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LECTURAS DE 4A SEMANA
INFORMATIVA DE ENERO 2017
COORDINACIÓN: EQUIPO DE INSUMISOS LATINOAMERICANOS
WWW.INSUMISOS.COM
Durante pocas horas la noticia de su muerte encabezó las páginas de los diarios más importantes
del mundo occidental. Solo pocas horas. Inmediatamente después cayó en el olvido, tras la marea
de otras informaciones que se alternan sin pausa para satisfacer la voracidad de una audiencia a la
que queda cada vez menos tiempo para profundizar. Es así como, en el momento de su muerte, el
filósofo y sociólogo Zygmunt Bauman quien falleció a la edad de 91 años, ha dado la más profunda
demostración de toda su filosofía. La modernidad líquida que, según sus teorías, define la
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actualidad en contraposición con la modernidad sólida del pasado, no frenó su carrera ciega ni por
un momento. Y su muerte, que deberíamos haber vivido como un luto colectivo, ha pasado casi
desapercibida.
Sin embargo hoy más que nunca es importante recordar el pensamiento lúcido, sereno, profundo
de Bauman. Su legado nos permite entender nuestro tiempo y nos puede ayudar a contrarrestar
males inevitables, a superar miedos irracionales y finalmente a construir una sociedad que
merezca ser definida así.
Bauman no juzgaba, analizaba; y sus análisis son el espejo de una humanidad que, en la medida
en que pierde estructuras estables, se vuelve presa fácil de los temores que infunde lo
impredecible. Los seres humanos han luchado para romper estructuras y lo han logrado. Eso los
vuelve más libres pero también más frágiles. Al disolver las estructuras todo se vuelve líquido y en
esa liquidez los personalismos son protagonistas.
El filósofo polaco ha reflexionado durante su larga vida sobre esas temáticas, estudiando hasta qué
punto han cambiado las relaciones personales y laborales. La globalización, según él, es el gran
motor del tren que ha destruido límites, derribado barreras y cancelado certezas acentuando
divisiones y desigualdades. El consumismo sin frenos, sin ética, ha dejado de lado a quienes no
logran mantener el ritmo vertiginoso con el cual se mueve el mundo del trabajo. Nos resulta
siempre más difícil vernos en el otro y eso alimenta nuevos miedos. Es este uno de los puntos del
pensamiento de Bauman que consideramos de mayor interés. Reflexionar sobre la raíz de
nuestros temores nos puede ayudar no solamente a manejarlos sino a limitar el poder de los
populistas que los utilizan para justificar políticas xenófobas y racistas. Bauman habla de los
miedos que no logramos identificar, miedos que al no tener asideros de donde aferrarse, también
se vuelven líquidos y en consecuencia particularmente amenazantes. En su ensayo Miedo líquido.
La sociedad contemporánea y sus temores escribía:
“El miedo es más temible cuando es difuso, disperso, poco claro; cuando flota libre, sin vínculos,
sin anclas, sin hogar ni causa nítidos; cuando nos ronda sin ton ni son; cuando la amenaza que
deberíamos temer puede ser entrevista en todas partes, pero resulta imposible situarla en un lugar
concreto. ‘Miedo’ es el nombre que damos a nuestra incertidumbre: a nuestra ignorancia con
respecto a la amenaza y a lo que no se puede hacer para detenerla o para combatirla“.
La necesidad de buscar justificaciones y culpables es el fértil terreno en el cual echan sus semillas
envenenadas los falsos profetas quienes ofrecen unas y otras, apuntando el dedo acusador hacia
toda diversidad.
La pérdida de un bienestar tan anhelado cuan inestable, destruye todo sentimiento de solidaridad y
favorece la tendencia a erigir nuevas y más profundas separaciones. Muros en lugar de puentes
para dejar de escuchar a la humanidad que escapa del hambre, la guerra, la barbarie. Como bien
explicaba Bauman los emigrantes son la imagen viva de la fragilidad de la existencia humana. Ese
río de seres humanos que deja atrás unas vidas arrasadas por la devastación de lo impredecible,
encarna todos los miedos que quitan el sueño a quienes viven en contextos aparentemente más
estables y prósperos pero que en la realidad son extremadamente vulnerables e inseguros. Para
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muchos, dejar de ver el dolor, encerrarlo en ghetos, parece ser la mejor receta contra los males de
su vida diaria y la inestabilidad del futuro.
El peligro de esa actitud está bajo los ojos de todos, sus consecuencias pueden ser devastadoras
tanto en los países en vías de desarrollo como en los más desarrollados. Estados Unidos es el
ejemplo más evidente.
Bauman durante toda su vida no se ha cansado de alertarnos contra los peligros de nuestra
modernidad líquida. Si lo olvidamos, si permitimos que la muerte nos arrebate su pensamiento
además de su cuerpo, con él morirá también una parte de nosotros, quizás la más importante, esa
que nos ayuda a reconocernos como seres humanos de un mismo mundo, a asumir
responsabilidades, a no temerle al otro, a entender que sin solidaridad destruimos nuestro futuro
porque “cuando un ser humano sufre indignidad, pobreza o dolor, no podemos tener certeza de
nuestra inocencia moral”.
http://ctxt.es/es/20170111/Politica/10460/Bauman-Trumpentrevista-desconocido-protesta-
miedo.htm
Para Zygmunt Bauman, decano de los sociólogos europeos y uno de los
pensadores contemporáneos más influyentes, la victoria electoral de Donald
Trump es un síntoma preocupante: refleja el divorcio entre el poder y la
política del que deriva un vacío que tiende a ser colmado por quienes prometen
soluciones fáciles e inmediatas a problemas complejos y sistemáticos, echando
mano de la rica reserva de la retórica populista.
Trump --explica Bauman a L’Espresso-- ha sabido jugar hábilmente la carta del
forastero y del hombre fuerte, combinando una política discriminatoria con el
énfasis en las angustias económicas de los ciudadanos americanos, derivadas
del paso de un modelo económico inclusivo a un modelo que excluye, margina
y crea verdaderos exiliados. Trump se ha presentado como antídoto a la
incertidumbre de nuestros tiempos, pero en realidad es un veneno —según
Zygmunt Bauman— por el cual la victoria del empresario estadounidense
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fuerzas antigrupos de poder bajo el paraguas del populismo, pero ¿no cree que a
menudo el populismo es etiqueta multiusos que utilizan unas élites confiadas
para no tener que comprender quiénes son los bárbaros y qué es lo que
quieren? ¿Debería ser interpretada la elección de Trump como un mensaje a
las élites?
En Europa, los diversos Grillos son muy numerosos. Para aquellos a los que
les ha fallado la civilización, los bárbaros son los salvadores. En algunos
casos, esto es lo que ellos mismos se esfuerzan en hacer creer para convencer a
los crédulos de que así es. En otros casos, eso es precisamente lo que desean
fervientemente creer aquellos que han sido abandonados y olvidados durante
el reparto de los grandes dones de la civilización. Algunos miembros del poder
establecido podrían estar deseando aprovechar esta oportunidad, puesto que
ciertas personas que creen en la vida póstuma estarían dispuestas a suicidarse.
Revista Analectica
http://www.analectica.org
MUNDO
LA RESTAURACIÓN AVANZA, LA RUPTURA TAMBIÉN
MANOLO MONEREO
AMÉRICA LATINA
AMÉRICA LATINA Y BRASIL: VUELCO A LA DERECHA Y CRISIS POLÍTICA
LUCIO OLIVER
NOTAS SOBRE LA CATEGORÍA DE CLASE EN LA ACTUAL CRISIS BRASILEÑA
DANILO ENRICO MARTUSCELLI
EL SUSPENSO DE LA SOLUCIÓN DEL CONFLICTO ARMADO EN COLOMBIA
DIEGO JARAMILLO SALGADO
ECUADOR: ESCENARIO ELECTORAL Y DISPUTA DE LA TRANSICIÓN
ALEJANDRA SANTILLANA ORTIZ
PENSAMIENTO CRÍTICO
LIBRERO
RAQUEL TIBOL
ALBERTO HÍJAR SERRANO
EL REGRESO DEL CAMARADA RICARDO FLORES MAGÓN
ISRAEL G. SOLARES
RELEYENDO A MARX Y FREUD
CARLOS BARBA SOLANO
MEGAFÓN
es una contribución del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales al debate amplio y plural sobre la coyuntura
latinoamericana y los asuntos más relevantes de la agenda global. Publica especialmente la opinión de
colaboradores/as de los programas y proyectos de CLACSO, aunque sus escritos no expresan la posición oficial de
la institución sobre los temas tratados. Las opiniones aquí publicadas son, de esta forma, responsabilidad exclusiva
de sus autores y autoras.
http://www.clacso.org.ar/megafon/
http://www.lastorresdelucca.org/index.php/ojs
Oceánicas confusiones (aún en el año 2017) de algunos críticos de izquierda a la Renta Básica incondicional
Luis Alonso Echevarría
Daniel Raventós
15/01/2017
El final del neoliberalismo “progresista”
Nancy Fraser
12/01/2017
¿Hay que culpar a la globalización?
Dean Baker
13/01/2017
Las “operaciones negras” de Israel contra gobiernos extranjeros son inmorales y paranoides
Yossi Melman
11/01/2017
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“No puedes reformar el espacio urbano sin controlar los valores del suelo”. Entrevista
Mike Davis
12/01/2017
¿Indignidad del no trabajo?
David Ruccio
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Adiós a Leonardo Benevolo, historiador de la arquitectura
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¿Cuántos diputados británicos trabajan para Israel?
Jonathan Cook
12/01/2017
Cuba: Fantasmas de tiempos pasados
Harold Cárdenas Lema
13/01/2017
La situación en Siria después de Alepo
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14/01/2017
El sueño de dominación de Arabia Saudí, hecho cenizas
Patrick Cockburn
14/01/2017
El centenario de 1917 en Rusia: la difícil tarea de celebrar y condenar a un mismo tiempo
Àngel Ferrero
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¿Por qué leer a Julio Antonio Mella?
Julio César Guanche
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Externalizaciones en los hoteles: Los métodos más abusivos del capitalismo hotelero
Rafael Borràs Ensenyat
09/01/2017
Reina el optimismo económico (¿fundado?)
Michael Roberts
14/01/2017
Nace la Diplomatura de Postgrado en Ideas y Experiencias Políticas Transformadoras
Maria Freixanet Mateo
Andrés Vallejo
Silvia Ribeiro
10/01/2017
Guinea Ecuatorial: Teodoro y Teodorín
Sergio Ramírez
12/01/2017
Trillo o la basura política
Gregorio Morán
14/01/2017
Barrick Gold anunció que cerrará el túnel que contaminó San Juan con drenajes ácidos
Infobae
14/01/2017
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El 15 de enero de 1919 Rosa Luxemburg y Karl Liebknecht fueron asesinados y arrojado al río desde el puente de
Landwehr. Josefina L Martinez, traza aquí la semblanza de una mujer revolucionaria ejemplar que nos dejó un
importante legado.
Oriente Próximo
Oficialmente, Irán mantiene que solo “asesores militares” han sido desplegados en Siria. Pero los medias estatales
han señalado numerosas víctimas en el campo de batalla.
La ceremonia de la confusión
16/01/2017 | Miren Etxezarreta
La Ministra de Sanidad acaba de señalar que van a estudiar si conviene subir el copago de las medicinas a los
jubilados que ingresen más de 18 000 euros brutos al año que, en catorce pagas, suponen 1285,71 euros por paga.
Para Maria Eugenia R Palop la recuperación de los bienes públicos y comunes expropiados en forma de ventas,
externalizaciones y partenariados público-privados, está empezando a ser una prioridad en todo el mundo, y no
solo ha mejorado el acceso y la calidad de los servicios (menos costes y mejores infraestructuras), sino que ha
garantizado la t.
Euskal Herria
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Los abajo firmantes, profesoras y profesores, investigadores e investigadoras de la Universidad del País Vasco, y
como tales integrantes de la sociedad civil vasca, por entero favorables al desarme, reconciliación, y paz en
nuestro país, consideramos que no debemos pasar por alto hechos contrarios a los tres objetivos citados.
La ministra de Sanidad, Dolors Monserrat, se ha debido perder la primera clase del curso general que imparte
Rajoy desde que es presidente del Ejecutivo: "Marianismo en el Gobierno: cómo practicarlo y cómo funciona".
Estados Unidos
Una de las características de la reciente campaña electoral presidencial habrá sido la manifestación de las
profundas divisiones en el seno de los dos partidos, demócrata y republicano.
Arte y Revolución
11/01/2017 | Mike González
John Berger examinó con inmensa perspicacia nuestras formas de ver el mundo. Pero a mí como para muchos de
mi generación que vimos fascinados su extraordinaria serie de televisión sobre el arte llamado “Modos de ver”, lo
primero que viene a la memoria es su voz.
"Si las Farc insisten en los viejos esquemas, los habrán emboscado"
10/01/2017 | Juanita León
Afredo Molano cree firmemente en que el Acuerdo Final de La Habana, firmado en el Teatro Colón, conducirá al
fin del conflicto armado de carácter político en Colombia.
Dos recuerdos
10/01/2017 | Francisco Louça, João Semedo
Mario Soares: una vida importante Francisco Louça “Toda la gente ya votó contra mí, toda la gente ya votó contra
mí”- con estas u otras palabras así resumía Soares, perezoso, una parte de su vida.
Alain Gresh describe el terreno fangoso en el que se encuentra el régimen saudí cuya intervención en Yemen se
atasca, sufre reveses en la región y las reformas económicas emprendidas suscitan numerosas crítica.
En esta entrevista de Mertxe Aizpurua, Rafa Diez, ex-secretario general de Lab y una de las personas relevantes
del giro operado por la izquierda abertzale en 2010, aborda temas de interés sobre la historia reciente y la
coyuntura vasca.
A 100 años de la revolución bolchevique y a 80 de la muerte de Antonio Gramsci Massimo Modonesi nos ofrece una
reflexión en la intersección de ambas trayectorias: la de un acontecimiento que revolucionó la historia mundial y
la biografía política e intelectual de uno de los más destacados pensadores marxistas del siglo XX.
Pionera en los estudios de las masculinidades en España, la historiadora vasca Nerea Aresti estuvo en Montevideo
para dictar un seminario en la Facultad de Humanidades sobre los nuevos enfoques de la historia de género.
Inmanuel Wallerstein aborda las previsiones a corto plazo tras el acceso de Trump a la Casa Blanca porque todo el
mundo, en todas partes, está dirigiendo su mirada hacia lo lo que ocurrirá en este corto plazo.
Isabel Loureiro realiza un balance del PT brasileño en el ejercicio del poder, reconociendo sus puntos fuertes, pero
sobre todo recalando en su debilidad estructural.
Debates
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De lo que se trata, como intentó Negri en los años 1970, es de aspirar a una lectura “marxista” del Marxismo de
Lenin: la capacidad de situar la inevitable discontinuidad y las variaciones del análisis político en un marco crítico-
histórico.
Brais Fernández y Raúl Parra abordan en esta tribuna uno de los debates que como los ojos del Guadiana emergen
y se sumergen en Podemos sin solución de continuidad: el de las clases sociales, su rol específico y su constitución
material y cultural.
Descubrir la esperanza
08/01/2017 | Antonio Crespo Massieu
Romper el silencio de los hechos, hablar de la experiencia, por amarga o dolorosa que sea, poner en forma de
palabras es descubrir la esperanza de que esas palabras quizá sean oídas y luego, una vez oídas, juzgados los
hechos.
"Ciudades en transición"
07/01/2017 | Guillermo Amo de Paz y Juanjo Álvarez
No es éste el lugar para volver al detalle de la problemática ecológica que se nos plantea a corto y medio plazo –
tan corto que en muchos casos tenemos que hablar de los efectos presentes de la crisis – pero nunca está de más
insistir en la inminencia de los efectos de la crisis y en los desafíos que nos plantea.
Introducción a la edición de Historical Materialism de “El marxismo y la opresión de las mujeres. Hacia una teoría
unificada”. Marxism and the Oppression of Women. Toward a Unitary Theory. Lise Vogel (2013).
Chicago: Haymarket Books.
Agradecemos a los amigos de Historical Materialism la amable autorización para la publicación íntegra de la
presente traducción.
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La vida de los libros es curiosa. Mientras algunos se elevan a las cumbres del éxito sobre una ola de aclamación
pública, otros rápidamente se sumergen en la oscuridad. También están aquéllos que desarrollan una larga
existencia subterránea, sobreviviendo gracias a los esfuerzos de pequeños grupos de devotos seguidores que
divulgan la palabra desafiando el muro del silencio. Ésta última es la historia del libro de Lise Vogel “El marxismo y
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la opresión de las mujeres. Hacia una teoría unificada”. Publicado por primera vez en 1983, el trabajo de Vogel
apareció en un momento de agudo desconcierto en el movimiento feminista socialista, precisamente las
coordenadas en las que el libro se había gestado. Tambaleándose bajo los golpes de martillo del neoliberalismo en
el ámbito político y la teoría posmoderna en el plano intelectual, y profundamente desorientado por el repliegue de
la clase trabajadora, el socialismo y el movimiento de mujeres, el feminismo socialista se aferró desesperadamente
a una existencia marginal en los bordes de la vida política e intelectual. Una década antes, un libro como el de Vogel
habría sido un pararrayos atractor de enérgicas discusiones y debates. A mediados los años ochenta, sin embargo,
apenas fue detectado por el radar cultural. Leer más…
Categorías:Feminismo marxista, Lucha de clases, Teoría crítica acumuladaEtiquetas:Ciencias Sociales, Crítica de la economía
política, Dominación y poder, Epistemología, Hegemonía, Ideología, Imperialismo, Libertad, Lucha de clases, Materialismo
Histórico, Patriarcado salarial, Sociología, Trabajo productivo-Improductivo
ideológica movilizadora “como meta del movimiento social” -meta que los socialistas utópicos “al criticar a la
sociedad actual, describían claramente”,[3] se requería precisamente una crítica de su utopismo. Y tal es el paso
que dieron Marx y Engels al contraponer al “ideal al que haya de ajustarse la realidad” el que surge de lo real
mismo como posibilidad no realizada todavía pero realizable. Al socialismo ideal, utópico, no al ideal socialista,
sucedió así el socialismo científico. Leer más…
Categorías:Filosofía marxista, Teoría crítica acumuladaEtiquetas:Materialismo Histórico, Socialismo
En la historia de la filosofía el término de “lo universal” sirvió para la expresión de dos conceptos distintos en
dependencia de cómo se concebía el problema de la relación de lo universal (de logeneral) con lo singular y lo
particular.
1) Lo universal como parecido, como lo separado abstractamente de todos los fenómenos singulares y particulares,
como la identidad abstracta de todas o de muchas cosas y fenómenos en una u otra relación unos con otros, como
rasgo propio a todos ellos, sobre cuya base se unifican mentalmente en una u otra clase, conjunto, tipo o género.
En la expresión, por ejemplo, “todas las personas son mortales”, la “mortalidad” aparece en calidad de rasgo
general para todas las personas.
2) Lo universal como ley de la existencia, cambio y desarrollo de los fenómenos particulares y singulares en su
ligazón, interacción y unidad. En esta acepción, lo universal actúa como sinónimo de la “unidad en la diversidad” y
se cristaliza en la realidad en forma de ley que enlaza la diversidad de fenómenos en un todo único, en un sistema.
Este significado del término “universal” se apoya en el matiz etimológico de la palabra “común” [1], contenido en
las expresiones: “nuestro conocido común”, “el terreno común” (esdecir, el terreno labrado de común acuerdo,
conjuntamente, colectivamente), “el Sol constituye el centro común para todos los planetas”, etc.
Doctrinas distintas, que de un modo diferente solucionan el problema de la naturaleza de lo “general” y su relación
con las cosas y fenómenos singulares, se inclinan a una u otra de estas acepciones de lo universal.
Ya los representantes más tempranos de la antigua filosofía griega que partían de una visión espontáneamente
dialéctica sobre el mundo de los fenómenos por ellos conocidos, se afanaron en presentar toda la variedad de
fenómenos percibidos sensorialmente como producto del desarrollo de uno y el mismo principio, común a todos
ellos; lo universal en este sentido –como sinónimo de la unidad en la infinita variedad de los fenómenos de la
naturaleza– ellos lo buscaron en algo definidamente corpóreo [2]. Tales consideraba el agua como ese principio
universal de todo lo existente; para Anaximandro, el apeyron, la materia amorfa por su cualidad e indeterminada
por la cantidad, mientras que Heráclito veía lo universal en el fuego, como ese elemento del que todo surge y al
cual todo regresa. Con el fuego, como con lo universal, Heráclito relacionó también la representación sobre la ley
según la cual tiene lugar esta circulación universal. El “Logos Universal” él lo veía concretamente en la
transformación y lucha de contrarios, y no en la marchita identidad abstracta de los fenómenos unos con otros. En
esto consistía la dialéctica espontánea en la concepción de lo universal. En la antigua filosofía china lo universal era
concebido de manera similar y se le denominaba Tао.
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Categorías:Filosofía marxista, Teoría crítica acumulada
“Les violències contra les dones estan connectades, tenen les seves arrels en la
desestructuració del treball del neoliberalisme”: Silvia Federici
16/01/2017Deja un comentario
L’anàlisi feminista de l’etapa de la transició del feudalisme al capitalisme i del treball reproductiu no assalariat com a
suport del sistema capitalista han convertit a Silvia Federici, escriptora, activista i professora de la Universitat de
Hofstra de Nova York, en un referent per comprendre la interconnexió entre la crisi sistèmica del capital i
l’increment de les diferents formes de violències cap a les dones. El seu pas per Equador per participar en diferents
trobades amb l’acadèmia i moviments feministes durant el passat mes de maig, va permetre una conversa en la
qual de manera crítica analitza l’actualització directa i indirecta de la caça de bruixes i les conseqüències de les
polítiques extractivistes sobre les vides i els cossos de les dones a Amèrica Llatina.
La crisi del sistema ha tingut un greu impacte per a les dones en diversos aspectes, però també de
manera diferenciada segons territoris. Quines són les conseqüències que es poden identificar a nivell
global tant en l’àmbit del treball com en el reproductiu?
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La crisi capitalista ha significat coses molt diferents per a les dones, segons els llocs del món, però igualment hi ha
elements comuns. Les dones avui s’enfronten d’una manera molt diferent, però contundent, amb una crisi molt
forta de la reproducció a tots els nivells com a conseqüència del fracàs de l’estat de benestar, el fracàs del salari
masculí, el de la política de la plena ocupació, que ha obligat a moltes dones a sortir de la casa, prendre un segon
treball que s’ha afegit al treball domèstic no pagat, així que ara la jornada laboral de les dones és una jornada sense
fi. Les dones avui han de treballar fora i dins de la casa per recuperar tots els talls dels serveis socials que l’estat ja
no realitza. Als Estats Units, les dones es troben en una crisi existencial, personal i col·lectiva, molt forta, i s’han
convertit en les majors consumidores d’antidepressius. El nombre de suïcidis de dones s’ha elevat i es calcula que
l’esperança de vida d’una dona proletària sense recursos és cinc anys més jove que la de la seva mare. A nivell més
internacional, les dones de les àrees rurals d’Amèrica Llatina i d’Àfrica es troben amb un atac molt greu al territori,
la qual cosa implica un impacte específic cap a elles. Es tracta d’una agressió a les formes de cultiu de subsistència,
que per a moltes dones són una manera de tenir autonomia del mercat i sustentar la seva família en un context
social on la comunitats han estat desmonetaritzades com a conseqüència de l’ajust estructural, amb la desocupació,
i moltes vegades amb la despulla de la terra que posseïen. Leer más…
Categorías:Economía, Lucha de clases, Feminismo marxistaEtiquetas:Acumulación por desposesión, Acumulación
primitiva, Dominación y poder, Neoliberalismo, Patriarcado salarial
Aún ascendíamos hacia la cresta de la ola progresista cuando ya sentimos el jaloneo de una resaca reaccionaria
caracterizada por una estrategia golpista de nuevo tipo centrada en ataques mediáticos, presiones económicas,
movilizaciones colectivas, conspiraciones gubernamentales, maniobras legales, juicios políticos expeditivos y un uso
dosificado y puntual del ejército y la policía. Tras la fallida intentona golpista contra Chávez en Venezuela (2002),
vinieron los golpes exitosos contra Zelaya en Honduras (2009), Lugo en Paraguay (2012) y Dilma en Brasil (2016).
Algunos aspectos de la misma estrategia fueron observados en el desafuero y la campaña de los medios contra
López Obrador en México (2005-2012), en la crisis política del 30S en Ecuador (2010) y en distintas acciones contra
Cristina Fernández de Kirchner, entre ellas el paro agropecuario patronal (2008) y la movilización conocida como 8N
(2012). La reacción también regresó al poder por la vía electoral, como con Macri en Argentina (2015); o bien, se
mantuvo en el gobierno, como en Colombia, o revistió formas añejas que se creían superadas, como en México
(2012), donde el movimiento regresivo llevó a reinstaurar lo que se conoció alguna vez como dictadura perfecta, en
una versión actualizada, particularmente sórdida y ominosa. Leer más…
Categorías:Lucha de clases, Teoría crítica acumulada
Un argumento clave para la teoría de la historia y la revolución de Marx es que “Ningún orden social perece antes
de que se han desarrollado todas las fuerzas productivas a las que puede dar curso” (Crítica de la Economía Política,
Prefacio). Ahora, si el marxismo es una ciencia, debe ser verificable empíricamente. Pero esta verificación es
también importante por otra razón. Como dice Gramsci, “La crisis consiste precisamente en el hecho de que lo viejo
muere y lo nuevo no acaba de nacer.” (Cuadernos de la cárcel , “La influencia del materialismo” y “crisis de
autoridad”, Volumen I, tomo 3, pág. 311 , escrito alrededor de 1930). El análisis empírico también nos permite
comprender por qué y sobre todo cómo lo viejo muere.
En la fase actual de la historia – es decir, desde el final de la Segunda Guerra Mundial hasta la actualidad – el
capitalismo se encuentra con un límite cada vez más insalvables debido a la contradicción entre el crecimiento de la
productividad del trabajo por un lado y las relaciones de producción, entre el trabajo y el capital, por el otro. Esta
contradicción es cada vez más fuerte y el capitalismo está agotando su capacidad para desarrollarse en el contexto
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de esta fase histórica. La forma concreta adoptada por esta contradicción, su creciente incapacidad para
desarrollarse, son crisis cada vez más violentas.
El punto clave es la tasa de ganancia, el indicador clave de la salud de la economía capitalista. En el ámbito de una
nación o grupo de naciones, lo que cuenta es la tasa media de ganancia. Consideremos en primer lugar la tasa
promedio de ganancia de Estados Unidos, la nación que todavía es, con mucho, la más importante. Las estadísticas
muestran que la tasa de ganancia de los EE.UU. está en un estado de caída irreversible. La caída es tendencial, es
decir, a través de ciclos económicos ascendientes y descendentes. Sin embargo, la tendencia es claramente a la
baja.
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Categorías:Economía marxistaEtiquetas:Acumulación del capital, Ciencias Sociales, Crítica de la economía
política, Crisis, Neoliberalismo, Sobreacumulación de capital, Tasa de ganancia
En numerosas charlas y textos tuyos hablas de feminismo de clase. ¿Cuál sería su opuesto? El
feminismo de, por ejemplo, Cristina Cifuentes, Inés Arrimadas o Andrea Levy también es un feminismo
de clase.
Todos los feminismos son de clase, otra cosa es que seamos conscientes o no. Es decir, se traducen en políticas,
reivindicaciones y programas de lucha concretos en los que se refleja cuáles son nuestras prioridades, si todas las
mujeres o sólo algunas, por decirlo en términos sencillos. Cifuentes, Arrimadas y Levy tienen muy claro que su
única meta es conquistar la igualdad de oportunidades para que selectas mujeres puedan explotar en las mismas
condiciones a otras mujeres y hombres. Para el feminismo burgués, en el mejor de los casos, el derecho al aborto
es una mera libertad formal. Para nosotras, es un derecho que si no lo garantizas materialmente (en la
sanidad pública y gratuito) es papel mojado. Para el feminismo liberal burgués, la libertad de mercado y la
libertad individual formal son la unidad de medida de la emancipación femenina. Que los salarios sean miserables,
la amenaza de un desahucio o una sanidad pública colapsada no son problemáticos ni para la crianza, ni la
educación ni la familia.
¿Hay que insistir, entonces, con el feminismo de clase?
Si muchas compañeras estamos hablando de “feminismo de clase” es porque nos piden con ese título las charlas,
pero también en otro sentido. La pugna político-ideológica en este campo es respecto a los feminismos de los años
1990 y 2000, que pusieron las identidades (sexual, racial, orientación sexual) en el centro, desplazando temas clave
como el reparto de la riqueza, y que a menudo son reactivos a incorporar en la lucha de clases en su análisis, que
en el mejor de los casos hacen una trinchera decididamente feminista pero que es anticapitalista en sentido
abstracto. Es un feminismo interclasista que ha tenido muchísimo predicamento en la academia y que a nivel
político es muy impotente y en según qué momento, incluso se desliza a la manida “guerra de sexos” en lugar de
una política de clase anti-patriarcal. Es obligado reconocer que las “organizaciones de clase” han dado una
respuesta aberrante a las reivindicaciones feministas desde hace décadas, ya no digamos respecto a la
homosexualidad, pero es sintomático que evoquemos la lucha de las sufragistas (que pelearon por el sufragio
censitario de las mujeres blancas, jamás lo olvidemos) y nadie quiera saber que las bolcheviques fueron las
primeras mujeres del mundo que conquistaron el derecho al aborto público, gratuito y seguro, y el derecho al voto a
principios del siglo XX, cuando hasta los años 70 las francesas no podían conducir un coche sin permiso del
marido. Leer más…
Categorías:Feminismo marxista, Lucha de clasesEtiquetas:Dominación y poder, Lucha de clases, Patriarcado salarial
Este texto es la conferencia traducida que Josep Fontana realizó en la Universidad Autónoma de
Barcelona (UAB) el pasado 24 de octubre en el marco de unas jornadas sobre la Revolución Rusa. Estas
jornadas, en las que también han impartido conferencias Antoni Domènech (que publicaremos en
nuestra próxima edición), José Luis Martín Ramos y Jordi Borja, han estado organizadas por la Comissió
del Centenari de la Revolució Russa y por el grupo de investigación GREF-CEFID de la UAB. SP
Hacia 1890 los partidos socialistas europeos, agrupados en la Segunda Internacional, habían abandonado la ilusión
revolucionaria y defendían una vía reformista que les tenía que llevar a integrarse en los parlamentos burgueses,
confiando en que un día podrían acceder al poder en través de las elecciones y que desde allí procederían a
transformar la sociedad. De esta manera los partidos socialistas alemán, italiano, español, francés, que mantenía
todavía el nombre de sección francesa de la Internacional Obrera, o el laborismo británico optaron por una política
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reformista, aunque conservaran la retórica revolucionaria del marxismo para no desconcertar a sus seguidores
obreros, que debían seguir creyendo que sus partidos luchaban por una transformación total de la sociedad.
La contradicción entre retórica y praxis estalló con motivo de la proximidad de la Gran Guerra de 1914. En el
congreso que la Internacional socialista celebró en Basilea en noviembre de 1912 se proclamó que “era el deber de
las clases obreras y de sus representantes parlamentarios (…) realizar todos los esfuerzos posibles para prevenir el
inicio de la guerra” y que, si ésta finalmente empezaba, debían intervenir para que terminara rápidamente y
“utilizar la crisis económica y política causada por la guerra para sublevar el pueblo y acelerar la caída del gobierno
de la clase capitalista “. El congreso proclamaba, además, su satisfacción ante “la completa unanimidad de los
partidos socialistas y los sindicatos de todos los países en la guerra contra la guerra”, y llamaba “a los trabajadores
de todos los países a oponer el poder de la solidaridad internacional del proletariado al imperialismo capitalista”.
Pero en la tarde del 4 de agosto de 1914 tanto los socialistas alemanes, que habían organizado actos contra la
guerra hasta unas semanas antes, como los franceses aprobaron de manera entusiasta en sus respectivos
parlamentos la declaración de la guerra y votaron los créditos necesarios para iniciarla. El Partido Socialdemócrata
alemán, además, aceptó una política de tregua social que comportaba los compromisos de no criticar al gobierno y
de pedir a los obreros que no hicieran huelgas mientras durase la guerra. En cuanto a los laboristas británicos, no
sólo aprobaron la guerra, sino que acabaron integrándose en un gobierno de coalición.
En Rusia las cosas fueron de otra manera, ya que su partido socialdemócrata, dividido en las dos ramas de
mencheviques y bolcheviques, no solamente no tenía representación en el parlamento, sino que era perseguido por
la policía. A comienzos de 1917 los bolcheviques tenían algunos de sus dirigentes desterrados a Siberia, como Stalin
y Kamenev, mientras otros vivían en el exilio, como Lenin, que se había instalado en Suiza, en la ciudad de Zúrich,
mientras Trotsky se encontraba entonces en Nueva York. Leer más…
Categorías:Lucha de clases
El llibre el podríem dividir en tres grans apartats: 1) la propietat dels recursos naturals, 2) el treball assalariat i la
seva explotació a escala internacional i 3) l’emancipació de la classe treballadora i les lluites en defensa dels
recursos naturals. La diversitat dels relats és la potència d’aquest llibre que ens mostra una humanitat colonitzada
pel capitalisme i el seu universal enfrontament de classe en la defensa i reconstrucció del comú. Des del Gran
Cabdill amerindi Seatlle fins els i les treballadores del tèxtil bengalís, passant pels activistes contra l’extracció
privada i contaminant de potassa al Bages, el ventall de personatges d’aquesta història sobre l’expropiació
capitalista és diversa, multicultural i travessada de moments històrics i contextos geogràfics diferents. L’explotació, i
els mecanismes que l’acompanyen com l’opressió de gènere, l’espoli del medi ambient o la financiarització i
establiment de la deutecràcia, és el fil que connecta la lluita de Chico Mendes per la defensa de la selva amazònica
amb les reivindicacions de les dones treballadores per la igualtat de gènere, passant per la denúncia de l’espoli
colonial que fa el cacic indígena de les tribus del Carib Guaicaipuro Cuatémoc. Leer más…
21
A finales del siglo XX, un discurso teórico de la interseccionalidad se hizo casi hegemónico en muchos sectores de la
vida intelectual radical. En este discurso, que se refería a las cuestiones sociales y los movimientos alrededor de la
raza, el género, la clase, la sexualidad y otras formas de opresión, se decía a menudo que debemos evitar cualquier
tipo de reduccionismo de clase o esencialismo en que el género y la raza son subsumidos bajo la categoría de clase.
A lo sumo, se dijo, los movimientos alrededor de la raza, el género, la sexualidad o la clase social pueden cruzarse
entre sí, pero no puede unirse fácilmente en un solo movimiento en contra de la estructura de poder y el sistema
capitalista que, según los marxistas, está detrás de él. Por lo tanto, la interseccionalidad real de estos movimientos
sociales -en contraposición a su separación- por lo general se ve como bastante limitada, tanto como realidad como
posibilidad. Decir lo contrario corría el peligro de caer en el abismo de reduccionismo o esencialismo.
Tomemos el ejemplo de la opresión racial y su potencial interseccionalidad con la opresión de clase. Lemas
populares en períodos anteriores, como “Negro y blanco, unirse y luchar” [“Black and white, unite and fight,”],
retrocedieron en cierto modo a raíz de la interseccionalidad. Hasta cierto punto, esto era un hecho positivo, ya que
reconoce la singularidad de la opresión y la creatividad de las luchas de los afroamericanos para la auto-liberación,
y el fracaso concomitante en muchos casos del trabajo blanco para unirse con la mano de obra negra debido al
profundo racismo de la sociedad estadounidense, un racismo al que los trabajadores blancos no eran inmunes. En
otro nivel, sin embargo, la nueva postura era problemático, ya que algunas variedades de teoría de la
interseccionalidad tendían a negar cualquier posibilidad seria de la unidad de clase contra el capital a través de
líneas raciales.
¿Dónde deja esto la discusión de Karl Marx, el pensador más grande en términos de capitalismo y la posibilidad de
superarlo? Leer más…
Categorías:Feminismo marxista, Lucha de clasesEtiquetas:Dominación y poder, Patriarcado salarial
Entrevista a Claudio Katz de Economistas de Izquierda (EDI) a cargo de Mario Hernandez (Rebelión).
Estimados camaradas,
Para los movimientos emancipatorios de los Estados Unidos, en realidad de todo el mundo, la elección de Donald
Trump como nuevo Presidente ha supuesto un durísimo revés. Mientras asimilamos las implicaciones del desarrollo
de los hechos recientes y nos preparamos para responder a ellos en base a unos firmes principios de marxismo
humanista, hay una serie de cuestiones que creo debemos tener muy presentes.
En primer lugar, no debemos subestimar el hecho de que ahora, aquellos racistas, machistas y anti-izquierdistas
furibundos que se envalentonaron, se desencadenaron, durante la campaña de Trump, puedan pasar directamente
a encararse con todo aquel, sea quien sea, con el que disientan- desde activistas antirracismo hasta feministas y de
22
defensores de los derechos LGTB hasta aquellos que impugna la agenda procapitalista. Es señal de ello el gran
número de seguidores y simpatizantes de Trump- muchos de los cuales tal vez no habrían mostrado su tendencia
política antes de las elecciones- que ahora se están dirigiendo a hispanoamericanos, musulmanes y otros en
términos del estilo “parece que ha llegado la hora de que empecéis a hacer las maletas”. Los que infligen semejante
acoso verbal no dudarán en llevarlo más lejos, a una expresión más virulenta, especialmente cuando se trate de
afroamericanos, activistas en favor de los derechos de los inmigrantes, feministas y otros que han levantado sus
voces (y continuarán haciéndolo) frente a todo lo que Trump y sus seguidores representan. La percepción que
tienen muchos inmigrantes y minorías después de las elecciones – “ya no somos bienvenidos en este país”- no hay
duda que se irá haciendo más y más evidente a lo largo de los siguientes meses. Leer más…
Varios vídeos
Los medios y la construcción de la paz en Colombia (entrevista a Aharonian
+ videos)
http://www.surysur.net/los-medios-y-la-construccion-de-la-paz-en-colombia-entrevista-a-
aharonian-videos/
La sociedad colombiana se enfrenta hoy a una guerra tan violenta como la protagonizada por los grupos
armados en las últimas décadas: la Guerra de Cuarta Generación. Colombia Informa entrevistó al
fundador de Telesur, Aram Aharonian, para que explicara cómo es esta guerra; el papel de los
protagonistas en el desintegro del tejido social en Colombia; la responsabilidad social para democratizar
los medios de comunicación; y los retos de la comunicación alternativa para construir la paz en
Colombia.
" El futuro es brumoso, no tenemos una idea de qué sucederá, y el pasado se ha vuelto inútil. Vivimos un
presentismo absoluto, sin miras hacia un futuro mejor y sin referentes hacia la tradición; estamos suspendidos
en un abismo"
23
http://www.lavanguardia.com/lacontra/20170118/413452749251/vivimos-en-la-inmovilidad-
frenetica.html
Lúcido
Vivimos bajo el yugo de la aceleración, es el sino de nuestro tiempo y nadie escapa. Mucha de nuestra
insatisfacción no es hija de una infancia desdichada, lo es de un correr hacia ninguna parte. Lúcido y poético, este
joven filósofo nos regala una reflexión, apenas 50 páginas cargadas de sentido: Contra el tiempo, premio Anagrama
de Ensayo, donde propone escapar de la aceleración a base de instantes, ese momento de pura presencia en el que
los minutos dejan de transcurrir y la velocidad es algo imposible. “Yo no soy un iluminado, soy el más acelerado de
todos, un sujeto estresado, ansioso: acabé la carrera a los 20, mi primer libro a los 22, y este a los 24: un grito de
búsqueda de solidaridad, de aliados en la lucha contra el tiempo”.
Quiere usted transformar la vida misma?
Creo que es necesaria una transformación existencial que trastoque no sólo cómo nos comportamos en
sociedad, sino también nuestras relaciones con nosotros mismos, con la naturaleza; y nuestras prioridades en
la vida.
Ni dirección ni sentido.
No. El futuro es brumoso, no tenemos una idea de qué sucederá, y el pasado se ha vuelto inútil. Vivimos un
presentismo absoluto, sin miras hacia un futuro mejor y sin referentes hacia la tradición; estamos suspendidos
en un abismo.
Es más que eso, es una experiencia temporal particular, una suspensión del transcurrir de los segundos y las
horas, un tiempo estático que apenas dura, pero todos los tiempos están contenidos en él. Se trata, como decía
D.T. Suzuki, del momento en el que el espíritu finito comprende que está arraigado en el infinito.
Suena místico.
Lo es, pero no es una experiencia extraña, en realidad todos lo hemos vivido de diferentes maneras: paseando;
en una sobremesa con amigos; la lectura de poesía en voz alta, porque es ritmo, es música, y te saca del
tiempo lineal...
...
La carcajada, que te captura en el instante. Estar en silencio, que en realidad es saber escuchar los sonidos que
nunca escuchamos y conectarte de otra manera con el entorno; una borrachera..., experiencias que pertenecen
a la más sencilla cotidianidad.
Tastar la libertad.
No hay que confundir el carpe diem capitalista, que es la sublimación del consumo: más y a mayor velocidad,
con el instante, que es la construcción de un tiempo fuera del consumo y de la lógica de la productividad y de
las mercancías.
Onda política
Raúl Prada Alcoreza
http://www.bolpress.com/2017/01/17/onda-politica/
26
• Cresta: La cresta es el punto de máxima elongación, es decir, máxima amplitud de onda; es el punto
de la onda más separado de su posición de reposo.
• Período (T): El periodo es el tiempo que tarda la onda en ir de un punto de máxima amplitud al
siguiente.
• Amplitud (A): La amplitud es la distancia vertical entre una cresta y el punto medio de la onda.
Nótese que pueden existir ondas cuya amplitud sea variable, es decir, crezca o decrezca con el paso
del tiempo.
• Frecuencia (f): Número de veces que es repetida dicha vibración por unidad de tiempo. En otras
palabras, es una simple repetición de valores por un período determinado. T = 1 /f.
• Valle: Es el punto más bajo de una onda.
• Longitud de onda (λ): Es la distancia que hay entre el mismo punto de dos ondulaciones
consecutivas o la distancia entre dos crestas consecutivas.
• Nodo: es el punto donde la onda cruza la línea de equilibrio.
• Elongación (x): es la distancia que hay, en forma perpendicular, entre un punto de la onda y la línea
de equilibrio.
• Ciclo: es una oscilación o viaje completo de ida y vuelta.
• Velocidad de propagación (v): es la velocidad a la que se propaga el movimiento ondulatorio. Su
valor es el cociente de la longitud de onda y su período:
v = λ /T
Las ondas periódicas están caracterizadas por crestas, montes y valles; usualmente son categorizadas
como longitudinales o transversales. Una onda transversal es aquella con las vibraciones perpendiculares a
la dirección de propagación de la onda; incluyen ondas en una cuerda y ondas electromagnéticas. Onda
longitudinal es aquella con vibraciones paralelas en la dirección de la propagación de las ondas;
incluyen ondas sonoras. Cuando un objeto corta un espesor determinado, por ejemplo, un estanque,
el espacio experimenta una trayectoria orbital, porque las ondas no son simples ondas transversales
sinusoidales. Ondas en la superficie de una cuba son, realmente, una combinación de ondas transversales y
longitudinales; los puntos en la superficie siguen caminos orbitales. Todas las ondas tienen un
comportamiento común bajo un número de situaciones estándar. Todas las ondas pueden experimentar los
siguientes fenómenos:
• Difracción: Ocurre cuando una onda al topar con el borde de un obstáculo deja de ir en línea recta
para rodearlo.
• Efecto Doppler: Efecto debido al movimiento relativo entre la fuente emisora de las ondas y
el receptor de las mismas.
• Interferencia: Ocurre cuando dos ondas se combinan al encontrarse en el mismo punto del espacio.
• Reflexión: Ocurre cuando una onda, al encontrarse con un nuevo medio que no puede atravesar,
cambia de dirección.
• Refracción: Ocurre cuando una onda cambia de dirección al entrar en un nuevo medio en el que
viaja a distinta velocidad.
• Onda de choque: Ocurre cuando varias ondas que viajan en un medio se superponen formando un
cono.
Una onda es polarizada si solo puede oscilar en una dirección. La polarización de una onda
transversal describe la dirección de la oscilación, en el plano perpendicular a la dirección del viaje. Ondas
longitudinales tales como ondas sonoras no exhiben polarización, porque para estas ondas la dirección de
oscilación es a lo largo de la dirección de viaje. Una onda transversal, como la luz, puede
ser polarizada usando un filtro polarizador o al ser reflejada por un dieléctrico inclinado[3].
Propuestas para un concepto de onda política
2. La onda política transporta, por así decirlo, la energía capturada de las fuerzas sociales, atrapadas
en las mallas institucionales.
3. La onda política ocasiona perturbaciones en planos y espesores de intensidad del tejido social.
4. Estas perturbaciones dejan sus huellas en estos planos y espesores de intensidad de la complejidad
social singular.
5. El comportamiento de la onda política depende, por así decirlo, de las coordenadas dadas en
la multidimensionalidad del tejido social; coordenadas definidas por dispositivos, agenciamientos,
prácticas, estructuras e instituciones en la complejidad integral del tejido social, que supone
los ciclos vitales ecológicos de la biodiversidad.
6. La forma de la curva, sus características, sus oscilaciones, sus ritmos, velocidad y duración,
dependen del juego complejo de composiciones y combinaciones de las fuerzas o los campos de
fuerzas, que corresponden a distintas materialidades, en el tejido social, en las territorialidades y en
las ecologías.
7. Las crestas de la onda política definen el alcance de las vibraciones, la irradiación de
las perturbaciones. Además de que éstas, las crestas, también dependen de la frecuencia, la longitud
de onda, la velocidad de sus oscilaciones y la cantidad de energía
8. El periodo de la onda política depende de la consistencia de las gestiones, de la convocatoria, de la
fortaleza institucional; en el caso de perturbaciones transformadoras, depende de la profundidad y
extensión de las incidencias, de sus efectos de masa, en el contexto de nuevas equilibraciones,
adecuaciones, sincronizaciones.
9. La amplitud de la onda política se define por la intensidad de los desplazamientos, la característica
de los ritmos, por la forma misma de la onda, así como por el alcance de la cresta.
10. La frecuencia de la onda física viene definida por el número de vibraciones en unidad de tiempo. En
lo que respecta a la onda política, podríamos decir que la frecuencia se define por la cantidad de
acciones, prácticas, gestiones, por el lado, de la malla institucional, y la cantidad de conflictos,
movilizaciones, activismos, por el lado de la sociedad alterativa.
11. El valle en la onda política viene definida por el momento de mayor inercia, tanto en la gestión como
en el proceso político en curso.
12. El nodo en la onda política viene definido en el momento cuando tanto la gestión como el proceso
político se encuentran en su línea de equilibrio.
13. La elongación en la onda política define la diferencia entre turbación y la línea de equilibrio, en
cualquier momento de la onda política; en el caso de crisis, se trata de la diferencia entre punto
singular de la crisis y línea de equilibrio, en cualquier momento del proceso político.
14. El ciclo político en la onda política se configura entre la apertura de un proceso político y
su clausura.
15. La velocidad de propagación en la onda política corresponde a la relación entre longitud de onda y
su periodo, en la onda física; en el caso que nos compete, se trata de la extensión de la onda, si se
quiere, lo que abarca, y el lapso en el que se efectúa.
16. También se pueden usar, metafóricamente, los fenómenos descritos de la onda física.
La difracción en la onda política corresponde al cambio de orientación del desplazamiento directo,
al enfrentarse a obstáculos políticos o económicos, de resistencias y conflictos, bordeando los
mismos para rodearlos.
17. También se puede estudiar en los procesos políticos el efecto doppler, que vendría definido por
la retroalimentación entre la fuente emisora de políticas y la recepción social de las mismas; en su
caso, también se puede hablar de ruido o de incomunicación o de inconexión entre la fuente
emisora y la recepción, en caso de conflicto, mucho más, en caso de crisis.
18. Así como se pueden encontrar interferencias cuando distintos proyectos políticos, acompañados por
sus respectivos procesos políticos, se encuentran en un momento del espacio-tiempo del tejido social.
19. Del mismo modo, se puede estudiar en la onda política el fenómeno de reflexión. Esto ocurre cuando
el proceso político, al encontrarse con espesores de intensidad que no puede cruzar o incidir, cambia
de orientación y dirección.
20. También puede darse el fenómeno de refracción, cuando la onda política, al encontrarse
con espesores de intensidad resistentes, por así decirlo, y sin embargo, los atraviesa, pero,
se desplaza a distinta velocidad.
29
21. De la misma manera, se puede estudiar, en la onda política, algo parecido al fenómeno de onda de
choque. Esto ocurre cuando varias ondas políticas se superponen en un mismo contexto, formando
un cono de posibilidades.
10. En esta tercera etapa del proceso político populista, aparece un quinto síntoma; el fenómeno de
la refracción. Cuando los espesores sociales de resistencia no son lo suficientemente consistentes,
la onda política populista logra atravesarlos; empero, lo hace de manera ralentizada. Incluso se
puede considerar que se dan nuevos acuerdos, nuevas alianzas, impensables en la primera etapa
del proceso político.
11. A nuestro entender, el sexto síntoma todavía no se ha dado con respecto a las condiciones de
posibilidades del contexto de realidad, por así decirlo. La onda política populista no se ha topado
con otras ondas políticas, ocasionando esta superposición un cono de posibilidades políticas
Esta inicial descripción, que es, mas bien, incipiente todavía, hecha desde la perspectiva de
la metáfora de onda política, no ha usado la estructura y composición de las coordenadas, que hacen a
la multidimensionalidad, por lo tanto, a la complejidad dinámica, en este caso política. Lo que nos acercaría
al análisis desde la perspectiva de la complejidad, que comprende la integralidad del acontecimiento político.
Queda pendiente esta tarea, en aras de reenganchar esta descripción con los análisis prospectivos que hicimos
antes. Sin embargo, ya podemos sugerir, con lo descrito, algunas hipótesis interpretativas.
Hipótesis interpretativas
1. La onda política populista nace con una cantidad de energía social, que despliega
desbordantemente. Esta cantidad de energía social disminuye, se desgasta o agota; pues no
encuentra retroalimentación. Al ocurrir esto, la forma de la curva de la onda política cambia; se
modifica, achicándose, encogiendo toda la estructura de sus composiciones. Cambiando también
los contextos de realidad y las coyunturas. La incidencia política de la onda política populista ya no
es de convocatoria, sino, mas bien, clientelar. Modificando el sentido mismo político del proceso.
De promesa se ha convertido en una burda imitación.
2. Estas variaciones en la estructura de composición de la onda política, que implica merma de
las cantidades, disminución de los tamaños y alcances, así como de los ritmos, las frecuencias y la
velocidad, por lo tanto, de la intensidad y la extensidad del proceso mismo, cambian u ocasionan
otros contextos de realidad. Estos contextos ya no son de apertura, menos de transformación, sino,
más bien, anuncian la clausura y a regresión conservadora.
NOTAS
[1] Ver El descarnado poder; también El poder clientelar; así mismo El
desmoronamiento. http://dinamicas-moleculares.webnode.es/news/el-descarnado-poder/.
http://dinamicas-moleculares.webnode.es/news/el-poder-clientelar/.
http://dinamicas-moleculares.webnode.es/news/el-desmoronamiento/.
[2] Ostrovsky y Potapov, 1999.
[3] Referencias: [1] Ron Cowen (29 de mayo de 2014). «No evidence for or against gravitational
waves». Nature (en inglés). • “buena onda” 2011 un tipo raro, su casa • “Mala onda” 2013 mira tú,
un estudio.Bibliografía: • Campbell, M. and Greated, C. (1987). The Musician’s Guide to Acoustics.
New York: Schirmer Books. • French, A.P. (1971). Vibrations and Waves (M.I.T. Introductory
physics series). Nelson Thornes. • Hall, D. E. (1980). Musical Acoustics: An Introduction. Belmont,
California: Wadsworth Publishing Company. Texto • Onda Fuente:
https://es.wikipedia.org/wiki/Onda?oldid=95475265 Colaboradores: AstroNomo, Agremon, Moriel,
JorgeGG, Lourdes Cardenal, Pleira, Wintermute~eswiki, Dodo, Tano4595, Chinomng, Schummy,
Ivan.Romero, Elessar~eswiki, Periku, Balderai, Elsenyor, Digigalos, MarhaultElsdragon, LocoMaN,
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DLeandroc, Murcyredhot, Violin3000, Helmy oved, José A.2, Syum90, Kevin Barja, Rauletemunoz,
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Edagar.15, Santya, Daltreck, Jarould, Kevin lagos, RI123JH, 4lextintor, Lectorina, Fernando2812l,
Jair.reolv, Jose de jesus gutierrez campos, Krassnine, YordyMaxXd, Franciscojvvergara, Naegi
Makoto, Mainkra777mainkra777 y Anónimos: 773. Ver Enciclopedia Libre:
Wikipedia:https://es.wikipedia.org/w/index.php?title=Especial:Libro&bookcmd=download&co
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Geopolitica Hoy
https://geopoliticahoy.com
Putin sobre invenciones de EEUU: "Los que las hacen son peores que
prostitutas"
https://mundo.sputniknews.com/rusia/201701171066282354-putin-eeuu-prostitutas-mentiras/
33
Piedad por Italia, caramba tantos sismos, recuerda la caida del imperio
romano
http://www.lavanguardia.com/sucesos/20170118/413473884567/terremotos-italia-
emergencia.html
El Kremlin contesta a las palabras de que "los rusos pueden comer nieve
para sobrevivir"
https://mundo.sputniknews.com/rusia/201701171066278097-rusos-comen-nieve-peskov/
Lavrov: "No veo que Trump busque una oferta de desarme a cambio del
levantamiento de las sanciones"
El ministro de Exteriores ruso señaló que no considera que el presidente electo de EE.UU. vincule
el levantamiento de las sanciones contra Moscú con la reducción de sus armas nucleares.
https://actualidad.rt.com/actualidad/228715-lavrov-trump-asocia-cese-sanciones-disminuir-
arsenal-nuclear
Medio chino: "Trump muestra una arrogancia estratégica que está fuera
del poder de EE.UU."
Un periódico señala que el presidente electo de EE.UU. no demuestra la paciencia de "llevar a
cabo un juego geopolítico del equilibrio de potencias".
https://actualidad.rt.com/actualidad/228701-china-trump-arrogancia-estrategica-poder-eeuu
34
La maquila confía en que Trump no llegue más lejos, pero, por lo pronto,
suspende inversiones
http://www.sinembargo.mx/17-01-2017/3137062
“FUERA REPRESALIAS”
Trump sugiere levantar las sanciones a Rusia
• El presidente electo de EE.UU. estudia esa posibilidad si el Kremlin acepta colaborar en la lucha contra el
terrorismo
• http://www.lavanguardia.com/internacional/20170114/413355861486/trump-sugiere-levantar-sanciones-
rusia.html
5 razones por las que Donald Trump considera que China es un enemigo
de EE.UU.
Margarita RodríguezBBC Mundo, @margarrm
36
http://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-38572842
Hassan Nasrallah, el cual declaró que estos terroristas son más peligrosos que el mismo Israel, y que son sus
herramientas en la región.
Cuando hablamos sobre creatividad rusa, necesitamos recordar la situación internacional y la posición de la
opinión pública mundial a través del control de los medios de comunicación occidentales, que puede
resumirse en que Europa, los Estados Unidos y sus aliados, estaban representando el bando pro-democrático,
de las libertades y derechos humanos, que se oponen a las dictaduras y represiones en todas sus formas, y por
tanto estaban apoyando las revoluciones de color como una especie de revolución, que apunta a conseguir
libertad y deshacerse de regímenes autoritarios, por supuesto, antes de que esta cosa se descubriera y las
revoluciones de color claramente fueran herramientas de los Estados Unidos y sus aliados para alcanzar
intereses geopolíticos.
La creatividad rusa empezó en estas dificultosas circunstancias a través de la participación relativamente
rápida en la guerra contra el terrorismo en Siria. La situación de Rusia es diferente respecto a la situación de
otros aliados regionales de Siria, quienes sabían que la guerra siria es una guerra contra la existencia y las
decisiones de sus países, que estaban previamente en la lista de terroristas para EEUU. La visión rusa pudo
ver el futuro correctamente y supo que la guerra en Siria es un escenario de la gran guerra mundial que acaece
para controlar todo el mundo, porque este control del mundo es lo único que está en medio del camino para
que los EEUU y sus aliados mantengan su superioridad, y quizá su existencia en la forma presente. Tal visión
rusa está representada por las reglas y fundamentos geopolíticos del filósofo y pensador Alexander Dugin.
La creatividad rusa para arreglárselas con la guerra siria fue clara en el comportamiento diplomático del
liderazgo ruso a través de la adopción, paso por paso, de la estrategia para cambiar los conceptos que eran
prevalecientes a principios de la guerra siria, mediante la política de arrastrar a las partes internacionales y
regionales a nuevas localizaciones, así como a la adopción de nuevos conceptos consagrados en Derecho
internacional, y al mismo nivel, a través, a través de la explotación del tiempo para enfocarse en la
manipulación occidental sobre el concepto de terrorismo. Además de eso, la política rusa fue capaz de
demostrar el hecho de que los milicianos en Siria son terroristas extremistas que transmiten el wahabismo, y
que no sostienen ningún valor humano o alguna regla fundamental del Derecho internacional.
Los observadores pueden ver fácilmente los cambios en la terminología sobre la crisis siria. Los rusos se
enfocan en la separación de la “oposición moderada” respecto a los terroristas.
Confío en que los rusos saben muy bien que no hay oposición moderada entre los milicianos que asesinan
inocentes en Siria. Ellos llevaron a la comunidad internacional al hecho de que los Estados Unidos y sus
aliados no tienen influencia en esa “oposición moderada”, o que no están dispuestos a separarlos del Frente
Al-Nusra, por supuesto, para la implementación de estos en el proyecto de Siria y en la región. En cualquier
caso, los conceptos empezaron a cambiar, y se volvió claro que la guerra dirigida por EEUU contra el
terrorismo, no es real, y que Rusia está detrás de la batalla global real contra el terrorismo. Por tanto, Rusia
triunfó con sus aliados en la mayor y más compleja batalla en la historia moderna en Alepo. Uno de los
resultados de esta batalla en Alepo es la separación de la denominada “facción moderada” de los terroristas, la
situación ahora en Siria muestra que la mayor parte de las áreas inutilizadas en Siria están bajo grupos
terroristas (Al-Raqqa y Palmira con daesh, e Idlib con el frente Al-Nusra), y nadie puede reivindicar y
defender a la oposición moderada o los rebeldes cuando el ejército sirio y sus aliados terminen con la
presencia terrorista en aquellas áreas.
Mediante la paciencia y creatividad rusa en la política del paso a paso, y por supuesto, mediante la paciencia
de los aliados sobre el terreno, tras derramar tanta sangre, cambió mucha de la terminología. Nos movimos
del concepto de gobierno transicional (primera conferencia de Ginebra) a la elección por el pueblo sirio de sus
líderes (en la resolución 2254 del Consejo de Seguridad de la ONU), y como vemos ahora, en la reciente
conferencia de ministros de exteriores y de defensa de Rusia, Irán y Turquía, nos movemos hacia un nuevo
concepto que no solamente preserva la unidad de la tierra siria bajo el liderazgo de Al-Assad, sino que
también marca el inicio de una alianza para combatir al daesh y al frente Al-Nusra, que hasta el final de la
batalla de Alepo, estuvo respaldada por los Estados Unidos y todos los aliados regionales.
La vez siguiente estará llena de sorpresas agradables para Rusia y para la alianza de la resistencia. El “eje de
valores” traza en Siria un nuevo mapa para todo el mundo. Rusia está encabezando la guerra global contra el
terrorismo y se sacrifica por los valores, encontraremos un eco entre los pueblos de todo el mundo que
sostienen la posición rusa y buscan aproximarse a Rusia. Vemos algunos efectos de ello: Pueblos occidentales
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que empezaron a saber cuán mala situación les han creado sus gobiernos. Junto a esto, comenzaron los vientos
de cambio en los Estados Unidos y en Francia, y veremos efectos similares en otros países europeos que
fueron los principales responsables del comienzo de la guerra en Siria.
La victoria en la batalla de Alepo significa una victoria en la “gran guerra mundial” en Siria, y esta gran
victoria tendrá efectos importantes en la situación geopolítica internacional. Rusia inevitablemente será el
jugador internacional más grande que dibuje las líneas de esta nueva situación. La Siria victoriosa estará bajo
el liderazgo del presidente Bashar al-Assad, un importante jugador regional que practica el papel que se
merece, por la historia y por la grandeza de los sacrificios hechos por el pueblo sirio y sus aliados, y por la
grandeza de la sangre de los mártires.
Drama de cubanos
‘No tengo idea de qué voy a hacer’: en Cuba lamentan la pérdida de
privilegios en Estados Unidos
“Se jodió el sueño americano, acá en Cuba la gente está brava con Obama”
Los migrantes potenciales de la isla se lamentan del cambio de norma migratoria de Washington y
a los que iban a mitad de camino se les estrecha el paso
http://internacional.elpais.com/internacional/2017/01/14/america/1484361064_401527.html
EL MANIFIESTO DE LA ALT-RIGHT
Allum Bokhari
Milo Yiannopoulos
http://katehon.com/es/article/el-manifiesto-de-la-alt-right
Un fantasma recorre las cenas de sociedad, los eventos electorales y los laboratorios de pensamiento
del establishment: el espectro de la “derecha alternativa” (alt right). Impulsada por jóvenes creativos y
deseosos en incurrir en todas las herejías seculares, la “alt right” se ha convertido en el enemigo público
número uno de los conservadores maricomplejines – un enemigo al que éstos odian incluso con más fuerza
que a los demócratas y a los progres de salón.
La derecha alternativa – más comúnmente conocida como la “alt right” (alternative right) – es un fenómeno
amorfo. Algunos –sobre todo los representantes del establishment– insisten en que ésta no es más que un
vehículo para los peores desechos de la especie humana: para los antisemitas, para los supremacistas blancos
y demás miembros de la escena “Stormfront”. Se equivocan.[1]
Desde sus orígenes como una oscura subcultura en la red, la “alt right” emergió a la arena política nacional en
2015. Aunque inicialmente era un grupo reducido en número, su energía juvenil, su retórica incordiante y su
abierto desafío a todos los tabúes establecidos catapultaron a la “alt right” hasta unas dimensiones que es ya
imposible ignorar.
Esto ha disparado todas las baterías de miedosos gritos de alerta, así como las llamadas a la caza de brujas
tanto por parte de la izquierda como de la derecha. Los izquierdistas estigmatizan a la “alt right” como racista,
mientras que la prensa conservadora – desesperada ante la posibilidad de que la izquierda les acuse de
“intolerantes” – ha contribuído también a arrojar a esos jóvenes lectores y votantes al foso de los leones.
En esta línea, la National Review les atacaba como miembros resentidos de la clase trabajadora blanca y
adoradores del Padre-Führer Donald Trump. Otros les motejaban de supremacistas blancos, mientras que
algunos otros, si bien reconocían a regañadientes que el movimiento ha entendido perfectamente cómo
funciona Internet, les acusaban de tener en su punto de mira a “negros, judíos, mujeres, latinos y
musulmanes”.[2]
El inmenso volumen de análisis generados por la “alt right” es ya una prueba de su impacto cultural. Pero,
hasta la fecha, nadie ha sido realmente capaz de explicar el poder de seducción y la capacidad de penetración
de este movimiento, más allá de las desesperadas llamadas de advertencia y de las soflamas virtuosas
dirigidas a educar a los lectores.
Parte del atractivo de la “alt right” reside en que es compulsivamente provocadora; más aún, es adicta a la
provocación. La “alt right” es un movimiento nacido en los márgenes más subversivos, más underground y
más juveniles de Internet. 4chan y 8chan son hubs de activismo “alt right”. Durante años los miembros de
estos foros – tanto los políticos como los no políticos– se habían estado recreando en toda suerte de
gamberradas provocadoras. Mucho antes de que la “alt right” naciera, los activistas de 4chan habían
convertido el troleo de medios nacionales en la seña de identidad de la casa.[3]
Con este artículo nosotros, como defensores de los “desechos de la sociedad”, nos sentimos obligados a
examinar de cerca a esta fuerza nueva que está alarmando a tantos. ¿Se trata realmente de una reedición de los
skinheads de los años 1980? ¿O tal vez se trata de algo más sutil?
Con el propósito de esclarecer las cosas, hemos realizado un rastreo sistemático de los elusivos y muy
frecuentemente anónimos miembros de la “alt right”, para tratar de ver qué es exactamente lo que quieren.
Los intelectuales
Muchas cosas separan a la “alt right” de los skinheads racistas de la vieja escuela (con quienes, de forma
idiota, son frecuentemente comparados). Una cosa sobresale por encima de todas las demás: la inteligencia.
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Los skinheads son, mayoritariamente, matones con muy bajo nivel de información y muy bajo coeficiente de
inteligencia, motivados por el odio tribal y el gusto por la violencia. La derecha alternativa es un grupo de
gente bastante más espabilada –quizá por eso la izquierda los odia tanto–. Y no sólo eso, sino que son
peligrosamente brillantes.
Los orígenes de la “alt right” pueden encontarse en pensadores tan diversos como Oswald Spengler, H.L.
Mencken, Julius Evola, Sam Francis y el movimiento paleoconservador que cristalizó en torno a las campañas
presidenciales de Pat Buchanan. La “Nueva derecha” francesa sirve también como fuente de inspiración para
muchos líderes de la “alt right”.
El imperio mediático de la derecha alternativa de nuestros días se fraguó en torno a Richard Spencer durante
su época como editor del Taki's Magazine. En 2010, Spencer fundó el AlternativeRight.com, que se
convertiría en un centro de pensamiento “alt right”.
Junto a otros grupos como el blog de Steve Sailer, VDARE y American Renaissance, AlternativeRight.com se
convirtió así en el punto de llegada de toda una ecléctica mezcolanza de renegados que, de un modo u otro,
tenían cuentas que ajustar con los consensos políticos establecidos. Todas estas páginas web han sido
acusadas de racistas.
La así llamada “manosfera” – la némesis del feminismo de izquierda– se convirtió rápidamente en uno de los
mas distinguidos cenáculos de la “alt right”. Jack Donovan, el autor masculinista gay y editor de artículos de
género, fue uno de los más tempranos abogados para la incorporación de los principios masculinistas en la
“alt right”. Su libro “El camino de los hombres” (The Way of Men) contiene jugosas reflexiones sobre la
pérdida de virilidad que acompaña a las sociedades modernas y globalizadas:
“Es trágico pensar que el gran destino del hombre heroico sea convertirse en el homo oeconomicus, y que los
hombres se verán reducidos a criaturas reptantes que se arrastran alrededor del globo compitiendo por dinero,
malgastando sus noches en soñar con nuevas maneras de timarse los unos a los otros. Ése es el sendero en que
ahora nos encontramos”
Mientras tanto, Steve Sailer contribuía a encender la llama del movimiento de la “biodiversidad humana”: un
grupo de bloggers y de investigadores que se internaban sin miedo en el campo de minas del estudio científico
de las diferencias raciales. Y ello en un tono bastante menos mesurado que el del antiguo editor de temas
científicos del New York Times, Nicholas Wade.[4]
Los aislacionistas, los prorusos y los antiguos partidarios de Ron Paul – frustrados por el continuo dominio
neocón del Partido Republicano– se vieron también atraídos por la “alt right”, en su postura (coincidente con
la de la izquierda antibelicista) de rechazo a los compromisos militares exteriores.
Mientras tanto, en algún otro lugar de Internet otro grupo peligrosamente inteligente preparaba el asalto
contra las religiones seculares del establishment: los neoreaccionarios, también conocidos como #NRx.
Los neoreaccionarios aparecieron casi por accidente, surgidos de debates en el seno de LessWrong.com, un
blog comunitario creado en Silicon valley por el investigador en inteligencia artificial Eliezer Yudkowsky. El
objetivo del blog era explorar las maneras en que las últimas investigaciones en ciencias cognitivas podrían
ser aplicadas para superar los prejuicios y apriorismos humanos, incluidos los apriorismos en materia de
ciencia política y de filosofía.
LessWrong animaba a sus miembros a pensar como máquinas, más que como seres humanos. Los
participantes eran así impelidos a liberarse de las autocensuras, de las preocupaciones derivadas del estatus
social, de los sentimientos de otras personas y de otros inhibidores del pensamiento racional. Como era de
esperar, de esta atmósfera emergió un grupo de heréticos y despiadados pensadores, con un enfoque racional
que se situaba en confrontación abierta con los sentimientos y la mentalidad predominante en el periodismo
contemporáneo y en los escritores académicos.
Dirigido por el filósofo Nick land y por el científico informático Curtis Yarvin, este grupo acometió una
alegre demolición de los viejos prejuicios del discurso político occidental. El liberalismo, la democracia y el
igualitarismo fueron pasados por el microscopio de los neoreaccionarios, que los encontraron bastante
insatisfactorios.
La democracia liberal – argumentan– no tiene un balance histórico mucho mejor que la monarquía, mientras
que el igualitarismo estalla en pedazos ante cada nuevo fragmento de investigación en materia de inteligencia
hereditaria. Exigir a la gente que se vean los unos a los otros, ante todo, como seres humanos individuales – y
no como miembros de un subgrupo demográfico – supone ignorar todos los avances en materia de psicología
tribal.
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Aunque ciertamente los neoreaccionarios pueden ser acusados de dar un salto demasiado apresurado entre
hechos y valores (la realidad de la psicología tribal no significa necesariamente que debamos reivindicarla o
estimularla) se estaban produciendo los primeros disparos para una nueva ideología conservadora: la que
muchos estaban esperando.
Los “conservadores naturales”
Los “conservadores naturales” pueden ser descritos en líneas generales como ese público para el cuál los
intelectuales previamente descritos estaban trabajando. En su mayoría se trata de varones blancos americanos
de clase media que, de forma radical y sin ningún tipo de complejos, priorizan los intereses de su propio
grupo demográfico.
En sus posiciones políticas, los conservadores naturales se reducen a seguir sus instintos – los mismos
instintos que motivan a todos los conservadores del planeta–. Estas motivaciones, concienzudamente
investigadas por el aclamado psicólogo social Jonathan Haidt en su libro “The Righteous Mind” (2012),
conforman un instinto agudamente sentido por una gran parte de la población: el instinto conservador.
http://www.breitbart.com/big-government/2016/03/27/an-establishment-conservatives-guide-to-the-alt-
right/attachment/220px-jonathan_haidt_2012_03/
El instinto conservador, tal y como lo describe Haidt, incluye una preferencia por la homogeneidad sobre la
diversidad, por la estabilidad sobre el cambio, por la jerarquía y por el orden sobre el igualitarismo radical. La
prevención instintiva frente a lo que nos es extraño y poco familiar es un instinto que todos compartimos – un
mecanismo de salvaguarda que la evolución pone a nuestra disposición, frente a la curiosidad excesiva y
potencialmente peligrosa. Lo que ocurre es que los conservadores naturales sienten ese instinto con mayor
intensidad. De forma instintiva prefieren sociedades familiares, normas familiares, instituciones familiares.
Un republicano del establishment, desde su fe beata en las glorias del “libre mercado”, no tendría
inconvenientes en derribar una catedral para reemplazarla por un centro comercial, si ello tiene sentido desde
un punto de vista estrictamente económico. Éste es el tipo de actitudes que horrorizan a un conservador
natural. Las políticas inmigratorias siguen un patrón similar: una afluencia de mano de obra barata de origen
extranjero tiene todo el sentido del mundo, desde un punto de vista económico. Pero los conservadores
naturales tienen otras prioridades: principalmente la conservación de su propia tribu y de su propia cultura.
Para los conservadores naturales, es la cultura –y no la eficiencia económica – el valor superior. Más
específicamente, valoran sobre todo las expresiones culturales de su propia tribu. La sociedad pefecta, para
ellos, no se indentifica con un PIB en perpetuo crecimiento, sino con la capacidad para producir sinfonías,
basílicas y grandes maestros. La tendencia natural conservadora de la “alt right” valora todas esas apoteosis
de la cultura occidental, las declara valiosas y merecedoras de ser preservadas y protegidas.
Es innecesario subrayar que esta preocupación de los conservadores naturales por el florecimiento de su
propia cultura encuentra a un enemigo implacable en la izquierda regresiva, con sus intentos de destruir las
estatuas de Cecil Rhodes y de la Reina Victoria en el Reino Unido, o de borrar el nombre de Woodrow
Wilson de los muros de Princeton. Todos estos intentos de privar a la historia occidental de sus grandes
figuras son particularmente repugnantes para la “alt right”, que más allá de la preservación de la cultura
occidental siente además una profunda atracción por los héroes y por las virtudes heroicas.
Todos estos procesos siguen a una década en la que los izquierdistas de los campus intentaron eliminar a los
“varones blancos muertos” de los curricula en historia y literatura occidentales. Ante ello, un conservador
del establishment se limita a sentirse ligeramente incomodado– mientras zapea entre el debate del Estado de
la Unión y las cadenas de negocios –, pero para un conservador natural este vandalismo constituye su máxima
prioridad.
En toda justicia, a muchos conservadores del establishment todas estas actitudes no les gustan nada. Pero a
juicio de la “alt right”, esos conservadores están tan preocupados por no ser llamados “racistas” que no se
atreven a luchar seriamente contra ello. Y esa es la razón por la que no hacen nada. Ciertamente la irrupción
de Donald Trump – la primera candidatura a la Presidencia con dimensiones culturales, desde Pat Buchanan –
sugiere que hay un apetito de base popular por una mayor protección de los valores europeos occidentales y
por el modo de vida americano.
Los “alt righters” han acuñado un término para describir a los conservadores del establishment que se
preocupan más por el mercado libre que por preservar la cultura occidental, y que a través de la inmigración
en masa no tienen inconveniente en poner a esa cultura en peligro (si eso sirve los intereses de los grandes
negocios). La palabra es: cuckservatives (cornudoservadores).[5]
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Detener o reducir de forma drástica la inmigración es una de las mayores prioridades para la “alt right”. Si
bien a un nivel personal evita la intolerancia, el movimiento está muy alarmado ante la perspectiva de un
vuelco demográfico causado por la inmigración.
La “alt right” carece de una visión utópica de la condición humana. Así como sus miembros están inclinados a
priorizar los intereses de su tribu, reconocen también que otros grupos – los mejicanos, afro-americanos o
musulmanes – estan dispuestos a hacer lo mismo. De la misma forma que las comunidades están formadas
por pueblos diferentes, la cultura y la política de esas comunidades constituyen una expresión de los pueblos
que las componen.
No es infrecuente encontrar cierta retórica apocalíptica en las comunidades on-line de la “alt right”. Eso
responde a un sentimiento que muchos de ellos albergan de forma instintiva, y que les dice que, una vez que
grandes grupos cultural y étnicamente diversos se asientan sobre un mismo territorio, inevitablemente
acabarán a golpes. En resumen: dudan mucho que la “integración plena” sea algún día posible. Y si lo es, no
lo será precisamente en el sentido “cumbayá”. Los muros en las fronteras son una opción más segura.[6]
Los intelectuales “alt right” no tienen inconvenientes en defender que la cultura es inseparable de la raza. La
“alt right” cree que algún grado de separación entre los pueblos es necesario, si lo que queremos es preservar
las culturas. Para los alt righters, una calle con una mezquita rodeada de casas con banderas de San Jorge no
es ni una calle inglesa ni una calle musulmana. La separación es necesaria para preservar la distinción.
Pero algunos “alt righters” proponen un argumento más sutil: cuando varios grupos diferentes se ven
reunidos, la cultura común resultante se establece al mínimo denominador común. En vez de mezquitas y de
casas inglesas, el resultado es ateísmo y estuco. Irónicamente, ésta es una posición que tiene bastante que ver
con lo que los radicales de izquierdas denuncian como “apropiación cultural”; una similaridad abiertamente
reconocida por la “alt right”.
Podría decirse que los conservadores naturales llevan décadas sin contar con una auténtica representación
política. Desde los 1980s, los republicanos del establishment están obsesionados con la economía y con la
política exterior, defendiendo fieramente el consenso reagano-tatcheriano en casa y el intervencionismo
neoconservador en el exterior. Pero en los asuntos de cultura y de moralidad – los asuntos que
verdaderamente preocupan a los natural-conservadores – han cedido todo el terreno a la izquierda, que ahora
controla la academia, la industria del ocio y la prensa.
Sin embargo, para todos aquellos que coinciden con el difunto Andrew Breitbart en que la política es una
derivada de la cultura, es verdaderamente desconsolador el número de escritores, de candidatos políticos y de
personalidades de los medios que realmente piensan que la cultura es el más importante campo de batalla
(aunque Milo está haciendo lo que puede).[7]
Todos los “liberales naturales” que instintivamente disfrutan con la diversidad y están encantados con los
cambios sociales radicales – siempre que lo sean en dirección igualitaria– hoy se encuentran representados a
ambos lados del establishment. Los conservadores naturales, sin embargo, se han visto progresivamente
abandonados por los republicanos y por los otros partidos conservadores en el país. Habiendo perdido la fe en
sus antiguos representantes, ahora vuelven sus cabezas hacia algo nuevo: hacia Donald Trump y la derecha
alternativa.
Sin duda pueden oponerse objeciones de principio a las preocupaciones tribales de la “alt right”, pero los
conservadores del establishment han preferido no formularlas. En vez de ello han optado por recurrir al
insulto, en una especie de reacción llena de pánico. En la National Review el escritor Kevin Williamson – en
un reciente artículo en el que atacaba al tipo de votantes que apoya a Trump– afirmaba que las comunidades
blancas de clase trabajadora “merecen morir”.
Aunque la “alt right” está formada en su mayor parte por universitarios, simpatiza con los blancos de clase
trabajadora y (según las impresiones extraídas de nuestras entrevistas) alberga hacia ellos un sentido
de noblesse oblige. El National Review ha sido tan directamente agresivo con la “alt right” como con todos
los americanos blancos en general.
Como respuesta a las preocupaciones de los votantes blancos ante las perspectivas de su extinción
demográfica, la respuesta del establishment – del establishment conservador – ha sido la de dar la bienvenida
a dicha extinción. Es muy cierto que Donald Trump nunca habría sido posible sin la izquierda progre y sus
políticas de intimidación opresiva, pero son todos los medios, en su conjunto, los auténticos responsables del
clima en el que este nuevo movimiento ha visto la luz.
Durante décadas, las preocupaciones de todos aquellos que se sienten identificados con la cultura occidental
han sido despreciadas como racistas. La “alt right” es el resultado inevitable. No importa cuán tontas, cuán
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irracionales, cuán tribales o incluso cuán odiosas sean para el establishment las preocupaciones formuladas
por la “alt right”. Lo cierto es que no pueden ser ignoradas, porque no van a desaparecer. Como nos recordaba
Haidt, esas políticas son los resultados de inclinaciones naturales.
En otras palabras: la izquierda puede seguir depurando el lenguaje y puede seguir demonizando a la “alt right”
para obligarla a desaparecer. Durante los últimos veinte años esa ha sido la única respuesta progresista ante
todos los disidentes. Por su parte la derecha tampoco puede esnobearlos para disociarse de ellos, en la
esperanza de que se esfumen.
La derecha alternativa ha llegado para quedarse.
El equipo meme
Más arriba mencionábamos la presión de la auto-censura. Pero por mucho que dicha presión surja en una
sociedad, siempre habrá un contingente joven y rebelde que sienta una traviesa picazón por blasfemar, romper
las reglas, decir lo indecible. ¿Por qué? ¡Pues porque es divertido!
Como explica Curtis Yarvin en un correo: “si te pasas 75 años construyendo una pseudo-religión alrededor de
algo –un grupo étnico, un santo de cartón-piedra, la castidad sexual o el pastafarismo–, no te sorprendas
cuando unos chicos listos de 19 años descubren que insultarla es la cosa más jodidamente divertida del
mundo. Porque lo es.
Estos jóvenes rebeldes, un subgrupo dentro de la alt-right, no están atraídos por ella en virtud de una
iluminación intelectual, o porque sean instintivamente conservadores. Irónicamente, están atraídos por la alt-
right por la misma razón que los jóvenes baby boomers fueron atraídos por la Nueva Izquierda en los sesenta:
porque era divertido, transgresor y suponía un desafío a unas normas sociales que simplemente no entendían.
De la misma forma que los chicos de los sesenta escandalizaron a sus padres con promiscuidad, pelo largo y
rock’n’roll, los jóvenes de las brigadas meme de la alt-right chocan a las generaciones mayores con
indignantes caricaturas, desde el judío “Schlomo Shekelburg” al “Remove Kebab”, una broma en internet
acerca del genocidio bosnio. Estas caricaturas están a menudo mezcladas con referencias de la cultura pop de
los millennials.
¿Son en realidad unos retrógrados? No más de lo que los devotos del death metal en los ochenta eran
satanistas. Para ellos simplemente significa cabrear a sus abuelos. Actualmente, el Abuelo en Jefe es el
consultor Republicano Rick Wilson, quien atrajo la atención del grupo en Twitter al atacarlos llamándolos
“solterones sin hijos que se masturban con dibujos animados”.
Respondiendo como tales, procedieron a desplegar todas las armas de troleo masivo por las que son conocidas
las subculturas anónimas –y en las que son brillantes. Desde escarbar en las partes más vergonzantes de su
historia familiar en internet, hasta pedir pizzas a su casa y bombardear su feed con dibujos y propaganda nazi,
el equipo meme de la alt-right, de una forma típicamente juvenil pero innegablemente histérica, reveló su
verdadera motivación: no se trata del racismo, ni de la restauración de monarquía o de los tradicionales roles
de género, sino simplemente de echarse unas risas.
Resulta difícil saberlo con exactitud, pero sospechamos que, al contrario que el núcleo de la alt-right, estos
jóvenes renegados no son necesariamente conservadores instintivos. De hecho, su irreverencia, su falta de
respeto a las normas sociales, y su disposición a pisotear los sentimientos de otros indican más bien que son
libertarios instintivos.
