión comp.,c. más ref., RElB.Wistra 1986, p. 193.
DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL DELIMITAC1ÓNENTOTENTAWAINID(^EAYDEUT0PUTATIV0

E) L A ACERTADA SOLUCIÓN DIFERENCIADORA art. 370 AO, artículo que solamente compendia las preten-
Se debe preferir una solución que, en casos de error en siones tributarias realmente existentes. Se trata, entonces,
el campo previo, se sitúe entre las soluciones opuestas de de una extensión exagerada del tipo, la cual sólo puede
HERZBERG (supra, b) y BURKHARDT (supra, c) y em- fundamentar un delito putativo. Cuando alguien frustra [la
prenda una diferenciación. Los elementos que remiten a sanción de] una contravención [infracción administrativa]
normas en el campo previo, son pues de naturaleza distin- y juzga esto, conociendo los hechos, como "hecho
ta. Parcialmente se trata de "conceptos colectivos" -que antijurídico" en el sentido del art. 258, está extendiendo el
se tendrán que explicar a continuación- de cortas denomi- concepto de delito de este tipo a conductas que no están
naciones que resumen una multitud de pretensiones (art. incluidas dentro de éste y comete, igualmente un delito
370 AO), tipos penales (art. 258) u oficinas competentes putativo. No es distinto el caso de la falsa suposición de
(art. 154). Detrás del concepto de reducción del impuesto una "competencia" basada en un desconocimiento jurídi-
se oculta el incumplimiento de numerosas pretensiones co: quien declara falsamente bajo juramento ante un Fis-
tributarias individuales y de diferente naturaleza, imposi- cal, creyendo erróneamente que los Fiscales estarían
bles de enumerar todas en el art. 370 AO, pero que deben facultados para tomar juramento, su intención de comisión
ser incluidas mentalmente en este concepto si se quiere delictiva se dirige a una "oficina" no incluida como "compe-
abarcar completamente los posibles objetos de la acción tente" en la denominación resumida del art. 154, de mane-
de reducción. El concepto "hecho antijurídico" del art. 258, ra que aquí otra vez entra a tallar un delito putativo exten-
primer párrafo, es una abreviatura para el total de tipos diendo exageradamente el tipo.
penales que, por motivos de técnica legal, no pueden ser Pero algunos elementos que remiten a normas del cam-
incluidos todos en el precepto penal, pero que pertenecen po previo son de otra naturaleza. Así, el concepto de
allí objetivamente. Igualmente, el concepto de "oficina com- ajenidad remite solamente a la propiedad o a la copropie-
petente" del art. 154 es una denominación resumida de
dad de otro. Luego, quien entiende correctamente el con-
todos los establecimientos facultados para tomar juramento,
cepto de propiedad ajena, tiene eventualmente el dolo de
los cuales se convierten así en parte esencial del tipo.
lesionar la propiedad. Los extensos complejos de normas
Entonces, en el caso de los conceptos colectivos se que regulan el surgimiento de la propiedad no forman par-
ubica la reunión de circunstancias particulares en el ámbi- te del tipo de los correspondientes delitos contra la propie-
to de la norma penal. Esto significa que un error de dere- dad, de manera que su desconocimiento, después de ha-
cho inculpante lleva al delito putativo porque aquél cons- berse comprendido cabalmente el concepto de propiedad,
truye una punibilidad que no está cubierta por ningún tipo; eventualmente no cambia nada el hecho de que se da una
por ello, en este campo debe aprobarse la teoría de tentativa. Entonces, quien quiere apropiarse de una cosa
BURKHARDT (supra c). Luego, cuando alguien se imagi- que se encuentra en propiedad de otro y comprende co-
na pretensiones tributarias inexistentes, queriendo defrau- rrectamente el concepto de propiedad, en el sentido del
dar al fisco, el error queda fuera del ámbito de la norma del art. 903 del C. C , tiene un dolo de apropiación ilícita, aun
DELIMITACIÓN ENTRETENTAWAINIDÓNEAY DEUTO PUTATIVO
EQfl DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL

far a un Notario en cuanto a sus honorarios (supra, a, bb)


cuando se equivoque en cuanto a las reglas de la transfe-
no cambia en nada la existencia de una tentativa de estafa
rencia sobre la propiedad. el hecho de que la supuesta pretensión no había surgido
HEID1NGSFELDER30 ha expresado esto de una mane- según el correspondiente reglamento de honorarios.
ra drástica: "Así como el dolo depende poco del conoci-
En consecuencia, lo que importa es que una remisión
miento de la técnica de fabricación de cerveza en relación
con los efectos embriagadores de una cerveza con conte- a normas del campo previo tenga el carácter de resumir
nido alcohólico, así también, las representaciones erradas muchos casos particulares o que simplemente se tomen
sobre los términos jurídicos que regulan el proceso de apro- como referencia conceptos como "propiedad" o "daño pa-
piación excluyen el dolo en relación con el elemento típico trimonial", cuya comprensión no presupone el conocimien-
'ajeno1. Únicamente la representación del autor de no ser to de cómo han surgido la propiedad o la pretensión a
único propietario del objeto del hecho constituye el objeto través de las cuales se quiere perjudicar a la víctima. En
necesario del dolo. Para el dolo es irrelevante cómo la víc- el primer caso, las normas del campo previo forman parte
tima del hecho ha alcanzado la propiedad del objeto del del tipo, de modo que su extensión exagerada fundamenta
hecho, sea según un precepto del Código Civil o p. e. se- un delito putativo. En el segundo caso, las condiciones
gún las reglas de un ordenamiento jurídico extranjero". En jurídicas de la aparición de la propiedad o de la preten-
nuestro ejemplo inicial (supra, a, aa), referido a alguien sión están situadas fuera del tipo, de tal manera que su
que bajo un error de Derecho se apropia de una cosa cre- desconocimiento no impide una tentativa cuando el autor
yendo que sería ajena, existe, entonces, una tentativa de sólo ha definido los objetos inmediatos de la remisión (pro-
apropiación ilícita. En tal medida, debe aprobarse la teoría piedad, daño mediante la reducción de las pretensiones
del campo previo de HERZBERG (supra, b). fiscales) a la manera de una valoración paralela en la
esfera del profano.
De igual modo, el concepto de daño patrimonial no es
un concepto colectivo. Este concepto no designa más que Las soluciones diferenciadoras en caso de errores en
la disminución de los bienes dinerarios de una persona el campo previo, tal como aquí se recomiendan, también
que resultan de hacer un saldo. Tal concepto de daño pa- están imponiéndose en la literatura 31 . Así,
trimonial también consiste en la reducción de una preten- HEIDINGSFELDER32, a quien sigue la solución aquí pro-
sión. Entonces, quien quiere timar a alguien en cuanto a puesta en muchos aspectos, llega a los mismos resulta-
una pretensión, tiene un dolo de dañar el patrimonio. No dos diferenciando las normas en aquellas que
tienen nada que hacer las reglas bajo las cuales ha surgi- circunscriben, completan y delimitan elementos [del tipo],
do la pretensión, cuya detentación fundamenta un daño. y normas neutrales al ámbito normativo. Sólo en el último
Luego, en el ejemplo inicial, en el cual el autor quería esta- caso admite que los errores jurídicos autoinculpantes fun-

" Comp.LACKNER."SJGB".2l'cd. 1995.ait.22.n.marg. 15.


M
50
HEIDINGSFELDER (ver nota 13), p. 162. HEIDINGSFELDER (ver nota 13). p. 152 y ss.
DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL
gm? DELIMITACIÓN ENTRE TENTATIVA INIDÓNEAY DEUTO PUTATIVO KfKl

damenten la tentativa. SCHÜNEMANN33 alcanza solucio- mentó" ante una practicante no competente). El BGH si-
nes similares a las aquí propuestas sobre la base de la gue esta línea38. Por el contrario, la suposición de una com-
teoría de la impresión [o conmoción]. [987->] VOGLER 34 , petencia, basada en un desconocimiento del Derecho, lle-
SCHLÜCHTER35 y KUHLEN36 establecen diferencias de va a un delito putativo según el parecer aquí representado
una manera distinta, aunque todavía comparable. (comp. supra e). Una tentativa sólo entra aquí en conside-
ración en caso de errores en los hechos: quien declara
F) ACERCA DE LA JURISPRUDENCIA EN EL ÁMBITO DE LOS ERRORES EN EL
falsamente bajo juramento ante un Fiscal o Notario, pero
CAMPO PREVIO
tomándolos por el juez investigador, comete una tentativa
La jurisprudencia no es unitaria, lo cual también resulta inidónea de falso juramento, la cual es punible39.
evidente en la carencia de una solución generalmente re-
Según la BGHSt 15, 210, la suposición errónea sobre
conocida. En caso de suposición errónea de un deber tri-
butario, las sentencias RGSt 64, 229 (238); 65, 165 (172) la punibilidad de una acción, cuya represión frustra el au-
habían afirmado un delito putativo, mientras que según la tor, también debería fundamentar una tentativa según el
RGSt 68, 44 (53 y s.) habría una tentativa inidónea. Tam- art. 258, cuando sólo se basa en falsas consideraciones
bién la sentencia del Tribunal Superior de Berlín (Wistra jurídicas. En contra de esto, el BayOLG (en JZ 1981, p.
1982, 196) pretende admitir una tentativa inidónea, apo- 715 y s.) ha admitido un delito putativo en un caso en el
yándose expresamente en la doctrina desarrollada por BLEI cual alguien había mentido a la Policía sobre su conoci-
y HERZBERG (supra, b), de que todos los errores jurídicos do, el cual estaba involucrado en un accidente de tráfico,
inculpantes en el campo previo actúan fundamentando la a fin de evitarle una multa penal. En realidad, el hecho
tentativa. Por el contrario, según la concepción aquí defen- previo conocido por el autor en sus detalles exteriores
dida, debe afirmarse un delito putativo (comp. supra, e) 37 . sólo era una contravención; ésta sólo es sancionada con
una multa administrativa, cuya frustración es impune. La
La suposición errónea de la competencia fue vista por opinión del BayOLG, según la cual la falsa calificación
el RG como fundamentadora de la tentativa (RGSt 60,25: jurídica de una contravención como hecho punible no
"falso juramento" ante un Fiscal; RGSt 65,206: "falso jura- puede fundamentar una tentativa según el art. 258, se
corresponde con la opinión aquí defendida (comp. supra,
e). Una tentativa recién se daría cuando el autor hubiera
" SCHÜNEMANN.GA 1986.p.312yss.
M
VOGLER en LK (10" ed.), art. 22, n. marg. 143-149.
" SCHLÜCHTER, "Dcr Irrtum übcr normative Tatbcstandsmcrkmalc", 1983, p. 145 y ss.
* KUHLEN, "Dic Untcrschcidung zwischen vorsatzausschlieQendem und nichtvorsatz- M
BGHSt 3, 348; 5. 111 (113 y s.; 117); 10.272 (275 y s.); 12.56 (58).
ausschlieUendem Irrtum", 1987, p. SS8. n
Igual que aquí, BURKHARDT. JZ 1981. p. 681 y ss.; el mismo autor, Wistra 1982, p.
" A favor de la tentativa: MAIWALD (ver nota 23), p. 30 y ss.; RUDOLPHI en SK (6a ed.). 178 y ss.; JAKOBS, "Strafrecht. AT'. 2* ed. 1991, cap. 25. n. marg. 38 y s s ; KÜHL. JuS
art. 22. n. marg. 32a, 32b; SAMSON (ver nota 28). p. 112; ESER en Schdnke/Schroder, 1981, p. 193; el mismo autor, "Strafrecht, AT*. 1994, cap. 15, n. marg. 100; OTTO,
"StGB". 24*ed.. 1991, art. 22. n. marg. 90. A favor de un delito putativo: BURKHARDT, "Strafrecht, AT", 4* ed., 1992, cap. 18 IV, 4.c. Por el contrarío, a favor de la tentativa,
Wistra 1982, p. 178 y ss.; HEIDINGSFELDER (ver nota 13), p. 157; JAKOBS. HERZBERG, JuS 1980. p. 469; NIERWETBERG, Jura 1985. p. 238; RUDOLPHI en
"Strafrecht, AT", 2' ed.. 1991, cap. 25. n. marg. 39 y ss.; LACKNER. "StGB", 21' ed.. SK (6» ed.), art. 22, n. marg. 32*. 32b; SCHLÜCHTER, JuS 1985, p. 528; en todos los
1995. art. 22. n. marg. 15; REIfl, Wistra 1986, p. 198 y s. casos se dan más referencias bibliográficas.
DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL
WHi
supuesto erróneamente hechos que constituirían un he-
cho previo punible40.
El caso de la suposición, bajo error jurídico, de que una
cosa vendida dos veces sería ajena (supra a, aa) ha sido
decidida por el OLG de Stuttgart en una constelación simi-
lar (pero sobre la base de la deducción a la inversa), en el
sentido de una tentativa de apropiación ilícita. Por sus re-
sultados, esto se corresponde con la opinión aquí defendi-
da (comp. supra, e) y con el parecer predominante por lo
demás en la literatura41. Una sentencia del BayOLG (NJW
1955, p. 1567 y s.) se cimenta sobre la constelación de la
suposición errónea de un daño patrimonial bajo un error
jurídico. El Tribunal ha admitido una tentativa inidónea pu-
nible coincidiendo con la concepción aquí defendida (comp. I A DELIMITACIÓN ENTRE
supra, e) 42 . AUTORÍA Y PARTICIPACIÓN
SEGÚN EL DERECHO
ALEMÁN*

A favor de un delito putativo también, BURKHARDT, JZ 1981. p. 686. nota 59;


HEID1NGSFELDER (ver nota 13). p. 157; LACKNER. "StGB". 21'ed., 1995. art. 22.
n. marg. 15; WEBER. MDR 1961, p. 426 y s. Por el contrarío, a favor de la tentativa.
BLEI, "Strafrecht. AT\ 1983, cap. 65, II. I; el mismo autor, JA 1973. p. 603; DREHER/
TRÜNDLE, "StGB", 47' ed.. 1995. art. 258a. n. marg. 6; MAURACH, NJW 1962. p.
720; PUPPE. LH a Lackner. 1987, p. 228; RUDOLPH1 en SK (6* ed). art. 22. n. marg.
32a; STREE. JR 1981, p. 299.
Igual que aquí. B AUM ANN. NJW 1962. p. 16 y ss.; HEIDINGSFELDER (ver nota 13).
p. 162, HERZBERG, JuS 1980. p. 472 y s.; JESCHECK/WEIGEND, "Lehrbuch", 5"
cd.. 1996. cap. 50, II, 2; MAURACH. NJW 1962. p. 720; SCHLÜCHTER (ver nota
35). p. 161 y s.; la misma autora, JuS, 1985, p. 528; ZACZYK, "Das Unrecht der
versuchten Tat", 1989, p. 265. Por el contrarío, a favor del delito putativo. BURKHARDT. * N. d. T.: el presente texto constituye la primera versión del capítulo correspondiente que
JZ 1981. p. 685; JAKOBS. "Strafrecht, AT". 2' ed.. 1991. cap. 25. n. marg. 42. el autor está preparando parad tomo II de su manual "Strafrecht. AllgemeinerTeil" (aún
De acuerdo. HEIDINGSFELDER (ver nota 13). p. 161. no publicado). No puede asignarse todavía la numeración definitiva
A.- LA DIVISIÓN TRIPARTITA DE LAS FORMAS DE PAR-
TICIPACIÓN

El legislador penal diferencia entre los que toman parte


en un delito a autores (art. 25), inductores (art. 26) y cóm-
plices (art. 27). Esta división tripartita que proviene del Code
penal francés de 1810 (art. 59, 60) llegó al C. P. [alemán]
de 1871 a través del C. P. prusiano de 1851 (arts. 47-49) y
fue mantenida en la reforma penal sin críticas esenciales.
Pero ella no es de ninguna manera evidente. Desde el
Derecho italiano medieval se ha venido diferenciando en-
tre distintas formas de participación delictiva1. Esto ha ve-
nido ocurrido de manera cambiante y limitándose, muchas
veces, a determinados delitos. Hoy en día estos esfuerzos
solamente tienen significado histórico. También los
ordenamientos extranjeros del presente separan las for-
mas de cooperación, en parte de manera similar, en parte
de manera considerablemente distinta2. Todas estas va-

Más al respecto HEIMBERGER, "Die Teilnahme am Veibrechen von Schwarzenberg


bis Feuerbach", 1896; ENGELM ANN. "Der geistige Urheber des Verbrechens nach dem
italienischen Recht des Mittelalters", LH a Binding, tomo 2, 1911, p. 387 y ss.;
SCHAFFSTE1N, "Die Allgemcincn Lehren vom Verbrechen in ihrer Entwicklung durch
die Wissenschaft des Gemeinen Strafrechts". 1930 (1973). p. 169 y ss.
Comp. DIETZ, "Tüterschaft und Teilnahme im deutschen und griechischen Strafrecht",
1961; STRAUB/Taterschaft und Teilnahme imenglischen Recht". 1952; SPOTOWSKI.
DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL DELIMITACIÓN ENTRE AUTORÍA Y PARTICIPACIÓN

liantes no han influido en el nuevo desarrollo jurídico ale- persigue el objetivo de hacer superflua la muy difícil deli-
mán; por ello aquí puede prescindirse de ellas. mitación entre autoría, inducción y complicidad, y facilitar
El único modelo contrapuesto que ha alcanzado una con ello la aplicación del derecho. Aun así, debe preferirse
cierta influencia en la discusión político-criminal es la teo- la división tripartita de las formas de participación, siguien-
ría unitaria del autor, la cual trata fundamentalmente por do la doctrina alemana dominante.
igual como autores a cada uno de los participantes3. Esta Ella se corresponde con la exigencia que hace el Esta-
teoría predomina también en la ley [alemana] sobre con- do de Derecho de que la punibilidad debe vincularse y re-
travenciones (OWiG)4, cuyo art. 14, primer párrafo, núm. ferirse al cumplimiento del tipo. Sólo ella se ajusta también
1 dice: "Si varios toman parte en una contravención, en- a la forma de ver las cosas de la sociedad que resalta en el
tonces cada uno de ellos actúa contravencionalmente". uso lingüístico cotidiano distinguiendo entre autores,
Entre los Códigos penales especialmente próximos al ale- inductores y cómplices, y que no permite decir por ejemplo
mán, el C. P. austríaco (ÓStGB) ha adoptado en el art. 125 que "sustrae un bien mueble ajeno", tal como lo exige el
el concepto unitario de autor: "No solamente el autor inme- art. 242, aquél que estimula a otro a cometer un hurto o le
diato comete la acción punible, sino también cualquiera presta una ganzúa para que lo haga. La teoría unitaria del
que determina a otro a ejecutarla o el que de otra manera autor, al reducir el cumplimiento del tipo a la causalidad y
contribuye a su ejecución". El concepto unitario de autor seguir así consecuentemente la concepción, lleva sobre
todo a una extensión insostenible de la punibilidad. Ella no
permite una atenuación obligatoria de la pena para la com-
"Erschcinungsformcn derStraftat imdeutschcn und polnischen Recht", 1979; HERLITZ, plicidad, tal como lo prevé el art. 27 del C. P. También ex-
"Partics to a Crimc and thc Notion of a Complicity Objcct. A Comparative Study of thc
Altcmatives Provided by thc Model Penal Code, Swcdish Law and Claus Roxin", 1992.
cluye una atenuación penal facultativa, lo que si bien tam-
' K1EN APFEL, quien radica en Linz (Austria) es. partidario del concepto unitario de autor, poco está contenido en el Derecho vigente, sería una polí-
también para el Derecho penal alemán; comp. su monografía "Der Einheitstfiter im tica jurídica deseable y realizable sin problemas en un sis-
Strafrecht", 1971, al igual que sus artículos en NJW 1970, p. 1826, en MOIIcr-Dietz (ed.).
"Strafrechtsdogmatik und Kriminalpolitik", 1971. p. 21; en Jus 1974, p. I; JB 1974, p.
tema de división tripartita. Esta teoría tendría también que
113. 180. Comp. también SEIER, "Der Einhcitsttiter im Strafrecht und im Gesetz über tratar la tentativa de inducción y la tentativa de complici-
Ordnungswidrigkciten". JA 1990. p. 342,382. dad como una autoría, mientras que el C. P. con justicia no
4
Pero aun aquí esta teoría es muy discutible, si bien la problemática es menos grave pues
parte de una sanción que no tiene carácter penal y, por regla general, de todos modos para conmina con pena la tentativa de complicidad y, en el caso
la multa solamente está a disposición un marco unitario. Acerca de la discusión ver de la tentativa de inducción, sólo lo hace en caso de deli-
CR AMER, "Die Beteiligung an eincr Zuwiderhandlung nach § 9 OWiG". NJW 1969. p.
1929; DETZLER. "Die ProblcrnatikderEinhcitstfiterlósung", 1972; DREHER,"Plttdoyer
tos graves (art. 30). Además, allí donde elementos perso-
filr den Einheitstüter im Ordnungswidrigkeitenrecht", NJW 1970, p. 217 y ss.; CRAMER/ nales especiales (p. e. el carácter de funcionario público)
DREHER, "Nochmals: Zum Einheitstfiter im Ordnungswidrigkeitenrecht", NJW 1970. fundamentan o elevan la pena, esta teoría tiene que apli-
p. 1114; KIENAPFEL. "Zur Einteitstttterschaft im Ordnungswidrigkeitenrecht". NJW
1971, p. 121; SCHUMANN, "Zum Einheitsttttersystem des § 14 car el mismo marco penal para todos los participantes (así
Ordnungswidrigkeitengesetz", 1979; WELP. "Der Einheitstfiter im también el art. 14, primer párrafo, núm. 2 OWiG, art. 14,
Ordnungswidrigkeitenrecht", VOR 1972, p. 299.
' Al respecto BLOY, "Die Beteíligungsformen ais Zurcchnungstypus im Strafrecht", 1985.
primer párrafo ÓStGB), pese a que un participante situado
p. 166yss.;TRIFFTERER."DieósterreichischeBeteiligungslehre". 1983. fuera del vínculo de deber merece una pena menor. Por
KEfll DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL DELIMITACIÓN ENTRE AUTORÍA Y PARTICIPACIÓN KfiTl

otro lado, si se hacen diferenciaciones, como en el Derecho ayuda para un hecho no doloso no posibilitan una puni-
alemán de contravenciones y en el C. P. austríaco, dejando ción por autoría consumada en los casos no comprendi-
impunes a la tentativa de participación o por lo menos a la dos por la autoría mediata, pese a que se ha dado una
tentativa de complicidad (art. 15, segundo párrafo, ÓStGB), causación dolosa del resultado. Por último, en tercer lugar,
tienen que introducirse otra vez las diferenciaciones cuya el concepto extensivo de autor no es compatible con la
eliminación era el objetivo de la regulación legal. existencia de delitos especiales y de hechos punibles de
propia mano, los cuales hacen de determinadas circuns-
Al igual que el concepto unitario de autor también debe tancias cualificantes el presupuesto de la autoría, sin con-
rechazarse el concepto extensivo de autor6. Éste parte siderar la causación: así, sólo puede ser autor de un pre-
de que cualquiera que causa el resultado típico es funda- varicato (art. 336 C. P.) un funcionario público, y autor de
mentalmente autor, de manera que la inducción y la com- un falso juramento (art. 154 C. P.) sólo quien jura por sí
plicidad constituyen restricciones de la autoría que por sí mismo, mas no un tercero causante.
misma lo comprende todo. Esta doctrina reemplaza al tipo,
como categoría central de la autoría, por la causación. En Por el contrario, es correcto el concepto restrictivo de
el fondo, ella no puede explicar la división legal tripartita, autor, según el cual la autoría está limitada, por principio
pues no se necesitaría de las figuras jurídicas de la induc- general a la conducta descrita en los tipos de la parte es-
ción y de la complicidad si de todas maneras fuera autor pecial. Para éste, la inducción y la complicidad son causas
cualquier causante. El concepto extensivo de autor tam- de extensión de la punición que van más allá del núcleo
poco es compatible con el tenor de la ley en muchos sen- básico de punibilidad caracterizado por la autoría. Con ello
tidos. Pues en primer lugar el legislador en el art. 25 C. P. se ha encontrado simultáneamente la concepción correc-
no describe al autor como causante, sino como aquél que ta para la delimitación entre autoría y participación: ella
comete el hecho; y esto lo hace de una manera que no radica en la realización del tipo y no en la causación.
incluye la determinación hacia el hecho (art. 26 C. P.) ni la
prestación de ayuda (art. 27 C. P.). En segundo lugar, la B.-LO FUNDAMENTAL PARA LA DELIMITACIÓN ENTRE
inducción y la complicidad presuponen un hecho doloso AUTORÍA Y PARTICIPACIÓN
principal, de modo que la determinación o la prestación de I.- LA MEZCLA DE LA TEORÍA DEL DOMINIO DEL HECHO CON LA TEORÍA
SUBJETIVA

* El terminus proviene, al igual que el del concepto "restrictivo" de autor (al respecto, el Actualmente en la literatura y en la jurisprudencia ale-
siguiente párrafo en el texto) de ZIMMERL, "GrundsWzliches zur Teilnahmelehre", en manas solamente se discuten todavía, en lo esencial, dos
ZStW 49 (1929), p. 39-54. La discusión sobre el concepto extensivo o restrictivo de autor concepciones en relación con la delimitación entre autoría
fue un tema principal de la teoría del autor en los años treinta. Comp. Eberhard SCHMIDT,
"Die mittelbare Taterschaft", LH a Frank, tomo II, 1930, p. 106; BRUNS, "Kritik der y participación: la doctrina del dominio del hecho, que pre-
Lehre vom Tatbestand", 1932; GRÜNHUT, "Grenzen strafbarer Taterschaft und domina completamente en la literatura, y la teoría subjeti-
Teilnahme", JW 1932, p. 366; BÁHR, "Restriktiver und extensiverTaterbegrifT, 1934;
LONY, "Extensiver oder restriktiver Taterbegriff?, 1934; LANGE, "Der moderne va de la participación. La teoría del dominio del hecho ha
Taterbegriff undderdeutscheStrafgesetzentwurf", 193S. surgido recién en los años treinta de nuestro siglo a partir
y&-frJB DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL DELIMITACIÓN ENTRE AUTORÍA Y PARTICIPACIÓN
\
t
de concepciones dispersas7 y se ha ido imponiendo cada carácter distinto del autor [Urheber10] en relación con el
vez más. Esta teoría contempla como autor, entre los va- cómplice sólo puede encontrarse en la independencia de
riados participantes, a aquél que domina el hecho, es de- la voluntad autoral y en la dependencia de la cooperadora.
cir, al que juega un papel determinante en la realización El cómplice quiere el resultado sólo en caso de que el au-
del tipo. La teoría subjetiva, que siempre fue discutida en tor lo quiera; y para el caso de que el autor no lo quiera,
la ciencia, pero que recién desde 1871 fue defendida con- ' tampoco lo quiere él. Por ello debe dejar al arbitrio
tinuamente por la jurisprudencia8, caracteriza al autor, por [anheimstellen] del autor la decisión sobre si debe produ-
el contrario, a través de la "voluntad de autor" (animus cirse o no el resultado." Correspondientemente, en la sen-
auctoris) y al partícipe a través de la "voluntad de partí- tencia que sentó las bases de la jurisprudencia posterior,
cipe" (animus socii). Sin embargo, lo que deba entender- la RGSt 3, 181 y ss. (182 y s.), se decía "que el cómplice
se por esta "orientación de la voluntad" ha cambiado mu- solamente debe tener una voluntad dependiente de la del
cho con el transcurso del tiempo. La reciente jurispruden- autor, es decir que somete su voluntad a aquélla del autor
cia ha provisto al concepto de voluntad de autor con tan- de tal forma que se deja al arbitrio de éste sobre si el he-
tos elementos de la teoría del dominio del hecho que pue- cho debe llegar o no a la consumación. Por el contrario, a
de hablarse de un acercamiento significativo entre las po- diferencia de esta voluntad dependiente del cómplice, el
siciones en conflicto. Esto necesita ser explicado porque coautor no reconoce una voluntad que domina la suya".
sólo se puede entender el estado actual de la discusión y
fundamentar la propia solución, si se tiene en cuenta el De otra manera la teoría de los intereses parte de que
desarrollo histórico de la dogmática. la voluntad del autor estaría caracterizada por el propio
interés en el hecho, la voluntad del partícipe, por el contra-
II.- LA TEORIA SUBJETIVA EN SU FORMA ORIGINAL rio, por la falta de tal interés. Así, el RG explicaba en RGSt
74, 85: "El que alguien quiera el hecho como propio se
Al principio se ocuparon de determinar la "voluntad de
orienta preponderantemente, aun cuando no de manera
autor", elemento decisivo de delimitación para la teoría sub-
exclusiva, según el grado de su interés en el resultado".
jetiva, sobre todo la teoría del dolus y la de los intereses.
Puesto que los sucesos internos que determinan el "dejar
Según la teoría del dolus, el autor tiene una voluntad in-
al arbitrio de" y el "grado del interés" son difíciles de eva-
dependiente, el partícipe una voluntad dependiente. En
luar con posterioridad, la jurisprudencia ha evaluado fre-
este sentido, el consejero del Tribunal del Reich
cuentemente la cuestión de si alguien ha querido el hecho
[Reichsgerichtsrat], Von BURI, quien influyó mucho en la
"como propio" o "como ajeno" también según el parámetro
jurisprudencia inicial del Tribunal del Reich enseñaba9: "El

