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Tomado de :Revista de Psicoanálisis, editada

por APA, Tomo XLII, Nº3, mayo-junio 1985

.,

• •
Adolescencia y a posterIorI
~

* Luis Kancyper

, Introducción

~!, El interés por el estudio de este tema surgió desde la práctica ana­
lítica al comprobar, a partir de las enseñanzas recogidas de mis
analizandos, el lugar protagónico que ocupa el concepto freudiano
de a posteriori en relación con los fenómenos que aparecen en la...
adolescencia.
""ostengo que la adolescencia es el iiiOiñeiit~ privilegiado de la re:]
significación retroactiva, del a posteriori,lTI!~s constitl!Ye una nueva
. tapa libidirÍal, en do~de- se alcanza- por vez prime~ala jdeñtida,¡
~ual geng_aL~ºriiº.=.unJeDómeno pskológico s()~~al-- y
Comenzaré diferenciando dos conceptos que llegan a ser fácilmente
confundibles en nuestra teoría y nuestra práctica analíticas. Me re·
fiero al concepto de desarrollo y al concepto de lo histórico en el
psicoanálisis en general y en el psicoanálisis del adolescente en par·
ticular.
r~l desarrollo no tiene nada de histórico, imPIementa una tempoia~1
lidad lineal. Apunta a la descriI?ción de una serie. de fases-R.l,teJlO
tienen nada de individual. • ---- .

* Dirección: Salguero 2334, 3~ "14", (1425) Capital Federal, R. Argentina.


;:1

i i
536 Luis Kancyper
! i
La historia, en cambio, es una serie de acontecimientos, que son
singulares para cada sujeto y marcan la vida de un individuo. Así
d
l'
,[ como la historia apunta hacia lo subjetivo particular, el desarrollo
!i se dirige hacia lo que hay de semejante. Ambos conceptos pueden ser
t
!
complementarios.
Pero el analista no busca el desarrollo sino lo histórico. Puede hacer
11'
uso de las referencias del desarrollo para tener mojones de compara­
ción, pero no son la meta a conquistar para el paciente t.
j! "
Lo histórico implica el uso de la temporalidad con resignificación
I
del a posteriori, no de un tiempo lineal, sino de un tiempo en torsión.
1 Freud se cuidó muy bien de no ubicar el enfoque genético en el
I,~ 1,
mismo nivel que el enfoque dinámico, tópico y económico porque tal
inclusión llevaría a una confusión entre psicoanálisis y psicología evo­
lutiva. Es importante establecer la diferencia esencial entre los co­
¡lli nocimientos propiamente analíticos y los resultados de las observa­
~L ciones de la psicología evolutiva. ~

I La psicología evolutiva describe lo general, los acontecimientos


segím la continuidad genética. En cambio Freud subraya que el con­
J cepto del a posteriori forma una parte fundamental de su aparato
ji conceptual en relación con la explicación de la temporalidad y de la
causalidad psíquicas.
1:
,El 6 de diciembre de 1896 escribió a Fliess 2 sobre la hipótesis de
que nuestro mecanismo psíquico se establece por estratificación de los
materiales existentes en forma de huellas mnémicas, las cuales expe·
rimentan de vez en cuando, en función de nuevas condiciones, una
reorganización, una reinscripción 10.

a] Lo que se elabora con retroactividad no es lo vivido en general,


sino electivamente lo que en el momento de ser vivido no pudo inte·
grarse en un contexto significativo.
1
jil b] La elaboracién retroactiva viene desencadenada por la aparición
de acontecimientos y situaciones, o por una maduración orgánica, que
permiten al sujeto alcanzar un nuevo tipo de significaciones y reela­
borar sus experiencias anteriores y
c] la evolución de la sexualidad favorece notablemente por los des­
'1
1

fasamientos cronológicos que implica en el ser humano el fenómeno


11
1
.de la retroactividad.
ji
En Los orígenes del psicoanálisis Freud expresa que todo adoles­
)1 cente guarda huellas mnémicas que sólo pueden ser comprendidas
I!
[': por él al aparecer las sensaciones propiamente sexuales.
(¡JI
Desde este punto de vista, únicamente la segunda escena confiere a
lll

