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Guiados en el Espíritu Santo

El Espíritu nos puede dar dirección y nos puede guiar a cosas específicas, pero debes de
vivir bajo los mandamientos de Dios.

Hechos 8

Vamos a tratar de adquirir conocimiento de todo el mover del Espíritu, pero ni


sueñes que lo puedes llegar a estudiar. Mientras algunos lo estudian, yo lo
ministro; otros estudian teología, pero yo lo escucho a El. El es una persona, no es
algo, es alguien. El hace algo, pero no es algo. El descendió en forma como de
paloma, pero no es paloma; quema como fuego, pero no es fuego; embriaga como
vino, pero no es vino; te puede hacer hablar en lenguas, pero no es lengua. Es una
persona real, tangible. Les decía a todos los músicos que por qué cantan ese coro,
“aunque mis manos no te puedan tocar,” si sí lo podemos tocar. ¿Cuándo nos
vamos a poner de acuerdo en qué queremos? Cantemos lo que queremos.
Cantamos que con manos vacías nos presentamos ante Dios, y la Biblia la Palabra
acá que el Espíritu llenó a Jesús. Dice que no nos presentemos con las manos
vacías. Es un problema cantar cuando no se saben las Escrituras. Dice Llenos,
guiados en el poder. Si se dan cuenta, la transición entre que Dios te llena y
caminas en su poder, es ser guiado por el Espíritu Santo.

Hechos 8:29
Y el Espíritu dijo a Felipe acércate y júntate a ese carro. El Espíritu nos puede guiar
a cosas específicas como esta. Acércate a ese carro, dirígete a una colonia, ve a la
casa de alguien. Ese es al nivel que todos queremos que el Espíritu nos guié. El
Espíritu nos puede dar dirección, guiar, pero no dar guianza. El te puede dar
instrucciones. Aquí había un momento específico en que el Espíritu Santo le habló a
Felipe palabras que no estaban en ningún lugar del Antiguo Testamento o del
Nuevo Testamento. Sin embargo, el Espíritu Santo fue el que llamó a Felipe y le
dijo “acércate a ese carro”.

Hay gente que quiere ser guiada por el Espíritu violando los mandamientos del
Espíritu. Felipe sabía que el mandamiento era predicarle a todo el mundo, y el que
creyera y fuera bautizado, sería salvo. El mensaje que Felipe llevaba a esas
personas, de gran jerarquía, y lo que le presentó fue el mensaje de salvación. Pero
muchos quieren ser guiados por el Espíritu a no presentar el mensaje de salvación.
El Espíritu nos guía para presentar el evangelio. Si queremos conservar al Espíritu
como nuestro guía, y conservar el avivamiento, tenemos que seguir haciendo
aquello para lo cual Dios estableció a su iglesia. El modelo es importante. Después
de hablarle, sucede algo sobrenatural.

39 cuando subieron del agua, el Espíritu del Señor arrebato a Felipe… el evangelio a
todas las ciudades…

Soy guiado por el Espíritu para anunciar el evangelio. Mucha gente le llama
avivamiento del Espíritu a encerrarse en un closet todo el día, salga a hablar de
Jesús. Di: “Recibir unción es recibir trabajo”. Hay gente que tiene más unción que
yo, pero trabaja menos. No te van a medir por cuanta unción tienes, sino por los
resultados que obtuviste con la unción que te dieron. Conforme a la uses, va a
crecer su manifestación. Muchos de ustedes no han crecido porque han dejado de
compartirla con las demás personas.
Hechos 10:19-20
Y mientras Pedro pensaba en la visión, le dijo el Espíritu: He aquí, tres hombres te
buscan. Levántate, pues, y desciende y no dudes de ir con ellos, porque yo los he
enviado.
13 Y le vino una voz Levántate Pedro, mata y come.
El Señor había bajado un lienzo con animales inmundos y Pedro le dijo: “Jamás he
comido cosa inmunda”. Aquí hay pasajes donde podemos notar que el Espíritu
Santo nos puede guiar a cosas muy específicas. Puede ser que hoy que vayas a tu
casa, el Espíritu Santo te diga “desvíate y lleva esta Palabra”. Eso es fantástico,
pero el problema es que la gente sólo quiere oír eso del Espíritu Santo, y no que su
vida sea dirigida por El. He oído la voz del Espíritu Santo muchas veces en cosas
específicas. Recuerdo para una Navidad, el día 25 desperté y el Espíritu Santo me
dijo: “Quiero que tomes tu auto y salgas, yo te voy a guiar”. Tomé mi carro y vi un
restaurante abierto y pensé en tomarme un café. Pero el Espíritu Santo me dijo que
siguiera, que Él me guiaría. Me dijo que fuera a la colonia donde crecí y que parara
el carro ahí. Y lo hice. Cuando en eso, salió de la puerta una amiga de la infancia, y
me preguntó: “¿A qué veniste?”. “A visitarte,” le dije. Ella respondió: “Veniste en
un momento preciso, acaban de matar a mi hijo”. ¡Claro que se puede!

Estaba en unas Noches de Gloria orando en mi habitación y afuera estaba quien iba
a ministrar la música allá afuera. Pero me muestra el Señor cómo va a suceder el
culto.

Estando ahí, me muestra tres personas que van a ser tocadas por el Espíritu. Como
me muestra los nombres, las personas y cómo van a llegar vestidos en las
cruzadas. Cuando salgo, sólo miraba los pies del que iba a ser sanado. Cuando
íbamos en el carro le dije: “Vas a ver que en el servicio, a los tantos minutos va
haber una persona mujer que va a ser tocada por el Espíritu, luego un hombre…”
Tres señales le di. Me paro yo a ministrar, así como estoy hablando aquí. Y de
repente, una mujer tal como le dije, “va una”. Después, toca al otro, y le dije “van
dos”. Y luego, el tercero. “Te lo dije, y el cuarto sos vos”. El Espíritu nos puede
guiar en tantos detalles tan precisos, pero encuentra un problema que gente se
espiritualiza mas de la cuenta. El evangelio ya de por sí es místico, pero sólo así
quiere vivir. No le da un beso a la mujer si el Señor no le dice, no va a trabajar si el
Señor no los guía. Y el Espíritu no los está guiando a ningún lado.

Lucas 5:17
Aconteció un día, que él estaba enseñando, y estaban sentados los fariseos y
doctores de la ley, los cuales habían venido de todas las aldeas de Galilea, y de
Judea y Jerusalén; y el poder del Señor estaba con él para sanar.

Sin leer esta Palabra, ni sueñe ser dirigido por el Espíritu. El poder estaba para
sanar. Estaba Jesús haciendo lo correcto. Tú puedes estar enseñando y tener sobre
ti el poder para sanar, pero no estás sanando. Debes aprender a escuchar la voz
del Espíritu. Tú pudieras ministrar el poder de Dios fuera del tiempo en que Él
quiera que lo ministres. Hay que aprender a escuchar.

24 Pues para que sepáis que el Hijo del Hombre tiene potestad en la tierra para
perdonar pecados (dijo al paralítico): A ti te digo: Levántate, toma tu lecho, y vete
a tu casa.

¿Qué es lo que hace que el poder de Dios sea ministrado? ¿Una enseñanza, una
prédica o un mandato? ¿El poder que estaba sobre Él se manifestó cuando predicó
o cuando mandó? Los milagros, las sanidades, son una orden. Usted no va a
caminar guiado por el Espíritu Santo; para estar bajo el poder del Espíritu Santo a
no ser que aprenda de autoridad. Aquí puedo pasar enseñando no sabe cuanto.
Mucha gente quiere ser guiada por el Espíritu, pero muchos de ellos no respetan
autoridad, ni ministran bajo autoridad. ¿Se recuerdan cuando Jesús ayudo a un
hombre con más fe, y encontró a un romano? El reconocía autoridad, le dijo: “Tú
di la Palabra y mi siervo sanará”. Entonces, hay dos palabras que tienes que
aprender a administrar: la Palabra, que es la prédica y la enseñanza que difunde o
manifiesta el poder de Dios. El poder estaba ahí para sanar, pero no estaba
sanando hasta que Jesús dio la Palabra. La enseñanza y la prédica la vas a
aprender leyendo lo que Jesús dijo, pero la Palabra de autoridad, debes formar el
carácter en el cual está el poder de Dios. Ahí estaba siendo guiado, sabía que el
poder estaba y llegado el momento, lo usó. El pudo hacerlo diferente, sanarlo y
luego enseñar. No tiene idea cómo batallé yo con eso. Porque mucha gente
espiritualiza todo.

Fue a través de eso, que el Señor me enseñó el orden para ministrar. En tu célula
tiene que haber un orden. Si mientras hablas el Espíritu se derrama, mejor si te
callas tú, porque ahí manda el Espíritu. Pero mientras no lo haga, tienes que saber
cómo llevar el orden de la ministración.

Cuando el hijo de uno de ustedes estaba enfermo, yo oí la voz del Espíritu que me
dijo “dale a mamar tu dedo pequeño”. Y lo hice, y el poder de Dios derramándose,
yo va de predicar. Morir a uno mismo no es encerrarse en un cuarto a llorar.
Cuando el Espíritu te guía, muchas veces te va a guiar y no va a pasar lo que
pensabas que iba a pasar, hasta asegurarse que tiene tu obediencia pasen o no las
cosas, y cuando estés verdaderamente muerto, las cosas van a empezar a pasar.
Saben que les enseño a ministrar, a llevar bien su vida, pero el reino de los cielos
es sobrenatural. Cuando el Señor me dijo que comprara el terreno, sin dinero. Sólo
apareció una silueta y se desapareció. Me dejó hablando solo, y compramos y
empezamos a construir sin dinero. ¿Quién dijo que es dinero lo que necesitamos?
Es fe, para que sea por el poder de Dios, por la confianza en sus promesas.

Romanos 8:6

Porque el ocuparse de la carne es muerte, pero el ocuparse del Espíritu es vida y


paz. Así que, hermanos, deudores somos, no a la carne, para que vivamos
conforme a la carne; porque si vivís conforme a la carne, moriréis; mas si por el
Espíritu hacéis morir las obras de la carne, viviréis. Porque todos los que son
guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios.

Guiado por el Espíritu. Yo voy a caminar conforme al Espíritu. ¿Qué es caminar


conforme al Espíritu? He leído en no se cuantas versiones este versículo y la que
más me impresiona es la King James.Walk after the spirit, estos son los guiados por
el espíritu de Dios. Voy a caminar después del espíritu. Siempre vas a vivir entre la
carne y el espíritu, siempre estás entre dos. Y dice que los guiados del Espíritu
Santo son los que caminan después del espíritu, no de la carne. La carne te dice:
“No pidas perdón”, y la carne misma se siente, y empiezas a sentir una humillación
fea antes de ir a pedir perdón. Y la voz del Espíritu te dice: “Ve y hazlo,” ahora
estás entre lo que oyes. Si no empiezas con eso, mucho menos vas a pasar al
grado superior de ser guiado por el Espíritu Santo. O empiezas a caminar detrás del
Espíritu en todo lo que hagas o Él no te va a poder guiar. Los que siguen la carne
no son hijos de Dios.

