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SEMILLA

La semilla de caña la constituye un trozo de tallo con tres yemas como máximo. La siembra de
semilla de caña de alta calidad, es probablemente el paso más simple e importante que los
cañeros deben tener en cuenta para mejorar la producción. Por esta importante razón, la
producción de semilla debe ser una parte integral en el planeamiento de la plantación. La calidad
de la semilla está determinada por la ausencia de enfermedades, la pureza varietal y la capacidad
de germinación. Las enfermedades más serias en el país como son el carbón, el mosaico, el
raquitismo de las socas y la roya se pueden propagar al sembrar semilla infectada. La producción
de semilla en semilleros manejados técnicamente es la forma más fácil de asegurar que la semilla
sea pura. Un semillero es un área exclusiva del cañaveral para producir la semilla, la cual debe
provenir del primer o segundo corte únicamente; la cosecha posterior se deja como caña
comercial. Los semilleros deben planearse con anticipación a a la siembra, con el fin de obtener la
cantidad de semilla necesaria para la plantación comercial. Una hectárea de semillero en
excelentes condiciones produce alrededor de 60 toneladas de semilla, con la cual se siembran
hasta seis hectáreas. La semilla de caña debe provenir de caña joven, de siete a nueve meses de
edad y del primer o segundo corte como máximo, para asegurar una germinación uniforme, evitar
la resiembra y minimizar el combate de malezas. Es importante tener en cuenta que, si se deja
transcurrir mucho tiempo entre el corte de la semilla y la siembra, puede disminuir la germinación,
el tiempo máximo recomendado es cinco días después del corte. Para evitar el raquitismo de las
socas, que puede trasmitirse en la semilla de caña, además de los cuidados en el semillero y en la
corta, los trozos deben ser tratados preferiblemente con calor, procedimiento que es parte
esencial de cualquier esquema de producción de semilla de caña. Existen varios métodos para el
tratamiento con calor: con agua caliente, con aire caliente y con vapor aireado; en el país se está
practicando el de agua caliente a 52 oC por veinte minutos a las yemas. La cantidad de semilla
necesaria para sembrar una hectárea oscila entre 8 a 10 toneladas de acuerdo con la capacidad de
brotamiento y macollamiento de la variedad y con el peso de los tallos, los que pueden ser
delgados.

PREPARACION DEL SUELO

La caña de azúcar es una planta perenne y su vida económica se prolonga durante varios ciclos ya
que permite cinco cortes (socas) o más, beneficio que se obtiene con una buena preparación del
terreno. La secuencia de las labores para la preparación y adecuación de tierras se describe a
continuación. Levantamiento topográfico: el plano topográfico debe incluir las vías internas de la
finca, la localización de los cercos existentes y la posición de la fuente de abastecimiento de agua.

Limpieza o descepada: consiste en eliminar los desechos de los cultivos diferentes a la caña o en la
destrucción de las cepas viejas, en caso de renovación. Nivelación: se debe efectuar en época seca,
siguiendo la conformación natural del terreno y con un desnivel de 2 por mil, el cual permite un
control eficaz del agua superficial, tanto para fines de desagüe como de riego. Se emplean traíllas,
tractores, moto niveladoras y landplane.

Subsolada: su objetivo principal es romper y fragmentar las capas de tierra impermeables que se
van formando en las tierras cultivadas, especialmente con este cultivo por el tamaño y peso de la
maquinaria de cosecha, para mejorar el drenaje interno y la aireación del suelo. Se recomienda
hacerla a una profundidad de 50-60 cm y una separación entre cortes de 1,50 m. Arada: esta labor
persigue romper y voltear la capa arable del terreno, a una profundidad de 25 cm en suelos poco
profundos y de 35-40 cm en suelos profundos, se debe efectuar en época seca, con arados de
disco o vertedera o también con rastras pesadas tipo Rome.

