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La publicidad “5 Minutos” del Té la Virginia crea un contexto, que es una fiesta de cumpleaños de un niño,

y plantea el esfuerzo realizado por su madre para que todo salga perfecto, apela a un efecto mágico
crucial, al tomar la infusión desaparecen los problemas cotidianos. El té aparece como el escape de la
cotidianeidad, como los “5 minutos” de paz que puede tener en el día. En torno a esta idea giran todos los
posteriores argumentos.
Para llegar a esta idea de los “5 minutos de descanso”, se parte de la imagen de una mujer que se
encuentra cansada y por ello necesita esos 5 minutos de descanso. Ella se encuentra atenta a todos los
detalles por la fiesta de cumpleaños, uno de los primeros signos visuales que aparece en la publicidad son
los globos, y ella contándolos muestra su deseo de que todo salga perfecto.
Para ello se parte de un estereotipo que es el de “ama de casa” que podría ser pensada como un
paradigma ya que está atravesado por la cultura. Ella realiza todos los preparativos para el cumpleaños, en
este caso se repone que se trata de un varón por un conjunto de signos sonoros, que son las voces de los
niños haciendo el ruido de autos.
Otro signo sonoro por las palabras de la protagonista que dice “que lindos son los varones” con tono
irónico que denotan su cansancio. De esta manera en la publicidad se constituye un mito que plantea que
“los niños varones son más traviesos” que las niñas que son más tranquilas, es un mito ya que es un habla
y un modo de significación que atraviesa el relato.
Por ultimo analizado el contexto, los signos sonoros, visuales y el mito, queda por analizar el producto,
respecto a este se puede decir que él se te constituye como el objeto de deseo, cuya posesión y consumo
brinda el placer que las personas desean.
Aquí, el héroe-sujeto es la mujer y presenta también una fuerza opositora que son los niños, no se pueden
ver, pero que se sabe que están allí por sus gritos y voces que se como dije anteriormente se remiten como
signos sonoros. La fuerza mandante en este caso no es un personaje sino un deseo de la protagonista, una
necesidad. La fuerza destinataria es el mismo personaje, la mujer, que se vería beneficiada cumpliendo su
objeto deseo que es el té. Y el efecto plenitud obtenido tras consumir el té, es absoluto, es la paz y
tranquilidad.
En síntesis, esta publicidad tiene algunas características y elementos muy particulares, como los
paradigmas que se reponen, el estereotipo de ama de casa, el mito acerca de los varones y a partir de ello
se construye la personalidad del producto, que aparece como la “salvación” del caos que es la vida
cotidiana.

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