J!
la pril1)e~su va.lQr:patógeno: ..se reprime un recuerdo que sólo a pos­

j
1)
',",1,
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1,,'
;jl
Adolescencia y a posteriori 537

teriori se volvió traumatizante. El adolescente no puede asumir una


defensa normal, lo que se haría evitando una percepción desagradable,
porque el displacer no proviene de la percepción sino del recuerdo.
El concepto de a posteriori apunta a una verdadera elaboración de
un trabajo de memoria, que no consiste en la simple descarga de una
tensión acumulada, sino en un complicado conjunto de operaciones
psíquicas.
No se puede reducir la noción de retroactividad a una teoría es­
trictamente económica de la abreacción.
Para que un sentido emerja se necesitan dos sucesos y un intervalo
entre ellos. El sentido habla del encaje de un sentido en el interior de
otro, en cuyo orden se instala.
El a posteriori que podríamos denominar en un comienzo simple­
mente cronológico va trocando su sentido hacia un a posteriori ló­
gico, en tanto da cuenta de un tiempo lógico, como operación
necesaria, para que el nuevo acontecimiento se transforme en hecho \

histórico, en un hecho con sentido en el orden del sujeto.


El concepto de a posteriori cobra en la teoría y en la clínica un
papel trascendental.
El principio de continuidad genética implementa lin tiempo lineal
que apunta hacia la concepción de la historia signada por un destino
irrevocable. El sujeto marcado por el simple objeto y el primer año
de vida. De esto deriva que todas las formas ulteriores del objeto
dependan de la forma más primitiva, es decir de la primera relación
objetal observable: la del lactante con el pecho. Se ubica entonces
el sujeto como un producto sellado, resultante de acontecimientos
externos los cuales justifican y racionalizan su estado presente y
determinan su futuro, sin salida.
En cambio el principio del a posteriori que implementa un tiempo
en continua reelaboración desde el sujeto, apunta a una concepción
psicoanalítica de la historia que reabre la posibilidad, siempre rena­
a
ciente, de desafiar aquel destino inmutable prefijado por los dioses.
Es desde el sujeto, porque lejos de ser una resentida víctima po­
seída por la historia, es a partir de él, agente activo que organiza y
otorga significado a los hechos, configurando el mismo a su propia
historia, retrospect~v-=a::::m=e::::n=t::..:e:..:.. ~___ . _ ,
-=-!'a historia no es el pasado 7. La historia es el pasado historizad<?
en el pr..es.en.te, historiza.do en__~_"L.R!:..e.~.ent~P.Qrqu._ e ~a sido vjvido en el
( pasado. Pe~~_e.s_u~ pasado que "aún es, tod~vía'" =-.
"!:o importante enHnt1estr2-!rabal~~i~ico no es restituire.Lpasado,
ni bu~asado para revi~irlº,sil1<:>_pª,ra re-escribirlo en una dife­
EeI!i~}jUcturi.-·~e trata menos de recorcrar que de re-escribir. El
-acento recae más sobre la re-escritura que sobreIareviviscencia.
. ~

!
538 Luis Kancyper

L... 0 ~.eviYid.o es fundamental..pero. no suficiente. Es el punto de par­


tida que tiene el pw;iente, pero. no es su punto de llegada que es la
·restrUcJur~~ión'.r. ' .'­
\
El sujeto _s.~ define según coll1<:) se resignifica; es decir, según como
_-------------~_._-
restructura su biografía ­para. tral1sformarla en su propia historia.
\Negar el a posteriori es negar la posibilidad de que el sujeto acceda
a ser, mediante el psicoanálisis, en gran medida, autor responsable y
noespeetadórpasivo
~_. -----_._.,~--,-_. - -- - --­de
su pr()mQ~ .,
I

