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ALUMNA
DOCENTE
CURSO:
¿Cuáles son los riesgos para la transmisión del VIH durante el embarazo?
Si una mujer está infectada con el VIH, su riesgo de transmitir el virus a su bebé se reduce si se
queda lo más saludable posible. De acuerdo con la March of Dimes, los nuevos tratamientos
pueden reducir el riesgo de una madre, que se está tratando, a transmitir el VIH a su bebé a una
posibilidad de 2% o menos.
El fumar
El abuso de substancias
La deficiencia de la vitamina A
La desnutrición
La infecciones como enfermedades de transmisión sexual
El estadio clínico del VIH, incluyendo la carga viral (cantidad de virus VIH en la sangre)
Los factores relacionados con el parto y dando a luz
La lactancia materna
A menos que se presente una complicación, no hay necesidad de aumentar el número de visitas
prenatales. El asesoramiento especial acerca de una dieta saludable, con atención dada a la
prevención de las deficiencias de hierro o vitaminas y pérdida de peso, así como intervenciones
especiales para las enfermedades de transmisión sexual y otras infecciones (como la malaria, las
infecciones del tracto urinario, tuberculosis o infecciones respiratorias) debe ser parte de la
atención prenatal de las mujeres infectadas con el VIH.
Los proveedores de salud deben estar atentos a los síntomas del SIDA y las complicaciones del
embarazo por la infección del VIH. Además, los proveedores deben evitar realizar cualquier
procedimiento invasivo innecesarios como la amniocentesis, en un esfuerzo para evitar la
transmisión del VIH al bebé.
El Programa de Salud Materna y Neonatal apoya las siguientes pautas para la lactancia
materna en las mujeres infectadas por el VIH:
Una mujer que es VIH-negativo o no sabe su estado de VIH debe amamantar
exclusivamente durante seis meses.
Una mujer que es VIH-positivo y decide utilizar otro tipo de alimentación debe ser
informada sobre la seguridad y el uso apropiado de la fórmula.
Una mujer que es VIH-positivo y decide amamantar debe amamantar exclusivamente
durante seis meses. La mujer debe también ser aconsejada con respecto a los riesgos
cambiantes a su bebé durante esos seis meses, los tratamientos preventivos y el
tratamiento temprano de problemas de mastitis y orales, un plan de deteste y cómo
determinar el momento adecuado para cambiar a la alimentación con fórmula.
Las señales de una condición de salud son las cosas que alguien puede ver o saber acerca de
usted, como por ejemplo si usted tiene un sarpullido o si está tosiendo. Los síntomas son las
cosas que usted siente y que otros no pueden ver, como por ejemplo tener dolor de garganta o
sentirse mareada. Las señales y los síntomas del VIH varían dependiendo de su salud y la etapa
de la infección. Las señales y los síntomas pueden durar de unos pocos días a varias semanas.
Algunas personas con el VIH no tienen señales o síntomas durante 10 años o más.
Si cree que puede tener el VIH, aunque no tenga señales o síntomas, avise a su profesional.
Hacerse la prueba y el tratamiento puede ayudarle a mantenerse más sana más tiempo y a
reducir las probabilidades de transmitirles la infección a otros.
El VIH tiene tres etapas de infección con distintas señales y síntomas:
Etapa 1: infección aguda. Esta etapa abarca los primeros 6 meses de la infección. Alrededor de 4
a 9 de cada 10 personas con el VIH (40 al 90 por ciento) tienen señales o síntomas de la
influenza dentro de las 2 a 4 semanas después de la infección. Durante esta etapa, usted tiene
una gran cantidad de VIH en la sangre y es muy contagiosa.
Las señales y los síntomas de la infección aguda por el VIH, que se asemejan a los de la
influenza, pueden incluir:
Etapa 2: latencia clínica (inactividad o estado latente del VIH). Durante esta etapa, el VIH
sigue activo en el cuerpo, pero se está propagando a niveles bajos. Es posible que usted no se
enferme ni tenga señales o síntomas. Si toma los medicamentos ARV de la manera correcta
todos los días, puede permanecer en esta etapa durante varias décadas. Al final de esta etapa, su
carga viral empieza a aumentar y su recuento de CD4 comienza a disminuir. Al suceder esto,
puede comenzar a tener señales o síntomas semejantes a los de la influenza, a medida que
aumentan los niveles del VIH en su cuerpo.