BegUnstigung", 1860; "ÜberCausalitat und dcren Verantwortung", 1873; "Urhcberschaft


1
Más al respecto, ROXIN. "Taterschaft und Tatherrschaft", 6' ed.. 1994, p. 60 y ss. und Beilhülfe", GA 17 (1869). p. 233.305.
• Acerca de la evolución, ROXIN, 'Taterschaft und Tatherschaft". 6' ed. 1994, p. 51 y ss. Según el uso idiomático actual: del autor [N. d. T: en Alemania se usan dos palabras para
* VON BURI. "Die Causalitttt und ihre strafrechtlichen Bcziehungen", 1885, p. 41; comp. designara! autor en sentido jurídico: Urheber (p. e. en "derechos de autor") y Tater (autor
además, del mismo autor: "Zur Lehre von der Teilnahme an dem Verbrechen und der en sentido penal)]
w& DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL DELIMITACIÓN ENTRE AUTORÍA Y PARTICIPACIÓN 13331

del merecimiento de pena o de la peligrosidad y solamen- mente en el lado subjetivo del hecho. En ello se pone de
te la ha revestido en su formulación con los términos de la manifiesto una posición metodológicamente superada: las
teoría subjetiva. delimitaciones jurídicas tienen que ser emprendidas si-
guiendo puntos de vistas jurídicos de Política Criminal y no
En la discusión actual los elementos de la teoría subje-
precisamente con ayuda de categorías de otros ámbitos
tiva original sobreviven en dos formas. La teoría del dolus,
del ser ajenas a lo jurídico. Dogmáticamente esta concep-
con el criterio de la "subordinación de la voluntad" puede
ción errónea lleva también a confusiones. Pues dado que
ser vista como precursora de la teoría del dominio del he-
en la época de la estructura sistemática "clásica", en la
cho. Puede pues opinarse que los inductores y cómplices
cual esta teoría tiene su apogeo, todos los elementos psí-
se subordinan (por fuerza) a la voluntad del autor, "dejan
quicos se ubicaban en la culpabilidad, para la jurispruden-
(necesariamente) a su arbitrio" la comisión del hecho por-
cia era evidente diluir la "voluntad del autor" en considera-
que es él quien decide sobre la ejecución y posee con ello
ciones de merecimiento de pena relacionadas con la cul-
el dominio del hecho. Bajo este entendimiento, la teoría
pabilidad, lo cual aproximó la determinación de la autoría
del dolus es un tipo de variante subjetiva de la teoría del
a un acto de libre arbitrio del juez y casi dejó caer en el
dominio del hecho en la medida en que no parte de mane-
olvido el entendimiento hoy en día seguro de que la auto-
ra inmediata de las relaciones objetivas de poder, sino de
ría y la participación son formas de aparición del injusto.
sus efectos en la voluntad de los participantes (y parte con
ello de manera mediata de ellos). Por otro lado, no hay III. LA "TEORIA NORMATIVA DE LA COMBINACIÓN" DE LA JURISPRUDENCIA
camino que conduzca desde la teoría de los intereses ha- ACTUAL
cia la teoría del dominio del hecho. Pero ella ha conserva-
La jurisprudencia del BGH11 se ha apartado más y más
do su importancia gracias a que la jurisprudencia actual
contempla todavía al interés propio como punto de contac- de la teoría subjetiva en el sentido estricto de la palabra y,
to esencial para ia determinación de la autoría. para la delimitación de importancia práctica entre coautoría
y complicidad, ha cambiado a una "teoría normativa de la
Aparte de ello, la antigua teoría subjetiva, como con- combinación" que ya no entiende más la voluntad del au-
cepción teórica, no constituye actualmente ninguna base tor como dato psíquico, sino que lo atribuye valorativamente
idónea para la teoría del autor. Su fundamento es el posi- con base en una combinación de diferentes indicios. El
tivismo naturalístico del siglo 19, el cual creía que también punto de partida de este desarrollo constituye una senten-
en las ciencias espirituales se tenía que recurrir a "leyes cia de la 5a Sala12 en la cual se dice que la voluntad del
naturales" como la causalidad, ignorando otras diferencias
en el mundo fenomenológico objetivo, posibles de ser cap-
tadas por las ciencias naturales. Puesto que autoría, in- 11
Una exposición cronológica y un análisis de todas las sentencias esenciales son provistas
ducción y complicidad son en igual medida causales para por ROXIN. "Taterschaft und TtoherrschafT. 6' ed.. 1994. p. 90-106.557-632. En el LK
el resultado y, por tanto, no proporcionan ninguna diferen- ROXIN proporciona una sinopsis de la evolución con amplias referencias bibliográficas.
11" ed.. 1992. an. 25. n. marg. 16-29.
ciación, la delimitación tuvo que ser buscada necesaria- 11
JR 1955. p. 304 y s.
•gga DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL DELIMITACIÓN ENTRE AUTORÍA Y PARTICIPACIÓN KE5B

autor "no (sería) un hecho interno que pueda comprobar el la participación en el hecho" y de la "voluntad hacia el do-
juez del hecho con carácter vinculante. Se trata más bien minio del hecho" sólo pueden ser interpretados como
de un juicio valorativo. Para éste resulta un punto de apo- indicadores del propio dominio del hecho. La opción por la
yo esencial en qué medida el participante co-domina el teoría del dominio del hecho en la jurisprudencia reciente
curso de los hechos, de manera que el acontecer y el re- destaca incluso de manera más fuerte en la autoría inme-
sultado del hecho también dependan determinantemente diata y en la mediata.
de su voluntad". Esta concepción ha sido concretada en la
práctica posterior y ha sido consolidada en una jurispru- La "teoría normativa de la combinación", tal como se
dencia que entretanto tiene carácter continuado. Según describe actualmente a la teoría subjetiva, ya no está ex-
ella, la cuestión de si alguien tiene la voluntad de autor puesta a las objeciones fundamentales contra la teoría
debe ser evaluada bajo un juicio valorativo "según todas subjetiva en su configuración original. Pues ella se orienta
las circunstancias". Los puntos de apoyo esenciales para en criterios valorativos de carácter preponderantemente
esta valoración radican "en el grado del propio interés en objetivo, y también sus "puntos de apoyo" internos y psí-
el resultado del hecho, en la amplitud de la participación quicos (voluntad de dominio del hecho, intereses), según
en el hecho y en el dominio del hecho o, por lo menos, en el entendimiento moderno, pueden ser ubicados sin más
la voluntad hacia el dominio del hecho, de manera que la en el tipo subjetivo y protegidos así de la confusión con los
ejecución y el resultado del hecho dependan factores de culpabilidad y de medición de la pena.
determinantemente de la voluntad del inculpado" (BGH StV No obstante, su debilidad decisiva radica en que no men-
1981, p. 275 y s.)13. ciona concluyentemente los criterios de valoración, según
Esta nueva línea del BGH se ubica en el medio, entre la los cuales debe ser determinada la autoría, ni se estable-
teoría subjetiva original y la teoría del dominio del hecho. ce su jerarquía, ni siquiera se les somete a un principio
Ella ha conservado de la teoría subjetiva el tórminus de la rector. Queda sin aclarar por qué precisamente estos ele-
voluntad del autor y el interés propio como punto de vista mentos son tan esenciales y cuál es la importancia que se
delimitador esencial y, al mencionar de manera especial la les debe dar. Con ello surge una considerable inseguridad
voluntad de dominar el hecho, también deja aflorar toda- en la delimitación, ia cual resalta claramente cuando al-
vía la teoría del dolus. Pero incluye al mismo nivel el domi- guien actúa con un fuerte interés propio, pero sin dominio
nio del hecho como criterio de juicio, y también los ele- del hecho, o con dominio del hecho, pero sin un especial
mentos mencionados adicionalmente de la "magnitud de interés propio. Permanece sin responder el que el juez en
tal caso le dé preferencia a uno o a otro punto de vista, de
modo que también según la teoría normativa de la combi-
nación pueden fundamentarse resultados opuestos con el
IJ
En el mismo sentido, la sentencia del BGH en G A 1977. p. 306; NJW 1979,p. 1259;StV mismo, y por tanto reducido, nivel de plausibilidad.
1982. p. 17; NStZ 1982. p. 243; StV 1983. p. 501; GA 1984. p. 287; NStZ 1985. p. I;
165; 1987. p. 224 y s.; 1987. p. 364; 1988. p. 507; 1990. p. 80; 1990. p. 130; 1991. p. A ello hay que agregar que el criterio del interés, como
91; 1991. p. 280.
"punto de apoyo esencial", es totalmente inidóneo para
DELIMITACIÓN ENTRE AUTORÍA Y PARTICIPACIÓN KEÜ1
ESI DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL

delimitar la autoría de la participación. En primer lugar, con- gislador ha dado el primer paso para ello al distinguir
tradice el tenor de la ley, el cual se centra en "cometer" el tres formas de autoría: la autoría inmediata ("quien por
hecho (por sí mismo, a través de otro, junto con otros) (art. sí mismo comete el hecho delictivo", art. 25, primer pá-
25 C. P.); no se ve cómo deba determinarse este elemento rrafo, primera alternativa, C. P.), la autoría mediata
objetivo según el interés subjetivo. Además también care- ("quien comete el hecho delictivo a través de otro", art.
ce de una idoneidad delimitadora, pues en el caso normal 25, primer párrafo, segunda alternativa C. P.) y la
uno sólo toma parte en un delito (sea como inductor o como coautoría (si varios cometen conjuntamente el hecho de-
cómplice) cuando tiene interés en él. Pero lo que por regla lictivo", art. 25, segundo párrafo, C. P.).
general es válido para todos los participantes, no sirve para Se corresponden con este trío de formas de autoría
diferenciarlos y tiene que conducir a una considerable so- tres tipos de dominio del hecho. En primer lugar uno pue-
bre extensión de la autoría. Finalmente, también va en con- de dominar el hecho debido a que emprende su ejecu-
tra de un empleo del interés propio como criterio de la auto- ción de propia mano (más preciso: con el propio cuerpo),
ría, la circunstancia de que varios tipos (como los arts. 259, pasando con ello al centro del acontecer a través de su
263 C. P.) incluyen expresamente el actuar en interés de acción (dominio de la acción que caracteriza a la auto-
terceros y que, por lo demás, el autor único evidentemente ría inmediata). En segundo lugar, se puede dominar los
no pueda evadirse de su calidad de autor y conseguir la acontecimientos, sin tener que estar presente en la reali-
absolución por el hecho de que actúa en interés de otro. zación del tipo o que cooperar de otra manera, dominan-
do al ejecutante, p. e. mediante coerción o engaño (do-
IV.- EL DOMINIO DEL HECHO COMO ÚNICO ELEMENTO DE LA AUTORIA EN
LOS DELITOS GENERALES
minio de la voluntad que caracteriza a la autoría
mediata). Y, en tercer lugar, se puede dominar la realiza-
De manera correcta la autoría se tendrá que determi- ción del tipo, dividiéndose el trabajo con otros y poseyen-
nar, por regla general14, a través del dominio del hecho do, durante la ejecución, una función esencial para la rea-
-y sólo a través de éste. Tiene el dominio del hecho y es lización del hecho (dominio funcional del hecho que
autor quien, a través de su influjo determinante en el constituye lo esencial en la coautoría).
acontecimiento, aparece como figura clave, como figu-
ra central en la realización del delito. En esta perífrasis Por su parte, estas tres formas básicas de dominio del
no hay una definición de la autoría, sino solamente un hecho necesitan ser diferenciadas bajo una confrontación
parámetro rector que tiene que ser concretado con ayu- con la jurisprudencia y la literatura, lo cual no puede ser
da de diferentes configuraciones de los hechos16. El le- emprendido en el marco de esta corta introducción.
Visto desde la perspectiva dogmática, la teoría del do-
minio del hecho descansa sobre el entendimiento de la
14
Es decir, allí donde no está sometida a ninguna limitación legal en relación con determi- autoría como una realización del tipo en sentido mate-
nado grupo de autores o formas de autoría; comp. al respecto en el texto el acápite V.
" Sobre la fundamentación metodológica de tal proceso y sobre el dominio del hecho como con-
rial. Aún alrededor de 1930 dominaba en la literatura la
cepto concreto y dialéctico. ROXIN. "TUterschaft und Tatherrschaft". 6" ed. 1994, p. 528 y ss.
DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL DELIMITACIÓN ENTRE AUTORÍA Y PARTICIPACIÓN jffifü
EüH
así llamada teoría formal-objetiva16, la cual solamente bajo su dominio, que la voluntad también domine y dirija la
quería hacer valer como autoría a la realización de propia ejecución que sirve para su realización... En la participa-
mano del tipo (es decir a la actual autoría inmediata). Si ción falta el dominio de la acción de ejecución que tiene
bien este criterio formal del delito de propia mano se ajus- por objetivo la producción del resultado...". Luego, a tra-
ta plenamente a la orientación del concepto de autor en el vés de su componente objetivo, se completa aquí la teoría
tipo y también comprende un prototipo de la autoría, no del dolus, cuyo parentesco con la teoría del dominio del
obstante es demasiado estrecho y tampoco alcanza a ser hecho ya ha sido señalado.
compatible con la ley, tal como muestra el tenor del art. 25. Mientras que las explicaciones de LOBES no tuvieron
Y es que, en sentido material, también cumple el tipo aquél resonancia, WELZEL desarrolló el concepto del "dominio
que de otra manera tiene la realización de éste en sus final del hecho" en 193918 y, al vincular la teoría del autor
manos. Quien sosteniendo una pistola coacciona a otro con el debate finalista que se encontraba entonces en el
para que realice una falsificación documental es, según su centro de la discusión, contribuyó esencialmente a que la
papel en el curso de la acción, el verdadero falsificador y, teoría del dominio del hecho se imponga. "No es una vaga
con ello el autor (mediato), aun cuando no ha escrito nada. voluntad del autor, sino el verdadero dominio final del he-
Y quien choca el auto de la víctima y le impide moverse, ha cho es el criterio esencial del dominio del hecho", dice él19.
asesinado a otra persona (como coautor) en conjunto con "Aquí, el dominio del hecho le corresponde a aquél que
otro, aun cuando este otro es quien, según lo acordado, lleva hacia su ejecución su decisión volitiva consciente del
da a continuación el disparo mortal. objetivo". Por cierto que con el criterio de la finalidad sólo
Sin embargo, en la historia de la dogmática la teoría del se puede explicar que en los hechos culposos (es decir,
dominio del hecho es la continuación del desarrollo de con- no finales) no es posible ningún dominio del hecho y con
cepciones subjetivas y objetivas, de manera que constitu- ello tampoco una diferenciación entre autoría y participa-
ye precisamente una síntesis de concepciones antiguas ción, mientras que en los delitos dolosos, autores,
extremadamente divergentes, gracias a cuya reconciliación inductores y cómplices actúan por igual de manera final y,
de opuestos se ha extendido ampliamente. Esta doctrina por ello, no pueden ser diferenciados con ayuda de este
alcanzó su primera formulación en el año 1933 con LOBE17, elemento. Pero, en todo caso, también WELZEL deduce
quien dice: "Lo esencial para la autoría es...no solamente su teoría de aspectos subjetivos.
la presencia de una voluntad de contenido de cometer el Recién GALLAS20, en el período temprano de la pos-
hecho como propio, sino que la realización de esta volun-
tad tiene que producirse de tal manera que ésta se ejecute
'• WELZEL,"StudienzumSystemdesStrafitchts",ZStW58(1939),p.491 y ss.(539yss.).
'* WELZEL, "Studien zum System des Strafrechts". ZStW 58 (1939), p. 543.
10
GALLAS, "Tüterschaft und Teilnahme, Materialien zur Strafrechtsrefornt", tomo I, in-
forme de los catedráticos de Derecho penal, 1954, p. 121; el mismo autor, "Die modeme
'* Más al respecto. ROXIN. "Tüterschaft und Tatherrschaft", 6* cd. 1994, p. 34 y ss. Enrwicklung der Begriffe Tüterschaft und Teilnahme im Strafrecht", ZStW, número es-
" LOBE, "Einführung in den Allgemcinen Teil des StGB", 1933, p. 122.123. pecial 1957, p. 3 (cita en p. 14).
DELIMITACIÓN ENTRE AUTORÍA Y PARTICIPACIÓN BIÍEÍ
3¡B¡ DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL

guerra, intentó determinar el concepto de dominio del hecho criterio idóneo de delimitación entre autoría y participación
desde un punto de partida objetivo de manera mucho más para todos los delitos y sus tipos. Así, en los delitos culpo-
concreta que LOBE y WELZEL Para él, el concepto de do- sos la producción del resultado no aparece precisamente
minio del hecho sirve como "parámetro para una interpreta- bajo el dominio del que actúa culposamente. Por ello, aquí
ción 'distendida' [auflockernd] de la conducta típica", tal como rige como regla general el concepto unitario de autor.
ocurre en la presente monografía. También mi propio trabajo 2.- En los delitos de omisión
sobre "autoría y participación" (1963, 6a. ed. en 199421) se También en los delitos de omisión, sobre los que por
alinea con GALLAS, quien por primera vez trató de elaborar cierto se sigue discutiendo, no es posible una diferencia-
exhaustivamente en forma monográfica el concepto de do- ción entre autoría y participación con ayuda del dominio
minio del hecho y sus límites. Hoy en día casi toda la literatu- del hecho. Porque mediante una pura pasividad, caracte-
ra alemana sigue la teoría del dominio del hecho22. rística de la omisión, no puede dominarse un acontecimien-
V.- LOS ÜMITES DEL CRITERIO DEL DOMINIO DEL HECHO
to. Por ello, una serie de distintas concepciones se dispu-
tan aquí la delimitación correcta. Esto no puede ser trata-
1.- En los delitos culposos do en este lugar (pero compárese a continuación en 3).
No obstante, el dominio del hecho no puede ofrecer un
3.- En los delitos de deber
Pero el criterio del dominio del hecho no encaja tampo-
21
Una traducción al español de este trabajo aparecerá en 1998. En Alemania se está prepa-
co en dos grupos típicos de los delitos dolosos de comi-
rando la séptima edición para 1999. sión. El primero y el más importante es el de los "delitos de
» BLEI. "Strafrccht. AT" (AT). 18» ed.. 1983. caps. 71 II. 78 III. 1; BLOY, "Die
Beteiligungsform ais Zurechnungstypus im Strafrecht", 1985; BOCKELMANN/VOLK,
deber" en los cuales el hecho no está caracterizado en
AT,4"ed. 1987, caps. 2213,23II l-4;BOTTXE.'TttterschaftundGestaltungsherrschaft". primera línea por una acción, sino por la lesión de un de-
1992,p.35yss.;BUSCH.enLK,9 , ed. 1970,com.prev.art.47,n.marg. 13;OREHER. ber especial que no recae en cualquiera. Así p. e. en el
"Protokoile des Sonderausschusses des Deutschen Bundestagesfiirdie Strafrechtsreform",
5to. periodo legislativo. 91' sesión, p. 1826; EBERT. AT. 2* ed.. 1994. p. 171 y ss; ESER, abuso de confianza ["o administración desleal"; en alemán:
"Strafrecht H". 2* ed., 1976, caso 37, n. marg. 14 y ss.; HERZBERG, "Táterschaft und Untreue] (art. 266), en el cual la acción típica no es descri-
Teilnahme", 1977; JAKOBS, AT, 2' ed., 1991. cap. 21. n. marg. 35 y ss.; JESCHECK/
WE1GEND. AT, 5' ed., 1996, cap. 61 V; LACKNER, "StGB", 22* ed., 1997, com. prev.
ta por determinadas conductas externas, sino por la lesión
art. 25. n. marg. 6; KOHLRAUSCH/LANGE, "StGB", 43' ed.. 1961. com. prev. art. 47 de un deber de diligencia en relación con el patrimonio. En
14. art. 471; MAURACH/GOSSEL, AT, tomo 2,7'ed., 1989. cap. 47. n. marg. 84 y ss.;
OTTO.AT,5'ed., 1996, cap. 21. n. marg. 15-17; PREISENDANZ, 30* ed.. 1978, com.
estos casos es autor quien causa el resultado (de cual-
prev. art. 25,2b bb; SAMSON. en: SK, 5' ed., 1993, art. 25, n. marg. 10 y ss.; SAMSON. quier manera) mediante una violación de su deber espe-
"Strafrecht I". 7* ed. 1988, caso 39; SAX, "Der Bundesgerichtshof und Tttterlehre". JZ cial típicamente específico mientras que el que no es al-
1963, p. 329 y ss.; SCHROEDER, "Der Tüter hinter dem Tttter", 1965; SCHÜNEMANN,
"Die deutschsprachige Strafrechtswissenschaft nach der Strafrechtsreform im Spiegel des canzado por este deber (es decir p. e. si no tiene un de-
Lcipzigcr Kommentars und des Wiener Kommentars", segunda parte: "Schuld und ber de diligencia sobre el patrimonio de la víctima) sólo
Kriminalpoiitik", GA 1986, p. 327 y ss.; SEELMANN, "Mittfiterschaft im Strafrecht",
JuS 1980. p. 573; STRATENWERTH, AT. 3* ed. 1981, n. marg. 735 y ss.. 804 y ss.;
puede ser siempre un partícipe, de manera totalmente in-
WESSELS, AT, 27" ed. 1997, n. marg. 521; WELZEL. "Strafrecht", IV ed., cap. 151. dependiente de cuál sea la importancia de su contribución
Acerca de los antiguos partidarios de la teoría del dominio del hecho comp. ROXIN,
"Ttttcrschaft und Tatherrschaft". 1994, p. 60-89.
externa al hecho.
mm DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL DELIMITACIÓN ENTRE AUTORÍA Y PARTICIPACIÓN KffEl

Según el parecer aquí defendido, aunque muy discuti- la teoría subjetiva23 en la literatura de manuales puede to-
do, también forman parte de estos delitos de deber los marse a BAUMANN/WEBER24. Pero permanecen ancla-
hechos de omisión impropia en los cuales es irrelevante la dos en un pensamiento causal hoy en día superado (comp.
conducta externa, mientras que la lesión de un deber de supra B II) cuando dicen "que en vista de la equivalencia
garante, constitutiva del tipo, por regla general también fun- de todas las condiciones para la producción del resultado
damenta la autoría. El no-garante sólo puede ser siempre ' sólo promete éxitos una delimitación subjetiva". Y constitu-
partícipe, incluso cuando influye en el omitente actuando ye una torcida forma de ver las cosas cuando se dice: "No
activamente. se trata de contemplar como autor a aquél que solamente
quiere promover un hecho punible ajeno, pero a quien le
A.- En los delitos de propia mano
crece el dominio del hecho a través de alguna casualidad.
El segundo grupo de tipos en los cuales el dominio del
Aquí se le cargaría con una culpabilidad que no tiene".
hecho no es idóneo para delimitar entre autoría y partici-
Pues en primer lugar a uno no le puede "crecer" el dominio
pación es el de los delitos de propia mano. En ellos, tal
del hecho en contra de su voluntad y sin que se dé cuenta,
como el nombre lo dice, sólo la realización de propia mano
sino que uno sólo lo tiene al asumirlo y practicarlo actuan-
del tipo puede llevar a la autoría. Son raros tales tipos que
do activamente. Y, en segundo lugar, en la autoría se trata
guardan correspondencia con la teoría formal-objetiva, pero
en primera línea de una conducta que se debe clasificar
tienen que ser reconocidos bajo determinadas particulari-
en el tipo y no de un problema de culpabilidad.
dades de la estructura típica. Así p. e. el incesto (art. 173 C.
P.) sólo puede ser cometido bajo consumación del acto 2.- La teoría de la totalidad
sexual y no mediante otros actos de cooperación, por más Una "teoría de la totalidad" en la que, para la delimita-
decisivos que sean. También puede ser autor de un perjurio ción entre autoría y participación no deba "nunca ser rele-
(art. 154) sólo aquél que conscientemente y por sí mismo vante un momento particular por sí solo, sino...que lo sea
declara algo falso bajo juramento. Las contribuciones al he- cada momento particular y sólo dentro de un contexto to-
cho que no consisten en la realización típica inmediata y tal" es defendida por SCHMIDHÁUSER25. Este autor men-
propia sólo pueden ser comprendidas como participación.

VI.- OTRAS TEORÍAS DELIMITADORAS

7.- La teoría subjetiva en la literatura " Por cierto que algunos autores defienden una teoría del dominio del hecho que por moti-
vos históricos presenta impactos de lo teoría subjetiva. Esto es considerado en la exposi-
Fuera de las cuatro excepciones expuestas (en los de- ción sobre la teoría del dominio del hecho.
14
litos culposos, los hechos omisivos, los delitos de deber y BAUMANN/WEBER. AT, 10" ed.. 1995. cap. 29. n. marg. 59; ver aquí también las citas.
También parten de la teoría subjetiva el discípulo de Baumann, WEBER (1976. p. 296 y
los hechos punibles de propia mano) la delimitación entre ss.. 327 y ss.) y ARZT ("Zur Garantenstellung beim unechten Unterlassungsdelikt". JA
autoría y participación debe ser emprendida siguiendo el 1980. p. 556; recensión del LK, 10* ed.. JZ 1981. p. 414).
*» SCHMIDHÁUSER. "Lehrbuch. AT*. 2* ed.. 1975. cap. 14. n. marg. 156 y ss. (cita en
parámetro del dominio del hecho. Esto se corresponde con cap. 14, n. marg. 157); el mismo autor. "Studienbuch AT", 2* ed.. 1984, cap. 10, n. marg.
la amplia doctrina dominante (sin perjuicio de algunas cues- 46: de manera similar, pero más cercano a la teoría normativa de la combinación de la
tiones particulares discutibles). Como representantes de jurisprudencia. GEERDS. "Tttterschaft und Teilnahme". Jura 1990. p. 176.
m DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL DELIMITACIÓN tNTRE AUTORÍA Y PARTICIPACIÓN Kfitl

ciona en una lista abierta 16 de tales "momentos", como la autor; pero esto se debería a que el inductor afecta la
presencia en el lugar de los hechos, el peso de la interven- motivación fiel al derecho del autor y, con ello, "agujerea"
ción, el interés, la planificación del hecho, etc. y opina que el muro de protección erigido ante el bien jurídico.
al determinar la autoría, puede resultar decisivo a veces
Los efectos prácticos de esta concepción se aproximan
un momento, a veces otro. Esto coloca ampliamente en el
a los de la teoría del dominio del hecho. Pero existe una
arbitrio del juez la delimitación entre autoría y participa-
objeción fundamental contra ella consistente en que no se
ción, tiene algo irracional debido a que se centra en una
debe reducir el tipo y las formas de participación a la viola-
visión general sin un baremo que sirva de pauta, y atenta
ción de la norma de conducta y al desvalor de la acción,
contra el principio nullum crimen sine lege. Por ello la teo-
sino que el resultado forma parte inseparable de la acción
ría no ha podido ganar casi ningún adepto26.
del autor y del partícipe. Las diferencias en la conducta
sólo pueden influir en la "forma de participación" en la
3.- La diferenciación según el carácter urgente de la norma de
conducta medida en que tengan efectos en el resultado típico; esto
Una concepción totalmente nueva ha sido presentada se ajusta mejor al principio de dominio del hecho que una
libre y oscilante "teoría de la norma de conducta" separa-
por STEIN 27 . Éste diferencia entre autores, inductores y
da del resultado. También aparece poco plausible la ¡dea
cómplices no según el dominio o no-dominio del aconteci-
de que el carácter urgente de las normas de conducta de-
miento de los hechos que lleva al resultado, sino según las
ban portar la delimitación entre autoría y participación. Pues
"normas de conducta" diferenciadas, contra las que aque-
aparte de que en la autoría y la inducción no es posible
llos atentan. Estas normas de conducta serían de un "ca-
deducir un diferente carácter urgente de las conminaciones
rácter urgente" diferente y, en lo fundamental, menos ur-
penales, las normas solamente pueden prohibir o precep-
gentes para el partícipe que para el autor, porque el deber
tuar algo y con ello no permiten un más o un menos. Su
impuesto al autor de evitar lesiones al bien jurídico, erigiría
mandato rige sin más y no es accesible a ninguna clasifica-
un "muro de protección" para el objeto del bien jurídico28.
ción según un carácter urgente. Sólo es diferente el mereci-
Por cierto que la norma de conducta del inductor, tal como
miento de pena de cada una de las Infracciones a la norma,
lo muestra la igual punición con el autor, estaría provista
y de allí (y no de los divergentes grados de intensidad nor-
del mismo carácter urgente que la norma de conducta del
mativa) se explican las diferentes medidas penales.

