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El autor plantea que no existe un estudio sistematizado del carácter nacional chileno, pero
que sí existen elementos que aportan a ello.
Autoimagen: Imagen que una nación tiene de sí misma. El interés por ella aparece en la
época en la que emerge una nación, y son importantes los personajes históricos en el
1 Se dice de un pueblo de la España prerromana, de lengua céltica, establecido en gran parte de las actuales
provincias de Burgos, Zaragoza, Teruel, Cuenca, Guadalajara y Soria (fuente: RAE.es)
ethos del pueblo, además de reflejarse en los mitos de origen y epopeyas de una nación.
En el caso de Chile, aparece en la época colonial y reaparece en la independencia.
Exoimagen: Imagen que se tiene de una nación desde afuera. Ésta influye en la
autoimagen.
Identidad Nacional: rasgos y cualidades que configuran la fisonomía histórica, política o
cultural de una nación, caracteres que permiten definir su identidad colectiva.
Personalidad básica: Configuración psicológica particular, propia de los miembros de una
sociedad dada, que se manifiesta por un cierto estilo de vida sobre el cual los individuos
plasman sus variantes singulares (este concepto recibe la misma crítica que la definición
inicial de Carácter nacional; ver más abajo). Parte del análisis antropológico de la cultura y
es un concepto explicativo (establece la vinculación entre el individuo y el sistema socio-
cultural).
Personalidad modal: Investiga empíricamente la frecuencia que presentan determinados
rasgos psicológicos o determinados valores. Permite el estudio del carácter nacional en
sociedades complejas. Parte del análisis psicológico y es un concepto estadístico-
descriptivo.
Carácter nacional: Características perdurables de la personalidad y los estilos peculiares de
vida que se encuentran en las poblaciones de estados nacionales particulares. -> El autor
plantea que desde las ciencias sociales se ha levantado una crítica, que apunta a marcar el
límite entre las concepciones culturales aplicables a sociedades inmersas en valores
homogéneos y lo que puede decirse de sociedades más complejas, en las que existen
diferencias sociales y etáreas entre sus miembros. Este error, el de extrapolar una
concepción aplicable a un tipo de sociedad hacia otra, se denomina “falacia
antropológica”. El autor, entonces, redefine el concepto: Carácter nacional es el conjunto
de actitudes, creencias y valores congruentes con las instituciones básicas y sostenidas en
común por los miembros de una sociedad o la mayoría de ellos. Los estudios del carácter
nacional, entonces, analizan la configuración de la cultura de una sociedad.
De acuerdo al autor, un estudio científico del carácter nacional chileno debería considerar
como líneas de investigación:
o Análisis de las actuales instituciones sociales básicas.
o Análisis de personajes históricos, símbolos y modelos nacionales.
o Estudio del vocabulario popular y chilenismos, del folklore y la literatura.
o Sondeos en partes representativas de la población para indagar las actitudes y
valores comunes, y las expresiones diferenciales según grupo.
Latifundio y poder rural en Chile de los siglos XVII y XVIII – Orlando Mellafe
Latifundio: Unidad económica y social, a la vez que foco de poder rural. Propiedad
unipersonal, relativamente extensa, que constituye una unidad económica y social con
algún grado de racionalización de la producción y que tiende a ser excluyente respecto a la
distribución productiva y al uso de los recursos agrarios. Está bajo constantes presiones de
carácter demográfico y político y muestra agresividad ante los frentes adversos.
El latifundio en América Latina tiene 4 fases de desarrollo (el paso de una etapa a otra no
se hace de forma uniforme y contemporánea):
1. Prelatifundio o Frontera agraria
2. Latifundio antiguo
3. Latifundio tradicional
4. Latifundio moderno
Prelatifundio:
o Las tierras repartidas entre los conquistadores son tierras de muy escaso valor.
o Se le denomina etapa de “Frontera agraria” porque es el periodo de formación de
una economía agraria, de intensa aculturación y de ensayos de diferentes tipos de
producción agrícola.
o Se desarrollan las bases necesarias para el surgimiento del latifundio:
1. Estructuración del mercado agrario: apertura de la capacidad de consumo
de productos agrarios en áreas no rurales, un sistema de cambio continuo
y estable, un sistema permanente de medidas de longitud y volumen,
disponibilidad de mano de obra no encomendada y un aparato legal que
garantice todo lo anterior.
2. Control del Estado sobre la posesión de la tierra: por una parte, trata
infructuosamente de detener los mecanismos de acumulación de tierras
de indios en manos de empresarios españoles; por otra, a través de
imposiciones fiscales extraordinarias y especiales, entrega la licitud
perpetua de la ocupación, originando así la legitimidad de la ocupación y
usufructo de la tierra.
o En esta etapa, la inversión en la producción agrícola es baja, la tecnología es pobre
y la racionalización de la empresa agrícola es muy primitiva. El rendimiento
económico de la tierra es, por lo tanto, también bajo.
