HODAYOT

Marcel Arvea

‫א‬

Yo te agradezco, Señor
por la vida y belleza de tu sagrada creación
Es muy bella y perfecta tu obra, Señor

Bendito eres, Señor

por la luz que me ilumina y la sombra que me protege
Bendita es la vida que me das

Bendito y Santo eres, Señor del Universo

por tu bondad y amor desmedidos
por tu alegría y compasión exagerada

Yo te agradezco, Señor
por el agua y el alimento, los frutos y las semillas
Diariamente, en el huerto de tu abundancia, cosecho de tu bondad

Imperfecto soy, de arcilla me hiciste ¿Acaso me conocías antes de existir?

Antes que habitara el horno de tu sierva, mi madre ¿Tú ya sabías de mí?

Bendito eres, Señor

Inimaginable, Innombrable e Ilimitado
Infinito y Eterno

Tú lo sabes y puedes todo ¿Dime, Señor?

¿Quién soy yo para que te fijes en mí?

Te agradezco, Señor
la desgracia de mis días luminosos y oscuros,
porque templan el espíritu que hasta hoy me das

Te agradezco esa desgracia también

Amén, Amén
 ‫ב‬

Como Job me retuerzo en la sarna y ceniza que el Señor concedió

Hoy que lo siento, recuerdo el lamento de Job: maldito el día que nací
Fue impresionante tu maravilla ante esa maldición
Así Job, pero no yo

Te agradezco, Señor
por la prueba, tal como hiciste con tu siervo Job
La fe que me sostiene me demuestra la expansión del día de hoy
la inmensidad del cielo y la noche, su luna y estrellas, tu firmamento.
Tu firma cósmica, Señor
¡Qué magnífica y exquisita es tu obra aun con sufrimiento y dolor!

Gracias te doy, Señor

por tu grandeza y poder infinito y eterno, por tu eternidad infinita y tu infinita eternidad ¡Ya
lo sé! Me diste discernimiento y conocimiento.
Único eres, lo sé y lo presiento: ¿Quién como Tú?

¡Bendito y justo eres, Señor

porque nunca olvidas a los pobres y enfermos, a los oprimidos de siempre. Nadie vive ni
muere sin que Tú lo decidas ¿Quién es el humano para que te fijes en él? ¿Qué soy sin ti?

Te agradezco, Señor
que extiendas tu compasión y amor a tu siervo de barro, al muñeco modelado por tus manos;
que acompañes e ilumines mi camino, vuelvas tu rostro a mí y me concedes siempre el espíritu
de tu paz

Amén, Amén