I Adolescencia: desafío y desenganche

t
! La historia del adolescente nace antes de su nacimiento biológico.
...
Existe un orden simbólico, orden lógico que precede a su nacimiento
cronológico. Este orden es el lugar que ocupa el hijo en la fantasmá­
~ ;
! tica individual enea·da uno de íos progenitores y en la: ·pare]'a."Iugar
gue estará determinade ·en· relación.. CQU...eLsistema narcisista de la
madre y del padre y que se pla~IT].ará en una representación.gr eÍ re-=-.
,Presentante narcisi~~_rJ!~BL!Ld.~§'~_Q.jJ}~o~n!~ d e .lit
llla*niJde y para el deseo inconSCIente del padre, dey para mantener
f
la omeostasis narcisista de la situación del medio. Es a partir de
¡I este momento lógico cuando el adolescente comienza a ser idenií:­
ficado en tal rol y en un determinag9 lugar. Puoto..de:partida de su­
id~ntidad, y de su identidad sexual.
El representante narcisista primario operará durante toda la vida t
como la referencia constante a partir de la cual el adolescente necesi­
tará efectuar un trabajo de reelaboración diario para cons!!i~tª~u
condición subjetiva de un ser vivo con existencia propia.~ (&claire 11
afirma que la práctica psicoanalítica se funda en el tr:~baio const~~
de una fuerza de miIerte, la que consiste en matar al n.~ñ(). m~m!yi­

- lIoso' 'ü'ierroiífico que de· generación.en generacián.. ateW&.l.li!..,J9s


sueños y deseos de los padres. No hay vida sin pagar elpr~ci()d~L
asesinato de la imagen primera, extraña, en la que se inscrib~ el na.c;i.
miento de todos. Matar la representaciq.1l deLuiño-.rey ~s la;.,.~ondición
en la cual en ese mismo instante, el yo~mpieza <l: nacer.
Per~~~te tr~bajo de muerte, dede~~nganche y renganche, de reins­
cripción cotidiana, adquiere mayor importancia durante la adolescen­
cia porque es en este período cuando el sujeto atraviesa, al mismo
II11 tiempo, una lucha sin tregua, en varios frentes de batalla. Momento
en que el territorio de su sentimiento de sí presenta máxima incer­
tidumbre.
;~ ....

I
l··
·':I"t'."
"
Adolescencia y a posteriori 539

\ S. Freud plantea a la adolescencia como una nueva etapa libidinal


en la cual las transformaciones que acontecen se deben fundamental­
mente él dos aspectos 3 •
.

Xara Copquistar a este objeto ,~xogámico, el aparato psíquico neceo


sit~,~gfrir,.tx.ausformaciQlles,..especial~~ .. ~.~V8unas· son com,~~~~ a ambQS
~sexOs..l]: 9tras...particula.t:,e,s Dara cada uno de ellos a través del recambio
.... _ .. ~,.. • . :'" ··... ·""·>N'p'l'~,~ _ _ .• ,·... "''''' _~ •. ' •. ­

de lasjg.~p..ti.ficaciones12, Esto implica un trabajo de elaboración im·

portante, ;earaa~uiñr;sé no-~~~t!!k.~~!g~-~~~ey~~~.·ü~:..~?I(j_~~~i9:-··

Este nuevo embate de su realida9 de incompletud centra una pri­


meálbataffá narcisista que sacude a todas sus instancias psíquicas: ~
aJ yo:-al id~W ..eili.Q..... ~I, ?upery<?,,' ~rYQ . i.de~í!. y 'p;elüdic:<l3;q.nec~sarI~.
restr~Ulció.n. En este sentido y por este sentido la adolescencia
reinstala la asunción de la problemática de la castración de la bise·
xualidad y' de la castración simbólica: soportar la incompletud y
por.,.<?ndelª dif.er.encia, Janto e.lJ.,.~L~isteina g~rc1s~st(.int!asubjeti~Q
~c:!adolesce~!~ cO,Tl}2 ..t:J1.~t .~js t~~anar:(;i§!s t.~~Ü.lJ~~l).bj~.tix~._ g~ ..Y...~Qll.
~E'.l~r.~~
Pasaré a enumerarlas basado en el estudio realizado por varios

autores.

a. Restructuración en el yo del adolescente

El yo es, ante todo, un yo corporal, no es solamente un ser de super­

ficie, sino que él mis~o es la proyección de una superficie 5.