Con toda seguridad, tal es el caso de un alegre contingente de defensores de Trump que se pasa horas creando
memes para celebrar al “Emperador de Dios” y atormentar a sus adversarios –como el aliado de
Yiannopoulos @PizzaPartyBenn, que ha amasado ya 40.000 seguidores en Twitter con sus estridentes
payasadas. Si estuviésemos en los sesenta, probablemente el equipo meme se hubiese contado entre los más
provocadores miembros de la Nueva Izquierda: soltando groserías en televisión, burlándose del cristianismo,
y alabando las virtudes de las drogas y el amor libre. Resulta difícil imaginarlos leyendo a Evola, meditando
en la Basílica de San Pedro, o sentando la cabeza en una unidad familiar tradicional. Pueden sentirse
inclinados a simpatizar con estas causas, pero lo hacen principalmente porque cabrea a la gente adecuada.
Quizá la gente joven no haya sido seducida por la alt-right debido a una atracción por esa ideología: quizá
hayan sido atraídos simplemente porque es fresca, osada y divertida, mientras que las doctrinas de sus padres
y abuelos parece aburrida, excesivamente controladora y seria. Por supuesto, habrá muchos solapamientos: a
algunos verdaderos creyentes también les gusta hacer memes.
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Si eres un escritor en Buzzfeed o un editor en Commentary leyendo esto y pensando… qué infantil, pues
bueno… Simplemente es tu culpa por haber atropellado pomposamente la libertad de expresión, y haber
sucumbido a los peores y más autoritarios instintos de la izquierda progresista. Esta nueva explosión de
creatividad e iconoclastia es el resultado.
Por supuesto, tal y como sucede en la historia, los padres y los abuelos simplemente no lo pillan, tío. Es una
mera cuestión de diferencia generalcional. Los millenials no tienen edad para recordad la IIGM o los horrores
del Holocausto. Apenas la tienen para recordar Ruanda o el 11-s. Para ellos el racismo es un monstruo debajo
de la cama, una historieta contada por sus padres para asustarles y que sean buenos niños. Pero, como ocurre
con Papa Noel, los millenials tienen problemas para creérselo. No lo han visto nunca por ellos mismos –y
tampoco creen que los memes que cuelgan sean racistas. De hecho, saben que no lo son –lo hacen porque
provoca una reacción. No pasa un mes sin un largo artículo en un nuevo medio de comunicación acerca del
rampante sexismo, racismo u homofobia en ciertas páginas. Para quienes postean regularmente en ellas, eso
es misión cumplida.
Otra interpretación más apetitosa de estos memes es que son claramente racistas, pero que en realidad hay
poca sinceridad en ellos.
Lo divertido es que, al ser Millenials, son verdaderamente muy diversos. Simplemente visite una de esas
páginas /pol/ en las que aparece la nacionalidad de quien postea con banderitas al lado del nombre. Verá
banderas de Occidente, los Balcanes, Turquía, Oriente Medio, Sudamérica, e incluso a veces África. En esos
foros anónimos, todo el mundo se arroja las peores infamias y estereotipos, pero lo hacen como deportistas
burlándose entre sí en el bar de la universidad, es obvio que hay poco de odio real en el asunto.
Así fue hasta que aparecieron los “1488ers”.
Los “1488ers”
Cualquier cosa asociada con el racismo y el fanatismo de manera tan próxima como lo está siendo la derecha
alternativa, inevitablemente atraerá a verdaderos racistas y fanáticos. Miembros más tranquilos de la derecha
alternativa se refieren sombríamente a ellos como los “1488ers”, y a pesar de su discurso de “ningún enemigo
a la derecha”, está claro que, por las muchas conversaciones que hemos tenido con alt-righters, la mayoría
preferirían que los 1488ers no existieran.
Esa es precisamente la clase de gente que los oponentes de la alt-right desearían constituyese el conjunto del
movimiento. Están menos preocupados por el bienestar de su propia tribu que por las fantasías de destruir
otras. Los 1488ers probablemente denunciarán este artículo como el producto de un degenerado homosexual y
de un mestizo.
¿Por qué “1488”? Se trata de dos conocidas referencias a eslóganes neonazis. El primero son las famosas
catorce palabras: “debemos asegurar la existencia de nuestro pueblo y un futuro para nuestros hijos blancos.”
La segunda parte del número, 88, es una referencia a la octava letra del alfabeto –la h. Así, “88” se convierte
en “HH”, que se convierte a su vez en “Heil Hitler”. Nada muy edificante, la verdad. Pero si se quiere usar a
los 1488ers para manchar a toda la alt-right, entonces se debe hacer lo mismo con los asesinos islamistas y el
Islam, y con las piradas de la tercera ola del feminismo y la historia y el fin del feminismo en su totalidad –
con respecto a los cuales puede no tenerse nada en contra, pero seamos, en cualquier caso, coherentes.
El blogger de la alt-right Paul “RamZPaul” Ramsey los describe como “LARPers” o Live-Action Role
Players (jugadores de rol en vivo): una despectiva comparación con los frikis nostálgicos que se disfrazan de
guerreros medievales. Paul llega a sugerir que parte de los que forman esta “tóxica mezcla de chiflados y ex-
convictos” pueden estar ahí simplemente para desacreditar a los más razonables identitarios blancos.
Todas las ideologías los tienen. Ideólogos sin humor ni vidas más allá de sus cruzadas políticas, que viven
para destruir todo lo grande. Los pueden encontrar en Stormfront (Frente de la Tormenta) y otras páginas, no
solamente bromeando acerca de la guerra racial, sino planeándola con entusiasmo. Son conocidos como
“Stormfags” (Los maricas de la tormenta) por el resto de internautas. Como bien hemos podido comprobar,
estos contrastan completamente con el resto de la alt-right, más centrada en construir comunidades y estilos
de vida basados en sus valores, que en conspirar violentas revoluciones.
Los 1488ers son el equivalente de los seguidores de Black Lives Matter que llaman a matar policías, o a las
feministas que sin ironía alguna quieren matar a todos los hombres (#KillAllMen). Por supuesto, la diferencia
estriba en que mientras que los medios pretender que estos últimos no existen, o son acaso una pequeñísima
minoría extremista, consideran que los 1488ers constituyen el conjunto de la alt-right.
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Aquellos que buscan nazis debajo de la cama pueden quedarse tranquilos porque realmente existen. Pero
tampoco son muchos, nadie les tiene ninguna estima, y es completamente improbable que consigan nada
significativo dentro de la alt-right.
Lo poco que queda del supremacismo blanco de vieja escuela y del KKK en EE. UU. constituye un pequeño e
irrelevante contingente sin tirón en la vida pública y sin apoyos –incluso en aquello que los medios llaman la
“extrema-derecha”. (Aunque es cierto que hoy día eso incluye a cualquier votante de los Republicanos.) El
Frankenstein del establishment
No todos los alt-righters estarán de acuerdo con nuestra taxonomía del movimiento. El hacker nacionalista
blanco Andrew Auernheimer, más conocido como weev, responde a nuestras indagaciones con la típica
voluntad de epatar: “los incansables intentos de vosotros, judíos, de mancharnos a nosotros, los nazis
decentes, son vergonzosas.”
Escarbando en las profundidades de la derecha alternativa, pronto resulta evidente que el movimiento es más
fácilmente definible ateniéndonos a lo que se opone, que a lo que defiende. Hay una infinidad de desacuerdos
entre sus miembros sobre de lo que debe construirse, pero una cierta unidad virtual acerca de lo que debe
destruirse.
Durante décadas –desde los sesenta, de hecho–, los medios y el establishment han mantenido un consenso
acerca de lo que es aceptable e inaceptable discutir en una sociedad educada. Las políticas de la identidad,
cuando se trata de mujeres, población LGBT, negros u otros no-blancos, no-heterosexuales o no-varones, han
sido vistas como aceptables –incluso cuando desembocaban en un odio abierto. Cualquier discusión acerca de
la identidad blanca, o de los intereses blancos, es considerada una herética ofensa. Se trata de un hecho
corroborado por Yarvin ya en 2008: “El orgullo étnico es una cosa. La hostilidad es otra. Pero, como los
progresistas repiten a menudo, ambos suelen venir asociados. Me resulta bastante claro que, si un
antropólogo alienígena visitara la Tierra y recogiera todas las expresiones de hostilidad hacia
subpoblaciones humanas en la cultura occidental de hoy, la aplastante mayoría de ellas sería anti-Europea.
El anti-europeísmo es comúnmente enseñado en escuelas y universidades en la actualidad. A su opuesto, en
cambio, no le pasa en absoluto lo mismo. Así pues, aquí está mi desafío a progresistas, multiculturalistas y
demás: si vuestro antirracismo es lo que dice ser, si de verdad no es más que un Voltaire 3.0, entonces: ¿por
qué no parecen molestaros lo más mínimo el etnocentrismo no europeo o la hostilidad antieuropea? ¿No será
que quizá os gustan un poquito?”
El consenso actual ofrece, como mucho, una leve condena a la política identitaria de la izquierda, y tolerancia
cero hacia la política identitaria de la derecha. Incluso nosotros –un gay de origen judío y un medio pakistaní–
nos enfrentamos a grandes problemas por escribir sobre el tema. Aunque no nos identificamos con la alt-right,
hasta escribir un artículo sobre ella supone brincar por entre un campo minado. La presión de la auto-censura
debe de ser apabullante para hombres blancos y heterosexuales –lo cual explica por qué gran parte de la alt-
right opera anónimamente.
Aunque movimientos como la tercera ola del feminismo y Black Live Matter a menudo suscitan críticas de
conservadores y libertarios, la defensa de dichas causas no es una ofensa que acabe con la carrera de nadie.
Más bien al contrario. Es posibles construir carreras exitosas y lucrativas subiéndose a las espaldas de estos
movimientos. Solo echen un vistazo a Al Sharpton, Anita Sarkeesian y Deray Mckesson. En los últimos cinco
años, la identidad política de izquierdas ha experimentado un renacimiento, al tiempo que la crisis de los
hombres blancos en Occidente –especialmente de jóvenes hombres blancos– se ha hecho patente. Mientras el
feminismo entraba en su “cuarta hola”, obsesionado con chorradas como el troleo en internet o las camisetas
sexistas, las tasas de suicidios masculinos alcanzaban niveles críticos.
Mientras los abogados de las minorías en los campus universitarios han montado la de Dios es Cristo con los
disfraces ofensivos de Halloween y han pedido espacios protegidos en los que pudieran ser aislados de los
diferentes puntos de vista, los hombres blancos de clase trabajadora han sido el grupo que más complicado ha
tenido el acceso a la universidad en el Reino Unido. Para los millenials políticamente despiertos, el contraste
entre los verdaderamente marginados y aquellos que simplemente claman su estatus de víctima es
escandaloso.
El establishment tiene gran parte de culpa. Si hubiesen sido serios defendiendo el humanismo, el liberalismo y
el universalismo, se podría haber frenado el surgimiento de una derecha alternativa. Todo lo que tenían que
hacer es defender la humanidad común ante la política identitaria de negros y feministas, defender la libertad
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de expresión ante la barra libre de censura de la izquierda retrógrada, y defender los valores universales ante
el relativismo moral de la izquierda.
En su lugar, miraron hacia otro lado ante el crecimiento de los movimientos tribales e identitarios de
izquierdas, mientras que suprimían sin piedad cualquier traza de ellos en la derecha. Fue esa doble vara de
medir, más que ninguna otra cosa, lo que dio alas a la derecha alternativa, y lo que también produjo, al menos
en parte, el éxito de Donald Trump.
Mientras que la alt-right es demasiado sofisticada para ser confundida con una reacción estúpida y mecánica,
la oposición al consenso existente es el pegamento que la mantiene unida. Algunos disfrutan violando las
normas sociales solo para causar revuelo, mientras que otros adoptan una actitud más intelectual. Todos se
enfrentan, no obstante, a las piedades e hipocresías del consenso actual –de ambos, de derecha e izquierda– de
alguna u otra forma.
En eso, la alt-right tiene mucho en común con el movimiento cultural libertario del que hablamos más arriba.
Y, de hecho, existe mucha gente que se identificaría con ambas etiquetas.
La máscara del racismo
Para la gente joven y despolitizada, el debate en la esfera pública hoy resulta un vodevil. La izquierda
retrógrada insiste machaconamente en que defiende la igualdad y la justicia racial, al tiempo que elogia actos
de violencia racial y fuerza a la gente blanca a sentarse al final del autobús (o más exactamente, al final del
campus). Defiende unas posiciones feministas absurdas sin conexión alguna con la realidad, y ridiculiza y
menosprecia a la gente en función de su color de piel, orientación sexual y género.
Mientras tanto, la alt-right, que va soltando abiertamente chistes sobre el Holocausto, que –aunque de una
manera casi enteramente satírica– muestra su horror ante el mestizaje racial, que denuncia la “degeneración”
de homosexuales… invita a judíos homosexuales y a mestizos, reporteros de Breitbart, a sus saraos más
secretos. ¿Y qué? Si has llegado hasta este punto del artículo, ya sabrás parte de la respuesta. Para la brigada
meme, la cosa va de divertirse. No tienen un problema real con el mestizaje racial, la homosexualidad, o
incluso con las sociedad diversas: simplemente es gracioso observar el caos y la indignación que estalla
cuando esos tabúes seculares son abiertamente ridiculizados. Estos jóvenes revoltosos entienden
instintivamente quiénes son los autoritarios, y cómo burlarse de ellos.
A los intelectuales les mueve una excitación parecida: después de haber sido dados por supuestos durante
siglos, se encargan de desmontar algunos de los dogmas muertos de la Ilustración. Los 1488ers simplemente
odian a todo el mundo, pero, afortunadamente, están por lo general muy solos.
Sin embargo, los miembros realmente interesantes de la alt-right, y los más numerosos, son los conservadores
naturales. Quizá estos sí estén inclinados psicológicamente a inquietarse por las amenazas a la cultura
occidental que supone la inmigración masiva, o por las relaciones no heterosexuales. Pero, al contrario que los
1488ers, la presencia de tales cosas no les lleva a experimentar ataques de rabia. Quieren construir sus
comunidades homogéneas, por supuesto –pero no quieren hacer ningún pogromo por el camino. De hecho,
prefieren las soluciones no violentas.
También son conscientes de que hay millones de personas que no comparten sus inclinaciones. Tal es el caso
de los liberales instintivos, la segunda mitad del mapa psicológico de la política occidental de Haidt, a saber:
la gente que está cómoda con la diversidad, la promiscuidad, la homosexualidad, y todos los demás rasgos del
consenso cultural.
Los conservadores naturales saben que una batalla de suma cero con este grupo terminaría en un callejón sin
salida o en una derrota. Su objetivo es un nuevo consenso en el que los liberales transijan, o al menos
permitan a las partes más conservadoras de sus países rechazar el status quo en lo relativo a raza, inmigración
o género. Otros, especialmente los neorreaccionarios, buscan simplemente la salida: una separación pacífica
de las culturas liberales.
¿Debería la tribu liberal (y no lo neguemos más –se trata, hoy día, del establishment de demócratas y
republicanos) negociar con ellos? El riesgo es que, en caso contrario, los 1488ers empiecen a persuadir a la
gente de que su solución a los problemas de los conservadores naturales es la única viable. El grueso de sus
demandas, después de todo, no son tan atrevidas: quieren sus propias comunidades, pobladas por su propia
gente, y gobernadas por sus propios valores. En una palabra, quieren lo que toda la gente que ha luchado por
la auto-determinación a lo largo de la historia, y lo que los progresistas siempre dicen que deberíamos tener –a
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no ser que seamos blancos. Esta hipocresía es lo que ha llevado a tantos votantes de Trump –grupos que en
muchos casos no habían votado desde los setenta u ochenta– a salir de debajo de las piedras y plantarse a
favor de sus valores y de su cultura.
El establishment tiene que leer a Haidt y darse cuenta de que ese grupo no va a desaparecer. No habrá ningún
“progreso” que borre las afinidades naturales de los conservadores. No podemos seguir pretendiendo que las
divisiones acerca del libre comercio y las pequeñeces de la reforma de la seguridad social representen
realmente ambos lados del espectro político de América. La alt-right está aquí, y está aquí para quedarse.
[1] La “Stormfront White Nationalist Community” es una organización supremacista blanca que aglutina al
movimiento skin y elementos de ideología neonazi. Para muchos “alt righters”, se trata en realidad de una
organización infiltrada por el establishment, para ejecutar un papel de “oposición controlada”.
[2] La National Review es una revista política bimensual fundada en Nueva York en 1955, que oficia como
portavoz del pensamiento conservador mainstrem (lo que en España conocemos como “centro-derecha”).
Durante los últimos años la NR ha estado fuertemente asociada a Think Tanks “neocon” como American
Enterprise Institute y American Heritage.
[3] 4chan: (japonés: Yotsuba, lit. canal «cuatro hojas») es un tablón de imágenes en inglés lanzado el 1 de
octubre 2003. Originalmente sus foros son usados para publicar imágenes y discutir sobre manga y anime.
Sus usuarios generalmente publican de forma anónima y el sitio ha sido ligado a las subculturas y activismo
en Internet. 8chan (también llamado Infinitechan) es un website americano de imágenes, formado por paneles
compuestos por usuarios y moderados por cada respectivo creador. Algunos de sus sitios han jugado un papel
destacado en la llamada “Gamergate Controversy”. Se trata también del lugar favorito para el activismo “alt
right”. En 2014 el sitio llegó a recibir una media de 35.000 visitantes por día y 400.000 posts por semana
(Fuente: Wikipedia).
[4] Nicholas Wade, que era un respetable divulgador científico del New York Times, publicó en 2014 el libro
“Una herencia incómoda” (A Troublesome Inheritance: Genes, Race and Human History) en el que defiende
que la evolución humana ha sido “reciente, copiosa y regional”, y que los genes podrían haber influenciado
toda una variedad de comportamientos que se reflejan en las diferentes sociedades humanas”. A causa de su
libro, Wade fue sometido a una caza de brujas y condenado por sus ideas “perniciosas” y “racistas”.
[5] En inglés, “cuckservative” es la unión de las palabras “cuckold” (cornudo) y “conservatives”. La palabra
“cuckold” designa la práctica sexual de hombres que se excitan mirando a su esposa o a su pareja mientras
son penetradas por otro hombre. El “cuckservative” sería así el conservador del establishment que asiste al
espectáculo de su esposa –o de su cultura– siendo penetrada por un extraño (que en el porno “cuckold” es casi
siempre un negro).
[6] Cumbayá es una canción que tiene su origen en los Gullah, una tribu africana que estaba siendo
esclavizada en las Islas del Mar, cerca de la costa de Carolina y Georgia del Sur. La traducción viene a ser
algo así como "ven acá". Originalmente fue una canción de soul de gran popularidad entre los progres
guitarreros de los sesenta y setenta, al asociarse a las luchas civiles y a las utopías multiculturales
(tipo Imagine, de John Lennon).
[7] Andrew James Breitbart (1969-2012) fue un publicista conservador norteamericano y judío, comentarista
del Washington Times, periodista de radio y televisión, uno de los creadores de The Huffington Post, y
posteriormente conectado al movimiento conservador Tea Party. En 2007 creó el sitio Breitbart News, con el
objetivo de fundar un sitio «que sería abiertamente pro-libertad y pro-Israel». En 2016 su director ejecutivo,
Stephen Bannon, declaró el sitio como “plataforma para la derecha alternativa”. El New York Times describió
a Breitbart News como una «curiosidad de la franja derecha», con «periodistas guiados ideológicamente», una
fuente de controversia «sobre material que ha sido llamado misógino, xenófobo y racista», y que se ha
convertido en una «potente voz» de la campaña presidencial de Donald Trump. (Fuente: Wikipedia).
(Traducción y notas de El Manifiesto).
El movimiento del pensamiento Alt-Right (Derecha alternativa) descrito en este artículo no tiene realidad
institucional, o incluso una definición clara. El término, acuñado por Richard B. Spencer, ha tomado una
nueva dimensión a la luz de la elección de Donald Trump. Se podría decir que la "Alt-Right" existe en el
vacío, definida por sus oponentes: la prensa, los grupos de presión y los partidos dominantes. El sistema
político-mediático, que fue rechazado de nuevo el 8 de noviembre de 2016 por una mayoría de los votos
electorales, incluye bajo el término peyorativo "Alt-Right" todo lo que no le conviene: la derecha dura, el
racismo, el fascismo, el nazismo. A imagen de lo que se ha hecho con el FN en casa [Francia].
En su edición del domingo 2 de diciembre, el New York Times se interesa por la nueva nebulosa del "orgullo
blanco" americano. Bajo el nombre de la Alt-Right (Derecha alternativa), ha surgido una tendencia con
ocasión de la muy dura campaña presidencial, una tendencia minoritaria pero lo suficientemente inquietante a
los ojos del muy influyente periódico de las élites de la costa este, como para justificar un largo artículo.
La Alt-right, movimiento político sin estructura política clásica, conocerá la consagración con un discurso
dedicado de Hillary Clinton, a finales de agosto de 2016, en el que acusa a su oponente republicano de
"explotar esta nueva forma de la supremacía blanca". Es verdad que los principios de su fundador, Richard B.
Spencer, son más bien directos:
“No estamos destinados a vivir en la vergüenza, la debilidad y la desgracia. No rezaremos para hacernos
aceptar por algunas de las criaturas más despreciables que el mundo haya presentado jamás”.
Hacer América (blanca) grande otra vez
El NYT conecta este movimiento de derecha "blanco" o pro-blanco al mucho más estructurado y reconocido
de Stephen K. Bannon, el ex-patrón de Breitbart News - Bannon mismo reconoce que su plataforma sirve a
los intereses de la Alt-Right -, convertido en asesor del presidente Trump en materia de política interna. Esto
incluye las minorías, sujeto cuán sensible y cuán explotado al otro lado del Atlántico. Durante la campaña, sin
ser partidarios absolutos, los miembros de la Alt-Right sostuvieron a Donald Trump en todas sus salidas
populistas o supuestamente racistas. Vieron detrás de los discursos del multimillonario que se comprometió a
"hacer América grande de nuevo”, intenciones ocultas que se corresponden con las suyas: el reconocimiento
de la raza blanca, que hizo América, y que sufre hoy de multiculturalismo, una cohabitación forzada debida a
las élites anti-estadounidenses que se transformó en guerra interracial y en un tirar al pueblo de Estados
Unidos hacia abajo. Las comunidades negras e hispanas están en el visor.
Curiosamente, a través del análisis del NYT, adivinamos sin dificultad que el sistema ve con malos ojos esta
emergencia de un orgullo blanco, mientras que - por razones de dominación social – exalta el orgullo de las
minorías negra, feminista y homosexual. Esta no es la menor de las paradojas de la problemática de la Alt-
Right. Una cosa es segura: en este movimiento se mezclan tanto anti-sistemas como identitarios blancos. Las
condiciones político-históricas de los Estados Unidos hacen que la contestación al sistema pase hoy por un
reconocimiento de la comunidad blanca, lo que en última instancia conviene a los asuntos de la oligarquía,
que siempre ha escamoteado la problemática social (la lucha de clases) con la problemática racial. En este
sentido, el movimiento de la Alt-Right no es tan anti-sistema más que eso. Pero prosigamos con el análisis
del NYT...
Podría llamárseles unos super-identitarios, mucho más radicales que los identitarios franceses, que no son tan
explícitos. Donald Trump no ha condenado las salidas de estos fundamentalistas blancos porque no eran parte
de sus militantes oficiales, aunque para ello tuviera que explicar una vez que sus tesis no tenían nada de
"nazi". Los neonazis americanos se han reconocido sin embargo en él, pero no le dieron la victoria:
estadísticamente y electoralmente, pesan poco. Aún así, fueron muy activos durante las grandes batallas
mediáticas de septiembre y octubre de 2016, funcionando como un sólo hombre sobre los adversarios
ideológicos declarados de "su" representante. Lo que entusiasmó - negativamente – a los medios de
comunicación de masas, buscando sobrecargar el peso de la bolsa malpensante del candidato "equivocado".
Por lo tanto, los periodistas pro-sistema han sido atacados en Twitter por norma, sobre todo si eran
reconocidos como judíos. Los activistas de la Alt-Right establecieron a este propósito un conjunto de reglas
tipográficas para denunciar a los periodistas judíos anti-Trump en las redes sociales, por ejemplo, dándoles
tres pares de paréntesis, “!”. Para ellos, no hay duda de que estos periodistas trabajan para el sistema y contra
Trump. A su vez, bajo la férula de Spencer, la Alt-Right defiende un programa muy simple: no perseguir a los
periodistas judíos, sino imponer una moratoria de 50 años sobre toda inmigración a los Estados Unidos.
Según él, "la raza es real, la raza cuenta, y la raza es el fundamento de la identidad". Se puede ver fácilmente
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un eco del Black Lives Matter, "Las vidas negras importan", coreado por los activistas negros contra las
violencias policiales, sobrentendidas "blancas".
Allí, las amalgamas se fusionan verdaderamente sin límites. Existe el riesgo real de ver al pueblo blanco,
después de medio siglo de tolerancia con respecto a los negros, practicar una política de identidad antinegra.
Algunos observadores acusan ya a Trump de ser un líder blanco para los blancos. Los brazos en alto en las
reuniones de la Alt-right son bastante embarazosos para el nuevo presidente de Estados Unidos. Precisamente,
y el artículo del NYT no repara en ello, Alt-right resuena extrañamente a "Alt-Reich" (Altreich), el Reich
fantaseado que los nazis querían encontrar (mediante las investigaciones arqueológicas de Himmler y sus
servicios) o reconstruir (por las armas). En primer lugar, por los territorios sobre la base de la historia
europea, y, finalmente, por las creencias nórdicas. El Altreich era esa mezcla de alma y suelo. La Alt-Right
norteamericana reivindica su compromiso con su comunidad y con la tierra americana. Un "Blut und Boden"
a la salsa de Estados Unidos.
Veamos ahora cuáles son las personalidades que simbolizan esta nueva tendencia. En la nebulosa "blanca"
encontramos a David Duke, el antiguo líder del KKK, a Jared Taylor al frente de la revista y el sitio web
de American Renaissance, a Kevin McDonald, profesor de psicología retirado cuya "trilogía sobre la
influencia judía es una piedra angular del movimiento", o también a Andrew Anglin, que dirige el sitio web
neonazi The Daily Stormer (en referencia al Stürmer alemán de los años 30). Su credo: el retorno de los
inmigrantes a casa. Sin embargo, el New York Times reconoce que no todos son racistas. Por lo tanto, se
trataría más de "nacionalistas blancos" que de "supremacistas blancos", el supremacismo induce las nociones
de racismo y de superioridad. Entonces, habría que hablar más bien de separatismo.
Según un especialista en los movimientos "blancos", a los que sigue desde hace 17 años, "esta es la primera
vez que se les ve declararse por un candidato". Por su parte, Trump naturalmente rechazó a estos aliados
embarazosos, particularmente los excesos de lenguaje de Spencer, pero sus ataques al establishment han
encontrado un eco favorable en esta franja de población, en otro tiempo relativamente ignorada u ocultada por
los medios de comunicación. Esto es lo que ha producido una ruptura con el aparato clásico republicano, que
también está unido al establishment como el aparato demócrata. En este sentido, Trump llevó a cabo una
campaña anti-sistema, basada sobre poblaciones y movimientos que no era evidente reunir. Su programa, muy
coherente, consiguió esta exitosa fusión para disgusto de la clase política, de los medios y los encuestadores,
que componen este sistema de dominación y contribuyen a su mantenimiento.
Así, Trump, ¿nacionalista blanco o político oportunista que supo sentir las aspiraciones de una América
oculta, culpabilizada durante mucho tiempo por la ideología racista dominante?
Respuesta del bloguero Alt-right de Millennial Woes (Males milenarios):
"Creo que lo único que quiere restaurar es la América que conocía de joven o incluso de niño. Y creo que
él sabe probablemente en algún nivel que la forma de lograr esto es tener más personas blancas aquí y
menos personas de color".
Spencer, piensa que "Trump es el primer paso hacia una política identitaria a favor de la euro-americanos",
una expresión que puede oponerse de manera segura a los afroamericanos. Desde 2014, Bannon trató de
construir un puente entre el ala derecha estadounidense (Alt-Right) y algunos movimientos populistas
europeos. Las gigantes manifestaciones contra el matrimonio gay en Francia e Italia fueron la ocasión de
hacer emerger los mayores movimientos de protesta política contra la socialdemocracia. Bannon es muy
optimista sobre el hecho de que el Frente Nacional francés podría, con el tiempo, reunir este movimiento de
resistencia global. No ahorra elogios sobre Marion Maréchal Le Pen, a quien conoció después de la elección
de Trump.
La Alt-right toca también a los cristianos conservadores (el movimiento Tea Party), más integrados en el
sistema americano, pero tentados por la revuelta, dado el fracaso de sus representantes anteriores. Sin
embargo, los jóvenes Alt-Right no son conservadores, ni siquiera nostálgicos: a menudo ignoran la historia de
su país y casi la totalidad de la política clásica. Para ellos, el multiculturalismo tiene que combatirse, no para
regresar a un pasado étnicamente "puro", sino para no desaparecer en tanto que blancos. Casi podríamos decir
que este movimiento de defensa identitaria es un componente cada vez más identificable del
multiculturalismo global, a imagen de los movimientos identitarios negros y latinos.
Políticamente, el movimiento Alt-Right ciertamente no es masivo, pero su influencia en las ideas, en las
estructuras mentales de una América dividida, acosada por la duda, aumenta gracias a su actividad en Internet.
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Por ejemplo, y esto no es nada despreciable, el joven pero muy numeroso público de los "gamers" está muy
penetrado por las ideas de la Alt-Right. En Francia también, sin darse cuenta, y fueron censurados por esto
por el muy polémico (para la prensa de masas) foro jeux-videos.com. Un foro no tan apolítico como se cree...
Precisamente, según el New York Times, internet habría liberado nuestros instintos más bajos (no se olvide
que el NYT se ve amenazado por la influencia de la Red). Mientras que otros movimientos tenían sus
discursos y sus militantes, la Alt-Right “trolleaba” a muerte en la red. Hay que decirlo: han acosado a
periodistas (a veces duramente) opuestos a Trump enviándoles mensajes amenazantes, fotos de sus hijos...
Los periodistas judíos fueron especialmente señalados, o aquellos cuyos nombres tenían una consonancia
judía. La "Troll army" del Daily Stormer ha desplegado una agresividad jamás vista en este campo. Antes el
flujo de ataques ad hominem, en noviembre de 2016, muchas cuentas de Twitter de autores Alt-Right fueron
cerradas, incluso la de Spencer.
En conclusión, la Alt-Right es minoritaria demográficamente, pero son los precursores, de acuerdo con el
politólogo Carol Swain, de una toma de conciencia que toca a toda la comunidad blanca, que en realidad no
existía como tal hasta entonces, y que siente, al igual que una minoría, que su identidad está "under attack".
El New York Times equipara el aumento del orgullo blanco a una amenaza para la democracia, mientras que
este periódico pro-sistema, que encarna él mismo al sistema ya que es su portavoz mundial, siempre ha
promovido la sociedad multicultural, que se ha convertido en una realidad. Incluso se puede hablar de una
sociedad multiracista. Toca a los blancos organizarse en minoría activa según el modelo de los negros o de los
latinos, lo que no llevará a América a ninguna parte, el modelo de apartheid de Sudáfrica no funcionó por
mucho tiempo. El modelo racista de Israel no tiene tampoco mucho futuro.
Sin embargo, hay un apartheid político y un apartheid de hecho: este último está basado en duras realidades
sociales. Este es el que une en la miseria a la mayoría de los negros, de los latinos y de los blancos pobres,
cuya organización política - se le llama izquierda contestataria – no debe ver la luz en absoluto en los Estados
Unidos, ya que la cuestión social vendría a asentarse sobre la cuestión racial. Que, de hecho, conviene al
sistema. Porque mientras los explotados estén desunidos, los explotadores estarán tranquilos. Los "pequeños
blancos" justamente anti-sistema del movimiento Alt-right, en lugar de entrar en un conflicto interétnico
triangular, deberían ver más bien en su situación una solidaridad de hecho con los negros y los latinos, delante
de los cuales no es necesario añadir el prefijo “pequeños”. Donde se adivina toda la ingeniería de la
racialización o de la etnización de la protesta...
egaliteetreconciliation.fr/
Hoy, a menos de 10 días de dejar la presidencia Obama, el Premio Nobel de la Paz bombardeó 7 países en
menos de 6 años - de paso, aprovechamos para decir que ser Nobel de la Paz no implica ninguna garantía.
Alfred Nobel fue el inventor de la dinamita. El Presidente Wilson aplicó la diplomacia del dólar en el Caribe,
T.Roosvelt la política del garrote y Kissinger el llamado "plan cóndor" y fueron Premios Nobel. O sea, que lo
de Obama es una confirmación una vez más, que hay mirar de reojo cuando un presidente norteamericano es
Premio Nobel -.
A pesar que empezó con promesas de retirar a su país de conflictos internacionales tras el mandato de Bush
(h), Obama deja el cargo habiendo mantenido a la nación norteamericana en conflicto durante más tiempo que
cualquier otro presidente de los Estados Unidos.
Expandió las guerras aéreas y el uso de las fuerzas especiales en todo el mundo. El numero de países que
cuentan con fuerzas especiales norteamericanas desplegadas ha crecido desde los 60 en 2009, hasta los 138 en
2016 (el 70 %de los países del mundo), según los datos del Mando de Operaciones Especiales de EEUU.
Para analizar el legado del Presidente Obama, el Consejo de Relaciones Exteriores de los EEUU (CFR, por
sus siglas en ingles), que se especializa en política exterior y asuntos internacionales del país, presentó datos
sobre los ataques aéreos lanzados sobre países extranjeros. Sólo en el 2016, el gobierno de Obama arrojó al
menos 2.6171 bombas.
Mientras la mayoría de los bombardeos se produjeron en Siria e Irak, las bombas estadounidenses alcanzaron
Afganistán, Libia,Yemen, Somalia y Pakistán, siete de los países musulmanes mas grandes.
Durante los ocho años de mandato de Obama, su gobierno no sólo ordenó numerosos ataques aéreos, sino que
también alcanzó una cifra récord de venta de armas desde la segunda guerra mundial, llegando a los 265.471
millones de dolares (https://intereconomia.com/economia/mundo/obama-premio-nobel-la-paz-lanzo-26-171-
bombas-2016-20170110-1736/)
Todo lo explicitado nos lleva a comprender un hecho importantísimo que ha ocurrido el pasado 9 de enero de
2017, bastante desapercibido y que nos parece central. El Consejo Nacional de Inteligencia de los EEUU, en
su Informe de Inteligencia para el nuevo presidente de los EEUU, Trump, reconoce en forma implícita el
fracaso de la diplomacia de guerra de Obama, y nuestro lejano Diccionario (seguramente tomado como
"ensayo político ideólogico" por parte de la mayoría del arco "cientifico neutral" argentino ), se halla en total
sintonía con el Informe del 9 de enero.
Si hubiera juicio por mala praxis en las ciencias sociales, muchos de los monstruos sagrados tambalearían.
Esto no significa una ironía vulgar, sino una profunda reflexión que debemos realizarnos todos desde las
ciencias sociales y el mundo universitario sobre el devenir y acontecer del sistema mundo.
Durante casi dos décadas, Global Trends Report del Consejo Nacional de Inteligencia
(https://www.dni.gov/index.php/about/organization/national-intelligence-council-global-trends), ha estado
dando forma a conversaciones estratégicas dentro y fuera del gobierno de los EEUU. Desde que el Primer
Informe Tendencias Mundiales fue lanzado en 1997, un nuevo informe se publica cada cuatro años después
de las elecciones en EEUU.
Tendencias Globales constituye un importante y estratégico informe de la evaluación de los servicios de
inteligencia de las fuerzas - y elecciones - que configuran el mundo durante las proximas dos décadas.
La ultima edición del Consejo Nacional de Inteligencia del Informe "Tendencias Globales: paradojas del
progreso", fue presentada el 9 de enero de 2017, explorando tendencias y escenarios en los próximos 20 años.
Fundamental para su comprensión y pertinencia han sido las reuniones en todo el mundo con una amplia
gama de interlocutores, incluyendo funcionarios de gobiernos, empresarios, académicos, representantes de la
sociedad civil y otros, en los talleres de intercambio. Allí se examinan las prospectivas de la economía, la
demografía, la ecología, la energía, la salud, la gobernabilidad, la identidad y la geopolítica, y entender sus
consecuencias para la paz y la seguridad del mundo.
El NIC cristaliza las ideas extraídas de estas reuniones así como una amplia investigación, en el Informe
Tendencias Mundiales publicado cada cuatro años entre el día de la elección presidencial de EEUU y el día de
la investidura.
En líneas generales el Informe del 9 de enero alerta sobre un futuro "cercano oscuro y difícil" debido al
aumento de hostilidades entre naciones en niveles no vistos desde la Guerra Fría, a medida que se desacelera
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el crecimiento global, se erosiona el "orden" posterior a la segunda guerra mundial, y a la potenciación de los
nacionalismos en los marcos de la globalización.
La incertidumbre sobre EEUU, junto a un "Occidente que mira hacia adentro", y el debilitamiento de los
derechos humanos internacionales y los estándares de prevención de conflictos, “animarán a Rusia y China a
poner a prueba la influencia norteamericana", dice el Informe.
Y agrega, "...estos retos estarán bajo el umbral de la guerra caliente, pero generarán riesgos profundos de
errores de cálculo".
Rusia y China aparecen ya como actores a disputarle influencia, reconociendo pérdida de hegemonía, así
como conflictos regionales, terrorismo y aumento de la desigualdad.
El organismo ha publicado el 9 de enero -repetimos-, el Informe de 226 paginas y alerta "que el nuevo
panorama mundial está poniendo fin a la época de dominación estadounidense que siguió a la guerra fría", y
que por lo tanto, los próximos cinco años "pondrán a prueba la resiliencia de los EEUU".
Por otro lado, el NIC prevé un crecimiento del populismo en el terreno político a nivel mundial, lo que
"representará una amenaza para el liberalismo". Aquí agregamos que no distinguen en el informe a partidos
xenofóbicos que aparecen en Europa de nacionalismos regionales de preservación de la soberania, como
ocurre en Irán o puede tomar nuevamente fuerza en América del Sur.
Más que nunca debemos buscar desde la Patria Grande un poder ético político estratégico y la tensión que ya
convive con nosotros es Patria Grande en serio o la nada. Aquí reside nuestro por-venir al decir de Manuel
Ugarte.
Miguel Ángel Barrios (Argentina), es Doctor en Educación y Doctor en Ciencia Política. Autor de más de
quince obras de política latinoamericana de reconocida referencia bibliográfica.
multipolar bajo la dirección del G-3 (EEUU, China y Rusia). Henry Kissinger, a la vez, se convirtió en
un asesor 'ad hoc' de Donald Trump para mejorar las relaciones de Norteamérica con Rusia
haciendo reconocer el espacio geopolítico de Moscú en el mundo actual pero siempre tratando de
alejar a Rusia de China y de Irán. Ya no le quedaba otra alternativa a Washington y hasta uno de
los más influyentes voceros del neoliberalismo, The Washington Post, tuvo que reconocer que
"Putin ganó el año 2016". Lo interesante de la actual situación geopolítica, que tanto Brzezinski
como Kissinger ya no están tomando en cuenta, es que la Unión Europea se convirtió por la
voluntad de los burócratas de Bruselas en un simple satélite norteamericano. Según la publicación
alemana Spiegel Online, "el 15 de diciembre de 2016, Angela Merkel y sus colegas europeos
decidieron transferir parte de su soberanía militar a EEUU". A tal extremo llegó la situación con la
Unión Europea, que la publicación cita a Henry Kissinger, que alguna vez se preguntó: "¿A quién
tengo que llamar si quiero hablar con Europa?". La respuesta es evidente, a partir del próximo 20
de enero habrá que llamar a Washington para consultar sobre esto a Donald Trump. Los varios
emisarios de Berlín enviados a Washington ya informaron a Angela Merkel que a la Unión Europea
(UE) le esperan años difíciles para las relaciones transatlánticas. © REUTERS/ KEVIN LAMARQUE
Balance macabro: ¿Cuántos países bombardeó EEUU en 2016? Los estudiosos de todos los países
del mundo tratan de encontrar las causas del fracaso del actual orden global neoliberal. El editor
asociado de Financial Times, Wolfgang Münchau, en su artículo 'The elite's Marie Antoinette
moment' (27-11-16) afirmó que el "orden liberal global está colapsando porque la clase dominante
global dejó de percibir el sentimiento del pueblo hacia el mundo". Según Münchau, "la
insurrección popular" tanto en EEUU como en la UE "está creciendo porque la gente tiene miedo a
la reducción de protección de los consumidores y el aumento del poder de las transnacionales". En
la percepción de este analista, la globalización neoliberal empezó a adquirir el carácter caótico y
violento debido a la distribución extremadamente desigual de los ingresos impulsada por la elite
mundial y por su política de "flujos incontrolables de capital y personas". Más: Embajador ruso: la
UE no logrará involucrar a Rusia en una alianza contra EEUU Münchau considera que "la acción
más correcta sería dejar de insultar a los votantes, solucionar los problemas del sector financiero
que está fuera de control, de los flujos de capital y personas y la distribución desigual de ingresos".
Sin embargo, el 1% de los ricos y poderosos que controlan el mundo occidental jamás aceptará
estas soluciones a la actual crisis neoliberal. Dale Carnegie, en su libro 'Cómo ganar amigos e influir
sobre las personas' (1936) anotó que "solamente el 15% de los más ricos y poderosos lo lograron a
través de su conocimiento científico o técnico, mientras que el 85% restante obtuvieron su riqueza
debido a la manipulación psicológica de la gente o usando lo que se llama 'la Ingeniería
Psicológica'". © REUTERS/ JONATHAN ERNST El último discurso de Obama como presidente de
EEUU Refiriéndose a EEUU, el país está en manos, según los científicos políticos norteamericanos
Martin Gilens (Princeton University) y Benhamin Page (Northwest University), de la plutocracia
corporativa y financiera que excluyó a los ciudadanos ordinarios de la participación en las
decisiones del Gobierno, especialmente en los últimos 20 años, lo que produjo descontento
popular. En realidad, Donald Trump y su equipo han utilizado precisamente los postulados de la
Ingeniería Psicológica para lograr el voto de la clase obrera blanca y los sectores empobrecidos por
la política de globalizadores acentuada especialmente desde la Presidencia de Bill Clinton en 1993.
Durante los ocho años de Gobierno de Barack Obama, que se inició en 2009, la "economía real",
definida por el filósofo francés de origen argelino Pierre Rabhi como "un sistema orientado a
destinar recursos para satisfacer las necesidades de la mayoría de la población", dejó de existir
debido a la monetización de la economía orientada exclusivamente al proceso en el que "el dinero
produce dinero". La política exterior norteamericana desde el trágico 9/11 también había sido
concebida por el sector industrial militar y el financiero como una forma de ganar dinero
apoderándose de los abundantes recursos energéticos de Oriente Próximo. No se lo pierda: ¿El
57
manual del pesimista?: cómo será el 2017 según Bloomberg Sin embargo, la guerra no solamente
produce ganancias sino también estragos físicos y financieros al país envuelto en una aventura
militar en calidad de agresor. La recuperación económica de la que hablan los medios globalizados
de comunicación sigue siendo un deseo y no una realidad. De acuerdo al expresidente del Council
of Economic Advisers bajo Obama, Alan Krueger, "el 94% del aumento de puestos de trabajo —
unos 10 millones— en la década pasada fue en calidad de 'trabajo alternativo'", es decir, empleo a
tiempo parcial, contratistas o trabajo independiente que en la mayoría de los casos no aporta
ningún beneficio. © FOTO: UNSPLASH / LUDOVIC GAUTHIER Los europeos, ¿cansados de la
dictadura de Bruselas y Washington? La política exterior norteamericana del Premio Nobel de la
Paz, Barack Obama no lo hizo convertirse al presidente de la paz sino en promotor del caos. Como
lo definió el político norteamericano Ron Paul, el líder norteamericano Obama ordenó "lanzar
bombas sobre siete países y se convirtió en el primer presidente en la historia de EEUU bajo cuya
dirección Norteamérica ha estado en guerra cada día durante los ocho años de su Administración".
También durante su Presidencia se programó que EEUU no estaría presente, por primera vez
desde 1945, en tres negociaciones fundamentales de paz: primero, el Acuerdo de Minsk sobre
Ucrania de Rusia, Ucrania, Bielorrusia, Francia y Alemania; segundo, la próxima cumbre sobre Siria
en la que participarán Rusia, Turquía e Irán; y finalmente la reunión sobre el futuro de Afganistán
con la asistencia de Rusia, China y Pakistán. Precisamente, el caos propagado por la
Administración de Obama en Oriente Próximo y la Unión Europea, sumado con la crisis económica,
para la que Washington y Bruselas hasta ahora no encontraron una solución y se enfrascaron en
todo tipo de acusaciones contra Rusia para distraer la opinión pública mundial, han creado las
condiciones para el vacío del poder geopolítico. China y Rusia lo ocuparon inmediatamente, tal y
como lo reconocieron Brzezinski y Kissinger, creando así las condiciones para el retorno al mundo
de una nueva composición pluripolar mundial cuyo liderazgo sería compartido por EEUU, China y
Rusia en el orden de países definido por Brzezinski. Lea más: Trump ofrece su primera rueda de
prensa tras ganar las elecciones No le queda otra alternativa a Donald Trump que seguir el camino
del mundo multipolar, por lo menos mientras esté tratando de recuperar la economía
norteamericana. Por mucho que hable el próximo presidente contra la globalización, este proceso
seguirá su ritmo y Norteamérica tratará por supuesto de sacarle el máximo provecho, eso nadie lo
duda.
Más: https://mundo.sputniknews.com/firmas/201701111066150871-mundo-politica-situacion-
eeuu/
Elif Shafak. Desde Estambul, subraya que las personas críticas son etiquetadas de traidores.
http://www.revistaenie.clarin.com/revista-n/ideas/pais-convertido-prision-
intelectuales_0_rkFG7tpBg.html
Literatura
“Estoy profundamente conmocionada, triste. La otra noche no dormí nada. Gente inocente que
festejaba la llegada del año nuevo fue atacada, masacrada de manera despiadada en el club
nocturno Reina. Un acto de horrible crueldad, a sangre fría. 2016 fue un año tremendo para
Turquía.” El Reina de Estambul, como el Bataclan de París: la similitud se vuelve inmediata. Elif
Shafak, la escritora más vendida en Turquía, autora de la reciente novela Tres pasiones (editada en
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español por Lumen), es mujer de una gran sutileza mental, y sabe mezclar la política y la cultura, la
sociedad y la economía. Pero esta vez el tono de su voz tiene una crispación mayor.
Aunque Elif Shafak nació en Estrasburgo, Francia, es una escritora de origen turco. Ha publicado
catorce libros, la mayoría novelas, escritas tanto en turco como en inglés. Sus obras se basan en
diversas culturas y tradiciones literarias, y allí confluyen temáticas de historia, filosofía, sufismo,
así como temas donde se relacionan mujer y sociedad, las minorías y también los inmigrantes. En
el año 2010 recibió la distinción francesa Orden de las Artes y las Letras. Se graduó en Relaciones
Internacionales en Medio Oriente en la Universidad Técnica de Ankara y obtuvo una maestría en
Ciencia en Género y Estudios de la Mujer. Se doctoró en filosofía en la misma universidad. En
español se pueden leer sus novelas La bastarda de Estambul y El arquitecto del universo.
–¿Por qué no pasa semana en la que Turquía no sea atacada por el terrorismo?
–Desde un punto de vista geopolítico Turquía se ha convertido en un nuevo frente para el Estado
Islámico. La guerra en Siria incide directamente, en especial desde que estamos involucrados en
conflictos regionales. Compartimos con Siria más de 800 kilómetros de frontera, un límite por lo
demás inseguro. Durante demasiado tiempo se les ha permitido acceso a muchos grupos sirios.
Después empezaron a atacar a los ciudadanos turcos, a reclutarlos. En el pasado mi patria era la
puerta, el puente cultural entre Oriente Medio y Europa. Hoy no lo es más. Somos una sociedad
deprimida, estremecida, traumatizada.
–El presidente Tayyip Erdogan habla del “caos que alguien está creando para destruir Turquía”.
¿No piensa usted que la extrema polarización de las posiciones, la exclusión de las fuerzas
democráticas consideradas en un plano de igualdad con los terroristas, y los continuos cambios de
alianzas en el exterior (con Rusia, Israel, el frente chiíta, Europa, Estados Unidos) finalmente han
llevado a percibir Turquía como un lugar inestable donde crear caos?
–En Turquía las élites del poder hablan siempre de “enemigos externos” y de “lobbies
internacionales”. Afirman que Turquía es tan grande que los enemigos externos están celosos y
quieren destruirnos. Es paranoia, desconfianza hacia Occidente.
–Esta vez tenemos que dejar de mirar a los “culpables occidentales” y mejor focalizarnos en
nuestra “democracia interna”. Hace mucho que el país se ha polarizado. El gobierno conducido por
el partido conservador se despertó tarde para comprender que un día los grupos fundamentalistas
islámicos del otro lado de la frontera podían atacarnos. No entendió lo suficientemente pronto
este peligro.
–Sin embargo hasta hace poco tiempo Turquía era un país en pleno desarrollo, incluso económico.
¿Qué es lo que hace falta?
–Cuando yo era chica, en Ankara, y durante toda mi juventud en Estambul, Turquía era un país
distinto. Festejar el año nuevo era algo normal. La gente hacía compras, traía nueces y frutas, se
miraba por televisión a los cantantes y a las bailarinas de la danza del vientre, a medianoche nos
abrazábamos contentos. Eso ocurría. Ahora ya no.
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–Que grupos islámicos distribuyen volantes que dicen “Los musulmanes no festejan Navidad”. Y el
ministro de Asuntos exteriores declara “ilegal” celebrar el año nuevo. ¡Todo muy equivocado! La
gente festeja lo que quiere. Pero se aumenta la presión cultural y política sobre los laicos, sobre el
estilo de vida moderno.
–El otro día se liberó de la cárcel a la escritora Asli Erdogan después de 4 meses de prisión. Y
también a la lingüista Necmiye Alpay. Pero encarcelaron al periodista de investigación Ahmet Sik.
Para quienes utilizan la palabra escrita trabajar aquí es cada vez más difícil, e incluso ustedes los
escritores se han escapado casi todos al extranjero ...
–Me puse muy contenta cuando liberaron a Asli Erdogan y a Necmiye Alpay. Una alegría opacada,
porque el mismo día arrestaron a Ahmet Sik. Y es un periodista valiente, abierto, un veterano que
busca la verdad y entonces quieren silenciarlo. ¿Me cree si le digo que 143 periodistas empezaron
2017 tras las rejas? Turquía es hoy la mayor prisión de periodistas. Aquí las palabras no son libres.
Todo cronista, autor o intelectual lo sabe. Y escribir o hablar se hace cada vez más difícil. Hay una
presión enorme sobre los intelectuales que tienen posturas críticas. Es un momento en el cual los
críticos pueden ser fácilmente etiquetados como “traidores”. El resultado es que muchos
escritores y sobre todo los periodistas se sienten intimidados.
–¿Qué serviría?
–Adoptar una democracia pluralista y plena. El Partido Democrático de los Pueblos, pro-kurdo, y
los periodistas e intelectuales turcos kurdos encarcelados deben ser todos liberados, de
inmediato. El gobierno debe usar su policía para buscar a los terroristas (ambos, sean del ISIS o del
Partido de los Trabajadores de Kurdistán), en vez de arrestar a periodistas, novelistas, editores,
dibujantes.
–Hoy Turquía es más débil porque la democracia retrocedió. Como nación estamos crudamente
divididos entre los que quieren a Erdogan y los que lo odian. No hay más una cultura de la
coexistencia. Ni valores compartidos.
–¿Con el atentado contra la discoteque Reina de Estambul los terroristas no han querido atacar a
un símbolo del laicismo?
–Han elegido un ataque simbólico. Atacado un estilo de vida laico, occidental, cosmopolita. Un
lugar donde se encuentran musulmanes y cristianos, hombres y mujeres, festejan, beben juntos.
No ha sido una coincidencia. Los fanáticos apuntan a eso: el odio, el miedo, la separación.
La globalización fue anunciada como algo beneficioso para todos, como un vigoroso paso adelante hacia una
mejora económica universal. Era claramente falso, y no fueron solo los economistas de izquierdas, sino
también muchos economistas de la línea “dominante” como Paul Samuelson los que lo dijeron desde el
primer momento.
El motivo que aducían era muy sencillo: si el régimen económico mundial permitía la libre importación en
Estados Unidos de mercancías procedentes de China o de la India, ello afectaría negativamente a los salarios
reales de los trabajadores norteamericanos, porque los trabajadores norteamericanos, con unos salarios
mucho más altos, tendrían que competir, en detrimento suyo, con los salarios más bajos de los trabajadores
chinos o indios. Por consiguiente, el hecho de que la globalización perjudicaría necesariamente a los
trabajadores de Estados Unidos y de otros países avanzados, les parecía obvio a ellos, y de hecho a todos,
de lo que se seguía que no era posible que beneficiase a todos los segmentos de la clase trabajadora
mundial. Ahora bien, de acuerdo con esta argumentación, se consideraba que la globalización beneficiaría a
los trabajadores de países como China o la India, es decir, de aquellos países del tercer mundo con los
salarios bajos.
Formulando este argumento de otro modo, ya que la libre circulación de mercancías y de capitales por todo
el mundo intensifica la competencia entre los trabajadores de los diferentes países, se produciría una
tendencia hacia una disminución de las diferencias salariales entre estos países, y si bien esto representaría
un cierto incremento en los salarios reales de los trabajadores del tercer mundo, también representaría una
reducción en los salarios reales de los trabajadores metropolitanos.
Este mismo argumento puede formularse de un modo más preciso, de acuerdo con las categorías de la
economía marxiana, del siguiente modo: la globalización, al transferir determinadas actividades económicas
desde los países avanzados a los países del tercer mundo (debido a los salarios más bajos de estos
últimos) agotaría las reservas de mano de obra en estos últimos al tiempo que produciría un aumento de las
reservas de mano de obra en los primeros. Esto, si no cambian otras circunstancias, provocará una subida
de los salarios en los últimos y un descenso de los mismos en los primeros. La globalización, por ejemplo,
mientras que no beneficia a todos los trabajadores, reduce las diferencias relativas entre los trabajadores de
los países avanzados y los trabajadores del mundo subdesarrollado. Pero, según este argumento, no es
posible que empeoren las condiciones de los trabajadores en las dos partes del mundo.
Esto es, sin embargo, lo que ha sucedido. La globalización, por supuesto, ha empeorado las condiciones de
los trabajadores en los países metropolitanos, un hecho recientemente puesto de relieve por el economista
Joseph Stiglitz. Casi un 90 por ciento de norteamericanos, lo que significa la casi totalidad de la población
trabajadora en aquel país, tiene actualmente unos ingresos reales apenas superiores a los que tenían hace
treinta años. Actualmente, el salario mínimo de los trabajadores norteamericanos está en términos reales
muy poco por encima de donde estaba hace 60 años. Dado que ha habido ciertas mejoras en estas
magnitudes durante la primera parte de los años transcurridos, lo que esto significa es que se ha producido
un deterioro en el período más reciente, que coincide con el apogeo de la globalización. Un dato estadístico
aún más revelador es el relacionado con el fuerte descenso en la esperanza de vida entre los varones
norteamericanos en los últimos tiempos, un descenso que recuerda la fuerte caída en la esperanza de vida
que se produjo en Rusia después del colapso de la Unión Soviética. Un descenso en la esperanza de vida
cuando no hay ninguna epidemia obvia a la vista es un asunto muy grave, y que este descenso se dé en el
país capitalista más avanzado del mundo es una prueba fehaciente del ataque a los medios de vida de la
clase trabajadora que ha traído consigo la globalización.
Una historia muy similar es la que puede contarse de otros países capitalistas avanzados. Estados Unidos es
considerado normalmente como una de las economías más exitosas, el lugar donde se produjeron
los booms de los años noventa del siglo XX y de la primera década del siglo actual, que originaron
respectivamente las burbujas de las empresas punto.com y la del mercado inmobiliario, y también la
economía que está experimentando aparentemente una recuperación después del colapso de la burbuja
inmobiliaria. Dicho esto, el hecho de que la población trabajadora de este país esté pasando tantas
dificultades es muy significativo. En los últimos años, en el Reino Unido se ha producido una fuerte caída de
los índices salariales reales de los trabajadores No tiene nada de extraño, pues, que el descontento con la
globalización esté cada vez más extendido entre los trabajadores de las economías metropolitanas, y dado
que la izquierda no ha tenido hasta ahora un conocimiento adecuado de ello, el descontento está siendo
explotado por la derecha. Fenómenos como el voto en el Brexit y la emergencia de Donald Trump se
explican desde este punto de vista.
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Lo que resulta inexplicable en el marco del debate que estamos teniendo hasta aquí, sin embargo, es el
hecho de que la situación de los trabajadores ha empeorado incluso en una gran franja de los países del
tercer mundo con los salarios bajos, entre los cuales la India es un buen ejemplo. Las pruebas más
concluyentes en este sentido las proporcionan los datos sobre el consumo de alimentos básicos. Partiendo de
los estudios realizados por el NSS en los períodos 1993-1994 y 2009-2010 , que corresponden en líneas
generales al período de políticas neoliberales asociadas con la globalización, los porcentajes de la población
rural total con una ingesta calórica de menos de 2200 calorías por persona y día (el “parámetro” que define
la pobreza rural) de estos dos períodos anuales fue de un 58,6 y un 76 por ciento respectivamente. Los
porcentajes de población urbana por debajo de las 2100 calorías por persona y día (el “parámetro” para
definir la pobreza urbana) en estas dos fechas fueron de un 57 y un 73 por ciento respectivamente.
Tan sorprendente fue este incremento, especialmente durante un período en el que se suponía que la India
estaba experimentando un crecimiento sin precedentes de su PIB, que el gobierno encargó un nuevo estudio
al NSS para el período 2011-2012, durante el cual había habido una cosecha extraordinaria, con la idea de
que las cifras de la ingesta calórica en el período 2009-2010, un año con una cosecha pobre, habían sido
excepcionalmente bajas debido precisamente a esta escasez en la cosecha. Una vez completado el estudio,
las cifras que arrojaba, aunque sin duda eran mejores que las del período 2009-2010, todavía mostraban un
notable incremento en los porcentajes de población que estaban por debajo de este umbral de ingesta
calórica durante el período de la globalización: en el caso de la población rural, el porcentaje era del 68 por
ciento (comparado con el 58,5 por ciento de 1993-1994) y en el de la población urbana era de un 65 por
ciento (comparado con el 57 por ciento de 1993-1994). Tanto la ingesta de calorías como la de proteínas per
cápita en la población había sufrido un descenso durante el período estudiado.
Este incremento del déficit alimenticio se trató de explicar de diferentes formas, incluida la sugerencia de
que tal vez era un indicio de que la gente estaba aprendiendo a diversificar su consumo, reduciendo el de
comida en beneficio de otras cosas como la educación y la salud. Pero esta explicación era a todas luces
falaz: en cualquier parte del mundo, a medida que los ingresos reales aumentan, la gente consume una
mayor cantidad de cereales tanto directa como indirectamente (en forma de alimentos procesados y de
productos animales en cuya elaboración entran los cereales como forraje). Así pues, el descubrimiento de
que en la India se había producido un descenso real en el consumo de cereales en todos sus usos, y en
consecuencia un descenso en la ingesta de calorías y proteínas durante el período de la globalización,
indicaba claramente que los ingresos per cápita reales de los trabajadores, después de calcular la incidencia
de la inflación, especialmente la subida de precios que acompaña a la privatización de servicios esenciales
como la educación y la salud, estaban por término medio disminuyendo en vez de aumentar. Dicho de otro
modo, un fenómeno similar al que se producía en los países capitalistas avanzados estaba teniendo también
lugar en la India y en otros países del tercer mundo, lo que contradice el argumento presentado más arriba,
hasta el punto de que son muy pocos ya los que creen que este sea un argumento correcto. ¿Cómo podemos
explicar esta contradicción?
El argumento presentado más arriba suponía básicamente que la esencia de la globalización consiste en la
transferencia de actividades económicas desde los países avanzados a las economías del tercer mundo, y
que esta transferencia reduciría drásticamente las reservas de mano de obra del tercer mundo y provocaría
una subida de salarios. Lo que no se decía es que la globalización también tiene otros efectos, incluido sobre
todo una restricción de la pequeña producción por parte del sector capitalista. El resultado es que varios
pequeños productores dejan sus ocupaciones tradicionales para emigrar a las ciudades en busca de empleo,
lo que incrementa el ejército total de mano de obra a disposición del capitalismo. Esta migración, junto con
el incremento natural de la población activa, no puede ser totalmente absorbida por el ejército laboral activo
debido a que las políticas neoliberales asociadas a la globalización también llevan a la eliminación de todas
las restricciones relativas al ritmo del cambio estructural y tecnológico, lo que aumenta el ritmo de
crecimiento de la productividad del trabajo a expensas del crecimiento del empleo.
Se produce de este modo un círculo vicioso. En la medida en que aumenta la reserva de mano de obra
respecto a la población activa, esto lleva a un estancamiento o incluso a una disminución en la media de
salarios reales (y ciertamente a una disminución de los ingresos reales de los trabajadores, que es igual al
índice salarial diario multiplicado por el número de días de empleo). El estancamiento o la disminución del
salario real en una situación de mayor productividad laboral tienen como consecuencia un incremento en la
tasa de excedentes en la producción. Dado que el superávit, incluso si suponemos que se realiza
completamente (es decir, que no hay problemas de insuficiencia de demanda agregada) se gasta
normalmente en artículos de consumo que generan menos empleo a nivel nacional que en artículos que se
compran con los ingresos salariales, esta transferencia de los salarios a los excedentes tiene también el
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efecto de producir una contracción en el empleo y en consecuencia contribuye todavía más al incremento del
tamaño relativo en las reservas de mano de obra, a una nueva transferencia de salarios a excedentes, y así
sucesivamente.
Este círculo vicioso, que se intensifica todavía más cuando se produce una crisis (debido a que las reservas
de mano de obra respecto a la población activa crecen todavía más) implica que el efecto de la globalización
de agudizar la pobreza absoluta afecta también a los trabajadores de los países del tercer mundo y no se
limita solo a los trabajadores metropolitanos, como pretenden los economistas liberales como Samuelson.
Afirmar esto no equivale a sugerir que todos los segmentos de la población activa se ven igual de
adversamente afectados por la globalización. Obviamente, el segmento que disfruta de mayores
oportunidades de empleo debido a la transferencia de actividades experimenta un incremento en su nivel de
vida, y en la India este segmento consiste habitualmente en trabajadores cualificados del sector servicios,
como los relacionados con las tecnologías de la información. Este incremento en el nivel de vida de un sector
tiene a su vez efectos multiplicadores en el nivel de empleo de otros sectores, y así sucesivamente. Así, un
segmento normalmente clasificado como de clase media y cuyo tamaño absoluto es bastante grande (pese a
ser pequeño respecto al conjunto de la población activa), se vuelve partidario incondicional de la
globalización. Dado que este segmento suele estar bien articulado y tiene un peso desproporcionadamente
grande en los medios de comunicación y de creación de opinión pública, resulta un instrumento útil en
manos de la oligarquía empresarial y financiera integrada en el proceso de la globalización para propagar sus
efectos beneficiosos.
Rodrigo Riquelme
El Economista (México)
http://www.rebelion.org/noticia.php?id=221629
El fin de la República de Weimar, en 1933, es el escenario que se asemeja más a la situación que está
viviendo Estados Unidos con el arribo de Donald Trump al poder, de acuerdo con Noam Chomsky, profesor
emérito del Instituto Tecnológico de Massachusetts y una de las figuras más contestatarias frente a las
políticas neoliberales de diversas administraciones estadounidenses.
En una entrevista con Truthdig, en el 2010, Chomsky hizo una predicción que parece estarse cumpliendo:
“Si llega alguien carismático y honesto, este país está en problemas, sobre todo debido a la frustración, la
desilusión, el enojo justificado y la ausencia de una respuesta coherente (...) Se nos dirá que los hombres
blancos son una minoría perseguida. Nos dirán que tenemos que defender el honor de la nación. La fuerza
militar será exaltada. La gente será golpeada. Esto podría convertirse en una fuerza abrumadora”.
Chomsky se interesó desde muy pequeño por dos cosas: el lenguaje y la política. Sus estudios lingüísticos lo
llevaron a convertirse en el fundador de toda una rama de esta ciencia, la gramática generativa, la cual
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cimbró los cimientos de la lingüística tradicional. Pero desde hace varias décadas, su intenso activismo
político y social han hecho que sea uno de los intelectuales más contestatarios del siglo XX. En una
conversación con Sam Fragoso, de la revista Pacific Standard, Chomsky detalló su opinión sobre lo que
espera que ocurra con el ascenso al poder de un hombre cuya demagogia compara con la política de Adolfo
Hitler.
1. Es un estafador
A la pregunta de Fragoso sobre si un personaje con una personalidad vacía y con una política confusa, como
Chomsky ha definido a Trump en repetidas ocasiones, puede llegar a los votantes, el profesor en lingüística
del Instituto Tecnológico de Massachusetts respondió que el presidente electo de Estados Unidos es “como
un estafador. Fue capaz de decir cosas a un sector de la población que, de alguna manera, articuló sus
propias preocupaciones y sentimientos, y lo hizo con bastante eficacia”.
Chomsky encuentra una contradicción crucial en el carácter de Trump al comparar la retórica de éste cuando
le habla a la clase trabajadora con los nombramientos de su gabinete. Cuando habla con la clase trabajadora
“él es anti-establishment, él va a enfrentar a Wall Street (…) Él dice que va a traer de vuelta trabajos (...)
¿Cómo va a hacer eso? Al elegir a un secretario de Trabajo (Andrew F. Puzder) que es sumamente anti-
laboral”.
Muchas de las personas que votaron por Donald Trump también votaron por Barack Obama en el 2008 y en
el 2012. El periodista de Pacific Standard le preguntó a Chomsky el estado al que tendría que llegar Estados
Unidos para que las personas se den cuenta de que Trump no está actuando con las mejores intenciones.
Para el activista y escritor, el eslogan de Trump “Make America Great Again” le dio a los votantes la misma
sensación que ofreció el discurso de Obama durante sus campañas electorales, una sensación de esperanza
y cambio, la cual fue disminuyendo conforme avanzaba su administración.
Pero cuando las personas se den cuenta de que el gobierno de Trump tampoco puede ofrecer esa esperanza
y ese cambio, hay varias alternativas que, de acuerdo con Chomsky, no son nada alentadoras. Una de estas
alternativas es “una usual acción de las figuras y de las estructuras autoritarias cuando no pueden cumplir
sus promesas, buscar un chivo expiatorio: ‘Vamos a culpar a las personas más vulnerables y que están
sufriendo. Hagamos que sea culpa suya’”, explica Chomsky. El investigador recuerda que Trump ya ha
comenzado con esta práctica, ya que ha culpado a los inmigrantes por los problemas que enfrenta la Unión
Americana.
En palabras de Chomsky, el sistema educativo estadounidense, del que ha formado parte desde hace más de
65 años, no motiva la curiosidad de los estudiantes. Por el contrario, las escuelas y universidades han
convertido a este sistema en una estructura que fomenta el control del aprendizaje y la falta de curiosidad
entre sus miembros, fortaleciendo un sentimiento de pasividad en ellos. Además, de acuerdo con el
lingüista, con la llegada de Trump a la presidencia de Estados Unidos el sistema educativo estadounidense se
encuentra bajo ataque, sobre todo si se considera que el presidente electo ha elegido a una persona que
está en contra de la educación pública, la empresaria Betsy DeVos, como su próxima secretaria de
Educación.
Las palabras de Trump han conducido a Estados Unidos y a buena parte del mundo a vivir en una era post-
factual, es decir, que los hechos y la realidad han dejado de tener importancia; son las palabras y su
interpretación la moneda de cambio de una era en la que la opinión vertida en redes sociales es más
relevante que los hechos reales. Para Trump, “si yo digo que es falso, entonces es falso”.
Chomsky compara esta actitud con la propaganda nazi que llegó 10 años después de que Alemania alcanzara
la cumbre de la civilización occidental. “El pico de la civilización occidental, en muchos sentidos, fue
Alemania en los años 20 en las artes, las ciencias e incluso como un modelo para la democracia. En 10 años,
había descendido a las profundidades de la barbarie en una sociedad post-factual”. Para Chomsky, al igual
que durante el régimen nazi, flotan en el aire fragmentos de una verdad que confunden más que esclarecen.
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Chomsky encuentra varias similitudes entre Trump y otras figuras demagógicas de la historia, como Adolfo
Hitler. La diferencia que existe entre la Alemania nazi de Hitler y Estados Unidos con Trump, es que en este
caso existen formas efectivas de evitar los peligros que implica que un personaje como él llegue a la Oficina
Oval y de aprovechar las oportunidades que se presenten para construir la base de un mejor futuro. El
activista pone como ejemplo el plan de infraestructura que Trump ha anunciado que llevará a cabo durante
su mandato. Según Chomsky, el plan de infraestructura de Trump implica que las empresas les quitarán
dinero a los contribuyentes para construir la infraestructura que ellos creen es la necesaria. Sin embargo,
para Chomsky esto no es más que un acto de corrupción.
“Una alternativa sería un programa de infraestructura que desarrolle cosas que realmente necesitamos,
como un tren de alta velocidad, por ejemplo, o sistemas de escuelas públicas con salarios docentes dignos y
con respeto por los maestros (...) Esto requeriría la inversión del gobierno, lo que significa el compromiso
popular de utilizar los fondos para el beneficio del público en general”, refiere.
Las últimas preguntas de Fragoso a Chomsky tienen un matiz más personal, más cercano. La voz del escritor
y activista social es una de las más escuchadas y reconocidas en el ámbito de las prácticas políticas
estadounidenses. Pero para el investigador, perder su voz, es decir, ser censurado, no es un problema
relevante. “Ha habido tiempos mucho peores, y hay muchas oportunidades y mucha protección para la
libertad de expresión y asociación, si defendemos estos derechos enérgicamente, lo mismo que las
oportunidades que tenemos”.
De acuerdo con Chomsky, sus opiniones no son complejas y en realidad no importa quién las diga, sino que
sean dichas, para que sean escuchadas. Uno de los intelectuales más importantes del último siglo concluyó
la entrevista apelando a la responsabilidad que tienen todos los estadounidenses para cumplir objetivos
comunes. “ Todos tenemos cosas que podemos hacer. Tenemos oportunidades, debemos perseguirlas en la
mayor medida posible”.
Fuente: http://eleconomista.com.mx/internacional/2017/01/13/6-claves-sobre-trump-futuro-segun-noam-
chomsky
https://geopoliticahoy.com/2017/01/13/el-mundo-dentro-de-5-anos-segun-los-servicios-de-inteligencia-de-estados-unidos/
Cada 4 años, el Consejo Nacional de Inteligencia (NIC) estadounidense hace un ejercicio de predicción sobre cómo el
mundo evolucionará durante el lustro siguiente. La última edición de este informe [1] coincide con las conclusiones
de GeopolíticaHOY, que apuntan a la probable caída del poder global estadounidense y al advenimiento de un mundo, esta
vez sí, post-Guerra Fría, cuyo comportamiento será definitivamente convulso. [2] Las claves:
• El mundo verá el declive no sólo del poder global de EEUU, sino de sus pilares fundacionales; las alianzas
militares entre EEUU, Europa y Asia (como la OTAN o la ya difunta alianza con Filipinas) [3], el dominio de las
democracias liberales como forma de gobierno preferente y las instituciones internacionales que administran la
legislación internacional en Derechos Humanos. Al difuminarse este marco político y legal, el comportamiento
de las naciones-estado dejará de estar regido por los parámetros a los que el mundo se había acostumbrado
desde el final de la Segunda Guerra Mundial.
• Aunque el informe no menciona al presidente electo Trump directamente, tampoco ignora que el modo en que el
mundo evolucionará será directamente influenciado por sus políticas. Trump ha mostrado en repetidas
ocasiones su desdén o incluso rechazo a elementos clave del orden internacional imperante; acuerdos de libre
comercio (critica el NAFTA y rechaza abiertamente el TPP), el papel de la OTAN o el auto-impuesto y
últimamente muy criticado papel de valedor de la democracia en el extranjero. Sin embargo, y acorde con
su tendencia a las grandes contradicciones, ahora parece dar muestras de menor beligerancia hacia el actual
orden internacional, según expresó recientemente su polémico asesor de seguridad nacional Michael Flynn [4].
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No en vano, un día antes de las pasadas elecciones en EEUU el experto en política exterior de la Brookings
Institution, Thomas Wright, avisó de su importancia histórica [5], sólo comparable a las elecciones en la
Alemania de 1932 que terminaron por aupar a Hitler al poder. No tanto porque pudiera haber similitudes entre
Trump y Hitler en sus ideologías o formas, sino por la magnitud del cambio en la manera que funciona el
mundo que podría traer una victoria del primero.
• El paso atrás de EEUU en la escena global abriría las puertas a un mundo multipolar, un sistema de poder
fragmentado que declinará en luchas de poder regional. Potencias como Rusia, China o Irán aumentarán su
influencia en sus respectivas periferias, algo que ya se puede observar desde hace un tiempo, con la anexión
de Crimea por parte de Rusia, su beligerante actitud en el Este de Europa y el Báltico y su nueva alianza
euroasiática con Turquía. China se ha decidido a tomar las riendas del comercio internacional en el continente
asiático, impulsando una apertura casi más propia del neoliberalismo, mientras que Irán se
encuentra envuelto en varias luchas de poder en Oriente Medio, apoyando activamente al régimen de Assad
en Siria y a los Houthis en Yemen [6].
• El NIC advierte que el terrorismo global seguirá proliferando, alimentado por la expansión de nacionalismos, los
desequilibrios creados por masivos movimientos migratorios y diferentes conflictos regionales de perfil
relativamente bajo. El mundo no verá muchos conflictos a la “vieja usanza”, con dos o más países enfrentados
formalmente, sino una nueva concepción de guerra; la zona gris. En esta zona gris se producen agresiones
que pueden considerarse por debajo de los standards comunes de una guerra, mezclando contextos de paz y
combate. Por ejemplo, mientras que EEUU no ha declarado oficialmente la guerra a países como Siria o Iraq,
ha lanzado más de 24.000 bombas sobre ambos sólo en 2016 [7].
Referencias:
[1] Treverton, G (2017), ‘Paradox of progress’ (Paradoja de progreso), Oficina del Consejo Nacional de Inteligencia, visto el
13 de Enero de 2017, https://www.dni.gov/index.php/global-trends/letter-nic-chairman
[2] Friedman, U (2017), ‘What the world might look like in 5 years, according to US intelligence’ (Cómo el mundo podría ser
en 5 años, de acuerdo a la inteligencia de EEUU), Defense One, visto el 12 de Enero de
2017, http://www.defenseone.com/ideas/2017/01/what-world-might-look-5-years-according-us-
intelligence/134511/?oref=DefenseOneFB
[3] Paddock, RC (2016), ‘Rodrigo Duterte, pushing split with U.S., counters Philippines’ deep ties’ (Al presionando por una
separación de los Estados Unidos, Rodrigo Duterte choca con profundos lazos), The New York Times, visto el 13 de Enero
de 2017, https://www.nytimes.com/2016/10/27/world/asia/philippines-duterte-united-states-alliance.html?_r=0
[4] US Institute of Peace (2017), ‘Passing the baton 2017: America’s role in the new world’ (Pasando la batuta 2017: el rol de
America en el nuevo mundo), US Institute of Peace, visto el 13 de Enero de 2017, http://www.usip.org/events/passing-the-
baton-2017-americas-role-in-the-world?utm_source=Homepage&utm_medium=Slideshow&utm_campaign=SlideshowClicks
[5] Friedman, U (2016), ‘How Donald Trump could change the world’ (Cómo Donald Trump podría cambiar el mundo), The
Atlantic, visto el 12 de Enero de 2017, https://www.theatlantic.com/international/archive/2016/11/trump-election-foreign-
policy/505934/
[6] Reuters (2016), ‘Top Iranian general: Iran might seek naval bases in Yemen or Syria ‘ (General de alto mando iraní: Irán
podría abogar por bases navales en Yemen o Siria), Business Insider, visto el 13 de Enero de
2017, http://www.businessinsider.com/iran-seek-naval-bases-yemen-syria-2016-11?IR=T
[7] Zenko, M (2017), ‘How many bombs did the United States drop in 2016?’ (Cuántas bombas lanzó Estados Unidos en
2016?), Council on Foreign Relations, visto el 12 de Enero de 2017, http://blogs.cfr.org/zenko/2017/01/05/bombs-dropped-
in-2016/
La embajadora estadounidense ante la ONU, Samantha Power, advirtió que cortar el financiamiento de Estados
Unidos a las Naciones Unidas sería "extremadamente perjudicial" para los intereses de su país.
Una semana antes de que Donald Trump asuma la presidencia, en su última conferencia de prensa como
embajadora, Power sostuvo que "países como Rusia y China" se beneficiarían de la endeble posición de
Washington en las Naciones Unidas si se recortaran los fondos estadounidenses al organismo internacional.
"Lideramos el mundo en parte liderando en la ONU", dijo Power, que se retira la próxima semana después de
cuatro años como embajadora del presidente demócrata Barack Obama.
"Si nos atamos las manos detrás de nuestra espalda o despojamos a esta organización" de nuestro apoyo en sus
esfuerzos de mediaciones de paz o en el trabajo humanitario, "sería extremadamente perjudicial para los intereses
de Estados Unidos", dijo.
Power habló después de que se presentara ante el Senado estadounidense un proyecto de ley que recortaría el
financiamiento estadounidense a la ONU hasta que sea derogada la resolución del Consejo de Seguridad que exigió
el fin de los asentamientos israelíes en los territorios ocupados y que Washington no vetó.
"Estados Unidos necesita a la ONU", enfatizó Power. Estados Unidos es, por lejos, el mayor contribuyente
financiero de las Naciones Unidas, pues aporta el 22 por ciento del presupuesto operativo y financia el 28 por ciento
de las misiones de mantenimiento de la paz, que actualmente cuestan 8000 millones de dólares anuales.
El magnate republicano Donald Trump, que será investido como presidente el próximo viernes, calificó a la ONU
como "un club para que la gente se reúna y se divierta" y ha expresado su intención de restarle apoyo económico
A una semana de la asunción de Donald Trump, China lanzó ayer un dura advertencia para que Estados Unidos se
abstenga de intervenir en el Mar de China, a la vez que le hizo a saber a sus vecinos que no dudará en usar su
arsenal atómico para defender sus reclamos territoriales, aunque también urgió a Corea del Norte a abandonar su
programa nuclear y retomar el diálogo. Si el equipo diplomático de Trump insiste con sus provocaciones, “ambas
partes deberán pensar en prepararse para un enfrentamiento militar”, publicó ayer el diario Global Times, ligado al
Partido Comunista de China, en su columna editorial.
La publicación forma parte de una ofensiva diplomática en respuesta a declaraciones de campaña del presidente
electo y sus principales colaboradores, más recientemente del futuro canciller Rex Tillerson el martes pasado,
advirtiendo que EE.UU. no tolerará acciones unilaterales en el Mar de China, que colocan a China como el
principal adversario de Estados Unidos a nivel global. “China no permitirá a nadie que embrolle el Mar de China
Meridional y siembre el caos en Asia”, dijo ayer el ministro de Asuntos Exteriores chino, Wang Yi, en la rueda de
prensa que ofrece cada año durante la sesión anual del Legislativo chino para repasar la relaciones exteriores del
régimen comunista.
Por su parte el diario Global Times señaló: “Como Trump todavía tiene que jurar su cargo, China ha mostrado
contención cada vez que los miembros de su equipo han expresado puntos de vista radicales, pero EE.UU. no
debería pensar que Beijing tiene miedo a sus amenazas”.
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El artículo responde principalmente a las alusiones que el secretario de Estado designado por Trump, Rex Tillerson,
hizo durante su comparecencia ante el Senado el pasado miércoles, donde dio a entender que Washington no
permitiría a China acceder a las islas del Mar de China Meridional que reclaman países vecinos.
“A menos que Washington planee lanzar una guerra a gran escala en el Mar de China Meridional, cualquier otro
método para evitar el acceso chino a esas islas será una estupidez”, aseguró Global Times, conocido por sus puntos
de vista belicistas y nacionalistas. El diario incluso lanza la hipótesis de un conflicto atómico, al señalar que
“Tillerson haría bien en ponerse al día en estrategias nucleares si quiere que una potencia nuclear (en referencia a
China) se retire de sus propios territorios”. El artículo también se refiere al reciente acercamiento de China con dos
de sus vecinos. “Justo en el momento en que Filipinas y Vietnam intentan entibiar sus relaciones con China, las
palabras de Tillerson no podrían ser más irritantes”, opina Global Times, que a lo largo del año pasado ya publicó
numerosos artículos críticos de Trump.
En su comparecencia de la semana pasada Tillerson había comparado las acciones de China en las islas disputadas
con la anexión rusa de Crimea, y aseguró que el nuevo Gobierno de Trump, que asume la presidencia el 20 de
enero, enviará a Beijing una clara señal de que debe detener su ampliación de islotes artificiales en la zona que
controla.
Otro diario oficial, China Daily, también se mostró condescendiente con el futuro jefe de la diplomacia
estadounidense, señalando que “es mejor no tomar en serio las declaraciones (de Tillerson) porque son una mezcla
de inocencia, cortedad de miras, prejuicios y fantasías políticas no realistas”. Si se pusieran en práctica, las ideas del
futuro secretario de Estado “iniciarían un rumbo hacia una devastadora confrontación entre China y Estados
Unidos”, añade este periódico.
Ayer Wang dedicó gran parte de su conferencia de prensa a la situación en el Mar de China Meridional, que
Washington acusa a Beijing de estar militarizando y donde EE.UU. protege a rivales regionales de China en esas
aguas, como Filipinas y Vietnam. El canciller enfatizó que China “fue el primero en descubrir, bautizar, desarrollar
y administrar las islas del Mar de China Meridional”, y negó que Beijing esté militarizando la zona. Beijing,
insistió, “no construye únicamente instalaciones de defensa, lo más importante es que estamos construyendo
instalaciones civiles”, y remarcó que la “etiqueta” de la militarización “se adecua más a otros”, en alusión a Estados
Unidos.
