Conclusión

Pudimos notar las diferentes prácticas que se realizaron en este trabajo, todas
conducidas a motivar a los alumnos a desarrollar una actitud de aprendizaje muy
amena para enriquecer sus conocimientos y ayudarlos a producir por sí mismos las
actividades.

También se trataron actividades que promueven la armonía y el compañerismo

entre los estudiantes, la importancia del trabajo en equipo y la observación de los
resultados adquiridos.

Todas estas prácticas son de suma importancia ya que ayudan a mantener un

equilibrio en el proceso de enseñanza-aprendizaje, donde los alumnos se identifiquen
con su rol de estudiantes y compañeros al mismo tiempo, y donde valoren el esfuerzo
del maestro por impartirles las enseñanzas de cada clase. La confianza, el respeto,
la atención, la participación, son los resultados de la realización de estas prácticas,
haciendo tanto al alumno como al maestro los protagonistas del aula.

Pudimos aprender que sin una planificación bien detallada y organizada, se

hace casi imposible el proceso de la educación, pues existen múltiples factores que
hay que dominar a la hora de trabajar en el aula, y que si éstos no se dominan, podría
dificultar significativamente el aprendizaje de los alumnos, así como el control del
profesor sobre su asignatura. Como dijo Alan Lakein “no planear es planificar el
fracaso”.