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Norma asociada: CPP ART 373 b, CPP ART 374 e, CPP ART 343 c, CP ART 490, CP
ART 491, CP ART 492
SÍNTESIS: Corte Suprema confirma sentencia apelada que acogió recurso de nulidad
fundado en la letra e) del artículo 374, en relación con el artículo 342 letra c) CPP, y la
causal de la letra b) del art 373 CPP. Al respecto, la Corte de Apelaciones, sostiene que
la sola mención que se hace a un deber reglamentario incumplido sin que se indique en
que consistió el mismo y su relevancia en las consecuencias producidas, no es suficiente
para los efectos de la condena, más todavía si el tipo penal acreditado exige causar mal
por negligencia culpable en el desempeño de la profesión. Lo anterior, en relación a que
no se pudo acreditar la causalidad, entre el actuar de la acusada, y el resultado que sufrió
la víctima. Por otro lado, la sentencia también cuestiona el hecho de que no se haya
señalado por qué la acusada, quien es enfermera, fue condenada conforme al art 491 CP.
Resolviendo anular la sentencia dictada y el juicio que la sirve de antecedente, debiendo
celebrarse nueva audiencia de juicio por el tribunal correspondiente.
TEXTO COMPLETO:
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procedimiento, consistente en la desinfección de alto nivel, en circunstancias
que la neutralización de los riesgos lesivos recaía en la auxiliar de
enfermería, a quien, inexplicablemente, el tribunal absuelve, pues es ella la
que manipula el instrumental y debe realizar el procedimiento de
desinfección. En definitiva, le atribuye la responsabilidad prevista en el
artículo 491 del Código Penal, a una persona que no ejecutó conducta
material alguna.
En cuanto a la causal subsidiaria, esto es, al error esencial y relevante
en la aplicación del derecho, que asocia a la falta de riesgo, explica que para
que haya negligencia médica en los términos del artículo 491 del Código
Penal, se requiere que el profesional ejecute una conducta que cause un mal
a las personas por la falta de pericia del profesional de la salud, es decir, una
acción negligente y no una omisión de los deberes de supervigilancia y
control de riesgos, cual es la conducta en la que supuestamente su
representada habría incurrido, de modo que si esta conducta hubiera sido
probada, la imputación debía haber sido conforme a las normas del artículo
492, en relación con el artículo 490 del Código Penal. Por otra parte, no se
aplicó la media de prescripción penal puesto que desde que el Ministerio
Público hizo el requerimiento, esto es, el 08 de julio de 2016 hasta su
formalización, esto es, abril de año 2013, había transcurrido más de la mitad
del tiempo y, si los hechos hubieran sido considerados una falta, el tribunal
debió haber estimado prescrita la responsabilidad penal.
Segundo: Que el tribunal da por establecido los hechos y los califica
jurídicamente en los fundamentos quinto y sexto de la sentencia, al efecto
concluye que la infección a la vía biliar que sufrió la paciente tuvo su origen
en la falta de diligencia en el “proceso DAN del duodenoscopio”, luego
señala que las responsables fueron la auxiliar de enfermería y la enfermera
universitaria de la unidad de endoscopía, que la fecha de los hechos era la
acusada Gattamelati Bertolini, quien debió garantizar su cumplimiento y no
lo hizo, para, finalmente, estimar que se configuró el ilícito previsto en el
artículo 491 del Código Penal y que esta persona tiene la calidad de autora
del mismo.
Tercero: Que el primer cuestionamiento que se hace por el recurso es
la falta de nexo causal entre el cuadro infeccioso sufrido por la paciente y la
presencia de la bacteria como consecuencia de la falta de esterilización del
aparato médico empleado en la intervención, aludiendo al recurrente a la
literatura médica que demostraría que tal vínculo no existe y que la
complicación es propia del procedimiento seguido.