Según Beijing, la mayoría de los buques y aviones militares que navegan por las zonas en disputa en esa región son
de EE.UU., que se escuda en la libertad de navegación para ello. “La libertad de navegación no supone una licencia
para hacer todo lo que uno quiera”, subrayó Wang, quien no negó ni confirmó que China haya desplegado misiles
antiaéreos en una de las islas en disputa o que haya construido islas artificiales con pistas de aviación, según las
imágenes de satélite difundidas en Estados Unidos.
Pese a admitir la “creciente fricción” entre Beijing y Washington por las disputas marítimas, el ministro chino
tendió la mano y afirmó que cree que los dos países podrán alcanzar acuerdos “después de que EE.UU. se calme”.
Wang también criticó la “testarudez” de Filipinas, que ha llevado su disputa con China sobre la soberanía de las
islas Spratly (Mar de China Meridional) a la Corte Permanente de Arbitraje de La Haya, proceso que consideró
“resultado de instigaciones” y de “maniobras políticas”.
Tampoco rebajó el tono para referirse a las relaciones entre China y su histórico rival, Japón, agravadas desde hace
casi cuatro años por una disputa sobre la soberanía de unas islas del Mar de China Oriental, y urgió a Tokio a que
considere “si nos ve como un amigo o enemigo y haga la elección correcta”.
Además de la advertencia a EE.UU. por las disputas en el Pacífico, el ministro chino llamó a la calma en la
península coreana, y pidió “encarecidamente a todas las partes que actúen razonablemente y eviten agravar las
tensiones” tras la aprobación de la nueva resolución del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas contra
Pyongyang. Beijing ha reiterado su oposición a los planes de EE.UU. de desplegar el “escudo antimisiles” Thaad en
Corea del Sur, y también ha mostrado su preocupación por las importantes maniobras militares que Washington y
Seúl empezaron ayer y que continuarán hasta abril. Sobre posibles desastres si el conflicto coreano pierde control,
Wang reiteró el compromiso de Beijing con la desnuclearización de su aliado norcoreano y le instó a volverse a
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sumar a las negociaciones a seis (China, las dos Coreas, EE.UU., Rusia y Japón), paralizadas por Pyongyang desde
2008.
Al margen de las tensiones regionales, el ministro se mostró positivo sobre las relaciones entre China y Europa o
acerca del creciente rol de mediador de Beijing en algunos conflictos de Oriente Medio y su pujante presencia en
África, donde construye su primera instalación militar, que China define como un “centro logístico” en Yibuti.
El flamante ministro de Finanzas, Luis Caputo, es uno de los padres del endeudamiento.
(Imagen: Rafael Yohai)
Por Tomás Lukin
En 2016 se realizaron emisiones en moneda extranjera por un total de 52.600 millones de dólares. Como 4931
millones fueron Letras del Tesoro que vencieron a lo largo de ese año, el stock restante asciende hasta 47.700
millones, de los cuales siete de cada diez fueron emitidos por el Estado Nacional. Las colocaciones a cargo del
equipo de banqueros del Palacio de Hacienda llegaron hasta los 34.642 millones. La reinserción del país en los
mercados internacionales aceitó también operaciones de provincias por 7042 millones y emisiones de las grandes
empresas que acumularon 5879 millones. Un informe del Instituto de Trabajo y Economía de la Fundación Germán
Abdala indica que la deuda de mercado argentina muestra un crecimiento de 32 por ciento. El ministro de
Finanzas, Luis Caputo, asegura que el incremento en los niveles de endeudamiento no presenta riesgos para
sustentabilidad del sector externo. El funcionario buscará el próximo jueves concretar la primera colocación del año
en el mercado internacional por hasta 5000 millones. La operación será complementada esa misma jornada con una
emisión en moneda local equivalente a 2000 millones de dólares y la integración de un préstamo de corto plazo con
seis bancos extranjeros por 6000 millones de dólares, lo que totalizará 13 mil millones.
El quiebre con la lógica del desendeudamiento que le permitió al gobierno anterior ampliar el espacio para impulsar
políticas de expansión de la demanda interna y el regreso a los mercados financieros con el nivel de endeudamiento
anual más importante de las últimas dos décadas para un país en desarrollo fue complementado con un profundo
proceso de desregulación de los movimientos de capitales (“quite de trabas”, en el lenguaje oficial). El ministro
Caputo aseguró el jueves que la reinserción plena del país en la lógica del sistema financiero internacional no solo
no incrementa la vulnerabilidad sino que permitirá desarrollar el mercado de capitales local y mejorará las
condiciones de financiamiento para las pequeñas y medianas empresas. “La deuda con el sector privado y
organismos internacionales es la más baja de la región, está lejísimos de cualquier número preocupante”, asegura el
funcionario que exprimió al máximo los escasos niveles de endeudamiento externo heredados.
El recetario que propone Caputo tiene como consecuencia natural una expansión en la oferta de crédito para las
pymes. “Vamos a poner mayor foco en el mercado local que internacional. Queremos empujar el desarrollo del
mercado local de capitales”, aseguró el funcionario ascendido a ministro tras la salida del gobierno de Alfonso Prat-
Gay. “Aunque existen discusiones sobre si tendríamos que pagar un punto más o un punto menos, las tasas que
paga la Argentina, las provincias y las grandes empresas son las más bajas en mucho tiempo pero las pymes no
tienen acceso a esas condiciones. Hace un año estábamos en default. El debate sobre los puntos de la tasa nos
importa muchísimo pero más nos interesa que haya financiamiento”, consideró Caputo durante un encuentro con
periodistas al minimizar que, a pesar de las abultadas colocaciones y concesiones a los inversores financieros
internacionales, las tasas de interés que paga el país sean más elevadas.
“Más allá del éxito del sinceramiento, lo más importante es que hay un montón de plata regularizada que estaba
afuera escondida no declarada y nuestra expectativa es que paulatinamente la gente va a traer estos fondos para
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financiar al gobierno, sector privado o pymes”, consideró Caputo que también celebró que la inclusión de bonos en
pesos del país en un índice de referencia del JP Morgan ampliará la demanda de títulos locales. Incluso si el proceso
de liberalización y endeudamiento no resulta en un escenario de mayor inestabilidad macroeconómica, el recorrido
prometido por el funcionario como consecuencia del ingreso de fondos del blanqueo y la llegada de inversores
financieros extranjeros desconoce el rol que juega el consumo interno para impulsar la demanda de crédito entre los
empresarios argentinos. Pero, además desconoce los escasos niveles de bancarización de las pymes locales y la
renuencia del sistema financiero para financiar proyectos productivos a mediano plazo y tasas accesibles. Los
bancos prefieren financiar los más créditos personales y operaciones de comercio exterior. Recién cuando el Banco
Central o la Superintendencia de Seguros establecieron exigencias para que las entidades financieras destinen una
porción del crédito a la economía real fue que el financiamiento destinado a esas actividades comenzó a
incrementarse. Esas medidas no resultaron en un boom inversor pero ampliaron las herramientas disponibles en un
mercado reducido y sesgado.
El próximo domingo 19 de febrero se celebrarán en Ecuador elecciones presidenciales. Será una nueva y decisiva
prueba de fuego para los procesos progresistas y de izquierda que se abrieron en América latina desde finales del
siglo pasado. En el último año aquellos sufrieron varias derrotas a partir del aciago momento en que poco más de la
mitad del electorado argentino decidió que era necesario cambiar –sin preguntarse en qué dirección y bajo cual
liderazgo– y darle una oportunidad a una alianza de derecha que, en la campaña electoral, había jurado que
mantendría “todo lo bueno” hecho por el kirchnerismo y corregir lo que estaba mal. Lo ocurrido después desnudó el
carácter absolutamente demagógico de esas promesas porque una vez en la Casa Rosada el gobierno de Mauricio
Macri puso en marcha un programa encaminado a desandar el camino transitado los doce años anteriores. La bien
conocida “restauración conservadora”, que hoy abruma y oprime al pueblo argentino.
La derrota del kirchnerismo, en Noviembre del 2015, fue el preludio de un perverso “efecto dominó” cuyos
principales hitos fueron el revés sufrido por el gobierno bolivariano de Venezuela en las elecciones de la Asamblea
Nacional de Diciembre del 2015; el que experimentara el presidente Evo Morales en el referendo de Febrero del
2016 y el inesperado –y lamentable– resultado del convocado por el presidente Juan Manuel Santos por la paz en
Colombia, en octubre del año pasado. Esta sucesión de tropiezos adquiere una dimensión desoladora cuando a ellos
se le suma el “golpe institucional”, o “golpe blando”, propinado al gobierno de Dilma Rousseff en Brasil, apelando
a diversos dispositivos de carácter pseudo-legal y francamente inconstitucionales los cuales, sin embargo, no
impidieron la destitución de la presidenta brasileña sumiendo a ese país en una crisis política y moral que potencia
la ya de por sí gravísima crisis económica.
En este marco, la inminente elección ecuatoriana adquiere una importancia trascendental. Muchos latinoamericanos
confiamos en que una victoria de la candidatura de Alianza País, presidida por Lenin Moreno (foto), podría marcar
el principio de la contraofensiva reaccionaria orquestada desde Washington y cuyo objetivo es volver a la situación
en que América Latina y el Caribe se encontraban al anochecer del 31 de Diciembre de 1958, en vísperas del triunfo
de la Revolución Cubana. Ese es el objetivo estratégico –expresado con uso y abuso de eufemismos para ocultar tan
inconfesables designios– en diversos documentos oficiales del gobierno de Estados Unidos cuando, con melifluo
lenguaje, hablan de “restablecer la paz y la seguridad” en el Hemisferio Americano. Es por eso que la continuidad
del gobierno de Alianza País tiene una proyección continental que excede el ámbito estrictamente ecuatoriano. Una
nueva derrota de las fuerzas progresistas y de izquierda en Ecuador ratificaría el agotamiento del impulso
ascendente de las luchas populares, aislaría a los gobiernos de Evo Morales y Nicolás Maduro, y robustecería las
esperanzas de quienes, desde la derecha y con el concurso de alguna izquierda que hace tiempo perdió la brújula,
profetizan con el apoyo de los medios de comunicación del imperio el “fin del ciclo progresista” y nos impulsan a
dar un salto al vacío, optando por un “cambio” aparentemente inocente pero que nos colocaría, una vez más, bajo la
férula de las feroces oligarquías de la región.
Esta apuesta por la continuidad del gobierno de Alianza País no significa ignorar las asignaturas aún pendientes, o
los errores y problemas suscitados en la gestión gubernamental a lo largo de estos años –tema sobre el cual el
heterogéneo arco opositor machaca sin cesar–. Pero aún reconociendo esto es preciso preguntarse, con total
honestidad, ¿cuál gobierno en este mundo está exento de críticas? Maquiavelo decía socarronamente en El Príncipe
que ni siquiera los principados eclesiásticos, que contaban con la protección directa de Dios, estaban a salvo de los
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males de la política. ¿Cómo podría un principado común y corriente, terrenal, estar exento de ellos? Por eso es
preciso valorizar los trascendentales cambios que tuvieron lugar en los últimos años en Ecuador. Los que hace
muchas décadas visitamos ese país comprobamos que cambió mucho, y para bien, y que sería imperdonable que
esas transformaciones no fuesen reaseguradas y fortalecidas, arrojándolas por la borda en búsqueda de un “cambio”
que todos sabemos hacia donde se dirige: reconstruir la vieja trama social de desigualdad, inequidad y opresión que
caracterizó a ese país durante siglos. Y quienes tengan dudas, miren al Sur. Miren lo que está ocurriendo en la
Argentina o en Brasil y verán, en esos tenebrosos espejos, lo que podría esperarle al Ecuador en caso de que la
derecha vuelva al gobierno. El Ecuador de hoy poco o nada tiene que ver con el que conociéramos en el pasado. Su
gobierno es un ejemplo de que aún un país con una economía pequeña, altamente vulnerable, carente de moneda
propia (y por lo tanto sin poder echar mano de un instrumento fundamental de manejo macroeconómico: la política
monetaria) y rodeado de vecinos que se sometieron sin chistar a la hegemonía norteamericana y firmaron gravosos
tratados de liberalización comercial que perjudicaron la competencia de las exportaciones ecuatorianas y con un
gobierno acosado sistemáticamente por el imperio a través de un enjambre de organizaciones sociales, falsas ONG,
fuerzas políticas y medios de comunicación que atacaron sin respiro al presidente Rafael Correa; aún bajo esas
condiciones, decíamos, el gobierno de Alianza País demostró que fue posible construir una sociedad mejor –
reduciendo significativamente la pobreza, garantizando el acceso a salud, educación y movilidad a sectores
secularmente privados de ello, desarrollando una impresionante infraestructura de transporte y comunicaciones y
ejerciendo una política exterior latinoamericanista e independiente– y que, por lo mismo, no se debe escatimar
esfuerzo alguno para garantizar la continuación y profundización de este vital proceso. La creencia de que, sobre la
base del señalamiento de los yerros e insuficiencias que tiene todo proceso político real, un cambio político va a ser
para mejor en el Ecuador; que la oposición actuará patrióticamente, sin ánimo revanchista y sin intenciones de
revertir algunos de los más grandes logros del gobierno del presidente Rafael Correa, y que, como lo prometió
Mauricio Macri en la Argentina, se consolidaría “lo que estaba bien” y se “corregiría lo que se había hecho mal”;
una tal creencia, en síntesis, es una muestra de una virginal inocencia, en el mejor de los casos. Por eso exhorto a
mis amigos y amigas ecuatorianas, varios de los cuáles me hicieron conocer su disgusto con el gobierno actual, que
miren lo que nos está pasando en el Sur. Detrás de un lenguaje edulcorado esa derecha ecuatoriana y sus mandantes
del imperio tienen el perverso propósito de regresar el reloj de la historia al pasado, encubriendo tan siniestros
designios con una hueca palabrería progresista y republicana que engañó a muchos en Argentina y Brasil y que
ahora, viendo al monstruo en acción destruyendo metódicamente los logros de la última década, están arrepentidos
por haber caído en la trampa de que “todo es igual. Que Dilma era lo mismo que Aécio. Que Scioli era lo mismo
que Macri”. Y no era así, no fue así, y ahora se están pagando las consecuencias de tan funesto error. Espero que en
ese entrañable país que se llama Ecuador no se reitere lo ocurrido en el Sur. Los candidatos pueden, admitámoslo
como una hipótesis, parecer lo mismo, pero no lo son porque personifican procesos históricos y fuerzas sociales
muy diferentes, y sería un yerro fatal ignorar tal cosa. Por eso, por el Ecuador y su futuro; por América Latina y su
futuro es imprescindible asegurar la victoria de Alianza País el próximo 19 de Febrero. Sería, tengo esa esperanza,
el inicio de una contraofensiva popular destinada a erigir un dique a la “restauración conservadora” del imperio.
[4] US Institute of Peace (2017), ‘Passing the baton 2017: America’s role in the new world’
(Pasando la batuta 2017: el rol de America en el nuevo mundo), US Institute of Peace, visto el 13
de Enero de 2017, http://www.usip.org/events/passing-the-baton-2017-americas-role-in-the-
world?utm_source=Homepage&utm_medium=Slideshow&utm_campaign=SlideshowClicks
[5] Friedman, U (2016), ‘How Donald Trump could change the world’ (Cómo Donald Trump podría
cambiar el mundo), The Atlantic, visto el 12 de Enero de
2017, https://www.theatlantic.com/international/archive/2016/11/trump-election-foreign-
policy/505934/
[6] Reuters (2016), ‘Top Iranian general: Iran might seek naval bases in Yemen or Syria ‘ (General
de alto mando iraní: Irán podría abogar por bases navales en Yemen o Siria), Business Insider, visto
el 13 de Enero de 2017, http://www.businessinsider.com/iran-seek-naval-bases-yemen-syria-
2016-11?IR=T
[7] Zenko, M (2017), ‘How many bombs did the United States drop in 2016?’ (Cuántas bombas
lanzó Estados Unidos en 2016?), Council on Foreign Relations, visto el 12 de Enero de
2017, http://blogs.cfr.org/zenko/2017/01/05/bombs-dropped-in-2016/
“No podemos eludir la impresión de que el hombre suele aplicar cánones falsos a sus apreciaciones, pues mientras
anhela para sí y admira en los demás el poderío, el éxito y las riquezas, menosprecia, en cambio, los valores
genuinos que la vida le ofrece.” Con este párrafo comienza Freud su ensayo sobre la cultura. Freud no es optimista,
las elecciones de los hombres son complejas, no siempre lo guía un interés, un deseo, una necesidad y le resulta
fácil actuar en contra de todo esto, es decir, en contra de sí mismo. El sentimiento yoico de nuestra mismidad está
sujeto a determinaciones que nos llegan de la vida en común, es decir, de los otros del mundo social y los límites
del yo con el mundo exterior, los otros de trato y sociedad, no son inmutables, ya que las identificaciones y las
imitaciones, son moneda corriente. Lo que llamamos “realidad”, que Freud señala como un principio, no es
producto de una percepción natural, objetiva, es siempre resultado de una interpretación, no existe una percepción
que desde lo sensible no busque de inmediato su representación para la conciencia. Así la realidad es
inexorablemente el terreno de una disputa entre los individuos que componen una sociedad para imponer su
interpretación y de este modo construirla. Esta construcción es siempre el camino de una dominación, del ejercicio
de un poder de uno o unos sobre otros. Por cierto, esta lucha incluye el engaño y la mentira como estrategias de
dominación, pero ya Napoleón, el emperador, señalaba su conocida frase “se puede engañar toda la vida a una
persona, se puede engañar un día a todo el mundo, pero no se puede engañar a todo el mundo toda la vida”, ya que
esta estrategia encuentra sus límites y estos límites son los que impulsan las luchas de los sometidos por establecer
la verdad, no una verdad objetiva y universal, sino la verdad de la dominación. Las luchas por la emancipación
constituyen una lucha por establecer esta verdad, ya que siempre se trata de una lucha contra un poder opresor. La
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autonomía, la independencia, como la libertad, sea de un grupo social, de un país colonizado, de una mujer o de un
esclavo, como lo hemos visto a lo largo del siglo pasado, es siempre la emancipación de un poder opresivo.
¿De qué manera, bajo que principios, la lucha por la emancipación produce y es a la vez producto, de una nueva
subjetividad? Vale recordar a Gramsci en su teoría de la hegemonía: se lucha por la interpretación y construcción
del “sentido común” y por la afirmación de la identidad. Siempre se trata de la promesa de algo mejor para la
libertad y el desarrollo personal, de un grupo social o de un pueblo. Esto es fundar aquellas interpretaciones que
estén en línea con las necesidades de la emancipación, estas interpretaciones no tienen ganada de antemano su
verdad, por eso hablamos de lucha, de la cual depende la construcción de un sujeto de la emancipación, es decir,
una subjetividad ligada a una historia de dominación, de una sociedad particular y de una cultura. Estas
subjetividades no son sustancias preexistentes, se construyen por las luchas mismas, son éstas las que crean nuevas
identidades para el sujeto y para la sociedad. Un ejemplo claro son las luchas del feminismo, que al proponerse el
enfrentamiento al poder patriarcal de los hombres, construyen una nueva subjetividad en gran parte de las mujeres,
a la vez que los hombres y la sociedad en su conjunto deben reconocer esta nueva identidad de la mujer, libre y
autónoma, defendiendo la igualdad y al reconocerlo están a su vez modificando su propia identidad masculina.
Estos cambios atraviesan la vida singular de los sujetos, de cada uno, a la vez que crean una cultura global para el
conjunto social. No me voy a detener en esta lucha por una nueva verdad sobre la igualdad y la identidad, con sus
heridos y muertes, por todos conocidas. Es necesario remarcar, y la lucha del feminismo es un ejemplo mayor, que
no se logra una emancipación verdadera de individuos y sociedades, si no se crea una cultura emancipatoria, es
decir, una nueva subjetividad y nuevas identidades. Pero, nuestra pregunta como psicoanalistas es ¿de qué manera,
bajo qué condiciones, se hace posible manipular la subjetividad hacia la dominación o la emancipación, es decir,
En general los psicoanalistas aceptamos que las pasiones instintivas (o las pulsiones si prefieren) son más poderosas
que los intereses racionales para orientar la conducta humana. Sin embargo, la conciencia, o el Yo de la segunda
tópica, se empeña como puede, para dirigir la vida, incluida la posición en la política, exigente tarea ya que gran
parte de los juicios, los valores que guían la construcción de significados, las normas a que debe ajustarse el
comportamiento, no le son conscientes ni puede evitar su incidencia en los modos de pensar y actuar. La cultura en
sí no forma parte del inconsciente tópico, ni del ello, pero sin duda, los significados, sentidos y valores de la
cultura, presentes en lo preconsciente del yo y el superyó, pueden ser objeto de represión y pasar al inconsciente,
para retornar desde lo reprimido bajo los síntomas. Esto fue expresado por Freud, señalando en la segunda tópica
que, partes del yo y el superyó pueden ser preconscientes o inconscientes. Me parece más riguroso al hablar de
subjetividad y cultura (y de algún modo, de la política) dirigir nuestra mirada al preconsciente. Si bien en la primera
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tópica es considerado como una instancia más de lo psíquico, en los últimos trabajos se designa con preconsciente
aquellas representaciones que, no estando presentes en la consciencia actual, es decir, que descriptivamente son
inconscientes, son a la vez accesibles a la conciencia, la cual puede hacer uso de ellas (por ejemplo: recuerdos,
saberes, etc.). Está claro que, a diferencia de los contenidos del inconsciente regulados por el proceso primario, lo
preconsciente es regulado por el proceso secundario, por lo tanto, no da lugar a la formación de transacciones o
valoraciones éticas) que desbordan a la conciencia, pero no sometidas a represión ni censura. Lo preconsciente
representaciones de palabra. Los imperativos morales del superyó están bajo esta forma y tienen su fuerza y
expresión en la conducta del yo, sin ser no obstante conscientes, es decir, están presentes en la actividad del
psiquismo sin constituir un objeto de la conciencia. Hacer consciente las reglas morales requiere de un esfuerzo de
la consciencia y esto no asegura que pueda falsearlo y sustraerlo a lo racional del yo. Lo preconsciente es el lugar
dominante de la cultura en cada sujeto, como lo son las religiones, los mitos, que operan en la vida psíquica sin que
se manifiesten de manera consciente. Esta condición preconsciente es la puerta de ingreso para la creación del
sentido común, las creencias, los sentidos religiosos, con los que se intenta dirigir la conciencia y el
comportamiento de los individuos. Este aspecto de la vida y el funcionamiento de lo mental son conocidos por
quienes se proponen actuar sobre el comportamiento de los individuos, como los creativos de la publicidad, algunos
periodistas junto a los medios de comunicación, los predicadores de la religión y una parte de los líderes políticos.
Kant fue el primero en llamarlos “directores de conciencia” (incluía a médicos, curas o rabinos y, especialmente,
abogados). Se trata que el sujeto ingrese representaciones que habrán de influir sobre sus comportamientos
prácticos logrando sortear las capacidades racionales reflexivas de la conciencia. Lo preconsciente escapa a la
función reflexiva y crítica del yo, por lo mismo no se orienta por la verdad, abre sus puertas a la manipulación que
puede hacer el otro sobre las creencias, los significados y la valoración con las cuales el individuo intenta orientar
su vida.
postulación por C. Jung (Metamorfosis y símbolos de la libido) del concepto de Imago. Se trata de la construcción
de formas imaginarias de relación con el otro, en principio, referidas a las imagos parentales (madre, padre, abuelo,
etc.), pero generalizables a toda relación social significativa. El niño construye formas imaginarias de relación con
el ambiente familiar que tendrán importancia en sus relaciones futuras con el ambiente familiar y también como
disposición presente en nuevas relaciones en su vida social adulta, ya que se trata del efecto que produce en el
sujeto toda relación interpersonal significativa. Cercano a lo que se ha denominado “complejo psíquico”, la imago
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designa la presencia imaginaria del otro de la relación. ¿Por qué puerta de ingreso a la manipulación de la
subjetividad y el comportamiento? Porque no se trata solamente de la imagen internalizada del otro y construida en
sus rasgos por la percepción y la imaginación del mismo sujeto. Esa imagen está construida por el discurso y los
relatos que rodean la experiencia de la relación, son muchas las voces que contribuyen a la caracterización de la
imago: “el abuelo es un santo”, “papá es serio”, “la tía es mala”, “la policía es peligrosa”, etc., cuando se es niño.
Ya adultos, seguimos expuestos a esta construcción de imagos y prejuicios, muchas más voces (especialmente la de
la TV en la actualidad) intervienen para que el sujeto construya una representación imaginaria (del político, del
famoso, del actor, del periodista, etc.) del otro, más o menos deformada. En esto se basa gran parte de la política de
los medios masivos de comunicación, en la actualidad con el mayor poder de acción, dado los recursos técnicos y
su llegada a todos los hogares. Tratan de construir una suerte de cliché estático, fijo, a partir del cual se construye la
imago, es decir, la representación imaginaria del otro (o más precisamente de la imagen del otro, ya que no ocurre
la percepción del otro, sino de su imagen construida). La habilidad, supuestamente periodística, es seleccionar los
rasgos deseados para construir esa imago: tal político es corrupto, tal otro autoritario, aquel es débil e influenciable,
etc. Lo no consciente de este proceso es que a partir de esto, el sujeto construye, sin conciencia de ello, una relación
imaginaria (con el político, el famoso o el periodista, etc.), una creencia en las cualidades de ese otro, sólo conocido
por la construcción que los medios han realizado. La clave de esta estrategia consiste en sintonizar con lo emocional
del televidente, llamar a la desconfianza, el miedo, el odio, la sospecha, es ligar las representaciones al afecto
publicidad y de efectos menos duraderos dado que la relación no es social, sino con un producto. El intento habitual
de la publicidad engañosa hace, por esta razón y con el propósito de ampliar el impacto y su permanencia en el
tiempo, que el producto se asocie con alguna persona singular, famosa o común, para lograr algún grado de
identificación. Esta estrategia política no puede, ni debe, exhibir programas o proyectos, sólo se dirige a la
Si, como afirmó Freud, es la experiencia de ser en el mundo la que lleva a que el “principio del placer” ceda una
parte de su fuerza al “principio de realidad”; el aislamiento del sujeto, de cada sujeto, especialmente de las capas
medias de la población, fenómeno que la cultura actual impulsa a través de un individualismo omnipotente; si la
ilusión de juventud eterna, como dominio quirúrgico del cuerpo biológico considerado obra estética; si la
dominación de la naturaleza consiste en destruir el medio ambiente en que se desarrolla la vida; esto no puede
transcurrir sin alterar el principio de realidad y es justamente en este principio que se basa la capacidad del hombre
de actuar sobre su realidad para acercarla a la satisfacción de anhelos, deseos y necesidades de su vida. Esta política
cultural de mercado no se dirige a un mayor dominio de la vida por el individuo, se dirige a que transfiera distintas
esferas de su vida al poder de distintos expertos. Además de dañar la naturaleza, incluido nuestros cuerpos, se
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agrega ahora el actuar sobre nuestra sensibilidad, las emociones y sentimientos que responden a las condiciones de
nuestra existencia, mediante los psicotrópicos. Todo malestar o sufrimiento psíquico no es más que una sensación,
solo existe en tanto lo sentimos y únicamente lo sentimos en virtud de determinadas disposiciones y reacciones a las
condiciones de la existencia. Anular por medios químicos el miedo, la angustia, la tristeza, la ansiedad, la inquietud
que impide el sueño, es privar al individuo de las coordenadas de los sentimientos que, para bien o para mal, lo
Entre las pulsiones de auto conservación, dirigidas a la preservación del yo y las que se dirigen a la satisfacción a
través del objeto (pulsiones sexuales y amorosas), el mercado encontró fácilmente que, si de convocar el deseo
humano se trata, hay que atender el objeto y las formas de su consumo. El deseo volcado a la compra y disfrute de
objetos, especialmente las novedosas tecnologías, pasó a ser un objetivo central de la economía capitalista. Aun el
sexo y el amor pueden ingresar al mercado convertidos en un objeto más de intercambio económico. Si se potencian
estas pulsiones, inevitablemente se desatienden las dirigidas a la preservación del yo. Esto es, que el consumo de
objetos, aun el sexo como objeto, dirigido al placer inmediato, es decir, adquirir el objeto deseado se acerca a la
satisfacción sexual, pero a la vez aleja al sujeto de la experiencia de preservación del yo. El lector podrá
seguramente visualizar este dilema entre la ambición del consumo y la vivencia de aislamiento o soledad. Hace
tiempo las estadísticas muestran que las personas solas consumen mucho más que aquellas que viven en familia,
pareja o comunidades pequeñas; después de la era de los divorcios, el turismo -local e internacional- se disparó,
dirigido mayormente a personas separadas por divorcio, viudez, jubilados o jóvenes aun solteros. El muy mentado
individualismo actual no se entiende por el narcisismo, sino por el desenfreno del consumo. El sujeto actual no es
más narcisista, sino más consumidor y es la cultura del consumo, aun de sexo, la que lo hace individualista. Por eso
resulta evidente que se ha devaluado el amor como promesa y compromiso y se está reemplazando por el sexo, que
reducido a cosa, objeto de placer, deviene función de una rutina fisiológica más, o simplemente porno. Aquello que
Bataille observó, no ajeno al psicoanálisis, según lo cual la satisfacción erótica está en proporción a la transgresión,
se ha trastocado, la ausencia de transgresión, ya que el sexo se ha liberado de la cultura del compromiso y la regla
moral, disminuye la fuerza del erotismo llevándolo hacia el camino de la masturbación, aun cuando esté presente el
cuerpo del otro o la otra. Por cierto también a violaciones y crímenes aberrantes. A esto Bataille lo llamó erotismo
Freud no vinculó en su teoría sobre la cultura, la lucha entre Eros y Tánatos, con la política de mercado, aún
incipiente en su tiempo. Pero sí observó las implicancias del dominio de la pulsión de muerte en la cultura: como
función de desligamiento, esta pulsión lleva a la disgregación de lo social, el repliegue sobre sí mismo, con su
componente de autoagresión. Según Freud este dominio es el mayor riesgo de la cultura. El deseo de la vida en
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común, dominio de Eros, sigue siendo un horizonte deseado, pero su opuesto es la propuesta de cosificación de la
vida que impulsa los valores y necesidades del mercado. La vida social que propone el capitalismo está más cerca
de Tánatos, la desagregación de relaciones, que de Eros, es decir, de una erótica social del encuentro.
Al igual de lo que señalamos sobre la emancipación, no es posible pensar un sujeto del consumo, sujeto que arma
como puede su identidad en base a este rasgo, sin el correlato de una cultura del consumo. Esto consiste (¡y vaya si
la publicidad no lo sostiene como su logro mayor!) en abrir un lugar cultural a la ambición como valor personal
para la integración y la identidad social. Así surgió el prestigio del “emprendedor”, del empresario de sí mismo,
capaz de prescindir o saltar sobre el otro para afirmar el objeto de su ambición personal. Claro que esto está siendo
posible para pocos, especialmente los habitantes de las grandes ciudades, seguramente la ambición de los pobres no
les permite guiar su vida por este objetivo de consumir. No se trata de ninguna conspiración para anular el deseo, el
amor, la solidaridad, la familia, el compromiso en el amor, pero sí se trata de una política diseñada para el logro de
un objetivo: el consumo es uno de los pilares de la acumulación del capital (no creo que sea el sostén de una
economía sensible a lo social) y para este objetivo son necesarios al menos dos rasgos culturales: el entretenimiento
y el consumo de psicotrópicos. En pocos años hemos asistido a una política exitosa del entretenimiento: la mayor
parte de los programas de la televisión, mejor aún si se desarrollan con publico participante; teléfonos móviles con
juegos, fotografías, internet, en cualquier momento, frente a cualquier minuto libre, se puede entretener jugando,
chateando, enviando mensajes o viendo videos. Dispositivos todos que tienen la capacidad de atraer la atención
desviándola de otros intereses. El entretenimiento tiene carácter de industria y, a la vez, de cumplir una gran tarea
de construcción de esta cultura de consumo, reditúa importantes ganancias a las empresas. El consumo actual de
psicotrópicos, hábito cultural antiguo vinculado a las fiestas y a los ritos, se ha convertido en otro indicador de esta
política y cultura del consumo. Las drogas prohibidas generan un mercado importante, la prohibición ayuda a
mantener los precios, las recetadas se expanden de manera tal que no queda adulto que no haga algún uso de
ansiolíticos, tranquilizantes, inductores del sueño, relajantes o potenciadores del sexo, estimulantes para el sexo sin
amor, para soportar la fiesta sin sueño y sin pensamientos molestos. Ya no se trata de los “quitapenas” que señalara
Freud, ahora el entretenimiento y el consumo de psicotrópicos y otras drogas se han convertido en pilares del
proceso de acumulación del capital. Y, como sabemos, sin cuidar y potenciar este proceso se acabaría el capitalismo
mismo. Este sujeto vive volcado sobre sí mismo, la función del otro en la vida se atenúa, la mismidad se ha
La saturación de lo preconsciente
Al menos desde Maquiavelo el gobierno del príncipe se basaba en el dominio del pensamiento de los súbditos,
construcción del sometimiento de la plebe a su poder. Con la modernidad, especialmente luego de la Revolución
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Francesa, la política, pensada ya por los griegos como intrínseca a la vida en común, se centró en los intercambios
entre los sujetos de una sociedad que deben definir, interpretando y construyendo la realidad, los significados y los
valores que definen las reglas (leyes) necesarias que organizan y regulan la vida en común. La política era hasta no
hace mucho producida por los mismos sujetos en la definición de los conflictos y luchas por el poder en esa
construcción de la realidad. La conquista del preconsciente de los sujetos, las creencias, los valores morales, los
significados que orientan su comportamiento, requerían de discursos y proyectos sociales convincentes. En el líder,
el don de la palabra se acompañaba habitualmente del poder de convicción ya que estaba ligada a la visión y
propuesta de una vida social que intentaba representar y, al menos luego de la experiencia de la democracia, la
identificación jugaba un papel, pues estaba mediada y condicionada por la promesa explicitada y el compromiso del
La política actual se comporta de una manera diferente, algunos lo entienden como un menoscabo o desaparición de
la política tradicional, la del discurso y la palabra plena, pero obviamente lo político no puede desaparecer mientras
haya hombres y mujeres conviviendo. Se trata de otra manera de lo político. Tampoco creo que la política se
plantee como función de un líder autónomo capaz de convencer e instalar por sí mismo una perspectiva de la
realidad. El tema político se comienza hoy en los grandes medios, con ayuda importante de la publicidad, son éstos
quienes producen la subjetividad afín a la cultura que se quiere instalar: como señalé antes, buscan las emociones
básicas de los individuos, unen a éstas las representaciones que construirán la imago con la cual el receptor
construye la imagen del político o famoso, este imaginario, preconsciente, es el que debe captar el líder político y
representarlo (o utilizarlo para los intereses a los que responde). Por eso hablan de “estar cerca de la gente”, “lo que
la gente quiere” y otras banalidades que deben evitar todo pronunciamiento sobre qué forma de vida social buscan o
proponen, como lo fue en la política tradicional. No se trata de que la sociedad se equivoca al votar a estos líderes,
ocurre que estos representan lo que previamente los medios han construido como subjetividad, estas imagos
preconscientes son las que dirigen sus opciones políticas y, por lo tanto, sus votos (por cierto no para todos, están
los que utilizan sus capacidades críticas y la reflexión que les permiten un camino autónomo).
Creo que la lucha política hoy debe dirigirse a esta estrategia, oculta, sutil y engañosa, por la cual los medios y la
publicidad construyen una cultura centrada en los intereses del mercado porque, obviamente, el mercado, “los
mercados” (que parecen ser sujetos ya que se alude siempre a su confianza o desconfianza, a expectativas, etc.)
existen en base a que existan sujetos sujetados a esa cultura. La cultura popular ya no se construye en el barrio, el
comité, el sindicato, la villa o la cancha de futbol, se construye dominantemente en los estudios de televisión y los
creativos de la publicidad, el programa de entretenimiento, el espectáculo y los psicotrópicos son, como dije antes,
sus estrategias principales. En todos los espacios sociales (la cancha, la estación de tren o colectivo, los shoppings,
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aeropuertos, paseos de compra, etc.) veremos a hombres y mujeres, especialmente jóvenes, entretenidos con los
juegos o el chat de sus teléfonos móviles o consumiendo algún psicotrópico, no saben que están incorporando
aquellos significados y valores que construirán su subjetividad de consumidores. Esta política no es de masas, actúa
de uno a uno, pero a la vez masifica a los sujetos en una subjetividad y una identidad común.
Otra expresión del nuevo lugar de la política es aquel que llamamos “del espectáculo”, aludiendo a su construcción
en los medios. Vale destacar un ejemplo que fue el que abrió el camino a este éxito político del espectáculo, al que
muchos otros siguieron con éxito, también en nuestro país. Se trata del millonario Berlusconi en Italia: su carrera
política con estación final en la presidencia, comenzó cuando concentró parte de su fortuna en adquirir la televisión,
se hizo dueño de la programación que llegaba a todos los hogares de Italia, no hacía falta hacer campaña pueblo por
pueblo, la masa estaba constituida por individuos aislados en sus hogares mirando el televisor; luego logró ser
presidente elegido del club Milán, quizás el más importante de Italia. Millonario, dueño de la televisión, el futbol lo
convertía en popular, ya que lo hizo conocido para todos en esta nueva identidad; la próxima estación fue ganar la
presidencia (o primer Ministro). Este esforzado camino fue matizado, como sabemos, con fiestas abundantes y sexo
pago con jóvenes prostituidas, la justicia se encargó luego de que no tuviera demasiados costos. Esta estrategia fue
exitosa, Pepe Grillo, un cómico muy conocido, formó su partido y se puso a la par de los partidos tradicionales de
Italia. No fue muy diferente Ronald Reagan en EE.UU. y en varios países donde cómicos, actores famosos,
cantantes, deportistas exitosos fueron convertidos de golpe en líderes políticos. En la década de los años noventa
esta moda fue traída a la Argentina y por cierto logró éxito. No debemos equivocarnos: representaban a la
subjetividad que los medios habían previamente creado. La parodia entró de este modo en la política, los programas
de entretenimiento y la actividad de los políticos comenzaron a confundirse. Digo parodia porque ambos banalizan
lo real de la vida, se dirigen hábilmente a la sensibilidad de lo cotidiano del individuo medio, “vivir mejor” sin decir
en qué consiste, tener éxito personal, alivianar la densidad de las rutinas de la vida. De allí que en este último
tiempo, el actor de la televisión hace de periodista político y el político se muestra como un actor de televisión.
Esta visión de la política actual es crítica y escéptica, pero no pesimista, sin duda sorprende porque no habíamos
realidad. Personalmente, hasta no hace mucho, inocentemente creía que la televisión, los videos, lo que circula por
Internet, además de superficiales parecían irrelevantes, hasta que se hizo evidente que estaban logrando trasladar la
política desde la calle, la plaza y el debate entre partidos, a la televisión y que esta estrategia pretende ser la política
actual, convertida en entretenimiento para lograr desactivar (no totalmente, ni en todos) la capacidad de los sujetos
de actuar y luchar activamente sobre su realidad, que ese ha sido desde sus comienzos el sentido de la política.
¿Quién y cómo se construye hoy la realidad? Creo que la política actual se juega en la cultura, es decir, en la
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construcción de subjetividades útiles a los intereses en juego; potenciar una cultura popular, la de la calle, la
manifestación, la plaza, la entrada de la fábrica (no casualmente lugares de lo público), es el escenario de esta
disputa. Se trata de que sean los individuos mismos quienes vuelvan a apropiarse de los medios de construcción de
subjetividad, disputándole a los poderes su dominio de la producción cultural. Esta es hoy la lucha por una cultura
de emancipación. Los poderes de dominación seguramente son los mismos de siempre, pero cuentan con estrategias
En este número nuestra revista cumple 25 años. De allí que quiero recorrer algunas ideas que fueron apareciendo
como notas editoriales durante estos años referidas a los procesos de subjetivación en la actualidad de nuestra
cultura.
En el editorial del primer número señalaba: “El hecho de iniciar una publicación que dé cuenta de la teoría y la
práctica del psicoanálisis juntamente con el análisis de los problemas que presenta la actualidad de nuestra cultura,
es porque pensamos que no es posible entender las crisis individuales, familiares o institucionales por fuera de una
cultura que también esta en crisis.” Esto implica una toma de posición en relación a entender que la subjetividad se
construye en la intersubjetividad en el interior de una cultura. Dicho de otra manera, la singularidad da cuenta de
simbolizaciones que son histórico-sociales. Lo singular lo entendemos desde un plural: cuando nacemos somos
singulares en potencia ya que necesitamos de un Primer otro para que nos encontremos con otros otros.
Esta perspectiva va a contramano de algunos espacios intelectuales académicos y no académicos donde predominan
las teorías “post”: lo postestructuralista, lo postmarxista, lo postcapitalista, la postpolítica. Allí todo se transforma
en un análisis de discurso donde no hay sujeto. Solo desorden lingüístico y predominio de lo imaginario donde la
sociedad y el sujeto son entendidos solamente como pura representación. Desde allí la subjetividad tiene una
relación de extraterritorialidad con las contingentes formaciones histórico-sociales. Como lo interpretan aquellos
UNO / La corposubjetividad
freudiano para entender la subjetividad desde una conceptualización que plantea una ruptura con la idea de algo
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interior opuesto a un mundo de pura exterioridad. Es decir, reducir la subjetividad como sinónimo de aparato
psíquico.
La corposubjetividad alude a un sujeto que constituye su subjetividad desde diferentes cuerpos. El cuerpo orgánico;
el cuerpo erógeno; el cuerpo pulsional; el cuerpo social y político; el cuerpo imaginario; el cuerpo simbólico.
Cuerpos que a lo largo de la vida componen espacios cuyos anudamientos dan cuenta de los procesos de
subjetivación. En este sentido, definimos el cuerpo como el espacio que constituye la subjetividad del sujeto. Por
ello, el cuerpo como metáfora de la subjetividad se dejará aprehender al transformar el espacio real en una
extensión del espacio psíquico. Desde aquí hablamos de corposubjetividad donde se establece el anudamiento de
tres espacios (psíquico, orgánico y cultural) que tienen leyes específicas al constituirse en aparatos productores de
subjetividad: el aparato psíquico, con las leyes del proceso primario y secundario; el aparato orgánico, con las leyes
de la físico-química y la anátomo-fisiología; el aparato cultural, con las leyes económicas, políticas y sociales.
De esta manera entendemos que toda producción de subjetividad es corporal en el interior de una determinada
La cultura consistió en un proceso al servicio del Eros que a lo largo de la historia fue uniendo a la humanidad toda.
A este desarrollo se opone como malestar -como plantea Freud-, la pulsión de muerte que actúa en cada sujeto. Es
por ello que la cultura permite crear un espacio-soporte intrasubjetivo y transubjetivo donde se desarrollan los
intercambios libidinales. Este espacio ofrece la posibilidad de que los sujetos se encuentran en comunidades de
intereses, en las cuales establecen lazos afectivos, imaginarios y simbólicos que permiten dar cuenta de los
conflictos que se producen. Es así como este espacio se convierte en soporte de los efectos de la pulsión de muerte.
En este sentido sostengo que el poder es consecuencia de este malestar en la cultura: las clases hegemónicas
que ejercen el poder encuentran su fuente en la fuerza de la pulsión de muerte que, como violencia
destructiva y autodestructiva permite dominar al colectivo social. Esta queda en el tejido social produciendo
efectos que impiden generar una esperanza ya que llevan al sujeto a la vivencia del desamparo.
Las características de la cultura dependen en cada etapa histórica de los sectores sociales hegemónicos que
establecen una organización económica, política y social cuyo objetivo es reproducir las condiciones de
dominación. De esta manera ejerce una “dominación simbólica” para reproducir el orden social hegemónico en el
Esta “dominación simbólica” se basa en una cultura donde la crisis del tejido social y ecológico produce un
imaginario social donde el futuro es vivido como una catástrofe, el pasado no existe y solo queda la perpetua
inestabilidad del presente. Desde allí el desvalimiento estructural que nos constituye como humanos se encuentra
con el imaginario de una cultura que lleva al sujeto a la incertidumbre, la angustia y el miedo; ya que lo único que
puede ofrecer es la ilusión de la utopía de la felicidad privada. La felicidad se puede comprar en cómodas cuotas
mensuales. El consumo es la medida de nuestro bien-estar. Por ello la subjetivación se realiza por lo que uno tiene y
no por lo que es o lo que hace. Es decir, intenta producir un sujeto-mercancía pasivo a los dictados del “mercado” a
partir de los medios de comunicación y las nuevas tecnologías. De esta manera el poder de la cultura
hegemónica se inscribe en nuestra subjetividad de manera invertida. Es decir, la fuerza del poder no
potencia nuestro ser, por lo contrario, nos lleva a la impotencia al transformarnos en mercancías. Como
escribe Marx: “La desvalorización del mundo humano crece en razón directa de la valorización del mundo
de las cosas.”
En este sentido, la corposubjetividad da cuenta de la cultura y de la singularidad del sujeto. Por ello la cultura
hegemónica actual produce los procesos de subjetivación y a su vez constituye la singularidad a partir de una
subjetividad in-corporada donde el exceso de realidad produce monstruos que refieren a una subjetividad
construida en la ruptura del lazo social. Es aquí donde el sujeto en la vivencia del desvalimiento queda encerrado en
sí mismo ya que no puede encontrar un procesamiento simbólico acumulando mercancías. Mucho menos tomando
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al otro como mercancía. Por el contrario, la cultura al ofrecer el consumo como modelo de subjetivación lleva a
consumismo nos atrapa en mecanismos compulsivos. Los agentes del mercado saben muy bien que la producción
de consumidores implica la producción de nuevas angustias y temores como estudian los expertos en
neuromarketing. Por ello en la actualidad el motor del consumismo no es el goce en la búsqueda de un deseo
imposible, sino la ilusión de encontrar un objeto-mercancía que obture nuestro desvalimiento originario, ya
que se repite compulsivamente en la búsqueda de poder resolver esa carencia y que la actualidad de la
El capitalismo mundializado necesita para su reproducción de una sociedad que se sostenga en el consumismo
donde se cosifica al sujeto y se fetichizan las mercancías que adquieren características mágicas. Esto lleva a la
hegemonía de los valores simbólicos de una cultura donde aparece que la plenitud del consumidor significa la
plenitud de la vida. Compro, luego existo; caso contrario me transformo en un excluido social.
De esta manera, los importantes desarrollos técnicos no están al servicio del conjunto social, ya que su
objetivo es que el sistema se autoperpetúe. Dicho más claramente, no es la técnica lo que genera este circuito,
sino la necesidad de seguir sosteniendo el sistema capitalista. Esta racionalidad de la sociedad consumista se
construye sobre la base de una subjetivación en la que se ofrecen mercancías cuyo “valor de cambio” generan la
ilusión de una certidumbre tranquilizadora ante las mociones desligantes y destructivas de la pulsión de muerte. El
mercado de consumo promete una supuesta seguridad; caso contrario están aquellos que tienen trabajos
precarizados y los excluidos del sistema que muestran un futuro posible. Su costo es el sometimiento de un poder
que se sostiene en la ruptura del lazo social. De un poder que necesita de un sujeto solo y aislado.
En la sociedad del capitalismo tardío lo que importa es el rendimiento: el “tú debes” ha sido reemplazado por el “tú
puedes”; “We can” nos dice la publicidad de una ropa deportiva. No hay límites en aras de conseguir el objetivo
que nos venden y, gustosamente compramos. De esta manera el capitalismo elimina la alteridad al someter todo al
consumo. Por ello creemos que el problema de la alteridad es uno de los grandes temas de la actualidad. Rechazar
al otro implica no asumir que el otro es la base de todas nuestras esperanzas. El otro genera Eros y es precisamente
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el Eros el que permite una razón apasionada. Una razón que da cuenta de uno mismo y de los otros en el colectivo
social. Ahora bien, rechazar al otro no remite simplemente al narcisismo donde el sujeto queda atrapado en el juego
del yo-yo; sino -deberíamos decir fundamentalmente- el que lo lleva al narcisismo primario en la búsqueda de una
totalidad perdida. Allí, al no existir el otro humano, desaparece como sujeto de sus necesidades y deseos.
de un éxito que siempre resulta inalcanzable. El disciplinamiento social sostenido en los sectores sociales
hegemónicos lo obliga a competir con el otro: yo o el otro. Cualquier medio es validado socialmente. Pero en esta
búsqueda de la ilusión de la felicidad privada, el sujeto se transforma en verdugo y víctima de sí mismo lanzado a
un horizonte cuyas consecuencias son el fracaso. De allí los síntomas característicos de esta época que encontramos
en nuestros consultorios en los que aparecen los aspectos más angustiantes y dolorosos, lo más sufriente del sujeto
producto de significaciones que no se pueden poner en palabras; es decir, los síntomas del desvalimiento y el
Los sectores de la clase social dominante crean sus instrumentos de poder, de civilización y de cultura, así como los
medios para realizarlo. En este sentido el poder no se agota en los aparatos del Estado, los grupos económicos, los
partidos políticos y las instituciones sociales sino se encuentra en como se relacionan los sujetos en la sociedad. Es
aquí donde la visibilidad del poder se hace invisible. Es decir, “El capitalismo es una relación social”. Y para que
esta funcione el poder ejerce su dominación generando formas de control social cuyas características dependen de
cada etapa histórica. En la actualidad el imperio del capital financiero necesita para su reproducción mundializada
de estados nacionales que se subordinen y de un sujeto solo y aislado de su clase social. Esta lógica política, social,
económica y cultural genera una contradicción y lucha entre el capital y el trabajo que no tiene precedentes en la
historia. Su resultado ha sido que la lucha de clases no sólo no se ha extinguido, sino que adquiere una complejidad
donde los dominados también son controlados desde su subjetividad. Es así como la forma en que el poder nos
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domina no está solamente afuera sino dentro de nosotros mismos, organizando en nuestra subjetividad su aparato de
dominación.
¿De que manera lo logra? Separando la subjetividad de nuestra experiencia individual, familiar y social. Su
resultado es lograr en una gran parte de la población indiferencia y tolerancia a la sociedad capitalista en sus
diferentes versiones. Esto lleva a que el sujeto se encierra en el individualismo donde el otro es visto como
Para sostener esta situación los envoltorios ilusorios del capitalismo mundializado proponen que nada puede ser
cambiado. Lo posible es reformar algo para que todo siga igual. Todos debemos comportarnos “reflexivamente”
ante las consecuencias de un sistema social y político con un obrar destructivo. No se pretende alcanzar una nueva
forma de sociedad más allá del mercado y del Estado. En el fondo su objetivo es simplemente intentar componer la
supresión de las obligaciones sociales por medio de limosnas privadas o estatales y una moral desprovista de un
sentido crítico.
En este sentido, frente a la propuesta de fragmentación subjetiva, las luchas sociales tienen que ver con la
posibilidad de tomar conciencia de las experiencias e intereses comunes. De allí la importancia de las luchas para
producir comunidad.
Eduardo Grüner
https://www.topia.com.ar/articulos/palabras-que-matan
En alguna parte Lukács afirma que es preferible un Balzac reaccionario a mil Zolas progresistas. En efecto:
el realismo crítico del monárquico Balzac odia tanto a la burguesía triunfante que la pinta implacablemente, con
todos los matices siniestros de su mezquindad y sus miserias; el naturalismo del socialista Zola, en
cambio, describe -en lugar de narrar, para citar una dicotomía teorizada por el propio Lukács- una situación dada,
“reificada”, que pareciera carecer de historia.1 Podríamos decir entonces que en Balzac opera, mucho mejor que en
Zola, lo que Fredric Jameson ha llamado el inconsciente político de la literatura (o de la cultura en general).2 Pero
Durante mucho tiempo, algo que genéricamente podríamos llamar “sociologismo”, y que incluyó ciertas versiones
de un mal entendido marxismo (que por cierto no es el de Marx, ni el de los llamados “marxistas occidentales”
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como Lukács, Benjamin, Adorno, Sartre o Althusser, pero tampoco lo era el de Trotski o Gramsci) ese
sociologismo, digamos, intentó analizar la literatura rebajándola a una serie de expresiones -“superestructurales”, se
decía en la época- que ilustraban, o evitaban hacerlo, cosas como la lucha de clases, la explotación de los
trabajadores, el imperialismo o lo que correspondiera. Estas posturas francamente estúpidas y mediocres, que a
veces llegaron a institucionalizarse como doctrina de Estado -por ejemplo en el “realismo socialista” del
estalinismo- pasaban alegremente por alto la autonomía de la lengua, el valor intrínseco y poético de las palabras,
demostrando una completa ignorancia y falta de respeto por esa maravilla que es el lenguaje, la “casa del Hombre”,
Ahora bien, en los años 60 hubo una importante y en principio muy saludable reacción contra esas tonterías, una
reacción que en muchos sentidos y en términos generales sigue teniendo vigencia hasta hoy y que podemos
péndulo osciló al extremo opuesto. Ahora todo era el significante y nada más que el significante. Fue el reinado
del texto y de la écriture. La obra literaria solo podía explicarse por su lógica interna, por el entramado de las
palabras, por su “sonido” poético-musical y demás. Fuera del texto no había nada, como dijo alguna vez Derrida.
Los héroes literarios ya no eran los grandes realistas del siglo XIX (Stendhal, Balzac, Tolstoi, Conrad, Melville, o
siquiera Dostoievski, o ya entrando en el siglo XX, Thomas Mann, Proust o Hemingway): ahora los héroes eran los
Joyce y los Beckett. Los que “vuelven loca a la lengua”, como decía Lacan. Era considerada una completa
ingenuidad pensar algún tipo de relación con la historia, la sociedad o la política. Estamos simplificando, se
entiende. Muchos de estos nuevos teóricos -es el caso de los formalistas rusos, o de Roland Barthes, o Julia
Kristeva o Pierre Macherey- eran marxistas o al menos simpatizantes “compañeros de ruta”. Pero privilegiaban al
Como dijimos, esto fue una sana reacción contra los reduccionismos sociologistas, y ni hablar de los variados
“psicologismos” anteriores, que creían que una novela o una poesía podían explicarse por la biografía del autor o la
subjetividad de los personajes. El problema es que, paradójicamente, cuando todo eso se llevó al extremo, en el
camino, junto con la política, se nos perdió… la literatura. Es decir: se nos perdió (no la ingenuidad, que era una
ilusión, sino) el placer de la lectura enfrascada en sí misma, de dejarnos llevar por una historia. Y por qué no, el
interés de -con todo el debido respeto por la autonomía y la especificidad de la palabra, de la lengua- buscar la
relación con las “series” histórica, social, política. Porque esa relación existe, créasenos. Como decíamos recién, de
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la conciencia de la autonomía del lenguaje ya no podemos retroceder. Pero esa autonomía es relativa, en el sentido
estrictamente etimológico de la palabra relativa, que no quiere decir “poquita” o “débil”, sino en relación a. Es algo
perfectamente lógico: solamente se puede ser “autónomo” respecto de una relación. Si no hay relación, no hay
necesidad de ninguna autonomía. Auto-Nomos quiere decir darse a sí mismo las propias reglas, sin esperar a que
nos las dicten desde afuera. Ahora bien: esas reglas son válidas en el propio terreno, en el propio registro (un país,
por ejemplo, es autónomo cuando se da sus propias leyes, que solo son válidas en su propio territorio). En el caso
de la literatura, ese territorio es el del lenguaje, o más estrictamente el de la lengua. Pero por otro lado, la literatura
no está sola en un mundo donde también están las otras “series” que nombrábamos. Aún antes que eso, la literatura
es una práctica del (y contra) el lenguaje, decíamos. Y el lenguaje, no hace falta abundar demasiado en el asunto, es
un producto de la sociedad, de la cultura, de la historia. El lenguaje es político, en el sentido amplio, “griego”, del
Más aún: la literatura -que en tanto práctica transgresiva de la lengua tiene toda su especificidad en su propio
territorio- es ella misma una práctica también histórica, social y política. No es que tenga, como se dice a veces con
una expresión lamentable, una “función” social o política. No, la literatura no tiene “funciones”: en términos de la
cultura -que es inevitablemente la expresión simbólica del poder de una época, que es hegemonía, diría Gramsci- la
literatura es dis-funcional, en el sentido de que su (relativa) “autonomía” está en una suerte de conflicto, explícito o
implícito pero permanente y constitutivo, con las leyes de la lengua y la cultura. De la literatura se puede decir lo
que ha dicho Adorno de la obra de arte en general: es el producto antisocial de la sociedad. En los textos literarios
valiosos hay siempre un momento de autonomía que no puede ser reducido a ninguna “función” social (o política,
ideológica, etcétera); es ese “plus”, ese exceso irreductible a ninguna “dependencia” de lo extraliterario lo que
constituye su conflicto “objetivo” con la propia sociedad y cultura que lo ha producido. Toda literatura (todo arte)
Las obras literarias son escritas por individuos, claro está; pero esos individuos viven en una sociedad y una época
determinada, pertenecen (o se referencian en) una clase social o un grupo cultural, hablan una lengua determinada,
tienen una estética, una concepción del mundo, una ideología, una posición política, lo que sea. Es decir, viven
dentro de condicionamientos sociales -generalmente no-conscientes- que los rodean como el aire que respiran.
Pertenecen por así decir a una atmósfera social, cultural, política, que no tiene por qué ser mecánicamente
determinante (en literatura, casi nunca lo es), pero de la cual no pueden sustraerse por un acto de voluntad. El
mundo está allí, y se les cuela aunque no quieran. Hay una famosa frase que escribe Flaubert en una carta a una
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amiga. Citamos aproximadamente, de memoria: “Quisiera encerrarme en mi torre de marfil para olvidarme de toda
Pero además, y quizá principalmente, la literatura es una práctica social y política porque -al menos la que
realmente importa- su “transgresión”, los efectos de su momento autónomo, contribuyen a alterar, a veces
radicalmente, la relación simbólica de los sujetos con la realidad. Esto es lo que -entre muchas otras cosas- quiere
decir Pierre Macherey con su compleja noción de productividad textual: hay un trabajo de los textos
que produce una “realidad” simbólica más allá de la conciencia del autor o de los lectores.3 Los grandes libros
pueden literalmente hacernos ver la realidad como no la habíamos visto antes. Y puede hacerlo precisamente
Tampoco estamos diciendo de ninguna manera -por favor, no se malentienda- el dislate de que la literatura por sí
misma puede hacer revoluciones, o transformar la realidad social y política en términos materiales. Los problemas
de la sociedad los va a arreglar la propia sociedad, o no se arreglarán. La literatura por sí misma no puede hacer
nada, más allá de poner a pensar críticamente a unos cuantos sujetos: eso por cierto no es poca cosa, pero la
transformación radical del mundo no se va a llevar a cabo por la sumatoria de las “conciencias” individuales. Como
dijo una vez Sartre, ni el mejor de los poemas ha podido impedir nunca que los pobres mueran de hambre o sean
explotados, que un niño muera de hambre en Ruanda.4 La literatura, o el arte en general, son impotentes para hacer
eso. Lo que sí puede hacer, para decirlo vulgarmente, es meter el dedo en la llaga, escarbar en la herida. Esa es la
noción sartreana de “literatura comprometida”, que de ninguna manera implica un realismo ingenuo. Eso la
literatura lo hace con palabras, y sin necesariamente saberlo: vale decir, para repetirnos, atentando, con sus
interpretaciones, contra los sentidos comunes del lenguaje, y entonces -ahora podemos citar a Faulkner- “poniendo
en el mundo algo que no estaba”. Podríamos decir que ésta es su condición utópica, en el mejor sentido de ese
término: la literatura, aún la más “realista” (calificativo complicado, por cierto), crea mundos alternativos, y por ese
solo hecho muestra que el mundo que tenemos no es el único posible. Que podría ser de otra manera y que, por lo
tanto, es transformable, aunque la literatura no pueda hacerlo solita. He ahí el peligro que implica para el poder,
más allá del tema del cual hable (que no tiene por qué ser él mismo “político” en ningún sentido inmediato) o de la
Todo esto plantea un problema difícil. No se trata de hacer un promedio, ni de encontrar una “tercera posición”,
entre los extremos igualmente falsos de la literatura “pura” y la literatura como simple “reflejo” de lo social y lo
político. Se trata de pensar la relación entre la literatura y lo político de otra manera, con otra lógica. Que en buena
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medida, como veremos, puede ser la lógica de lo que Fredric Jameson, ya lo citamos, ha denominado
Jameson (como otros marxistas “complejos”), sin recusar del todo la canónica dicotomía “base económica /
superestructura ideológica” del marxismo ortodoxo, pretende dinamizarla y hacerla más dialéctica, sorteando el
primero de los reduccionismos que señalábamos al empezar -el de postular la obra literaria como un “reflejo” o una
expresión directa de la sociedad y la política-, pero sin por ello caer en la ilusión de una, digamos,
completa ajenidad de la literatura respecto de lo político. De allí la idea de un inconsciente político, en el mismo
sentido del Inconsciente freudiano, que produce ciertos síntomas causados por procesos “subterráneos”, no
inmediatamente visibles, y que solo pueden ser interpretados a través de esos síntomas deformantes. Un texto
literario puede entonces ser tomado como uno, o un conjunto, de tales síntomas: no habla explícita y directamente
de lo político, pero lo “sintomatiza”, lo muestra “entre líneas”, de maneras desplazadas o condensadas, como
explica Freud a propósito de lo que él llama el trabajo del sueño. Interpretando, al modo en que lo haría el
político que está entretejido en el texto de superficie, sin por ello perder la especificidad y autonomía del mismo. Al
contrario: son justamente las operaciones estilísticas del texto -sus modos singulares de desplazar, condensar,
(Haroldo Meyer)
Una fuente importante para la teoría del inconsciente político es por supuesto Althusser. Tampoco él piensa el
funcionamiento de la ideología (es decir, de lo político en las producciones discursivas de la cultura) como una
cuestión de contenidos temáticos explícitos, sino como una lógica de funcionamiento. La ideología no hay que ir a
buscarla en otra parte más que en sus efectos (los “síntomas” freudianos, digamos). La ideología no es
un corpus predeterminado de temas -también puede ser eso, claro, pero eso no es lo importante- que flotan en
algún topos uranos platónico y “bajan” a la tierra; es una lógica operatoria que produce efectos siempre
particulares, y al igual que en Jameson, es solamente a partir de esos efectos que se pueden inducir los motivos
ideológicos. Hay, sin duda, una “estructura” (ideológica, en este caso), pero ella solo es reconocible en cada uno de
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sus productos singulares y, eventualmente, en la relación que se puede establecer entre ellos. Una cosa importante
de entender aquí es que para Jameson -inspirándose tanto en Freud como en Althusser, y más allá, en el famoso
análisis sobre el fetichismo de la mercancía en el capítulo I de El Capital de Marx, que es algo así como una
“matriz modélica” para una crítica de la ideología-, para Jameson, decíamos, lo significativo de la operación
ideológica no es solo lo que deja ver, sino lo que impide ver en el texto.
La literatura, aún la más “realista”, crea mundos alternativos, y por ese
solo hecho muestra que el mundo que tenemos no es el único posible.
Cuando decimos que la ideología impide ver algo, no estamos exactamente diciendo que lo oculta. Lo que estamos
diciendo es que -más “arteramente”, por así decir- la ideología finge que el texto no está mostrando lo que sí está
mostrando. Es como en La Carta Robada de Edgar Allan Poe: los policías no pueden encontrar la carta
comprometedora robada a la reina, y que saben que está “escondida” en el despacho del ministro. ¿Y por qué no la
pueden encontrar? Justamente porque está en su lugar, en el guardacartas que está perfectamente a la vista sobre el
escritorio, mientras que ellos -como haríamos cualquiera de nosotros- la buscan en los escondites más insólitos. Es
decir: lo que hace la ideología es distraernos con lo ultra-complicado para impedirnos ver lo obvio, lo que siempre
estuvo ante nuestros ojos. En este sentido, funciona un poco como el famoso chiste de Freud a propósito del
hombre que va a la estación de tren a despedir a un amigo, y a último momento, con cara de sospecha, le dice: “Tú
me dices que vas a Leipzig para que yo crea que vas a Stuttgart… cuando en verdad vas a Leipzig”. O como esa
definición (creemos recordar que el ejemplo es de Nietzsche) sobre lo que es un buen boxeador: es alguien que
amaga golpear a la cabeza de su contrincante y lo golpea en el estómago. Eso es un buen boxeador. Pero, ¿qué es
un gran boxeador? Es alguien que amaga el golpe a la cabeza, para que el contrincante (que es un buen boxeador)
¿Se entiende la lógica? La ideología, decíamos, finge (hace fintas, como los boxeadores) que no dice algo que en
verdad sí está diciendo. No “miente” directamente, sino que distrae con una serie de vueltas para que uno no preste
atención a lo importante: esto “sale de la vista”, pero no porque esté oculto bajo tierra, sino porque uno está
mirando para otra parte (en cierto modo se asemeja a la “banda de Moebius” que cita Lacan como metáfora del
Inconsciente). Por ejemplo: en un texto literario, uno se “distrae” con la historia, los personajes y las situaciones -
que por supuesto son importantes, y forman parte de la “estructura” del texto- y no ve las operaciones
del inconsciente político que producen ciertos efectos que esos contenidos “deforman”. A estos “trucos” de la
ideología Jameson los denomina estrategias de contención: efectivamente, ellas sirven como si dijéramos
para detener la mirada que podría descubrir el “inconsciente político” funcionando entre las líneas
que están escritas, sólo que las estrategias de contención nos impide realmente leerlas.
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Todo esto es lo que se termina perdiendo en las lecturas de-constructivas del postestructuralismo. Por un lado, esas
lecturas cumplen un rol útil al desconfiar de la explicitud del texto y desmontar por ejemplo las operaciones
retóricas -que también, cómo no, pueden ser ideológicas- que producen un cierto efecto de contenido aparentemente
“sustancial”, cuando en realidad no son más que eso, “formas” retóricas o estilísticas. El problema es cuando esa
de-construcción se lleva hasta el infinito, y produce una tan completa diseminación (para decirlo con Derrida5) del
texto, que pasa por alto ciertos “núcleos duros” que hacen al inconsciente político del texto. Así, muchas veces los
análisis deconstructivos pueden caer en, sin quererlo, constituirse ellos mismos en estrategias de contención de ese
inconsciente político. Para decirlo en términos sartreanos, el deconstructivismo des-totaliza el texto, y allí se queda.
Pero, como dice Sartre, con esa des-totalización habría que operar una nueva re-totalización, que a su vez puede ser
des-totalizada, y así sucesivamente.6 En cada una de esas vueltas de la espiral dialéctica (el círculo
hermenéutico del que hablan otros autores, como Gadamer) la interpretación se “afina”, revelando cada vez más en
El “inconsciente político”, pues, designa propiamente lo que ha sido reprimido -¿nos atreveremos a
decir forcluido?- en el pensamiento “post”, o sea el sustrato social y colectivo profundamente conflictivo de toda
cultura (para no ir más lejos, y ya que hablamos de “represión”, el sustrato de la cultura como “crimen cometido en
común”, según Freud7). En otras palabras -las de Marx, claro-: el proceso histórico material que constituye el
escenario de la lucha de clases. El trabajo crítico que le interesa a Jameson es el de la identificación, en los “textos”
de la cultura, de las marcas del inconsciente político. Ese trabajo es completamente inútil, se vuelve
inevitablemente trivial, si no es capaz de sortear dos formas simétricas de reduccionismo: por un lado, el de la
especificidad y la autonomía del proceso de producción cultural, que hace que el “texto” producido deba ser leído,
en principio, en sus propios términos, y por otro, el reduccionismo inverso que consiste en el vaciamiento
“formalista” de la densidad histórica y política de los textos, un vaciamiento del cual hay que hacer responsable, sin
duda, al textualismo “post” y su recusación de toda lectura crítica de inspiración marxista, pero tambien a ciertas
formas del propio marxismo, cuyos abusos reduccionistas en el primer sentido han terminado por desacreditarlo
Sin embargo, Jameson insiste en que el impulso originario del marxismo puede y debe ser restituido como lo que él
llama el “código maestro” de lectura alegórica y de “reescritura” de la historia cultural. Por lectura alegórica,
Jameson entiende el concepto estrictamente benjaminiano de alegoría: una lectura que opera detectando
los restos (las “ruinas”, diría Benjamin) fragmentarios y dispersos del inconsciente político, no para reconstruir
“arqueológicamente” el “edificio” original, sino para construir uno nuevo. Es un modo de interpretación crítica y
sentido nuevo, incluso la producción de silencios o vacíos en el texto, que el texto ni siquiera “sabía” que existían.8
Y la producción de sentido es, a su vez y en sí misma, política, en tanto siempre replantea, en su propio terreno, la
relación de los sujetos con los discursos de la polis. Y esto hace, entonces, que Jameson establezca una prioridad
de la interpretación política de los textos y discursos culturales. “Prioridad”, puesto que la perspectiva política -en
este sentido amplio, pero estricto- no es entonces un suplemento de la lectura: es el horizonte absoluto de dicha
lectura. Pero claro está que, para que esto pueda ser entendido en una vertiente no reduccionista -
incluso antirreduccionista- había que pasar por los “momentos” anteriores, incluyendo las “sintomatologías” del
Notas
1. Lukács, Georg: “Narrar y describir”, en Problemas del Realismo, Mexico, FCE, 1977.
3. Macherey, Pierre: Pour une Théorie de la Production Littéraire, Paris, Maspero, 1966.
6. Cfr. Sartre, Jean Paul: Crítica de la Razón Dialéctica, Buenos Aires, Losada, 1964.
7. Freud, Sigmund: “Tótem y Tabú”, en Obras Completas, Madrid, Biblioteca Nueva, 1974.
8. Es notable, a este respecto, que tanto Marx como Freud, cuando hablan de ‘‘interpretación”, utilizan un término
alemán, Deltsung, cuya raíz etimológica remite a la acción de “apuntar con el dedo”: es decir, de señalar que allí
hay otro sentido que el evidente, pero sin decir cuál es, puesto que se trata, en efecto, de construirlo.
Este artículo que envió su autor fue publicado originalmente en la revista digital Tecl@ Eñe dirigida por Conrado
Yasenza
Hace ya unas tres décadas que en la filosofía política europea (y no solamente) se verifica lo que los psicoanalistas
llamarían un “retorno de lo reprimido”. Me refiero a la moda (no lo digo peyorativamente: las modas suelen ser
Posiblemente –si bien un tan complejo tema merecería un estudio largo y profundo- esa “moda” no casualmente
haya reemergido –puesto que sus orígenes se sitúan en las primeras décadas del siglo XX- en los tiempos de la
cacareada “crisis del marxismo” luego de la caída del Muro de Berlín, y de la transformación del “fundamentalismo
islámico” en una fuerza político-militar global, así como del peso creciente de otro fundamentalismo, el protestante,
sobre las decisiones políticas imperiales de Washington. Como sea, la teología política que volvió a ponerse de
moda a partir de los 80s arrastraba desde sus orígenes una inevitable impronta “de derechas”, puesto que su “pope”
(o cabría decir más bien “papa”) intelectual era el gran jurista y filósofo político alemán Carl Schmitt, manifiesto
simpatizante del régimen nacional-socialista en los años 30 (lo cual no impidió que tuviera serios problemas con el
mismo régimen, al igual que le ocurrió a otro gran filósofo simpatizante, Martin Heidegger: ambos combinaron
“desigualmente” su perversión ideológica con un espíritu de radicalidad crítica sumamente molesto para la
mediocridad cultural del régimen). Lo notable es que el interés renovado por la teología política a través del
autores contemporáneos como Alain Badiou, Slavoj Zizek, Ernesto Laclau, Giorgio Agamben, Massimo Cacciari,
Jakob Taubes, etcétera (en la Argentina el introductor de una “lectura de izquierda” de Schmitt fue José “Pancho”
Aricó, aunque hoy la autoridad en la materia sea Jorge Dotti, con una impronta más “centrista”, por así decir), algo
similar, nuevamente, a lo que había sucedido con el “para-nazi” Heidegger (piénsese en quiénes fueron los
discípulos más connotados –a veces muy críticos, sí, pero discípulos al fin- de Heidegger: Marcuse, Sartre,
Merleau-Ponty, Lacan, Foucault, Lévinas, Derrida, y otra vez Badiou y Cacciari, para no mencionar que la huella
Escuela de Frankfurt). Hay que tratar de entender todo esto, como se dice, “dialécticamente”. Si por un lado uno
podría sospechar que para algunos (no todos) de estos autores la teología política fue una “huída hacia adelante”
que a su manera asumía como propia la “crisis del marxismo”, por el otro cabe señalar que no “huyeron” hacia las
blanduras babosas del “postmodernismo”, el “pensamiento débil” o paparruchas similares que proliferaron en la
época. Si hubo “huída” –es un tema discutible, y seguramente distinto para cada uno de ellos- lo fue, en todo caso,
hacia un paradigma “duro” y plenamente político como el teológico-político de Schmitt, que mantenía la oposición
amigo / enemigo y la soberanía “decisionista”, allí donde los aires de la época –en el mejor de los casos: hubo cosas
mucho peores- hablaban de sujetos disueltos y conflictos “rizomáticos”, para no hablar de las sandeces (aunque en
sí mismas también sintomáticas) del “fin de la Historia”. Es cierto, también, que la apelación a Schmitt suponía un
forzamiento necesario conducente a la abstracción: recortando esas categorías –como evidentemente la izquierda
tenía que hacerlo- de su contexto histórico-concreto (la adhesión de su autor al nazismo) se producía un
vaciamiento que las dejaba en una suerte de ambigua nebulosa de sentido. Finalmente, si se trata de hacerse cargo
de la moda-síntoma del retorno de la teología política, se podía (y se puede) también buscar por el lado de cierto
“marxismo occidental” que exploró en profundidad las posibles relaciones entre el materialismo histórico y la
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teología política: allí están Ernst Bloch, Walter Benjamin, la extraña y fascinante Simone Weil o el último Max
Horkheimer –y algo de eso se puede sospechar incluso en el primer Lukács, como se desprende del estupendo
artículo que en estas mismas páginas publicó Horacio González-, por sólo nombrar los más obvios. Personalmente,
me atrevería a agregar a un “grande entre los grandes”, Pier Paolo Pasolini, ese singular, incomparable, comunista
católico (desde ya, y por lo tanto, un “hereje” para ambas iglesias) que se obsesionó con Pablo de Tarso, San Pablo,
y escribió un maravilloso guión cinematográfico sobre él, que nunca llegó a filmar; obsesión precursora, por otra
parte, de las más recientes obsesiones paulinas de Badiou, Zizek, Taubes, Agamben o Esposito, como otra vía –
“comunista”, en un sentido amplio pero estricto- de entrarle a la teología política. Y entre nosotros el llorado (por
mí, al menos, y a “moco tendido”, como se dice) León Rozitchner. No estoy seguro de que a él, mi amigo y
maestro, le gustaría mucho que lo asociara a ese sintagma, teología política. Lo hago sólo para hablar rápido,
sabiendo que él lo entendería. Y para indicar, justamente, que él fue el único pensador argentino que se hizo cargo
de ese retorno sin asociarse a las “modas-síntomas” del momento, salvo para propinarle –a mi juicio justamente-
sus truenos jupiterianos al bueno, demasiado bueno, de Lévinas. A veces tuvimos diferencias a ese respecto:
ocasionalmente me pareció que cierta obsesión anti-cristiana (que iba de la mano con su obsesión anti-lacaniana:
para él Lacan era un católico con todas las letras) podía ser a su vez un síntoma de la problematicidad de su relación
con el judaísmo. Pero eso no viene ahora al caso. Por supuesto, cada vez que discutíamos el tema, la discusión la
“ganaba” él –que no se proponía ganar, sino que al otro le quedara clara su posición-.
Como sea, hacía ya mucho que León venía agarrando ese rábano por las hojas para arrancarlo de raíz (que eso es lo
que significa ser un pensador radical, como hubiera dicho Carlitos Marx): no para deshacerse de él –del rábano,
digo- sino al contrario, para darle toda su dimensión, la que en su opinión (y en la mía, gracias a él) el pensamiento
de izquierda después de Marx –con las excepciones apuntadas, que contra las apariencias incluían, para León, al
propio Marx, especialmente el “joven”- no había sabido procesar, y así perdiéndose un apasionante debate
“existencial” para el cual la izquierda en general –no digamos ya la argentina, al menos en su vertiente partidaria-
no se armó suficientemente: el debate sobre una vaga, oscura, confusa, incluso culpable, necesidad
de trascendencia. Entendámonos: no se trata de lo que habitualmente se llama la fe (mala o buena, para decirlo
sartreanamente), o la creencia en alguna vida ulterior, o mucho menos de las instituciones eclesiásticas de cualquier
monoteísmo organizado; se trata, más bien, de una necesidad de proyección de la inmediatez hacia algo que –sin
“mediaciones” dialécticas, sino en el registro de ese universal-singular del que hablaba Kierkegaard- pudiera
llamarse, aunque hoy suene algo torpe, la búsqueda de un absoluto (Aprovecho oportunísticamente la ocasión para
insertar algo que en rigor textual debería ser un pie de página, pero que quisiera mantener en el cuerpo de mi propio
texto, para lo cual recurro al truquito del paréntesis: en un asimismo excelente artículo también publicado aquí, mi
buena amiga María Pia López me imputa –es una manera de decir- una suerte de obcecación con la totalidad. Me
temo que se equivoca gravemente. Y ella debería saberlo, puesto que me consta, y se lo agradezco de corazón, que
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me ha leído bien; conoce, por lo tanto, mi pasión por, digamos, un Adorno –para quien “el Todo es lo no-
verdadero”- o por un Sartre –quien no usaba esa palabreja, sino la de totalización -, para no mencionar a un Freud –
para quien toda ilusión sin porvenir de una “totalidad” era una forma de renegar la castración, o algo así-. Es cierto
que a veces he apelado a ese significante como actitud defensiva ante los embates “posmo-rizomáticos” que –y
conste que no lo complico en esto a Deleuze- habitualmente apuntan a recusar al marxismo, precisa y
paradójicamente como un todo; pero confundir ese coyuntural “esencialismo estratégico” –para decirlo con la
Gayatri Spivak- con toda una filosofía, es un poquitín apresurado. Quizá la palabra absoluto, asimismo usada contra
el cursorio “relativismo” á la page -del cual diré para indignada sorpresa de alguien que en cierto modo participa en
ciertas zonas del kirchnerismo político-cultural, pero no tengo tiempo de demostrarlo acá-, la palabra absoluto,
digo, quizá pueda aligerar malentendidos al convocar otras imágenes, menos cerradas: un horizonte apocalíptico
que hablaba Marx, pero en tanto horizonte apuntando hacia el cual se pueden juzgar las inmediateces políticas,
cada una de ellas defendibles o no por sí mismas, pero evaluables trascendentalmente y en su conjunto según el
Bien, como de costumbre me fui por las ramas, vuelvo a la raíz, es decir a León. Su manera de abordar el síntoma
teológico-político, es lo menos que se puede decir, no se pareció a nada que yo conozca. Lo cual no quiere decir
que haya salido de la nada –menos todavía de algún “todo”-, sino que su árbol se reprodujo desde otras raíces, de
las que tiró a su manera incomparable, abrumadora. El horizonte del absoluto -si es que era eso: yo creo que sí- lo
para simplificar por falta de espacio-tiempo: para él (y para insistir con el universal-singular) no había posible
“trascendencia” que no tuviera los pies bien hundidos en el barro de la inmanencia del “cuerpo sensible”, con su ya
canónico eje “Mater - materia - materialismo histórico (porque, vamos a establecerlo de una vez por todas: León,
entre otras cosas, fue marxista, pace los medios de la así dicha “Corpo” que en estos días se solazaron en calificarlo
de “kirchnerista”, con qué beneficio simbólico para ellos se me escapa; sólo que fue un marxista difícilmente
asimilable, o siquiera comprensible, para los izquierdistas que nunca se preguntaron qué había querido decir Marx
realmente con eso del “opio de los pueblos”, o con eso de la “alienación respecto de la tierra”. León sí: por eso fue
el más marxista de nuestros “marxistas”). Fue, como se ha señalado, en una rara intersección entre el “joven” Marx
–pero también en grandes momentos del Marx “maduro” de los Grundrisse -, Merleau-Ponty, por supuesto Freud,
más lateralmente Spinoza –pero también, se ha señalado menos, el Hegel de la Fenomenología del Espíritu ,
especialmente la Sección IV sobre la dialéctica Amo / Esclavo, que junto a Marx le aportaba la reflexión
“trascendental-inmanente” sobre el poder y la dominación- que fue a buscar aquella corporalidad sensible cuya
ausencia recusaba con a veces desbordada virulencia en Heidegger, en Althusser, en Lacan (no así, ya que citamos
“estructuralismos” variados, en Lévi-Strauss, a quien apreciaba –lo hemos discutido muchísimo- por su escritura,
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por su costado discretamente anticolonialista, y sobre todo, aunque parezca extraño, por su voluntad tardía de una
“disolución en la naturaleza” que probablemente asociaba con su propia preocupación por la materia). Y también –
un hallazgo discutible, pero enormemente original- en la peligrosa e inquietante “falsa corporalidad” de Nietzsche
(un síntoma en el que León nunca se enganchó fue el “neo-nietzscheísmo”, llamémosle “post-foucaultiano”: una
vez me dijo, muy seriamente, con tono de hablar de algo un poco siniestro, que Nietzsche era alguien para
examinar, pero agarrándolo con pinzas, manteniéndolo a la distancia y arrojándolo lo más lejos posible a la primera
señal de alarma).