Esta formulación apunta a definir lo corporal, no en términos de

cuerpo anatómico, sino en referencia a la imagen del propio cuerpo

como algo facticio 9, como una configuración que no es dada en

forma natural, sino que se adquiere mediante una permanente. tarea

de construcción que opera desde y para el sujeto.

En virtud de las modificaciones corpora1e~ características de esta

e~l•.~esce~te se."vé-()bl1gado'· a asistirpa~f;arriente";' toda u~~.,

serie de modificaciones físicas yhormonales que se apoderan de su'

cuerpo' biológico, acompañadas' a~ demandas de iI11,fulsos instintivos

·~,ª~·:9.~p1andas. .9E.~·.~~rgeri dei~~'}o··s-ÓcI~I:---.(·· p , ...­ •• _'* - I ....

Vario.§ autores 'han c;le~i.gnado a este proceso de cambio como dm~19

por la '¿érdi4a -4el.c!rle~R-iJ}f.;;,nt9 3 gue produce un fen9.meng dI; _'

......

540 Luis Kancyper

~~[§.º-~lizaci.pn...llQI..Ja contradicción <:~tre el cuerpo q~ se ,!,il


haciendo adulto <::_on.uoa.,mente que se halla aú¡j' ~n J0i!~.s
angustias soJ? consecu~ncjg de la pérdida de lo conocido y de lo ace·
chante ante 10<.l:esco~g<::idOHque surgen desd~ estos cámblOs cóipora;
les. Mientras' 'que una lectura del a posteriori ot:9,rga :y.Il. §~n1idQ
~!~ ..i~.~tas.angustias. '
, Las -;;;;;a~' i~ág~n'e-~"provenientes de•los.. ca~bi~~' del cti;i-po dell'
adolescente conmueven al patrimonio de las autoimágenes anteri.ores,
las cuales, en esta nueva etapa de maduración orgánica, adquieren un
n~.~~~.!.~~.C!e s!gI!.ificac~o~:~i~· - ' ""'~;" ,"
O" M - ,. w

Las inscripciones anteriores, que no habían alcanzado á adquirir

una inscripción simbólica en un contexto· significativo: orden simbó­

lico, representante narcisista primario, experiencias traumáticas, co·

bran en este período de la adolescencia, un efecto y un valor pató.

genos, retroactivamente, a posteriori.

El sentido, dijimos, habla del encaje de un sentido en el interior


de otro, en cuyo orden se instala. En cambio, es en la adolescencia
cuando surge con mayor dramaticidad el choque entre sentidos.
Choque por la imposibilidad de relacionar a las nuevas demandas
referidas a su identidad e identidad sexual en el interior de otro
sentido, en cuyo orden el adolescente ya había sido inscrito desde
los deseos ajenos. Orden que al mismo tiempo en que es resignificado,
resulta incompatible de articulación. La colisión entre estos sentidos
impide al adolescente ordenar un deseo propio, organizado y discrimi­
nado, y ante dicho fracaso surgen las angustias confusionales y de
despersonalización. Angustias provenientes no únicamente de la pér­