Rastrea: se utiliza para cortar, desterronar y voltear el suelo, hasta mullirlo, así como para destruir
e incorporar los residuos de cosecha. Se aconseja una o dos pasadas de rastra, utilizando rastras
de varios discos deben impedirse el afinamiento excesivo del suelo, especialmente en zonas muy
ventosas. Surcada: los surcos, si las condiciones y la topografía del terreno lo permiten, deben ser
trazados con gradientes de 1 a 2%, en líneas rectas o en contorno. Para esta labor se utiliza un
implemento, especial de zanjeadores o cuerpos. Existen surcadores de uno y dos cuerpos,
dependiendo de la potencia del tractor con que se hace la labor. Los surcadores trabajan a una
profundidad aproximada de 25-30 cm y la tierra que desplaza hacia los lados forma un camellón
que van entre los surcos. La semilla se coloca en el fondo del surco en la mayoría de las siembras y
a una distancia de 1,40 a 1,60 m entre surcos, dependiendo de la topografía del terreno la altitud
local y la variedad utilizada. Sin embargo, en las regiones muy lluviosas y en suelos pesados, se
debe utilizar un surcador especial, que es un implemento con tres cuerpos de zanjeadores,
distanciados 1,25 m y entre ambos cuerpos lleva un escardillo en forma de V que hace un pequeño
surco sobre el camellón. La semilla se coloca sobre el camellón en el pequeño surco que se ha
formado, para protegerlo de la humedad excesiva durante la germinación y desarrollo. NOTA: Para
evitar la erosión del suelo y la pérdida de fertilidad a largo plazo.

SIEMBRA

La siembra puede efectuarse manualmente o con sembradoras mecánicas. En el país se usa la


siembra manual. La siembra a chorro continuo es el sistema más recomendado, siempre que se
cuenta con semilla de buena calidad. La semilla se coloca acostada en el fondo del surco. Este
sistema, conlleva un ahorro importante en la cantidad de semilla requerida. Las distancias de
siembra más empleadas en el país son las de 1,40 a 160 m entre surcos. La semilla debe quedar
cubierta con una capa de suelo de 3 a 5 cm, un capa más gruesa retrasa la emergencia y puede
afectar la germinación de la semilla. La humedad es esencial para promover el brote de las yemas;
el retraso en el riego generalmente ocasiona una baja germinación de la plantación. MANEJO DE
LA PLANTACION

Resiembra Cuando los espacios son mayores de un metro entre una planta y otra, es aconsejable
hacer resiembras, para tener un buen tonelaje de caña y facilitar el manejo de las malezas. Cuando
la cantidad de semilla que debe resembrarse es muy alta, no es recomendable hacer la resiembra
ya que su costo es muy elevado. Se recomienda resembrar únicamente en caña planta, después de
la siembra. Fertilización El cuadro C1, resumen el ámbito de respuesta del cultivo a los principales
nutrimentos, a nivel nacional, lo que constituye un excelente apoyo en el momento de decidir la
dosis a aplicar dependiendo de las características del suelo. Durante la siembra, se recomienda
abonar únicamente con fósforo, colocándolo en el fondo del surco. La dosis oscilará entre 50 y 200
kg/ha de fósforo (P2O5), de acuerdo con la concentración detectada por el análisis del suelo;
regional; dicha cantidad representa entre cinco a diez sacos de 50 kg. de las fórmulas fertilizantes
ricas en el elemento, como la 10-30-10, 12-24-12, 8-32-8, 17-45-2 y la de triple superfosfato (0-46-
0). El abonamiento con nitrógeno y el potasio debe realizarse dos o tres meses después de la
germinación de la caña, en forma fraccionada, especialmente en zonas de alta precipitación. El
nitrógeno constituye el elemento de mayor importancia en la productividad. Su aplicación ha
producido una respuesta positiva en todas las pruebas realizadas sin embargo, debe adicionarse
en dosis óptimas, ya que dosis excesivas y tardías pueden afectar la calidad de los jugos, lo que
redundará en rendimientos bajos, especialmente en variedades de ciclo vegetativo corto (10-12
meses). Una buena disponibilidad de este nutrimento favorece un buen crecimiento, coloración
verde y alto vigor. Por el contrario, cuando hay deficiencia las hojas son de color amarillento, hay
retardo del crecimiento, muerte de las hojas viejas, menor número y diámetro de los tallos
molederos. La caña de azúcar, en sus primeras semanas de crecimiento absorbe y acumular un
exceso de nitrógeno, necesario para macollar y el desarrollo vegetativo, razón por la cual se
recomienda aplicar el nitrógeno al inicio del crecimiento (dos a cinco meses, dependiendo del
ciclo). La cantidad requerida depende de la duración del ciclo vegetativo de la caña. Para cañas de
ciclo de doce meses se recomienda una dosis promedio de nitrógeno de 100 kg/ha, equivalente a
siete sacos de Nitrato de Amonio; para cañas de ciclo de dieciocho meses, la dosis es de 150 kg
N/ha (11 sacos de Nitro de Amonio). En ambos casos, toda la dosis se suministra en dos
aplicaciones. Para cañas de veinticuatro meses, la dosis es 200 kg N/ha, cantidad que se aplica en
dos épocas y en partes iguales, la primera a los dos o tres meses y la otra a los cinco meses
después de la germinación. En términos generales las dosis de nitrógeno recomendadas son
menores para la caña planta y aumentan por los cortes. Se puede utilizar con eficiencia cualquier
fertilizante nitrogenado. Los más recomendados son: Urea (46% N), Sulfato de Amonio (21% de N
y 24% de S), Nitrato de Amonio (33% de N) y las fórmulas 26-0-26, 20-3-20, 15-3-31. La aplicación
de potasio a la caña es muy importante ya que los requerimientos del cultivo por este nutrimento
son mayores que los de los otros elementos. Se recomienda entre 80 y 200 kg K2O/ha, sin
embargo, la cantidad a adicionar dependerá de la concentración de potasio existente en el suelo.
Generalmente, este nutrimento se aplica junto con el nitrógeno cuando se utilizan las fórmulas
completas. Una vez realizada la primera corta, para caña soca el programa de fertilización se
basará fundamentalmente en nitrógeno y potasio. Para cañas de ciclo de doce meses, se aplican
en promedio 100 kg N/ha (siete sacos de Nutrán o quince sacos de 20-3-20) en dos aplicaciones,
dos y tres meses después de la corta. Para cañas de dieciocho meses se recomienda 150 kg N/ha,
en dos aplicaciones, a los dos y cuatro meses después de la corta y para cañas de veinticuatro
meses, 200 kg N/ha en dos aplicaciones entre los dos y cinco meses después de la corta. La
aplicación de dosis elevadas de potasio después del primer corte, se efectuará en casos
justificados donde los suelos son muy deficientes en el elemento y de acuerdo al estado de la
plantación, en vista de que es uno de los elementos más absorbidos y de mayor demanda en este
cultivo. Los rendimientos en la mayoría de las zonas de cultivo han evidenciado una respuesta
positiva a la aplicación de azufre. Dosis de 70 kg/ha de azufre, han producido buena rentabilidad.
Las fuentes usadas son Sulfato de Amonio (21% de nitrógeno y 23% de azufre) o fórmulas
completas que lo incluyan. Una situación semejante ocurre con el magnesio, el cual por su función
en la planta y porque es insuficiente en la mayoría de los suelos cañeros, es recomendable
incorporarlo en dosis de 60 kg de MgO/ha,