Fue también esa pasión absoluta que partía de la inmediatez concreta lo que hizo que un hombre doctorado en la
Sorbona en la inmediata posguerra, que pudo compartir mesas de café con Sartre, Merleau-Ponty, Goldmann o
Leiris, fuera tal vez uno de los marxistas más nacionales que tuvimos, munido de una densidad filosófica,
“ontológico-histórica” que no era dable esperar –ni había por qué hacerlo- en el Colorado Ramos, en Hernández
Arregui o en Puiggrós, todos parcialmente apreciables por distintas razones. No vale citar antecedentes como el del
“primer” Astrada: en él su marxismo vino en cierto modo a montarse sobre su “nacionalismo” heideggeriano, sin
que esas capas superpuestas se modificaran sustancialmente. Para León –que, como queda dicho, era
de la nación, todo eso era el mismo edificio en construcción al cual se entraba por diferentes y provisorias aberturas,
el mismo work-in-progress infinito, la misma ecuación dilemática imposible que él no esperaba resolver, pero a la
que abrazó con la pasión arrojada e irrenunciable con la que sabía –se atrevía a- hacerlo. Porque nadó en ese
pantano sin querer soltar su mochila filosófica personal (esa constelación Marx / Freud / Merleau, etc.), es obvio
que no podía “ser” peronista –obvio para él, quiero decir, como lo sería para mí: habrá quienes sí puedan
arreglárselas con eso-. Pero no conozco otro intelectual no-peronista tan “anti-gorila”, ni que haya pensado el
peronismo con la complejidad sensible de Entre la Sangre y el Tiempo (apenas salió ese libro en su spivacoviana
edición originaria lo encontré a David Viñas en La Paz, literalmente sumergido en el primer tomo; levantó la vista,
y entre los bigotes dijo: “Una obra considerable”, lo cual como sabemos era el máximo ditirambo viñesco). ¿Se dirá
que haberle dedicado al tema su texto más voluminoso –el siguiente en volumen, hay que señalarlo y asociarlo a
todo lo anterior, es el libro sobre San Agustín- no deja de ser también un “síntoma”? Es posible. Pero ¿qué
peronismo “realmente existente” puede realmente soportar esa lectura hecha desde Marx-Freud-Clausewitz que no
se priva de retorcer para todos los costados la dimensión “manos sucias” del propio Perón, y al mismo tiempo tratar
de comprender -o sea, inteligir, interpretar y abarcar con todo el cuerpo- el centro mismo, desde 1945, de esa
ontología político-existencial argentina? Por supuesto, la pulsión por mirar de otra manera, de una manera otra, ese
fenómeno nacional le venía de Contorno (no digo que la heredó de allí, porque justamente él contribuyó a
fundarla), y es paralela, lo acabo de insinuar, a la pulsión –mucho menos “contornista”, salvo tal vez por el ejemplo
muy distinto de Ramón Alcalde- de también mirar de una manera otra la cuestión de lo teológico-político.
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Alguna vez habría que pensar en qué infinitud -en que “trascendencia inmanente”- se juntan esas paralelas
rozitchnerianas. No sé si yo voy a ser capaz de hacerlo. En todo caso puedo arriesgar, aquí, un compromiso público
de intentarlo. O, por lo menos, de explicar por qué no pude. Mientras tanto, no puedo evitar evocar lo que ya nunca
escucharé: las carcajadas estentóreas con las que hubiera atronado, con auténtica alegría, el café de Belgrano en el
que solíamos juntarnos los sábados a la mañana para discurrir sobre estas cosas, las carcajadas “trascendentes” con
las que hubiera ironizado, digo, en la última campaña electoral, la degradación farsesca del “síntoma” teológico-
político en la apelación a milagros para algún candidato, o la invocación divina para la fotografía de algún otro. O
las ironías que seguramente no me habría ahorrado sobre mis actuales “compañerismos de ruta críticos”. De eso me
La función de los intelectuales tiene una historia de ideas y conceptos marcados por los acontecimientos sociales y
políticos de cada época. Pierre Bordieu sostiene que para cambiar el mundo, es necesario cambiar las maneras de
hacer el mundo, es decir la visión del mundo y las operaciones prácticas por las cuales los sujetos son producidos
y reproducidos. Este poder simbólico es un poder de hacer con palabras que generan pasiones. Evidentemente esto
no implica un pensamiento común y homogéneo. Por lo contrario la multiplicidad de ideas hacen a un debate
siempre necesario en situaciones de crisis sociales. Debate que pone en juego prácticas sociales y políticas que
atraviesan todos los campos de la sociedad. De allí que convocamos a tres reconocidos intelectuales de nuestro
país que se referencian en distintos espacios políticos: Horacio González (Carta Abierta), Maristella Svampa
(Plataforma) y Eduardo Grüner (Asamblea de intelectuales, docentes y artistas del Frente de Izquierda).
1º) -La noción de intelectual tiene una larga historia que va desde el affaire Dreyfus y continua con las ideas
de Antonio Gramsci sobre la “hegemonía cultural”, el compromiso sartriano, los trabajos sobre los
intelectuales y el poder de Bourdieu hasta los debates sobre la función de los intelectuales entre Antonio
Tabucci y Umberto Eco para citar algunos ejemplos. En este sentido, ¿Cuál es la función del intelectual en la
actualidad?
2º) -¿Cuáles son los efectos de la crisis del capitalismo mundializado en la cultura y en los intelectuales?
3º) -¿Cuál es el grado de autonomía de la cultura en relación a las distintas fracciones del poder? En este
4º) -Es evidente que se ha producido en nuestro país un hecho nuevo: el agrupamiento de los intelectuales
para tomar posiciones sobre diferentes circunstancias políticas, económicas y sociales (Carta abierta, La
Asamblea de intelectuales, docentes y artistas del Frente de Izquierda, Plataforma, el grupo Aurora) ¿Cómo
entiende este hecho? ¿Cuál es su importancia? ¿Qué influencia tienen los intelectuales en el devenir de la
sociedad?
Horacio González
Sociólogo, ensayista, Profesor de varias Universidades Nacionales y Director de la Biblioteca Nacional. Algunos de
sus libros son: La ética picaresca (1992), El filósofo cesante (1995), Arlt: política y locura (1996), La crisálida.
Metamorfosis y dialéctica (2001), Paul Groussac: La lengua emigrada (2007), Kirchnerismo, una controversia
cultural (2011) y Lengua del ultraje. De la generación del 37 a David Viñas (2012(link is external))
1º) La noción de intelectual es al mismo tiempo odiosa y atractiva. Preferiría que fuera una noción sin sujeto, es
decir, que “nadie” fuera intelectual. Y que tan solo hubiera problemas de tipo intelectual. Pero en ese caso ¿cuáles
serían esos problemas y quienes los definiría? Los intelectuales, por cierto. Pero de esta manera, los intelectuales
serían todas las personas que ante cualquier núcleo de problemas, se dispusieran a reflexionar colectiva o
individualmente sobre ellos. A esta momentánea idea de intelectual, un intelectual situacionista, digamos, le
agregaría que sería necesario advertir o seleccionar el lenguaje con el que se habla de tales núcleos problemáticos.
A mi juicio, una dilucidación intelectual puede tener varios rangos de lenguaje, que recorran desde el plano más
expresivo y vitalista hasta el más conceptual. No puede faltar, sin embargo, la cualidad argumental y el sentimiento
de que se está pensando un tema “por primera vez”. Esas son a mi juicio las características, sino de una vida
intelectual -tal cosa, creo, no existe- sino de una actitud intelectual frente a los enigmas de la vida y la ética de las
relaciones. En todo lo demás, estoy de acuerdo en intervenir en los asuntos públicos con un sentido de justicia, e
incluso de escribir sobre la misma condición intelectual, como lo hizo Gramsci. El “caso Dreyfus” es uno de los
tantos episodios que escinden la opinión pública nacional. Este tipo de escisiones establecen la fisura intelectual por
excelencia. Todos deben pronunciarse, todas las relaciones sociales entran en tensión y un único dilema ético
bifurca de un tajo el cuerpo nacional. Terreno ideal para la manifestación del intelectual aislado, que apela a su
conciencia genérica sobre lo tolerable o intolerable en una sociedad y explicita lo que sería una muestra selecta de
su espíritu vulnerado. No hay intelectual sin una exhibición pudorosa de un espíritu vulnerado. El caso de Grasmci
es diferente al de Emile Zola, pues si éste, con su intervención a favor de Dreyfuss fue un hombre singular al
servicio de la conciencia colectiva, Gramsci siempre tuvo el proyecto del “hombre colectivo” aunque su drama de
encarcelado es estrictamente individual. Sus escritos son los de un encarcelado, la escritura surge de sus
condiciones de encierro. Son dos formas biográficas de las herencias intelectuales del siglo XX.
100
2º) Siempre la vida intelectual fue afectada por el mercado -que consiste también en formas de escritura y de
investigación- y siempre hubo un sueño de desconexión de místicos y anacoretas. Respeto tanto a un Marx como a
un Henry Thoreau. La idea de situarse en el centro del mundo para analizar, prever y trabajar sobre las crisis de la
dominación imperante, o de situarse en un deliberado anacronismo estético para hacer de la conciencia íntima la
sede de ese mismo trabajo contra el impulso de dominio, me parecen igualmente respetables. Los intelectuales son
el efecto de esas crisis, pero si le diéramos mucha importancia a la noción de intelectual, también pueden ser su
causa.
3º) El descubrimiento general del terreno de la subjetividad fue reforzado por la novela romántica del siglo XIX y
no sería difícil seguir el rastro de la noción de consumo cultural como el hilo histórico de formación de las clases
medias y los ideales de vida burgueses. La consideración de que para cada opinión o cada creencia hay una “visión
del mundo”, pertenece a la filosofía idealista alemana y al trabajo crítico de Grasmci, que lo puso en términos de un
realismo crítico llamándolo “sentido común”. Esa es la encrucijada de su pensamiento: ¿la vida intelectual es parte
de ese sentido común o tiene una instancia diferencial? Si fuera este último caso, como parece apuntar la filosofía
de Gramsci, el intelectual es un segmento relativamente apartado de los conocimientos simples, lo que hace
dificultoso decir que “todos son intelectuales”, aunque esa tesis genérica es lo que intenta desarrollar, a la manera
de lo que mucho tiempo después aparecerá como el problema del “intelecto general” -viejo tema de Marx, por otra
parte-, en el que toda la sociedad es poseedora de prácticas de conocimiento. En Gramsci el “intelectual aislado” de
cuyo populista-dostoyeskiano todavía tiene sentido, mientras que no parece ser así en las reelaboraciones de Toni
Negri a partir de algunas líneas dispersas del pensamiento del marxismo originario.
4º) No hay una corporación de intelectuales en ningún lado. Si hay diferendos sociales necesariamente deben
construir distintos horizontes de expresión intelectual. No obstante, entiendo la vida intelectual como la creación de
un estilo. Por lo que puede haber opiniones conservadores de gran estilo así como opiniones de izquierda de estilos
bajos, divulgativos y empíricos. Lo ideal sería mantener estilos altos -es decir, de la gran herencia intelectual que
pasa por Sartre y su contradictor Bourdieu (ya que en la cuestión anterior fue mencionado), para manifestar
nociones de “izquierda”, antes que sostener fórmulas de izquierda con estilos aparentemente difusionistas, lo que
por sí puede albergar una idea de lo popular tan alejada de las herencias de aquel signo como de lo popular
entendido también como tesoro de saberes y no como desesperante vulgata a la que hay que adecuarse. En términos
generales soy partidario de la antigua idea de Lukacs, aceptada y rechazada alternativamente por éste, en relación a
que la vida intelectual parece ser el raro sostenimiento de una ética de izquierda con la capacidad de encarar
Maristella Svampa
Licenciada en Filosofía, Doctora en Sociología, Investigadora independiente del Conicet y Profesora titular de la
Universidad de la Plata. Algunos de sus libros son: La sociedad excluyente. La Argentina bajo el signo del
neoliberalismo (2005), El dilema argentino: Civilización o Barbarie, (1994, reeditado en 2006), Cambio de época,
Movimientos sociales y poder político (2008), Certezas, Incertezas y Desmesuras de un pensamiento político.
Argentina (2011)
1º) El concepto de intelectual, su función y el rol del pensamiento crítico articulan una serie de debates de gran
contenido histórico y político, tanto en Europa como en América Latina. Podría decirse que hay un cierto consenso
en la extensa bibliografía sobre intelectuales: por un lado, para hablar de intelectuales debe haber una vocación por
la intervención pública. Esto implica romper con los límites endogámicos que impone el saber experto; vincularse
con otros actores sociales y mundos de vida, en función de la defensa de ciertos valores éticos, políticos e
ideológicos. Por otro lado, esta intervención pública implica una determinada relación -de compromiso o de
distancia- con lo político y el poder. Así, la presencia de estas dos dimensiones es lo que permite distinguir un
académico, un artista o un profesor universitario de un intelectual como actor público. Finalmente, para algunos el
carácter gregario o el recurso a la acción colectiva es una dimensión originaria a la hora de hablar del intelectual,
aunque desde mi perspectiva, ésta no sea una condición ineludible. Aún hoy podemos encontrar modalidades
vinculadas a la figura del intelectual político como “francotirador” (el caso de E. Said, por ejemplo).
Así, y más allá de los aportes esclarecedores realizados por Gramsci o por Foucault; el primero para generalizar un
concepto, estableciendo nuevas tipologías vinculadas a la función del intelectual; el segundo para tomar distancia
de la definiciones más genéricas y enfatizar la idea de “intelectual específico”; los elementos enunciados más
arriba continúan siendo dimensiones fundamentales del “devenir intelectual” en la sociedad contemporánea.
A estas consideraciones generales, agregaría que, tradicionalmente, en América Latina las fronteras entre
intelectuales y política han sido porosas, ya que tempranamente los intelectuales se convirtieron en actores de la
vida pública, en función de la defensa de ciertos valores éticos y políticos. La difícil tarea de consolidación de un
campo intelectual autónomo, que comienza a operarse a mediados del siglo XX aparece ligada a este vaivén de los
intelectuales latinoamericanos entre ambas esferas, y al involucramiento constante de los intelectuales en la vida
Existe una importante tradición de pensamiento crítico en América Latina. Este extrae no sólo sus tópicos, sino su
talante teórico y su potencia de los conflictos sociales y políticos de su tiempo, del análisis de la dinámica propia de
acumulación del capitalismo en la periferia y sus diferentes fases; de las formas que asumen las desigualdades
sociales, raciales, territoriales y de género en nuestras sociedades; de los procesos de movilización de los sectores
subalternos, sus demandas de cambio social y sus gramáticas políticas. Ideas como las de Desarrollo y Modernidad,
tópicos, son conceptos y categorías del pensamiento crítico latinoamericano, que atraviesan y estructuran diferentes
En la actualidad, dichos saberes y disciplinas críticas no se nutren solamente de una tradición cosmopolita -que
fagocita e invoca las más variadas escuelas y corrientes críticas de la modernidad occidental-, sino también de otras
tradiciones, anteriormente invisibilizadas o denegadas en términos epistemológicos, sobre todo en lo que se refiere
a los saberes vernáculos y las cosmovisiones de pueblos originarios. En esta línea, en América Latina existe una
incipiente “ecología de saberes”, como diría Boaventura de Sousa Santos, que en mi opinión incluye también la
recuperación de ciertos temas y debates que han recorrido la historia de las ciencias sociales y humanas en América
Latina, las cuales -como es sabido- se han caracterizado por un déficit de acumulación, que ha conspirado contra la
Por otro lado, una de las exigencias que atraviesa el pensamiento crítico es la de pensar las luchas y conflictos de su
tiempo, no solamente desde la elaboración de “conceptos críticos” (del neoliberalismo; del desarrollismo, entre
otros) sino también a través de “categorías-horizontes”, esto es, desde un pensamiento propositivo, innovador,
Por último, aunque uno estaría tentado de afirmar el carácter irreductible de la crítica intelectual frente al poder,
más allá de los valores o sujetos sociales que se invoquen como fundamento (el Partido, el Sujeto social o el Estado
revolucionario), no siempre es así. Fueron los debates en torno a las revoluciones realmente existentes los que
pusieron en jaque la autonomía del pensamiento crítico: por ejemplo, la revolución cubana todavía continúa siendo
una suerte de punto ciego una parte importante de la izquierda latinoamericana. En esta misma línea, en la
actualidad no son pocos los intelectuales que aparecen vinculados a los procesos políticos liderados por los
gobiernos progresistas del continente y que alimentan nuevas obturaciones y puntos ciegos de la crítica, frente al
Desde mi perspectiva, estos debates y reposicionamientos han traído consigo una nueva fractura en el campo del
pensamiento crítico latinoamericano. Así, a diferencia de los `90, cuando el continente aparecía reformateado de
manera unidireccional por el modelo neoliberal, el nuevo siglo viene signado menos por los discursos únicos que
por un conjunto de tensiones y contradicciones de difícil procesamiento. El pasaje del Consenso de Washington al
Consenso de los Commodities instala nuevas problemáticas y paradojas que tienden a reconfigurar el horizonte del
pensamiento crítico, enfrentándonos a desgarramientos teóricos y políticos, que van cristalizándose en un haz de
2º) Sin duda, lo que ha sucedido en las últimas décadas (crisis del marxismo, derrumbe de los socialismos reales,
ingreso a la globalización neoliberal), ha trastocado los contornos políticos y epistemológicos de la tarea del
intelectual. Por un lado, la demanda de profesionalidad y la especialización del saber repercutieron sobre las figuras
realmente existentes del intelectual y terminaron por otorgarle centralidad a la figura del intelectual experto. Atrás
parece haber quedado la figura del intelectual legislador (independientemente del signo ideológico) y su
pretensión de universalidad (en muchos casos, ligada al Partido Revolucionario). Como bien señala Z. Bauman, éste
ha sido paulatinamente reemplazado por figuras más modestas, por ejemplo, la del intelectual intérprete, que se
define más como un traductor y comunicador de saberes, sin pretensión legislativa alguna. A esto agregaría que las
últimas décadas han visto surgir también a la figura posmoderna del intelectual ironista, aquel que a partir de la
crisis de los lenguajes emancipatorios y de los paradigmas totalizantes, plantea la distancia irónica y provocativa
respecto de la realidad, situándose como tal entre el escepticismo político y el rechazo a cualquier posibilidad de
Así, creo yo, hoy existen una pluralidad (o fragmentación) de figuras posibles del intelectual, definidas de manera
3º) Antes dije que el pensamiento crítico se nutre de la nueva gramática de las luchas sociales, de esos otros
lenguajes de valoración que se construyen a distancia del poder -acerca de la sociedad, la democracia, las luchas
sociales, la expansión de los derechos-. No hay que olvidar que, desde fines de 2001, en Argentina, la academia
vuelve a ser interpelada políticamente, esta vez por los movimientos sociales populares y contestatarios. Producto
de esta interpelación es el surgimiento de nuevas figuras del intelectual, entre ellas, la del intelectual
anfibio. Dicha figura está vinculada a la repolitización de academia, a la emergencia de una nueva generación de
intelectuales ligada a la militancia social, y por ende a las tensiones que se generan entre “pensamiento militante” y
“discurso del experto”. Entiendo por “intelectual anfibio” aquel que se define por su pertenencia a varios mundos,
que es capaz de habitar y recorrer esos varios mundos y disciplinas, de desarrollar, por ende, una mayor
comprensión y reflexividad tanto sobre las diferentes realidades sociales como sobre sí mismo. Asimismo, esta
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conceptualización sostiene, a la manera de Bourdieu, que “un pensamiento verdaderamente crítico debe comenzar
con una crítica de los fundamentos económicos y sociales del propio pensamiento crítico”. La auto-interpelación,
esto es, la indagación sobre las propias condiciones de producción del pensamiento, es otro de los elementos que
atraviesa las nuevas figuras del intelectual crítico, vinculadas a organizaciones y movimientos sociales.
En este marco, el sentido que adoptaba la “batalla cultural” estaba vinculado a la necesidad dar cuenta de luchas
invisibilizadas por el poder político, económico y mediático; de contribuir a la desestigmatización de esas voces
bajas, de tratar de establecer puentes y vínculos entre realidades diferentes, interpelando el sentido común
hegemónico, para colocar otros temas y conceptos en el debate público. En términos políticos, nos confrontaba
también a otros dilemas e interrogantes, que constantemente retornan, como por ejemplo, el de pensar la relación
A partir de 2008, asistimos a la actualización de una lógica cultural de carácter binario, lo cual contribuyó a
rediseñar y reducir los escenarios o los diferentes frentes de conflicto, a una oposición central. Este contexto de
polarización cambió el sentido mismo de la llamada “batalla cultural”. Como en otras épocas de la historia
argentina, los esquemas dicotómicos, que comenzaron siendo principios reductores de la complejidad en un
momento de conflicto, terminaron por funcionar como una estructura general de inteligibilidad de la realidad
política. Al mismo tiempo, este marco de fuerte polarización torna mucho más compleja la tarea del intelectual
invisibilizaciones.
Creo que la conciencia de esa notoria dificultad (la de hacer audible una voz fundada en la doble disidencia, en la
crítica a las diferentes formas de poder -político, económico, mediático-), es la que ha generado la necesidad de
4º) Los intelectuales argentinos somos bastante gregarios y la capacidad de nuclearnos en colectivos no es algo
novedoso. Desde el período democrático inaugurado en 1983, ha habido distintos nucleamientos y numerosos
proyectos culturales colectivos, tal como lo analiza el reciente libro de Héctor Pavón sobre los intelectuales
argentinos. El caso más emblemático es el del Club Socialista, que arranca en 1984 y cierra sus puertas en 2008.
Este fue uno de los lugares por excelencia en el cual los intelectuales argentinos de la generación del exilio
procesaron colectivamente la ruptura con los ideales revolucionarios, e incorporaron una visión pluralista (y cada
vez más formalista) de la democracia. Fue también un lugar con proyección política.
En un contexto de polarización más reciente, nacieron otros colectivos de intelectuales. En su momento, Carta
Abierta tuvo una gran capacidad de interpelación, al redefinir el conflicto que se estaba viviendo en 2008 como
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“destituyente”; o hablar de un “golpismo sin sujeto”, aún si luego tendió a seguir la agenda del gobierno, con
críticas más bien tímidas. Asimismo, con el paso de los años, Carta Abierta ilustra también la consolidación de una
nueva figura del intelectual político; ya no la del “consejero del príncipe” -que fue la figura que se difundió bajo el
alfonsinismo, con el Grupo Esmeralda-, sino la del “intelectual funcionario”, asociado a la política como gestión.
Y en el marco de dicha polarización, tratando de escapar a ella, nació también Plataforma, en enero de 2012, como
un espacio colectivo que nuclea a intelectuales y trabajadores de la cultura provenientes de diversos ámbitos,
preocupados por los derechos humanos, de ayer y de hoy, así como de las diferentes formas de desigualdad que
atraviesan la sociedad argentina actual. Surgió de la necesidad de crear una voz independiente de los diferentes
poderes (políticos, económicos, mediáticos), tratando de no caer en el peligroso juego de los reduccionismos y las
polarizaciones descalificadoras que tienden a encapsular el debate en una disputa entre posiciones pro-k y anti-k. En
este sentido, antes que plantear un “debate entre intelectuales” como cierta lógica mediática pretendió instalar,
Plataforma 2012 propone debatir abierta y públicamente los grandes temas nacionales -algunos de los cuales no
figuran en la agenda política-.La repercusión positiva que tuvo la creación de Plataforma 2012, reforzó en nosotros
la idea de avanzar en este tipo de apuesta colectiva. Así, no sé cuanta puede ser su influencia real en la sociedad,
probablemente casi nula, pero son numerosas las personas que desde distintos puntos del país, desde diferentes
ámbitos de la cultura, del pensamiento, de la militancia social y ambiental, de pueblos originarios, nos hicieron
llegar su saludo entusiasta y apoyo activo, subrayando a través de ello la existencia de un pensamiento popular y
Eduardo Grüner
Sociólogo, ensayista, Profesor de la Facultad de Filosofía y Letras y de Ciencias Sociales de la cual fue Vicedecano.
Algunos de sus libros son: El ensayo, un género culpable (1995), Las formas de la espada (1997), El sitio de la
mirada (2000), El fin de las pequeñas historias (2002), La cosa política (2004) y En La oscuridad y las
luces (2010)
1º) Intus-legere , “el que sabe leer”, es el origen etimológico de la palabra “intelectual”. Obviamente, esto no se
refiere al que sencillamente puede leer -en el sentido de que no es analfabeto- sino al que sabe hacerlo: el que
lee más allá de lo que “salta a la vista”. Aclaremos: “leer” es aquí una metáfora (aunque no una cualquiera, ya que
testimonia un privilegio del lógos en la cultura occidental a partir al menos de los presocráticos); intelectual puede
ser también, por ejemplo, el que sabe escuchar más allá de lo que se oye, o sabe mirar más allá de lo que se ve.
Sin embargo, es verdad que suele identificarse al intelectual con una praxis de intervención en la esfera del
lenguaje, de las palabras. Posiblemente esto tenga que ver, en efecto, con la generalización del concepto a partir
del J’Accuse de Émile Zola interviniendo en el affaire Dreyfus, como indica la pregunta. Y esto es interesante,
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porque entonces la inflexión “moderna” del término implica no solamente una relación con la palabra, sino con la
palabra política y para más incluso “panfletaria” (la recusatoria de Zola es efectivamente un panfleto, como lo
es, digamos, el Manifiesto Comunista de Marx y Engels: un buen intelectual también es el que le devuelve su
dignidad a ese género degradado). No hay nada recusable en que un intelectual escriba panfletos. Pero, por
supuesto, esa no puede ser su única ni principal “función”. Nunca me ha conformado esta palabra, como tampoco
me gusta hablar del “rol” del intelectual. Para mí, un intelectual es estrictamente dis-funcional e in-enrolable. Esto
no significa, desde ya, que no pueda afiliarse o apoyar a un partido, movimiento o agrupación política, incluso a un
gobierno (aunque yo, personalmente, tengo una fobia neurótica grave hacia todo lo que huela a poder): pero no lo
hace principalmente en tanto intelectual, sino como sujeto o simple ciudadano -más allá de mi enorme respeto por
Gramsci, la noción de “intelectual orgánico” me resulta muy discutible-. En tanto intelectual, su lugar (o mejor,
su no-lugar) es insanablemente solitario: es el famoso tábano socrático que hace preguntas para las que casi nunca
tiene respuestas, o que dice siempre lo que los otros no quisieran oír. Se ve entonces la tensión “esquizofrénica” en
la que tiene que vivir: como ciudadano, militante o simpatizante de un colectivo político, tiene que tener
respuestas; en tanto intelectual, no tiene más que interrogantes. El “modelo” literario por excelencia es aquí, claro,
Hamlet, a condición de que se advierta que Hamlet no es el sujeto de la duda o la indecisión -como se suele
pensar- sino el que pregunta por las razones del Ser y de la Nada (ya que la pregunta cita a Sartre). Y tampoco es,
aquella soledad, incompatible con el trabajo colectivo: en general, todo intelectual que se precie hace, por ejemplo,
revistas. Es decir: se da una política también para el campo intelectual. Pero en última instancia, cuando escribe,
está solo con su alma dividida. Y allí sí que no puede ser indeciso: cada palabra es una decisión de la que ya no se
puede volver atrás. Es lógico, pues, que a los partidos y movimientos políticos les cueste tolerar ese
“individualismo colectivo” (valga el oximoron) del intelectual. Es así, qué le vamos a hacer.
2º) La actitud intelectual ante la cultura es que esta está siempre en crisis: es un permanente malestar,
parafraseando a Freud. Este es el costado del “pesimismo de la inteligencia”: ontológicamente, por así decir, no hay
que tener excesivas esperanzas en una humanidad más feliz. Histórica y políticamente, sin embargo, uno hace una
“apuesta pascaliana” a ese futuro -es el costado “optimismo de la voluntad”-. ¿Por qué? No es sólo (aunque sea
mucho) para que la gente viva mejor: para desear eso no hace falta ser un intelectual. Es porque algo como el
“comunismo” (sin que podamos hoy definir qué va a ser eso, simplemente pensando en esa recuperación de lo
común de la que habla Badiou) permitiría revelar cuáles son los verdaderos conflictos de la humanidad,
su verdadero “malestar”, cuando se despejen las urgencias del hambre, la explotación, la alienación económica.
Allí va a emerger un desocultamiento de alguna Verdad -si se me disculpa la jerga heideggeriana- que sería
interesante ver. Ese es mi único “principio esperanza”, para decirlo con Ernst Bloch. Entonces, la crisis del
capitalismo ofrece la oportunidad de redoblar esa apuesta. De pensar una y otra vez, lo más radicalmente que nos
salga, el porvenir de aquélla “ilusión”, anticipando la posibilidad de que la cultura, tal como la conocemos,
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desaparezca. Anticipando, incluso, la posibilidad de que el futuro sea la barbarie. Es, quizá, un
pensamiento trágico, o de una dialéctica negativa, a lo Adorno. Pero no debería ser melancólico: al contrario, es
un investimiento “libidinal”, si se quiere, que apunta al mayor realismo posible: si la libertad es conciencia de la
necesidad, como proponía Hegel, una crisis como la actual debería ofrecernos la libertad de
3º) La “cultura” es el poder. Es -como se vuelve a decir ahora, en general con demasiada simpleza- la hegemonía.
O, althusserianamente, el cemento, la argamasa que busca mantener unidas las fracciones de las clases dominantes,
e idealmente “pegar” con esa mezcla a las dominadas. El intelectual, como el artista, debiera estar en última
instancia contra la cultura. Pero para eso -porque la cultura no tiene “lado de afuera”- tiene que estar dentro de
ella, en sus intersticios, fabricándole pliegues, discontinuidades, tajos incurables. Desde ese singular sin-lugar su
programa de máxima es ser totalmente ajeno al poder. En la práctica cotidiana, por supuesto, tiene que estar todo el
tiempo negociando con el poder, incluyendo esos (no tan) “micro-poderes” que son las “materialidades
conducentes” de la cultura: los medios, las editoriales, la universidad, y así. Allí, como Penélope, tiene un doble
trabajo: procura destejer simultáneamente lo que él mismo teje, conservando el “horizonte” de su programa máximo
a la vista. La relación con el poder propiamente estatal lo complica todavía más: desde Platón, pasando por
Maquiavelo o Rousseau, hasta, digamos, Heidegger, Malraux o Semprún, y ni hablemos de la Argentina de ayer y
hoy, la tentación de hacerse escuchar por el poder de turno, de influir sobre él, ha sido una insistencia irresistible.
Siempre termina en fracaso, desde ya, porque el poder tiene razones que la razón intelectual no entiende: ella está
empeñada, como decíamos, en interrogar allí donde el poder necesita respuestas. No obstante, el intelectual -
sujeto, como cualquier sujeto, a una suerte de automatismo repetitivo- persiste más allá del eterno retorno de su
desencanto (porque si se “encanta” en serio, abandona su no-lugar intelectual, y estamos en otra cosa). Si el poder
no lo convoca, se queja; si lo convoca, se debate en la duda de cómo mantener su “distancia crítica”. Nunca la tiene
fácil, y me saco el sombrero ante los que a pesar de saber eso no dejan de intentarlo. Personalmente, soy demasiado
débil como para estrellarme una y otra vez contra la misma pared. Prefiero la posición cómoda de quedarme en esa
distancia, en lo posible mezclado con los que sufren el poder. Trato, eso sí, de no engañarme: también con ellos
hay una inevitable distancia, es una fatalidad sociológica. Pero al menos, mimetizándose ficcionalmente con esa
perspectiva, uno puede apreciar mejor que las “batallas culturales” que realmente importan no son las que se
libran entre las fracciones del poder, sino contra todas ellas -de distinta manera en distintos momentos, lo admito-
y contra los propios límites de lo que se llama “cultura”. Lo demás, me parece, son tironeos mediante los cuales
buscamos alguna forma de transacción entre aquel “horizonte de máxima” y nuestras demandas cotidianas. Hay
que hacerlo, y lo hacemos. Pero llamarlas batallas, me parece un exceso: la guerra es una cosa seria, de la cual se
4º) Me permito tomar con cierto grado de ironía el vapuleado tema del “retorno de los intelectuales”, para preguntar
un poco provocativamente: perdón, ¿a dónde nos habíamos ido? Yo escribí cualquier cantidad de cosas en los 90;
hice varias revistas, publiqué libros y ensayos, participé de infinitos debates públicos. Y no soy ninguna excepción,
sino apenas uno más: todos los que conozco, y son muchos, hicieron lo mismo o más. Y eso se hizo, por definición,
en los espacios públicos que supimos mal o bien conquistar. Ahora, si con “retorno de los intelectuales” se quiere
decir que nuevamente, después de mucho tiempo, se conformaron agrupamientos explícitamente pensados para
intervenir colectivamente en el debate político-cultural, de acuerdo, es algo para celebrar. Pero, otra vez, no es
estrictamente un “retorno”, sino una continuidad bajo otras formas. Menos “solitarias”, si se quiere. En cierto
sentido, es algo que se hizo siempre, y sobre todo, más “politizadamente”, desde 1955: ¿Hay que
recordar Contorno, El Escarabajo de Oro, Literal, Envido, Los Libros, Punto de Vista, Sitio, La Bizca, La
Ciudad Futura, El Cielo por Asalto, El Rodaballo, o las hoy aún vigentes El Ojo Mocho, Confines, Conjetural,
esta misma Topía a quien estoy respondiendo (y ello sin mencionar las múltiples revistas teóricas vinculadas a
partidos o grupos políticos)? ¿Cuándo dejaron los intelectuales de agruparse para intervenir políticamente, ya fuera
en la política “grande” o en la de su propio campo? Es cierto que los acontecimientos del 2001 (más que los de
2008, aunque fue a raíz de estos que se hizo más visible) forzosamente provocaron algún reacomodamiento. Sin
perder la parte que habíamos ganado (la autonomía del significante, el peso de lo simbólico-cultural, etcétera) el
pensamiento se nos materializó mucho más. En el plano nacional, fue toda una revancha (bien amarga en otros
aspectos) para los que nos sentíamos más cerca de la trinchera de Viñas o León Rozitchner que de la pista de
patinaje de algún fabricante de zoquetes. En este sentido preciso, el 2001/2002 fue importante por haber liberado
enormes energías en el campo de cosas como el arte callejero, las intervenciones urbanas, los grupos de teatro,
música y cine “al paso” y demás (lo menciono para no circunscribirnos al sempiterno modelo del intelectual
“letrado”). Por otra parte, los formatos actuales, sin duda más “masivos”, tienen sus riesgos -aunque por cierto no
sean simétricos-: de un lado, el riesgo de perder la famosa distancia crítica -perder “pesimismo de la inteligencia”,
para volver a esa expresión-, subordinándola a las (inevitables, parece) necesidades instrumentales o estratégicas de
la realpolitik. Del otro, mantener tanta distancia crítica, tanto rechazo a cualquier compromiso con la política de
“manos sucias” de la que hablaba Sartre, hasta que esa “pureza” abstracta se vuelva políticamente inoperante, o
incluso un obstáculo. Y finalmente, el riesgo más grande: hoy los medios -todos los medios, cada uno a su manera
y con sus propias improntas ideológicas- juegan un papel que no tenían en los tiempos de, digamos, Contorno. Es
constante el peligro de quedar atrapado por un “liderazgo” mediático que necesariamente aplana la reflexión crítica
con sus tiempos, sus inmediateces, sus urgencias, sus inevitables simplificaciones groseras. No se trata de sus
contenidos ni de sus intenciones: ellos funcionan así, no son ni buenos ni malos, son incorregibles, como decía
Borges (aunque no lo decía de los medios, claro). Como se verá, en la dicotomía de Umberto Eco soy un
decidido apocalíptico. En todo caso, es cierto que esta presencia mediática puede darles alguna influencia sobre
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capas sociales no intelectuales, pero al precio de, otra vez, diluir su lugar propiamente intelectual. Si es en pos de
una buena causa política, por ejemplo, bienvenido sea. Pero hasta ahí.
Si, como ya tempranamente describieron los fenomenólogos, el ser inevitablemente existe, se encarna, en-el-
mundo, vale decir entonces, que los cambios en ese campo intersubjetivo e indeterminado que aglutinamos
imperfectamente bajo el concepto “mundo”, necesariamente implican cambios en nuestros modos encarnados:
experiencias sensorio-motrices, emociones y representaciones corporales. La mutabilidad del “mundo”, con sus
consecuentes resonancias subjetivas-corporales, ha sido constatada por los estudios antropológicos, tanto desde los
orígenes mismos de nuestra especie como a lo largo y a lo ancho de la diversidad de culturas que han florecido en
nuestro planeta. Así, la antropología nos permite aventurarnos a las miles de formas posibles en que los seres
humanos hemos sido capaces de ser-en-esa diversidad de mundos, o para decirlo en términos de las teorías
contemporáneas de la performatividad, en los múltiples modos en que podemos subjetivarmos, hacernos en las
reiteradas prácticas que nos vinculan con otros seres, naturalezas, objetos y tecnologías.
¿Pero qué sucede cuando esos modos otros de subjetivación no se ubican ya en exóticas y lejanas culturas, sino que
irrumpen al interior de nuestra propia sociedad urbana occidental y parecen mutar y replicarse de modos cada vez
más vertiginosos? En estos casos: ¿Somos capaces de practicar un saludable relativismo cultural que nos permita
aprehender y comprender esos nuevos modos sin proyectarles automáticamente nuestros viejos marcos de
pensamiento y valoración?
Los jóvenes, al iniciar una relación afectiva utilizando los medios de
escritura virtuales, pueden entablar conversaciones íntimas que antes, una
pareja, podía tardar años en realizar “cara a cara”.
Nos centraremos aquí en algunos fenómenos que consideramos constituyen un desafío para repensar los modos en
Información y la Comunicación” (las denominadas “TICS”), y en especial de internet y las transformaciones que
generan en los modos de sociabilidad y lazos afectivos. Fundamentalmente, nos interesa problematizar ciertas
interpretaciones intelectuales que califican como inauténticas a las formas de sociabilidad, subjetivación y los
regímenes corporales que estas tecnologías promueven. Así, nos preguntaremos si en estas visiones, no estaría
operando una presunción tácita o subyacente acerca de cómo las relaciones humanas “deberían ser”, la cual muchas
En primer lugar, debemos recordar que las posiciones encontradas que hoy generan las tecnologías virtuales no
constituyen un fenómeno del todo nuevo. A lo largo de la historia, al menos en el contexto de la modernidad
occidental, los grandes cambios tecnológicos en las maneras de comunicarnos han sido objeto de entusiasmo y
actitudes celebratorias, pero también de desconfianza y sospecha: desde la invención de la imprenta, el telégrafo, el
teléfono, el cine, la radio, la TV, las computadoras hasta nuestra actual Internet, ultra-rápida y omnipresente, y que
especialmente a partir de esos “teléfonos inteligentes”, nos permite estar “siempre conectados”.
Todos los días, millones de personas de casi todas las edades trabajan, consumen, se divierten, se comunican con
sus familias y amigos o emprenden nuevos vínculos empleando internet en diversos dispositivos. Si bien
inicialmente el consumo de estas tecnologías se vincularon a las clases medias y altas urbanas, la dinámica de
emergencia de nuevos modelos y abaratamiento de los viejos, así como el impacto de programas públicos
orientados a “reducir la brecha digital” -como sucede en nuestro país con Conectar Igualdad- han extendido cada
vez más el uso de las nuevas TICS, incluso a sectores populares y poblaciones rurales. Asimismo, Internet ha
puesto en jaque la propiedad privada de muchos bienes culturales tradicionales: cada vez más libros, pinturas,
películas, fotos, músicas, danzas, juegos y variadas educaciones, vía tutoriales, están disponibles online.
Es un saludable ejercicio epistemológico, sospechar de aquellas reflexiones
que proyectan nuestras propias viejas categorías a aquellos nuevos
fenómenos de los otros
Algunos pensadores actuales tienden a concebir el tipo de vínculos virtuales que crean estas tecnologías como la
máxima expresión de la enajenación del ser humano por parte del capitalismo, en tanto este sistema supone y
necesita de lazos sociales extremadamente lábiles para poder reproducirse. Por nuestra parte, reconocemos la
importancia de estas condiciones de posibilidad, simbólicas y materiales, del capitalismo actual, y su pregnancia en
las intersubjetividades contemporáneas. No obstante, lo que a nuestro juicio debería ser objeto de mayor
en su acepción marxista más clásica) que se adscribe a las relaciones humanas que hoy se juegan a través de canales
como internet. Una argumentación de este tipo puede encontrarse, por ejemplo, en los muy difundidos desarrollos
en torno a la modernidad “líquida”, del sociólogo polaco Zigmunt Bauman. Con un pasado marxista “duro” y una
experiencia de vida igualmente dura (judío exiliado en Rusia durante el nazismo), elaboró el concepto de “liquidez”
a principios de los años 90’. Mas si como decíamos en la introducción, los cuerpos son-en-el-mundo ¿podemos
hacer abstracción de que Bauman celebrará este año su cumpleaños número 90 y que fue socializado en otros
especialmente cuando lo hace a través de la ironía cómplice, categorizándolas como “volátiles e inestables”, es
111
evidente que por detrás opera un patrón sobre cómo estas relaciones eran en el pasado. Nos preguntamos entonces,
si este tipo de argumentación no permanece presa de una lectura normativa, que toma como modelo ese pasado que
entronaba los vínculos “más” duraderos y estables, dificultando así pensar bajo nuevas formas estas nuevas
modalidades de sociabilidad.
El caso de las relaciones amorosas es particularmente interesante para ilustrar este debate. Bauman dedica todo un
libro, titulado Amor líquido: acerca de la fragilidad de los vínculos humanos, a analizar bajo la lógica de la liquidez
los vínculos amorosos. Es especialmente a través de su escritura sarcástica, entre líneas, donde nos preguntamos: si
lo actual no sería genuino ¿desde qué idea de amor “verdadero” está escribiendo? ¿No anida allí una concepción
“romántica” del amor, fruto de una época socio-histórica particular? Cuando él critica la fugacidad de los vínculos
amorosos en la actualidad, ¿no se trasluce, en última instancia, una concepción monogámica y de carácter eterno de
cómo deberían ser estas relaciones? En este punto, pensamos en el fenómeno actual del “pluriamor” y nos
preguntamos: ¿es sólo una frágil y efímera reunión de individuos que siguen ciegamente a su deseo sin considerar
al otro o esto implica, por el contrario, vínculos más transparentes y honestos entre los individuos, “más”, al menos,
que aquellos matrimonios de “toda la vida”, pero signados una y otra vez por la represión o el adulterio? No
obstante estos cuestionamientos, reconocemos también que así como los valores de estabilidad-durabilidad-
unicidad en los vínculos, eran parte de esa macro articulación de capitalismo (moderno) y patriarcado, la
(posmoderno) e incluso con sus reconocimientos de las diversidades sexuales: en efecto, los mercados actuales, en
Veamos un ejemplo del modo en que han operado las tecnologías de la comunicación en aquellos viejos y nuevos
vínculos afectivos, y como éstos han sido ponderados. Comparemos las antiguas “cartas de amor” de “puño y
letra”, que inspiraron tanto romanticismo en la literatura erudita y luego en el más popular cine de Hollywood, con
los actuales intercambios epistolares de “pantallas-teclados” de los adolescentes (vía Facebook, Whatsapp, o hasta
hace unos años, de los hoy ya caducos e-mails y mensajes de texto), que inspiran tanta desconfianza en algunos
intelectuales maduros. Nos preguntamos si en estas diferentes valoraciones no operan también ciertos procesos de
distinción social, como los llamaría Bourdieu, en torno a la tecnología de la escritura. Antes, cuando la escritura era
un bien de pocos, un capital simbólico más escaso, era valorado en tanto medio de distinción y, consecuentemente,
la “carta de amor” inspiraba valoradas producciones culturales. Ahora, que la escritura deviene un recurso masivo y
cotidiano, utilizado en los chats y ampliamente compartido por adolescentes, jóvenes y algunos adultos, pareciera
que el bien pierde su valor de distinción y se diseminan lecturas críticas sobre la fragilidad y liquidez de los
vínculos que produce o incluso se denuncia su “empobrecimiento”, cuando muchas veces se trata de cambios en la
redacción como los que han sufrido todas las lenguas a lo largo de la historia.
112
Otra cuestión clave respecto del uso de estas tecnologías, es la descorporización que involucran, ya que no hay un
otro “cara a cara” al que dirijo mis palabras-gestos-miradas, sino tan sólo sus palabras escritas y a lo sumo sus fotos
o avatares, que elige “colgar” en la nube… La antropóloga argentina Rita Segato, en el interesante diálogo con el
psicoanálisis que efectuó en su libro Las estructuras elementales de la violencia, en uno de sus capítulos reflexiona
sobre los foros de discusión en internet. Plantea que en estos casos, la descorporización del intercambio virtual
habilita, por ejemplo, una exacerbación de la violencia discursiva, en tanto el cuerpo material del otro no está
presente cómo límite a mi discurso, convirtiéndose tan solo en una “proyección fantasmática”; por ello también,
sospecha que en estos casos la alteridad es ilusoria y el diálogo inauténtico, pues se trataría de un discurso circular,
autodirigido, un monólogo narcisista de egos. No obstante, también podemos agregar que en otros contextos menos
impersonales, como en los chats de “amigos” (ya sean éstos virtuales o con encuentros presenciales esporádicos),
esa misma descorporización puede habilitar una más fluida comunicabilidad, por ejemplo, de la intimidad y las
sexualidades, al reconfigurar aquel complejo y duradero vínculo (históricamente construido), entre cuerpos-
vergüenzas-palabras. Tal como señala Silvia Elizalde (en el capítulo de un libro colectivo de próxima aparición,
titulado Tendencias! Claves sobre la cultura argentina hoy), los jóvenes, al iniciar una relación afectiva utilizando
estos medios de escritura virtuales, pueden entablar conversaciones íntimas que antes, una pareja, podía tardar años
Consideramos que estos fenómenos actuales, que aquí apenas hemos esbozado en unas pocas líneas, implican
nuevas prácticas de subjetivación que desestabilizan nuestras teorías modernas sobre las subjetividades-
corporalidades. Así, aquellas afirmaciones muchas veces citadas, que al referirse al uso de las TICS y de Internet,
señalan que “estar en varios lugares es no estar verdaderamente en ninguno”, tal vez deberían tornarse hoy en
preguntas que nos lleven a cuestionar nuestras concepciones tradicionales, así como a indagar y construir nuevas
herramientas conceptuales.
Si a mediados del siglo XX, Merleau-Ponty reformuló la noción husserliana de ser-en-el mundo, planteando lo
inescindible de la relación cuerpo-mundo, en tanto compartimos una misma carne, hoy nos vemos interpelados a
dar cuenta del modo en que la redes virtuales son también parte de ese mundo. Podríamos decir que la red virtual se
ha convertido entonces en un horizonte más de entre los infinitos posibles del mundo de vida cotidiano, un nuevo
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horizonte en el que la gente está viviendo, trabajando, enamorándose… Así, la aparición de este nuevo horizonte,
una vez más, nos prueba que el ser humano no es un “plan acabado”, sino más bien un “proyecto indeterminado”,
en constante transformación… Teniendo en cuenta estos procesos, consideramos que las caracterizaciones que ya
en los 70’ efectuaba Deleuze, concibiendo al sujeto como rizomático, desterritorializado, con la posibilidad de
construir múltiples y nómades puntos o pliegues de subjetivación, también podrían aportarnos algunos indicios para
En conclusión, retomando las enseñanzas de la etnografía, planteamos que es un saludable ejercicio epistemológico,
sospechar de aquellas reflexiones que proyectan nuestras propias viejas categorías a aquellos nuevos fenómenos de
los otros, aunque esas otredades hoy emerjan en nuestra misma cotidianidad y rápidamente se conviertan en
hegemónicas Este escrito es entonces una doble invitación: a desestabilizar o poner en riesgo nuestra noción
de una subjetividad individual, más o menos estabilizada y encarnada en un cuerpo presente, y concebida como
resultado de estructuras (psicológicas, socio-culturales) previas; y a atrevernos a pensarnos como múltiples redes
intersubjetivas, más o menos móviles y mutantes, encarnadas en cuerpos presentes y virtuales, que son el resultado
de prácticas que citan y reiteran las normas hegemónicas que nos preexisten, pero que en esa misma repetición,
también habilitan subversiones (al decir de Judith Butler), líneas de fuga y desterritorializaciones (al decir de
Deleuze).
UBA. www.antropologiadelcuerpo.com
Hemisferio Izquierdo
http://www.rebelion.org/noticia.php?id=221558
¿Puede sobrevivir el capitalismo? No, no creo que pueda (…) ¿Puede funcionar el socialismo? Por supuesto
que puede”
Gabriel Oyhantçabal: Pretender dar una respuesta totalmente acabada sería por lo menos soberbio, cuando
no irresponsable. Claro que hay rasgos centrales que pueden y deben ser afirmados como principales ejes
orientadores, pero las particularidades de la sociedad superadora del capital devendrán de su propio
desarrollo. Para empezar, y al menos como hipótesis, creo que sigue sirviendo la distinción que hiciera Marx
en su “Crítica al Programa de Gotha” entre socialismo y comunismo. Esto porque es imposible pensar
cualquier desarrollo histórico sin transición, sin movimiento contradictorio. Es más, quizás ayude más pensar
en clave de “transición permanente”, que en un supuesto estadio que pondría punto final a todas las
contradicciones. En esta perspectiva, pienso al socialismo como una etapa de transición prolongada que
debe superar al capitalismo por una sociedad donde la producción y la reproducción de la vida sea
organizada colectivamente (podría agregar democráticamente, aunque habría que dar significado a un
término tan manoseado), y al comunismo como el horizonte de la sociedad sin clases y sin Estado.
Desde esta interpretación es posible, y necesario, interpelar a dos tesis políticas comunes en la izquierda
contemporánea. La primera es la tesis del “socialismo de mercado”, que postula que es posible democratizar
la riqueza y la toma de decisiones (el poder) “sin tocar” las relaciones económicas fundamentales. La
segunda es la tesis “pre-figuracionista” que sostiene que es posible superar al capitalismo reconfigurando las
relaciones de producción desde los “intersticios” que va dejando la sociedad capitalista, retornando a una
supuesta sociedad mercantil sin trabajo asalariado, pero que renuncia a la posibilidad de la producción
socialmente planificada.
El segundo elemento tiene que ver con la necesidad de construir una democracia de los trabajadores, con
todas las ambigüedades que pueda implicar esta idea. Cuál será su forma concreta no lo sé, pero por lo
pronto no parece viable pretender superar el capitalismo sin la acción conjunta y colectiva de aquellos que
viven de vender su capacidad de trabajo. Esta estrategia deberá combinar momentos de centralización del
poder que resuelvan aspectos medulares relacionados con la geopolítica y con el abasto material de la
sociedad, con momentos de democratización de las decisiones y de control social que eviten las tendencias
burocratizantes que marcaron a fuego las experiencias del “socialismo del siglo XX”.
Hemisferio Izquierdo: Otro aspecto común en las izquierdas es que parecería que entre el hoy y el
socialismo no hay nada. Cuesta establecer mediaciones, y, sobre todo, cuesta la elaboración
programática más allá de la mera administración de lo existente o el simple panfleto maximalista
y los enunciados generales. ¿Qué ejes programáticos habría que poner sobre la mesa para
acelerar procesos, buscar saltos de calidad, recuperar iniciativa política?
GO: Para empezar comparto plenamente la preocupación. La “legitimidad del capitalismo” no sólo es
responsabilidad de “conversos y pragmáticos”, sino también de otra izquierda que sin “renunciar a los
principios” se muestra impotente a la hora participar dialécticamente en el curso de la historia. En esto
recupero una reflexión de José Pedro Barrán que le escuché cuando la UdelaR le otorgó el Doctor Honoris
Causa en 2007, que decía que el desafío para cambiar la sociedad era ser lo suficientemente distintos a esta
para no reproducirla, y al mismo tiempo lo suficientemente parecidos para dialogar con ella. Con esto quiero
decir que no nos sirve un programa que sólo se preocupe por ocupar el Estado, ni un programa tan pero tan
“extremo” que sólo sirve como bálsamo de conciencias.
En concreto, destacaría tres ejes programáticos que deberían organizar la acción política: (1) disputar el
excedente socialmente producido; (2) modificar la matriz productiva; y (3) modificar la matriz de relaciones
de producción. Dado lo breve de la entrevista, enfatizaré más en los “grandes ejes” que en las políticas
concretas.
Con respecto al primero, habría que partir de la constatación de que el límite de cualquier democracia
capitalista es la socialización del excedente apropiado privadamente, por lo que el problema central no es
tanto como dividir el excedente en partes iguales sino como conducir el proceso económico de forma
consciente y organizada. Esta perspectiva articula tres desafíos: incubar formas no capitalistas de economía
como “gérmenes” de socialismo potencial; estimular procesos formativos que evidencien las contradicciones
115
y límites de la sociedad capitalista; y por último, y no por ello menos importante, ampliar el acceso al
bienestar social de cada época.
Por su parte, el cambio de la matriz productiva contiene dos objetivos principales. En primer lugar,
evidenciar la vulnerabilidad de Uruguay como espacio económico que no produce, y difícilmente pueda
producir, la gran mayoría de las mercancías. Esto implica asumir la imposibilidad de una “vía propia al
socialismo”, y con esta la necesidad de construir una estrategia internacionalista. En segundo lugar,
evidenciar a la burguesía como “parte del problema”, en tanto clase desinteresada en alterar qué se produce
y para quién.
Finalmente, la modificación de las relaciones sociales de producción expresa “el fin último” de la estrategia
socialista, y está relacionada directamente con lo que decía en la primer pregunta. Identifico tres niveles
articulados para este eje programático. Primero, modificar las relaciones de propiedad avanzando en formas
de propiedad que combinen la propiedad estatal clásica, experiencias de cogestión Estado-trabajadores y
empresas controladas directamente por los trabajadores. Segundo, alterar las relaciones de trabajo teniendo
como faro la cogestión Estado-trabajadores permitiendo que los trabajadores se apropien de la organización
del proceso de producción, al tiempo que la propiedad estatal garantiza la socialización del excedente
evitando procesos de acumulación privada. Y tercero, modificar las relaciones de intercambio de forma de
reducir progresivamente los espacios mercantiles, teniendo en cuenta obviamente los riesgos de
desabastecimiento, ampliando los espacios que no se rigen por la lógica de la ganancia y dando paso a la
planificación colectiva de la economía.
Fuente: http://www.hemisferioizquierdo.uy/single-post/2016/09/07/El-problema-central-no-es-tanto-como-
dividir-el-excedente-en-partes-iguales-sino-como-conducir-el-proceso-econ%C3%B3mico-de-forma-
consciente-y-organizada
Al escenario del Teatro Nacional de Guatemala suelen subir músicos y actores, pero el 14
de enero de 2016 había casi doscientos políticos de pie, con el cuerpo hacia el público y la
mano derecha sobre el corazón.
Aplausos.
Minutos después cerró el telón. Morales, su esposa, el vicepresidente y los 158 diputados
del congreso desaparecieron tras las cortinas rojas. Lo que inició como una ceremonia
oficial parecía un acto de magia: al teatro entró un cómico y salió un presidente.
Señor presidente
“Durante 22 años les he hecho reír. Si gano las elecciones, prometo que no les voy a hacer
llorar”, dijo Jimmy Morales durante su campaña. El comediante y productor de televisión
116
que Guatemala eligió como presidente está punto de cumplir su primer año en el poder
pero no parece que su actuación como mandatario haya hecho mucha gracia a los
ciudadanos.
En el país que cumple 20 años de haber firmado la paz y uno de haber elegido a un
candidato antisistema para asumir la presidencia aún queda mucho por hacer. La gente
ya no muere o desaparece a media calle por expresar ideas contra el gobierno en medio
de una guerra civil, pero la violencia en Guatemala cobra un promedio de 28,3
homicidios por cada 100.000 habitantes.
Mientras duró su campaña, Jimmy Morales repitió ese eslogan una y otra vez. En la
memoria de la Guatemala que lo escuchaba había décadas de gobiernos militares que
para reprimir la insurgencia crearon un país inseguro y violento. Solo durante la Guerra
Civil (1960-1996) desaparecieron 45.000 y murieron 200.000 ciudadanos.
Antes de Morales también hubo un militar: en septiembre de 2015, a tres años de haber
asumido el poder, el general retirado Otto Pérez Molina renunció a la presidencia para
enfrentar acusaciones por delitos de cohecho, asociación ilícita y defraudación aduanera.
Los guatemaltecos estaban hastiados y enojados; salían a las calles a protestar. “¡Todos
los políticos son corruptos!”, se leía en pancartas de manifestantes en la capital del país.
Después de las elecciones, la prensa local e internacional se preguntaba cómo hizo Jimmy
Morales para ganar. Al igual que Donald Trump, era el candidato que nadie se tomaba en
serio y al final resultó vencedor.
No todos nuestros presidentes cuentan chistes ni son estrellas televisivas, pero tampoco
todos tienen experiencia política o militar. Algunos cambiaron la oratoria por una cuenta
de Twitter y el título en Derecho o en Ciencias Políticas por una empresa rentable.
Un guion seductor
Tenía tres años cuando su padre murió. Su madre quedó endeudada con dos hijos y él
creció en un pueblo sin asfalto ni drenaje. Luego empezó a trabajar: vendió plátanos y
ropa usada; vendió zapatos y gaseosas; vendió y vendió. Luego puso una productora y él
triunfó solo.
Entre sus personajes ninguno fue tan provechoso como el que hizo de sí mismo. El guion
de la historia de su vida sedujo al público con una lógica simple: un hombre del pueblo
que ya sufrió lo que todos sufrimos sabe cómo alcanzar el éxito. Un hombre con dinero no
tendría por qué robar.
Transformar a Morales en la cara del partido fue como maquillar la historia: antes de él,
los militares de Guatemala inspiraban desconfianza y rechazo; eran un recordatorio de
dictadura, violencia y corrupción.
Al centro, Jimmy Morales, el actual mandatario de Guatemala, escoltado por los expresidentes
Álvaro Arzu (izquierda) y Vinicio Cerezo (derecha) durante una ceremonia en conmemoración de
los 20 años de la firma de los acuerdos de paz que pusieron fin a la Guerra Civil del
país. CreditEsteban Biba/European Pressphoto Agency
Un año después
Para Itzep, del Observatorio Indígena de Guatemala que esta semana desaprobó el primer
año de gestión presidencial, el presidente no ha sido capaz de impulsar el desarrollo,
ampliar la cobertura educativa y solucionar problemas de racismo y discriminación.
“Los guerreros del populismo son prácticamente inútiles”, escribió Francis Fukuyama
en Foreign Affairs tras la victoria de Trump. “Pueden endurecer el crecimiento,
exacerbar los males y empeorar la situación en lugar de mejorarla”.
AB Chile está conformada por un grupo de empresas globales y locales controladoras de sus respectivos mercados,
tales, y sólo como salpicadas citas, Coca-Cola, Agrosuper, Iansa, PF, CCU, Evercrisp, Ideal, Watts o Nestlé. En
suma, un sector que factura más de US$ 30.000 millones anuales a través de la venta de productos de primera
necesidad, como el pan, las pastas, los pollos o las bebidas. Esta fuerte incidencia en la vida de los consumidores,
que les genera ingentes utilidades, se hace a costa de la salud de las personas.
Esta escena ha estado presente de manera creciente durante las últimas décadas, la que se ha ido configurando del
mismo modo que el resto de los mercados. La alimentación, tal como en el retail o las finanzas, se ha desarrollado
bajo el mismo esquema de libre mercado desregulado, proceso que ha conducido a una fuerte concentración de las
ventas en unas pocas empresas todopoderosas. Con el control casi absoluto de sus respectivos sectores, estas
corporaciones imponen, a través de una gigantesca inversión publicitaria, un tipo de producto, que es finalmente un
régimen masivo de alimentación.
El modelo de mercado desregulado ha configurado un panorama con empresas gigantescas y controladoras frente a
unos consumidores y otros actores, como los mismos trabajadores, cada vez más debilitados. Se trata de un poder
extenso, que tiene como finalidad primordial no ofrecer un buen servicio o producto, sino obtener utilidades.
Porque éstas son bienvenidas tanto en el comercio, la extracción de recursos naturales, la salud, la educación o la
120
alimentación. Valga aquí sólo recordar las múltiples colusiones, los carteles para subir precios, la contaminación de
territorios y mares, todos efectos de similares estrategias comerciales.
Valga aquí también como parte del negocio la salud de los consumidores. Un proceso de acumulación de capital
que está apoyado sobre la acumulación de problemas en la salud de una población alienada por la publicidad y
enferma por el consumo. Desde el control de los hábitos de alimentación por las grandes corporaciones, la salud de
la población se ha deteriorado con aumentos dramáticos de la obesidad infantil, hipertensión arterial y diabetes,
entre otros males. La ganancia empresarial se obtiene a través de la entrega al consumidor de productos adictivos,
con altos índices de sodio , azúcar y calorías, además de todo tipo de dañinos conservantes y colorantes.
La ley de etiquetado de alimentos, vigente desde hace unos meses a pesar de largos años de tramitación, presiones y
lobby de estas empresas, ha sido un primer logro de la sociedad civil pese a los escurridizos y poco confiables
representantes políticos, que sorprendentemente votaron un proyecto a favor de la ciudadanía. Una ley de
etiquetado que no prohíbe, sino que alerta al consumidor sobre los riesgos que implica ingerir este tipo de alimentos
procesados.
Hace algunas semanas estas empresas, concertadas en AB Chile, oscuro gremio que preside un ex funcionario de
Sebastián Piñera, el ex ministro UDI y actual lobbista Rodrigo Alvarez, lanzaron el spot de marras para boicotear la
ley de etiquetados. Una campaña a la que invitaron a rostros de la televisión, seguramente tras una persuasión
millonaria, para confundir a una población escasamente educada en su opción por la salud. En esa maniobra los
canales de televisión, parte del mismo negocio a través de la publicidad, han sido cómplices al emitir una campaña
que atenta contra la ciudadanía. Esos mismos canales, que hace apenas un mes gimoteaban con la teletón, no tienen
ningún pudor en boicotear una campaña contra la salud ciudadana.
La condescendencia de la TV privada y falsamente pública e independiente, como lo es TVN, al aceptar sin ningún
cuestionamiento un boicot a una campaña de salud los confirma, una vez más, en piezas de la misma maquinaria.
Un aparato comercial y también ideológico, en el cual la lógica del mercado y de los negocios está por encima de
cualquier otro posible interés.
Este evidente sesgo quedó doblemente al descubierto cuando estos mismos canales rechazaron una campaña de El
Ciudadano para celebrar la edición 200 de su formato impreso en la cual se llamaba a la recuperación de los
recursos naturales, hoy todos entregados al gran capital, comenzando por los marinos a manos de un puñado de
empresas depredadoras. Tras una primera aprobación de este spot por parte de los departamentos comerciales, fue
rechazado por quienes toman las decisiones editoriales. Una muestra más de la gran trenza de poderes ocultos que
controla nuestras vidas.
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• Suiza, donde Société Internationale de Placements (1930) fue la precursora de la fuerte expansión
posterior de las sociedades y fondos de inversión, que en gran medida se debió a que este país, dada su
larga tradición financiera, se convirtió en un importante refugio para los capitales procedentes del
resto del mundo [4] tras la crisis del año 29.
Se trataba por lo tanto de países o territorios de pequeña extensión o aislados geográficamente, con gran
estabilidad política y que han hecho de su reducida fiscalidad uno de los motores de su desarrollo económico
por la vía de importar capitales foráneos que enriquecen al conjunto de la población y sus instituciones,
perjudicando a aquellos países y territorios que han sido creadores o generadores de esos capitales surgidos
por el esfuerzo de sus trabajadores, empresas y familias.
Desde la crisis del año 1929 se han sucedido una serie de crisis capitalistas que se han ido sucediendo con
mayor o menor importancia, y que han desembocado en la actual, donde los Paraísos Fiscales tienen un papel
decisivo por ser elementos distorsionadores de la Economía productiva y por descapitalizar las naciones
medianas y pequeñas, empobreciéndolas y alimentando en ella los movimientos especulativos.
Entre las naciones más afectadas por la descapitalización que generan están las de carácter hispanoamericano
pues sus élites están acostumbradas a tener insolidariamente sus riquezas fuera de sus Naciones y refugiadas,
a su entender, en dichos Paraísos Fiscales. Ejemplo de lo anterior son Argentina y Venezuela e incluso la
propia España que está sufriendo actualmente un proceso de fuga de capitales que va en paralelo a su
empobrecimiento, desempleo masivo de su clase trabajadora (en torno al 20% de la población activa) e
incremento de presión fiscal generada por la crisis actual y que se ceba sobre las clases medias productivas,
cada vez más paupérrimas.
Detrás de esta descapitalización vía Paraísos Fiscales está siempre Inglaterra y sus Colonias que son
auténticos “Agujeros Negros” del Capitalismo. Pero la presión de los “Tax Heavens” (“Paraísos Fiscales”) y
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sus movimientos especulativos que ejercen los británicos han tenido también muchas otras caras a lo largo de
la Historia.
El proceso de emancipación de las naciones americanas vinculadas a España fue financiada a través de
empréstitos sindicados (por ejemplo, del Barckays) que se gestionaron a través de la City londinese, o Bolsa
principal de Inglaterra, en unas condiciones usureras y draconianas. Estas naciones nacieron con este pecado
original y no han conseguido superarlo del todo pues muchas de sus fuentes de riqueza siguen en manos
anglosajonas, prendadas desde entonces [5].
2. Los Hedge Funds y los Fondos Buitres: nuevas herramientas de la depredación económica
del Ultracapitalismo
Valga como ejemplo adicional y en demérito de la propia España el que uno de los presuntos objetivos a
priori de la última Presidencia española de la Unión Europea era potenciar la supervisión financiera sobre los
Fondos de Riesgo, también llamados “Hedge Funds” [6], que son los Fondos de Inversión que mejor se
mueven por los Paraísos Fiscales. Sin embargo, en el momento de la verdad, la Vicepresidente económica
Doña Elena Salgado del momento, perteneciente al Partido Socialista Obrero Español, retiró de la agenda de
los Ministros de Economía de los 27, la discusión sobre el control de los mencionados “Hedge Funds”.
El motivo de semejante retirada, según consta en prensa nacional española [7] fue la llamada del ex Primer
Ministro británico Gordón Brown a su ex homólogo español Rodríguez Zapatero. La razón de fondo de
semejante inacción es que en el Reino Unido se concentran aproximadamente el 80% de los “Hedge Funds”,
lo que explica la oposición británica (la única que existía en la Unión Europea) a la Directiva Europea que
tenía a iniciativa de Alemania por objetivo la regulación de los mencionados fondos.
Es difícil justificar la sensibilidad española a la situación británica, que según palabras de la Ministra Sra.
Salgado, se encontraría en la búsqueda de “un mayor consenso en este sentido”. Por su parte, el Comisario de
Mercado Interior de la Unión Europea, Michel Barnier, manifestó su decepción por la falta de regulación de
los “Hedge Funds” y por la oportunidad perdida.
Efectivamente, nos encontramos ante una ocasión desperdiciada, lo que nos invita a pensar que detrás de las
palabras del ex-Presidente español Zapatero contra los “especuladores culpables de la crisis del sistema
financiero internacional” no había una verdadera voluntad de poner remedio a la situación descontrolada en
que se mueven los “Hedge Funds” y sus ámbitos naturales de actuación, los Paraísos Fiscales, que movilizan
un total de dos billones de euros, aproximadamente la mitad de todos los movimientos de capital en el ámbito
europeo.
El mercado de los “Hedge Funds” sigue siendo desde el principio un mercado especialmente canalizado
por las dos grandes potencias económicas anglosajonas, EE.UU. y Reino Unido, gracias a sus
legislaciones facilitadoras. Especialmente relevante es el peso de los Hedge Funds domiciliados en
EE.UU., más del 70% del total de los fondos mundiales gestionados por esta vía lo están en la potencia
americana.
Por otro lado están aflorando en el Mundo Anglosajón los llamados “Fondos Buitre” que se dedican
sistemáticamente a comprar a precio de saldo, activos tóxicos en países en situación de grave crisis
económica.
Por ejemplo, compran carteras de créditos hipotecarios a un precio en torno a un 10% de su valor contable o
en libros. Es la necesidad de liquidez de los operadores económicos en los países en crisis el origen de su
fuerza y poder.
Es incomprensible esta complacencia española ante las autoridades británicas teniendo como tiene España a
sus puertas el problema de Gibraltar y siendo esta Colonia como es uno de los canales más utilizados para la
evasión fiscal. [8]
3. El Paraíso Fiscal de Gibraltar
Este Paraíso Fiscal de Gibraltar no es de los más antiguos; de hecho se crea a raíz de la apertura de la verja
por parte de las autoridades españolas a primeros de la década de los ochenta y sin contrapartidas, una vez
instaurada la Democracia en España y ratificado su ingreso en la OTAN y en la Unión Europea.
Es por tanto un Paraíso Fiscal que nació con la complacencia de las nuevas autoridades españoles, algunas de
las cuales se sospecha se benefician de ello [9].
123
La presencia al Sur de España [10] en Gibraltar de un Paraíso Fiscal en manos inglesas supone un cáncer
económico para la comarca de alrededor. Los datos son elocuentes: Cádiz es la provincia con mayor paro de
España y Europa, más de un 40%, por culpa del “dumping” fiscal y monetario que causa el Paraíso Fiscal.
Gibraltar tiene 30.000 habitantes y más de 80.000 sociedades mercantiles domiciliadas en su seno. Viven
ajenos a la crisis, con crecimientos anuales superiores al 5% del P.I.B., pleno empleo y superávit
presupuestario, cifras típicas de un país emergente. Son datos que contrastan con la crisis económica española
que es la Economía que depreda y destruye poco a poco.
Las fuentes de su riqueza son el sector financiero (30%), el comercio de contenedores (25%), el turismo
(30%) e Internet (15%).
Sin los capitales que en Gibraltar se refugian y con una presión fiscal confiscatoria como la que se padece en
España, los trabajadores españoles están condenados a una vida de miseria y de desesperación, tanto dentro
como fuera de sus fronteras. Esto es una constante de los territorios que circundan a los Paraísos Fiscales.
Por mucho que lo nieguen, las consecuencias devastadoras de la depredación que causa la Colonia británica a
España y los españoles son evidentes.
Muchos españoles van a Gibraltar a trabajar y se les considera ciudadanos de segunda. Se les paga
mucho peor y por el contrario, la élite gibraltareña tiene sus residencias oficiales en Sotogrande, dentro
de España. Todo lo que queda del Imperio Británico son paraísos fiscales, como las Malvinas, las Islas
Vírgenes, la Isla de Man... El Imperio Británico ha desaparecido en términos de amplias extensiones y
poblaciones, pero desde un punto de vista capitalista es más esplendoroso que antes.
Inglaterra nunca ha querido poner orden ni control en los paraísos fiscales que dependen de ella porque eso le
da el poder económico sobre ingentes masas financieras que apuestan a hundir empresas, bancos y naciones y
que son, en gran parte, responsables de la crisis económica que estamos padeciendo. Es necesario reconocer
cuanto antes que España y otras Naciones Europeas como Grecia, Portugal, Irlanda e Italia no son más que un
puñado de acciones y títulos de la deuda pública en manos de las grandes masas financieras.
Ese es el descontrol que existe en el capitalismo internacional y que nos ha llevado a esta crisis. Hay que
apostar por la economía real que crea empleo. Los paraísos fiscales no generan empleo y, al final, hunden a
las naciones y las empobrece. España tendría que apostar por una economía real con sus naciones hermanas
de Iberoamérica y por un mercado de 500 millones de personas, pues hoy son en gran parte vasallos de los
anglosajones
Usurpando Gibraltar tras el Tratado de Utrecht (1713), Inglaterra no sólo rompió la cohesión del comercio del
Imperio Español sino que marcó el comienzo de la legalización de la piratería económica, que en el siglo XX
se ha transformado en sus paraísos fiscales. Desde que se abrió la verja, el problema de Gibraltar no ha dejado
de agravarse para España. La cuestión militar de la ocupación, ya no es lo esencial; ahora prima la cuestión
económica, el Paraíso Fiscal de Gibraltar, que cumple a la perfección las tres condiciones para ser
considerado como tal: impuestos cero o nominales, falta de transparencia y protección de información
financiera personal.
El Tratado de Utrecht marca el final del poder de España como un Imperio. A partir de entonces España es
actor secundario e inexistente. En paralelo, Inglaterra consigue un equilibrio continental que era lo que
buscaba para lograr su expansión marítima por todos los continentes. Se trata de ver ese Nuevo Orden
Mundial que surge sobre la base de un expolio del Imperio Español y que aún pervive bajo el prisma de su
depredación económica.
Gibraltar no deja de ser un símbolo de decadencia para España, al ser la última colonia de Europa, pero
también puede serlo de fortalecimiento para la Economía Mundial si España consigue recuperar ese
territorio como China recuperó Hong Kong.
En distintas épocas donde España ha estado cohesionada y con las ideas claras en relación a Gibraltar es en
las que más se ha avanzado. Por lo tanto, hay que hacer de Gibraltar una cuestión de Estado porque como dice
el insigne periodista español José María Carrascal [11] , “mientras siga estando Gibraltar en manos británicas
España no puede ser una nación moderna ni de primer orden”.
Cuando España entró en la OTAN y en la Unión Europea la dijeron que se iba a arreglar el asunto de
Gibraltar y no se ha hecho. Se ha pleiteado en el Tribunal de Estrasburgo, pero siempre tarde y aunque nos
acaban dando la razón, luego viene la legislación gibraltareña y lo cambia todo. España debería tener una
124
posición de firmeza absoluta en todas las instituciones internacionales y con mayor motivo ahora que tras el
“BREXIT” el Reino Unido empieza a abandonar a la Unión Europea.
Ya se hizo en su momento en la ONU y España consiguió varias resoluciones [12] a favor de la
descolonización de Gibraltar que no han sido obedecida por Gran Bretraña, pero hay que insistir de forma
inteligente y diplomática, a nivel jurídico y económico, porque es una cuestión en la que España tendría
bastantes aliados en todo el mundo, empezando por aquellos que también sufren la rapiña anglosajona.
La renta per capita anual del gibraltareño ronda actualmente los 41.000 euros mientras que la del
británico es de 28.500 y la del español de 24.000 y bajando. Cuando la verja se cerró tras el
incumplimiento inglés a las resoluciones de la ONU, y por lo tanto se cortó el tránsito terrestre con la
Colonia, la renta per capital del gibraltareño llegó a estar por debajo de la española.
El actual impuesto de sociedades gibraltareño ronda el 10% y además sólo se aplica a las rentas generadas en
su territorio, estando las de fuera exentas. Este agravio está deslocalizando muchos negocios de España.
Gibraltar crece porque el capitalismo delincuencial (fondos provenientes de la droga, prostitución, tráfico de
armas [13], entre otros orígenes ilícitos) que la sustenta tiene confianza plena de que sus privilegios fiscales se
perpetuarán bajo la protección de Inglaterra.
Hay que insistir en que la mayoría de los Paraísos Fiscales pertenecen a Inglaterra. Nicolas Shaxson, en su
libro “Las islas del tesoro: paraísos fiscales y hombres que robaron al Mundo” afirma que “los catorce
territorios de Ultramar, el siguiente anillo de la tela de araña, son los últimos puestos fronterizos que han
sobrevivido del Imperio Británico formal. Con apenas un cuarto de millón de habitantes, entre ellos se
incluyen algunas de las jurisdicciones más secretas del Mundo: Islas Caimán, Bermudas, Las Islas Vírgenes,
Gibraltar, Las Malvinas,....”.
...
[1] J.K. Galbraith (1991: 88-99), C. Lee, A. Shleifer y R. Thaler (1990 y 1991) y J.B. De Long y A. Chleifer
(1991).
[2] Así denomina Nicolas Shaxson a los Paraísos Fiscales. Recomiendo la lectura del artículo de Paul
Krugman, Premio Nobel de Economía 2008 sobre este autor
en http://www.elespectador.com/opinion/trauma-isla-del-tesoro-columna-412190 y cómo la crisis actual
puede afectar a Paraísos fiscales no anglosajones, como es el caso de Chipre.
[3] Término anglosajón que describe la competencia desleal en términos fiscales.
[4] Para conocer la historia de los fondos de inversión en Suiza resulta de obligada consulta el trabajo de L.M.
Servien, (1962).
[5] En este sentido destaco la Obra “El Nacimiento de Hispanoamérica” del autor Jaime E. Rodríguez, de la
Universidad Andina Simón Bolívar (Ecuador).
[6] Los “Hedge Funds” son fondos de inversión no regulados, altamente especulativos y que apuestan por la
ruina de empresas, bancos y naciones enteras.
[7] Diario “El País” de 17 de marzo de 2010. Página 21. Diario “El Mundo” de misma fecha. Página 38.
[8] http://economia.elpais.com/economia/2013/04/12/actualidad/1365796048_593707.html
[9] http://www.elplural.com/2014/03/11/la-alcaldesa-de-marbella-compro-su-lujoso-chalet-adquiriendo-
una-empresa-de-una-sociedad-gibraltarena/
[10] España sufre al Norte otro paraíso fiscal llamado Andorra. Se trata de un Principado de origen feudal
cuyo poder representativo recae sobre dos Príncipes Gobernadores, el Presidente de la República Francesa y
el Obispo de la Seo de Urgell. Tradicionalmente ha dependido más de España en términos administrativos. De
hecho en 1932 España tuvo que enviar una sección de policías a poner orden en una serie de motines. Desde
que es paraíso fiscal refugio de capitales de origen español ha ganado en autonomía y poder. De hecho a los
ciudadanos españoles que allí trabajan se les considera ciudadanos de segunda categoría, llegando incluso al
caso del maltrato. Es lo que tiene el poder del dinero cuando no tiene ningún control.
[11] Autor del exitoso libro “La Batalla de Gibraltar. Cómo se ganó y cómo se perdió”. Editorial Actas.
España 2014.
[12] Resoluciones 1514, 2070, 2231 de la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas (ONU).
[13] http://hemeroteca.abc.es/nav/Navigate.exe/hemeroteca/madrid/abc/2013/08/22/015.html Un Tribunal
neoyorquino lo corroboró, sentenciando a un individuo que pretendía vender misiles antiaéreos a través de
una sociedad gibraltareña.
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http://elpais.com/elpais/2017/01/13/planeta_futuro/1484311487_191821.html
El crecimiento económico solo está beneficiando a los que más tienen. La súper concentración de
riqueza se ha agudizado en el último año, amenazando la estabilidad y el crecimiento mundial. Ocho
personas concentran en sus manos el equivalente a la riqueza de otros 3.600 millones, la mitad más
pobre de la población mundial, según ha denunciado Oxfam en el informe Una economía para el 99%,
publicado este lunes.
El panorama es igual de desolador en todas las regiones del planeta. En Vietnam, por ejemplo, el hombre
más rico del país gana en un día más que la persona más pobre en 10 años. En Estados Unidos, según un
estudio del economista Thomas Piketty, los ingresos del 50% más pobre de la población se han
congelado en los últimos 30 años, mientras que los del 1% más rico han aumentado un 300%. La suma
de los salarios anuales de 10.000 trabajadores de las fábricas textiles de Bangladesh equivale al sueldo
del director general de cualquier empresa incluida en el índice bursátil FTSE 100, según cálculos de
Ergon Associates. España tampoco es una excepción: pese a un crecimiento de su PIB desde 2014, la
desigualdad se cronifica e intensifica. Este incremento, el segundo mayor de la Unión Europea y 20
veces superior al promedio europeo, se debe a una concentración de la riqueza en menos manos, a la vez
que se produce un deterioro de la situación de las personas más vulnerables.
En Vietnam el hombre más rico del país gana en un día más que la persona
más pobre en 10 años
En particular, Oxfam apunta a las grandes empresas, acusadas de estar “al servicio de los más ricos” y de
guiarse por un único objetivo: maximizar la rentabilidad de accionistas e inversores. En 2015, las diez
126
mayores compañías del mundo obtuvieron una facturación superior al total de los ingresos públicos de
180 países. Sin embargo, este crecimiento no se distribuyó entre todas las capas de la sociedad.
El salario del trabajador o del productor medio apenas ha aumentado en los últimos años o incluso se ha
reducido. En la India, por ejemplo, el director general de la principal empresa tecnológica del país gana
416 veces más que un trabajador medio del grupo. Para ahorrar en costes empresariales, algunas
compañías incluso recurren al trabajo forzado o en condiciones de esclavitud. Las mujeres y las niñas
son explotadas en las condiciones más precarias y representan la categoría peor remunerada.
Entre las estrategias para tributar lo menos posible, el informe denuncia el uso de paraísos fiscales, una
práctica que causa pérdidas anuales de al menos 100.000 millones de dólares para los países en
desarrollo. Una vez más, los más pobres pagan el precio más elevado. En Kenia, por ejemplo, las
exenciones fiscales generan pérdidas anuales de 1.100 millones de dólares, una cifra que duplica la
inversión en salud en un país caracterizado por una elevada probabilidad de que las madres mueran
durante el parto.
En 2015, las diez mayores compañías del mundo obtuvieron una facturación
superior al total de los ingresos públicos de 180 países
Oxfam denuncia que las empresas utilizan su poder para garantizar que tanto la legislación como la
elaboración de políticas nacionales e internacionales se diseñen a su medida, para proteger sus intereses
y mejorar su rentabilidad, como demuestran, por ejemplo, los privilegios fiscales logrados por las
petroleras en Nigeria. Este tipo de "capitalismo clientelar y cortoplacista", además, coloca en una
situación de desventaja a las pequeñas y medianas empresas, incapaces de hacer frente a las grandes
corporaciones.
Oxfam analiza también las riquezas de 1.810 milmillonarios incluidos en la lista Forbes 2016, un 89%
de los cuales son hombres. En el conjunto, poseen 6,5 billones de dólares, la misma riqueza que el 70%
de la población más pobre de la humanidad. Una tercera parte de este patrimonio tiene su origen en la
riqueza heredada, mientras que el 43% está vinculado a relaciones clientelares. Esta riqueza crece en un
promedio del 11% anual desde 2009, una tasa muy por encima a la de un ahorrador medio. "Los súper
ricos no son solo receptores pasivos de la creciente concentración de riqueza, sino que contribuyen
activamente a perpetuarla", subraya el informe, por ejemplo a través de sus inversiones. Los más
poderosos de la sociedad controlan la mayoría de las acciones, lo que les convierte en los principales
beneficiados del modelo empresarial actual, generando un efecto multiplicador de riqueza para los ya
súper ricos.
127
En 2015, la desigualdad se disparó en América Latina y el Caribe: siete millones de personas cayeron en
la pobreza y cinco millones pasaron a la indigencia.
De seguir la concentración de la riqueza a este ritmo, en 25 años se tendría el primer "billonario" del
mundo, que para acabar con su fortuna necesitaría gastar un millón de dólares al día durante 2.738 años.
El estudio de Oxfam estima en 14.000 millones de dólares al año las pérdidas para África derivadas del
uso de paraísos fiscales por parte de los milmillonarios. La organización calcula que esta cantidad sería
suficiente para garantizar la atención sanitaria y salvar la vida de cuatro millones de niños y niñas al año
o para permitir la escolarización a lo largo del continente.