Luego, en la mayoría de los delitos (acerca de las ex-


" Críticamente. ROX1N. "Ein 'neues Bild' des Strafrechtssystems". ZStW 83 (1971). P. cepciones com. B V)se tendrá que contemplar al dominio
394 y ss.; KÜPPER." Anspruch und wirkliche Bedeutung des Theorienstreits über die del hecho en sus diversas formas de aparición (como do-
Abgrenzung von Tatcrschaft und Teilnahme". GA 1986. p. 443 y s.; BLOY, "Die
Beteilugungsform ais Zurechnungstypus im Strafrecht", 1985, p. 370 y ss.; STEIN, "Die minio de la acción, dominio de la voluntad y dominio fun-
17
strafrechtlicheBeteiligungsformenlchrc", 1988, p. 121 yss. cional del hecho) como el criterio decisivo para la delimita-
STEIN. "Die strafrechtliche BeteiUgungsformenlehre", 1988.
M
STEIN,"DiestrafiechtlicheBeteiligungsformenlehre". 1988,p.241;y!acitaquesigueen.p.
ción entre autoría y participación.
242 y s.
i

ACERCA DEL FUNDAMENTO


PENAL DE LA PARTICIPACIÓN*

* N. de. T.: se publicó en el LH a Walter Slree y Johannes Wessels, editado por Witfried
KUper y Jürgen Welp, Heidelberg 1993, p. 365-382. Título original: "Zum Strafgrund
derTeilnahme".

'•WpR 5
[365 -> ]
La discusión sobre el fundamento penal de la participa-
ción se ha movido mucho tiempo alrededor de la cuestión
de si el injusto de la participación sería independiente o se
derivaría del injusto del hecho principal. La exposición que
sigue desarrollará la tesis de que ambas posiciones extre-
mas son incorrectas en cuanto a su unilateralidad; más
bien el injusto de la participación es en parte autónomo y
en parte se deriva del hecho principal.

I.- LO IRREALIZABLE DE INDEPENDIZAR PLENAMENTE


EL INJUSTO DE LA PARTICIPACIÓN

1.- Si se ve el injusto de la participación como totalmen-


te independiente frente al injusto del autor, tendría que ser
posible una participación punible incluso sin un hecho prin-
cipal típico y antijurídico. Esto también es admitido conse-
cuentemente por LÜDERSSEN 1 , un principal defensor
moderno de esta concepción, llegando al resultado de que
la participación en un suicidio es penada según los arts.
26 [inducción], 27 [complicidad], 212 2 [homicidio] y que la

"Zum Strafgrund der Teilnahme". 1967, p. 168. 214 (a favor del suicidio), p. 192 (a
favor de la omisión de auxilio).
Los artículos que no tienen designación de una determinada ley provienen del C. P. alemán.
DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL ACERCA DEL FUNDAMENTO PENAL DE LA PARTICIPACIÓN WSKñ
1S5RSS
instigación a una omisión de auxilio, en caso de muerte puede compatibilizar con la ley que el injusto de la participa-
del accidentado, lo es según los arts. 26, 211 [asesinato], ción se separe totalmente del injusto del hecho principal.
212, pese a que el "autor" o bien no ha completado ningún 3.- M.-K. MEYER 5 , siguiendo a su maestro
tipo o ha completado un tipo totalmente diferente que el SCHMIDHÁUSER, pretende derivar del art. 30 [tentativa
"partícipe". Tal concepción es plenamente imaginable, pero de la participación] la autonomía del injusto de la participa-
no puede armonizar así como así con el principio de ' ción: "Y es que en tanto en el art. 30... ya ha sido penada
accesoriedad previsto en los arts. 26 y 27, y por ello no la participación tentada, esto denota que el carácter
pueden ser defendidos como Derecho vigente. Además, lesionador del bien jurídico de la participación, en última
como muestran los ejemplos, ella lleva a una enorme ex- instancia, sí es independiente de la existencia de un he-
tensión de la punibilidad de la participación. Impedir esto
cho principal". Pero esto tampoco es evidente, pues la in-
debe ser el objetivo político-criminal legítimo de la vincula-
ducción tentada no es precisamente ninguna participación,
ción establecida por la accesoriedad.
sino solamente la tentativa de ella. Así como el hecho ten-
2.- Por otro lado, en caso de admitir autonomía del in- tado del autor no encierra dentro de sí una lesión del bien
justo de la participación, sería consecuente dejar impune jurídico protegido por el tipo, así tampoco existe un carác-
la participación en delitos de deber (delitos especiales), p. ter lesionador del bien jurídico en la participación tentada.
e. [366->] la inducción al prevaricato, tal como Su independencia del hecho principal no permite por ello
SCHMIDHÁUSER 3 , el segundo defensor principal de un deducir la independencia de la participación, prescindiendo
injusto independiente de la participación, también había totalmente de que incluso la participación tentada está refe-
admitido al principio, aunque por cierto difiriendo conside- rida a un hecho principal (sólo que no se llega a realizar), de
rablemente de LÜDERSSEN en las consecuencias. Pues manera que, entonces, ni siquiera ésta es independiente, si
quien no cuenta en el círculo de autores del art. 336 no se toman como base las representaciones del autor.
puede realizar en su persona el injusto del prevaricato. No
obstante, está comprobado que el legislador quería tratar 4.- También parte de un injusto independiente de la par-
como participación y someter al art. 28, primer párrafo [la ticipación la teoría de la participación de la culpabilidad, al
ausencia de elementos personales especiales del tipo per- contemplar el fundamento de la pena de la participación
mite atenuar la pena], bajo puntos de vista político-crimi- en que el partícipe implica al autor en la culpabilidad y la
nales, aquellos casos cuya impunidad también sería poco pena. Esta teoría atenta claramente contra el principio de
convincente4, de manera que en tal medida tampoco se la accesoriedad limitada (arts. 26, 27,29 [punibilidad inde-
pendiente del partícipe]), según el cual la participación no
presupone necesariamente una culpabilidad del autor; por
ello no puede ser defendida de lege lata y tampoco tiene
' "Strafrecht. AT" 1* cd. 1970, cap. 14, n. marg. 98, de manera diferente en la segunda
edición, 1975, en donde se admite la punibilidad, pero se la declara por "no objetiva"
(cap. 14, n. marg. 25). En su "Studienbuch" (2* cd., 1984, cap. 10, n. marg. 38) reco-
mienda la creación de disposiciones penales especiales para terceros no involucrados.
' Comp. solamente la fundamentación del Proyecto 1962, BT-Drucks, IV/650, p. 152. * GA 1979. p. 252 y ss. (255).
WMñ DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL ACERCA DEL FUNDAMENTO PENAL DE LA FARnCIFKCIÓN ES
ya propulsores. Todavía juega algún papel la "teoría modi- bien sigue sin explicación por qué la desintegración del
ficada de la participación en la culpabilidad" fundamenta- autor, aun cuando se la represente como que crece con la
da por TRECHSEL 6 , también llamada "teoría de la partici- gravedad del hecho, deba siquiera merecer la pena de la
pación del injusto", de la "corrupción" o de la "desintegra- comisión del hecho del autor. Pues el reproche de haber
ción". Esta teoría quiere penar al partícipe porque expone t desintegrado socialmente a otro está situado en un nivel
al autor a la desintegración social que también trae consi- totalmente diferente del reproche, p. e. de haber practica-
go un actuar injusto. Contra esto se responde desde hace do un robo o un homicidio, y por ello está lejos de poder
ya tiempo que la pena de la participación, según la ley, justificar el mismo marco penal. Y en lo que concierne a la
está vinculada al marco penal del hecho del autor y [367->] complicidad, la influencia de una ayuda particular a la ca-
no a la magnitud de la desintegración ocasionada; además, rrera criminal de un delincuente no tiene importancia o, en
de esta manera no podría explicarse la complicidad que se todo caso es totalmente mínima; esta influencia no puede
presta a un autor ya decidido por sí mismo a cometer el explicar una punición siguiendo el marco penal del autor
hecho, quien, por lo tanto, ya no puede ser desintegrado. (así esté atenuado).

Últimamente KELLER7 ha puesto en duda la consisten- Pero finalmente también KELLER llega a rechazar la
cia de ambas objeciones. Sobre el argumento del marco "teoría modificada de la culpabilidad en la participación",
penal opina que podría ser "que la desintegración [haya mediante una tercera objeción igualmente acertada. Su
sido] estimada en la ley de manera valorizante y reflexión consiste en que cada uno tendría que "responder
generalizadora en abstracto", de manera que la magnitud por sí mismo por su desintegración social". Efectivamente,
de la supuesta desintegración se guiaría según la grave- nuestro ordenamiento jurídico es ajeno a un "delito de des-
dad del hecho. Y también la complicidad tendría efecto integración" tal como aquí se postula. Si, tal como recono-
desintegrador, ya que uno podría plenamente "promover ce actualmente la jurisprudencia, la participación en una
una carrera criminal prestando ayuda para hechos real autopuesta en peligro de la integridad corporal (como
punibles". Esta defensa de la concepción desintegradora p. e. en el consumo de drogas) es como tal impune, con
no es muy convincente. Pues aun cuando la gravedad del más razón no puede ser punible la cooperación en la des-
hecho no deja de tener importancia para la magnitud de integración social de una persona responsable. En resu-
cualquier desintegración, la cuestión de si, p. e. una per- men se podrá entonces decir que también la teoría modifi-
sona sin antecedentes penales o un delincuente profesio- cada de la culpabilidad en la participación puede ser con-
nal es motivado a cometer el hecho es en cambio mucho siderada actualmente como definitivamente refutada.
más importante; no puede admitirse que el legislador haya
5.- Finalmente SCHUMANN8 ha intentado, otra vez, re-
desconocido o no considerado esto. Aparte de ello, tam-

* "Der Strafgnind dcr Tcilnahmc", 1967. * "Strafrcchtliches Handlungsunrecht und das Prinzip der Selbstveranrwortung der Anderen",
7
"Rcchtliche Grensen der Provokation von Straftaten", 1989. p. 163 y s. 1986. p. 42 y ss. (49).
w&m DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL ACERCA DEL FUNDAMENTO PENAL DE LA FARTICIFACIÓN
ESI
novar la idea de la independencia del injusto de la partici- gencia del Derecho" que sería idóneo "para conmover el
pación en una forma totalmente distinta. [368->] Opina que sentimiento de una segura paz jurídica" y que daría "un
no podría hacerse responsable al partícipe por la lesión ejemplo insoportable". Luego, el injusto de la acción de la
del bien jurídico, porque el "resultado [estaría] dentro del participación sería "idéntico con aquél en el cual la así lla-
ámbito de responsabilidad del autor principal". Más bien, mada teoría de la conmoción [vería] fundamentado el in-
la participación, "como tal, ya [contendría] un desvalor es- ' justo (de la acción) punible de la tentativa (¡nidónea)". Se-
pecial del acto" que fundamentaría su punibilidad. Según gún esto, la participación es una forma de delito de turba-
la teoría de SCHUMANN aparece "la acción de solidaridad ción de la paz. Pero la turbación de la paz que parte de la
con el injusto ajeno como fundamento penal de la partici- participación no radica pues, a la manera de la tentativa
pación". El que el partícipe se "solidarice con un injusto inidónea, en una "caída de los valores fundamentales de
doloso ajeno, haga causa común con el hecho ajeno"9, la actitud jurídica interna", que es independiente del resul-
fundamenta consecuentemente "el desvalor de la acción tado, en la mala impresión [o en la conmoción = Eindruck]
socialmente insoportable" que porta en sí su punición. que genera el solidarizarse con delincuentes, sino en algo
mucho peor, a saber en aquello que el partícipe causa mo-
SCHUMANN dice que constituye una ventaja especial tivando y apoyando, jes decir en el resultadol En caso con-
de esta concepción que, al vincularse la pena de la partici- trario, la participación tentada tendría que ser equiparada
pación al marco penal del hecho principal y al darse la a la consumada.
punibilidad de la participación de extraños, ella no tendría
ninguna dificultad en el delito especial propio. Esto es cier- El que el resultado esté exclusivamente "dentro el ám-
to, pues es plausible que también un injusto del hecho de bito de responsabilidad del autor" no resulta evidente por-
solidarizarse, entendido independientemente, "se rija en que los arts. 26, 27 extienden la responsabilidad por él
su naturaleza y medida según el objeto de referencia del precisamente a los partícipes. El simple solidarizarse (apar-
solidarizarse". Y dado que también un extraneus puede p. te del art. 140 [recompensa y aprobación de hechos
e. solidarizarse con un funcionario delincuente, puede ex- punibles]) no es punible en lo absoluto. Incluso como com-
plicarse sin más la punibilidad del no obligado a través de plicidad psíquica sólo puede ser comprendido en tanto in-
este punto de vista. fluya en el resultado. Por ello no se puede colocar la parti-
cipación exitosa que ha causado una lesión típica de bie-
Sin embargo, la idea de solidarizarse convence tan poco nes jurídicos al mismo nivel que la tentativa inidónea, que
como la del principio de desintegración. SCHUMANN10 ve no causa nada. Aparentemente SCHUMANN mismo no
en el solidarizarse "un peligro socio-psicológico para la v¡- quiere prescindir totalmente del resultado cuando dice11
que "la exigen[369->]-cia de una lesión mediata del bien

* Sobro esto y lo que sigue, op. cit.. p. 51.


10
Sobre esto y lo que sigue, op. cit.. p. 50. Op. cit., p. 44/45.
E^TTfl DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL ACERCA DEL FUNDAMENTO PENAL DE LA fttRTICIFACION £¡Q|

jurídico" constituiría "solamente una exigencia mínima al un "ataque al bien jurídico" autónomo del partícipe, y ha-
contenido de injusto de la participación", pero no podría bía tratado, mediante este concepto, de completar con al-
"ser reconocida como fundamento penal suficiente". Pero gunos criterios la causación orientada accesoriamente12.
por regla general, la perturbación de la paz mediante el Esta idea encuentra cada vez más resonancia13 y está
solidarizarse no es nada que se añada como algo decisi- consiguiendo poco a poco atención en los comentarios y
vamente nuevo y fundamentador de pena para la lesión manuales provenientes de la doctrina dominante. Así, si
del bien jurídico. Más bien, por su dañosidad social ésta se bien CRAMER14 dice que el injusto de la participación se-
queda muy por detrás de la lesión del bien jurídico causa- ría "dependiente del injusto del hecho principal", sin em-
da mediatamente, y constituye solamente un efecto con- bargo también encarnaría "un propio [370->] desvalor". Si
comitante, impune por sí mismo. Por cierto que todavía bien JESCHECK15 considera el injusto de la participación
tendrá que mostrarse que, pese a todo, en la concepción "dependiente del hecho principal en cuanto a su funda-
de SCHUMANN, al igual que, en general, en la idea de la mento y a su medida", sin embargo, al mismo tiempo ha-
autonomía del injusto de la participación, se esconde una bla de la "dirección del ataque al bien jurídico protegido,
acertada verdad parcial. que también es exigible para el partícipe". Para
WESSELS 16 "ambas formas de participación derivan su
II.- ELEMENTOS INDEPENDIENTES, NO ACCESORIOS contenido de injusto del injusto del hecho principal. Esto
DEL INJUSTO DE LA PARTICIPACIÓN no significa que la inducción y la complicidad no encarnen
ningún desvalor propio". Por cierto que es mucho menos
Según lo expuesto puede, entonces, partirse de que el claro en qué consiste realmente la independencia parcial
injusto de la participación no puede ser separado del injus- del injusto de la participación y cómo se refleja en la prác-
to del hecho principal: cada participación es una causa- tica. A continuación quiero tratar aclarar esto un poco y de
ción accesoria, a través del autor, de una lesión mediata y explicarlo usando cinco grupos de problemas.
típica del bien jurídico. Éste es el parecer dominante des-
de hace tiempo. También el BGH (BGHSt, 4, 355, 358)
enfatiza "que la ley penal no pena al inductor porque sea
culpable de que otro se haga punible, sino porque coope-
ra como autor lejano de que un hecho punible sea cometi- 11
ROXIN.LK. 10*ed.. 1978.com.previoart.26.n.marg. 1-7;STRATENWERTH. AT.3"
do (RGSt 5, 228; 15, 316...)". "La causación de una con- ed.. 1981, n. marg. 858,860; SAMSON. en: „SK-StGB", 1985. com. previo art. 26. n.
ducta antijurídica" importaría "la esencia de la inducción". marg. 14-18.
" En los resultados igualmente BLOY, "Die Beteiligungsform ais Zurcchnungstypus im
Pero ya se están multiplicando las voces que recono- Strafrecht", 1985. p. 252 y ss.; JAKOBS. AT, 2" ed.. 1991, cap. 22. n. marg. 9;
RUDOLPHI, StV 1982, p. 518 y ss.; STEIN. "Die strafrechtliche
cen, junto a la causación de un hecho del autor, también Beteiligungsformenlehre", 1988, p. 117 y s.; similar, OTTO, LH a Lange, 1976, p. 201 y
elementos independientes del injusto del partícipe, no 14
ss.; el mismo autor, JuS 1982, p. 558; el mismo autor, AT, 4* ed., 1992, cap 221.2, c.
En Schdnke/Schrdder, "StGB". 24'ed. 1991. com. previo art. 25. n. marg. 17.
deducibles del hecho principal. Antes había exigido yo, si- 15
AT, 4* ed., 1988. cap 641,2. III 2 b.
guiendo parcialmente a SAMSON y a STRATENWERTH, '• AT, 22* ed., 1992, cap. 13IV. I.
ÍES DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL ACERCA DEL FUNDAMENTO PENAL DE LA FARTICIFACIÓN
igra
1. L A PARTICIPACIÓN PUNIBLE PRESUPONE QUE EL BIEN JURÍDICO LESIO- causación accesoria de un hecho punible del autor. Sólo
NADO POR EL AUTOR TAMBIÉN ESTA PROTEGIDO FRENTE EL PARTICIPE
el autor, no también el "inductor", ejecuta en tal caso un
Este punto de vista -que también es frecuentemente ataque al bien jurídico.
resaltado17- juega un papel importante especialmente en Los mismos resultados, sin recurrir al fundamento pe-
la participación necesaria. La víctima de una acción de nal de la participación son explicados por una opinión di-
usura (art. 302 a) o de un delito sexual (arts. 174-176), el fundida, a partir de las particularidades de cada uno de los
prisionero liberado (art. 120) o el autor de un delito cual- [371->] tipos. Así se advierte que hablaría en favor de una
quiera [primer autor] favorecido por un delito de encubri- impunidad de la participación, en los arts. 302a, 174 y ss.,
miento personal (art. 258) pueden hacerse no punibles la necesidad de proteger a la víctima, y en los arts, 120,
como partícipes en un hecho principal, aun cuando hayan 258, la situación del presidiario y del delincuente parecida
inducido a ello. Pues nadie puede atacar de manera puni- al estado de necesidad. Por ejemplo, WOLTER18 es es-
ble su propio patrimonio (art. 302 a) o su propia integridad céptico frente a una argumentación desde el fundamento
sexual (arts. 174 y ss.). Tampoco la custodia estatal, tal penal de la participación, porque el instituto de la participa-
como lo demuestra la impunidad de la autoliberación [eva- ción necesaria seguiría "reglas completamente propias".
sión de un establecimiento penal], está protegida en con- Pero las diferentes fundamentaciones no se excluyen en-
tra del apresado (art. 120) ni tampoco la administración de tre ellas. Más bien sucede que la necesidad de protección
justicia penal estatal está protegida contra un delito de en- de la víctima y la situación parecida al estado de necesi-
cubrimiento (art. 258) cometido por el propio delincuente. dad del cooperador son el motivo por el cual el legislador
Aquí el inductor (si me es permitido proseguir con esta ha dejado sin protección al bien jurídico frente a ellos.
forma de participación que es la más fuerte) participa ple- Pese a todo lo anterior, lo decisivo para la fundamenta-
namente en una acción punible del autor y tendría que ser ción dogmática sí es la situación de desprotección del bien
penado si la realización mediata y accesoria de un tipo jurídico frente al partícipe y no el motivo de ella. Pues es
circunscribiera hasta el agotamiento el fundamento penal siempre indiscutible en qué medida deba liberarse de pena
de la participación. Pero el ataque a un bien jurídico, pro- a alguien debido a una "situación parecida a un estado de
tegido también frente a aquél, tiene que adicionarse como necesidad"; como se sabe, la jurisprudencia ha declarado
elemento independiente del injusto de la participación. La punible en caso del art. 120 la inducción por el prisionero,
falta de capacidad de protección del bien jurídico frente al y en caso del art. 258 -por lo menos antes19- la inducción
"partícipe" excluye el injusto de la participación, pese a la

" JuS 1982, p. 343 y ss. (344). No obstante, ¿I admite que, precisamente desde el punto de
Comp., por mencionar sólo a algunos, LÜDERSSEN, igual que nota 1, p. 131 y s.; vista de la concepción aquí y por él defendida sobre el fundamento penal de la participa-
S AMSON. en "SK-StGB", 1985, n. marg. 17. com. previo art. 26; STRATENWERTH, ción, podría alcanzarse, con su ayuda, "casi una seguridad plena de los resultados".
AT. n. marg. 860. M.-K. MEYER, GA 1979. p. 263 y s.; HERZBERG. "Taterschaft und " Me parece que hoy en día la conclusión en sentido contrarío del art. 257, tercer párrafo,
Teilnahme,\ 1977, p. 133 y ss. segunda oración, garantiza la impunidad.
WRM DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL ACERCA DEL FUNDAMENTO PENAL DE LA FART1CIFACIÓN EEI
por el delincuente, una fundamentación inobjetable a fa- de bien jurídico y con ello, pese a la cooperación en un
vor de la impunidad es solamente conseguida por el reco- hecho de autoría punible, el fundamento penal de la parti-
nocimiento de que la falta de punibilidad de la autoliberación cipación21 .
del prisionero y de la frustración de pena [el encubrimien- Ya el caso de las lesiones corporales muestra que la
to] por el delincuente tiene que arrastrar consigo necesa- problemática va mucho más allá de la participación nece-
riamente también la impunidad de la realización mediata, saria. Quien induce a otro a hurtar en una casa aparente-
no autoral de tales resultados. Allí donde la "autoría" es mente ajena, pero en realidad perteneciente al inductor,
impune, con más razón debe serlo la participación. no es partícipe necesario. Pese a todo es impune porque
Esto rige también para el homicidio y las lesiones cor- no es posible un ataque penalmente relevante contra la
porales. La vida y el cuerpo son protegidos contra cual- propia propiedad22. Casos como éste, que pueden ser tras-
quier tercero, pero no contra su "titular". Entonces, quien ladados a todos los bienes jurídicos disponibles, dejan to-
exige su propia muerte (art. 216) o su mutilación, inmoral talmente en claro que la impunidad del cooperador no re-
según el art. 226a, no comete una inducción punible. Pues sulta de particularidades de la participación necesaria, sino
nadie puede atacar su propia vida y su propio cuerpo de de un fundamento penal de la participación, esto es, de la
manera penalmente relevante. OTTO20 ve esto de manera necesidad de un ataque independiente al bien jurídico.
diferente. Para él lo central es que el portador del bien
2.- LA PARTICIPACIÓN PUNIBLE PRESUPONE QUE EL PARTICIPE TENGA POR
jurídico no tendría ningún derecho a disponer de su vida y
SI MISMO EL DOLO DE REALIZAR EL TIPO
de su cuerpo. Por ello quiere penar por inducción a lesio-
nes corporales y, en el caso del art. 216, arriba a la libera- En la actualidad prácticamente no se discute que una
ción de pena solamente atendiendo a la "especial situa- participación punible solamente se presente cuando el dolo
ción psíquica de la víctima". Pero la liberación de pena en del partícipe se dirija a una plena realización del tipo. Quien
el art. 216 resulta poco consecuente, pues la "exigencia solamente pretende que se llegue a la tentativa, es decir
expresa y seria" presupone la responsabilidad y la falta de p. e. el que da al autor decidido a asesinar por envenena-
carácter coactivo de lo pretendido. Por otro lado no hay miento un polvo inocuo, o quien ayuda al ladrón fracturador
ningún motivo comprensible para penar la inducción a una [Einbrecher], pero se asegura desde el principio su captu-
automutilación cuando la automutilación del autor (por más ra en el lugar de los hechos, no puede ser penado por
inmorales que sean sus motivos) es impune como tal. Por
ello, [372->] en ambos casos no interesa la falta de liber-
tad de disposición del participante, sino la impunidad del 11
Igual que aquí, por susresultados.WOLTER. JuS 1982. p. 345 y s.; J AKOBS, AT. cap.
suicidio y de la autolesión. Hace falta un propio concepto 24. n. marg. 9; HERZBERG, igual que nota 17. cap. 13. II. 1.
" Luego, no se necesita fundamentar la impunidad en que, de cualquier modo, el autor
solamente podría cometer una tentativa debido al acuerdo del propietario. Esta funda-
mentación seria incluso errónea, pues este acuerdo tendría que destacarse exteriormente
de alguna manera para poder desarrollar efectos jurídicos (ROXIN. ATI. 1992. cap. 13.
w n. marg. 47.48).
LHaLANGE. 1976. p. 212 y s.
JESSM DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL ACERCA DEL FUNDAMENTO PENAL DE LA PARTICIPACIÓN wzm
complicidad. Esta constelación alcanza la mayor importan- querido causar éste y lo ha causado de manera accesoria;
cia práctica en la figura del "agent provocateur": quien in- puesto que dicho resultado es suficiente para el autor, ten-
duce a otro para poder probar el delito y hacer que lo arres- dría que ser igualmente suficiente para la pena por partici-
ten en el estadio de la tentativa, es impune. pación si el injusto de la participación se agota en la de-
ducción del injusto del autor.
Todo esto tiene tal reconocimiento hoy en día que prác-
ticamente apenas puede uno ponerse a pensar en la fun- La solución correcta recién se obtiene cuando se reco-
damentaron. Y es que el usual discurso sobre el doble noce que el dolo es un elemento no accesorio. Esto quiere
dolo en la participación, que tendría que referirse primero decir: no basta para la pena del partícipe que el autor ten-
a la determinación hacia el hecho y a la cooperación, y ga el dolo y que el partícipe lo sepa. Antes bien, el partíci-
luego a la consumación de la realización típica, sólo cons- pe tiene que tener un propio dolo que sea independiente
tituye una expresión (acertada), pero ninguna fundamen- de aquél del autor y que represente una pieza de injusto
taron. Es claro que la teoría de la participación en la cul- independiente de participación. Es mérito de HERZBERG24
pabilidad (y en el injusto) tendría que llevar a la punibilidad el haber trabajado por primera vez claramente el carácter
en el "agent provocateur", porque ya en una tentativa pu- no accesorio del dolo. Pero me parece que la fundamenta-
nible se presenta también un implicar al autor en la culpa- r o n dada por él oscurece más bien su trascendente en-
bilidad o [373->] en la desintegración social. Pero con el tendimiento. A saber, opina HERZBERG que el dolo como
rechazo global de esta teoría no se prueba de ninguna criterio "referido a valores" sería un "elemento personal es-
manera la impunidad, mayormente considerada evidente, pecial" en el sentido del art. 28. Deduce entonces: "Según
del partícipe. Pues dado que existe el injusto de un hecho esto... para el agent provocateur resultaría solamente una
principal tentado, la deducción de la punibilidad de la par- atenuación de la pena (art. 28, primer párrafo). No obstan-
ticipación desde el injusto del autor tendría que conducir te, sólo es explicable ir más allá de esto por el hecho de
igualmente a la punición del tercero ajeno (por participa- que no se siente como suficiente un ablandamiento
ción en un delito tentado). atenuador de la pena. En el dolo se ve -por así decirlo- un
elemento personal extremadamente especial, cuya ausen-
La concepción preponderante que ve el fundamento pe- cia en el partícipe obliga a aplicar la solución radicalmente
nal de la participación únicamente en la causación orienta- no accesoria de la plena absolución".
da a la accesoriedad, no puede llegar a la absolución fun-
damentando p. e. que el partícipe, para ser punible, ten- Esto convence poco, porque aparta simplemente la re-
dría que haber querido causar el resultado típico23. Pues gulación distinta del art. 28, primer párrafo, invocando un
también la tentativa es ya un resultado, y el partícipe ha sentimiento jurídico que obliga a la absolución. Esto no