Latifundio antiguo
o Marco social y económico: A principios del siglo XVII existe la figura del
conquistador-empresario como algo de alto renombre. Existe ya un sector
económicos agrario, otro minero (con el que compite por mano de obra) y otro de
comerciantes. La encomienda dejó de ser, en todas partes, la principal proveedora
de mano de obra y de artículos agrícolas y manufacturados de uso generalizado.
En Latinoamérica, las distintas regiones especializaron su producción a tal grado
que muchas comunidades de indígenas, campesinos y manufactureros ya no
pueden ser autosuficientes.
o El antiguo terrateniente se transforma en un latifundista “primitivo”. Se une a
otros propietarios y en calidad de miembro de un grupo identificado con cierta
área de producción e intereses comienza a actuar ante otros grupos sociales y
políticos de poder.
o Ante el asedio de los monopolios, la falta de mano de obra y la escasez de
capitales, el latifundio antiguo se ve obligado a avanzar en una primera
racionalización de la empresa agrícola. Esta racionalización significa, en esta etapa,
una simple mayor eficacia en el uso de los recursos disponibles, es decir, un
rendimiento muy barato para un mercado muy deficiente.
Latifundio tradicional
o Importante expansión de los mercados internos y externos, junto con un
crecimiento regularmente acelerado de la población rural. Crece el acceso al
crédito y a las corrientes de circulación, llegando incluso a haber alternativas de
“fomento” a la agricultura.
o A la vez, el latifundio se ve ahora a menudo “cercado” por pequeños propietarios,
comunidades indígenas y mestizas, por una creciente población flotante,
generalmente no muy amistosa.
o La presión demográfica de los desposeídos también es interna en la hacienda, no
alcanzando la estricta racionalización agrícola a seguirle el ritmo al crecimiento de
población. Así, el latifundio debe expulsar habitantes, que se suman a la presión
exterior.
o La mayor amplitud de los mercados trae nuevos monopolios. Por otro lado, la
iglesia se convierte de prestamista en usurera y, además, compite con los
latifundistas por la colocación de los productores agrícolas producidos en sus
propias haciendas. Persisten las relaciones conflictivas con el sector minero, esta
vez por el uso de recursos naturales, el control de nuevas poblaciones, etc.
o El nuevo concepto de Estado del Despotismo Ilustrado, implementado a través de
una serie de “reformas”, torna militarmente eficiente y unida a la burocracia
estatal. Esta quiere ahora ejercer efectivamente el poder y, entre otras cosas,
manejar el ámbito rural. Para mayor complicación para los latifundistas, ciertos
grupos urbanos emergentes (que podrían ser considerados burgueses), tienden a
juntarse con la burocracia estatal.
o El latifundio tradicional logrará su plena madurez y consistencia despejando,
neutralizando y dominando los obstáculos que se le oponían en el control de lo
rural en todas sus formas.
Latifundio antiguo y la captura de la población (caso específico de Chile)
o En Chile se desarrolló el Latifundio Antiguo de forma más rápida de lo esperable,
debido a la gran sublevación indígena de 1598, la destrucción de las ciudades del
sur y la pérdida de los lavaderos de oro de esa región.
o Con el advenimiento del Latifundio Antiguo, el asentamiento español y el foco
productivo (que había sido fuerte en el área entre Concepción, Valdivia, Osorno e
Imperial) se desplazó desde Chillán hacia el norte, comprometiendo rápidamente
la ocupación de las mejores tierras agrícolas extendidas entre Chillán y Santiago.
o A pesar de que la tierra era fácil de conseguir gratuitamente, no había capitales,
mercados, implementos ni mano de obra. La sublevación de 1598 y
posteriormente el establecimiento de una línea fronteriza permanente a lo largo
del río Biobío restaron para los españoles un poco más de la fuerza de trabajo
indígena.
o Pese a todas las dificultades, la gran haciendo del Valle Central y del Norte Chico
fue asentándose, teniendo como mercados la proveeduría del ejército y una
exportación lentamente creciente al Perú y Alto Perú.
o Fuera del ejército, el mercado interno era casi nulo aún. La primera economía
agraria chilena fue ganadera, debido a las razones antes mencionadas, al carácter
bélico que se vivía en el Valle Central en el siglo XVII y a la incapacidad (por
motivos culturales) de la mano de obra del sur para los trabajos de cultivo, a
diferencia de su buen desempeño en labores de peones, montados y vaqueros.
o Así, la primera tarea del Latifundio Antiguo, la que le dio unidad y cierta
uniformidad en sus relaciones de producción, fue la de conseguir mano de obra
permanente. Las soluciones fueron especialmente tres:
1. Los hacendados que tenían encomiendas o acceso a este tipo de indios
por arriendo, contrato, etc., los trasladaron desde sus pueblos o tierras al
interior o a lugares cercanos a sus propias tierras;
2. Se fomentó y desarrolló la trata de indios esclavos obtenidos de la guerra
de Arauco;
3. Fueron recogiendo a la población libre, constituida por españoles pobres,
mestizos blancos y negros, mulatos y negros libres, indios libres, etc., y los
ubicaron dentro de sus haciendas reteniéndolos con diversos tipos de
participación o usufructo y distintas modalidades salariales.