Este modelo económico, sostiene el informe, se basa en una serie de falsas premisas, entre las que se
encuentra la idea de que la riqueza individual extrema no es perjudicial, sino síntoma de éxito, o que el
crecimiento del PIB debe ser el principal objetivo de la elaboración de las políticas. Las premisas
equivocadas incluyen creer que los recursos del planeta son ilimitados o que el modelo económico actual
es neutral desde el punto de vista del género. La organización advierte de que, si no se controlan estas
premisas, será imposible revertir la situación y aboga por la construcción de una "economía más
humana", que beneficie al conjunto de la población. Este nuevo sistema tendría que basarse en la
cooperación entre los Gobiernos, privilegiar el uso de las energías renovables, acabar con la
concentración extrema de la riqueza y respaldar tanto a hombres como a mujeres.
El informe se presenta en la vigilia de la inauguración del Foro Económico Mundial, que abrirá sus
puertas mañana en la ciudad suiza de Davos y que la semana pasada ya había alertado de que la
desigualdad económica, la polarización social y los crecientes peligros medioambientales serán los
riesgos principales del mundo en los próximos diez años.
El Foro ha destacado en varias ocasiones la grave amenaza que supone el incremento de la desigualdad
económica para la estabilidad social, pero, pese a que los líderes mundiales se comprometieran a
intervenir, la brecha entre los más ricos y los más pobres no ha parado de crecer. Distintos estudios de
Oxfam demuestran que en los últimos 25 años el 1% más rico ha obtenido más ingresos que el 50% más
pobre de la población en su conjunto.
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"Si el crecimiento económico entre 1990 y 2010 hubiese beneficiado a los más vulnerables, en la
actualidad habría 700 millones de personas menos, en su mayoría mujeres, en situación de pobreza",
recalca el informe. Si no se revierte esta tendencia, informa Oxfam, las sociedades podrían pagarlo con
un incremento de la delincuencia y la inseguridad, al mismo tiempo que la lucha contra la pobreza
podría verse socavada.
La librera de Erfurt
En la ciudad medieval donde estudió Lutero y donde nacieron Eckhart, Pachelbel y Max Weber
había trece librerías en los tiempos de la RDA
VÍCTOR SOMBRA
http://ctxt.es/es/20170111/Culturas/10524/Libreria-Erfurt-RDA-RFA-libros-capitalismo.htm
A Edith y Cornelia
Mi amiga Edith fue librera en Erfurt entre 1976 y 1986. Erfurt es hoy una
ciudad relativamente poco conocida. En realidad, la actividad económica es
modesta y la población ha disminuido significativamente en el último cuarto
de siglo [1]. Por otro lado, la mayoría de los turistas que visitan el este de
Alemania raramente van más allá de Berlín o, si acaso, de Leipzig o Dresde. Y
eso que hay mucho que ver en Erfurt, que conserva un centro histórico
medieval, poco dañado por la guerra, en el que, junto a la catedral y otros
edificios emblemáticos, se encuentra la sinagoga en activo más antigua de
Europa, nutrida de fieles por la inmigración de judíos rusos tras la caída del
Muro. La Universidad fue fundada en 1392. En ella estudió Lutero, que fue
monje en Erfurt antes de emprender su protesta en Wittenberg. Nacieron en
Erfurt el Maestro Eckhart, Pachelbel y Max Weber, y en ella se reunió
Napoleón con el zar Alejandro I para tratar en vano de apuntalar su precaria
alianza. Son las de Erfurt, por tanto, piedras cargadas de Historia, lo que es sin
duda un tópico y algo que a su manera particular le sucede a todas las piedras
con sus distintas historias. En este caso, las de los desempleados, que durante
la Gran Depresión alcanzaron en Erfurt un tercio de la población activa. Las de
la populosa comunidad judía, deportada en masa a Auschwitz, Birkenau y
Mauthausen, cuyos crematorios habían sido fabricados por la empresa local
Topf und Söhne, líder mundial de la época en hornos industriales. Por no
hablar de los soldados americanos de la 80ª División, procedentes sobre todo
de los montes Apalaches, que liberaron Erfurt el 12 de abril de 1945, y de los
129
Cornelia además le lleva libros, novedades que tardan en llegar a la RDA pero
también otros cuya distribución está prohibida. En esa época no había
problemas para llevar a la RDA una edición inglesa o traducida al alemán de
Hemingway, pero en cambio Orwell se quedaba en la aduana. Otros autores
eran más discutibles, y Cornelia recuerda una larga discusión sobre Octavio
Paz con una aduanera muy leída. La cosa no pintaba bien para Cornelia, que
daba ya el libro por perdido, cuando echó mano de un último recurso: los
poemas de Paz servirían para ilustrar ante sus amigos de la RDA las variadas
formas que puede adoptar la decadente estética capitalista. La aduanera cerró
el libro y se lo entregó sin decir una palabra, como si ese argumento le hubiera
convencido por completo. Sin embargo Cornelia captó en la funcionaria,
mientras ella guardaba el volumen y murmuraba su agradecimiento, una
sonrisa fugazmente reprimida.
LOS ESTUDIANTES TIENEN LA MIRADA PUESTA AL OTRO LADO DEL MURO, EN
LA OTRA ALEMANIA Y, A TRAVÉS DE ÉSTA, EN OCCIDENTE
A Cornelia le gusta buscar mariposas cerca de Erfurt. Le gustan los bosques y
pastizales cercanos y ha encontrado una colonia especialmente numerosa
de Melitaea Athalia, una especie en franco declive que fue catalogada por vez
133
para arrancar la cabellera de sus enemigos– enviado tras las líneas alemanas
para aterrorizar al ejército nazi. Atemorizan igualmente las fotografías de
jóvenes soldados soviéticos de origen tártaro, uzbeko o siberiano. Bajo
banderas rojas y estrellas de cinco puntas, a menudo sobre tanques en marcha
a toda velocidad, su mirada, chispeante y decidida, está fija en la línea de un
frente que se tambalea. Para la burguesía germana que ve su mundo
derrumbarse, esos ojos podrían estar acechando una presa en la tundra. Sólo
que se adentran en una casa en ruinas, tratando de hacerse iguales al terror que
los espera escondido detrás de un armario.
[3] El recurso más socorrido era el de los jubilados, que tenían derecho a
cruzar a la RFA sin trabas. De forma general se aceptaba que éstos actuaban
con sentido común y por tanto sus maletas, repletas a menudo de encargos, no
se solían abrir en la aduana. Entender que los jubilados gozaban por naturaleza
de sentido común podía ser tan socorrido para los aduaneros como para los
lectores.
[4] Ibon Zubiaur ha publicado una excelente antología de la literatura de la
RDA: Al otro lado del Muro. La RDA en sus escritores, Madrid, Errata Naturae,
2014.
[5] Los periódicos occidentales de la época señalaban que una de las
respuestas que daban los albaneses que escapaban del hundimiento del
régimen socialista, a finales de los 80, cuando las autoridades aduaneras
italianas les preguntaban adónde querían ir, era “Dallas”, bajo el influjo de una
serie televisiva americana que ponía, si bien de forma intangible, el lujo al
alcance de todos. Quizá sea más acertado pensar que lo que tenían de verdad
en la cabeza, y lo que alcanzarían los más afortunados de ellos, era poder
precipitarse a los mostradores de Walmart o Carrefour.
[6] Antonio Tabucchi recuerda la librería l’Ulysse de la Île Saint-Louis, a
propósito de la preparación de un viaje a Samarcanda: “…especializada en
libros de viajes, casi todos usados y a menudo subrayados y anotados por las
personas que habían hecho esos viajes dejando en las guías sus apuntes, por lo
demás utilísimos, del tipo: “fonda recomendable”, o bien “evitar esta carretera,
peligrosa”, o bien “en este mercado se venden alfombras finas a precios
asequibles”, o bien “atención, en este restaurante estafan en la cuenta”" (Se está
139
• Víctor Sombra
Políticas de lo minoritario
Podríamos pensar que lo molar es siempre primero en tanto nos encontramos
siempre en algún tipo de estratificación, de configuración molar de la
identidad –una configuración donde las relaciones se determinan entre
identidades que existen en relación a una norma abstracta-, y es exactamente
contra esta configuración que la política emerge. Sin embargo, esta norma
abstracta de la forma molar es precisamente eso: abstracta. La norma molar
existe a lo largo del plano de vida para juzgar y determinar las configuraciones
presentes en ese plano vital, y allí, encarna necesariamente en ‘nadie’ –es una
abstracción que induce al mundo a conformar modelos pero que no puede en
sí tomar una forma concreta. Lo minoritario, por otro lado, se haya en
momentos concretos de fuga, desviación del modelo. En tanto el modelo no es
nunca completamente cumplido, efectuado, lo minoritario somos exactamente
‘todos’:
Y sin embargo, ¿se puede decir que esta visión se acerca al comunismo?
Efectivamente, el comunismo tomado en su actualización solidificada en torno
al atractor molar del modelo soviético, “el obrero nacional, cualificado, macho
y de más de treinta y cinco años” (Moulier-Boutang, citado en MM, 107-8), ha
tenido un efecto controlador y perverso sobre la radicalidad de la política.
Pero si calcamos el comunismo a la experiencia consumada hemos entendido
mal a Deleuze. La historia nos provee de dos caras, y la actual es sólo la más
obvia. Ignora las variabilidades, hacer prevalecer un sentido común
conformado a posteriori, que termina aceptando que el comunismo es un
enemigo de la diferencia. Pero el comunismo marxiano es un movimiento
inmanente a la vida tal como está configurada en las relaciones sociales
capitalistas. Su ‘sujeto’ –el proletariado- no es una identidad clamando
presencia: el proletariado siempre falta. El proletariado es un modo de
compromiso con toda relación que busca superar y abolir sus propias
actualidades. El comunismo entonces no es una continuidad ni con un partido
ni con una tradición. No hay dueño ni nombre propio. Porque se trata de un
modo de compromiso, un conjunto abierto de parámetros y técnicas políticas,
un espacio de problematización que opera como un motor virtual siempre
dentro, a través, y en contra de toda manifestación política específica.
tristeza. Spinoza busca un bien mayor con la filosofía y descubre que el fin
máximo es entendernos como grados de potencia en la naturaleza. Hay que
vivir de acuerdo a ese grado de potencia y así se conquista la felicidad más
firme. Placer, prestigio y riqueza no son malos, sino que no son un fin.
Entonces, llamémosle a estos tres fines “orden”, modos de organizarnos. Va
de suyo que toda época tiene eso pero no es allí donde hay que buscar el
máximo valor.
Nietzsche (VP) nos viene a decir que cuando dos fuerzas se cruzan, sólo
aquella fuerza que logra llegar hacia el final de sus posibilidades se descubre a
sí misma en relación a la otra fuerza como una fuerza activa. La otra, la fuerza
débil, se descubre como reactiva. La actividad de la fuerza es lo que surge
retroactivamente a un encuentro cuando vemos que en relación con la fuerza
que nos encontramos, fuimos capaces de ir hasta el final. Reactivo es el
descubrimiento retroactivo que tiene una fuerza respecto de que no está
pudiendo llevar las cosas donde quiere sino que está siendo llevada. Lo
reactivo no pone lo suyo en el mundo sino que reacciona ante una actividad
ajena. Lo activo no considera nada más que a sí mismo. Las fuerzas reactivas
son lo que llamamos ahora “orden”. Las fuerzas activas es lo que Deleuze y
Guattari están llamando “creación”.
Lo que Deleuze y Guattari explican es que todo individuo está compuesto así:
como una relación entre activo y reactivo. Buscamos que lo reactivo o
adaptativo esté subordinado, que no mande. La sombra del nihilismo es la
amenaza de que la fuerza reactiva desorganice, separe, destruya la potencia de
la fuerza activa: con culpa, enfermedad, neurosis, tristeza. Nuestras
subjetividades están dominadas por lo reactivo. No ponemos en el centro la
potencia sino la adaptación. Deleuze no quiere negar lo reactivo ni el orden,
pero nos llama a buscar otro fin. Hay un mínimo de estratos, pero si eso nos
domina o define… la vida cae. Somos una multiplicidad que no se cierra sobre
sí misma, está en movimiento. Es decir, en la medida en que la adaptación a lo
que ya existe no es la norma, nuestra relación con la realidad está abierta. El
orden es un medio para la desterritorialización. La vida es el conjunto de
posibilidades que quedan excluidas de una vida en particular. Crear es abrirse
a la vida en tanto virtuales. Se llama potencia a nuestra capacidad de
entendernos a nosotros y a la vida como ‘capacidad de trazar’ y no como ‘el
dibujo que ya hicimos’. No quedar atados a los afectos y las figuras que se nos
atribuyen y atribuimos a la imagen de nosotros mismos. Bajo el capitalismo,
Thoburn llama a esa capacidad de trazar, comunismo.
148
Bibliografía
Alliez, È (1997), ‘Questionnaire on Deleuze’, Theorie, Culture and Society, 14 (2): 81-7.
Badiou 1999), “Penser le surgissement de l’événement: Entretien aven Alain Badiou”, Cahiers du
Cinéma, Cinéma 68, Numéro hors-série: 10-19.
Deleuze, G.,
(AE), (1972) L`Anti-Œdipe - Capitalisme et Schizophrénie (con Félix Guattari), Paris, Minuit
(MM), (1980) Mille Plateaux – Capitalisme et Schizophrénie (con Félix Guattari), Paris, Minuit.
(QF), (1991) Qu`est-ce que la philosophie? (con Félix Guattari), Paris, Minuit.
Donzelot, J., (1977) “An Antisociology”, trans. M. Seem, Semiotex(e): Anti-Oedipus 2 (3): 27-44.
Spinoza, B., (TRE), Tratado de la reforma del entendimiento, Colihue, 2008, Buenos Aires.
¿Cuáles son los problemas centrales en los procesos de autonomía social? ¿Por qué
organizar y sostener la vida van juntos? ¿Cómo coproducir un «nosotros» no identitario?
¿Qué son las tramas comunitarias?¿Es posible transformar las instituciones desde la
racionalidad del Estado? ¿Qué vínculos existen entre los gobiernos progresistas y la
lógica masculina? Son algunas de las importantes cuestiones que Raquel despliega en
esta conversación con la precisión y sensibilidad tan enormes que la caracterizan.
149
Raquel Gutiérrez Aguilar militó en el EGTK (Ejército Guerrillero Tupac Katari) junto a
otros como Felipe Quispe, líder actual del Movimiento Indígena Pachacutik-MIP y Álvaro
García Linera, vicepresidente de Bolivia. En abril de 1992, fue detenida por participar en
la guerrilla. Salió de la cárcel en 1997 y volvió a la actividad política, involucrándose,
más adelante, en la Guerra del Agua. Regresó a México en 2001. Toda su vida ha estado
ligada a experiencias de autonomía en Latinoamérica, como ella misma dice, puro tejer,
tejer y tejer. De formación matemática y filósofa, Raquel es profesora en la Benemérita
Universidad de Puebla, donde coordina el Seminario de Investigación Permanente
«Entramados comunitarios y formas de lo político», junto a Mina Lorena Navarro y
Lucía Linsalata. En los libros, Desandar el Laberinto. Introspección en la feminidad
contemporánea (1999) y ¡A desordenar! Por una historia abierta de la lucha
social (2006), reflexiona sobre el poder, sus años en la cárcel, los procesos colectivos, la
construcción y rebelión en lo femenino… Raquel es pura inspiración para pensar nuestro
tiempo. Además de ofrecer un mapa que nos orienta a pensar de otro modo (¿subversión
feminista del pensar?), insiste en una clave que aplicar a todos los ámbitos de la vida:
desordenar, deformar, nunca, nunca conformar.
La pregunta que siempre me ha acompañado puede resumirse del siguiente modo: cómo se
garantizan las condiciones para la sostenibilidad de la vida. Siempre he tratado de pensar
cómo hacer para sostener la vida, tanto en términos individuales como luego en términos
colectivos. Es una pregunta que tiene un carácter inefable porque se trata de un problema
que no estaba en las luchas; aunque las acompaña a lo largo del siglo XX, no era
claramente expresado ni visible.
Durante muchos años milité en una organización política guerrillera que jamás aceptó
150
financiamiento de nadie. Los compañeros usaban la consigna «quien paga manda». Aquí la
idea es clara: no hay autonomía política sin autonomía material. Lo cierto es que pude ver
cosas muy sórdidas de lo que ocurre y cómo se puede mermar la autonomía desde la
cooperación internacional –como en la injerencia de países que apoyaban la revolución en
El Salvador en los 80´s–.
No hay que olvidar que ambas dimensiones van juntas: se trata de procesos materiales y
emocionales de producción de vínculo; un tipo de vínculo que es el que genera capacidad.
A la cuestión del equilibrio emocional le doy mucha importancia porque me ha tocado ser
mediadora de conflictos en contextos muy difíciles. Hacer ver la importancia no tanto de la
tolerancia, sino de la disposición a producir un vínculo fuerte. En este sentido, hay que
saber distinguir cuándo de plano romper, echarse un pleito (como dicen: «más vale un
buen pleito que mil amarillosos») y cuando lo que conviene es convertirte en blanco para
neutralizar los amarillosos y volver a jugar. Eso es un proceso emocional que tiene que ver
con «la dimensión sensible de lo político»: estar al tanto de la dimensión sensible, de lo
que estamos sintiendo y que vamos, por tanto, sabiendo.
Ahí no sé, es pura intuición, pero yo he ensayado un par de cosas que podrían servir.
Es muy interesante si la primera vez que percibes agresividad en una intervención la cortas
de tajo. Yo le llamo a eso, en corto, «desplegar la capacidad de castración». Cuando viene
de compañeros varones y empieza a pasar que se descalifica al otro para imponer tu punto,
151
Diría también que hay que discutir con palabras dulces: hay que cuidar no ofender. Y yo lo
que noto, en mi modo particular de sensibilidad latinoamericana, es una gran sorpresa por
la rudeza de España, donde no sabes si te están regañando, se están peleando o qué. Es
muy difícil. Se trata, por tanto, de hacer todos los esfuerzos para que se discuta con
palabras dulces, porque eso es también poner en el centro el cuidado en contextos donde
predominan formas más rígidas y jerárquicas.
Sí, quizá eso tiene que ver con la posibilidad de producir «nosotros». Y producir nosotros
es coproducir un artefacto de inclusión; es coproducir el artefacto que nos incluye, no que
nos identifica racionalmente, sino que nos incluye.
Sí, te lo fija y te lo cierra. Y entonces se mete en el dispositivo aristotélico por excelencia del
principio del tercero excluido. Alguien amaziza o amachina, como decimos aquí, se apropia
de la prerrogativa de excluir. Y entonces empieza una pelea para que se amplíe la
152
posibilidad de excluir y se descuidan totalmente las formas y los términos a los que va
jugando esa inclusión amorfa, más vital, donde sí cabemos, sin tanto desgarramiento
porque entramos y salimos, donde no es sí o no, sino que existe una gama de grises.
Esto tiene que ver con que una experimenta una ruptura, una separación entre la
capacidad de sentir y la capacidad de razonar, y de los vínculos existentes entre las dos
cosas, aún cuando tú inicialmente no la vives como tal. Cuantos más años tienes más sabes
que lo que sientes se vuelve conocimiento y lo que conoces produce sentido y, por tanto,
modifica y altera tu sensibilidad, de modo que se amplía o achica tu forma de percibir.
Entonces, partamos de ahí, de esos vínculos.
cuantifico entonces se vuelve neutro, pero no es verdad. Hay toda una discusión filosófica
ahí.
Y la otra mirada que opongo tiene que ver con que a lo largo de mi vida he notado la fluidez
entre lo que sabes y razonas y lo que razonas y sientes, y que, desde ese cruce, se alumbra
lo que piensas. El resultado de eso es un conocimiento operativo, no un conocimiento
teórico. Es el conocimiento de la lucha y es el conocimiento de la vida, es un sentido
práctico. De nuevo, las matemáticas: no es lo mismo saber la ley conmutativa de adición de
números reales a saber sumar. Tú puedes saber muy bien sumar y no conocer la ley de la
adición, son dos cosas diferentes. La segunda es una capacidad solucionadora de
problemas: encuentras un problema y lo solucionas, encuentras otro y lo solucionas y así.
La primera cosa contra la que peleamos todo el tiempo [se refiere en el Seminario
Entramado Comunitarios] es contra el individualismo metodológico, que aparece en la
academia dominante, principalmente en la anglosajona. Si vamos a tomarnos esta crítica
en serio, ¿cómo lo hacemos? Pues una manera es recuperando el equilibrio interno de la
trama comunitaria que habitamos en cada momento de la vida. Entonces, se produce un
recorte distinto del que existe entre el sujeto que investiga y el objeto de estudio que opera
en el trabajo académico.
Ahí encontramos, por ejemplo, un cierto principio de horizontalización, que sería como un
deseo, una mirada que se persigue, que se opera y que entonces se pelea contra dinámicas
autoritarias; aunque no se imponen límites rígidos de manera inmediata. Quienes
producen la trama no se espantan si, en algún momento, alguien condensa mayor
capacidad, lo que hacen es amarrar los lazos que van a impedir que esa dinámica devenga
en verticalidad. Por eso a mí me gusta más hablar de vocaciones horizontalizadoras porque
finalmente es un asunto de articular diferencias, no de presuponer igualdades. En una
asamblea de estudiantes y profesores, no es lo mismo cuando habla la alumna más tímida
que cuando habla una profesora: las palabras, las expresiones, los recursos son distintos.
Se trata justo de erosionar que alguien monopolice la producción de la decisión; de
reconocer que esas diferencias y esos diversos aportes están en juego. En este sentido, una
trama comunitaria sana es aquella que tiene capacidad de horizontalizar potencialmente.
155
También está la discusión sobre instituir y organizar: ¿Cómo vivimos, cómo nos
organizamos? Si lo piensas en términos de tramas pues hay tramas que son heredadas,
pero que se reactualizan, y hay que preguntarse en qué dirección son reactualizadas. Y
también hay tramas novedosas, pero que no salen de la nada. Desde el comienzo, siempre
existe una acción de reproducción, como la ley de conservación de la energía: en toda
producción hay reproducción de algo que estaba previamente ahí. ¿Cómo se reactualiza lo
heredado? ¿Y cómo se produce esta reactualización para que haya novedad? Se trata de ver
cómo van pasando esas experiencias y qué vamos aprendiendo.
-En relación a esto, sostienes que hay dos lógicas, la que rige los procesos de
acumulación capitalista y la que rige las tramas comunitarias, que está
siendo subsumida. Este esquema nos ayuda a organizar el pensamiento y las
luchas, tiene mucha potencia, pero, ¿no corre el riesgo de idealizar las
tramas comunitarias como aquello anterior a los procesos de acumulación
capitalista? ¿Qué relación mantienen esas dos lógicas: es solo de
sometimiento, de jerarquización o hay algún tipo de afectación mutua en
otro sentido? ¿Cómo se combinan?
Eso es justo lo que estamos estudiando. Por eso, hacemos rastreo histórico, en especial el
rastreo histórico genealógico y sentimos mucha afinidad con el historiador Peter
Linebaugh. En su trabajo, trata de dar cuenta de que el mundo no estaba privatizado
cuando empezó la historia, siempre había poderosos que intentaban delimitar el territorio,
pero sobre todo intentaban establecer quién tenía la prerrogativa de decidir sobre su uso.
Cuando el capitalismo se despliega como ofensiva brutal, una de las cosas que hace es
concentrar los derechos, establecer quién puede hacer uso del espacio y quién no. En
alguna época, lo público fue un lugar para usar; había mucho espacio público que ha ido
disminuyendo. Y esto nos da claves muy brillantes hacia otras cosas. Son fundamentales
los historiadores sociales que hablan de cómo la gente siempre está peleando porque no le
quiten, porque no haya despojo.
Entonces: esta mirada histórico genealógica no apunta hacia la idea de que antes hubiera
una cosa fantástica. No estamos hablando de un lugar idílico, sino de fijarnos cómo el
156
capitalismo en su avance degrada, inhibe, modifica y se injerta con los viejos despotismos y
los refuncionaliza para su propio fin. Porque contra lo que hay que pelear es contra la idea
de que el capitalismo democratiza en el curso de su desarrollo, esta idea es totalmente
falsa. Entonces, hay una clave histórica que tenemos que mirar.
El asunto central es que la crítica a esos principios puede darse siempre, todo el tiempo, no
hay un único momento. Y que quienes quieran incorporarse al desafío de «vamos a
transformar en serio» requieren organizar la vida de otra manera, su propia vida
inmediata, su capacidad de producir vínculos. Se trata de disolver aquello que marca las
cosas como dadas y separadas y las contiene rígidamente. Se trata de preocuparse porque
estemos haciendo aquello que nos gusta de un modo adecuado para que quienes están
quepan; entonces, cuando eso es así, la vida inmediata recupera su carácter político, se
vuelve una fuerza que erosiona y desafía sistemáticamente la lógica del capital, y que desde
ahí puedes vislumbrar su disolución y eso se amplía.
-¿Y eso no nos constriñe a que formemos parte de esos procesos solamente
quienes ya estamos convencidos de antemano?
siempre incómodas, negociando todo con el capitalismo, con el salario, con la condición
material que enfrenta cada una de las partes de la trama. Y este es un gran problema
porque entonces parece que no tenemos eficacia política en el sentido de efecto público
mediático, y considero que habría que explorar la posibilidad de tenerlo. Estas actividades
del tejer siempre están bajo amenaza y en ocasiones hay posibilidad de que desaparezcan.
Y eso es doloroso, aunque conviene, incluso para autoregenerarse ser capaces de pensar en
esta otra clave: estamos ante un ejercicio de cambio interno muy fuerte, de cambio de
paradigma, pero en todo.
Yo experimenté esto cuando estaba en la cárcel: allí pensaba sobre el poder hacer y el
poder imposición, pues en la cárcel lo que sucede es que todo es muy transparente: estás
encerrada, te dicen a qué hora te levantas, a qué hora te acuestas, cuándo te bañas. El
poder imposición es muy claro, pero el poder hacer también; y la manera en la que se van
contraponiendo se muestra de manera evidente. La pregunta que me hacía allí era: ¿cómo
expandir el poder hacer? No existe un hacer ideal: una vez que lo expandes el mundo te
conforma y también tienes que lidiar con una conformación previa. Entonces, la cuestión
de fondo es no conformarse, sino deformar y entonces intentar reformar, y así vamos.
Ahora bien, éste es un proceso exigente y constante, que se desarrolla de muy a poquito,
que no inhibe el hecho de conocer y anhelar momentos tumultuosos y enérgicos de
intervención pública colectiva para modificar las cosas en grande; que son también
destellos de la posibilidad de deformar lo que hay, confrontar lo que hay para establecer
otros términos, en particular, términos morales que fijan la distinción entre lo admisible y
lo inadmisible.
confusa y se funda en una expropiación: parte de lo que nosotros mismos decimos, pero se
inscribe en otra clave y se recorta de otra manera.
Estoy de acuerdo en que hay que procurar gobiernos más favorables a la gente y menos
violentos o represivos. Pero no es «asaltar las instituciones», sino que se trata de preguntar
qué hay que hacer en las instituciones porque hay que seguir haciendo todo lo que ya
hacíamos, pero, ¿ahí dentro qué es lo que vamos a hacer? Y hay que pensarlo en la misma
clave que he dado de no conformarse. El problema es que con mucha frecuencia entramos
en las instituciones y nos conformamos y dejamos de deformar. No, lo interesante es
perseverar: acá venimos a subvertir, al infierno venimos a subvertir. Esa es la consigna, no
hay que olvidarla. Y ser capaz de explicar a los otros el sentido de esta clave.
-En relación a Bolivia, caso que conoces muy de cerca –y que desarrollas en
tu libro Los ritmos del Pachakuti. Levantamiento y movilización en Bolivia
(2000-2005)–, ¿qué crees que ocurrió?¿Podría decirse en esta clave que en
un momento dado hubo conformación?
Yo lo que vi fue a la pandilla de machos alfa mutar de una manera enloquecida y empezar a
perder de vista lo importante… lo que primero perdieron de vista, ¿sabes qué fue? Que
entre la palabra y que ocurran las cosas que se imaginan siempre media un proceso de
creación. Eso es lo primero que perdieron de vista. Y empezaron a confundirse, empezaron
a creer «que su palabra es la ley», como dice la canción mexicana. O sea, que por el hecho
de enunciar algo, ese algo sucede. Eso es el cristianismo, el principio del verbo, el
fundamento de la religión patriarcal, el sumun absoluto del pensamiento masculino que
niega todo lo que venimos diciendo en relación a las tramas comunitarias. Por eso me
interesa tanto la figura de Ada, la veo en otro lugar diferente.
Diría: política del deseo. Hay que preguntarse siempre: ¿Qué queremos? ¿Qué quiero yo? Y
si eso que quiero ahorita lo tengo que inscribir como derecho a tal, bueno, lo importante es
que sabes el camino. ¿Qué mundo queremos producir y cómo lo vamos haciendo? Hay
cosas que están muy bien en Europa, hay aperturas, hay derechos individuales buenos y
sanos, pero eso es fértil siempre y cuando se esté proyectando no como una cosa egoísta –
tener lo mío aunque todo siga igual–, sino como algo deseable para muchos y que opera de
una manera distinta. Podemos entenderlo en términos de ampliaciones, como, por
ejemplo, el reconocimiento legal de con quién una persona decide compartir su vida, que
garantiza una serie de prerrogativas sobre lo que se tiene y sobre lo que una puede ofrecer
a otra en términos de protección; entonces, más allá de su carácter de derecho sexual, creo
160
que hay que verlo como un derecho en general. Hay que verlos entonces como posibles
ampliaciones.
- Por último, quería preguntarte sobre la violencia que tan sobrecogidas nos
tiene en México. Cuando sucedieron los atentados de París, muchas personas
protestaron por la enorme desigualdad en el trato de la muerte y el dolor.
Como si unas vidas valiesen más que otras, como si unas fuesen
universalizables –por su blanquitud, por su condición económica– y otras
fuesen absolutamente invisibles. ¿Cómo pensar esto? ¿Se pueden comunicar
los diferentes dolores en contextos tan desiguales? ¿Es necesario hacerlo
cuando la violencia se está globalizando de un modo tan terrible? ¿O la
distancia hace que sea imposible armar una preocupación común?
Aquí creo que más bien hay un esfuerzo de seguir pensando porque es un ejercicio
construir puentes en esas distancias. Hay que asumir esas distancias, no negarlas.
Efectivamente, con Europa es realmente complicado disminuirlas, pero también sucede
aquí en México, donde tenemos un desafío importante en ese sentido que se plasma en dos
imágenes, la de los 43 estudiantes normalistas de Ayotzinapa y la de las asesinadas en
Ciudad Juárez. Yo creo que las mujeres de Juárez, las madres de Juárez, han sido muy
acertadas porque se han acercado a otros espacios, como las movilizaciones de Ayotzinapa,
sin dejar de decir: estar sin dejar de decir es otra forma de ampliar. Aquí es fundamental
no soslayar, no aceptar la segmentación, pero tampoco permitir que se oculte la diferencia.
La intuición es que hay que tensar, aunque aún no sabemos cómo.
[fuente: https://www.diagonalperiodico.net]
The Nation
Nota del director: Durante gran parte de las dos últimas décadas y sin lugar a dudas desde la invasión de
Iraq en 2003 la política exterior progresista se ha definido por aquello contra lo que está, fundamentalmente
un neoconservadurismo agresivo que nos ha llevado a múltiples guerras en Oriente Próximo y ha sacrificado
objetivos internos en aras de una cruzada global por el dominio estadounidense. Pero está mucho menos
161
claro qué significa una política exterior progresista y cómo debería ser en la práctica. Es especialmente
importante tratar de definirlo ahora, tras la elección de Donald Trump.
Sería sensato que las personas progresistas reconocieran dos tendencias a este respecto. La primera define
una política exterior progresista como un simple rechazo de todo lo que Trump dice o hace. Por supuesto,
Trump ya ha nombrado a varios peligrosos extremistas para desempeñar cargos de política exterior y en el
mejor de los casos el propio Trump es imprevisible, aparentemente incapaz de centrarse de forma continua
en los difíciles problemas de política exterior. Pero algunas de sus declaraciones (sus peticiones de trabajar
con Rusia, acabar con las destructivas guerras de Estados Unidos y crear unos acuerdos comerciales más
equitativos) no distan mucho de lo que nosotros mismos hemos defendido. Tenemos que defender nuestra
propia versión progresista de estas posturas en vez de simplemente rechazarlas rotundamente.
La segunda tendencia que debemos evitar es caer en la nostalgia de la era Obama. Sin lugar a dudas
debemos defender los notables logros de su gobierno de entablar la normalización de relaciones con Cuba y
contribuir a lograr un acuerdo nuclear con Irán. También podemos elogiar la intención de algunos discursos
magníficamente elaborados y destinados a reparar la imagen de Estados Unidos en el mundo. Pero también
debemos recordar los defectos de la política exterior de Obama: el haber perpetuado la “guerra global contra
el terrorismo” (aunque no con el nombre que tenía en la Era Bush), incluidas unas guerras de drones no
declaradas que se han extendido desde el Maghreb al sur de Asia y una innecesaria aunque peligrosa nueva
Guerra Fría con Rusia. Y aunque esta revista apoyó a Hillary Clinton frente a Trump en las elecciones, nos
opusimos activamente a muchas de las llamadas políticas de “intervencionismo liberal” que Clinton defendía.
A pesar de la promesa democrática del movimiento inspirado por el senador Bernie Sanders, este no nos
dejó unas propuestas de política exterior que guiaran nuestro pensamiento en el futuro. Este es el debate
inconcluso que retomamos en este foro. Hemos pedido a seis importantes intelectuales progresistas que nos
expresen sus ideas acerca de lo que deberían ser los principios e ideas que definan una política exterior
progresista más allá de las elecciones presidenciales de 2016 (véase “Artículos relacionados” para el resto de
los artículos). Este es el inicio de un debate que debe emprender nuestra nación, pero no es en absoluto el
final.
****
Las elecciones de 2016 y sus aterradoras consecuencias han llevado a millones de estadounidenses a un
torbellino de racismo, xenofobia, histeria antiinmigrante e islamofobia, que refleja y al mismo tiempo
prepara el terreno para una política exterior aún más militarizada, guiada por el beneficio privado,
antimusulmana y antiinmigrante. Todavía no sabemos si la política exterior de Donald Trump reflejará su
anterior coqueteo con el aislacionismo o se acercará al intervencionismo militar furibundo del que son
partidarios muchos de los generales que ha nombrado. Sin embargo, incluso sin saberlo, debemos identificar
cómo debería ser una política exterior no imperialista y verdaderamente internacionalista, una política
exterior en la que el derecho internacional, los derechos humanos y la solidaridad global sustituyan a la
“guerra global contra el terrorismo”. Esta política empieza por recortar los presupuestos militares y acabar
con las guerras, ocupaciones e injusticias climáticas que están generando las muchas crisis de refugiados
que existen en el mundo.
Una nueva política exterior estadounidense debe ser amplia en su visión y en su alcance, y debe reconocer
que la guerra no puede derrotar al terrorismo. A pesar de algunas buenas intenciones y de algunos discursos
potentes, y a pesar de dar un nombre nuevo a la “guerra global contra el terrorismo”, el presidente Obama
fue incapaz de romper con ella; de hecho, acabó ampliando considerablemente su alcance con el uso de las
Fuerzas Especiales de Estados Unidos y aumentado las campañas de bombardeos en Siria, Libia, Yemen y
otros lugares, además de Iraq y Afganistán. El resultado de un incremento aún mayor de esta política por
parte del gobierno Trump no será sino el incremento del fracaso.
Una política exterior progresista significa dejar de favorecer tanto económica como políticamente a los
especuladores militares. Significa privilegiar la política sobre la guerra al tiempo que se rechaza el
aislacionismo y se reconocen las obligaciones vinculadas a ser la nación más poderosa y rica de la historia.
Estados Unidos tienen la deuda global de ayudar a los pueblos y países del mundo. Es una deuda que se
debe saldar rebajando drásticamente nuestro presupuesto militar de miles de millones de dólares. Estos
miles de millones de dólares (todavía supone unos 54 céntimos de cada dólar de impuestos en el
presupuesto federal) se deben destinar a prioridades internas urgentes (empleo, educación, protección del
medioambiente, sanidad y más cosas), al tiempo que se dedica buena parte a la ayuda no militar a pueblos
y naciones de todo el mundo. Esto es particularmente importante para aquellos pueblos cuyos tejidos
sociales y cuyas economías han devastado las guerras y las sanciones estadounidenses. Entre otras cosas,
162
nuestra nueva política exterior debería aumentar enormemente el apoyo humanitario a las personas
refugiadas y a las desplazadas por las guerras y las crisis climáticas.
Cambiando este gasto militar podemos prever una política exterior que privilegie la diplomacia sobre la
guerra. Debería empezar por proteger los éxitos diplomáticos del presidente Obama: el acuerdo nuclear con
Irán, la normalización de las relaciones con Cuba y el acuerdo sobre el clima de París. Son elementos
fundamentales del legado de Obama, pero están amenazados por Trump y un Congreso controlado por los
republicanos.
Campañas similares de perfil alto y con una fuerte inversión en favor de la diplomacia en vez de la guerra y
el militarismo se deberían emprender respecto a Siria y en general Oriente Próximo, y reflejar las a menudo
citadas palabras de Obama (aunque a menudo ignoradas) reconociendo que “no existe una solución militar”.
Se debería empezar por retirar las fuerzas militares estadounidenses y detener los ataques aéreos, se
debería seguir con un compromiso serio con otras potencias regionales y globales (en primer lugar, Rusia)
para acabar la guerra en Siria. Estados Unidos y Rusia tienen que apoyar un alto el fuego permanente y
presionar a sus respectivos aliados (Arabia Saudí, Turquía, Jordania, Qatar, Emiratos Árabes Unidos y la
oposición siria armada por una parte, y los gobiernos sirio e iraní, y Hezbolá por otra) para que acuerden un
embargo total de armas a ambos bandos. Impedir que nuestros aliados regionales envíen armas
estadounidenses a Siria (y detener la guerra saudí contra Yemen) fortalecería la capacidad de Washington
para persuadir a Rusia de que lleve también a cabo esta desescalada.
En Israel/Palestina una nueva política exterior basada en la justicia significaría reconocer que ha sido un
fracaso estrepitoso el organizado por Estados Unidos “proceso de paz”, que se basa en una solución de dos
Estados y se arrastra desde hace casi un cuarto de siglo. La fuerza cada vez mayor del movimiento a favor
de los derechos de los palestinos en Estados Unidos (y, a consecuencia de ello, el cambio en el discurso
popular estadounidense acerca de esta cuestión fundamental) ofrece una oportunidad sin precedentes para
que los líderes políticos reformulen la política estadounidense de manera que coincida con la opinión pública.
Los políticos podrían dejar en manos de la Asamblea General de la ONU el control de la diplomacia en esta
cuestión y poner fin al apoyo que Washington presta al apartheid y la ocupación israelíes, y respaldar, en
cambio, una política basada en el derecho internacional, los derechos humanos e igualdad, sin privilegiar a
las personas judías o discriminar a las no judías.
Hasta el momento la política exterior de Trump es extremadamente opaca, pero nuestra propia política
exterior progresista sigue siendo clara: es una política basada en la justicia, el internacionalismo y los
derecho humanos. Ningunas elecciones pueden cambiarla.
Corrección: en la lista de aliados de Estados Unidos y Rusia en la guerra civil siria un error del director de
esta revista omitió uno de los aliados de Moscú, el gobierno sirio. El texto se ha actualizado. Pedimos
disculpas a la autora.
Phyllis Bennis es directora del Proyecto Nuevo Internacionalismo del Institute for Policy Studies e
investigadora asociada del TNI y del Institute for Policy Studies de Washington DC. Phyllis está especializada
en política exterior estadounidense, especialmente respecto a Oriente Próximo y las Naciones Unidas,
organización donde trabajó como corresponsal de prensa durante diez años. Actualmente colabora también
como asesora especializada de varios cargos de alto nivel de la ONU sobre cuestiones relacionadas con
Oriente Medio y la democratización de la ONU. Es columnista habitual en varios medios y autora de muchos
artículos y libros, sobre todo centrados en Palestina, Iraq, la ONU y la política exterior de los Estados Unidos.
Entre sus últimos libros, cabe destacar: Understanding the U.S.-Iran Crisis: A Primer (Interlink, 2008),
Ending the Iraq War: A Primer (Interlink, 2008), Understanding the Palestinian-Israeli Conflict: A Primer
(Interlink, 2007), Challenging Empire: How People, Governments and the UN Defy U.S. Power (Interlink,
2005). Véase la traducción al castellano de su obra Desafiando al
Imperio,https://www.tni.org/sites/www.tni.org/files/download/Desafiando_al_Imperio-PRINT.pdf
Fuente: https://www.thenation.com/article/america-must-choose-diplomacy-over-war/
http://www.rebelion.org/noticia.php?id=221683
Ángel Ferrero
La Marea
“La calidad de vida ha empeorado de manera sensible” en Rusia en los últimos años, afirma
en la entrevista
El economista Vasili Koltashov (Novosibirsk, 1979) conoce de primera mano cómo es la situación real de la
economía en Rusia. Koltashov es el director del Centro de Investigación Económica del Instituto de la
Globalización y los Movimientos Sociales (IGSO) de Moscú y también forma parte del Laboratorio de Política
Económica Internacional de la Universidad Plejánov de Economía. “La calidad de vida ha empeorado de
manera sensible en Rusia”, advierte.
En los medios occidentales leemos con frecuencia artículos que hablan de una crisis económica
inminente en Rusia, pero ésta parece no llegar. El gobierno ruso, por su parte, tiende a destacar
los aspectos positivos. ¿Cuál es el estado actual real de la economía rusa?
La situación es establemente mala. El año 2016 fue relativamente estable: los salarios no cayeron, pero
tampoco subieron y, para la gente que buscaba trabajo, fue difícil encontrar uno. En 2015 el salario medio
en rublos se redujo de manera considerable: en algunas regiones hemos visto una caída hasta los 27.000 y
20.000 rublos al mes (415-300 euros), en otras hasta los 25.000 (384 euros), 15.000 (230 euros) e incluso
los 13.000 rublos (200 euros) al mes. La calidad de vida ha empeorado de manera sensible. En 2014 y
2015, es decir, en dos años consecutivos, el rublo se ha depreciado.
¿Qué impacto han tenido las sanciones económicas de la Unión Europea y EEUU?
Prácticamente ninguna, en mi opinión. Llueve sobre mojado. Es la segunda onda de la crisis lo que
realmente afecta a la economía rusa. No hay sanciones contra Brasil, por ejemplo, y sin embargo su
situación es similar a la de Rusia.
Muy poco. Incluso en la agricultura, donde hay muchas posibilidades de éxito, sus resultados distan de ser
positivos. Se dice que ha aumentado la cosecha de trigo y verduras, pero nadie sabe dónde están porque no
hay almacenes adecuados para almacenar la cantidad de alimentos que se declara haber producido. En
agricultura se han registrado algunos éxitos en el programa de sustitución de alimentos. En el sector
industrial encontramos algunos ejemplos de sustitución de bienes de consumo, pero es un efecto que sólo se
debe a la depreciación del rublo. La economía rusa sigue siendo débil como para sustituir todos los bienes
que importa.
Otro de los lugares comunes sobre la economía de Rusia es su dependencia de los hidrocarburos.
¿Hasta qué punto es cierto?
La dependencia es enorme. No sólo del petróleo y el gas, sino de la exportación de metales, fertilizantes
químicos y otras materias primas. La dependencia sería menor si el mercado interno estuviese más
desarrollado, pero la política anticrisis consiste en reducir el poder adquisitivo de los consumidores y recortar
los programas sociales. Es una copia de las medidas económicas de la Unión Europea.
¿Cómo que no funcionan? Claro que funcionan: son muy efectivas a la hora de llevar a la bancarrota a la
gente [ríe]. El rublo ha sufrido como consecuencia de esta dependencia del precio del petróleo, se ha
debilitado directamente tras la caída de los precios de la energía y hay un temor crónico a que una crisis del
petróleo arrastre su valor con ella. La elite tiene la ilusión mística de que si los precios del petróleo
aumentan de nuevo todos los problemas se resolverán automáticamente. Pero eso, por supuesto, no es así.
La crisis económica en Rusia tiene causas tanto internas como externas. Las causas externas son los
cambios en los precios de las materias primas y en la demanda. En la economía doméstica es, sobre todo, el
164
sobreendeudamiento de la población por las hipotecas y préstamos para el consumo. Estos créditos sirven
para enmascarar los bajos salarios de la población, que han sido reducidos por las empresas. El gobierno y
las empresas se han adaptado a las condiciones de crisis a través de la reduccción de los salarios. También
los de los funcionarios: por ejemplo, los salarios de oficiales en las regiones eran de 35-40.000 rublos (615
euros aprox.) y ahora pueden llegar a cobrar 15.000 (230 euros). Esto crea una fuerte base para la crisis
interna, ya que no hay programas para crear puestos de trabajo de calidad ni estimular los salarios.
En su último discurso a la nación, el presidente Putin pidió un presupuesto más estable y una
economía cada vez más autónoma de la exportación de petróleo y gas. ¿Es posible a corto y
medio plazo?
Es posible, pero no está ocurriendo. Si persisten en su política neoliberal, no será posible. El presidente no
ha hablado de crear un complejo industrial como el que existía durante la Unión Soviética, ha hablado del
procesamiento de las materias primas. No se tratará de vender las materias primas, sino de procesarlas
primero en Rusia y ya se están construyendo factorías con ese propósito. Esto tiene que ver con el gas, el
petróleo y los minerales. Hay grandes planes para construir estas factorías en Siberia. Pero esto no cambia
en principio el motor de la economía, por lo que es insuficiente.
El complejo militar-industrial es conocido por ser otro de los pilares del país. ¿Cuál es el estado
de este sector?
China es uno de los países con los que Rusia mantiene una relación económica preferente. ¿Cómo
cree que podría evolucionar esta relación?
Rusia se está convirtiendo en un proveedor de materias primas para China, y esta exportación se
incrementará. La compleja situación económica en China no está siendo considerada en serio y creen que el
crecimiento de la economía china permitirá mantener el ritmo de las exportaciones rusas.
Tanto en China como en Rusia hay mucha especulación con la posibilidad de desacoplarse del
sistema dólar.
Pienso que la cuestión es más complicada que eso. El euro se ha depreciado en los últimos años, la libra
esterlina también, ahora la pregunta es ¿qué divisa se depreciará antes, el dólar o el yuan? Ésa es la
verdadera pregunta. Los debates sobre alejarse del sistema dólar son, por ahora, mera especulación. China
busca apoyar la estabilidad del yuan porque si su moneda cae, la crisis en China se manifestará de manera
más clara y se extenderá a Rusia, golpeando a su economía. Pero si el dólar baja, el yuan caerá con él. Por
ahora el dólar se mantiene, mientras el yuan se deprecia gradualmente. De momento no hay signos de un
alejamiento del dólar. Los chinos, en cualquier caso, buscan convertir el yuan en un sistema análogo al
dólar. Veamos si ello ocurre. Yo, personalmente, no lo creo.
Está testimoniando una crisis profunda. Como diría un médico: el paciente está más muerto que vivo. El
motivo es que Rusia ingresó en la OMC sin crear un mercado protegido en Euroasia. Esto hizo que Ucrania se
decantase hacia la Unión Europea y facilitó la victoria de las fuerzas de Maidán.
¿Se busca convertir a Ucrania en un proveedor de materias primas para la Unión Europea?
Sí, eso es lo que ocurre en este momento. La mayoría de la mano de obra, en cualquier caso, trata de
emigrar a Rusia. Europa les ha cerrado las puertas.
¿Pero no estarían las empresas europeas interesadas en la mano de obra cualificada ucraniana,
como ocurrió antes con la integración de otros países de Europa oriental?
Ya no es así. Incluso si ése era el plan en 2014, en este momento no tienen puestos de trabajo para
ofrecer. El objetivo es que las corporaciones europeas controlen las riquezas de Ucrania. Puesto que Rusia
desea debatir y negociar la retirada de las sanciones, esto crea las condiciones ideales para que la Unión
Europea haga rehén a Ucrania en cualquier negociación. El objetivo de la oligarquía ucraniana era el Acuerdo
de Asociación con la UE y, después, acceder como miembro de pleno derecho sin ceder su poder. Ahora
mismo no tienen muchas oportunidades.
Es probable que veamos en los próximos años una mayor desintegración de los bloques económicos
neoliberales y la creación de grandes mercados continentales. El llamado “nacionalismo económico” sólo
puede realizarse en grandes naciones con grandes mercados. Los grandes mercados requieren normativas y
aranceles, que funcionan como protección contra los competidores. También de una diferente estrategia
interna, consistente en un incremento de la demanda interna. La victoria de Trump en EEUU demuestra que
una política así sólo será posible si hay una dura lucha política interna.
Hay una batalla en curso entre las bolsas china y estadounidense. En Europa hay una burbuja financiera. El
crédito barato, como la tasa del 0% del BCE, infla estas burbujas. También hay una burbuja industrial en
China, creada después de que el país atrajese al capital especulador internacional con la emisión de bonos.
Rusia tiene un sistema parecido. La caída de mercados de materias primas es inminente, al igual que la
depreciación del dinero, en particular del euro. El debate sobre una nueva política económica ganará
actualidad. La victoria de Donald Trump demuestra que ese debate es posible. Todos los demás están
buscando soluciones externas a sus problemas e ignoran sus cuestiones internas, las causas de la crisis. La
política de la UE es una expansión de su capital hacia el Este; la política de Rusia es mantener altos los
precios de las materias primas y un alto nivel de exportación de las mismas a China; la política de China es
encontrar inversiones extranjeras para mantener su burbuja industrial. Estas estrategias no ofrecen ninguna
salida a la crisis. Ignoran a los consumidores, a la gente. Lo único que ofrecen son nuevos créditos, y eso no
es ninguna solución.
Fuente: http://www.lamarea.com/2017/01/15/la-situacion-economica-en-rusia-es-establemente-mala/
“No puedes reformar el espacio urbano sin controlar los valores del
suelo”. Entrevista
Mike Davis
http://www.sinpermiso.info/textos/no-puedes-reformar-el-espacio-urbano-sin-controlar-los-
valores-del-suelo-entrevista
Dana Cuff: Nos dijiste que te preguntan demasiado por tu libro Ciudad de
Cuarzo, así que vamos a empezar de otra manera. Como uno de los grandes
contadores de historias urbanas de California que eres, ¿qué crees que nos falta
en nuestra comprensión de Los Ángeles?
Saltemos a los 80. Apareció una nueva oportunidad. La reurbanización del centro
urbano devoraba centenares de millones de impuestos desviados, pero su futuro
era sombrío. Unos años antes, Reyner Benham había proclamado la muerte o, al
menos, la irrelevancia del centro urbano. Si la administración de Bradley hubiera
tenido voluntad política, podría haber municipalizado el corredor de Spring-Main
Street a precios de mercado tirados. Tal vez cerca de 1 millón de metros
cuadrados habrían quedado disponibles para apartamentos familiares, pequeños
negocios para inmigrantes, mercados públicos, etc., con alquilares accesibles
permanentemente controlados.
Una vez le pregunté sobre esto a Kurt Meyer, un arquitecto de empresa que había
sido presidente de la Agencia de Reurbanización Comunitaria. Vivía sobre el
Beachwood Canyon, debajo del cartel de Hollywood. Solíamos reunirnos a la hora
del desayuno, porque él disfrutaba contando historias de poder y propiedad en Los
Ángeles, lo que le convertía en un fuente única para mi investigación de la época.
Me contó que las elites del centro urbano estaban horrorizadas con la inesperada
revitalización del corredor de Broadway que habían traído consigo los comercios
mexicanos, y que la última cosa que querían era un centro urbano populista.
También ofreció respuesta a una cuestión que hacía tiempo me intrigaba. “Kurt,
¿por qué esa prioridad absoluta y a costa de todo para tener a la clase media
viviendo en el centro urbano” “Mike, sabes algo sobre espacios arrendados en
edificios de gran altura?” “Realmente, no”. “Bueno, la parte más difícil de alquilar
es la planta baja: para sacar el máximo valor, necesitas una población residente.
No puedes limitarte a tener trabajadores de oficina que vayan a desayunar o
almorzar; necesitas la noche, un tráfico de 24 horas”. No sé si esa es realmente
una explicación adecuada, pero desde luego me convenció de que los
planificadores y los activistas necesitamos una comprensión mucho más profunda
del juego.
Ello es que, finalmente, la clase media ha venido al centro urbano, pero sólo para
convertirlo en un suburbio. Los hipsters creen que viven en el núcleo de la vida
urbana, pero se trata solo de un falso urbanismo, de un gran emplazamiento de
168
Cuff: ¿Podrías incorporar la arquitectura a tus reflexiones sobre los bienes raíces?
¿No diste un curso hace años sobre eso en el Instituto de Arquitectura de la
California Meridional?
Yo conocía la zona bastante bien, porque a finales de los 60 había vivido allí
mientras me ocupaba de la gestión de la librería del Partido Comunista en la Calle
Siete, curiosamente cerca de la vieja oficina del FBI en Wilshire. Eso fue justo
después de los deshaucios de Bunker Hill y de que el grueso de sus residentes
hubieran sido realojados en conventillos al lado de Parque MacArthur. Caminando
hacia la librería, me encontré muchas veces con los cuerpos de esos pobres viejos
169
tirados en la acera: ¡quién sabe qué sueños los habrían traído a Los Ángeles hacia
1910 o 1920!
Davis: Ese tipo de consciencia puede venirles bien algunos arquitectos veteranos
de Los Ángeles, que contemplan la ciudad como una zona de tiro libre para
cualquier ocurrencia vanidosa que les venga a la cabeza, cualquiera que sea el
contexto urbano o su historia. En Ciudad de cuarzo critiqué a Frank Ghery por sus
diseños furtivos y por su excesiva preocupación por la seguridad. Fue realmente
como pisarle un callo, porque él viene de una tradición socialdemócrata y no le
gustó nada mi descripción de su obra a calzón quitado como “la arquitectura de
Harry el sucio”.
Un día, unos años después, me llamó para ir a verle. “Vale, tío importante, mira
esto”, Y me mostró la última entrega del diseño de su Disney Concert Hall, que
tenía un parque ajardinado alrededor de su perímetro no-euclidiano. “Me criticaste
por hacer diseños antidemocráticos, pero ¿esto qué es?”. Y efectivamente, había
una astuta integración del elitista Concert Hall con espacio de juego para niños de
la zona y de descanso para gentes sin techo. Invitaba antes que excluía a los
residentes del barrio pobre Latino, como la Witmer Street que rodea al centro
urbano. Eso no tenía prácticamente precedentes, y tuvo que librar una larga
batalla con el condado, empeñado en aislar Disney y ponerle límites. En esta
ocasión al menos, una celebridad arquitectónica luchó del lado bueno.
Un día tuve una larga conversación con Richard Louv sobre Last Child in the
Woods [El último niño en los bosques], uno de los libros más profundos de nuestro
tiempo, una meditación sobre lo que significa para los niños perder contacto con la
naturaleza, con el juego y la aventura nómada libres y no organizados. Una
generación de madres obligadas a ser chóferes a tiempo completo, llevando a los
niños de una distracción comercial a otra, de un evento lúdico sobreorganizado a
otro. Yo crecí en el este del Condado de San Diego, en la frontera misma con las
tierras del interior, y una vez hechos los deberes (una cosa seria en aquella
época), podías montarte en la bici y lanzarte a la acción como Huck Finn. Había
una colonia nudista en Harbison Canyon, a unas doce millas, y nosotros cogíamos
nuestras bicis y pedaleábamos cuesta arriba horas y horas en la esperanza de
lograr ver algo a hurtadillas a través de las verjas. Como todos mis amigos, tuve
una escopeta del 22 al cumplir los doce años. Hacíamos cosas malas a los
animales, lo confieso, pero éramos espíritus libres, odiábamos la escuela, nos
importaban un higo las calificaciones, nos librábamos de nuestros padres gracias
a pequeños empleos a tiempo parcial y trabajos de jardinería y nos deleitábamos
con todas y cada una de nuestras fechorías locas y aventureras. Desde que
regresé a San Diego en 2002, me reúno anualmente con los cinco o seis chicos a
los que conozco desde el segundo grado en 1953. A pesar de las grandes
diferencias de convicciones políticas y religiosas, seguimos siendo la misma
banda de los viejos tiempos.
Y las bandas eran lo que te mantenía seguro y la razón de que las madres no se
preocuparan de nuestras citas lúdicas ni los acosadores de niños. Recuerdo que
incluso en el jardín de infancia –vivíamos entonces en el área de City Heights de
San Diego— teníamos una banda que iba junta a la escuela y jugaba cada tarde.
Un grupo de nenes y nenas, siete u ocho, que vagaba sin rumbo y mendigaba
unos centavitos para comprar chicles en el quisco de la esquina. Hoy, la idea de
bandas de niños o adolescentes sin vigilancia suena como un problema de ley y
orden. Pero así es como las comunidades funcionaban entonces y podrían seguir
funcionando ahora. Aparte de Louv, recomiendo calurosamente el libro del
anarquista inglés Colin Ward The Child in the City [El niño en la ciudad]. Un
propósito capital de la arquitectura, sostiene él, debería ser diseñar ambientes
aptos para las aventuras y los descubrimientos fortuitos, no programados.
Wolch: Mike vamos ahora a una cuestión completamente diferente. Uno de los
libros tuyos más nos gustan es Late Victorian Holocausts [Holocaustos victorianos
tardíos]. No versa sobre ciudades, sino sobre Occidente. Cómo te decidiste a
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vincular la historia del cambio climático con las hambrunas y la ecología política?
Es como si hubieras tomado una desviación…
Wolch: Tenemos un última cuestión sobre tus novelas para jóvenes adultos.
Cuando damos en clase tu Ciudad de cuarzo u otra de tus descorazonadores
piezas sobre Los Ángeles, uno siempre está tentado a pensar que al salir de clase
los alumnos se tirarán de un peñasco. Pero tus novelas para adultos jóvenes
parecen abiertas a algún tipo de futuro alternativo esperanzador.
Davis: ¡Eh! No deberíais sentiros descorazonadas por mis libros sobre Los
Ángeles. Son precisamente polémicas apasionadas sobre la necesidad de una
izquierda urbana. Y mi tercer libro sobre Los Ángeles, Urbanismo mágico, irradia
literalmente optimismo sobre el renacimiento de los movimientos de base en
nuestros barrios de inmigrantes. Pero, para volver a las dos novelas de “ciencia
aventura” para adolescentes: las escribí para la espléndida editorial de Viggo
Mortensen, Perceval Press. Son, sobre todo, manifestaciones de nostalgia por mi
hijo mayor, luego de que su madre se lo llevara de vuelta a su Irlanda natal. Los
héroes son tres niños reales: mi hijo, su hermanastro y la hija de nuestros mejores
amigos cuando yo impartía docencia en Stony Brook en Long Island. El nombre de
la niña es Julia Monk, y ahora es una bióloga especializada en vida salvaje que
está haciendo su tesis doctoral sobre pumas andinos en Yale. Estoy muy orgulloso
de haberla convertido en la guerrera-científica heroína de las novelas, porque mi
intuición sobre su carácter se ha hecho plena realidad. Una joven muy notable.
Escribir estos cuentos fue pura diversión. La inspiración original fue un viaje que
hicimos con mi hijo al este de Groenlandia cuan él tenía siete años. Eso se
convirtió en El país de los mamuts perdidos. Historias como esta se escriben
solas, especialmente porque se trata de niños reales y tu estás proyectando sus
caracteres morales en situaciones de aventura y peligro fantásticos (aunque
algunas de las partes más estrafalarias de los libros son verdaderas y están
basadas en mi obsesión de toda la vida por las islas misteriosas). En cierto modo,
fue como si los cuatro hubiéramos realmente hecho una expedición a Groenlandia
y a la extraña y embrujada isla de Socotra.
Mike Davis
https://boomcalifornia.com/2016/12/29/a-boom-interview-in-conversation-with-jennifer-wolch-and-
dana-cuff/
Traducción:
Mínima Estrella
Temática:
http://www.rebelion.org/noticia.php?id=221663
Ángela Pastor
Aldhea
175
Aprovechando de la presencia del periodista y analista político Decio Machado en Bogotá, uno de los
fundadores del periódico Diagonal y coautor junto a Raúl Zibechi del libro “Cambiar el mundo desde arriba.
Los límites del progresismo”, la revista estudiantil Oveja Negra realizó la siguiente entrevista.
-Primero algunos clásicos griegos, luego Hegel y finalmente Bertalanffi en su teoría general de sistemas ya
indicaron aquello de que todo tiene que ver con todo. Explicar el fenómeno Trump pasa por entender la crisis
del neoliberalismo en EEUU; la crisis de representatividad política existente tanto en el Partido Demócrata
como en el Republicano; las expectativas de cambio que ya con la elección de Obama se explicitaban por
gran parte del electorado estadounidense y que han sido sistemáticamente ignoradas; la crisis de un sistema
diseñado única y exclusivamente para beneficiar al 1%; las lógicas derivadas de la salida dada a la crisis del
2008 y las tensiones que genera el nuevo orden internacional existente tras la emergencia de determinadas
economías en el marco de la globalización. Hablando estrictamente de lo que pasa en los Estados Unidos,
cabe destacar que el estancamiento de la capacidad adquisitiva de sus trabajadores es un hecho que se
prolonga desde el año 1973 y que la deuda pública de este país se ha duplicado hasta llegar a la cuota de
300% de PIB. En paralelo la proporción sobre el PIB del sector del capital especulativo, ya sea este
financiero, de seguros o inmobiliario, es hoy mayor que la del sector industrial. Así las cosas, la clase
trabajadora estadounidense se muestra cansada de un sistema que desde hace décadas ya no les beneficia.
A pesar de lo que a nosotros desde fuera de los Estados Unidos nos pueda parecer Trump, los últimos
avances en aplicación de técnicas neurocientíficas permiten entender que los votantes no utilizan la razón,
sino la emoción y los sentimientos a la hora de determinar sus opciones electorales. En el marco de este
deterioro económico y sumado el hecho de que la política tradicional se ha ido convirtiendo en una
payasada, un tipo como Donald Trump ha venido a demostrar que los parámetros tradicionales de la política
electoral estadounidense ya no están esculpidos en piedra.
-La composición, aún en marcha de lo que será la administración Trump marca el camino de lo que va a ser
la nueva agenda económica estadounidense: bajada de impuestos a la clase media, desmontar la ley Dodd-
Frank que buscaba articular cierta regulación sobre los grandes emporios financieros tras la crisis subprime y
una nueva etapa proteccionismo que conllevará algunas guerras comerciales con otros países y bloques
regionales. Dentro del patio de comedias en que se ha convertido la política gringa podemos ver en la
actualidad como Goldman Sachs, uno de los bancos más importante del planeta, ha pasado de ser el más
odioso aliado de Hillary Clinton a convertirse en una de las canteras de lo que será el nuevo gobierno de
Trump. En resumen, mientras durante la campaña electoral Trump acusaba a la candidata del Partido
Demócrata de favorecer a las grandes empresas y a las mafias de Wall Street en detrimento de las medianas
y pequeñas compañías, a la hora de la verdad vemos como la nueva administración no significará más que
una vuelta al liberalismo económico clásico, nada nuevo en Estados Unidos, aunque eso sí, ahora con cierto
énfasis en el nacionalismo comercial.
-¿No generará un caos económico mundial una nueva era de aislacionismo comercial
estadounidense?
-La teoría del caos tiene un carácter multidisciplinar y genera conductas complejas e impredecibles pero que
derivan en ecuaciones o algoritmos bien definidos matemáticamente. Estados Unidos ha aplicado políticas
proteccionistas desde los orígenes de su historia y para el subconsciente colectivo de sus ciudadanos, fueron
los altos aranceles establecidos durante el siglo XIX los que permitieron su revolución industrial y eje motriz
que les convirtió en potencia mundial. En este sentido el discurso de Donald Trump ha sido de corte clásico y
eso de hacer a “América grande otra vez” se resumen en un imaginario de protección de industrias
consideradas estratégicas, desarrollo de industrias emergentes, fomento de la reindustrialización y vuelta de
las empresas en el exterior con el consiguiente crecimiento del empleo nacional. En definitiva y siguiendo las
simplistas tesis trumpianas, bastaría con repetir esa política para conseguir los mismos efectos en el actual
momento de globalización económica.
El caos al que haces referencia no creo que vaya a derivar de las políticas de Trump, sino que más bien
serán el fruto del desequilibrio económico actualmente existente en el sistema mundo. Desde la crisis del
2008 estamos asistiendo a un aumento imparable de la deuda global, hablamos de un monto aproximado a
176
200 billones de dólares, tres veces el tamaño de la economía global. Sin embargo, la capacidad de
endeudamiento en las economías capitalistas están vinculadas a sus niveles de competitividad y crecimiento,
ambos indicadores en cuestión en la economía global en su momento actual.
¿-Y China?
-Pues China más de lo mismo. Su economía representa el 17% de la economía global y su deuda total china,
la pública más la privada, alcanza ya cuotas del 270% de su PIB. El endeudamiento privado chino, sostenido
en muchos casos por más de seis mil bancos subterráneos cuyos préstamos ocultos no forman parte de los
balances de préstamos del sistema financiero convencional, se eleva a unos dos billones de dólares, es decir,
cinco veces más que el volumen de préstamos de alto riesgo que tenía Estados Unidos al comienzo de la
crisis subprime.
-Eso ya es un hecho ¿no te parece una novedad que un presidente estadounidense haya sido elegido con el
apoyo indirecto de Rusia o de WikiLeaks?
-Cambiando de tema y yendo a cuestiones más cercanas. ¿El deterioro de los gobiernos
progresistas en América Latina, el estancamiento electoral de Podemos en España o el giro del
gobierno de Tsipras en Grecia vienen a significar una nueva crisis de la izquierda?
-Según Eric Hobsbawm, la caída del muro de Berlín es el fin de un ciclo histórico que comenzó en el siglo
XVIII y que él definió como un ciclo de revoluciones. A partir de entonces se intentó imponer una lógica
ideológica que devenía en que el desarrollo armonioso del capitalismo y la continuidad de ese concepto
difuso definido como desarrollo, intentándose justificar que el capitalismo era de provecho para el interés
general y que dicha interpretación se sustenta en base a la abundancia y la felicidad basada en el
consumismo.
Con excepción del neozapatismo y otras experiencias de carácter muy local, las izquierdas del siglo XXI no
han cuestionado los pilares básicos del sistema económico existente, sino más bien intentaron dulcificarlo.
Conviene entender de que estamos hablando cuando hablamos de sistema, un sistema es una agrupación de
elementos en interacción dinámica organizados en función de un objetivo. Teniendo en cuenta que en el
sistema capitalista se basa sobre la cultura del dinero y sus objetivos son la acumulación de plusvalía, lo que
equivale a decir en el mundo actual que su valor fundamental es la codicia, cualquier tesis basada en la
racionalidad de dicho sistema es una falacia. El capitalismo actual es depredador y no tiene posibilidad de
expresar rostros amables. Como indica Immanuel Wallerstein, el capitalismo es un sistema que como todos
los sistemas tiene una vida no eterna, pasando por tres fases: creación, desarrollo y declive. Viendo la
situación actual del sistema mundo es fácil dilucidar que estamos en su fase final, la cual dentro de una
agonía prolongada demuestra que ha alcanzado los límites de su capacidad de adaptación. Esto es una
novedad y a diferencia de anteriores crisis cíclicas del capitalismo, en la actualidad que la salida de la última
crisis tiene un ritmo de crecimiento muy inferior al existente antes del 2008, mientras se mantiene un
incremento permanente de la desigualdad social y una tendencia generalizada al desempleo elevado.
Sin embargo, los planteamientos estandarizados en oposición al capitalismo son entendidos hoy por parte de
la población como regresivos. Reivindicar el Estado control o el nacionalismo económico en el ámbito de la
globalización aparecen ante las sociedades como una incoherencia y vienen a demostrar nuestras carencias
a la hora de esbozar modelos alternativos al sistema capitalista. Considero que al igual que las revoluciones
científicas se caracterizan por un cambio de paradigma, entendiendo por tal, el conjunto de verdades
aceptadas por la comunidad científica, se hace necesario hoy que las izquierdas revisen gran parte de sus
teorías. Necesitamos transformar nuestro concepto actual de la tecnología, la propiedad y el trabajo. Estas
revoluciones suponen el derrocamiento de conceptos e ideas obsoletas, pero lamentablemente y volviendo a
Hobsbawm, no estamos viviendo una era de revoluciones más allá de algunos eslóganes diseñados desde los
aparatos de propaganda de algunos gobiernos autodefinidos como progresistas en América Latina.
-Tu que has asesorado en otros momentos gobiernos de izquierda has sido muy crítico con las
políticas económicas que podríamos definir de corte neokeynesiano aplicadas por los gobierno
progresistas latinoamericanos. ¿No consideras un avance la irrupción de estos gobiernos
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-Dado que formulas la pregunta así empezaré por indicarte que tengo escaso interés en las formulaciones
socioeconómicas keynesianas. Keynes fue ese señor que en una Escuela de Verano liberal realizada en
Cambridge en 1925 dijo aquello de que “puedo estar influido por lo que estimo que es justicia y buen
sentido, pero la lucha de clases me encontrará del lado de la burguesía educada”. Como comprenderás tal
aserto tiene poco que ver con mis convicciones ideológicas. Respecto a América Latina su influencia fue
importante sobre un grupo de pensadores estructuralistas que plantearon a partir de mediados del siglo
pasado que no podía existir industrialización y por ende políticas de sustitución de importaciones, sin la
conformación de un Estado moderno fuerte con capacidad de intervención en la economía. De igual manera
consideraban que tampoco se podía redistribuir la renta ni planificar las inversiones extranjeras necesarias
en esa etapa inicial de industrialización sin ese Estado moderno.
Sin embargo, los llamados gobiernos progresistas de la actualidad lo que han hecho ha sido reprimarizar sus
economías. Los países progresistas con constituciones posneoliberales que reconocen el vanguardista
concepto de los derechos de la naturaleza, caso de Bolivia y Ecuador, son los países que más se han
reprimarizado en el subcontinente y un país como Brasil, el que más industrializado estaba de la región, ha
perdido hasta un 20% de cuota industrial durante su período progresista. En el caso de Venezuela la
situación es para llorar, tras 17 años de gobierno bolivariano el indicador de dependencia económica
respecto al crudo es del 96%. En definitiva, fueron más industrializadores los llamados gobiernos populistas
de antaño que los de ahora en América Latina. La tesis demuestra que el discurso soberanista emprendido
durante estos años en la región tiene más de electoralista que de real, pues somos más dependientes ahora
de las necesidades del capitalismo global que antes. Rememorando a Jung, podríamos decir que se primó el
pensamiento fantaseo, ese que se aparta de la realidad liberando tendencias subjetivas y que es
improductivo, sobre otro tipo de pensamiento más laborioso, que requiere un esfuerzo muchas veces
agotador pero que adapta la realidad y procura obrar sobre ella.
Si uno analiza los datos relativos al uso del excedente por parte de los gobiernos progresistas
latinoamericanos durante el boom de los commodities lo que veremos es que se priorizó el gasto en
detrimento del uso productivo o la acumulación de capital productivo en forma de inversión. No hay avances
significativos en relación al volumen de excedente de los que se gozó durante esta década respecto al tan
cacareado cambio de matriz productiva en la región ni tampoco respecto a cambio de la matriz de
acumulación heredada del neoliberalismo. Lo que hubo fue un reinstitucionalización del Estado, la aplicación
de medidas compensatorias como eje de las nuevas gobernabilidades, el modelo extractivo de producción y
exportación de commodities como base de la economía y la realización de grandes megaproyectos de
infraestructura. Es sobre este esquema sobre el que se articuló el eje de la legitimidad de estos gobiernos.
Cuando concluye en período de bonanza y por lo tanto mengua el excedente, los indicadores sociales
logrados en estos países comienzan a deteriorarse de forma acelerada, la deuda externa vuelve a crecer y
sus gobiernos entran en una crisis de legitimidad social. No se tocó en lo más mínimo los pilares de un
modelo que ha sostenido durante siglos la desigualdad social.
La consecuencia de todo esto es clara: América Latina pudo ser un laboratorio de nuevas experiencias
enfocadas a la construcción de alternativas a un sistema ya insostenible para el que hasta el marxismo
muestra notables carencias. El propio Marx obvió en su ley del valor, por razones entendibles para su época,
el costo ambiental de la producción capitalista y el concepto de desarrollo. Concepto este en el que también
creyeron los regímenes del socialismo real de antaño y los llamados socialismos del siglo XXI de ahora. Sin
embargo hoy, fruto del fracaso a la hora de desarrollar alternativas en ambos conceptos por parte de estos
gobiernos, el interés político global de la región ha perdido muchos enteros por parte de quienes buscamos
alternativas a un mundo cada vez en mayor decadencia.
-Decía Piaget que la inteligencia sólo se organiza por su funcionamiento y en lo que tiene que ver con el
funcionar, la inteligencia estratégica y planificadora latinoamericana ha funcionado poco más allá de sus
rimbombantes discursos. Fruto de ello en la actualidad vivimos el estancamiento del proceso de integración
regional y un nuevo reordenamiento geopolítico en la región que supone un re-empoderamiento de los
sectores más reaccionarios en el subcontinente. En todo caso lo que faltó y sigue faltando en los países que
aún se abanderan bajo el paraguas del progresismo es voluntad para transformar, coherencia política con los
178
procesos que hicieron factibles el acumulado para que estos partidos políticos llegaran al poder y valentía
para enfrentar a los grupos de poder nacionales y extranjeros. En el fondo esto es normal, pues si
analizamos la historia encontraremos muy pocas experiencias de transformación del Estado desde el propio
Estado. Los Estados, más allá de quienes los gobiernen, han seguido siendo herramientas de dominación y
control social al servicio de élites determinadas y nuevas castas burocráticas que gozan de privilegios de los
que no gozan sus gobernados.
-Ufff, vaya preguntita… Fíjate si el debate sobre el Estado es viejo y aún sin solucionar que cuando Kropotkin
deseaba demostrar lo que él consideraba corrupción moral de la revolución francesa, explicaba cómo
Robespierre, Danton, los jacobinos y hebertistas pasaron de ser revolucionarios a hombres de Estado. En
todo caso y volviendo al mundo de hoy, la imagen actual de los Estados es el fruto de un concepto de
conceptualización por parte de los ciudadanos receptores que metabolizan un conjunto de inputs
comunicacionales transmitidos desde esa institucionalidad, pero que como en todo proceso de
conceptualización y formación de imagen, los receptores contribuyen decisivamente en lo que al resultado
final de refiere. En ese barullo de frase que te acabo de soltar hay una crisis, pues podemos observar como
los procesos políticos más interesantes que hemos vivido en los últimos años en el planeta han estado muy
alejados de conducciones partidistas y se han manifestado en confrontación con el Estado. Estoy hablando
de las primaveras árabes; del movimiento de indignados en el Estado español; de los Occupy de Wall Street,
Londres o Hong Kong; del Nuit debout parisino; o de la referencia latinoamericana más próxima a estos
procesos, las movilizaciones de junio del 2013 en Brasil. En el trasfondo de todas estas experiencias está un
cuestionamiento a la política institucional y a las lógicas de democracia representativa sobre la que se
sustenta el actual concepto de Estado.
Lo que sí esta claro es que cualquier proceso de transformación social en este planeta debe pasar por la
transformación del Estado. Hay que reinventar el modelo de Estado y verás que el marxismo original
desarrolló como tesis una idea olvidada por las izquierdas respecto a necesidad de autodestrucción de la
burocracia estatal en el socialismo. En la Comuna de París se instituyó un cuerpo de funcionarios electos que
podían ser destituidos en cualquier momento por petición de sus electores y donde ninguno de ellos podía
ganar más que un obrero corriente. Era una lógica cuyo objetivo se basaba en eliminar cualquier posibilidad
de construcción de castas políticas y/o gubernamentales, a la par que un cuestionamiento a la jerarquía que
se determina en cualquier Estado. Bueno de todo aquellos debates del pasado al día de hoy sólo queda en
las izquierdas institucionalizadas el debate sobre como llegar al Estado, lo cual produce una gran tristeza
intelectual, pues es entender que el Estado se transforma tan solo sustituyendo a unos altos funcionarios por
otros de talante más progresista y con disciplina partidista. Más allá de la imagen-ficción propiciada por los
intelectuales latinoamericanos al servicio de los regímenes progresistas y destinadas a esconder las verdades
reales, transformar el Estado sigue siendo un debate pendiente en las izquierdas contemporáneas. Nada
surge por generación espontánea, de hecho Pasteur refutó la teoría de la generación espontánea hace casi
dos siglos atrás, par a transformar el Estado hace falta una hoja de ruta que conscientemente las izquierdas
mayoritarias ignoran.
http://www.rebelion.org/noticia.php?id=221666
La elección de Donald Trump es una más de una serie de insubordinaciones políticas espectaculares que, en
conjunto, apuntan a un colapso de la hegemonía neoliberal. Entre esas insubordinaciones, podemos
mencionar, entre otras, el voto del Brexit en el Reino Unido, el rechazo de las reformas de Renzi en Italia, la
campaña de Bernie Sanders para la nominación Demócrata en los EEUU y el apoyo creciente cosechado por
el Frente Nacional en Francia. Aun cuando difieren en ideología y objetivos, esos motines electorales
comparten un blanco común: rechazan la globalización gran-empresarial, el neoliberalismo y
al establishment político que los ha promovido. En todos los casos, los votantes dicen “¡No!” a la letal
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combinación de austeridad, libre comercio, deuda predatoria y trabajo precario y mal pagado que resulta
característica del actual capitalismo financiarizado. Sus votos son una respuesta a la crisis estructural de
esta forma de capitalismo, crisis que saltó por primera vez a la vista de todos con la casi fusión del orden
financiero global en 2008.
Sin embargo, hasta hace poco, la repuesta más común a esta crisis era la protesta social: espectacular y
vívida, desde luego, pero de carácter harto efímero. Los sistemas políticos, en cambio, parecían
relativamente inmunes, todavía controlados por funcionarios de partido y elites del establishment, al menos
en los estados capitalistas poderosos como los EEUU, el Reino Unido y Alemania. Pero ahora las ondas
electorales de choque reverberan por todo el planeta, incluidas las ciudadelas de las finanzas globales.
Quienes votaron por Trump, como quienes votaron por el Brexit o contra las reformas italianas, se han
levantado contra sus amos políticos. Burlándose de las direcciones de los partido, han repudiado el sistema
que ha erosionado sus condiciones de vida en los últimos treinta años. Los sorprendente no es que lo hayan
hecho, sino que hayan tardado tanto.
No obstante, la victoria de Trump no es solamente una revuelta contra las finanzas globales. Lo que sus
votantes rechazaron no fue el neoliberalismo sin más, sino el neoliberalismo progresista. Esto puede sonar
como un oxímoron, pero se trata de un alineamiento, aunque perverso, muy real: es la clave para entender
los resultados electorales en los EEUU y acaso también para comprender la evolución de los acontecimientos
en otras partes. En la forma que ha cobrado en los EEUU, el neoliberalismo progresista es una alianza de las
corrientes principales de los nuevos movimientos sociales (feminismo, antirracismo, multiculturalismo y
derechos de los LGBTQ), por un lado, y, por el otro, sectores de negocios de gama alta “simbólica” y
sectores de servicios (Wall Street, Silicon Valley y Hollywood). En esta alianza, las fuerzas progresistas se
han unido efectivamente con las fuerzas del capitalismo cognitivo, especialmente la financiarización. Aunque
maldita sea la gracia, lo cierto es que las primeras prestan su carisma a este último. Ideales como la
diversidad y el “empoderamiento”, que, en principio podrían servir a diferentes propósitos, ahora dan lustre
a políticas que han resultado devastadoras para la industria manufacturera y para las vidas de lo que otrora
era la clase media.
El neoliberalismo progresista se desarrolló en los EEUU durante estas tres últimas décadas y fue ratificado
por el triunfo electoral de Bill Clinton en 1992. Clinton fue el principal ingeniero y portaestandarte de los
“Nuevos Demócratas”, el equivalente estadounidense del “Nuevo Laborismo” de Tony Blair. En vez de la
coalición del New Deal entre obreros industriales sindicalizados, afroamericanos y clases medias urbanas,
Clinton forjó una nueva alianza de empresarios, suburbanitas, nuevos movimientos sociales y juventud:
todos proclamando orgullosos su bona fides moderna y progresista, amante de la diversidad, el
multiculturalismo y los derechos de las mujeres. Aun cuando la administración Clinton hizo suyas esas ideas
progresistas, cortejó a Wall Street. Pasando el mando de la economía a Goldman Sachs, desreguló el
sistema bancario y negoció tratados de libre comercio que aceleraron la desindustrialización. Lo que se
perdió por el camino fue el Cinturón del Óxido, otrora bastión de la democracia social del New Deal y ahora
la región que ha entregado el Colegio Electoral a Donald Trump. Esa región, junto con nuevos centros
industriales en el Sur, recibió un duro revés cuando la financiarización más desatada campó a sus anchas en
el curso de las pasadas dos décadas. Continuadas por sus sucesores, incluido Barak Obama, las políticas de
Clinton degradaron las condiciones de vida de todo el pueblo trabajador, pero especialmente de los
empleados en la producción industrial. Para decirlo sumariamente: Clinton tiene una pesada responsabilidad
en el debilitamiento de las uniones sindicales, en el declive de los salarios reales, en el aumento de la
precariedad laboral y en el auge de las familias con dos ingresos que vino a substituir al difunto salario
familiar.
Como sugiere esto último, al asalto a la seguridad social le dio lustre un barniz de carisma emancipatorio
prestado por los nuevos movimientos sociales. Durante todos los años en los que los se abría un cráter tras
otro en su industria manufacturera, el país estaba animado y entretenido por una faramalla de “diversidad”,
“empoderamiento” y “no-discriminación”. Identificando “progreso” con meritocracia en vez de igualdad, con
esos términos se equiparaba la “emancipación” con el ascenso de una pequeña elite de mujeres “talentosas”,
minorías y gays en la jerarquía empresarial del quien-gana-se-queda-con-todo, en vez de con la abolición de
esta última. Esa comprensión liberal-individualista del “progreso” vino gradualmente a reemplazar a la
comprensión anticapitalista –más abarcadora, antijerárquica, igualitaria y sensible a la clase social— de la
emancipación que había florecido en los años 60 y 70. Cuando la Nueva Izquierda menguó, su crítica
estructural de la sociedad capitalista se marchitó, y el esquema mental liberal-individualista tradicional del
país se reafirmó a sí mismo al tiempo que se contraían las aspiraciones de los “progresistas” y de los
sedicentes izquierdistas. Pero lo que selló el acuerdo fue la coincidencia de esta evolución con el auge del
neoliberalismo. Un partido inclinado a liberalizar la economía capitalista encontró su compañero perfecto en
un feminismo empresarial centrado en la “voluntad de dirigir” del leaning in o en “romper el techo de
cristal”.
