ELIZABETH MUNSTERBERG KOPPITZ
EL DIBUJO DE LA FIGURA HUMANA
EN LOS NINOS
Evaluacién Psicoldgica
Traduccién: Lic. Maria Julia Garcia
Prof. Maria Rosa Braile
ee =~2. EL TEST DEL DIBUJO DE LA FIGURA HUMANA (DFH)
EI test DFH, tal como se lo define aqui, requiere que el nifio dibuje
“una persona entera” a pedido del examinador, en su presencia, El
iiltimo punto es importante, ya que un DFH deberia ser siempre el
producto de una relacién interpersonal. El DFH representa una forma
‘fica de comunicacidn entre el nifio y el psicélogo y en cuanto tal,
difiere del dibujo espontineo que los nifios pueden realizar cuando
estén solos o con amigos. Las instrucciones dadas son significativas y
pueden influir en los resultados obtenidos. Goodenough le indicaba a
sus sujetos que dibujaran “un hombre”. Machover pide a sus pacientes
que dibujen “una persona” y Iuego otra persona del sexo opuesto;
Harris solicita el dibujo de un hombre, una mujer y un antorretrato;
mientras que Hammer obtiene dibujos de un hombre y de una mujer
tanto a lépiz como con crayon. En las investigaciones que presentamos
aqui, a los nifios sdlo se les pidié que dibujaran una persona entera.
Quedaba librado a cada nifio el determinar la edad y el sexo de la
figura que elegia representar.
Los estudios que presentamos en este volumen se basan en la suposicién
de que el DFH de un nifio muestra tanto una estructura basica como
un cierto estilo que es peculiar de ese nifio. Como observé Kellog
(1959), la estructura del dibujo de un niiio pequeiio esta determinada
por su edad y nivel de maduracién, mientras que el estilo del dibujo
refleja sus actitudes y aquellas preocupaciones que son mas importan-
tes para él en ese momento. Si esta hipétesis es correcta, el dibujo de
una persona deberia ser suficiente en la mayoria de los casos. Y si se
obtiene un solo dibujo, entonces parece razonable dejar que el nifio
decida qué clase de persona desea dibujar.
Coincidimos con Machover en que la consigna de dibujar “una per-
sona” permite obtener DFH més ricos en material proyectivo que los
“auto-retratos” dibujados a pedido. Los prepuberes y adolescentes tem-
pranos conscientes de ei son a menudo renuentes a dibujarse a si mis-
mos, mientras que los nifios pequefios tienden a centrarse en su ropa
y detalles triviales de su aspecto cuando tratan de dibujarse. A menudo
se deleitan copiando el estampado de sus ropas o pueden dedicar la
: 19mayor parte de su encrgia y del tiempo de que disponen a dibujar sus
zapatos nuevos o el yuante de béishol que Je acaban de regalar para
su cumpleafios, ya que estas adquisiciones recientes son de gran im-
portancia para los nifios. La consigna ambigua de dibujar “una persona
entera” parece Ievar al nifio a mirar dentro de $i mismo y sus propioa
sentimientos en el intento de capturar Ja esencia de “una persona”, La
persona que un nifio conoce mejor cs él mismo; su dibujo de una per-
sona se convierte por consiguiente en un retrato de su eer interior, de
sus actitudes.
En la practica clinica, hay por supucsto ocasiones en las que cs wtil
comparar varios dibujos de un mismo nifio, Pero para la deteccién
(screening) de nifios que comienzan la escuela y para cvaluaciones
rapidas 0 con fines de investigacién, parece ser suficiente obtener un
DFH de cada nifio. Para la mayoria de los escolares mas pequefios, un
segundo DFH, del sexo opuesto raramente agrega suficiente informa-
cién adicional como para justificar el tiempo y esfuerzo invertido en
su obtencién. Hichey (1965) informé que los DFH del mismo sexo del
nifio tienden a ser superiores en calidad que los del sexo opuesto. Dado
que a mayoria de los nifios dibujan primero figuras de su mismo sexo,
consecuentemente la mayoria de los DFH realizados en primera ins-
tancia seran superiores a los siguientes. El tiempo es uno de log articti-
los mas caros que tiene que manejar el psiedlogo que trabaja en cli-
nicas, Creemos que el tiempo ahorrado al omitir un segundo DFH
puede ser empleado ms fructiferamente administrando otra prueba
proyectiva breve como el Test Guestaltico Visomotor de Bender Kop-
pitz (1964) *, o un conjunto de historias u oraciones incompletas. Si se
estima esencial un segundo dibujo, puede ser mas revelador un dibujo
de “tu familia completa” o un dibujo libre que un segundo DFH.
Otra consideracién Ievé a la autora a limitar el test del DFH a un
solo dibujo de una persona entera. Aunque es cierto que a la mayoria
de los nifios normales les encanta dibujar personas, tamlién es cierto
que la mayoria de los nifios vistos por psicélogos clinicos y cducacio-
nales no se conforma necesariamente al patrén de conducta “normal”.
Muchos niiios emocionalmente perturbados y/o dafiados neurolégica-
mente son muy autoconscientes en lo que respecta a su escasa capa-
cidad para el dibujo y lo inadecuado de sus DFH. Y, si se los mira ob-
jetivamente, sus dibujos son a menudo muy pobres en comparacién
con los de la mayoria de los chicos de su edad. Los niiios atendidos en
clinicas de orientacién o por los psicélogos educacionales generalmente
han experimentado tal monto de fracaso en Ia vida, que estén ansiosos
de evitar nuevas dificultades y frustraciones. Frecuentemente, estos pe-
quefios ofrecen entusiastamente dibujar autos o aviones o flores, de
hecho cualquier cosa que no sea una persona, Si el DFH realmente
presenta un autorretrato interior, no deberia sorprender que algunos
nifios, especialmente los que tienen problemas, traten de evitar incons-
* Edit. Guadalupe, 4% ed. Bs. As, 1972.
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