o Si bien los indios labradores recibían, en general, buen trato, junto con algún tipo
de participación en las fuentes productivas (como tierras en pequeños lotes,
ganado menor, semillas, etc.), constituían el estrato más bajo del conjunto
humano de la hacienda. Estos predominaban en las haciendas de baja tecnología
agrícola y poca racionalización productiva, así como en la minería del cobre y plata
del Valle Central y el Norte Chico.
o Un estrato superior a ellos constituían los mestizos y españoles pobres, fijados
dentro del latifundio con acuerdo de medierías o inquilinaje.
o En el espacio de un siglo, el Latifundio Antiguo había absorbido prácticamente a la
totalidad de la población rural.
o Vida en la hacienda: El dominio no se ejerció solamente en un sentido
demográfico y económico general, sino también en el aspecto de la distribución
espacial, de la estructura social y de la psicología y valores del campesino. Las
familias que vivían dentro de la hacienda se ubicaron de acuerdo a las necesidades
de las labores del campo.
o Salvo los trapiches mineros, la población campesina no formó en estos años
verdaderos pueblos dentro de la hacienda. El hacendado quitó y puso personas a
cada familia de acuerdo a su conveniencia. En este juego, la mujer casada era el
foco de retención de población. Se le daba el usufructo de pequeñas parcelas,
algunos animales, etc., de modo que si enviudaba o era abandonada quedaba
viviendo –ella y sus hijos –en el predio y se le conseguía o imponía otro “marido”.
o Por la epidemias que frecuentemente azotaron los campos chilenos a lo largo del
s. XVIII, la orfandad fue un fenómeno creciente, de grandes proporciones, y que
los hacendados utilizaron para repartir huérfanos entre los hacendados de la
región. Adquirió tal importancia este control de la población, que muchas veces la
retención de huérfanos se convirtió en motivo de disputa.
o En relación al control de la población rural, en los primeros decenios del siglo XVIII
comenzaron a producirse fenómenos que pusieron en problemas al latifundio
antiguo:
1. Aumento de la población: la política demográfica del latifundio antiguo
tenía como constante de fondo la abundancia de la producción agrícola e
incluso el desperdicio de ella por falta de comercialización. La población
creció y el latifundio, con sus márgenes reducidos de utilidad y su
racionalización creciente de la empresa, no pudo contener
permanentemente el crecimiento, comenzando a expulsar sobrantes de
población, que comenzaron a dirigirse a las minas, a las ciudades, a
agobiar a los pocos poblados indios, a constituirse en comunidades de
pescadores y rancheríos que presionaban sobre los contornos y entradas
de las haciendas.
2. Apertura constante del mercado triguero peruano: el latifundio se inclinó
hacia el trigo, haciendo que se cambiara el tipo de mano de obra que se
requería. Esta vez, se requería de mano de obra estacional, que estuviera
a la mano pero no viviendo en la hacienda. Los trabajos de infraestructura
asociados a esta nueva orientación lograron absorber cierta mano de obra
nueva, pero la tendencia era a deshacerse de servicios que pudieran ser
entregados todos juntos de manera externa, en lugar de costearlos como
unidades productivas individuales. Esto comenzó a hacer crecer el
vagabundaje y el bandolerismo. La solución, de la mano de gobernantes,
iglesia y empresarios privados, fue la fundación de ciudades y villas que
absorbieran a esa población flotante y que diera una base urbana de
apoyo a los nuevos servicios que necesitaba la minería y el agro. Si bien la
creación de villas solucionó el problema de la población, significaba para
el latifundio la pérdida de control de población rural, ya que cambiaban de
“categoría”. Por este motivo, los latifundistas terminaron por oponerse
férreamente.
3. Mayor importancia de una economía minera en la zona central y norte
Chico
4. Cambios en la infraestructura de producción y circulación que los
fenómenos anteriores significaban
Los frentes adversos al latifundio y la recaptura del poder
o A mediados del siglo XVIII había nacido el Latifundio Tradicional, acumulando una
cantidad de problemas tal que se dio una serie de políticas para sobrevivir.
o En esta lucha por el control, el Latifundio Tradicional jamás tuvo un grupo o poder
regional que fuera realmente un frente contrario. Esto, porque por un lado había
un entramado de relaciones en donde no podía estar ausente el latifundio, y
porque, por el otro, había adquirido suficiente poder como para que ningún otro
grupo pudiera hacer nada sin consultar los intereses del latifundio.
o Latifundistas e iglesia: La relación se daba por un lado a nivel global, y por el otro a
nivel local y provincial. Los grandes propietarios nunca pudieron oponerse
abiertamente a los designios emanados de los Obispos, Santo Oficio, Concilios y
Superiores de distintas Órdenes, pero sí pudieron mediar y contrarrestar lo que les
pudiera resultar nocivo de estas políticas a nivel de parroquias o conventos
provinciales. A nivel provincial existió muchas veces una unión de intereses
económicos entre una iglesia que era tan latifundista como los propios
hacendados y que se unía a ellos en los problemas comunes. Gran parte de los
curas eran hacendados y, además, en las haciendas se usaba tener oratorios y
sacerdotes. Económicamente la iglesia dependía del diezmo de los hacendados,
las donaciones, etc., y, a la vez, los hacendados tenían a la iglesia como uno de los
pocos recursos de créditos.