Dice la Biblia que las obras de la carne son manifiestas, que son adulterio,
fornicacion, inmundicia, lascivia, celos, iras, contiendas, disensiones, y les digo que
los que practican tales cosas, no entran al reino de los cielos, mucho menos ser
guiados por el Espíritu Santo. Esto empieza en la vida diaria, donde debes decidir
seguir las obras de la carne o las del Espíritu. Dices: “A este le voy a decir tres bien
puestas”. ¿Eso te lo dijo el Espíritu? Pero después, quieren hacer milagros. Por eso
es que vemos mucha gente carnal hablando en lenguas, y los cultos es hablar en
lenguas y de ahí no pasaron. Camine detrás del Espíritu Santo. Dios me dijo que
me vaya a España a abrir una obra misionera, y le preguntan por su mujer y dice
“que se aguante”. Ese es el relajo espiritual que tenemos y por lo cual no vemos un
avivamiento en muchos lugares. Hoy te aseguro que viste al Espíritu y oíste a la
carne. ¿A quién seguiste? Esta siendo guiado por el Espíritu. Seguir al Espíritu te va
a meter en problemas, pero seguir a la carne, jamás vas a salir de ellos. Por seguir
a cualquiera de los dos, vas a tener problemas. Yo prefiero seguir al Espíritu.
Siempre te vas a aguantar de una o de la otra.

Esta es la clave para la santidad, no es una condición que vives, sino decisiones que
tomas, es de todos los días, a todas horas. No es que digas “soy santo”. La
santidad es “tengo opción A o la B”. Le dicen “Dé $10,000 y tiene el negocio”, y el
Espíritu le dice “si lo dejas de hacer, te prometo mejores negocios”. Y usted decide
no hacerlo. Todos pasamos por eso, todos. Pero no todos decidimos lo mismo.
Toma la decisión correcta por el Espíritu, practícalo y después de meses y años de
hacerlo, vas a notar la diferencia entre tu vida y aquellos que estuvieron en la
misma posición tuya que decidieron por la carne. Y se va a cumplir que el ocuparse
de la carne es muerte, y del espíritu es vida y paz.

Dice aquí que por el Espíritu hagamos morir las obras de la carne. Hay una versión
que no dice “hagas morir las obras de la carne”, sino que por el espíritu, hagas
afligir las obras de la carne. ¿Como así? Resulta que usted era muy chismoso, y
anda diciendo cosas de los demás. Estas en una posición en que naces de nuevo y
tienes esa obra de la carne que tu sabes que lo haces y llega el día que estas con
los amigos, oraste en la mañana y a la primera empiezas a hablar y se te sale. A
los cinco minutos se siente un redargullir que dice Te equivocaste. Cuando uno
quiere ser santo, esa cosa se siente bien feo. Y cuando vas al dormitorio en la
noche le dices Perdóname, no lo quería hacer. Dos semanas después, te juntas con
los amigos y están hablando y tratas de aguantarte, pero de repente dices si. Pero
vas y pides perdón, y la carne empieza a menguar. Tres semanas después, ya te
molesta esas conversaciones, y te alejas de esos amigos. La obra de la carne
chisme se murió, pero esta la obra de estar condenando a todos. En la próxima
conversación, estaban hablando mal, te levantas y los invitas a tu casa. Entonces,
te sientes tan bien, y el Espíritu empieza a encontrar a alguien a quien un día le
puede hablar y darle una instrucción.

Te conviertes al Señor y eras de aquellos que solo viendo mujeres se mantenía.


Ahora dices No. Vas con tu esposa, y medio miras de reojo, hasta que pasas y dices
Tengo la mía, Señor, la que me diste. Vea la suya, pero no la que no es. Eso es
hacer morir las obras de la carne. Cuantos de ustedes basados en estos dos
ejemplos, dicen yo tenia obras de la carne como usted las describe y hoy ya están
dominadas, gracias al Espíritu.

Aprender a ver

Debemos caminar por fe, no por lo que vemos. Poner nuestra mirada en las cosas
celestiales.

Aprender a ver

Debemos caminar por fe, no por lo que vemos. Poner nuestra mirada en las cosas
celestiales.

Lucas 5:17-24
Aconteció un día, que él estaba enseñando, y estaban sentados los fariseos y
doctores de la ley, los cuales habían venido de todas las aldeas de Galilea, y de
Judea y Jerusalén; y el poder del Señor estaba con él para sanar. Y sucedió que
unos hombres que traían en un lecho a un hombre que estaba paralítico,
procuraban llevarle adentro y ponerle delante de él. Pero no hallando cómo hacerlo
a causa de la multitud, subieron encima de la casa, y por el tejado le bajaron con el
lecho, poniéndole en medio, delante de Jesús. Al ver él la fe de ellos, le dijo:
Hombre, tus pecados te son perdonados. Entonces los escribas y los fariseos
comenzaron a cavilar, diciendo: ¿Quién es éste que habla blasfemias? ¿Quién
puede perdonar pecados sino sólo Dios? Jesús entonces, conociendo los
pensamientos de ellos, respondiendo les dijo: ¿Qué caviláis en vuestros corazones?
¿Qué es más fácil, decir: Tus pecados te son perdonados, o decir: Levántate y
anda?

Pues para que sepáis que el Hijo del Hombre tiene potestad en la tierra para
perdonar pecados (dijo al paralítico): A ti te digo: Levántate, toma tu lecho, y vete
a tu casa.

Estas son noches de unción y de enseñanza.

II Corintios 4:18
No mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las cosas
que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas.

No miramos las cosas que se ven, sino las que no se ven. Pues las cosas que se ven
son temporales, pero las que no, son eternas.

Podemos hablar de las terrenales y eternas. Pero déjeme hablar acerca de ver las
cosas que no se ven, no las que se ven. Como podemos caminar bajo el poder de
Dios si las cosas que vemos nos afectan en nuestra manera de hablar, de sentir, de
creer, más que las cosas que no vemos. Por ejemplo, quieres ser sano de la
enfermedad y todo tu énfasis está en ella. Lo que dicen los médicos, los pacientes;
pasas media hora hablando de eso, sin un sólo versículo bíblico. Te están afectando
más las cosas que se ven que las que no se ven. O tienes un pleito con una
persona, y ves el problema y no los demonios que no ves que están provocando lo
que ves. ¿Cómo puedes ser espiritual si el mundo nos condiciona la conducta a
nosotros?

II Corintios 5:7
Porque por fe andamos, no por vista.

Para caminar en el poder de Dios, caminas por lo que ves o no ves. ¿O será que lo
que tenemos que aprender es a ver? Tenemos que aprender a ver. Vamos a ver lo
que la vista tiene que ver con el poder de Dios. Cuando vemos algo,
inmediatamente, recibimos una influencia para actuar. Por ejemplo, si eres una
persona llena de prejuicios por lo que ves, no vas a poder caminar en el poder de
Dios. Vamos a Juan 4:35 y vamos a ver algunas cosas que pasan o pueden pasar
cosas en nuestra vida de acuerdo a lo que vemos.

No decís vosotros aun faltan cuatro meses para que llegue la ciega, he aquí os digo
Alzad vuestros ojos y mirad los campos porque ya están blancos para la cosecha.

Ustedes dicen que faltan cuatro meses, yo les digo alcen sus ojos porque ya está
lista la cosecha. La diferencia en lo que decimos está en lo que vemos; ellos decían
una cosa, por lo que ellos veían; Jesús decía otra por lo que él veía. Nos está
diciendo que él quiso enseñar a sus discípulos a ver lo que él mira, para que
podamos decir lo que Él dice. Jesús decía: “Yo veo a mi Padre hacer las cosas y
hago lo que veo a mi Padre hacer. Si no aprendo a ver como Él hace, tampoco voy
a hacer”.

Voy aprender a ver como Él ve para poder decir lo que Él dice. ¿Cuántos aceptamos
que hemos hablado en lo que vemos, no en lo que Jesús dice? Cuando voy a
México, les digo: “Ya dejen de decir que este país es duro; ese país tiene los cielos
abiertos”. Siempre que voy a ministrar noches de gloria, estoy solo. Mi esposa
puede estar en el mismo dormitorio, pero se va a otra área para dejarme a mí
adorar a Dios para poder ver lo que Él ve, para poder hacer lo que Él hace. Y estoy
en pañales, pero voy en el proceso, por eso se puede decir: “Hay alguien vestido de
tal color sanando”. Llegó una niña cuyo pulmón había sido perforado. Estaba en el
hospital, cuando dije la descripción de ella y que Dios la estaba sanando, y quedó
sana. Eso vi, eso hablé, y eso pasó. Llegó la niña en la cruzada a testificar. Por eso
dice la Palabra que los que son guiados por el Espíritu Santo piensan en las cosas
del Espíritu Santo, y se ocupan. Hay que ocuparse en las cosas del Espíritu Santo. A
veces estoy leyendo la Palabra en una cafetería, recibiendo del Señor, y se acerca
alguien y me dice: “Ahora que lo veo desocupado…”, quien le dijo que estoy
desocupado, es ahora que estoy ocupado. Cuando el Señor vio que aquellos no
veían, les enseñó que el problema que tenían era que no estaban viendo como El
deseaba que vieran. Vamos a empezar a ver diferentes cosas y de acuerdo a lo que
veamos, es lo que tenemos que hacer.

Mateo 9:36
Y al ver las multitudes, tuvo compasión de ellas; porque estaban desamparadas y
dispersas como ovejas que no tienen pastor.

Lo que El vio le produjo un sentimiento. Lo que veo afecta mis pensamientos,


sentimientos, mi manera de hablar, porque estaban desamparados y dispersos
como ovejas que no tienen pastor. Ovejas con pastor no están dispersas. El modelo
de Jesús persigue que podamos tener, pastorear, juntos en pequeños grupos a las
personas para satisfacer la compasión que Jesús tuvo o respetando la compasión
que Jesús tiene por la gente.

Cuando Él vio, sintió, conoció y habló.

Entonces dijo a sus discípulos: A la verdad la mies es mucha, mas los obreros
pocos. Rogad, pues, al Señor de la mies, que envíe obreros a su mies.

Cuando el vio la multitud dispersa, no dijo “tráiganlos los voy a sanar”. Los envió a
hacerlo y les dio una orden, rueguen. Cuando Jesús vio eso, ¿hizo algún milagro?
No. ¿O rogó para que existieran obreros? Mucha gente cuando mira la multitud lo
menos que hace es eso. Quiere decir que no miran como Jesús mira, ni siguen la
instrucción que Jesús dio. Pues se ponen a rogar por la multitud, cuando Jesús rogó
por obreros. Cuantos hemos orado por la mies, para que un día se conviertan y
Jesús los toque. Todo el mundo ora por los perdidos, pero El nunca dijo eso. El dijo
que oraran por los obreros. Ver como Jesús ve, puede cambiar mi visión. No es mi
visión, sino la de El. Dijo: “Necesito gente”. Cuando vio la mies, corrigió la manera
de ver, porque sino la mies se pierde.

En la primera, corrigió, en la segunda, rogó.

Lucas 21:1
Levantando los ojos, vio a los ricos que echaban sus ofrendas en el arca de las
ofrendas.
Levantando los ojos, vio a los ricos que echaban sus ofrendas en el arca de las
ofrendas.
Vio también a una viuda muy pobre, que echaba allí dos blancas. Y dijo: En verdad
os digo, que esta viuda pobre echó más que todos. Porque todos aquéllos echaron
para las ofrendas de Dios de lo que les sobra; mas ésta, de su pobreza echó todo el
sustento que tenía.

