Documente Academic
Documente Profesional
Documente Cultură
Han sido ya mencionados con anterioridad y en este lugar es suficiente volver a dejar
constancia de ellas. La idea de que el contrato de seguro y, a través de èl, las compañías
de seguros, constituyen un instrumento de pulverización de daños, entra en crisis a partir
del momento en que, como ocurrió en los años ochenta, la desaparición de la solvencia de
estas compañías las lleva a situaciones concursales o pre concursales, en las cuales tiene
que llevarse a cabo una liquidación administrativa, a través de las denominadas
comisiones liquidadoras de entidades aseguradoras. Mas incluso, en aquellos casos en
que las compañías aseguradoras pueden mantenerse incólumes, no puede ocultarse que
las elevadas cuantías de las indemnizaciones provocan una notoria elevación de las
primas, que, en algún tipo de actividades terminan haciendo prohibitivo el contrato de
seguro y en otros incluso imposible por no aceptarlo las compañías. (Diez & Picazo, 1999,
pág. 240)
Por otra parte, si la idea de socialización de los daños a través del juego de los seguros
termina entrando en crisis, en crisis hay que colocar también la idea misma de
socialización, pues como hemos indicado anteriormente no es posible adoptar este tipo de
solución sin conocer con exactitud el alcance redistributivo que a través de èl puede
realizarse, lo que no puede dejarse en manos de decisiones particularizadas de los
tribunales de justicia. (Diez & Picazo, 1999, págs. 240-241)
Artículo 1988: determinación legal del daño sujeto a seguro/ Aníbal Torres
Vásquez
“Los contratos de seguros exigidos en la Ley el presente reglamento, debe tener como
condición que el asegurador de aviso oportuno e inmediato a la DGAC, de cualquier
modificación o de la suspensión o cancelación de las pólizas de seguros por
incumplimiento de pago en las primas o cualquier otra circunstancia. Son responsables
solidariamente el transportador y la empresa de seguros correspondiente, en caso de
ocurrir un accidente aéreo y no haber comunicado el asegurador la modificación o la
suspensión o cancelación de la cobertura” (Torres Vàsquez, 2015, pág. 355)
Con relación a las personas beneficiarias del seguro y a los daños que deben ser
cubiertos, el artículo 30.2 establece: “El seguro obligatorio de Accidentes de Tránsito cubre a
todas las personas, sean ocupantes o terceros no ocupantes, que sufran lesiones o muerte
como producto de un accidente de tránsito”. (Torres Vàsquez, 2015, pág. 357)
Lo dispuesto en los puntos 30.1 y 30.2 no enerva la obligatoriedad de contar con los
seguros especiales que establezcan los reglamentos correspondientes para el transporte
público, según la naturaleza del servicio (artículo 30.3). (Torres Vàsquez, 2015, pág. 357)
Conforme al artículo 30, el SOAT tiene por finalidad proteger los derechos fundamentales
a la vida, la integridad personal y a la salud, reconocidos en el inc.1) del artículo 2 y artículo 7
de la Constitución, respectivamente. (Torres Vàsquez, 2015, pág. 357)
Dado que la finalidad del SOAT es que se pague rápidamente la indemnización en casos
de lesión o muerte producidos por accidentes de tránsito, el artículo 14 del D.S.Nº 049-2000-
MTC establece que el pago de los gastos e indemnización del seguro se hará sin
investigación ni pronunciamiento previo de autoridad alguna, bastando la sola demostración
del accidente y de las consecuencias de muerte o lesiones que este originó a la víctima,
independientemente de la responsabilidad del conductor, propietario del vehículo o prestador
del servicio, causa del accidente o de la forma de pago o cancelación de la prima, lo cual
deberá constar expresamente en la póliza de seguro. (Torres Vàsquez, 2015, pág. 358)
El D.S.Nº 024-2002-MTC, del 13.6.02, que aprueba el TUO del Reglamento Nacional de
Responsabilidad Civil y Seguros Obligatorios por Accidentes de Tránsito, es concluyente al
prescribir que todo vehículo automotor que circule en el territorio de la República debe contar
con una póliza vigente de seguro obligatorio de accidentes de tránsito (artículo 3). El seguro
cubre a todas las personas, sean ocupantes o terceros no ocupantes que sufran lesiones o
muerte como consecuencia del accidente de tránsito (artículo 4). El pago de gastos e
indemnización se hará sin investigación ni pronunciamiento previo de autoridad alguna,