o Latifundistas y minería: Además del problema de la mano de obra, existían
tensiones por el uso de recursos y por el control de las villas mineras. En general,
las minas del Norte Chico y la Zona Central estaban ubicadas dentro de haciendas,
en donde el propietario mayor no las explotaba, sino que llegaba a acuerdos con
empresarios mineros para el uso beneficioso de los recursos disponibles. En otros
casos, las relaciones no fueron tan armoniosas. Por otro lado, cuando algunos
asentamientos mineros crecieron mucho, se convirtieron en verdaderos pueblos.
En esos casos, muchos mineros invocaron las leyes contenidas en la Recopilación
de Leyes de Indias para que pedir que el lugar se declarara Real de Minas y se
confiscasen las tierras de las haciendas afectadas. Los latifundistas contraatacaban
planteando que en esas nuevas villas se violaban todas las leyes y ordenanzas, que
se robaba a los inquilinos y peones, etc. Generalmente solicitaban el traslado de
los villorios mineros a lugares desde donde pudieran ser controlados por la
justicia, y se les daba el control del comercio local a los hacendados. En el camino
de recuperar el poder rural, los hacendados se hicieron del control del Cabildo de
cada una de las ciudades que habían fundado, manejando parte de la justicia, el
abasto de la ciudad, su comercio y toda la infraestructura urbana.
o Latifundistas y comercio interior: Fuera de las áreas urbanas importantes, era
absolutamente controlado por el latifundio. Había una Ordenanza que estipulaba
la libertad y algunas franquicias que podían gozar los comerciantes que se
instalaran en las nuevas ciudades. Como primeros habitantes, los latifundistas
aprovecharon esto, teniendo especies que vender y créditos de los mercaderes
que desde las grandes ciudades se dedicaban a importar. Pocas veces los aldeanos
pudieron juntarse y formular quejas al gobierno central sobre los abusos de los
latifundistas en materia de comercio.
o Latifundistas y comercio exterior: En cuanto a exportaciones agrícolas chilenas,
fundamentalmente de trigo, la acción del latifundismo fue más completa y de
menos éxito, aunque este problema en realidad tenía sus raíces con los lazos más
generales de dependencia política y económica. Además, el latifundismo chileno
rara vez actuó como bloque para enfrentarse a los abusos de situaciones
monopólicas, bloqueos, fijaciones arbitrarais de precios, etc. (salvo en algunas
pocas ocasiones). Esto, porque internamente tenían diferentes relaciones de
dependencia (que variaban de los hacendados más grandes hasta los de menor
tamaño). Desde otro punto, en cada región productora había uno o dos
propietarios que compraban y comercializaban la parte más valiosa de la
producción local, a la vez que daban facilidades y créditos para mantener la
sujeción de los más modestos en una línea descendente de poder. A medida que
se llegaba a fines del siglo XVIII la acción y efectividad de los latifundistas fue
creciente, al punto que se vieron preparados para ganar a la población urbana.
o Latifundistas y pobladores (“burgueses”): Los pobladores no poseen tierras y
tienen frecuentemente actitudes agresivas contra los terratenientes y sus
representantes. Es un grupo irreverente e importuno, molesta y hace mofa de
todo lo tradicional, pero especialmente de los hacendados de apellidos de
alcurnia, del clero y de las justicias cuando no son de la burocracia estatal.
Generalmente la justicia y la iglesia los enjuiciaban “por vagos y mal
entretenidos”. Lo que podría ser una muestra de una burguesía naciente era
molesta, pero no peligrosa.
o En el siglo XVIII, la situación del Estado era muy diferente a la del estado colonial
de los primeros siglos. Con una sociedad mucho más compleja, se había dado pie
al crecimiento de grupos de poder diversos, por lo que mantener el control
centralizado hubiera requerido de muchos más recursos. Este vacío de poder fue
llenado por los latifundistas. Cuando proliferaron las nuevas poblaciones, los
grupos sociales desconocidos hasta entonces recorrieron los campos sembrando
intranquilidad y descontento en villas y haciendas. El gobierno central no fue
capaz de organizar un aparato de justicia, policía o defensa que dependiera
directamente de él y les pudiera poner fin. Pero los terratenientes lo solicitaron,
así que les fue entregado este último resto de poder rural. No era necesario que
un hacendado aspirara a representar la justicia en el área completa de un partido.
Bastaba que pudiera identificar un sector geográfico claro y además la existencia
de “vagos, ociosos y ladrones” para solicitar el cargo. Los hacendados obtuvieron
estos títulos, acostumbraron a mantener cepos, grillos y habitaciones destinadas a
cárceles en las casas de sus haciendas, consiguieron que toda persona que
anduviese en poblado llevara una “cédula” o papel escrito que lo identificara y
expresara dónde trabajaba.