14
" Así aparentemente HERZBERG. igual que nota 17. p. 130,resumiendola "jurispruden- De entre sus numerosas obras pertinentes aquí sólo cito el breveresumenen su monogra-
cia y la doctrina dominante". fía "Tüterschaft und Teilnahme". 1977. p. 129 y ss. (131).
tmKf« DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL ACERCA DEL FUNDAMENTO PENAL DE LA FART1CIFACION Eü
sería permitido si el dolo fuera siquiera un problema del inducción a una falsificación documental. Pues si bien el
art. 28. Pero, de manera correcta no deberá verse al dolo inductor no tiene que querer engañar personalmente con
como un elemento personal especial, ni tampoco deberá el documento en el tráfico jurídico, sí tiene que saber y
llegarse a la absolución mediante la construcción de un querer que con el documento tenga lugar un engaño en el
elemento «extremo" de este tipo, desconocido por la ley tráfico jurídico. Si su dolo no está dirigido a ello, no quiere
[374->] 25 . Más bien es imperioso adjudicar al fundamento atacar al bien jurídico protegido, el tráfico de documentos
penal de la participación la no-accesoriedad del dolo, re- con carácter probatorio, y queda impune; no se da el fun-
conocida por HERZBERG de manera tan aguda, al igual damento penal de la participación. De manera correspon-
que todos los elementos no accesorios del injusto de la diente tampoco es punible por inducción al hurto el agent
participación : quien no quiere la realización del tipo, no provocateur que hace apresar al ladrón inmediatamente
ataca al bien jurídico protegido por la correspondiente dis- después de haber éste alcanzado la custodia27; pues aquél
posición y ya por ese motivo no puede ser un partícipe. no quiere atacar la propiedad de la víctima en la manera
presupuesta por el art. 242 de una expropiación perma-
3.- LA PARTICIPACIÓN PUNIBLE PRESUPONE QUE EL PARTICIPE ADMITA EN
nente, sino solamente causar un furtum usus de corta du-
SU DOLO TAMBIÉN LA REALIZACIÓN DE INTENCIONES RELACIONADAS CON
ración. Esto rige mutatis mutandis para todos los delitos
EL BIEN JURÍDICO
de intención referidos al bien jurídico.
También las intenciones relacionadas con el bien jurídi-
co, como las que contiene el tipo subjetivo de muchos de- La no-accesoriedad de los delitos de intención referi-
litos (p. e. los arts. 164 [denuncia mendaz], 242 [hurto], dos al bien jurídico también ha sido reconocida por prime-
257 [favorecimiento personal], 267 [falsificación documen- ra vez por HERZBERG 28 . Ya se ha señalado la problemá-
tal], 268 [falsificación de registros técnicos]), no deben ser tica de su construcción de "elementos personales extre-
tratados como elementos no accesorios26. Entonces, quien, mos especiales". Ellos no son necesarios, porque ya el
con la finalidad de apresar a un falsificador, le solicita de- fundamento penal de la participación explica sin proble-
terminado documento dirigido supuestamente a engañar mas la impunidad. HERZBERG se acerca a esta concep-
en el tráfico jurídico, documento que, según lo planeado ción cuando [375->] dice29 sobre el partícipe que, dado
desde el principio, luego de su recepción es entregado a que éste "no habría permitido que se llegue" a la lesión
la Policía denunciando al falsificador, no es punible por material del bien jurídico", se equipararía "visto objetiva-

27
" La difícil cuestión de lo que es un "elemento personal especial" no puede ser tratada aquí Por cierto que, si el hecho se refiere a un vehículo motorizado o a una bicicleta, se da la
con más detalle. Comp. al respecto mis comentarios al art. 28 en el Leipziger Kommentar punibilidad según los arts. 26.248b; en todo caso, aquí entrarla en consideración una justifica-
que aparecerá próximamente en una nueva edición. ción según el art. 34.
* Es distinto lo que sucede con las intenciones no relacionadas con el bien jurídico como la » ZStW88(l976),p.95yss.;elmismoautor.JuS !983,p.742yss.;GA 1991, p. 151 y
intención de enriquecerse en la estafa; comp. al respecto mi exposición en la 11* ed. del ss.;"TáterschaftundTeilnahme", 1977. p. 131 y ss.
Leipziger Kommentar. cap. 26. n. marg. 81. " Igual que nota 17, p. 132.
BEE1 DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL ACERCA DEL FUNDAMENTO PENAL DE LA rttRTICIBACiÓN BEEÜ1

mente a un agent provocateur. Siguiendo correspondien- tratamiento no-accesorio del dolo es reconocido por todos,
temente el quebrantamiento no escrito de la accesoriedad por lo menos en sus resultados, la opinión dominante trata
desarrollada para esta figura de la participación, esta per- las intenciones como plenamente accesorias y, consecuen-
sona debe quedar plenamente impune". HERZBERG ha temente, tiene que llegar a la pena por inducción en los
encontrado acogida sobre todo en JAKOBS30, quien se ejemplos arriba mencionados (que correspondan). En los
apoya acertadamente en un "paralelismo entre el dolo de últimos años esta opinión ha sido defendida con especial
consumación y el dolo trascendente"31. Pero precisamen- énfasis por KELLER34. Una meticulosa confrontación con
te JAKOBS objeta la fundamentación que parte de la "falta sus argumentos exigiría una monografía separada, la cual
de un dolo para la lesión del bien jurídico"32. Tal amplia- no puede ser realizada aquí. Sin embargo, baste con indi-
ción de la absolución "de la falta de un dolo de consuma- car que no es correcta -con seguridad- su tesis principal,
ción a la falta de un dolo para la lesión del bien jurídico" según la cual una limitación de la responsabilidad por parti-
sería, "debido a la arbitrariedad con la cual puede determi- cipación en el sentido aquí indicado llevaría a una "respon-
narse el nivel de abstracción del bien jurídico... casi infini- sabilidad de la actitud interna" en el autor. Así, dice35: "Si el
ta". Pero esto no resulta claro. Ciertamente, el bien jurídico autor es penado por un delito intencional consumado, pero
de cada tipo tiene que ser precisado nítidamente. Pero no el provocador es simultáneamente absuelto, entonces el
puede haber otro punto de referencia para el dolo del par- autor es hecho responsable por su actitud interna de autor".
tícipe, en especial porque JAKOBS33 mismo determina el
En primer lugar hay que contraponer a esto que la su-
injusto de la participación coincidiendo ampliamente con
puesta "responsabilidad de actitud interna" del autor sólo
la opinión aquí defendida como "el propio ataque -pero no
puede ser deducida desde el reproche por el hecho dirigi-
uno del autor- a un bien a través de una causación imputa-
do contra él y no [376->] desde la punición o no-punición
ble de un hecho autora!".
del partícipe. Pero que la realización autoral de los arts.
Pero, aparte de dichas diferencias de fundamentación, 267, 242 ponga al descubierto una "responsabilidad por
también el resultado defendido aquí para las menciona- actitud interna" todavía no ha sido afirmado por nadie. Y
das intenciones [de dolo directo de primer grado) es mu- en lo que se refiere a la punibilidad del partícipe, un pre-
cho más discutible que en el caso del dolo. Mientras que el cepto elemental de justicia y de igualdad de tratamiento
consiste en que en la parte subjetiva no presuponga mu-
cho menos que en el autor. Si en el autor, junto al dolo, es
presupuesto de la punibilidad la intención de engañar y de
" AT. cap. 23, n. marg. 17.19.20. apoderamiento, bajo puntos de vista de merecimiento de
" AT. cap. 23. n. marg. 20. pena es apropiado exigir en el partícipe, junto al dolo, que
(N. d. T.: el "dolo trascendente" (überschieBend) se refiere a aquél que deben tener los
participantes en los tipos penales de consumación adelantada. P. e. en la falsificación docu-
mental, todos deben tener el dolo de que el documento sea utilizado para engallar dentro del
tráfico jurídico (ejemplo de Jakobs, "Strafrecht, AT' 1993, cap. 23, n. marg. 19)].
M
" AT, cap. 23, n. marg. 17. Igual que nota 7, p. 212-236.
" AT. cap. 22. n. marg. 9. " Igual que nota 7. p. 236, nota 77.
•m DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL ACERCA DEL FUNCAMENTO PENAL DE LA FARTCIFACIÓN
Bu
él también quiera la realización de la intención específica es suficiente para una punición por inducción. Cuando
del tipo a través del autor. En caso contrario, el partícipe alguien hace saber a otro el adulterio de su mujer, supo-
sería tratado de manera más severa que el autor, pese a niendo que éste va a dar una paliza a la adúltera, si el
que su conducta tiene que ser juzgada más bien como de marido reacciona según lo esperado, el primero ha cau-
manera más atenuada que la del autor38. sado dolosamente una decisión para una lesión corporal.
Igualmente ha causado dolosamente una decisión de
Cuando tantos autores quieren penar al partícipe, pese
hurto quien coloca al alcance de alguien la billetera llena
a que él (como "agent provocateuf) no sólo no ha admiti-
de un tercero, a fin de colocarlo en una tentación ante la
do la realización de la intención específica del tipo en cuanto
cual éste también sucumbe.
a su dolo, sino que precisamente quiere frustrar esa reali-
zación, entonces, el trasfondo de ello es la desaprobación [377->]
dirigida contra los actos de seducción para la comisión de Hay que aprobar el parecer que rechaza una inducción
delitos (seducción mayormente motivada incluso por el Es- en tales casos37. La formulación frecuentemente usada de
tado). Pero este punto de vista (atendible desde la Política que la inducción presupondría un "contacto espiritual" o
Criminal) sólo puede ser admitido por la teoría de la partici-
un "influjo espiritual" no es, por cierto, idónea para funda-
pación en la culpabilidad, la cual no se corresponde con el
mentar la impunidad38. Pues ni en el ejemplo del adulterio
Derecho vigente (ni siquiera en forma modificada) ni tam-
ni en el del arreglo de situaciones provocadoras del hecho
poco es defendida por los autores que se pronuncian por
(como en el ejemplo de la billetera) faltan un influjo espiri-
la punibilidad. Pero si, tal como se exige jurídicamente, se
tual [psíquico]. Una decisión para el hecho sólo puede con-
centra uno solamente en la afección del ordenamiento es-
seguirse a través de la psique del autor, es decir por la vía
tatal de bienes jurídicos, entonces no es razonable penar
del influjo psíquico. Pero lo que correctamente tiene que
una conducta que es vista por las autoridades y Tribunales,
exigirse para la inducción es más que esto: a saber una
unánimemente, como indispensable para su defensa.
colusión entre el inductor y el autor, una incitación dirigida
4.- L A INOUCCIÓN PUNIBLE PRESUPONE UNA INCITACIÓN DIRIGIDA A UN
al objetivo a través del inductor, tal como también se había
OBJETIVO

Finalmente, se muestra una porción de injusto autó-


nomo de la inducción en el hecho de que, según la opi- " JAKOBS, AT. cap. 22, n. marg. 21 y ss.; JESCHECK. cap. 64III. 1; D. MEYER, "Das
nión hoy en día mayoritaria y acertada, la causación do- Erfordemis der Kollusion bei der Anstiftung", 1973, p. 7,100 y ss.; el mismo autor, JuS
1970, p. 529 y ss. (530); OTTO. JuS 1982. p. 557 y ss. (560). ROGALL, GA 1979. p. 11
losa de una decisión para cometer el hecho todavía no y ss. (12); SCHMIDHÁUSER. AT. 2* ed., 1975. cap. 14. n. marg. 104; CRAMER, en
SchOnke/Schrüder, "StGB". 24* e., 1991. cap. 26, n. marg. 7; SCHUMANN, igual que
nota 8. p. 52 y ss.; STEIN, igual que nota 13, p. 271; STR ATEN WERTH, AT. n. marg.
881; WELZEL. "Das Deutsche Strafrecht". 11« ed.. 1969. cap. 16111; WESSELS, AT,
34 22* ed., 1992. cap. 13 IV 4a.
Comp. la contrncrítica en JAKOBS, AT, cap. 23, n. marg. 20. nota 20: "iQuicn hace
M
responder al partícipe, pese a que no presenta el elemento subjetivo, opera con un tipo que En tal medida es acertada la crítica de SAMSON en "SK-StGB", 1985. art. 26. n. marg.
5 y BLOY, igual que nota 13. p. 329.
es más corto que el positivado!".
MES* DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL ACERCA DEL FUNDAMENTO PENAL DE LA FARTCIFyCIÓN TOES

presupuesto antes para el art. 49a, primer párrafo (actual- cias ideales" [378->], "así, p. e., cuando, mediante infor-
mente art. 30, primer párrafo) en el texto legal39. maciones sobre hechos exitosos de otros o exponiéndole
la posibilidad de enriquecerse mediante un delito, el autor
Sólo tal incitación puede ser juzgada como ataque al
principal es llevado dolosamente a la ¡dea y a la resolución
bien jurídico, pues las informaciones y situaciones que
de cometer un hecho correspondiente". En caso contrario
pueden motivar a acciones punibles forman parte de las
se tendría que prohibir de plano las informaciones sobre
experiencias cotidianas de cualquier persona. Sea que ta-
delitos, pues siempre pueden incitar a la imitación.
les "situaciones tentadoras" ocurran casual o
Terminológicamente, por cierto, el concepto de "solidari-
intencionalmente: por la reacción a ello es responsable
zarse" no expresa de manera cabal lo correctamente reco-
solamente cada uno, sin que se pueda participar de ella a
nocido. Pues uno se solidariza, según el lenguaje cotidia-
un inductor. Luego, debe rechazarse una inducción40. Pues
no, con la resolución ya adoptada de otro, mientras que el
falta, tal como con razón dice FRISCH41 "el claro conteni-
do de sentido de una acción dirigida a ocasionar la resolu- inductor recién tiene que ocasionar esta resolución me-
ción delictiva". diante una incitación (sea expresa o implícita) dirigida al
objetivo. Precisamente en ello consiste el ataque indepen-
Aquí también se oculta el auténtico núcleo del criterio diente al bien jurídico, que caracteriza el injusto de la in-
de solidarizarse desarrollado por SCHUMANN. Él dice acer- ducción más allá de la causación accesoria.
tadamente sobre la acción de arreglar las cosas para crear
una situación que posibilite el hecho42: "Pero, puesto que 5.- l_A COMPLICIDAD PRESUPONE UNA REFERENCIA DELICTIVA DE SENTIDO

a diferencia del persuadir, el hombre de atrás no presenta También la complicidad tiene un desvalor que va más
el contenido de sentido de un solidarizarse con el hecho allá de la causación accesoria. Esto se muestra primera-
provocado, éste puede aquí retraerse al punto en que se- mente en la necesidad de un incremento del riesgo provo-
ría cuestión del otro cómo tenga que reaccionar a dicha cado por la complicidad43. Además se presenta en el pro-
tentación". De manera correcta SCHUMANN extiende el blema todavía poco aclarado, pero por lo menos cada vez
rechazo a una inducción también a determinadas "influen- más reconocido de las "acciones cotidianas", de las «ac-
ciones neutrales"44. ¿Es una complicidad punible cuando
alguien vende a un hombre un destornillador, sabiendo que
lo quiere utilizar para un robo con fractura45? JAKOBS y
w
Porel contrarío, se va demasiado lejos cuando PUPPE - en. G A1984, p. 101 y ss (112-114)-
y J AKOBS (AT, cap. 22, n. marg. 22) exigen casi una dependencia de parte de! autor del
inductor. Empero, no se hará el seguimiento de esto, pues ambos autores exigen igualmente 41
Al respecto ROXIN, LK. 11* ed., 1993. cap. 27. n. marg. 4 y s.
una incitación dirigida ai objetivo (e incluso más). 44
40 Comp. lo más reciente en JAKOBS. ZStW 89 (1977), p. 1 y ss.; el mismo autor en AT.
Por el contrario, a favor de la inducción, aporte de los mencionados en la nota 38: BHG. GA
cap. 24, p. 13 y ss.; SCHUMANN, igual que nota 8, p. 54 y ss.; FRISCH, igual que nota
1980. p. 184; BLEI, AT. 18* ed.. 1983. cap. 79112; DREHER /TRÓNDLE. "StGB", 4.V 41, p. 295 y ss.. ROXIN. LH a Trondle. 1989. p. 177 y ss.; MEYER-ARNDT, Wistra
ed, 1991. cap. 26, n. marg. 3; HERZBERG, igual que nota 17,4. parte, II2 b; LACKNER. 1989,p.281yss.
"StGB". 19" ed.. 1991. cap. 26, n. marg. 2; WIDMAIER. JuS 1970, p. 242 y s. 45
El ejemplo es empleado por JAKOBS. ZStW 89 (1977). p. 20. y es adoptado por
4
• 'TatbcstandsmoBiges Verhalten und Zurcchnung des Erfolges", 1988, p. 343 y s. SCHUMANN. igual que nota 8, p. 54 y ss.
41
Igual que nota 8. p. 52.
KCE DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL ACERCA DEL FUNDAMENTO PENAL DE LA FART1CIFACIÓN
usa
SCHUMANN no están de acuerdo con esto. Para una promoción causal, sino que tiene que agregarse una
JAKOBS46 "los usuales negocios de intercambio de la vida "referencia delictiva de sentido" que recién haga de una
diaria" no pueden fundamentar una complicidad punible conducta neutral un ataque al bien jurídico47. Si alguien
"si la acción delictiva no se vuelve un sentido de acción encarga trabajos a un técnico sabiendo (o incluso habien-
común". Para SCHUMANN una complicidad punible pre- do sido informado) que comete fraude fiscal, promueve la
supone que el cómplice "se solidarice con el hecho del comisión de un delito e incluso lo posibilita recién con su
otro, es decir, que de manera reconocible se ponga de acción. Pero no comete una complicidad punible porque el
parte del injusto". En nuestro ejemplo faltaría ello. encargar trabajos a un técnico también sigue siendo ilimi-
tadamente razonable para ambas partes y para un juicio
Este resultado no me es muy claro. Pues si el compra-
objetivo, si el técnico paga correctamente los impuestos48.
dor comunica al vendedor cómo quiere utilizar el destorni-
El encargo del trabajo a un técnico no tiene ninguna rela-
llador, tampoco desde la perspectiva de nuestros dos au-
ción delictiva de sentido; únicamente el técnico y no el clien-
tores puede discutirse plausiblemente la existencia de una
te ataca al Derecho tributario. Por el contrario, en el caso
complicidad punible. Pero ¿por qué debería depender la
del destornillador, la entrega de la herramienta servía ex-
punibilidad de si el cómplice ha conocido el plan delictivo a
clusivamente para un fin delictivo y por ello debe ser juz-
través del propio autor o a través de un tercero o espiando
gada como un ataque mediato al bien jurídico.
al autor? Aun cuando el [379->] autor no sabe que ha sido
descubierto, ello no cambia nada que, bajo un juicio obje- Por otro lado, la provisión de materiales a un fabricante,
tivo, aquel que proporciona un instrumento para el robo quien al fabricar sus productos atenta continuamente con-
sabiendo para qué éste será utilizado, "se pone de lado tra disposiciones protectoras del ambiente, tampoco es una
del injusto" y tiene que hacerse imputar el "sentido delicti- complicidad punible en los correspondientes delitos si se
vo de acción" de la conducta del autor. Mediante su acción da el caso que el proveedor conoce las acciones delictivas
de promoción ejerce de manera mediata un ataque al bien de su cliente. Pues la provisión de materiales sigue siendo
jurídico. Nada cambia el hecho de que el autor no lo haya ilimitadamente razonable aun en caso de un procesamiento
reconocido como cómplice doloso, puesto que la complici- respetuoso del ambiente, y por ello no tiene ninguna "rela-
dad no presupone que el autor también se dé cuenta de la ción delictiva de sentido". Quien, sin embargo -para traer
ayuda que objetivamente se le está proporcionando. todavía a colación un ejemplo contrario- como taxista y por
el precio usual lleva a los delincuentes al lugar de los he-
No obstante, la concepción desarrollada desde diferen-
chos o los recoge de allí, se hace culpable de una compli-
tes perspectivas por JAKOBS y SCHUMANN contiene la
cidad punible si conoce la finalidad para la que sirven sus
correcta idea fundamental (sólo que extendida en su cam-
po de aplicación), de que no basta para la complicidad

47
Más sobre la problemática general en ROX1N. LK. 1 f ed. 1993, cap. 27, n. marg. 16-22.
41
Acertadamente en este sentido. MEYER-ARNDT. Wistra 1989. p. 281 y ss; allí también
44
AT, cap. 24, n. marg. 17. se encuentran más referencias instructivas de la literatura y jurisprudencia.
isa DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL ACERCA DEL FUNDAMENTO PENAL DE IA FARTCIFACÓN 12CT

viajes49. Pues sus viajes no hubieran tenido ningún senti- Sobre todo esto se necesita trabajar más en los deta-
do para los autores sin los delitos para ios que sirven de lles. Pero en este resumen se puede renunciar a ello, por-
apoyo, y ellos no se hubieran realizado. que también un tratamiento diferente de esta o de aquella
constelación de casos no cambiaría en nada el reconoci-
[380->]
miento -que es el que aquí importa- de que la complicidad
Estos son -en un resumen recortado a manera de un
no se agota con la causación de una lesión accesoria al
esbozo- los presupuestos de un ataque al bien jurídico
bien jurídico, sino que tienen que adicionarse criterios in-
como complicidad punible cuando el cooperador sabe que
dependientes que hagan aparecer una causación como
su hacer tiene un influjo promotor de una conducta delicti-
un ataque al bien jurídico.
va. Si él no lo sabe, sino solamente cuenta con ello, o sea
que no actúa con dolus directus sino con dolus eventualis,
entonces rige el principio de confianza, de manera que III.- EL ATAQUE AL BIEN JURÍDICO Y LA IMPUTACIÓN
cualquiera debe en principio confiar en que los demás no OBJETIVA
cometerán acciones punibles. Luego, quien vende un des-
La concepción aquí defendida, según la cual el funda-
tornillador o incluso un cuchillo y, sin un saber concreto
mento penal de la participación puede ser caracterizado
cuenta con que el comprador de apariencia poco confiable,
como "ataque al bien jurídico mediante causación acceso-
podría cometer con ellos acciones punibles, no se hace
ria", es una "teoría mixta" que estructura el injusto de la
punible por complicidad si esto realmente ocurre. Pues,
participación a partir de elementos independientes y deri-
dado que se puede abusar de casi todos los objetos para
vados. En contra de ello podría objetarse que de la ley
cometer delitos, ya no sería posible una vida normal si uno
solamente resulta el principio de accesoriedad, pero no la
tuviera que contar con ello desde el principio. Aquí recién
se presenta un ataque al bien jurídico, punible como com- necesidad de un propio ataque al bien jurídico. Así p. e.
plicidad, cuando el cooperador permite que ello suceda dice KELLER52 que debería [381->] "extraerse de la regu-
pese a una reconocible inclinación hacia el hecho del au- lación de la accesoriedad que el ataque del hecho al bien
tor potencial50, es decir cuando p. e. aquél cede al pedido jurídico fundamenta el injusto de la participación, luego éste
y entrega un cuchillo al participante en una pelea sangrienta no presupone que el partícipe emprenda un propio ataque
que tiene lugar precisamente frente a su tienda51. al bien jurídico". Se podría decir ampliamente que el crite-
rio del "ataque al bien jurídico propio del partícipe" reuniría
soluciones para diferentes problemas que, en tanto fueran
4
reconocidos, también podrían ser sometidos cada uno de
* Así también BGHSi. 4,107; en favor de la impunidad en ambos casos, JAKOBS, AT,
cap. 24, n. marg. 17. ellos a un juicio especial sin referencia a un adicional fun-
50
Al respecto con más detalle, mis "Observaciones sobre la prohibición de regreso", LH a damento penal de la participación.
Tróndlc, 1989, p. 177 y ss. [ver aquí el segundo artículo]. Allí se tratan los problemas
confrontando las opiniones divergentes y similares y tomando como ejemplo la imputa-
ción culposa; pero para el dolus eventualis no rige algo distinto.
" Comp. sobre este ejemplo HERZBERG, "Die Unterlassung im Strafrecht und dos
n
Garantenprinzip", 1972, p. 315. Igual que nota 7, p. 172.
EE9 DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL ACERCA DEL FUNDAMENTO PENAL DE LA IttRnCIFKCIÓN ESIfll

A esto hay que replicar que en la elaboración de los imputable a la participación por falta de una creación o in-
elementos independientes del injusto de la participación cremento del riesgo no permitido53.
se trata de hacer fructífera para la imputación a la partici-
Todos los casos nombrados representan, entonces, so-
pación la teoría de la imputación objetiva, que ha sido
lamente traslaciones de la teoría de la imputación objetiva
mayoritariamente desarrollada con el ejemplo del hecho
del autor. La condición necesaria (aunque no suficiente) a la participación. Su resumen dentro de la exigencia de
de la imputación a la participación es, efectivamente, la "ataque al bien jurídico" es recomendable porque, según
causación accesoria de un hecho del autor (sea consuma- los arts. 26 y 27, sólo existe una participación dolosa y la
do o tentado), típico y antijurídico. En esto la causación es creación dolosa de un peligro no permitido es acertada-
el criterio general y su accesoriedad, el criterio de imputa- mente nombrada con la designación de "ataque". [382->]
ción especificó de la participación. Pero al igual que para Seguramente también pueden tratarse por separado las
la imputación al autor, para la imputación al partícipe tam- constelaciones problemáticas explicadas, tal como mayor-
bién debe adicionarse a la causalidad (accesoria) su ba- mente ha sucedido hasta ahora, en tanto se las ha tenido
samento dé una creación de peligros legalmente en cuenta. Pero constituye precisamente la tarea de la
desaprobados. Aquí juegan un papel considerable crite- dogmática sistematizadora su integración resumida en la
rios no-accesoüios, propios del partícipe: teoría de la imputación objetiva y su referencia básica al
fundamento penal de la participación.
Allí donde no se protege un bien jurídico frente al partíci-
pe, o sea donde éste no puede en absoluto atacar al bien BLOY54 ha anunciado tener "ciertas reservas contra la
jurídico de manera penalmente relevante (II, 1), le es impo- concepción de ROXIN... según la cual la participación, como
sible al partícipe la creación o el incremento de un peligro ataque accesorio al bien jurídico, no debiera ser explicable
jurídicamente desaprobado para su persona, de manera que exclusivamente desde el principio de accesoriedad". Si bien
se excluye una imputación de participación, pese a que ella este autor opina: "Ciertamente debe darse la razón a Roxin
se produce para la autoría. Allí donde el partícipe, a diferen- en la medida en que el concepto por él acuñado del 'ata-
cia del autor, puede ciertamente atacar el bien jurídico típi- que accesorio al bien jurídico' es de lo más idóneo como
camente protegido, pero no quiere hacerlo (II, 2,3) e inclu- cifra para las estructuras preponderantes de imputación
so frecuentemente toma medidas para que no sea afecta- que fundamenta la punibilidad del partícipe". Y BLOY tam-
do, nuevamente no se crea ni incrementa, o por lo menos bién está de acuerdo conmigo en la diferenciación "entre
no dolosamente, un peligro para el bien jurídico, de manera elementos que el partícipe debe realizar en su propia per-
que por este motivo debe abstenerse de una imputación a
la participación (a diferencia de una a la autoría). Finalmen-
te, donde pese a una causación dolosa del resultado típico M
Comp. sobre los últimos grupos de casos especialmente también FRISCH. igual que nota
falta una incitación dirigida ai fin (II, 4) o una relación delicti- 41, p. 333 y ss.. 295 y ss.
M
va de sentido (II, 5), la conducta del cooperador permanece Igual que nota 13. p. 253.252. sobre mis anotaciones acerca del fundamento penal de la
participación en la IV ed. del Leipziger Kommentar, 1978. com. previo art. 26, n. marg.
en el marco del riesgo legalmente tolerado y por ello no es I yss.
MIÜM DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL

sona y aquellos que le son imputados con motivo de la


relación de la participación y el injusto penal". Pero él está
en contra de un "dualismo de principios". El autor y el par-
tícipe ejercerían ambos un "ataque al mismo bien jurídico".
1
"Pero si se trata de un presupuesto de imputación, no pue-
de designarse con ello el injusto de la participación" de
manera especial.
Frente al consenso existente, esto es en el fondo más
bien una disputa sobre palabras, pero sirve para aclarar
las cosas. Evidentemente también el autor doloso practica
un ataque al bien jurídico. Cuando se exige al partícipe un
propio ataque al bien jurídico, solamente se afirma que el 3
ataque del autor no siempre es un ataque al bien jurídico
del cooperador accesorio. Entonces, la exigencia de un
propio ataque al bien jurídico dice solamente que en el
¿QUÉ ES I A COMPLICIDAD?*
injusto de la participación hay elementos accesorios y no
accesorios. Pero esto no puede discutirse si se siguen mis
resultados.
Con esto habríamos concluido este trabajo realizado con
el afectuoso reconocimiento de siempre por el 70mo. cum-
pleaños de los muy apreciados colegas Walter Stree y
Johannes Wessels, ¡los grandes promotores de la dogmá-
tica penal I

• N. d. T.: artículo publicado en el LH a Koichi Miyazawa, Baden-Baden, 1995, p. 501-


517. Título original: "Was ist Beihilfe?".
[501->]
La complicidad es descrita por ei legislador alemán en
el art. 27 C. P. como prestación dolosa de ayuda a un he-
cho típico, antijurídico y doloso. Luego, su criterio central
es designado por el criterio de la "prestación de ayuda",
criterio que no ha tenido mayor explicación. Desarrollamos
este elemento entendiendo la complicidad como un incre-
mento del riesgo jurídicamente desaprobado, causal para
el resultado típico.