Tienes que aprender a ver como El ve. Jesús ve las ofrendas. Cuando Jesús ve,
Jesús habla. En la primera vio que la mies estaba lista, y vio que los discípulos no le
atinaban. “No, les dijo,” ya está listo. Cuando vio la segunda, las multitudes, rogó.
Y en esta tercera, enseño. Tú tienes que saber que hacer de acuerdo a lo que veas.
Hay lugares en los que llegó y todo el mundo está esperando que ministre la
unción, y no la ministro, porque no veo fe, veo ignorancia al respecto. Cuando voy
a un seminario, voy a renovar la mente de las personas. Porque he visto cantidad
de enfermos sanar, que siguen fracasados porque su cuerpo sanó, pero su mente
sigue atrasada en las escrituras y no se trasforman en su entendimiento.

Si se metió a la deuda irresponsablemente, ¿cree que eso lo va a componer una


oración? Arrepiéntase. Eso es lo que veo y por eso le estoy diciendo. La vez pasada,
pasé y la señora me dijo: “Ore por mis hijos porque están rebeldes”. Le voy a dar
una Palabra: “Edúquelos dice Dios”. Estamos tratando de resolver problemas con
los métodos que no son adecuados, debido a que no vemos como nuestro Señor
mira. ¡Cuán contaminados están los ojos con las cosas de la carne, del mundo para
que te opaquen la vista y no puedas ver como Jesús mira! Cuando vas manejando
tu carro o en el bus, ¿qué ves? ¿Qué ves en la gente? ¿En la gente que te ofende?
¿Qué te ataca? Por eso es que te vengas, porque no ves lo que Cristo ve. El vio de
diferente forma en la cruz del calvario, dijo: “Perdónalos, porque no saben lo que
hacen”. Según ellos, estaban crucificando a un blasfemo, que se decía hijo de Dios,
y lo crucificaron. No vieron, se equivocaron y Jesús sí vio lo que en verdad pasó.
Dijo: “Perdónalos, no saben lo que hacen”.

¿Qué ves, qué te enseñaron a ver y qué tienes que aprender a ver? Estaba
ministrando en Noches de Gloria y vi una joven que estaba encorvada. Yo dije:
“Señor, sana a esa encorvada.” El Señor me dijo: “la encorvada no es ella, sino el
demonio”. Cuando lo liberé, se pudo ver como se enderezaba ella.

Marcos 5:21-23
Pasando otra vez Jesús en una barca a la otra orilla, se reunió alrededor de él una
gran multitud; y él estaba junto al mar. Y vino uno de los principales de la
sinagoga, llamado Jairo; y luego que le vio, se postró a sus pies, y le rogaba
mucho, diciendo: Mi hija está agonizando; ven y pon las manos sobre ella para que
sea salva, y vivirá.

Verso 35 Mientras él aún hablaba, vinieron de casa del principal de la sinagoga,


diciendo: Tu hija ha muerto; ¿para qué molestas más al Maestro?

No temas, cree solamente. La noticia pondría en el principal un espíritu de temor,


intervino Jesús con la Palabra. Muchas veces tienes que ministrar a los de la casa
para sanar al que está enfermo. La vez pasada que fui a orar a un intensivo y me
puse a compartir de Jesús, el Señor me mostró que ellos tenían fe para aguantar el
problema, y no para salir de él. El Señor me dijo que me fuera, y que regresara al
día siguiente. Volví al otro día solo, entré al intensivo y le hablé al que no sabía que
oía. Le dije: “Te vine a sanar en el nombre de Jesús, y oré por él”. Al rato, entró el
pariente. La vez pasada, les conté que entré a otro intensivo, y cuando salgo, la
familia orando para que Dios lo recoja. ¿Por qué apuestan cuando hacen oraciones?
Siempre hacen la oración a favor de lo que más probablemente puede pasar según
su carne. ¿Cómo puedes orar para que alguien recoja a alguien? El dijo que
vayamos y lo sanemos, no nos dio opciones.

Tenemos que orar por una sola cosa, hasta que veamos el poder de Dios. Si se lo
lleva, es porque El es soberano y ahí no le toca meterse a usted. ¡Qué casualidad
que todos los que buscan en el discernimiento si es el tiempo o no, concuerdan que
sí lo es!

Y no permitió que le siguiese nadie sino Pedro, Jacobo, y Juan hermano de Jacobo.

¿Qué vio Jesús? ¿Vio la muerte? ¿O una siesta? Se llevó sólo a tres, ni siquiera a los
doce. Y que nadie los siguiera, Jesús protegía su fe. La fe se cuida más preciosa
que el oro. Si eres un hombre que camina por fe, cuídala, es tu mayor capital. Se
burlaban, mas Y se burlaban de él. Mas él, echando fuera a todos, tomó al padre y
a la madre de la niña, y a los que estaban con él, y entró donde estaba la niña.

Estábamos en la bodeguita, un domingo ministrando y estaba Efraín Abelar


predicando cuando atrás, en las aulas de niños había un desorden. Yo miraba que
el servidor entraba y salía, decía “hay una endemoniada allá atrás”. Entonces dije:
“Voy a tener que ir yo”. Cuando entro en la sala cuna, había una joven y le dije:
¿Tienes fe para ver a tu hermana libre? Una cosa te voy a decir: “Aquí manda el
Señor Jesús y después yo, así que enmudece”. Tienes que tomar autoridad. Recibí
una llamada telefónica y del otro lado se oían gritos, escándalos, era un espíritu
inmundo que se trasformó en sordo conforme el tiempo pasó. Me fui a la casa, y
cuando entró, estaba la jovencita que había estado poseída y me insultó, diciendo:
“Estúpido, ¿que están haciendo aquí?”. Le dije: “te callas”. Porque lo vi, le dije: “Si
es un demonio, lo voy a echar fuera y si no lo es, te puede venir uno”. Y empezó a
llorar y no era ningún demonio. Era alguien haciéndose pasar por demonio, y lo que
tenía era una concupiscencia de la carne.

Hay que aprender a ver.

Lucas 5:17
Aconteció un día, que él estaba enseñando, y estaban sentados los fariseos y
doctores de la ley, los cuales habían venido de todas las aldeas de Galilea, y de
Judea y Jerusalén; y el poder del Señor estaba con él para sanar.

Dio una palabra de fe. Verso 24 Pues para que sepáis que el Hijo del Hombre tiene
potestad en la tierra para perdonar pecados (dijo al paralítico): A ti te digo:
Levántate, toma tu lecho, y vete a tu casa.

El vio la fe de ellos después de hacer todo lo que hicieron, tuvieron fe para llegar,
para subir al enfermo, para dejarlo. Si al llegar, se regresan, se pierden el milagro.
Cuando hayas aprendido a ver la fe que la gente tiene, te toca soltar una palabra
de fe, sino vas a disparar palabras por todas partes y no va a pasar nada. La clave
de lo que dices esta en lo que oyes y miras, poniendo nuestra mirada en las cosas
de arriba. Si no empiezas a buscar la fe en la gente, veras solo el entusiasmo. El
Espíritu Santo me dice cuando veo a la gente si estoy viendo entusiasmo.

El poder de Dios y tu identidad

Cuando se derrama el poder en un lugar y no se administra, se puede quedar solo allí,


pero cuando se orienta para lo que Dios lo dejó, produce crecimiento

Las últimas dos enseñanzas han tratado de cómo caminar en el poder del Espíritu
Santo. La primera es ser guiado por el Él, ocuparte en las cosas del espíritu y no de
la carne, pensar en las cosas del espíritu y no las de la carne. Para poder ser guiado
por alguien, uno tiene que oír a alguien. Si tú aprendes a escuchar al Espíritu
Santo, para eso se requiere quietud y silencio. La carne es especialista en querer
hablar, por eso es que cuando oramos, lo hacemos a veces como loros, y nada más
terminamos de decir lo último, nos levantamos y nos vamos. No hacemos tiempo
para escuchar a Dios, no nos quedamos ahí hasta que nos hable. ¿Cómo sabes que
Dios te habla? Lo vas a saber; no te preocupes, tienes un chip adentro que
reconoce la voz de Dios cuando eres una persona que lee la Biblia. Si no lo haces,
te puedes confundir oyendo cosas. Los espiritistas son los que oyen cosas, pero no
leen este libro; los curanderos, los brujos, tanta gente que dice que oye, pero no
lee.

Este libro costó la sangre de muchos profetas, incluyendo la del hijo de Dios,
Jesucristo. Si tú quieres ser un ser espiritual, la Palabra dice que Jesús dijo: “Las
palabras que yo os he hablado, son espíritu”. Nadie está lleno de espíritu sin estar
lleno de Palabra. Lee tu Biblia kilometrada, subráyala, anótala. No tengas miedo, el
libro como tal no se ofende si haces eso, pero tú vas a identificar mejor dónde
queda cada pasaje. Tienes tu propia manera de encontrarlos, de anidar un pasaje
con otro, así que métete en la Palabra del Señor. La segunda enseñanza que di fue
acerca de aprender a no sólo oír, sino a ver, y conforme vemos, así actuamos.
Terminé con un pequeño laboratorio, puse personas a orar y les dije: “Ve y miras a
quién escoges”. Tenemos que aprender a ver para saber si oramos, para ver si
instruimos, si corregimos o para ver si decimos una palabra de fe. Entonces, ¿qué
es lo que vemos que está pasando? Eso es lo que nos indica qué tenemos que
hacer. La unción se administra, todo poder que no es bien administrado es
peligroso. Ahora bien, di conmigo: “Mi identidad y el poder de Dios”. Difícilmente
vamos a saber quién es Dios y su poder si no sabemos quiénes somos nosotros
también. Y te voy a enseñar algo muy poderoso esta noche, espero que lo tomes:
Marcos 3:7-12. Diga conmigo: El Señor no sólo decía, sino hacía. Ahora di conmigo:
“Yo predico diciendo y haciendo”. Ahora diga conmigo: “Donde el poder de Dios
está, y su Palabra se predica, la multitud es inevitable.