El estado reconoce la existencia de etnias pero no de pueblos indígenas. Para ellos hablar de
pueblos significaría la existencia de varias naciones dentro de un territorio.
Para la contraparte las etnias sí constituyen pueblos, al tener una igualdad básica de derechos, las
etnias indígenas pueden aspirar a la autodeterminación.
Históricamente los estados han privilegiado la vinculación del poder político con una sola nación o
etnia. Negando la existencia de otras comunidades, a pesar de esto las culturas indígenas no han
desaparecido. Como país es fundamental reconocer a los pueblos indígenas, para así valorar su
aporte cultural y avanzar hacia políticas de Estado que aseguren el respeto y la sobrevivencia de
estas comunidades.
- Definición de Indígena: Este término nace de un error histórico; Colón no llego a la India.
Podemos definir a los Indígenas mediante su cultura, y sus rasgos biológicos, pero un rasgo muy
importante es su constante exclusión; En Chile los Indígenas constituyen a un grupo políticamente
impotente, socialmente discriminado y económicamente pauperizado.
Chile es considerado un país demasiado indígena, haciéndole falta mayor mezcla de sangre
Europea; es indispensable aumentar la inmigración para mejorar la raza. Aquí es donde nace un
nuevo concepto "El mestizaje".
La identidad nacional en el sustrato mestizo de Chile fue encarnada por la figura del "roto
Chileno". En el "roto" se fundían las virtudes del español pobre y aguerrido con las del "indómito
araucano", viril, arriesgado y leal. Así fue como los araucanos contribuyeron al carácter del
representante de la "raza Chilena".
- La reivindicación de lo indígena desde las propias etnias: Los Indígenas siempre han sido
discriminados, el Estado ha despojado a los indígenas de sus derechos fundamentales (acceso a la
tierra y al agua) lo que ha provocado la desaparición total o parcial de las culturas originarias. Aún
así el término "vencidos" no les acomoda, han sobrevivido gracias a su aptitud para abrirse a lo
externo, se trata de una "aculturación antagónica", que rescata los medios de la cultura
dominante con el propósito de repeler sus fines etnocidas.
Con los Mapuches es diferente, en la actualidad sus reducciones constituyen una pieza clave
dentro de su cultura; sin embargo, ellas no fueron el producto de una evolución operada en el
seno de su sociedad, sino el resultado de una imposición decretada por el Estado chileno, una vez
ocupada la Araucanía.
Al no querer adoptar esta religión al 100% se atentó contra estos indígenas lo que provocó una
resistencia militar, que en muchas ocasiones puso en jaque al español.
- La resistencia militante: Los aymara, los atacameños, diaguitas y los picunches se resistieron a los
colonizadores pero por diferentes motivos terminaron rindiéndose. Lo que nos demuestra que los
araucanos no fueron los únicos en oponerse al invasor, debido a su constante búsqueda de la
libertad, el araucano resistió exitosamente al español.
Frontera Sur:
El fin de la frontera:
Muchas de las familias mapuches optaron por huir, otras decidieron hacer las paces, se dice que si
no fuera por la actitud negociadora de los caciques "abajinos" los mapuches no se habrían
quedado con tierras. En 1881 fue el último levantamiento general de los mapuches, su
independencia estaba muriendo. Las tierras ocupadas pasaron al Fisco, a través de concesiones y
remates, fueron adquiridas por privados que reprodujeron el sistema de latifundio del Valle
Central. La ley radicó a los mapuches en "reducciones", pequeñas extensiones de tierra, el objetivo
de ellas era arraigar a los indígenas, transformándolos en una sociedad agrícola; de ese modo
podía ejercerse mayor control sobre ellos.
- Chilenización de los Andes: La tierra fue privatizada y las comunidades fueron pasadas a llevar, la
población Andina se insertó en el proceso como mano de obra salariada. La etnia Aymara fue
incorporada a la estructura colonial peruana. Las comunidades atacameñas fueron incorporadas a
Chile.
- Chilenización de Ultramar: Los pascuenses o Rapa nui son sometidos a la nación chilena. Pascua
no era de interés para los colonialistas, solo estaban interesados en esclavizar a su gente, dejando
muy pocos Rapa Nui en la isla, situación en donde emergió la propuesta de anexar la isla a Chile.
Se firmó un acta en donde los pascuenses aceptaron la soberanía chilena a condición de no
renunciar a sus autoridades locales (Compromiso que no fue respetado).
El estado ejerció mayor presencia en la isla lo que provocó rechazo dentro de los pascuenses,
nació el término Mauku que simboliza el sentimiento de acoso de los isleños por parte de los
continentales. Con la llegada de tantos extranjeros los isleños tomaron control del comercio y una
parte importante de la infraestructura turística. Para concluir los pascuenses aún tienen dominio
de sus tierras.
- La reducción mapuche como espacio de identidad y resistencia: Las reducciones son una pieza
clave dentro del armado identitario y cultural de los mapuches, su principal misión es la defensa
de su territorio. Las reducciones se transformaron en un espacio de resistencia, gracias a esto la
etnia ha sobrevivido.