I.- LA CAUSALIDAD DE LA COMPLICIDAD

1.- NUESTRA PROPIA OPINIÓN

Toda complicidad -en los delitos de comisión que están


aquí en primer plano- tiene que ser causal para el resulta-
do1 . Esta exigencia se deriva de que la causalidad es el

Así.CLA0.LHaStock. 1966. p. 115 y $$.; DREHER. MDR 1972.p.553yss.;SAMSON,


1972, p. 55 y ss.; el mismo autor. LH a Peten, 1974. p. 121 y ss. Entre los comentarios y
manuales: B O C K E L M A N N / V O L K , AT, 4'ed.. cap. 25. III. 2. a; DREHER/TRONDLE,
46* ed.. art. 27. n. marg. 2; JESCHECK. AT. 4*ed., cap. 64. IV. 2. c; LACKNER. 20" ed..
art. 27. n. marg. 2; MAURACH/GÓSSEL. BT. tomo 2.7* ed.. cap. 52. n. marg. 18 y ss.;
MEZGER. "Strafrecht". 1949. p. 411; SCHMIDHAUSER. "Lehrbuch. AT'. 2*ed..cap.
14, n. marg. 143; el mismo autor, "Studienbuch. AT', 2* ed., cap. 10, n. marg. 146;
CRAMER. en SchOnke/SchrOder. 24' ed.. art. 27. n. marg. 10; SAMSON en SK. 5*ed..
na DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL
¿QUÉ ES LA COMPLICIDAD? gron
cidad sería suficiente una efectividad conjunta
presupuesto fundamental de imputación para todo delito
[Mitwirksamkeit], una causalidad de modificación, como la
de comisión consumado (y con ello también para la com-
que existe cuando alguien proporciona guantes al ladrón
plicidad). Por cierto que la complicidad no tiene que ser
[escalador] para que pueda empujar mejor los cristales de
una condicio sine qua non para el resultado en el sentido
las ventanas. Él habla aquí de una "reducida cuota causal
de que éste no se hubiera producido sin aquélla. La com-
efectiva", de una "causalidad afluente o reforzadora"
plicidad puede ser una condición indispensable para el
[ZufluG- y Verstárkerkausalitát]. Esto puede ser formulado
resultado: p. e. si el cómplice proporciona el duplicado de
así; sin embargo, con ello -a diferencia de lo que opina
una llave que no se puede obtener de otra manera y sin la
CLAÍB- no se expresa ninguna particularidad de la
cual el ladrón no hubiera podido abrir la caja fuerte. Pero
causalidad de la complicidad. Más bien todo esto rige sin
no tiene que serlo: el que sostiene la escalera al ladrón
más para la aplicación de la teoría de la equivalencia3. Por
que sube por ella, presta ayuda, aun cuando el autor, sin
cierto que la causalidad de la simple "cooperación"
esta ayuda, hubiera podido sujetar la escalera de otra
[Mitwirksamkeit] se destaca con más frecuencia en la com-
manera o entrar de todas maneras en la casa. Pues para
plicidad que en la autoría, porque ella presupone un autor
la causalidad basta -tanto aquí como en general- que la
resuelto a cometer el hecho y con ello necesariamente un
contribución haya influido en el resultado en toda su forma
factor causal central que irrumpe hacia el resultado.
concreta, incluyendo todas las partes intermedias que con-
ducen a él. Entonces, es suficiente que sin el cómplice la 2.- LA FÓRMULA JURISPRUDENCIAL DE LA PROMOCIÓN
forma de la acción de subir hubiera ocurrido de manera
diferente. Tampoco cambia nada en la causalidad el que, La administración de justicia, por el contrario, desde los
por último, el resultado se hubiera igualmente producido comienzos de la jurisprudencia del Tribunal del Reich es
sin la contribución del cómplice, pues el acontecimiento de la opinión que la complicidad no tendría que ser causal
así como en realidad se ha producido ha sido cocausado para el resultado, sino solamente debe haber promovido
por la acción de sostener la escalera; el curso causal hipo- su ejecución4. En la ejecutoria RGSt 58, 113 y ss. (114/
tético que se hubiera producido en lugar del real no tiene 115) se dice: "El que el resultado del hecho principal haya
importancia para la causalidad.

[502->]
' También JAKOBS,AT,2"ed.,cap.22.n.maig. 35. vequeentales"construcdonesad-hoc....no
CLAG2 ha desarrollado la teoría de que para la compli- se gana nada de claridad"; comp. además SAMSON. 1972, p. 61 yss..64y ss.;BLOY, 1985,
p.277yss.
4
Jurisprudencia del RG. 4,464; 9.149: RGSt 4,95 y s.; 6.169 y s.; 8.267 y s.; 13.265 y ss.;
27.157 y s.; 28.266 y s.; 51. 136. 141; 67.191,193; 71.176.178; 73.53; 75.112 y s.;
art. 27, n. marg. 9 y s.; WELZEL, "Strafrecht". I1" cd.. cap. 16, III, 3. También el BGH
BGHSt 8,390; BGH VRS 8.201; 23.209; BGH MDR/D 1967.173; MDR 172,16; StV
en lo Civil (NJW 1988, p. 2794) se centra en la causalidad: "Una acción de complicidad
1981,72; DAR 1981, 226; OGHSt 1. 321, 330; 2.23,44; BayOLGSt 1959, 132,138;
es objetivamente realizada por aquél cuya acción se ha vuelto causal para el hecho prin-
OLG Hamm HESt 2,244; OLG Hamburg JR 1953.27; OLG Freiburg JZ1951.85. Tam-
cipal y ha posibilitado la lesión del bien jurídico" (op. cit., p. 2797). No obstante, queda
bién se encuentra una buena recopilación de la jurisprudencia en SAMSON, 1972, p. 55 y
sin respuesta el saber si la causalidad deba ser una condición necesaria de la complicidad.
ss. y DREHER, MDR. 1972. p. 553 y ss.
CLA6, LH a Stock, 1966, p. 115 y ss. (las citas en p. 125 y s.).
DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL ¿QUÉ ES LA COMPLICIDAD? Ea
cooperado causalmente, promovido o facilitado... no es ción típica. Ya hace décadas MEZGER6 había demostra-
necesario. El tipo constituido por la complicidad ya presta- do que en los hechos decididos por el RG con la fórmula
da no es eliminado por el hecho de que la actividad del de la promoción se había dado plenamente una causalidad
cómplice no ha tenido influencia en el resultado que se en el sentido de la teoría de la equivalencia: "Puesto que
buscaba con ella y que realmente se ha producido... la lo que ha influido en la modalidad (la manera en el caso
simple intención del cómplice, de apoyar y promover al concreto) de la acción, en realidad ha sido causal para el
hecho principal con su ayuda, en todo caso, no es sufi- resultado".
ciente para admitir una... complicidad punible. Tiene que
También la jurisprudencia del BGH presenta el mismo
adicionarse el que la acción que realiza el tipo delictivo
cuadro. Cuando p. e. se rechaza una promoción porque la
haya sido realmente promovida en algún momento por la
información del inculpado a un "comprador simulado"... "no
actividad del cómplice, antes de que aquélla haya conclui-
tuvo ningún influjo en los hechos posteriores" (BGH StV
do". De manera similar, el BGH (MDR/D 1972, 16) com-
1981, p. 72), también falta la causalidad7. Por otro lado, la
prueba, sin reflexionar otra vez sobre el problema, que un
fórmula de la promoción es utilizada allí donde existe cla-
apoyo otorgado al autor sería "también una complicidad
ramente una causalidad. Así se afirmó con razón una com-
típica, si no es causal para el resultado". Sería suficiente
plicidad (BGH DAR 1981, p. 226) cuando la conductora de
"que la actividad del cómplice facilite o promueva la acción
un auto continuó la marcha (en vez de detenerse) ante el
del autor principal".
pedido de dos asaltantes que se encontraban dentro del
Esta jurisprudencia sólo ha merecido aplauso por algu- auto y estaban asaltando a una pasajera, a fin de que no
nos autores5, los que, sin embargo, no pueden hacer cam- se puedan oír los gritos de la víctima y otros no tengan
biar a la amplia doctrina dominante en su persistencia de oportunidad de intervenir. El BGH acertadamente ve en el
exigir la causalidad. En realidad, en esta discusión sólo se continuar la marcha un "facilitar" la comisión del hecho.
trata de un problema aparente. Pues si "la acción que rea- Pero este facilitar es claramente causal para el modo de
liza el tipo delictivo" tiene que haber sido "...realmente pro- ejecución del resultado; sin esto, posiblemente el hecho ni
movida", [503->] necesariamente también ha sido causal siquiera hubiera podido ser ejecutado.
la prestación de ayuda para el resultado en su forma con-
creta, incluyendo los eslabones que llevan hacia él; en caso Uno podría contentarse con este hallazgo y dejar que
contrario no se puede hablar de una promoción de la ac- rija la fórmula de la promoción como un malentendido ino-
cuo de la teoría de la equivalencia, si es que no portara el
peligro de extender, y con ello de exagerar, la punibilidad

5
BINDING, 1915. p. 311; von HIPPEL. "Strafrecht". tomo II, p. 462; H. MAYER.
"Lchrbuch. AT". 1953, p. 323; SAUER, "Strafrccht. AT". 1955. 3' ed.. p. 223; von
WEBER. "Strafrccht", 2" ed.. p. 72; el mismo autor. JZ 1951. p. 85; WEGNER. 1926. p. * MEZGER. "Strafrecht". T ed., 1933, p. 413.
237. En la literatura actual: BLEI, "Strafrecht. AT'. 18' ed., cap. 80II2 b; WESSELS. 7
También tratan los casos de ausencia de causalidad, BGH NStZ 1983, p. 462; BGHR. StGB
"Strafrecht. AT*. 23' ed. cap. 13 IV 5 a. art. 27. primer párrafo. "Hilfeleisten 4". p. 5; OLG Frankrurt NJW 1983. p. 2038 y s.
•nrcí DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL ¿QUÉ ES LA COMPLICIDAD? WWM

por complicidad a casos en los que realmente falta una poco había una complicidad consumada, sino una compli-
causalidad modificativa. Pues si bien la promoción de la cidad en una tentativa de hurto con una llave duplicada.
"acción que realiza el tipo delictivo" (en la que se centra el Entonces, la fórmula de la promoción tiene la gran ca-
RGSt 58, 114 y s.) por regla general también es una pro- rencia de que imposibilita una delimitación entre complici-
moción y co-causación del resultado en el cual la acción dad tentada, complicidad en una tentativa y complicidad
se refleja, no obstante, no es causal cuando termina antes en un hecho consumado, y con ello se difuminan las fron-
de la producción del resultado y ya no sigue influyendo. teras de punibilidad en contra del autor. Solamente recu-
Cuando se afirma una complicidad en tales casos, se con- rriendo a la causalidad se pueden trazar aquí límites segu-
vierte interpretativamente una tentativa de complicidad ros al diferenciar entre la (co-) causación del resultado (com-
impune o una complicidad en una tentativa, contradicien- plicidad), de la tentativa (complicidad en una tentativa) y
do la ley, en una complicidad en un delito consumado. El de la falta total de causación de la conducta punible (ten-
RG ha sucumbido muchas veces a este peligro. Así, se- tativa impune de complicidad). Cuando se dice en el RGSt.
gún el RGSt 58,113, debe penarse por complicidad en un 27, 157 que la complicidad sería "cualquier acción que
aborto a aquél que proporciona a una embarazada los ins- apunta a promover la ejecución del hecho", el error se nota
trumentos abortivos que ésta última acepta con la inten- claramente ya en la formulación: el "apuntar" a una promo-
ción de utilizarlos, pero que al final no lo hace. Esto es ción es a lo máximo una tentativa; pero la ley exige una
erróneo, pues dado que los instrumentos abortivos se que- prestación de ayuda efectivamente realizada. Fuera de los
daron sin influir en el modo concreto de ejecución del re- casos del tipo explicado, la fórmula de la promoción de la
sultado, solamente existía una tentativa (impune) de com- ' jurisprudencia ha extendido demasiado la complicidad so-
plicidad en un aborto8. El RGSt 6, 169 y s. admite una bre todo también en la así llamada complicidad psicológi-
complicidad en un hurto consumado en un caso en el que ca. Esta cuestión será tratada aisladamente más abajo
el inculpado había proporcionado al autor una llave, la cual (infra p. 505 y ss.).
se había roto en la cerradura; [504->] después el autor
entró a la casa de otra manera. Esto también es incorrecto 3.- LA COMPLICIDAD COMO DELITO DE PELIGRO
pues si bien aquí la llave todavía había sido causal para la
Objeciones similares a las presentadas contra la juris-
tentativa, ya no lo había sido para la consumación, de ma-
prudencia deben ser elevadas contra los intentos de la li-
nera que si bien no existía una complicidad tentada, tam-
teratura de entender la complicidad como delito de peligro
y penar a alguien por el simple hecho de haber causado
con su contribución un peligro abstracto o abstracto-con-
De manera igualmente incorrecta se pena en la sentencia de 07-11-1913 (citada por el
creto contra el bien jurídico protegido por el tipo. Contra
RGSt 58,115) como complicidad la entrega de un alicate al ladrón de una casa, pese a estas teorías, que renuncian también a la co-causación
que este robo había "sido ejecutado sin emplear el instrumento". Por el contrarío es co- del resultado a través del cómplice, hay que hacer valer
rrecta la RGSt 38,156, donde se rechaza la complicidad en un caso en el que el ladrón de
la casa no había seguido el consejo de usar, en un hurto, un destornillador para sacar un que, por más que se diferencien en lo particular, al igual
tocacassettes de su base.
tsnm DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL ¿QUÉ ES LA COMPLICIDAD? EH
que la jurisprudencia tienden a "penar la tentativa de com- El parecer de VOGLER desborda menos los límites; él
plicidad como complicidad consumada"9. Esto se pone cla- contempla la complicidad como delito mixto, de peligro abs-
ramente de manifiesto cuando se cambia un poco la for- tracto-concreto12 . Exige una peligrosidad abstracta, en re-
mulación de la terminología de puesta en peligro. Y es que lación con el resultado, de la conducta del autor, conducta
una puesta en peligro dolosa, en la cual el dolo no está que tendría que ser idónea, de manera general para co-
dirigido a realizar el resultado (en caso contrario se pre- realizar el resultado; además tendría que presentarse una
senta el caso del "agent provocateur" impune) no es nada promoción concreta de la conducta del autor. Pero tam-
más que una tentativa. Pero el legislador la ha dejado im- bién esto va demasiado lejos, pues la renuncia a la
pune para el caso de complicidad. causalidad de la contribución del cómplice incluye también
en la complicidad necesariamente casos de complicidad
HERZBERG10 es quien plantea las menores exigencias
solamente tentada; "idóneas de manera general" para la
a la complicidad al verla como "delito de peligro abstracto"
realización del resultado son también las contribuciones
y no exigir no más "ayuda" que: "El autor ha [haya] recibido que ya no eran efectivas en el momento de la producción
asistencia en la ejecución de su hecho y ello es suficien- del resultado13.
te". Por ello, aparentemente, cualquier contribución
abstractamente peligrosa equivaldría a una ayuda. No obs- 4 . - I_A COMPLICIDAD PSÍQUICA

tante, no queda claro qué presupuestos debe tener tal pe- La causalidad de la complicidad ha sido demostrada
ligrosidad. Cuando HERZBERG pretende p. e. ver como hasta ahora exclusivamente con ejemplos de complicidad
complicidad el alcanzar una bebida al autor incluso cuan- física, en los cuales la contribución del hecho del cómplice
do esta acción "retrasa y por tanto hace peligrar el resulta- consistía en la entrega de un arma, un instrumento o en
do de la sustracción", y cuando juzga como cómplice a cualquier otra actividad corporal. Junto a estos existen ca-
aquél que solamente causa que el autor ejecute el hecho sos de complicidad psíquica, en los cuales el cómplice no
con "mejor humor", entonces no es visible lo que en tales contribuye corporalmente sino sólo espiritualmente a in-
acciones [505->] sea siquiera abstractamente peligroso. fluir en la psique del autor. Aun cuando se considere posi-
En todo caso, los límites de la punibilidad se difuminan de ble en lo fundamental una "causalidad psíquica", la prueba
una manera incierta, incompatible con el principio de de- de la causalidad aquí es muy difícil y por ello es polémica
terminación11 . la punibilidad de la complicidad psíquica, incluso siguien-
do la fórmula de la promoción (ver supra 502 y ss.).

9
Al respecto, detalladamente, SAMSON, LH a Peters, 1974, p. 132; igual que aquí,
11
JAKOBS, "Strafrecht, AT", 2' ed., cap. 22, n. marg. 35; STEIN. 1988, p. 147 y ss. VOGLER. LH a Heinitz. 1972. p. 295 y ss; siguiéndolo. PREISENDANZ.
10
HERZBERG. GA 1971. p. 1 y ss. (7,6). "Strafgesetzbuch mit Erlüutcrungcn und Beispielen", 30" ed., art. 27. nota 3 d.
" Una crítica minuciosa a Herzberg en VOGLER, LH a Heinitz, 1972. p. 298 y ss.; " Crítica detallada a Vogler en SAMSON, LH a Petera, I974,p. 127 y ss.; además JAKOBS.
SAMSON. LH a Petera, 1974, p. 126 y s.; STEIN, 1988. p. 147 y ss. "Strafrecht. AT*. 2* ed.. cap. 22, n. marg. 35.
WSM DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL
¿QUÉ ES LA COMPLICIDAD? na
Por cierto que no ofrece problemas el caso de los "con-
pa las dudas que todavía le quedaban, pese a haber to-
sejos técnicos"14, en los cuales el autor recibe ideas que
mado la decisión de cometer el hecho, es causal para el
facilitan el hecho o incluso lo posibilitan. Luego, quien ex-
carácter concreto de la resolución del hecho y con ello tam-
plica al autor cómo se abre "artísticamente" una caja fuer-
bién para el resultado. Pues quien ha co-causado la reso-
te, o quien le comunica cuándo no está en casa el propie-
lución también contribuye al resultado que provoca la re-
tario, modifica el modo concreto de la ejecución del hecho
solución: Causa causae est causa caúsate. También al-
y es exactamente igual de causal que un autor que pro-
gunos de los casos decididos por la jurisprudencia pueden
porciona contribuciones físicas. Dichos casos también son
ser ubicados aquí: quien promete a una testigo que callará
frecuentes en la jurisprudencia: según ella, es complicidad
frente a su declaración falsa en un proceso de divorcio
p. e. la decisión de un 'Tribunal de honor" sobre el tipo de
(RG HRR 1938, N° 629), quien adicionalmente da dinero
armas para un duelo punible (RGSt 13, 264), el impartir
para la ejecución del hecho a una gestante ya decidida a
consejos sobre la mejor forma de ejecutar un asesinato
abortar (RG HRR 1939, N° 1275), o quien como amante
(RGSt 73, 52 y s.) o la explicación dada a un estafador de
seguros de "cómo se tendría que incendiar el automóvil" promete el ulterior matrimonio al hombre decidido a asesi-
(BGHR StGB art. 27, primer párrafo, "Hilfeleisten 2"). nar a su esposa (RGSt 73,52), estabiliza la resolución hacia
el hecho; su contribución se expresa en el aseguramiento
Los casos problemáticos son solamente los que con- del resultado. Tampoco puede existir ninguna duda en la
sisten en un "refuerzo de la resolución a cometer el he- causalidad allí donde la complicidad psíquica lleva a una
cho'. Mientras que la jurisprudencia, que por cierto se aho- mayor intensidad de la afección al bien jurídico: luego, quien
rra algunas dificultades de fundamentación renunciando a alienta exitosamente al autor para que golpee con más
la exigencia de causalidad, llega a una muy amplia punibi- fuerza a la víctima, o quien motiva a un soldado ya decidi-
lidad (al respecto p. 506 y ss.) y otros autores rechazan del do a prolongar indebidamente sus vacaciones para que
todo esa forma de complicidad psíquica (p. 508 y s.), la incluso tome un tren de regreso que parte más tarde (RGSt
solución correcta radica en una línea intermedia que con- 27,157) ha "reforzado" el resultado concreto y por ello debe
sidera [506->] fundamentalmente posible una complicidad ser penado como cómplice.
mediante una simple influencia en la resolución del autor,
pero también persiste en la necesidad de que la contribu- Como complicidad psíquica en forma de una estabiliza-
ción del cómplice sea causal, llegando a una restricción de ción de la resolución hacia el hecho también puede ser com-
prendida, en la mayoría de los casos, el subgrupo de casos
la punibilidad en este campo.
descubierto por CLAÍ317 de la "cooperación por anticipado
Quien proporciona un motivo adicional al autor16 o disi-