I
,,,

dida del cuerpo infantil, sino, y fundamentalmente, del choque ante la

~
1

incompatibilidad de las nuevas imágenes provenientes de los cambios

del cuerpo y el arsenal de las imágenes resignificadas de la historia del


sujeto. j
j

,1
,;
b. Restru'cturación en el supery6 e ideal del yo del adolescente

Como consecuencia del incremento pulsional, se reactualizan los de­


seos preedípicos y edípicos, y se impone una modificación en el
superyó del adolescente que -a diferencia del superyó en el latente,
que funcionaba prohibiendo y castigando a la actividad sexual en
general- debe en este período retractarse y auspiciar el ejercicio
genital.
El superyó del adolescente presenta una doble función: imponer
nuevamente el tabú del incesto y, al mismo tiempo; permitir la sexua·
lidadex:ogátnica, no diferir,·lá pulsiOn instintiva.
Adolescencia y a posteriori 541

Por otro lado, en la adolescencia el superyó ha devenido en una


agencia interna, el adolescente es el responsable y depende de su
propio superyó. Mientras que durante la infancia la responsabilidad
de su conducta era dirigida por las demandas, costumbres y prohibi­
ciones de los padres. El niño cooperaba con ellos fundamentalmente
para evitar castigos o pérdidas de amor.
En esta etapa, el adolescente debe lograr la independencia respecto
a los padres en función de una mayor individuación. Su superyó
necesita desprenderse de las primeras relaciones de objeto, suavi­
zando las imagos parentales prohibidoras y reconciliadas con otras,
de padres más reales, sexualmente activos, permisivos, que 10 confir·
men en su identidad sexual.
Distintos autores consideran que la desestructuración temporaria
del superyó durante la adolescencia es debida a que el yo trata al
superyó como si fuera un objeto incestuoso del cual debe alejarse
como hace con sus padres de la infancia.
Este alejamiento que inclu~el~~r;~r:~~.~<'?~J~~~2.~_J~ces­
tuosos 5:o.!!J.Q~:::iiadies-es_un,$g&,~~.(LQ2lQXQ§,Qc,,,9..l!~~Tt:~CL~j~'!J~.Jlíilr,~Jij':
~~Ul~~i1Ja..,P.ér.dida"d.e....J.W...Q~ •.>k.;lmpr.
Pero, más aun, él debe renunciar también a las normas éticas e
ideales, correspondientes al ideal del yo, las que aunque internaliza­
das, están todavía muy ligadas al objeto incestuoso. El adolescente
debe tolerar el enfrentamiento con el duelo y la revisión de los pa­
trones establecidos, para formar y formular opiniones, ideas e ideales
de sí mismos que conducen gradualmente a su "Weltanschauung" \
a una cosmovisión cuestionadora. ALJ.!li~!.!m,Jje.wDQ....~lwodeJo Wil.­
_!e~no--=p"~!~r,Il.?,l'e,~H!t~,J2eriJJJj.d.s:L'y,,89,!8~.ca pasi~a.! sd 01 e~elól t~ ;Q~ WI
c5bt~ ...~~.. a..~.t~e.~~i,~~~.s.,.,Q!?.t~J9,~~~9$_~~~'
Lo más claro que resulta paTa~l, é:\dolescente.e.s 'lue.;ge.gSiit¡¡¡, .íiJeJarie
de aqt~!!.R.gyi]1g§ti,~~~¡::mQW·~Ato"l:PllStjtUYásu fIJeQt.e.oeSf.:i!lt;idi.\d:
SUSTaeDtifjcQ¡jQn~",.p.ª.n~Qtªl~~~~"i4,~ªl",q~):,,­

La necesidad ue se a odera del adolescente, de de'ar de ser "a


.!ravé~ d~' os pam.~s ~ira,1 e~g¡..a,ser é m~smoL re9uiere~~andono
de la imagen tap ideslizada y ~~ca 12are!,l!ai~_~r~ e1?,~<;>~tr,~r !dea~s
nuevos en otras figuras, de alsuna manera más adecuadas a la realid'ad'.
- No sólo el aaoresce~~~-ª~s..e.~~~proce'S(;""~~~e~1os"pa­
@s :f1e~~~: a¡S¿ííhide.s.,.p~.-ª¡;;~12H~!-:¡.~Ls,;~~~[I1~~~t.?_A~,~~~~:~~e~Cia
del sentp::m~nto.,geJec;h.ªzc;> .qt1~ ~xpePrn~n.tan Jre,.m~,~J~ ..a~~: t~I~C1~d
i~~Já:.JjP.r~.,.~paASi6Jl.Jle,J8".Ef,,~~~.~!ld~ ..~~~~~ ..~~J Esta
542 Luis Kancyper