- Pestes, mestizaje y genocidio: A causa de la conquista las etnias indígenas redujeron su número
de manera considerable; algunos indígenas sufrieron una muerte directa, pero el genocidio mayor
fue a causa de malas condiciones de trabajo, disminución de la natalidad, mestizaje y epidemias.
Otro factor muy importante en la desaparición de las etnias es el mestizaje; el encuentro sexual
entre españoles e indígenas fue violento, y de esa violencia emergió el mestizo. El aumento de la
población mestiza fue directamente proporcional al descenso de las etnias originarias.
- El capitalismo, las últimas fronteras y "el canto del cisne": Las tierras australes fueron tomadas
junto con sus etnias, el espacio económico-político se sobrepuso al espacio mítico de esta tierra y
las consecuencias para las culturas indígenas fueron desastrosas. Hacia 1890 el gobierno agrupó a
pocos indígenas que sobrevivían en una reserva territorial, pero el "hambre de tierra" hizo
imposible la mantención de los indígenas en los territorios que se les había asignado. Los
resultados fueron la muerte de muchos indígenas por medio de una especie de casería, los
indígenas que sobrevivieron fueron llevados a la isla Dawson, donde existía una misión cristiana.
Para los colonizadores esta era la mejor forma de solucionar el problema indígena. Lo que terminó
en la extinción total de los ona.
- Incompatibilidades de la modernidad: Para el siglo XX las etnias nómadas que habitaban las
tierras australes se extinguieron por completo. Esto fue responsabilidad, en mayor parte, del
Estado y la sociedad por tolerar el exterminio de indígenas.
- Balance final: La presencia del gobierno militar en el mundo indígena jamás ha pasado
inadvertida. A través de la legislación excepcional, el gobierno anterior había hecho un
reconocimiento explícito de los derechos indígenas. La dictadura revirtió toda iniciativa en tal
sentido, negó la existencia de pueblo indígenas y por medio de leyes ad hoc, inició o reavivó
procesos que tuvieron un profundo carácter etnocida.
Sin embargo, pese a todas las fuerzas desintegradoras que, por uno u otro conducto, presagiaban
su desaparición, las etnias indígenas aún marcan presencia en Chile. La vuelta a la democracia
anunció lo que parecía una nueva etapa reivindicativa de la condición indígena, tal y como había
ocurrido en la década del setenta. Pero al poco tiempo, las esperanzas se confundieron con las
frustraciones.
Se firmó un convenio en donde se reconocía el carácter de pueblos de los grupos indígenas. Pero
una segunda declaración corregiría la escrita anteriormente; reconocer la existencia de un pueblo
implica reconocer sus derechos políticos colectivos, como el de la autodeterminación.
La autodeterminación engloba una serie de derechos: el de la autoafirmación como pueblo y no
sólo como etnia; el de la autoeliminación del espacio en el cual desarrolla su existencia y el
derecho a representarse interna y externamente.
Para concluir: aún son discriminados los pueblos originarios, más que discriminados no son
reconocidos por el estado, esto implica que no tienen derechos como nación ya que no existen
realmente.
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- Características generales de la sociedad: Durante el siglo XVIII la sociedad chilena alcanzó perfiles
bien diseñados que la caracterizarían hasta etapas muy posteriores. Uno de los principales
cambios es el debilitamiento del esquema estamental que separaba drásticamente a los diversos
sectores, lo que anunció una futura aparición de clases sociales.
La esclavitud de los negros era una institución que tendía a desaparecer, el sector negro era de
unos 25.000 individuos de los cuales sólo poco más de 4.000 eran esclavos. No pasaría mucho
tiempo antes que se concediese libertad a todos. En el aspecto racial se estaba completando un
proceso de homogeneización en que las características físicas se fundían para crear tipos más o
menos uniformes en cada estrato. En el sector intermedio los rasgos generales eran las de
mestizos con apariencia de blancos.
- Brillo y poder de la aristocracia: El más alto grupo social estaba compuesto de españoles y criollos
descendientes de españoles pero nacidos en el país.
El elemento criollo dentro de la aristocracia era mucho más importante que el español por su
riqueza, prestigio e influencia social. Esos rasgos le daban el carácter de grupo rector de la
sociedad, a pesar de no tener en su poder las más altas posiciones gubernativas y administrativas.
La aristocracia vivió un cambio, en un comienzo era definida como un grupo de carácter militar y
encomendero y que en cambio en el siglo XVIII presenta los rasgos de un grupo terrateniente y
comercial.
Se crearon los "mayorazgos", era una institución que consistía en el derecho del hijo mayor a
heredar un conjunto de bienes muebles e inmuebles, que eran del dominio perpetuo de una
familia con prohibición de enajenarlos. El fundador disponía cuáles bienes deseaba vincular al
mayorazgo y debía obtener la aprobación del rey, que lo concedía sólo a familias pudientes.