180
Lo que hizo posible esa combinación fue la ausencia de cualquier izquierda genuina. A pesar de arrebatos
periódicos como Occupy Wall Street, que se rebeló efímero, no ha habido una presencia sostenida de la
izquierda en los EEUU desde hace varias décadas. Ni se ha dado aquí una narrativa abarcadora de izquierda
que pudiera vincular los legítimos agravios de los votantes de Trump con una crítica efectiva de la
financiarización, por un lado, y con la visión antirracista, antisexista y antijerárquica de la emancipación, por
el otro. Igualmente devastador resultó que se dejaran languidecer los potenciales vínculos entre el mundo
del trabajo y los nuevos movimientos sociales. Divorciados el uno del otro, estos indispensables polos de
cualquier izquierda viable se alejaron indefinidamente hasta llegar a parecer antitéticos.
Al menos hasta la notable campaña de Bernie Sanders en las primarias, que bregó por unirlos luego del
relativo pinchazo de la consigna “Las Vidas Negras Cuentan”. Haciendo estallar el sentido común neoliberal
reinante, la revuelta de Sanders fue, en el lado Demócrata, el paralelo de Trump. Así como Trump logró dar
el vuelco al establishment Republicano, Sanders estuvo a un pelo de derrotar a la sucesora ungida por
Obama, cuyos apparatchiks controlaban todos y cada uno de los resortes del poder en el Partido Demócrata.
Entre ambos, Sanders y Trump, galvanizaron una enorme mayoría del voto norteamericano. Pero sólo el
populismo reaccionario de Trump sobrevivió. Mientras que él consiguió deshacerse fácilmente de sus rivales
Republicanos, incluidos los predilectos de los grandes donantes de campaña y de los jefes del Partido, la
insurrección de Sanders fue frenada eficazmente por un Partido Demócrata mucho menos democrático. En el
momento de la elección general, la alternativa de izquierda ya había sido suprimida. La opción que quedaba
era un tómalo o déjalo entre el populismo reaccionario y el neoliberalismo progresista: elijan el color que
quieran, mientras sea negro. Cuando la sedicente izquierda cerró filas con Hillary, la suerte estaba echada.
Sin embargo, y de ahora en más, este es un dilema que la izquierda debería rechazar. En vez de aceptar los
términos en que las clases políticas nos presentan el dilema que opone emancipación a protección social, lo
que deberíamos hacer es trabajar para redefinir esos términos partiendo del vasto y creciente fondo de
revulsión social contra el presente orden. En vez de ponernos del lado de la financiarización-cum-
emancipación contra la protección social, lo que deberíamos hacer es construir una nueva alianza de
emancipación y protección social contra la finaciarización. En ese proyecto, que construiría sobre terreno
preparado por Sanders, emancipación no significa diversificar la jerarquía empresarial, sino abolirla. Y
prosperidad no significa incrementar el valor de las acciones o el beneficios empresarial, sino la base de
partida de una buena vida para todos. Esa combinación sigue siendo la única respuesta de principios y
ganadora en la presente coyuntura.
En lo que a mí hace, no derramé ninguna lágrima por la derrota del neoliberalismo progresista. Es verdad:
hay mucho que temer de una administración Trump racista, antiinmigrante y antiecológica. Pero no
deberíamos lamentar ni la implosión de la hegemonía neoliberal ni la demolición del clintonismo y su tenaza
de hierro sobre el Partido Demócrata. La victoria de Trump significa una derrota de la alianza entre
emancipación y financiarización. Pero esta presidencia no ofrece solución ninguna a la presente crisis, no
trae consigo la promesa de un nuevo régimen ni de una hegemonía segura. A lo que nos enfrentamos más
bien es a un interregno, a una situación abierta e inestable en la que los corazones y las mentes están en
juego. En esta situación, no sólo hay peligros, también oportunidades: la posibilidad de construir una nueva
Nueva Izquierda.
Mucho dependerá en parte de que los progresistas que apoyaron la campaña de Hillary sean capaces de
hacer un serio examen de conciencia. Necesitarán librarse del mito, confortable pero falso, de que perdieron
contra una “panda deplorable” (racistas, misóginos, islamófobos y homófobos) auxiliados por Vladimir Putin
y el FBI. Necesitarán reconocer su propia parte de culpa al sacrificar la protección social, el bienestar
material y la dignidad de la clase obrera a una falsa interpretación de la emancipación entendida en términos
de meritocracia, diversidad y empoderamiento. Necesitarán pensar a fondo en cómo podemos transformar la
economía política del capitalismo financiarizado reviviendo el lema de campaña de Sanders –“socialismo
democrático”— e imaginando qué podría ese lema significar en el siglo XXI. Necesitarán, sobre todo, llegar a
la masa de votantes de Trump que no son racistas ni próximos a la ultraderecha, sino víctimas de un
181
“sistema fraudulento” que pueden y deben ser reclutadas para el proyecto antineoliberal de una izquierda
rejuvenecida.
Eso no quiere decir olvidarse de preocupaciones acuciantes sobre el racismo y el sexismo. Pero significa
molestarse en mostrar de qué modo esas inveteradas opresiones históricas hallan nuevas expresiones y
nuevos fundamentos en el capitalismo financiarizado de nuestros días. Rechazando la idea falsa, de suma
cero, que dominó la campaña electoral, deberíamos vincular los daños sufridos por las mujeres y las gentes
de color con los experimentados por los muchos que votaron a Trump. Por esa senda, una izquierda
revitalizada podría sentar los fundamentos de una nueva y potente coalición comprometida a luchar por
todos.
Nancy Fraser es una profesora de filosofía y política en la New School for Social Research de
Nueva York. Su último libro: Fortunes of Feminism: From State-Managed Capitalism to Neoliberal
Crisis (Londres, Verso, 2013).
Fuente: http://www.sinpermiso.info/textos/el-final-del-neoliberalismo-progresista
La odisea americana
12 enero, 2017 Pablo Moral
http://elordenmundial.com/2017/01/12/la-odisea-americana/
Aunque no sea estrictamente un fenómeno reciente, la inmigración de origen hispanoamericano en Estados Unidos ha
eclosionado en las últimas décadas y ha cambiado por completo la realidad política, sociocultural y económica del país. Las
causas de esta inmigración han sido una combinación de factores político-económicos en los que mucho ha tenido que ver la
historia de injerencia estadounidense en el continente americano.
Puedes estar dando un paseo por Nueva York, Los Ángeles, Chicago o Miami. En las calles, en los comercios o en el metro se
oye hablar en español y los anuncios publicitarios en esta lengua están por todas partes. En cualquier esquina tienes la
oportunidad de degustar deliciosas pupusas, empanadas o tacos y, si sintonizas la radio, podrás deleitarte a ritmo de salsa o
bachata. Este es desde hace años el día a día en muchas ciudades estadounidenses.
Sin embargo, lo que hoy es un hecho cotidiano era absolutamente inaudito hace apenas unas décadas. El vendaval cultural
hispano llegó para quedarse y mutar una sociedad acostumbrada a concebir la realidad en blanco y negro. Ante semejante
transformación, cabe preguntarse: ¿cómo se ha producido este cambio? ¿Cuáles han sido sus orígenes? ¿Qué motivos han tenido
millones de ciudadanos de todo el continente para decidir emigrar al norte?
182
Los pioneros
Mexicanos, una reserva inagotable de mano de obra
Lo primero que cabría considerar respecto a la inmigración mexicana en Estados Unidos es que fue la frontera la que cruzó
primero a los mexicanos y no al revés. La derrota de México ante el ejército estadounidense en la guerra entre 1846 y 1848
resultó en el traspaso de la mitad del territorio mexicano a su vecino del norte; en consecuencia, los mexicanos que continuaron
habitando estos territorios se convirtieron en los primeros estadounidenses de origen mexicano —chicanos—. A partir de
entonces, la búsqueda de oportunidades laborales produjo que la inmigración mexicana creciera a un ritmo sostenido hasta la
Gran Depresión, con la que se exacerbó el rechazo a los inmigrantes y cientos de miles de mexicanos se vieron forzados a volver
a su país. Sin embargo, por entonces se había hecho evidente la dependencia estadounidense de la mano de obra mexicana en los
tiempos de bonanza económica, de modo que, cuando el país comenzó a aumentar la producción con motivo de la Segunda
Guerra Mundial, tuvo que recurrir a su vecino del sur. A raíz de ello, a partir de 1942 se inició el programa Bracero, que
permitió la llegada legal de miles de trabajadores temporales cada año para emplearlos en trabajos manuales, principalmente en la
agricultura y en los estados del suroeste, aunque con el tiempo también fueron llegando al próspero Medio Oeste. Extendido
hasta 1964, este programa hizo cruzar la frontera a alrededor de cinco millones de mexicanos, un gran número de los cuales
acabaron instalándose en el país, en muchos casos trayendo consigo a sus familiares y allegados.
Lo
que un día fue México hoy tiene todavía mucho de mexicano. Fuente: The Economist
Los setenta y ochenta fueron años de restructuración económica a uno y otro lado de la frontera. En México, la pujante
industrialización del norte —basada en las famosas maquiladoras— no sirvió para hacer frente al problema crónico del
desempleo ante el aumento exponencial de la población, mientras que el incipiente crecimiento económico no iba a durar mucho
por las devaluaciones del peso mexicano y la crisis de la deuda de 1982. Por su parte, inmerso en la batalla económica y
tecnológica de la Guerra Fría, Estados Unidos comenzó a necesitar más mano de obra barata poco cualificada en todos los
sectores económicos. El resultado fue el inicio de una de las mayores y más prolongadas migraciones de la Historia de la
humanidad: entre 1965 y 2015 se estima que más de dieciséis millones de mexicanos emigraron al norte. A la agudización de
esta tendencia migratoria unidireccional también contribuyó la irreversible transnacionalización del mercado laboral y, cómo no,
el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN o, en inglés, NAFTA), firmado en 1994, que puso la rúbrica a la
interdependencia perpetua entre las necesidades económicas de ambos países.
183
Con el TLCAN, los campesinos de las regiones más rurales de México quedaron desplazados, viéndose forzados a emigrar
hacia una colapsada industria maquiladora o un poco más al norte, hacia Estados Unidos, donde cruzar la frontera se iba a
convertir más que nunca en una cuestión de vida o muerte merced a la estricta reforma migratoria del presidente Clinton en
1996.
Las leyes antiinmigración, la crisis económica y el ascenso sin precedentes de las deportaciones hicieron que el flujo migratorio
perdiera ritmo desde 2005, de manera que en 2014 comenzó a decrecer por primera vez el número de inmigrantes mexicanos en
Estados Unidos. De hecho, se espera que México, el país que más inmigrantes ha aportado a Estados Unidos en su historia —por
delante de Alemania—, se vea desbancado por China en los próximos años.
184
Puerto Rico pasó a manos de Estados Unidos en 1898, si bien a los puertorriqueños solo se les concedió la ciudadanía
estadounidense en 1917 con el fin de reclutarlos para la Primera Guerra Mundial. A pesar de que ha transcurrido un siglo, los
puertorriqueños siguen siendo considerados extranjeros en el país al que pertenecen. La primera gran migración de
puertorriqueños a Estados Unidos se produjo tras la Segunda Guerra Mundial y tuvo como destino el barrio neoyorquino de East
Harlem, que desde entonces pasó a ser conocido como El Barrio.
185
Para mediados de los sesenta se estima que ya había un millón de puertorriqueños en Estados Unidos, que comenzaron a
dispersarse geográficamente hacia trabajos rurales en Pensilvania o Connecticut y hacia el cinturón del óxido, con Chicago y
Ohio como principales destinos. Sin embargo, esta generación pasó inadvertida. Los puertorriqueños que no trabajaban en el
campo ocupaban el escalafón más bajo del sector servicios en la ciudad, como la lavandería en hoteles u hospitales, sirvientes en
186
casas o ayudantes de cocina en restaurantes. Solo con la irrupción de la segunda generación, nacida en suelo estadounidense, se
iba a tomar más conciencia de la presencia de estos inmigrantes. Fue precisamente esta segunda generación la que comenzó a
ocupar puestos más altos en el mercado laboral estadounidense, pero también la que vio cómo se incrementaba la competencia
por la llegada de otras comunidades de inmigrantes hispanos.
Con el tiempo se ha confirmado la tendencia a huir de la crónica precariedad laboral de la isla —en la que mucho tiene que ver
la injerencia estadounidense— en busca de oportunidades económicas en el subcontinente norteamericano. Así se ha
evidenciado en el siglo XXI, en el que la población puertorriqueña en Estados Unidos ha sobrepasado a la de la propia isla, con
Florida como principal estado receptor. No obstante, la situación de estos sigue distando de ser ideal; como dato revelador, los
puertorriqueños son la segunda comunidad de origen hispano más pobre en EE. UU.
La primera oleada de inmigración cubana en Estados Unidos fue protagonizada por empresarios de la industria tabacalera que
emigraron debido a las guerras de independencia cubanas, a finales del siglo XIX. Se estima que unos 100.000
habitantes partieron a ciudades de Florida, como Tampa y Key West, y Nueva Orleans, donde establecieron prósperas
plantaciones. Estos inmigrantes conservarían su alto estatus económico y mantendrían conexiones permanentes con la isla, un
Estado títere de Estados Unidos. Sin embargo, con la llegada de Fidel Castro al poder en 1959, las cosas iban a cambiar. Tras
el estrepitoso fracaso de la intervención en Bahía de Cochinos (1961), Estados Unidos decidió en 1966 otorgar asilo político a los
cubanos contrarios al Gobierno comunista de Castro, lo que facilitó que en los sesenta se iniciara la segunda oleada de
inmigrantes hacia las costas de Florida —unos 215.000 en los primeros cuatro años—, compuesta por cubanos de clase media-
alta.
Dos décadas después, la economía cubana se iba a resentir gravemente del declive económico de su mayor aliado, la URSS; esto
condujo a una tercera ola de inmigración, la de los marielitos, en 1980. Con el beneplácito de Fidel Castro, unos 125.000
cubanos zarparon en pequeñas embarcaciones hacia Florida. A diferencia de los anteriores, este grupo de inmigrantes lo
componían mayoritariamente trabajadores de clase baja no cualificados, de piel más oscura y, en algunos casos, delincuentes y
enfermos mentales. La emigración nunca se detuvo por completo, si bien fue la caída de la URSS lo que hizo que la economía
cubana acabara de desplomarse y, en consecuencia, se produjera la crisis de los balseros en 1994. Sin embargo, el fin de la
Guerra Fría y, por consiguiente, de la amenaza soviética motivó que el presidente Clinton adoptara una posición más reacia ante
los nuevos inmigrantes e instaurara la política de los pies mojados y los pies secos, es decir, a los detenidos en alta mar se les
devolvía a Cuba y a aquellos que lograban llegar a tierra se les dejaba entrar en el país. Cabe señalar un último repunte de la
inmigración cubana a raíz del restablecimiento de relaciones diplomáticas entre ambos países. La mayoría logra entrar al país por
la frontera de México, adonde llegan después de viajar en avión a algún país latinoamericano para posteriormente seguir una de
las rutas migratorias dentro del continente.
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Un gran número de inmigrantes provenientes tanto de países centroamericanos como de la República Dominicana comparten
historias paralelas con un mismo destino y un denominador común: las intervenciones del ejército, las empresas y los servicios de
inteligencia estadounidenses en aras de establecer un Gobierno próximo a Washington y lejos de la influencia soviética. Estas
intromisiones sembraron o potenciaron el germen de oscuros periodos de dictaduras, represión, inseguridad, guerras, caos
político y precariedad económica. El resultado: cientos de miles de migrantes forzados a buscar refugio en el norte, de los cuales
solo un porcentaje irrisorio —a excepción de los nicaragüenses— lograría obtener el asilo político. Acabada la Guerra Fría y
amainada la convulsión, la situación político-económica en estos países sigue lejos de ser alentadora. La pobreza y la inseguridad
han continuado provocando que salvadoreños, hondureños, guatemaltecos, nicaragüenses y dominicanos sigan emigrando al
norte, donde a menudo los esperan familiares, amigos u otros contactos y donde desean poder encontrar algún trabajo que, por
muy mal pagado que sea, les permita enviar unas remesas que en sus respectivos países constituyen el auténtico sostén de la
economía familiar. Sus perfiles laborales, en general, suele adecuarse al del trabajador poco cualificado: en el sector la agrícola,
la industria manufacturera y de un perfil bajo en el sector servicios.
188
En República Dominicana, Guatemala y El Salvador, Estados Unidos impuso y apoyó política y militarmente a regímenes
militares que combatían a guerrillas de corte comunista. Como resultado, desde mediados de los sesenta, 400.000 dominicanos
huyeron en apenas dos décadas, la inmensa mayoría con Nueva York como destino. En el caso de Guatemala, su larga guerra
civil (1960-1996) se saldó con al menos 250.000 emigrantes a Estados Unidos, principalmente a California —sobre todo Los
Ángeles—, Chicago, Florida y la costa noreste.
En El Salvador, cabe mencionar que una modesta primera ola de inmigrantes se originó en 1969 tras la llamada Guerra del
Fútbol contra una Honduras que, colapsada de campesinos salvadoreños en sus plantaciones bananeras estadounidenses, acabó
deportando a la mayoría de estos, de los cuales solo algunos regresaron a El Salvador y el resto se fue a México o a California,
con San Francisco y Los Ángeles como destinos principales. En El Salvador el conflicto socioeconómico interno hacía presagiar
lo que finalmente ocurrió en 1980, una cruenta guerra civil que convirtió al ejército salvadoreño en el mayor receptor de ayuda
militar estadounidense de toda Latinoamérica. Se estima que alrededor de 300.000 salvadoreños llegaron a Estados Unidos en los
nueve años que duró la guerra y formaron numerosas comunidades en Nueva York, California, Maryland y el norte de Virginia.
Para ampliar: “EE. UU. en Latinoamérica“, Fernando Arancón en El Orden Mundial, 2013
El caso de Nicaragua es similar, si bien en este país el bando apoyado por Estados Unidos no era el del Gobierno, en manos de
los sandinistas. La llegada de estos al poder en 1979 causó una primera ola de emigrantes afines al anterior régimen somocista, y
derrocarlos se convirtió en una prioridad para la Administración Reagan, que armó y financió a las milicias paramilitares
conocidas como las contras. Junto a ello, en un intento por minar y aislar al país, Estados Unidos adoptó una política migratoria
mucho más benévola con los exiliados nicaragüenses concediendo asilo político a uno de cada cuatro. Florida y California fueron
sus principales asentamientos, si bien la población inmigrante no alcanzó los niveles de los países vecinos en términos
cuantitativos.
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Honduras, Costa Rica y Panamá también tuvieron que lidiar con la determinante injerencia económica de las compañías
estadounidenses y la correspondiente influencia política en su suelo. En el origen de la inmigración proveniente de estos países
han influido las estrechas conexiones económicas con Estados Unidos, como en el caso del canal de Panamá y de las compañías
hortofrutícolas en Honduras. La mayoría de sus inmigrantes se desplazaron por motivos económicos, algo que los diferencia en
cierta medida del perfil migratorio del resto de naciones centroamericanas, con la excepción de los miles de hondureños que
también escaparon de la agitación en su país.
El caso de Sudamérica
La inmigración proveniente de los países sudamericanos es, en general, menos numerosa, más reciente y heterogénea en términos
sociales y más dispersa geográficamente. Los sudamericanos son, en conjunto, inmigrantes con mejor educación y con una
posición socioeconómica más acomodada, dada la gran presencia de ciudadanos de clase media urbana. El número de migrantes
comenzó a acrecentarse en los sesenta y setenta, décadas en las que Estados Unidos demandaba trabajadores muy especializados,
de modo que se produjo un flujo importante de médicos, científicos o ingenieros, entre otros, desde países como Colombia,
Argentina, Ecuador o Venezuela, en cuyos volátiles mercados laborales no había tanto margen para crecer profesionalmente.
Contribuyó a este creciente flujo de personas la situación política e inseguridad en buena parte de los países sudamericanos, con
periodos de conflicto como La Violencia y los años posteriores en Colombia o las dictaduras de Pinochet o Videla en Argentina,
que forzaron a miles de ciudadanos al exilio.
A partir de los ochenta, la inmigración se diversificaría en términos socioeconómicos. La crisis económica, común a todo el
continente, haría que miles de trabajadores de las clases más bajas quedaran sin empleo y acabaran buscando una salida
emigrando al norte, con el consiguiente desarrollo y consolidación de las redes transnacionales de tráfico de personas,
especialmente en Colombia, Perú y Ecuador. También influyó en el incremento de inmigrantes la implementación de la política
de reunificación familiar en 1976 y el irreversible proceso de liberalización e interconexión económica, que favoreció que
multitud de comerciantes, turistas y estudiantes que accedían con una visa temporal se acabaran quedando de manera irregular en
el país, un fenómeno experimentado por inmigrantes en todo el mundo.
190
En las décadas posteriores, la inestabilidad económica, la convulsión política, la agitación social y, en algunos casos, como en
Colombia, los violentos conflictos internos —como el narcoterrorismo a principios de los noventa o la guerra entre Gobierno y
guerrillas— hicieron que el número de sudamericanos en Estados Unidos experimentara un aumento sin precedentes. A
diferencia de los anteriores, los inmigrantes sudamericanos no han sido tan propensos a crear comunidades tan numerosas, si bien
hoy en día se puede encontrar una gran presencia de colombianos, ecuatorianos o peruanos en Nueva York, Miami y Los
Ángeles.
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La llegada constante de inmigrantes hispanos, su establecimiento permanente en Estados Unidos y la alta tasa de natalidad que
los ha caracterizado han sido los factores fundamentales para que hoy en día haya alrededor de unos 55 millones de personas de
origen hispanoamericano residiendo en Estados Unidos; constituyen el 17% de la población total estadounidense, lo que los
convierte en la mayor minoría étnica del país, por delante de los afroamericanos. Esta cifra se espera que siga creciendo en los
próximos lustros, aunque a un menor ritmo, toda vez que el número de los hispanos nacidos fuera de Estados Unidos se encuentra
en declive. No obstante, el 23% de las personas de origen hispano se encuentran en situación de pobreza, una cifra solo
superada por los afroamericanos. Además, los hispanos son la minoría que cuenta con un menor número de graduados
universitarios entre los mayores de 25 años y muchos de ellos siguen sufriendo situaciones de marginalidad y trabajando en
condiciones deplorables, lo cual hace tomar conciencia de que el futuro plantea multitud de desafíos.
192
Hoy en día pocos se atreverán a cuestionar que la influencia cultural, social, política y económica de esta minoría la hacen clave
en todas las esferas de la realidad estadounidense. Sin embargo, a pesar de que la conciencia de comunidad panétnica entre los
hispanos está cada vez más extendida e institucionalizada, sería un error considerar a este grupo una entidad homogénea y
unificada dentro del país. En términos identitarios, raciales, políticos y socioeconómicos, los ciudadanos de origen hispano
constituyen un heterogéneo conglomerado, con intereses que no siempre encuentran la armonía. Y en ello, como hemos visto,
tienen mucho que ver los diferentes orígenes y causas que motivaron sus respectivas diásporas.
Empiezo mal el artículo, cuestionando el nombre de esta admirable web que me deja un espacio para expresarme. Pero bien se
podría llamar El Desorden Mundial del siglo XXI, porque, más que un siglo de orden y reglas de juego claras, parece que vamos
hacia un desorden sin reglas o con reglas nuevas aún por definir. En este artículo voy a dar algunas claves para entender los cinco
paradigmas que están cambiando en el mundo y cómo están enterrando los esquemas que teníamos desde la posguerra fría.
Bienvenidos a una nueva era.
Los valores enmarcados en la Declaración Universal de los Derechos Humanos y las Convenciones de Ginebra quizás no sean ya
tan universales. Ideales como el derecho a la vida, a no ser torturado o a pedir asilo están en cuestión, ya sea por activa o por
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pasiva. Cuando los países europeos eluden sus obligaciones y cierran el paso a refugiados, cuando Trump insinúa que la tortura
es efectiva, cuando el régimen sirio es acusado de masacrar y gasear impunemente a civiles y no solo no rinde cuentas, sino que
se le rehabilita, cuando en Filipinas hay un presidente con más del 60% de popularidad que se jacta de haber asesinado
personalmente a presuntos criminales o cuando algunos países africanos se retiran de la Corte Penal Internacional de La Haya,
cuando pasa todo esto, es que los fundamentos de aquellos valores universales tiemblan, se acepta ahora lo que antes era
intolerable y entramos en una nueva era pos derechos humanos.
Mucho se ha escrito de la crisis de los partidos tradicionales en Occidente y no voy abundar mucho más. Solo una intuición: la
sangría de votos, el desgaste, la desorientación de las fuerzas políticas que han gobernado Occidente los últimos 70 años parece
que no han tocado fondo todavía. El viento y la Historia juegan a favor de las nuevas fuerzas populistas y las familias
conservadoras y socialdemócratas están a la defensiva y van a remolque. Salir al campo de juego con esta actitud, con poca
confianza y desorientados, no es la mejor táctica para ganar partidos. Delante tienen un rival sin tantos recursos, pero muy hábil y
motivado.
3. La era de la posverdad
Fuente: Snopes.com
Este sea quizás el cambio de paradigma más significativo, que engloba al resto y que mejor define el vértigo del momento actual.
La mentira y la intoxicación son tan viejas como la misma política, pero lo que ha cambiado es el alcance, cómo se distribuye y
expande. Los medios tradicionales han perdido el monopolio del relato de la realidad y el ciudadano, si no tiene un mínimo de
espíritu crítico, se va tragando sin cuestionar todo lo que le llega vía Facebook hasta vivir en una burbuja. Un ciudadano así es el
objetivo perfecto para una campaña política sin escrúpulos, un plato muy goloso. Y en la Europa del 2017 veremos elecciones
con mucha posverdad. El problema es que polarizar una sociedad ayuda a ganar unas elecciones, pero después hace el país
ingobernable.
Adiós al consenso liberal. Pensábamos que la democracia parlamentaria era inevitable y que el mundo estaba condenado a ella,
que se iría expandiendo y profundizando por todo el planeta. Resulta que no, que no es inevitable, y fácilmente en el siglo XXI se
puede mancillar o revertir. Ahí están los casos, todos distintos, de Hungría, Polonia, Turquía o Egipto. A medida que los
populistas ganen cuotas de poder, la tentación de subvertir el orden democrático será mayor y la consecuencia inevitable son
líderes autoritarios, hombres fuertes llamados a salvar la patria. Tenemos ya una larga lista este 2017.
Al mismo tiempo, el capitalismo liberal como doctrina económica que guio el mundo las últimas décadas está en cuestión. Parece
contra natura, porque el planeta cada vez está más interconectado y es más interdependiente, pero viene una época más
proteccionista y los tratados de libre comercio en marcha van a estar unos años archivados en cajones. La globalización no se
parará, pero quizás frenará su impulso.
5. La era posinstitucional
Fuente: La Vanguardia
Finalmente, el mundo que viene verá temblar o reducir la trascendencia de las instituciones que trabajaban por una cierta
gobernabilidad global. Hay un claro impulso en muchos países por un replegamiento interior, un “no querer mirar fuera”, un
resurgir nacionalista, etnocéntrico y patriótico que es incompatible con ceder soberanía y con la esencia de la Unión Europea, la
OTAN, la Corte Penal Internacional, la Organización Mundial del Comercio y la mismísima ONU. No sabemos todavía cómo se
verán afectados, pero la inercia del momento claramente juega en contra de estos organismos.
Estamos dentro de un periodo de transición hacia una nueva era, y las transiciones, por sí mismas, suelen ser imprevisibles y de
final incierto. Las señales que nos da el momento actual son más de un nuevo desorden sin normas claras que de un nuevo orden.
También es verdad que el sistema mundial es como un transatlántico: su rumbo no se puede cambiar de la noche a la mañana ni
se pueden dar giros bruscos. Pero el mar de fondo es de un cambio de reglas. Si vamos en dirección a la tormenta perfecta o solo
hacia unos chubascos es lo que nos queda por descubrir. Pero tranquilos, que mientras nos lo vaya contando El Orden Mundial en
el Siglo XXI estaremos bien informados.
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El Orden Mundial en el Siglo XXI no se hace responsable de las opiniones vertidas por los autores de la Tribuna. Para cualquier
asunto relacionado con esta sección se puede escribir a tribuna@elordenmundial.com
http://www.rebelion.org/noticia.php?id=221710
Darío Aranda
Página/12
El dato surge de una investigación de la ong Oxfam. En Argentina, el 1 por ciento concentra el 36
por ciento de la tierra.
El 1 por ciento de las estancias más grandes de América Latina acapara la mitad de la tierra agrícola y el 80
por ciento de las fincas cuentan con solo el 13 por ciento del territorio. “América latina es la región del
mundo más desigual en la distribución de la tierra”, asegura una reciente investigación de la ONG
internacional Oxfam. En Argentina, el 1 por ciento de las estancias más grandes concentra el 36 por ciento
de la tierra. La injusta distribución tiene directa relación con el avance minero, petrolero, agronegocio y
forestal. “El extractivismo ha dado lugar a una crisis de derechos humanos en la región, amenaza derechos y
libertades fundamentales”, alerta Oxfam.
“Desterrados: tierra, poder y desigualdad en América Latina”, es el nombre de la investigación que, en base
a datos oficiales, analiza la situación de todos los países de la región. Colombia es el país más desigual en el
reparto de la tierra. El 0,4 por ciento de las explotaciones agropecuarias domina el 68 por ciento de la tierra
del país.
Sigue Perú, donde el 77 por ciento de la tierra está en manos del 1 por ciento de estancias. Le siguen Chile
(74 por ciento) y Paraguay (71). En Bolivia el 1 por ciento de las chacras maneja el 66 por ciento de la
tierra, y en México el 56 por ciento. En Brasil, el 44 por ciento del territorio agrícola es para el 1 por ciento
de las fincas. En Argentina, el 36 por ciento está en manos de esa mínima porción de estancieros y pooles de
siembra.
“La extrema desigualdad en el acceso y control de la tierra es una de las causas de los niveles intolerables
de pobreza. Sin políticas que aborden este reto (la tierra) no será posible reducir la desigualdad económica y
social”, afirma la investigación de Oxfam e interpela la concentración de tierra en pocas manos: “Es un orden
social arraigado y más cercano al feudalismo que a una democracia moderna”.
La investigación, de cien páginas y con extensa bibliografía de referencia, vincula claramente la extrema
desigualdad al modelo de explotación de recursos naturales. “El extractivismo se ha hecho con el territorio”,
resume la investigación y advierte que tanto gobiernos de izquierda como derecha han optado por favorecer
la explotación petrolera, minera, forestal y el agronegocio. “La explotación minera y petrolera se aceleró a
partir del 2000. La nueva oleada fue atraída por reformas estructurales que desprotegían los territorios
comunales y relajaban los controles medioambientales”, explica. Entre los numerosos ejemplos, cita la
situación de Colombia, que en 2002 contaba con un millón de hectáreas en concesión minera y en 2015 ya
era de 5,7 millones de hectáreas (el cinco por ciento del territorio nacional).
Precisa que la soja, la palma de aceite y la caña de azúcar tuvieron una “expansión sin precedentes en las
últimas dos décadas”. En el apartado “geopolítica de la soja”, destaca que los gobiernos “han impuesto un
modelo de organización territorial a la medida de las necesidades de transnacionales”. En base a datos de
2014, precisa los datos del monocultivo: el 68 por ciento del territorio cultivado de Paraguay tiene soja, le
siguen Argentina (49), Uruguay (45), Brasil (37) y Bolivia (30 por ciento). “Los cincos países conforman lo
que se conoce como ‘repúblicas unidas de la soja’, producen más de la mitad de la soja del mundo”, detalla
Oxfam.
Las pequeñas explotaciones agropecuarias son mayoría, pero tiene muy poca tierra. En Colombia, el 84 por
ciento de las fincas ocupa solo el cuatro por ciento de la superficie agrícola. Paraguay es otra mala
referencia: el 91 por ciento de las chacras cuenta con sólo el seis por ciento de la tierra. En Argentina, el 83
por ciento de las explotaciones agropecuarias tiene sólo el 13 por ciento del territorio.
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“La tierra se encuentra cada vez más concentrada en menos manos y sometida a un modelo de extracción y
explotación de los recursos naturales que, si bien ha ayudado a crecer a las economías de la región, también
ha acentuado la desigualdad. Los beneficios de este modelo extractivista se concentran en manos de unas
élites”, resume la investigación. El informe llama a una “urgente y necesaria nueva distribución de la tierra
en América latina”.
Entre los sectores más perjudicados se encuentran campesinos y pueblos originarios. “La impunidad con la
que se asesina a los activistas indígenas debe terminar. Es urgente que los gobiernos en todo el mundo
actúen de forma inmediata para protegerlos”, destaca el informe
La injusta distribución de la tierra se profundiza con el uso de violencia. “Con la expansión de las actividades
extractivas se han multiplicado los conflictos territoriales y se han disparado de forma alarmante los índices
de violencia contra quienes defienden el agua, los bosques y los derechos de las mujeres y las comunidades
indígenas, afrodescendientes y campesinas. Estos grupos son marginados, perseguidos, agredidos y
criminalizados por defender su derecho a la tierra”, denuncia Oxfam.
Fuente: http://www.pagina12.com.ar/14484-lo-primero-es-la-desigualdad
El estado más violento, Rondônia, situado en el Norte de Brasil, sumó 17 homicidios. Maranhão, estado del Nordeste,
quedó en el segundo lugar del ranking, con 12 muertes, seguido de Pará, también del Norte, con seis.
Rúben Siqueira, de la coordinación nacional de la CPT, indicó que desde hace cuatro años ya se verifica el incremento
de homicidios, y que estos se concentran en la región Amazónica, “la niña de los ojos del mercado mundial”.
Según Siqueira, el proceso de financiarización de las tierras, o sea, la valorización de las tierras como activo
económico, y la creación del programa Tierra Legal, creado por el gobierno federal para regularizar tierras en la
Amazonía, son determinantes para entender la intensificación de los conflictos. “Hay una corrida por obtener esas
tierras como futuras inversiones o como una posibilidad de conseguir su legalización a precios muy bajos”, dijo.
Para la defensora Ilemara Sesquin Lopes, del Núcleo de Conflictos Agrarios de la Defensoría Pública del Estado de
Rondônia, el crecimiento de la violencia en el campo en el estado (que continua en entre los más violentos) está
relacionado a los retrocesos de las políticas públicas del gobierno federal, ya que la mayoría de los conflictos está en
áreas de la Unión y que le compete al Instituto de Colonización y Reforma Agraria (Incra).
Según la defensora, el Estado intervino de forma más incisiva en la región después de los grandes conflictos en el
2003, a través de la creación de la Defensoría Agraria, que fue extinta el 25 de noviembre.
“Hubo muchos cambios en el directorio del Incra. Algunos programas que estaban evolucionando, de repente,
retrocedieron. Desde hace algún tiempo que ya no hay tanta participación del gobierno federal en las cuestiones
agrarias del Estado. Es natural que, con eso, la situación vuelva a ser lo que era en el pasado”, analizó.
196
Siqueira observa con preocupación la “desinstitucionalización del país”. Según afirmó, la disolución de secretarías
ligadas a la reforma agraria y a la agricultura familiar en la Casa Civil y la extinción de la Defensoría Agraria, el día 25
de noviembre, sólo agravan el cuadro de violencia.
Falta de protección
Entre los homicidios contabilizados por la CPT en Rondônia, está el asesinato del matrimonio Edilene Mateus Porto,
de 32 años, e Isaque Dias Ferrira, de 34, en septiembre de este año. La muerte de los líderes de la Liga Campesina
fueron anunciadas unos años antes de lo ocurrido, cuando ella registró una denuncia informando a la Policía Militar
que había hombres armados rodeando el Campamento 10 de Mayo, donde vivían.
Ilemara Sesquin Lopes reiteró la falta de programas específicos para la protección de víctimas y testigos de violencia y
defensores de derechos humanos en el Estado. “La mayoría de las muertes son anunciadas. Las personas son
amenazadas por grandes propietarios rurales y otras personas que tienen intereses en la situación, sólo que
poquísimas cosas son hechas en este ámbito”, dijo.
A finales de agosto, el gobierno del estado creó, a través de la Ley n°3889, el Programa de Protección a las Víctimas y
Testigos Amenazados del Estado de Rondônia (Provitas-RO), que busca dar protección a las personas que están
siendo coaccionadas o expuestas a graves amenazas, lo que están colaborando con investigaciones o procesos
criminales.
Brasil de Fato cuestionó, por correo electrónico, al Consejo del Estado de Defensa de los Derechos Humanos sobre la
cantidad de personas que ya integran el Provita-RO, pero hasta el cierre de esta nota no se obtuvo respuestas.
Siqueira afirmó que medidas paliativas son pensadas cuando las muertes son notificadas fuera del estado, inclusive
internacionalmente. “Ninguna medida es estructural, en sentido de atacar las causas de la situación. Lo que tiene que
ser realizada es una reforma agraria verdadera y sacar a los ilegítimos pretendientes”, dijo.
Impunidad
La impunidad complementa el “caldo de cultivo” del aumento de los conflictos. “Casos que no van a juicio señalizan
que la tierra no tiene ley, ni dueño”, declaró Siqueira.
Otro levantamiento realizado por la CPT, del año 2015, apunta que, en los últimos 30 años, apenas el 10% de los casos
que fueron a la Justicia fueron juzgados. De los 1.270 casos de homicidio registrados en este periodo, apenas 108
tuvieron una conclusión en el Poder Judicial y solamente 28 autores intelectuales y 86 ejecutores fueron condenados
por los crímenes cometidos.
Sesquin afirma que la situación es resultado de una policía sometida al poder político de los latifundistas de la región.
Además, “no hay estructura para enfrentarlos”. “El contingente es pequeño. Las comisarías no tienen estructura para
investigar, y los crímenes, tan graves, se miden con la misma vara que los otros”, evaluó la defensora.
La Defensoría cumple el papel de intermediación de ocupantes de tierras y los supuestos dueños de las áreas, y está al
frente de las negociaciones con los gobiernos locales y federales. Sin embargo, Sesquin alega que la atención de los
órganos es “bien limitada”. En Rondônia, son apenas dos defensores públicos agrarios, lo que es poco para el tamaño
del estado, según ella.
197
“Conseguimos atender poquísima gente. Pero actuamos intentando hacer la mediación de los conflictos,
generalmente para evitar que haya intervenciones de la policía de forma agresiva en las reintegraciones de pose”,
afirmó.
Repercusión
En una nota, movimientos populares y entidades repudian las graves violaciones de derechos humanos en conflictos
por la tierra ocurridos en el estado. “En el último período, la criminalización y el exterminio se tornaran regla,
colocando al estado [Rondônia] como el primero del país en asesinatos a líderes de movimientos sociales campesinos
de lucha por el derecho a la tierra”, dice un trecho del texto.
En el año 2015, de los 50 asesinatos ocurridos en conflictos agrarios, 47 fueron en la Amazonia; Rondônia es el estado
con más casos: fueron 20 personas asesinadas entre indígenas, quilombolas, ocupantes, sin-tierra, ambientalistas,
trabajadores rurales, y líderes.
La región contó con 30 de los 59 intentos de asesinato, 93 de las 144 amenazas de muerte, 66 de los 80 campesinos
presos y 20.000.853 de los 21.374.544 hectáreas en conflicto.
Entre los principales conflictos están aquellos vividos por las comunidades afectadas por diques e hidroeléctricas; la
tensión con los terratenientes, oriunda del problema de la propiedad de las tierras públicas; conflictos provenientes
de la inexistencia de implementación de las Reservas; y los que afectan pueblos indígenas y quilombolas, que sufren
con el desguace del Incra.
El Comité Brasileño de Defensores de Derechos Humanos (CBDDH) encaminó para la Organización de las Naciones
Unidas (ONU), el día 24 de octubre, un pedido de acción urgente para que el gobierno de Brasil y, específicamente, el
gobierno del estado de Rondônia, tome medidas inmediatas para el cese de la violencia en curso y que impida que
nuevas violaciones sucedan.
Diversos portales de noticias han informado que el actual gobernador de Veracruz, Miguel Ángel Yunes Linares, dio a
conocer que durante el periodo de su antecesor, Javier Duarte, se suministraron medicamentos falsos a niños
enfermos de cáncer. El motivo que dio Yunes Linares fue la falta de presupuesto y el desvío de recursos. Es
importante señalar que Duarte actualmente se encuentra en calidad de prófugo de la justicia.
::::::::::::::::::
http://kaosenlared.net/mexico-durante-el-gobierno-de-javier-duarte-se-aplicaron-quimioterapias-
falsas/
XALAPA, Ver. (apro).- El gobernador Miguel Ángel Yunes Linares afirmó que durante el gobierno de su antecesor
Javier Duarte, la Secretaría de Salud aplicaba “quimioterapias falsas” a niños enfermos de cáncer.
Esa medida se adoptó por insuficiencia presupuestal y por desvío de recursos, afirmó el expriista en rueda de prensa.
“Tenemos ya resultados de un laboratorio que señaló que el medicamento que se administraba a niños, una
quimioterapia que se administraba a niños, no era realmente un medicamento, sino que era un compuesto inerte, era
agua prácticamente destilada”, precisó.
Yunes Linares calificó la acción como un pecado brutal y un “atentado” contra la vida de los menores y los enfermos
de cáncer, y señaló que una vez que concluyan los análisis de esas quimioterapias se presentarán las querellas penales
correspondientes.
Una solicitud de información (0001200244315) obtenida en la plataforma Infomex arrojó que en el lapso
comprendido entre 2013 y 2014 y el primer trimestre del 2015, el centro estatal de Cancerología “Doctor Miguel
Dorantes Mesa”, con sede en esta capital, registró 32 decesos de menores de edad, de acuerdo con los “cubos de
defunciones” del Centro Nacional para la Salud de la Infancia y la Adolescencia de la Secretaria de Salud federal.
En el caso de las mujeres, las cifras son más alarmantes, pues de cáncer cervicouterino y de mama fallecieron mil 719
en Veracruz en el periodo señalado, según la dependencia.
Otra solicitud de información (0001200244315) destaca que en el primer trimestre de 2015, 109 mujeres mayores de
25 años perdieron la vida por un tumor maligno cervicouterino, mientras que 107 fallecieron por cáncer de mama.
Otro oficio, el SIDSS/DGIS/001602/2015, detalla que en la numeralia de otros tipos de cáncer (colon y recto, vejiga,
linfomas, leucemia, páncreas y otros), 45 personas (masculinas y femeninas) perdieron la vida en la entidad en los
tres primeros meses de 2015.
Las escalofriantes cifras que aporta la Secretaría de Salud federal señalan que en promedio una de cada diez muertes
por cáncer en el país ocurre en Veracruz.
El cáncer de boca, estómago, colon, hígado, páncreas, tráquea, pulmón, leucemia, ovarios, vejiga y linfomas ha
ocasionado 324 decesos en Veracruz entre 2013, 2014 y el periodo de enero a marzo de 2015.
199
En 2013, por ejemplo, 78 personas murieron de leucemia en la entidad y 65 un año después. En lo que va de 2017,
nadie ha fallecido de ese tipo de cáncer. En contraste, en 2014, nueve personas murieron de linfomas, y en lo que va
de este año han perdido la vida 26, una cifra atípica.
El hospital de Cancerología “Miguel Dorantes Mesa” no tiene liquidez presupuestal, situación que se ve reflejada en
las constantes cancelaciones de quimioterapias y la falta de reactivos para detectar la enfermedad, según familiares de
personas que acuden constantemente a dicho nosocomio.
ACTOS
http://www.unitedexplanations.org/2017/01/17/cual-es-el-papel-de-las-exportaciones-en-las-
economias-domesticas-de-america-
latina/?utm_source=feedburner&utm_medium=email&utm_campaign=Feed%3A+unitedexplanati
ons+%28United+Explanations%29
Un país puede ser grande en cuanto a su extensión territorial, pero ello no lo convierte en
un país exportador, por más que en su basta geografía cuente con recursos ingentes, es
decir materia prima que pueda ser exportable, un claro ejemplo son los países africanos,
que tienen extensos territorios y una naturaleza en varios de ellos muy rica pero con
índices de exportación ínfimos. En el otro extremo puede tratarse de un pequeño país
con escasos recursos naturales pero un gran potencial exportador, como por ejemplo
Suiza.
Con estas sencilla y restringida clasificación y viendo el componente principal en cada uno
de estos tipos de exportación podremos ver, que si el principal componente de la balanza
comercial es por ejemplo la exportación de petróleo (Caso Venezuela) u oro (caso Perú),
la subida o caída de su precio internacional afectará a la economía de la Nación que
dependa de estos productos.
en una mayoritariamente. Igualmente los precios internacionales podrán afectar este tipo
de exportaciones y por ende repercutir en el empleo y otros factores de la economía local.
Podríamos entonces inferir que un producto como el café, que constituye para Colombia
parte importante de su economía tiene carácter tradicional, podría convertirse en no
tradicional si digamos como ejemplo la exportación de artesanías se vuelva más
importante en la generación de divisas. Con lo cual decimos que los conceptos señalados
involucran productos o servicios que pueden crecer o decrecer y de ser sustituidos por
otros perderán el carácter de tradicional y/o no tradicional.
Queremos destacar que las definiciones varían; Milton Von Hesse sobre los productos
agrícolas tradicionales son aquellos que entre las dos grandes crisis económicas del siglo
XX integraron – en distintos subperíodos – la lista de los productos que representaban
más de las tres cuartas partes de las exportaciones latinoamericanas . El autor citado cita
el informe publicado por la Unidad de Desarrollo Agrícola de la CEPAL, en 1993 (CEPAL,
1993), en el cual leemos:
• El cacao – Madera
• Especias – Cuero
El segundo factor que necesario para el desarrollo lo constituye para Pipitone , las
características que debe tener el Estado, esto es para Fajnzyllber y la CEPAL: “la
concertación estratégica público-privada”, donde es indispensable que el Estado llegue a
acuerdos con los principales actores políticos y sociales sobre la visión que tienen sobre
el desarrollo y el papel de la industria y productividad con equidad.
La tercera condición se refiere a la “masa de energía social” y el factor tiempo. Para que
un país o grupo de países alcance el desarrollo requiere que en el transcurso de períodos
más o menos prolongados se vaya acumulando una masa de energía social suficiente
para lograr las transformaciones necesarias para llegue al ansiado estadio de desarrollo.
Pipitone en “La salida del atraso: un estudio histórico comparativo” publicado por el Fondo
de Cultura Económica en 1994 (México) , nos dice que esa masa de energía se puede
refigurar como
Si bien es cierto el neoliberalismo habla de que exista un Estado reducido, no basta ello,
sino que se debe contar un mejor Estado. En palabras de Osvaldo Sunkel,
“la intervención del Estado debe ser analizada con un criterio más pragmático, que
reconozca la vital presencia de un Estado eficiente en suplir las deficiencias del mercado
y en eliminar las tendencias excluyentes en la distribución de los beneficios del
crecimiento y que rescate su verdadero papel orientador del desarrollo…” El desarrollo
desde dentro, México, 1991
Si algo se puede decir es que un país es más que recetas, es su población, sus
circunstancias históricas que le dan determinadas particularidades, por lo que los planes y
programas deben ser implementados adaptando los mismos a cada realidad concreta
teniendo como objetivo el bienestar de las personas para quienes cualquier política debe
ser su objetivo siempre. Menos Estado sí, pero mejor Estado, eficiente, eficaz, promotor,
facilitador, orientador y de último regulador allí donde sea necesario.
• Otorgar las reglas básicas que permiten que el juego de las fuerzas de mercado
produzcan los beneficios que encierra la libre competencia;
Son funciones a las que el Estado no puede renunciar y así reducir los costos de
transacción por participar en el mercado. Ya que hemos mencionado los costos de
transacción, debemos hablar de quien acuño esta palabra, Ronald Coase quien parte del
concepto “costos de transacción”, lo que significa que para llegar a una transacción sin
importar cuál sea esta, existe un costo (gasto económico que representa la fabricación de
un producto o la prestación de un servicio).
Si estos costos son demasiado elevados se hace inviable llegar a un acuerdo o solución
contractual. El mercado castiga estas ineficiencias, estos costos altos de transacción, ya
sea proscribiéndolos o mediante soluciones donde los costos son bajos y por tanto
aceptados. La informalidad vista así es una solución a los altos costos de la formalidad
impuestos por el Estado. Es pues el Estado quien debe evitarlos y promover su reducción
con un marco normativo e institucional que permita su reducción.
Para revertir esta situación los países debieron efectuar reformas radicales, algunos lo
hicieron antes (Caso Chile) otros la demoraron como el caso de Perú que lo hizo recién
en los noventa, y otros todavía no se arriesgan (Caso Bolivia). La premisa fue incrementar
el comercio externo aprovechando el proceso de globalización que permitía permite la
adopción de tecnologías y la libre circulación del conocimiento a través del internet.
Sin embargo estos cambios no fueron tan positivos ya que en muchos casos significó que
el libre ingreso de las importaciones provocara el quiebre de la industria nacional, por no
estar preparada para competir ni en precio ni en calidad.
Hacía 1980 la región exportaba el 10% de su Producto Bruto Interno, una década
después esa proporción se había más que duplicado pasando al 23%. Gráfico 1 que
aparece líneas abajo ha sido elaborado por la CEPAL, sobre la base de cifras oficiales:
205
Las economías en América Latina y el Caribe son dependientes del precio que obtienen
por las materias primas que exportan, estas representan el 60% de productos en
promedio, mientras que el año 2000 era tan solo del 40%, se explica por el mayor precio
que alcanzaron hasta antes de última crisis del 2008. Aplicaron la recta de la CEPAL de
206
Las Pymes dominan el mercado en lugar de grandes empresas, pero surgen entonces los
problemas por los costos laborales y acceso al crédito que no pueden cumplir y con ello
se mantienen al margen de la formalidad, con lo cual hay otro gran problema tributario por
la evasión de estas empresas y por ende los servicios públicos que el Estado proveería
para atenuar la seguridad social o pago de remuneraciones en época de para no se
pueden satisfacer.
En buena cuenta para superar este escollo, y que el crecimiento pase a una nueva etapa
caracterizada por la presencia de industrias manufactureras y de servicios intensivas
en capital y competencias, es necesario un grupo amplio de mano de obra cualificada,
tasas de inversión favorables, un sistema desarrollado de innovación nacional y un
entorno macroeconómico e institucional favorable a la actividad empresarial para con todo
esto lograr una diversificación productiva.
Los jefes de Estado reciben una pensión vitalicia superior a los 200.000 dólares anuales, además
de los ingresos por los discursos pagos y sus libros de memorias
Julieta Nassau
De izq. a der.: George H.W. Bush, Barack Obama, George W. Bush, Bill Clinton y Jimmy Carter.
Foto: AP
242
"No hay nada más patético en la vida que un ex presidente", dijo, poco antes de
dejar la Casa Blanca, el ex mandatario estadounidense John Quincy Adams
(1825-1829). Será por eso que, lejos de abandonar el poder, se quedó en
Washington y fue legislador en el Capitolio por 17 años, hasta el día de su
muerte.
Desde hace varias décadas, los presidentes salientes reciben una importante
pensión vitalicia, entre otros beneficios, y amasan su propia fortuna con libros y
208
discursos requeridos justamente por su pasado como líderes del país más
poderoso del mundo. Además, dejan en vida un legado en forma de fundaciones,
bibliotecas o museos, por medio de las cuales buscan desde ayudar a cambiar el
mundo hasta exhibir los cuadros que pintaron durante su vida post-presidencial.
El futuro de Obama
El próximo viernes al mediodía, cuando delegue el poder en su sucesor, Donald
Trump ,Barack Obama no hará sus valijas para dejar la capital estadounidense,
como hicieron todos los presidentes desde hace casi un siglo. El presidente
demócrata ya alquiló la casa donde se mudará con su familia, a unas cuadras de la
Casa Blanca, hasta que se gradúe su hija menor, Sasha, de 15 años.
Esta situación abre el interrogante sobre el futuro de Obama, que deja la casa de
gobierno con apenas 55 años, y su injerencia en la política estadounidense
durante la era Trump.
"Creo que los presidentes más activos siguen siendo políticamente activos
precisamente porque tienen algo en juego, es decir, tienen que luchar para
preservar su legado. Obama está en esta posición ahora", señaló por su parte el
especialista en historia presidencial de la Universidad de Kentucky Cody J.
Foster, y mencionó a Herbert Hoover, Jimmy Carter y Bill Clinton como los
líderes más activos en la post-presidencia.
209
Por lo pronto, el propio Obama dijo el año pasado que lo primero que planea
hacer, el próximo sábado, será dormir. Luego, unas vacaciones familiares. ¿Y
después? El presidente demócrata llegó a bromear con que necesitará crearse
una cuenta en la red social LinkedIn para buscar trabajo. Y la semana pasada
recibió una curiosa oferta laboral por parte de Spotify. Pero, fuera de eso, poco se
sabe del futuro del primer presidente negro de Estados Unidos.
En su reciente conferencia de fin de año, dijo que se ve como "consejero" del
Partido Demócrata y agregó: "Mi prioridad para cuando deje la presidencia es
formar a la próxima generación de líderes (...) y quiero usar mi centro
presidencial como un mecanismo para desarrollar a la próxima generación de
talento". Es que Obama se sumará a la lista de 13 ex presidentes que fundan una
biblioteca con su nombre para realzar las bondades de su presidencia. En su
caso, estará en Chicago, la ciudad donde maduró políticamente, junto con la
Fundación Obama, que promete ser la próxima cuna de dirigentes demócratas
del país.
"Mi prioridad para cuando deje la presidencia es formar a la próxima generación de líderes y
quiero usar mi centro presidencial para eso"""
Barack Obama
Compartilo
contrato con una editorial para escribir un libro de no ficción, que quedó en
stand-by durante sus dos mandatos, al que se sumó otro jugoso contrato para
escribir sus memorias.
Pensión: en función de lo dispuesto por la Ley del Ex Presidente (FPA, por sus
siglas en inglés), un ex mandatario debe recibir un sueldo similar al de un
ministro nacional, cifra que se prevé en el presupuesto anual. En 2016, la
pensión fue de 205.700 dólares en el año. Obama vetó el año pasado una ley
para limitar la pensión de los ex presidentes en US$ 200.000 porque consideró
que los ex presidentes actuales iban a despedir personal por esa nueva
condición. Si el ex mandatario fallece, su viuda recibe una pensión anual de
hasta 20.000 dólares. La viuda de Ronald Reagan, Nancy, renunció a ese
beneficio.
Oficina: el FPA establece también que el ex presidente debe recibir dinero para
instalar una oficina en cualquier lugar dentro de los Estados Unidos, equiparla
apropiadamente y mantenerla de por vida. Si bien no hay límites de tamaño o
ubicación, aclara que debería estar bajo "los estándares de la oficina de un
ministro". Para los primeros dos años y medio después de dejar el poder, recibe
hasta US$ 150.000 por año para sueldos para el personal y, después, hasta
96.000.
Viajes: por una enmienda de 1968 al FPA, el ex presidente puede contar con
hasta un millón de dólares por año para viajes relacionados con su condición de
ex presidente y de representante del gobierno de Estados Unidos para él y hasta
dos personas de su equipo.
George H.W. Bush (1989-1993) escribió diez libros dedicados a su vida, el más
conocido "Todo lo mejor: mi vida en cartas y otros escritos", y creó la Biblioteca
Presidencial y Museo George Bush en Texas. Pero su principal legado fue la
carrera política de sus hijos: George W. Bush fue presidente de Estados Unidos
entre 2001 y 2009 y Jeb Bush fue gobernador de Florida e intentó sin éxito ser
candidato republicano el año pasado. George H.W. Bush, de 92 años, será el
único ex presidente que no asistirá a la asunción de Donald Trump, por su
estado de salud.
213
Bill Clinton (1993-2001) es uno de los ex presidentes que mejor lucró con su
paso por la Casa Blanca. "Nunca tuve dinero hasta que me fui de la Casa Blanca.
Pero he hecho las cosas bastante bien desde entonces", dijo en 2010. Según un
informe de la cadena CNN, Bill y Hillary Clinton dieron 729 discursos pagos en
total desde que él dejó la Casa Blanca hasta 2015 y recaudaron más de 153
millones de dólares. Una práctica que, no obstante, le dio dolores de cabeza a la
ex candidata demócrata durante la campaña presidencial del año pasado. Bill
Clinton también supo sumergirse en el mundo editorial. Le pagaron 15 millones
de dólares como anticipo por sus memorias Mi vida. Más tarde publicó otros dos
libros: uno sobre filantropía y otro sobre economía.
Pero, además de lo económico, el ex presidente demócrata se ocupó de dejar su
apellido relacionado con las causas positivas. Por eso creó la Fundación Clinton
y la Clinton Global Initiative, en favor de los derechos de las mujeres, la lucha
contra el SIDA y la concientización sobre el cambio climático. Además, alzó su
biblioteca presidencial, la William J. Clinton Presidential Center, en Arkansas.
A partir del viernes, Obama recibirá un sueldo anual de 205.700 dólares por haber
ocupado la Casa Blanca; cómo es el régimen en los países de la región
Julieta Nassau,
Romina Colman
EE.UU. 17.133 Dls mensuales
Chile. 13.871
Argentina: 11.875
Colombia: 9.564
Mexico. 9.513
Peru. 4.658
Bolivia. 2.630
214
Al dejar las casas de gobierno, los presidentes no sólo se llevan cajas llenas de
papeles, valijas cargadas de ropa, y la nostalgia de quien deja de ocupar el cargo
más alto de un país. En la mayoría de los países de la región, también se llevan
una pensión vitalicia en reconocimiento por sus años frente al gobierno. Como
en el caso de Estados Unidos, donde, a partir del viernes, el presidente Barack
Obama pasará de cobrar 400.000 dólares anuales como mandatario a 205.700
como ex jefe de Estado, ese beneficio se replica en distintos países de la región.
En Estados Unidos, los ex mandatarios reciben un salario equivalente al de un
secretario nacional, similar al rango de ministro. Además, reciben una oficina
equipada y sueldos para sus empleados; viáticos para viajes relacionados con su
rol de ex presidente; cobertura médica y protección del servicio secreto de por
vida. Por este paquete, que varía según los gastos de cada ex presidente, quien
más dinero recibió por parte de Estado en 2016 fue George W. Bush : US$
1.098.000.
Prorrateado en 12 meses, el sueldo mensual de un ex presidente de Estados
Unidos es de 17.133 dólares. En la región, el ex presidente con mayor pensión -
teniendo en cuenta solo la dieta- es Chile, donde los ex mandatarios reciben US$
13.871 por mes, además de otros beneficios que alcanzan prácticamente el
mismo número. La Argentina ocupa el tercer lugar. La ex presidenta Cristina
Kirchner cobraba hasta 2016 una pensión mensual de $ 188.538 (US$ 11.875).
Por otro lado, en Uruguay y Brasil no existe una pensión especial para los ex
presidentes.
Argentina
Bolivia
Brasil
Pese a la falta de beneficios previsionales por ocupar el Poder Ejecutivo, por una
ley sancionada por el presidente José Sarney en 1986, alterada en 2002 durante la
gestión de Fernando Henrique Cardoso y reglamentada en 2008 durante la
administración de Luiz Inácio Lula da Silva, todos los ex mandatarios tienen
derecho, de por vida, a ocho empleados pagados por el Estado: cuatro agentes de
seguridad, dos choferes con autos oficiales (combustible libre incluido), y dos
asesores personales. Gozan de estos privilegios tanto los ex presidentes que
acabaron sus mandatos como los dos que sufrieron procesos de impeachment:
Fernando Collor de Mello y Dilma Rousseff.
Chile
Los gastos de traslados -que incluyen peajes, combustible, gastos fijos del
vehículo- es un monto fijo de 1.682.812 pesos chilenos (US$ 2565) y los ex
mandatarios no están obligados a rendir. En cambio, el dinero destinado a los
gastos de oficina -como servicios y material de librería- sí debe ser rendido todos
los meses. En octubre de 2016, el último mes registrado en el sitio del
Senado chileno, estos gastos fueron de entre 6.470.353 y 7.788.164 pesos
chilenos (9863 y 11.871 dólares), para Sebastián Piñera y Ricardo Lagos,
respectivamente.
En Chile, además, los ex presidentes que cumplen alguna función en el Estado
no pueden recibir la pensión vitalicia.
217
Colombia
México
Perú
Además, los ex presidentes cuentan con un vehículo con chofer y hasta 5000
soles (US$ 1495) por mes para el combustible, un seguro de salud y protección
policial.
Uruguay
Desde 1996, los ex presidentes uruguayos no cobran una pensión especial sino
que se jubilan bajo el mismo régimen que cualquier persona.
http://www.aikaeducacion.com/tendencias/modelo-gran-hermano-las-aulas-1/
Anna Montero@dues_enes
¿En qué consiste este modelo? Habría que recordar que Gran Hermano –Big Brother– fue, antes que
programa televisivo, un personaje de 1984, la memorable novela de George Orwell. Un jefe absolutista que
ejercía una supervigilancia sobre todos y que aparecía en las pantallas para dar instrucciones a sus súbditos.
Un personaje, pues, que estaba en sintonía con las dictaduras totalitarias que imperaban en Europa en la época
en que Orwell escribió su libro.
219
El personaje era, pues, el modelo simbólico y la expresión del poder político absoluto. Y funcionaba como
un elemento más de una distopía crítica contra el totalitarismo.
Luego, cuando ya se han superado las dictaduras y en tiempos democráticos aunque de hegemonía televisiva
–finales del siglo XX– surge de nuevo Gran hermano, pero esta vez con formato de entretenimiento, como
un reality show. Y, paradójicamente, no consiste ya en un elemento crítico, sino como un elemento
perfectamente funcional con el modelo social dominante.
En ese contexto, se presentó en su día –en torno al año 2000– como una experiencia antropológica, una suerte
de novedosa investigación social. Y en su promoción prometía desvelar una parte secreta del alma humana.
Bastaba, simplemente, con encerrar en una casa –transparente a los ojos de las audiencias televisivas– a unas
cuantas personas y observarles sistemáticamente.
El modelo “Gran Hermano” es el que, a través de estrategias diversas, parece que empieza a implantarse en
algunas aulas y en los centros educativos
Pero al cabo de los años y tras numerosas ediciones del programa en diversas modalidades, ya sabemos
que Gran Hermano no logró nunca –ni siquiera lo pretendió– desvelar ningún secreto del alma humana. Sí
sabemos, en cambio, que ha colaborado en uno de los procesos claves emprendidos por la industria cultural de
la denominada post-modernidad: la promoción del proceso de constante individualización que parece exigir el
capitalismo avanzado en el que vivimos.
Y para ello aprovechaba todo el potencial que le brindaban las nuevas tecnologías de telecomunicación.
El Gran Hermano televisivo introducía y consolidaba en la escena social dos nuevos poderes centrados en la
televisión y que estaban arraigando con fuerza: a) El de la misma televisión, que empezaba a
poder manipular a su antojo a quienes se ponían delante de la cámara mediante formatos como el del reality
show; y b) El de los espectadores, que empezaban a experimentar la sensación morbosa de poder ejercer una
suerte de supervigilancia sobre algunos de sus congéneres.
Tanto en la distopía de Orwell como en la más funcional televisión de principios del siglo XXI, el mecanismo
simbólico del modelo es similar. Y, en todo caso, en el del programa de televisión confluyen elementos de la
novela y elementos propios del sistema televisivo: la demostración de la supervigilancia como un mecanismo
de poder; la evidencia del ejercicio del poder a distancia y casi total a través de las telecomunicaciones; y la
capacidad del sistema televisivo de desvelar la intimidad de las personas.
Pues bien, en la actualidad, ese modelo es el que, a través de estrategias diversas, parece que empieza a
implantarse en algunas aulas y en los centros educativos. Si de hecho no es aún una realidad de alcance, sí
empieza a ser una tendencia emergente.
Veamos, a continuación, tres casos en los que se adivina, aunque con distintas variables, cómo este modelo
pugna por introducirse sibilinamente en el mundo educativo.
Primer caso, un instituto de educación secundaria español de la Seu d’Urgell, provincia de Lleida, España.
220
Las cámaras de videovigilancia se instalaron de un día para otro en algunas de las aulas del centro. Según
profesores y directivos, con el objeto de supervisar a los alumnos, porque, entre clase y clase, estos
organizaban demasiado ruido.
Sin embargo, los alumnos afectados y algunos padres protestaron y lanzaron una campaña –en la Red y en el
municipio– contra lo que ellos mismos denominaron una manipulación de estilo de Gran hermano. La
campaña tuvo éxito, se expandió y llegó a los medios de comunicación. Por eso, tal vez, tanto la dirección del
centro, como las autoridades educativas, abortaron casi de inmediato la iniciativa.
Pero el intento no debe caer en el olvido. Porque ¿qué hubiera sucedido sin la contestación que se organizó?,
o ¿Qué puede suceder en otros centros en los que no se de contestación?
En todo caso, el modelo Gran hermano emerge en esta circunstancia como desarrollo de un proyecto de
extensión de la vigilancia y, en nombre del orden y la seguridad, para prevenir conductas disfuncionales. Nos
recuerda, por tanto, más al modelo de 1984 que al del reality show. Se trata de una primera estrategia que
podríamos llamar estrategia de la seguridad.
Segundo caso, EEUU. Una iniciativa de la Fundación Melinda and Bill Gates que ha durado varios años y
llega a su conclusión durante estos días.
Se trataba, según los organizadores, de identificar las mejores prácticas educativas en las aulas para promover
buenos ejemplos y aprendizaje horizontal entre el profesorado. ¿Cómo? Otra vez la vigilancia mediante
cámaras: cámaras de vídeo que grababan sin restricción ninguna las clases, para poder, así, observar a los
profesores, sus métodos y sus actividades.
Según Bill Gates, con esas cámaras en las aulas, los profesores no sólo tendrían la oportunidad de disponer
de feedback de sus acciones y, así, auto-evaluar sus propias clases y mejorarlas, sino que tendrían acceso a
observar y aprender de los mejores profesores del país.
¿Qué sucedería en la práctica si este sistema de las cámaras permanece y funciona como un sistema? ¿No
estaríamos ante la instalación de un mecanismo permanente de supervigilancia?
Atendiendo a los datos de la Fundación Melinda y Bill Gates, solo con invertir 5.000 millones de dólares en
instalar cámaras en todas la aulas de EEUU, la educación en el país mejoraría automáticamente.
La propuesta desde un punto de vista metodológico aparenta ser correcta. Se observa y se registra una práctica
en el aula; se cataloga y se categoriza; se evalúa y se establece, si corresponde, como modelo; y se difunde. O
sea, auto-observación y emulación, al mismo tiempo.
Pero ¿qué sucedería en la práctica si este sistema de las cámaras permanece y funciona como un sistema? ¿No
estaríamos ante la instalación de un mecanismo permanente de supervigilancia? Y ¿a dónde nos llevaría este
sistema?
Pues nada más y nada menos, a que los estudiantes y los profesores podrían ser –de hecho, serían–
cotidianamente vistos o “espiados” por miles de colegas mientras desarrollan su actividad normal en clase. A
que las aulas perderían intimidad y singularidad. A que una parte del profesorado y de los estudiantes podría
caer en la tentación de actuar, no para su público inmediato, sino para la cámara. A que, de este modo, las
conductas de casi todos se espectacularizarían. A que se llegaran a establecer listas de éxitos entre
profesores. Y a que su reputación –la de los profesores; pero tal vez quizá también la de los estudiantes– se
221
convertiría en una especie de activo bursátil con valores constantemente cambiantes, que dependerían del
éxito que alcanzaran ante un público masivo.
Efectivamente, podemos apreciar en esta propuesta de los Gates algunos de los rasgos más característicos del
citado modelo: supervigilancia, público masivo, control a distancia y la posibilidad de emergencia de una
especie de narcisismo colectivo… Sin descartar el riesgo, previsible, de que un poder –cualquiera que sea
este: autoridades, sindicatos, directivos, o, simplemente, la “multitud”– pueda utilizar las grabaciones de las
clases para manipular a los profesores y estudiantes.
En este caso, como hemos visto, la instalación de las cámaras se hace en nombre de la promoción de la
investigación para mejorar la eficiencia del sistema educativo. Es la estrategia que podemos llamar de la
innovación.
Tercer caso. El de una nueva cadena de televisión y el de un centro educativo de Fuenlabrada –un pueblo de
la provincia de Madrid, España–.
Cadena y centro se han lanzado a la dudosa aventura de introducir cincuenta y cinco cámaras robotizadas en
las aulas de un grupo de alumnos de 4.º de la ESO. Objetivo: producir un programa, El Instituto,
semejante Gran hermano, pero aplicado a la educación: un montaje seriado de trece capítulos que muestra lo
que sucede durante la jornada escolar en el centro.
Otra vez encontramos aquí los rasgos esenciales del modelo de Gran hermano, la supervigilancia, el
exhibicionismo, la pérdida de intimidad, el riesgo de estar promoviendo el narcisismo entre los estudiantes y
profesores…
La introducción de las cámaras en los centros educativos actúa como promotora de la implantación del
modelo “Gran hermano” en la educación
Lo que opera, pues, en este caso es la que podríamos denominar estrategia del márquetin.
Puede admitirse, por tanto, que en los tres casos descritos, aunque con objetivos y modalidades diversas, la
introducción de las cámaras de videovigilancia en los centros educativos actúa como promotora de la
implantación del modelo Gran hermano en la educación.
Pero ¿qué significado tiene la introducción del modelo Gran hermano en la educación? ¿Qué consecuencias
directas y colaterales puede comportar?
http://www.aikaeducacion.com/tendencias/modelo-gran-hermano-las-aulas-2/
José Manuel Pérez Tornerojmpereztornero
Este artículo es la continuación de ‘El Modelo “Gran Hermano” en las aulas (1)‘
¿Qué significado tiene la introducción del modelo Gran Hermano en la educación? ¿Qué consecuencias
directas y colaterales puede comportar?
Consideremos, en primer lugar, solo Gran Hermano como programa de televisión. ¿Cuál ha sido su efecto
social?
El modelo Gran Hermano, lejos de ser un experimento de psicología social, ha sido el instrumento y el
escaparate, a la vez, de una decisiva reingeniería social post-moderna que tenía y tiene por objeto imponer
colectivamente el individualismo. Es lo que se ha denominado el proceso de individualización (Beck, entre
otros). Supo mostrar, ante millones de espectadores, cómo unos cuantos jóvenes –encerrados con la
televisión– eran capaces de convertirse, a la vista de todos, en seres individualistas, apresados en una vida
privada (publicitada) perfectamente simulada y tele-dirigida. Y supo mostrar también cómo, mediante el
reclamo de la “gloria” televisiva, estos jóvenes se dejaban seducir y conducir hacia el narcisismo más
obsesivo –24 horas sobre 24–.
Surgieron así jóvenes-modelo, capaces de renunciar a su autonomía personal y a su intimidad en aras del éxito
televisivo. Y se consolidó, así, un modelo de personalidad que, promocionado por la televisión, habría de
servir de referencia a muchos otros jóvenes. Se empezaba a instalar, así, todo un nuevo sistema de referencias
y de pautas para la organización de la vida pública y privada de principios del siglo XXI.
El modelo “Gran Hermano” nos mostró cómo el ser humano del siglo XXI puede acceder a perder su propia
personalidad sin siquiera un atisbo de resistencia
Pero, además, el modelo Gran Hermano ha funcionado, por otra parte, como la exaltación no solo del “yo”
individual, sino de ese enorme panóptico de vigilancia (Bentham) que la modernidad ha potenciado en forma
de discurso (Foucault) y que la post-modernidad ha consagrado en forma de rito (Elihu Katz).
Gran Hermano ha puesto, pues, su grano de arena particular en la promoción de una nueva servidumbre
voluntaria (de la Boétie) orquestada como reverencia al nuevo tótem colectivo: la pantalla (Lipovetski). Nos
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mostró cómo el ser humano del siglo XXI puede acceder, incluso muy complacientemente, a perder su propia
personalidad sin siquiera un atisbo de resistencia (Riesman). Y nos indicó cómo los ciudadanos del siglo XXI
pueden someterse, de este modo, a la dictadura de las audiencias de televisión y a una vigilancia extrema y
constante.
Pero, además, ha convertido el individualismo controlado de sus personajes en objeto de contemplación por
parte de los telespectadores, y les ha acostumbrado a considerar banal y normal el individualismo.
Christopher Lasch hubiera considerado este proceso como un ejemplo evidente de la exaltación del
individualismo que él denominaba narcisista. En el caso de Gran Hermano, un narcisismo vacío y vigilado.
Por supuesto, la potenciación del individualismo cada vez más narcisista es algo que el capitalismo masivo
venía desarrollando sistemáticamente desde los años sesenta. Pero la novedad que se produce desde los
albores del siglo XXI es que el fenómeno adquiere una escala y una penetración persuasiva desconocidas
hasta entonces.
Pero si este fenómeno se ha dado en el marco amplio de la sociedad mediática, ¿qué significa que pueda
empezar a invadir ahora las aulas? ¿Por qué empieza a invadirlas justamente ahora en la segunda década del
siglo XX?
El significado está claro. El capitalismo tras la crisis financiera necesita conquistar para la actividad
comercial nuevos ámbitos que hasta ahora habían quedando relativamente al margen de su acción. Y
la educación es uno de ellos. El proceso de desregulación y de des-estatalización que vive la educación en
buen parte del mundo favorece esta estrategia. Lo mismo que la potencia el hecho de que la adquisición de
educación se esté convirtiendo ya en un bien preciado y de alto valor económico.
Significa, en paralelo, que el proceso de promoción del individualismo narcisista necesita llegar, en los
umbrales del siglo XXI, cada vez más a los jóvenes, para hacerlos consumidores conspicuos. El fenómeno
empezó en los 60-70, cuando el segmento juvenil se convirtió en un objeto de deseo de la industria mediático-
cultural del momento. Pero a principios del XX la exigencia es mayor y requiere esfuerzos más intensos.
Trata, por tanto, de acceder a los niños y jóvenes, cuanto antes mejor, y en todos los contextos de su vida.
La educación escolar es uno de ellos.
Por supuesto, hay más. Hay también un sistema tecnológico –basado cada vez más en la movilidad y en una
“nube” compartida– tiene que expandirse a costa de lo que sea.
En este contexto se derriban las antiguas dicotomías que podrían actuar como límites o barreras del
movimiento de individualización o subjetivación consumista. Se confunden vida privada y pública, vida
personal y colectiva, el territorio de la familia con el de la educación y este con el de los medios. Todo
es transversal y no hay diferencias. No es solo que las antiguas convicciones morales o ideológicas que
distinguían estas esferas se han debilitado. Es que la tecnología y los movimientos de información, y las
plataformas sociales y los medios actúan sistemáticamente para disolverlas.
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Todo lo cual viene a significar que estamos avanzando a marchas forzadas en un proceso de absorción y
comercialización de la escuela y la educación que debería alertarnos.
La introducción de las cámaras en las aulas es un movimiento de fondo, que no puede ser considerado ni
banal ni esporádico. Ha llegado para quedarse. Tampoco los es la tendencia a imponer el modelo Gran
Hermano. Pero implantación no es aún irreversible. Puede, de hecho, ser contestada e impedirse.
No se trata de expulsar la tecnología de las aulas, sino de que su incorporación a las mismas sea el fruto de
un proceso racional y democrático
Para ello necesitamos un debate social profundo sobre los riesgos del proceso y movimientos activos que
defiendan la autonomía de los estudiantes y los profesores. Necesitamos también una comunidad educativa
crítica y activa que pueda analizar sistemáticamente las opciones que se le presentan y adoptar estrategias
alternativas.
No se trata de expulsar la tecnología de las aulas, ni mucho menos. Sino de que su incorporación a las mismas
sea el fruto de un proceso racional y democrático. Hemos de estar siempre seguros de que el sistema
tecnológico educativo debe realizarse a escala humana, debe plegarse a los auténticos valores y objetivos de la
educación –y nunca adueñarse de ella–.
ideología y corrupción
http://www.revistacrisis.com.ar/notas/ideologia-y-corrupcion
Beatriz Sarlo es una interlocutora de lujo, por su método incisivo y sofisticado.
En esta conversación cataloga la corrupción kirchnerista como una variante
menor de la plutocracia rusa, se muestra escéptica sobre un eventual mani
pulite, le saca la ficha al patrimonialismo macrista, hace autocrítica, patea la
mesa cuando cuestionamos al socialismo santafesino, y persevera en el
republicano sueño de una democracia donde no ganen siempre los
multimillonarios.
POR: HERNÁN VANOLI - MARIO SANTUCHO - MARIANO CANAL
Varios meses después de aquella primera charla le propusimos a Sarlo una nueva cena
para encarar juntos el entuerto. Hay que señalar que es una intelectual de las que ya no
quedan: maneja los hilos del debate sin renunciar a una escucha interesada, lo que
equivale a decir que le interesa la conversación y no el monólogo; es a la vez híper rigurosa
cuando se trata de descular un problema, y lo suficientemente canchera como para ampliar
el universo de preocupaciones o admitir multiplicidad de perspectivas; conserva algunos
rasgos de cierto leninismo incisivo que encara la polémica sin concesiones, al tiempo que
hace gala de una rara fe en el sistema político derivada de su conversión al dogma
republicano. A pesar de la admiración que nos merece ese crisol de aptitudes, o
precisamente por ello, el intercambio no fue soplar y hacer botella. Promediando la
tertulia, hubo un instante en el que el tono de la discusión escaló y la velada casi se
interrumpe. Como debe ser, cuando se piensa con pasión y riesgo.
Por un lado, José López y su famosos bolsos en el convento. Por el otro, los Panamá
Papers. ¿Podríamos hablar de dos tipos de relación con el dinero muy distintas?
—Había otra forma que teníamos a la vista, mucho más tradicional: me refiero a las
propiedades de las que todos ellos son dueños. Digo, antes de llegar a Panamá Papers, al
dinero que está en lugares virtuales o reales, todos sabíamos que ellos invertían en
ladrillos, Cristina y Néstor para empezar: veíamos los ladrillos. Es decir, que había una
forma de aparición de las coimas de la corrupción que tenía una materialidad
absolutamente tradicional. De alguna manera me parece que Báez, Néstor y Cristina tenían
algo de antiguo, en el sentido de asegurar propiedades en un lugar que era, como decía
Cristina, su lugar en el mundo, y de eso no cabe ninguna duda: lo poseía todo, era su lugar
en el mundo. O sea que la aparición de los billetes y los bolsos, porque primero vimos
contar billetes físicos, y no me escandaliza ver gente contando billetes en un cuartucho de
cuatro por cuatro, fue una imagen que casi todo el mundo relacionó con el cine (hay
quienes mencionan a Tarantino) pero que le quita entidad a lo otro. Finalmente eran nueve
millones de toda esa inmensidad que se cosechó en estos años. Hay algo que [Hernán]
Brienza expresó del modo más torpe: así hacen la política los que no son ricos de origen; y
también dijo que esto es una manera de democratizar. Había ahí una verdad según la cual
para hacer política se necesita ser multimillonario; esa era la verdad de ellos. Es decir, no
solamente que para hacer política hay que tener dinero, sino además con el plus de que se
precisa ser multimillonario. En Estados Unidos, en general, esto es un hecho. Pero Bernie
226
Sanders te demuestra que con aportes de 27 dólares se puede hacer una campaña, más
cuatro canciones de Simon & Garfunkel que las escuchás y son una melancolía, y sin
embargo se convirtieron en un himno juvenil de transformación. Te demuestra que en el
país donde más plata tienen los que hacen política, donde al Senado lo llaman el “Club de
los Millonarios”, ese tipo hizo política de otro modo.
—Me hago perfectamente cargo de esa autocrítica. La gente que viene de la izquierda, en
general, no sabe lidiar con este tema, tal vez sí los socialistas tradicionales, los del partido
socialista; pero a los que venimos de la izquierda revolucionaria (o como quieras llamarlo)
nunca nos pareció que era un problema, dado que el verdadero problema era la burguesía,
o el capitalismo, o el liberalismo. Siempre fue un tema ajeno a nosotros. No tenemos
preparación teórica, ni tuvimos tensión moral para ponerlo en el centro. Así como yo en el
libro lo paso de costado, me acuerdo que [Martín] Caparrós hablaba del honestismo. A los
que vienen de la izquierda o del peronismo revolucionario eso no les competía, porque la
cuestión era el imperialismo, la burguesía, es decir la corrupción en un sentido sistémico.
Por eso si se pudiera reescribir ese libro, cosa que no haría nunca, nunca toco un libro que
he escrito, abordaría ese asunto de otra forma porque ya era claro en ese tiempo. El libro
está escrito en las vísperas de la muerte de Néstor, o sea que ya se sabía.
—Yo no sé si la corrupción era estructural para generar gobernabilidad, pero sí creo que
era estructural para el esquema que había inventado Néstor de que marido y mujer se
sucedieran en la presidencia en un loop infinito que solo truncó la muerte. Creo que el
movimiento de Derechos Humanos y los cambios en la Corte Suprema sí fueron
estructurales para generar una nueva legitimidad. La corrupción no. Porque en otros
lugares se ha demostrado que no es indispensable. Y considero que no se puede dividir la
corrupción para hacer política de la corrupción personal. Además, los protagonistas de la
corrupción no eran recién llegados al mundo kirchnerista. Kirchner estaba con Lázaro,
estaba con Zannini y estaba con Rudy Ulloa, desde la época de intendente de Río Gallegos,
y de ahí en más. No fueron unos recién llegados que vinieron a corromper el espíritu puro,
no, eso ya estaba y los periodistas de Río Gallegos ya te lo contaban. Por tanto, yo
personalmente me niego a separar la corrupción en términos personales de la corrupción
para hacer política. Por otra parte, creo que Menem tenía un estilo de reparto de poder
federal mucho más amplio. Al mismo tiempo que transformó la Argentina en el peor
sentido (el país en el cual hoy vivimos es la herencia del menemismo), Menem repartía
227
¿No te parece que hay una relación entre corrupción y modelo económico? Es decir, un
tipo de corrupción más propia de un modelo neoliberal y otro característico del
populismo.