situación ha sido denominada por varios autores como duelo por la


identidad y el rol infantil y duelo por los padres de la infancia 13.
El yo ideal es concebido como una formación esencialmente nar­
cisista, que tiene su origen, según Lacan 8, en la fase del espejo y
que pertenece al registro de lo imaginario. Mediante el proceso de
la idealización el sujeto se propone, como fin, reconquistar el estado
llamado de omnipotencia del narcisismo infantil. Tiene implicancias
sadomasoquistas, especialmente la negación del otro correlativa a la
afirmación de sí mismo.
La amenaza de perder la dependencia infantil "pone a prueba"
la estabilidad de los sistemas narcisistas que interactúan entre sí en el
plano intrasubjetivo del adolescente y que trasciende al plano inter­
subjetivo de los padres.
Esta amenaza de desprendimiento no sólo reactiva en los padres
los duelos del paso del tiempo, ante la pérdida del "nene-que-crece"
(temporalidad lineal), sino que al mismo tiempo y fundamentalmente
resignifica en ellos en forma retroactiva la asunción de sus propias
incompletudes, que a través del hijo obturador-siempre-presente, evi­
taban asumir.
La relación de los padres con el hijo se sustenta estructuralmente,
en diferentes grados, sobre la elección de objeto de tipo narcisista "­
El adolescente representa para cada uno de los padres y según la
ubicación en la fantasmática individual y de pareja: a lo que uno
mismo es, a lo que uno mismo fue, a lo que uno querría ser y privi­
legiadamente a la persona que fue una parte del sí-mismo-propio. De
aquí que la restructuración en el yo ideal durante la adolescencia
adquiera una conmoción particularmente dramática, por el choque
de sentidos, pues reabre a posteriori las heridas narcisistas no supe­
radas en ambas partes especulares.
El distanciamiento es vivido como un desgarramiento de la persona
que fue una parte del sí-mismo-propio, con la amenaza para el senti­
miento de sí de los padres y I o del adolescente de perder al sostén
que mantiene la estabilidad de la propia estructura narcisista. Sos­
tén que se nutre a partir de la imagen de los padres salvadores y
sobrevalorados para el hijo; y del adolescente idealizado y mesiánico
para los padres, reteniéndose ambas partes, a través de un suministro
continuo, en una prolongada adolescencia.
Este ideal de omnipotencia que bascula entre el adolescente y lo~
padres pone en escena las técnicas de desenganche y de renganch~
entre acreedores y deudores, entre padres e hijo en un movimiento
pendular a través del desafío.
Desafío que, si conduce al desenganche (a la discriminación y a la
asunción de la incompletud en cada una de las partes comprometi­

" .......

Adolescencia y a posteriori 543

das), promueve el crecimiento hacia la individuación del adolescente.


Al desafío como inquietud, que quiebra el silencio de las verdades
inmutables que al mismo tiempo que cuestiona lo establecido crea
productos nuevos, lo denomino "desafío trófico", pues está signado
por la pulsión de vida.
En cambio el "desafío tanático" se halla signado por la pulsión de
muerte, ya que, a través de la provocación sadomasoquista entre am­
o has partes aliadas, repite compulsivamente el "renganche" I El adol~i=
f csnte permap"... cntwenidg ..en. 1!11a~gueJ;rilJ~,.d.e,~stt:...s~:m_lo~
e~~~~!J2..~Ea ,g,y.s:slii!X final~~~1.~2!:t~~~4? en }lEa se~~?~~~~~~~.~~~ión,~_
?'