Una forma de distinguirse en la aristocracia era poseer un título de nobleza por el cual se debía
pagar una fuerte suma y este no implicaba privilegios especiales. Otra forma de distinguirse era
mediante la obtención de hábitos de las órdenes de caballería, que, aunque de menor categoría,
eran sumamente estimados.
El grupo de familias con mayorazgos y títulos de nobleza compuso el núcleo más sólido y de mayor
relieve del más alto grupo social.
- El sector medio perfila sus rasgos: En el paso de un siglo a otro eran perceptibles algunas
modificaciones en la capa intermedia. Los círculos más bajos no muestran diferencias
fundamentales. El sector medio tenía acceso a cargos públicos provinciales, lo cuales daban algún
prestigio y poder. Otros grupos de similar categoría surgieron en la región del Norte, su gran
diferencia provino de la minería, aunque el tono de vida siguió siendo opaco y no hubo una
riqueza ostensible.
El sistema económico del Norte giró sobre el intercambio de metales y mercancías provenientes
de fuera de la región o del país, por esto los mineros jamás constituyeron un sector importante.
En cuanto a cultura, a pesar de la existencia de grupos con bienes de fortuna, la situación seguía
siendo deplorable en el sector medio: saber leer y escribir era un atributo estimable.
El concepto de bajo pueblo engloba a todos los estratos inferiores como un solo gran sector, el
mayoritario, en que los distingos raciales se funden paulatinamente. Tanto blancos, indios y
negros aportaron su acervo en la plasmación de costumbres, mentalidad y estilos que a través de
acciones y reacciones complejas formaron el espíritu distintivo del hombre chileno modesto.
-La posesión de un caballo marcaba una diferencia fundamental entre la gente del campo. Los
jinetes de mejor posición, como inquilinos y capataces, dueños de buena cabalgura y que podían
exhibir montura fina, riendas bien trabajadas y acaso unos estribos adornados y unas espuelas de
plata, formaban la categoría de los huasos. Su apariencia modesta y terca apenas revelaba el
prestigio de que gozaban en el medio popular.
-La situación de la mujer en el campo, era muy dura y triste. Mirada por el hombre como un objeto
de placer, recibía un trato grosero y desconsiderado. Además de los trabajos domésticos debía
ejecutar otros muy penosos y monótonos.
-La ausencia de grupos adinerados fue otro matiz inconfundible de aquella sociedad. Las
categorías sociales tendían a confundirse y así el hombre pobre no alcanzaba a percibir contrastes
absolutos.
- La querella de españoles y criollos: El criollo miraba al español con aires de inferioridad, los
españoles contaban con mayores privilegios como por ejemplo el acceso a cargos públicos de las
colonias, en cuyo desempeño no siempre brillaban por su eficiencia ni honradez, estos puestos
eran vistos como una buena posibilidad de hacer fortuna. Más tarde comenzaron a venderse estos
cargos públicos y los criollos tuvieron acceso a estos, pero a pesar de el nombramiento de criollos
en diversos cargos la proporción de españoles era mayor, y el cargo de gobernante estuvo
invariablemente en mano de españoles, salvo en dos oportunidades accidentales, lo que hacía
patente la desigualdad y la desconfianza hacia el elemento criollo.
Los matrimonios eran por lo general arreglados por los progenitores, las nuevas parejas
normalmente seguían bajo la férula paterna y sólo se independizaban con la muerte del jefe de
familia, hecho que significaba que el hijo mayor tomaba en sus manos las responsabilidades de la
casa, debiendo velar por el bienestar de los suyos. Otra forma de parentesco lo constituyeron los
bautizos, que marcaban fuertes relaciones entre padrinos y ahijados y entre los compadres.
- La casa: La casa ciudadana chilena comúnmente era de un solo piso, a causa de los frecuentes
temblores, y estaba construida de adobe. La importancia social o económica del propietario se
notaba en los floridos escudos que coronaban el portón principal, o en las rejas de Vizcaya que
celosamente defendían las ventanas, contaba con 3 patios, este tipo de casa era sobrio y los lujos
eran escasos.
La casa de campo, que era mayor que la mansión urbana, contaba con una distribución diferente,
no sólo incluía patios, sino también amplios corredores, por lo general en forma de L, que
volcaban la vida de sus dueños hacia el exterior, debido quizá al carácter estacional que tenían. Al
lado de la gran casa urbana o campesina se alzaban los ranchos de los grupos modestos, todos de
pobre construcción, en ellos convivían en lastimosa promiscuidad seres humanos y animales.
- Las nuevas ciudades: Desde los años iniciales a la conquista no se había vuelto a fundar ciudades
a causa del escaso desarrollo de la población y de las actividades económicas. En el último siglo
colonial la situación experimentó un cambio notorio como consecuencia del desenvolvimiento
general, de tal manera que el mapa del país se cubrió de puntos poblados que configuraron una
distribución urbana destinada a larga permanencia. Las nuevas villas y ciudades representaban un
proceso absolutamente distinto al que originó las fundaciones de la época de la conquista.