14
SAMSON en SK. 5 cd. art. 27, n. marg. 13. '* En esta línea también STR ATENWERTH. "Strafrecht, A T , 3' ed.. n. marg. 899.
17
" Correctamente al respecto RUDOLPHI, StV 1982. p. 520. CLAB, LH a Stock. 1966, p. 116 y ss., quien, sin embargo, evalúa que estos casos son
plenamente impunes de lege lata.
¿QUÉ ES LA COMPLICIDAD?
gfgl DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL EEE3
para la frustración de la punición" [vorgeleistete fico rodado (art. 315 b), pese a que falta cualquier compro-
Strafvereitelung], en el cual el cómplice presta una contribu- bación de que este llamado haya influido en la conducta
ción para que no se descubra o no se pene al autor. Quien del autor; o cuando OLG Stuttgart (NJW 1950, 118) inter-
da al autor un disfraz, una máscara o un "guardapolvo" (RGSt preta la continuación de una relación amorosa con un hom-
8, 267), a fin de que no sea reconocido por la víctima, o bre decidido a matar a su esposa como complicidad en el
asesinato de ésta.
quien le promete una coartada para el caso de una investi-
gación policial (BGH NJW 1951, 451) es por regla general No es raro que también se pene erróneamente como com-
causal para el resultado, porque o bien ha apartado las últi- plicidad la simple presencia en el lugar de los hechos, sin
mas dudas (comp. al respecto el párrafo precedente) o por- que sea visible qué influencia tiene en la resolución hacia el
que, por lo demás, el autor habría ejecutado el hecho bajo hecho y, con ello, cuál debiera tener mediatamente en la
otras previsiones y con ello de otra manera. realización típica. Así, el BGH (MDR/D 1967, 173) ha con-
Por el contrario no basta para una complicidad punible templado la simple compañía en un asalto como apoyo es-
el simple solidarizarse con el autor, las muestras de apro- piritual y ha penado como complicidad, a pesar de que el
bación a su proceder o de simpatía. Pues con ello ni se inculpado incluso había intervenido a favor de la víctima. En
estabiliza una resolución hacia el hecho (como en la elimi- una sentencia posterior (BGH MDR/H 1985, 284) se dice
nación de dudas) ni se la coloca sobre una base más am- que también un "estar presente sin hacer nada en la ejecu-
plia (como en la aportación de motivos adicionales) ni se la ción del hecho" ya podría ser una complicidad, "si da al au-
intensifica (como en un aumento de la afección del bien tor principal una mayor sensación de seguridad y si con ello
jurídico). El que tales casos no puedan ser penados como se representa como apoyo espiritual". Aquí falta la indica-
complicidad puede ser extraído del art. 140 C. P., pues ción necesaria de que esto solamente rige cuando el "estar
solamente según esta disposición especial y bajo los muy presente" según el contexto de la situación se deba enten-
restringidos presupuestos allí mencionados se conmina pe- der como que el hasta entonces inactivo necesariamente
nalmente la aprobación de hechos delictuosos. intervendría a favor del autor. Pues entonces la presencia
del potencial coautor refuerza la disposición de ataque del
[507->] actor y reduce las posibilidades de defensa de la víctima.
La jurisprudencia va muy lejos con su admisión de la Por el contrario, la sensación tranquilizante para el autor
complicidad psíquica mediante el "refuerzo de la resolu- proporcionada por quien está por allí inactivo no entraría en
ción hacia el hecho". Ello es así, cuando el BGH (BGHZ actividad a favor de la víctima no es suficiente para una
63, 124, 130 y s.) juzga las muestras de simpatía a los complicidad. La nueva jurisprudencia se acerca a la posi-
participantes de una ocupación ilegal de domicilio como ción aquí defendida: BGH GA 1985,233 y BGHR StGB, art.
complicidad en las lesiones cometidas contra policías por 27, primer párrafo, "Hilfeleistung 1", señalan acertadamen-
estos; cuando en el BGH VRS 59,185 se valora las pala- te que la toma de conocimiento de un hecho punible que
bras incitadoras a un conductor ("pisa a fondo y persigue") esta teniendo lugar e incluso su aprobación no pueden aún
como complicidad en una intervención peligrosa en el trá- fundamentar la complicidad.
¡2S DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL ¿QUÉ ES LA COMPLICIDAD?
EES
Luego, un acto de estar presente pasivamente no es sión, la cual no es punible sin posición de garante. Por el
ninguna complicidad punible incluso cuando el autor se contrario, la Tercera Sala (BGH StV 1982, 517) en un caso
siente motivado a continuar sus actividades delictivas por estructuralmente equiparable ha llegado erróneamente a
la idea de que el que está presente no lo va a delatar y no una punición. El inculpado, en su calidad de abogado, ha-
se interpondrá en su camino. Pues si bien tal posibilidad bía permanecido sentado, sin actuar, mientras dos de sus
puede ser interpretada como un aliento al autor que influ- colegas del Estudio Jurídico y otras tres personas practi-
ye en la modalidad del hecho, su punición como complici- caban un chantaje. Él no estaba enterado de los pormeno-
dad fracasa por el hecho de que la penalización de la sim- res del plan y se había quedado callado al creer que "como
ple omisión presupone una posición de garante (art, 13 novato en el Estudio estaría obligado a respetar y mostrar
StGB); su ausencia no debe ser eludida reinterpretando la compañerismo... con sus colegas más experimentados".
omisión como un "apoyo espiritual" y con ello como un El BGH ve en ello una complicidad psíquica de chantaje
hecho positivo. Precisamente en este punto sucede algo mediante un hacer positivo, de la cual el inculpado sólo se
distinto cuando el que está presente quiere eventualmen- habría salvado "alejándose inmediatamente u oponiéndo-
te intervenir a favor del autor, tal como éste lo sabe. Pues se a las exigencias de los demás participantes". Pero de
en este caso, por regla general, ya es un hacer positivo y todo ello se observa claramente que el verdadero objeto
punible de complicidad su simple aparición y permanencia del reproche es una omisión (de retirarse o de protestar),
en el lugar de los hechos, pero en todo caso también la la cual sólo puede ser penada si se presenta un deber de
promesa de intervenir si es necesario -así haya sido decla- evitar el resultado18; es decir, aquí debe quedar impune.
rada sólo mediante una acción decidida.
En caso contrario se llegaría al resultado insostenible
La dificultad de la problemática es mostrada por dos de que en los delitos se tendría que sancionar penalmente
sentencias del BGH, las cuales arriban a soluciones opues- por complicidad de manera general a los mirones ociosos
tas. En el BGH StV 1982, 516, la inculpada recién [508->] e inactivos, porque su inactividad refuerza al autor en su
había notado en su viaje de regreso de Holanda a Alema- hacer. Los límites trazados por los arts. 138 [omisión de
nia que ambos pasajeros del coche introducían heroína al denunciar la comisión o planificación de delitos], 323c
país. Ella se los había reprochado, pero había callado ante [puesta en peligro de edificios] al deber de asistencia de
el plan de ambos de tratar de simular una visita en Eupen no garantes se verían superados de manera ilegal. Tam-
[ciudad fronteriza] en caso que en la frontera les hagan poco se vislumbra cual sería la ayuda para la víctima de un
preguntas. La instancia previa había condenado a la incul- simple alejarse, tal como el BGH considera suficiente para
pada por complicidad porque su silencio habría generado negar la complicidad19. Pero si ello no le sirve para nada,
la expectativa en los autores de no ser denunciados; con
ello ella habría reforzado su resolución hacia el hecho. La
Segunda Sala del BGH ha rechazado acertadamente una
'" Igual que aquí. RUDOLPHI. StV 1982, p. 518; RANFT. JZ 1987. p. 861; con opinión
punición porque este refuerzo consiste en una simple omi- diferente. SIEBER. JZ 1983. p. 431.
19
Lo cual es inconsecuente desde su punto de vista, pues cuando alguien se aleja, en vez de
BTEI DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL ¿QUÉ ES LA COMPLICIDAD? WWM
la presencia de personas inactivas tampoco le perjudica influencia en el hecho, únicamente ha sido afirmada, pero
en nada y falta todo motivo para penarlo por complicidad. no probada. Y tampoco es realizable, pues los consejos
Luego, una complicidad punible mediante el "refuerzo técnicos e incluso la entrega de instrumentos para el he-
de la resolución hacia el hecho" sólo entra en considera- cho influyen igualmente sólo a través de la psique del au-
ción bajo límites muy estrictos. Algunos autores, por el con- tor en los acontecimientos; es decir son en primer lugar
trario, pretenden excluir totalmente dicha posibilidad. influjos en el autor. Naturalmente, estos casos provocan
SAMSON 20 opina que la causalidad de tales influencias un influjo en el hecho de manera mediata. Pero ese influjo
internas apenas si se podrían probar alguna vez, de ma- también se presenta en el refuerzo punible de la resolu-
nera que a través de su punición en realidad se están com- ción hacia el hecho. La comprensión correcta de que en la
prendiendo casos de tentativa de complicidad, lo cual atenta jurisprudencia un apoyo espiritual a veces, pese a la falta
contra el principio in dubio pro reo. De esto es cierto que la de un efecto en el acontecer de los hechos, es sancionado
jurisprudencia exageradamente extensiva que se ha ex- penalmente como complicidad, no permite concluir que sea
puesto hace patente estos temores. Pero ello no cambia en principio posible un refuerzo de la resolución hacia el
el que en otros casos se pueda probar perfectamente un hecho que influya en éste.
influjo causal en la resolución hacia el hecho (y con ello,
mediatamente, en el hecho); p. e. al disipar las dudas, al II.- LA COMPLICIDAD COMO INCREMENTO CAUSAL DEL
dar otros motivos o al intensificar el hecho dando aliento, RIESGO
comp. p. 505 y s.
Una co-causalidad en el sentido de un influjo en la mo-
[509->] dalidad concreta de la realización típica es ciertamente ne-
HRUSCHKA21 rechaza desde el principio una complici- cesaria para la complicidad, pero no es todavía suficien-
dad psíquica a través del refuerzo de la resolución hacia el te22 . Quien cambia un arma o cualquier otro instrumento
hecho porque una complicidad siempre sería una influen- del autor, sin que éste se dé cuenta, por un medio del mis-
cia en el hecho y no en el autor. La influencia en el autor mo género23, es causal para la modalidad concreta de la
solamente sería comprendida como inducción; pero ésta producción del resultado (con ese medio). También es cau-
exigiría una "determinación" hacia el hecho, de manera que sal quien entrega un duplicado de la llave a un ladrón, ia
el simple "refuerzo" permanecería impune. Sin embargo, que no es utilizada por éste, quien, desde el principio, tam-
esta tesis, de que la complicidad solamente podría ser una poco quiere utilizarla porque sabe que la puerta está abier-
ta. Y es que, después de todo, el llevar consigo un duplica-
do de la llave modifica la modalidad concreta de la ejecu-

intervenir en favor de la víctima, ello precisamente puede hacer que al autor continúe con
su acción.
10
SAMSON,enSK.5 , ed..art.27.n.marg. 15; SAMSON. 1972. p. 189yss. 51
J
' HRUSCHKA, JR 1983. p. 177 y ss. Comp. los ejemplos de la jurisprudencia en SCHAFFSTEIN, LH A Honig. 1970. p. 175.
" El ejemplo proviene de SAMSON, LH a Peters. 1974. p. 129
¿QUÉ ES LA COMPLICIDAD? gFW
WRM DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL

ta ayuda en el sentido del art. 27 del C. P. aquél que posi-


ción. No obstante, ya para el instinto lingüístico imparcial
bilita, facilita, intensifica o asegura el hecho mediante su
resulta claro que tales "contribuciones" no representan la
contribución. El caso más claro de participación es la
"prestación de ayuda" exigida por la ley, pues no sirven
posibilitación, tal como se presenta p. e. en la entrega de
para nada al autor. Por ello, de acuerdo con los principios
un veneno al autor, que no puede ser detectado en el cuer-
generales de la imputación objetiva, una contribución cau-
po del asesinado y que no puede ser conseguido de otra
sal hacia el hecho solamente puede ser una complicidad
manera. El caso más frecuente es seguramente el de la
cuando ha elevado el riesgo para la víctima y con ello la
acción de facilitar: mediante consejos, la entrega de ar-
posibilidad de éxito para el autor.
mas e instrumentos, etc. La intensificación consiste en el
Luego, cuando alguien alcanza al autor una bebida du- refuerzo del impulso del autor, p. e. mediante el consejo
rante la comisión del hecho (comp. p. 504), la cuestión de de golpear más fuerte, sustraer más, etc. Finalmente, el
si esta conducta deba ser penada como complicidad, debe aseguramiento se expresa en vigilar y asumir otras funcio-
ser tratada haciendo diferencias. Si la bebida sirve para nes de protección. Naturalmente, estos son sólo concep-
refrescar las fuerzas consumidas del autor, entonces se tos de ayuda por explicar; luego, no toda conducta de com-
debe admitir una complicidad punible, pues se ha incre- plicidad tiene que corresponderse exactamente con algu-
mentado con ello la oportunidad de ejecutar el hecho con no de estos cuatro elementos. Lo decisivo es siempre que
éxito. Si, por el contrarío, los simpatizantes entregan a los una contribución haya elevado las oportunidades de comi-
ocupantes ilegales de un domicilio (|art. 123 C. P.l) una sión del hecho, que sea útil al autor en la ejecución de su
copa de champán para festejar su éxito, esto no es com- plan.
plicidad en una violación de domicilio, pues la oportunidad
de mantener la ocupación no ha mejorado con ello. Si se Pero el principio del incremento de riesgo sólo se ve
da una bebida al asesino que está a punto de matar a la correctamente empleado cuando, al igual que en general
víctima, indicándole que primero tome un buen trago, esto en la imputación objetiva, es adicionado a la causalidad.
tampoco debe penarse como complicidad, pues dado que Por el contrario, SCHAFFSTÉIN24 pretende renunciar por
[510->] de esta manera se retrasa la ejecución del resulta- completo a la causalidad y solamente centrarse en el in-
do, empeoran más bien las oportunidades del autor. cremento del riesgo. La diferencia práctica esencial de su
teoría frente a la aquí defendida consiste en que él emplea
El empleo del principio de incremento del riesgo en la cursos causales hipotéticos para negar un incremento de
complicidad puede reconducirse al fundamento penal de riesgo, lo cual tiene por resultado que la mayoría de los
la participación: solamente quien mejora las oportunida- casos en que se facilitan las cosas al autor quedan impu-
des del autor y eleva el riesgo de la víctima, emprende un nes. Si alguien porta la escalera para el ladrón al lugar de
ataque independiente al bien jurídico tal como es necesa-
rio para cualquier participación. En particular, el criterio del
incremento causal del riesgo, que fundamenta la complici-
24
dad, puede dividirse en cuatro elementos: según esto, pres- SCHAFFSTÉIN. LH a Honig. 1970. p. I69yss. (resumen, p. 184).
DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL ¿QUÉ ES LA COMPLICIDAD?
ESI
los hechos, esto es impune, según SCHAFFSTEIN 25 , si el importancia), sí es punible como complicidad. Pues ello no
autor, de cualquier otro modo, "hubiera podido arrastrar y solamente es causal cuando el autor sin dicha vigilancia
arrastraría la escalera también sin ayuda ajena"; pues en- no hubiera cometido el hecho o, al darse un retraso, hu-
tonces el llevar la escalera por otro no habría "elevado las biera tenido que cuidarse contra posibles personas que lo
posibilidades de que el hurto tenga éxito". Igualmente de- descubran26, sino siempre lo es: un hurto asegurado me-
cide que cuando el "cómplice" transporta al ladrón con el diante la vigilancia es otra modalidad de ejecución que la
auto al lugar de los hechos "no hay complicidad punible, si comisión de un hurto "no protegido". Y tal contribución cau-
según las circunstancias concretas del caso... el transpor- sal también incrementa las posibilidades porque reduce el
te con el autor no hubiera incrementado el riesgo de la riesgo de ser descubierto y de fracasar. La cuestión de lo
producción del hecho principal, p. e. porque el autor tam- que hubiera hecho el autor si no hubiera tenido ningún
bién hubiera podido recorrer el no muy largo camino al vigilante desemboca nuevamente en la consideración de
lugar de los hechos a pie o en bicicleta". No obstante, esto cursos causales hipotéticos y por ello está vedada desde
debe ser rechazado pues recién el sostener la escalera o el principio.
el transporte con el auto han posibilitado el curso causal.
Sin embargo, la complicidad presupone que el incre-
La negación del incremento de riesgo es recién posible
mento de las posibilidades perdure hasta el estadio de la
mediante la inclusión de cursos causales hipotéticos, al
consumación. Esto no es el caso cuando la causalidad de
centrarse en lo que hubiera ocurrido si no hubiera sido
una contribución se interrumpe antes (comp. ya antes, p.
aportada la contribución causal del cómplice que incremen-
503). Entonces, si a mitad de camino el ladrón de casas
ta el riesgo. Pero esto (al igual que en la autoría) no está
hace regresar al cómplice que está llevando la escalera,
permitido en el marco de la imputación y, además, sería
porque ha decidido otra forma de penetrar en la casa, so-
insostenible desde una perspectiva político-criminal: lleva-
lamente existe una tentativa impune de complicidad. Si el
ría a que [511->] aun un apoyo tan masivo quede impune
ladrón se cae de la escalera al tratar de subir y escoge otro
cuando eventualmente (p. e. en las asociaciones tipo ban-
camino para entrar a la casa, entonces esto solamente es
da) es prestado por un tercero.
una complicidad a una tentativa de hurto, pues la causalidad
Por otro lado, no cambia nada en la complicidad el que y el aumento de posibilidades mediante la contribución del
una circunstancia causal, que bajo un juicio objetivo ex- cómplice solamente llegan al estadio de la tentativa.
ante eleva las posibilidades del resultado, resulte ser des-
pués superflua. Esto tiene importancia práctica especial- En lo fundamental no se necesita de una relación psí-
mente para el acto de vigilancia [Schmierestehen]; si di- quica entre autor y cómplice. Quien impide al propietario el
cho aseguramiento no es coautoría (lo que depende de su inminente descubrimiento de un hurto que se encuentra
en el momento de su ejecución o quien sostiene al policía

" SCHAFFSTEIN. LH a Honig, 1970, p. 182. 16


No obstante, en este sentido. S AMSON. 1972. p. 196.
IgEEl DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL ¿QUÉ ES LA COMPLICIDAD? ESI
que quiere detener al ladrón flagrante, también comete sarrolladas por SAMSON29 con ayuda de los principios de
complicidad cuando el ladrón mismo no nota para nada el "intensificación" y de "asunción" así denominados por él.
descubrimiento o la detención inminentes ni la interven- Según esto, presta complicidad quien co-causa un resul-
ción de quien lo ayuda (así también en un caso similar, tado sea posibilitándolo o intensificándolo (principio de in-
BGHSt 6, 248). Pues la contribución del cómplice posibili- tensificación) o quitándole acciones antijurídicas (principio
ta el hurto o por lo menos lo facilita; ella significa pues un » de asunción) y facilitando con ello el hecho30. Pero se pro-
incremento causal de las posibilidades para el autor. No ducen desviaciones por el hecho de que la prestación de
obstante, debe rechazarse una complicidad cuando ésta ayuda a través de un "aseguramiento" solamente está com-
no se manifiesta para nada en acciones externas de ayu- prendida parcialmente por los principios de SAMSON, lo
da, sino solamente consiste en la decisión de ayudar al cual le provoca dificultades en la punición del vigilante
autor en el caso que fuera necesario. Como ejemplo de (comp. p. 510 y s.). También debe rechazarse la tesis de
clases sirve el caso de un "colega" del carterista que -sin SAMSON de que solamente la asunción de contribucio-
que éste lo note- se coloca cerca de él para facilitarle el nes antijurídicas representarían una complicidad punible.
trabajo, en caso necesario, causando una aglomeración Según esto debería ser impune quien "se ofrece ante el
artificial27. No se discute que tal conducta incrementa las mensajero, que no sospecha nada, a cargar el paquete
oportunidades del carterista. Pero falta una modificación con el explosivo durante los últimos metros de la puerta
causal del acontecer de los hechos cuando [512->] no hay del jardín hasta la puerta principal. Esto también regiría
un acuerdo con el autor ni es reconocible una relación de- cuando él sabe lo que contiene el paquete"31. Sin embar-
lictiva externa de la conducta. Penar aquí significaría pe- go no se comprende por qué una causación dolosa de una
nar no una complicidad, sino una simple disposición de muerte deba quedar impune sólo porque un portador in-
complicidad (o sea que menos que una complicidad tenta- consciente habría actuado jurídicamente32. Si el cómplice,
da)28 : esto desemboca en un Derecho penal de la actitud como es evidente, declara al mensajero estar dispuesto a
interna. Si se sigue esto consecuentemente, debería pe* entregar el paquete sólo porque quiere impedir que éste
narse como complicidad consumada una decisión interna se dé cuenta del contenido dudoso al momento de entre-
de complicidad, de la cual nadie sabe algo; tal suposición garlo, sería enormemente antiobjetivo renunciar a la puni-
se refuta a sí misma. ción de aquél que quizás ha posibilitado recién el hecho o
en todo caso lo ha facilitado.
Soluciones similares como la que aquí se alcanzan me-
diante el criterio del "incremento causal del riesgo" son de-

w
SAMSON. 1972.p. 160yss.;elmismoautor.LHaPetcrs. 1974.p. 121 yss.
17 M
A favor de una punibilidnd por complicidad. M AUR ACH/GOSSEL, AT. tomo 2,7* cd., cap. También en el SK, 5* ed.. art. 27. n. marg. 10. SAMSON seftala esta similitud.
51
52. n. marg. 8; igualmente (siguiendo a M AUR ACH, "Strarrccht. AT, 4" ed., 1971. cap. 52 SAMSON. 1972. p. 171.
III A).BAUMANN,JuS 1963. p. 137; SCH AFFSTE1N, LH a Honig. 1970, p. 180. " En este punto, en contra de Samson, también VOGLER, LH a Heinitz, 1972. p. 312. nota
'• Acertadamente, DREHER. 1972, p. 257. 91. quien habla de la "debilidad del así llamado principio de asunción".
DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL ¿QUÉ ES LA COMPLICIDAD? TO1

III.- LA COMPLICIDAD COMO INCREMENTO CAUSAL DEL una punibilidad en ambos casos (claro que en el segundo
RIESGO JURÍDICAMENTE DESAPROBADO. ACERCA fue por favorecimiento, pero esto es irrelevante dentro de
DE LA PUNIBILIDAD DE LAS "ACCIONES COTIDIANAS" este contexto).

Pero no en todos los casos un incremento causal dolo- La punibilidad de acciones cotidianas bajo el punto de
so del riesgo produce una complicidad punible. Quien p. e. vista de la complicidad sigue siendo discutida y ha sido
provee de material a un fabricante, sabiendo que éste lo ' poco aclarada34; frecuentemente ni siquiera se la trata en
utiliza atentando contra disposiciones penales protectoras los comentarios y manuales. Se recomienda diferenciar si
del ambiente, se vuelve causal para dichos delitos y au- la contribución delictiva ha ocurrido bajo un conocimiento
menta el riesgo de su comisión. Pues recién la provisión seguro de los planes delictivos del autor (o sea con dolus
posibilita una elaboración de productos, así como la comi- directus) o si el tercero no implicado cuenta con aprove-
sión de los delitos ambientales vinculados con ella33. Lo char su servicio para fines delictivos solamente en el sen-
correspondiente rige cuando alguien comisiona y paga a tido de una posibilidad, es decir que actúa con dolus
un trabajador manual, sabiendo que éste defrauda al Fis- eventualis. En la primera constelación debe afirmarse una
co; recién la acción del cliente hace ejecutable el delito. Si complicidad en mucha mayor medida que en la segunda.
pese a todo se duda en admitir una complicidad punible o
1.- EL APORTANTE CONOCE LA RESOLUCIÓN DELICTIVA DEL AUTOR
[513->] se la rechaza, esto se debe, entre otras cosas a
que el apoyo consiste en un hecho normal en los negocios En los casos formados por nuestros ejemplos iniciales
y atañe a una "acción cotidiana". Sin embargo, el proble- (p. 512), sólo -pero de ser así siempre- se tendrá que ad-
ma no puede ser solucionado de una forma que excluya, mitir una complicidad punible cuando la contribución ten-
de manera general, a las acciones cotidianas de la punibi- ga una "relación delictiva de sentido". Esto ocurre cuando
lidad por complicidad. Así, el prestar un encendedor es la contribución tiene valor para el autor solamente bajo el
seguramente una acción cotidiana neutral de por sí; pero presupuesto del delito planeado, y el "aportador" también
cuando ocurre con la finalidad declarada de incendiar un sabe esto35. Esto ocurre en los viajes de taxi ya menciona-
granero, difícilmente tenderá uno a rechazar una complici- dos. El conductor sabe que estos no tienen sentido para el
dad. Cuando un taxista lleva al autor al lugar de los he- autor sin la finalidad delictiva. Con ello su propio hacer se
chos, estando al tanto del hecho que éste planea o ha relaciona también exclusivamente con esa finalidad delic-
ejecutado (BGH GA 1981,133 y s.) o lo recoge de allí con tiva; se presenta como un "ataque al bien jurídico" y con
el botín (BGHSt 4,107 y ss.), entonces el transporte con el ello como complicidad. Pero ocurre algo diferente con la
taxi bajo una retribución económica normal es ciertamente
un negocio cotidiano; pese a todo, el BGH ha afirmado
M
De la literatura que poco a poco se plantea la cuestión: J AKOBS, ZStW 89 (1977). p. 1;
el mismo, "Strafrecht. AT". 2* ed.. cap. 24, n. marg. 13 y ss.; SCHUMANN. 1986, p. 54
y ss.; FRISCH, 1988. p. 295 y ss.; ROXIN. LH aTrondle, 1989. p. 277; MEYER-ARNDT,
Wistra 1989. p. 281.
" Ejemplo de MEYER-ARNDT. Wistra 1989. p. 281. " Así acertadamente MEYER-ARNDT, Wistra 1989. p. 281 y ss.
1EEE1 DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL
¿QUÉ ES LA COMPLICIDAD? un
provisión de materiales al fabricante y con el trabajo en- contribución "en el estadio de los actos preparativos toda-
cargado al trabajador manual. Estas conductas tienen sen- vía conformes con el Derecho". Por el contrario, sería dis-
tido y utilidad para el fabricante, con total independencia tinto cuando la compra ocurre en el estadio de la ejecu-
de ios delitos ambientales y tributarios. Por ello, ellas no ción; aquí surgiría "la impresión de un solidarizarse" ya por
tienen una relación delictiva, sino una "legal" de sentido, la "cercanía al hecho". Según JAKOBS39, también el pa-
porque el tratamiento de los materiales por un fabricante y
nadero es impune "cuando al vender panecillos sabe que
la ejecución de trabajos por un trabajador manual son ac-
el comprador envenenará el producto y lo servirá a sus
tividades totalmente acordes a derecho. Los delitos son
invitados".
cometidos solamente con ocasión de las acciones desen-
cadenadas por la contribución y se sitúan únicamente en Esto no puede ser compartido, pues en ambos casos
la responsabilidad del autor. Las contribuciones del pro- se ha dado la relación delictiva de sentido, ya que los obje-
veedor y del cliente no se relacionan con ellas, sino con tos adquiridos por el autor eran útiles para él solamente
una conducta conforme con el ordenamiento jurídico. Ellas como medios para la comisión del delito. Si el vendedor
[514->] no está desaprobadas jurídicamente, no constitu- sabe esto, su accionar pierde el carácter de un negocio
yen un ataque al bien jurídico y por ello quedan impunes. cotidiano "neutral" y se convierte en un ataque al bien jurí-
dico. Pese a la realización de una venta "usual", difícilmente
Por el contrario, una opinión extendida pretende hacer
podrá discutirse una complicidad cuando el comprador pre-
impunes de plano a las "acciones cotidianas". Así, p. e. la
cisamente comunica al vendedor que quiere emplear los
venta de un destornillador también sería impune cuando
objetos comprados para un robo con fractura o para un
el vendedor sabe que el comprador la ha adquirido sola-
asesinato por envenenamiento40. ¿Por qué debería ser di-
mente para cometer un robo con fractura. JAKOBS pre-
ferente cuando se han recibido estas informaciones de otra
tende liberar de pena "los usuales negocios de intercam-
manera (p. e. oyendo a hurtadillas o a través de un amigo
bio de la vida cotidiana"36; pues nadie podría esperar que
del autor)?
un robo con fractura "no se produzca a falta de disponibili-
dad de un destornillador ordinario"37. SCHUMANN38 llega Cuando JAKOBS indica que un robo con fractura no
al mismo resultado porque faltaría el presupuesto de la fracasaría por falta de un destornillador, ello no es motivo
participación postulado por él: el "solidarizarse" con el au- para la impunidad de la acción de promoción hacia el he-
tor. El vendedor no haría "causa común" con el hecho prin- cho efectuada a través de este instrumento. Pues aquí se
cipal; no se solidarizaría con este hecho cuando presta su trae a colación, de manera prohibida, un curso causal hi-
potético (la posibilidad de procurarse el destornillador de
otra manera) para rechazar la complicidad (comp. ya an-
» JAKOBS. "Strafrccht, AT". 2' cd.. cap. 24. n. marg. 17; FRISCH también propondría lo
mismo, v. 1988.p.295yss.
" JAKOBS; ZStW 89 (1977), p. 20. JAKOBS considera también impunes los viajes en
taxi en los dos casos decididos por el BGH (n. marg. 214,216). w
'" SCHUMANN, 1986. p. 57. JAKOBS. AT, 2* cd.. cap. 24. n. marg. 17.
,0
A favor de la punibilidad en este caso, expresamente, SCHUMANN. 1986. p. 69.
¿QUÉ ES LA COMPLICIDAD?
ESI DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL gEfl
tes, p. 510). Para una complicidad no es tampoco en ab- diana" no es delimitable, no se puede limitar a los negocios
soluto necesario que el hecho no se hubiera producido en usuales de intercambio de la vida diaria" y es inadecuado
caso de faltar la contribución del cómplice (comp., p. 501). para separar la complicidad punible de las acciones permi-
¿Y por qué, en un asesinato con panecillos envenenados, tidas. Recién la falta de una relación delictiva de sentido, tal
sólo tendría que ser punible el que ha entregado el vene- como ya se ha expuesto (p. 513) puede quitarle el carácter
no y no también el que ha entregado los panecillos a sa- de complicidad a una acción que influye incrementando las
biendas del fin que se les iba a dar? posibilidades de la comisión de un delito.