Resumen

En este trabajo, el autor destaca el lugar protagónico que ocupa el concepto


freudiano de a posteriori en relación con los fenómenos que aparecen en la
adolescencia, momento privilegiado de la resignificación retroactiva, del. é;! .~,
posteriori, pues constituye una nueva etapa libidinal, en donde se alcanza por
vez primera la identidad sexual genital como fenómeno psicológico y social.
Comienza diferenciando dos conceptos que llegan a ser fácilmente confun­
dibles en nuestra teoría y nuestra práctica analíticas: el de desarrollo y el ..
de historia.
El desarrollo no tiene nada de históril;Q, implementa una temporalidad .lineal
y apunta a la descripción de una serie de fases que no tienen nada de in­
dividual. ,,,-,
1" La historia, en cambio, es una serie de acontecimientos individuales para
cada sujeto y que marcan la vida de un individuo. Implica el uso de la tem­
poralidad con resignificación a posteriori, es decir, no un tiempo lineal sino un
tiempo en torsión. Ambas pueden ser complementarias. El principio de
continuidad genética implementa un tiempo lineal que apunta hacia la con­
cepción de la historia signada por un destino irrevocable: el sujeto "mar­
cado" por el primer objeto y el primer año de vida. El principio ,de a poste·
riori, en cambio, implementa un tiempo en continua reelaboración desde el
sujeto, apunta a una concepción psicoanalítica de la historia que reabre la
posibilidad siempre renaciente de desafiar aquel destino inexorable fijado por
los dioses. El sujeto se define según cómo se resignifica, es decir, según
cómo restructura su biografía para transformarla en su propia historia.
Negar el a posteriori es negar la posibilidad de que el sujeto, mediante e! •.
psicoanálisis, acceda a ser, en gran medida, autor responsable y no espectador
pasivo de su propio destino.
"Adolescencia: desafío y desenganche". Bajo este subtítulo, el autor desarrolla
el concepto de orden simbólico descrito por Lacan y retomado por Leclaire
como representante narcisista primario para postular que la historia del
sujeto nace antes de su nacimiento biológico y que es durante la adolescencia
r-período signado por el proceso de hallazgo del objeto con mandato genital
y más allá de las figuras parentales- cuando se produce inevitablemente la
colisión de sentidos, tanto en el sistema narcisista intrasubjetivo del .ado­
lescente como en el sistema narcisista intersubjetivo de y con los padres.
546 Luis Kancyper

befare his biological birth. And that it is during adolescence -marked by


the process of finding the object, with genital imperative and beyond the
parental figures- that the clash of meanings inevitably takes place both in
the adolescent's intersubjective narcissistic system and in the intersubjective
narcissistic system of and with the parents.
From the reading of the a-posteriori, the author describes the re-structuring
that takes place in the adolescent's ego, superego, ego ideal and ideal ego.
Finally, he discriminates between the concept of trophic challenge and
thanatic challenge.
Challenge as questioning that breaks the silence of unchangeable truths,
which, at the same time that it questions everything established, it creates
new products -this is the trophic challenge marked by the life instinct.
On the other hand, the thanatic challenge is characterized by death ins­
tinet since, through the sado-masochist provocation between both allies, it
compulsively 'repeats the "re-engagement" and' the adolescent remains enmeshed
in a mearing guerrilla werfare with his parents and ultimately arrested in a
pseudo-individuatíon.

, Bibliografía
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2. Freud, S. (1890), Los orígenes del psicoanálisis. A.E., 3.
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Buenos Aires, 1981, p. 27.

8. -, "La báscula del deseo". En El Seminario. Libro 1. Los escritos técnicos

de Freud. Edición citada, p. 254.

9. -, "Zeitlich - Entwickelungsgeschichte". En El Seminario. Libro 1... Edi­


ción citada, p. 223.

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ticas comparadas en niños y adolescentes. Paidós, Buenos Aires, 1961.
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lescente psicopático. En Psicoanálisis de la manía y la psicopatía. Paidós,
Buenos Aires, 1966.

:it.

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