Cuando se derrama el poder en un lugar y no se administra, se puede quedar solo


allí, pero cuando se orienta para lo que Dios lo dejó, produce crecimiento. Pablo
decía: “Yo no vine a ustedes con palabras persuasivas ni humana sabiduría, sino
con demostración”. Di: showtime, esa palabra es demostración en el diccionario en
griego. Y eso era lo que Pablo quería decir en Corintios cuando yo la leí, que la
demostración de espíritu en esa palabra “demostración” quiere decir “show,
enseñar, mostrar” a la gente algo. A veces yo estoy orando en mi cuarto, en el
hotel o donde esté, antes de las Noches de Gloria y la unción preciosa inunda el
dormitorio. Y yo siento que no me da el cuerpo, que me voy a morir literalmente y
me siento hinchado del poder de Dios, aunque usted no crea me hincho algunas
veces. Y cuando empiezo ya a ver los milagros y ver lo que va a ocurrir y a tener
visiones, yo le digo al Señor: “showtime”. Y no estoy hablando del show que Ricky
Martin quisiera ver. Dios tiene su show, fue Dios cuando hizo lo cielos, las estrellas,
los colores… Eso es un show y el mundo ha tratado de copiar eso. Como nosotros,
no usamos la Palabra entonces creemos que es una mala palabra, y en la Biblia no
lo dice; entonces, cuando tú empiezas a comprender las palabras en la Biblia que
pegan contra tus prejuicios religiosos. Donde quiera que tu vayas no lleves solo
palabra si no una demostración de el espíritu. Diga conmigo: donde quiera que yo
vaya, llevaré Palabra y demostraré y mostraré el poder de Dios. ¿Qué tenemos que
hacer cuando vayamos a un lugar? Mostrar el poder de Dios. Jesús les dirá eso;
cuando demostraba el poder de Dios, tenía la atención de la ciudad entera, la
ciudad se agolpaba para ver qué iba a hacer. Por lo que hacía, se ponían a
escuchar qué iba a decir. El poder de Dios no lo dejó así por así, capta la atención
y hecho este estruendo, dice: Hechos 2, que se junto la multitud. ¿Cuántos se
juntaron? La multitud.
Di conmigo: “Mi célula estará llena, la gente se va a agolpar a la puerta de mi casa
porque demostraré el poder de Dios, amén”. Si queremos que nos pase lo que a
Jesús le pasa, tenemos que hacer lo que Él hacía. Por eso, estás aquí aprendiendo.
Dice la Palabra del Señor ahora acá: Y dijo a sus discípulos que tuviesen siempre la
barca lista a causa del gentío para que no le oprimiesen, porque había sanado a
muchos. De manera que por tocarle, cuantos tenían cargas, caían sobre él y los
espíritus inmundos al verle, se postraban delante de él y daban voces diciendo:
“Tú eres el hijo de Dios”. En las Noches de Gloria, yo he querido hacer algo: Le voy
a contar algo como iglesia, como mi familia, como su pastor. A pesar de lo
cansados que son los servicios, hubo un tiempo que dije: “Yo voy a saludar a las
gente”, porque algunos dicen “me voy a la cortinita”. Entonces me puse a saludar a
la gente, pero no querían saludar sino que llorar, peor cuando ven el poder de Dios,
es difícil poder hacerlo. Cuando todas las Noches de Gloria comenzaban, oramos
uno por uno para que el Espíritu Santo fuera lleno, pero si es así, no vamos a
terminar nunca de llenar el mundo. Uno por uno no terminamos nunca, y le pedí al
Señor que me diera una estrategia para que todo el mundo fuera lleno y sano sin
que tuviera que bajar a tocarlo, porque intenté hacerlo en Ecuador, casi me
quiebran el codo.

Les voy a contar esta anécdota: En Venezuela, igual hay que tener la barca lista
por causa del gentío en Venezuela le digo a Raúl: “¿Por dónde me van a sacar? La
gente cuesta que comprenda eso, pero a Jesús eso le pasaba. El estadio y la tarima
estaba al frente, en medio llena y yo dije “voy a salir por atrás, pero lamentable
mente el chofer del carro no lo puso donde estaban las gradas. Entonces yo bajé y
el carro estaba hasta el otro lado, entonces empecé a caminar al carro cuando de
repente del otro lado, iba una mujer pasadita de libras. Siendo sensato, estaba un
poquito más que pasada de libras y grande, pero como hacían en las películas, yo
venía y ella hacía contra mí. Y decía: “Pastor Cash”, y me abrazaba. La gente la
quitaba y les dije que no la quitaran, y me tiran a la camioneta ya iba yo todo
mareado. Luego, una niña se quiere meter, pero no podemos hacer eso. Yo creo
que Jesús por eso decía “tengan lista la barca por causa de gente, dice la Biblia que
la gente le caía encima. Lo que te quiero decir es que cuando el poder de Dios te
acompaña, te van a pasar cosas gruesas. En el congreso, hicieron una sección para
firmar libros; los niños se me sentaban en las piernas y todo. Al día siguiente, me
dijeron que ellos querían que la gente fuera tocada por mí y sólo oré y la gente que
estaba allí antes de que entraran, quedo sana. Y cambio el ambiente y la gente se
caía al entrar. Diga conmigo: “yo administro el poder de Dios”.

La Palabra dice: Mas Él les reprendía mucho para que no le descubriesen. Jesús
hacía lo que hacía porque sabía quién era. Mientras no sepas quién eres, no vas a
poder administrar el poder de Dios como debes. Mentira que el poder de Dios va a
ser manifiesto con gente de problemas o gente rechazada. Y toda esa gama que
existe de mentira que se va a manifestar con hombres de falsa humildad que no
tienen identidad. Muchos hombres decían que eran profetas, pero Elías sabía que él
era Elías, el profeta porque tenía una identidad y que era alguien, no uno más.
Pablo decía: “Aunque yo no sea apóstol a otros, sí lo soy a ustedes. Él no entendía
que no era ni para quienes no era, sino que sí era y para quienes sí era. Entonces,
tú tienes que comprender que no sólo eres un hijo de Dios, tienes que pasar tiempo
con Dios para comprender quién de esos hijos de Dios eres tú. Volviendo al
laboratorio, le dije a un joven que lo puse a orar por una jovencita, pero cuando oró
no le vio la fe a él y cuando yo me voltee, dije “lleno”. Y se fueron los dos para
abajo. Para darle fe a la gente, ellos te la tienen que ver a ti también. Puede ser
que no demuestre fe, porque eso no sirve para nada Dios. Necesita gente segura
que sabe quién es, para lo que sirve; que sabe para lo que la mando Cristo, sabe
que Dios camina con el que desarrolla una seguridad en sí mismo también. Si no te
conoces tú, no conoces al Señor. Dice que el poder salía de Jesús. Lucas 6:17. La
gente llega a tu célula para oírte. No puedes quedarte callado. Diga conmigo: “Va a
llegar el día, en que vamos a ver que todos sanen”.

Deja de dar Excusas

La excusa es la pereza. La excusa de muchos es la familia, pero pregúntele si está con


ellos. Se recuerdan del rey que hizo su cena, ¿qué fue lo que dijeron todos los que no
llegaron? Excusas. Dios nos dio el entendimiento hagamos buen uso de el.

Hace quince años, trabajaba con mis papás en Bisel, la tienda cristiana. Soy hijo
único y estaba bien en la empresa, todo iba bien, pero de repente, se me ocurrió
empezar a vender radios. Un día, platicando con mis papás, a ellos no les gustó que
le dedicara más tiempo a los radios que a Bisel. Me sugirieron que me dedicara
mejor a los radios, porque usaba los recursos de la empresa para trabajar en eso.
Ellos tenían razón, porque en el fondo, estaba actuando mal. En el momento, me
dolió, pero decidí dedicarme a vender radios. Quiero que comprenda lo que pasé
hace quince años. Mi esposa estaba esperando bebé, yo ganaba muy bien en Bisel
y los radios era lo que me daba los lujos, pero ahora tenía que ver cómo hacía para
vender más radios. En ese momento, aprendí eso de no dar excusas. Pude haber
dicho: “¿Por qué me hacen eso mis papás? ¿Ahora qué voy hacer? Y poner excusas
en lugar de creerle a Dios que me podía bendecir, que él es el que da el poder de
hacer las riquezas. A veces, uno está confiado que las riquezas son lo que los papás
le dan. Pero empecé a trabajar, a diezmar, ofrendar hasta que el Señor me levantó
y empezamos a ser la empresa número uno en radios.

Pero, ¿qué hubiera pasado si yo no me decido a hacer esto, si pongo excusas? No


tuviera lo que ahora tengo, sería imposible estar donde estoy ahora. Pastores,
¿ustedes creen que de la manera en que llevan el camino van a llegar a ser algo
como quieren hacerlo? ¿O tienen que hacer cambios y esforzarse más, trabajar
mejor en la visión? Nadie está imponiendo aquí la forma de hacer las cosas, sólo
estamos compartiendo cómo lo hacemos en Casa de Dios.

Ya no más excusas para estar mal. ¿Cuantos aquí tenemos una excusa ahorita? O
¿cuánto hemos aprendido hoy en el CIEM que adentro de nuestra mente decimos
“eso no se puede en Venezuela, en Colombia, etc.?” Sean honestos, cuántos de los
que han venido, alguien ha puesto una excusa diciendo que no se puede hacer. La
verdad, no puedo creer que todo les parezca perfecto y eso va a funcionar. Si yo fui
a ponerle excusas al pastor cuando trajo lo del Modelo de Jesús. Yo soy el que
preside el equipo de servicio, pero en las redes soy el 144 del pastor. El pastor Raúl
tiene sus doce, pero yo soy de los doce de los doce del pastor Raúl. Pero ¿cómo es
posible? Di un montón de excusas, y esas son las que tienen que evitar que su
gente dé. Cuando se dio cuenta uno, llega tarde a la repartición, pero entré y ahora
no me arrepiento. No se imagina lo alegre que ha sido juntar a los doce y trabajar
en la visión. Usted tiene el poder de cambiar, y por lo tanto, debe dejar de dar
excusas. Una excusa es un intento para salir de una obligación o un deber. Es un
intento de removerse de la situación. ¿Por qué un intento? Porque uno da una
excusa hoy, otra mañana. Tarde o temprano, Dios nos va a poner cara a cara y uno
no puede dejar de dar excusas. Pero, ¿después de cuántos años? ¿Cuántas ovejas
pudieron haber perdido, por dar excusas? Sólo por un intento. ¿Cuántos están
pensando ya en sus excusas?

Ahí es donde uno vive el evangelio real, vive el estar invitando gente, el hecho de
estar llamando y consolidando, estoy en los dos lados. Pero que paso? Puse
excusas, y eso es lo que ustedes deben evitar. Cuando te des cuenta, estas tarde.
Pero tarde o tempano Dios nos va a poner cara a cara y no vamos a poder poner
excusas. ¿Cuántas ovejas pueden haber perdido ustedes por dar excusas?
Recuerdo cuando la gente llegaba a la empresa a preguntar si vendíamos GPS, y yo
hasta me enojaba y les decía que no, que teníamos radios. Y decía: ¿Para qué
vamos a traer eso, nadie lo va a comprar? Como a los dos años de dar excusas, nos
decidimos a traerlos y nos convertimos en el representante para Guatemala en la
venta de GPS. ¿Cuántas personas alguna vez han pasado por alguna calle y han
dicho: “Este punto está bueno para poner un salón, una boutique, un restaurante,
un taller… pero luego, empiezan a dar excusas? “Tal vez sólo es cosa mía,” dicen y
a los seis meses, pasan por esa calle y está el salón de belleza que ustedes
pensaron, y lleno de gente. ¿A cuántos les ha pasado? ¿Qué excusa han dado para
no hacerlo? Y Dios les dio la idea, pero como dijeron que no tenían tiempo, que
iban a consultarlo, y el otro dijo: “Yo sí me apunto”. Y lo peor es que se han
juntado con el dueño y les ha dicho: “Me va muy bien, voy a poner otro”.

Este nuevo templo nos va a servir de bendición. Podemos dar un montón de


excusas o empezar a orar para que Dios nos provea para construirlo. ¿Cuánto
dinero tendremos que juntar para hacer este templo? Yo me estoy autopredicando
hoy. Jesús encontró un hombre que tenía una enfermedad. Imagínese ese hombre,
sólo se lo parafraseo. En el estanque de Betesda, dice la Biblia así. Imagínese,
¿cuántos enfermos debe haber habido en ese estanque? Tal vez cuando bajó el
ángel, no le dio tiempo de llegar porque alguien se tiró antes. De repente, se iba a
volver a tirar y alguien más lo hizo. Como a la tercera o cuarta que no llegaba,
supongamos que tenía un año de estar esperando, se sentó y estaba tan enfermo
que estaba tirado, y cuando aparecía el ángel, estaba dormido. Cuando de repente,
pasó alguien y le dio una limosna. Todos los que pasaban le daban una limosna y
después de un año de estar pidiendo, decía “que venga el ángel, que yo estoy bien
así”. que cada cierto tiempo, bajaba un ángel y dice que el primero
que se tiraba, sanaba. Había un enfermo que tenía 38 años de estar

Y así, 38 años de estar esperando. Cuando Jesús llega, le dice: ¿Quieres ser sano?
El le dio excusas. Realmente, no quería ser sano. Es más, no sé si realmente le hizo
un bien al sanarlo. Porque ya sano, no podía seguir ahí pidiendo limosna. Porque lo
iban a mandar a trabajar. Treinta y ocho años de no hacerlo, ¿qué iba a hacer? No
les estoy diciendo que sean limosneros, al contrario, pueden ser unos grandes hijos
de Dios. Estamos viviendo de la limosna en nuestra vida. Sólo recibimos un poquito
de lo que Dios tiene para nosotros, cuando pudiéramos estar recibiendo todo.

