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Capítulos I y II
Capítulo primero.
El “culto a la eficiencia” y la pedagogía por objetivos: nacimiento de un estilo pedagógico.
La escuela es una institución social creada y mantenida por la sociedad, por tanto, ésta busca una serie de
beneficios de aquella; ante una sociedad que “gusta” de los bienes materiales es lógico que cultive aquellos
valores relativos a eficiencia y rentabilidad.
En consecuencia, no es de extrañar que estos valores (eficiencia y rentabilidad) se conviertan en directrices para
la institución escolar (que en definitiva está en función de la sociedad), a la vez que todo aquello dentro del
ámbito educativo (métodos, técnicas, evaluaciones, currículo) se interprete guiado por estas ideas esquemáticas.
La llamada pedagogía por objetivos responde a esta racionalidad: institución útil (funcional a los valores de la
sociedad materialista-consumista), criterios de eficiencia (funcional a los criterios de sociedad industrializada-
tecnificada)
El paradigma de racionalidad científica se “funde” con la pedagogía creando la pedagogía por objetivos
(apoyándose en enfoques desde la filosofía y ciencia).
Es decir, los ejemplos, creencias, valores y técnicas razonadas/pensadas de la “ciencia”, aplicadas a la
industrialización, son transformadas/desplazadas al ámbito educativo, dando (como parangón a esos modos de
producción industrializados) una pedagogía por objetivos (tecnificada en la práctica, en las evaluaciones, en el
aprendizaje).
La pedagogía por objetivos tiene sus raíces en el movimiento utilitarista estadounidense de las primeras décadas
de 1900, principalmente el taylorismo (EE.UU.).
El taylorismo “aplicado” en la industria muestra sus posibilidades para aumentar en calidad y cantidad la
producción, en este sentido, se toma a la industria como modelo y patrón en la organización y desarrollo del
currículo escolar.
Valoraciones y modelos de proceder de la industria “mutan” a esquemas teórico-prácticos del currículo, ya que
la escuela muestra las ineficiencias e incapacidades para proporcionar mano de obra adecuada para una
sociedad industrializada.
Sinónimo de “progreso” en esa sociedad industrializada: banquero, industrial, empresario, comerciante, todos
modelos de una sociedad principalmente materialista.
La adopción de este modelos responde al poder, status, que detentan en la sociedad los grupos económicos (a
sus intereses), frente a pedagogos y teóricos, de un status y valoración menor ante una sociedad materialista.
(lucha de intereses y de poder en la determinación del currículo)
Por tanto, los esquemas de producción industrial tayloristas se trasladan de forma directa a los procesos de
enseñanza-aprendizaje (a la didáctica, las técnicas).
Organización de la industria:
El concepto de “tarea” [como actividad analizable y predecible en función de un todo, de una finalidad
deseable] es lo que se aplica con más determinación en la pedagogía por objetivos. El currículo es un sistema
(un todo analizable en partes –tareas–) que busca o tiene como finalidad un objetivo ya predeterminado, [en
general: una educación útil, en particular: crear ciudadanos eficientes] por lo que esas tareas son ordenadas y
prescriptas cuidadosamente (como objetivos específicos).
El educador NO cumple la función de “decidir” qué hacer (eso ya está en el currículo prescripto, analizado y
tipificado), sino que es un técnico [persona que posee los conocimientos especiales de una ciencia o arte] que se
le dice qué es lo que debe hacer, limitándose a elegir el mejor procedimiento/medio/recurso para cumplimentar
lo que se le pide.
Oposición hacia la escuela tradicional proponiendo el utilitarismo [provecho, conveniencia] como medio de
actualizar los contenidos y procedimientos pedagógicos en respuesta a las necesidades sociales (Bobbit 1918).
Posición de corte conservador – determinar que cosas deben hacer las personas. El currículo debe preparar a las
personas en las actividades que deben hacerse (educación para la vida, pues, la vida es lo que el currículo dice,
y el currículo es “diseñado” por los grupos establecidos de poder).
Los expertos (investigadores del proceso industrial) “detectan” que habilidades, hábitos, actitudes y
conocimientos son necesarios enseñar para “crear” hombres productivos en la sociedad, por lo que determinan
objetivos concretos, las actividades para lograr esos objetivos son inculcados/ejecutados por la educación.
La educación pues es un entrenamiento para la inserción en una sociedad industrial; es decir la educación es
una herramienta para la repetición de la realidad social, reproducción social (que parte de la selección de los
contenidos curriculares). [Producción y reproducción de las relaciones sociales en la sociedad; prácticas
sociales, políticas, culturales y en patrones de comportamiento]
Utilitarismo
Funcional a la reproducción social – Funcional a los grupos de poder establecidos – Conservadurismo
[oposición a cambios o reformas – sociedad como algo dado, cerrado, homogéneo y estático]
La eficacia adquiere valor, no se indaga [en el común de la gente] en relación a qué es eficaz.
Se afianza la idea del currículo, como ámbito de pensamiento y como gestión para la eficacia.
Currículo como concepción instrumentalista, como un medio (instrumento/herramienta) para lograr el fin
deseado, sin que pueda ser “modificado/analizado” por el maestro al que se lo han impuesto.
[Instrumentalismo: doctrina filosófica según la cual la validez de las ideas y las teorías reside en su relación con
la acción]
Currículo como producto acabado garantizador de la eficiencia y el éxito LLAME YA!!!
La educación se reduce a un mero instrumento, donde el hecho/producto educativo es adquisición de destrezas
concretas y útiles.
Capítulo segundo.
El afianzamiento de la pedagogía por objetivos.
El movimiento en torno a los objetivos, se convirtió en todo un modelo científico para el pensamiento
pedagógico en función del currículo, “un sistema para la organización del pensamiento curricular”.