El criterio de SCHUMANN de la "cercanía al hecho" tam- La jurisprudencia todavía no ha desarrollado una con-
poco resulta claro. Pues si la entrega pronta o tardía no cepción acabada para los casos tratados, pero su tenden-
tiene ningún influjo, no es comprensible por qué el mo- cia va en la línea aquí señalada41. Así, es correcto que el
mento de la venta [515->] deba decidir sobre la presencia RGSt 39, 44, 48 no haya visto en la provisión de pan y
de una complicidad. La "impresión de conmoción jurídica'* carne al titular de un burdel una complicidad punible en la
[rechtserschütternde Eindruck] producida en gran medida administración de un burdel. Pues el consumo de pan y
por la venta en el estadio de ejecución, que es decisiva carne tiene sentido independientemente de que aquellos
para SCHUMANN, no puede ser determinante porque tam- que los consumen favorezcan a un negocio prohibido42.
bién es punible la complicidad secreta. Si ésta es descu- Por ello p. e. también es impune el dueño del restaurante
bierta, no tiene efectos menos "conmovedores jurídica- que sirve antes del hecho una comida de refuerzo al la-
mente" que una abierta prestación de ayuda. drón de casas sabiendo de sus planes. Con justicia el
BGH43 se opone también a la concepción "de que cual-
Pero sobre todo no hay acciones cotidianas per se, sino quier cooperación en las ventas -p. e. de un trabajador-
que el carácter de una acción se determina por la finalidad conociendo del fraude fiscal que a continuación cometerá
para la que sirve. Así p. e. la instrucción en el manejo de el deudor tributario debería valorarse como complicidad
un arma de fuego es una acción cotidiana neutral si ocurre en un delito tributario menos grave". Pues la actividad de
durante la práctica deportiva de un club de tiro; por el con- un trabajador en una empresa tiene sentido para éste, inde-
trario constituye una complicidad a un asesinato cuando pendientemente de los fraudes fiscales. Es exactamente
ayuda al autor a acertar a la víctima. También el cargar
una escalera (comp. el ejemplo de la p. 510) es en la ma-
yoría de los casos un acontecimiento cotidianamente usual;
pero se convierte en una complicidad cuando su único 41
MEYER-ARNDT, dan una buena compilación de las sentencias pertinentes; v. Wistra
1989,p.281yss.
sentido consiste en apoyar a un asaltante de casas. Inclu- 4}
Es muy dudoso que suceda algo distinto cuando se trate de la provisión de vino, tal como
so se podrá decir que la mayoría de las acciones de com- opinaba el RG, argumentando que con ello se habría creado un incentivo adicional para
plicidad "por sí mismas" (es decir, prescindiendo de su fi- visitar burdeles. Y es que el consumo de vino no es solamente usual en burdcles. En favor
de la impunidad de la provisión de vino también SCHUMANN. 1986, p. 62; por el con-
nalidad) son acciones neutrales; esto rige aun p. e. para la trario, a favor de la punibilidad. MEYER-ARNDT, Wistra 1989. p. 282.
entrega de un arma. Por ello el concepto de "acción coti- ° BGHR, StGB, art. 27, primer párrafo. "Hilfcleisten 3".
isa DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL ¿QUÉ ES LA COMPLICIDAD? gESl
correcto que el BGH afirme una complicidad punible "cuan- presenta una complicidad con dolus eventualis. Ella es en
do toda la empresa en la que un colaborador coopera se sí posible, pero debe ser rechazada por regla general, si-
dirige exclusivamente a alcanzar una ganancia mediante guiendo el principio de confianza. Según ello, todos deben
un fraude fiscal", pues en esta situación, no tendría sentido confiar en que los demás no cometerán delitos dolosos en
una actividad prescindiendo del fraude fiscal pretendido. tanto una "inclinación reconocible hacia el hecho" del otro
[516->] no enerve esta suposición. Eso se considera mayormente
sólo en la evaluación de la imprudencia, pero también debe
El Tribunal Supremo suizo, en una sentencia del 13-10- regir para la participación dolosa. Pues no se plantea la
1993 se ha aunado a la concepción aquí defendida, ha- cuestión del dolo allí donde ya la imputación al tipo objeti-
ciendo referencia al estado más reciente de la discusión44. vo es excluida debido a un riesgo permitido fundado en el
Los inculpados habían enajenado carne de antílope afri- principio de confianza. En el ejemplo debe rechazarse una
cano bajo el nombre correcto a compradores dudosos, complicidad, porque no basta una "apariencia sospecho-
sabiendo que éstos venderían la carne como "carne euro- sa" basada en impresiones subjetivas para fundamentar
pea de caza" y con ello cometerían una estafa. El Tribunal una inclinación reconocible hacia el hecho. Para ello se
admitió una complicidad punible porque sólo era posible necesitaría concretos puntos de apoyo que evidencien la
alcanzar una venta con ganancias, tal como lo sabían los probabilidad de una finalidad de empleo delictivo. Tal caso
proveedores, si se engañaba diciendo que se trataría de se daría p. e. cuando los participantes en una encarnizada
carne de caza europea. "Los suministros no hubieran teni- batalla campal compran armas en un negocio situado en
do sentido sin las acciones punibles; luego debe afirmarse un lugar visible. Si aquí el vendedor cuenta con que las
la relación delictiva de sentido". armas se utilizarán para cometer lesiones corporales, pue-
de ser hecho responsable como cómplice en dichos he-
2.- EL APORTANTE SÓLO CUENTA CON UNA CONDUCTA DELICTIVA DEL AUTOR
chos con dolus eventualis.
En muchos casos ocurrirá que el tercero no sabe de la
resolución delictiva del autor, sino solamente toma en cuen- Dado que en la mayoría de las "acciones cotidianas",
ta la posibilidad de un aprovechamiento delictivo de su con- sobre todo en los negocios de intercambio de la vida dia-
tribución. Así sucede p. e. cuando en el caso del destorni- ria, sólo raramente se presenta un saber seguro sobre un
llador (p. 513) el vendedor no sabe que el adquirente quie- eventual uso delictivo del objeto entregado, y la admisión
re utilizar el instrumento para robar en domicilios, pero lo de una complicidad cometida con dolus eventualis mayor-
considera posible debido a la apariencia sospechosa de mente fracasa por motivos del principio de confianza, las
éste y lo admite. Hay que ponderar si en tales casos se acciones cotidianas frecuentemente no llevan a una puni-
bilidad. Puesto que en los casos de dolus eventualis el
dolo del tercero no implicado no se extiende a un riesgo no
permitido, falta un ataque al bien jurídico. Entonces, los
44
límites de punibilidad desarrollados se basan, [517->] tam-
Corte de Casación, exp. 6 S. 363/1993/rr. p. 5-7.
mm DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL

bien para el segundo grupo de casos, en el fundamento


penal de la participación y en principios generales de im-
putación.
Con ello termino este trabajo que dedico a Koichi
Miyazawa, mi amigo y amigo de todos los penalistas ale-
manes, felicitándolo por su 65to. cumpleaños. Koichi
Miyazawa ha ganado los mayores méritos en el Derecho
penal alemán, por su divulgación en el Japón, por su co-
operación científica y por la amistad personal entre los
penalistas de ambos países. Lo saludo recordando con
agradecimiento el Congreso japonés-alemán de Derecho
penal en abril 1994 en Tokio y Kyoto. |Ad multos annosl

EL DESARROLLO DEL
DERECHO PENAL EN EL
SIGUIENTE SIGLO*

N. d. T.: artículo que próximamente será publicado en larecopilación"Aus der Problematik


des Strafrcchts und der Kriminologie", editado por Emil W. Plywaczewski, Universidad
de Varsovia, p. 331- 356. Título original en alemán: "Zur Entwicklung des Strafrcchts
im kommenden Jahrhundert".
[331->]

I.- CIRCUNSTANCIAS QUE DIFICULTAN UN PRONÓSTICO

Un tema que se proyecta tanto al futuro, como el que se


me ha puesto sobre el tapete, permite expresiones cientí-
ficas solamente en una medida limitada. Pues, en primer
lugar, la predicción del futuro ya es por sí misma un cálculo
con muchas cosas desconocidas, para cuya solución no
hay reglas de validez general, tal como el decurso del tiem-
po una y otra vez demuestra contundentemente: un acon-
tecimiento de tanta trascendencia, como p. e. la caída del
imperio soviético, no fue predicho por nadie, incluso pocos
años antes de que se produjera, pese a que uno debería
opinar que hubiera tenido que deducirse de los hechos de
entonces. Y en segundo lugar, los desarrollos en el campo
de las ciencias sociales son todavía mucho más difíciles
de pronosticar que los acontecimientos técnicos y de las
ciencias naturales. Y es que mientras que el desarrollo de
las ciencias naturales ocurre de manera lineal, de forma
que un avance se produce sobre la base de otro, el desa-
rrollo social, en el que también el Derecho penal está in-
merso, transcurre de manera dialéctica: esto es, las posi-
ciones y las contraposiciones varían. En todo momento
son posibles los retrocesos. Existe el retomo a la inhuma-
BfKEl DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL EL DESARR0U.0 DEL DERECHO PENAL EN a 9GUEN1E 9GLO BEBÍ
nidad (p. e. en el Derecho penal de la época nazi o el te- turalmente cualquier conocedor del Derecho penal sabe
rror político interno de Stalin). También las viejas posicio- que en este campo se han dado muchas y esenciales
nes teóricas pueden (como p. e. las teorías penales de modificaciones. Pero las dimensiones de las modificacio-
Kant y Hegel) experimentar un renacimiento, mientras que nes son menores que en los otros ámbitos de la vida. Esto
los coches postales y la lámpara de petróleo ya no reapa- se muestra en que el ciudadano normal, no educado jurí-
recen más una vez que el progreso técnico ha pasado por dicamente, no va a saber responder mucho cuando se le
ellos. En pocas palabras: [332->] el desarrollo en el cam- pregunte por los progresos del Derecho penal en los últi-
po del Derecho penal puede ser profetizado con menor mos cien años.
seguridad que el desarrollo de los acontecimientos técni-
Resulta entonces que el desarrollo del Derecho penal,
cos y de las ciencias naturales. En tal medida, un Julio
por un lado, transcurre de manera más confusa y menos
Veme del Derecho penal lo tiene más difícil que el verda-
lineal que en los [333->] ámbitos de vida caracterizados
dero Julio Verne, por más admirables que sean las cuali-
por el conocimiento de las ciencias naturales, pero tam-
dades visionarias de éste.
bién se realiza de manera mucho más lenta y trae consigo
cambios mucho menos radicales.
II.- CIRCUNSTANCIAS QUE FACILITAN UN PRONÓSTICO
Junto a estas dos circunstancias fundamentales, quie-
Por otro lado, un penalista también tiene más facilida- ro mencionar otras tres premisas en las que se basan mis
des que un experto en ciencias naturales para un pronós- siguientes explicaciones. En primer lugar, prescindo de la
tico futurista. Pues el Derecho penal se desarrolla con más posibilidad de catástrofes globales (p. e. de tipo atómico o
lentitud que las ciencias naturales y la técnica. Hace cien ecológico); solo tiene sentido hablar de un desarrollo del
años automóviles y teléfonos estaban todavía en sus ini- Derecho penal bajo el presupuesto de que está plenamente
cios y no eran medios de comunicación usuales. No exis- asegurada la supervivencia de la humanidad como tal. En
tían aviones, radios, televisión, bombas atómicas, pero tam- segundo lugar, me limito en lo esencial al desarrollo del
poco antibióticos ni computadoras. No necesito proseguir Derecho penal en los países caracterizados o influidos por
esta enumeración, pues cualquier persona mayor puede la cultura occidental: los descubrimientos etnológicos es-
dar fe personalmente de cuan radicalmente ha cambiado peciales no pueden incluirse en una conferencia. Y en ter-
nuestra forma de vida, p. e. en los campos de la comuni- cer lugar, en contra de la tendencia fundamental actual de
cación técnica o de las posibilidades medicas. carácter crítico-cultural, me declaro a favor de un optimis-
mo moderado sobre el desarrollo. Me siento obligado a
Por el contrario, ya hace cien años había pena de liber-
hacer esto, pese a que conozco los peligros que el su-
tad y de multa de manera similar a las de hoy en día.
puesto desarrollo ha traído consigo en amplios campos.
Incluso los códigos penales son en parte todavía los mis-
Pero en todo caso, si se observa rápidamente la historia
mos de entonces. Sobre el sentido y la finalidad de la pena
de los últimos siglos, no se puede desconocer una ten-
se sigue discutiendo desde hace 2000 años sin que los
puntos de vista se hayan transformado decisivamente. Na- dencia hacia el desarrollo en sentido positivo en el Dere-
wm DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL EL DESARROLLO DEL DERECHO PENAL EN EL SIGÚEME SIGLO ggfl

cho penal; es decir una creciente humanización en la ten- res aislados1. Se puede declarar que la pena es un instru-
dencia general pese a todos los retrocesos dialécticos. No mento inhumano de represión e indicar que no impediría
sería razonable suponer que esta orientación del desarro- la criminalidad ni su continuo aumento. La sociedad ilus-
llo vaya a retroceder con el tiempo. trada del futuro podría encontrar formas de organización
que no necesitarían más de la pena ni de sus consecuen-
III.- CINCO TESIS cias socialmente dañosas.
Se puede apoyar estas predicciones en distintas posi-
Ya el marco acabado de esbozar permite reconocer
ciones teóricas que aquí no pueden ser expuestas en par-
que si bien espero del Derecho penal en los próximos
ticular. Sólo a manera de ejemplo menciónese que, según
cien años muchos cambios, en parte radicales, no es-
la [335->] teoría marxista, en una sociedad socialista de-
pero un cambio revolucionario de perspectivas. Resu-
sarrollada la criminalidad desaparece2. Pero también otras
mo mis reflexiones en cinco tesis: el Derecho penal to-
doctrinas de salvación de corte político o religioso esperan
davía existirá dentro de cien años (IV); el Derecho penal
del futuro un "nuevo ser humano" con la esperanza de re-
experimentará una europeización y parcialmente una
tornar al paraíso en nuestro mundo terrenal. Independien-
globali-[334->]zación, pero que probablemente dejará
subsistentes los Códigos penales nacionales (V); el nú- temente de premisas ideológicas también puede afirmar-
mero de disposiciones penales y también de los atenta- se que, mediante el control de la natalidad, los mercados
dos contra ellas seguirá aumentando (VI); a cambio, sin unificados y el tratamiento razonable de los recursos de
embargo, las penas serán más leves (Vil). Además, las nuestro mundo, podría crearse una sociedad de bienestar
reacciones en contra de la conducta punible se modifi- general o por lo menos que abarque de gran parte de la
carán ampliamente al retroceder cada vez más la pena tierra, o que desaparecerían las causas de la criminalidad.
privativa de libertad y ser completada o incluso reem- Las desviaciones sociales que pese a todo aparezcan ais-
plazada por un rico arsenal de consecuencias jurídicas, ladamente podrían ser controladas mediante apercibimien-
que si bien presuponen una conducta punible, ya no tos o, en todo caso, mediante un reproche social sin con-
pueden seguir siendo entendidas como penas en senti- secuencias jurídicas.
do tradicional (VIII). Estos son pronósticos muy bonitos, pero no veo en ellos
ninguna posibilidad. Los 3000 años de la historia humana
IV.- EL DERECHO PENAL TODAVÍA EXISTIRÁ DENTRO DE que estamos viendo, para los que los próximos cien años
CIEN AÑOS

1 . - N o SERA POSIBLE UNA SUPRESIÓN DEL DERECHO PENAL


1
Así. ya antes, VARGHA. "Dic Abschaffung der Straflcnechtschaft. Studien zur
La idea de suprimir el Derecho penal en el futuro no es Strafrcchtsrcform". en dos partes. 1896 y 1897. Más recientes. MATHIESEN, "Die
absurda. Más bien, desde hace tiempo se defienden exi- lautlose Diszipliniening". 1985; FOUCAULT. "Überwacnen und Strafen", 1977.
J
LEKSCH AS. "Theoretische Grundlagcn der sozialistischen Kriminologie". en: Buchholz
gencias abolicionistas, aunque hasta ahora sólo por auto- (edit.). "Sozialistische Kriminologie". 2#ed., 1971. p. 43-172.
ELDESARIXXLODELDEIK>C>PENAIENELSIGUENIESK^.O gFEi
EH DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL

espectro de formas de acción humana y por ello no pue-


sólo implican poco tiempo, tienen que enseñarnos que no
de ser extinguida. Las circunstancias sociales determi-
es posible renunciar a la protección del individuo y de la
nan más el "cómo" [la forma] que el Ms¡" [la existencia mis-
sociedad, y que esta protección, en caso necesario, inclu-
ma] de la criminalidad: cuando clases enteras de la po-
so debe ser impuesta por la fuerza. Todos hemos vivido el
fracaso del experimento social soviético-ruso. Pero inclu- blación se mueren de hambre, aparece una gran crimina-
so una teoría tan triunfante e imperecedera como la del , lidad de la pobreza; cuando la mayoría vive en buenas
sermón de la montaña cristiano no ha podido cambiar a condiciones económicas, se desarrolla una criminalidad
las personas. Los cristianos no son en promedio mejores del bienestar, etc. Luego, tal como se mostrará a conti-
personas que los pertenecientes a otras religiones o que nuación, los cambios sociales de los próximos cien años
los ateístas y agnósticos. Uno sólo puede generalizar ta- influirán en las formas de aparición de la criminalidad,
les datos históricos particulares y decir: ninguna sociedad pero no cambiarán en nada su existencia y con ello tam-
de variedad alguna ha podido renunciar alguna vez al De- poco la necesidad del Derecho penal.
recho penal. Antes bien, constituye precisamente el mo-
2.- TAMPOCO ES DE ESPERAR UNA REDUCCIÓN DE LA CRIMINALIDAD ME-
mento central de la formación del Estado el deseo de ase-
DIANTE CONTROLES SOCIALES REFORZADOS
gurar una vida común pacífica entre las personas a través
del poder penal estatal. Aún hoy en día, [336->] el "llama- No quiero dejar de mencionar una posibilidad más rea-
do a la ley y al orden", el pensamiento del "law and order" lista para hacer superfluo al Derecho penal o para, por lo
es un ineludible factor socio-sicológico, incluso como fac- menos, reducir esencialmente la criminalidad: [337->] ella
tor político. Efectivamente, se muestra que al faltar un po- no radica en las utopías que apuntan a mejorar las relacio-
der estatal de ordenamiento -sea en los espacios pre-civi- nes sociales, sino en las utopías negativas al estilo de
lizados o en caso de caos interno, tiempos de guerra o "1984" de Orwell. Un estado totalitario de control podría
catástrofes-, los puños más fuertes son los que inmediata- efectivamente reducir considerablemente la criminalidad.
mente erigen un dominio de la arbitrariedad, frente al cual Esto lo muestran las variantes menos crasas y por ello más
es preferible cualquier ordenamiento estatal3. cercanas a la vida que la historia nos presenta. Así, p. e.
en la República Democrática Alemana la criminalidad era
La suposición correcta es ciertamente que la "conducta efectivamente menor que en la República Federal Alema-
desviada", dentro de la que los sociólogos incluyen sobre na5 . Pero esto no se debía a las bondades del marxismo,
todo también a la criminalidad4, se ubica dentro de un sino al omnipresente espionaje en la RDA. También un
país libre y democrático como Japón tiene una criminali-
dad sensiblemente menor que la de los países
' También KAISER ve este peligro, v. "Kriminologic. Eine Einfilhrung in die Grundlagen", 8*
ed., 1989. cap. 24,5.5; KAISER, "Kriminologic", 2*cd., 1988, cap. 37. n. marg. 102 y ss.
4
KAISER, "Kriminologic Eine EinfUhmng in die Grundlagen", 8' ed., 1989, cap. 26.1;
KAISER. "Kriminologie". 2* ed., 1988, cap. 40. n. m. 3; EISENBERG, "Kriminologic",
5
3* ed.. 1990. cap. 5. n. marg. 1 y ss. Comp. sobre esto FREIBURG."Kriminalitfitinder DDR". Opladen 1981.
DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL EL DESARROLLO DEL DERECHO PENAL EN a 9GUEN1E SIGLO gff3l

industrializados occidentales6. Esto es atribuido general- en relación con la criminalidad organizada- una fuerte pe-
mente a que la estructura social japonesa es mucho me- netración del Estado en el ámbito de la personalidad. Pero
nos individualista que la occidental. A través de ello el indi- ello todavía puede ser limitado de manera soportable para
viduo está sometido a un control social informal mucho más el Estado de Derecho a través del recurso a las potesta-
fuerte que le dificulta una conducta desviada. También en des judiciales de control. La cuestión adicional de si debe
Alemania p. e. el hecho de que Munich es la ciudad más esperarse que estos límites sean respetados, podrá ser
segura, es decir la gran ciudad con menor criminalidad, se respondida con una afirmación cautelosa por lo menos para
atribuye de manera general a que tiene la presencia poli- el espacio europeo, aun cuando se tenga que contar con
cial más fuerte y con ello el control social más efectivo7. una creciente influencia de las posiciones contrarias. Pues
Frente a esto uno debe preguntarse si tales tendencias la tradición liberal y jurídico-estatal de nuestro continente
tienen futuro y si quizás se impondrán en los próximos cien tiene una historia demasiado larga para que pueda ser
años en forma mucho más masiva. ¿Tiene, entonces, una remecida por completo. La unificación europea impedirá
perspectiva realista la divisa "menos Derecho penal gra- además que los Estados vuelvan a caer por separado en
cias a una total vigilancia"? No sólo los críticos de la cultu- estructuras totalitarias de organización. El Tribunal Europeo
ra, sino también muchos penalistas suponen esto y no ven de Derechos Humanos podrá además oponerse a las regu-
en ello una [338->] mejora social, sino una amenaza a la laciones interventoras que limiten demasiado la libertad per-
libertad ciudadana que debe ser rechazada. sonal10. Hay que suponer que ello va a seguir existiendo,
pues no se puede hacer retroceder la rueda de la historia.
Efectivamente la intensidad del control social8 se
incrementará en el futuro con gran probabilidad. Esto no [339->]
solamente atañe a la intervención policial, sino sobre todo
Cuando, según lo dicho, me atrevo a pronosticar que
a las posibilidades técnicas de escuchar conversaciones y
Europa tampoco en los próximos cien años se convertirá
de emplear métodos computarizados de detección, en
en un Estado policial totalitario, al mismo tiempo se des-
continuo perfeccionamiento9. Si se pregunta en qué medi-
prende de ello la respuesta de que no es de esperar una
da las tendencias de vigilancia se impondrán frente a la
supresión o minimización de la criminalidad mediante un
protección liberal que el Estado de Derecho debe a la es-
control completo. Esto es incluso plausible, pues el sacrifi-
fera privada, se puede predecir globalmente -sobre todo
cio de la libertad ciudadana sería un precio demasiado ele-
vado para una lucha exitosa contra la criminalidad. Una
cierta medida de criminalidad -que en algunos Estados
* V. E1SENBERG. "Kriminologie". 3"ed., 1990. cap. 51, n. marg. 4 y cap. 52, n. marg. 01.
actuales es no obstante demasiado elevada- es el fenó-
7
Sobre el efecto preventivo de la densidad policial comp. KAISER, "Kriminologie", 9* ed.
1994, p. 144.
1
Acerca del concepto, GÓPPINGER, "Kriminologie". 4' ed., 1980,4.3.1.2.
* GROPP, "Besondere ErmittlungsmnOnahmen zur Bekttmpfung der organisierten
WEIGEND, "Strafrecht duren intemationale Vereinbarungen - Verlust an nationaler
Kriminalitat", ZStW 105 (1993), p. 405 y ss.
Strafrechtskultur". ZStW 105 (1993). p. 774.778.
gira DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL EL DESARROLLO DEL DERECHO PENAL EN EL 9GUENTE 3GLO WSM

meno secundario necesario11 de una sociedad libre y lo Pero una adaptación [Angleichung] escalonada de nues-
seguirá siendo también en el futuro. tros ordenamientos penales se llevará a cabo por tres vías.
En primer lugar, la Unión europea motivará a cada uno de
los países, tal como ahora ya lo hace14, para que, median-
V.-SOBRE LA EUROPEIZACIÓN Y LA GLOBALIZACIÓN
DEL DERECHO PENAL te pautas y reglamentos, dé cada vez más regulaciones
iguales o similares. Esto es válido sobre todo para el Dere-
Entonces, la criminalidad y el Derecho penal permane- cho penal económico15 y también es indispensable para
cerán. Sin embargo, se producirá una europeización12 y, un ordenamiento económico de crecimiento conjunto.
hasta cierto grado, una "globalización" del Derecho penal.
A continuación, la cooperación científica que existe en-
Oon el concepto mencionado al final quiero decir que las
tre los países individuales en el campo del Derecho penal,
tendencias hacia un Derecho penal mundial ganarán fuer-
llevará a un mayor acercamiento entre los diferentes
za. ¿Qué es lo que esto significa en concreto?
ordenamientos penales. Pues la reflexión común sobre nues-
No creo que en las próximas décadas un Código penal tros problemas conduce, en muchos casos, a soluciones
europeo reemplace a los ordenamientos jurídico-crimina- comunes no reglamentadas desde arriba, sino basadas en
les nacionales. Probablemente ello no sucederá siquiera un consenso internacional y por ello más sólidas aún. Y esto
dentro de cien años, pues sí bien la idea de Estado nacio- rige mucho más allá de Europa. También los países de Cen-
nal no podrá asentarse en el ámbito militar y económico, sí tro- y Sudamérica18 y to-[341->]do el círculo cultural de Asia
lo hará con respecto a la organización de la cultura y de la oriental17 trabajan en el campo del Derecho penal con las
sociedad. Un Estado central europeo con una legislación mismas categorías jurídicas. Luego, estará cada vez más
totalmente unitaria no es un objetivo digno de ser perse- cercano un Derecho penal mundial, independientemente de
guido. Pues el Derecho y precisamente el Derecho penal las particularidades nacionales subsistentes.
es un producto del desarrollo cultural de los Estados por
[340->] separado13. La interrupción de este desarrollo y la
imposición a los países europeos de una regulación unita-
ria por la vía administrativa, descuidando sus tradiciones 14
WEIGEND. igual que nota 10, p. 776; JESCHECK en LK. 11' ed.. 1992, introducción,
jurídicas, no son realizables ni tampoco serían correctas. n. marg. 102 y ss.
Luego, parto de que el Estado europeo federal, que alguna " MÜLLER-WAHNITZ,"Wirtschaftskriminalitat,,,2"ed., 1993.p. 14yss.
'* Ya el Código Penal Tipo para Iberoamérica de los aftos 60 se basaba en la estructura
vez será creado, preservará la autonomía cultural y con ello neoclásica del delito, comp. BUSTOS RAMÍREZ, "Consideraciones respecto a la estruc-
también los Códigos penales de cada uno de los países. tura del delito en la reforma penal latinoamericana", Doctrina Penal, 1979, p. 477; DE
RIVACOB A Y RIVACOB A, "Pensamiento penal y criminológico del Código Penal Tipo
para Iberoamérica", Doctrina Penal, 1987, p. 713.
17
En relación con el Japón comp. el tomo que recopila el Coloquio germano-japonés en
Derecho penal de 1988, "Strafrecht un Kriminalpolitik in Japan und Deutschland",
" KAISER. "Kriminologie", 9*cd., 1993. p. 248 y s. HIRSCH/WEIGEND (edit.). 1989. A manera ejemplo v. JESCHECK. sobre las relacio-
nes entre el Instituto Max-Planck de Derecho penal extranjero e internacional de Freiburg
" ROXIN.AT,tomo 1, 2* e d , 1994,cap.4,n.marg.26b,c,c.másref.
y Asia Oriental, en LH a Zong Uk Tjong. 1985, p. 69.
" WEIGEND, igual que en nota 10, p. 786.
mm DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL EL DESARROLLO DEL DERECHO PENAL EN a SIGÚEME SIGLO EED
Finalmente, si bien el acercamiento de las condicio- del ambiente o para las tecnologías modernas, tal como lo
nes de vida, que una política común y un mercado común tenemos nosotros para el procesamiento de datos. Asi p.e.
necesariamente traen consigo, no conducen a una unifi- el Derecho penal informático19 está en continuo movimiento
cación esquemática, tienden hacia una mayor igualdad porque siempre tiene que adaptarse a las nuevas tecnolo-
en la orientación del desarrollo jurídico-penal18 en cada gías informáticas y a su abuso. Sólo raramente renuncia el
uno de los países europeos. Mi pronóstico, que al mismo legislador al intento de asegurar el respeto de las nuevas
tiempo también se corresponde con mi visión personal disposiciones mediante conminaciones penales20.
del futuro, puede entonces resumirse para el Derecho Ya la serie de nuevas disposiciones penales tiene que
penal al igual que para el desarrollo cultural europeo con impulsar hacia arriba el número de hechos punibles. A ello
la divisa: ¡no a la sincronización [Gleichschaltung], sino se agregan las nuevas formas de conducta punible como la
unidad dentro de la variedadl Pero ya este programa sig- criminalidad organizada, la que necesariamente se
nifica denegar cualquier aislamiento y esperar una co- incrementará con la apertura de las fronteras. Pero también
operación cada vez más estrecha. en un delito cotidiano y tradicional como en el hurto, deberá
contarse con un aumento de la criminalidad. Esto no sólo
VI.- SE INCREMENTARÁ EL NÚMERO DE DISPOSICIONES se debe al fracaso del Derecho penal, sino a cambios so-
PENALES Y DE LOS ATENTADOS CONTRA ELLAS ciales, técnicos y económicos previos al Derecho penal. Es
Es fácil profetizar un mayor incremento de las disposi- claro que la cada vez mayor densidad poblacional coinci-
ciones penales. Ello no sólo resulta de las regulaciones dente con el anonimato de los individuos mejoran conside-
que trae consigo la Unión europea, sino sobre todo tam- rablemente las posibilidades de los hurtos en relación con
bién de que las estructuras sociales se vuelven cada vez las fácilmente controlables comunidades pueblerinas de los
más complicadas. Las sociedades simples [342->] pue- tiempos pasados. Además, si se me permite mencionar dos
den arreglárselas con los diez mandamientos o con nor- objetos pasibles de hurto especialmente codiciados: es
mas básicas comparables, pero la sociedad moderna de mucho más fácil hurtar bicicletas y automóviles que coches
masas sólo puede ser dirigida mediante reglamentaciones de correo, muy aparte de que el número de los primeros
amplias. Además, los nuevos desarrollos atraen hacia si [343->] supera ampliamente al de los coches de correos
inmediatamente una avalancha de nuevas disposiciones que existían en el siglo 19. Y si se comparan las tiendas y
jurídicas. Esto no rige solamente para desarrollos políticos supermercados hoy en día existentes, pero que aumentan
como las medidas de boicoteo en el Derecho de comercio y crecen cada vez más, así como la inagotable variedad de
exterior, sino también para la creciente puesta en peligro