Proverbios 26:13

Dice el perezoso: El león está en el camino; El león está en las calles.

La excusa es la pereza. Los que me conocen saben tengo una gran actividad. Nunca
paro; sin embargo, en los últimos años, siento que me quedé un poco. Cuando me
llamaban para pedirme un proyecto más complicado, decía que no, ponía excusas.
La excusa de muchos es la familia, pero pregúntele si está con ellos. Se recuerdan
del rey que hizo su cena, ¿qué fue lo que dijeron todos los que no llegaron?
Excusas. Y por estarlo haciendo, perdieron la bendición. Pastores, quisiera que me
invitaran de aquí a un año a sus iglesias y me mostraran el “bum” que habrá en
ellas. ¿O vamos a dar excusas? ¿Quiénes vamos a salir de aquí con ganas de
mañana empezar un proyecto nuevo? Quisiera que desde ya empezara, y dijera:
“Quiero ver cómo hago para abrir el negocio que quería abrir; quiero dejar de hacer
lo malo y empezar a hacer lo bueno”. Ustedes hoy reflexionen y piensen, oren,
Dios nos dio el entendimiento.

Por aparte, ¿cuántas excusas hemos dado cuando Dios se quiere acercar a
nosotros? Yo hice un listado de siete excusas para no ir al cielo.
1. Todo el mundo lo está haciendo.
2. Los tiempos ya cambiaron.
3. Yo no creo igual que tú.
4. No importa lo que tú crees, mientras eres sincero, Dios te perdona.
5. Yo no entiendo. Cada vez que algo se complica, dice: “Yo no entiendo”. Y
nunca va a entender. No finja demencia.
6. Lo dejaré hasta más tarde, o típico latino, “mañana”. ¿Será que llegamos al
cielo con el mañana?
7. No soy tan malo.

Si tú estás aquí hoy, crees alguna de esas siete excusas y sabes que Dios te está
hablando y quiere que arrepientas, te acerques a él, hazlo hoy. Mañana puede ser
muy tarde. Son dos llamados, los que ya estamos haciendo las cosas bien y vamos
para mejorar, empecemos mañana con un proyecto nuevo de cambiar las cosas y
hacerlas mejor. Y los que Dios quiere acercarse a nosotros, y nosotros seguimos
dando excusas para no acercarnos a Él. Dios nos va a cambiar hasta que algún día
estemos pidiendo más. Hoy Dios sólo quiere que te acerques a El.

A mí me impresionó algo cuando estaba viendo un programa, donde hablaban que


estaban fuera de Wallstreet y le preguntaron a un hombre: “¿Cuál cree usted que
son los dos problemas mayores de América?”. El hombre respondió: “No lo sé y no
me importa”. En la entrevista, la persona decía: “Correcto”. Los dos problemas son
que la gente no sabe cuáles son los problemas y no le importa. Creo que a ustedes
como pastores, sí les tiene que importar los problemas de su congregación. Ya no
demos excusas, debemos dejarle más tiempo a la gente. Ahora, les hablo a los
empresarios: Ya no den más excusas, empiecen a honrar a sus pastores, ya es
hora. Son los hombres de Dios aquí en la tierra. Digo “son”, porque yo estoy de los
dos bandos, pero les hablo como empresario en este momento. Como enseñé en el
CIEM, que eso fue lo primero que hizo Abraham cuando regresó vivo y salvo gracias
a las oraciones de Melquizedec. Lo honró porque estaba tan agradecido de estar
vivo después de una guerra, que lo único que podía hacer es decir “gracias”. Ya no
den más excusas para no honrar a sus pastores. Yo he honrado al pastor por años.
Un año creí que ya no era necesario hacerlo y fue el peor año de mi vida. Siempre
vengo a contar lo positivo de mis empresas, pero el año pasado perdí más de lo
que gané. Y me recordé que había dejado de honrar al pastor.

Pastores, honren a sus empresarios, sin ellos, las iglesias se quedan igual de
pequeñas. Dedíquenles tiempo, necesitamos mucho tiempo de ustedes. Vivimos
bajo mil presiones, tentaciones, problemas y, a veces, los pastores no se acercan a
los empresarios porque creen que la gente va a creer que se acercan a ellos por su
dinero. No crea esa mentira del diablo. Dejen de dar excusas, háganlo. Ustedes
saben lo que tienen que hacer, de los dos lados estoy hablando. Ya verán cómo los
va a bendecir Dios.
Las Huellas del Amor

El pecado ha dejado sus marcas y heridas en mucha gente y en nuestra sociedad, pero el
amor puede sanarlas. Jesús también vino a dejar su huella en este mundo y nadie ha
dejado ninguna tan grande.

Efesios 1:13-14

En El también vosotros habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra


salvación y habiendo creído en El, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la
promesa, que es las arras de nuestra herencia hasta la redención de la profesión
adquirida para la alabanza de su gloria.

Quiero hablarle de esto, quiero comenzar con las arras del Espíritu, y luego me voy
a pasar al sello del Espíritu Santo.

Las arras son algo que se da en garantía para cumplir una promesa. Todos los que
han ido a comprar una casa en construcción, saben que dan el enganche, firman
una promesa de compraventa y dan una cantidad en arras. Por ejemplo, que da
$10,000 en garantía. Y si cuando la casa se construya, esté terminada, usted no la
compra, pierde esta cantidad. Si lo hace, eso se le abona al precio de la casa. Lo
mismo pasa si el vendedor ya no se la quiere vender. Es la garantía de una
promesa que usted hace. El Señor nos dio a nosotros grandiosas promesas, las más
bellas y poderosas que hay. Nos ha prometido bendecirnos grandemente. Dios no
necesitaría jurar que va a cumplir esas promesas, pero se lo juró a Abraham. No
necesitaría dejarlo por escrito, pero lo hizo. El no necesitaría una garantía, pero la
dejó. Su Palabra debería ser suficiente, porque El mismo dijo que el cielo y la tierra
podían pasar, pero su Palabra no. Pero Dios no queriendo que dudes, ha dejado
una garantía. Y entonces te dejó las arras, pero El me imaginó que se puso a
pensar qué arras dar. Te pudo haber dado un pedazo de tierra, oro, pero te dio la
mayor de todas las garantías, que fue la presencia del Espíritu Santo. Dijo: “Voy a
cumplir la promesa y para demostrártelo, que ese día va al llegar, te dejo a mi
Espíritu Santo en garantía”; como diciendo: “Si no cumplo, te quedas con el
Espíritu”.

Si usted pudiera arrancar al Espíritu Santo de la trinidad, lo cual es imposible,


entonces cabría la posibilidad que Dios fallara, pero como el Espíritu Santo es uno
con el Padre y el Hijo, es imposible que El le vaya a fallar a usted. Fíjese que no le
dio $10,000 en garantía, sino su propio ser en garantía y quiero que preste bien
atención a esto: Cuando pensó en bendecirlo, dio lo mejor que podía dar. Cuando
te creó a ti, lo hizo a imagen y semejanza de El, no a imagen y semejanza del
mono. Luego, cuando pagó para salvarte, dio lo mejor que tenía, y es la vida de su
hijo. Y cuando quería garantizar las promesas, dio la presencia de su espíritu. Tiene
tantas ganas de bendecir que ha dado lo mejor de El. Tiene más ganas de
bendecirte que las mismas que tú tienes de ser bendecido.

Le pregunto: ¿Qué es mayor, la presencia del Espíritu Santo o cualquier promesa


que El le ha dado? Digamos que Dios le ha prometido bendecirlo con un aumento,
¿qué es mayor? Si El ya le dio lo más grande, ¿no cree que también le dará lo otro?
El va a cumplir sus promesas.
Ahora quiero hablarle de lo que es el sello. Usted fue sellado el día que vino y
recibió a Jesús en su corazón. El pueblo de Dios en el Antiguo Testamento eran los
hebreos, ellos tenían que hacerse un sello en su cuerpo, haciéndose la circuncisión.
Cuando nosotros venimos al Señor, ya no tenemos esa señal en el cuerpo, pero
tenemos una en el corazón, y es el sello del Espíritu Santo. Dice que usted le
pertenece. Por ejemplo, los que han trabajado en fincas, y han tenido ganado, lo
sellan para que no se pierda. Le quema los lomos y dice: “Ese es mío”. Igual es
Dios, le marca el corazón, nadie lo toca. Mire lo que hacen las personas para imitar
ese sello: las maras se ponen tatuajes para identificar a cuál pertenecen; hasta se
tatúan el sello de la subdivisión de la cual son parte. Además se ponen los tatuajes
de lo que han hecho. Por ejemplo, los que tienen lágrimas tatuadas son señales que
han matado a personas. Estos jóvenes que vienen de familias desintegradas, están
tan deseosos de ser aceptados por una familia, que encuentran en las maras una
familia, pero les piden que maten a alguien para poder ser parte de esa familia.
Ahora tú, no perteneces a una familia de criminales, sino a una santa. Tú no has
matado a alguien, sino estás aquí porque alguien dio la vida por ti. Perteneces al
linaje real del Señor Jesucristo, ese es el sello que te han puesto.

Tanto se ha hablado acerca de la marca de la bestia, se ha hablado más de eso,


que del sello del Espíritu Santo. Entonces, todos se han puesto a especular acerca
de la marca de la bestia, 666. Algunos empezaron a decir que la marca de la bestia
eran las tarjetas de crédito. Hay gente tan prejuiciosa que si su número empieza
con 666 dicen: “Eso es del diablo”. ¿Qué acaso no han entendido que los números
los inventó Dios? Se ha escuchado que se hará un chip, el cual será implantado.
Usted recibe correos de cristianos diciendo algo sobre el sello de la bestia; tiene
más temor de la marca que alguien le quiere poner, que orgullo por el sello que
lleva dentro. Usted está sellado, tiene dueño, pertenece a una familia. Debería ir a
mostrarlo, con todo orgullo. No creo que haya personas con más pasión de marcar
un rostro en una papeleta hoy que porque Jesús dio su vida por ti.

¿Ha visto cómo algunos hijos se parecen a sus padres? Y dicen “ahí va toda tu
marca, ahí va tu fotocopia”. Por ejemplo, a mi hija Daniela, tiene unos ojos lindos,
la ve y dice “Es igual a la pastora Debbie”. O ve a mi bebé y dice “ese es igual al
pastor Chofo”. ¿Sabe que ese sello es el mismo que Dios ve en usted? Cuando
alguien lo ve dice: “Este es hijo de Dios, usted es cristiano”. El diablo lo reconoce
por ese sello, le dice que usted es de una familia. Cuando el hijo pródigo regresó a
la casa de su Padre, no sólo le cambió ropa, sino que le dio un anillo con el sello de
la familia. En aquel tiempo, todos usaban un sello de familia, tenían su escudo. Dios
también lo tiene y lo ha puesto en tu corazón. ¿Sabe cuánta gente anhela,
ambiciona, tener buenas marcas, y mostrarlas por todos lados? Usan con orgullo
las marcas. Unos llevan con tanto orgullo la playera del Real Madrid; otros, de los
Cremas. Pero, ¿cuándo le ha dado el Real Madrid algo a usted? ¿Alguna vez lo ha
bendecido? Ni un ticket para ver el partido.