Se aplican en caña planta y segunda soca. Encalado El uso de cal es fundamental para corregir los
efectos de la acidez de los suelos, la cual afecta el crecimiento y desarrollo de la caña de azúcar.
Un suelo con concentración de aluminio intercambiable mayor de 0,3 miliequivalente/100 ml.
suelo, debe ser corregido mediante la incorporación de un material neutralizante como el
carbonato de calcio en la cantidad que el análisis y cálculo sugieran, entre cuatro a seis semanas
antes de la siembra para favorecer la reacción de la cal en el suelo. No es recomendable
incorporar el correctivo conjuntamente con los fertilizantes. La cal se puede incorporar después de
arar o rastrear, para asegurar la mezcla con el suelo de la capa superficial, práctica que asegura
una adecuada neutralización en esta zona de gran actividad de las raíces. La presencia de
humedad es fundamental para la reacción del correctivo en el suelo. En términos globales, la
respuesta a la cal varía entre 0,5 y 2 toneladas de carbonato de calcio por hectárea. Aplicaciones
de materia orgánica La cachaza es un derivado de la fabricación de azúcar y contiene en promedio
de 33% de carbono; 1,50'% de nitrógeno; 1,4% de P2O5; 0,39% de K2O y 3% de CaO. Se pueden
recomendar aplicar entre 80 a 100 toneladas de cachaza fresca por hectárea, sin hay posibilidad.
La producción de alcohol produce también un residuo final líquido, comúnmente llamado vinaza,
el cual ha constituido desde hace mucho tiempo un grave problema debida a su elevado poder de
contaminación. Sin embargo, las vinazas son un material cuya riqueza como fertilizante es elevada,
debido a su composición mineral, la cual en promedio es de 1,5% de K2O; 0,2% N y 0,2% de P2O5.
La forma más económica de distribución puede ser por surcos o canales de riego. La cantidad de
vinaza a incorporar depende de la fuente u origen, el tipo de suelo, número de cortes de la
plantación, factor de dilución, número de aplicaciones, etc. Los tipos de vinaza por su origen son:
concentrada, diluida y mixta. La primera tiene como origen la melaza, la segunda el jugo de caña y
la tercera la mezcla de ambas, por lo que el contenido nutricional varía según su procedencia.