" SIEBER, "Informationstechnologie und Strafrechtsreform". 1985, p. 14 y ss.. sobre las


tendencias de desarrollo de los delitos correspondientes; SCHMITZ, "Computerkríminalitttt".
'• JESCHECK informa acerca de los caracteres comunes de la reforma penal en Europa; v. 1990, p. 15yss.
w
introducción al LK, ll'ed., 1992, n.marg. I30yss. W. HASSEMER, "Kennzeichen und Krisen des modemen Strafrechts", ZRP 1992, p. 378.
fflflil DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL EL DESARROLLO DEL DERECHO PENAL EN EL 9GUENTE SIGLO
ESI
sus ofertas, con las tiendecillas de nuestros bisabuelos, un atentado contra la dignidad humana25 y por ello en Eu-
humildemente provistas, se entenderá que hoy en día la ropa sería ya jurídicamente irrealizable26.
tentación de hurtar bienes de primera necesidad es incom-
parablemente mayor que la de entonces. Luego, es previsi- Pero también las penas practicadas actualmente en Eu-
ble que sigan creciendo los índices de criminalidad que au- ropa de manera general seguirán siendo atenuadas. Esto
mentan desde hace décadas21, aun cuando presumiblemente resulta paradójico solamente a primera vista, porque co-
no en la misma medida que en las décadas pasadas, porque rresponde al raciocinio del profano reaccionar con penas
ya hoy en día está presente una parte considerable de las más fuertes ante la creciente criminalidad. Pero si se ve
circunstancias promotoras de la criminalidad. esto con más exactitud, puede ser fácilmente explicado,
pues la privación de libertad que ha dominado en los paí-
ses europeos desde la eliminación de las penas corpora-
VIL- PESE A TODO LAS PENAS SERÁN MÁS LEVES
les, ya ha dejado su apogeo detrás de sí y seguirá retroce-
Pese al incremento pronosticado de la criminalidad, las diendo cada vez más. Ello se debe a dos razones.
penas serán más leves. Si bien ocasionalmente aún hoy Por un lado, es cada vez menos posible reaccionar a la
en día se aboga por la pena de muerte22 e incluso última- mayoría de delitos con penas privativas de libertad en la
mente por la pena de azotes (!)23, no puedo otorgar posibi- medida en que las disposiciones penales aumentan y cre-
lidades de largo plazo a tales esfuerzos de hacer girar ha- cen con ello los hechos punibles. Los establecimientos
cia atrás la rueda de la historia. Si se sigue la historia de la penales no son ni siquiera cercanamente suficientes para
pena de muerte desde la ilustración, ella constituye una ello, así como tampoco lo son los recursos financieros ne-
historia continua hacia su supresión, aunque ciertamente cesarios para una ejecución penal humanitaria. Por otro
interrumpida por retrocesos. Pues todos los argumentos lado, tampoco es deseable por política criminal la imposi-
razonables24, para cuya enumeración falta aquí el tiempo, ción de penas privativas de libertad de manera masiva,
hablan en contra de ella; por [344->] ello debe contarse pues según el saber criminológico en los delitos pequeños
con su completa eliminación para los próximos cien años. y medianos, que constituyen la mayor cantidad de los de-
También un regreso a las penas corporales, suprimidas litos, es imposible una (re-) socialización por la vía de la
definitivamente desde hace más de cien años, constituiría privación de libertad. No se puede aprender bien cómo
llevar en libertad una vida fiel a la ley mediante la privación
de la libertad: la pérdida del puesto de trabajo y la separa-
11
KAISER. "Kriminologic", 9* cd., 1993. p. 472. habla de un incremento delicuencial del
hurto en un 367 % en la RFA entre 1955 y 1990.
" Acerca de la voluble opinión pública con respecto a esta cuestión comp. JESCHECK AT
4'ed.. cap. 71 12. ' '
" NEWMAK"Justandpainful-acasefarthecoipor^^ 1984. " ZIPPELIUS. en "Bonner Kommcntar zum GG" (diciembre 1989). art. 1. n. marg. 58 y s.
16
24
Los argumentos a favor y en contra son expuestos críticamente por MARTIS. "Die También lo sería por atentar contra el art. 3 EMRK, esto lo ha decidido la Comisión
Funktionen der Todesstrafe". 1991. p. 148 y ss.. 198 y ss.. ai igual que en WOLF. Europea de Derechos Humanos en relación con la pena de azotes en la isla Man, NJW
"Verhütung oder Vergcltung?". 1992. p. 130 y ss. 1978, p. 475.
KSEÍ DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL
EL DESARROLLO DEL DERECHO PENAL EN EL 9GUENTE 3GLO
gHa
ción de la [345->] familia, vinculadas con la pena privativa [346->]
de libertad, tienen un efecto desocializador adicional27. VIII.- LA PENA SERÁ COMPLETADA EN EL FUTURO POR
UNA VARIEDAD DE OTRAS REACCIONES A LA CON-
El desarrollo político criminal se seguirá apartando, en- DUCTA PUNIBLE
tonces de la pena privativa de libertad28. En lugar de ella
aparece primeramente la pena de multa; sobre todo en su Por cierto que la pena de multa, cuya importancia cre-
mayor empleo radica el fundamento de la tendencia ciente acabo de destacar, no es una panacea31. Ella fraca-
atenuadora de la cual he hablado. La práctica dominante sa en aquellos que no tienen dinero o que saben esconder
actualmente en Alemania puede poner en claro cuan lejos sus medios a la intervención estatal. Ella tampoco podrá ser
es capaz de llevar la renuncia a la pena privativa de liber- empleada en épocas de recesión y en países pobres con la
tad. En el año 1882, el 76,8 % de todas las condenas en misma frecuencia que en las sociedades prósperas de bien-
Alemania se refería a una privación de libertad efectiva, y estar. Por ello se tendrá que desarrollar en el futuro, con
el 22,2 % a una multa. Poco menos de 100 años más tar- una cierta obligatoriedad, una variopinta serie de sanciones
de, en 1990, la privaciones efectivas de libertad solamen- y reacciones que si bien presuponen un actuar punible, sólo
te alcanzaban a 5,3 %, es decir sólo una quinceava parte en parte podran ser designadas como penas.
aproximadamente. En cambio se impusieron penas de
multa en el 83,3 % de todos los casos29; es decir, estas 1.- NUEVAS PENAS
casi se han cuadruplicado. Si se piensa además que en Apenas se añadirán nuevas penas en el auténtico sen-
1990 fueron archivados alrededor de 494,000 casos por tido de la palabra, es decir, perjuicios impuestos
razones de bagatela o bajo el régimen condicional según coercitivamente. Pues las penas superadas de épocas
los arts. 153, 153a del C.P.P. (esto arroja 46,1 % de la pasadas (tal como las ya mencionadas penas corporales
cantidad de condenas), se puede reconocer en qué medi- o el destierro) no tienen futuro. Se puede pensar en el arres-
da drástica está retrocediendo la pena privativa de liber- to domiciliario32 como nueva pena, atenuada frente a la
tad. En otros países europeos esta tendencia todavía no privación de libertad, cuyo control no será ningún proble-
es tan marcada30, pero en el futuro se impondrá más o ma gracias a modernos sistemas electrónicos de seguri-
menos en todas partes por los motivos explicados.

" KAISER, en KAISER/KERNER/SCHOCH, "Strafvollwig". 4'ed.. 1992. cnp. 2. n. marg. " Sobre la forma de influjo de la pena de multa que todavía es poco conocido, KAISER.
97. p. 102 y ss. "Kriminologie", 2' ed.. 1988. cap. 116, n. marg. 44 y s.
n
SCHÜCH, "Empfchlcn sich Ándemngen und Ergftnzungen bci den strnfrcchtlichcn " En los Estados Unidos, esta forma de pena restrictiva de libertad ya viene siendo practica-
Sanktionen ohne Frcheitsentzugr'. Informe para el 52to. DJT 1992. C 20 y ss. da desde 1983; comp. al respecto, WEIGEND. "Bewtlhrungshilfe", 1989. p. 289,299;
n
KAISER. "Kriminologie". 9" ed.. 1993. p. 586. BALL/HUFF/LILLY. "House Arrest and Correctional Policy". 1988. Acerca del modelo
w
Comp. sobre la frecuencia de la pena privativa de libertad en el Derecho comparado. inglés. VOSGERAU. "Bewahrungshilfc", 1990. p. 166; STERN. "Bewlhningshüfe".
SCHNEIDER. "Kriminologie". 3' ed.. 1987. p. 827; igualmente SCHÓCH, igual que 1990. p. 335.
nota 28. C 21.
DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL EL DESARROLLO DEL DERECHO PENAL EN EL 9GUENTE SK5LO

dad33. Esta sanción tendría la [347->] ventaja de no costar nuida; o el intemamiento en un establecimiento de
nada, de no traer consigo ningún peligro de contamina- desintoxicación [Entziehungsanstalt] en caso de adictos al
ción criminal y de dar una forma más humana a la priva- alcohol y a las drogas38.
ción de libertad que de todas maneras es sentida como
[348->]
grave. También sería una nueva pena efectiva la interdic-
ción de conducir vehículos, si a diferencia de hoy en día, Una antigua exigencia reformadora consiste en reem-
pudiera ser impuesta como pena principal independiente- plazar en el futuro todas las penas por medidas de seguri-
mente de que exista un delito de tráfico34. Ante la impor- dad37 . Esto se basa en la idea de que los autores penales
tancia que tiene el automóvil hoy en día para la mayoría de serían enfermos psíquicos o sociales. La divisa de este
personas y que seguirá teniendo en el futuro, pese a todos movimiento es entonces: curar en vez de penar. Cuando
los esfuerzos en favor de otras posibilidades de transporte, uno se pregunta si el futuro del Derecho penal seguirá esta
existiría en ello una limitación de la libertad preventivamen- tendencia, la respuesta tiene que hacer distingos. Es co-
te efectiva, pero que para el Estado implicaría costes neu- rrecto que una parte considerable de los reincidentes, so-
trales y para el autor sería menos perjudicial que la pena bre todo los ladrones, estafadores y violadores habituales,
privativa de libertad, además de proteger el ambiente. son personas con transtornos en su desarrollo psíquico y
social. Ellas necesitan una terapia efectiva de la que toda-
2.- NUEVAS MEDIDAS-DE SEGURIDAD vía no disponemos actualmente en la mayoría de los ca-
Ya actualmente la mayoría de los Estados europeos tie- sos. Pero se puede suponer que dentro de algunas déca-
nen, junto a las penas las así llamadas medidas de segu- das se podrán desarrollar métodos exitosos de terapia
ridad35 . Ellas se diferencian de las penas en que no presu- social, sobre todo en forma de un tratamiento terapéutico
ponen ninguna culpabilidad ni tampoco están vinculadas grupal. Los establecimientos experimentales de terapia
con la medida de la culpabilidad en cuanto a su duración. social que tenemos actualmente en Alemania hacen que
En cambio se orientan en la peligrosidad social del autor. esto sea prometedor. En consecuencia, se debe suponer
Las medidas de seguridad de este tipo existentes hasta que las medidas terapéuticas del futuro aparecerán en
ahora son p. e. el intemamiento en un establecimiento psi- mayor medida junto a la pena, la complementarán y en
quiátrico, que puede ser prescrito en caso de autores parte la reemplazarán. Actualmente, las medidas orienta-
inimputables o de imputabilidad considerablemente dismi- das terapéuticamente en Alemania abarcan un 3 % de las

" Sobre las posibilidades técnicas. "Bcwahrungshilfc", 1989. p. 299, nota 77; DÜNKEL,
"Neue Kriminalpolitik". 1988. p. 7. * Más detalles sobre el Derecho de las medidas de seguridad en ROXIN, AT, tomo 1.2" ed.
u
A favor de la ampliación de una interdicción de conducir también SCHÓCH, igual que 1994, cap. 3, n. marg. 54 y ss.
nota 28. C 117; DÜNKE17SPIEB, "Bcwahrungshilfc", 1992, p. 131 y s. » Comp. así HE1NITZ. ZStW 63 (1951). p. 80 y s.; FREY. SchwZSlR 88 (1951). p. 295;
" Un examen comparado se encuentra en JESCHECK, en Jcscheck (edit.), "Die Freheitsstrafe DREHER. ZStW 65 (1953). p. 488; SIEVERTS, "Malcrialien", tomo 1, p. 117; Eb.
und ihre Surrogate", tomo 3,1984, p. 2062 y ss., c. más ref. SCHMlDT."Nicdcrschrifucn".tomo l.p. 51 y ss.
KHil DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL EL DESARROLLO DEL DERECHO PENAL EN a SJGUCNTE 9GLO W&M
sanciones privativas de libertad38; este porcentaje podrá 3.- SANCIONES ORIENTADAS EN LA UBRE VOLUNTAD
aumentar considerablemente. Sobre todo es de esperar Junto a las penas atenuadas y a las medidas que incre-
que se disponga de establecimientos de terapia social como mentan cada vez más su ámbito de aplicación, en el Dere-
nueva medida de seguridad de manera general. cho penal del futuro también se darán sanciones que no
Pero tampoco es de esperar que en el futuro el Dere- . pueden ser designadas propiamente como penas, sino sólo
cho penal sea reemplazado por las medidas terapéuticas. como similares a la pena, porque, si bien imponen algo al
Primeramente uno tiene que ser consciente de que algu- autor, prescinden del carácter coercitivo de la pena. Nom-
nas personas con transtornos en su conducta social [349- braré aquí a dos: el trabajo comunitario [prestación de ser-
>] permanecen siempre inaccesibles a un tratamiento: y vicios comunitarios] (a) y la reparación civil voluntaria (b).
esto se debe a que no es posible un tratamiento -en todo Casi todos los Códigos penales modernos contienen ideas
caso bajo condiciones dignas para la persona- sin una co- iniciales, pero todavía tienen un gran futuro por delante.
operación voluntaria del delincuente, la cual falta con fre- [350->]
cuencia. En caso de una falta de cooperación sólo entran
en consideración otras sanciones. Pero sobre todo debe a) El trabajo de servicio a la comunidad
tenerse en cuenta que sólo una parte de todos los delin- En lo referente al trabajo comunitario, hay que pensar
cuentes -probablemente ni siquiera una parte mayoritaria- aquí en servicios en hospitales y asilos, pero también en
necesitaría una terapia, en caso de que ésta exista. Los instalaciones estatales de todo tipo40. Esto puede ir desde
autores de delitos de tráfico, ambientales, económicos o el transporte de expedientes pasando por los trabajos de
tributarios no son personas menos normales que el pro- reparación y limpieza hasta llegar a los servicios de jardi-
medio de la población, e incluso los partícipes en una cri- nería en establecimientos públicos. En esto apenas si hay
minalidad organizada son frecuentemente astutos empre- límites a la fantasía. El trabajo de servicio a la comunidad
sarios de gran competencia social. Entonces, de ninguna puede reemplazar en la mayoría de los casos a la multa,
manera puede afirmarse que el delincuente sea general- cuando el autor se ofrece voluntariamente para ello. La
mente un enfermo psíquico. Por ello, la ampliación de las sanción tiene la ventaja de consistir en un trabajo cons-
medidas de seguridad va a limitar y relativizar la importan- tructivo, es decir, de comprometer más a la personalidad
cia de la pena en el futuro. Pero ella no podrá reemplazar que la pena privativa de libertad y la multa, las cuales el
las penas ni las demás sanciones39. autor sólo tiene que soportar [pasivamente]. Puesto que el
trabajo obligatorio debería ser excluido en un Derecho
moderno y tampoco sería realizable sin atentar contra la
dignidad humana, la libre voluntad que debe promoverse

11
KA ISER proporciona un panorama detallado respecto a la frecuencia de la imposición de
medidas de seguridad, "Kriminologie", 9* ed„ 1993, p. 613.
w
También con actitud desfavorable en atención al principio de culpabilidad, BT-Drucksachc
V/4094. 19. 40
Comp. el panorama en SCHÓCH, igual que nota 28, C 97.
EE! DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL EL DESARROLLO DEL DERECHO PENAL EN EL 9GUENTE 3GLO W3M

impulsaría al mismo tiempo la disposición a cumplir la ta- nes y en los fines de semana, cuando otras personas se
rea asumida y provocaría en el autor la sensación de ha- dedican al pasatiempo, y por ello domina una notoria falta
ber hecho algo socialmente útil. Ambas cosas sirven para de fuerza laboral. Además, son precisamente las activida-
la resocialización más que las penas tradicionales. des mal pagadas y por ello insuficientemente cubiertas las
que forman parte del ámbito total de servicios sociales
Actualmente todavía son muy fuertes las reservas41 fren- menos calificados en los cuales preponderantemente se
te a esta sanción que teóricamente ya era conocida desde presta el trabajo.
hace tiempo. Se objeta que ocasionaría dificultades de or-
ganización prácticamente insuperables y que no funciona- Si se medita sobre todo esto puede esperarse que en
ría. Tampoco sería deseable tal sanción porque quitaría algunas décadas el trabajo en favor de la comunidad como
puestos de trabajo a la población honesta. consecuencia de una conducta punible no será más raro
que una pena o una medida de seguridad.
[351->]
b) La reparación civil voluntaria
Pero estas objeciones no son sólidas42, pues la posibi- Como segunda sanción orientada en la libre voluntad le
lidad de organizar el trabajo en favor de la comunidad ha profetizo a la reparación civil un gran futuro también en el
sido probada con amplitud43. Éste ya se está prestando en Derecho penal44. [352->] Con ello no me refiero a disposi-
Alemania bajo el nombre de "servicio civil sustitutorio" des- tivos como aquellos en que el inculpado, según el modelo
de hace décadas por miles de objetores al servicio militar, francés de la action civile45 o según el inglés de la
sin que se hayan presentado problemas. Entre nosotros compensation order46 es condenado por el juez en un pro-
también se exige hoy en día, en primer lugar un trabajo ceso penal a una indemnización por daños y perjuicios.
social a los jóvenes que se han hecho merecedores de Esto significa solamente un traslado de la demanda civil al
pena; y también en este grupo humano de difícil tratamiento proceso penal y no ayuda en nada al lesionado cuando la
funciona el sistema. El temor de que la actividad en favor pretensión, como en la mayoría de los casos, no es reali-
de la comunidad podría aumentar el desempleo tampoco zable. Pero también bajo el punto de vista de la punición
se ajusta a la realidad. Pues el trabajo en favor de la co- no aporta nada el que la pena y la indemnización transcu-
munidad es prestado precisamente en épocas de vacacio- rran una al lado de la otra bajo mutua independencia.
La nueva idea, que para mí tiene grandes perspectivas
41
Así larechazanp.c.TRONDLE en LK, 10" cd.. 1978,art.43,n.marg. 10;LACKNER,
JZ1967. p. 519; Eb. SCHMIDT, NJW 1967,p. 1936; JESCHECK, ZStW 80 (1968). p.
69 y s. 44
41 Comp. también sobre la reparación civil como "tercera vía" en el sistema sancionatorio en
Comp. alrespectoya antes ROXIN, JA 1980. p. 545 y ss., 550; en favor de la prestación
de servicios a la comunidad también BAUMANN, LH a SchafTstein. 1975, p. 211; ROXIN, AT1.2' ed., 1994. cap. 3. n. marg. 63 y ss., c. más rcf; el mismo autor, LH a Lerche,
ALBRECHT/SCHÁDLER. ZRP 1988. p. 278,283; DOLLING. ZStW 104 (1992). p. I993,p.30lyss.
45
281 y s.; JUNG, "Sanktionensystem und Menschenrechte", 1992, p. 165 y ss. Más al respecto. MÉRIGEAU. en Escr/Kaiser/Madlener, "Neuc Wcge der
4
' Comp. solamente SCHALL, NStZ 1985, p. 105 c. másrcf.;en lo fundamental a favor Wiedcrgutmachung im Strafrecht". 1990. p. 325 y ss.
4
también SCHOCH. igual que nota 28. C 97. * Comp. alrespectoJUNG. en Eser/Kaiser/Mndlencr. igual que nota 45. p. 93 y ss.
wm DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL EL DESARROLLO DEL DERECHO PENAL EN a 9GUENIE 9GLO
en
para el Derecho penal que se viene, es que una repara- punible recién queda realmente neutralizado cuando el
ción civil prestada voluntariamente hasta la apertura del daño es reparado y es reinstaurado el estado originario.
juicio oral debe llevar a una atenuación obligatoria de la Recién entonces el perjudicado y la generalidad contem-
pena; en caso de un pronóstico favorable, a una condena plan el caso como terminado. Las investigaciones empíri-
condicional; e incluso a una exención de la pena en los cas de diversos países arrojan que la población opina en
casos apropiados de delitos menores (quedando en pie la su gran mayoría que en los delitos pequeños y medianos,
declaración de culpabilidad). Esta concepción tiene la ven- según el estado de las cosas, en caso de una reparación
taja de que ofrece al autor un mayor incentivo para la re- civil voluntaria, se podría prescindir totalmente de una pena
paración civil y a la víctima un resarcimiento veloz y o se la podría atenuar considerablemente48.
antiburocrático, que el Estado en muchos casos no podría
imponer frente a un deudor obstinado. Con esta solución, Me falta tiempo para desarrollar aquí ai detalle la idea
la victimología, la doctrina de la víctima que en las últimas de una reparación civil penalmente efectiva. Empero, por
décadas ha alcanzado una importancia cada vez mayor, lo menos es de mencionar que ella tiene una gran pers-
lograría abrirse paso decisivamente en el sentido de una pectiva de futuro en la medida en que lleve a un nuevo
administración de justicia penal orientada a la víctima. acercamiento entre Derecho civil y penal, los que desde
inicios de los tiempos modernos han seguido el camino de
Pero un Derecho penal de prevención orientado hacia una separación cada vez más estricta.
el autor también recibiría nuevo impulso a través de la in-
clusión de la reparación civil voluntaria en la estructura del [354->]
sistema de sanciones47. Pues si el autor, por su [353->] 4.- LAS SANCIONES CONTRA ENTES COLECTIVOS
propio interés, se esfuerza en resarcir rápidamente a la
víctima, tiene que relacionarse con ella, confrontarse inte- Las sanciones contra entes colectivos ya existe actual-
riormente con su conducta y con el daño que le ha causa- mente en algunos países y en las formas más variadas49.
do a la víctima y dar una prestación constructiva, entendi- Pero ellas son ajenas al espíritu del Derecho penal tal como
da como socialmente razonable y justa de manera inme- ha sido desarrollado en la tradición europea. Pues la pena
diata, lo cual puede contribuir mucho a la resocialización, siempre se recondujo a la culpabilidad individual de una
es decir, tiene un gran valor preventivo-especial. Pero tam- sola persona. Societas delinquere non potest: éste era el
bién de manera preventivo-general, esto es en relación dicho rector de un Derecho penal que se mueve de la res-
con la comunidad, tendría efectos muy positivos la inclu- ponsabilidad por el resultado en la edad media hacia la
sión de la reparación civil voluntaria en el sistema penal de imputación individual.
sanciones. Pues el transtorno social causado por el hecho

" Acerca de la aceptación social de la regulación de conflictos en la criminalidad cotidiana,


SESSAR, "WicdcrgutmachungodcrStrafen". 1992.
4V
47 SCHÜNEMANN provee un panorama de Derecho comparado. LK. 11* ed., 1993. art.
Cornp. al respecto también ROXIN. AT, tomo. 1, 2* ed., 1994, cap. 3, n. marg. 64.
14, n. marg. 74 y ss.
wsm DOGMÁTICA PENAL Y POLÍTICA CRIMINAL EL DESARROLLO DEL DERECHO PENAL EN EL SIGÚEME SIGLO E3
Por el contrario, en el futuro las sanciones a los entes la realización de tipos penales, y ello es suficiente para
colectivos jugarán un gran papel. Pues las formas socia- confirmar mi tesis de la futura diversificación de las reac-
les dañosas de la criminalidad económica, y también am- ciones penales.
biental, tienen su origen en las empresas grandes y po-
derosas; pero también la comercialización de los más IX RESUMEN
variados productos dañinos para la salud será siempre
un gran problema para el Derecho penal. Si en dichos Con ello me acerco al final. Ciertamente, no he agotado
casos se completa el tipo penal, frecuentemente se hace mi tema, pero mi breve revisión del Derecho penal del fu-
difícil y a veces imposible averiguar quienes dentro de la turo, necesariamente hecha a manera de un bosquejo y
empresa son los responsables, ya que la responsabili- ciertamente limitada por mi perspectiva personal, habrá
dad se reparte entre muchas personas y la culpa de uno mostrado que se esperan cambios muy fuertes, pese a la
solo es difícil de probar. Tampoco puede afrontarse efi- preservación por mí pronosticada de las instituciones fun-
cazmente los peligros que provienen de una gran empre- damentales del Derecho penal. El Derecho penal de la era
sa -p. e. para el ambiente- penando a una sola persona moderna ha partido de una posición que sólo conocía la
que puede ser reemplazada. pena retributiva; y esta pena estaba justificada mayormente
de manera filosófica o teológica, tal como en Alemania lo
En cambio, las sanciones vinculadas a un fracaso de hicieron los sistemas idealistas de Kant y Hegel y también
organización (independientemente de a quién en particu- la Iglesia, concibiendo el juicio penal como la ejecución en
lar le alcance la culpa) pueden ser muy efectivas preventi- representación de la sentencia judicial divina. Por el con-
vamente. Ellas consistirían en medidas que van desde trario, el Derecho penal del futuro se vuelve un factor de
considerables pagos de dinero hasta el cierre de la empre- ordenación social totalmente secularizado, teniendo por
sa. Estas sanciones contra entes colectivos, cuya elabora- objetivo llevar a una síntesis el aseguramiento de la paz, la
ción jurídica todavía está en sus inicios, [355->] tampoco previsión de existencia y la conservación de la libertad ciu-
constituyen verdaderas penas pues presuponen una con- dadana. Junto a la pena se tendrá que [356->] emplear
ducta humana e imputable a personas y una culpabilidad. elementos de dirección socio-política muy diferenciados y
Un ente colectivo sólo puede actuar y portar culpabilidad flexibles, vinculados a una conducta punible, pero de ca-
en el sentido analógico de una construcción jurídica: para rácter solamente similar al de una pena.
ello tendrían que elaborarse reglas especiales de imputa-
ción que aquí no pueden ser explicadas con más detalle50. Éste ha sido mi panorama del futuro que no contiene
Pero también la pena contra entes colectivos constituye una visión apocalíptica, sino da alguna esperanza para los
en todo caso una sanción similar a la penal, vinculada con próximos cien años. Quien quiera trabajar en favor de las
generaciones venideras, mejorando nuestras relaciones
sociales, debe persistir en esta esperanza.
K
Al respecto. SCHÜNEMANN, LK, 11" ed.. 1993, act. 14, n. mai^g. 78, c. más ref.

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