Sin embargo, lleva esa marca con orgullo; pero el Señor le pone esa marca a usted,
El pagó para que usted entrara al cielo. No lo puso en galería, sino en una casa con
calles de oro. Usted debería usar eso con más orgullo. La gente usa esas marcas
con tal satisfacción, se la pone para que la gente le vea la marca. Usted podría
tener un Roll Royce, por ejemplo, pero ninguna de esas marcas está por encima del
Señor Jesús, porque su Nombre está sobre todo nombre en la tierra y debajo de la
tierra. ¿Usted ha visto dónde ponen las marcas en las camisas? No las ponen del
lado derecho, sino del lado izquierdo, cerca del corazón. Diga a la gente “soy
cristiano, tengo un Padre, tengo alguien que es mi dueño, estoy sellado”. Quiero
que todos se vean las manos, todos tenemos huellas y somos capaces de dejar
huella en esta vida. Dejas huella en tu caminar. Una vez, un padre le dijo a su hijo:
“¿Qué haces en un bar emborrachándote con tus amigos?”. El le respondió: “Sólo
seguí tus huellas”. Usted deja marcada a la gente. Sus huellas son únicas, nadie
puede tener la huella que tiene usted. La huella del pie que usted tiene, es lo único
que el diablo puede ver de usted, porque dice la Biblia que El pone su pie sobre el
diablo.

También estaba meditando en esto. Mucha gente ha sido marcada en su vida. Esas
marcas que han dejado la vida de pecado; tiene marcas en su vida y corazón por la
vida que ha llevado antes. Me ha tocado ministrar a muchos jóvenes por la
separación de sus padres, porque han sido maltratados; por temor y vergüenza,
porque en su casa sólo amenazaban con golpearlos. Hay gente que ha crecido con
huellas marcadas en su vida, que vienen de ese pecado, violencia o abuso. Que han
crecido viendo a sus padres drogados o en alcoholismo. Esas huellas deforman su
vida, son personas que no tienen confianza cuando Dios les dice algo, tienen
vergüenza de dar testimonio de Jesús porque de niños nadie les puso atención.
Están marcados, porque nunca tuvieron un padre que los escuchara. El pecado, el
rechazo ha dejado huella. Lo que los candidatos ofrecen es ver cómo componen
todas las consecuencias del pecado. Hoy no puede caminar por la noche tranquilo,
porque estamos marcados por esa huella, pero también quiero decirte que el amor
de Jesús ha dejado huella en ti.

Quiero mostrarte unas fotos que estaba viendo ayer, de lo que ha sido el pecado
del mundo y me asombré de la cantidad de cosas que el pecado ha traído. No
puedo tener misericordia del pecado, porque éste no ha tenido misericordia de
nosotros.

Empezamos con las guerras, que se originan de odios y rencores. Esa ha sido
nuestra Guatemala con 36 años de la guerra civil. Esa es una de tantas guerras de
sedición, mujeres violadas, abortos, las torres gemelas, la bomba atómica,
asesinatos, pobreza, gente necesitada, gente sin familia, abandonada en miseria.
Homosexuales, orgías, niños muriendo de plagas, efectos del sida, una plaga,
desnutrición, los divorcios y pleitos en los hogares, niños en vi6lencia familiar,
abandonados, drogas, vicios; gente que trata de curar la amargura con el licor, la
desesperación. Algunos quieren incluso quitarse la vida; esa es la marca del pecado
en nuestra sociedad.

Ni siquiera pusimos las fotos más fuertes, porque pudiéramos mostrar otras más.
Pero, ¿sabe por qué se las muestro? Para que se indigne contra el pecado. Quiero
pedirle que la gente que ha sido alcohólica se ponga de pie, sin vergüenza. ¿Ve lo
que solamente el licor ha hecho entre nosotros? Ha destruido familias, recursos,
patrimonios; ese licor ha destruido relaciones de padres a hijos, ha dejado moretes,
pero lo que me parece más increíble es que muchos hijos que vieron a sus padres,
repiten lo mismo. Muchas familias en vez de sentirse indignadas, me asombra lo
acomodados que están. El otro día vi en tiempo de Navidad, a un padre llevar a sus
hijos a ver el árbol Gallo. La gente habla de las fiestas XL, como que fueran lo
máximo. ¿No se da cuenta la destrucción que ha traído esto? ¿Cómo puede ser?
Debería vivir indignado contra eso. Ni siquiera debería estar discutiendo si se puede
el “traguito social” o no, sino debe de estar indignado por lo que eso le ha robado a
su familia. El otro día salió un joven anunciando un licor, y le pregunté: “¿qué te
pasa?”. El licor le quitó a su papá, y lo está anunciando para que más papás
mueran. ¿No cree que debe estar indignado contra el pecado que tanto daño ha
causado a la sociedad? El pecado no tiene misericordia de usted, es el mayor
estafador que hay. Si puede, lo deja en la quiebra, sin matrimonio, sin hijos, sin
dignidad, sin nombre.

Hay mucha gente que ha sufrido por esas marcas del pecado, pero hoy te quiero
dar una buena noticia: “Jesús también vino a dejar su huella y nadie ha dejado
ninguna tan grande”. El las llevó en su propio cuerpo para sanarnos, liberarnos,
quitar la dolencia y perdonar tu pecado. Te quiero mostrar las marcas de la
bendición de Dios. Jesús sufrió todo eso para sanar tus heridas. Deja que El te
sane.

El poder de un Altar

Creer en Dios cuando todo está bien, qué bonito, pero cuando de verdad, el barco ya se
está hundiendo, es otra cosa. Y aprendí algo: La pobreza se lleva en la mente y el
corazón, es una condición mental, emocional y espiritual que esclaviza al ser humano.

Empecé a investigar en la Biblia a varios hombres, cuyo denominador común era


algo que estuvo temporalmente sobre sus vidas: la pobreza. Estuve analizando
toda la gente pobre que aparece en la Biblia, gente que su condición financiera
estuvo afectada por un tiempo. Pero me interesa ver qué paso en su vida para que
esa situación cambiara o no. También hubo gente que había alcanzado mucha
riqueza y la perdió toda. O personas que por tomar lo que no era de ellos,
murieron. En mi familia pasamos un tiempo así, peor que pobres; había una deuda
de más de un millón de quetzales, con más de Q20,000 de intereses mensuales,
perdimos la casa, todo. Nos quedamos en la calle por muchas circunstancias. Fue
una cosa, tras otra, tras otra.

Llega un momento en nuestra vida en que el ser humano debe ser sincero consigo
mismo e identificar sus errores, escribirlos y nunca más cometerlos. Fue una época
muy difícil, conflictos familiares, viendo como salíamos adelante, fue bien duro.
Noches de llorar, de pedirle a Dios, me metí a ayunar, había muchas cosas y me
puse a clamarle, a pedirle; tenía que hacer algo. Siempre guardé la esperanza que
algo sobrenatural sucedería, porque no había otra forma. Estábamos en una
decisión en que o Dios hacía algo o nos hundíamos bien hundidos.

¿Con qué paga uno? ¿Con su vida? No se lo aceptan, lo que les interesa es dinero.
Pasaba día tras día tras día, y cuando pensábamos que había una luz, nada
sucedía. Serio, difícil, complicado, pero había que creerle a Dios, porque no
podíamos dejar de creer que El iba hacer algo. Creer en Dios cuando todo está
bien, qué bonito, pero cuando de verdad, el barco ya se está hundiendo, es otra
cosa. Pero había que aprender de esa experiencia y aprendí algo: La pobreza se
lleva en la mente y el corazón, es una condición mental, emocional y espiritual que
esclaviza al ser humano. Cuando Jesús entregó su vida, llevó nuestras
enfermedades, nuestro pecado se hizo pobre para que fuéramos enriquecidos, vino
a quitar maldición para que viniera bendición. Pero hay dentro del ser humano una
condición emocional que debe cambiar. Porque la pobreza marca todo eso. Vengo
de una familia del lado de mi madre donde mis tíos empezaron a generar riqueza
lustrando zapatos, pero uno de ellos no se conformó a ese estilo de vida y decidió
ser profesional hasta ser asesor de una familia muy adinerada de Guatemala. A él
le confiaban sus inversiones. Pero hubo una transformación dentro de la vida de
este hombre, y ese es el ejemplo que decidí tomar también.

Después de vivir bien con mi familia, llegó una situación adversa, y o todos
decidíamos creer o todos decidíamos tirar la toalla. Hoy parte de ese aprendizaje es
lo que le quiero compartir, Dios nos bendijo, hizo un milagro. Decidí dentro de mí
no olvidar de dónde me sacó. Cuando mi hija tenga un poco más de edad, se lo voy
a contar porque me interesa que ella sepa quién es el Dios en que yo creí. Y si
llegaran situaciones adversas, se va acordar de mis palabras. Dentro de la gente
pobre que aparece en la Biblia, está un hombre que vivía bien con sus padres y su
hermano. Pasó el tiempo y sucede que la bendición era sobre el primogénito, y el
papá lo tenía en gran estima, era el consentido y así vivían. El segundo, era más
del lado de su mamá. Llegó un día donde el hermano pequeño vio que todo le iba a
quedar al hermano grande, y vino el pequeño y decidió hacer algo, hizo una comida
especial y todo iba bien. Apareció el otro hermano y le pidió a su hermano
pequeño, y él le dijo: “Te doy, pero hagamos algo: Me vas a dar algo a cambio que
no te va a costar nada, quiero tu primogenitura”. Y él se la dio.

Génesis 27
Vamos a encontrar cómo es que Dios trabaja, y qué es lo que espera El de
nosotros.

Dice en el verso 7
Tráeme caza y hazme un guisado, para que coma, y te bendiga en presencia de
Jehová antes que yo muera.

La mamá le aconsejó que fuera y se quedara con la bendición de su hermano. Su


padre no se dio cuenta, pues ya estaba viejo y bendijo a este hombre. Verso 27-
29: Y Jacob se acercó, y le besó; y olió Isaac el olor de sus vestidos, y le bendijo,
diciendo:
Mira, el olor de mi hijo, como el olor del campo que Jehová ha bendecido; Dios,
pues, te dé del rocío del cielo, Y de las grosuras de la tierra, Y abundancia de trigo
y de mosto.

Cada vez que encuentra una bendición de los padres para los hijos, apúntela y
declárela sobre sus hijos. Le voy a contar algo: Cuando estaba soltero, tuve
muchos problemas con mi papá; yo era el rebelde, pero Dios cambió mi corazón y
empezó una restauración entre mi él y yo. Pero antes de casarme, me dediqué a
buscar en la Biblia todas las bendiciones de los padres a los hijos, y las escribí. Días
antes de casarme, le hablé a mi papá y le dije: “Quiero que me bendiga antes de
salir de esta casa, aquí está lo que quiero que diga sobre mi vida”. Escribí como
una hoja entera. Mi papá, algo extrañado, pero lo hizo. Me hinqué y le dije que me
bendijera con todo lo que decía ahí. Creo mucho en el poder que tienen nuestras
palabras, pero creo mucho más en el poder que tienen las palabras de los padres
sobre los hijos. Hay padres que no dicen nada a sus hijos o que cuando las dicen,
sólo son cosas malas. Pero yo dije: “Desde hoy, me va a bendecir mi papá todos
los días; mis padres son mi autoridad y yo necesito que me bendigan”.

