Documente Academic
Documente Profesional
Documente Cultură
LA PRETENSION DE JESUS
1
A) PRAXIS: Jesús, sin duda, cumplió normalmente los deberes de un
judío piadoso; rezaba y asistía los sábados a la sinagoga. Pero también (como
se vio antes) quebrantaba el precepto sabático entendido al modo judío (Mc. 2,
23 – 3,6), el ayuno (Mc. 2, 18-22) y las prescripciones de pureza de la ley judía
(Mc. 7, 1-23). Sobre todo, come con publicanos y pecadores (Mt. 11, 9; Lc. 15,
1ss.), trata con cultualmente impuros, considerados igualmente impíos. Esta
postura tiene poco que ver con actitudes “contestatarias” o romanticismo social:
se ve claro sólo en relación con el mensaje de Jesús sobre la llegada del Reino.
2
Más aún: el pasivo “se dijo a los antiguos...” es, en realidad, una circun-
locución de la Palabra del mismo Dios. Por consiguiente, con su “pero yo les
digo...”, Jesús pretende decir la Palabra definitiva de Dios, que cumple de modo
insuperable el texto del Antiguo Testamento.
3
La pretensión de Jesús aparece más clara todavía en cuanto al contenido
del seguimiento. Jamás se habla de discusiones eruditas entre Jesús y sus discí-
pulos, ya que su meta no es la asimilación de una doctrina, sino la participación
en la proclamación del Reino de Dios, incluso anunciando este mismo Reino
mediante acciones del Poder de Dios: mediante la expulsión de espíritus inmun-
dos (Mc. 1, 17; 3, 14; 6, 7).