—¿Sabés a que lo veo muy parecido? A cómo hizo Putin su plata y la de sus amigos en
Rusia. Putin tenía la plata de la KGB, que debía ser cuantiosa, están las cifras en una
investigación. Ese dinero estaba en el exterior, naturalmente, porque era plata de la KGB.
La primera gran compra de sus amigos fue Gazprom. Quiero ser millonario, quiero que mis
amigos sean millonarios, y además quiero ser presidente de Rusia. El modelo es bastante
similar. Claro que la falta de desarrollo de la Argentina hace que vos no puedas tener
Gazprom, no sos el mayor proveedor de gas y petróleo de toda Europa. Pero la
transferencia es esa: grandes partidas de dinero del Estado que son transferidas a sectores
privados, y en primer lugar al sector privado del propio Néstor Kirchner. Cuando vos ves la
fortuna que se le atribuye a De Vido, ves que se convirtió en un capitalista.
O sea, vos no percibís tanto una acumulación para la política, sino que en lo esencial es
una apropiación para sí mismo.
pesimismo de la razón
Sarlo es escéptica con un eventual manipulite en ciernes, que venga a poner en cuestión los
nexos profundos entre el dinero y la política. Por el pedigrí del elenco gobernante entrante,
y por la calaña de quienes deberían llevar a cabo la empresa jurídica de purificación. “El
kirchnerismo fue un sistema de militancia rentada, pero no fue quien la inventó”, dice y
recuerda al shuberoffismo que dominó la UBA, un terreno que conoce bien, desde casi el
inicio del retorno democrático. Por otra parte, subraya algunos desacuerdos con el tono
predominante en los medios que tiñe con su manto de sospecha todo uso de los fondos
públicos, en especial cuando se trata de avalar recortes en el gasto estatal: “me refiero a los
pequeños burgueses que viven de la política, nunca hablé y nunca escribí una línea contra
la ayuda social”.
Hay un sector de la justicia que opera de forma autónoma, es decir según sus propios
intereses, pero que registra el cambio de hegemonía y un poco sobreactúa.
228
—Ese sector de la justicia va a jugar según lo que le permita el gobierno. Para mantenerse
como jueces tienen hoy que investigar, así como cuando Cristina era presidente para
mantenerse como jueces no tenían que investigar. No hay un Sergio Moro o un Di Pietro.
La corrupción es algo que tenés que combatir de manera permanente. Vos hacés un mani
pulite que se lleva al Partido Demócrata Cristiano, que se lleva al Partido Socialista, y cuyas
consecuencias de destrucción del sistema de partidos terminan pagando hasta los
comunistas que no habían participado, y unos años después el capitalismo italiano te
produce su cara más lumpen, te produce a Berlusconi. Así que la lección que podemos
sacar nosotros es que no se liquida de un golpe, la corrupción existe como una
potencialidad de lo político.
Visto desde hoy parece raro que el tema corrupción no haya estado presente en la
campaña deCambiemos como una cuestión central.
—Es que ideológicamente no puede ser nunca la bandera de Macri. Digo, hasta Macri tiene
ideología. Un hijo de la burguesía argentina, presidente de Boca que dejó a Angelici como
sucesor, la idea de que va a pasar a la historia por un manipulite no está en su horizonte de
posibilidades. ¿Por qué uno siente que Macri está tan por debajo de las tareas
presidenciales? Porque no tiene, y he sido muy criticada por decir esto, un horizonte
propio de posibilidades políticas. Esto que decíamos sobre Kirchner, sobre cómo se
propuso conseguir legitimidad a partir de capturar al movimiento de Derechos Humanos;
bueno, Macri no tiene ninguno de esos gestos que caracterizan un proyecto grande.
—La estrategia de la herencia es prácticamente la única estrategia que han tenido. Pero en
esa estrategia entran los temas de la economía, la inflación, la deuda. Ellos tienen el
problema de que la corrupción no había sido un tema central en la campaña. Stolbizer,
claro que para un votante más minoritario, sí hizo campaña con ese tema. Pero lo que
preocupa es la inflación, porque ya sabemos que hay un treinta por ciento de la gente a la
que la situación no se le va a mejorar nunca, pero si no logran mejorar la situación de las
capas medias no sé si esos votantes van a decir “bueno, pero están luchando contra la
corrupción”. No lo sé. Esta sería mi hipótesis: al gobierno actual le pesa su origen de clase,
saben que si no pagaron ellos la coima la pagó el papá, y sino el primo. Se conocen todos.
Méndez [Héctor, ex presidente de la UIA] dijo “nosotros sabíamos lo de las coimas”. Pero
nadie levantó la mano. Saben bien que forman parte de una clase extremadamente
insatisfactoria desde el punto de vista moral. No sé cómo es Macri personalmente, pero su
clase, su sector sino se usa más decir clase, sus...
229
¿Compañeros de colegio?
—Sus compañeros de colegio son extremadamente insatisfactorios. Macri desde muy joven
trabajó con su padre, es decir que agarró algún año de la dictadura militar, muy poco;
después trató con el menemismo. ¿Por qué van a denunciar la corrupción? Esos más bien
son reflejos de político profesional. Sé que esto cae muy mal entre quienes son macristas
pero es así, tienen límites ideológicos que son sus familias, no en el sentido de sus apellidos
sino en el sentido social.
—Eso va a suceder inevitablemente porque tiene que ver con el carácter patrimonialista de
la burguesía argentina. Y está gobernando esa burguesía. El orden de las medidas que va
tomando Macri está en función de ese sector social: quita de retenciones al campo, a la
minería, a la industria. Y lo representa crudamente, no en el sentido en que uno podría
decir que la CDU (Unión Demócrata Cristiana) alemana representa a la burguesía
alemana. En nuestro caso lo representa sin mediaciones, porque además el PRO casi no es
un partido, es un conjunto de hombres salidos de ese nido, sin ninguna experiencia
política, es decir sin ninguna destreza en el mundo de las mediaciones. La política implica
que tus intereses deben ser presentados de manera más mediada por la sociedad. Macri no
puede presentar a sus propios intereses como intereses generales por el orden que le da a
sus prioridades. Eso es muy claro.
—Yo no lo llamaría corrupción en el mismo sentido que los robos de Lázaro Báez, José
López, etc. Es el modus operandi del capitalismo en el cual la política tiene una autonomía
muy baja. No me cabe la menor duda de que la política norteamericana representa los
grandes intereses del capitalismo norteamericano; pero depende de las sociedades cuáles
son las mediaciones que las clases burguesas ponen entre sus intereses y la política. Tenés
países completamente jugados a la defensa del capitalismo pero que saben que hay una
cierta esfera de autonomía de la política. Y hay otros países en los que esas mediaciones no
existen. Macri parece creer que casi no hay mediaciones, que para la burguesía están los
grandes contratos y para el resto del mundo está la “felicidad”. Es un pensamiento mágico
burgués: yo gano y el resto de las personas son felices.
optimismo de la ilusión
Cuando decidimos proponerle esta entrevista a Beatriz (avanzada la noche el trato se hizo
más descontracturado), imaginamos tres temáticas que nos interesaba abordar de manera
escalonada: la corruptela kirchnerista, sin piedad pero sin ceder al impresionismo
230
El disparador del diferendo fueron los gobiernos socialistas de Santa Fe, una
administración que ha sido penetrada por flujos dinerarios cuyos orígenes se pierden en
las nebulosas de la opacidad financiera, procedentes de la evasión sojera, la especulación
inmobiliaria y la plusvalía narco. ¿Se puede pensar una regulación efectiva por parte del
Estado y el sistema político respecto de este poder económico que perfora la noción misma
de soberanía? La reacción fue entonada: “Soy una ciudadana que habla de lo que sabe.
Todavía creo en la autonomía de la política para enfrentar estos problemas. Si tengo que
creer que toda la política la financia el narco, me voy al convento de las monjitas de López”.
A esta altura las preguntas salían a borbotones: ¿Cuánto de sistémico hay en los fenómenos
que etiquetamos como “corrupción”? ¿Qué grado de complicidad e interrelación existe
entre las caras visibles de la república posmoderna y los poderes semi-ocultos de la elite
económica?
“Vuelvo a un punto en el que no quiero conceder”, insiste Sarlo. “Hay una tradición en la
izquierda que considera que todas las clases dominantes son corruptas, por la extracción
de la plusvalía, por la apropiación de la tierra, o por lo que fuere. Y eso ha hecho que la
izquierda no pueda tener un discurso racional y razonado sobre la corrupción. Ese es un
déficit. Otra cosa es la mala conciencia y la mala fe de los que fueron kirchneristas, que no
quieren hablar de esto porque no quieren llorar sobre la tumba de su hermano. Pero así
como yo empiezo por decir ‘la izquierda no supo’, creo que ellos tienen que comenzar a
decir ‘yo no supe’. ¿O es que sí sabían? ¿O leían la misma prensa pero decían ‘esto lo
escribe Magnetto’?”.
Lo que el kirchnerismo dice es que por debajo del discurso de la corrupción hay una
confrontación política que queda solapada.
—Conozco ese debate desde la época de la Unión Soviética, y la Unión Soviética fue algo
bastante más grande que esta banda. ¡Lo que tardaron algunos partidos occidentales,
menos el italiano, en criticar a la Unión Soviética! Hay que empezar con aquello de lo que
uno fue responsable. Porque la política tiene una ética. Empecé por la deuda que tiene la
izquierda porque siempre me pongo en la parrilla. Entonces, el kirchnerismo tiene que
hacer esa revisión o sino tiene que salir de la política. Estoy hablando de todos los que
apoyaron al kirchnerismo de buena fe, la juventud, los intelectuales. Del mismo modo que
231
los marxistas impugnamos a Stalin y los que fuimos maoístas, con el corazón roto,
reconocimos lo que hizo Mao, y nos hicimos cargo de nuestro apoyo a López Rega y a
Isabel. La autocrítica no le cabe solo a los otros salvo que uno esté habitado por la mala
conciencia, es decir que piense dos cosas al mismo tiempo.
Y sin embargo, ¿no te parece que el núcleo de la cuestión permanece latente? Porque,
¿hasta qué punto las conductas éticas, por más inspiradas y legítimas que sean, pueden
revertir ese paisaje?
—Raúl Alfonsín podría haber tenido una respuesta. Porque cuando Alfonsín comienza su
campaña prometiendo el juicio a las juntas militares, los partidos políticos no estaban
sensibilizados sobre la cuestión de los derechos humanos. Los medios más o menos, no
tanto. Es el político el que tiene la iniciativa de buscar dónde están las zonas en la esfera
pública y en la voluntad colectiva que puede interpelar. Y una elección que al principio
parecía ganada por el peronismo, simplemente porque se aferró a esa bandera que no
tomaba ningún partido político la pudo ganar Alfonsín. Y la ganó con el rezo de la
Constitución y la promesa del juicio a las juntas. Es decir, ¿quién puede salir de este brete,
quién puede convertir este tema en una cuestión política? Lo puede hacer un político con la
suficiente sensibilidad para politizar un dilema que los medios te presentan como si fuera
una película de Tarantino. Tiene que ser un político que tome el tema en un sentido
profundo, es decir que lo conviertan en un asunto crucial para la Argentina. Como todavía
pienso que es la política la que tiene la capacidad de acción, no veo otra solución posible.
Para eso es fundamental salir del análisis de los medios. Salir de los bolsos, de Vicky
Xipolitakis. Imágenes que funcionan como coartadas para no decir lo que hay que decir.
Cuando uno piensa en la corrupción tiene que pensar en el hueso desnudo. Después si se
parece a una película de Hugo del Carril o de Godard, es otra cosa. Lo que los medios
hacen es espectacularizar algo para que se pierda lo fundamental. Y lo fundamental es que
hay varios presidentes de la nación que inventaron un mecanismo corrupto.
Y, como el formato Peña Nieto se financia con más endeudamiento, se proyecta una mayor deuda para el
presente año 2017 (la cual superaría el 45 % del PBI).
Endeudamiento profundo y acelerado que frena directamente el crecimiento económico4 y que, por
disposición financiera respecto al alza en tasas de interés, coadyuva en el incremento inflacionario.
Ideología, recetario y ultimidades globalistas y globalizantes que fueron esclavizando, robando,
confiscando y saqueando a la población y al suelo mexicanos hasta llegar al coyuntural “gasolinazo”.
Enfatizamos que no estamos de acuerdo con actos vandálicos ni con la instrumentación de distractores
infamantes, pero las protestas surgidas a partir del aumento de la gasolina son legítimas y disociadoras de la
globalización y del oprobio sistémico operante en México.
Ante la demanda esencial y netamente revolucionaria antiglobalizadora (objetivamente lo es, a pesar de
algunos elementos humanos distorsivos allí presentes) tras el “gasolinazo”, la gerencia/presidencia de Peña
Nieto, el empresariado globalista -exceptuada Coparmex- y los polos sindicales como la Confederación de
Trabajadores de México y la Confederación Revolucionaria de Obreros y Campesinos firmaron un nuevo
acuerdo coyuntural, el cual, entre otros puntos, establece el compromiso empresarial de no seguir
incrementando “injustificadamente” los precios de alimentos, bienes y servicios, y la renovación de la
promesa sindical de ser cómplice de los salarios bajos.
Por su parte, Peña Nieto sostuvo que antes de tomar sus últimas medidas redujo el gasto federal en ocho mil
ochocientos millones de dólares y las reservas internacionales continuarán por la línea crediticia del FMI.
Respecto del escenario emergente, consultamos para el presente artículo, a nuestro amigo mexicano el
profesor y periodista Jorge Santa Cruz.
Santa Cruz, mexicano de alma y corazón, nos informa lo siguiente: “es la globalización, que se vale de la
dictadura de los partidos: los de izquierda, PRD, Morena, Partido del Trabajo, Movimiento Ciudadano,
avanzan en la agenda de la ideología de género y se hacen de prestigio criticando al modelo neoliberal.
La derecha (PAN) se opone tibiamente a la ideología de género, pero impulsa la económica. Hace
rabietas por los aumentos a los combustibles, pero trabajó para desmantelar a PEMEX en los gobiernos
de Vicente Fox (2000-2006) y de Felipe Calderón (2006-2012). De hecho, los panistas, en especial con
Calderón, aumentaban las gasolinas mes con mes (estrategia gradualista).
Fox y Calderón tuvieron excedentes petroleros por 500 mmdp y nadie supo dónde quedaron. En
cualquier lugar, menos en modernizar refinerías, construir nuevas, etc.
El PRI está atado al neoliberalismo.”
Por ello, Manuel López Obrador –de MORENA y respaldado por la Masonería- juega de opositor, tratando
de disuadir el impacto y el crecimiento de los manifestantes.
Cada vez con mayor fuerza se pide, en suelo mexicano, la renuncia del gerente/presidente Peña Nieto
faltando 23 meses para la conclusión constitucional de su mandato iniciado en el año 2012.
El panorama general de Peña Nieto se ve complicado también por las medidas que tomará la proyectada
Administración Trump.
En ese orden, Peña Nieto en jugada política para evitar complicaciones y/o rupturas con la decidió nombrar
como secretario de relaciones exteriores a Luis Videgaray, anteriormente expulso de la gerencia/presidencia
Peña Nieto por haber facilitado el viaje de Trump a México dos meses antes de las elecciones
estadounidenses realizadas en noviembre de 2016.
En relación a lo económico, Trump seguirá presionando para que empresas originariamente estadounidenses y
cuyas fábricas están geolocalizadas en territorialidad mexicana, trasladen sus emporios manufactureros a los
Estados Unidos. De todas maneras, somos de la opinión que el regreso de fábricas a los Estados Unidos no se
producirá en la magnitud esperada, al menos durante el bienio 2017/18
De todo ello no se sigue que en lo inmediato e inexorablemente Peña Nieto sea eyectado de la
gerencia/presidencia.
Pero, en el asunto que nos ocupa, no todo está conclusivo ya que lo situacional mexicano dependerá de las
próximas acciones que tomarán los tres actores intervinientes: la facción del Pueblo antiglobalizador,
234
2. http://www.periodismolibre.com.mx/products/asistimos-a-la-muerte-de-pemex-y-el-suicidio-de-mexico-
jalife-rahme/
3. http://www.redlat.net/site/es/blog/estudios-apuntan-deficit-de-trabajo-decente-en-siete-paises-
latinoamericanos/
4. http://www.elfinanciero.com.mx/mercados/dinero/deuda-externa-de-mexico-frena-su-crecimiento.html
ALIANZAS Y ALIADOS
http://katehon.com/es/article/alianzas-y-aliadosGEOPOLÍTICA
enormes pérdidas territorial a manos de la expansión imperialista yanqui, y de otros carroñeros oportunistas
como Gran Bretaña, Francia y Holanda.
Durante el resto del siglo XIX, seguimos yendo de la mano de Francia y, para sus exclusivos intereses,
participamos como comparsas de los franceses en las campañas de Italia (1849 – 1850), Conchinchina
(1858 – 1862) y Méjico (1862), de las que no sacamos ningún beneficio y sí muy elevados gastos. La
inercia de esta política llegó hasta principios del siglo XX, cuando la nación gala tuvo que ceder
territorios a Alemania, para que ésta le dejara las manos libres en Marruecos, a cambio de cederle
tierras para colonizar, en el Centro de África, pero Francia compensó parcialmente ésta pérdida de
territorios aumentándolos en su Protectorado marroquí, a costa de España.
Esta tendencia se rompió cuando España se mantuvo neutral en las dos guerras mundiales que asolaron
Europa, y de cuya política internacional autónoma solo recibió beneficios. Independientemente de algunas
peregrinas teorías de historia ficción.
El mundo multipolar y la OTAN
El fin de la Segunda Guerra Mundial trajo un mundo bipolar, que enfrentó a comunistas y anticomunistas. El
terror europeo al comunismo impulsó la creación de la OTAN, por la que de hecho Europa se convirtió en un
protectorado de Usa, en el que delegó su defensa, pilar esencial de toda soberanía. España después de derrotar
al comunismo en la Guerra Civil (1936 – 1939) y quedar fuera del Telón de Acero, se alineó con las naciones
anticomunistas, pero manteniendo un grado elevado de autonomía en la política internacional, como lo
demostró en diversas ocasiones.
El ingreso tardío de España en la OTAN, de forma precipitada y sin contraprestaciones, fue anulando de
forma progresiva la política internacional de España, y puso los intereses internacionales españoles en manos
espurias, como ocurrió en los siglos XVIII y XIX. Así es inconcebible que seamos aliados de Gran Bretaña,
que tiene usurpada la colonia del Peñón de Gibraltar, que incumple de forma reiterada el Tratado de Utrech, y
niega su devolución, a pesar de las reiteradas resoluciones de la ONU. Y no conformes con tener esa base
extranjera, en un lugar tan estratégico y sensible, como es el Estrecho de Gibraltar, sino que de forma gratuita
hemos cedido la base de Rota a Usa ¿a perpetuidad? ¿La nueva Guantánamo? Sin embargo, Ceuta y Melilla
han quedado, incompresiblemente, fuera del paraguas otánico.
Algunos estrategas opinan que fuera de la OTAN hace mucho frío, pero deben olvidar que la historia de
España es muy larga, y ha vivido circunstancias mejores y peores sin necesidad de estar subordinada a
ninguna institución supranacional. La OTAN sí que ha servido para que proporcionar una falsa
sensación de seguridad, bajo su paraguas, y con este pretexto relajar intencionadamente la conciencia de
defensa nacional y desarmar la industria de defensa y a las fuerzas armadas. Muchas naciones viven
fuera de la OTAN y no se han helado, y España existe mucho antes que esta alianza y esperamos que la
sobreviva.
La política de defensa nacional
Es significativo que la política de defensa nacional no haya tenido debate, ni confrontación política, ni en el
parlamento ni fuera de él. Los partidos que han gobernado España han seguido la misma política de
anulación, cada vez más descarada, de sus ejércitos. Es un tópico que hay que potenciar la política de defensa
y cultura de defensa nacional, pero no las hay sencillamente porque el poder político tiene la firme voluntad
de que no la haya, lo demás son buenas palabras y ninguna acción positiva.
Los conceptos de Patria y de Nación, se han estirado y diluido intencionadamente con las cesiones de
soberanía “por toneladas” a los nacionalismos centrífugos y organismos supranacionales, que obedecen a
intereses foráneos. Para ello había que destruir el patriotismo de los españoles, cuyo primer pilar es la defensa
militar, que su principal exponente son los ejércitos, y se ha hecho de forma progresiva y metódica.
El que fuera ministro de Defensa, Narciso Serra, ha explicitado por escrito las razones y finalidades de las
reformas militares de las Fuerzas Armadas españolas. El control total de los ejércitos ante el temor de una
presunta amenaza desde los ejércitos, los cuales garantizan las esencias naciones, para transformarlos en un
dócil instrumento gubernamental. Esta intención, aparentemente inocente y bienintencionada, es
sencillamente anticonstitucional porque la Constitución (art. 8) encomienda explícitamente la misión de
“garantizar” la soberanía e independencia de España, defender su integridad territorial y el ordenamiento
236
constitucional, bajo el mando supremo del S.M el Rey (art. 62.h) que, a la vista de estos conceptos y de su
posterior actuación, la clase política no debe considerar garantía suficiente la figura del Rey, que ha quedado
como una mera imagen decorativa. Luego lo que ha declarado un alto cargo militar que las “Fuerzas Armadas
no son garantía de nada”, y solo son una “herramienta que tiene el gobierno”, no puede referirse, salvo lapsus,
al mandato constitucional, por lo que quizás quiso decir que no pueden garantizar nada, ¿ni su propia
seguridad?, por falta de recursos para tener las capacidades mínimas.
Suponemos que seguirá siendo válida la sentencia del insigne tratadista militar Villamartín (1833 – 1872):
“¡Desgraciado país aquel que hace odiosa la carrera de las Armas, aquel que alquila los ejércitos en los días
de peligro. Aquel que los degrada nutriendo sus filas de hombres sin virtudes ni patriotismo. Aquel que con su
menosprecio mata el honor militar y ahoga las nobles ambiciones!”. Porque es seguro que nadie nos
defenderá sino lo hacemos nosotros, y nadie nos ayudará sino lo hacemos nosotros primero.
El asunto no tendría la mayor importancia si no fuera que con esta excusa se ha triturado al Ejército, y que la
deriva independentistas de los nacionalismos han puesto en inminente peligro las misiones de las fuerzas
armadas consagradas en el artículo 8º de la Constitución. La anulación de los ejércitos se ha conseguido y ha
tenido los efectos siguientes:
• La desamortización del patrimonio de Defensa, que ha dejado en mantillas a la desamortización de
Mendizábal, seguido de una reducción draconiana de presupuestos, hasta conseguir unos ejércitos
irrelevantes. Cuando se están gastando ingentes cantidades de dinero para desarticular España, en un
sistema de feudos territoriales insolidarios, de carácter medieval, inviables económicamente y que
multiplican los focos de corrupción. ¿Dónde estarán los Juicios de Residencia?
• La intromisión política en todos los asuntos militares, con el ninguneo sistemático de los mismos, ante la
sociedad (la muerte civil). La pérdida total de la tradicional autonomía militar, hasta en los asuntos más
nimios y consustanciales, como la disciplina, la formación, el culto a sus héroes y caídos, etc.
• El empeño de convertir en funcionarios a los militares, cuando ningún funcionario lleva implícita en su
profesión dar la vida por España, pero que ya están floreciendo sus efectos perversos con oficiales que se
limitan con hacer lo preciso de su deber, incluso en campaña ¿Dónde estará el espíritu de la General?
• La supresión de facto del deber de los españoles de defender a España, con la “suspensión” ad aeternum,
del servicio militar obligatorio y del correspondiente compromiso mediante la jura o la promesa de la
Bandera.
lejana, porque está muy cerca de nuestras fronteras, amenaza directamente nuestros intereses, y ya
hemos sufrido en nuestras carnes los efectos de sus “quintas columnas”.
Sin embargo los documentos operativos militares han descartado, dentro del máximo buenismo edulcorado, el
vocablo y concepto de enemigo, sustituido por el de contrario y adversario. Como si de una partida de “pádel”
se tratara. Las respuestas a estas amenazas solo tenemos los muy hipotéticos paraguas de la OTAN y de la
UE, porque el Ejército español no tiene capacidades de combate y actúan como fuerzas auxiliares. Su
principal cometido es mantenerse en actitud defensiva en bases lejanas y patrullar, de forma conservadora,
territorios extraños, bajo apoyos de fuego y de combate foráneos.
La neutralidad que se preconiza no supone aislacionismo, sino todo lo contrario es saber buscar un equilibrio
de alianzas y de aliados, que eviten la dependencia absoluta de un poder y proporcionen beneficios mutuos.
Tratar de sustituir la confrontación entre las naciones por la concordia. El ciudadano debe ser muy consciente
que el simple hecho de que al abrir un grifo le salga, al instante agua caliente, es necesario tener acceso a una
energía barata, y que es vital garantizar las fuentes de energía y su transporte para sostener el estado de
bienestar.
Las relaciones ruso-españolas
Rusia y España, a lo largo de la historia, han sido naciones amigas y aliadas, porque el paréntesis entre 1939 y
la caída del Muro de Berlín en 1989, es solo una anécdota desde la perspectiva histórica. Contando, por
supuesto para los amantes de la historia, las declaraciones de guerra entre ambos reinos, causada por la
alianza entre España y Francia en el año 1791, pero que no tuvo ningún efecto práctico, ni se rompieron las
hostilidades. Ejemplo de lo anterior fue las guerras contra Napoleón, que las dos naciones, cada una desde un
extremo del continente, tanto contribuyeron a la salvación de Europa. Ambas naciones no tienen intereses
contrapuestos, ni puntos de fricción, lo que favorecen sus relaciones amistosas y de colaboración, y que
recuerde España y Rusia nunca han estado en guerra en la práctica, ni nos ha usurpado ningún territorio, cosa
que no se puede decir igual de nuestros vecinos o actuales aliados. Es incomprensible que nuestras relaciones
con Rusia estén mediatizadas por las políticas internacionales de Usa y de la UE, como si hubiéramos
regresado a los Pactos de Familia y al mundo bipolar, cuando es evidente que, y cada vez más, estamos en
uno multipolar. Es esperpéntico afirmar con contundencia que “no reconoceré nunca la anexión de Crimea
por parte de Rusia” (la paja en ojo ajeno) y, al mismo tiempo, eludir cualquier alusión a la soberanía española
sobre el Peñón, en las negociaciones con las autoridades británicas y aliadas (la viga en ojo propio).
Esta política internacional de España que se elabora en alejados despachos, con intereses espurios y poco
claros, perjudica seriamente a nuestros intereses económicos y geopolíticos, como son las restricciones al
comercio bilateral, o la imposición de que los buques de la flota rusa no atraquen en Ceuta y Melilla, y
mientras tanto los submarinos nucleares de la usurpadora Gran Bretaña, incluso los peligrosamente averiados,
lo hacen libremente en el Peñón, que recordemos es además un paraíso fiscal parasitario del Campo de
Gibraltar y un centro de interceptación de las comunicaciones, incluidas las nuestras.
Más vale honra sin barcos, que barcos sin honra.
(Almirante Méndez Núñez).
PREVISIONES 2017: LA UE
EUROPA http://katehon.com/es/article/previsiones-2017-la-ue
Andrew Korybko
238
2016 ha terminado, y es el momento de revisar los acontecimientos más significativos que ocurrieron en cada
región y pronosticar cómo pueden influir en el próximo año. La investigación está dividida en 11 secciones
separadas que abarcarán el mundo entero, prestando atención individual específicamente a la UE, Medio
Oriente, Asia Central, Asia Meridional, ASEAN, Asia Nordeste, China, Rusia, África, América Latina y
Estados Unidos.
Cada parte comenzará con un breve resumen que prepara el terreno para analizar las tres principales
tendencias en la región examinada, cuyo objetivo es proporcionar una visión general de los acontecimientos
más importantes que se han producido y que se prevé que se desarrollarán progresivamente durante los
próximos 12 meses. Por último, la última parte se basará en la investigación en forma concisa de las tres
tendencias más importantes que se pueden observar en todo el mundo.
Por razones que se explican por sí solas relacionadas con las limitaciones de tiempo y espacio, el trabajo, por
supuesto, será incapaz de tocar todos y cada uno de los acontecimientos de importancia que tuvieron lugar
durante el año pasado. Por lo tanto, el lector debe entender amablemente que la siguiente revisión y el
pronóstico es una lista confeccionada o como resultado del juicio intuitivo del autor y de acuerdo con el
marco geopolítico interpretativo que expuso en sus trabajos para Katehon y otros medios de comunicación.
Resumen
Las divisiones internas del continente entre europrecavidos y totalitaristas están firmemente arraigadas y en el
próximo año sólo se acentuarán, lo que podría conducir a una división geopolítica de la UE entre Oriente y
Occidente y/o Norte y Sur. La unidad del bloque se pondrá a prueba mientras confronta las crisis emergentes
en toda su periferia, desde la guerra del Donbass hasta el revisionismo balcánico y las interrelacionadas
invasiones de inmigrantes-terroristas del norte de África.
Revolución Europrecavida
El término "europrecavido" es para el autor la etiqueta más aceptable para lo que los medios de masas han
difamado como "euroescépticos", y este movimiento ideológico ha tenido un gran éxito en los últimos dos
años. El primer ministro de Hungría, Viktor Orban, fue el primer verdadero político de este campo en llegar al
poder, aunque poco después fue seguido por el "Cardenal gris" de Polonia, Jaroslaw Kaczynski, después de
que su partido PiS barriera en el Parlamento del país el año pasado, y por la reelección del primer ministro
eslovaco, Robert Fico, a principios de 2016. El Brexit sorprendió al mundo entero cuando fue votado durante
el verano, y luego el establishment político de Italia fue sacudido por el fracaso del referéndum de
centralización del ex primer ministro Matteo Renzi. Aunque el Partido de la Libertad fue derrotado
estrechamente durante la repetida segunda vuelta de las elecciones presidenciales de Austria, todavía tiene
mucha influencia en el país y, evidentemente, tiene un atractivo popular de masas.
Mirando hacia el 2017, Francia se enfrentará a su momento decisivo cuando Marine Le Pen se enfrente a
Francois Fillon, ya que la incendiaria política podría convertirse en el próximo líder del país. Incluso si no lo
hace, entonces la victoria de su oponente todavía significaría la reorientación de Francia a la derecha, ya que
es extremadamente improbable que el aspirante socialista gane. Tomados en conjunto, todos los
acontecimientos políticos internos en la UE son indicativos de una revuelta europrecavida a nivel continental,
impulsada en gran medida por la fabricada crisis migratoria y el relacionado objetivo "secular wahabí" de la
Guerra de quinta generación de agresión civilizacional. El miembro en discordia es Alemania, que es
el último bastión de los sistemas de gobierno y económicos del Nuevo Orden Mundial "neoliberal". El
principal objetivo de los europrecavidos es reemplazar el gobierno de la Alemania líder en la UE por otro más
pragmático y razonable desde el punto de vista civilizatorio, que facilite la reorganización interna continental,
y tal vez incluso geopolítica.
Diferencias que atraviesan el continente
El auge de los europrecavidos presagia una posible inminente reorganización de la UE, aunque es incierto
cómo podría traducirse exactamente esto en la práctica si alguna vez se realiza. El autor pronostica algunos de
los escenarios más probables en su pieza para The Duran acerca de la "Post-Brexit EU: Between Regional
Breakdown And Full-Blown Dictatorship", que también traza algunos de los cambios geopolíticos a lo que
esto podría dar lugar. La idea principal es que el bloque se enfrenta cada vez más a la inevitable opción de
reprimir todas las "libertades" existentes y convertirse en una dictadura completa para sostener su
totalitarismo "unitario", o que debe pasar por devolver el poder a las capitales nacionales de sus estados
miembros y abriendo potencialmente la caja de Pandora de la regionalización. Estados Unidos se beneficia
239
estratégicamente en ambos casos, por lo que es un punto discutible hablar de cuál de los dos escenarios
preferiría Washington, pero sin embargo, si el segundo entra en vigor (que es lo que Trump podría favorecer
debido a sus propias inclinaciones ideológicas), entonces podría conducir a una división intercontinental
interesante entre Oriente y Occidente y Norte y Sur.
Para explicarlo, lo que el ex Secretario de Defensa Donald Rumsfeld llamó una vez de forma inolvidable
como "Nueva Europa", es en general mucho más europrecavida que sus contrapartes occidentales de la
"Vieja Europa", por lo que hay una perspectiva muy real de que podrían ser los antiguos países comunistas de
Polonia, Hungría, Eslovaquia, y posiblemente incluso unos cuantos otros, los que encabecen la reforma
integral del bloque. Si por cualquier motivo Francia no se suma a este proceso, tanto como si su futuro
presidente de derecha termina siendo un fraude tan anti-establishment como demostró serlo la izquierda
griega de Syriza, entonces la división Este-Oeste entre la "Nueva" y la "Vieja" Europa se acentuaría mucho.
De la misma manera, si Francia cambia efectivamente hacia la derecha anti-establishment y avanza
decisivamente con las reformas europrecavidas en la UE, esto podría ponerla en conflicto con la Alemania
neoliberal, con los dos líderes europeos dividiendo rápidamente el continente en esferas de influencia
ideológica entre ellos mismos. En este escenario, Francia se uniría con Europa del Este y del Sur, mientras
que Alemania seguiría siendo dominante en las partes central y norte (escandinava) de la UE.
Peligros periféricos
Las dificultades internas de la UE ocurren de forma siniestra en un momento de mayor peligro periférico en
las franjas este, sureste y meridional del bloque. Para comenzar con la primera, se trata de la guerra de Kiev
respaldada por Estados Unidos en el Donbass, que siempre tiene el potencial de volver a encenderse en un
intenso conflicto. Las consecuencias de esta eventualidad podrían ser que la guerra de continuación se juegue
"para siempre", lo que significa que ambas partes luchen para destruir totalmente al otro de una vez por todas.
No se sabe si esto sucedería o si se trataría de un conflicto geográficamente limitado como las dos rondas de
violencia precedentes, pero en el caso de que la espiral salga rápidamente fuera de control, la UE se
arrepentirá inmediatamente de dar a los ucranianos acceso sin visado al bloque, porque sus miembros del este
podrían rápidamente ser abrumados con los refugiados y los infiltrados nazis de extrema derecha si la marea
de la guerra se vuelve contra Kiev. Esto podría conducir a acciones unilaterales por parte de los
gobiernos europrecavidos de Polonia, Eslovaquia y Hungría para cerrar sus fronteras con Ucrania, al igual
que esta última hizo frente a Serbia como resultado de la primera crisis migratoria, intensificando así la
brecha Este-Oeste intra-organizacional con los totalitarios neoliberales en Bruselas y Berlín.
La siguiente crisis pronosticada es en realidad una sucesión de lo dicho que podría, por consiguiente, estallar
en una reacción en cadena en todos los Balcanes. El autor estudió a fondo estos escenarios en
su investigación sobre la Guerra híbrida en Oriental Review, pero los mismos se reducen a proyectos
revisionistas geopolíticos apoyados por los estadounidenses dirigidos a la República Srpska, Serbia, y la
República de Macedonia, clasificadas de otra manera como los Balcanes Centrales. Croacia, miembro de la
OTAN, ha experimentado un renacimiento de la ideología ustacha de la era nazi en los últimos años, lo que
amenaza peligrosamente con alterar la paz entre ella y Serbia, por no mencionar el disfuncional arreglo en el
compartido estado contiguo de Bosnia. El último gobierno "central" del país en Sarajevo está trabajando
estrechamente con EE.UU. y Croacia para iniciar el proceso inconstitucional de desmantelar la autonomía de
la República Srpska, y la afluencia de combatientes del Daesh que regresan al país podría ser el disparador
impredecible para provocar una nueva guerra civil en el país, aunque una que una vez más resultaría en el
intervencionismo de la OTAN (estadounidense-croata). De forma relacionada, la República de Macedonia
está bajo la intimidante amenaza del renacimiento del zombi geopolítico de la "Gran Albania", que también
podría consumir partes de Montenegro y Serbia. Curiosamente, estos dos escenarios relacionados entre sí han
sido presionados por el influyente lobby del Consejo de Relaciones Exteriores.
Por último, la última posible crisis periférica preparada para retrasar la estabilidad de la UE es el peligro de
que el norte de África vuelva a convertirse en exportador de terrorismo a gran escala y de inmigración ilegal.
La región ya se encuentra en una posición crítica y tensa debido a las consecuencias desastrosas de la guerra
de la OTAN sobre Libia, que ha visto al próspero país convertirse en un infierno literal dominado por
terroristas y por las milicias de tráfico humano. El centralmente posicionado estado norteafricano es ya un
exportador de sufrimiento humano a la UE, ya sea de la variedad de terrorista y/o de inmigrante ilegal
(popularmente disfrazados en los medios de masas como si fueran en su mayoría "refugiados"), pero su papel
y el de sus vecinos podría aumentar exponencialmente en el caso de que la violencia de Libia se derramara a
través de su frontera. Por ejemplo, Egipto es víctima ocasionalmente del terrorismo de la Hermandad
240
Musulmana, mientras que Argelia - a pesar de ser un estado impresionantemente seguro dado su inestable
vecindario y el legado de una guerra civil salafista de una década en los años 1990 -, podría explotar si su
"estado profundo" (las burocracias permanentes militar, de inteligencia y diplomática) no sigue el modelo de
Asia central de transición política ordenada después de la eventual muerte del enfermo presidente Buteflika.
Una segunda guerra civil salafista en la región costera densamente poblada del norte de Argelia podría
conducir automáticamente a una salida a gran escala e incontrolable de millones de terroristas-inmigrantes (no
necesariamente uno y lo mismo, aunque sí de vez en cuando) hacia Europa Occidental, dando por lo tanto un
golpe de muerte casi instantáneo a la UE.
http://www.publico.es/internacional/carlos-velandia-lucha-armada-colombia.html
El ex comandante del Ejército Nacional de Liberación (ELN) analiza la situación actual del conflicto
mientras Gobierno y delegados del grupo armado resuelven los pormenores para retomar las
conversaciones de paz en Ecuador
BOGOTÁ.- Diez meses han transcurrido desde que negociadores del Gobierno colombiano y del Ejército Nacional
de Liberación (ELN), anunciaran el inicio de la fase pública de las conversaciones para acabar con la
guerra desde Caracas. Desde entonces, el proceso se ha encallado y, tras un intento fallido de iniciar las
conversaciones en Ecuador a finales de octubre, no ha avanzado ni un solo paso. La piedra que se ha interpuesto en
el camino de la negociación con el ELN ha sido el secuestro. Guerrilla y Gobierno se han echado un largo pulso
cuyo último protagonista ha sido Odín Sánchez, un ex senador secuestrado por el grupo armado cuya liberación fue
incluida a última hora como exigencia indiscutible por parte del Gobierno para instalar la mesa pública de
negociación.
Ambas partes han vuelto a reunirse desde comienzos de año y el acuerdo para la liberación de Odín Sánchez y la
instalación de la mesa parece finalmente cercano. Hablamos con Carlos Velandia, ex comandante del ELN y
nombrado por el Gobierno como gestor de paz en el actual proceso, sobre su experiencia como guerrillero,
los altibajos del proceso de paz y el futuro político del ELN y una Colombia sin guerrillas.
Cuando llegué al monte, era estudiante de medicina y con unos pocos semestres ya me convertí en el médico
de la guerrilla. No se necesitaba haber terminado la carrera ni tener un título para ser reconocido como el médico
de la guerrilla. Lo era porque no había más, algo así como en el país de los ciegos el tuerto es el rey. Luego ya me
ascendieron y me asignaron responsabilidades y llegué a ser miembro de la dirección nacional del ELN. A finales
de los 80 experimentamos un crecimiento importante de la mano del auge que tuvo en Colombia la
explotación petrolera. Se pudieron adquirir una gran cantidad de finanzas a fuerza de sabotear y secuestrar a los
gerentes de las empresas multinacionales y cobrar altas sumas por los rescates.
Pero éticamente no tiene ningún soporte ni humanitariamente tampoco. Pero en el discurso político encaja muy
bien, aunque hoy por hoy esto está totalmente agotado y no hay manera de soportarlo. Esta ha sido una de las cosas
que ha venido generando una gran dificultad a la hora de iniciar las negociaciones actuales.
¿Cuáles son las grandes diferencias ideológicas y organizativas de las FARC y el ELN?
Ambas organizaciones nacen en 1964. Acababa de triunfar la revolución cubana y es el faro que alumbra al mundo
entero. Es posible hacer revoluciones en las mismas narices del imperialismo, a 90 millas del continente. Esto es
clamoroso. Pero, mientras que las FARC surgen como el alzamiento de un movimiento campesino que se
alza en armas para defenderse del Estado, el ELN se alza en armas para derrotar al Estado y arrebatarle el
poder.
El uno nace para defenderse del poder y el otro para hacerse con el poder. Los unos son campesinos y los otros
son estudiantes, algunos sindicalistas, algunos intelectuales. Estos son los surgimientos. Pero después, en el
desarrollo, las líneas se cruzan. Las FARC terminan definiendo que van a por el poder y el ELN ya no quiere el
poder, ya lucha por democracia. El objetivo del ELN ya no es la toma del poder.
242
El ELN está apostando por la participación activa de la sociedad en el proceso de paz, ¿cómo
puede llevarse esto a cabo?
Esta es la parte más difícil, sobre todo porque hoy por hoy no lo sabe nadie. Ni el Gobierno, ni el ELN ni la
sociedad. Pero hay una cosa que hay que entender. Hay tres tipos de diálogos, uno el diálogo que es útil para
acabar la guerra, otro el diálogo que es útil para construir la paz y el tercero es el diálogo que es útil para
que la sociedad transforme el país. Los tres ocurren en momentos distintos.
Hay que entender que el diálogo o la negociación para buscar la paz no hace parte de la paz, hace parte de la
guerra. Estamos en la guerra y la guerra termina en el momento en el que se pacta el armisticio. Que a
partir de ahí se abra un espacio de construcción de paz es otra cosa. Entonces, será la sociedad, ya no nosotros, la
que empiece a construir la paz y la justicia social en los territorios.
¿Qué es lo que podría hacer que sectores del ELN se quedaran fuera del proceso?
Creo que pueden ser una conjugación de varias circunstancias, pero en el caso de El Chocó (departamento de la
costa Pacífica donde se encuentra retenido Odín Sánchez), es que la guerra se ha convertido en un negocio. En un
buen negocio. El Chocó tiene una importancia en la guerra por ser un corredor, pero lo tiene absolutamente para los
narcotraficantes, los que ejercen la trata de personas e incluso para la minería ilegal.
Entonces allí para poder sobrevivir o subsistir cada una de estas partes han hecho una especia de acuerdo de modus
vivendi, es decir, “no nos peleemos nosotros, ustedes sigan en su negocio y yo en el mío, yo estoy aquí por
otras razones”. A mí me cuesta un poco de trabajo reconocer qué es lo ‘eleno’ en el Chocó, lo que si veo es que
por allí fluye mucho dinero y muchos recursos.
243
Desde Ecuador ambas partes anuncian que la fase pública de negociaciones podría emprezar
pronto ¿Cuáles son los grandes riesgos para este proceso?
Yo creo que las partes tienen que entender que a la mayor brevedad tienen que iniciar una actividad de
desescalamiento. No tiene sentido hoy que se estén dando estos hechos de guerra. Se entiende en el sentido de que
no hay acuerdo y se hace en medio de la confrontación, pero la sociedad hoy por hoy no lo admite por una razón.
El estado de no guerra se ha instalado en el país y, sobre todo en las zonas más impactadas por el conflicto, se siente
como un gran alivio. Aquí a los jóvenes y las personas que viven en las grandes ciudades ni les va ni les viene,
porque están muy lejos del conflicto, pero las gentes que viven allí, que fueron machacadas por los bombardeos, las
razias del paramilitarismo, las ofensivas y el desplazamiento, piensan que hay que mantenerlo.
¿Hasta qué punto están afectado la última oleada de asesinatos de líderes sociales en las
reticencias de algunas facciones del ELN a dejar las armas?
Esto hace las cosas mucho más complejas. La arremetida tiene por un lado ese propósito de frenar el avance de la
paz. Hay fuerzas que se resisten a que se modifique el statu quo de la guerra. En esas condiciones de
guerra prosperan la corrupción, las bandas criminales, el paramilitarismo, el narcotráfico y políticos
regionales coludidos con esas formas criminales que tienen mucho poder. Con la paz pierden, ven la paz como una
amenaza.
De allí provienen una gran parte de esta hostilidad y esta acción contra la paz afectando la parte más vulnerable, los
que no están armados, que son los líderes sociales territoriales. Pero igual, esta situación no puede detener las
posibilidades de la paz. Tenemos que salir de una guerra, que se ha convertido en un pretexto para
muchas cosas. Aquí tenemos la presencia de los gringos porque tenemos un conflicto, aquí es necesario mano dura
porque hay un conflicto armado, aquí se restringe la democracia por lo mismo.
El ELN tuvo en sus inicios una vocación más ofensiva, pensando en la toma del poder, una
posición más guevarista por así decirlo. Visto en perspectiva, ¿esa estrategia ha sido un
fracaso por parte del movimiento social que la tomó en los años 60?
Yo creo que no. Obviamente la guerra en Colombia se agotó, y se agotó para los revolucionarios que creímos
que mediante la lucha armada podíamos acceder al poder. Se demostró aquí en Colombia, a día de hoy, que
por esa vía no llegamos a la toma del poder, pero no significa que no debamos insistir en llegar al poder.
La lucha armada no es el camino, por eso yo insisto mucho en que los revolucionarios no nos hicimos
revolucionarios para hacer guerras, nos hicimos revolucionarios para hacer grandes transformaciones a las
sociedades y si no nos funciona a través de un método (porque la guerra es un camino, un método), tenemos que
buscar otros caminos distintos. Esa es la obligación de un revolucionario y de un revolucionario marxista.
244
Fundamentalmente, la guerra la dejamos a cambio de garantías para la lucha política sin armas, eso es lo
fundamental. Date cuenta de que los acuerdos de las FARC con el Gobierno no transforman la sociedad, no
transforman el país, no transforman la economía, pero sí crean unas condiciones mucho más positivas para la lucha
política sin armas, eso es en lo fundamental, la paz posible, no la paz que se desea.
produce entre el Estado y la sociedad, cuando el gobierno hace cada vez menos lo que reclama la sociedad
como sus prioridades, e impone proyectos e iniciativas que no responden ni resuelven los problemas álgidos
de su pueblo. Es decir, abandona y traiciona los postulados y mandatos establecidos, para hacer prevalecer las
prioridades e intereses de las nuevas castas dominantes.
En los casos de gobiernos que se reclaman como populares y aunque persista un discurso que reafirme
supuestas convicciones de izquierda; lo que desenmascara su impostura e hipocresía, es la prevalencia de
medidas, políticas y acciones de gestión gubernamental que (muy en contrario del discurso), favorecen
intereses sectarios, corporativos, antinacionales y entreguistas. Es decir, se hace prevalecer y se produce un
sometimiento a intereses generalmente transnacionales, capitalistas y de carácter colonial que se encuentran
en la antípoda del interés nacional. En el caso de Latinoamérica, a poco más de 10 años de gestiones de
gobiernos progresistas y de izquierda (como se han autodenominado), los ejemplos no son excepciones y
tienen un legado muy elocuente. Si no, puede verse lo que sucede en Ecuador, Nicaragua, Bolivia, etc.
LA REALIDAD BOLIVIANA.
Ahora bien, cuando la sociedad boliviana (a pesar de haberse producido ya un referéndum nacional que ha
dirimido y constitucionalizado irrevocablemente su decisión), vuelve a ser interpelada por la terca e insistente
pretensión de abrir la Constitución para permitir una eventual y nueva reelección presidencial (rechazada
mayoritariamente); entonces surge inmediatamente con fuerza la pregunta de por qué ese afán desmesurado y
testarudo por mantenerse y conservar el poder “cueste lo que cueste”. Por qué se insiste tanto en prorrogarse
en el poder, cuando la tarea fundamental consistía en transformar el viejo Estado de privilegios y jerarquías,
para construir uno nuevo en donde prevalezca la decisión, la participación y la gestión pública ejercida desde
las bases (y no en un aparato burocrático corporativamente distribuido y cada vez más grande e inepto)?.
Es decir, surgen serias interrogantes e inquietudes en torno al concepto y la práctica política, como el enfoque
del poder y la democracia que los gobernantes tienen y pretenden imponer.
Se levanta una incógnita en torno a si la forma de gobierno, el tipo de Estado y las características de nuestra
democracia, responden a la visión y los principios establecidos en la Constitución; pero sobre todo respecto
del compromiso de transformar aquel modelo (clientelar, cupular, de la democracia pactada) contra el que se
había luchado.
La respuesta, lamentablemente, al contrastarla con la obcecada decisión del partido de gobierno y las
organizaciones sociales oficialistas que pretenden arrogarse la voz de todo el pueblo, solo confirma la pertinaz
intención de conservar y reproducir el poder “a como dé lugar”. Es decir, sabiendo que ello solo garantiza la
concentración del poder en pocas manos y la preservación de determinados intereses y privilegios de las
nuevas élites dominantes, que terminan usurpando la capacidad de decisión, participación y
autodeterminación al pueblo.
Colateralmente, a la par de esas interrogantes y cuando se hacen patentes regímenes secantes en los que se
produce una concentración del poder asfixiante; también se sabe que la mejor forma de equilibrar y controlar
ese poder, solo es posible cuando la sociedad civil está organizada y tiene capacidad de movilización, porque
así existen mejores condiciones para impedir excesos autoritarios, y/o defender derechos y demandas que toda
sociedad tiene.
Este equilibrio y control en la correlación de fuerzas entre el Estado y la sociedad es aún más promisoria y
tendencialmente más avanzada, cuando la sociedad civil al margen de estar bien organizada, cuenta con
organizaciones, pueblos y sectores sociales esclarecidos (digamos política y socialmente conscientes), que
tienen la virtud orientar y dirigir las luchas populares, ya no solamente como contrapeso al poder del Estado,
sino señalando el camino de las transformaciones que requiere la sociedad para perfeccionarse y cumplir sus
históricos objetivos de igualdad, libertad, soberanía, etc.
Durante muchas décadas, esa fue una característica de la sociedad boliviana. Alrededor de la Central Obrera
Boliviana (COB), la Federación Sindical de Trabajadores Mineros de Bolivia (FSTMB) y la Confederación
Sindical Unica de Campesinos (CSUTCB), el pueblo logró estructurar un formidable contrapeso frente al
Estado, y especialmente respecto de gobiernos y regímenes antidemocráticos y dictatoriales. Tal fue su
fortaleza, que en determinadas coyunturas sociales y políticas se planteó el co-gobierno y la dualidad de
poderes (como en el caso, por ejemplo, de la Asamblea Popular al inicio de la década de los años 70).
246
tradicionales partidos, organizaciones y sectores que buscan el poder para imponer sus intereses (quitándole a
la democracia su sentido esencial y fundamental).
Y como la historia se encarga de demostrar este extremo, también es posible afirmar que no se trata de un
fenómeno exclusivo de partidos, tendencias y organizaciones conservadoras y de derecha que buscan el poder
para perpetuar la vigencia de su dominación; sino que también expresa el sentimiento y la visión de
organizaciones y tendencias autodefinidas como de izquierda, que también ansían conseguir “el maravilloso
instrumento del poder” para sustituir y encumbrar nuevas élites de dominación (sindical, corporativa, cultural
y/o clasista), en cuya lógica de gobierno persiste y se reproduce la verticalidad, el mando de unos pocos y las
jerarquizaciones excluyentes.
Frente a un escenario como éste, evidentemente la sociedad y la ciudadanía quedan desprotegidas y
vulnerables ante la “majestad del poder”. Sin embargo, históricamente y muy especialmente en Bolivia,
también ha quedado claro que solo se trata de episodios pasajeros, antes de que vuelvan a surgir nuevas
iniciativas y movimientos orientados a resolver y restituir, al menos, el equilibrio perdido.
En Bolivia, donde buena parte de las organizaciones sociales y sus dirigentes han sido cooptados por el poder
en forma clientelar y prebendal, y donde ya no existen condiciones para contrarrestar, controlar y equilibrar la
nueva relación de dominio y hegemonía que ejerce el poder del Estado sobre la sociedad; la ciudadanía que
no forma parte del oficialismo, ha quedado completamente desguarnecida. A pesar de ello ha ideado y está
generando nuevas oportunidades para organizase, y ha puesto en marcha un nuevo tipo de colectivos,
agrupaciones, movimientos sociales, e iniciativas comunitarias o asociativas (de carácter barrial, rural o de
redes sociales), donde prevalecen y se ejercen novedosas como tradicionales formas de deliberación, decisión,
participación y gestión social en diferentes campos.
Caracterizados por un natural y comprensible rechazo (dados los antecedentes organizativos sucedidos en el
país), a estructurarse jerárquica y verticalmente, y menos a comprometerse o estar dispuestos a reafirmar
lealtades que no correspondan a objetivos concretos de lucha, trabajo o acción en la que se encuentren (en
claro rechazo a las traiciones, los partidos políticos tradicionales y la forma de hacer política que ha
caracterizado la historia nacional); en realidad muestran un nuevo horizonte y una diferente voluntad para
establecer la relación entre la sociedad y el Estado.
Si las luchas y conquistas populares por construir una sociedad diferente, con un gobierno verdaderamente del
pueblo, han sido envilecidas y degeneradas por el poder; entonces no es casual que tiendan a desarrollarse
nuevas y alternativas formas sociales de decisión, participación y gestión, que paulatinamente vayan
liberándonos de la dependencia de contar con un gobierno para que administre la cosa pública. El gobierno
debe darse cuenta que no ha surgido para usurpar el poder que le corresponde al soberano, sino para servir,
atender, facilitar y garantizar todas las condiciones, derechos y servicios que permitan al pueblo vivir con
dignidad, igualdad y respeto, en armonía con la naturaleza.
La pretensión de prorrogarse y reproducir el poder “cueste lo que cueste”, no solo es un despropósito político
que sucumbe a tentaciones autoritarias para adueñarse de la voluntad soberana que le corresponde al pueblo,
sino que desconoce en la práctica la decisión del mismo soberano expresado claramente en un referéndum
nacional específicamente dispuesto para dirimir esta situación. Además, pone en entredicho aquel principio de
“gobernar obedeciendo” que había sido adoptado precisamente por el gobierno del Estado Plurinacional.
Un precedente de este tipo no muestra una voluntad de servicio y mucho menos la intención de construir y
devolver al pueblo la capacidad de decidir y construir procesos de gestión popular y pública; sino que busca
utilizar su respaldo, para concentrar y beneficiarse de las ventajas que otorga el poder, el mando, la
verticalidad y las jerarquías inherentes a una forma de gobierno no precisamente popular y de izquierda.
El mayor propietario privado superficiario de la República Argentina es el Grupo Benetton, a través de la Compañía
de Tierras Sud Argentino S.A. (CTSA). Posee 844.200 hectáreas de tierra en las provincias de Buenos Aires,
Neuquén, Río Negro, Chubut y Santa Cruz. Es una superficie mayor a la de cualquier parque nacional existente en
el país trasandino.
En estas tierras hay aproximadamente 280.000 ovejas, que producen 1.300.000 kilos de lana por año, 16.000 vacas,
8.500 hectáreas plantadas con soja, 24.600 hectáreas de pino ponderosa, 4.600 hectáreas de pino murrayana y
oregon, 1.100 hectáreas de forraje con riego por aspersión.
Además, el Grupo Benetton es dueño de una corporación megaminera denominada Minsud, con sede central en
Toronto, Canadá; la cual posee 80.000 hectáreas de concesiones mineras en las provincias de San Juan, Río Negro,
Chubut y Santa Cruz. Algunos proyectos megamineros metalíferos de Minsud presentan alto grado de avance.
El más importante de ellos el el Proyecto Chita Valey, en San Juan, ya está en condiciones de ser explotado y
cuenta con todas las autorizacioes del gobierno de esa provinca para empezar a explotar. Además posee 3 proyectos
más en avance intermedio (la mina Carlos, en Chubut y las minas San Antonio y La Rosita, en Santa Cruz).
La “Compañía de Tierras del Sud Argentino S. A.”, fue originalmente inglesa y se conformó el 1 de mayo de 1889,
fundada en Londres, bajo el nombre “The Argentinian Southern Land Company Ltd”. Fue creada para administrar
los campos de varios lores ingleses, terratenientes en el país, que habían recibido esas tierras como parte de pago
del Estado Argentino a la Corona Británica, por haber financiado, 10 años antes, la campaña militar conocida como
“Conquista del Desierto”, mediante la cual se le arrebató la Patagonia a los Pueblo-Nación Mapuche, Aonikenk y
otros, para incorporarlas al territorio de la República Argentina.
El 3 de Julio de 1975, la “Great Western”, (empresa off-shore radicada en el paraíso fiscal de Luxemburgo, que por
ese entonces, estaba en manos de la burguesía terrateniente argentina, conformada por los “Menendez Hume,
Ochoa & Paz Repetto”), compra el paquete accionario de la “The Argentinian Southern Land Company Ltd”. La
“Great Western”, era además accionaria en otra compañía inglesa: “The Patagonian Sheep Farming Company Ltd.”,
la dueña de las ovejas que pastaban en esos campos.
El 26 Mayo de 1982, en una reunión de accionistas, se decidió cambiar el nombre por “Compañía de Tierras del
Sud Argentino S. A.” (era la época de la Guerra de Malvinas, y el nuevo nombre “sonaba mas criollo”). En ese
entonces, la empresa se radicó en Argentina.
249
El 21 de Agosto de 1991, el paquete accionario de “Compañía de Tierras del Sud Argentino S. A.” (incluidas todas
las tierras y las ovejas) pasa a manos de “Edizione Holding International N.V.”, pantalla financiera del Grupo
Benetton, por unos 50 millones de dólares. El intermediario en esa operación es el agente inmobiliario local Nicolás
Van Dittmar. Los directivos de la CTSA eran: Carlo Benetton (Presidente), D.E. Perazzo (VP), F. Acoroni
(Director) y Ana M. Halassy (Directora.)
El 14 de Agosto de 1996, una reunión de accionistas de CTSA, modifica el propósito de la Compañía (agricultura,
ganadería, industrial, comercial, financiero, inmobiliario), para agregar un prometedor propósito: la minería.
Posteriormente se crea Minsud, incorporando participación accionaria minoritaria y gerenciamiento por parte de
ejecutivos canadienses de otras grandes empresas del rubro a nivel internacional.
Desde que fue adquirida por el Grupo Benetton hasta la actualidad (25 años), CTSA ha duplicado su capital, casi
exclusivamente con las ganancias generadas por la venta de lana, sin embargo esta empresa representa menos del
4% del conglomerado Benetton en todo el mundo.
En la rama forestal, CTSA ha suscripto un convenio con el INTA y la Universidad del Comahue, para “mejora de la
calidad genética” de sus cultivos. Si bien no está explicitado, el objetivo final de estos estudios conjuntos es
experimentar y desarrollar variedades de pinos transgénicos.
En el rubro forestal, Benetton lleva invertidos 7 millones de dólares, de los cuales 2,6 millones son subsidios
otorgados por el Estado.
EL GRUPO BENETTON
Tiene sede en la ciudad de Triveso, Italia, de donde es oriunda la familia, compuesta por los hermanos Luciano,
Gilberto, Carlos y Giuliana. Fue fundado en 1965 y actualmente posee un capital cercano a los 4 mil millones de
dólares.
Además de las ya mencionadas corporaciones que operan en Argentina, a nivel internacional, el Grupo Benetton
posee las siguentes marcas textiles: United Colors of Benetton, Playlife y Sisley, las cuales presentan diferentes
líneas de indumentaria, perfumes y merchandising Si bien la mayor parte de su producción textil proviene de
Argentina, también posee intereses en Nueva Zelanda y Australia. En este último país realiza la mayoría de sus
operaciones comerciales en sociedad con la Australian Agriculturan Company, otra empresa que era de la Corona
Británica y actualmente pertenece al Grupo Tavistock (Joe Lewis).
El Grupo Benneton, además, ha regenteado marcas deportivas: una escudería de Fórmula 1 y equipos de basquet,
rugby y voley en las primeras ligas italianas.
250
Como pantalla de “Responsabilidad Social Empresaria” y para desgravar impuestos en diversos países, el Grupo
Benetton posee, entre otras, las siguentes fundaciones en diferentes lugares del mundo: Fondation Sisley-
D’Ordation (Francia), Unhate Fundation (EEUU), Fundazione Studi Ricerche (Italia), Fundación Museo Leleque
(Argentina), etc.
Conviene mencionar también que los Benetton son de los coleccionistas privados de arte más grande del mundo que
hay. También poseen un instituto de estudios en comunicación y publicidad, denominado “Fábrica” cuya sede
central es un complejo arquitectónico ubicado en la ciudad de Treviso, Italia.
A este mosntruo se enfrentó la Comunidad Mapuche Santa Rosa de Leleque y le ganó. A este monstruo se están
enfrentando las Pu Lof en Resistencia del Departamento Cushamen y también le está ganando; a pesar de que su
lonko weichafe, Facundo Jones Huala está detenido en calidad de preso político.
Fuente: Argentinatoday.org
Aunque los precios internacionales del crudo y el gas rozan el punto del no
retorno hacia el costo de producción, en el mundo hay ambiciosos proyectos de
exploración. Corporaciones y Estados saben que el gas seguirá siendo un
energético de consumo global y que en el futuro su precio podría elevarse en
tanto se acerque el “pico de producción” del crudo. A la vez, la búsqueda por
controlar ese hidrocarburo y su tránsito hacia los consumidores permea las crisis
político-sociales de Medio Oriente, el Ártico, el Cáucaso, la Patagonia, el Golfo
de México y el sureste asiático.
251
–El coloso: Rusia es líder en la geopolítica del GN, el que posee las mayores
reservas globales y produce 22.3 por ciento mundial, con una factura anual
estimada en 2014 de 400 mil millones de dólares. Sus enormes reservas e
infraestructura lo han convertido en el mayor exportador mundial, pues abastece
la cuarta parte del gas que usan los europeos y otro tanto para los asiáticos. Al
colosal poder de gestión energética y política de Moscú se oponen Estados
Unidos y la Europa Comunitaria.
–Irán el temible: A los productores árabes les inquieta que Irán, que posee la
segunda reserva mundial de gas, se reintegre al mercado mundial una vez que se
levanten las sanciones que le impuso Occidente. En julio de 2015, las alertas se
encendieron cuando se anunció que ese país exportará GN a Irak; sólo resta
determinar la forma de pago, porque se mantienen las sanciones financieras sobre
Teherán. Se estima que el acuerdo reportará ingresos a Irán por 3.7 mil millones
de dólares por transferir al día cuatro millones de metros cúbicos de gas.
252
Hablar del potencial gasero iraní remite al yacimiento South Pars-North Dome
del Golfo Pérsico, el más grande del mundo, que comparte con Qatar, y que tiene
una extensión de nueve mil 700 kilómetros cuadrados. Ese potencial incomoda a
Washington, que busca sabotearlo, según revela Mark Dubowitz, director de la
ultraconservadora Fundación para la Defensa de las Democracias, en el texto Gas
Natural, otra forma para sancionar a Irán.
Ahí se afirma que el país persa depende de las importaciones de gasolina, pues
carece de refinerías e insumos, servicios que le suministra un puñado de países
occidentales. Para frenar a Irán es vital mantener su desabasto de gasolina y a la
parel Congreso estadunidense incluirá en las sanciones un apartado específico
contra las firmas occidentales que apoyen la industria de gas natural iraní,
propone Dubowitz.
proceso, el plan suscitó la oposición de los italianos del norte y reveló el doble
discurso de la UE ante Azerbaiyán.
Fattah El-Sisihan atacado ductos de crudo y gas que alimentan las industrias de la
Península del Sinaí y los ductos que llevan crudo a Jordania.
La rendición
El imperialismo contemporáneo
Samir Amin
http://www.elviejotopo.com/articulo/el-imperialismo-contemporaneo/
Nuestros días están caracterizados por la frivolidad y liviandad de los análisis políticos, con
frecuencia hechos de tópicos y frases superficiales que parecen –según sus adalides– no
necesitar justificación. Este no es el caso de Samir Amin, que lleva décadas anticipándose a los
acontecimientos, revelando la verdadera naturaleza y el desarrollo del capitalismo
contemporáneo, ahora en fase de monopolio generalizado.
Lenin, Bujarin, Stalin y Trotski en Rusia, así como Mao, Zhou Enlai y Den Xiaoping en
China, modelaron la historia de las dos grandes revoluciones del siglo XX.1 Como
dirigentes de partidos comunistas revolucionarios y después de Estados revolucionarios, se
vieron desafiados por los problemas que afrontan las revoluciones que triunfan en países
del capitalismo “periférico” y obligados a “revisar” (uso deliberadamente este término, que
255
muchos consideran sacrílego) las tesis heredadas del marxismo histórico de la Segunda
Internacional. Lenin y Bujarin fueron mucho más lejos que Hobson y Hilferding en sus
análisis del capitalismo monopolista y el imperialismo, y llegaron a una importante
conclusión política: la guerra imperialista de 1914-1918 (fueron unos de los pocos, si no los
únicos, que la previeron) hacía necesaria y posible una revolución encabezada por el
proletariado.
Con la ventaja que me otorga el tiempo transcurrido, indicaré aquí las limitaciones de sus
análisis. Lenin y Bujarin consideraban que el imperialismo era una nueva etapa (“la
superior”) del capitalismo, asociada con el desarrollo de los monopolios. No estoy de
acuerdo con esta tesis, y sostengo que el capitalismo histórico siempre ha sido imperialista,
en el sentido de que desde sus orígenes (en el siglo XVI) ha conducido a la polarización
entre centros y periferias, y que dicha polarización no ha hecho sino aumentar durante su
posterior desarrollo globalizado. El sistema premonopolista decimonónico no era menos
imperialista. Gran Bretaña mantenía su hegemonía precisamente debido a su dominio
colonial de la India. Lenin y Bujarin pensaban que la revolución, comenzada en Rusia (“el
eslabón más débil”), continuaría en los centros (particularmente en Alemania). Esa
esperanza tenía su base en una subestimación de los efectos de la polarización imperialista,
que destruyó las perspectivas revolucionarias en los centros.
Sí, pero… Lenin, Bujarin y Stalin también comprendían que las potencias imperialistas
nunca aceptarían la Revolución, ni siquiera la NEP. Después de las guerras de intervención,
la guerra fría se convirtió en un hecho permanente desde 1920 hasta 1990.2 Aunque la
Rusia soviética estaba lejos de ser capaz de construir el socialismo, sí pudo liberarse de la
camisa de fuerza que el imperialismo siempre trata de imponerles a todas las periferias del
sistema mundial que domina. En efecto, la Rusia soviética se desconectó. ¿Qué hacer ahora
entonces? ¿Tratar de lograr la coexistencia pacífica, haciendo concesiones de ser necesario,
y no interviniendo demasiado activamente en el escenario internacional? Pero, a la vez, era
necesario armarse para enfrentar los nuevos e inevitables ataques. Y eso implicaba una
rápida industrialización que, a su vez, entraba en conflicto con los intereses del
campesinado y, en consecuencia, amenazaba con romper la alianza obrero-campesina, que
era el cimiento del Estado revolucionario.
Resulta posible entonces entender los vaivenes de Lenin, Bujarin y Stalin. En términos
teóricos se produjeron giros de ciento ochenta grados, de un extremo a otro. En ocasiones
prevaleció una actitud determinista, inspirada por el enfoque etapista heredado del
marxismo previo (primero la revolución democrático-burguesa, después la socialista); en
otras, un enfoque voluntarista (la acción política permitiría saltar etapas). Finalmente, entre
1930 y 1933, Stalin optó por la industrialización rápida y el armamento (y esta opción no
256
fue totalmente ajena al auge del fascismo). El precio de esa alternativa fue la
colectivización. Aquí, de nuevo, no debemos hacer juicios demasiado rápidos: todos los
socialistas de ese período (y aún más los capitalistas) compartían los análisis de Kautsky
sobre este tema, y estaban persuadidos de que el futuro le pertenecía a la agricultura a gran
escala.3 La ruptura de la alianza obrero-campesina implicada por esa opción es lo que
subyace al abandono de la democracia revolucionaria y el giro a la autocracia.
A ambas revoluciones les resultó difícil alcanzar la estabilidad, porque se vieron obligadas
a reconciliar el apoyo a una visión socialista con concesiones al capitalismo. ¿Cuál de esas
dos tendencias prevalecería? Esas revoluciones solo alcanzaron la estabilidad después de su
“Termidor”, para emplear el término de Trotski. Pero, ¿cuándo se produjo el Termidor en
Rusia? ¿Fue en 1930, como afirmara Trotski? ¿O fue en los veinte con la NEP? ¿O fue en
la edad de hielo del período de Brezhnev? Y en China, ¿optó Mao por el Termidor a partir
de 1950? ¿O hay que esperar a Deng Xiaoping para hablar del Termidor en 1980?
No es casual que se hayan usado como referencia las lecciones de la Revolución francesa.
Las tres grandes revoluciones de los tiempos modernos (la francesa, la rusa y la china) son
grandes precisamente porque miraban más allá de las exigencias inmediatas del momento.
Con el auge de la Montaña en la Convención Nacional francesa, encabezada por
Robespierre, la Revolución francesa se consolidó como popular y burguesa a la vez y,
como la rusa y la china –que se afanaron por avanzar hacia el comunismo aun si no estaba
en la agenda debido a la necesidad de evitar la derrota– mantuvo abierta la posibilidad de ir
mucho más lejos posteriormente. El Termidor no es la Restauración. Esta última no ocurrió
en Francia con Napoleón, sino solo a partir de 1815. Aun así, hay que recordar que la
Restauración no pudo eliminar por completo la gigantesca transformación social generada
por la Revolución. En Rusia, la restauración tuvo lugar incluso más tarde en su historia
257
revolucionaria, con Gorbachov y Yeltsin. Hay que señalar que esa restauración sigue siendo
frágil, como demuestran los retos que aún confronta Putin. En China no hubo (¡o no ha
habido todavía!) una restauración.6
El mundo contemporáneo afronta los mismos retos que tuvieron ante sí las revoluciones del
siglo XX. La continua profundización del contraste centro/periferia, característica de la
expansión del capitalismo globalizado, conduce aún a la misma e importante consecuencia
política: la transformación del mundo comienza con revoluciones antiimperialistas,
nacionales, populares –y potencialmente anticapitalistas– que son las únicas que aparecen
en el orden del día en el futuro previsible. Pero esa transformación solo podrá ir más allá de
los primeros pasos y avanzar por la senda del socialismo posteriormente si los pueblos de
los centros, a su vez, comienzan a luchar por el comunismo, entendido como una etapa
superior de la civilización humana universal. La crisis sistémica del capitalismo en los
centros brinda la posibilidad de que esa eventualidad se transforme en realidad.
Mientras tanto, los pueblos y los Estados del Sur enfrentan un doble desafío: 1) el
desarrollo de carácter lumpen al que el capitalismo contemporáneo obliga a todas las
periferias del sistema no tiene nada que ofrecer a tres cuartas partes de la humanidad; en
particular, conduce a la rápida destrucción de las sociedades campesinas de Asia y África y,
en consecuencia, la respuesta que se le dé a la cuestión campesina determinará, en buena
medida, la naturaleza de los cambios futuros;7 2) la geoestrategia agresiva de las potencias
imperialistas, opuesta a todo intento de los pueblos y Estados de la periferia por salir
del impasse, obliga a esos pueblos a derrotar el control militar del mundo que ejercen los
Estados Unidos y sus aliados subalternos, esto es, la Unión Europea y Japón.
Por tanto, la formación primigenia del capitalismo monopolista se remonta a fines del siglo
XIX, pero en los Estados Unidos solo se estableció realmente como sistema a partir de la
década de 1920, y a continuación conquistó a la Europa Occidental y el Japón de los
“treinta años gloriosos” que siguieron a la Segunda Guerra Mundial. El concepto de
excedente, acuñado por Baran y Sweezy en la década de 1950-1960, permite comprender lo
258
En las formas previas de competencia entre las empresas que producían el mismo valor de
uso –entonces numerosas e independientes unas de otras– eran los propietarios capitalistas
de dichas firmas quienes tomaban las decisiones, sobre la base de un precio de mercado
reconocido que se imponía como un dato externo. Baran y Sweezy señalaron que los
nuevos monopolios actúan de modo diferente: fijan los precios a la vez que la naturaleza y
el volumen de su producción. Por tanto, ello implica el fin de la “competencia libre y
justa”, que permanece, a contrapelo de la realidad, en el centro mismo de la retórica
convencional de los economistas. La abolición de la competencia –la radical
transformación del significado de ese término, de su funcionamiento y sus resultados–
desancla el sistema de precios de su base, el sistema de valores, y de ese modo esconde a la
vista de todos el marco referencial que solía definir la racionalidad del capitalismo. Aunque
los valores de uso solían constituir en buena medida realidades autónomas, en el
capitalismo monopolista se convierten en objeto de reales artificios producidos
sistemáticamente mediante estrategias de venta agresivas y particularizadas (anuncios,
marcas, etc.). En el capitalismo monopolista ya no resulta posible una reproducción
coherente del sistema productivo mediante el mero ajuste mutuo de los dos sectores
analizados en el segundo tomo de El capital: por tanto, es necesario tomar en cuenta un
Sector III concebido por Baran y Sweezy. Este permite una absorción mayor del excedente
promovida por el Estado, más allá del Sector I (la inversión privada) y de la porción del
Sector II (el consumo privado) dedicada al consumo capitalista. El ejemplo clásico de
desembolso del Sector III es el gasto militar. No obstante, el concepto de Sector III puede
ampliarse para incluir el vasto conjunto de gastos socialmente no reproducibles promovidos
por el capitalismo monopolista generalizado.10
La excrecencia del Sector III, a su vez, favorece que desaparezca la distinción hecha por
Marx entre trabajo productivo (de plusvalor) y trabajo no productivo. Todas las formas de
trabajo asalariado pueden convertirse –y de hecho lo hacen– en fuentes de posibles
ganancias. Un peluquero le vende sus servicios a un cliente que le paga con parte de sus
ingresos. Pero si ese peluquero se convierte en empleado de un salón de belleza, el negocio
debe rendirle una ganancia a su dueño. Si un país sitúa a diez millones de asalariados
trabajando en los sectores I, II y III, lo que proporciona el equivalente a doce millones de
años de trabajo abstracto, y si los salarios percibidos por esos trabajadores les permiten
comprar bienes y servicios que requieren solo seis millones de años de trabajo abstracto, la
tasa de explotación de todos ellos, sean productivos o no productivos, es la misma: un
100%. Pero los seis millones de años de trabajo abstracto que no reciben los trabajadores no
se pueden invertir todos en la compra de bienes de producción destinados a ampliar los
sectores I y II; una parte de ellos se dedicarán a la ampliación del Sector III.
Había que darle un nombre a esta nueva fase del capitalismo monopolista. El adjetivo
“generalizado” especifica lo nuevo: a partir de ese momento, los monopolios se ubican en
una posición que les permite reducir todas (o casi todas) las actividades económicas al
estatus de la subcontratación. El caso de la agricultura familiar en los centros capitalistas es
el mejor ejemplo. Esos agricultores son controlados upstream por los monopolios que les
proporcionan insumos y financiamiento, y downstream por las cadenas de venta, hasta el
punto de que las estructuras de precios que se les imponen eliminan por completo los
ingresos procedentes de su trabajo. Los agricultores subsisten solo gracias a los subsidios
públicos que sufragan los contribuyentes. Por tanto, esa extracción está en el origen de las
ganancias de los monopolios. Como se ha señalado también en el caso de las quiebras
bancarias, el nuevo principio de la gestión económica se resume en una frase: privatización
de las ganancias de los monopolios, socialización de sus pérdidas. Seguir hablando de
“competencia libre y justa” y de la “verdad de los precios revelada por los mercados”
constituye una farsa.
El poder económico fragmentado, y por eso mismo concreto, de las familias propietarias de
la burguesía, cede su lugar a un poder centralizado que ejercen los directivos de los
monopolios y su cohorte de servidores asalariados. Porque el capitalismo monopolista
generalizado no supone la concentración de la propiedad que, por el contrario, está más
dispersa que nunca, sino del poder para administrarla. Es por eso que resulta engañoso
adjudicarle el adjetivo “patrimonial” al capitalismo contemporáneo. Es solo en apariencia
que los “accionistas” gobiernan. Los altos ejecutivos de los monopolios deciden todo en su
260
nombre como monarcas absolutos. Añádase que la globalización cada vez más profunda del
sistema elimina la lógica holística (esto es, simultáneamente económica, política y social)
de los sistemas nacionales, sin reemplazarla por ninguna lógica global. Es el imperio del
caos, título de una de mis obras, publicada en 1991, que ha sido después retomado por
otros: de hecho, la violencia de la política internacional ocupa el lugar de la competencia
económica.12
Financiarización de la acumulación
La nueva financiarización de la vida económica corona esta transformación del poder del
capital. En vez de estrategias puestas en práctica por verdaderos propietarios de capital
fragmentado, ahora existen las de los administradores de títulos de propiedad de capital. Lo
que se conoce vulgarmente como capital ficticio (el valor estimado de los certificados de
propiedad) no es sino la expresión de este desplazamiento, esta desconexión entre los
mundos real y virtual.
El ocaso de la democracia
Lejos de ser sinónimos, “mercado” y “democracia” son, por el contrario, antónimos. En los
centros, un nuevo consenso/cultura política (quizás solo aparente, pero aun así activo)
sinónimo de despolitización ha reemplazado a la anterior cultura política basada en la
confrontación entre la izquierda y la derecha que solía otorgarle significación a la
democracia burguesa y a la contradictoria inscripción de las luchas de clase en su seno. En
las periferias, el monopolio del poder detentado por la superclase dominante local supone
igualmente la negación de la democracia. El auge del islamismo político es un ejemplo de
dicha regresión.
El reconocimiento de este hecho, que es ahora un lugar común, no implica que exista una
única explicación sobre la causa fundamental de esta transformación. Yo, por mi parte, la
explico con el salto adelante en el grado de centralización del control del capital por parte
de los monopolios, que he descrito como el paso del capitalismo de los monopolios al
capitalismo de los monopolios generalizados. La revolución de la información, entre otros
factores, hace que sea posible la gestión de este sistema de producción disperso por todo el
planeta. Pero para mí, esos medios solo se implementan en respuesta a una nueva necesidad
objetiva creada por el salto adelante en el control centralizado del capital.
Pero como no existe un Estado mundial, los Estados Unidos intentan cumplir esa función.
Las sociedades de la triada lo consideran legítimo; otras sociedades no. Pero, ¿qué importa?
La autoproclamada “comunidad internacional”, esto es, el G7 más Arabia Saudita, que sin
duda debe haberse convertido en una república democrática, no reconoce la legitimidad de
la opinión del 85% de la población mundial.
Por tanto, existe una asimetría entre las funciones del Estado en los centros imperialistas
dominantes y en las periferias sometidas o por someter. El Estado en las
periferias compradorizadas es inherentemente inestable y, en consecuencia, un enemigo
potencial, cuando no un enemigo ya real.
Hay enemigos con los que las potencias imperialistas dominantes se han visto obligadas a
coexistir, al menos hasta ahora. Es el caso de China, que ha rechazado (hasta el momento)
la opción neocompradore y lleva adelante un proyecto soberano de desarrollo nacional
integrado y coherente. Rusia se tornó un enemigo en cuanto Putin se negó a alinearse
políticamente con la triada y quiso poner coto a sus ambiciones expansionistas en Ucrania,
aun cuando no pretende (¿no lo pretende todavía?) abandonar la conocida senda del
liberalismo económico. La gran mayoría de los Estados compradore del Sur (o sea, Estados
al servicio de sus burguesías compradore) son aliados, no enemigos, mientras cada uno de
esos Estados compradore parezcan estar a cargo de sus respectivos países. Pero los
dirigentes en Washington, Londres, Berlín y París saben que esos Estados son frágiles. En
cuanto una revuelta popular –con o sin una estrategia alternativa viable– amenaza a uno de
ellos, la triada se arroga el derecho a intervenir. La intervención puede conducir incluso a
considerar la destrucción de esos Estados y de las sociedades implicadas. Esta estrategia
está ahora en curso en Iraq, Siria y otros lugares. La razón de ser de la estrategia
encaminada al control militar del mundo por la triada encabezada por Washington se
enmarca por entero en esta visión “realista”, que se contrapone claramente a la visión
ingenua –á la Negri– de un Estado globalizado en proceso de formación.14
rechazan las intervenciones imperialistas). La respuesta de algunos países del Sur, como los
miembros del grupo BRICS, en el mejor de los casos descansa sobre un único pilar:
rechazo a la geopolítica del imperialismo, pero aceptación del neoliberalismo económico.
Eso los hace vulnerables, como muestra la actual situación de Rusia.15 Sí, hay que
entender que “el comercio es la guerra”, como escribiera Yash Tandon.16
Todos los países del mundo, con excepción de los de la triada, son enemigos reales o
potenciales, salvo los que se someten por completo a su estrategia económica y política.
Dado ese marco referencial, Rusia es “un enemigo”.17 Sea cual fuere nuestro juicio acerca
de lo que fue la Unión Soviética, la triada la combatió simplemente porque se trataba de un
intento de desarrollo que era independiente del capitalismo/imperialismo dominante. Tras
el derrumbe del sistema soviético, algunos (sobre todo en Rusia) pensaron que “Occidente”
no se enfrentaría a una “Rusia capitalista”, como ocurriera en Alemania y Japón, que
“perdieron la guerra pero ganaron la paz”. Olvidaban que las potencias occidentales
apoyaron la reconstrucción de los países donde floreciera el fascismo precisamente para
enfrentar el reto que suponían las políticas independientes de la Unión Soviética. Ahora que
ese reto ha desaparecido, el objetivo de la triada es lograr el total sometimiento de Rusia, la
destrucción de su capacidad de resistencia. El curso actual de la tragedia ucraniana ilustra la
realidad del objetivo estratégico de la triada. Esta organizó en Kiev lo que en puridad
debería llamarse un “golpe de estado euro/nazi”. La retórica de los medios de comunicación
occidentales, que proclaman que las políticas de la triada tienen como propósito promover
la democracia es sencillamente una mentira. Los países de Europa Oriental no se han
“integrado” en la Unión Europea como socios iguales, sino como “semicolonias” de las
principales potencias capitalistas/imperialistas de Europa Occidental y Central. La relación
entre el oeste y el este del sistema europeo es similar hasta cierto punto a la que rige las
relaciones entre los Estados Unidos y América Latina.