Así iba esta historia y este hombre tuvo la primogenitura de su papá. Hasta ahora,
todos pensaríamos que Jacobo era un abusivo; es más, el papá no debería haber
orado por ese hijo, y todos señalamos a Jacobo como un ladrón, y peor aún, que la
mamá lo alcahueteó para que hiciera eso. Después de esto, pareciera que le
empezó a ir mal por lo que estaba haciendo.

Génesis 27:34
Cuando Esaú oyó las palabras de su padre, clamó con una muy grande y muy
amarga exclamación, y le dijo: Bendíceme también a mí, padre mío. Y él dijo: Vino
tu hermano con engaño, y tomó tu bendición. Y Esaú respondió: Bien llamaron su
nombre Jacob, pues ya me ha suplantado dos veces: se apoderó de mi
primogenitura, y he aquí ahora ha tomado mi bendición. Y dijo: ¿No has guardado
bendición para mí? Isaac respondió y dijo a Esaú: He aquí yo le he puesto por
señor tuyo, y le he dado por siervos a todos sus hermanos; de trigo y de vino le he
provisto; ¿qué, pues, te haré a ti ahora, hijo mío?

El hermano mayor se enteró de lo que estaba haciendo, y en ese momento, el


corazón del hermano se ensañó a tal punto que lea lo que dice en el verso 42: Y
fueron dichas a Rebeca las palabras de Esaú su hijo mayor; y ella envió y llamó a
Jacob su hijo menor, y le dijo: He aquí, Esaú tu hermano se consuela acerca de ti
con la idea de matarte.

En ese momento, se iba a dar lo que pasó al comienzo de la humanidad: dos


hermanos matándose por la riqueza. Dos hombres siendo hermanos, capaz de
matarse por algo que era muy importante para los dos. ¿Cómo puede ser posible
que dentro del ser humano exista eso que pueda ensañarse tanto por una
herencia? Si a su mano llega la riqueza de sus hermanos, asegúrese de colocarla
donde pertenece, porque eso arrastra maldición. Todos pensamos que Jacobo es un
ladrón, engañó al papá y ahora tiene la bendición que todos deseaban. Este Jacobo
desde hace tiempo era un buscador de bendición. Hay seres humanos que se
aseguran de recibir la bendición de Dios, que es lo que los sostiene en la vida.

Génesis 25:27
Y crecieron los niños, y Esaú fue diestro en la caza, hombre del campo; pero Jacob
era varón quieto, que habitaba en tiendas. Y amó Isaac a Esaú, porque comía de su
caza; mas Rebeca amaba a Jacob. Y guisó Jacob un potaje; y volviendo Esaú del
campo, cansado, dijo a Jacob: Te ruego que me des a comer de ese guiso rojo,
pues estoy muy cansado. Por tanto fue llamado su nombre Edom. Y Jacob
respondió: Véndeme en este día tu primogenitura. Entonces dijo Esaú: He aquí yo
me voy a morir; ¿para qué, pues, me servirá la primogenitura? Y dijo Jacob:
Júramelo en este día. Y él le juró, y vendió a Jacob su primogenitura. Entonces
Jacob dio a Esaú pan y del guisado de las lentejas; y él comió y bebió, y se levantó
y se fue. Así menospreció Esaú la primogenitura.

Esto que estamos leyendo ocurrió hace mucho tiempo. El problema fue que al final
de todo, Jacob se tiene que ir de la casa porque el hermano lo quiere matar, pero
se va solo, tiene que salir huyendo. Ahora, ¿era justo que Jacobo se tuviera que ir?
¿Hizo algo malo para que tuviera que irse? A veces llegan circunstancias en la vida
que nos hacen tener que irnos. En mi familia, tuvimos que separarnos de mi papá,
porque lo amenazaron de muerte; él se tuvo que ir por mucho tiempo, pero fue una
circunstancia adversa que no entendíamos, pero nos enseñó a unirnos más aunque
la distancia nos separaba. Este hombre se tuvo que ir y se fue sin nada. Lo único
que llevaba era la bendición de Dios, pero llegó el día en que los llevó a un lugar.
Está en Génesis 28 del 10 en adelante, dice que este hombre se durmió y tuvo un
sueño, vio cómo ángeles subían y bajaban en una escalera, y reconoció que en ese
lugar, estaba Dios. Usted debe de aprender a identificar los momentos en que Dios
está visitando su casa. Yo estoy seguro que Dios en la casa de muchos de ustedes
los está esperando a solas, en su cama, en su cuarto, ahí donde nadie conoce lo
que usted ha dicho, ahí está Dios. Tenemos que identificar cuando Dios está
visitando nuestra casa, y no es necesariamente en los mejores momentos de
nuestra vida. Hay momentos en que dejamos de sentir a Dios, pero ahí es donde
Dios está. Pues este hombre tuvo un sueño y se dio cuenta que ese era un lugar
santo. Génesis 28:19, Y llamó el nombre de aquel lugar Bet-el, aunque Luz era el
nombre de la ciudad primero. E hizo Jacob voto, diciendo: Si fuere Dios conmigo, y
me guardare en este viaje en que voy, y me diere pan para comer y vestido para
vestir, y si volviere en paz a casa de mi padre, Jehová será mi Dios. Y esta piedra
que he puesto por señal, será casa de Dios; y de todo lo que me dieres, el diezmo.

Esta piedra la dejo ahí como señal, era lo único que tenía; pero era un hombre
capaz de creer que el lugar donde estaba se iba convertir en un altar. Era el peor
momento de su vida, pero dijo: “Yo te voy a obedecer, a seguir, de aquí no va
haber nada que me separe de ti”. Ese hombre hizo un pacto con Dios. Usted tiene
la capacidad de generar un pacto dentro de usted, el cual está decido a cumplir y
eso es lo que llama la atención de hacer pactos. ¿Puede usted cumplir esos pactos?
Este hombre lo único que tenía era una piedra. Y lo que hizo una noche anterior,
fue acostarse en ella y ahí soñó con los ángeles. Tomó la piedra y la volvió un altar.
Desde ese momento, Dios comenzó a identificar la fe de este hombre, el cual
estaba viviendo una situación muy adversa, pero decidió levantar un altar. La vida
de la mayoría de los pobres de la Biblia cambió cuando en el altar de Dios, pusieron
todo lo que tenían para que su vida cambiara. Una viuda se quedó sin esposo, sin
deudas, puso todo lo que tenía, se despojó de su sustento y fue la que quedó
registrada en la Biblia, porque el reino de Dios actuó de la manera que no lo
esperaba. Jacobo sin que nadie le dijera nada, dispuso en su corazón dar el diezmo
de todo lo que Dios le daría. Este diezmo es voluntario.

Viene y se encuentra un hombre muy rico, le sirve por varios años y me llamó la
atención que después de no tener nada, Dios lo bendice en gran manera.

La pobreza comienza yéndose cuando sale de nuestro corazón, porque la gente en


la escasez hace oraciones de pobre. El pobre pide como pobre, pero el rico, aunque
esté pobre, sigue pidiendo como rico. Cuando usted recibe a Jesús en su corazón,
las circunstancias muchas veces no cambian. ¿Qué más quisiéramos llegar al
banco y que nos digan que ya no debemos nada, o que los problemas ya no
existen? Pero no es así. La ventaja es que usted no va solo, Dios no lo va a dejar
avergonzado. A Dios no le gusta que se burlen de nosotros por creer en un Dios
que prospera. A mí me interesa que usted sea de las personas que todo lo que hay
en el cielo, lo tenga en la tierra. Este hombre hizo un pacto y levantó un altar. Dios
levantó todo lo que ese hombre plantó. Por eso, la Biblia dice que no seamos
tardíos con Dios cuando le prometamos algo. ¿Cuántos decidieron creerle a Dios
por un milagro financiero? Cumpla su pacto. La forma en que puedo llamar la
atención de Dios es a través de un altar, no hay pierde. El primer carro que tuve
fue dando todos mis ahorros, los di toditos, me despojé y así di a luz todo lo que le
había pedido a Dios, pero entré en pacto con Dios. Mi esposa, también entró en
pacto con El.

Sé que el altar tiene el poder de atraer sobre mi vida la bendición, así fue como
Dios sacó a mi familia. Este hombre hizo un pacto, hizo esta parte, y aunque el
suegro lo engañó haciéndolo trabajar y no dándole a la hija que él deseaba, Dios no
permitió que le hiciera daño. El pacto tiene el poder de favorecernos aunque las
personas alrededor no puedan hacernos daño, que las personas no nos puedan
quitar lo que es nuestro, al contrario.

Este hombre regresó a su casa, pero con riqueza, se reconcilió con su hermano,
pero ¿dónde aprendió eso? ¿Quién le enseñó que de la piedra que tenía hiciera un
altar? Pero de ahí lo hizo, produjo toda la riqueza que tenía, por el hecho de haber
levantado ese pacto. Pactar con Dios tiene poder. Cuando le entregó su vida a
Jesús, usted hizo un pacto. ¿Quiénes llegaron al altar de Dios y provocaron lo que
estamos creyendo? Eso es pactar. Si esta Palabra no fuera cierta, ni siquiera
aparecería en la Biblia. Había una mujer que era muy pobre, pero Dios llegó a
tiempo y la rescató de esta condición. Día a día, usted invierte 10 ó 12 horas
trabajando y, a veces, no ve el fruto. La riqueza se tiene que quedar en su casa, en
sus manos, para sus hijos. ¿Qué nos diría Jacob si lo invitáramos a predicar? ¿Qué
dijera? Tal vez lo primero que sacaría sería su piedra, en la que empezó el altar
para Dios. Llevó tiempo, llevó un proceso, hubo gente que se quiso aprovechar de
él, pero a pesar de eso, Dios lo bendijo. Regresé a la casa de mis padres y hubo
restauración familiar. Si hoy tuviera la necesidad, haría un pacto. Pero un pacto es
el fruto de la fe que llevo dentro, Dios pone su mirada en aquellos hombres de
pactos. Piense, medítelo y usted sabrá qué hacer delante de Dios. Hay mucho más
hombres pobres en la Biblia, pero son personas que entraron en pacto con Dios.
Usa toda tu medida de fe

Muchos cristianos usan su fe porque tuvieron que haber creído en Jesús. Hay gente que
sólo la utiliza para sobrevivir, y hay personas como yo la utilizamos para alcanzar algo
más

Romanos 12:2No os conforméis a este siglo.

Quiero que escuche esta invitación que quedó escrita en la Palabra de Dios para
usted y para mí. ¿Cuántos saben que vivimos momentos, modas, intenciones
dentro de los siglos? Si se da cuenta y analiza, hay tendencias que se marcan, que
se van montando a través del tiempo, y la Palabra nos invita y dice: “No te
conformes”. ¿De dónde viene la palabra “conformar”? Si usted la analiza, es
“agarrar la forma de”. Le voy a explicar, todos estamos hechos de lo mismo,
cristianos y no cristianos, tomados del polvo, formados como hombres y todos sin
excepción, recibimos el soplo de Dios. El sopló sobre cualquier tipo de persona,
conozca a Jesús o no, estamos hechos de lo mismo.