Etapa 3: sida. Las personas con sida tienen sistemas inmunitarios sumamente débiles y
contraen más y más enfermedades graves (también llamadas infecciones oportunistas). Usted
tiene sida cuando el recuento de linfocitos CD4 cae por debajo de las 200 células/milímetro o si
usted presenta ciertas infecciones oportunistas. Si tiene sida, puede tener una carga viral alta y
contagiar fácilmente el VIH a otros. Las señales y los síntomas del sida incluyen:
Cambios en su cuerpo:
Citomegalovirus (también llamado CMV). Es una infección común en los niños pequeños.
Por lo general es inofensiva. Pero si está embarazada y se la transmite a su bebé, puede causar
problemas graves.
Cáncer cervical invasivo. El cáncer cervical es el cáncer del cuello uterino, la abertura hacia el
útero (matriz) que está en la parte superior de la vagina. Invasivo significa que el cáncer se ha
propagado desde el cuello uterino hacia otras partes del cuerpo. El cáncer cervical es causado
por un grupo de virus llamado virus del papiloma humano (HPV). El HPV es la ITS más común
en este país.
Toxoplasmosis, una infección que puede afectar al cerebro. Usted puede contagiarse la
toxoplasmosis al comer carne poco cocida o al tocar los excrementos del gato. La causa es un
parásito llamado Toxoplasma gondii.
TRATAMIENTO
¿Qué medicamentos contra el VIH debería tomar una mujer embarazada seropositiva?
La elección del régimen de tratamiento contra el VIH que se debe utilizar durante el embarazo
depende de varios factores, incluyendo el uso actual o pasado de medicamentos contra el VIH,
otras condiciones médicas que pueda tener la madre, y los resultados de las pruebas de
resistencia al medicamento. En general, las mujeres embarazadas seropositivas pueden usar los
mismos tratamientos contra el VIH recomendados para las mujeres no embarazadas—a menos
que el riesgo de cualquier efecto secundario conocido para una mujer embarazada o su bebé sea
mayor que el beneficio del tratamiento. Además, el tratamiento debe poder controlar el VIH de
una mujer, incluso con los cambios relacionados con el embarazo que pueden afectar la forma
como el cuerpo procesa el medicamento.
En la mayoría de los casos, las mujeres que ya tienen un tratamiento eficaz contra el VIH deben
continuarlo durante el embarazo. Sin embargo, el régimen de tratamiento podría cambiar
durante el embarazo. Por ejemplo, puede ser necesario un cambio de medicamentos contra el
VIH para evitar un mayor riesgo de efectos secundarios durante el embarazo. A veces, cambiar
la dosis de un medicamento contra el VIH puede compensar los cambios relacionados con el
embarazo que hacen que sea más difícil para el cuerpo absorber el medicamento. Sin embargo,
antes de hacer cualquier cambio a su tratamiento contra el VIH, las mujeres deberían siempre
consultar con sus proveedores de atención médica.
¿Siguen las mujeres seropositivas tomando medicamentos contra el VIH durante el parto?
Sí. El riesgo de la transmisión maternoinfantil del VIH es mayor durante el parto vaginal
cuando el bebé pasa por el canal del parto y está expuesto a cualquier infección por el VIH en la
sangre u otro líquido de la madre. Durante el parto, los medicamentos contra el VIH que pasan
de la madre al bebé a través de la placenta previenen la transmisión maternoinfantil del VIH,
especialmente cerca del parto.
Las mujeres que ya están tomando los medicamentos contra el VIH cuando comienzan el
trabajo de parto deberían, en lo posible, continuar tomarlos a las horas programadas durante el
parto.
Las mujeres con una carga viral alta (más de 1.000 copias/mL) o una carga viral desconocida
cerca de la hora del parto, deben recibir un medicamento contra el VIH
llamado zidovudina (marca comercial: Retrovir) por medio de una inyección intravenosa.
Sí. Una cesárea programada puede reducir el riesgo de la transmisión maternoinfantil del VIH
en las mujeres que tienen una carga viral alta (más de 1.000 copias/mL) o una carga viral
desconocida cerca del momento del parto. Un parto por cesárea para reducir el riesgo de la
transmisión maternoinfantil del VIH se programa a la semana 38 de embarazo, dos semanas
antes de la fecha estimada del parto.