Al respecto el fallo no contiene razonamientos que despejen tal
afirmación, la que si bien no se constituyó en una línea de defensa en el
juicio y sólo se plantea con motivo del presente recurso, apoyada en la
documentación que se hizo valer en la audiencia, al menos guarda relación
con lo afirmado por el propio tribunal como uno de los hechos acreditados
en el apartado signado con el número 6.- de su fundamento quinto, esto es,
“ Que la bacteria en cuestión por sus características es principalmente
intrahospitalaria y se adhiere con facilidad a objeto inanimados”. Se hacía
necesario, entonces, que se entregaran las razones que condujeran a
concluir que sólo por la conducta que se atribuyó a las acusadas se produjo
la infección, ya que de acuerdo con lo dicho podría tener otras causas.
En otro orden de ideas, tampoco la sentencia determina de manera
precisa y clara cuál es el hecho que motiva el reproche que se hace a la
acusada y del cual emana su responsabilidad penal, pues no basta con
señalar que en el procedimiento interno del hospital era la persona encarga
de la unidad de endoscopía y por ello suyo era el deber de velar porque
aquel se cumpliera cabalmente. No se expresa cuál es la clase de conducta
de la que deba responder, resultando más relevante dicha omisión si se
tiene en cuenta lo sostenido por la defensa en cuanto que la suya sería una
autoría mediata que no tiene cabida en este tipo de ilícito. La sola mención
que se hace a un deber reglamentario incumplido sin que se indique en que
consistió el mismo y su relevancia en las consecuencias producidas, no es
suficiente para los efectos de la condena, más todavía si el tipo penal
acreditado exige causar mal por negligencia culpable en el desempeño de la
profesión.
Mayor trascendencia adquiere otra omisión de la sentencia, que
aunque no se menciona expresamente en el recurso, resulta de esencial. En
efecto, se concluye que se acreditó la existencia del delito previsto en el
artículo 491 del Código Penal, que contempla como sujetos activos del
mismo a aquellos profesionales que enumera, entre los cuales no se
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encuentra la acusada que tiene el título de “enfermera universitaria”.
Ciertamente, su condición profesional no es asimilable a la de médico,
cirujano, farmacéutico, flebotomiano o matrona que se mencionan en dicho
texto, por lo que se hacía necesario precisar el por qué resulta posible
considerarla sujeto activo de un tipo penal que no la menciona.
Cuarto: Que las inconsistencias que se mencionan devienen en
defectos de la sentencia que resultan determinantes al momento de
atribuirle el suficiente grado de certeza como para validar la condena que
impuso. Se trata de interrogantes que no se despejaron y de la falta de
razonamientos, que eran particularmente necesarios en un juicio de
características especiales como el celebrado.
Es posible de esta manera, entender configurada la primera de las
causales en que se funda el recurso, en tanto la sentencia incumplió el
mandato contenido en las letras c) y d) del artículo 342 del Código Procesal
Penal, por lo que de conformidad con lo dispuesto en el artículo 374 letra e)
del mismo texto legal, es procedente anular la sentencia dictada y el juicio
que la sirve de antecedente, debiendo celebrarse nueva audiencia de juicio
por el tribunal correspondiente.
Lo dicho hace innecesario pronunciarse sobre la causal de nulidad
opuesta en subsidio de la ya señalada.
Por estas consideraciones, se acoge el recurso de nulidad deducido
por la defensa de la acusada Gina María Eugenia Gattamelati Bertolini, en
contra de la sentencia dictada con fecha 28 de Diciembre de 2016, por el 8°
Juzgado de Garantía en la causa RIT 0-10254-2013, declarándose nulo, a
su respecto, el referido fallo como también el juicio respectivo, debiendo
celebrarse nueva audiencia de juicio por el tribunal no inhabilitado que
corresponda.
Regístrese y comuníquese.
Redacción del ministro Carlos Gajardo Galdames.
Reforma Procesal Penal 154-2017
Pronunciada por la Octava Sala de la Iltma. Corte de Apelaciones de
Santiago, Presidida por el Ministro señor Carlos Gajardo Galdames e
integrada además por el Ministro señor Juan Antonio Poblete Méndez, quien
no firma por encontrarse con permiso administrativo, y abogado integrante
señor José Luis López Reitze, quien no firma por encontrarse ausente.
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