Estamos hechos de carne, de huesos. Todos estamos hechos de lo mismo. Nosotros


que creemos en la Palabra, diariamente tenemos que salir al mundo y luchar por no
agarrar la forma que no es de Dios. Tenemos distinta forma de hablar, de amar.
Para el mundo, amar es sentimientos, canciones. Tenemos un amor distinto, una
forma de trabajar distinta. La Biblia dice: “No te conformes”. Nuestra forma de
hacer negocios es distinta a la forma que este siglo. Aunque estamos hechos de lo
mismo, nuestra forma es distinta.

Verso 3. … que no tenga mas alto concepto de si que el que debe de tener. O sea,
no debemos de pensar más ni menos de nosotros mismos.

…. Conforme a la medida de fe que Dios nos repartió a cada uno.

Le voy a explicar algo poderosísimo. Los líquidos tienen un tipo de medida, se


miden en litros, galones. Las distancias las medimos en metros, kilómetros; la
temperatura se mide en grados y la Biblia nos dice que nosotros tenemos una
medida, y ésta es la medida de fe. Hoy nosotros tenemos que salir de este lugar
pensando que si Dios nos otorgó una medida de fe, tenemos que aprender a usarla
toda. No sé cuánta gente nos dio a nosotros, pero sí entiendo que es una medida.
Entendamos una cosa: hay una medida de fe, algo que se puede sentir, medir, ver.
No sé cuánta medida está usando usted, puede ser dos mil, tres mil o un millón; lo
que quiero invitarlo es que si tiene una medida, la usé todita.

No somos llamados a desperdiciarla. Nuestra fe tiene una forma de medirse y la


forma en que regularmente se mide es con obras. ¿Cuántas obras me puede
mostrar que ha hecho en su vida? El pastor habló de las proezas que Dios hace y
de las que nosotros hacemos. Proezas como Noé haciendo su arca, como David,
presentándose delante de Dios queriendo hacer una edificación y un templo. Esas
son grandes cosas de Dios para nuestra vida. Un día nos va a pedir cuentas de
cuánto hayamos hecho.

Muchos cristianos usan su fe porque tuvieron que haber creído en Jesús. Hay gente
que sólo la utiliza para sobrevivir, y hay otras personas que como yo la utilizamos
para alcanzar algo más. Los dos estamos usando fe, sin fe es imposible agradar a
Dios. Cuando ejercitamos nuestra fe sea para lo que sea, el Señor se agrada,
empieza a sonreír. Quiero compartirle algo: por ejemplo, este es un punto clave y
conciso. Usted respira, usa el aire; lo usa para sobrevivir. Pero hay otra persona
que dijo: “Aparte de utilizarlo para sobrevivir, lo voy a usar para volar”. Y esa
persona, junto con su hermano, lo usó no solamente para respirar y no morirse,
sino para volar. Con ese mismo aire, dijo otro: “Por qué no construimos una vela, y
naveguemos. Espiritualmente nos pasa lo mismo.

¿Cuántas obras no usamos sólo para pagar cuentas? ¿Cree que no necesita la fe
para pagarlas? Es exactamente la misma fe que necesita para poner su negocio, es
lo mismo. No es más ni menos, es idéntico. Hay un ejemplo, porque va haber un
momento en que todos vamos a dar cuentas, el día llega.

Quiero hacer un recorrido a las 7 iglesias en las que Dios habla. Vamos a leerlo en
Apocalipsis 2. Aquí el ángel del Señor le habla a la iglesia y le hace una pequeña
pregunta, luego le da esta respuesta: “Yo conozco tus obras y tu arduo trabajo y
paciencia, y que no puedes soportar a los malos y has probado a los que se dicen
ser apóstoles, y los has hallado mentirosos y has sufrido y has tenido paciencia y
has trabajado arduamente por amor a mi nombre, pero tengo algo contra ti. Que
has dejado tu primer amor. Recuerda, por tanto, de dónde has caído y
arrepiéntete, y haz las primeras obras. Pues sino, vendré pronto a ti y te quitaré tu
candelero de tu lugar”. Vamos a la iglesia de Esmirna. Conozco tus obras. Pérgamo:
“Yo conozco tus obras y amor y fe y servicio y tu paciencia y de tus obras postreras
y que éstas son más que las primeras. Tiatira. Yo conozco tus obras. Escribe el
ángel de la iglesia en Sartis…” “Yo conozco tus obras”.

Quiero que entienda algo: El Señor necesita que usted le hable fe, y crea en lo que
está haciendo. Necesita que la pueda tocar, que pueda decir: “Este sí tiene fe”.
¿Qué obras usted tiene? Me encantaría tener el tiempo de oír a cada uno y saber
qué obras está levantando para el Señor. No sólo estoy hablando de la obra de
Dios, sino que si usted tiene dones y talentos dados por Dios. No sé si entiende que
sus hijos son obra de Dios, que El los entregó en sus manos y dará cuentas de lo
que ellos han hecho en su vida. Yo me voy a presentar delante de Dios y espero dar
cuentas de mi hijo, presentarlo delante de El.

Hay una Palabra delante de Dios que dice: “Rogad, pues, al Señor de la mies que
envíe obreros a la mies”. ¿Qué es “obreros a la mies”? Es gente que se levante
haciendo obras poderosas. Por ahí vi a Manolo, quien está levantando la alabanza,
y yo me gozo de la alabanza que tenemos. Eso es levantar una obra delante de
Dios. Hay gente que se la pasa hablando, y nunca hace nada. ¿Cree usted que una
empresa levantada y su trabajo bien hecho no va hacer una obra de Dios? ¿Cree
que porque yo el pastor trabajo en la iglesia, mi trabajo es de Dios y el suyo no?
Sepa una cosa, usted y yo tenemos un desafío: Un día el Señor se va a poner
delante de Dios y le va a decir: “Yo conozco tus obras”. Ese día, todos vamos a dar
cuenta de las obras que hemos levantado. Un día no va a decir: Esmirna, ni Efeso,
sino Casa de Dios. Recuerdo tus obras, a cuánta gente cuidaste, consolidaste. La
suma de todos ustedes va a ser la suma de toda la iglesia. Pasa todo el tiempo, que
nos encontramos con personas que vienen a Casa de Dios. Por ejemplo, en una
ocasión, me acerqué a un autoservicio, y pedí algo, y me habló alguien, diciendo:
“Pastor, ahí va un pastelito extra”.

Me pasó otra cosa, me están haciendo un trabajo en las muelas, yo sentía un ardor
fuerte y como me pusieron anestesia, me costaba hablar. Llegué agarrándome los
dientes a un lugar y que vergüenza, porque me sentía hinchado y deseaba que
nadie me viera así, pero pedí algo de tomar y se me acercó una señorita y me dice:
“Pastor, ¿qué le pasó? Y de verdad, me pasa en todos lados. No sé si le pasa que le
preguntan: ¿Usted va a Casa de Dios? Sepa una cosa, estamos levantando una
obra en casas, oficinas. A mí me gusta evangelizar y cuando tengo oportunidad los
días domingos y hago el llamado, lo trato de hacer de la mejor forma y cada
persona que viene a Casa de Dios, es una obra. Usted está en oficinas, casas, está
por todos lados. Sabe usted que si estimamos que hay tres millones, que son los
datos reales de guatemaltecos, sabe que haciendo los cálculos y analizándolos, de
170 personas que habitan en esta ciudad capitalina, una se sienta aquí en la iglesia.
Póngase a pensar, nosotros con los pastores nos quebrantamos pidiéndole al Señor
una meta especial para poder cumplir y es que de cada 100 guatemaltecos
capitalinos, uno sea de Casa de Dios. Que llegue a una empresa que tenga 100
empleados y uno sea de Casa de Dios. Y si llega a una que tenga 50,000, que
hayan 50. No sé si eso lo llena de alegría, saber que estamos levantando una obra
preciosa, que vamos a la nueva Casa de Dios. Porque sólo hay una forma de hablar
con Dios, y es la fe. Y sólo hay una forma de demostrarlo, la fe.

Hay algunos que somos calladitos, pero vamos en buen orden. Pero hay gente que
pasa hablando mucho, se saben más la Biblia que uno. He estado con compañeros
que el Esmirna bíblico no les gana. Son aquellos que saben dónde está cada cosa
de la Biblia, pero no tienen obras. ¿Está haciendo usted obras con Dios
extraordinarias, está compartiendo la Palabra de Dios, nos está ayudando? ¿Cómo
lo vamos a lograr? Con que usted logre hacer sus obras de fe, ya logramos mucho.
Solo tú puedes hacerlo. Hay cosas que son personales, como las obras. Digan
conmigo: “Obreros de Dios”. Le voy hacer un llamado a que usted decida en su
corazón hablarle a Dios, no con casaca, sino con realidades, decirle: “Señor, aquí
están mis obras, que se puedan medir, sentir. No sé si le pasa lo mismo que a mí,
pero me da curiosidad saber cuál es la medida de fe que Dios me dio. Quiero saber
cuánto. ¿Quiere saber usted cuánto le dejó el Señor? Levante obras. ¿Qué obras
tenemos nosotros acá? Por ejemplo, Noches de Gloria. Es más fácil de ver la
medida de fe que tienen otros.

Estuvimos en un foro de presidenciables, no sé si ya lo vio en la página de Internet.


A mí me da mucho orgullo hablando la mera verdad, quién les hable hay muchos,
pero que ellos los oigan, son pocos. ¿Qué medida de fe nosotros encontramos en
nuestro pastor? Para mí es fácil. Para cualquiera de nosotros, lo más fácil es decir
quedémonos aquí, no sabe lo que es meterse a un proceso de construcción. A usted
le va a tocar ir y sentarse ahí, pero para nosotros, lo más fácil es quedarnos aquí y
hacer esto, así como lo tenemos. Hacemos servicios los lunes, martes, miércoles,
viernes. Un día vamos a entregar cuentas y vamos a poder decir: “Una de las obras
que hicimos física y espirituales es ciudad de Dios”. Me imagino al pastor dando
cuentas. ¿Qué obras vas hacer tú? Si no identificas las obras que tienes qué hacer y
el llamado que El le dio a su vida, hasta aquí llegamos.

Quiero sacar algo: el conformismo de este lugar, y que seamos personas que no
agarremos la forma de este mundo. A mí me da una cosa pensar en personas que
pasan trabajando en una empresa veinte o treinta años y nunca salieron de nivel ni
en su escala de su trabajo, ni en su escala salarial, ni un punto arriba. Esa gente
existe y la mayoría de guatemaltecos en eso vivimos. ¿Cuántos de ustedes quieren
una Guatemala distinta, en la que puedan decir: Yo Salí adelante”? Vamos a orar y
hacer algo acá, ahí con sus manos levantadas. Dice la Palabra de Dios: “Así
también la fe si no tiene obras, es muerta en sí misma. Muéstrame tu fe sin tus
obras y yo te mostraré mi fe por mis obras.

Quiero hacerle un llamado si quiere ser un obrero de Dios: Es que esa palabra está
desvirtuada en nuestro país. Eso es más allá de eso, es alguien que haga obras.
¿Cómo vamos a hacer proezas grandes si nos cuesta hacer la obra de Dios?
Identifique cuál será la obra que hará mañana, no vaya ser que empiece a agarrar
la obra de su oficina, de su familia. Tome hoy la decisión de no agarrar el molde de
este mundo, de su trabajo, de su familia y romper ese molde. Háblele a Dios con
cosas reales, con obras, con hechos claros, no sólo palabras. Señor, muéstrame
cuál es la medida de fe.

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