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com/nacion/articulo/crece-la-tension-por-los-ingenios-azucareros/446383-3
publicado el 2015/10/17
El escándalo que se armó por las millonarias multas a los ingenios azucareros, lejos de
haberse enfriado, se calentó en los últimos días. Asocaña, uno de los sancionados por la
Superintendencia de Industria y Comercio (SIC), publicó avisos de página entera en los
principales diarios del país con una carta abierta dirigida al presidente de la República, Juan
Manuel Santos. En 12 puntos, el gremio cuestiona el monto de las sanciones, niega las
acusaciones formuladas por la SIC y le pide al primer mandatario que les sirva de garante
del debido proceso en la investigación a las entidades del sector.
El Consejo Gremial Nacional (CGN), máxima cúpula del empresariado, también terció en el
asunto y en una expresión de solidaridad con Asocaña pidió abrir un debate sobre el monto
de las sanciones impuestas a las asociaciones económicas, y discutir el alcance de la
acción jurisdiccional en materia de competencia. Según el Consejo Gremial, el tema toma
relevancia ante el proyecto de ley que cursa en el Congreso en busca de ampliar aún más
las facultades de la Superintendencia de Industria y Comercio para proteger el libre
mercado.
El tercer tema que elevó la tensión es el propósito de algunos parlamentarios de hacerle un
control político al superintendente Pablo Felipe Robledo, aunque el funcionario todavía tiene
pendiente por resolver el recurso de reposición al que pueden acudir los afectados. Para
algunos analistas, no solo es inoportuna la citación (si se refiere a la investigación, podría
ser recusado) sino que representaría un golpe a la autonomía que debe tener el ente de
control y vigilancia.
Pero más allá de las inquietudes, frustraciones y protestas propias de un caso tan notorio
como este, en la opinión pública ha quedado la sensación de que el debate se desvió. En
lugar de enfocarse en la ética empresarial o en qué significa el derecho a la libre
competencia, como columna vertebral del modelo económico y herramienta de protección
a los consumidores, se enfrascó en una lucha donde hay poderosos intereses económicos
y broncas políticas y regionales. En la discusión también se le ha dado especial énfasis al
monto de la multa que, si bien es históricamente alta, no puede empañar la esencia misma
de la sanción.
La protección a la libre competencia en Colombia tiene dientes por primera vez en la
historia, en busca de que palpite el corazón del sistema capitalista. Primero, porque
defiende los derechos de los consumidores a recibir más y mejores bienes y a precios más
económicos. Segundo, porque permite que los mercados y sectores de la economía
funcionen adecuadamente, lo que genera un ambiente empresarial competitivo en beneficio
de las propias compañías. Y tercero, porque genera eficiencia económica, pues cuando hay
sectores donde la competencia se restringe se extraen ilegítimamente rentas de la
economía.
Tomado de.- http://www.semana.com/nacion/articulo/crece-la-tension-por-los-ingenios-azucareros/446383-3
publicado el 2015/10/17
superintendencia y por eso cuestionó la idea de que su jefe sea citado al Congreso en este
momento. También el ministro de Agricultura, Aurelio Iragorri, afirmó que el superintendente
Robledo no puede asistir a un debate de control político antes de que la decisión quede en
firme.
La verdad es que en el alto gobierno hay claridad acerca de la importancia de respaldar las
decisiones de la autoridad de supervisión, para que estas no terminen revocadas por
presiones de los afectados. La ministra de Comercio, Industria y Turismo, Cecilia Álvarez,
dijo el jueves en un conversatorio con empresarios que “la SIC lo ha hecho con lujo de
competencia”, destacando, además, que Colombia va en la dirección correcta para ser un
país más competitivo.
Ahora bien, esta álgida discusión debe estar en el terreno legal y probatorio, y los afectados
deben tener todas las garantías del debido proceso y usar los recursos que les da la ley
para defenderse. Y, como se ha visto en el debate, los azucareros han esgrimido
argumentos de peso, y la SIC tiene una rigurosa investigación que lleva seis años y ha
pasado por varios funcionarios y comités.
Lo cierto es que el país asumió el tema de la libre competencia como un asunto de política
de Estado y así lo viene impulsando. Esta semana, por ejemplo, Cartagena y Barranquilla
serán sedes de dos cumbres en la materia. Más de 100 autoridades de 92 países y expertos
hablarán de la cartelización empresarial en el mundo, un tema sobre el que los colombianos
tienen que comenzar a hablar.
Por último, lo peor que podría pasar es que el episodio de los azucareros le ponga un freno
de mano al proyecto de ley que cursa en el Congreso en busca de fortalecer aún más a la
superintendencia. Hace solo algunos años, cientos de empresarios pedían darle más
dientes sancionatorios a la SIC porque muchas pymes, empresas nacientes o
emprendimientos no podían florecer por abusos de la posición dominante en el mercado.
Y ahora que se está logrando, algunos comenzaron a inquietarse. Esto sería como matar
el tigre y asustarse con el cuero.