Por tanto, hay que apoyar la política rusa de oponerse al proyecto de colonización de
Ucrania. Pero esta “política internacional” positiva de Rusia está condenada al fracaso si
no cuenta con el apoyo del pueblo ruso. Y ese apoyo no puede lograrse sobre la exclusiva
base del “nacionalismo”. Solo puede alcanzarse si la política económica y social interna
promueve los intereses de la mayoría de los trabajadores. Una política orientada hacia el
pueblo implica, por tanto, alejarse lo más posible de la receta “liberal” y la mascarada
electoral asociada a ella, que afirma brindarle legitimidad a políticas sociales regresivas. En
su lugar, sugeriría implantar un nuevo capitalismo de Estado con una dimensión social (y
digo social, no socialista). Ese sistema despejaría el camino para posibles avances futuros
hacia la socialización de la gestión de la economía, y, por tanto, hacia nuevos avances
auténticos hacia una invención de la democracia que responda a los desafíos de una
economía moderna.
Un poder estatal ruso que se mantenga dentro de los límites estrictos de la receta neoliberal
elimina las posibilidades de éxito de una política exterior independiente y de que Rusia se
convierta en un país verdaderamente emergente que pueda transformarse en un importante
actor internacional. El neoliberalismo solo puede aportarle a Rusia una trágica regresión
económica y social, un “desarrollo de carácter lumpen” y una subordinación creciente al
orden imperialista global. Rusia le proporcionaría a la triada petróleo, gas y otros recursos
naturales; sus industrias se reducirían al estatus de la subcontratación en beneficio de los
265
monopolios financieros occidentales. En tal situación, que no es muy lejana de la que Rusia
ocupa actualmente en el sistema global, los intentos de actuación independiente en la arena
internacional serán extremadamente frágiles, y estarán sujetos a “sanciones” que
fortalecerán el desastroso alineamiento de la oligarquía económica dominante a las
exigencias de los monopolios dominantes de la triada. La actual salida de “capital ruso”
asociada con la crisis de Ucrania ilustra el peligro. El restablecimiento del control estatal
sobre los movimientos de capital es la única respuesta efectiva al mismo.
Salvo China, que lleva a cabo un proyecto nacional de desarrollo industrial moderno
vinculado a la renovación de la agricultura familiar, los países emergentes del Sur (los
BRICS) siguen descansando sobre un único pilar: se oponen a la depredación de la
globalización militarizada, pero siguen presos por la camisa de fuerza del neoliberalismo.18
Notas
1. En este artículo me limito a examinar las experiencias de Rusia y China, aunque sin
intención de ignorar las otras revoluciones socialistas del siglo XX (Corea del Norte,
Vietnam, Cuba).
2. Antes del inicio de la Segunda Guerra Mundial, Stalin intentó desesperadamente, y sin
éxito, establecer una alianza con las democracias occidentales contra el nazismo. Terminada
la guerra, Washington optó por la Guerra Fría, mientras que Stalin procuró establecer
vínculos amistosos con las potencias occidentales, de nuevo sin éxito. Ver Geoffrey
Roberts, Stalin’s Wars: From World War to Cold War, 1939–1953 (New Haven, CT: Yale
University Press, 2007). Ver el importante prefacio de Annie Lacroix Riz a la edición
francesa: Les guerres de Staline: De la guerre mondiale à la guerre froide (París: Éditions
Delga, 2014).
3. Aludo aquí a las tesis de Kautsky en The Agrarian Question, 2 vols. (Londres: Pluto Press,
1988; primera edición, 1899).
4. Existen gratas excepciones entre los intelectuales marxistas que, sin haber tenido
responsabilidades en la dirección de partidos revolucionarios, y mucho menos de Estados
revolucionarios, han permanecido atentos a los desafíos enfrentados por los socialismos de
Estado (pienso, por ejemplo, en Baran, Sweezy, Hobsbawn y otros).
5. Ver Samir Amin, “China 2013”, Monthly Review64, no. 10 (marzo 2013): 14–33, en
especial para análisis relativos al tratamiento que le dispensó el maoísmo a la cuestión
agraria.
6. Ver Eric J. Hobsbawn, Echoes of the Marseillaise: Two Centuries Look Back on the French
Revolution(Londres: Verso, 1990); ver también las obras de Florence Gauthier. Estos
autores no identifican Termidor con la restauración, como plantea la simplificación
trotskista.
7. Sobre la destrucción en curso del campesinado de Asia y África, ver Samir Amin,
“Contemporary Imperialism and the Agrarian Question”, Agrarian South: Journal of
Political Economy1, no. 1 (abril 2012): 11–26, http://ags.sagepub.com.
8. Analizo aquí solo algunas de las consecuencias de mayor envergadura del paso a los
monopolios generalizados (la financiarización, el ocaso de la democracia). En lo que toca a
las cuestiones ecológicas, me remito a la notable obra de John Bellamy Foster.
9. Nikolai Bujarin, Imperialism and the World Economy (Nueva York: Monthly Review
Press, 1973; escrito en 1915); V. I. Lenin, Imperialism, The Highest Stage of
Capitalism(NuevaYork: International Publishers, 1969; escrito en 1916).
10. Para una mayor profundización sobre el análisis del Sector III y su relación con la teoría de
Baran y Sweezy sobre la absorción del excedente, ver Samir Amin, Three Essays on Marx’s
266
Value Theory(Nueva York: Monthly Review Press, 2013), 67–76; y John Bellamy Foster,
“Marxian Crisis Theory and the State”, en John Bellamy Foster y Henryk Szlajfer, eds., The
Faltering Economy(Nueva York: Monthly Review Press, 1984), 325–49.
11. André Gunder Frank y Samir Amin, “Let’s Not Wait for 1984”, en Frank, Reflections on
the World Economic Crisis(Nueva York: Monthly Review Press, 1981).
12. Samir Amin, Empire of Chaos(Nueva York: Monthly Review Press, 1992).
13. Sobre el enfrentamiento a la globalización financiera, ver Samir Amin, “From Bandung
(1955) to 2015: New and Old Challenges for the Peoples and States of the South”, ponencia
presentada en el Foro Social Mundial, Túnez, marzo de 2015, y “The Chinese Yuan”,
publicado en chino, 2013.
14. “Contra Hardt and Negri”, Monthly Review66, no. 6 (noviembre 2014): 25–36.
15. La opción de la desconexión es inevitable. La extrema centralización del excedente en el
nivel mundial, en forma de renta imperialista para los monopolios de las potencias
imperialistas, les resulta insoportable a todas las sociedades de la periferia. Es necesario
deconstruir ese sistema con vistas a reconstruirlo más tarde con otra forma de globalización
compatible con el comunismo, entendido como una etapa más avanzada de la civilización
universal. En este contexto, he sugerido una comparación con la necesaria destrucción de la
centralización en el Imperio romano, que despejó el camino para la descentralización
feudal.
16. Yash Tandon, Trade is War(Nueva York: OR Books, de próxima aparición).
17. Samir Amin, “Russia in the World System”, capítulo 7 en Global History: A View from the
South (Londres: Pambazuka Press, 2010), “The Return of Fascism in Contemporary
Capitalism”, Monthly Review66, no. 4 (septiembre 2014): 1–12.
18. Sobre las inadecuadas respuestas de la India y Brasil, ver Samir Amin, The Implosion of
Capitalism (Nueva York: Monthly Review Press, 2013), capítulo 2, y “Latin America
Confronts the Challenge of Globalization”, Monthly Review66, no. 7 (diciembre 2014): 1–
6.
Unos días después del acuerdo entre Rusia y Turquía que permitió acabar con la interminable batalla de Alepo, leí en un
célebre semanario francés el siguiente comentario: “La permanente crisis de Oriente Medio está lejos de resolverse. Unos
piensan que la solución pasa obligatoriamente por Rusia, mientras que otros creen que todo depende de Turquía. Aunque
lo que queda claro ahora es que, de nuevo y definitivamente –por lo menos cabe desearlo–, Rusia tiene en sus manos los
argumentos decisivos para poner punto final a esa crisis”. ¿Qué tiene de particular este comentario? Pues que se publicó en
la revista parisina L’Illustration… el 10 de septiembre de 1853.
O sea, hace ciento sesenta y tres años la crisis de Oriente Medio ya era calificada de “permanente”. Y es probable que lo
siga siendo… Aunque un parámetro importante cambia a partir de este 20 de enero: llega un nuevo presidente de Estados
Unidos a la Casa Blanca: Donald Trump. ¿Puede esto modificar las cosas en esta turbulenta región? Sin ninguna duda,
porque, desde finales de los años 1950, Estados Unidos es la potencia exterior que mayor influencia ejerce en esta área y
porque, desde entonces, todos los presidentes estadounidenses, sin excepción, han intervenido en ella. Recordemos que el
caos actual en esta zona es, en gran parte, la consecuencia de las intervenciones militares norteamericanas decididas, a
partir de 1990, por los presidentes George H. Bush, Bill Clinton y George W. Bush, y por el (más reciente) azorado apoyo a
las “primaveras árabes” estimuladas por Barack Obama (y su secretaria de Estado Hillary Clinton).
Aunque globalmente la línea que defendió el candidato republicano durante su campaña electoral fue calificada de
“aislacionista”, Donald Trump ha declarado en repetidas ocasiones que la Organización del Estado Islámico (OEI o ISIS por
sus siglas en inglés) es el “enemigo principal” de su país y que, por consiguiente, su primera preocupación será destruirlo
militarmente. Para alcanzar ese objetivo, Trump está dispuesto a establecer una alianza táctica con Rusia, potencia
militarmente presente en la región desde 2015 como aliada principal del Gobierno de Bachar el Asad. Esta decisión de
Donald Trump, si se confirma, representaría un espectacular cambio de alianzas que desconcierta a los propios aliados
tradicionales de Washington. En particular a Francia, por ejemplo, cuyo Gobierno socialista –por extrañas razones de
267
amistad y negocios con Estados teocráticos ultrarreaccionarios como Arabia Saudí y Qatar– ha hecho del derrocamiento de
Bachar el Asad, y por consiguiente de la hostilidad hacia el presidente ruso Vladímir Putin, el alfa y el omega de su política
exterior (1).
Donald Trump tiene razón: las dos grandes batallas para derrotar definitivamente a los yihadistas del ISIS –la de Mosul en
Irak y la de Raqqa en Siria– aún están por ganar. Y van a ser feroces. Una alianza militar con Rusia es, sin duda, una buena
opción. Pero Moscú tiene aliados importantes en esa guerra. El principal de ellos es Irán, que participa directamente en el
conflicto con hombres y armamento. E indirectamente pertrechando a las milicias de voluntarios libaneses chiíes del
Hezbolá.
El problema para Trump es que también repitió, durante su campaña electoral, que el pacto con Irán y seis potencias
mundiales sobre el programa nuclear iraní, que entró en vigor el 15 de julio de 2015 y al que se habían opuesto duramente
los republicanos en el Congreso, era “un desastre”, “el peor acuerdo que se ha negociado”. Y anunció que otra de sus
prioridades al llegar a la Casa Banca sería desmantelar ese pacto que garantiza la puesta bajo control del programa nuclear
iraní durante más de diez años, a la vez que levanta la mayoría de las sanciones económicas impuestas por la ONU contra
Teherán.
Romper ese pacto con Irán no será sencillo, pues se firmó con el resto de los miembros permanentes del Consejo de
Seguridad de la ONU (China, Francia, el Reino Unido, Rusia) y Alemania, a los que Washington tendría que enfrentarse.
Pero es que, además, como se ha dicho, el aporte de Irán en la batalla contra el ISIS, tanto en Irak como en Siria, resulta
fundamental. No es el momento de enemistarse de nuevo con Teherán. Moscú, que ve con buenos ojos el acercamiento de
Washington, no aceptará que esto se haga a costa de su alianza estratégica con Teherán.
Uno de los primeros dilemas del presidente Donald Trump consistirá, pues, en resolver esa contradicción. No le resultará
fácil. Entre otras cosas porque su propio equipo de halcones, que acaba de nombrar, parece poco flexible en lo que
respecta a las relaciones con Irán (2).
Por ejemplo, el general Michael Flynn, su asesor de Seguridad Nacional (lo que Henry Kissinger fue para Ronald Reagan),
está obsesionado con Irán. Sus detractores le definen como “islamófobo” porque ha publicado opiniones que muchos
consideran abiertamente racistas. Como cuando escribió en su cuenta de Twitter: “El temor a los musulmanes es
perfectamente racional”. Flynn participó en las campañas para desmantelar las redes insurgentes en Afganistán y en Irak.
Asegura que la militancia islamista es una “amenaza existencial a escala global”. Igual que Trump, sostiene que la
Organización del Estado Islámico es la “mayor amenaza” a la que se enfrenta EE.UU. Cuando fue director de la Agencia de
Inteligencia para la Defensa (AID), de 2012 a 2014, dirigió la investigación sobre el asalto al consulado estadounidense de
Bengasi, en Libia, el 11 de septiembre de 2012, en el que murieron varios “marines” y el embajador norteamericano
Christopher Stevens. En aquella ocasión, Michael Flynn insistió en que el objetivo de su agencia, como el de la CIA, era
“demostrar el papel de Irán en ese asalto” (3). Aunque jamás haya habido evidencia de que Teherán tuviera cualquier
participación en ese ataque. Curiosamente, a pesar de su hostilidad hacia Irán, Michael Flynn está a favor de trabajar de
manera más estrecha con Rusia. Incluso, en 2015, el general viajó a Moscú, donde fue fotografiado sentado al lado de
Vladímir Putin en una cena de gala para el canal estatal de televisión Russia Today (RT), en el que ha aparecido
regularmente como analista. Posteriormente, Flynn admitió que se le pagó por hacer ese viaje y defendió al canal ruso
diciendo que no veía “ninguna diferencia entre RT y el canal estadounidense CNN”.
Otro antiiraní convencido es Mike Pompeo, el nuevo director de la CIA, un ex militar graduado de la Academia de West
Point y miembro del ultraconservador Tea Party. Tras su formación militar fue destinado a un lugar de extrema tensión
durante la Guerra Fría: patrulló el “Telón de Acero” hasta la caída del Muro de Berlín en 1989. En su carrera como político,
Mike Pompeo formó parte del Comité de Inteligencia del Congreso y se destacó en una investigación que puso contra las
cuerdas a la candidata demócrata Hillary Clinton por su pretendido papel durante el asalto de Bengasi. Ultraconservador,
Pompeo es hostil al cierre de la base de Guantánamo (Cuba) y ha criticado a los líderes musulmanes de Estados Unidos.
Es un partidario decidido de dar marcha atrás con respecto al tratado nuclear firmado con Irán, al que califica de “Estado
promotor del terrorismo”.
Pero quizás el enemigo más rabioso de Irán, en el entorno de Donald Trump, es el general James Mattis, apodado “Perro
Loco”, que estará a cargo del Pentágono (4), o sea, ministro de Defensa. Este general retirado de 66 años demostró su
liderazgo militar al mando de un batallón de asalto durante la primera guerra del Golfo en 1991; luego dirigió una fuerza
especial en el sur de Afganistán en 2001; después comandó la Primera División de la Infantería de Marina que entró en
Bagdad para derrocar a Sadam Hussein en 2003; y, en 2004, lideró la toma de Faluya en Irak, bastión de la insurgencia
suní. Hombre culto y lector de los clásicos griegos, es también apodado el “Monje Guerrero”, alusión a que jamás se casó ni
tuvo hijos. James Mattis ha repetido infinitas veces que Irán es la “principal amenaza” para la estabilidad de Oriente Medio,
por encima de organizaciones terroristas como el ISIS o Al Qaeda: “Considero al ISIS como una excusa para Irán para
continuar causando daño. Irán no es un enemigo del ISIS. Teherán tiene mucho que ganar con la agitación que crea el ISIS
en la región”.
En materia de geopolítica, como se ve, Donald Trump va a tener que salir pronto de esa contradicción. En el teatro de
operaciones de Oriente Próximo, Washington no puede estar –a la vez– a favor de Moscú y contra Teherán. Habrá que
clarificar las cosas. Con la esperanza de que se consiga un acuerdo. De lo contrario, hay que temer la entrada en escena
268
del nuevo amo del Pentágono, James Mattis “Perro Loco”, de quien no debemos olvidar su amenaza más famosa,
pronunciada durante la invasión de Irak: “Vengo en son de paz. No he traído artillería. Pero, con lágrimas en los ojos, les
digo esto: si me fastidian, los mataré a todos”.
NOTAS
(1) Aunque, como se sabe, hay elecciones el próximo mes de mayo en Francia, a las cuales el actual presidente socialista
François Hollande, muy impopular, ha decidido no volverse a presentar. El candidato conservador con mayores
posibilidades de ganar, François Fillon, ha declarado, por su parte, que reorientará la política exterior francesa para
normalizar de nuevo las relaciones con Moscú.
(2) Léase Paul Pillar, “Will the Trump Administration Start a War with Iran?”, The National Interest, 7 de diciembre de 2016.
(4) James Mattis necesitará que el Congreso le conceda una excepción para esquivar la ley que exige que pasen siete años
entre salir del Ejército y acceder a la jefatura del Pentágono.
http://katehon.com/es/article/la-integracion-latinoamericana-en-la-encrucijada-global
Las iniciativas de integración regional, esas que fueron impulsadas en su momento por José Martí y, más
recientemente, por el fallecido comandante Hugo Chávez, esas orientadas a satisfacer las necesidades de los
pueblos, se encuentran hoy en un serio predicamento. Las grietas de la integración regional se volvieron más
evidentes en medio de la agudización de la crisis económica global, más todavía luego de que las tendencias
recesivas de la economía mundial profundizaron, desde el año 2011, la caída de los precios de las materias
primas (‘commodities’), golpeando sobre todo a los países sudamericanos.
La etapa de auge de los ‘commodities’ alcanzó su límite y no volverá en el corto plazo. Lo mismo sucede con
la demanda boyante a la que China nos tenía acostumbrados: el gigante asiático ahora está en camino de
transitar hacia un patrón de acumulación sustentado cada vez menos en las inversiones masivas y el comercio
exterior, y cada vez más en el mercado interno. Por lo anterior, las iniciativas de integración regional corren el
riesgo de colapsar en América Latina, si no surge un plan de reformulación.
Es urgente que los Gobiernos nacionales apuesten de una vez por todas por llevar adelante la integración
productiva en nuestra región, hay que construir cadenas de valor horizontales tomando en cuenta la
complementariedad económica entre países. A la vez que debemos proteger los logros obtenidos durante la
primera década del nuevo milenio, hay que repensar también nuestros vínculos internacionales, en especial
con aquellos socios comerciales que registran altas tasas de expansión económica. Enfoquemos nuestras
energías en lograr metas de largo aliento, transformadoras, emancipadoras.
Es urgente que los países latinoamericanos diseñen, en bloque, una estrategia de relanzamiento de sus
relaciones con la región asiática. Durante su más reciente gira por varios países de América Latina, el
presidente de China, Xi Jinping, reiteró su compromiso de apoyar el proceso de industrialización de nuestra
región. Justamente por esos días, las autoridades chinas publicaron una segunda versión del Libro Blanco, un
documento que actualiza las directrices básicas que, desde la perspectiva del Gobierno chino, van a dar
fundamento a las relaciones establecidas con la región latinoamericana a lo largo de los próximos años.
En este nuevo documento Pekín pone de relieve, entre otros elementos, la necesidad de incentivar la
diversificación productiva de América Latina a fin de construir una relación estratégica que genere dividendos
para ambas partes. En paralelo, el Libro Blanco admite la urgencia de apuntalar el desarrollo de seis sectores
clave para la región: energía y recursos naturales, obras de infraestructura, agricultura, manufactura,
innovación científica y técnica, y tecnologías de la información.
Frente a ello, los países latinoamericanos requieren tomar la iniciativa cuanto antes, los beneficios no vendrán
solamente por obra de la buena voluntad de los chinos. En este sentido, consideramos que es fundamental
seguir construyendo nuevos espacios de cooperación con China en el seno de la Comunidad de Estados
Latinoamericanos y Caribeños (CELAC). Según declaraciones del mandatario Xi Jinping en el marco de la
Reunión Ministerial del Foro entre China y CELAC, fijó el objetivo que para el final de la próxima década el
269
comercio entre América Latina y China alcanzará los 500,000 millones de dólares; mientras que los flujos de
inversión de Pekín hacia nuestra región conseguirán superar los 250,000 millones de dólares. A nuestro
entender, debemos insistir en la necesidad de dotar de más recursos el fondo especial creado por China para el
apoyo de pequeñas y medianas empresas productivas; de lo contrario, nuestros países seguirán profundizando
su carácter dependiente en la economía mundial.
No es menos importante que nuestros países permanezcan muy alertas frente a iniciativas de integración que
obedecen más a los dictados de la agenda imperial de Estados Unidos, que a un esfuerzo auténtico por
consolidar la unidad de toda América Latina. En medio de un panorama económico caracterizado por
recesiones agudas, se responsabiliza a los aparatos burocráticos del estancamiento de los procesos de
integración regional tradicionales y, con ello, se busca dar paso a otras iniciativas aparentemente de
vanguardia que se sustentan bajo una lógica eminentemente empresarial. Si bien el intento de poner en
marcha el Acuerdo de Libre Comercio de las Américas (ALCA) consiguió ser derrotado en 2005 en Mar del
Plata, Argentina, el Gobierno de Estados Unidos se ha venido abriendo paso desde entonces a través de la
firma de tratados de libre comercio bilaterales e impulsando los mega acuerdos.
Bajo esta misma perspectiva, la Alianza del Pacífico, bloque comercial creado en 2011 y conformada por
Chile, Colombia, Perú y México, evidencia este nuevo reposicionamiento de Estados Unidos en nuestra
región. No es casualidad que todos los países de la Alianza del Pacífico tengan firmados acuerdos de libre
comercio con Washington. En realidad, la Alianza no busca profundizar los vínculos entre América Latina y
los países del Pacífico, sino servir de ‘caballo de Troya’ de las corporaciones estadounidenses para luego,
lanzar un mega acuerdo de libre comercio que incluya a toda América Latina. Una vez alcanzado este
objetivo, es previsible que Washington busque pasar de ser un país observador, a convertirse en un miembro
pleno de la Alianza.
De allí se desprende la insistencia tanto de Mauricio Macri, presidente de Argentina, como de Michelle
Bachelet, presidenta de Chile, de establecer puntos de convergencia entre la Alianza del Pacífico con el
Mercado Común del Sur (MERCOSUR, integrado por Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay y Venezuela;
Bolivia se encuentra en proceso de adhesión). De ahí también la ofensiva encabezada en buena medida por
Michel Temer (actual mandatario de Brasil tras la destitución parlamentaria de la presidenta Dilma Rousseff)
en contra de Venezuela para que abandone cuanto antes el MERCOSUR, a la que por desgracia se han
sumado también los Gobiernos de Paraguay, de Argentina y de Uruguay. De lo que se trata, al final de
cuentas, es de degradar el MERCOSUR de una unión aduanera con perspectiva estratégica, a un simple
acuerdo de libre comercio a disposición de los grandes grupos corporativos.
En conclusión, la integración de los países de América Latina atraviesa por un periodo bastante convulso,
tanto en términos económicos como políticos. Los pequeños logros alcanzados por los Gobiernos progresistas
(creación de la Unión de Naciones Sudamericanos, entre otros) ahora están en la picota. La ofensiva
conservadora actualmente en curso en América del Sur y la debacle de la mayoría de las economías
latinoamericanas, avivó la rivalidad y el conflicto entre países que promueven proyectos de integración con
objetivos diametralmente opuestos. Si los movimientos en resistencia no logran colocar el interés colectivo
por encima de la restauración conservadora promovida por el capital trasnacional, la integración de los
pueblos latinoamericanos jamás se concretará.
Ariel Noyola Rodríguez es economista egresado de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM),
corresponsal del Centro de Investigación sobre la Globalización (Global Research) en América Latina.
La noticia que exponemos a continuación, es un ejemplo claro del nivel de confusión y desinformación que
rodea en estos momentos todo lo relativo a la política norteamericana y más concretamente al presidente
Trump.
Hace unos días, se hizo pública una noticia extraña y alarmante, relativa al día de investidura de Donald
Trump como presidente de EEUU, que ha generado múltiples especulaciones sobre un posible intento de
asesinato del presidente o incluso, un posible intento de golpe de estado militar.
Por favor, lean el artículo hasta el final para tener una visión completa del asunto.
A continuación reproducimos un artículo publicado originalmente en Zero Hedge, una web pro-Trump, en la
que se nos informa sobre el asunto…
271
En una maniobra altamente inusual, órdenes desde lo más alto del Pentágono han obligado al oficial militar de
más alto rango en Washington, D.C., a cesar de su cargo, exactamente a las 12:01 del día de la investidura de
Donald Trump.
El general Schwartz deberá abandonar el cargo, precisamente en ese momento y no se le ha dado ninguna
razón para ello, lo que ha llevado a muchos medios a preguntarse si se puede llegar a producir un golpe de
estado o si habrá una amenaza para la administración entrante.
“No tiene sentido retirar a un general en medio de un despliegue activo”, ha declarado enfurecido el
presidente del Concejo del Distrito de Columbia, Phil Mendelson (D), después de que se ordenara la retirada
del general de división Errol R. Schwartz, que dirige la Guardia Nacional de Washington DC, que es parte
integral de supervisar la seguridad durante el acto de investidura de Donald Trump. el general deberá
abandonar el mando efectivo, el 20 de enero, a las 12:01 pm, justo cuando Donald Trump esté jurando como
presidente.
General Scwartz
Algo totalmente inusual.
Como informó The Washington Post, la salida del general Errol R. Schwartz se producirá en medio de la
ceremonia presidencial, clasificada como un evento especial de seguridad nacional y mientras miles de sus
tropas son desplegadas para ayudar a proteger la capital de la nación durante una investidura que el propio
general ha pasado meses ayudando a planear.
“El momento es extremadamente inusual”, dijo Schwartz en una entrevista, confirmando un memorando
anunciando su cese, que fue obtenido por The Washington Post.
272
Durante la inauguración, Schwartz estaría al mando, no sólo de los miembros del Cuerpo de la Guardia
Nacional, sino también de otros 5.000 soldados desarmados enviados desde todo el país para ayudarlos.
También supervisaría el apoyo aéreo militar que protegerá la capital de la nación durante el acto de
investidura.
“Mis tropas estarán en la calle”, dijo Schwartz, quien cumplió 65 años en octubre, dijo: “Los veré, pero no
podré volver a darles la bienvenida a la armería”. Dijo que “nunca había planeado abandonar una
misión en medio de una batalla”.
Schwartz, que fue nombrado para dirigir la guardia nacional de DC por el presidente George W. Bush en
2008, mantuvo su cargo a lo largo de los dos mandatos del presidente Obama. Dijo que sus órdenes provenían
del Pentágono, pero que no sabía quién había tomado la decisión.
El presidente del Concejo del Distrito de Columbia, Phil Mendelson (D), criticó la decisión de retirar a
Schwartz, especialmente el Día de la Inauguración.
“No tiene sentido que el general sea retirado en medio de un despliegue activo”, dijo Mendelson. Añadió
que la partida repentina de Schwartz sería una pérdida a largo plazo para el Distrito. “Ha sido muy bueno
trabajando con la comunidad y mi impresión fue que era bueno para la Guardia Nacional”.
A diferencia de los estados, donde el gobernador nombra al comandante de la Guardia Nacional, en el distrito
de Columbia, esa tarea recae en el presidente.
Schwartz dijo que no le habían dicho por qué se le pidió que dimitiera. “Soy un soldado”, dijo, señalando
que estaba siguiendo las órdenes y no se arrepiente. “Mi cargo es determinado por el presidente, por lo
tanto, es el presidente el que tiene el poder para cesarme”.
¿Esto forma parte de la transición “suave” de Obama? ¿O hay algo aún más siniestro aquí? Ya sabemos que
los activistas anti-Trump están planeando “la mayor protesta de la historia de Estados Unidos” el día de la
inauguración.
Radicales de izquierdas planean convertir el 20 de enero, Día de la Investidura de Trump, en el más caótico en
la historia de Estados Unidos. Su objetivo declarado es “interrumpir” las festividades de la Inauguración
tanto como sea posible, y están planeando una amplia gama de “acciones” para lograr esa meta declarada.
Algunos de los grupos más moderados usan términos como “resistencia civil” y “desobediencia civil”, pero
otros hablan abiertamente de “bloqueos”, barricadas, lanzamientos de proyectiles y “parálisis de la ciudad”.
Mi esperanza es que todos sus esfuerzos resulten ser un gran fracaso, pero es importante entender que estos
grupos están bien financiados, altamente organizados y muy motivados. La elección de Donald Trump ha sido
quizás el momento más galvánico para la izquierda radical en la historia americana moderna, y están
trabajando muy duro para convertir el 20 de enero en una declaración política importante.
De hecho, hace poco un grupo de activistas sacó un anuncio a página completa en el New York Times…
“¡Detengan el régimen de Trump / Pence antes de que comience! ¡En nombre de la humanidad nos
negamos a aceptar una América fascista!”
El anuncio lleva a la gente a visitar la web refusefascism.org, y afirma que Trump debe ser detenido, haya
sido elegido o no legítimamente, bajo el siguiente argumento:
“Trump promete infligir represión y sufrimiento a la gente de este país, deportar millones, aumentar la
violencia hasta el uso de armas nucleares en personas de todo el mundo e infligir catástrofes al planeta
mismo. Ha reunido un gabinete de fundamentalistas cristianos fanáticos, guerreros, racistas, negadores
273
de la ciencia. ¡NO! No se debe permitir que su régimen se consolide. Nos negamos a aceptar una
América fascista!”
Es fácil imaginar que en este clima político de profundo enfrentamiento, las cosas pueden descontrolarse.
Por esa razón, resulta aún más extraño el timing del cese del general de la Guardia Nacional.
¿Habrá una transición pacífica? ¿Qué sucede si la ley marcial es declarada debido a los disturbios en la
inauguración, o se produce un intento de asesinato?. No podemos predecir o que puede suceder, o qué tipo de
peligro puede significar para el presidente electo Trump, pero su conflicto abierto con la comunidad de
inteligencia nos llevan a sospechar. ¿Estamos a punto de ver a un nuevo JFK?
Aunque esperemos que nada ocurra, este extraño procedimiento de cese, abre una vulnerabilidad en los
sistemas de seguridad durante el juramento y plantea preguntas difíciles sobre quién es leal a quién, y quién
tiene ejerce el verdadero poder sobre esta nación y sus asuntos.
Tyler Durden-Zerohedge
Bien, esta es la extraña información sobre el cese del general de la Guardia Nacional, tal y como la ofreció
Zerohedge.
Realmente, al leer esta noticia, se hace muy raro que el general sea cesado el día de la inauguración y a una
hora concreta, durante el parlamento de Trump.
Y todo invita a sospechar que puede producirse algún evento extraño durante la investidura. La noticia invita
a intuir complots de todo tipo para acabar con Trump o para provocar un golpe de estado.
¿Pero esta noticia está completa? ¿O nos faltan datos para comprender exactamente lo que está sucediendo?
Lo cierto es que no ha quedado claro del todo, quién ha despedido al general Schwartz.
Cesar del cargo al general de la Guardia nacional de DC, es prerrogativa del presidente electo.
Todos los nombramientos presidenciales, incluyendo al Comandante de la Guardia Nacional del Distrito de
Columbia, se renuevan o expiran a partir del mediodía del día en que se inaugura el nuevo presidente.
Y aquí es precisamente donde hay los desacuerdos sobre quién ha cesado a Schwartz.
Siguiendo con la formalidad en todos los fines de mandato presidencial de EEUU, Schwartz presentó una
carta de renuncia al ganar las elecciones un nuevo presidente. Es una formalidad que se cumple cada 4 años y
que de hecho, el propio general, nombrado en su momento por George W. Bush, había realizado al presidente
Obama, que en ambos mandatos, había confirmado a Schwartz en el cargo, algo por cierto, bastante habitual.
La idea es permitir que el presidente entrante mantenga a los cargos nombrados por el anterior presidente o
acepte su renuncia y designe a sus propios candidatos. Funcionarios militares dijeron al Wahington Post que
274
Donald Trump aceptó la renuncia de Schwartz, pero lo que, de forma efectiva, debe abandonar el cargo el 20
de enero a las 12:01 min.
Sin embargo, el equipo de Trump está diciendo que trataron de convencer a Schwartz de que se quedara
durante 3 días más, hasta ser reemplazado, pero que el Ejército se negó a ello.
El propio general, ha declarado que el equipo de transición de Trump, en última instancia le pidió que
permanezca en su puesto por unos días más, pero que le hicieron dicha petición después de que fuera
publicada la noticia de su cese el mismo día de la inauguración, y tras el revuelo que la noticia había causado.
El informe de su salida había sido publicado el viernes 13 de enero, en el sitio web del Washington Post.
Schwartz dice que rechazó la oferta del equipo de transición de Trump porque, para entonces, ya había
comenzado a empacar sus posesiones en la oficina y ya había notificado su marcha al personal a su cargo. El
general dijo que cree que la oferta vino solamente como resultado de la atención negativa que su cese
repentino provocó en la opinión pública.
La noticia de Zerohedge nos insinuaba la existencia de algún tipo de terrible complot para derrocar al bueno
de Trump y nos hacía entrever el espectro de un posible asesinato o golpe de estado, convirtiendo al
presidente electo en un nuevo JFK.
Pero como vemos, el cese del general, es obra del propio Trump, siguiendo procedimientos habituales.
275
Esta noticia, debe abrirnos los ojos sobre el nivel de desinformación que rodea a Trump y la intervención
incesante de los medios alternativos de la derecha norteamericana que apoya a Trump, generando un
constante estado de paranoia a su alrededor.
Una paranoia INDISPENSABLE para generar la imagen de un Trump presuntamente amenazado por el
establishment y las élites, tal y como denunciábamos aquí en el Robot Pescador en anteriores artículos.
Estos mismos medios que insinúan golpes de estado del establishment o presuntos intentos de asesinato
contra “el nuevo héroe del pueblo americano”, son los que después callan o hablan con la boca pequeña de
su total entrega a Goldman Sachs, que como veremos en próximos artículos, es mucho peor de lo que
creíamos previamente.
Parece que después de años sufriendo las insultantes mentiras y encubrimientos que rodearon al “premio
nobel de la Paz Barack Obama”, ahora sufriremos una incesante cascada de mentiras alrededor de Trump…
Fuentes:
http://www.zerohedge.com/news/2017-01-13/dc-national-guard-chief-fired-days-trump-inauguration-timing-
extremely-unusual
http://www.snopes.com/2017/01/14/national-guard-commander-inauguration/
http://www.capradio.org/news/npr/story?storyid=509704620
http://www.stripes.com/news/army/commanding-general-of-dc-national-guard-to-be-removed-from-post-on-
inauguration-day-1.448836
https://www.washingtonpost.com/local/trump-transition-team-says-it-asked-dc-national-guard-general-to-
stay/2017/01/14/c0aa76b2-da80-11e6-9a36-1d296534b31e_story.html?utm_term=.d74ef44b7483
http://www.deathandtaxesmag.com/315195/general-in-charge-of-dc-national-guard-is-being-replaced-during-
trumps-inauguration/
PEDRO OLALLA
http://ctxt.es/es/20170111/Politica/10553/Sykes-Picot-guerras-terrorismo-imperialismo-
refugiados.htm
Un año acaba, otro comienza, y, entre buenos deseos de paz y de concordia,
los desarraigados siguen llegando en botes a las playas de Grecia. El
desarraigo es el signo de nuestro tiempo. Nunca, en la historia de la
humanidad, ha habido tanto tránsito de refugiados y migrantes forzosos como
en la actualidad. Pese al cinismo del FMI y a la complicidad de la propia ONU
–que quieren ver en estos movimientos una prerrogativa natural del ser
humano “en busca de oportunidades económicas y nuevos horizontes” y una
“herramienta primordial para la lucha contra el paro”–, la causa verdadera de
276
Sin ir más lejos, este año que acaba de cerrarse, el 2016, deberíamos haber
“celebrado” el primer centenario del acuerdo secreto de Sykes-Picot (1916), en
virtud del cual, en plena efervescencia de la I Guerra Mundial y en vísperas del
derrumbe del Imperio Otomano, Gran Bretaña y Francia, con el
consentimiento de Rusia, se repartieron el futuro control sobre los territorios
de Oriente Medio. Creo que, si queremos entender, rudimentariamente incluso,
la situación del mundo en que vivimos, hay que tener en cuenta la existencia,
durante la última centuria, de un continuo Sykes-Picot en las regiones
petrolíferas de Oriente Medio y en África del Norte: un proceso que ha
generado guerra y odio, ha provocado millones de muertos y de refugiados, ha
motivado la radicalización del islam y ha reportado pingües beneficios a la
industria petrolera, armamentística y de seguridad.
En aquel acuerdo secreto, pues, Gran Bretaña se adjudicó el control sobre los
actuales territorios de Irak, Jordania e Israel-Palestina, quedando para Francia
Siria y el Líbano. Ambas potencias basaron entonces su estrategia común en el
potencial militar de sus colonias, en la financiación de los Rothschild y el
sionismo (con sus miras puestas en la creación del Estado de Israel), y en el
apoyo de los pueblos árabes, a los que sedujeron con la falsa promesa de la
creación de “una gran nación árabe” (Husain Ibn Ali, Lawrence de Arabia).
Así nació, sentados a una mesa, el mapa artificial de Oriente Medio, y así se
echaron los cimientos del eterno conflicto Israel-Palestina. Poco tiempo
después, los vencedores de la Guerra impusieron la supresión del Califato –tan
invocado hoy día–, institución histórica viva desde los tiempos de los primeros
sucesores del profeta Mahoma (s.VII).
EN EL ACUERDO DE SYKES-PICOT, EN 1916, GRAN BRETAÑA Y FRANCIA, CON EL
CONSENTIMIENTO DE RUSIA, SE REPARTIERON EL FUTURO CONTROL SOBRE LOS
TERRITORIOS DE ORIENTE MEDIO
Llegado el año 1930, Francia reconoce la independencia de Siria y del Líbano;
al año siguiente, Gran Bretaña se la otorga a Irak, aunque conservando para sí
la rica y estratégica región de Kuwait, región que desde entonces lleva
reclamando el gobierno de Bagdad. En 1949, la recién fundada CIA se estrena
organizando un golpe de Estado en Siria, que pone fin al régimen democrático
de Shukri al-Kuwatli y otorga el poder a la junta militar de Husni al-Za'im,
278
• Pedro Olalla
Es autor, entre otros libros, de Grecia en el aire. Herencias y desafíos de la antigua democracia ateniense
vistos desde la Atenas actual (Acantilado, 2015), Historia Menor de Grecia. Una mirada humanista sobre la
agitada historia de los griegos (Acantilado, 2012) y Atlas Mitológico de Grecia (Lynx Edicions, 2002), y de
282
las películas documentales Ninfeo de Mieza: El jardín de Aristóteles y Con Calliyannis. Reside en Grecia
desde 1994 y es Embajador del Helenismo.
http://ctxt.es/es/20170118/Politica/10585/nueva-política-Podemos-medios-de-comunicacion-
15M.htm
Describir lo nuevo cuesta un huevo. Tal vez porque todo lo nuevo se describe
desde la experiencia vivida. Es decir, desde lo viejo. El primer europeo que
describió un rinoceronte, por ejemplo, describió ese animal a partir de dos
objetos vividos. Un unicornio y una armadura. La descripción resultante tenía
razón. Y, a la vez, no la tenía en absoluto. En CTXT, así, llevamos dos años
describiendo la nueva política, esa mezcla de unicornio y armadura. Igual
conviene retroceder dos pasos y ver cómo nos está saliendo el croquis.
1-- Cuando CTXT vió la luz, existían dos polos de ruptura. El Procés y el post-
15M. ¿Es eso lo nuevo? Se diría que no y no todo. El Procés, hasta la fecha, y
desde que lo acogió un Govern en su seno, en 2012, es, vamos, un objeto
propagandístico gubernamental, constatado más en la prensa --la prensa local
tiende a constatar todo lo que le diga un gobierno, y poco o nada de lo que le
diga la sociedad-- que en la realidad. Lo que indica, snif y ojo al dato, que en
la cultura política española siempre será posible, si no hay cambios culturales,
repetir la Transición en un plis-plas. Es decir, un proceso de reforma
modulado, aplazado, verbalizado y mitificado por un gobierno. El Procés, me
temo, sólo ha aportado una novedad política. Procesos por lo penal emitidos
por el Estado. Un indicio que, quizás, ilustra más, glups, la deriva del Estado
que la del Procés, que tanto se ha esforzado en no desobedecer.
2-- No obstante, el Procés ha aportado un objeto nuevo, a tener en cuenta,
cargado de futuro e inquietante, en tanto es inquietante un proceso político que
no emite políticas en la dirección anunciada. Se trata de la ANC --Assemblea
283
la que un partido sabe cuáles son sus medios, y los utiliza. Tan ricamente. Eso
ha provocado catástrofes comunicativas en Madrid --ayuntamiento--, en Cádiz
--ayuntamiento-- y en Podemos madrileño, que han pasado momentos de
singular acoso por parte de medios papel/IBEX. Diría que, hasta ahora, la cosa
ha quedado más mitigada en Barcelona. Los medios, públicos y concertados,
en Barcelona, no pueden realizar dos batallas a la vez. Y ya la están haciendo
por el Procés, por lo que no han podido ocuparse, como les pide el cuerpo, del
Ajuntament. Por otra parte, parece ser que el Ajuntament ha velado por crear
su propia red de información, sostenida en las redes. No creo que sea
suficiente cuando vayan a por ellos. Sorprende, en todo caso, el pago en los
nuevos ayuntamientos, vía publicidad, a los viejos medios, y en las cantidades
publicadas. Puede ser una táctica política para elidir conflictos. Pero esa táctica
ya existía y moduló una cultura asfixiante.
UNA CARACTERÍSTICA DE LO NUEVO ES SU DIFICULTAD PARA COMUNICAR.
CARECE DE MEDIOS. ALGO IMPORTANTE EN UNA CULTURA EN LA QUE LOS
MEDIOS “SE POSEEN”
8-- Lo nuevo, parece ser a su vez, está más matizado en Barcelona. Cabe
preguntarse por qué. No vienen de ningún partido, sino que los partidos han
ido a él. Lo nuevo, en fin, ha ejercido liderazgo frente a los partidos. Aun
gobernando en minoría, poseen un criterio común. Parece ser que verbalizan y
tienen un discurso ante su institucionalización.
9-- No obstante, el acceso al poder municipal ha supuesto cierta lejanía de lo
nuevo respecto de los nuevos medios. Sea como sea, la relación de la nueva
prensa con lo nuevo no sólo no es fluida, sino escasa y de difícil disposición.
Como Podemos Madrid, se diría, parecen más preocupados por mantener
viejos contactos con lo viejo, que por crear nuevas dinámicas. Son perceptibles
en lo nuevo ciertas dinámicas, ya vividas por los partidos de izquierdas en los
70's. Por una parte --más en el ámbito municipal--, el vaciado de movimientos,
para realizar obra institucional. Y, por otra, la desconfianza ante las críticas.
Sería deseable una nueva cultura entre el crítico y el criticado, entre el
controlado y el controlador, entre el poder y la sociedad y la prensa, que
estableciera más matices que el amor y el odio, el sentimiento de éxito y el de
estafa, el de conmigo y el contra mí, el encantamiento y el desencanto. El
286
• Guillem Martínez
MARCOS REGUERA
http://ctxt.es/es/20170111/Politica/10559/Donald-Trump-claves-victoria-Hillary-Clinton-Bernie-
Sanders.htm
Este artículo forma parte de una serie de tres análisis que desgranarán distintos
aspectos de la América de Trump, las elecciones, y la futura presidencia. El
objetivo es ofrecer herramientas y claves de comprensión para que las lectoras
y lectores puedan interpretar las numerosas noticias que se seguirán
sucediendo sobre el próximo inquilino de la Casa Blanca.
La serie se inició con El derrumbe del sistema americano y la victoria de
Trump, un artículo en el que se intentaba ofrecer una explicación de conjunto
de las causas históricas, culturales y políticas que prepararon el terreno para la
victoria del magnate neoyorquino.
287
las modas pasajeras. Los ritmos de vida rutinarios proveen de una sensación de
recurrencia y repetición que desdibuja los grandes cambios que suceden
alrededor, y al final, los individuos y colectivos surgidos en una época
concreta van quedando desactualizados, ajenos a la nueva realidad, y
crecientemente conservadores ante un nuevo mundo cuyas claves no controlan
del todo, pero que en apariencia no resulta tan distinto al antiguo. Entonces
surge el malestar.
Cambia el modo de vida, pero no el discurso, las representaciones y las
expectativas con respecto al antiguo mundo, y de este fenómeno surge una de
las corrientes de la dislocación.
CON REDES DE SOLIDARIDAD SOCIAL DÉBILES Y GARANTÍAS INSTITUCIONALES
PARA UNA VIDA DIGNA CASI INEXISTENTES, QUEDAR EXPULSADO DEL
CIRCUITO LABORAL, O VIVIR BAJO SU AMENAZA, SUPONE UNA CONDENA A LA
EXCLUSIÓN
La otra, que es específica a nuestro momento histórico, surge como resultado
de nuestra sociedad de consumo, donde la expulsión de grandes masas de
población de dicho circuito de consumo supone la muerte social, incluso
física. Un mundo donde las perspectivas vitales se circunscriben a países
concretos, pero en donde las condiciones de trabajo escapan de los límites
fronterizos. E incluso cuando el trabajo queda asegurado dentro de las
fronteras, cualquier perturbación económica global puede transformar las
condiciones económicas y laborales. Con ello podemos tomar conciencia de
que el problema de nuestra situación no era que estuviéramos encadenados al
consumo, como se expuso en muchas críticas de las últimas dos décadas, sino
que estamos encadenados al trabajo, y que tenemos muy poco control sobre
este, sobre sus condiciones, sobre la creación del mismo; nuestra incapacidad
de vivir al margen del trabajo nos vuelve esclavos del proceso laboral y, a
través de él, del sistema económico capitalista en su conjunto.
Dicho de otra manera, como nuestra supervivencia depende del consumo, y
para consumir necesitamos salarios, y para tener salarios, trabajar, pero el
hecho de que existan trabajos y sus condiciones ya no depende tanto del
ámbito nacional, el único sobre el que tenemos algo de control por medio de la
290
morales y de hechos. Inspirado por esta idea he intentado plantear en esta serie
una visión combinada de la historia profunda de los americanos en general
conectada con las causas históricas, sociológicas y económicas para explicar la
llegada de Trump al poder, por eso mi insistencia en la centralidad
del American Way & Dream.
LA COMPLACENCIA DEMÓCRATA CON RESPECTO A LA FORTALEZA DE SU
COALICIÓN DE VOTANTES RESULTÓ LETAL. OLVIDÓ LA REGLA DE ORO DE QUE
SI NO SE LA CUIDA, SE DESHACE
Pero volviendo al trabajo de Arlie Russell, lo que ella encontró como historia
profunda de los blancos conservadores podría resumirse en la metáfora de la
vida como una cola que uno guarda esperando su llegada al éxito. Pero en esa
línea ha empezado a colarse gente por medio de las políticas de discriminación
positiva para los afroamericanos, emigrantes, mujeres y minorías en general.
Con cada nuevo grupo que se cuela la gente trabajadora y honrada debe dar un
paso atrás alejándose más del éxito. Se trata de una traición a los valores más
fundamentales del American Way & Dream, y por lo tanto una traición al
contrato social. Estos blancos humildes sienten que están siendo subsidiados,
pero que no se les provee de las condiciones para alcanzar por sí mismos las
condiciones de vida que les gustaría tener. Esto les lleva a desarrollar una
animadversión por el Estado, que debería guardar el orden en la cola y hacer
cumplir las reglas de juego, y que no sólo no lo hace sino que cuela a otros al
margen del mérito, para luego compensar al resto con migajas.
No importa lo ajustado a la realidad de este relato de vida. Lo importante es
que condiciona la conciencia de una gran parte de individuos para los que la
frase “Make America great again” significa devolver el orden a la cola, y por
lo tanto restaurar la justicia social. Curiosamente Arlie Russell encontró
también que existía una muy buena predisposición de estos votantes hacia
Bernie Sanders y su mensaje
Su programa de un salario mínimo federal, la reforma del sistema impositivo
para hacerlo progresivo, endurecer la legislación financiera (la famosa reforma
de Wall Street), la creación de trabajos por medio de una política expansiva de
inversión pública en infraestructuras recuperando la tradición del New Deal, la
revisión de los tratados de libre comercio; y muchas más cuestiones que, en
302
definitiva, suponen revisar un statu quo que en el mejor de los casos trae a los
trabajadores la sensación de estancamiento vital, y en el peor una sensación de
decadencia y deterioro.
El estado de ánimo y buena predisposición hacia Sanders que encontró Arlie
Russell, y que se confirmaron en las primarias demócratas (con la victoria de
Sanders en estados que generalmente están vedados a los demócratas), son dos
datos que indicaban a los demócratas que su situación no tenía por qué estar
perdida entre los votantes tradicionalmente conservadores, y entre el votante
de clase trabajadora.
El hecho de que los dos candidatos que propusieron un programa de cambio
con respecto a la política económica de la Era Obama ganasen en los mismos
estados (salvo el sur, que inclinó la balanza hacia Clinton) indicaba que existía
una demanda unificada de los votantes desfavorecidos, insatisfecha por
el establishment demócrata. Y estos no quisieron darse por enterados.
Si analizamos en retrospectiva la actitud del equipo de campaña de Clinton
ante el desarrollo de las primarias/campaña presidencial, nos encontraremos
con que se dio una situación muy paradójica que combinaba dos elementos
contrapuestos. Por una parte, existía una fe ciega en las posibilidades de
victoria de la candidata sobre Sanders y sobre Trump que les llevó a
subestimar los movimientos del adversario. Este problema resultó acuciante
durante la recta final de la campaña presidencial cuando Trump abandonó
Florida para conquistar los estados de los Grandes Lagos que cimentarían
el sorpasso en el colegio electoral (que no en voto popular). Esta complacencia
de los demócratas con respecto a la fortaleza de su coalición de votantes
resultó letal, pues supuso olvidar la regla de oro de que si una coalición de
votantes no se cuida, se deshace, lo que supone otorgar la victoria al
contrincante.
EL GRADO DE NEGLIGENCIA DE LOS ASESORES DE CAMPAÑA DE CLINTON
RESULTA BASTANTE SORPRENDENTE, YA QUE SE TRATA DE UNO DE LOS
GRUPOS DE POLÍTICOS CON UNA MAYOR TRAYECTORIA EN WASHINGTON
Junto a esta fe ciega con respecto a las posibilidades de Clinton, con las
filtraciones de Wikileaks se supo que en el equipo de Hillary existía una
sensación de frustración por la falta de empuje de la candidata, y, sobre todo,
303
tras las elecciones de 1824. Queda claro que este problema ni es nuevo ni es
ajeno a la legalidad constitucional, aunque puede ser un elemento
deslegitimador de la actual arquitectura democrática.
Esto en cuanto al funcionamiento del sistema en su conjunto. En lo que se
refiere a estas elecciones, los partidos minoritarios han subido de manera
espectacular con respecto a la anterior convocatoria, pero de manera desigual.
El Partido Libertario es el que acusa la mayor subida con un total de cuatro
millones de votos, con respecto al millón de votos que obtuvo en las pasadas
elecciones, y el Partido Verde obtuvo un millón de votos, un incremento de
algo más de medio millón de votos con respecto al 2012. El Partido Libertario
en estas elecciones proporcionó un refugio natural para el electorado
republicano más institucional que se resistía a votar a un candidato
económicamente proteccionista y racista. Los verdes, por el contrario,
capitalizaron parte del voto juvenil que Bernie Sanders había reunido
alrededor de su plataforma Our Revolution.
EL PARTIDO LIBERTARIO ALCANZO 4 MILLONES DE VOTOS, FRENTE AL MILLÓN
DE VOTOS QUE OBTUVO EN 2012, Y EL PARTIDO VERDE OBTUVO 1 MILLÓN DE
VOTOS, UN INCREMENTO DE ALGO MÁS DE MEDIO MILLÓN
Pero si se atiende a estos datos, lo lógico es que una mayor pérdida de votantes
demócratas hubiera reforzado al partido minoritario a su izquierda. Mientras
que la presentación de un candidato con un perfil más derechista por parte del
Partido Republicano hubiera ido en detrimento del partido minoritario, en
líneas generales más a la derecha que los republicanos. Sin embargo, lo que ha
ocurrido es que ha habido una fuga masiva de votos republicanos moderados
al Partido Libertario (por presentar un perfil más tradicional con el de la
derecha republicana estadounidense) como se muestra por los índices de apoyo
a este partido que, quitando Texas, ha subido en estados costeros y del norte
sin una fuerte tradición libertariana. Mientras que el voto de izquierdas se ha
fragmentado entre la abstención, el voto a Clinton y el voto a los verdes. Pero
este factor no es decisivo, pues en los estados más liberales es donde se ha
dado un mayor incremento de los verdes y en dichos estados Clinton no sólo
no ha perdido votos sino que en algunos, como en California, ha ganado más
votos que Obama en 2012.
309
http://ctxt.es/es/20170111/Politica/10492/Estados-Unidos-Trump-Obama-democracia.htm
MARCOS REGUERA
312
En tan solo seis días, el próximo 20 de enero, Donald J. Trump pasará de ser
presidente electo a ser presidente de los Estados Unidos. Sin bien está por ver
aún cuáles serán las implicaciones reales de su toma de posesión, en un plano
simbólico su victoria electoral ha sacudido el mundo abriendo numerosos
interrogantes sobre lo que su presidencia puede suponer para la primera
potencia global y el resto de países.
Este artículo forma parte de una serie de tres análisis que desgranarán distintos
aspectos de la América de Trump, las elecciones, y la futura presidencia. El
objetivo es ofrecer herramientas y claves de comprensión para que las lectoras
y lectores puedan interpretar las numerosas noticias que se seguirán
sucediendo sobre el próximo inquilino de la Casa Blanca.
En este primer capítulo, El derrumbe del sistema americano y la victoria de
Trump, se intenta ofrecer una explicación de conjunto de las causas históricas,
culturales y políticas que prepararon el terreno para la victoria del magnate
neoyorquino.
El precio de la globalización para el American Way & Dream:
Las expresiones “American Dream” y "American Way of Life" juegan en la
cultura norteamericana el papel de ideas de consenso sobre el significado de la
vida en sociedad. Son el equivalente americano a la idea europea del Estado
del bienestar: las condiciones sociales que permiten que un individuo y su
colectividad puedan llevar una vida plena desde el nacimiento hasta la tumba.
En Europa ese marco de bienestar queda a cargo del Estado, que debe regular
y atenuar las injusticias para garantizar una vida digna. En los Estados Unidos,
por el contrario, se entiende que son la ausencia del Estado y las oportunidades
del mercado lo que provee el bienestar para quien lo persigue. Este consenso
genera dos ideas relacionadas:
El American Dream se refiere a la promesa de éxito social y una vida de
riqueza para aquel que tenga la voluntad de perseguir su propio
engrandecimiento y reúna los suficientes méritos individuales. El American
Way of Life son las condiciones concretas que dan cuerpo al American Dream.
La sociedad de consumo, la democracia, la libertad económica y de expresión,
la cultura popular, los valores morales, etc. No importa que pensemos que
313
Con la firma del acta de derechos civiles del presidente Johnson en 1964 se
terminaba de cimentar una lucha legal de largo recorrido, y se codificaba el
esfuerzo de las protestas por los derechos civiles, saltando estos de las calles a
la política institucional en el Partido Demócrata. Éste se convirtió desde ese
momento en el partido de los derechos civiles y las minorías. En esa época
muchos jóvenes entrarán en el partido atraídos por su mensaje moderno y por
los vientos de cambio, incluso muchos republicanos, como Hillary Clinton a
finales de los años sesenta.
Pero el American Way & Dream no sólo se vería alterado por la paulatina (e
incompleta) inclusión de los excluidos, sino que además se vería contestado
por otro fenómeno distinto pero paralelo (temporalmente hablando) y es el fin
de los Estados Unidos como la "Fábrica del Mundo".
NIXON FUE EL PRIMERO EN SENTENCIAR EL MODELO ECONÓMICO DE
POSTGUERRA SALIDO DE LA CONFERENCIA DE BRETTON WOODS.
CON SUS POLÍTICAS ECONÓMICAS INICIARÍA LA ERA NEOLIBERAL
Desde el inicio de la Segunda Guerra Mundial los Estados Unidos habían sido
el principal productor global de bienes manufactureros orientados al mercado
mundial, lo que creó veinte años de bonanza que permitieron cimentar
el American Way & Dream como una sociedad industrial y de consumo con
posibilidades económicas casi ilimitadas. Pero esto comenzó a cambiar con la
recuperación económica de las zonas europeas devastadas por la guerra (el
despegue alemán y la configuración de la Comunidad Económica Europea),
así como por la industrialización de sociedades agrarias del tercer mundo, en
especial las economías asiáticas, que comenzando por Japón, seguido por los
Tigres Asiáticos y con la incorporación final de China han configurado un
nuevo bloque mundial que ha desplazado el centro económico del océano
Atlántico al Pacífico. Dichas sociedades pasaron de ser mercados
estadounidenses a competidores económicos de manera simultánea. Si a esto le
sumamos que la reforma monetaria de Nixon y la situación de estanflación del
momento dispararon la crisis del petróleo de 1973 y la descompensación entre
oferta de bienes producidos, muy superior a la capacidad de consumo interno
norteamericano, tenemos que a principio de los años setenta se generaron las
condiciones para que los Estados Unidos no pudieran sostener el ritmo de
315
Esta idea es muy importante para mi argumento, pues explica por qué dentro
de zonas que debieran ser netamente ganadoras la globalización se comporta
como un arma de doble filo, enriqueciendo y generando oportunidades para un
segmento de la población y destruyendo las condiciones de vida para muchos
otros. Ninguno de estos segmentos sociales está excluido de la globalización,
todos forman parte de ella y sus vidas se insertan en la misma a través del
trabajo, de su ausencia, y en todos los casos a través del consumo. Esta
desigualdad en el disfrute o sufrimiento del proceso globalizador no se debe
exclusivamente a que se resida en zonas ganadoras (centro) o perdedoras
(periferia) dentro de un país, sino por el lugar que se ocupa o se ha dejado de
ocupar en la estructura económica y productiva global.
Aquellos cuyos trabajos pueden insertarse con facilidad en el mercado global,
o sus derechos laborales se mantienen con la protección de la época
precedente, se encuentran integrados y su conflicto con la globalización es
menor. Aquellos cuyos puestos de trabajo pueden ser deslocalizados, o
aquellos trabajadores que acceden en una situación de vulnerabilidad al
mercado laboral se encuentran dislocados, porque su realidad es globalizada,
pero no sacan ganancia de ello a pesar de estar en un espacio céntrico, y por lo
tanto, teóricamente ganador.
Y es entre los dislocados entre los que el mensaje populista ha triunfado, pero
para entender las consecuencias de esto antes tenemos que pensar otros
problemas.
“Road to disunion”
“Road to disunion” es una expresión acuñada por los historiadores para
referirse a la situación que los Estados Unidos vivieron en la década anterior a
la Guerra Civil Americana. Lo que subyace a esta frase es la idea de que hubo
un momento en la historia de los Estados Unidos donde el país se fracturó en
dos mitades, con sociedades y proyectos políticos distintos, irreconciliables y
antagónicos, cuya incapacidad de llegar a un acuerdo acabó sumiendo al país
en una guerra civil.
Por supuesto, este no es el escenario que se nos plantea en la actualidad, a
pesar de las alarmas por la victoria de Trump. Aunque el fenómeno del “road
to disunion” sí que se encuentra en marcha.
319
una región que dominaban desde los tiempos de la guerra civil en el siglo XIX.
Así como iniciaría la progresiva pérdida de influencia entre los trabajadores de
clase obrera blanca, que en Estados Unidos suelen ser católicos y
conservadores en temas sociales.
LA ALIANZA ELECTORAL QUE SOSTENÍA AL PARTIDO DEMÓCRATA
SE RESQUEBRAJÓ CUANDO LOS DEMÓCRATAS ACEPTARON LAS
DEMANDAS DEL MOVIMIENTO POR LOS DERECHOS CIVILES Y
PERDIERON EL SUR DE LOS ESTADOS UNIDOS
De esta manera se iría dibujando a través de las décadas siguientes un
antagonismo de una América moderna, inclusiva, progresista, abierta al mundo
y radicada en las costas, cuyo proyecto político es construir una sociedad
moderna frente a una América tradicional, homogénea, religiosa y obsesionada
con “los valores americanos” y el orden, cuya mayor fuerza radicaría en el Sur
y el medio Oeste.
Así surgió la división contemporánea del reparto de voto que se conocería
como sexto sistema de partidos. Pero esta divisoria era algo más que dos zonas
distintas de votantes que constituirían la base para los dos grandes partidos.
Con el tiempo cristalizó como dos Américas divididas sobre qué valores deben
definir a los Estados Unidos. Dos Américas que no pueden verse, ni dialogar
entre sí.
La victoria de Obama en el año 2008 fue la victoria moral y simbólica de una
de esas dos Américas. El símbolo de que la lucha por los derechos civiles
había conseguido romper el último techo de cristal con la conquista de la Casa
Blanca por parte de un afroamericano. Donald Trump, por otra parte, es el
Obama de la otra América, de la América conservadora que desea restaurar la
paz social que ellos creen perdida por el relativismo y la mano blanda de los
liberales de las costas. La América conservadora nunca llegó a aceptar a
Obama como el legítimo presidente, y la América liberal-progresista no
aceptará tampoco nunca a Trump. Y esto es así porque tanto Obama como
Trump representan dos rupturas fundamentales con la tradición política
norteamericana. Obama representa la ruptura racial con el hecho de que la
presidencia recaiga sobre un varón de raza blanca, mientras que Trump
representa la ruptura con la tradición republicano-liberal de respeto a las
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acentuada en países donde tal mundo del trabajo es débil, como en el sur de Europa,
incluyendo España.
Si en España el porcentaje de la población adulta que trabaja en tales servicios públicos del
Estado del Bienestar (uno de los más bajos de la UE-15) fuera semejante al de Suecia, este
país tendría unos 3,5 millones más de puestos de trabajo, reduciéndose significativamente
el desempleo. El hecho de que en Suecia sea un adulto de cada cinco y en España sea uno
de cada diez tiene, única y exclusivamente, la explicación de que en Suecia el mundo del
trabajo es mucho más fuerte y tiene mayor influencia sobre el Estado que no en el sur de
Europa. Suecia tiene mayor desarrollo tecnológico que no España, y en cambio produce
mucho más empleo. Como ocurre en prácticamente todos los supuestos problemas
económicos, las variables políticas (y no las tecnológicas o económicas) son las
determinantes. El futuro dependerá de quién ejerce mayor poder sobre las instituciones
políticas, financieras, económicas y mediáticas. Si continúa siendo el mundo del capital, el
bienestar de las clases populares (que son la mayoría de la población) continuará
descendiendo, alcanzando límites que nos retrotraería a etapas anteriores. Los años de vida
de un trabajador estadounidense han ido disminuyendo, y enfermedades que se creía que
habían desaparecido en el mundo capitalista desarrollado han reaparecido de nuevo. Son
decisiones políticas, no desarrollos tecnológicos, las que están creando está situación. Qué
tecnología crear y para qué usos emplearla viene definido por el grupo o clase social que la
controla. Así de claro.
http://www.rebelion.org/noticia.php?id=221836
Mario Hernandez
Rebelión
M.H.: Hubo una convocatoria en el día de ayer para repudiar la represión al Lof Cushamen en la
provincia de Chubut, en la Casa de esa provincia, aquí en Buenos Aires. Se acercó una delegación
de pueblos originarios, junto con militantes de los Derechos Humanos, Norita Cortiñas, María del
Carmen Verdú de Correpi, la Legisladora por la Ciudad de Buenos Aires Laura Marrone que fue
recibida por autoridades de la provincia, pero después de esa situación se produce una nueva
represión y esta vez con heridos de bala. Esto fue pasada las 20:00, Gendarmería y Policía de
Chubut reprimieron nuevamente en el Lof de resistencia mapuche Cushamen y desde la
comunidad denunciaron que empezaron a disparar a quemarropa dejando heridos de bala. Por el
momento se confirma que Fausto Emilio Jones Huala fue herido de gravedad en el cuello por una
bala de plomo y le rompieron el maxilar. Otra persona también recibió disparos. No los recibieron
en el hospital de Esquel y por eso Jones Huala fue llevado al hospital de Lago Puelo y otros
heridos al Hospital de Maitén. Hoy (12/1) se convocó una nueva movilización a las 10:00 a la
Casa de Chubut para repudiar lo ocurrido y otra movilización en Bariloche a la misma hora, frente
al Centro Cívico.
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La situación de las tierras en el Sur de nuestro país es grave. Esto está totalmente conectado con
Benetton el empresario italiano, pero tenemos la situación de El Bolsón vinculada con Joe Lewis,
donde se dio una imponente movilización el sábado pasado (7/1), a lo que ningún medio, excepto
los alternativos, dio espacio, habiendo convocado a la mitad de la población de El Bolsón.
S.S.: Hoy justamente tuve la posibilidad de conversar con amigos de Bariloche que están en movimientos de
Derechos Humanos y que me hicieron una crónica breve de la concentración en el Centro Cívico en
solidaridad con las víctimas de la represión en Chubut. Se han acercado varios compañeros de Chubut en
busca de esa solidaridad. Es realmente dramático el nivel de impunidad, de silencio generalizado de los
medios, la opinión pública que pesa y no ha tomado posición alguna. Hechos en los cuales está involucrado
directamente el gobernador de Chubut, Das Neves.
Esta batalla con este nivel de crueldad y agresividad se conjuga en diferentes espacios, hace días atrás el
Presidente anunció el acuerdo con las mega petroleras internacionales en Vaca Muerta, que es la continuidad
del acuerdo firmado con Galuccio en 2013 con la Chevron, pero ésta es una escalada mayor porque involucra
directamente el arrase con muchas de las conquistas de los trabajadores del petróleo, con la complicidad de
Guillermo Pereyra. Es bochornoso ver el abrazo de este burócrata de más de 30 años al frente del sindicato
con Macri y las petroleras. Ese eufemismo de negociación es falso, hay una sola parte en esto. Son todos
empresarios.
La disputa por la riqueza del subsuelo y por el espacio urbano tienen que ver con una etapa de capitalización
por desposesión, pero en realidad básicamente se dirige a aquellos bienes no renovables, irreproducibles y
que en estos tiempos, donde la liquidez del capital financiero ha dejado de ser tan rentable, lanza al capital
internacional a la apropiación de estos bienes raíces. Y no van a tener límites, porque la política de los
gobiernos, digo “los” porque hay una continuidad en esto, no solo en nuestro país porque también se aprecia
en toda la cuenca andina, expresa esta idea de poner todo lo que sea público al servicio de los intereses
privados. Algunos meses atrás se aprobó en el Senado la Ley de coparticipación público-privado que en
realidad es lo público al servicio de lo privado. Es muy grave porque le da legitimidad a una serie de actos
que son inconstitucionales, entre otras cosas.
Yo creo que esto requiere una reflexión de las organizaciones sociales y políticas de izquierda, populares,
anticapitalistas para no ver esto como hechos aislados. Requiere responder en cada lugar, sin dudas, pero
también pensar una estrategia que confronte con esta etapa de enorme voracidad que no va a tener límites,
porque no tanto en los sectores rurales, pero en el caso de la ciudad estas políticas tienen un gran consenso
en gran parte de la sociedad, se vinculan con el progreso, con la puesta en valor, con el reciclaje, con la
industria turística y cultural, con los distritos.
Esto supone que lo público es un gasto innecesario, un costo que no tiene sentido porque lo privado se
puede hacer cargo y de esa manera se van arrebatando partes importantes de nuestra Ciudad para
transformarla y elitizarla. Utilizando un término anglosajón “gentrificación” que mucha gente niega que se
esté dando en los países latinoamericanos, mientras está claro que hay un proceso de transferencia
residencial y de zonas de centralidad hacia los sectores de mayores recursos y los pobres son centrifugados
a las zonas periféricas con costos sociales, políticos y culturales que no son mirados ni meditados.
Buenos Aires se ha transformado en eso, es una ciudad cara, para pocos. Transformaciones que se han dado
junto con los cambios en la forma de producción del capital, muchos de los centros industriales que había en
las zonas centrales han desaparecidos junto a los barrios obreros que había alrededor. Si hacés un análisis
de lo que fuera Bagley que se transformó en viviendas de lujo, Canale en oficinas, Nobleza Picardo en el
Museo de Arte Contemporáneo, el Abasto en un Shopping, Grafa desapareció y ahora es Easy y Wallmart.
Todo eso que de alguna manera era el corazón obrero de la ciudad se ha ido perdiendo, se ha transformado
en otros usos.
La ciudad se ha tercerizado. Tenés un millón de autos que ingresan por día a la ciudad y dos millones de
personas que ingresan a la CABA a trabajar y a producir. Creo que es un tema que requiere de miradas más
profundas, a mediano plazo, para entender los fenómenos de manera integral y recuperar para gran parte
de la población el apego con su ciudad porque se han producido hechos transformadores muy importantes
sin que la sociedad los conozca.
Por ejemplo, el proyecto de la Ciudad Deportiva que se viene posponiendo hace tiempo. Siempre estos
proyectos se meten cuando la gente está con la cabeza en las fiestas, con la urgencia del cierre del año
legislativo que exige meter 7/8 proyectos en una hora, etc. Y como muchos de estos proyectos requieren un
doble paso, una primera evaluación, pasar por audiencia pública y volver, el primer paso se hace muy
expeditivo. Este año no pasó, así como no pasó el proyecto del Distrito Joven en Costanera Norte, que
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también es un proyecto impresionante que sigue la línea de la privatización, en este caso de toda la ribera
del río desde Costanera hasta la Provincia de Buenos Aires.
Lo preocupante es que estas cosas dejan marcas que son difíciles de revertir porque no es simple
desestructurar estos procesos después. Yo siempre digo que mientras tenés una plaza la podés defender,
pero si te construyen cinco torres de viviendas volver a tener la plaza es muy complejo porque la ciudad
metaboliza eso. Entonces, debatir sobre las formas en que el capital de esta época está produciendo el
espacio urbano me parece que es un tema determinante, sobre todo para aquéllos que tienen proyectos
políticos y sociales en la ciudad. Todos lo tendríamos que hacer, porque somos un país en el que el 75% de
la población es urbana, somos el segundo país más urbano de América después de Uruguay, quiere decir
que hablar de problemas políticos es hablar de ciudades.
M.H.: Silvio hacía referencia al proyecto de Vaca Muerta en relación a las modificaciones al
Convenio colectivo petrolero, pero este es un proyecto que también va a afectar a las poblaciones
que viven en la zona. Por otro lado, en cuanto al tema de El Bolsón, ayer me decía un acampante
que es una lucha que lleva 12 años, es importante porque pareciera que todo empieza hoy y no es
así.
Escribiste dos textos últimamente, uno sobre Fidel Castro y el otro sobre John Berger. ¿Qué te
motivó a escribir sobre estos dos personajes?
S.S.: Es difícil de describir brevemente porque tiene que ver con lo que significaron a nivel emocional,
ambos de modos diferentes y en distintas etapas de mi vida y, al mismo tiempo, un elemento más racional
que tiene que ver con un proceso de vaciamiento a partir de la pérdida de referentes intelectuales y
militantes; Berger lo era y ni hablar de Fidel.
Estos últimos años se nos llevaron a los más queribles, los más comprometidos y sabios y nos cuesta mucho
encontrar relevos, porque mucha de la intelectualidad ha dejado el lugar de la militancia para allanarse en el
espacio cómodo de la academia. Inclusive para pensar los temas más transformadores. Y estos hombres y
mujeres, son esa referencia para mí, han sido coherentes en su modo de hacer y de pensar.
Son dos personas totalmente diferentes en algunos aspectos, pero mi juventud revolucionaria y mi momento
más utópico estuvo estrechamente relacionado con la Revolución Cubana por muchas razones, hasta
familiares, tengo una tía médica que inmediatamente fue a Santiago de Cuba a colaborar. Y porque impactó
de manera trascendente a toda una generación y yo soy parte de ella. Después tuve la suerte de estar en
Cuba en 1978 en el Festival mundial de la juventud y los estudiantes, estar cerca de Fidel en ese momento,
y realmente fue un privilegio. Da mucho para reflexionar Cuba, porque duele en muchos aspectos.
El caso de John Berger fue una aproximación intelectual, por mi profesión tengo una inclinación hacia las
artes plásticas y él es un creador, cambió el modo de ver las artes plásticas, de hecho su libro se llama
“Modos de ver” que es el más conocido de esa época cuando era crítico de arte y pintor, hoy ese libro es
lectura obligatoria en los colegios secundarios de Inglaterra. Un hombre muy comprometido con la causa
palestina, con el zapatismo, con todos los procesos de lucha a través de una voz inteligente, serena,
profunda. Un gran escritor, un narrador de historias. El seguimiento de la lectura de sus obras significó para
mí una manera no solamente de mirar el arte sino también de mirar la vida con otros ojos, esa capacidad de
encontrar lo diferente en lo que uno habitualmente no ve. Siento su ausencia, están sus obras, pero uno
siempre esperaba algo nuevo de John Berger. Como descubrí que mucha gente no lo conocía, me motivó a
escribir algo que acerque a más gente a su obra.
En la gestión del PRO en la Ciudad de Buenos Aires se perdieron 170 hectáreas de espacio público
M.H.: John Berger murió el pasado lunes 2 de enero, pintor, crítico de arte, autor de libros sobre
arte, literatura y política, famoso por lo que acaba de mencionar Silvio, el ensayo “Modos de ver”,
escrito que fue una gran referencia para la historia del arte.
La Legislatura aprobó a mediados de diciembre una Ley que permite la licitación de 17.000
metros cuadrados, el último terreno disponible para construir torres en Puerto Madero a cambio
de que el dinero se utilice para la construcción del Paseo del Bajo. ¿De qué se trata este
proyecto?
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S.S.: Dos comentarios sobre este punto, no es un paseo, la base de esto es un viaducto que une la Autopista
Illia con la Autopista Buenos Aires-La Plata, se presenta como la continuidad de lo que sería una especie de
cinturón circulatorio que permitiría vincular el norte con el sur atravesando la ciudad sin conflictos con el
transporte.
Otro punto que priorizan es el acceso más o menos rápido al puerto. Ese es el nudo del proyecto y va
acompañado de parquización. La idea es hacer un recorrido soterrado para permitir continuidades visuales y
de comunicación entre el río y la ciudad. Ese es el proyecto que venden.
Es costosísimo, de 650 millones de dólares, el argumento de que se vende tierra para pagarlo, siempre es un
cambio de figuritas aunque todas las figuritas las tiene el mismo dueño. Es otro argumento más para seguir
privatizando.
En la gestión del PRO en la Ciudad de Buenos Aires se perdieron 170 hectáreas de espacio público, uno
podría decir que el Estado tiene el poder de tomar tierra para utilidad pública, pero si uno se pregunta cuál
es la cantidad de tierra privada que tomó en los últimos 30 años para transformarla en espacio de utilidad
pública, la respuesta es ninguna. Toda la gestión del PRO ha sido al revés transformar tierra pública para
beneficio privado.
Más allá de las cuestiones técnicas, si se tiene que hacer por sistema de peaje, porque no es justo que
nosotros le paguemos a las transportadoras que hacen su negocio en el puerto, porque el argumento es que
de esa manera llegarían media hora antes al puerto. Para que lleguen media hora antes a hacer su negocio
toda la Ciudad tiene que pagar. Hay que ver si esa es la prioridad que tiene la Ciudad de Buenos Aires o si
ese dinero se podría invertir en mejorar o cambiar el puerto de lugar, que sería más interesante. Eso de
vincular la Ciudad con el río es quitarle un problema a la elite de Puerto Madero. La gente no se puede
vincular con el río porque en el medio está Puerto Madero. Entonces, ¿de qué río hablamos? ¿El que está en
Costanera Sur poluído? ¿El río obstruido y lleno de basura? No se habla nunca de descontaminarlo y
transformarlo nuevamente en un espacio de recreación popular. Es mucho lo que se podría hablar sobre eso.
Pero ha sido otro tema que ha pasado de largo y ayer (11/1) se anunciaron el comienzo de los trabajos.
Un tema no menor es que esto se divide en tres tramos, se va a hacer en más de dos años, la licitación para
el tramo más grande la ganó el primo de Macri, Calcaterra, que además tiene la principal licitación pública
del país que es el soterramiento del Ferrocarril Sarmiento en asociación con una empresa que nació en
Salvador de Bahía, Odebrecht, considerada públicamente culposa de sobornos, negociados, etc.
M.H.: Qué misterioso que Odebrecht le haya pagado un soborno a Arribas, a quien después
nombran Jefe de la ex SIDE, porque se dedicaba a la compra y venta de jugadores, ¿qué tiene que
ver Arribas con la construcción?
S.S.: Esto se empalma con el proyecto de la Ciudad Deportiva y Santa María de los Buenos Aires, o de “los
malos aires” y lo que es el proyecto Distrito Joven Costanera. Estos no lograron pasar, yo creo que es
porque el impacto que eso generaría ha atemorizado a quienes tendrían que poner la firma para que
funcione.
Lo de la Ciudad Deportiva es una historia larga y oscura, empezó en 1965 con el gobierno radical de ese
momento, con el presidente de Boca que vendió espejitos de colores, defraudó a miles de personas que
compraron lo que en ese momento se llamaban bonos patrimoniales que le daban el derecho a tener una
platea en el estadio que se iba a inaugurar en 1970, miles de socios de Boca soñaban con estar viendo a sus
jugadores en un estadio para 140.000 espectadores al lado del río. Un fraude descomunal por el cual la
institución no solo no pagó nada sino que además fue premiada y ninguno de los damnificados recuperó un
peso. Después vino el gobierno de la dictadura con Cacciatore que volvió a extender el plazo del proyecto,
después Menem y Grosso le permitieron ampliar la superficie, lo que originalmente eran 40 hectáreas se
transformaron en 70, lo vendieron a una empresa casi fantasma que después se lo vendió en un negocio
tampoco claro a Irsa. Es un espacio que originalmente era del río, de la costa nuestra, que fue rellenada con
consecuencias ambientales que nunca nadie mensuró ni meditó, para hacer un proyecto de elite que sería la
continuidad de Puerto Madero hacia el sur, que a la ciudad no le sirve porque no lo necesita, con un impacto
ambiental feroz que surgió de una cosa especulativa y negociados que han violado la Constitución Nacional,
porque muchos de esas decisiones y decretos que se firmaron permitiendo que esto se alargara no pasaron
por el Parlamento. Se han cambiado normas de construcción y planificación violando las leyes. Y el proyecto
es a lo Dubai, 16 torres, comercios, oficinas, todavía más elitizado que Puerto Madero porque allí para ver
gran parte de la belleza de esa zona hay que subirse a los pisos altos, acá tendrían directamente la salida al
río, estamos hablando de kilómetros de costa que serían privatizados. Ni hablar del impacto ambiental que
esto generaría.
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Fundamentalmente hay una manera de pensar la Ciudad en las oficinas de las grandes empresas
inmobiliarias y de ahí va algún lobista a sentarse con alguien del gobierno para discutir cómo aprueban una
ley para que el proyecto se pueda hacer. Lo mismo pasa con el distrito de la Juventud Costanera Norte que
implica toda la costa que va desde Costa Salguero hasta la Provincia de Buenos Aires, 10 kilómetros de costa
del río.
El proyecto prevé renovar las concesiones que están todas vencidas e ilegales, particularmente las dos más
importantes, Costa Salguero y Punta Carrasco, ambas en manos de amigos del gobierno y del poder que han
pagado cánones irrisorios ocupando tierra pública, que han aumentado las superficies que también genera
un impacto ambiental que nunca se midió y que diversos gobiernos anteriores permitieron. Ahí hizo fiestas el
PRO y se casó Macri.
El proyecto está tan bien vendido con todas las herramientas de la mercadotecnia que muestra las
bicisendas, paseítos y arbolitos y una imagen idílica del río que no existe, para que los jóvenes de la Ciudad
puedan disfrutar. El centro del proyecto es la renovación, porque al cambiarle el uso al distrito que hoy es
parque y no se puede construir, que es lo que se está discutiendo en la Legislatura para convertirlo en
distrito 4, que es un distrito sin límites, se pueda destinar a proyectos que una comisión puede designar
válidos. Una vez que cambiaste el uso podés hacer lo que quieras, a diferencia de distritos de la Ciudad que
están limitados en la altura, la distancia de la vereda, la cantidad de terreno que podés ocupar.
Junto con este tema de proyectar y prolongar concesiones que ya serían legales porque al cambiar el uso del
distrito se consolidarían, el nudo es trasladar 100 boliches nocturnos de la Ciudad a esa zona, ese es el
verdadero núcleo del proyecto. Lo de la bicisenda y el paseíto son formas menores, porque va a haber
amarras privadas, bares flotantes, un negocio importante en el usufructo privado de la belleza escénica del
río en una ciudad que necesita de ese aire pero, sobre todo, está el tema de sacar los boliches de la Ciudad y
llevarlos ahí. Imaginate lo que pasó en Costa Salguero en la fiesta Time Warp donde 5 jóvenes murieron por
la pastilla Superman, donde no hubo control alguno, siendo tierra liberada para el narcotráfico. Si no
pudieron controlar o no quisieron un solo boliche, cómo van a controlar 100. Entonces, cuando hablan de
juventud ¿en qué tipo de juventud están pensando? La del boliche, la de la noche, la de cierto poder
adquisitivo que puede disfrutar de eso. Esa es la imagen que el macrismo y el poder tienen de la juventud y
sería realmente, además de violentar el espacio público, un hecho explosivo para la Ciudad, incontrolable.
Yo creo que esto es lo que ha hecho a algunos legisladores pensar de qué se trata y querer estudiarlo un
poco más. Además en este negocio de venderte el proyecto te dicen que el 65% va a ser espacio público,
quiere decir que te van a sacar el otro 35%. Esto no lo conoce casi nadie.