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Feminismo de la igualdad con raíces en la ilustración, lxs humanxs tienen algo en común más

relevante que la diferencia: la razón, Kant expresó la exigencia de universalización de la ética. Esta,
no se justifica por si misma siendo buena o mala, sino, poniéndose bajo la prueba de la
universalización. El sujeto ilustrado es un sujeto autónomo. El feminismo más que mantener el
doble código de moralidad, pretende la universalidad como promoción ética, siendo un rango
político superior.

De esta forma el feminismo ilustrado era muy moralizante, lo que de alguna u otra forma se
critica, pero hay consecuencias bien rescatables como el sufragismo.

Según este igualitarismo, la autora plantea una doble moralidad, una que caracteriza a las mujeres
y otra a los hombres, se pregunta si es que se diera este igualitarismo serían los hombres quienes
debieran igualar a las mujeres con sus características, donde para ella, habría muy pocos hombres
que hicieran tal esfuerzo, por lo cual solo quedaría la opción de universalizarse a la inversa,
igualando la moral de los hombres, lo que se plantea como “el derecho al mal”, quienes definen
los valores dominantes.

Celia se cuestiona de igual forma las cualidades universales que se le asignan a las mujeres, he
indica que siempre las han puesto a cuidar ancianoxs y niñxs, por lo cual si no tienen estas
cualidades (bondad, intuición, ternura, etc.) las han tenido que convertir en virtud. Esta igualdad
propuesta por el feminismo ilustrado, nunca llegó. De igual forma la libertad propuesta por el
feminismo ilustrado, va siempre asociada a igualdad y fraternidad, la primera prepnderante en los
liberalismos, y la segunda ejemplificada con el leninismo con la fraternidad obrera minimizando la
libertad, aplicable a cualquier socialismo utópico.

Formula que la igualdad no ha llegado, ya que paradigmáticamente se encuentra la belleza en los


contrastes, siendo esto muy criticado y extrapolándolo a el lado más perjudicado de cualquier tipo
de contraste. El lenguaje de la posmodernidad, paradójicamente enfatiza en el derecho a la
diferencia.

La autora se enfoca en cuanto a la igualdad femenina, hay una fracción del poder que les
corresponde de pór sí.

Indica que se dan las condiciones para que las mujeres puedan empezar a comportarse de
maneras no tradicionales en materias sexuales o de trabajo, etc. Precisamente cuando los códigos
de los hombres en estas materias han dejado mucho que desear. Es una propuesta contraria a la
de la moral que pregona las supuestas esencias de las mujeres.

De igual forma, critica la poca ética que han tenido algunas mujeres que justifican estas supuestas
esencialidades femeninas, he indica que han contribuido al estancamiento del feminismo.

El feminismo de la diferencia surge como respuesta a la necesidad de asumir un nuevo sujeto


colectivo, un nuevo nosotras.

Reflexiona sobre el poder en Foucault, el cual indicaba que no se sabe bien lo que es. La autora
critica el concepto clásico asignado a las mujeres como el anti-poder, y de igual forma la idea de
que las mujeres son las que deben redimir del estado o la guerra como las salvadoras de todo. Es
así como cuestiona el hecho de que ellas sean las que salven del poder a los hombres, el poder
como un mal de la vida humana, he indica que sin rodeos el feminismo debe plantearse ocupar el
poder en cuanto a la toma de decisiones. Reconoce que el poder es difícil de llegar, pero hay muy
pocas formas políticas para evitarlo, sobre todo en cualquier tipo de organización o estructura.

Indica que el feminismo de la diferencia, ha cumplido la función de dar a la mujer un discurso


propio, y de esa forma, darle una articulación al movimiento.

Es logro de ciertas cuotas de la igualdad, lo que es condición de cualquier discurso de la diferencia,


una manera de concebir alternativas posibles es mediante el acceso a la universidad, al
conocimiento, a través de las mismas técnicas del patriarcado.

Reflexiona sobre la cultura humana, y como esta ha construido un patriarcado donde hombres y
mujeres son parte del. Y por ello que hasta los debates de la igualdad o la diferencia han sido
acuñados desde esta perspectiva, por lo cual, surge la necesidad de reformularse conceptos, por lo
cual el feminismo de la diferencia debe buscar posiciones no esencialistas para esto, ya que al ser
esencialistas recurren al biologismo, cuando este último, es enemigo del feminismo. La única
manera sensata de plantearlo, sería considerar que hay elementos de diferencia, producto de la
subcultura femenina. Resalta sobre todo que hay que seguir desarrollando en las mujeres la
capacidad del pacto, como acto revolucionario y propuesta de reciprocidad. ya que
históricamente han sido ellas las participes de pactos en los hombres.

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