bastando la sola demostración del accidente y de las consecuencias de la muerte o lesiones
que este originó a la víctima (artículo 14). Las víctimas de un accidente de tránsito y sus
beneficiarios tienen acción contra la compañía de seguros, no siéndole oponibles las
excepciones que esta pueda alegar contra el tomador del seguro que se basen en hechos o
circunstancias imputables a este último (artículo 16). La transferencia de la propiedad del
vehículo implica el endose automático del seguro obligatorio de accidentes de tránsito. (Torres
Vàsquez, 2015, pág. 358)
Según los términos del artículo 33, las indemnizaciones previstas en el presente
reglamento se pagarán al beneficiario, dentro del plazo máximo de diez (10) días siguientes a
la presentación de los antecedentes (formato en el que conste la ocurrencia del accidente de
tránsito otorgado por la dependencia de la Policía Nacional; certificado de defunción, DNI del
familiar beneficiario, certificado de matrimonio, certificado de nacimiento o declaratoria de
herederos u otro documento que acredite la calidad de beneficiario del seguro; certificado
médico de invalidez; comprobante de pago con valor tributario que acredite el valor de los
gastos médicos). (Torres Vàsquez, 2015, pág. 359)
Como todo seguro, los seguros obligatorios cubren los daños cubiertos por la póliza y
hasta el límite en ella fijada, en conformidad con la ley que regula el respectivo seguro,
concordante con el artículo 1361 que dispone que los contratos son obligatorios en cuanto se
haya expresado en ellos; el art.380 del Código de Comercio, según el cual el contrato de
seguro se regirá por los pactos lícitos consignados en cada póliza o documento, y, en su
defecto, por las reglas contenidas en esta sección; y con el artículo 325, inc.4 de la Ley Nº
26702, Ley General del Sistema Financiero y del Sistema de Seguros y Orgánica de la
Superintendencia de Banca y Seguros, el cual prescribe que las empresas de seguros están
prohibidas de pagar indemnizaciones por siniestros en exceso de lo pactado. Sin duda, es de
aplicación a los seguros obligatorios el artículo 1987, en estricta concordancia con la
legislación especial que los regulan. Por consiguiente, la víctima puede reclamar el pago de la
indemnización al asegurador o al asegurado o a ambos conjuntamente. (Torres Vàsquez,
2015, pág. 360)
La víctima no puede tener más derechos que los que están contenidos en la póliza. Por
tanto, el asegurador le puede oponer las excepciones derivadas del contrato de seguro que
estén basadas en hechos realizados con anterioridad al daño, pero por ser la víctima
acreedora directa del asegurador, quien le debe la indemnización desde el momento de la
realización del daño, no se le puede oponer excepciones fundadas en hechos posteriores. El
asegurador también puede probar que el evento dañoso se encuentra incurso en las causales
previstas en los artículos 1971 a 1973. (Torres Vàsquez, 2015, pág. 361)
La cuarta disposición final del aludido decreto supremo crea el Fondo de Compensación
de Seguros, como un órgano dependiente del Ministerio de Transportes, Comunicaciones,
Vivienda y Construcción. El patrimonio del fondo estará conformado por los aportes del
Gobierno Central, de las aseguradoras, donaciones de procedencia nacional y extranjera, el
monto de las multas que se impongan por infracción al presente reglamento y por los
beneficios no cobrados del seguro obligatorio de accidentes de tránsito por falta de
beneficiarios y herederos. El Fondo de Compensación de Seguros tendrá por propósito crear
un fondo económico que permita cubrir los daños que se irroguen a las personas no
identificadas que sufran accidentes de tránsito o las identificadas que hayan resultado
dañadas por el vehículo que a su vez no hayan sido identificados y se den a la fuga,
únicamente con las coberturas que corresponden a gastos médicos y fallecimiento. (Torres
Vàsquez, 2015, pág. 361)
En conclusión, para hacer efectiva la reparación de las víctimas existe, de un lado, el
seguro obligatorio de responsabilidad y, del otro, el fondo de Garantía destinado a indemnizar
a las víctimas no identificadas que sufran accidentes de tránsito o que han sido dañadas por
vehículos no identificados que se den a la fuga. (Torres Vàsquez, 2015, pág. 362)