NOTA: Para que la fertilización sea mejor aprovechada por los cultivos, es importantísimo conocer
el contenido de nutrimentos en el suelo. Combate de malezas Se ha encontrado que el período
crítico de competencia de la caña planta con las malezas, ocurre entre los veinte y cien días
después de la siembra y para las socas entre los veinticinco y noventa días después del corte. A
partir de los noventa o cien días del cultivo, la sombra que proyecta el follaje es suficiente para no
permitir el crecimiento de las malezas. El combate de las malezas en el cultivo de la caña debe ser
integrado, ya que no existe un método de combate único que proporcione un combate efectivo.
Para realizar un manejo integrado se deben considerar los métodos culturales, mecánicos y
químicos. Un buen manejo cultural de las malezas se logra: empleando la variedad recomendada,
usando semilla tratada con calor y de buena calidad, con una buena preparación del terreno,
proporcionando la humedad necesaria mediante riego para un rápido desarrollo del cultivo,
plantando en la densidad óptima de siembra de acuerdo con la variedad y la región, realizando un
buen combate de insectos y enfermedades y proporcionando un nivel adecuado de fertilización.
Los productos, dosis y épocas utilizados para el combate de malezas en caña de azúcar varían de
una región a otra y dependen de las malezas y otras factores ecológicos. En el cuadro siguiente se
presentan los herbicidas más utilizados y recomendados en el país, sus dosis y época de aplicación.

Respecto a la maleza Adicionar surfactante (0,25%) a los herbicidas recomendados Riego y drenaje
El riego en la caña durante la etapa de crecimiento en la estación seca y frecuentemente soleada,
aumenta significativamente los rendimientos en gran proporción. El requerimiento de agua para la
caña de azúcar varía de 1.600 a 2.500 mm/año. Esta variación se debe principalmente a la zona en
que se desarrolla el cultivo, aunque las necesidades de agua varían también según la etapa de
crecimiento en que se encuentra la planta. El agua que se aplica a la caña de azúcar no es
aprovechada en su totalidad por lo que hay que aplicar más de l estrictamente necesario. La
eficiencia media del agua aplicada por gravedad es del 40% y la de riego por aspersión del 70%. En
el país se usan dos métodos de riego: riego por surcos y riego por aspersión. En el país, el exceso
de agua en el suelo durante la estación lluviosa en algunas regiones, es un factor que causa
rendimientos bajos debido al poco desarrollo de la caña, por lo que es conveniente confeccionar
sistemas de drenaje. Al eliminar el agua en exceso, se favorece la germinación y desarrollo de las
raíces, ya que se favorece el recalentamiento del suelo, aumenta la resistencia a enfermedades y
acelera la maduración.

CORTE Y ALCE DE LA CAÑA


Corte de la caña de azúcar

Las actividades incluidas en esta etapa de la producción de la caña, son tan importantes como
todas las anteriores y se deben realizar bajo normas precisas para conservar y aprovechar toda la
cantidad y calidad del producto ya logrado. Con la debida anticipación al corte, se deben arreglar
los caminos principales, secundarios y terciarios, de tal manera que los vehículos que transportan
la caña, no tengan problemas en el trayecto al ingenio y su cumpla con el programa de entregas.
También con la anticipación conveniente, el cañero debe, asegurarse de que estén contratados los
suficientes cortadores para la zafra. En la fase de corte y limpia de la caña, el cañero debe poner
particular interés en vigilar que la caña se corte al ras del suelo, porque es en la base de los tallos
donde se encuentra la mayor cantidad de sacarosa, la cual se queda tirada en el campo si el corte
se hace alto y, además, da lugar a la entrada de hongos y bacterias que pudren las cepas. En el
caso de la caña que se cosecha sin quemar, los tallos se deben despajar completamente y
despuntarse correctamente, de modo que no se lleve al ingenio parte del cogollo por cortar muy
arriba, ni se queden en el campo esquejes con sacarosa si se corta muy abajo. Una vez cortada las
cañas, se deben acordonar en forma perpendicular al surco y los cogollos y la basura se deben
colocar aparte. La caña se debe cargar sin basura y sin tierra. Es necesario vigilar que no quede
caña tirada en el campo, además que se estibe y amarre bien sobre los vehículos de transporte
para que no se caiga por el camino. La caña no debe quedar cortada en el campo más de
veinticuatro horas y máximo treinta y seis horas, ya que, si pasa de ese tiempo, pierde peso y su
calidad industrial se deteriora al aumentar los azúcares reductores y bajar el contenido real de
azúcar. Los cargadores de caña entera, son los más usados en el país; también se usan en las
partes planas, cosechadoras llamadas combinadas, las cuales cortan en trozos la caña y la
descargan en las carretas que acompañan a la cosechadora.