De aquí el interés de dilucidar como se configura (cual es su “forma característica”) tal modelo paradigmático
(cual es su esquema, prototipo, matriz).
El modelo de la pedagogía por objetivos fue afianzándose a lo largo de la mitad del siglo XX, manteniendo su
coherencia frente a otros modelos que cuestionaban su vialidad. Sin embargo, la idea original de eficiencia
social tuvo que mutar a otras nociones teóricas de mayor sustento.
R. Tyler (1949) es quien le da a la pedagogía por objetivos continuidad y base “científica” al currículo por
objetivos (su posición se asemeja a lo expuesto por Bobbit).
Dentro de su teoría curricular el tema objetivos es su punto de partida. TYLER integra de forma coherente el
componente objetivos dentro de su modelo, adoptando el enfoque CONDUCTISTA (como base científica)
sobre el aprendizaje, para justificar la manera de concebir los objetivos.
Los objetivos están estrechamente ligados al nacimiento de la teoría del currículo, la visión sobre los objetivos
dentro de la teoría curricular van a ser considerados/analizados desde una perspectiva conductista.
El conductismo se liga coherentemente con el punto de vista eficientista, ofreciendo una teorización de corte
científica ás moderna, ya que ésta es considerada una corriente psicológica de tipo científica-analítica.
(1). La pedagogía por objetivos cobra valor como modelo científico para conocer y planificar la
enseñanza, determinando una base para la teorización del currículo.
(2). La pedagogía por objetivos se interpreta, ahora, desde una concepción conductista del aprendizaje
El modelo pedagógico por objetivos es sinónimo de pedagogía basada en objetivos de conducta (observables).
Su teoría de currículo parte no tanto en responder estos interrogantes, sino en el método de buscar soluciones (a
las preguntas).
Tyler propone el esquema:
Considera que: (1.) todos los niños tienen necesidades básicas que la escuela debe ayudar a satisfacer, normas
de conducta desde el punto de vista social y personal. (2.) la escuela tiene que responder a ciertas demandas
sociales, no puede desconocer la preparación la vida social. (3.) cada asignatura proporciona los saberes que la
escuela puede hacer uso.
A esta cantidad de objetivos, u objetivos generales, se los paso por un filtro filosófico y otro psicológico. Este
filtro psicológico se sirve de alguna teoría del aprendizaje como marco de referencia para la selección de los
objetivos que se van a fijar en el currículo. La teoría del aprendizaje seleccionada (la conductista) sirve para la
selección, ordenación y evaluación de los objetivos.
El objetivo para Tyler es aquel que venga expresado en términos que identifiquen, en simultáneo, la conducta
que debe presentar el alumno y el ámbito en que ese contenido se aplicará en la vida, siendo objetivos que
denoten la conducta psicológica y el contenido (área de saber) donde se aplica esa conducta.
De esta manera, con una formulación clara de los objetivos, se da una posibilidad de elección, mayor de
actividades (procedimientos didácticos aplicables) para el aprendizaje.
Esta necesidad de definir los objetivos de manera precisa para que defina una conducta observable es requisito
indispensable para la evaluación, para la construcción de ítems en los test. A cada ítem corresponde a una
acción/conducta observable, que es medida por ese mismo ítem. Por eso la necesidad de reducir los objetivos a
formulaciones precisas de conducta, definiciones de tipo operacional (definición clara de lo que debe realizar el
alumno / de la manera que debe responder –conducta– si ese objetivo logró cumplirse, para que así pueda ser
observable y medirse por los test / si se cumple el ítem se cumplió el objetivo, hubo aprendizaje, por tanto hay
una modificación en su conducta y esto es observable)
El objetivo útil, es aquel que es preciso, que ayuda a diseñar/seleccionar actividades, materiales, evaluarlo y
secuenciarlo.
Como crítica al sistema Tyler se plantea que al poner énfasis en la utilidad de los objetivos más precisos y
deterministas (demasiado meticuloso) se pierden otras posibilidades de abordaje en el del diseño del currículo,
y de esta manera otros objetivos difíciles de detallar pero igualmente importantes se descartan.
Se establece un esquema en donde el objetivo clarificado (en extremo) condiciona y prácticamente prescribe los
medios precisos para lograrlo, en vez de plantear objetivos más generales y luego del desarrollar el proceso de
enseñanza identificar que objetivos particulares se han conseguido (aprendidos).
Tyler tiene en su diseño curricular, una programación de la enseñanza definida, un procedimiento preciso y
riguroso, aquí las ideas de eficiencia y precisión son dos directivas básicas y fundamentales en la pedagogía por
objetivos.
La teoría curricular de Tyler revela una esquema/organización procesual, que es extensible a la organización de
las actividades.
El esquema procesual tiene los siguientes pasos:
En este diseño curricular queda implícita la interpretación (del mismo) y de cómo llevarlo a cabo: interpretación
precisa y tecnicista de los objetivos (literal y “no creativo”) y del diseño (no “esquivar ni deformar” la
organización descripta).
Enseñanza programada. Orientación tecnicista, mecanicista y conductista del diseño del currículo.
Definición de tecnólogo
Experto en procesos técnicos y artes industriales. El objetivo del tecnólogo es aplicar los
conocimientos para resolver problemas, crear máquinas, instrumentos, o sistemas, que
sean de utilidad en las cuestiones cotidianas.
Tecnólogo (o Tecnócrata) es la persona que crea técnicas a través del ingenio y la inventiva, para resolver
problemas humanos. Ejemplo: diseñador del currículo, programador en computación.
Técnico es una persona que aplica determinadas técnicas para realizar un trabajo. Ejemplo: un profesor, un
albañil, un carpintero.