Documente Academic
Documente Profesional
Documente Cultură
Extraído, con autorización del autor, del libro El otro Gardel (Buenos Aires, Editorial
Libros del Quirquincho, 1989. Colección Serie Negra.)
Por eso estoy convencido de que usted sabrá comprender que lo que hice no fue un acto
de maldad, sino que fue una reacción intespestiva de mi parte debido a que su hija me
rechazó. Yo le dije: "Florencia, te amo", y ella me contestó: "andáte zonzo". Y se fue, y
yo me quedé parado, sin poder recaccionar. Entonces tomé una moneda que tenía en el
bolsillo y rayé con ella el techo de un coche rojo que estaba estacionado justo al lado de
donde yo estaba parado.
No puedo mentirle, yo sabía que ése era su coche, señor Gutman pero, qué quiere que le
haga, me dejé llevar por el impulso. Ocurre que su hija posee los ojos negros más bellos
que se hayan visto jamás por estos barrios y yo, señor Gutman, quedé hipnotizado.
Haría cualquier cosa por su hija, pero mi amor no es correspondido. Es por eso que,
hace una semana, telefoneé a Florencia para invitarla a mirar la luna desde el balcón de
mi casa, y ella, despectivamente, respondió: "qué me venís con la luna, anticuado, yo a
la noche miro la tele", entonces, ya sin control de mis actos, me dirigí hasta su casa y
arrojé esa piedra que rompió la ventana de su living.