ALCE

Se realiza normalmente con máquinas alzadoras de caña y ocasionalmente en forma manual,


procedimiento conocido como alcea rolito

Cosecha semimecanizada

La cosecha semimecanizada consiste en hacer corte manual del tallo a ras del suelo por parte de
corteros, quienes retiran el cogollo y las hojas cuando el corte es realizado en verde. La caña larga
es dejada en chorras ordenadas sobre el suelo, posteriormente es recogida por máquinas
alzadoras y depositada en vagones de transporte. El rendimiento de los corteros se reporta entre
2-4 t/hombre/día para caña semilimpia y entre 5-7 t/hombre/día para caña previamente
quemada.

Alzadora en sistema de cosecha semimecanizada.

Cosecha mecanizada

En la cosecha mecanizada se hace uso de máquinas autopropulsadas integrales, las cuales cuentan
con diferentes sistemas mecánicos e hidráulicos para cortar el cogollo, hacer el corte basal,
trocear los tallos, retirar las hojas y elevar la caña cosechada para depositarla en vagones de
transporte. El rendimiento de la cosechadora se reporta en 24-25 ton/h en caña semilimpia. En la
actualidad cerca del 50% de la cosechada caña en el valle geográfico del río Cauca se lleva a cabo
mediante el sistema mecánico.
Sistema de cosecha mecanizado con cosechadora autopropulsada, tracto articulado y vagón HD
20000.

Transporte de la caña hasta el ingenio

El transporte de la caña es de gran importancia, su objetivo es recolectar la materia prima


disponible en campo con alta eficiencia, garantizando el suministro de caña oportuno y suficiente
a la fábrica, en el menor tiempo entre cosecha y molienda, con bajos niveles de materias extrañas
(especialmente de hojas, despunte y tierra) y al menor costo, pues el propósito es obtener azúcar
de alta calidad y a precios competitivos. Su incidencia en los costos de producción siempre ha
tenido alta significancia, por lo que cualquier variación que se registre en esta etapa, resultará de
gran impacto en la rentabilidad del producto. La operación de transporte se lleva a cabo por medio
de carretas tiradas por animales, tractores con remolques, o camiones.

para el trasbordo de la materia prima a unidades de transporte de alta capacidad de carga,


traccionados por tractores y/o camiones, según la distancia a la fábrica. En otros casos, la
cosechadora carga directamente sobre el equipo de transporte, evitando el costo del autovuelco.
La expansión de este sistema está fuertemente asociada a la reducción del costo de cosecha y su
efecto en la rentabilidad del cultivo. También es importante destacar que las nuevas cosechadoras
son capaces de dejar una mínima cantidad de caña en el campo y se evidencian mejoras en la
eficiencia y costo del transporte, ya que la caña en trozos ocupa menos espacio que la caña larga,
incrementando la capacidad de carga de los equipos de transporte.

En el mercado existen diversas opciones de equipos para el transporte de caña cortada ya sea
picada o entera, entre los más innovadores se encuentran los siguientes: Vehículos con capacidad
de arrastre combinado de hasta 120 toneladas, que cuentan con una configuración de camión
rígido que les permite no solo funcionar como vehículos de arrastre, sino también para cargar
volcos sobre su bastidor con una capacidad técnica de carga sobre el bastidor de 26 toneladas,
vehículos hechos para operar en los terrenos difíciles que se presentan en los campos e ingenios
Otra modalidad de transporte es a través de tractores de 230 a 275 Hp remolcando trenes de
vagones con carga neta de caña cortada entera de 8 a 12 toneladas o de 34 a 45 m3 de capacidad
repartidas en 4 o 5 vagones. Los mecanismos de transporte empleados de manera eficiente,
constituyen un proceso importante para la optimización y la rentabilidad en la producción de
azúcar. Por ello, es necesario seguir recomendaciones para mejorar esta etapa entre la finalización
del proceso de producción primaria hacia la agroindustria, su mejora puede beneficiar a los
productores en campo y fábrica. La logística en el transporte debe hacerse con eficiencia y
eficacia, por ello se deben considerar las mejores opciones de acuerdo a las necesidades de cada
región y/o parcela.

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