Las mujeres, con la ayuda de sus proveedores de atención médica, pueden decidir cuáles
medicamentos contra el VIH tomar durante el parto y si es recomendable programar una cesárea
para prevenir la transmisión maternoinfantil del VIH.
¿Siguen las mujeres seropositivas tomando medicamentos contra el VIH después del
parto?
La atención prenatal para las mujeres con el VIH incluye consejería sobre los beneficios de
continuar con los medicamentos contra el VIH después del parto. El uso de por vida de estos
medicamentos previene que el VIH se convierta en SIDA y reduce el riesgo de transmitir el
VIH. Junto con sus proveedores de atención médica, las mujeres con el VIH toman decisiones
acerca de continuar o cambiar sus medicamentos contra el VIH después del parto.
En general, los niños nacidos de mujeres con el VIH reciben zidovudina por 4 a 6 semanas
después del nacimiento. (En ciertas situaciones, un bebé podría recibir otros medicamentos
contra el VIH además de la zidovudina.) El medicamento contra el VIH protege a los bebés de
contraer cualquier infección por el VIH que pudo haber pasado de la madre al niño durante el
parto.
CASO CLINICO
Servicio de HIV.
Hospital Provincial del Centenario, UNR, Rosario, Argentina
Introducción:
Durante la atención de una embarazada HIV positiva la exposición a fármacos es ineludible. La
situación se complejiza cuando la madre presenta enfermedades oportunistas. Se describe el
caso de una embarazada con 3 infecciones concomitantes definidas: Enfermedad pelviana
inflamatoria, neumonia por pneumocystis jirovecii, Histoplasmosis diseminada, una probable
neumonia aguda de la comunidad (NAC) y anemia severa tras la administración de un esquema
antirretroviral (ARV) que incluía zidovudina.
Resumen Clínico:
Embarazada de 30 años de edad que cursa gesta de 19 semanas. Diagnóstico VIH de 4 años, sin
controles. En la semana 14 había iniciado zidovudina-lamivudina y lopinavir-ritonavir.
Consulta a nuestro servicio por cuadro de 2 semanas de fiebre, tos productiva y disnea. Perdida
de 5 kg el último mes
Examen físico:
Lesiones cutáneas papulares con costra central serohemática en tronco, miembros y rostro.
Úlcera perianal y dos intergluteas con exudado seroso, indoloras. Muguet, leucoplasia oral
vellosa.
Hipoventilación bilateral con rales crepitantes campo derecho.
Dolor a la palpación en hipogastrio. Introito con secreción fétida, espesa, amarillento verdosa.
Exámenes Complementarios :
Anemia Hb 19% Hb 6 gr/dl. CD4: 67 (5%) CV: 192000.
Rx de torax: Infiltrado intersticial micronodulillar bilateral.
Lavado broquioalveolar (BAL) directo: Elementos levaduriformes y Pneumocystis jirovecii.
Cultivo: Histoplasma capsulatum.
Hemocultivos: Histoplasma capsulatum.
Al ingreso, Inició tratamiento empírico con Ampicilina Sulbactam cubriendo neumonía aguda
de la comunidad ademas metronidazol por EPIA y Anfotericina B dexocicolato empirica por
probable histoplasmosis diseminada.
Con el resultado de BAL, se agregó cotrimoxazol a dosis terapéuticas para pneumocystis
jirovecii.
Por anemia severa, transfusiones y cambio de ARV a emtricitabina, tenofovir, atazanavir,
ritonavir.
En la primera semana resuelve el cuadro respiratorio, la leucorrea, con franca mejoría de las
lesiones cutáneas.
Durante las semanas siguientes las lesiones perianales y de surco interglúteo resuelven
paulatinamente.
Continúa tratamiento con anfotericina B dexocicolato hasta una dosis acumulada 1400 mg.
Luego sigue tratamiento ambulatorio con Anfotericina liposomal 1 vez por semana hasta el
parto.
Cursa embarazo sin complicaciones obstétricas.
Laboratorio de semana 35 Carga Viral <40, Cd4 350 (16%)
Parto vaginal, normal.
No se cultiva placenta.
Bebe sano vigoroso. Aumento ponderal normal. PCR del 6 mes para HIV, Negativo.
Conclusiones:
Ante el riego de vida materno-fetal no dilatamos la decisión terapéutica sopesando la toxicidad
farmacológica.
BIBLIOGRAFIA