El propósito de las primeras ciudades era someter a los indígenas, incorporarlos al trabajo y
establecer faenas agrícolas y mineras. En este propósito estaba implícita la idea de que el hombre
es un animal sociable y el afán reiterado constantemente por el rey de que la gente viviese "en
policía", es decir, dentro de un sistema ordenado. Esta última necesidad era palpable en Chile,
donde la dispersión de la gente y la falta de control daban un lamentable cuadro de delitos y
desenfreno.
En el año 1723 se produjo la única rebelión indígena comparable a las de antaño. Debido a los
abusos cometidos por los blancos en sus tratos con los indios y al despotismo de algunos jefes
militares, se experimentó un intranquilidad que se propagó por toda la Araucanía.
La guerra de Arauco en el siglo XVIII debe ser considerada como una etapa avanzada de una larga
lucha de tipo fronterizo, en que el aspecto bélico ha cedido en su rigor y en cambio se ha generado
un sistema de relaciones muy variadas entre las comunidades situadas a ambos lados del Biobío.
Se implantó en América el régimen de las intendencias, con el que se buscó gobernar en forma
más directa y efectiva los dominios de ultramar. En Chile las instituciones fundamentales, como el
gobernador, la Real Audiencia y el cabildo no experimentaron grande cambios, efectuándose
solamente algunos ajustes en su organización interna que no variaron ni las funciones, ni la
estructura general del sistema. La creación del cargo de regente, funcionario letrado, que pasó a
presidir la Audiencia en lugar del gobernador, significó mayor independencia administrativa. Las
provincias por otra parte se subdividieron en partidos, que a cargo de subdelegados reemplazaron
a los antiguos corregidores.
Como tendencia general y conforme con esta línea centralista, se fue aplicando en Chile una
progresiva independencia con respecto al virreinato del Perú, cuyas autoridades gravitaban
anteriormente con gran poder en todas las decisiones de importancia.
- Los gobernadores: El siglo comienza con dos mandatarios: Don Francisco Ibañez y Peralta y Don
Andrés de Ustariz. Ambos dejaron una triste fama por sus atropellos y codicia y por los negocios
ilegales que emprendieron valiéndose del contrabando.
Entre todos los gobernantes progresistas el que más se destaca es Don Ambrosio O'Higgins, quien
fue un celoso servidor de la corona y defensor de sus prerrogativas, en quien se funden, por una
parte, el apego al régimen tradicional y por otra parte al impulso progresista característico de la
época.
Para el ilustrado la única verdad fue la científica. Tímidamente en un comienzo y con verdadero
ahínco después, se fue separando moral y religión. Surgió una nueva ética que afirmó que el
hombre era por naturaleza bueno y llevaba en sí mismo todos los elementos para ser perfecto y
feliz. Las manifestaciones más características de la ilustración pertenecieron al ámbito de la
cultura. Sin embargo, ésta fue también un movimiento político: la idea y el poder, la razón y el
estado se combinaron y originaron el Despotismo ilustrado.
Uno de los primero cronistas del siglo fue el padre Miguel de Olivares, redactó la Breve noticia de
la provincia de la compañía de Jesús. Su trabajo más importante es, sin embargo, la Historia
militar, civil y sagrada de Chile. La última obra de Olivares, aunque permaneció inédita en su
época, sirvió de base a otros jesuitas chilenos exiliados en Italia, para componer otras crónicas. El
más ilustre de ellos fue don Juan Ignacio Molina, cuyo nombre se ha hecho famoso tanto por sus
trabajos de historia como de ciencias naturales. Con el fin de ampliar su trabajo, Molina se dio a la
tarea de escribir una Historia de Chile que con el título de Saggio sulla storia civile del Chili vio la
luz pública en Bolonia. La descripción del pueblo araucano y el cariño demostrado por Chile,
constituyen las mejores características de su obra.
Las nuevas tendencias educacionales que auspiciaban el aprendizaje de técnicas útiles y necesarias
para el desarrollo económico, tuvieron cabida en la Academia de San Luis, fundada por don
Manuel de Salas, benefactor y alma de ella. Pese a la modestia del establecimiento y lo precario de
sus resultados, la iniciativa fue valiosa al orientar hacia nuevos campos en materias educacionales
y ser un claro ejemplo del propósito de algunos criollos ilustrados de levantar los niveles de vida
de sus compatriotas y de propender, al mismo tiempo, al desenvolvimiento económico mediante
una preparación adecuada.
- El Arte: Dos son las grandes escuelas que tienen plena cabida en el siglo. La primera significó la
persistencia del barroco que se nutrió esencialmente con el aporte que le prestaron la pléyade de
jesuitas bávaros que llegaron a mediados del siglo bajo la égida del padre Carlos Haymhausen. El
selecto grupo contaba entre sus miebros a pintores, artífices, ebanistas, arquitectos, relojeros, etc.
que se entroncaban directamente con la más alta tradición artesanal y artística de su país natal.
Pese a estar breve tiempo en Chile, lograron crear honras de real mérito que se incorporaron
totalmente al patrimonio cultural del país.