Documente Academic
Documente Profesional
Documente Cultură
La leyenda SIGUANABA
Un hombre después de trasnochar caminando cerca de un
fuente, veía el cielo las estrellas centellantes; ni siquiera había
amanecido cuando vio bañándose en el agua fría de la fuente
una mujer con un hermoso vestido blanco, de hermosa figura,
cabello largo y negro.
El hombre le preguntó:
Que haces a esta hora bañándote, quieres que te ayude?
La hermosa mujer dejó de bañarse, y sin mostrarle el rostro le
hizo una señal.
Me está llamando dijo el borrachín.
La mujer caminó hacia el cementerio y el hombre la siguió
impaciente e incansablemente, cada vez que se le acercaba, la
mujer se desplazaba lejos de el.
Entonces el hombre por fin la alcanzó y pudo contemplar su
rostro endemoniado, parecía un caballo, ésta se abalanzó sobre el y trató de llevárselo
gimiendo un grito escalofriante, enterrándole las uñas para sepultarlo en los barrancos
cercanos.
Desesperadamente el hombre recogió una medallita que tenía colgada en el cuello, y
empezó a orar ya que no podía escapar de la mujer.
Cuando la mujer vio la medalla lo soltó y se lanzó al barranco.
El hombre sobrevivió al ataque y llegó a su casa
con sus brazos y espalda desgarrados. Su familia
trató de curarlo pero el hombre contó la historia y
murió a los pocos días debido a sus heridas que
nunca sanaron.
El Cadejo
Según el escritor Enrique Zepeda, el Cadejo no es un espíritu protector sino uno merodeador, que sale a
asustar a los trasnochadores (principalmente a los borrachos), a manera de escarmiento para la gente de
mala vida.
“Parte del cabello muy enredada que se separa para desenredarla y peinarla”.
De ahí, que el nombre que los españoles dieron a esta criatura parezca estar relacionado al enigma que
representa, como un enredado misterio.
Cuenta la leyenda que cuando Dios vio los problemas obstáculos que a diario enfrentaban los seres
humanos, creó un ser sobrenatural para protegerlos: el Cadejo. Con forma de perro blanco y ojos rojos
que brillaban como llamas ardiendo, su misión era protege a sus seguidores.
Pero cuando el Diablo vio al Cadejo blanco, se puso celoso y decidió crear a su propio Cadejo, un perro
negro con patas de cabra y también de ojos rojos como llamas, con un hedor repugnante, y cuya misión
es hipnotizar a los trasnochadores para robarse sus almas.
El Cadejo blanco mantiene a raya al Cadejo negro, para evitar que se robe las almas de los inocentes.
Esto conlleva a que en numerosas ocasiones los Cadejos blancos y negros se enfrenten.