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“Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido
por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su
luz admirable” (1 Pedro 2:9)
INTRODUCCION
En sus cartas el apóstol Pablo empezó a usar términos que antes eran
propios del pueblo Israel, pero ahora se los aplicaba a la iglesia. Por
ejemplo le dijo a los gálatas: “Y si sois de Cristo, entonces sois
descendencia de Abraham” (Gálatas 3:29). También le llama a la iglesia
el “Israel de Dios” (Gálatas 6:16). Y cuando les escribe a la iglesia en
filipos les dice: “Porque nosotros somos la circuncisión, los que en
espíritu servimos a Dios y nos gloriamos en Cristo Jesús, no teniendo
confianza en la carne” (Filipenses 3:3). Por tanto, Pablo está enseñando
con esto, que ahora somos nosotros, la iglesia, los que constituimos el
nuevo pueblo de Dios, el Israel espiritual. Y esto es muy importante que la
iglesia lo sepa. ¿Para qué? para que podamos FORTALECER NUESTRA
IDENTIDAD
No fuimos elegidos por lo que éramos, sino por lo que no éramos. Fuimos
elegidos por amor. Porque debemos estar seguros de una cosa, si nadie
más nos ama, Dios si lo hace y lo hace como nadie más.
Así que, “Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay
varón ni mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús”
(Gálatas 3:28). Somos un pueblo donde caben todos. Y pueden venir
cuando lo quieran mientras Cristo no venga, porque las puertas siempre
están abiertas. Esto hace a la iglesia un pueblo especial. Saber que somos
escogidos por Dios debe fortalecer nuestra identidad.
Todo ser humano en este mundo es ciudadano de una nación, pero los
cristianos somos ciudadanos de una que es espiritual, celestial y santa. La
palabra “santa” quiere decir, apartada del resto de las naciones con un
propósito: servir a Dios. Pero no apartada al estilo de los menonitas, sino
apartada del pecado para servir a Dios.
Es santa porque Dios quiere que todos los que pertenezcan a esta nación
se parezcan a él. Por eso Pedro dice: “sino, como aquel que os llamó es
santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir;
16 porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo” (1 Pedro 15-
16).
El valor de algo muchas veces depende de quien las posee o lo use. Por
ejemplo en nuestra pequeña ciudad de Matamoros (Tamaulipas, México)
hay un pequeño museo dedicado a un cantante llamado Rigo Tovar.
Considerado el padre de la música grupera y tropical. En el museo hay
un chaleco que, en lugares donde venden ropa usada costaría entre 10 o 20
pesos. Pero este chaleco por el hecho de haber pertenecido a Rigo Tovar
tiene un enorme valor. Sobre todo para nuestra ciudad.
CONCLUSION
Hemos hablado de la importancia de fortalecer nuestra identidad como
iglesia. Estudiando lo que en realidad somos y dijimos que somos: “sois
linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido”. Y como
iglesia somos los que somos con un propósito: “para que anunciéis las
virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable”. Jesús no
tiene defectos, solo virtudes que debemos anunciar. Pero esto solo es
posible cuando tenemos bien claro lo que somos. Si usted no es cristiano le
invitamos a que lo sea. Porque usted aun no es “linaje escogido” de Dios.
Ni “real sacerdocio”. Ni pertenece a la “nación santa” la nación más
poderosa del mundo. Ni aun es “pueblo adquirido”. Aun no pertenece a
Dios. Pero Dios quiere hacerle suyo ahora.